Grande.CAPITULO 17
-¿A dónde vas? – pregunté al ver que iba hacia la puerta.
-Ahora vuelvo…- contesto ella. Pensé que iría hacia la otra habitación pero se dirigió hacia el otro lado, hacia abajo.
Al cabo de unos minutos regreso con una botella de leche y galletas en un plato. Se sentó en la cama con las piernas cruzadas.
-Es que me ha entrado hambre – dijo - ¿quieres? – añadió con una sonrisa infantil en la cara.
Su jovialidad y alegría era algo que no había perdido nunca, ni siquiera en momentos difíciles por los que había pasado.
Y ahí estábamos los dos, sentados desnudos en la cama tomando leche con galletas como un par de adolescentes. Mientras reponíamos fuerzas, y como si no acabáramos de follar momentos antes se puso a contarme anécdotas de su estancia en Canadá y luego hablamos de los chicos, de hacer alguna escapada cuando ellos regresaran y estuvieran ya bien asentados en Madrid, de lo que iba a echar de menos de nuestra ciudad y de más cosas. Se nos fue pasando el tiempo charlando hasta que nos empezó a entrar el sueño y apagamos la luz para dormir.
Los tres días siguientes transcurrieron más o menos igual, seguimos con las habitaciones intercambiadas pero con una actividad sexual bastante menos intensa, algún día incluso sin ella.
Isa nos confirmó el día antes lo que nosotros no dudábamos, que vendría a pasar un par de días y que llegaría a media tarde del viernes, después de salir del trabajo.
Como habíamos calculado mal el día que hicimos la comprar para pasar la semana, Coque y yo nos acercamos por la tarde al supermercado del pueblo más cercano a hacer una compra adicional. Las chicas se quedaron a esperar por si Isa llegaba. Al regresar vimos que su coche estaba aparcado al lado del nuestro. Entramos con las bolsas de la compra y tras dejar todo en la mesa y en el frigo salimos al jardín dónde imaginábamos que estaban ellas.
Allí estaban las tres, sentadas en el borde de la piscina con los pies dentro y desnudas, como no podía ser de otra manera, claro.
Saludamos al salir al jardín e Isa inmediatamente se levantó para acercarse a saludarnos.
-Iba a decir que no te levantaras… pero eres una alegría para la vista jijii – dijo Coque.
Isa se abrazó a él y le dio un cachete en el culo.
-¡Bobo! – exclamó al tiempo. Luego le dio dos besos.
Luego nos abrazamos también efusivamente ella y yo.
-¿Cómo estás, cielo? ¿Te ha sido fácil encontrar la casa? – pregunté mientras buscaba una silla para sentarme.
-Acabo de llegar…no hace ni cinco minutos…genial, tenía ganas de veros…y sí, ha sido fácil con el GPS, jejeje – respondió ella.
Minutos después estábamos los cinco en la piscina y así nos pasamos el resto de la tarde, entrando y saliendo de ella. Ellas poniéndose al día de sus cosas o charlando de cosas intrascendentes.
-¿Y qué tal con el tío ese, cómo es que no quedaste este finde? – le preguntó Sonia.
-Me apetecía más estar con vosotros… hacía mucho que no os veía a todos juntos…no hay otra razón… - dijo sincerándose y dejando escapar una sonrisa al final.
-¿Pero no le ves posibilidades…para…? – añadió Lore. Isa la interrumpió.
-Jajajaja…que os conozco… no va a haber nada serio con él…hacedme caso – dijo ella con gran convencimiento – Se lo dejé claro desde el principio…es más...os voy a hacer una confesión. Siempre que hemos quedado, nunca me he quedado a dormir en su casa…- añadió con firmeza.
-O sea, es una cosa puramente física… - dije yo.
-Exactamente. Somos mayorcitos ya los dos para andar con tonterías.
-Lo importante es saber lo que uno quiere en cada momento – respondí.
-Así es… y ahora no quiero eso… quiero disfrutar lo que no he podido durante los últimos tiempos... así de simple – contestó de nuevo con rotundidad y abriendo las brazos en uno de sus típicos gestos.
Para cenar nos vestimos un poco, con pantalones cortos o falditas y camisetas, todo muy informal. La sobremesa también se alargó más que otros días al tener ahora a Isa con nosotros.
-Bueno, chicos, habrá que empezar a recoger – dijo Lore levantándose.
Y de pronto se desató todo.
Coque se levantó y cogió a Lore en brazos. Lore pensó que la quería subir así arriba, pero cuando se dio cuenta era tarde. Corrió con ella en brazos hacia la piscina con la intención clara de tirarla al agua.
-No, Coque, no, nooooo – gritaba ella. Su intención primera era lanzarla a ella, pero le salió el tiro por la culata.
Lore se agarró a su cuello como una lapa y los dos cayeron, provocando sus carcajadas y las nuestras. Miré a Sonia, ella me miró y se lo temió, por que salió corriendo. Fui más rápido y la alcancé sujetándola por la cintura. Sabía que por mucho que patalease iba a ir al agua, así que no opuso mucha resistencia. Casi al llegar al borde de la piscina ya estaba saliendo Coque de ella y empezando a desnudarse. Su siguiente objetivo era Isa, que permanecía de pie muerta de risa mirando la escena.
-Vale, vale, no importa que me tires – dijo ella – Ya me meto yo jajaja – añadió desnudándose y lanzando su ropa sobre la silla, antes de lanzarse al agua.
El resto nos quitamos la ropa y la dejamos en el borde de la piscina. Poco a poco se nos fue pasando la risa.
-Mira que sois gamberros – exclamó Lore.
-Pero os queremos – respondí yo.
Se acercó nadando hacia mí con una de esas sonrisas maléficas en los labios. Al llegar a mi altura metió la boca en el agua y al sacarle me disparó un chorro de agua en la cara. Enseguida se enganchó a mi cuello y enroscó las piernas a mi cintura. Luego vino la conversación más caliente y sexual que probablemente hayamos tenido nunca los dos, evidentemente con una intención claramente provocadora.
-¿Esto va a empezar así? – se me ocurrió decir.
-De alguna manera tiene que empezar.
-No sé… yo esperaba algo de música suave, una copa, un bailecito, te voy desnudando… – dije luchando por no reírme
-¡Estoy desnuda! – contestó ella levantando una ceja.
-Ya jejeje…es que…
-Estoy desnuda… y caliente – me interrumpió.
-¡Caray!¡Ya veo, ya! – exclamé.
-Si me hubieses complacido ayer tal vez no estaría tan caliente hoy.
-Pero si lo hicimos anteayer, y ante-anteayer y el anterior…
-Pero ayer no…y yo estoy últimamente muy necesitada.
-Jajajaja – me reí - ¿Tu marido no cumple o qué? Voy a tener que decirle algo jajajaja.
-Sí cumple sí…pero ya sabes lo que pasa cuando nos juntamos con vosotros.
-¿Qué pasa? – la pinché.
-Mis ganas se disparan – susurró antes de lamerme el lóbulo de la oreja.
-Las mías también…
-Entonces, ¿qué pasó ayer? – susurró de nuevo.
-Que estaba algo cansado
-Hay cosas que cansan menos que otras… - continuó ella.
-¿Cómo qué? – le seguí el rollo.
Me estaba empezando a calentar poco a poco. Ella soltó las piernas de mi cintura y se volvió a enganchar a mi cuello pero ahora desde atrás. Noté su mano en mi polla por primera vez y como apretaba un poco mientras volvía a morderme el lóbulo de la oreja y a susurrarme.
-Como que me comas el coño – dijo con una carga morbosa tal que hizo que se me pusiera dura casi instantáneamente.
-Oooyyy…veo que se te ha ido el cansancio de repente – exclamó. Empezó a pajearme muy lentamente.
-Eres muy mala…
-Y yo se que te gusta que sea mala… - no dejaba de pajearme despacio bajo el agua.
-Te estás mereciendo…
-¿El qué, me vas a dar unos azotes? – me interrumpió.
A Lore no le gustaban los azotes durante el sexo, al contrario que a Sonia que se pone cachondísima cuando a veces la pongo sobre mis rodillas y le doy unos cuantos en medio de nuestros juegos, o cuando se los doy estando a cuatro patas.
-Pues igual te mereces alguno…
-Sabes que no me gustan mucho…pero esta noche quiero que me azotes…mmmm…me estoy poniendo algo cachonda también jijiji.
Ahí ya casi estábamos empezando a reírnos de nuevo pero la excitación mía iba en aumento. Ella se volvió a poner delante, me soltó la polla y me miró toda cachonda
-Deja de hablar y bésame - soltó
La miré a los ojos, le cogí la carita con ambas manos y la besé. Fue un beso corto pero intenso. Luego se separó de mí ligeramente flotando en el agua.
-Vamos arriba – dijo
-¿Ya? ¿Tan pronto? – exclamé - ¿Dónde están estos?
Durante todo ese tiempo ni nos fijamos en donde estaban los demás ni que estaban haciendo. Habíamos estado tan absortos en lo nuestro que ni nos habíamos dado cuenta, y ellos tampoco nos dijeron nada.
-Están entrando ahora por la puerta – dijo ella que tenía mejor visual en ese momento.
Me acerqué de nuevo flotando hacia ella.
-Me has puesto muy cachondo, que lo sepas – le dije.
-Jijiji… de eso se trata… me encanta poneros cachondos – respondió esbozando su clásica sonrisa.
-¿Qué quieres que hagamos? – pregunté esperando otra respuesta, como si salir del agua, quedarnos, subir arriba o lo que fuera.
-¡Follar! jajajajaja – se descojonó.
***continuará***
Gr@cias!