El Club

Te queda poco para saber que pasó...;), y que va a pasar después a lo largo de los años...
Sí, somos de una ciudad del Mediterráneo, que no he querido desvelar, así como algunos datos que están cambiados intencionadamente, lógicamente nombres reales, profesiones, algún lugar, etc.

El día que el tiempo del relato alcance a la actualidad ( si llego a ello ), igual hago una "nota al margen" explicando algunos datos. Ya veremos.
Ya he ido avanzando y las enfermeras de Zaragoza/Mallorca se han unido al club; y he leído que Manu ya no cuenta. Pero sigo leyendo muy entretenido. Escribes muy bien. Imagino que hay mucho de ficción, pero ¿hay también algo de realidad? ¿Sonia y Lore o Coke existen?
 
Ya he ido avanzando y las enfermeras de Zaragoza/Mallorca se han unido al club; y he leído que Manu ya no cuenta. Pero sigo leyendo muy entretenido. Escribes muy bien. Imagino que hay mucho de ficción, pero ¿hay también algo de realidad? ¿Sonia y Lore o Coke existen?

Todos las personas que salen, existen, con otro nombre, claro. Algunos salen en la historia, para dar coherencia y explicar mejor la narración, aunque no hayan tenido nunca relación con "el club". Todos han sido o siguen siendo amigos en mayor o menor grado.

En el otro foro, que ya desapareció, y que fue donde lo empecé a escribir, de vez en cuando, entre capítulos, escribía textos explicativos y otros sobre la reacciones de Sonia cuando le iba dando a leer los capítulos. Después de leerlos, ella me apuntaba cosas inexactas pero que no interfieren en la historia, son cosas de fechas, cronología, etc. Ya sabes, las mujeres tienen ese don de acordarse de todo jajaja.
Conté que la idea se me ocurrió cuando apareció en una caja el diario que Sonia escribió hasta los 23. Estaba perfectamente descrita nuestra historia con las partes más intimas o sexuales en un lenguaje más metafórico y algunos signos que sólo ella sabía el significado. Yo lo que hice fue darle fuste a la historia, rellenándola con anécdotas y diálogos, que muchos serían muy parecidos, porque a nosotros siempre nos ha gustado el cachondeo, el doble sentido, etc. y a día de hoy seguimos hablando entre nosotros de la misma manera.
 
Última edición:
Gracias por las explicaciones, la sigo desde la otra página y es muy entretenida.
 
CAPITULO 30


Luz sonrió traviesa, se levantó y acabó de desnudarse sin pestañear, mostrando su estilizado y completamente rasurado cuerpo. Parecía como si nos conociéramos de años. Tiró de los pantalones de Sonia para quitárselos y luego se arrodilló inclinándose sobre ella y empezó a besar sus pechos casi con ternura, bajando luego por su vientre hasta llegar a su ombligo.

-Uuumm… me encanta como hueles – la oí susurrar mientras miraba como Isa seguía chupándomela.

Luego se incorporó ligeramente para inclinarse sobre Sonia y volver a besarse antes de arrodillarse de nuevo y quitarle las braguitas. Pero Sonia se incorporó e hizo que fuera Luz la que se sentara y tumbara en el sofá. Ahora era ella la que besaba y lamía las tetas de Luz, bajando después hacia su vientre hasta quedar arrodillada entre sus piernas.

Isa por fin se levantó y empezó también a desabrocharse los pantalones. Se los quitó rápidamente y me incorporé para atraerla hacia mí y abrazarla mientras besaba su vientre y la acababa también de desnudar. Empezó a suspirar. Levanté los ojos para cruzarme con su mirada, que rezumaba deseo. Su boca entreabierta y su pecho hinchándose de placer al acariciar su pubis. Dio un respingo placentero seguido de un débil gemido cuando mis dedos rozaron su clítoris.

Hice que se diera la vuelta para acariciar y besar su baja espalda y sus nalgas. Sin yo decírselo se arrodilló en el sofá para inclinarse sobre Luz y besarse. Gimió cuando metí una mano entre sus piernas buscando de nuevo su coño en esa postura y luego cuando separando sus nalgas con la mano empecé a lamer su agujerito con la punta de la lengua. Un par de azotes la acabaron de encender del todo.

-¡Ummm…métemela! – exclamó girando la cabeza para mirarme.

Al levantarme con la intención de ponerme detrás y metérsela pude observar desde arriba como Sonia le estaba comiendo el coño a Luz, su primer coño completamente rasurado.

Sin más preámbulos se la metí despacio pero hasta el fondo. Se volvió a respingar levantando ligeramente la espalda. Mientras la follaba observaba como Sonia seguía comiéndose a Luz y como ella no dejaba de mirar como lo hacía, suspirando y gimiendo sin parar.

-¿Qué tal? – le preguntó Sonia.
-Uf..uff…puff…genial…me en…canta… - Luz respondió farfullando.
-¿Vamos a la cama? – le susurré a Isa.
-Vale – respondió ella. La empuje ligeramente y se levantó.

Isa y yo nos habíamos sentado en el sofá y me había estado cabalgando de espaldas mientras yo la acariciaba. Y a Luz no se le pasó por alto un detalle.

-¿No usáis preservativo?
-Entre nosotros no… no nos podemos quedar embarazadas y tampoco tenemos ninguna enfermedad…nos somos fieles jajajaja - respondió Sonia satisfaciendo la curiosidad de Luz.
-Jajajaja….vaya pues yo no he traído…a ver, que tampoco tengo nada…pero no quiero tener un accidente jajaja – replicó Luz. Revelando no sé si a propósito o sin, sus intenciones.
-Mmm…creo que tengo una solución a eso – dijo Sonia.

No caí en cual era la “solución” a la que se refería Sonia y sentía curiosidad, porque de lo que estaba seguro es de que no había condones en casa.
Isa y yo nos metimos en el dormitorio y me tumbé en la cama. Casi a la vez que Isa se iba a subir, entraron Sonia y Luz. Luz abrió el armario y sacó de un cajón el arnés y una caja con juguetes, en dónde entre otros, había un par de dildos que se acoplaban al arnés.

-¡Anda! – exclamó Luz – tenía yo uno igual…jajajaja.

Sonia abrió la caja y se la mostró a Luz.

-¿Cuál quieres? – preguntó.
-Jajaja – se rio Luz divertida – mmm…mejor el más fino… de momento…jejeje.

Sonia lo sujetó en el arnés y lo dejó a un lado de la cama. Ambas se subieron a la misma, Luz a un lado y Sonia en el centro. Luz no se cortó lo más mínimo y me agarró la polla, que había perdido un poco la erección y empezó a masajearla con suavidad. Isa se echó al otro lado y se inclinó sobre mi pecho para besarme. No sabía si Luz era partidaria de los besos, a mí no me importaba, pero dejé que ella decidiera. Mientras Isa y yo nos besábamos sentí los labios y la boca de Luz sobre mi polla y las manos de Sonia acariciándome los huevos al mismo tiempo. Llegó un momento en el que las tres se iban alternando sobre mi polla, y yo cerré los ojos para disfrutar con los demás sentidos. Alargué la mano del lado de Luz y le acaricié el culo suavemente, sentí como ella se recolocó, apoyándose sobre un codo y abriendo las piernas. La invitación era clara y aún así guió mi mano con la suya. Las yemas de mis dedos acariciaron ese monte de Venus suave y perfectamente liso y luego fui bajando hacia su abertura, separando sutilmente los labios con dos dedos, para palparlo luego y notar lo húmedo que estaba.

Difícil describir lo que ocurrió durante los siguientes quince o veinte minutos. Como otras muchas veces entre nosotros, los cuerpos se juntaron, se entrelazaron, se separaron, se dieron la vuelta, de pie, sentados, recostados, en una ronda sin fin. Sonia se había colocado el arnés, previamente se había puesto unas bragas para que las cintas no le pillaran el vello púbico, y se había follado con él a Luz a cuatro patas, sentada en la cama, Luz encima cabalgando el aparato, con Isa tras ella besando su cuello y acariciando sus tetas, mientras yo, de pie, las miraba mientras me masturbaba. Por fin Sonia logró que se corriera y justo después Luz le devolvió el favor. Ambas se tendieron en la cama e Isa se puso a cuatro patas frente a ellas y me miró. Me acerqué y se la metí para acabar lo que habíamos empezado. A punto de correrse, Sonia se arrodilló también frente a ella para acariciarla y besarla.

-Me voy a correr…– le avisé susurrándole al oído.
-Oh sí, síii…aah..yo también..ooh, oooh..aah..aah..aaaaaah… - gritó justo antes de empezar a estremecerse de placer. Sonia la sujetó y se abrazó a ella, esperando a que volviera a relajarse. Yo ya me había retirado y a ellas les entró un pequeño ataque de risa. Volvieron a abrazarse y se echaron en la cama junto a Luz. Yo me quedé sentado a los pies delante de ellas.

Tras unos segundos de silencio.

-Me ha costado un poco… - reconoció Luz – no es que estuviera nerviosa, pero bueno…a veces hasta que no conoces mejor al otro…jejeje…
-Pues ha estado bien, ¿no? – respondió Sonia – Para ser la primera vez…quiero decir… tú con nosotros…
-Buff..genial… la verdad es que me he sorprendido a mí misma jajaja – volvió a decir Luz.
-¿Qué dices, Isa? – le pregunté.
-Un poco corto jajajaja – soltó – pero bien jajaja.
-¿Corto?! - exclamó Luz.
-Buah, es que ha habido veces que nos hemos tirado la tarde entera, jajaja...
-Jajajaja – se volvió a reír Luz.
-Voy a por agua ¿quereis alguna? – pregunté.
-Trae unos botellines – respondió Sonia.

Cuando regresé con ellos estaban las tres estiradas sobre la cama hablando de juguetes. Luz les explicaba los que tenía en casa y cuál era su preferido, una polla de goma con ventosa que podía fijar en cualquier sitio.
Les ofrecí el agua y me senté en una silla frente a ellas.

-Una cosa que me ha sorprendido, incluso aunque Isa ya me había contado cosas…es lo cariñosos que sois entre vosotros…y como lo habéis sido conmigo…
-Es que, hija – dijo Sonia - son muchos años… y no solo es el que nos conozcamos y sepamos lo que les gusta a los otros, es todo lo demás, llevamos muchos años compartiendo muchas otras cosas…y el roce hace el cariño y lo trasladamos al sexo…
-Ya, es que bueno… como sabréis yo he tenido unas cuantas experiencias con tríos y aunque eran buenas gentes, nos conocíamos y había cierta amistad con algunos, al llegar a la cama era todo más… no sé…como más mecánico todo…sí, disfrutábamos, pero a veces faltaba cierta confianza en ese terreno…como que no acababa, hablo por mí… de dejarme llevar del todo… no sé si me explico.
-Es algo que nos ha comentado la poca gente que lo sabe…sobre todo que no entiende bien como se puede compartir el sexo en un entorno de tanta amistad…no les entra en la cabeza…pues mira, seremos raros jajaja – respondí.
-Os quedáis a dormir, ¿no? – dijo de pronto Sonia. Luz miró el reloj.
-Yo me tengo que ir… me gustaría, de verdad, pero mañana viene mi hijo temprano y quiero estar en casa. Otra vez será…
-¿Te acompaño a tu casa en el coche? – pregunté.
-Ni hablar, no… ahora pido un taxi – dijo mientras se iba vistiendo – No voy a hacer que te vistas ahora para eso…

Isa me miró, y me miró con cara de ganas de seguir de jarana.

-¿Te quedas Isa? – pregunté sabiendo su respuesta.
-Si me queréis…
-Que tonterías dices a veces… - exclamó Sonia.
-Jajajaja – se rio ella.

Despedimos a Luz cuando el taxi la avisó y quedamos en vernos otro día.

-Bueno, ¿Qué os ha parecido? – dijo Isa cuando cerramos la puerta
-Encantadora…mejor de lo esperado – dijo Sonia.
-Una chica muy abierta – apostillé yo.
-Isa, como siempre hemos dicho, lo importante es tenerlo claro, ya me entiendes…
-Lo tengo clarísimo en ese aspecto… - replicó ella.
-Chicas, necesito una ducha ¿me acompañáis? – interrumpí.
-Ve abriendo el grifo que voy a la cocina y luego al servicio… - replicó Sonia.

Minutos después estaba en la ducha y entraron ellas dos. Las abracé y las acerque hacia mí para que se pusieran debajo de la cascada de la ducha. Como me gusta estar con ellas así, en la ducha, acariciando sus culetes mientras el agua resbala por nuestros cuerpos.


***continuarará***
 
Que buena noche
Y va a continuar entre los 3, lastima que Luz no se quedo
 
Como siempre muy buena esta entrega, Luz creo lo ha pasado de maravillas y no me cabe dudas que la próxima se queda si o si, gracias JiuYacman estaremos pendientes. :aplausos1::aplausos1::aplausos1:
 
Me ha costado unos días pero me lo he leído entero... Gracias por tenerme entretenido los últimos días, espero que sigas escribiendo pronto
 
CAPITULO 30


Luz sonrió traviesa, se levantó y acabó de desnudarse sin pestañear, mostrando su estilizado y completamente rasurado cuerpo. Parecía como si nos conociéramos de años. Tiró de los pantalones de Sonia para quitárselos y luego se arrodilló inclinándose sobre ella y empezó a besar sus pechos casi con ternura, bajando luego por su vientre hasta llegar a su ombligo.

-Uuumm… me encanta como hueles – la oí susurrar mientras miraba como Isa seguía chupándomela.

Luego se incorporó ligeramente para inclinarse sobre Sonia y volver a besarse antes de arrodillarse de nuevo y quitarle las braguitas. Pero Sonia se incorporó e hizo que fuera Luz la que se sentara y tumbara en el sofá. Ahora era ella la que besaba y lamía las tetas de Luz, bajando después hacia su vientre hasta quedar arrodillada entre sus piernas.

Isa por fin se levantó y empezó también a desabrocharse los pantalones. Se los quitó rápidamente y me incorporé para atraerla hacia mí y abrazarla mientras besaba su vientre y la acababa también de desnudar. Empezó a suspirar. Levanté los ojos para cruzarme con su mirada, que rezumaba deseo. Su boca entreabierta y su pecho hinchándose de placer al acariciar su pubis. Dio un respingo placentero seguido de un débil gemido cuando mis dedos rozaron su clítoris.

Hice que se diera la vuelta para acariciar y besar su baja espalda y sus nalgas. Sin yo decírselo se arrodilló en el sofá para inclinarse sobre Luz y besarse. Gimió cuando metí una mano entre sus piernas buscando de nuevo su coño en esa postura y luego cuando separando sus nalgas con la mano empecé a lamer su agujerito con la punta de la lengua. Un par de azotes la acabaron de encender del todo.

-¡Ummm…métemela! – exclamó girando la cabeza para mirarme.

Al levantarme con la intención de ponerme detrás y metérsela pude observar desde arriba como Sonia le estaba comiendo el coño a Luz, su primer coño completamente rasurado.

Sin más preámbulos se la metí despacio pero hasta el fondo. Se volvió a respingar levantando ligeramente la espalda. Mientras la follaba observaba como Sonia seguía comiéndose a Luz y como ella no dejaba de mirar como lo hacía, suspirando y gimiendo sin parar.

-¿Qué tal? – le preguntó Sonia.
-Uf..uff…puff…genial…me en…canta… - Luz respondió farfullando.
-¿Vamos a la cama? – le susurré a Isa.
-Vale – respondió ella. La empuje ligeramente y se levantó.

Isa y yo nos habíamos sentado en el sofá y me había estado cabalgando de espaldas mientras yo la acariciaba. Y a Luz no se le pasó por alto un detalle.

-¿No usáis preservativo?
-Entre nosotros no… no nos podemos quedar embarazadas y tampoco tenemos ninguna enfermedad…nos somos fieles jajajaja - respondió Sonia satisfaciendo la curiosidad de Luz.
-Jajajaja….vaya pues yo no he traído…a ver, que tampoco tengo nada…pero no quiero tener un accidente jajaja – replicó Luz. Revelando no sé si a propósito o sin, sus intenciones.
-Mmm…creo que tengo una solución a eso – dijo Sonia.

No caí en cual era la “solución” a la que se refería Sonia y sentía curiosidad, porque de lo que estaba seguro es de que no había condones en casa.
Isa y yo nos metimos en el dormitorio y me tumbé en la cama. Casi a la vez que Isa se iba a subir, entraron Sonia y Luz. Luz abrió el armario y sacó de un cajón el arnés y una caja con juguetes, en dónde entre otros, había un par de dildos que se acoplaban al arnés.

-¡Anda! – exclamó Luz – tenía yo uno igual…jajajaja.

Sonia abrió la caja y se la mostró a Luz.

-¿Cuál quieres? – preguntó.
-Jajaja – se rio Luz divertida – mmm…mejor el más fino… de momento…jejeje.

Sonia lo sujetó en el arnés y lo dejó a un lado de la cama. Ambas se subieron a la misma, Luz a un lado y Sonia en el centro. Luz no se cortó lo más mínimo y me agarró la polla, que había perdido un poco la erección y empezó a masajearla con suavidad. Isa se echó al otro lado y se inclinó sobre mi pecho para besarme. No sabía si Luz era partidaria de los besos, a mí no me importaba, pero dejé que ella decidiera. Mientras Isa y yo nos besábamos sentí los labios y la boca de Luz sobre mi polla y las manos de Sonia acariciándome los huevos al mismo tiempo. Llegó un momento en el que las tres se iban alternando sobre mi polla, y yo cerré los ojos para disfrutar con los demás sentidos. Alargué la mano del lado de Luz y le acaricié el culo suavemente, sentí como ella se recolocó, apoyándose sobre un codo y abriendo las piernas. La invitación era clara y aún así guió mi mano con la suya. Las yemas de mis dedos acariciaron ese monte de Venus suave y perfectamente liso y luego fui bajando hacia su abertura, separando sutilmente los labios con dos dedos, para palparlo luego y notar lo húmedo que estaba.

Difícil describir lo que ocurrió durante los siguientes quince o veinte minutos. Como otras muchas veces entre nosotros, los cuerpos se juntaron, se entrelazaron, se separaron, se dieron la vuelta, de pie, sentados, recostados, en una ronda sin fin. Sonia se había colocado el arnés, previamente se había puesto unas bragas para que las cintas no le pillaran el vello púbico, y se había follado con él a Luz a cuatro patas, sentada en la cama, Luz encima cabalgando el aparato, con Isa tras ella besando su cuello y acariciando sus tetas, mientras yo, de pie, las miraba mientras me masturbaba. Por fin Sonia logró que se corriera y justo después Luz le devolvió el favor. Ambas se tendieron en la cama e Isa se puso a cuatro patas frente a ellas y me miró. Me acerqué y se la metí para acabar lo que habíamos empezado. A punto de correrse, Sonia se arrodilló también frente a ella para acariciarla y besarla.

-Me voy a correr…– le avisé susurrándole al oído.
-Oh sí, síii…aah..yo también..ooh, oooh..aah..aah..aaaaaah… - gritó justo antes de empezar a estremecerse de placer. Sonia la sujetó y se abrazó a ella, esperando a que volviera a relajarse. Yo ya me había retirado y a ellas les entró un pequeño ataque de risa. Volvieron a abrazarse y se echaron en la cama junto a Luz. Yo me quedé sentado a los pies delante de ellas.

Tras unos segundos de silencio.

-Me ha costado un poco… - reconoció Luz – no es que estuviera nerviosa, pero bueno…a veces hasta que no conoces mejor al otro…jejeje…
-Pues ha estado bien, ¿no? – respondió Sonia – Para ser la primera vez…quiero decir… tú con nosotros…
-Buff..genial… la verdad es que me he sorprendido a mí misma jajaja – volvió a decir Luz.
-¿Qué dices, Isa? – le pregunté.
-Un poco corto jajajaja – soltó – pero bien jajaja.
-¿Corto?! - exclamó Luz.
-Buah, es que ha habido veces que nos hemos tirado la tarde entera, jajaja...
-Jajajaja – se volvió a reír Luz.
-Voy a por agua ¿quereis alguna? – pregunté.
-Trae unos botellines – respondió Sonia.

Cuando regresé con ellos estaban las tres estiradas sobre la cama hablando de juguetes. Luz les explicaba los que tenía en casa y cuál era su preferido, una polla de goma con ventosa que podía fijar en cualquier sitio.
Les ofrecí el agua y me senté en una silla frente a ellas.

-Una cosa que me ha sorprendido, incluso aunque Isa ya me había contado cosas…es lo cariñosos que sois entre vosotros…y como lo habéis sido conmigo…
-Es que, hija – dijo Sonia - son muchos años… y no solo es el que nos conozcamos y sepamos lo que les gusta a los otros, es todo lo demás, llevamos muchos años compartiendo muchas otras cosas…y el roce hace el cariño y lo trasladamos al sexo…
-Ya, es que bueno… como sabréis yo he tenido unas cuantas experiencias con tríos y aunque eran buenas gentes, nos conocíamos y había cierta amistad con algunos, al llegar a la cama era todo más… no sé…como más mecánico todo…sí, disfrutábamos, pero a veces faltaba cierta confianza en ese terreno…como que no acababa, hablo por mí… de dejarme llevar del todo… no sé si me explico.
-Es algo que nos ha comentado la poca gente que lo sabe…sobre todo que no entiende bien como se puede compartir el sexo en un entorno de tanta amistad…no les entra en la cabeza…pues mira, seremos raros jajaja – respondí.
-Os quedáis a dormir, ¿no? – dijo de pronto Sonia. Luz miró el reloj.
-Yo me tengo que ir… me gustaría, de verdad, pero mañana viene mi hijo temprano y quiero estar en casa. Otra vez será…
-¿Te acompaño a tu casa en el coche? – pregunté.
-Ni hablar, no… ahora pido un taxi – dijo mientras se iba vistiendo – No voy a hacer que te vistas ahora para eso…

Isa me miró, y me miró con cara de ganas de seguir de jarana.

-¿Te quedas Isa? – pregunté sabiendo su respuesta.
-Si me queréis…
-Que tonterías dices a veces… - exclamó Sonia.
-Jajajaja – se rio ella.

Despedimos a Luz cuando el taxi la avisó y quedamos en vernos otro día.

-Bueno, ¿Qué os ha parecido? – dijo Isa cuando cerramos la puerta
-Encantadora…mejor de lo esperado – dijo Sonia.
-Una chica muy abierta – apostillé yo.
-Isa, como siempre hemos dicho, lo importante es tenerlo claro, ya me entiendes…
-Lo tengo clarísimo en ese aspecto… - replicó ella.
-Chicas, necesito una ducha ¿me acompañáis? – interrumpí.
-Ve abriendo el grifo que voy a la cocina y luego al servicio… - replicó Sonia.

Minutos después estaba en la ducha y entraron ellas dos. Las abracé y las acerque hacia mí para que se pusieran debajo de la cascada de la ducha. Como me gusta estar con ellas así, en la ducha, acariciando sus culetes mientras el agua resbala por nuestros cuerpos.


***continuarará***
Buenísimo como siempre
 
Alto voltaje

CAPITULO 31


Me estaba excitando otra vez. Cuando las chicas lo notaron me miraron picaronas las dos.

-¿Y estooo? – exclamó Isa entre risas.
-Ya ves…mirad como me ponéis.
-¿Qué pasa, tienes ganas de marcha todavía? – preguntó Sonia.
-Mmm…yo siempre tengo ganas de marcha…- miré el reloj sobre la repisa del baño – además, no es muy tarde…ummm
-Entonces, ¿lo de antes qué ha sido, un aperitivo? jajajaja – dijo Sonia.
-Ummmm…podría decirse jajaja…pero... ¿no os apetece follar de verdad?
-Estarás cansado… - insinuó Isa medio en broma
-Para nada…lo de antes ha estado interesante para ser la primera vez…perooo…
-¿Pero qué? – interrumpió Sonia.

Me apreté más contra ellas y las bese una tras otra en el cuello. Luego les miré fijamente a los ojos a las dos…

-¡Uy!… y crees que podrás con dos? – se rio Sonia

Isa me agarró la polla y empezó a masajearla suavemente.

-¿No he podido otras veces? ¡Y hasta con tres! – exclamé riendo.
-Jajajajajaja – se rieron las dos.
-Acabo de correrme…puedo aguantar hasta el amanecer…además pienso dejar que hagáis vosotras el trabajo jejeje
-Anda, mírale que listo – exclamó Isa antes de soltar una carcajada.
-¿Lo comprobamos? – la provoqué de nuevo.
-Ay…si no fuera por estas risas…gracias por hacerme reír tanto - se acercó y me besó en la mejilla.
-Sí, yo también me rio…pero… ¿qué me decís de la propuesta? – seguí provocándolas.

Isa se puso seria, miró de reojo a Sonia. Sonia apretó a su vez los labios y me agarró una nalga apretándola fuerte.

-Sal y nos esperas fuera…tenemos que secarnos un poco el pelo – dijo Sonia

Salí escopeteado de la ducha y empecé a secarme. Luego me fui al salón, coloqué un par de toallas grandes sobre el sofá y preparé unas copas muy poco cargadas que dejé sobre la mesa. También dejé la caja de juguetes. Al cabo de unos diez minutos aparecieron ellas perfectamente frescas y desnudas de nuevo.

-Anda, si lo tenía todo previsto… - exclamó Isa al verme.

Me levanté y le ofrecí un vaso a cada una. Isa le dio un largo trago y cuando lo dejó sobre la mesa la cogí por la cintura, me acerqué y sin más pérdida de tiempo empecé a besarla. Sonia, mientras, bebía del suyo y enseguida se nos unió. No tardé en volver a excitarme y Sonia empezó a masajeármela despacio hasta que logré una buena erección.

Sólo con mirar sus caras supe que nos esperaba un sexo distinto al que habíamos tenido antes con Luz. Eran unas caras que exudaban morbo y deseo. Pedían y querían sexo sin miramientos, sudoroso, sucio si puede decirse. Las manos de los tres no daban abasto para acariciarnos, pellizcarnos y masturbarnos mutuamente.

Las llevé hasta el sofá para que se sentaran y recostaran en él y me bajé al parquet. Sonia levantó una de sus piernas y enseguida me zambullí entre ellas. En cuanto mi lengua rozó su coño soltó un gemido. Apreté mis labios contra él y empecé a lamerlo y pinzarlo con mis labios y a acariciarlo con mi lengua. El coño rasurado de Luz en verdad que facilita mucho esa tarea, pero yo estoy ya muy acostumbrado a los de "mis chicas" y además me gustan así, con su vello natural. Miré de reojo a Isa que a su vez había levantado también una pierna y se estaba masturbando mientras nos miraba. Alargué la mano para empezar a acariciarla. Luego cambie hacia ella para hacer lo mismo que con Sonia, y así un par de veces a cada una. No quería que se corrieran demasiado pronto, quería llevarlas cerca del clímax pero sin alcanzarlo.

Me levanté y me pajeé brevemente delante de ellas como queriendo mostrar mis intenciones. Luego les tendí la mano invitando a que se levantasen. Adivinaron perfectamente lo que quería y se pusieron de rodillas sobre el sofá apoyándose en el respaldo.

Empecé por Sonia de nuevo, un buen empujón hasta el fondo que la hizo gritar, la agarré por las caderas y empecé a follarla con fuerza mientras observaba como Isa se empezaba a tocar de nuevo. Le paré la mano y se la sujeté sobre su espalda. Eso la excitó más, y me lanzó una mirada asesina, pero estaba seguro que sin excitar su clítoris no se iba a correr. No tardé en metérsela, lo mismo que con Sonia, un fuerte empujón seco que también la hizo gritar. Fui alternando entre una y otra, cada vez con más intensidad pero lo justo para dejarlas con ganas de más. Por fin me retiré brevemente, di un sorbo a mi vaso y abriéndome paso me senté entre las dos.

No hacía falta decir más. Me estiré en el sofá sentado en el borde y las piernas abiertas y Sonia se dio la vuelta y se sentó sobre mi polla para empezar a cabalgarme de espaldas. Isa se sentó justo a mi lado y mientras yo acompañaba el movimiento de Sonia con las manos en sus nalgas ella le acariciaba las espalda y el hombro. Los gemidos de Sonia fueron en aumento, y sus sentadas cada vez eran más violentas. Con un leve gesto en su cintura hice que se levantara e Isa tomó su lugar. Se colocó y tras meter un poco la punta se dejó caer de golpe. Empezó a subir y bajar muy fuerte, excitadísima. Sonia, en vez de sentarse, se quedó de pie mirándonos mientras se tocaba. Los poros de su piel rebosaban placer y sudor a partes iguales. Como antes en la otra postura se turnaron ambas varias veces. Yo estaba bien, controlándome, relajado y sobre todo gozando de verlas disfrutar a ellas.

Cuando miré de nuevo a Sonia estaba con un bote de lubricante que había cogido de la cajita de juguetes en la mano y lo estaba chupando y lamiendo lascivamente mientras me miraba. Dejaba claro que tenía ganas de meter una marcha.

-¿Quieres que te folle el culo? – pregunté de manera retórica.
-¿Para qué crees que tengo esto en la mano? – respondió morbosamente.

Eché a Isa para atrás y la abracé por la cintura con un brazo mientras con la otra mano acaricié su vello púbico. Acerqué luego mi boca y le mordí ligeramente el lóbulo de la oreja. Ella lanzó un suspiró.

-¿Tú también quieres? – le pregunté al apretar mi mano contra su coño,

Reaccionó con un fuerte y largo gemido mientras balbuceaba algo, muy excitada. Di un buen empujón de caderas en esa postura y volví a preguntarle.

-¿También quieres que te folle el culo? - le pregunté de nuevo.
-Sí...no…diooos…no seeee…síííííí – gritó. Sonia se inclinó sobre ella y la besó violentamente metiéndole la lengua en la boca. Isa la abrazó y por unos momentos estuvimos los tres en un “sándwich”.

Yo también me excité mucho y la empujé para que se levantara.

-Ven aquí – casi le ordené. Hice que se tumbara boca abajo sobre mi regazo. Dos azotes en el culo la hicieron gritar de nuevo de excitación.

Empecé a masajear sus nalgas, apretándolas brevemente y luego busqué su ano para masajearlo con los dedos. Sonia se acercó a nosotros, separé las nalgas de Isa y ella dejó caer un buen chorro de gel sobre su agujerito. Isa dio un respingo al notar el frescor inicial. Al contrario que Sonia o Lore, sabía que Isa necesitaba más preparación previa.
Tras un poco de masaje relajante el primer dedo entró muy fácil, y el segundo costó un poco más, entre quejas, aunque no muy fuertes.

-Eres una quejica – le espeté entre risas.
-Claro, claro… - respondió irónica.
-Dame eso – le pedí a Sonia el plug que tenía en la mano. Me lo acercó, se lo coloqué sobre su sonrosado agujerito y tras unos pocos amagos presionando ligeramente, se lo metí de un solo golpe seco. Volvió a dar otro respingo y luego se relajó. Un par de azotes más volvieron a excitarla.
-¡Dioooooss! – exclamó.

Respiró profundamente y se levantó como un resorte para acto seguido sentarse a horcajadas sobre mis piernas. Estaba excitadísima y sin más me la agarró y se la metió, empezando a cabalgarme con fuerza. Podía sentir un poco el plug que tenía metido en el culo. La solté y descansando los brazos a los lados la dejé a su ritmo. Cuando nos mirábamos se le escapaba una sonrisa, una sonrisa de satisfacción.

-Así, así…ummm…joder…me encanta…oh oh oooh - exclamaba sin parar de botar sobre mí.

Gotitas de sudor empezaron a cubrir su rostro y su pecho y poco a poco a resbalar por su piel. Acaricié levemente sus pezones para notar lo durísimos que estaban. Tras una intensa y morbosa cabalgada se paró de repente para coger aire.

-Diooos…que bien…jajaja…- se inclinó sobre mi pecho para reposar momentáneamente. La agarré por las nalgas para acariciarla cariñosamente.

Isa se levantó y Sonia tomó su lugar, pero de espaldas a mí y colocando mi polla en su culito. Se le metió completamente antes de empezar a subir y bajar lentamente. Isa se sentó de rodillas a un lado del sofá, apoyando un brazo sobre el respaldo. Tendí el mío para agarrar su mano mientras ella, bañada en sudor, miraba como Sonia me cabalgaba. Esta empezó a acelerar el ritmo y a buscar el mayor recorrido sobre mi polla, llegando casi a salirse cada vez que subía, antes de bajar casi de golpe. Hacia el final se recostó sobre mi pecho para que la masturbara hasta correrse entre fuertes gemidos.

Tras unos largos segundos de reposo, se levantó haciendo que mi polla saliera rebotada contra mi propio vientre.

-Madre mía, que dura y reventona la tienes – murmuró Isa, sacándome una sonrisa.

Me levanté, abracé a Sonia, la besé cariñosamente en los labios y luego tendí la mano a Isa. Esta se levantó y también la abracé, luego la agarré tiernamente la cara y la besé también.

-Lo dicho, que reventona está… - repitió tras notarla contra su vientre al abrazarnos.

Alargué la mano por detrás y le saqué el plug que tenía todavía insertado en su culo.

-Vamos a la cama – susurré.

***continuará***
 
Que tal continuacion de la noche entre los 3.
Y todavía se viene mucho mas
 
Alto voltaje

CAPITULO 31


Me estaba excitando otra vez. Cuando las chicas lo notaron me miraron picaronas las dos.

-¿Y estooo? – exclamó Isa entre risas.
-Ya ves…mirad como me ponéis.
-¿Qué pasa, tienes ganas de marcha todavía? – preguntó Sonia.
-Mmm…yo siempre tengo ganas de marcha…- miré el reloj sobre la repisa del baño – además, no es muy tarde…ummm
-Entonces, ¿lo de antes qué ha sido, un aperitivo? jajajaja – dijo Sonia.
-Ummmm…podría decirse jajaja…pero... ¿no os apetece follar de verdad?
-Estarás cansado… - insinuó Isa medio en broma
-Para nada…lo de antes ha estado interesante para ser la primera vez…perooo…
-¿Pero qué? – interrumpió Sonia.

Me apreté más contra ellas y las bese una tras otra en el cuello. Luego les miré fijamente a los ojos a las dos…

-¡Uy!… y crees que podrás con dos? – se rio Sonia

Isa me agarró la polla y empezó a masajearla suavemente.

-¿No he podido otras veces? ¡Y hasta con tres! – exclamé riendo.
-Jajajajajaja – se rieron las dos.
-Acabo de correrme…puedo aguantar hasta el amanecer…además pienso dejar que hagáis vosotras el trabajo jejeje
-Anda, mírale que listo – exclamó Isa antes de soltar una carcajada.
-¿Lo comprobamos? – la provoqué de nuevo.
-Ay…si no fuera por estas risas…gracias por hacerme reír tanto - se acercó y me besó en la mejilla.
-Sí, yo también me rio…pero… ¿qué me decís de la propuesta? – seguí provocándolas.

Isa se puso seria, miró de reojo a Sonia. Sonia apretó a su vez los labios y me agarró una nalga apretándola fuerte.

-Sal y nos esperas fuera…tenemos que secarnos un poco el pelo – dijo Sonia

Salí escopeteado de la ducha y empecé a secarme. Luego me fui al salón, coloqué un par de toallas grandes sobre el sofá y preparé unas copas muy poco cargadas que dejé sobre la mesa. También dejé la caja de juguetes. Al cabo de unos diez minutos aparecieron ellas perfectamente frescas y desnudas de nuevo.

-Anda, si lo tenía todo previsto… - exclamó Isa al verme.

Me levanté y le ofrecí un vaso a cada una. Isa le dio un largo trago y cuando lo dejó sobre la mesa la cogí por la cintura, me acerqué y sin más pérdida de tiempo empecé a besarla. Sonia, mientras, bebía del suyo y enseguida se nos unió. No tardé en volver a excitarme y Sonia empezó a masajeármela despacio hasta que logré una buena erección.

Sólo con mirar sus caras supe que nos esperaba un sexo distinto al que habíamos tenido antes con Luz. Eran unas caras que exudaban morbo y deseo. Pedían y querían sexo sin miramientos, sudoroso, sucio si puede decirse. Las manos de los tres no daban abasto para acariciarnos, pellizcarnos y masturbarnos mutuamente.

Las llevé hasta el sofá para que se sentaran y recostaran en él y me bajé al parquet. Sonia levantó una de sus piernas y enseguida me zambullí entre ellas. En cuanto mi lengua rozó su coño soltó un gemido. Apreté mis labios contra él y empecé a lamerlo y pinzarlo con mis labios y a acariciarlo con mi lengua. El coño rasurado de Luz en verdad que facilita mucho esa tarea, pero yo estoy ya muy acostumbrado a los de "mis chicas" y además me gustan así, con su vello natural. Miré de reojo a Isa que a su vez había levantado también una pierna y se estaba masturbando mientras nos miraba. Alargué la mano para empezar a acariciarla. Luego cambie hacia ella para hacer lo mismo que con Sonia, y así un par de veces a cada una. No quería que se corrieran demasiado pronto, quería llevarlas cerca del clímax pero sin alcanzarlo.

Me levanté y me pajeé brevemente delante de ellas como queriendo mostrar mis intenciones. Luego les tendí la mano invitando a que se levantasen. Adivinaron perfectamente lo que quería y se pusieron de rodillas sobre el sofá apoyándose en el respaldo.

Empecé por Sonia de nuevo, un buen empujón hasta el fondo que la hizo gritar, la agarré por las caderas y empecé a follarla con fuerza mientras observaba como Isa se empezaba a tocar de nuevo. Le paré la mano y se la sujeté sobre su espalda. Eso la excitó más, y me lanzó una mirada asesina, pero estaba seguro que sin excitar su clítoris no se iba a correr. No tardé en metérsela, lo mismo que con Sonia, un fuerte empujón seco que también la hizo gritar. Fui alternando entre una y otra, cada vez con más intensidad pero lo justo para dejarlas con ganas de más. Por fin me retiré brevemente, di un sorbo a mi vaso y abriéndome paso me senté entre las dos.

No hacía falta decir más. Me estiré en el sofá sentado en el borde y las piernas abiertas y Sonia se dio la vuelta y se sentó sobre mi polla para empezar a cabalgarme de espaldas. Isa se sentó justo a mi lado y mientras yo acompañaba el movimiento de Sonia con las manos en sus nalgas ella le acariciaba las espalda y el hombro. Los gemidos de Sonia fueron en aumento, y sus sentadas cada vez eran más violentas. Con un leve gesto en su cintura hice que se levantara e Isa tomó su lugar. Se colocó y tras meter un poco la punta se dejó caer de golpe. Empezó a subir y bajar muy fuerte, excitadísima. Sonia, en vez de sentarse, se quedó de pie mirándonos mientras se tocaba. Los poros de su piel rebosaban placer y sudor a partes iguales. Como antes en la otra postura se turnaron ambas varias veces. Yo estaba bien, controlándome, relajado y sobre todo gozando de verlas disfrutar a ellas.

Cuando miré de nuevo a Sonia estaba con un bote de lubricante que había cogido de la cajita de juguetes en la mano y lo estaba chupando y lamiendo lascivamente mientras me miraba. Dejaba claro que tenía ganas de meter una marcha.

-¿Quieres que te folle el culo? – pregunté de manera retórica.
-¿Para qué crees que tengo esto en la mano? – respondió morbosamente.

Eché a Isa para atrás y la abracé por la cintura con un brazo mientras con la otra mano acaricié su vello púbico. Acerqué luego mi boca y le mordí ligeramente el lóbulo de la oreja. Ella lanzó un suspiró.

-¿Tú también quieres? – le pregunté al apretar mi mano contra su coño,

Reaccionó con un fuerte y largo gemido mientras balbuceaba algo, muy excitada. Di un buen empujón de caderas en esa postura y volví a preguntarle.

-¿También quieres que te folle el culo? - le pregunté de nuevo.
-Sí...no…diooos…no seeee…síííííí – gritó. Sonia se inclinó sobre ella y la besó violentamente metiéndole la lengua en la boca. Isa la abrazó y por unos momentos estuvimos los tres en un “sándwich”.

Yo también me excité mucho y la empujé para que se levantara.

-Ven aquí – casi le ordené. Hice que se tumbara boca abajo sobre mi regazo. Dos azotes en el culo la hicieron gritar de nuevo de excitación.

Empecé a masajear sus nalgas, apretándolas brevemente y luego busqué su ano para masajearlo con los dedos. Sonia se acercó a nosotros, separé las nalgas de Isa y ella dejó caer un buen chorro de gel sobre su agujerito. Isa dio un respingo al notar el frescor inicial. Al contrario que Sonia o Lore, sabía que Isa necesitaba más preparación previa.
Tras un poco de masaje relajante el primer dedo entró muy fácil, y el segundo costó un poco más, entre quejas, aunque no muy fuertes.

-Eres una quejica – le espeté entre risas.
-Claro, claro… - respondió irónica.
-Dame eso – le pedí a Sonia el plug que tenía en la mano. Me lo acercó, se lo coloqué sobre su sonrosado agujerito y tras unos pocos amagos presionando ligeramente, se lo metí de un solo golpe seco. Volvió a dar otro respingo y luego se relajó. Un par de azotes más volvieron a excitarla.
-¡Dioooooss! – exclamó.

Respiró profundamente y se levantó como un resorte para acto seguido sentarse a horcajadas sobre mis piernas. Estaba excitadísima y sin más me la agarró y se la metió, empezando a cabalgarme con fuerza. Podía sentir un poco el plug que tenía metido en el culo. La solté y descansando los brazos a los lados la dejé a su ritmo. Cuando nos mirábamos se le escapaba una sonrisa, una sonrisa de satisfacción.

-Así, así…ummm…joder…me encanta…oh oh oooh - exclamaba sin parar de botar sobre mí.

Gotitas de sudor empezaron a cubrir su rostro y su pecho y poco a poco a resbalar por su piel. Acaricié levemente sus pezones para notar lo durísimos que estaban. Tras una intensa y morbosa cabalgada se paró de repente para coger aire.

-Diooos…que bien…jajaja…- se inclinó sobre mi pecho para reposar momentáneamente. La agarré por las nalgas para acariciarla cariñosamente.

Isa se levantó y Sonia tomó su lugar, pero de espaldas a mí y colocando mi polla en su culito. Se le metió completamente antes de empezar a subir y bajar lentamente. Isa se sentó de rodillas a un lado del sofá, apoyando un brazo sobre el respaldo. Tendí el mío para agarrar su mano mientras ella, bañada en sudor, miraba como Sonia me cabalgaba. Esta empezó a acelerar el ritmo y a buscar el mayor recorrido sobre mi polla, llegando casi a salirse cada vez que subía, antes de bajar casi de golpe. Hacia el final se recostó sobre mi pecho para que la masturbara hasta correrse entre fuertes gemidos.

Tras unos largos segundos de reposo, se levantó haciendo que mi polla saliera rebotada contra mi propio vientre.

-Madre mía, que dura y reventona la tienes – murmuró Isa, sacándome una sonrisa.

Me levanté, abracé a Sonia, la besé cariñosamente en los labios y luego tendí la mano a Isa. Esta se levantó y también la abracé, luego la agarré tiernamente la cara y la besé también.

-Lo dicho, que reventona está… - repitió tras notarla contra su vientre al abrazarnos.

Alargué la mano por detrás y le saqué el plug que tenía todavía insertado en su culo.

-Vamos a la cama – susurré.

***continuará***
Bufff. Super excitante
 
Vamos por el culo de Isa, está muy bueno el relato y lo que se viene debe haber sido espectacular ya que me imagino que Isa no lo hacía tan seguido o no lo hacía derechamente, muy buen relato JiuYacman. :aplausos1::aplausos1::aplausos1:
 
Sigue el alto voltaje

CAPITULO 32

La cogí de la mano y fuimos hasta el dormitorio con Sonia detrás llevando la caja de juguetes.

A los pies de la cama la besé de nuevo, antes de pedirle que se echara sobre ella. Al recostarse boca arriba sus tetas, bastante tersas todavía para su edad, vibraron como gelatina. Me estiré para coger una de las almohadas y se la puse debajo del culo. Ella me miraba, expectante y ansiosa como reflejaba su respiración. Me coloqué frente a ella, sentado sobre mis talones y le separé más las piernas. Aún me entretuve acariciando su tupido y negro vello. La miré y tras una leve sonrisa suya la interrogué con la mirada. Asintió con la cabeza.

Me acerqué lo justo y empecé a restregar mi polla por su coño, prácticamente masturbándola con ella. Enseguida abrió la boca y gimió. Sonia se había sentado a nuestro lado y nos miraba. Le pedí un poco más de lubricante y con un dedo bien engrasado sondeé el ano de Isa durante unos segundos. Ella no se inmutó.

-Despacio… - fue lo único que salió levemente de sus labios.

Aunque estaba más relajada que la vez anterior, su rostro se crispó al penetrarla y dio un pequeño gritito cuando le introduje la punta. Ahí me paré unos pocos segundos mientras acariciaba su clítoris para aumentar más su excitación. Luego continué empujando hasta metérsela casi entera y me volví a parar, hasta que noté como su rostro se relajaba un poco. Levanté completamente sus preciosas piernas para abrazarlas y empecé a besárselas sin apartar mi mirada de sus ojos y, al contrario que otras veces, ella mantuvo la suya sin desviarla. Mientras besaba sus piernas Sonia se echó a su lado y empezó también a acariciarla. Luego empecé a entrar y salir, siempre despacio, sosteniendo sus piernas abrazadas en alto y besándoselas de vez en cuando. Sus gemidos rítmicos y sostenidos empezaron a inundar la estancia, acompañados por alguna palabra incomprensible entre medias. Sonia la besaba también de vez en cuando. Aceleré un poco el ritmo, aunque sin brusquedad, cuando ya me di cuenta de que lo estaba disfrutando bien.

-Diooos…más…más… - murmuraba.

Apoyando sus piernas en mis hombros me incliné sobre ella y empecé a follarla más fuerte, entrando hasta sus entrañas. Ella gemía cada vez más intensamente y notaba como elevaba sus caderas hasta encontrarse con las mías. Alargué el cuello para besarla fogosamente.

-Que malo eres… - musitó con una sonrisa que no pudo evitar.
-¿No dices que quieres más…? – respondí devolviéndole la sonrisa.

Le bajé por fin las piernas y me recosté sobre ella para acariciar su carita y besarla de nuevo. En ese momento noté la mano de Sonia acariciando mi espalda, la miré y nos besamos también.

-No te duele ya, ¿verdad? – le pregunté a Isa.
-No…- respondió escuetamente negando al mismo tiempo con la cabeza.

Agarrándola por debajo hice que ambos rotáramos, quedando ella encima.

-Ufff…jajaja – se rio aparentemente divertida mientras se sujetaba mejor el pelo.

Sonia se había recostado a mi lado y se empezó a masturbar mientras nos miraba. Acaricié los muslos de Isa y la incité con mis manos en su cintura a que empezara a cabalgarme. Me miró un tanto desafiante, puso sus manos sobre mi pecho y apretando los labios empezó a subir y bajar sus caderas con más alegría.

-Uhmm…jooo…der, como siento ahora Diooos… - exclamaba con una sonrisa en los labios.

Cuando intentó tocarse mientras me cabalgaba, le aparté la mano, sujetándole ambas con las mías. No quería que se corriese tan pronto. Quería verla así, encima de mí y disfrutar con ella.

Se volvió a inclinar sobre mí para besarme y en ese momento me di cuenta de que nos reflejábamos en el espejo de una de las puertas correderas del armario. Cuando se apoyó de nuevo con las manos en mi pecho, instintivamente la agarré de las nalgas separándoselas un poco, y eché mi cabeza ligeramente a un lado. Podía ver como su culo se tragaba mi polla una y otra vez. Ella se dio cuenta.

-¿Qué miras? – exclamó. Inmediatamente giró su cabeza para descubrirlo. – Mira que eres perverso... - Volvió a girar la cabeza otra vez para mirarse.

Pero al verse se excitó más y empezó a sudar todavía más. Su pecho y su vientre estaban bañados en sudor, su pelo cada vez más empapado. El calor que hacía también ayudaba a ello.

-¿Qué pasa, te excita verte? – la pinché un poco.

No dijo nada, pero empezó a acelerar sus caderas mucho más, cabalgando cada vez con más energía. No gemía pero su respiración se acentuaba más y más. De repente se paró en seco y volvió a sonreírme. Hilos de sudor resbalaban por todo su cuerpo brillante. Miré de reojo a Sonia que esbozaba también una sonrisa.

-Dios, me voy a deshidratar jajaja – exclamó de repente. Y se echó sobre mí para reposar.

No le di tregua y sujetando sus nalgas con las manos empecé a empujar hacia arriba con mis caderas. Yo también estaba cansado y quería correrme. Levantó ligeramente la cara, nos miramos y empezamos a besarnos de nuevo con furia. Aceleré bastante hasta bordear el límite y la avisé cuando paramos de besarnos.

-Me voy a correr…
-Córrete…venga…

Cuatro o cinco empujones fuertes más y me vacié completamente dentro de ella entre sacudidas de mis caderas. Con mi polla todavía dentro y abrazados mientras iba perdiendo la erección, fuimos recuperando el aliento los dos. Levantó la cara de nuevo.

-Joder, que pasada… - murmuró.
-Ha estado bien… - sugerí.
-Buff… muy bien diría yo jijiji…- respondió reflejando satisfacción en su rostro
-Perdona, pero tengo que beber algo y darme una ducha, estoy casi deshidratada jajaja.

Se levantó con cierta dificultad y se fue directa a la mesita para beberse media botella de agua de un golpe. Su respiración, como reflejaba su pecho, todavía estaba acelerada. Sonia se levantó y se abrazó a ella riendo.

-Que te vas a caer – exclamó
-Jajaja, pues igual…me tiemblan un poco las piernas...

Después se fue para la ducha, seguida por Sonia. Yo me quedé tranquilamente esperando en la cama, hasta que deje de escuchar el agua de la ducha. Fue cuando me levanté y me topé con Sonia saliendo envuelta en la toalla. La abracé y la besé tiernamente, luego me metí en el baño. Isa estaba mirándose al espejo mientras se peinaba el pelo mojado.
Me acerqué a ella por detrás y le besé el hombro.

-¿Recuperada? – le pregunté. Ella me miró a través del espejo.
-Casi… - se quedó pensando unos segundos y torciendo un tanto el morro en plan irónico me soltó una indirecta – Ha estado genial…una pasada…pero…no me he corrido…ya sabes… no me has dejado.
-¡Uuups! – exclamé, también me quedé pensando unos segundos – mmm…creo que eso tiene arreglo.
-Anda, tira a la ducha, tira – contestó riendo.

Cuando salí estaban las dos otra vez en el salón todavía envueltas en un albornoz cada una pasando canales de la tele. Yo me había puesto un pantalón corto. Me había entrado un poco de hambre y supuse que a ellas también, así que me acerqué a la cocina y preparé un plano con uvas, dátiles y nueces para recuperar la energía un poco. No teníamos sueño todavía y estuvimos un raro mirando la tele. Ellas tenían los albornoces semi abiertos, dejando ver la fresca desnudez de sus torsos.
Me incliné para dejar en la mesa mi vaso y al volver me quedé mirando a Isa, junto a mí. Estaba muy guapa esa noche.

-Este albornoz es mío – le dije con calculada intención y pasando un dedo por su escote provocando se abriera un poco más.
-Pues quítamelo – respondió ella sin cortarse.
-Uuuuh – exclamó Sonia entre risas.
-Me gusta como te queda – insistí abriéndolo todavía un poco más, lo justo para dejar al descubierto sus pezones.
-Pues para gustarte como me queda me estás dejando sin él…
-Es que así me gusta más jeje… - respondí tirando suavemente de un lado para que se abrirá aún más.

Quedaron completamente al descubierto sus pechos y su vientre, adivinándose el inicio de su pubis. La miré y estaba otra vez con cara de deseo, con esos ojos de un azul intenso, los labios entreabiertos y empezando a respirar hondo. Sin dejar de mirarla, me eché al suelo, abrí del todo el albornoz y tiré de ella un poco para que se escurriera en el sofá. Su respiración se aceleró todavía más. Como siempre me entretuve un poco jugando con su vello, pasando mis dedos entre sus rizos, y acariciando su vientre y sus ingles hasta que empezó a estremecerse de placer.

La miré por última vez antes de sumergirme en su coño. Dio un respingo con la primera caricia de mi lengua y enseguida empezó a gemir. No tardó nada en levantar una pierna para facilitarme mejor la tarea. Eso me hizo levantar otra vez la vista hacia ella, dedicarle una sonrisa y ver como ella me la devolvía. Junto a ella, Sonia había sacado un minivibrador de la caja y se estaba masturbando con él. Me di cuenta de que se habían cogido de la mano.

Poco a poco noté como se iba empapando y sus fluidos empezaban a bañar mis labios. Cuando yo aflojaba un poco para no ir tan deprisa, ella me agarraba de la cabeza apretándomela contra su coño y mi lengua volvía a penetrarla, así una y otra vez todo acompañado por los gemidos de ambas como una maravillosa música de fondo.

Sonia se corrió la primera y se quedó mirándonos sujetando la mano de Isa, que se la apretaba con fuerza. Yo quería que Isa tuviera un orgasmo que no olvidara en mucho tiempo y como me la conocía muy bien, sabía que llevándola varias veces seguidas hasta el límite al final su explosión era muy intensa. Así que cada vez que notaba que se tensaba, yo aflojaba un poco.

-Pero no te pares, por Dios…que malo eres - protestaba – me estás volviendo loca…

Yo levantaba la vista y me reía antes de volver otra vez.

-¿Así? – mascullé.
-Sí, sigue por Dios no te pares, sigue auuff auffff…oohh joder auff aufff…me..te…un de…dedo..
-¿Qué? – volví a mascullar.
-En el culito… me…te...me un de…do…por fa…vor – acerté a entender.

Le sonreí, lubriqué un poco su agujerito con sus propios fluidos y le metí un dedo antes de volver a la carga. Ahora ya sí que continué hasta el final, poco a poco noté como se iba tensando, de reojo vi como apretaba con más fuerza la mano de Sonia justo antes de que su cuerpo empezase a temblar descontroladamente al tiempo que apretaba con mucha fuerza mi cabeza contra su coño y apoyaba su pierna levantada sobre mi espalda como queriendo amarrarme más. Sus sacudidas eran tan fuertes que tuve que sacarle el dedo para poder sujetarla con las dos manos.

-AAAAH…AAAAHHHH…DIOS DIOS DIOOOOS OH SÍ OH SÍ OH SÍ…AH AH AH AAAH…AAAAHH… - gritaba como nunca la había escuchado antes.

Por fin sus espasmos se fueron difuminando y poco a poco se fue relajando. Retiró la pierna de encima de mi espalda y tras relamerse los labios varias veces soltó un largo soplido de relajación.

-Joder chica, que bien te lo acabas de pasar – soltó Sonia antes de besarla en la frente y levantarse para ir a lavarse al baño.

A Isa el entró la risa floja, lo cual hizo que yo, todavía en el suelo y acariciando tiernamente sus muslos, me contagiase de ella. Por fin me levanté del suelo y le tendí la mano. Ella se levantó y se abrazó a mí. Estuvimos así un par de minutos sin decir nada, solo acariciándonos el uno al otro la espalda, hasta que Sonia regresó del baño.

-Gracias por esto - me susurró al oído. Me besó en la mejilla y se soltó para ir al baño.

***continuará***
 
Hiciste gozar a Isa descomunalmente y lo mejor es que se acostumbró al sexo anal, me imagino que ahora lo va a probar más seguido, quedará algo para Sonia ?. :unsure::unsure::unsure:
 
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CAPITULO 32

La cogí de la mano y fuimos hasta el dormitorio con Sonia detrás llevando la caja de juguetes.

A los pies de la cama la besé de nuevo, antes de pedirle que se echara sobre ella. Al recostarse boca arriba sus tetas, bastante tersas todavía para su edad, vibraron como gelatina. Me estiré para coger una de las almohadas y se la puse debajo del culo. Ella me miraba, expectante y ansiosa como reflejaba su respiración. Me coloqué frente a ella, sentado sobre mis talones y le separé más las piernas. Aún me entretuve acariciando su tupido y negro vello. La miré y tras una leve sonrisa suya la interrogué con la mirada. Asintió con la cabeza.

Me acerqué lo justo y empecé a restregar mi polla por su coño, prácticamente masturbándola con ella. Enseguida abrió la boca y gimió. Sonia se había sentado a nuestro lado y nos miraba. Le pedí un poco más de lubricante y con un dedo bien engrasado sondeé el ano de Isa durante unos segundos. Ella no se inmutó.

-Despacio… - fue lo único que salió levemente de sus labios.

Aunque estaba más relajada que la vez anterior, su rostro se crispó al penetrarla y dio un pequeño gritito cuando le introduje la punta. Ahí me paré unos pocos segundos mientras acariciaba su clítoris para aumentar más su excitación. Luego continué empujando hasta metérsela casi entera y me volví a parar, hasta que noté como su rostro se relajaba un poco. Levanté completamente sus preciosas piernas para abrazarlas y empecé a besárselas sin apartar mi mirada de sus ojos y, al contrario que otras veces, ella mantuvo la suya sin desviarla. Mientras besaba sus piernas Sonia se echó a su lado y empezó también a acariciarla. Luego empecé a entrar y salir, siempre despacio, sosteniendo sus piernas abrazadas en alto y besándoselas de vez en cuando. Sus gemidos rítmicos y sostenidos empezaron a inundar la estancia, acompañados por alguna palabra incomprensible entre medias. Sonia la besaba también de vez en cuando. Aceleré un poco el ritmo, aunque sin brusquedad, cuando ya me di cuenta de que lo estaba disfrutando bien.

-Diooos…más…más… - murmuraba.

Apoyando sus piernas en mis hombros me incliné sobre ella y empecé a follarla más fuerte, entrando hasta sus entrañas. Ella gemía cada vez más intensamente y notaba como elevaba sus caderas hasta encontrarse con las mías. Alargué el cuello para besarla fogosamente.

-Que malo eres… - musitó con una sonrisa que no pudo evitar.
-¿No dices que quieres más…? – respondí devolviéndole la sonrisa.

Le bajé por fin las piernas y me recosté sobre ella para acariciar su carita y besarla de nuevo. En ese momento noté la mano de Sonia acariciando mi espalda, la miré y nos besamos también.

-No te duele ya, ¿verdad? – le pregunté a Isa.
-No…- respondió escuetamente negando al mismo tiempo con la cabeza.

Agarrándola por debajo hice que ambos rotáramos, quedando ella encima.

-Ufff…jajaja – se rio aparentemente divertida mientras se sujetaba mejor el pelo.

Sonia se había recostado a mi lado y se empezó a masturbar mientras nos miraba. Acaricié los muslos de Isa y la incité con mis manos en su cintura a que empezara a cabalgarme. Me miró un tanto desafiante, puso sus manos sobre mi pecho y apretando los labios empezó a subir y bajar sus caderas con más alegría.

-Uhmm…jooo…der, como siento ahora Diooos… - exclamaba con una sonrisa en los labios.

Cuando intentó tocarse mientras me cabalgaba, le aparté la mano, sujetándole ambas con las mías. No quería que se corriese tan pronto. Quería verla así, encima de mí y disfrutar con ella.

Se volvió a inclinar sobre mí para besarme y en ese momento me di cuenta de que nos reflejábamos en el espejo de una de las puertas correderas del armario. Cuando se apoyó de nuevo con las manos en mi pecho, instintivamente la agarré de las nalgas separándoselas un poco, y eché mi cabeza ligeramente a un lado. Podía ver como su culo se tragaba mi polla una y otra vez. Ella se dio cuenta.

-¿Qué miras? – exclamó. Inmediatamente giró su cabeza para descubrirlo. – Mira que eres perverso... - Volvió a girar la cabeza otra vez para mirarse.

Pero al verse se excitó más y empezó a sudar todavía más. Su pecho y su vientre estaban bañados en sudor, su pelo cada vez más empapado. El calor que hacía también ayudaba a ello.

-¿Qué pasa, te excita verte? – la pinché un poco.

No dijo nada, pero empezó a acelerar sus caderas mucho más, cabalgando cada vez con más energía. No gemía pero su respiración se acentuaba más y más. De repente se paró en seco y volvió a sonreírme. Hilos de sudor resbalaban por todo su cuerpo brillante. Miré de reojo a Sonia que esbozaba también una sonrisa.

-Dios, me voy a deshidratar jajaja – exclamó de repente. Y se echó sobre mí para reposar.

No le di tregua y sujetando sus nalgas con las manos empecé a empujar hacia arriba con mis caderas. Yo también estaba cansado y quería correrme. Levantó ligeramente la cara, nos miramos y empezamos a besarnos de nuevo con furia. Aceleré bastante hasta bordear el límite y la avisé cuando paramos de besarnos.

-Me voy a correr…
-Córrete…venga…

Cuatro o cinco empujones fuertes más y me vacié completamente dentro de ella entre sacudidas de mis caderas. Con mi polla todavía dentro y abrazados mientras iba perdiendo la erección, fuimos recuperando el aliento los dos. Levantó la cara de nuevo.

-Joder, que pasada… - murmuró.
-Ha estado bien… - sugerí.
-Buff… muy bien diría yo jijiji…- respondió reflejando satisfacción en su rostro
-Perdona, pero tengo que beber algo y darme una ducha, estoy casi deshidratada jajaja.

Se levantó con cierta dificultad y se fue directa a la mesita para beberse media botella de agua de un golpe. Su respiración, como reflejaba su pecho, todavía estaba acelerada. Sonia se levantó y se abrazó a ella riendo.

-Que te vas a caer – exclamó
-Jajaja, pues igual…me tiemblan un poco las piernas...

Después se fue para la ducha, seguida por Sonia. Yo me quedé tranquilamente esperando en la cama, hasta que deje de escuchar el agua de la ducha. Fue cuando me levanté y me topé con Sonia saliendo envuelta en la toalla. La abracé y la besé tiernamente, luego me metí en el baño. Isa estaba mirándose al espejo mientras se peinaba el pelo mojado.
Me acerqué a ella por detrás y le besé el hombro.

-¿Recuperada? – le pregunté. Ella me miró a través del espejo.
-Casi… - se quedó pensando unos segundos y torciendo un tanto el morro en plan irónico me soltó una indirecta – Ha estado genial…una pasada…pero…no me he corrido…ya sabes… no me has dejado.
-¡Uuups! – exclamé, también me quedé pensando unos segundos – mmm…creo que eso tiene arreglo.
-Anda, tira a la ducha, tira – contestó riendo.

Cuando salí estaban las dos otra vez en el salón todavía envueltas en un albornoz cada una pasando canales de la tele. Yo me había puesto un pantalón corto. Me había entrado un poco de hambre y supuse que a ellas también, así que me acerqué a la cocina y preparé un plano con uvas, dátiles y nueces para recuperar la energía un poco. No teníamos sueño todavía y estuvimos un raro mirando la tele. Ellas tenían los albornoces semi abiertos, dejando ver la fresca desnudez de sus torsos.
Me incliné para dejar en la mesa mi vaso y al volver me quedé mirando a Isa, junto a mí. Estaba muy guapa esa noche.

-Este albornoz es mío – le dije con calculada intención y pasando un dedo por su escote provocando se abriera un poco más.
-Pues quítamelo – respondió ella sin cortarse.
-Uuuuh – exclamó Sonia entre risas.
-Me gusta como te queda – insistí abriéndolo todavía un poco más, lo justo para dejar al descubierto sus pezones.
-Pues para gustarte como me queda me estás dejando sin él…
-Es que así me gusta más jeje… - respondí tirando suavemente de un lado para que se abrirá aún más.

Quedaron completamente al descubierto sus pechos y su vientre, adivinándose el inicio de su pubis. La miré y estaba otra vez con cara de deseo, con esos ojos de un azul intenso, los labios entreabiertos y empezando a respirar hondo. Sin dejar de mirarla, me eché al suelo, abrí del todo el albornoz y tiré de ella un poco para que se escurriera en el sofá. Su respiración se aceleró todavía más. Como siempre me entretuve un poco jugando con su vello, pasando mis dedos entre sus rizos, y acariciando su vientre y sus ingles hasta que empezó a estremecerse de placer.

La miré por última vez antes de sumergirme en su coño. Dio un respingo con la primera caricia de mi lengua y enseguida empezó a gemir. No tardó nada en levantar una pierna para facilitarme mejor la tarea. Eso me hizo levantar otra vez la vista hacia ella, dedicarle una sonrisa y ver como ella me la devolvía. Junto a ella, Sonia había sacado un minivibrador de la caja y se estaba masturbando con él. Me di cuenta de que se habían cogido de la mano.

Poco a poco noté como se iba empapando y sus fluidos empezaban a bañar mis labios. Cuando yo aflojaba un poco para no ir tan deprisa, ella me agarraba de la cabeza apretándomela contra su coño y mi lengua volvía a penetrarla, así una y otra vez todo acompañado por los gemidos de ambas como una maravillosa música de fondo.

Sonia se corrió la primera y se quedó mirándonos sujetando la mano de Isa, que se la apretaba con fuerza. Yo quería que Isa tuviera un orgasmo que no olvidara en mucho tiempo y como me la conocía muy bien, sabía que llevándola varias veces seguidas hasta el límite al final su explosión era muy intensa. Así que cada vez que notaba que se tensaba, yo aflojaba un poco.

-Pero no te pares, por Dios…que malo eres - protestaba – me estás volviendo loca…

Yo levantaba la vista y me reía antes de volver otra vez.

-¿Así? – mascullé.
-Sí, sigue por Dios no te pares, sigue auuff auffff…oohh joder auff aufff…me..te…un de…dedo..
-¿Qué? – volví a mascullar.
-En el culito… me…te...me un de…do…por fa…vor – acerté a entender.

Le sonreí, lubriqué un poco su agujerito con sus propios fluidos y le metí un dedo antes de volver a la carga. Ahora ya sí que continué hasta el final, poco a poco noté como se iba tensando, de reojo vi como apretaba con más fuerza la mano de Sonia justo antes de que su cuerpo empezase a temblar descontroladamente al tiempo que apretaba con mucha fuerza mi cabeza contra su coño y apoyaba su pierna levantada sobre mi espalda como queriendo amarrarme más. Sus sacudidas eran tan fuertes que tuve que sacarle el dedo para poder sujetarla con las dos manos.

-AAAAH…AAAAHHHH…DIOS DIOS DIOOOOS OH SÍ OH SÍ OH SÍ…AH AH AH AAAH…AAAAHH… - gritaba como nunca la había escuchado antes.

Por fin sus espasmos se fueron difuminando y poco a poco se fue relajando. Retiró la pierna de encima de mi espalda y tras relamerse los labios varias veces soltó un largo soplido de relajación.

-Joder chica, que bien te lo acabas de pasar – soltó Sonia antes de besarla en la frente y levantarse para ir a lavarse al baño.

A Isa el entró la risa floja, lo cual hizo que yo, todavía en el suelo y acariciando tiernamente sus muslos, me contagiase de ella. Por fin me levanté del suelo y le tendí la mano. Ella se levantó y se abrazó a mí. Estuvimos así un par de minutos sin decir nada, solo acariciándonos el uno al otro la espalda, hasta que Sonia regresó del baño.

-Gracias por esto - me susurró al oído. Me besó en la mejilla y se soltó para ir al baño.

***continuará***
Genial.

Esperaba esta parte con palomitas.

Gracias
 
CAPITULO 33

Me quedé un tanto sorprendido ante lo que dijo, pero no se me ocurrió decirle nada en ese momento.

Esperé a que saliera del baño y luego entré yo a asearme y lavarme los dientes antes de ir a la cama. Al entrar en el dormitorio estaban las dos poniendo sábanas nuevas para dormir, porque las otras habían quedado empapadas de sudor y otros fluidos. Así, los tres fresquitos y con sábanas nuevas dormiríamos mejor.

Nos metimos en la cama los tres, como siempre que Isa se queda en casa y no tardamos en quedarnos dormidos.
A la mañana siguiente nos levantamos tarde, incluso yo, que soy de más madrugar. Estuvimos un rato largo en la cama despiertos los tres hablando antes de levantarnos.

-¿Qué os pareció Luz? – preguntó Isa.
-Una chica interesante…– respondió Sonia.
-Y activa jejeje – añadí yo.
-¿Quedaríais más veces con ella? – volvió a preguntar Isa.
-Por qué no…- dije – todavía no la conocemos en profundidad…sería interesante conocerla mejor.
-Claaaaro… tú lo que quieres es conocerla en “profundidad” eeeh jajajaja – exclamo Isa con una carcajada final.
-Por supuesto, yo si empiezo una cosa la termino jajajaja... – le seguí la coña.
-Si lo tienes claro y ella también, me parece estupendo – dijo Sonia.
-Ya os lo dije, yo lo tengo clarísimo y ella también...ahora que ya la voy conociendo mejor me he dado cuenta de que es muy parecida a nosotros, me dijo que solo buscaba amistad, tener a alguien con quien hablar y además pasarlo bien y que si algún día encontraba a alguien con quien establecer una relación duradera me lo diría…un poco como me ha pasado a mí con vosotros – dijo Isa sincerándose.
-Bueno, pues si lo tenemos así de claro por mí no hay problema en quedar de vez en cuando – respondí.
-Me voy a levantar que me meo jijiji – dijo Isa. Se incorporó y salió por los pies de la cama.

Me levanté un par de minutos después y como tardaba en salir llamé a la puerta.

-Pasa, me estoy peinando - dijo ella.

Abrí y estaba frente al espejo mirándose algo de la cara y con el cepillo del pelo en la mano. Se notaba que se había acabado de lavar la cara y estaba preciosa. Pasé al fondo a orinar y al darme la vuelta seguía cepillándose el pelo y me la quedé mirando. Miraba como sus tetas vibraban graciosamente cada vez que se pasaba el cepillo por el pelo. Ella me vio por el espejo.

-¿Qué me miras? – preguntó con una media sonrisa.

Me acerqué a ella y la abracé cariñosamente antes de darle un beso en la mejilla.

-Lo preciosa que estás… – le dije. Enseguida se ruborizó.
-Oiiiih – exclamó
-Te has puesto colorada, ¿pero por qué te pones colorada? – le pregunté.
-No me pongo colorada – dijo ella
-Vaya si no…¿no te puedo echar un piropo?
-No es eso…es que no sé…ayyy… no me pongas nerviosa jo!… - se medio quejó en broma.
-¿Pero por qué?

Sonia entró el baño en ese momento. Yo seguía teniendo a Isa agarrada por la cintura y pegado a ella.

-Mírala, le digo que está muy guapa y se pone colorada ¿tú lo entiendes? – dije mirando a Sonia.
-Estás muy guapa, Isa – dijo Sonia sin más, pasando por detrás a lavarse la cara en el otro lavabo y a orinar.
-¿Lo ves? – añadí yo mirándola por el espejo.
-Vale, me lo creeré – se rio.

Le levanté un poco la cara para mirarla bien por el espejo. A veces disfruto poniéndola en esos aprietos porque se como es ella en el fondo, y sí, soy un poco puñetero en ese aspecto.

-Estás preciosa – le susurré esta vez al oído.
-¿Me dejas terminar de peinarme? – me pidió.
-Claro – respondí y salí fuera.

Cuando salió ella yo me estaba poniendo algo de ropa. Me miró y se me acercó medio sonriendo otra vez. Se abrazó a mí.

-Gracias - susurró. Le acaricie brevemente la espalda en señal de cariño y la besé en la mejilla otra vez. Luego me fui a hacer el desayuno.

Después de desayunar salimos a dar un paseo, luego fuimos a comer fuera y pasamos la tarde viendo un par de películas con alguna cabezada que otra.
A última hora de la tarde salimos a dar otro paseo y acompañamos a Isa a su casa. Al regresar nos encontramos casualmente a JuanPe que llegaba todo vestido de uniforme con Mariola, una de sus amigas azafatas, no la más guapa, ni la más esbelta, pero una de las más simpáticas. Charlamos unos segundos y me dijo que “estaríamos en contacto”.
Efectivamente, más tarde recibí un mensaje suyo, proponiéndonos quedar para el sábado siguiente, que tenía libre y a Alba también le iba bien. Se lo dije a Sonia a ver que le parecía, y como no habíamos quedado con Isa en nada, le pareció también bien.

-¿Quieres que les proponga ir a pasar el día al pueblo? Todavía hace bueno y podemos aprovechar la piscina.
-Por mí bien, ya sabes lo que me gusta el agua – respondió ella.

Así que le respondí con esa propuesta y le pareció estupendo. Pasó la semana y llegado el sábado, la hora en la que habíamos quedado, llamé a la puerta de JuanPe y luego bajamos a por el coche. Teníamos que recoger a Alba por su piso.

Cuando la vimos aparecer, me bajé del coche para recibirla y saludarla. Venía vestida con un pantalón corto vaquero bastante ajustado que moldeaba bien sus caderas y una camiseta. Debajo se adivinaba la parte superior del bikini. Llevaba puestas unas gafas de sol y portaba además una mochilita. Hacía un tiempo que no la veía y me pareció más atractiva que la última vez. Se levantó las gafas al acercarse y nos dimos dos besos, luego entró en la parte de atrás con Sonia y no pude menos que mirar su rotundo culazo mientras lo hacía.

No hablamos de lo que podría suceder mientras íbamos de camino al pueblo, porque como siempre digo, en según que temas no hagas planes porque nunca sabes que puede pasar, normalmente no acaba siendo como esperabas, a veces peor, otras incluso mejor, y esta vez no iba a ser menos. Pero lo que tampoco podía imaginar era a lo que nos iba a llevar unos meses después.

Al llegar y tras aparcar, dejamos las cosas en la casa y nos fuimos los cuatro a tomar algo al bar y a reservar mesa para comer más tarde. Luego les estuvimos enseñando un poco el pueblo y volvimos a la casita. Hacía calor.

-Bueno, ¿qué, queréis daros un baño en la piscina? – les pregunté.
-Lo estoy deseando – contestó Alba sin pensárselo.
-¿Practicáis nudismo? – les pregunté.
-Sólo cuando he ido a Ibiza o Menorca de vacaciones, por aquí nunca, entre otras cosas porque me da palo coger un coche para llegar a una de esas playas. – respondió JuanPe.
-Yo lo he practicando bastante, a veces voy con amigas a una playita que una vez encontramos por casualidad, está bastante aislada…
-No será una que se baja por un camino empinado que sale de la carretera principal cerca de una parada de bus, y que no es muy grande... – preguntó Sonia.
-Espera que tengo una foto – Alba busco en su móvil – Estuvimos a principios de verano la última vez…¿es esta?
-Esa, esa… ¡ostras nuestra playita! – exclamó Sonia alborozada y mirándome.
-Jajajaja – me reí.
-¿La conocéis? – volvió a pregunta Alba
-Joer que si la conocemos… ahí empezamos nosotros a hacer nudismo cuando éramos unos críos, íbamos en bus y luego andando jajaja, la de veces que hemos ido… - le expliqué.
-Luego con los años se empezó a hacer popular y en julio y agosto no se podía ir – apostilló Sonia.
-Pues ahí es donde suelo ir… - replicó Alba

Entré de nuevo a la casa para subir un momento al baño y de paso coger una toalla de playa para mí y cuando regresé de nuevo lo primero que vi fue a Sonia y a Alba desnudas junto a la piscina charlando y a JuanPe dentro ya de la piscina apoyado en el borde de la misma. El cuerpo de Sonia, como siempre hacia final de verano, totalmente bronceado y el de Alba con dos tonos de moreno, se notaba que había practicado algo de nudismo ese verano pero no el suficiente para igualar el tono de toda su piel. Me desnudé rápidamente y me metí en la piscina, tras unos buenos remojones me senté en el poyete semi sumergido. Pude recrearme en el cuerpo de Alba.

Alba es una mujer con sus curvas, le sobraban unos kilitos, pero tampoco le sentaban mal. Repasando su cuerpo, menudo como el de Sonia o el de Lore, enseguida se puede apreciar la contundencia de sus caderas, su culo carnoso pero firme, unas tetas jugosas y casi tan grandes como las de Sonia, pero también algo más de vientre que ella y un monte de Venus prominente y adornado únicamente por una pequeña tira de vello. Todo ello junto a su graciosa carita en la que destacan un par de hoyuelos la hacían una chica sumamente atractiva, y aunque de aspecto pudiera parecer algo tímida, en las distancias cortas y una vez coge confianza enseguida muestra su carácter cercano y simpático. Estaba convencido de que con Sonia iban a hacer buenas migas.

Las dos se metieron también en la piscina.

-Bueno, Alba, ¿qué te ha contado este pirata de nosotros? - le empecé a tirar de la lengua

***continuará***
 
Se les viene un buen fin de semana con juanpe y alba
 
CAPITULO 33

Me quedé un tanto sorprendido ante lo que dijo, pero no se me ocurrió decirle nada en ese momento.

Esperé a que saliera del baño y luego entré yo a asearme y lavarme los dientes antes de ir a la cama. Al entrar en el dormitorio estaban las dos poniendo sábanas nuevas para dormir, porque las otras habían quedado empapadas de sudor y otros fluidos. Así, los tres fresquitos y con sábanas nuevas dormiríamos mejor.

Nos metimos en la cama los tres, como siempre que Isa se queda en casa y no tardamos en quedarnos dormidos.
A la mañana siguiente nos levantamos tarde, incluso yo, que soy de más madrugar. Estuvimos un rato largo en la cama despiertos los tres hablando antes de levantarnos.

-¿Qué os pareció Luz? – preguntó Isa.
-Una chica interesante…– respondió Sonia.
-Y activa jejeje – añadí yo.
-¿Quedaríais más veces con ella? – volvió a preguntar Isa.
-Por qué no…- dije – todavía no la conocemos en profundidad…sería interesante conocerla mejor.
-Claaaaro… tú lo que quieres es conocerla en “profundidad” eeeh jajajaja – exclamo Isa con una carcajada final.
-Por supuesto, yo si empiezo una cosa la termino jajajaja... – le seguí la coña.
-Si lo tienes claro y ella también, me parece estupendo – dijo Sonia.
-Ya os lo dije, yo lo tengo clarísimo y ella también...ahora que ya la voy conociendo mejor me he dado cuenta de que es muy parecida a nosotros, me dijo que solo buscaba amistad, tener a alguien con quien hablar y además pasarlo bien y que si algún día encontraba a alguien con quien establecer una relación duradera me lo diría…un poco como me ha pasado a mí con vosotros – dijo Isa sincerándose.
-Bueno, pues si lo tenemos así de claro por mí no hay problema en quedar de vez en cuando – respondí.
-Me voy a levantar que me meo jijiji – dijo Isa. Se incorporó y salió por los pies de la cama.

Me levanté un par de minutos después y como tardaba en salir llamé a la puerta.

-Pasa, me estoy peinando - dijo ella.

Abrí y estaba frente al espejo mirándose algo de la cara y con el cepillo del pelo en la mano. Se notaba que se había acabado de lavar la cara y estaba preciosa. Pasé al fondo a orinar y al darme la vuelta seguía cepillándose el pelo y me la quedé mirando. Miraba como sus tetas vibraban graciosamente cada vez que se pasaba el cepillo por el pelo. Ella me vio por el espejo.

-¿Qué me miras? – preguntó con una media sonrisa.

Me acerqué a ella y la abracé cariñosamente antes de darle un beso en la mejilla.

-Lo preciosa que estás… – le dije. Enseguida se ruborizó.
-Oiiiih – exclamó
-Te has puesto colorada, ¿pero por qué te pones colorada? – le pregunté.
-No me pongo colorada – dijo ella
-Vaya si no…¿no te puedo echar un piropo?
-No es eso…es que no sé…ayyy… no me pongas nerviosa jo!… - se medio quejó en broma.
-¿Pero por qué?

Sonia entró el baño en ese momento. Yo seguía teniendo a Isa agarrada por la cintura y pegado a ella.

-Mírala, le digo que está muy guapa y se pone colorada ¿tú lo entiendes? – dije mirando a Sonia.
-Estás muy guapa, Isa – dijo Sonia sin más, pasando por detrás a lavarse la cara en el otro lavabo y a orinar.
-¿Lo ves? – añadí yo mirándola por el espejo.
-Vale, me lo creeré – se rio.

Le levanté un poco la cara para mirarla bien por el espejo. A veces disfruto poniéndola en esos aprietos porque se como es ella en el fondo, y sí, soy un poco puñetero en ese aspecto.

-Estás preciosa – le susurré esta vez al oído.
-¿Me dejas terminar de peinarme? – me pidió.
-Claro – respondí y salí fuera.

Cuando salió ella yo me estaba poniendo algo de ropa. Me miró y se me acercó medio sonriendo otra vez. Se abrazó a mí.

-Gracias - susurró. Le acaricie brevemente la espalda en señal de cariño y la besé en la mejilla otra vez. Luego me fui a hacer el desayuno.

Después de desayunar salimos a dar un paseo, luego fuimos a comer fuera y pasamos la tarde viendo un par de películas con alguna cabezada que otra.
A última hora de la tarde salimos a dar otro paseo y acompañamos a Isa a su casa. Al regresar nos encontramos casualmente a JuanPe que llegaba todo vestido de uniforme con Mariola, una de sus amigas azafatas, no la más guapa, ni la más esbelta, pero una de las más simpáticas. Charlamos unos segundos y me dijo que “estaríamos en contacto”.
Efectivamente, más tarde recibí un mensaje suyo, proponiéndonos quedar para el sábado siguiente, que tenía libre y a Alba también le iba bien. Se lo dije a Sonia a ver que le parecía, y como no habíamos quedado con Isa en nada, le pareció también bien.

-¿Quieres que les proponga ir a pasar el día al pueblo? Todavía hace bueno y podemos aprovechar la piscina.
-Por mí bien, ya sabes lo que me gusta el agua – respondió ella.

Así que le respondí con esa propuesta y le pareció estupendo. Pasó la semana y llegado el sábado, la hora en la que habíamos quedado, llamé a la puerta de JuanPe y luego bajamos a por el coche. Teníamos que recoger a Alba por su piso.

Cuando la vimos aparecer, me bajé del coche para recibirla y saludarla. Venía vestida con un pantalón corto vaquero bastante ajustado que moldeaba bien sus caderas y una camiseta. Debajo se adivinaba la parte superior del bikini. Llevaba puestas unas gafas de sol y portaba además una mochilita. Hacía un tiempo que no la veía y me pareció más atractiva que la última vez. Se levantó las gafas al acercarse y nos dimos dos besos, luego entró en la parte de atrás con Sonia y no pude menos que mirar su rotundo culazo mientras lo hacía.

No hablamos de lo que podría suceder mientras íbamos de camino al pueblo, porque como siempre digo, en según que temas no hagas planes porque nunca sabes que puede pasar, normalmente no acaba siendo como esperabas, a veces peor, otras incluso mejor, y esta vez no iba a ser menos. Pero lo que tampoco podía imaginar era a lo que nos iba a llevar unos meses después.

Al llegar y tras aparcar, dejamos las cosas en la casa y nos fuimos los cuatro a tomar algo al bar y a reservar mesa para comer más tarde. Luego les estuvimos enseñando un poco el pueblo y volvimos a la casita. Hacía calor.

-Bueno, ¿qué, queréis daros un baño en la piscina? – les pregunté.
-Lo estoy deseando – contestó Alba sin pensárselo.
-¿Practicáis nudismo? – les pregunté.
-Sólo cuando he ido a Ibiza o Menorca de vacaciones, por aquí nunca, entre otras cosas porque me da palo coger un coche para llegar a una de esas playas. – respondió JuanPe.
-Yo lo he practicando bastante, a veces voy con amigas a una playita que una vez encontramos por casualidad, está bastante aislada…
-No será una que se baja por un camino empinado que sale de la carretera principal cerca de una parada de bus, y que no es muy grande... – preguntó Sonia.
-Espera que tengo una foto – Alba busco en su móvil – Estuvimos a principios de verano la última vez…¿es esta?
-Esa, esa… ¡ostras nuestra playita! – exclamó Sonia alborozada y mirándome.
-Jajajaja – me reí.
-¿La conocéis? – volvió a pregunta Alba
-Joer que si la conocemos… ahí empezamos nosotros a hacer nudismo cuando éramos unos críos, íbamos en bus y luego andando jajaja, la de veces que hemos ido… - le expliqué.
-Luego con los años se empezó a hacer popular y en julio y agosto no se podía ir – apostilló Sonia.
-Pues ahí es donde suelo ir… - replicó Alba

Entré de nuevo a la casa para subir un momento al baño y de paso coger una toalla de playa para mí y cuando regresé de nuevo lo primero que vi fue a Sonia y a Alba desnudas junto a la piscina charlando y a JuanPe dentro ya de la piscina apoyado en el borde de la misma. El cuerpo de Sonia, como siempre hacia final de verano, totalmente bronceado y el de Alba con dos tonos de moreno, se notaba que había practicado algo de nudismo ese verano pero no el suficiente para igualar el tono de toda su piel. Me desnudé rápidamente y me metí en la piscina, tras unos buenos remojones me senté en el poyete semi sumergido. Pude recrearme en el cuerpo de Alba.

Alba es una mujer con sus curvas, le sobraban unos kilitos, pero tampoco le sentaban mal. Repasando su cuerpo, menudo como el de Sonia o el de Lore, enseguida se puede apreciar la contundencia de sus caderas, su culo carnoso pero firme, unas tetas jugosas y casi tan grandes como las de Sonia, pero también algo más de vientre que ella y un monte de Venus prominente y adornado únicamente por una pequeña tira de vello. Todo ello junto a su graciosa carita en la que destacan un par de hoyuelos la hacían una chica sumamente atractiva, y aunque de aspecto pudiera parecer algo tímida, en las distancias cortas y una vez coge confianza enseguida muestra su carácter cercano y simpático. Estaba convencido de que con Sonia iban a hacer buenas migas.

Las dos se metieron también en la piscina.

-Bueno, Alba, ¿qué te ha contado este pirata de nosotros? - le empecé a tirar de la lengua

***continuará***
Me gusta tanto este relato...

Me encanta como retratas a isa. Y ese sentimiento de fondo entre los dos.
 
Parece que Alba quedará encantada con JiuYacman que le tiene unas ganas al parecer y JuanPe con Sonia me imagino que también quedará complacido, se viene un fin de semana de película. :aplausos1::aplausos1::aplausos1:
 
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