El Club

CAPITULO 17

-¿A dónde vas? – pregunté al ver que iba hacia la puerta.
-Ahora vuelvo…- contesto ella. Pensé que iría hacia la otra habitación pero se dirigió hacia el otro lado, hacia abajo.

Al cabo de unos minutos regreso con una botella de leche y galletas en un plato. Se sentó en la cama con las piernas cruzadas.

-Es que me ha entrado hambre – dijo - ¿quieres? – añadió con una sonrisa infantil en la cara.

Su jovialidad y alegría era algo que no había perdido nunca, ni siquiera en momentos difíciles por los que había pasado.
Y ahí estábamos los dos, sentados desnudos en la cama tomando leche con galletas como un par de adolescentes. Mientras reponíamos fuerzas, y como si no acabáramos de follar momentos antes se puso a contarme anécdotas de su estancia en Canadá y luego hablamos de los chicos, de hacer alguna escapada cuando ellos regresaran y estuvieran ya bien asentados en Madrid, de lo que iba a echar de menos de nuestra ciudad y de más cosas. Se nos fue pasando el tiempo charlando hasta que nos empezó a entrar el sueño y apagamos la luz para dormir.

Los tres días siguientes transcurrieron más o menos igual, seguimos con las habitaciones intercambiadas pero con una actividad sexual bastante menos intensa, algún día incluso sin ella.
Isa nos confirmó el día antes lo que nosotros no dudábamos, que vendría a pasar un par de días y que llegaría a media tarde del viernes, después de salir del trabajo.

Como habíamos calculado mal el día que hicimos la comprar para pasar la semana, Coque y yo nos acercamos por la tarde al supermercado del pueblo más cercano a hacer una compra adicional. Las chicas se quedaron a esperar por si Isa llegaba. Al regresar vimos que su coche estaba aparcado al lado del nuestro. Entramos con las bolsas de la compra y tras dejar todo en la mesa y en el frigo salimos al jardín dónde imaginábamos que estaban ellas.

Allí estaban las tres, sentadas en el borde de la piscina con los pies dentro y desnudas, como no podía ser de otra manera, claro.
Saludamos al salir al jardín e Isa inmediatamente se levantó para acercarse a saludarnos.

-Iba a decir que no te levantaras… pero eres una alegría para la vista jijii – dijo Coque.

Isa se abrazó a él y le dio un cachete en el culo.

-¡Bobo! – exclamó al tiempo. Luego le dio dos besos.

Luego nos abrazamos también efusivamente ella y yo.

-¿Cómo estás, cielo? ¿Te ha sido fácil encontrar la casa? – pregunté mientras buscaba una silla para sentarme.
-Acabo de llegar…no hace ni cinco minutos…genial, tenía ganas de veros…y sí, ha sido fácil con el GPS, jejeje – respondió ella.

Minutos después estábamos los cinco en la piscina y así nos pasamos el resto de la tarde, entrando y saliendo de ella. Ellas poniéndose al día de sus cosas o charlando de cosas intrascendentes.

-¿Y qué tal con el tío ese, cómo es que no quedaste este finde? – le preguntó Sonia.
-Me apetecía más estar con vosotros… hacía mucho que no os veía a todos juntos…no hay otra razón… - dijo sincerándose y dejando escapar una sonrisa al final.
-¿Pero no le ves posibilidades…para…? – añadió Lore. Isa la interrumpió.
-Jajajaja…que os conozco… no va a haber nada serio con él…hacedme caso – dijo ella con gran convencimiento – Se lo dejé claro desde el principio…es más...os voy a hacer una confesión. Siempre que hemos quedado, nunca me he quedado a dormir en su casa…- añadió con firmeza.
-O sea, es una cosa puramente física… - dije yo.
-Exactamente. Somos mayorcitos ya los dos para andar con tonterías.
-Lo importante es saber lo que uno quiere en cada momento – respondí.
-Así es… y ahora no quiero eso… quiero disfrutar lo que no he podido durante los últimos tiempos... así de simple – contestó de nuevo con rotundidad y abriendo las brazos en uno de sus típicos gestos.

Para cenar nos vestimos un poco, con pantalones cortos o falditas y camisetas, todo muy informal. La sobremesa también se alargó más que otros días al tener ahora a Isa con nosotros.

-Bueno, chicos, habrá que empezar a recoger – dijo Lore levantándose.

Y de pronto se desató todo.

Coque se levantó y cogió a Lore en brazos. Lore pensó que la quería subir así arriba, pero cuando se dio cuenta era tarde. Corrió con ella en brazos hacia la piscina con la intención clara de tirarla al agua.

-No, Coque, no, nooooo – gritaba ella. Su intención primera era lanzarla a ella, pero le salió el tiro por la culata.

Lore se agarró a su cuello como una lapa y los dos cayeron, provocando sus carcajadas y las nuestras. Miré a Sonia, ella me miró y se lo temió, por que salió corriendo. Fui más rápido y la alcancé sujetándola por la cintura. Sabía que por mucho que patalease iba a ir al agua, así que no opuso mucha resistencia. Casi al llegar al borde de la piscina ya estaba saliendo Coque de ella y empezando a desnudarse. Su siguiente objetivo era Isa, que permanecía de pie muerta de risa mirando la escena.

-Vale, vale, no importa que me tires – dijo ella – Ya me meto yo jajaja – añadió desnudándose y lanzando su ropa sobre la silla, antes de lanzarse al agua.

El resto nos quitamos la ropa y la dejamos en el borde de la piscina. Poco a poco se nos fue pasando la risa.

-Mira que sois gamberros – exclamó Lore.
-Pero os queremos – respondí yo.

Se acercó nadando hacia mí con una de esas sonrisas maléficas en los labios. Al llegar a mi altura metió la boca en el agua y al sacarle me disparó un chorro de agua en la cara. Enseguida se enganchó a mi cuello y enroscó las piernas a mi cintura. Luego vino la conversación más caliente y sexual que probablemente hayamos tenido nunca los dos, evidentemente con una intención claramente provocadora.

-¿Esto va a empezar así? – se me ocurrió decir.
-De alguna manera tiene que empezar.
-No sé… yo esperaba algo de música suave, una copa, un bailecito, te voy desnudando… – dije luchando por no reírme
-¡Estoy desnuda! – contestó ella levantando una ceja.
-Ya jejeje…es que…
-Estoy desnuda… y caliente – me interrumpió.
-¡Caray!¡Ya veo, ya! – exclamé.
-Si me hubieses complacido ayer tal vez no estaría tan caliente hoy.
-Pero si lo hicimos anteayer, y ante-anteayer y el anterior…
-Pero ayer no…y yo estoy últimamente muy necesitada.
-Jajajaja – me reí - ¿Tu marido no cumple o qué? Voy a tener que decirle algo jajajaja.
-Sí cumple sí…pero ya sabes lo que pasa cuando nos juntamos con vosotros.
-¿Qué pasa? – la pinché.
-Mis ganas se disparan – susurró antes de lamerme el lóbulo de la oreja.
-Las mías también…
-Entonces, ¿qué pasó ayer? – susurró de nuevo.
-Que estaba algo cansado
-Hay cosas que cansan menos que otras… - continuó ella.
-¿Cómo qué? – le seguí el rollo.

Me estaba empezando a calentar poco a poco. Ella soltó las piernas de mi cintura y se volvió a enganchar a mi cuello pero ahora desde atrás. Noté su mano en mi polla por primera vez y como apretaba un poco mientras volvía a morderme el lóbulo de la oreja y a susurrarme.

-Como que me comas el coño – dijo con una carga morbosa tal que hizo que se me pusiera dura casi instantáneamente.
-Oooyyy…veo que se te ha ido el cansancio de repente – exclamó. Empezó a pajearme muy lentamente.
-Eres muy mala…
-Y yo se que te gusta que sea mala… - no dejaba de pajearme despacio bajo el agua.
-Te estás mereciendo…
-¿El qué, me vas a dar unos azotes? – me interrumpió.

A Lore no le gustaban los azotes durante el sexo, al contrario que a Sonia que se pone cachondísima cuando a veces la pongo sobre mis rodillas y le doy unos cuantos en medio de nuestros juegos, o cuando se los doy estando a cuatro patas.

-Pues igual te mereces alguno…
-Sabes que no me gustan mucho…pero esta noche quiero que me azotes…mmmm…me estoy poniendo algo cachonda también jijiji.

Ahí ya casi estábamos empezando a reírnos de nuevo pero la excitación mía iba en aumento. Ella se volvió a poner delante, me soltó la polla y me miró toda cachonda

-Deja de hablar y bésame - soltó

La miré a los ojos, le cogí la carita con ambas manos y la besé. Fue un beso corto pero intenso. Luego se separó de mí ligeramente flotando en el agua.

-Vamos arriba – dijo
-¿Ya? ¿Tan pronto? – exclamé - ¿Dónde están estos?

Durante todo ese tiempo ni nos fijamos en donde estaban los demás ni que estaban haciendo. Habíamos estado tan absortos en lo nuestro que ni nos habíamos dado cuenta, y ellos tampoco nos dijeron nada.

-Están entrando ahora por la puerta – dijo ella que tenía mejor visual en ese momento.

Me acerqué de nuevo flotando hacia ella.

-Me has puesto muy cachondo, que lo sepas – le dije.
-Jijiji… de eso se trata… me encanta poneros cachondos – respondió esbozando su clásica sonrisa.
-¿Qué quieres que hagamos? – pregunté esperando otra respuesta, como si salir del agua, quedarnos, subir arriba o lo que fuera.
-¡Follar! jajajajaja – se descojonó.

***continuará***
Grande.

Gr@cias!
 
CAPITULO 18

Y me descojoné con ella. Dimos unas cuantas brazadas mientras nos reíamos con ganas.

Cuando se nos pasó la risa enfilamos hacia la escalerilla y dejé que ella saliera primero.

-Ese culito que no pase hambre – le solté.
-Pues a ver si lo alimentas jajaja – y continuó riendo mientras buscaba su toalla.

Cuando salí, busqué la mía y me acerqué de nuevo a ella. Abrió su toalla y entre la mía y la suya nos envolvimos los dos bien pegaditos. Mi erección había bajado un poco y ella no pudo evitar hacer un chascarrillo.

-¿Ya está cansada otra vez?
-Jajajaja… vamos dentro anda – le dije.

Cuando entramos estaban junto a la isleta de la cocina envueltos en sus toallas. Coque sentado en un taburete, Sonia detrás de él abrazándole cariñosamente e Isa de pie junto a ellos con unos vasos de algo en la encimera. Me puse un poco de ron con limón en un vaso y me senté en el sofá. Lore no tardó nada en acercarse, echó un trago a su bebida, y subiéndose un poco la toalla hacia arriba se sentó a horcajadas sobre mi regazo.

-¿Por dónde íbamos? – preguntó de forma retórica sin soltar su vaso.
-Hambre…que tenías hambre de algo – respondí.
-Eso lo dijiste tú… - sonrió y le echó otro sorbo a su bebida.

Con un dedo desaté su toalla que cayó sobre mis muslos dejando en primerísimo plano sus tetas. Se inclinó sobre mí para acercar su boca a mi oído y me lamió y mordió suavemente el lóbulo de la oreja. Cuando se pone sensual y provocativa, se pone de verdad. Le encanta hacerlo, con esa picardía suya, y a mí por descontado. Luego alargó la mano para dejar su vaso en la mesa y volvió a acercase de nuevo.

-No sé que harán esos tres…- susurró e hizo una pausa – pero tú y yo vamos a tener mambo del bueno esta noche.

Empecé a empalmarme de nuevo y ella me la buscó metiendo la mano entre los dos. Empezó a pajearme a la vez que no cesaba de chupar mi oreja.

-Vamos para arriba – me pareció escuchar, pero hasta que Lore no cambió de oreja no pude comprobar que habían desaparecido.

En un momento se la metió entera de una sentada y empezó a cabalgarme mientras nos morreabamos. La agarré por las nalgas para estrujárselas ávidamente y luego busqué, como tantas veces, su agujerito con los dedos. Dejó de besarme y agarrándome la cara se echó ligeramente para atrás.

-¿Qué quieres? ¿Quieres mi culito, es eso lo que quieres? – preguntó morbosamente pero con una sonrisa en los labios final.
-Sí… - respondí apenas.
-Pensaba que lo que te gustaba de mí eran las tetas…
-Y tu culito, me chifla tu culito.

Contrajo los músculos de su vagina contra mi polla repetidamente haciéndome suspirar.

-¿Y esto, te gusta? – dijo sin dejar de contraerlos.
-Umm… me encanta.

La abracé fuerte por la espalda haciendo que empezara a subir y bajar con más energía. Tanta en un momento que casi se descabalga y se cae.

-Jajajajaja – se echó a reír – Que me ma…to.
-Subimos – aproveché para proponérselo. Ella se levantó.
-Vamos – me levanté tras ella y le di un cachete en el culo que la hizo lanzar un gritito.

Subió delante de mí.

-¿Te he dicho ya que me encanta tu culo? – la continué provocando.
-Si lo quieres tendrás que ofrecerme algo a cambio – respondió riendo.
-Lo que quieras.
-El tuyo jajajaja.
-Oh no no no…
-Oh sí sí...– seguía riendo
-Bueno, ya lo discutiremos – corté la conversación, aunque sabía que no se iba a rendir.

Se giró y me guiñó un ojo. Entramos en la habitación y nos encontramos la excitante estampa.
Sonia estaba echada en la cama con su espalda apoyada sobre los almohadones con los ojos cerrados, la boca entreabierta y acariciando la cabeza de Isa, que estaba a cuatro patas inclinada entre sus piernas comiéndole el coño. Y Coque detrás de ella follándola lentamente.
Nos quedamos mirándoles de pie, agarré a Lore de nuevo y empecé a besar su hombro y a buscar su coño con mis dedos.

-Me está excitando lo que veo – le susurré al oído.
-Y a mí…fóllame ahora – respondió ella casi sin voz.

Se acercó a un lado de la cama y se puso a cuatro patas. Me puse tras ella y se la metí de golpe hasta el fondo haciendo que lanzara un grito. Sonia abrió los ojos al escucharlo mientras se mordía el labio de manera lasciva.

Desde ese momento se desató una tormenta sexual en la cama, con continuos cambios de pareja entre los cinco y muy pocas palabras. No recuerdo ni las veces que se corrieron las tres. Lo que si recuerdo es que yo estaba tan cansado que ni correrme podía. Al final me quedé sentado en una butaca que había en el cuarto simplemente contemplándolas a ellas.

***continuará***

P.D. Me ha dado tiempo a escribir algo y ahora habrá un parón, me voy esta tarde de viaje y luego tengo mucho curro. A ver cuando puedo continuar. Entre otras cosas para relatar algunas novedades que, como le decía a "Sonia" hace unos días, si escribo algo lo titularé "Lo impensable" porque sí señores, nuestro Club ha experimentado una ampliación, pero muy distinta a la que habíamos imaginado hacía tiempo. Bueno ahí lo dejo :) .
 
Última edición:
Como siempre se pasa muy bien leyendo tu relato y el morbo que tiene, muchas gracias JiuYacman, esperaremos el próximo aunque te demores un poco, que te vaya bien en tu viaje. (y)(y)(y)
 
CAPITULO 18

Y me descojoné con ella. Dimos unas cuantas brazadas mientras nos reíamos con ganas.

Cuando se nos pasó la risa enfilamos hacia la escalerilla y dejé que ella saliera primero.

-Ese culito que no pase hambre – le solté.
-Pues a ver si lo alimentas jajaja – y continuó riendo mientras buscaba su toalla.

Cuando salí, busqué la mía y me acerqué de nuevo a ella. Abrió su toalla y entre la mía y la suya nos envolvimos los dos bien pegaditos. Mi erección había bajado un poco y ella no pudo evitar hacer un chascarrillo.

-¿Ya está cansada otra vez?
-Jajajaja… vamos dentro anda – le dije.

Cuando entramos estaban junto a la isleta de la cocina envueltos en sus toallas. Coque sentado en un taburete, Sonia detrás de él abrazándole cariñosamente e Isa de pie junto a ellos con unos vasos de algo en la encimera. Me puse un poco de ron con limón en un vaso y me senté en el sofá. Lore no tardó nada en acercarse, echó un trago a su bebida, y subiéndose un poco la toalla hacia arriba se sentó a horcajadas sobre mi regazo.

-¿Por dónde íbamos? – preguntó de forma retórica sin soltar su vaso.
-Hambre…que tenías hambre de algo – respondí.
-Eso lo dijiste tú… - sonrió y le echó otro sorbo a su bebida.

Con un dedo desaté su toalla que cayó sobre mis muslos dejando en primerísimo plano sus tetas. Se inclinó sobre mí para acercar su boca a mi oído y me lamió y mordió suavemente el lóbulo de la oreja. Cuando se pone sensual y provocativa, se pone de verdad. Le encanta hacerlo, con esa picardía suya, y a mí por descontado. Luego alargó la mano para dejar su vaso en la mesa y volvió a acercase de nuevo.

-No sé que harán esos tres…- susurró e hizo una pausa – pero tú y yo vamos a tener mambo del bueno esta noche.

Empecé a empalmarme de nuevo y ella me la buscó metiendo la mano entre los dos. Empezó a pajearme a la vez que no cesaba de chupar mi oreja.

-Vamos para arriba – me pareció escuchar, pero hasta que Lore no cambió de oreja no pude comprobar que habían desaparecido.

En un momento se la metió entera de una sentada y empezó a cabalgarme mientras nos morreabamos. La agarré por las nalgas para estrujárselas ávidamente y luego busqué, como tantas veces, su agujerito con los dedos. Dejó de besarme y agarrándome la cara se echó ligeramente para atrás.

-¿Qué quieres? ¿Quieres mi culito, es eso lo que quieres? – preguntó morbosamente pero con una sonrisa en los labios final.
-Sí… - respondí apenas.
-Pensaba que lo que te gustaba de mí eran las tetas…
-Y tu culito, me chifla tu culito.

Contrajo los músculos de su vagina contra mi polla repetidamente haciéndome suspirar.

-¿Y esto, te gusta? – dijo sin dejar de contraerlos.
-Umm… me encanta.

La abracé fuerte por la espalda haciendo que empezara a subir y bajar con más energía. Tanta en un momento que casi se descabalga y se cae.

-Jajajajaja – se echó a reír – Que me ma…to.
-Subimos – aproveché para proponérselo. Ella se levantó.
-Vamos – me levanté tras ella y le di un cachete en el culo que la hizo lanzar un gritito.

Subió delante de mí.

-¿Te he dicho ya que me encanta tu culo? – la continué provocando.
-Si lo quieres tendrás que ofrecerme algo a cambio – respondió riendo.
-Lo que quieras.
-El tuyo jajajaja.
-Oh no no no…
-Oh sí sí...– seguía riendo
-Bueno, ya lo discutiremos – corté la conversación, aunque sabía que no se iba a rendir.

Se giró y me guiñó un ojo. Entramos en la habitación y nos encontramos la excitante estampa.
Sonia estaba echada en la cama con su espalda apoyada sobre los almohadones con los ojos cerrados, la boca entreabierta y acariciando la cabeza de Isa, que estaba a cuatro patas inclinada entre sus piernas comiéndole el coño. Y Coque detrás de ella follándola lentamente.
Nos quedamos mirándoles de pie, agarré a Lore de nuevo y empecé a besar su hombro y a buscar su coño con mis dedos.

-Me está excitando lo que veo – le susurré al oído.
-Y a mí…fóllame ahora – respondió ella casi sin voz.

Se acercó a un lado de la cama y se puso a cuatro patas. Me puse tras ella y se la metí de golpe hasta el fondo haciendo que lanzara un grito. Sonia abrió los ojos al escucharlo mientras se mordía el labio de manera lasciva.

Desde ese momento se desató una tormenta sexual en la cama, con continuos cambios de pareja entre los cinco y muy pocas palabras. No recuerdo ni las veces que se corrieron las tres. Lo que si recuerdo es que yo estaba tan cansado que ni correrme podía. Al final me quedé sentado en una butaca que había en el cuarto simplemente contemplándolas a ellas.

***continuará***

P.D. Me ha dado tiempo a escribir algo y ahora habrá un parón, me voy esta tarde de viaje y luego tengo mucho curro. A ver cuando puedo continuar. Entre otras cosas para relatar algunas novedades que, como le decía a "Sonia" hace unos días, si escribo algo lo titularé "Lo impensable" porque sí señores, nuestro Club ha experimentado una ampliación, pero muy distinta a la que habíamos imaginado hacía tiempo. Bueno ahí lo dejo :) .
Que ganas de leerlo!
No te demores mucho!
 
Ayer tarde escribí algo, pero luego olvidé subirlo.

CAPITULO 19

Sonia acabó exhausta, rendida y abrazada a la almohada. Isa, en cambio, estaba bocarriba mirando al techo con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Coque, tan campante, se había metido en el baño a asearse. Lore había ido al de la otra habitación.

-Voy abajo a beber algo – dije levantándome de la butaca.

Bajé y tras abrir el frigorífico saqué una coca-cola y me bebí media de un trago. Hacía calor, bastante, y abrí de nuevo las puertas para salir al jardín. Me quedé al borde del porche mirando al infinito y en esto escuché tras de mí como alguien abría otra lata. Me di la vuelta y era Lore que estaba dándole el primer sorbo.

Se acercó a mí con la lata en la mano y me abrazó por la cintura.

-¿Cansadete, eh?
-Un poco…hacía calor ahí arriba, pero con una de estas me recupero. No entiendo como no tienen aire acondicionado. Es que además hoy no corre nada el aire…bufff.
-Sí, ese fue un fallo en el que no caímos al alquilarla. Yo también estaba casi al borde del desmayo jajaja. No entiendo como Sonia aguanta tanto el calor. E Isa lo mismo.

Me besó cariñosa en el hombro al tiempo que me acariciaba el culo. Le devolví el beso y entré un momento a encender los focos de la piscina y un par de focos del jardín.

-Me voy a dar un chapuzón – dije dejando la lata en el borde de la piscina.
-Yo también… de hecho venía con esa idea – replicó ella.

Los dos nos lanzamos a la piscina y tras unos minutos flotando para refrescarnos ella se salió para sentarse en el borde. Me quedé enfrente de ella al otro lado de la piscina mientras charlábamos, pero no podía apartar la vista de sus tetas salpicadas por el agua y perfectamente iluminadas por las luces de la piscina. Y como no me había corrido y ya me encontraba recuperado del cansancio, mis pensamientos provocaron que empezara a excitarme.

-Me estoy poniendo cachondo otra vez…
-¿En serio? Jijiji – respondió ella con cara de sorpresa pero también de satisfacción.

Se echó ligeramente hacia atrás y sus magníficas tetas se iluminaron todavía más.

-¿Estás intentando excitarme todavía más? Porque si no me crees puedes comprobarlo tú misma…
-A ver, a ver…jijijiji.

Me encantaba ese comportamiento casi de adolescente que tenían muchas veces, con su dosis de picante y humor. Y a ellas les gustaba ese juego. Otras veces era lo contrario, un comportamiento directo, apasionado, casi salvaje y desbordante de sexo intenso y desbocado. Y muchas veces empezaba de una manera y terminada de la otra.
Me acerqué a la escalerilla y salí de la piscina con una media erección. Ella se llevó las manos a las mejillas poniendo una aparente cara de sorpresa. Me senté a su lado.

-Lo ves.
-Ya lo veo, ya…va a haber que hacer algo con esto…

Mientras agarraba la lata para darle otro sorbo ella pasó los dedos por mi polla, haciendo que esta se sacudirá como si tuviera vida propia al notarlos. Me quitó la lata de la mano y se inclinó sobre mi mientras empezaba a masajearme la polla, pero al apoyarme hacia atrás se me escurrió la mano del borde de la piscina cayendo de espaldas sobre el césped y arrastrándola a ella sobre mí. Rodamos los dos y nos entró un ataque de risa.

-Ay, ay, ay…jajajaja… jajajaja…acabaremos con algo dislocado jajajaja – repetía ella.
-Jajajajaja.

Cuando se nos fue pasando nos levantamos.

-¿Y si subimos a la cama? – sugirió ella.
-Vamos...

Pasamos por la ducha de fuera para quitarnos posibles restos de césped y tierra, nos secamos y entramos. Subimos arriba. Desde el pasillo pude ver como de la otra habitación salía todavía luz pero no se escuchaba nada. Entramos en el dormitorio. La agarré por la cintura y nos empezamos a meter mano. Sin más distracciones, me miró fijamente a los ojos, se agachó y empezó a chupármela, haciendo que creciera en unos segundos. Luego se levantó de nuevo.

-Mmm… estoy todavía un poco dolorida ahí abajo por toda la tralla de antes…pero podemos hacer otras cositas… - dijo ella guiñándome un ojo al agarrarme la polla y pajearme ligeramente.

La entendí perfectamente y me eché en la cama todo a lo largo. Ella se echó a mi lado y continuó masturbándome mientras nos besábamos. No tardó en inclinarse un poco más, recostarse ligeramente en mi pecho para chupármela. Cerré los ojos y alargué el brazo para acariciar sus nalgas mientras ella me llevaba poco a poco hacia el clímax. Cuando pensaba que en unos minutos todo iba a acabar inundando su boca con mi semen, sentí que alguien se subía a la cama. Abrí los ojos para ver a Sonia arrodillada a muestro lado y tocándose. Sin decirse nada, Lore se apartó y Sonia se sentó a horcajadas sobre mí, se la metió y se puso a cabalgarme con brío. Lore colocándose tras ella, le magreaba las tetas y la besaba en el cuello provocándole suspiro tras suspiro.

De repente empezamos a escuchar fuertes gemidos seguidos de intensos gritos de placer provenientes de la otra habitación y después el silencio. Sonia había empezado a tocarse y a gemir más fuerte al escucharlos y agarrándole la mano a Lore para llevarla a su coño se inclinó sobre mí hasta que explotó por fin en un nuevo orgasmo. Segundos después, al ver su rostro de place, me corrí intensamente dentro de ella. Luego se dejó caer sobre mí, la abracé y acaricié la espalda, levantó la cara, nos dimos un beso y por fin se retiró para ponerse de pie.

-Hasta mañana cielo, te quiero – se despidió.
-Hasta mañana cariño, y yo a ti – respondí yo.

Me levanté como pude y me metí en el baño. Lore estaba en la ducha y me metí con ella. Nos duchamos rápidamente y tras secarnos nos metimos en la cama y apagamos la luz. Ella se abrazó a mí apoyando su brazo sobre mi pecho un rato mientras yo le acariciaba la espalda.

-No ha estado mal… – comenté.
-Nada mal – respondió ella.

Hubo unos segundos de silencio.

-Mmmm… me encanta que me acaricien así la espalda…
-Lo sé jajajaja.

Tras un par de minutos de silencio la miré y vi que estaba dormida, así que con cuidado la aparté de mí y la arropé ligeramente la parte de la tripa que es la que ella siempre se tapa en verano.

A la mañana siguiente, cuando desperté, Lore ya se había levantado, como en ella era habitual. Me levanté y antes de bajar a desayunar me asomé a la otra habitación. Coque estaba dormido bocarriba con una buena erección matutina, que me hizo sonreír, Sonia recostada de lado medio enrollada en una sábana e Isa abrazada a ella totalmente desnuda.

Ahí les dejé durmiendo y bajé las escaleras. Lore estaba en la cocina de pie sólo en bragas haciendo el desayuno.

-Buenos días, preciosa!
-Buenos días guapo. ¿te pongo un café?
-Sí, gracias.
-Estoy haciendo tostadas ¿cuántas quieres?
-Un par, gracias. Siguen durmiendo… tu marido estaba con el asta apuntando al techo…
-Jajajaja… no me hagas reír ya por la mañana que todavía no he tomado café y no soy persona jajaja.
-Ayyy, lo que te quiero yo – le dije abrazándola y besando su cuello.

Desayunamos tranquilamente mientras charlábamos de todo un poco. De pronto se me quedó mirando con media tostada mordida en la mano y puso esa cara de pillina que revela que está pensando en algo picante.

-Tengo una curiosidad…mmm…¿Cuándo follamos tú y yo… en qué piensas? Se sincero.

No me quedé de piedra porque la conozco bien y sé que no se piensa las cosas dos veces antes de soltarlas, sobre todo entre nosotros cinco. Pero vamos, me sorprendió porque me lo preguntó en ese momento y no por la noche mientras hablábamos un poco antes de dormirnos.

***continuará***
 
Ayer tarde escribí algo, pero luego olvidé subirlo.

CAPITULO 19

Sonia acabó exhausta, rendida y abrazada a la almohada. Isa, en cambio, estaba bocarriba mirando al techo con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Coque, tan campante, se había metido en el baño a asearse. Lore había ido al de la otra habitación.

-Voy abajo a beber algo – dije levantándome de la butaca.

Bajé y tras abrir el frigorífico saqué una coca-cola y me bebí media de un trago. Hacía calor, bastante, y abrí de nuevo las puertas para salir al jardín. Me quedé al borde del porche mirando al infinito y en esto escuché tras de mí como alguien abría otra lata. Me di la vuelta y era Lore que estaba dándole el primer sorbo.

Se acercó a mí con la lata en la mano y me abrazó por la cintura.

-¿Cansadete, eh?
-Un poco…hacía calor ahí arriba, pero con una de estas me recupero. No entiendo como no tienen aire acondicionado. Es que además hoy no corre nada el aire…bufff.
-Sí, ese fue un fallo en el que no caímos al alquilarla. Yo también estaba casi al borde del desmayo jajaja. No entiendo como Sonia aguanta tanto el calor. E Isa lo mismo.

Me besó cariñosa en el hombro al tiempo que me acariciaba el culo. Le devolví el beso y entré un momento a encender los focos de la piscina y un par de focos del jardín.

-Me voy a dar un chapuzón – dije dejando la lata en el borde de la piscina.
-Yo también… de hecho venía con esa idea – replicó ella.

Los dos nos lanzamos a la piscina y tras unos minutos flotando para refrescarnos ella se salió para sentarse en el borde. Me quedé enfrente de ella al otro lado de la piscina mientras charlábamos, pero no podía apartar la vista de sus tetas salpicadas por el agua y perfectamente iluminadas por las luces de la piscina. Y como no me había corrido y ya me encontraba recuperado del cansancio, mis pensamientos provocaron que empezara a excitarme.

-Me estoy poniendo cachondo otra vez…
-¿En serio? Jijiji – respondió ella con cara de sorpresa pero también de satisfacción.

Se echó ligeramente hacia atrás y sus magníficas tetas se iluminaron todavía más.

-¿Estás intentando excitarme todavía más? Porque si no me crees puedes comprobarlo tú misma…
-A ver, a ver…jijijiji.

Me encantaba ese comportamiento casi de adolescente que tenían muchas veces, con su dosis de picante y humor. Y a ellas les gustaba ese juego. Otras veces era lo contrario, un comportamiento directo, apasionado, casi salvaje y desbordante de sexo intenso y desbocado. Y muchas veces empezaba de una manera y terminada de la otra.
Me acerqué a la escalerilla y salí de la piscina con una media erección. Ella se llevó las manos a las mejillas poniendo una aparente cara de sorpresa. Me senté a su lado.

-Lo ves.
-Ya lo veo, ya…va a haber que hacer algo con esto…

Mientras agarraba la lata para darle otro sorbo ella pasó los dedos por mi polla, haciendo que esta se sacudirá como si tuviera vida propia al notarlos. Me quitó la lata de la mano y se inclinó sobre mi mientras empezaba a masajearme la polla, pero al apoyarme hacia atrás se me escurrió la mano del borde de la piscina cayendo de espaldas sobre el césped y arrastrándola a ella sobre mí. Rodamos los dos y nos entró un ataque de risa.

-Ay, ay, ay…jajajaja… jajajaja…acabaremos con algo dislocado jajajaja – repetía ella.
-Jajajajaja.

Cuando se nos fue pasando nos levantamos.

-¿Y si subimos a la cama? – sugirió ella.
-Vamos...

Pasamos por la ducha de fuera para quitarnos posibles restos de césped y tierra, nos secamos y entramos. Subimos arriba. Desde el pasillo pude ver como de la otra habitación salía todavía luz pero no se escuchaba nada. Entramos en el dormitorio. La agarré por la cintura y nos empezamos a meter mano. Sin más distracciones, me miró fijamente a los ojos, se agachó y empezó a chupármela, haciendo que creciera en unos segundos. Luego se levantó de nuevo.

-Mmm… estoy todavía un poco dolorida ahí abajo por toda la tralla de antes…pero podemos hacer otras cositas… - dijo ella guiñándome un ojo al agarrarme la polla y pajearme ligeramente.

La entendí perfectamente y me eché en la cama todo a lo largo. Ella se echó a mi lado y continuó masturbándome mientras nos besábamos. No tardó en inclinarse un poco más, recostarse ligeramente en mi pecho para chupármela. Cerré los ojos y alargué el brazo para acariciar sus nalgas mientras ella me llevaba poco a poco hacia el clímax. Cuando pensaba que en unos minutos todo iba a acabar inundando su boca con mi semen, sentí que alguien se subía a la cama. Abrí los ojos para ver a Sonia arrodillada a muestro lado y tocándose. Sin decirse nada, Lore se apartó y Sonia se sentó a horcajadas sobre mí, se la metió y se puso a cabalgarme con brío. Lore colocándose tras ella, le magreaba las tetas y la besaba en el cuello provocándole suspiro tras suspiro.

De repente empezamos a escuchar fuertes gemidos seguidos de intensos gritos de placer provenientes de la otra habitación y después el silencio. Sonia había empezado a tocarse y a gemir más fuerte al escucharlos y agarrándole la mano a Lore para llevarla a su coño se inclinó sobre mí hasta que explotó por fin en un nuevo orgasmo. Segundos después, al ver su rostro de place, me corrí intensamente dentro de ella. Luego se dejó caer sobre mí, la abracé y acaricié la espalda, levantó la cara, nos dimos un beso y por fin se retiró para ponerse de pie.

-Hasta mañana cielo, te quiero – se despidió.
-Hasta mañana cariño, y yo a ti – respondí yo.

Me levanté como pude y me metí en el baño. Lore estaba en la ducha y me metí con ella. Nos duchamos rápidamente y tras secarnos nos metimos en la cama y apagamos la luz. Ella se abrazó a mí apoyando su brazo sobre mi pecho un rato mientras yo le acariciaba la espalda.

-No ha estado mal… – comenté.
-Nada mal – respondió ella.

Hubo unos segundos de silencio.

-Mmmm… me encanta que me acaricien así la espalda…
-Lo sé jajajaja.

Tras un par de minutos de silencio la miré y vi que estaba dormida, así que con cuidado la aparté de mí y la arropé ligeramente la parte de la tripa que es la que ella siempre se tapa en verano.

A la mañana siguiente, cuando desperté, Lore ya se había levantado, como en ella era habitual. Me levanté y antes de bajar a desayunar me asomé a la otra habitación. Coque estaba dormido bocarriba con una buena erección matutina, que me hizo sonreír, Sonia recostada de lado medio enrollada en una sábana e Isa abrazada a ella totalmente desnuda.

Ahí les dejé durmiendo y bajé las escaleras. Lore estaba en la cocina de pie sólo en bragas haciendo el desayuno.

-Buenos días, preciosa!
-Buenos días guapo. ¿te pongo un café?
-Sí, gracias.
-Estoy haciendo tostadas ¿cuántas quieres?
-Un par, gracias. Siguen durmiendo… tu marido estaba con el asta apuntando al techo…
-Jajajaja… no me hagas reír ya por la mañana que todavía no he tomado café y no soy persona jajaja.
-Ayyy, lo que te quiero yo – le dije abrazándola y besando su cuello.

Desayunamos tranquilamente mientras charlábamos de todo un poco. De pronto se me quedó mirando con media tostada mordida en la mano y puso esa cara de pillina que revela que está pensando en algo picante.

-Tengo una curiosidad…mmm…¿Cuándo follamos tú y yo… en qué piensas? Se sincero.

No me quedé de piedra porque la conozco bien y sé que no se piensa las cosas dos veces antes de soltarlas, sobre todo entre nosotros cinco. Pero vamos, me sorprendió porque me lo preguntó en ese momento y no por la noche mientras hablábamos un poco antes de dormirnos.

***continuará***
Gracias
 
CAPITULO 20

-Ehmmm… ¿Qué en qué pienso? … en que voy a pensar…
-Ampliable a cuando lo haces con Isa jejeje…no sé… es algo que siempre he pensado y nunca me había dado por preguntarte…curiosidad – añadió con una sonrisa graciosa de oreja a oreja.
-Eeeh..umm…joder Lore…no sé como responderte a eso…yo creo que..eeeh…nos lo pasamos bien…
-Eso ya lo sé…, sigue…
-¿Estás intentando calentarme o qué? – le respondí interrogándola a la vez con la mirada.
-Jajaja, no, de verdad…es curiosidad ya te lo he dicho…me gustaría saber en qué piensas… - dijo tras darle otro mordisco a la tostada.
-Eeeh...ummm...a ver cómo te lo explico. Cuando éramos jóvenes, mientras lo hacíamos, pensaba en que aquello era un sueño, en que no me lo creía, luego se me pasaba y sólo pensaba en disfrutar contigo de igual manera que con Sonia. Aprendimos muy rápido a separar amor y sexo, algo que no todo el mundo es capaz de hacer, y más cuando hay amistad por medio, supongo. Luego durante aquellos años locos sólo estaba esperando, y vosotros también jejeje, en que llegara el fin de semana para juntarnos y follar como locos y…en hacerte disfrutar, y en los últimos años, te aseguro que no hay una sola vez en que no piense en la suerte que he tenido de conocerte, y por supuesto a Sonia, pero se me va de la cabeza rápido y solo pienso en hacerte disfrutar ese momento y con Isa igual…aunque a ella me gusta “putearla” jejeje…

-¿Putearla? A ver, explícame que es eso… - me interrumpió con cara de sorpresa.
-Jajajaja.. no pienses mal con lo de “putearla”…es una tontería…es que me gusta hacer que se ruborice…eso quiero decir, porque a veces todavía se ruboriza con un alago o provocando que se excite según como, tú por ejemplo no te has ruborizado nunca, tú intentas quedar por encima siempre…si yo te provoco para excitarte, tú más…lo cual por otra parte me encanta…
-Uy, me estoy ruborizando…jajaja.
-¡Payasa!
-Jajajaja.
-Por cierto, ahora te voy a preguntar yo a ti…mmm… nunca fuiste partidaria de aumentar el club pero, de aquella época, si lo hubieses sido, a quién te hubiera gustado haberle dado el carnet, jejeje?
-Sin duda a Bea y Pedro… no eran de los que más frecuentábamos pero sí que los veía como los más cercanos a nosotros en cuanto a filosofía vital…
-¡Hostia! Nunca se me hubiese ocurrido, hace la tira de tiempo que no les he visto… yo pensaba más en Nuria y Luis…
-Ja! Tú pensabas en Mónica, que te conozco… y Coque lo mismo jajajajaja – se partió de risa
-¡Y dale con Mónica!, bueno eso era una fantasía irrealizable jijijii… - Lore se rio.
-De todas maneras yo nunca dije que estuviera cerrada a aumentar el club – dijo tras darle un último sorbo a su café.
-Ah, no?! – exclamé sorprendido.
-No, yo dije que no me apetecía meter a otro tío…y sigo pensándolo.
-¡Anda! O sea que si fuera una tía no te importaría probar…
-Lo que pasa es que es muy difícil…pero… jijiji – la puñetera me tuvo en tensión unos largos segundos.
-Perooo qué?! – exclamé impaciente.
-Jajaja… pero tendría que ser alguien que me cayera bien de primeras, alguien con carisma, de esas personas que las miras y piensas, es una persona honesta y además divertida, que no te va a sorprender para mal… en fin ese tipo de personas…y por supuesto que físicamente tuviera su puntito, pero no es que me vuelva loca con eso, eh…que así estamos muy bien…
-Mmmm…interesante confesión jejejeje.

En ese momento apareció Isa con camiseta corta y bragas.

-Buenos días – saludó
-Buenos días, Isa ¿qué tal dormiste? – respondí.
-Un poco apretados pero bien jajaja.
-Pues esa cama es la más grande – dijo Lore – La suerte es que Coque una vez que se duerme ni se mueve en toda la noche.

Se empezó a hacer el desayuno y me fijé en que uno de los lados de las braguitas lo llevaba más subido dejando a la vista media nalga, y claro, no pude evitar pincharla un poco.

-¿Por qué a todas las mujeres se os sube siempre un lado de las bragas más que el otro? – pregunté con intención.

Automáticamente ella se las ajustó y continuando con lo que estaba haciendo y sin ni siquiera darse la vuelta me respondió.

-¡Para hacerte hablar!
-Puuuuff jajajaja – se descojonó Lore.
-Me lo merezco – contesté – no... pero es verdad, es curioso pero es así, os pasa a menudo jejeje.

Las dos me miraron flipadas.
Un par de horas después, estábamos dándonos el primer baño en la piscina y Coque estaba inspeccionando el garaje de la vivienda al que no se nos había ocurrido entrar antes.

-En el garaje hay varias bicis, por lo menos seis, y parece que están en buen estado ¿queréis que vayamos a dar una vuelta en ellas a curiosear por los alrededores? – preguntó al volver.
-Por mí sí – respondí – así hacemos algo distinto a estar todo el día tumbados a la bartola.

Todos estuvimos de acuerdo y tras agenciarnos una bici cada uno y cerrar la casa nos dispusimos a ponernos en marcha.

-Tirad vosotras delante – dijo Coque.
-Claro, y así nos vais mirando el culo todo el rato, ¿no? – respondió jocosa Sonia.
-Jajajaja…será porque no los conocemos lo suficiente jajajaja – apostilló Coque divertido – Venga tirad...

La excursión nos alejó más de lo previsto y regresamos bastante más cansados de lo esperado, así que tras comer, la tarde fue de lo más relajada.

Por la noche las chicas prepararon una cena diferente, nada especial pero digamos que se entretuvieron en la presentación de los platos, y también nos vestimos algo mejor para la ocasión. Querían que celebrásemos la fiesta de los cincuenta sólo entre nosotros, de manera más íntima, a parte de la gran fiesta que Coque había preparado para la semana siguiente. Como no teníamos previsto salir a ningún sitio no habíamos metido ropa de fiesta ni nada y nos las apañamos con lo mejor que pudimos. Sonia y Lore se pusieron un par de vestidos largos de verano e Isa unos shorts blancos más de vestir que de sport y una sencilla camiseta, y Coque y yo unos simples pantalones cortos. Pero por lo menos no íbamos en bañador o bikini.

Durante la cena nos reímos mucho, como siempre, sobre todo recordando anécdotas picantes y otras no tanto de todos estos años. Después de acabar de cenar y recoger la mesa Coque y yo preparamos unos gin-tonics mientras las chicas ponían algo de música. No tardaron en animarse a bailar, y con los gin –tonics se iban entonando, animando y por supuesto, calentando cada vez más. Entraban y salían del salón al porche con un vaso en la mano y bailando sin parar. Y nosotros, que no somos de mucho bailar, mirándolas y riéndonos. Empezaron a bailar más pegaditas, a lanzarse besitos primero y luego a darse piquitos. Las tetas de Sonia danzaban bajo su vestido, las de Lore como llevaba sujetador no tanto. E Isa no paraba de contonear su cuerpo como si fuera una serpiente.

En esto Coque fue a poner otro tipo de música, un CD de baladas lentas. Sonia y Lore no tardaron nada en agarrarse para bailar, todavía con los vasos en las manos, y yo aproveché para unirme a Isa para bailar con ella. A ese tipo de baile sí que me apunto. El ambiente se fue calentando, como no podía ser de otra manera. Cuando me quise dar cuenta Sonia y Lore estaban pasándoselo pipa jugando a separar sus cuerpos pero manteniendo los labios pegados como si fueran quinceañeras. Un par de vueltas de baile después se estaban besando cándidamente, y dos vueltas más lo hacían con ardor, comiéndose la boca, por supuesto sabiendo que las estábamos mirando y que les encantaba provocar y excitarnos de esa manera.

Me acordé de lo que le había contado a Lore sobre lo de “putear” a Isa. La agarré del culo, apretando suavemente su nalga, la miré y la besé por sorpresa y enseguida se puso colorada. Aún sabiendo como iba a acabar la noche, se ruborizó sólo con eso.

***continuará***
 
Última edición:
Gracias por estos dos capítulos hacía rato que no sabíamos nada, muy buenos entre paréntesis. Se lo pasaron muy bien y falta la parecer. (y)(y)(y).
 
CAPITULO 21

-Te has puesto colorada…
-No es verdad – me negó ella.
-A estas alturas, te has puesto colorada – repliqué sonriendo – me encanta jijiji.

Se echó a reír. Y luego reposó su cabeza en mi hombro para seguir bailando. La agarré ahora del culo con las dos manos y la apreté ligeramente contra mí.

Por otro lado, las chicas seguían bailando agarraditas, pero me di cuenta de que Sonia llevaba la parte de arriba del vestido caída sobre la cintura, en otras palabras, estaba con las tetas al aire.

-Vale…- me susurró – a veces me pongo colorada, pero luego se me pasa…porque la verdad es que me gusta estar con vosotros de esta manera…creo que se ha convertido casi en una adicción – confesó para mi sorpresa.
-Me gusta que digas eso – le respondí también susurrando a su oído – Sí, es casi como una adicción de la que no queremos salir.
-Jajajaja – se volvió a reír.

Varias vueltas de baile después vi como Coque estaba junto a las chicas agarrando a Lore por detrás y moviendo a su ritmo. Continuó acariciando su cuerpo lentamente de arriba hacia abajo mientras ellas se volvían a besar.

-¿Quieres otra copa? – le pregunté a Isa.
-Vale, pero corta… - respondió.

Nos acercamos al mueble-bar que había en la casa y serví otro par de vasos de gin-tonic, a ella más corto. Echamos un trago. Y se quedó mirándome.

-¿Y bien? – insinuó.

Le cogí el vaso de la mano y lo deposité en el mueble de nuevo, la empujé contra la pared y la besé de nuevo. Un beso con intensidad creciente y mi mano buscaba sus tetas por debajo de su camiseta. Cada vez que cambiábamos la cara de lado suspiraba. Y me atrajo más hacia ella agarrándome de la nuca.

Bajé mi mano a su entrepierna y en cuando presioné un poco dio un ligero respingo acompañado de un tenue gemido. Enseguida busqué el botón de su pantalón y se lo desabroché. En un impasse aprovechamos ambos para quitarnos rápidamente las camisetas, y pude contemplar sus duros pezones excitados. Me agaché para chupárselos mientras ella me acariciaba el pelo y se recostaba de nuevo contra la pared. Sus suspiros iban en aumento y más todavía cuando deslicé mi mano por dentro de sus bragas buscando su coño. Aunque echaba de menos su esplendoroso y precioso pubis de años atrás, ahora representado sólo por una delgada tira de vello, mi dedo corazón prácticamente se deslizó dentro solo de lo mojada que estaba.

-Sí, estoy empapada – susurró al ver mi cara de sorpresa.

Empecé a masturbarla mientras volvíamos a besarnos, y se fue excitando cada vez más y más, como revelaban sus cada vez más agudos gemidos. Dejé de besarla y ella apoyó su cabeza en mi hombro. No habían pasado ni un par de minutos cuando de su boca salió un casi inaudible “me voy a correr”. La eché para atrás ligeramente.

-Mírame – le dije.

Sabía que decirle eso, como otras veces, la iba a poner a mil y además se iba a ruborizar luego mucho.

-No pares, no pares…oh..oh… dios…ah..ah…aaah..aaaah – exclamaba ella.

Empezó a agitarse y temblar, intentaba mantener la mirada en mi pero se le iban a un lado, y yo la volvía de provocar.

-Mírame – insistí.

Cuando se estaba corriendo su rostro pasó de la tensión al amago de risa, de este a la sorpresa y luego a la tensión otra vez, para acabar explotando con un agudo grito de placer, seguido de un resoplido y otro pequeño amago de risa. Acto seguido se agarró como pudo a mi cuello porque las piernas le empezaron a flojear. La agarré fuerte por la cintura con los brazos para abrazarla. Por fin me dijo que estaba bien y la solté.

-Oh dioos, ha sido increíble… no sé ni como me he corrido…tan… tan rápido… normalmente tardo más…jajaja – intentó explicar entrecortadamente..
-Jajaja, echa un trago anda… – le ofrecí el vaso.

Tras beber se abrazó de nuevo a mí apoyando su cara en mi pecho, como muy mimosa. Aproveché para mirar a mi alrededor y buscar a los demás, que estaban en uno de los sofás, enrollándose entre los tres. Lore pajeando a Coque mientras Sonia besaba a esta en el cuello.

-¿Quieres que subamos? – le pregunté a Isa.
-Sí – respondió escueta y suavemente.
-Hey, gente, estaremos arriba – les grité. Sonia se dio la vuelta.
-Sí, ahora subiremos – respondió.

Subí detrás de Isa y mirando a su culo solo pensaba en desnudarla del todo nada más llegar. Entró delante en el cuarto y se sentó en la cama apoyando sus manos a los lados y echándose ligeramente hacia atrás. Empecé a quitarme los pantalones, luego los calzoncillos y ella bajó la vista buscando mi polla ya semi erecta. Cuando se acercó ligeramente alargando la mano para intentar cogérmela, se la paré y la empujé hacia atrás. Me incliné sobre ella y la volví a besar levemente, luego tiré de sus shorts y sus bragas a la vez, que lancé sobre una silla. Me sonrió y abrió ligeramente las piernas. La agarré de los muslos para atraerla más hacia el borde y me arrodillé a los pies de la cama. Seguía empapada, como antes.

-Sabes, antes esta zona me gustaba un poco más – le dije provocándola otra vez mientras pasaba un dedo por su monte de Venus.
-¿Quieres que me lo deje como antes? – contestó sugerentemente. Antes de que me diera tiempo a buscar una respuesta añadió - Después del verano me lo dejo como os gusta…sois un poco fetichistas en algunas cosas, eh?!

Me entró la risa y ella se contagió. Luego se calló y apoyada en los hombros me miró expectante mientras su vientre subía y abajaba acompasado con su respiración.

Empecé a besar el interior de sus muslos despacito y cada vez que le daba uno mientras subía por ellos ella se estremecía. Hasta que llegué a su coño, nada más besarlo todo su cuerpo dio un salto en la cama. Con el primer y suave lametón dio otro más pequeño y luego se fue calmando pero también a gemir mientras yo me sumergía en él.

-Joder…dios…que maravilla…sigue así… ooh oooh…

La miraba de vez en cuando mientras se lo comía para ver sus reacciones. De repente le subí las piernas de golpe hacia atrás, haciendo que elevara el culo un poco y con la punta de la lengua empecé a masajear su ano. Dio otro respingo.

-Date la vuelta – casi le ordené. Ella obedeció sin rechistar.

Separando sus nalgas con las manos empecé a comérselo con intensidad. Continué igual hasta que se puso otra vez muy muy caliente y excitada.

-Ummm… me encanta…ooh...aaah..uuuf..jo…der – exclama excitada.

Le volví a pedir que se diera la vuelta y lo hizo enseguida. Me mojé la polla con mi saliva y me miró seductora.

-Venga, métemela ya… - dijo en tono suave.
-Por supuesto…

Me incliné sobre ella y poniendo sus piernas sobre mis hombros se la fui metiendo despacio. Y ella, impaciente, no esperó y levantó las caderas hasta tomarla entera. Mientras yo entraba y salía despacio ella mantenía la mirada en mí, esa mirada azul profunda, como diciendo “no me corto nada y lo que quiero es disfrutar contigo”. Pero cuando vi que empezaba a tocarse le aparté la mano. Todavía no era el momento.

***continuará***
 
Última edición:
Isa debió disfrutar como poseída, me gusta mucho tus relatos, gracias por compartirlos. :aplausos1::aplausos1::aplausos1:
 
CAPITULO 21

-Te has puesto colorada…
-No es verdad – me negó ella.
-A estas alturas, te has puesto colorada – repliqué sonriendo – me encanta jijiji.

Se echó a reír. Y luego reposó su cabeza en mi hombro para seguir bailando. La agarré ahora del culo con las dos manos y la apreté ligeramente contra mí.

Por otro lado, las chicas seguían bailando agarraditas, pero me di cuenta de que Sonia llevaba la parte de arriba del vestido caída sobre la cintura, en otras palabras, estaba con las tetas al aire.

-Vale…- me susurró – a veces me pongo colorada, pero luego se me pasa…porque la verdad es que me gusta estar con vosotros de esta manera…creo que se ha convertido casi en una adicción – confesó para mi sorpresa.
-Me gusta que digas eso – le respondí también susurrando a su oído – Sí, es casi como una adicción de la que no queremos salir.
-Jajajaja – se volvió a reír.

Varias vueltas de baile después vi como Coque estaba junto a las chicas agarrando a Lore por detrás y moviendo a su ritmo. Continuó acariciando su cuerpo lentamente de arriba hacia abajo mientras ellas se volvían a besar.

-¿Quieres otra copa? – le pregunté a Isa.
-Vale, pero corta… - respondió.

Nos acercamos al mueble-bar que había en la casa y serví otro par de vasos de gin-tonic, a ella más corto. Echamos un trago. Y se quedó mirándome.

-¿Y bien? – insinuó.

Le cogí el vaso de la mano y lo deposité en el mueble de nuevo, la empujé contra la pared y la besé de nuevo. Un beso con intensidad creciente y mi mano buscaba sus tetas por debajo de su camiseta. Cada vez que cambiábamos la cara de lado suspiraba. Y me atrajo más hacia ella agarrándome de la nuca.

Bajé mi mano a su entrepierna y en cuando presioné un poco dio un ligero respingo acompañado de un tenue gemido. Enseguida busqué el botón de su pantalón y se lo desabroché. En un impasse aprovechamos ambos para quitarnos rápidamente las camisetas, y pude contemplar sus duros pezones excitados. Me agaché para chupárselos mientras ella me acariciaba el pelo y se recostaba de nuevo contra la pared. Sus suspiros iban en aumento y más todavía cuando deslicé mi mano por dentro de sus bragas buscando su coño. Aunque echaba de menos su esplendoroso y precioso pubis de años atrás, ahora representado sólo por una delgada tira de vello, mi dedo corazón prácticamente se deslizó dentro solo de lo mojada que estaba.

-Sí, estoy empapada – susurró al ver mi cara de sorpresa.

Empecé a masturbarla mientras volvíamos a besarnos, y se fue excitando cada vez más y más, como revelaban sus cada vez más agudos gemidos. Dejé de besarla y ella apoyó su cabeza en mi hombro. No habían pasado ni un par de minutos cuando de su boca salió un casi inaudible “me voy a correr”. La eché para atrás ligeramente.

-Mírame – le dije.

Sabía que decirle eso, como otras veces, la iba a poner a mil y además se iba a ruborizar luego mucho.

-No pares, no pares…oh..oh… dios…ah..ah…aaah..aaaah – exclamaba ella.

Empezó a agitarse y temblar, intentaba mantener la mirada en mi pero se le iban a un lado, y yo la volvía de provocar.

-Mírame – insistí.

Cuando se estaba corriendo su rostro pasó de la tensión al amago de risa, de este a la sorpresa y luego a la tensión otra vez, para acabar explotando con un agudo grito de placer, seguido de un resoplido y otro pequeño amago de risa. Acto seguido se agarró como pudo a mi cuello porque las piernas le empezaron a flojear. La agarré fuerte por la cintura con los brazos para abrazarla. Por fin me dijo que estaba bien y la solté.

-Oh dioos, ha sido increíble… no sé ni como me he corrido…tan… tan rápido… normalmente tardo más…jajaja – intentó explicar entrecortadamente..
-Jajaja, echa un trago anda… – le ofrecí el vaso.

Tras beber se abrazó de nuevo a mí apoyando su cara en mi pecho, como muy mimosa. Aproveché para mirar a mi alrededor y buscar a los demás, que estaban en uno de los sofás, enrollándose entre los tres. Lore pajeando a Coque mientras Sonia besaba a esta en el cuello.

-¿Quieres que subamos? – le pregunté a Isa.
-Sí – respondió escueta y suavemente.
-Hey, gente, estaremos arriba – les grité. Sonia se dio la vuelta.
-Sí, ahora subiremos – respondió.

Subí detrás de Isa y mirando a su culo solo pensaba en desnudarla del todo nada más llegar. Entró delante en el cuarto y se sentó en la cama apoyando sus manos a los lados y echándose ligeramente hacia atrás. Empecé a quitarme los pantalones, luego los calzoncillos y ella bajó la vista buscando mi polla ya semi erecta. Cuando se acercó ligeramente alargando la mano para intentar cogérmela, se la paré y la empujé hacia atrás. Me incliné sobre ella y la volví a besar levemente, luego tiré de sus shorts y sus bragas a la vez, que lancé sobre una silla. Me sonrió y abrió ligeramente las piernas. La agarré de los muslos para atraerla más hacia el borde y me arrodillé a los pies de la cama. Seguía empapada, como antes.

-Sabes, antes esta zona me gustaba un poco más – le dije provocándola otra vez mientras pasaba un dedo por su monte de Venus.
-¿Quieres que me lo deje como antes? – contestó sugerentemente. Antes de que me diera tiempo a buscar una respuesta añadió - Después del verano me lo dejo como os gusta…sois un poco fetichistas en algunas cosas, eh?!

Me entró la risa y ella se contagió. Luego se calló y apoyada en los hombros me miró expectante mientras su vientre subía y abajaba acompasado con su respiración.

Empecé a besar el interior de sus muslos despacito y cada vez que le daba uno mientras subía por ellos ella se estremecía. Hasta que llegué a su coño, nada más besarlo todo su cuerpo dio un salto en la cama. Con el primer y suave lametón dio otro más pequeño y luego se fue calmando pero también a gemir mientras yo me sumergía en él.

-Joder…dios…que maravilla…sigue así… ooh oooh…

La miraba de vez en cuando mientras se lo comía para ver sus reacciones. De repente le subí las piernas de golpe hacia atrás, haciendo que elevara el culo un poco y con la punta de la lengua empecé a masajear su ano. Dio otro respingo.

-Date la vuelta – casi le ordené. Ella obedeció sin rechistar.

Separando sus nalgas con las manos empecé a comérselo con intensidad. Continué igual hasta que se puso otra vez muy muy caliente y excitada.

-Ummm… me encanta…ooh...aaah..uuuf..jo…der – exclama excitada.

Le volví a pedir que se diera la vuelta y lo hizo enseguida. Me mojé la polla con mi saliva y me miró seductora.

-Venga, métemela ya… - dijo en tono suave.
-Por supuesto…

Me incliné sobre ella y poniendo sus piernas sobre mis hombros se la fui metiendo despacio. Y ella, impaciente, no esperó y levantó las caderas hasta tomarla entera. Mientras yo entraba y salía despacio ella mantenía la mirada en mí, esa mirada azul profunda, como diciendo “no me corto nada y lo que quiero disfrutar contigo”. Pero cuando vi que empezaba a tocarse le aparté la mano. Todavía no era el momento.

***continuará***
Bufff.

Buenisimo. Y el trobo, perfecto
 
Bueno, pues me va a ser imposible actualizar antes de las fiestas. Demasiados compromisos en pocos días.
Así que ¡¡Felices Fiestas y mejor Año Nuevo para todos!!
un saludete!
Dale tranquilo que acá estaremos igualmente leyéndote, felicidades en este fin de año junto a los chicos, un abrazo. :dancer1::dancer1::banana1::banana1:👍👍👍
 
(siento la tardanza, entre las fiestas y otros cosas no he podido antes)

CAPITULO 22

Lo intentó un par de veces más y yo se la apartaba, hasta que acabó rindiéndose y colocó sus manos cruzadas detrás de su cabeza y empezó a sonreír.

-Me quieres hacer sufrir…
-No, quiero que disfrutemos los dos…
-Deja que me ponga encima – casi suplicó.

La agarré del culo para auparla en volandas y luego me senté en la cama con ella sobre mí y me recosté hacia atrás. Empezó a cabalgarme mansamente, prácticamente moviendo solo las caderas, cuando de pronto Sonia apareció por la puerta y subiéndose a la cama se puso detrás de ella. Le empezó a acariciar los brazos y a besar en los hombros. Isa reaccionó girando la cabeza hacia ella, que se inclinó y la besó. Siguieron besándose con más intensidad, comiéndose la boca mutuamente, y yo me estaba excitando más al verlas.

En esto que Coque y Lore entraron también en la habitación y a partir de ese momento, como otras veces, aquello se convirtió en una rueda sexual con algún percance que otro debido a que la cama no era muy grande, así que acabamos yendo todos a la otra habitación que además de una cama más grande tenía un sillón. Las chicas estaban muy desenfrenadas, casi sin concedernos tregua, tanto que me entró una “pájara” y tuve que pedir un tiempo muerto, para refrescarme y beber algo. Durante un rato estuve sentado en el sillón únicamente mirándoles. Pocas veces había visto a Isa con tanta iniciativa. Coque, por supuesto, en la gloria con las tres.

Una vez recuperado del bajón físico empecé a excitarme de nuevo y Lore se acercó hacia mí esbozando su socarrona sonrisa. Se sentó a horcajadas sobre mí y empezó a pajearme y a lamerme la boca y los lóbulos de la orejas. Bien empalmado, se bajó para darse la vuelta y metérsela entera para empezar a subir y bajar sus caderas mientras me llevaba las manos a sus tetas. Ya con la energía a tope de nuevo la puse a cuatro patas sobre el sillón para darle fuerte. Cuando paré la serie de embestidas ella levantó su cuerpo y nos besamos.

-Vamos a la otra habitación, prefiero la cama al sillón – me susurró.
-Vale – contesté escuetamente.

Al girarme vi como los otros tres prácticamente copaban la cama entera y estaban a lo suyo.
Lore entró primero en la habitación y subió a la cama y yo fui directamente al baño a refrescarme la cara otro poco. Cuando regresé estaba echada de lado apoyada en un codo y ofreciéndome la visión de su culo.

Me la quedé mirando, de pie a su lado y acariciando mi polla, y ella, tras llevarse un dedo a la boca para humedecerlo empezó a acariciar suavemente su ano.

-En mi bolso – dijo señalándolo con la cabeza. No hizo falta decir más.

Abrí su bolso, y revolviendo en su interior encontré un tubo de lubricante. Lo abrí mientras regresaba junto a ella, y esparcí una buena dosis en su estrecho agujero. Sin cambiar de postura se movió unos centímetros hacia el interior de la cama, y yo, apoyando una rodilla sobre la misma, acerqué mi polla ya también embadurnada de gel.

-Así… dame por el culo… no sabes lo que me apetece – susurró de nuevo – venga, métemela ya…

Inmediatamente presioné hasta que la punta entró con facilidad. Ni siquiera hizo un gesto de sorpresa y mucho menos de molestia o dolor. Al contrario, en cuanto tuvo unos centímetros dentro empujó seguido hasta engullirla toda entera.

-Ooh sí… me encanta…sigue…dame…

Lore no dejaba de mirarme, alargó una mano y se la cogí, mientras con la otra hacia que moviera sus caderas. Luego cambiamos de postura, con ella a cuatro patas y yo de pie tras ella, y empecé a darle más fuerte, y ella a gemir más alto, sobre todo en cuanto empezó a masturbarse al mismo tiempo.

-Fuerte, dame fuerte… re…ah aau – susurró apenas imperceptible entre gemidos - ¡Que me revientes! – gritó alto y claro –¡Joder!

La agarré bien por las caderas y empecé a darle muy fuerte. Mis muslos rebotando en sus nalgas ahogaban sus gemidos.

-¿Te…vas … a co…rrer? – preguntó balbuceando
-No…
-Bien, oooh...mmm...sigue, dame por el culo…fuerte fuerte fuerte oohh...reviéntame – gritó como poseída. Estaba super excitada.

Hubiera querido estar así mucho tiempo, viendo como disfrutaba, pero sabía que me iba a cansar y aminoré mucho el ritmo hasta pararme del todo, pero sin dejar de acariciar su espalda y sus tetas, y ella sin dejar de tocarse. Volví a las andadas y empecé a darle fuerte de nuevo hasta que por fin ella se corrió entre grandes espasmos y gemidos. Se dejó caer sobre la cama y yo con ella. Con la cara entre los brazos se quedó en silencio durante un par de minutos. Luego la giró a un lado y esbozó una pícara sonrisa.

-¿Te he dicho alguna vez que me encanta seguir teniendo una polla dentro después de correrme? – preguntó entre risas.

-Mmmm… déjame pensar…creo que me lo dices muy a menudo, sí…jajajaja – me reí con ella.

Pasamos así otro par de minutos, mientras yo seguía moviéndome muy muy despacio.

-Vamos a la ducha – sugirió.

Me levanté y tiré de ella. En la ducha, ella detrás de mí, empezó a pajearme de nuevo mientras me daba besitos en los hombros y la espalda.

-¿Te quieres correr, verdad? – preguntó retadora.
-Sí…¿dónde? – la reté yo a su vez.
-En las tetas – dijo sin dejar de meneármela con firmeza.
-Date la vuelta – ella obedeció y además se arrodilló en el suelo de la ducha.
-¡Vamos, dámela! – exclamó mientras juntaba sus tetas y me las ofrecía – me encanta ver como vacías tus huevos... – continuó provocándome más - …vamos, dámela toda – repetía mientras yo me la sacudía a escasos centímetros de su boca.
-Ya, ya, yaaa… - exclame echándome un paso hacia atrás y tensando todos los músculos de mi cuerpo – me corrrooo…ufff..aaaah…aaahhh

En ese momento empecé a soltar chorro tras chorro sobre sus tetas mientras el gesto lascivo de su rostro se transformaba en otro de sorpresa y luego en otro de alegría empezando a dibujar una sonrisa de satisfacción mientras aún seguían cayendo los últimos hilos de semen sobre su pecho.
Tras mis últimos espasmos, ella se levantó aún con una sonrisa en su boca y abrí el grifo del agua. Alargó la mano para acariciarme los huevos.

-¡Guau! Esto se ha debido de quedar bien vacío jajaja… madre mía que lechada te has marcado jajajajaja. Nunca deja de sorprenderme.

Me hizo reír, como siempre. Una vez ajustada la temperatura del agua nos metimos bajo el chorro y aunque la noche había sido bastante salvaje siempre había un rato para la ternura. Ella me abrazó como muchas otras veces y apoyó su cara en mi pecho. En silencio durante un buen rato dejamos que solo el agua hablara resbalando por nuestros cuerpos mientras acariciaba su culo con delicadeza.

-Yo tampoco me lo puedo creer a veces… – susurró tiernamente e hizo una pausa - …pero no me arrepiento de nada y además soy feliz. Coque lo sabe, Sonia lo sabe y tú lo sabes.

No dije nada, solo la abracé con más fuerza. Luego salimos de la ducha y nos secamos el cuerpo y un poco el pelo para no empapar la almohada. Tras meternos en la cama, se acurrucó junto a mí apoyando la cabeza sobre mi pecho mientras yo le acariciaba suavemente el culo. Escuchamos unos gemidos de la otra habitación y ella se rio en silencio. Al cabo de un rato almo murmuró pero no la entendí y se quedó dormida, así que la eché a un lado y me abracé a ella.

Despertamos muy tarde para nuestra costumbre, y en la misma postura pero yo con una erección mañanera que provocó comentarios jocosos por su parte. “¡¿Qué pasa, no tuviste suficiente anoche?!” Nos reímos a gusto los dos.

Por una vez desayunamos los cinco juntos, e Isa se marchó al poco rato porque tenía un compromiso familiar al mediodía. Se despidió cariñosamente como siempre y recordándonos que el fin de semana siguiente nos veríamos en la fiesta de Coque.
Nosotros nos quedamos unas horas después de comer disfrutando un poco del baño en la piscina.
Según regresábamos en el coche dijimos de quedar para picar algo para cenara más tarde.

No nos volvimos a ver todos hasta el día de la fiesta. Ese día enviamos a los chicos de excursión al pueblo a pasar el fin de semana. No dijeron que no, claro. Iban los cinco y la novia canadiense del hijo de Lore y Coque, y no quisimos saber cómo se iban a apañar.

En la fiesta a parte de volver a ver a viejos amigos no pasó nada destacable, al final del día nos fuimos quedando los más íntimos como siempre e Isa se trajo a su “follamigo a tiempo parcial” y nos lo presentó. Un tipo simpático y bastante cachas.

A los pocos días se volvieron para Canadá para preparar el traslado definitivo para España, y poco más. Lore y las niñas se vinieron a final de agosto y Coque todavía tuvo que quedarse unas semanas, y luego ir y venir unos meses. Ahora están ya definitivamente instalados en Madrid con las niñas, porque el mayor se había quedado en Canadá a acabar la carrera. A nosotros también nos quedaba uno en el nido.

Pero en esas fechas no podíamos ni imaginar la sorpresa tan excitante que nos iba a deparar 2023, sobre todo a partir de la segunda mitad del año. Sólo habíamos hablado de quedar para vernos de tanto en tanto, en una ciudad o en otra o a medio camino los fines de semana que pudiéramos.

***continuará***
 
(siento la tardanza, entre las fiestas y otros cosas no he podido antes)

CAPITULO 22

Lo intentó un par de veces más y yo se la apartaba, hasta que acabó rindiéndose y colocó sus manos cruzadas detrás de su cabeza y empezó a sonreír.

-Me quieres hacer sufrir…
-No, quiero que disfrutemos los dos…
-Deja que me ponga encima – casi suplicó.

La agarré del culo para auparla en volandas y luego me senté en la cama con ella sobre mí y me recosté hacia atrás. Empezó a cabalgarme mansamente, prácticamente moviendo solo las caderas, cuando de pronto Sonia apareció por la puerta y subiéndose a la cama se puso detrás de ella. Le empezó a acariciar los brazos y a besar en los hombros. Isa reaccionó girando la cabeza hacia ella, que se inclinó y la besó. Siguieron besándose con más intensidad, comiéndose la boca mutuamente, y yo me estaba excitando más al verlas.

En esto que Coque y Lore entraron también en la habitación y a partir de ese momento, como otras veces, aquello se convirtió en una rueda sexual con algún percance que otro debido a que la cama no era muy grande, así que acabamos yendo todos a la otra habitación que además de una cama más grande tenía un sillón. Las chicas estaban muy desenfrenadas, casi sin concedernos tregua, tanto que me entró una “pájara” y tuve que pedir un tiempo muerto, para refrescarme y beber algo. Durante un rato estuve sentado en el sillón únicamente mirándoles. Pocas veces había visto a Isa con tanta iniciativa. Coque, por supuesto, en la gloria con las tres.

Una vez recuperado del bajón físico empecé a excitarme de nuevo y Lore se acercó hacia mí esbozando su socarrona sonrisa. Se sentó a horcajadas sobre mí y empezó a pajearme y a lamerme la boca y los lóbulos de la orejas. Bien empalmado, se bajó para darse la vuelta y metérsela entera para empezar a subir y bajar sus caderas mientras me llevaba las manos a sus tetas. Ya con la energía a tope de nuevo la puse a cuatro patas sobre el sillón para darle fuerte. Cuando paré la serie de embestidas ella levantó su cuerpo y nos besamos.

-Vamos a la otra habitación, prefiero la cama al sillón – me susurró.
-Vale – contesté escuetamente.

Al girarme vi como los otros tres prácticamente copaban la cama entera y estaban a lo suyo.
Lore entró primero en la habitación y subió a la cama y yo fui directamente al baño a refrescarme la cara otro poco. Cuando regresé estaba echada de lado apoyada en un codo y ofreciéndome la visión de su culo.

Me la quedé mirando, de pie a su lado y acariciando mi polla, y ella, tras llevarse un dedo a la boca para humedecerlo empezó a acariciar suavemente su ano.

-En mi bolso – dijo señalándolo con la cabeza. No hizo falta decir más.

Abrí su bolso, y revolviendo en su interior encontré un tubo de lubricante. Lo abrí mientras regresaba junto a ella, y esparcí una buena dosis en su estrecho agujero. Sin cambiar de postura se movió unos centímetros hacia el interior de la cama, y yo, apoyando una rodilla sobre la misma, acerqué mi polla ya también embadurnada de gel.

-Así… dame por el culo… no sabes lo que me apetece – susurró de nuevo – venga, métemela ya…

Inmediatamente presioné hasta que la punta entró con facilidad. Ni siquiera hizo un gesto de sorpresa y mucho menos de molestia o dolor. Al contrario, en cuanto tuvo unos centímetros dentro empujó seguido hasta engullirla toda entera.

-Ooh sí… me encanta…sigue…dame…

Lore no dejaba de mirarme, alargó una mano y se la cogí, mientras con la otra hacia que moviera sus caderas. Luego cambiamos de postura, con ella a cuatro patas y yo de pie tras ella, y empecé a darle más fuerte, y ella a gemir más alto, sobre todo en cuanto empezó a masturbarse al mismo tiempo.

-Fuerte, dame fuerte… re…ah aau – susurró apenas imperceptible entre gemidos - ¡Que me revientes! – gritó alto y claro –¡Joder!

La agarré bien por las caderas y empecé a darle muy fuerte. Mis muslos rebotando en sus nalgas ahogaban sus gemidos.

-¿Te…vas … a co…rrer? – preguntó balbuceando
-No…
-Bien, oooh...mmm...sigue, dame por el culo…fuerte fuerte fuerte oohh...reviéntame – gritó como poseída. Estaba super excitada.

Hubiera querido estar así mucho tiempo, viendo como disfrutaba, pero sabía que me iba a cansar y aminoré mucho el ritmo hasta pararme del todo, pero sin dejar de acariciar su espalda y sus tetas, y ella sin dejar de tocarse. Volví a las andadas y empecé a darle fuerte de nuevo hasta que por fin ella se corrió entre grandes espasmos y gemidos. Se dejó caer sobre la cama y yo con ella. Con la cara entre los brazos se quedó en silencio durante un par de minutos. Luego la giró a un lado y esbozó una pícara sonrisa.

-¿Te he dicho alguna vez que me encanta seguir teniendo una polla dentro después de correrme? – preguntó entre risas.

-Mmmm… déjame pensar…creo que me lo dices muy a menudo, sí…jajajaja – me reí con ella.

Pasamos así otro par de minutos, mientras yo seguía moviéndome muy muy despacio.

-Vamos a la ducha – sugirió.

Me levanté y tiré de ella. En la ducha, ella detrás de mí, empezó a pajearme de nuevo mientras me daba besitos en los hombros y la espalda.

-¿Te quieres correr, verdad? – preguntó retadora.
-Sí…¿dónde? – la reté yo a su vez.
-En las tetas – dijo sin dejar de meneármela con firmeza.
-Date la vuelta – ella obedeció y además se arrodilló en el suelo de la ducha.
-¡Vamos, dámela! – exclamó mientras juntaba sus tetas y me las ofrecía – me encanta ver como vacías tus huevos... – continuó provocándome más - …vamos, dámela toda – repetía mientras yo me la sacudía a escasos centímetros de su boca.
-Ya, ya, yaaa… - exclame echándome un paso hacia atrás y tensando todos los músculos de mi cuerpo – me corrrooo…ufff..aaaah…aaahhh

En ese momento empecé a soltar chorro tras chorro sobre sus tetas mientras el gesto lascivo de su rostro se transformaba en otro de sorpresa y luego en otro de alegría empezando a dibujar una sonrisa de satisfacción mientras aún seguían cayendo los últimos hilos de semen sobre su pecho.
Tras mis últimos espasmos, ella se levantó aún con una sonrisa en su boca y abrí el grifo del agua. Alargó la mano para acariciarme los huevos.

-¡Guau! Esto se ha debido de quedar bien vacío jajaja… madre mía que lechada te has marcado jajajajaja. Nunca deja de sorprenderme.

Me hizo reír, como siempre. Una vez ajustada la temperatura del agua nos metimos bajo el chorro y aunque la noche había sido bastante salvaje siempre había un rato para la ternura. Ella me abrazó como muchas otras veces y apoyó su cara en mi pecho. En silencio durante un buen rato dejamos que solo el agua hablara resbalando por nuestros cuerpos mientras acariciaba su culo con delicadeza.

-Yo tampoco me lo puedo creer a veces… – susurró tiernamente e hizo una pausa - …pero no me arrepiento de nada y además soy feliz. Coque lo sabe, Sonia lo sabe y tú lo sabes.

No dije nada, solo la abracé con más fuerza. Luego salimos de la ducha y nos secamos el cuerpo y un poco el pelo para no empapar la almohada. Tras meternos en la cama, se acurrucó junto a mí apoyando la cabeza sobre mi pecho mientras yo le acariciaba suavemente el culo. Escuchamos unos gemidos de la otra habitación y ella se rio en silencio. Al cabo de un rato almo murmuró pero no la entendí y se quedó dormida, así que la eché a un lado y me abracé a ella.

Despertamos muy tarde para nuestra costumbre, y en la misma postura pero yo con una erección mañanera que provocó comentarios jocosos por su parte. “¡¿Qué pasa, no tuviste suficiente anoche?!” Nos reímos a gusto los dos.

Por una vez desayunamos los cinco juntos, e Isa se marchó al poco rato porque tenía un compromiso familiar al mediodía. Se despidió cariñosamente como siempre y recordándonos que el fin de semana siguiente nos veríamos en la fiesta de Coque.
Nosotros nos quedamos unas horas después de comer disfrutando un poco del baño en la piscina.
Según regresábamos en el coche dijimos de quedar para picar algo para cenara más tarde.

No nos volvimos a ver todos hasta el día de la fiesta. Ese día enviamos a los chicos de excursión al pueblo a pasar el fin de semana. No dijeron que no, claro. Iban los cinco y la novia canadiense del hijo de Lore y Coque, y no quisimos saber cómo se iban a apañar.

En la fiesta a parte de volver a ver a viejos amigos no pasó nada destacable, al final del día nos fuimos quedando los más íntimos como siempre e Isa se trajo a su “follamigo a tiempo parcial” y nos lo presentó. Un tipo simpático y bastante cachas.

A los pocos días se volvieron para Canadá para preparar el traslado definitivo para España, y poco más. Lore y las niñas se vinieron a final de agosto y Coque todavía tuvo que quedarse unas semanas, y luego ir y venir unos meses. Ahora están ya definitivamente instalados en Madrid con las niñas, porque el mayor se había quedado en Canadá a acabar la carrera. A nosotros también nos quedaba uno en el nido.

Pero en esas fechas no podíamos ni imaginar la sorpresa tan excitante que nos iba a deparar 2023, sobre todo a partir de la segunda mitad del año. Sólo habíamos hablado de quedar para vernos de tanto en tanto, en una ciudad o en otra o a medio camino los fines de semana que pudiéramos.

***continuará***
Que Cañas de esta sorpresa!
 
2023

CAPITULO 23


A finales del 2022 nuestros colegas ya estaban bien establecidos en Madrid, viviendo en una bonita casa en un pueblo cercano. Aunque hasta que no vinieron a pasar las vacaciones de Navidad no nos pudimos ver. Volvimos a pasar un fin de año los cuatro solos en la casita del pueblo y poco más.

A principios de la primavera se nos presentó la ocasión de mudarnos de casa. Era algo que llevábamos ya pensando un tiempo. Dejar la casa de siempre en el centro, que se nos estaba quedando muy grande y antigua y trasladarnos a una urbanización de las afueras, más moderna, más pequeña y con la ventaja de que tenía jardines y piscina, y parques cerca para salir a correr o montar en bicicletas. Y fue dicho y hecho, en menos de dos meses nos habíamos mudado, y además estábamos mucho más cerca de la casa de Isa. Como nuestro Javi se largaba a Madrid para estar con Elena cada dos o tres semanas, Isa, sí podía, se venía a pasar el fin de semana con nosotros. Había dejado de verse con el colega del gimnasio, dijo que había empezado a aburrirse con él, y además se había cambiado de gimnasio por uno más cercano a su casa y más asequible.

A los pocos días del traslado, el primer viernes, llega Sonia con Isa que venía a cenar y así ver la casa ya decorada y estrenar la mesa del comedor. Javi había salido a cenar fuera con amigos, así que estábamos solos los tres.

Empezamos a cenar.

-Ay, no puedo esperar más a contároslo…vais a flipar, jijiji – dijo con una sonrisita nerviosa.
-Carol se casa otra vez con un italiano que la tiene de treinta centímetros – fue lo primero que se me ocurrió.
-JAJJAJAJAJAJAJ – se descojonó – MEJOOOOORR – casi gritó entre risas.
-¿Mejor que esoooo? - insistí.
-Jajaja, mucho mejor, créeme…bueno, no se…jajaja.
-Bueno, cuenta que nos tienes en ascuas – la apremió Sonia – No me has contado nada antes.
-Ya, es que es bastante íntimo y estábamos con más gente. Prefería contároslo a vosotros jejeje…
-Joder Isa, que nos tienes en vilo ¡Larga ya! – insistí.
-Bueno, ahí va… sabéis que me cambié de gimnasio…
-No me digas que te has liado con un instructor del nuevo gimnasio – interrumpí.
-Que nooooo…
-Vale, sigue.
-Pues resulta que hay una tía que me está tirando los tejos – dijo.
-¿Queeeeeeeé? – exclamó Sonia.
-No me extraña – añadí yo. Isa se rio – venga sigue…
-Hay una chica…
-¿Está buena? – interrumpí de nuevo.
-Tiene un cuerpazo la verdad…y… - hizo una pausas y sonrió de nuevo – unas tetas que quitan el hipo – añadió mirando hacia mí.
-Pues como tú – soltó Sonia.
-Yo no tengo esas tetas, créeme…y menos a mi edad…¡ya quisiera!
-Me refiero a que sigues teniendo un cuerpazo a tu edad, ya quisiera yo también.

La verdad es que Isa seguía teniendo un tipazo, no en vano era la que más ejercicio había hecho siempre y la que mejor se cuidaba en cuanto a alimentación. Si te la cruzas por la calle y va con pantalón un poco ajustado te giras sin remedio, eso es así.

-Total, que un día que coincidimos en la cinta una al lado de la otra, se presentó y empezamos a charlar...ya sabéis...trivialidades. Me cayó bien, es muy simpática…luego un día en el vestuario caí en la cuenta de que mientras nos cambiábamos tras la ducha, se pasaba demasiado tiempo desnuda mientras hablábamos…tardaba mucho en vestirse…
-Curioso… - exclamé – igual es una exhibicionista como tú jejejeje – dije mirando a Sonia, que me dio una colleja como respuesta.
-¿Y por qué sospechas que te tira los tejos? – preguntó directamente Sonia.
-Pues porque hace unos días empezó a alabar mi cuerpo… yo me puse algo colorada…ya me conocéis… me dijo que tenía un cuerpo muy bonito y que me conservaba muy bien para mi edad…pero es que al despedirnos en la puerta me dio dos besos, como si nos conociéramos desde hace años, y me dejó un poco descolocada…
-Bueno, hay gente que enseguida te da dos besos… - dijo Sonia.
-No nos has dicho que edad tiene ella – comenté yo
-No se la he preguntado pero es mucho más joven, debe rondar los 35 o 36, por ahí.
-¿Te ha hablado de si tiene pareja, casada, soltera, etc?
-No, no me ha contado nada de su vida personal… sólo que trabaja en un despacho de abogados, nada más.

Y ahí quedó la cosa con el asunto de Isa por el momento.

Por otro lado, al día siguiente, el sábado por la noche, al poco de meternos en la cama y echar un polvete bastante rapidito, y cuando nos disponíamos a dormir, sobre las doce o así, de repente empezamos a escuchar un golpeteo a través de la pared y algunas voces. No tardamos nada en darnos cuenta de que era.

-¿Estás oyendo eso? – me preguntó Sonia
-Pues sí…me parece que aquí al lado están follando…
-¿Quién vive aquí al lado?
-Ni idea.

Llevábamos poco tiempo en la casa y aún no conocíamos a nadie prácticamente.
Total, que se escuchaba demasiado claro, la pared no aislaba lo suficiente. A la noche siguiente lo mismo. Luego pasaron los días y no se escuchó nada. Al cabo de una semana otros tres o cuatro días seguidos de folleteo de los vecinos, con mucho golpeteo en la pared y alguno de los días, fuertes gemidos.

-Si esto va a ser así tan a menudo habrá que decirles algo, al menos que separen la cama un poco de la pared, no se… - comentó una noche Sonia.

Pero de repente durante varias semanas la actividad de los vecinos cesó y se nos fue olvidando. Pero días después volvió la fiesta, pero esta vez los gemidos eran más fuertes y con un tono más agudo.

-Creo que es otra tía… - dijo Sonia.
-Eso creo yo también.

Esa noche estuvieron hasta las 3 de la madrugada, por lo menos dos o tres polvos largos. Luego muchos días sin nada. Empezamos a elucubrar con quien sería, o si eso era el piso de alguien para follar con las amantes, o, entre risas, si era un piso franco de espías, etc.

Empezó a hacer buen tiempo y la gente a salir a tomar el sol al jardín los sábados y domingos a las horas de más calor. Yo apenas lo hacía, pero Sonia bajaba con frecuencia, y así fue conociendo vecinos. Hasta que un día coincidió con la vecina del otro lado ( hay tres puertas por rellano), se presentó y sin cortarse un pelo le preguntó quien vivía en el “C”.

Resultó ser un tal Juan Pedro, pero que no le conocía muy bien, porque ellos sólo llevaban un año viviendo ahí, sólo sabía que era piloto comercial y llevaba viviendo en la urbanización unos cuantos años, poca cosa más. Apenas habían coincidido. Ahí quedó la cosa.

Por otro lado, nos seguíamos viendo con Isa. Sonia y yo subíamos de vez en cuando a la casita del pueblo a desfogarnos, y a veces venía Isa con nosotros, para olvidarse un par de días de los hijos. Un par de semanas después, un fin de semana que nos quedamos solos se vino a casa a pasar la noche. A Sonia le había dicho el día antes que tenía que contarnos algo pero que prefería contarlo en persona, así que nos tuvo en vilo hasta que llegó a casa.

-Espero que no os enfadéis conmigo, si es así, lo siento de verdad…no fue mi intención… - bajó la cabeza algo apesadumbrada
-¿Pero qué pasa, de que hablas? – preguntó Sonia.
-Hace unos días después de salir del gimnasio, Luz (así se llama la chica), me invitó a cenar, y yo por no hacerle un feo, acepté. Luego fuimos a tomar una copa, y sin saber ni como, acabamos en su casa, dónde seguimos tomando alguna copa más, no muchas, pero lo justo para no pensar y dejarme llevar… - hizo una pausa – me lo estaba pasando bien con ella, es muy divertida y me rio mucho…

Sonia y yo estábamos más que sorprendidos, expectantes ante lo que iba contando.

-Estábamos las dos en el sofá de su casa con una copa en la mano, charlando y riendo, y de pronto ella volvió a ensalzar mi cuerpo…yo se lo agradecí…y de repente me suelta a bocajarro…¿has estado alguna vez con una chica…una mujer? –
-No lo pensé y me salió un sí entre risas, llevábamos media hora riéndonos…tenía que haberlo pensado antes, pero me salió espontaneo…

Sonia y yo nos miramos.

-Bueno, pero eso no es nada malo… - dijo Sonia.
-No, el problema es que no se quedó ahí…

En un instante me pasó por la cabeza que había querido decir con el “no os enfadéis conmigo” de antes.

-Se te escapó – dije yo instintivamente – lo nuestro…

Isa asintió con la cabeza y un gesto de lamento.

-Pero no fue ahí, fue más adelante…porque…ehmm… no se como decirlo.
-Os enrollasteis – le tiró Sonia de la lengua.
-Justo después de confesárselo, se acercó y me besó…yo me quedé paralizada un instante…
-¡Esto se pone interesante! – exclamé. Isa se rio.
-¿Le devolviste el beso? - preguntó Sonia, aunque ya era evidente que sí.
-Sí, nos besamos…y al cabo de unos segundos estábamos echadas en el sofá morreandonos.
-¡Bieeen! – exclamé – me estoy poniendo cachondo jajaja.
-¡No la interrumpas Jiu! – protestó Sonia – sigue.
-Después de enrollarnos un rato, seguimos bebiendo y hablando y confesándonos mutuamente…el resumen es que ella es bisexual, que ha tenido varias parejas de cada, un hijo de uno de ellos, y que de momento no busca nada más que pasarlo bien, y yo le dije que no lo era aunque sí que a veces me acostaba con un par de amigas muy especiales…y que tampoco buscaba nada serio después de los fracasos…y claro, quiso saber más porque se dio cuenta de una cosa…”has dicho que te acuestas, ¿lo sigues haciendo?" me dijo. Le dije que sí sin pensarlo.
-Pero entonces le dijiste que te acuestas con amigas, nada que ver con lo nuestro – puntualicé.
-Es queeee… - continuó Isa.


***continuará***
(termino aquí porque tenía un rato y me tengo que ir a buscar a mi mujer, continuaré lo antes posible)
 

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