El Club

Capitulo 14

Escuché la cadena del váter y, brevemente, la ducha. Empecé a excitarme pensando que Sonia estaba haciendo lo mismo en la habitación de Coque. La puerta se abrió y Lore apareció de nuevo secándose el pelo con una toalla. Últimamente lo llevaba más corto, una media melenita que apenas le rozaba los hombros.

-¿Qué decías? – preguntó como si nada.
-¿Eh? – respondí confuso.
-No sé qué dijiste antes, cuando me metía en el baño…no te oí bien…

Mientras se secaba el pelo se movía de un lado a otro de la habitación, y yo la seguía con la mirada contemplando el vaivén de sus tetas al mover sus brazos para secarse.

-No nada… que menuda sorpresa – respondí. Se rio.

Acabó se secarse y dejó de nuevo la toalla en el baño. Al volver a salir se quitó una goma que llevaba casi siempre en la muñeca y se sujetó el pelo. Me volvió a sonreír justo antes de subirse a la cama.

-¿Sorpresa el que vayamos a follar?…¡vaya! – soltó de nuevo entre risas.
-Jajajaja – me hizo reír – no…
-¿Entonces? – preguntó retóricamente.
-Que no me esperaba lo de la separación de habitaciones jeje…
-No es la primera vez…
-Hace mucho de eso…
-Lo sé…¿y? – respondió ella más seria, excitándome aún más.
-Que me ha pillado desprevenido… nada más… jajaja.
-Pues pienso pillarte más veces desprevenido esta noche – me soltó de nuevo mordiéndose lascivamente el labio y dando un fuerte tirón de mis piernas que hizo que me deslizara un poco sobre la cama.

Enseguida se inclinó y tiró de mis pantalones cortos, quitándomelos y dejándome desnudo.
Se sentó sobre mis muslos y se agarró las tetas con las manos, como sopesándolas.

-Así que todavía te gustan mis tetas… - dijo para tirarme de la lengua.
-Siempre me han gustado…te lo he dicho muchas veces - respondí.
-Sí, pero ya no están igual…
-Están como tienen que estar y para mí están preciosas.
-Yo creía que te gustaban más otra cosas de mí… me refiero físicamente…por cierto nunca me has dicho que es lo más te gusta de mí – continuó entre risas.
-¿Cómo que no? – me reí también.
-¡Qué noo…o!, siempre pensé que lo de las tetas lo decías por aquello de que quería operármelas cuandoooo… bueno...cuando no estaba bien de la cabeza jajaja…
-Jajajaja… bueno seguís, porque también lo digo por Sonia… no estando muy cuerdas jajajajaja.

Se inclinó sobre mí y me besó por sorpresa. Abrió los labios y enseguida sentí su lengua queriendo buscar la mía. Un beso intenso y húmedo desde el principio. La agarré del culo mientras seguíamos besándonos.
Cuando se irguió de nuevo mis manos fueron directamente a por sus tetas, acariciando sus pezones simultáneamente con los pulgares.

-Y estas galletotas que tienes me vuelven loco…sobre todo cuando se mojan, se contraen un poco y … - estaba diciendo en referencia a sus areolas.
-Jajaja, que payaso eres – me interrumpió.

Me agarró de las muñecas y volvió a inclinarse de nuevo sobre mí, y esta vez me besó suavemente. Luego empezó a masajearme la polla hasta lograr que se endureciera del todo.

-Madre mía que gorda la tienes… - se le escapó una risita.
-La tengo como siempre… que esto no crece con los años…¡ojalá! Jajajaja.
-Pues a mí me parece más grande…- puso cara pensativa y esbozó una maléfica sonrisita sin dejar de pajearme – Jijiji…me estoy acordando del día en el que os la medimos.
-¡A traición! Como siempre – exclamé yo.
-Lo sé… pero es que no había manera de que os dejarais… - siguió hablando – y no queríais soltar prenda…jajajaja…os daba como vergüenza decirlo…y mira que ya teníamos muchísima confianza entre los cuatro… pero en eso no había manera…era muy curioso…jajaja – se reía - ¿Sabes qué…? – susurró de pronto, cambiando el semblante.
-¿Qué? – respondí mirándola fijamente.
-¿Por qué no nos dejamos de cháchara y follamos? – susurró de nuevo con una mirada sugerente y lujuriosa.
-Estoy deseándolo – respondí yo.

Yo estaba ya completamente empalmado, me lubricó un poco la polla con saliva y, mientras con una mano me la agarraba, elevó ligeramente las caderas para bajarlas luego despacito insertándosela poco a poco. Cuando entró entera dejó escapar un suspiro.

-Oooh…diooss… - susurró.

Levanté mi cuerpo para abrazarla, ella pasó las piernas por detrás y se abrazó a mi cuello al tiempo que yo la sujetaba por las nalgas.

-¿Sientes mis tetas? – volvió a susurrarme. Parecía que esa noche estaba dispuesta a excitarme y mantenerme excitado todo el rato.
-Te siento toda, cariño – le susurré yo a ella.

La agarré bien y giramos sobre nosotros mismos poniéndome encima. Continué entrando y saliendo todavía despacio, con sus piernas enroscadas a mi espalda.

-¡Qué gorda la noto! – volvió a susurrar – me encanta…

Seguimos así un buen rato, cambiando ligeramente de postura, a veces recostados de lado, otras ella volvía encima y vuelta al revés. Noté como metía una mano entre ambos y empezaba a tocarse, su respiración se fue acelerando y su rostro a crisparse hasta que por fin un casi imperceptible “me corro” salió de sus labios justo antes de que su cuerpo temblara al alcanzar el clímax.

-Buuuuf … no es que haya sido muy intenso…pero joder...necesitaba correrme – dijo mientras seguía dentro de ella y todavía abrazados.

Me salí y me tumbé de espaldas. Ella se giró un poco y me abrazó por el pecho, yo la abracé a su vez por el hombro. Estuvimos así un ratito, callados. En el silencio de la noche me pareció escuchar un par de veces gemidos de fondo, pero no estaba seguro porque la puerta estaba cerrada y la otra habitación estaba al otro lado de la vivienda, al final del pasillo. Aún así, hizo que mi polla, que se había relajado, volviera a cobrar algo de vida.

Lore se dio cuenta y bajando la mano que tenía sobre mi pecho empezó a jugar tímidamente con ella. No tardó nada en volver a endurecerse del todo. Levantó la cabeza hacía mí y se rio al mirarme.

-Me asombra lo rápido que os armáis todavía – comentó como si nada entre risas – tanto Coque como tú… es casi instantáneo.
-No me he corrido todavía… - dije a modo de justificación
-Lo sé, pero aún así me sorprende… y me encanta jeje…y lo relativamente rápido que os “rearmáis” todavía tras correros, eso sí que es casi mejor…
-Vosotras tenéis gran parte de culpa en eso – respondí guiñándole un ojo.

Se puso boca abajo del todo apoyándose sobre los codos y mirándome risueña.

-Pues yo siempre pensé que lo que más te gustaba de mí era el culo…creo que sigo teniendo un buen culo ¿no crees? – soltó inopinadamente.

Estaba especialmente dicharachera y tratando de mantenerme excitado, eso estaba claro. Se acercó un poquito más y volvió a cogerme la polla para jugar con ella.

-Jajajaja… tienes un culo precioso…igual que Sonia – contesté.
-Sí, siempre habéis dicho que tenemos unos culos clonados, exactamente iguales en todo…descríbemelos otra vez – insistió mientras apretaba un poco la mano sobre mi polla.
-Pues redonditos, bien proporcionados, no muy grandes, jugositos…y cuando están morenitos son como imanes para la vista, me encantan jajajaja – respondí.
-¿Más que el de Mónica? – apretó de nuevo su mano.
-¡Ya estamos! Me acojo al derecho a no responder – se me ocurrió decir.
-Jajajajajajajaja – se partió de risa – tranquilo yo también reconozco que Mónica tiene lo que se dice un culazo, lo he dicho muchas veces, jajajaja. ¡Qué envidia!
-Pues sí, un culo de diez, para que voy a decir que no.

De repente se puso completamente boca abajo, se agarró a la almohada y apoyó su cara sobre ella mirando hacia mí. Luego separó ligeramente las piernas. No hacía falta que dijera nada, sabía perfectamente lo que quería. Me incorporé y me coloqué de rodillas sobre su cuerpo, con una pierna a cada lado. Me incliné y empecé a besarle el cuello y, apartando su pelo, luego la nuca, los hombros, la mejilla y fui bajando por toda su columna vertebral con mi lengua mientras retrocedía en la cama.

Por fin me estiré tras ella y separé bien sus nalgas con ambas manos apareciendo ante mis ojos ese prieto, rosadito y delicioso agujerito. En vez de un lametazo empecé a acariciárselo con la lengua, muy suavemente, jugando con la punta en círculos y dándole ligeros toquecitos. Me había confesado hacía mucho que, al igual que a Sonia, eso le encantaba. No tardé en empezar a escuchar sus suspiros y gemidos.

-Que gusto… por Dios… mmm…oh oh… me encanta… me estaría así durante horas...- exclamaba sin parar.

No tardé mucho en presionar con la lengua y en lamérselo completamente de abajo a arriba. Hasta que me puse de nuevo de rodillas tras ella, tanteé su coño y le metí un par de dedos directamente. Gimió bien fuerte esa vez. Estaba chorreando ya.

-¡Métemela ya!¡Fóllame! – casi gritó.

Le di la vuelta y apoyándome sobre las manos, y guiado por ella, se la metí de un empujón. Empecé a follarla con fuerza, empujando hasta el fondo en cada embestida. Sus gemidos fueron aumentando de intensidad y me miraba de manera retadora. A veces me atrapaba con las piernas sobre mi espalda y otras se abría del todo pidiéndome que le diera más fuerte.

-Así.. fuerte, fuerte, fuerte,…oh, oh, oooh… más fuerte…dame, dame, dame…así joder…ooh así… dame, dame, dame…ooh, ooh, fuerte jodeeer – se desgañitaba entre gemidos de placer.
-Ven aquí – le ordené tras levantarme y obligarla a ponerse en cuatro en el mismo borde de la cama.
-¿Ahora sí, ahora vas a follarme de verdad? - me provocó aún más entre resoplidos y jadeos.

Un par de fuertes azotes le hicieron gritar otra vez. La coloqué y se la metí de nuevo de un empujón, luego la sujeté por los hombros y continué follándola con fuerza.

-Así, joder,…así me gusta…oh… dame fuerte fuerte fuerte… así así…dame dame dame dameeeeeee - no paraba de pedir a gritos.

Con una mano magreaba una de sus tetas mientras con la otra la seguía sujetando por el hombro cuando noté que empezaba a tocarse. Tardó unos segundos en empezar a tensarse y luego a temblar.

-Aaaah…aaaah…aaaah…síiii…mmmm….aaaah…ouuuuff… - fuertes gemidos salían de su boca.

Dos o tres fuertes y secos empujones y me paré. Ella levantó su cuerpo y la agarré de las tetas para besar su cuello al mismo tiempo.

-¿No te has corrido, no? – preguntó con la respiración entrecortada.
-No – contesté antes de retirarme y sentarme en el borde de la cama.

Se sentó junto a mí y continuó pajeándome. Luego hizo que me echara hacia atrás y se inclinó para continuar chupándomela un poco antes de volver a pajearme con más intensidad. Me miró con cara de pilla, ya recuperado su aliento.

-¿Cuándo hace que no te corres? – preguntó
-Cuatro o cinco días…creo – respondí sin estar seguro.
-Uuu..uuuh…el depósito debe estar bien lleno jijiji – soltó mientras me acariciaba los huevos con delicadeza.

Se levantó a continuación y me agarró de la mano.

-Ven – dijo escuetamente.

La seguí hasta el baño. Puso la toalla de los pies en el suelo, se arrodilló junto a la ducha y empezó a chupármela de nuevo.

-Ni se te ocurra correrte encima de mí…que no quiero ahora tener que lavarme el pelo otra vez – me advirtió – me avisas antes ¿vale?
-Vale – respondí. Estaba excitadísimo pero podía controlar perfectamente el tema.

La mamada-paja que siguió fue antológica. La mirada de sus ojos marrones reflejaba las ganas que le estaba poniendo. Y se acercaba el punto de no retorno.

-Me voy a correr cariño – le dije con voz casi entrecortada.

Ella se levantó inmediatamente. Nos acercamos a la ducha y pasando un brazo por mi cintura continuó masturbándome con más fuerza. La miré, me miró, nos besamos levemente justo antes de empezar a notar el inminente orgasmo. Me tensé mucho, levantando un poco los talones y enseguida empecé a soltar chorros de semen contra la pared de enfrente de la ducha.

-Uaalaaaa… ay va...mira…que cantidad…mira mira...dios - exclamaba ella. Y le entró la risa floja – Jajaja…jajaja…jajaja…jajaja...madremía jajaja...que pedazo de corrida te has pegado dios jajajaja.

Yo intentaba recuperar el aliento mientras abría el grifo de la ducha.

-Creo que necesito una ducha – fue todo lo que salió de mi boca.
-Te espero en la cama…jajaja – dijo ella – para dormir – apuntilló. Se lavó un poco en el bidet y el lavabo y se fue para el dormitorio.

Tras ducharme y secarme me uní a ella. Me tumbé en la cama y ella puso su cabeza sobre mi pecho y se abrazó a mí. Con su culo al alcance de la mano no me resistí a acariciárselo mientras hablábamos.

-No ha estado mal, ¿eh? – dijo ella.
-Nada mal - respondí
-Ha sido un señor polvazo – siguió.
-Totalmente de acuerdo, pero siempre puede estar mejor… - le dije con toda la intención mientras alargaba un poco más el brazo para acariciar y presionar ligeramente su ano con un dedo.
-¡Vicioso! – exclamó dándome un manotazo en la pierna.
-¡Le dijo la sartén al cazo! – respondí. Ella se rio. Luego levantó la cabeza y me miró.
-Eso, mañana – musitó. Luego me dio un leve pico y se dio la vuelta – Vamos a dormir, anda.
-Sí, será lo mejor…buenas noches cielo.
-Buenas noches.

***continuará***

Nota: si tengo tiempo y ganas y Sonia me ayuda a recordar tal vez haga un mini relato del "día que nos la midieron" jajaja.
 
Capitulo 14

Escuché la cadena del váter y, brevemente, la ducha. Empecé a excitarme pensando que Sonia estaba haciendo lo mismo en la habitación de Coque. La puerta se abrió y Lore apareció de nuevo secándose el pelo con una toalla. Últimamente lo llevaba más corto, una media melenita que apenas le rozaba los hombros.

-¿Qué decías? – preguntó como si nada.
-¿Eh? – respondí confuso.
-No sé qué dijiste antes, cuando me metía en el baño…no te oí bien…

Mientras se secaba el pelo se movía de un lado a otro de la habitación, y yo la seguía con la mirada contemplando el vaivén de sus tetas al mover sus brazos para secarse.

-No nada… que menuda sorpresa – respondí. Se rio.

Acabó se secarse y dejó de nuevo la toalla en el baño. Al volver a salir se quitó una goma que llevaba casi siempre en la muñeca y se sujetó el pelo. Me volvió a sonreír justo antes de subirse a la cama.

-¿Sorpresa el que vayamos a follar?…¡vaya! – soltó de nuevo entre risas.
-Jajajaja – me hizo reír – no…
-¿Entonces? – preguntó retóricamente.
-Que no me esperaba lo de la separación de habitaciones jeje…
-No es la primera vez…
-Hace mucho de eso…
-Lo sé…¿y? – respondió ella más seria, excitándome aún más.
-Que me ha pillado desprevenido… nada más… jajaja.
-Pues pienso pillarte más veces desprevenido esta noche – me soltó de nuevo mordiéndose lascivamente el labio y dando un fuerte tirón de mis piernas que hizo que me deslizara un poco sobre la cama.

Enseguida se inclinó y tiró de mis pantalones cortos, quitándomelos y dejándome desnudo.
Se sentó sobre mis muslos y se agarró las tetas con las manos, como sopesándolas.

-Así que todavía te gustan mis tetas… - dijo para tirarme de la lengua.
-Siempre me han gustado…te lo he dicho muchas veces - respondí.
-Sí, pero ya no están igual…
-Están como tienen que estar y para mí están preciosas.
-Yo creía que te gustaban más otra cosas de mí… me refiero físicamente…por cierto nunca me has dicho que es lo más te gusta de mí – continuó entre risas.
-¿Cómo que no? – me reí también.
-¡Qué noo…o!, siempre pensé que lo de las tetas lo decías por aquello de que quería operármelas cuandoooo… bueno...cuando no estaba bien de la cabeza jajaja…
-Jajajaja… bueno seguís, porque también lo digo por Sonia… no estando muy cuerdas jajajajaja.

Se inclinó sobre mí y me besó por sorpresa. Abrió los labios y enseguida sentí su lengua queriendo buscar la mía. Un beso intenso y húmedo desde el principio. La agarré del culo mientras seguíamos besándonos.
Cuando se irguió de nuevo mis manos fueron directamente a por sus tetas, acariciando sus pezones simultáneamente con los pulgares.

-Y estas galletotas que tienes me vuelven loco…sobre todo cuando se mojan, se contraen un poco y … - estaba diciendo en referencia a sus areolas.
-Jajaja, que payaso eres – me interrumpió.

Me agarró de las muñecas y volvió a inclinarse de nuevo sobre mí, y esta vez me besó suavemente. Luego empezó a masajearme la polla hasta lograr que se endureciera del todo.

-Madre mía que gorda la tienes… - se le escapó una risita.
-La tengo como siempre… que esto no crece con los años…¡ojalá! Jajajaja.
-Pues a mí me parece más grande…- puso cara pensativa y esbozó una maléfica sonrisita sin dejar de pajearme – Jijiji…me estoy acordando del día en el que os la medimos.
-¡A traición! Como siempre – exclamé yo.
-Lo sé… pero es que no había manera de que os dejarais… - siguió hablando – y no queríais soltar prenda…jajajaja…os daba como vergüenza decirlo…y mira que ya teníamos muchísima confianza entre los cuatro… pero en eso no había manera…era muy curioso…jajaja – se reía - ¿Sabes qué…? – susurró de pronto, cambiando el semblante.
-¿Qué? – respondí mirándola fijamente.
-¿Por qué no nos dejamos de cháchara y follamos? – susurró de nuevo con una mirada sugerente y lujuriosa.
-Estoy deseándolo – respondí yo.

Yo estaba ya completamente empalmado, me lubricó un poco la polla con saliva y, mientras con una mano me la agarraba, elevó ligeramente las caderas para bajarlas luego despacito insertándosela poco a poco. Cuando entró entera dejó escapar un suspiro.

-Oooh…diooss… - susurró.

Levanté mi cuerpo para abrazarla, ella pasó las piernas por detrás y se abrazó a mi cuello al tiempo que yo la sujetaba por las nalgas.

-¿Sientes mis tetas? – volvió a susurrarme. Parecía que esa noche estaba dispuesta a excitarme y mantenerme excitado todo el rato.
-Te siento toda, cariño – le susurré yo a ella.

La agarré bien y giramos sobre nosotros mismos poniéndome encima. Continué entrando y saliendo todavía despacio, con sus piernas enroscadas a mi espalda.

-¡Qué gorda la noto! – volvió a susurrar – me encanta…

Seguimos así un buen rato, cambiando ligeramente de postura, a veces recostados de lado, otras ella volvía encima y vuelta al revés. Noté como metía una mano entre ambos y empezaba a tocarse, su respiración se fue acelerando y su rostro a crisparse hasta que por fin un casi imperceptible “me corro” salió de sus labios justo antes de que su cuerpo temblara al alcanzar el clímax.

-Buuuuf … no es que haya sido muy intenso…pero joder...necesitaba correrme – dijo mientras seguía dentro de ella y todavía abrazados.

Me salí y me tumbé de espaldas. Ella se giró un poco y me abrazó por el pecho, yo la abracé a su vez por el hombro. Estuvimos así un ratito, callados. En el silencio de la noche me pareció escuchar un par de veces gemidos de fondo, pero no estaba seguro porque la puerta estaba cerrada y la otra habitación estaba al otro lado de la vivienda, al final del pasillo. Aún así, hizo que mi polla, que se había relajado, volviera a cobrar algo de vida.

Lore se dio cuenta y bajando la mano que tenía sobre mi pecho empezó a jugar tímidamente con ella. No tardó nada en volver a endurecerse del todo. Levantó la cabeza hacía mí y se rio al mirarme.

-Me asombra lo rápido que os armáis todavía – comentó como si nada entre risas – tanto Coque como tú… es casi instantáneo.
-No me he corrido todavía… - dije a modo de justificación
-Lo sé, pero aún así me sorprende… y me encanta jeje…y lo relativamente rápido que os “rearmáis” todavía tras correros, eso sí que es casi mejor…
-Vosotras tenéis gran parte de culpa en eso – respondí guiñándole un ojo.

Se puso boca abajo del todo apoyándose sobre los codos y mirándome risueña.

-Pues yo siempre pensé que lo que más te gustaba de mí era el culo…creo que sigo teniendo un buen culo ¿no crees? – soltó inopinadamente.

Estaba especialmente dicharachera y tratando de mantenerme excitado, eso estaba claro. Se acercó un poquito más y volvió a cogerme la polla para jugar con ella.

-Jajajaja… tienes un culo precioso…igual que Sonia – contesté.
-Sí, siempre habéis dicho que tenemos unos culos clonados, exactamente iguales en todo…descríbemelos otra vez – insistió mientras apretaba un poco la mano sobre mi polla.
-Pues redonditos, bien proporcionados, no muy grandes, jugositos…y cuando están morenitos son como imanes para la vista, me encantan jajajaja – respondí.
-¿Más que el de Mónica? – apretó de nuevo su mano.
-¡Ya estamos! Me acojo al derecho a no responder – se me ocurrió decir.
-Jajajajajajajaja – se partió de risa – tranquilo yo también reconozco que Mónica tiene lo que se dice un culazo, lo he dicho muchas veces, jajajaja. ¡Qué envidia!
-Pues sí, un culo de diez, para que voy a decir que no.

De repente se puso completamente boca abajo, se agarró a la almohada y apoyó su cara sobre ella mirando hacia mí. Luego separó ligeramente las piernas. No hacía falta que dijera nada, sabía perfectamente lo que quería. Me incorporé y me coloqué de rodillas sobre su cuerpo, con una pierna a cada lado. Me incliné y empecé a besarle el cuello y, apartando su pelo, luego la nuca, los hombros, la mejilla y fui bajando por toda su columna vertebral con mi lengua mientras retrocedía en la cama.

Por fin me estiré tras ella y separé bien sus nalgas con ambas manos apareciendo ante mis ojos ese prieto, rosadito y delicioso agujerito. En vez de un lametazo empecé a acariciárselo con la lengua, muy suavemente, jugando con la punta en círculos y dándole ligeros toquecitos. Me había confesado hacía mucho que, al igual que a Sonia, eso le encantaba. No tardé en empezar a escuchar sus suspiros y gemidos.

-Que gusto… por Dios… mmm…oh oh… me encanta… me estaría así durante horas...- exclamaba sin parar.

No tardé mucho en presionar con la lengua y en lamérselo completamente de abajo a arriba. Hasta que me puse de nuevo de rodillas tras ella, tanteé su coño y le metí un par de dedos directamente. Gimió bien fuerte esa vez. Estaba chorreando ya.

-¡Métemela ya!¡Fóllame! – casi gritó.

Le di la vuelta y apoyándome sobre las manos, y guiado por ella, se la metí de un empujón. Empecé a follarla con fuerza, empujando hasta el fondo en cada embestida. Sus gemidos fueron aumentando de intensidad y me miraba de manera retadora. A veces me atrapaba con las piernas sobre mi espalda y otras se abría del todo pidiéndome que le diera más fuerte.

-Así.. fuerte, fuerte, fuerte,…oh, oh, oooh… más fuerte…dame, dame, dame…así joder…ooh así… dame, dame, dame…ooh, ooh, fuerte jodeeer – se desgañitaba entre gemidos de placer.
-Ven aquí – le ordené tras levantarme y obligarla a ponerse en cuatro en el mismo borde de la cama.
-¿Ahora sí, ahora vas a follarme de verdad? - me provocó aún más entre resoplidos y jadeos.

Un par de fuertes azotes le hicieron gritar otra vez. La coloqué y se la metí de nuevo de un empujón, luego la sujeté por los hombros y continué follándola con fuerza.

-Así, joder,…así me gusta…oh… dame fuerte fuerte fuerte… así así…dame dame dame dameeeeeee - no paraba de pedir a gritos.

Con una mano magreaba una de sus tetas mientras con la otra la seguía sujetando por el hombro cuando noté que empezaba a tocarse. Tardó unos segundos en empezar a tensarse y luego a temblar.

-Aaaah…aaaah…aaaah…síiii…mmmm….aaaah…ouuuuff… - fuertes gemidos salían de su boca.

Dos o tres fuertes y secos empujones y me paré. Ella levantó su cuerpo y la agarré de las tetas para besar su cuello al mismo tiempo.

-¿No te has corrido, no? – preguntó con la respiración entrecortada.
-No – contesté antes de retirarme y sentarme en el borde de la cama.

Se sentó junto a mí y continuó pajeándome. Luego hizo que me echara hacia atrás y se inclinó para continuar chupándomela un poco antes de volver a pajearme con más intensidad. Me miró con cara de pilla, ya recuperado su aliento.

-¿Cuándo hace que no te corres? – preguntó
-Cuatro o cinco días…creo – respondí sin estar seguro.
-Uuu..uuuh…el depósito debe estar bien lleno jijiji – soltó mientras me acariciaba los huevos con delicadeza.

Se levantó a continuación y me agarró de la mano.

-Ven – dijo escuetamente.

La seguí hasta el baño. Puso la toalla de los pies en el suelo, se arrodilló junto a la ducha y empezó a chupármela de nuevo.

-Ni se te ocurra correrte encima de mí…que no quiero ahora tener que lavarme el pelo otra vez – me advirtió – me avisas antes ¿vale?
-Vale – respondí. Estaba excitadísimo pero podía controlar perfectamente el tema.

La mamada-paja que siguió fue antológica. La mirada de sus ojos marrones reflejaba las ganas que le estaba poniendo. Y se acercaba el punto de no retorno.

-Me voy a correr cariño – le dije con voz casi entrecortada.

Ella se levantó inmediatamente. Nos acercamos a la ducha y pasando un brazo por mi cintura continuó masturbándome con más fuerza. La miré, me miró, nos besamos levemente justo antes de empezar a notar el inminente orgasmo. Me tensé mucho, levantando un poco los talones y enseguida empecé a soltar chorros de semen contra la pared de enfrente de la ducha.

-Uaalaaaa… ay va...mira…que cantidad…mira mira...dios - exclamaba ella. Y le entró la risa floja – Jajaja…jajaja…jajaja…jajaja...madremía jajaja...que pedazo de corrida te has pegado dios jajajaja.

Yo intentaba recuperar el aliento mientras abría el grifo de la ducha.

-Creo que necesito una ducha – fue todo lo que salió de mi boca.
-Te espero en la cama…jajaja – dijo ella – para dormir – apuntilló. Se lavó un poco en el bidet y el lavabo y se fue para el dormitorio.

Tras ducharme y secarme me uní a ella. Me tumbé en la cama y ella puso su cabeza sobre mi pecho y se abrazó a mí. Con su culo al alcance de la mano no me resistí a acariciárselo mientras hablábamos.

-No ha estado mal, ¿eh? – dijo ella.
-Nada mal - respondí
-Ha sido un señor polvazo – siguió.
-Totalmente de acuerdo, pero siempre puede estar mejor… - le dije con toda la intención mientras alargaba un poco más el brazo para acariciar y presionar ligeramente su ano con un dedo.
-¡Vicioso! – exclamó dándome un manotazo en la pierna.
-¡Le dijo la sartén al cazo! – respondí. Ella se rio. Luego levantó la cabeza y me miró.
-Eso, mañana – musitó. Luego me dio un leve pico y se dio la vuelta – Vamos a dormir, anda.
-Sí, será lo mejor…buenas noches cielo.
-Buenas noches.

***continuará***

Nota: si tengo tiempo y ganas y Sonia me ayuda a recordar tal vez haga un mini relato del "día que nos la midieron" jajaja.
Como sempre brutal
 
Capitulo 15

18 horas después


Estaba siendo un día de lo más relajado y muy parecido a la tarde anterior. Algo de sol nosotros, ellas mucho más, comida a la sombra en el porche, partida de cartas, charla, risas, ligera siesta en las tumbonas, lectura, y entre una cosa y otra baños refrescantes en la piscina.

En una de estas me quedé algo dormido en la tumbona con el libro que estaba leyendo en las manos, cuando de pronto noté una mano recorriéndome con suavidad el bajo vientre y deslizándose por dentro del pantalón. No pude menos que sonreír aún sin abrir los ojos. No quería saber quién de las dos era. La mano de quién fuera llegó hasta mi polla y empezó a acariciarla. Dejé el libro en el suelo y crucé las manos sobre mi pecho. En ese momento noté como intentaba quitarme el pantalón. Le facilité la acción levantando ligeramente las caderas. Nada más notar el calor de su boca en mi incipiente erección adiviné que era Sonia. Solo ella enrosca de esa manera la lengua en cuanto se la mete en la boca. En ese momento abrí los ojos y en cuanto nos miramos esbozó una sonrisa sin sacársela siquiera. Continuó chupando hasta que se me puso dura del todo. Miré a un lado y a otro buscando a Lore y a Coque pero no les vi.

-Están arriba, han subido hace un ratito – dijo Sonia adelantándose a mi pregunta.
-Me he quedado traspuesto unos minutos – dije yo.
-¿Unos minutos? Jajaja – se rio – Por lo menos tres cuartos de hora, majo – añadió sin dejar de masturbarme – Jejeje…- hizo una pausa - ¿quieres que subamos? – preguntó.
-¿Quieren que subamos? – repregunté. A veces tanto a ellos como a nosotros nos apetecía estar solos y lo decíamos claramente.
-Claro que quieren que subamos…me lo han dicho cuando subieron ellos ¿te apetece o no? - dijo ella.
-Siempre me apetece… – respondí yo.

Se levantó y me tendió la mano. Me levanté y la seguí, empalmado como un burro, hasta dentro y luego escalera arriba contemplando su precioso culo. A medio pasillo ya escuchamos algún gemido suelto de Lore que se transformó en otros más intensos al llegar a la puerta, abierta del todo.

Desde ahí observamos la escena. Coque estaba de pie al otro lado de la cama sujetando por los tobillos las piernas elevadas de Lore, estirada sobre la cama, mientras la follaba lentamente. Sonia se subió enseguida a la cama y se sentó a su lado mientras yo me quedé a metro y medio contemplándoles.

-Hola preciosa – susurró Sonia, mientras le acariciaba el vientre y luego las tetas. Lore le devolvió una sonrisa.

Enseguida se inclinó sobre ella, le sonrió con ternura acariciando su carita y la besó en la boca. Cuando Sonia brevemente separó sus labios, Lore la agarró por la nuca atrayéndola otra vez contra ella. Empezaron a comerse la boca con verdadero frenesí, Coque, al mismo tiempo, empezó a bombear más rápido y Sonia alargó una mano para masturbarla. Mientras, yo me senté en un lateral para mirarles mientras me pajeaba con calma.

Pensé que Coque continuaría follándola hasta que se corriese, pero no, la sacó y se sentó al otro lado de la cama para contemplarlas también. Sonia rápidamente se bajó a los pies y metiendo su cabeza entre las piernas de Lore empezó a comerle el coño, y esta a gemir de nuevo más fuerte, echando la cabeza hacia atrás y abriendo la boca al tiempo que se agarraba a las sábanas con ambas manos. De pronto su diminuto cuerpo empezó a temblar, ella arqueó la espalda y se agarró más fuerte si cabe a las sábanas. Tras apretar los dientes con fuerza soltó un descomunal grito de placer, casi un alarido, que hizo sonreír a Sonia mientras trataba de sujetarle las piernas.
Cuando por fin se relajó, Sonia trepó hasta la cama y a gatas se acercó de nuevo a Lore, la besó de nuevo tiernamente y le sonrió.

-Caray, menuda corrida – exclamó.
-Buaaah…joder…ha sido una pasada buuuff…gracias cielo - replicó incorporándose sobre los codos – Necesito un trago de algo…hoy hace más calor aquí arriba…buuuf – añadió.

Bajé corriendo a buscar una botella de agua y, tras bebérnosla entre los cuatro, nos relajamos un poco. Lore entró en el baño y al salir vi como se sujetaba el pelo con su goma elástica. Señal inequívoca de sus intenciones. Minutos después estábamos Coque y yo estirados en la cama y ellas a los pies chupándonos las pollas.

-Se me está ocurriendo una cosa – dijo Sonia con una mirada lasciva – de hecho me estoy poniendo cachonda al pensarlo… - añadió levantado las cejas y sonriendo perversamente.

Se subió a la cama y sentándose sobre mí se la metió y empezó a cabalgarme. Lore no tardó nada en hacer lo mismo. Poco a poco fueron acelerando el ritmo, Sonia se inclinó sobre mí y nos besamos. Siguió moviendo sus caderas mientras yo le acariciaba el culo y la espalda. De vez en cuando se erguía para volver de nuevo a inclinarse.

-Quiero sentiros a los dos a la vez – me susurró al oído. Me sorprendió, pero no demasiado. Hacía mucho que no lo habíamos hecho, por lo menos desde que se fueron a vivir fuera.
-Pues pídeselo – le respondí escuetamente, pero la excitación iba por dentro.

Sonia se irguió de nuevo y acercó su cara al oído de Lore que seguía moviendo sus caderas con la precisión de un metrónomo mientras se apoyaba con las manos sobre el pecho de Coque. Pude notar también la excitación reflejada en su rostro al escuchar a Sonia. Lore se inclinó sobre Coque para darle un suave beso antes de levantarse. Imaginé que Coque pensaría que las chicas querían “cambiar de montura”. O que incluso Lore quería otra cosa, al verla revolver en una bolsa y regresar con un tubo de lubricante. Salió de dudas cuando se le pasó a Sonia y esta, con toda la tranquilidad y el morbo del mundo, se lo empezó a untar en el agujerito.

Mientras le acariciaba los muslos a Sonia observé como se dirigía a Coque.

-¡Métemela en el culo! – le requirió sin rodeos – Quiero sentiros a los dos – añadió lascivamente.

Coque, sin decir nada, se levantó inmediatamente y se puso tras ella. Lore se sentó a un lado y le embadurnó bien la polla.

-Despacio ¡eh!…que hace ya un tiempecito que no entra nada por ahí jejeje – dijo pasando de la excitación al humor en un segundo.
-Tranquila…creo que nunca has tenido queja alguna de mí, ¿no? Jejeje – respondió también jocosamente. Sonia giró la cabeza para sonreírle.

Coque se acercó bien a ella. Sonia empezó a hacer muecas y en la expresión de su cara pude adivinar el momento en el que la polla de Coque vencía la resistencia del esfínter al penetrar lentamente en su ano. Como ella no se quejó, Coque siguió empujando despacio y yo empecé a sentir su polla deslizarse sobre la mía, ambas solo separadas por una delgada pared, hasta metérsela completamente. Luego la retiró del todo también muy despacio y se echó más lubricante. De nuevo se la metió hasta el fondo, esta vez con más firmeza, y comenzó a entrar y salir algo más deprisa. Sonia empezó también a mover sus caderas y yo lo mismo, hasta lograr la ansiada sincronización de los tres.

-Ooh..así, así, un poco más despacio, me encanta…ooh ooh…pero que gusto por dios… - murmuraba entrecortadamente.

Nos miramos y su cara reflejaba toda una amalgama de sensaciones en rápida sucesión, en la que se juntaban el morbo, el placer salvaje, la diversión y hasta la ternura.
Lore, arrodillada junto a nosotros acariciaba el hombro y la espalda de Sonia con una mano mientras se masturbaba con la otra.

-Más fuerte ahora… oh síii…- exclamó Sonia. Coque empezó inmediatamente a embestir más rápido y fuerte. Eso hizo que yo apenas me moviera, bastante tenía con sujetar a Sonia ante los envites de Coque.

A estas alturas de nuestra historia lo que más me seguía gustando cuando nos juntábamos era el comprobar que seguían disfrutando del sexo sin tabúes como las primeras veces y seguramente aún más si cabe, porque a eso se le añadía la experiencia de los años y el conocimiento mutuo de nuestros gustos y puntos de disfrute. Miraba a Sonia, sentada sobre mí, con la boca entre abierta, y disfrutaba yo viendo como lo hacía ella.

-Me voy a correr – avisó Coque.
-Dentro… - exclamó Sonia. Casi inmediatamente me rogó que me corriera yo también.

Coque aceleró todavía más y tras dos o tres fuertes golpes finales se quedó inmóvil soltando un bramido al vaciarse en el culo de Sonia. En ese momento “liberé el seguro” y me corrí yo también. Al terminar fue cuando me fijé en los regueros de sudor que le resbalaban por la cara y el cuello a Coque. Tras un par de resoplidos se retiró lentamente y se dirigió al baño.

Sonia se dejó caer brevemente sobre mí, hasta que de pronto se levantó como un resorte y con una mano delante y otra detrás salió por la puerta sin poder contenerse de risa. Cuando regresó, todavía entre risas, se tiró en la cama, luego se dio la vuelta y todavía en su rostro se dibujaba esa sonrisa de satisfacción.

-Chicos, ya no me acordaba de lo bueno que era esto jajaja – soltó de pronto – Hacía mucho que no tenía dos pollas de verdad para mí jajajajaja -se descojonaba ella misma – Ay dios…jajaja
-Dos pollas de verdad … – exclamó Lore riéndose también.
-Claaaaro, es que las de plástico no cuentan jajajajaja jajajajaja – seguía partiéndose de risa

Cuando pudo por fin parar de reír, prosiguió

-Que conste una cosa… no me he corrido…ya sabéis que si no aprieto... o me aprietan el botón… nanay…jajajaja…pero joder que bien me lo he pasado jajajaja - volvió a reírse de nuevo.
-Bueno, eso se arregla luego... – saltó Coque al quite. Sonia levantó el pulgar en señal de aprobación.

Tras unos segundos de silencio.

-Me ha entrado hambre – dije yo.
-Y a mí – añadió Coque - ¿Qué hora es ya?
-Casi las ocho – respondió Lore mientras se levantaba.


***continuará***
 
Capitulo 15

18 horas después


Estaba siendo un día de lo más relajado y muy parecido a la tarde anterior. Algo de sol nosotros, ellas mucho más, comida a la sombra en el porche, partida de cartas, charla, risas, ligera siesta en las tumbonas, lectura, y entre una cosa y otra baños refrescantes en la piscina.

En una de estas me quedé algo dormido en la tumbona con el libro que estaba leyendo en las manos, cuando de pronto noté una mano recorriéndome con suavidad el bajo vientre y deslizándose por dentro del pantalón. No pude menos que sonreír aún sin abrir los ojos. No quería saber quién de las dos era. La mano de quién fuera llegó hasta mi polla y empezó a acariciarla. Dejé el libro en el suelo y crucé las manos sobre mi pecho. En ese momento noté como intentaba quitarme el pantalón. Le facilité la acción levantando ligeramente las caderas. Nada más notar el calor de su boca en mi incipiente erección adiviné que era Sonia. Solo ella enrosca de esa manera la lengua en cuanto se la mete en la boca. En ese momento abrí los ojos y en cuanto nos miramos esbozó una sonrisa sin sacársela siquiera. Continuó chupando hasta que se me puso dura del todo. Miré a un lado y a otro buscando a Lore y a Coque pero no les vi.

-Están arriba, han subido hace un ratito – dijo Sonia adelantándose a mi pregunta.
-Me he quedado traspuesto unos minutos – dije yo.
-¿Unos minutos? Jajaja – se rio – Por lo menos tres cuartos de hora, majo – añadió sin dejar de masturbarme – Jejeje…- hizo una pausa - ¿quieres que subamos? – preguntó.
-¿Quieren que subamos? – repregunté. A veces tanto a ellos como a nosotros nos apetecía estar solos y lo decíamos claramente.
-Claro que quieren que subamos…me lo han dicho cuando subieron ellos ¿te apetece o no? - dijo ella.
-Siempre me apetece… – respondí yo.

Se levantó y me tendió la mano. Me levanté y la seguí, empalmado como un burro, hasta dentro y luego escalera arriba contemplando su precioso culo. A medio pasillo ya escuchamos algún gemido suelto de Lore que se transformó en otros más intensos al llegar a la puerta, abierta del todo.

Desde ahí observamos la escena. Coque estaba de pie al otro lado de la cama sujetando por los tobillos las piernas elevadas de Lore, estirada sobre la cama, mientras la follaba lentamente. Sonia se subió enseguida a la cama y se sentó a su lado mientras yo me quedé a metro y medio contemplándoles.

-Hola preciosa – susurró Sonia, mientras le acariciaba el vientre y luego las tetas. Lore le devolvió una sonrisa.

Enseguida se inclinó sobre ella, le sonrió con ternura acariciando su carita y la besó en la boca. Cuando Sonia brevemente separó sus labios, Lore la agarró por la nuca atrayéndola otra vez contra ella. Empezaron a comerse la boca con verdadero frenesí, Coque, al mismo tiempo, empezó a bombear más rápido y Sonia alargó una mano para masturbarla. Mientras, yo me senté en un lateral para mirarles mientras me pajeaba con calma.

Pensé que Coque continuaría follándola hasta que se corriese, pero no, la sacó y se sentó al otro lado de la cama para contemplarlas también. Sonia rápidamente se bajó a los pies y metiendo su cabeza entre las piernas de Lore empezó a comerle el coño, y esta a gemir de nuevo más fuerte, echando la cabeza hacia atrás y abriendo la boca al tiempo que se agarraba a las sábanas con ambas manos. De pronto su diminuto cuerpo empezó a temblar, ella arqueó la espalda y se agarró más fuerte si cabe a las sábanas. Tras apretar los dientes con fuerza soltó un descomunal grito de placer, casi un alarido, que hizo sonreír a Sonia mientras trataba de sujetarle las piernas.
Cuando por fin se relajó, Sonia trepó hasta la cama y a gatas se acercó de nuevo a Lore, la besó de nuevo tiernamente y le sonrió.

-Caray, menuda corrida – exclamó.
-Buaaah…joder…ha sido una pasada buuuff…gracias cielo - replicó incorporándose sobre los codos – Necesito un trago de algo…hoy hace más calor aquí arriba…buuuf – añadió.

Bajé corriendo a buscar una botella de agua y, tras bebérnosla entre los cuatro, nos relajamos un poco. Lore entró en el baño y al salir vi como se sujetaba el pelo con su goma elástica. Señal inequívoca de sus intenciones. Minutos después estábamos Coque y yo estirados en la cama y ellas a los pies chupándonos las pollas.

-Se me está ocurriendo una cosa – dijo Sonia con una mirada lasciva – de hecho me estoy poniendo cachonda al pensarlo… - añadió levantado las cejas y sonriendo perversamente.

Se subió a la cama y sentándose sobre mí se la metió y empezó a cabalgarme. Lore no tardó nada en hacer lo mismo. Poco a poco fueron acelerando el ritmo, Sonia se inclinó sobre mí y nos besamos. Siguió moviendo sus caderas mientras yo le acariciaba el culo y la espalda. De vez en cuando se erguía para volver de nuevo a inclinarse.

-Quiero sentiros a los dos a la vez – me susurró al oído. Me sorprendió, pero no demasiado. Hacía mucho que no lo habíamos hecho, por lo menos desde que se fueron a vivir fuera.
-Pues pídeselo – le respondí escuetamente, pero la excitación iba por dentro.

Sonia se irguió de nuevo y acercó su cara al oído de Lore que seguía moviendo sus caderas con la precisión de un metrónomo mientras se apoyaba con las manos sobre el pecho de Coque. Pude notar también la excitación reflejada en su rostro al escuchar a Sonia. Lore se inclinó sobre Coque para darle un suave beso antes de levantarse. Imaginé que Coque pensaría que las chicas querían “cambiar de montura”. O que incluso Lore quería otra cosa, al verla revolver en una bolsa y regresar con un tubo de lubricante. Salió de dudas cuando se le pasó a Sonia y esta, con toda la tranquilidad y el morbo del mundo, se lo empezó a untar en el agujerito.

Mientras le acariciaba los muslos a Sonia observé como se dirigía a Coque.

-¡Métemela en el culo! – le requirió sin rodeos – Quiero sentiros a los dos – añadió lascivamente.

Coque, sin decir nada, se levantó inmediatamente y se puso tras ella. Lore se sentó a un lado y le embadurnó bien la polla.

-Despacio ¡eh!…que hace ya un tiempecito que no entra nada por ahí jejeje – dijo pasando de la excitación al humor en un segundo.
-Tranquila…creo que nunca has tenido queja alguna de mí, ¿no? Jejeje – respondió también jocosamente. Sonia giró la cabeza para sonreírle.

Coque se acercó bien a ella. Sonia empezó a hacer muecas y en la expresión de su cara pude adivinar el momento en el que la polla de Coque vencía la resistencia del esfínter al penetrar lentamente en su ano. Como ella no se quejó, Coque siguió empujando despacio y yo empecé a sentir su polla deslizarse sobre la mía, ambas solo separadas por una delgada pared, hasta metérsela completamente. Luego la retiró del todo también muy despacio y se echó más lubricante. De nuevo se la metió hasta el fondo, esta vez con más firmeza, y comenzó a entrar y salir algo más deprisa. Sonia empezó también a mover sus caderas y yo lo mismo, hasta lograr la ansiada sincronización de los tres.

-Ooh..así, así, un poco más despacio, me encanta…ooh ooh…pero que gusto por dios… - murmuraba entrecortadamente.

Nos miramos y su cara reflejaba toda una amalgama de sensaciones en rápida sucesión, en la que se juntaban el morbo, el placer salvaje, la diversión y hasta la ternura.
Lore, arrodillada junto a nosotros acariciaba el hombro y la espalda de Sonia con una mano mientras se masturbaba con la otra.

-Más fuerte ahora… oh síii…- exclamó Sonia. Coque empezó inmediatamente a embestir más rápido y fuerte. Eso hizo que yo apenas me moviera, bastante tenía con sujetar a Sonia ante los envites de Coque.

A estas alturas de nuestra historia lo que más me seguía gustando cuando nos juntábamos era el comprobar que seguían disfrutando del sexo sin tabúes como las primeras veces y seguramente aún más si cabe, porque a eso se le añadía la experiencia de los años y el conocimiento mutuo de nuestros gustos y puntos de disfrute. Miraba a Sonia, sentada sobre mí, con la boca entre abierta, y disfrutaba yo viendo como lo hacía ella.

-Me voy a correr – avisó Coque.
-Dentro… - exclamó Sonia. Casi inmediatamente me rogó que me corriera yo también.

Coque aceleró todavía más y tras dos o tres fuertes golpes finales se quedó inmóvil soltando un bramido al vaciarse en el culo de Sonia. En ese momento “liberé el seguro” y me corrí yo también. Al terminar fue cuando me fijé en los regueros de sudor que le resbalaban por la cara y el cuello a Coque. Tras un par de resoplidos se retiró lentamente y se dirigió al baño.

Sonia se dejó caer brevemente sobre mí, hasta que de pronto se levantó como un resorte y con una mano delante y otra detrás salió por la puerta sin poder contenerse de risa. Cuando regresó, todavía entre risas, se tiró en la cama, luego se dio la vuelta y todavía en su rostro se dibujaba esa sonrisa de satisfacción.

-Chicos, ya no me acordaba de lo bueno que era esto jajaja – soltó de pronto – Hacía mucho que no tenía dos pollas de verdad para mí jajajajaja -se descojonaba ella misma – Ay dios…jajaja
-Dos pollas de verdad … – exclamó Lore riéndose también.
-Claaaaro, es que las de plástico no cuentan jajajajaja jajajajaja – seguía partiéndose de risa

Cuando pudo por fin parar de reír, prosiguió

-Que conste una cosa… no me he corrido…ya sabéis que si no aprieto... o me aprietan el botón… nanay…jajajaja…pero joder que bien me lo he pasado jajajaja - volvió a reírse de nuevo.
-Bueno, eso se arregla luego... – saltó Coque al quite. Sonia levantó el pulgar en señal de aprobación.

Tras unos segundos de silencio.

-Me ha entrado hambre – dije yo.
-Y a mí – añadió Coque - ¿Qué hora es ya?
-Casi las ocho – respondió Lore mientras se levantaba.


***continuará***
Que gran relato. Para no terminar nunca
 
Que buen día se pasaron y me imagino que todavía no termina ya que me imagino que después de comer va el turno de Lore, esperaremos la continuación, gracias JiuYacman muy buen relato.:aplausos1::aplausos1::aplausos1:
 
Hola,
Pues siento la tardanza pero otra vez estoy con un pico de curro, y no se cuando podré continuar. Lo mismo son cinco dias que veinte.

Sólo adelantaré que desde los hechos que he relatado últimamente (mediados del 2022) y ahora han sucedido muchas cosas, desde que nuestros amigos regresaron a España, hasta que nos hemos mudado de vivienda, y mi mujer y yo estamos solos ahora en casa porque los chicos estudian fuera los dos, hasta un par de cosas que me guardo hasta que llegue el momento... E Isa, desatada.

saludetes
 
Hola,
Pues siento la tardanza pero otra vez estoy con un pico de curro, y no se cuando podré continuar. Lo mismo son cinco dias que veinte.

Sólo adelantaré que desde los hechos que he relatado últimamente (mediados del 2022) y ahora han sucedido muchas cosas, desde que nuestros amigos regresaron a España, hasta que nos hemos mudado de vivienda, y mi mujer y yo estamos solos ahora en casa porque los chicos estudian fuera los dos, hasta un par de cosas que me guardo hasta que llegue el momento... E Isa, desatada.

saludetes
Gracias por actualizar.
Estaría bien que publicaras el relato en formato libro. Yo regalaría un par.
 
Gracias por actualizar.
Estaría bien que publicaras el relato en formato libro. Yo regalaría un par.
Va a ser complicado eso. A penas tengo tiempo ahora para dedicarme a copiar y maquetar. Además no los conservo todos, solo un par de ellos sueltos. Mi mujer los iba leyendo en su tablet y luego borraba, así que no va a poder ser. Lo siento.
 
Capitulo 16

Minutos después estábamos los cuatro en pelotas y de pie alrededor de la isleta de la cocina, abriendo y cerrando el frigo, comiendo y bebiendo algo para cenar en plan muy informal. Cada uno apañándose con lo suyo.

-De eso que le habéis dado a ella, yo también quiero eh! – soltó Lore de repente.
-¿A qué te refieres? – preguntó retóricamente Coque
-Al sandwich ese que se ha zampado arriba jajajaja – se rio de su propia ocurrencia.
-Jajajaja jajajaja.
-Mañana, que hoy estoy molido… o pasado…jajaja – añadió Coque.

Tras cenar nos pusimos algo de ropa y nos tiramos en los sofás a reposar y ver un poco la tele. Más tarde sacamos unas sillas fuera y apagamos la luz para contemplar las estrellas mientras charlábamos, hasta que Lore se levantó.

-Voy subiendo a ducharme, necesito quitarme bien toda esta capa de crema anti solar que llevo…y ya me quedo arriba chicos…¿vale? – dijo antes de meterse dentro.
-Ok, ahora subimos – dijo Coque.

Seguimos los tres hablando mientras cerrábamos las puertas y pasábamos por la cocina a beber algo. Luego subí el primero. Al llegar arriba y entrar en la habitación fue cuando escuché la ducha y me sorprendí. Lore estaba duchándose en ese baño en vez de ir al del otro cuarto, como yo había imaginado. No terminó ahí la sorpresa. Al darme la vuelta, vi como Sonia y Coque pasaban de largo por el pasillo sin ni siquiera mirar.

Como ya he contado, desde el principio ellas siempre habían tomado la iniciativa (nosotros nunca nos hubiéramos atrevido a tanto) y luego más adelante, desde que nuestras propias inquietudes quedaran completamente despejadas y la confianza entre los cuatro adquiriera la solidez que seguimos disfrutando, siempre hemos dejado que las decisiones de hasta dónde quieren llegar en cada momento recayeran en ellas. Algo que por otra parte ocurre con una naturalidad pasmosa. Y eso, al menos para mí, es lo mejor y lo que más me excita.

Estaba yo pensando, otra vez, en como habíamos llegado hasta aquí mientras me quitaba la camiseta cuando escuché la voz de Lore llamándome.

-¿Qué quieres? – le respondí entrando en el baño.
-Puedes mirar en mi trolley a ver si encuentras una manopla de baño, está en un neceser azul… olvidé cogerla y estoy toda enjabonada… anda.
-Ahora la busco – respondí.

Entré en el baño con la manopla en la mano. Ella abrió la puerta de la mampara de la ducha para cogerla. El agua y el jabón resbalaban por todo su cuerpo.

-Entra anda – me dijo – necesito que me la pases bien por la espalda para quitarme toda la capa de crema que queda.

Enseguida me desnudé del todo y me metí con ella en la ducha. Sonrió debajo del chorro de agua que le caía en la cara y se dio la vuelta para inclinarse ligeramente y apoyarse en la pared. Me puse la manopla y empecé a frotar su espalda con suavidad.

-Eso no es mi espalda – dijo cuando bajé un poco más para frotar sus nalgas.
-Lo sé – respondí enseguida – pero ahí también te has dado crema, no? – añadí buscando la excusa perfecta. Noté como se reía.
-Sí, me he dado crema en el culo también… puedes seguir – respondió entre risas.

Continué frotando su espalda y sus nalgas y poco a poco me arrodillé en el suelo de la ducha para hacer lo mismo con sus muslos y pantorrillas.

-Nunca te había visto hacer esto para quitarte la crema – murmuré.
-Ya, será porque la piel ahora no es tan tersa y le cuesta más limpiarse… no sé – respondió.
-Pues igual convendría que me la pasaras también a mí un poco – dije yo.

Lore se dio la vuelta en ese momento y como yo seguía arrodillado, su entrepierna quedó a la altura de mis ojos, con la abundante espuma resbalando por todo su cuerpo hasta llegar a su oscuro y tupido vello púbico, donde partes de la espuma se quedaba atrapada.

-Tú lo que quieres es que te meta mano jajaja – contestó – que te conozco…
-Me has pillado jejeje… - dije mientras me levantaba.
-Date la vuelta, anda….

Me apoyé ligeramente en la pared de la ducha y ella se dispuso a frotarme bien la espalda. Cuando acabó me pidió que me girara de nuevo, y con una media sonrisa socarrona empezó a pasarme la manopla por el pecho y hombros. Mi polla reaccionó ligeramente. Ella, que no dejaba de mirar arriba lo notó enseguida.

-¿Estás muy cansado? – preguntó directamente.
-No mucho, ¿por? – respondí.
-¿Quieres follar? – añadió a bocajarro con su habitual sinceridad.
-Cla…claro – acerté a contestar.
-Vaya… por fin parece queeee… reacciona – exclamó mientras me la sujetaba y le daba golpecitos con la palma de su mano.

Me apoyé de nuevo en la pared, esta vez de espaldas y ella empezó a masajearla. Su mirada se transformó en una mirada lasciva mientras su mano enjabonada se deslizaba por mi polla haciendo que creciera con rapidez. Mi mano se fue directamente a uno de sus pechos cubiertos de trazas de espuma, para masajearlo. Un suave pellizco en el pezón hizo que soltara un leve suspiro. Cogió la alcachofa de la ducha y empezó a aclararme todo el cuerpo. Luego se aclaró ella. Colgó de nuevo la ducha, me sonrió e inclinándose levemente me besó suavemente la punta de la polla. Con otra de sus medias sonrisas guasonas se arrodilló del todo y empezó a chupármela al mismo tiempo que me acariciaba con extrema delicadeza los huevos.

Se volvió a levantar y se apoyó en la pared abriendo las piernas. Me puse detrás de ella y tras introducir un poco la punta se la metí entera de un golpe.

-OOOOOH – lanzó un fuerte gemido. Empecé a follarla.
-Fuerte… más fuerte, ooh… más fuerte – empezó a pedir.

Hice que se agachara un poco más para agarrarla bien de las caderas y seguir follándola con fuerza. Entonces empezó a tocarse con una mano, abrió aún más las piernas, pero la ducha no era tan cómoda que otras, resbalaba más y era más pequeña. Por eso resbaló un par de veces y eso la desconcentró un poco.

-Diooos.. no puedo así… - se salió y se dio la vuelta – nos secamos y vamos a la cama – casi ordenó.

Salí enseguida y en tres minutos estábamos sobre la cama y ella sobre mí cabalgándome con brío. Mis manos sujetando sus tetazas cuando no se las sujetaba ella misma. Se apoyaba en el cabecero de la cama para brincar con más energía.

-No te vas a co…rrer, ¿ver…dad? – preguntó boqueando.
-¿Por qué, quieres que me corra?
-Nooooo – casi gritó.
-Jajaja, no sé por qué siempre me preguntas eso – le respondí – no, no me voy a correr - añadí. Sonrió sin dejar de brincar.

Se inclinó hacia atrás apoyándose en una mano y usando la otra para masturbarse. Ella sí se iba a correr. La sujeté fuerte por los muslos cuando empezó a tensarse y luego a temblar cuando su cuerpo entró en erupción.

-AAAAH…AAAAAAH…SI SI SI SIIIIII…AAAAH…AAAAH..AAAAAAAAAAHHH BUUUUUUFFFFF - gritaba.

Me incorporé para abrazarla con fuerza. Seguía con sus espasmos de placer y temblando mientras se sujetaba a mi cuello. Luego poco a poco fue relajándose hasta que su cuerpecito se relajó por completo. Me soltó y se separó un poco para mirarme sonriente. Las pequeñas patas de gallo y algunas manchitas que ya empezaban a sembrar su rostro hacían que pareciera aún más guapa. Toda una mujer madura y atractiva a la que le encantaba disfrutar sin ningún tipo de pudor. La besé con ternura en los labios y sonrió. En ese momento, y a pesar de tener la puerta cerrada, una sucesión de cortos grititos agudos se escuchó a lo lejos, seguido por un increíble y largo grito de placer. Nos miramos y nos reímos. Luego se levantó y se sentó en la cama haciendo que yo abriera las piernas como una rana. Empezó a pajearme con una mano y con la otra a acariciarme los huevos.

-No sabes lo que me gusta ver vuestras caras cuando os pajean – dijo poniendo de nuevo esa mirada morbosa.

Continuo masturbándome con su vista alternado entre la mía y mi polla. Hasta que vi como se metía un dedo en la boca y se lo chupaba esbozando una maliciosa sonrisa.

-Oh no, no no no… – empecé a decir.
-Oh sí, oh sí jijiji – respondió ella.
-Eres mala…- murmuré. Ella ya rondaba mi ano con su dedo ensalivado.
-Siiii – se rio traviesa. En ese momento sentí como me metió el dedo en el culo.
-Auh! – protesté.
-Pero si te gusta – dijo ella – Qué crees que no se vuestras andanzas jijiji.
-Pero qué…! – exclamé – que peligro tenéis…Y menos mal que no tenéis uñas largas…

Apretó más su mano sobre mi polla y aceleró el ritmo al tiempo que sacaba y metía su dedo de mi ano.

-Dios – se me escapó casi sin darme cuenta.
-Ves como te gusta…¿te meto otro? –
-No.
-Yo creo que sí – contestó ella con toda la carga de morbo de la que era capaz – Espera, no te muevas.

Lo dijo con tanta seguridad y poder de convicción que ni rechisté. En un segundo saltó de la cama, buscó en su bolsa y volvió con un tubo de lubricante. Yo abrí los ojos con sorpresa.

Se colocó de nuevo como estaba antes y depositó un poco en dos de sus dedos. Enseguida los tenía dentro y continuo como antes, metiéndolos y sacándolos suavemente mientras con la otra mano volvió de nuevo a agarrármela para seguir pajeándome con firmeza. Y además siguió provocándome.

-Quiero que me digas cual de los tres has probado – preguntó provocativamente – no me mientas, que yo lo sé…
-Pues si lo sabes para que me lo preguntas… - le respondí con recochineo.
-Porque quiero que me lo cuentes tú – replicó ella – ¿Crees que no nos gusta y excita escuchar vuestros gustos y sensaciones? Pues nos gusta igual que a vosotros…

Ahí me rendí y confesé, entre risas eso sí.

-El mediano…y el pequeño claro.

Se refería a cuál de los tres dildos, entre la variedad de juguetes que tenía Sonia en la caja guardada en la Casita del pueblo y otro par de vibradores en casa. Se lo contaban todo.

-¿Y qué te pareció? – continuó excitándome sin dejar de pajearme.
-Una bomba…- confesé.
-Continúa – inquirió apretando los dientes y levantando la cara en señal de dominación.
-La primera vez no tanto, pero la segunda, creo que tuve el orgasmo más potente e intenso que recuerdo…una autentica pasada – me sinceré.
-Sigue…no seas tímido jijii - insistió – ¿qué pasó la tercera vez?
-Que colocó el mediano en el arnés y estuvimos jugando…experimentando…ese arnés que se suponía era para vosotras.
-Te prometo que a la próxima que estemos los cuatro juntos en el pueblo lo usamos – dijo con maligna sonrisa. Sacó los dedos y se echó a mi lado apoyada en un codo para seguir pajeándome. Me miró, nuestras caras estaban a un palmo una de otra.
-Te gustaría que algún día…tú y yo…digamos…experimentáramos también con el arnés? – preguntó con astucia pero con dulzura. Yo ya estaba rendido hacía rato.
-Contigo lo que quieras – respondí.
-Ya sabes que Coque en ese aspecto es un poco remilgado…
-Jajaja…
-¿Te quieres correr? – pregunto de nuevo.
-Sí.

Se puso de nuevo como antes, sentada frente a mí y volvió a meterme los dedos otra vez.

-En la boca, dámela toda en la boca – susurró. Se inclinó sobre mi gracias a su todavía impresionante flexibilidad y se metió la punta en la boca. Aceleró más la mano, lo mismo que los dedos.

-Me voy a correr, Lore,… me corro… me corro…AAAH..AAAAH – empecé a tensarme, ella levantó la mirada sin dejar de lamerme y exploté en su boca de manera interminable. Hacía lo posible por no abrirla mientras intentaba contener la risa. Sus carrillos se hincharon y al final logró aguantar a que yo me relajara sin abrirla. Se levantó corriendo para ir al baño a escupirlo. Raras veces se lo tragaba, decía que no le gustaba mucho la textura del semen.

Regresó contenta y sonriente como siempre, se subió a la cama de nuevo y tras limpiarme un poco con un pañuelo se echó a mi lado. La abracé cariñosamente acariciando su brazo. De repente, me miró.

-¡No sé como sigues expulsando semejante cantidad! ¡Y eso que te has corrido esta tarde! – exclamó. Luego volvió a reposar la cara en mi pecho.
-Ah!, es mi seña de identidad jajajaja – bromeé. Ella se descojonó conmigo.

Tras unos minutos de reposo y silencio. La siempre inquieta Lore se levantó de nuevo.

***continuará***
 
Última edición:
Muy buen relato, me gusta como lo cuentas y el morbo que siempre está entre ustedes, muy bueno, (y)(y)(y)
 
Capitulo 16

Minutos después estábamos los cuatro en pelotas y de pie alrededor de la isleta de la cocina, abriendo y cerrando el frigo, comiendo y bebiendo algo para cenar en plan muy informal. Cada uno apañándose con lo suyo.

-De eso que le habéis dado a ella, yo también quiero eh! – soltó Lore de repente.
-¿A qué te refieres? – preguntó retóricamente Coque
-Al sandwich ese que se ha zampado arriba jajajaja – se rio de su propia ocurrencia.
-Jajajaja jajajaja.
-Mañana, que hoy estoy molido… o pasado…jajaja – añadió Coque.

Tras cenar nos pusimos algo de ropa y nos tiramos en los sofás a reposar y ver un poco la tele. Más tarde sacamos unas sillas fuera y apagamos la luz para contemplar las estrellas mientras charlábamos, hasta que Lore se levantó.

-Voy subiendo a ducharme, necesito quitarme bien toda esta capa de crema anti solar que llevo…y ya me quedo arriba chicos…¿vale? – dijo antes de meterse dentro.
-Ok, ahora subimos – dijo Coque.

Seguimos los tres hablando mientras cerrábamos las puertas y pasábamos por la cocina a beber algo. Luego subí el primero. Al llegar arriba y entrar en la habitación fue cuando escuché la ducha y me sorprendí. Lore estaba duchándose en ese baño en vez de ir al del otro cuarto, como yo había imaginado. No terminó ahí la sorpresa. Al darme la vuelta, vi como Sonia y Coque pasaban de largo por el pasillo sin ni siquiera mirar.

Como ya he contado, desde el principio ellas siempre habían tomado la iniciativa (nosotros nunca nos hubiéramos atrevido a tanto) y luego más adelante, desde que nuestras propias inquietudes quedaran completamente despejadas y la confianza entre los cuatro adquiriera la solidez que seguimos disfrutando, siempre hemos dejado que las decisiones de hasta dónde quieren llegar en cada momento recayeran en ellas. Algo que por otra parte ocurre con una naturalidad pasmosa. Y eso, al menos para mí, es lo mejor y lo que más me excita.

Estaba yo pensando, otra vez, en como habíamos llegado hasta aquí mientras me quitaba la camiseta cuando escuché la voz de Lore llamándome.

-¿Qué quieres? – le respondí entrando en el baño.
-Puedes mirar en mi trolley a ver si encuentras una manopla de baño, está en un neceser azul… olvidé cogerla y estoy toda enjabonada… anda.
-Ahora la busco – respondí.

Entré en el baño con la manopla en la mano. Ella abrió la puerta de la mampara de la ducha para cogerla. El agua y el jabón resbalaban por todo su cuerpo.

-Entra anda – me dijo – necesito que me la pases bien por la espalda para quitarme toda la capa de crema que queda.

Enseguida me desnudé del todo y me metí con ella en la ducha. Sonrió debajo del chorro de agua que le caía en la cara y se dio la vuelta para inclinarse ligeramente y apoyarse en la pared. Me puse la manopla y empecé a frotar su espalda con suavidad.

-Eso no es mi espalda – dijo cuando bajé un poco más para frotar sus nalgas.
-Lo sé – respondí enseguida – pero ahí también te has dado crema, no? – añadí buscando la excusa perfecta. Noté como se reía.
-Sí, me he dado crema en el culo también… puedes seguir – respondió entre risas.

Continué frotando su espalda y sus nalgas y poco a poco me arrodillé en el suelo de la ducha para hacer lo mismo con sus muslos y pantorrillas.

-Nunca te había visto hacer esto para quitarte la crema – murmuré.
-Ya, será porque la piel ahora no es tan tersa y le cuesta más limpiarse… no sé – respondió.
-Pues igual convendría que me la pasaras también a mí un poco – dije yo.

Lore se dio la vuelta en ese momento y como yo seguía arrodillado, su entrepierna quedó a la altura de mis ojos, con la abundante espuma resbalando por todo su cuerpo hasta llegar a su oscuro y tupido vello púbico, donde partes de la espuma se quedaba atrapada.

-Tú lo que quieres es que te meta mano jajaja – contestó – que te conozco…
-Me has pillado jejeje… - dije mientras me levantaba.
-Date la vuelta, anda….

Me apoyé ligeramente en la pared de la ducha y ella se dispuso a frotarme bien la espalda. Cuando acabó me pidió que me girara de nuevo, y con una media sonrisa socarrona empezó a pasarme la manopla por el pecho y hombros. Mi polla reaccionó ligeramente. Ella, que no dejaba de mirar arriba lo notó enseguida.

-¿Estás muy cansado? – preguntó directamente.
-No mucho, ¿por? – respondí.
-¿Quieres follar? – añadió a bocajarro con su habitual sinceridad.
-Cla…claro – acerté a contestar.
-Vaya… por fin parece queeee… reacciona – exclamó mientras me la sujetaba y le daba golpecitos con la palma de su mano.

Me apoyé de nuevo en la pared, esta vez de espaldas y ella empezó a masajearla. Su mirada se transformó en una mirada lasciva mientras su mano enjabonada se deslizaba por mi polla haciendo que creciera con rapidez. Mi mano se fue directamente a uno de sus pechos cubiertos de trazas de espuma, para masajearlo. Un suave pellizco en el pezón hizo que soltara un leve suspiro. Cogió la alcachofa de la ducha y empezó a aclararme todo el cuerpo. Luego se aclaró ella. Colgó de nuevo la ducha, me sonrió e inclinándose levemente me besó suavemente la punta de la polla. Con otra de sus medias sonrisas guasonas se arrodilló del todo y empezó a chupármela al mismo tiempo que me acariciaba con extrema delicadeza los huevos.

Se volvió a levantar y se apoyó en la pared abriendo las piernas. Me puse detrás de ella y tras introducir un poco la punta se la metí entera de un golpe.

-OOOOOH – lanzó un fuerte gemido. Empecé a follarla.
-Fuerte… más fuerte, ooh… más fuerte – empezó a pedir.

Hice que se agachara un poco más para agarrarla bien de las caderas y seguir follándola con fuerza. Entonces empezó a tocarse con una mano, abrió aún más las piernas, pero la ducha no era tan cómoda que otras, resbalaba más y era más pequeña. Por eso resbaló un par de veces y eso la desconcentró un poco.

-Diooos.. no puedo así… - se salió y se dio la vuelta – nos secamos y vamos a la cama – casi ordenó.

Salí enseguida y en tres minutos estábamos sobre la cama y ella sobre mí cabalgándome con brío. Mis manos sujetando sus tetazas cuando no se las sujetaba ella misma. Se apoyaba en el cabecero de la cama para brincar con más energía.

-No te vas a co…rrer, ¿ver…dad? – preguntó boqueando.
-¿Por qué, quieres que me corra?
-Nooooo – casi gritó.
-Jajaja, no sé por qué siempre me preguntas eso – le respondí – no, no me voy a correr - añadí. Sonrió sin dejar de brincar.

Se inclinó hacia atrás apoyándose en una mano y usando la otra para masturbarse. Ella sí se iba a correr. La sujeté fuerte por los muslos cuando empezó a tensarse y luego a temblar cuando su cuerpo entró en erupción.

-AAAAH…AAAAAAH…SI SI SI SIIIIII…AAAAH…AAAAH..AAAAAAAAAAHHH BUUUUUUFFFFF - gritaba.

Me incorporé para abrazarla con fuerza. Seguía con sus espasmos de placer y temblando mientras se sujetaba a mi cuello. Luego poco a poco fue relajándose hasta que su cuerpecito se relajó por completo. Me soltó y se separó un poco para mirarme sonriente. Las pequeñas patas de gallo y algunas manchitas que ya empezaban a sembrar su rostro hacían que pareciera aún más guapa. Toda una mujer madura y atractiva a la que le encantaba disfrutar sin ningún tipo de pudor. La besé con ternura en los labios y sonrió. En ese momento, y a pesar de tener la puerta cerrada, una sucesión de cortos grititos agudos se escuchó a lo lejos, seguido por un increíble y largo grito de placer. Nos miramos y nos reímos. Luego se levantó y se sentó en la cama haciendo que yo abriera las piernas como una rana. Empezó a pajearme con una mano y con la otra a acariciarme los huevos.

-No sabes lo que me gusta ver vuestras caras cuando os pajean – dijo poniendo de nuevo esa mirada morbosa.

Continuo masturbándome con su vista alternado entre la mía y mi polla. Hasta que vi como se metía un dedo en la boca y se lo chupaba esbozando una maliciosa sonrisa.

-Oh no, no no no… – empecé a decir.
-Oh sí, oh sí jijiji – respondió ella.
-Eres mala…- murmuré. Ella ya rondaba mi ano con su dedo ensalivado.
-Siiii – se rio traviesa. En ese momento sentí como me metió el dedo en el culo.
-Auh! – protesté.
-Pero si te gusta – dijo ella – Qué crees que no se vuestras andanzas jijiji.
-Pero qué…! – exclamé – que peligro tenéis…Y menos mal que no tenéis uñas largas…

Apretó más su mano sobre mi polla y aceleró el ritmo al tiempo que sacaba y metía su dedo de mi ano.

-Dios – se me escapó casi sin darme cuenta.
-Ves como te gusta…¿te meto otro? –
-No.
-Yo creo que sí – contestó ella con toda la carga de morbo de la que era capaz – Espera, no te muevas.

Lo dijo con tanta seguridad y poder de convicción que ni rechisté. En un segundo saltó de la cama, buscó en su bolsa y volvió con un tubo de lubricante. Yo abrí los ojos con sorpresa.

Se colocó de nuevo como estaba antes y depositó un poco en dos de sus dedos. Enseguida los tenía dentro y continuo como antes, metiéndolos y sacándolos suavemente mientras con la otra mano volvió de nuevo a agarrármela para seguir pajeándome con firmeza. Y además siguió provocándome.

-Quiero que me digas cual de los tres has probado – preguntó provocativamente – no me mientas, que yo lo sé…
-Pues si lo sabes para que me lo preguntas… - le respondí con recochineo.
-Porque quiero que me lo cuentes tú – replicó ella – ¿Crees que no nos gusta y excita escuchar vuestros gustos y sensaciones? Pues nos gusta igual que a vosotros…

Ahí me rendí y confesé, entre risas eso sí.

-El mediano…y el pequeño claro.

Se refería a cuál de los tres dildos, entre la variedad de juguetes que tenía Sonia en la caja guardada en la Casita del pueblo y otro par de vibradores en casa. Se lo contaban todo.

-¿Y qué te pareció? – continuó excitándome sin dejar de pajearme.
-Una bomba…- confesé.
-Continúa – inquirió apretando los dientes y levantando la cara en señal de dominación.
-La primera vez no tanto, pero la segunda, creo que tuve el orgasmo más potente e intenso que recuerdo…una autentica pasada – me sinceré.
-Sigue…no seas tímido jijii - insistió – ¿qué pasó la tercera vez?
-Que colocó el mediano en el arnés y estuvimos jugando…experimentando…ese arnés que se suponía era para vosotras.
-Te prometo que a la próxima que estemos los cuatro juntos en el pueblo lo usamos – dijo con maligna sonrisa. Sacó los dedos y se echó a mi lado apoyada en un codo para seguir pajeándome. Me miró, nuestras caras estaban a un palmo una de otra.
-Te gustaría que algún día…tú y yo…digamos…experimentáramos también con el arnés? – preguntó con astucia pero con dulzura. Yo ya estaba rendido hacía rato.
-Contigo lo que quieras – respondí.
-Ya sabes que Coque en ese aspecto es un poco remilgado…
-Jajaja…
-¿Te quieres correr? – pregunto de nuevo.
-Sí.

Se puso de nuevo como antes, sentada frente a mí y volvió a meterme los dedos otra vez.

-En la boca, dámela toda en la boca – susurró. Se inclinó sobre mi gracias a su todavía impresionante flexibilidad y se metió la punta en la boca. Aceleró más la mano, lo mismo que los dedos.

-Me voy a correr, Lore,… me corro… me corro…AAAH..AAAAH – empecé a tensarme, ella levantó la mirada sin dejar de lamerme y exploté en su boca de manera interminable. Hacía lo posible por no abrirla mientras intentaba contener la risa. Sus carrillos se hincharon y al final logró aguantar a que yo me relajara sin abrirla. Se levantó corriendo para ir al baño a escupirlo. Raras veces se lo tragaba, decía que no le gustaba mucho la textura del semen.

Regresó contenta y sonriente como siempre, se subió a la cama de nuevo y tras limpiarme un poco con un pañuelo se echó a mi lado. La abracé cariñosamente acariciando su brazo. De repente, me miró.

-¡No sé como sigues expulsando semejante cantidad! ¡Y eso que te has corrido esta tarde! – exclamó. Luego volvió a reposar la cara en mi pecho.
-Ah!, es mi seña de identidad jajajaja – bromeé. Ella se descojonó conmigo.

Tras unos minutos de reposo y silencio. La siempre inquieta Lore se levantó de nuevo.

***continuará***
Super excitante.
Felicidades
 
CAPITULO 17

-¿A dónde vas? – pregunté al ver que iba hacia la puerta.
-Ahora vuelvo…- contesto ella. Pensé que iría hacia la otra habitación pero se dirigió hacia el otro lado, hacia abajo.

Al cabo de unos minutos regreso con una botella de leche y galletas en un plato. Se sentó en la cama con las piernas cruzadas.

-Es que me ha entrado hambre – dijo - ¿quieres? – añadió con una sonrisa infantil en la cara.

Su jovialidad y alegría era algo que no había perdido nunca, ni siquiera en momentos difíciles por los que había pasado.
Y ahí estábamos los dos, sentados desnudos en la cama tomando leche con galletas como un par de adolescentes. Mientras reponíamos fuerzas, y como si no acabáramos de follar momentos antes se puso a contarme anécdotas de su estancia en Canadá y luego hablamos de los chicos, de hacer alguna escapada cuando ellos regresaran y estuvieran ya bien asentados en Madrid, de lo que iba a echar de menos de nuestra ciudad y de más cosas. Se nos fue pasando el tiempo charlando hasta que nos empezó a entrar el sueño y apagamos la luz para dormir.

Los tres días siguientes transcurrieron más o menos igual, seguimos con las habitaciones intercambiadas pero con una actividad sexual bastante menos intensa, algún día incluso sin ella.
Isa nos confirmó el día antes lo que nosotros no dudábamos, que vendría a pasar un par de días y que llegaría a media tarde del viernes, después de salir del trabajo.

Como habíamos calculado mal el día que hicimos la comprar para pasar la semana, Coque y yo nos acercamos por la tarde al supermercado del pueblo más cercano a hacer una compra adicional. Las chicas se quedaron a esperar por si Isa llegaba. Al regresar vimos que su coche estaba aparcado al lado del nuestro. Entramos con las bolsas de la compra y tras dejar todo en la mesa y en el frigo salimos al jardín dónde imaginábamos que estaban ellas.

Allí estaban las tres, sentadas en el borde de la piscina con los pies dentro y desnudas, como no podía ser de otra manera, claro.
Saludamos al salir al jardín e Isa inmediatamente se levantó para acercarse a saludarnos.

-Iba a decir que no te levantaras… pero eres una alegría para la vista jijii – dijo Coque.

Isa se abrazó a él y le dio un cachete en el culo.

-¡Bobo! – exclamó al tiempo. Luego le dio dos besos.

Luego nos abrazamos también efusivamente ella y yo.

-¿Cómo estás, cielo? ¿Te ha sido fácil encontrar la casa? – pregunté mientras buscaba una silla para sentarme.
-Acabo de llegar…no hace ni cinco minutos…genial, tenía ganas de veros…y sí, ha sido fácil con el GPS, jejeje – respondió ella.

Minutos después estábamos los cinco en la piscina y así nos pasamos el resto de la tarde, entrando y saliendo de ella. Ellas poniéndose al día de sus cosas o charlando de cosas intrascendentes.

-¿Y qué tal con el tío ese, cómo es que no quedaste este finde? – le preguntó Sonia.
-Me apetecía más estar con vosotros… hacía mucho que no os veía a todos juntos…no hay otra razón… - dijo sincerándose y dejando escapar una sonrisa al final.
-¿Pero no le ves posibilidades…para…? – añadió Lore. Isa la interrumpió.
-Jajajaja…que os conozco… no va a haber nada serio con él…hacedme caso – dijo ella con gran convencimiento – Se lo dejé claro desde el principio…es más...os voy a hacer una confesión. Siempre que hemos quedado, nunca me he quedado a dormir en su casa…- añadió con firmeza.
-O sea, es una cosa puramente física… - dije yo.
-Exactamente. Somos mayorcitos ya los dos para andar con tonterías.
-Lo importante es saber lo que uno quiere en cada momento – respondí.
-Así es… y ahora no quiero eso… quiero disfrutar lo que no he podido durante los últimos tiempos... así de simple – contestó de nuevo con rotundidad y abriendo las brazos en uno de sus típicos gestos.

Para cenar nos vestimos un poco, con pantalones cortos o falditas y camisetas, todo muy informal. La sobremesa también se alargó más que otros días al tener ahora a Isa con nosotros.

-Bueno, chicos, habrá que empezar a recoger – dijo Lore levantándose.

Y de pronto se desató todo.

Coque se levantó y cogió a Lore en brazos. Lore pensó que la quería subir así arriba, pero cuando se dio cuenta era tarde. Corrió con ella en brazos hacia la piscina con la intención clara de tirarla al agua.

-No, Coque, no, nooooo – gritaba ella. Su intención primera era lanzarla a ella, pero le salió el tiro por la culata.

Lore se agarró a su cuello como una lapa y los dos cayeron, provocando sus carcajadas y las nuestras. Miré a Sonia, ella me miró y se lo temió, por que salió corriendo. Fui más rápido y la alcancé sujetándola por la cintura. Sabía que por mucho que patalease iba a ir al agua, así que no opuso mucha resistencia. Casi al llegar al borde de la piscina ya estaba saliendo Coque de ella y empezando a desnudarse. Su siguiente objetivo era Isa, que permanecía de pie muerta de risa mirando la escena.

-Vale, vale, no importa que me tires – dijo ella – Ya me meto yo jajaja – añadió desnudándose y lanzando su ropa sobre la silla, antes de lanzarse al agua.

El resto nos quitamos la ropa y la dejamos en el borde de la piscina. Poco a poco se nos fue pasando la risa.

-Mira que sois gamberros – exclamó Lore.
-Pero os queremos – respondí yo.

Se acercó nadando hacia mí con una de esas sonrisas maléficas en los labios. Al llegar a mi altura metió la boca en el agua y al sacarle me disparó un chorro de agua en la cara. Enseguida se enganchó a mi cuello y enroscó las piernas a mi cintura. Luego vino la conversación más caliente y sexual que probablemente hayamos tenido nunca los dos, evidentemente con una intención claramente provocadora.

-¿Esto va a empezar así? – se me ocurrió decir.
-De alguna manera tiene que empezar.
-No sé… yo esperaba algo de música suave, una copa, un bailecito, te voy desnudando… – dije luchando por no reírme
-¡Estoy desnuda! – contestó ella levantando una ceja.
-Ya jejeje…es que…
-Estoy desnuda… y caliente – me interrumpió.
-¡Caray!¡Ya veo, ya! – exclamé.
-Si me hubieses complacido ayer tal vez no estaría tan caliente hoy.
-Pero si lo hicimos anteayer, y ante-anteayer y el anterior…
-Pero ayer no…y yo estoy últimamente muy necesitada.
-Jajajaja – me reí - ¿Tu marido no cumple o qué? Voy a tener que decirle algo jajajaja.
-Sí cumple sí…pero ya sabes lo que pasa cuando nos juntamos con vosotros.
-¿Qué pasa? – la pinché.
-Mis ganas se disparan – susurró antes de lamerme el lóbulo de la oreja.
-Las mías también…
-Entonces, ¿qué pasó ayer? – susurró de nuevo.
-Que estaba algo cansado
-Hay cosas que cansan menos que otras… - continuó ella.
-¿Cómo qué? – le seguí el rollo.

Me estaba empezando a calentar poco a poco. Ella soltó las piernas de mi cintura y se volvió a enganchar a mi cuello pero ahora desde atrás. Noté su mano en mi polla por primera vez y como apretaba un poco mientras volvía a morderme el lóbulo de la oreja y a susurrarme.

-Como que me comas el coño – dijo con una carga morbosa tal que hizo que se me pusiera dura casi instantáneamente.
-Oooyyy…veo que se te ha ido el cansancio de repente – exclamó. Empezó a pajearme muy lentamente.
-Eres muy mala…
-Y yo se que te gusta que sea mala… - no dejaba de pajearme despacio bajo el agua.
-Te estás mereciendo…
-¿El qué, me vas a dar unos azotes? – me interrumpió.

A Lore no le gustaban los azotes durante el sexo, al contrario que a Sonia que se pone cachondísima cuando a veces la pongo sobre mis rodillas y le doy unos cuantos en medio de nuestros juegos, o cuando se los doy estando a cuatro patas.

-Pues igual te mereces alguno…
-Sabes que no me gustan mucho…pero esta noche quiero que me azotes…mmmm…me estoy poniendo algo cachonda también jijiji.

Ahí ya casi estábamos empezando a reírnos de nuevo pero la excitación mía iba en aumento. Ella se volvió a poner delante, me soltó la polla y me miró toda cachonda

-Deja de hablar y bésame - soltó

La miré a los ojos, le cogí la carita con ambas manos y la besé. Fue un beso corto pero intenso. Luego se separó de mí ligeramente flotando en el agua.

-Vamos arriba – dijo
-¿Ya? ¿Tan pronto? – exclamé - ¿Dónde están estos?

Durante todo ese tiempo ni nos fijamos en donde estaban los demás ni que estaban haciendo. Habíamos estado tan absortos en lo nuestro que ni nos habíamos dado cuenta, y ellos tampoco nos dijeron nada.

-Están entrando ahora por la puerta – dijo ella que tenía mejor visual en ese momento.

Me acerqué de nuevo flotando hacia ella.

-Me has puesto muy cachondo, que lo sepas – le dije.
-Jijiji… de eso se trata… me encanta poneros cachondos – respondió esbozando su clásica sonrisa.
-¿Qué quieres que hagamos? – pregunté esperando otra respuesta, como si salir del agua, quedarnos, subir arriba o lo que fuera.
-¡Follar! jajajajaja – se descojonó.

***continuará***
 
Se viene un fin de semana increíble con la llegada de Isa.
El quinteto junto de nuevo!!!!
 
Muy bueno y ahora que llegó Isa mucho mejor, me imagino que mal no lo van a pasar, gracias JiuYacman por esta nueva entrega, no fallas en tu relato. (y)(y)(y)
 
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