David777
Miembro muy activo
- Desde
- 23 Jun 2023
- Mensajes
- 322
- Reputación
- 2,460
Dentro de la disco la música dance atronaba con fuerza. Nos situamos en el borde la de barra de bar y girados hacia la pista central nos dedicamos a observar la fauna de jóvenes bailando desinhibidos al viejo ritmo de Prince. Julia no quería bailar, pero sus caderas empezaron a moverse poco a poco. Y después el resto del cuerpo.
- Me encanta esta música. No sabía que los locales tan de moda ponían música tan pasada de moda. Vaya contradicción, ja, ja.
Al cabo de unos minutos, un chico mulato con un gin-tonic en la mano que bailaba a nuestro lado se fijó en Julia. Moviéndose al ritmo de la música se había acercado tanto a ella que estaba ya rozando su espalda. Lentamente los sinuosos movimientos de ambos se fueron acoplando y juntándose más. Nuestro nuevo amigo le estaba dando un buen repaso al culo de Julia con su paquete, que noté que empezaba a crecer en tamaño. Julia, a pesar del alcohol ingerido y su falta de experiencia en estos entornos, se daba perfecta cuenta y me miraba pidiendo ayuda, aunque sus ojos reflejaban una renacida lujuria que me hechizaba. Julia no quería estar allí, pero era evidente que se estaba excitando con la refriega que le estaba proporcionado el chico desconocido.
Decidí salvarla de sí misma y acudí en su ayuda. Dejé mi bebida sobre la barra y tomé su brazo para acercarla a mí mientras miraba al mulato con una sonrisa amable a modo de disculpa por quitarle el objeto de su deseo.
- Es que estás arrebatadora, Julia. Ya te lo dije – le susurré al oído mientras acariciaba el brazo que acababa de tomarle.
- Me encanta esta música. No sabía que los locales tan de moda ponían música tan pasada de moda. Vaya contradicción, ja, ja.
Al cabo de unos minutos, un chico mulato con un gin-tonic en la mano que bailaba a nuestro lado se fijó en Julia. Moviéndose al ritmo de la música se había acercado tanto a ella que estaba ya rozando su espalda. Lentamente los sinuosos movimientos de ambos se fueron acoplando y juntándose más. Nuestro nuevo amigo le estaba dando un buen repaso al culo de Julia con su paquete, que noté que empezaba a crecer en tamaño. Julia, a pesar del alcohol ingerido y su falta de experiencia en estos entornos, se daba perfecta cuenta y me miraba pidiendo ayuda, aunque sus ojos reflejaban una renacida lujuria que me hechizaba. Julia no quería estar allí, pero era evidente que se estaba excitando con la refriega que le estaba proporcionado el chico desconocido.
Decidí salvarla de sí misma y acudí en su ayuda. Dejé mi bebida sobre la barra y tomé su brazo para acercarla a mí mientras miraba al mulato con una sonrisa amable a modo de disculpa por quitarle el objeto de su deseo.
- Es que estás arrebatadora, Julia. Ya te lo dije – le susurré al oído mientras acariciaba el brazo que acababa de tomarle.