Raquel

(Dejamos el relato cuando Raquel terminó de contar lo que había pasado entre ella y Alberto mientras Pepe y yo estábamos en la cocina, y cómo llegó a entregarse a recibir una increíble follada de boca).

Pepe y yo alucinamos viendo el pollón de Alberto taladrando la boca y la garganta de Raquel, que tenía la cara llena de babas y que no dejaba de correrse gracias a la masturbación que Alberto le estaba dedicando al mismo tiempo.

Como contó Raquel, nosotros nunca habíamos hecho garganta profunda. Yo siempre me imaginé haciéndola con cada una de mis parejas, y a ninguna le hice algo más allá de sujetarle la cabeza unos segundos y penetrar su boca intensamente.

Pero lo que es una garganta profunda como Dios manda, jamás. Asi que ver así a Raquel me puso más cachondo de lo que estaba si cabe, y a Pepe no digamos, tanto es así que no tardó en quitarse los calzoncillos y decir:

- Me da igual correrme enseguida, pero yo me la tengo que follar así.

Dicho lo cual, subió a la cama, puso las piernas de Raquel sobre sus hombros y comenzó a follársela como nunca lo había hecho, empotrándola, lo que hacía que la polla de Alberto atravesara más aún su garganta.

Pepe no pudo aguantar mucho, y pocos minutos después anunció que se corría y es lo que hizo dentro del coño, al tiempo que Alberto descargaba su leche en la garganta de Raquel, leche que le desbordó la boca y que se juntó con el sudor y las babas que pintaban su cara.

Cuando los dos hombres abandonaron el cuerpo de Raquel, la ayudaron a incorporarse. Su cara era todo un poema. Babas, sudor, lefa... Pero estaba feliz, radiante, hasta el punto de recoger con un dedo la leche que tenía en la cara y lamérselo después.

Comentamos, nos reímos, descansamos, y yo acompañé a Raquel a la ducha mientras Pepe y Alberto iban al salón. Nos besamos antes de que se limpiara, me encantaba su olor y su sabor, el de la leche de Alberto, y a ella le gustó que yo la probase y, aun agotada, tuvimos tiempo de echar un rápido pero increíble polvo en la ducha.

Fuimos al salón, y allí terminó la tarde entre risas, algún que otro magreo y la promesa de repetir una tarde así lo antes posible. Y eso sucedió algunas semanas después.
 
Es increiblemente morbosa¡ que foetuna tener a alguien asi al lado¡
 
En grande era el agasajo de Raquel, se ve muy interesante el relato y quién sabe hasta donde va a poder llegar.
 
(Con más retraso de lo que nos hubiera gustado, continuamos.)

Tras el extraordinario primer encuentro con Pepe y Alberto, pasaron varias semanas (puentes de Noviembre de por medio) hasta que volvimos a repetir con ellos.

Podríamos entrar en detalles, pero este encuentro y otro posterior que tuvimos antes del puente de diciembre no fueron muy distintos al primero: mucha doble penetración, folladas de boca, corridas en culo/boca/coño...

La novedad en todo este tiempo es que entre el segundo y el tercer encuentro y también después de este último, Alberto me escribió vía WhatsApp para hablarme de lo afortunado que era yo al tener una mujer como Raquel y añadir que le encantaría tener un encuentro con ella a solas o con otro amigo suyo en su casa.

Yo le pregunté qué diferencia habría entre quedar con él y su amigo y hacerlo con él y Pepe como lo veníamos haciendo.

Alberto me dijo que su amigo, de nombre Julio, era distinto a Pepe. Tanto física como sobre todo sexualmente. Quise que profundizara (en parte por saber qué esperar y en parte por morbo).

Alberto me explicó que Julio era muy muy dominante. Muy cañero. Que le gustaba follar duro, muy duro, tanto boca como coño y culo. Y que además tenía un señor pollón, como el suyo (quizás algo más corto) pero bastante más gordo. Hablando de gordura, también añadió que Julio era de composición gruesa, tipo osazo: gordo, con barba y bastante vello corporal.

Dicho todo esto, yo tenía un calentón increíble, pues según Alberto más cosas me contaba de Julio, más cachondo me ponía yo imaginando a Raquel con ellos.

Quedamos en que yo le hablaría a Raquel de esta posibilidad (la de quedar con él y su amigo) sin mencionar todos los detalles que Alberto me había dado, para que si finalmente quedábamos todo fuese inesperado.

Raquel y yo volvimos a quedar con Pepe una tarde, que fue tan morbosa como siempre, y al regresar a casa le conté, sin entrar en detalles, la propuesta de Alberto (que esa tarde no había podido acompañarnos por razones familiares).

Raquel no dudó en aceptar, pues disfrutaba tanto con Alberto que dijo que quedar con él y otro amigo solo podía terminar bien.

Pasaron las Navidades, y en la segunda semana de enero concreté el encuentro con Alberto y su amigo. Alberto se puso loco de contento, y me dijo que no me preocupase, que aunque iban a dar mucha caña a Raquel, iba a estar bien cuidada y respetada en todo momento.

Y así llegó el sábado 15 de enero de 2022. Quedamos en casa de Alberto a las 17 horas.
Alberto vive en el barrio de Moratalaz, concretamente en el Camino de Vinateros, una larga avenida. Más o menos a mitad de la misma a la derecha aparcamos, y llegamos al bloque de viviendas de Alberto en dos minutos. Es un edificio antiguo pero bien conservado, y tras avisar que ya habíamos llegado nos abrió el portal y subimos andando (no hay ascensor) a su vivienda, situada en la tercera planta.

Huelga decir que, a pesar de ser enero y del frío que hacía, Raquel iba sin bragas y sin sujetador. Eso sí, llevaba un vestido largo y leotardos calentitos, pero nada debajo de todo ello.

La puerta estaba entreabierta, y accedimos a un pequeño recibidor junto al cual estaba el salón, de forma cuadrada pero también de pequeñas dimensiones. Entramos en él y Alberto se acercó a saludarnos, al tiempo que nos presentaba a Julio, sentado en el único sofá que había. Efectivamente, era tal y como Alberto lo había descrito, incluso más: gordo, fuerte, con mucha barba gris, pelo corto, y los brazos peludos. Vestía pantalón vaquero y camiseta de manga corta (Alberto tenía la calefaccion a muy buena temperatura) y cuando se levantó a dar dos besos a Raquel, era como dos veces ella, lo cual me impresionó.

Alberto nos ofreció un café, que aceptamos, y yo me senté en un silla mientras Raquel se sentó entre él y Julio en el sofá. Parecía una liliputiense entre esos dos hombretones, pero se la notaba tranquila e incluso ya excitada. Terminado el café, Alberto no tardó en empezar a acariciar las piernas de Raquel y le preguntó si venía como siempre. Ella sonrió y le dijo que por supuesto que sí.

Julio no entendía de qué hablaban (porque Alberto no le había adelantado casi nada de ella) y Alberto le pidió a Raquel que se lo mostrase.

Ella se levantó del sofá y puesta de pie delante de ellos, se levantó el vestido y se bajó los leotardos, mostrando su coño rasurado y ya mojado a Alberto y a Julio, quien alucinando dijo:

- Joder, qué sorpresón. Y qué belleza.
- Pues Raquel siempre viene así a los encuentros, dijo Alberto levantándose.

Se puso detrás de Raquel y cogiéndola por las tetas, que ya tenía los pezones durísimos, añadió:

- Y también sin sujetador, y estos pezones duros no pueden ser del frío.

Todos rieron, y mientras Alberto y Raquel comenzaban a morrearse, Julio, sentado aún, atrajo hacia sí a Raquel y le quitó los zapatos y los calentadores mientras Alberto hacia lo propio con el vestido, dejando a Raquel completamente desnuda.

Mientras Alberto apretaba los pezones de Raquel sin dejar de morrearla, Julio, siempre sin levantarse, abrió las piernas de Raquel y comenzó a comerle el coño. No sé qué hizo y cómo lo hizo, pero fue darle una pasada y Raquel empaparle la cara.

Julio se apartó ligeramente para relamerse y, con una cara de vicio sin igual, se lanzó como un poseso a devorar el coño de Raquel, quien no puedo evitar correrse varias veces espasmódicamente, sobre todo cuando Julio penetró a la vez su coño con sus dedos gordos como morcillas al tiempo que Alberto le retorcía los pezones.

Tras varias corridas continuadas, Julio se incorporó y sustituyó a Alberto tanto en el morreo como en el trabajo de pezones, que también lamió, chupó y mordió mientras Alberto se desnudaba.

(Como lo que queda por contar de ese día aún es bastante, dejamos el relato aquí para seguir mañana o el martes a más tardar).
 
Que gozada de mujer¡ morboso inicio, me da que vamos a tener un gran encuentro de sexo duro y sucio. Esperando ya la continuacion¡
 

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