Continúo.
Tal y como era de preveer, tras esa primera noche de sexo increíble, todo lo que vino a continuación no desmereció lo vivido en ese primer encuentro.
El sexo con Raquel resultó intenso, morboso y vicioso siempre. No tardaron en llegar la eyaculación en su boca tragándoselo todo (algo que vino sin yo pedírselo, fue ella quien me hizo llegar hasta el final sin retirarse, y desde ese dia lo repetía a menudo), el sexo anal (que ella no había probado pero que le apetecía mucho y que ha terminado por ser una de sus prácticas preferidas), o los encuentros morbosos en lugares públicos (aseos, probadores, cines...).
Incluso, Raquel empezó a jugar en momentos muy puntuales en/con mi culo, primero utilizando su lengua y en ocasiones también uno o dos dedos. Ella desconocía mi lado bisexual (yo había tenido encuentros con parejas tanto heteros como con otras donde él era bisex), así que yo disfrutaba muchísimo con esos juegos y ella se divertía sometiendo mi culo a su manera.
Durante nuestros diversos juegos, en alguna ocasión de mucho desenfreno le llegué a decir cosas como:
- Te imaginas que ahora tuvieras otra polla que pudieras mamar mientras yo te follo? O que te follara mientras yo te doy de mamar?
Ella a veces negaba, a veces se reía y a veces parecía recibir ese mensaje con interés.
Llegó la pandemia y lo paró todo. Bueno, nuestro deseo no se detuvo, pero lo de mencionar a una tercera persona lo dejé apartado dada la imposibilidad de hacer realidad esta situación.
Pero, como digo, nosotros continuamos inventando, innovando, probando, recreando... Todo nos parecía poco, y dado que por suerte o por desgracia el confinamiento nos tuvo en casa tanto tiempo, ese tiempo lo aprovechamos al máximo.
La pandemia empezó a remitir, volvimos a empezar a poder salir de nuevo, y nosotros volvimos a jugar dentro y fuera de casa.
Pasaron los meses. Y llegó el mes de mayo de 2021.
Con la situación algo más estable, yo volví a imaginarme a Raquel siendo protagonista de un trio.
(Debo hacer un inciso para contar que yo tenía experiencia en tríos con otras parejas pero que jamás había hecho trío alguno con ninguna de mis anteriores parejas. Pero en esta ocasión, imaginaba a Raquel haciéndolo y la imaginaba no solo disfrutando sino gozando al máximo, de ahí que volviera a pensar en ella como protagonista de un trío.).
Y la imaginación dio paso a volver a mencionárselo en pleno éxtasis la noche de su cumpleaños.
Ella no dijo nada en ese momento, pero después del sexo y mientras nos tomábamos un respiro, Raquel me preguntó:
- De verdad te gustaría verme con otro hombre?
- Lo que me gustaría es que sintieras el placer de tener dos pollas para ti sola, cuatro manos acariciándote, dos bocas devorándote...
- Ya lo has hecho antes?, preguntó Raquel.
- Sí, he hecho tríos con otras parejas, nunca con mis ex.
- Y por qué ellas no y yo sí?
- Porque estoy absolutamente convencido que si te dejas llevar por mí y confías en mí como sé que lo haces, vas a disfrutar como nunca.
- Ya disfruto ahora como nunca.
- Pues imagina ese placer multiplicado por dos, respondí yo.
- Ya, pero... Imagina que por un momento acepto. Faltaría esa tercera persona.
- Bueno, tengo un candidato. Él no sabe nada, por supuesto, pero sé que, llegado el caso, sería muy de tu agrado.
- Ah, sí?, preguntó Raquel ya con mucha curiosidad. Quién es?
Para abreviar el relato (a Raquel le di toda clase de detalles), le conté que mi candidato se llamaba Pepe. Que tenía 60 años y que era un hombre extraordinariamente educado, cortés, formal, y bien dotado. Al que yo había conocido junto a su mujer, Charo, con quienes tuve una relación de amistad y sexo muy íntima y muy morbosa hasta que ellos se separaron.
Y añadí que Pepe y yo habíamos acordado que si él volvía a tener pareja o la tenía yo y alguna de nuestras respectivas parejas estabas dispuesta a probar un trio, contaríamos el uno con el otro.
Raquel escuchó casi sin pestañear ni perder detalle. Y al quedarme en silencio, se limitó a comerme la boca y a querer follarme salvajemente.
Yo no sabía muy bien qué significaba eso, pero no tardé en averiguarlo.