Raquel

JuanPablo

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Buenos días.

Mi nombre es Pablo. Tengo 46 años y soy de Madrid.

La mujer que aparece en la foto de mi perfil es Raquel, mi mujer. Tiene 44 años.

Esta es la única foto que voy a poder mostrar de ella a lo largo del relato (o de la sucesión de relatos) que intentaré empezar en breve. La foto la he puesto con su consentimiento, consentimiento que también me ha dado Raquel para adjuntar la foto en este primer post.

Lo que deseo relatar con el mayor detalle posible es cómo Raquel y yo pasamos de ser una pareja morbosa pero convencional sexualmente hablando a convertirnos en una pareja entregada a todos los placeres posibles. Mejor dicho, a convertir a Raquel en una mujer sexualmente entregada al sexo más morboso y vicioso posible.

Como digo, intentaré comenzar esta historia a la mayor brevedad posible.

Mientras tanto, espero os guste su foto.

Feliz día.
Pablo.
 
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Esta es Raquel.
 

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  • IMG_20230629_122036.jpg
Esa foto es del hotel tower?? Bonita foto pero por supuesto bonito cuerpo el de ella
 
joder que folladon tiene... yo tambien soy de Madrid
 
Buenas tardes.

Procuraré ir contando, sin demorar mucho, el relato de todo lo que nos ha ocurrido en los últimos tiempos.

Raquel y yo nos conocimos hace 10 años en un evento organizado por amigos comunes. Enseguida congeniamos (con ella todo es muy fácil, porque es extraordinariamente sociable), pero nada más pasó aparte de unas risas dado que ella por entonces estaba casada.

La vida nos volvió a cruzar en septiembre de 2017 en curso de informática. Ambos nos acordábamos el uno del otro y enseguida volvimos a congeniar (además el grupo del curso era estupendo y todo era mucho más fácil).

Los días del curso (casi tres meses) fueron pasando y la cercanía entre ambos era tal que finalmente me confesó que se había separado de su marido un año atrás. Yo no vi oportunidad ninguna, pues de primeras yo no quería tener una relación estable con nadie y era tal mi respeto por Raquel que ni siquiera quería intentar acostarme con ella.

El curso acabó pero seguimos en contacto. Llegó la Navidad y una tarde quedamos para tomar algo. Y esa tarde terminó cogidos de la mano, con Raquel acompañándome a casa y tomando ella la iniciativa para darme un beso de los que no se olvidan.

Y ese fue el comienzo de todo lo que vino a continuación que intentaré seguir contando lo más pronto posible.

(Ah, efectivamente la foto es del Hotel Tower, donde tuvimos un encuentro que ya relataré cuando llegue el momento).
 
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(Ah, efectivamente la foto es del Hotel Tower, donde tuvimos un encuentro que ya relataré cuando llegue el momento).
Bonitas vistas, ahí estuve yo con mi ex, terminamos follando en el jacuzzi y poniéndola contra la ventana metiéndose la desde atrás, luces encendidas y viendo esas vistas. Ni idea si alguien te puede ver desde algún edificio cercano 😅
 
Bonitas vistas, ahí estuve yo con mi ex, terminamos follando en el jacuzzi y poniéndola contra la ventana metiéndose la desde atrás, luces encendidas y viendo esas vistas. Ni idea si alguien te puede ver desde algún edificio cercano 😅
Esa foto fue una media hora después de que se la follaran tres hombres.

Ese cristal quedó con muchas marcas de todo tipo. Y espero y deseo que alguien lo estuviera viendo y disfrutando. 😉

(Pero todo esto lo contaré cuando llegue el momento, cronológicamente hablando).
 
Si Raquel y yo ya congeniábamos como amigos, como pareja no nos quedamos atrás.

Y eso se notó desde el primer encuentro sexual.

Ambos queríamos que fuese especial, y Raquel (que era y es extraordinariamente detallista), me citó una noche de principios de enero en su vivienda (en la que había convivido con su ex), un chalet a las afueras de Madrid.

Desde que entré todo fue muy muy sensual. Raquel habia vestido el salón con decenas de velas, había encendido incienso y también había encendido la chimenea.

Además, había preparado una cena de picoteo ligero regada con vino.

Pero lo que más me sorprendió y me dejó sin palabras es que había instalado un enorme colchón de agua junto a la chimenea.

Sin dar mucho más rodeos, puedo decir que fue una noche de descubrimientos. Raquel descubrió que era multiorgásmica. En realidad ya lo sabía, pero hasta esa noche no descubrió hasta qué punto lo era, pues yo tengo la enorme suerte de aguantar mucho (hasta horas) sin eyacular, lo que hizo que consiguiera que Raquel se corriera más de una decena de veces.

El segundo descubrimiento para ella (y también para mí, porque no había visto nunca nada semejante) fue que en una de esas corridas lo empapó todo. Cuando digo empapar, digo mojar a lo bestia. Una corrida que parecía una meada.
Ella se avergonzó al instante, porque nunca le había pasado. Pero yo le hice ver lo increíble de lo sucedido, que era genial que se pudiera llegar a correr tantas veces e incluso de ese modo.

Y el tercero de los descubrimientos, esta vez para mí, fue conocer que por problemas ginecólogos pasados, Raquel no podía quedarse embarazada, con lo que podíamos tener sexo sin protección.

Todo esto hizo que el encuentro de esa noche fuese increíble. Más aún cuando me mostró lo increíbles que eran sus mamadas, lo mucho que le gustaba tanto cabalgar como ser montada y lo que disfrutaba con el sexo no solo en el colchón y en la cama, sino también en la ducha, en la cocina...

Y esto fue el principio de lo que estaría por llegar.
 
Por lo que cuentas, tu mujer es una llave abierta al momento de correrse, me imagino como será cuando folla con más tipos.
 
Continúo.

Tal y como era de preveer, tras esa primera noche de sexo increíble, todo lo que vino a continuación no desmereció lo vivido en ese primer encuentro.

El sexo con Raquel resultó intenso, morboso y vicioso siempre. No tardaron en llegar la eyaculación en su boca tragándoselo todo (algo que vino sin yo pedírselo, fue ella quien me hizo llegar hasta el final sin retirarse, y desde ese dia lo repetía a menudo), el sexo anal (que ella no había probado pero que le apetecía mucho y que ha terminado por ser una de sus prácticas preferidas), o los encuentros morbosos en lugares públicos (aseos, probadores, cines...).

Incluso, Raquel empezó a jugar en momentos muy puntuales en/con mi culo, primero utilizando su lengua y en ocasiones también uno o dos dedos. Ella desconocía mi lado bisexual (yo había tenido encuentros con parejas tanto heteros como con otras donde él era bisex), así que yo disfrutaba muchísimo con esos juegos y ella se divertía sometiendo mi culo a su manera.

Durante nuestros diversos juegos, en alguna ocasión de mucho desenfreno le llegué a decir cosas como:

- Te imaginas que ahora tuvieras otra polla que pudieras mamar mientras yo te follo? O que te follara mientras yo te doy de mamar?

Ella a veces negaba, a veces se reía y a veces parecía recibir ese mensaje con interés.

Llegó la pandemia y lo paró todo. Bueno, nuestro deseo no se detuvo, pero lo de mencionar a una tercera persona lo dejé apartado dada la imposibilidad de hacer realidad esta situación.

Pero, como digo, nosotros continuamos inventando, innovando, probando, recreando... Todo nos parecía poco, y dado que por suerte o por desgracia el confinamiento nos tuvo en casa tanto tiempo, ese tiempo lo aprovechamos al máximo.

La pandemia empezó a remitir, volvimos a empezar a poder salir de nuevo, y nosotros volvimos a jugar dentro y fuera de casa.

Pasaron los meses. Y llegó el mes de mayo de 2021.

Con la situación algo más estable, yo volví a imaginarme a Raquel siendo protagonista de un trio.

(Debo hacer un inciso para contar que yo tenía experiencia en tríos con otras parejas pero que jamás había hecho trío alguno con ninguna de mis anteriores parejas. Pero en esta ocasión, imaginaba a Raquel haciéndolo y la imaginaba no solo disfrutando sino gozando al máximo, de ahí que volviera a pensar en ella como protagonista de un trío.).

Y la imaginación dio paso a volver a mencionárselo en pleno éxtasis la noche de su cumpleaños.

Ella no dijo nada en ese momento, pero después del sexo y mientras nos tomábamos un respiro, Raquel me preguntó:

- De verdad te gustaría verme con otro hombre?
- Lo que me gustaría es que sintieras el placer de tener dos pollas para ti sola, cuatro manos acariciándote, dos bocas devorándote...
- Ya lo has hecho antes?, preguntó Raquel.
- Sí, he hecho tríos con otras parejas, nunca con mis ex.
- Y por qué ellas no y yo sí?
- Porque estoy absolutamente convencido que si te dejas llevar por mí y confías en mí como sé que lo haces, vas a disfrutar como nunca.
- Ya disfruto ahora como nunca.
- Pues imagina ese placer multiplicado por dos, respondí yo.
- Ya, pero... Imagina que por un momento acepto. Faltaría esa tercera persona.
- Bueno, tengo un candidato. Él no sabe nada, por supuesto, pero sé que, llegado el caso, sería muy de tu agrado.
- Ah, sí?, preguntó Raquel ya con mucha curiosidad. Quién es?

Para abreviar el relato (a Raquel le di toda clase de detalles), le conté que mi candidato se llamaba Pepe. Que tenía 60 años y que era un hombre extraordinariamente educado, cortés, formal, y bien dotado. Al que yo había conocido junto a su mujer, Charo, con quienes tuve una relación de amistad y sexo muy íntima y muy morbosa hasta que ellos se separaron.

Y añadí que Pepe y yo habíamos acordado que si él volvía a tener pareja o la tenía yo y alguna de nuestras respectivas parejas estabas dispuesta a probar un trio, contaríamos el uno con el otro.

Raquel escuchó casi sin pestañear ni perder detalle. Y al quedarme en silencio, se limitó a comerme la boca y a querer follarme salvajemente.

Yo no sabía muy bien qué significaba eso, pero no tardé en averiguarlo.
 
De que se suelta, se suelta y el trío va de todas maneras.
 
Continúo.

Tras esa noche en la que ninguno volvió a mencionar a una tercera persona, las noches posteriores seguíamos disfrutando como de costumbre. Yo había decidido no volver a mencionar el tema del trío, pues ya estaba todo hablado y no era cuestión de forzar nada.

Hasta que, unos 10 días después, y mientras Raquel me cabalgaba con furia, dijo entre gemidos:

- Ya no me vas a decir nada de lo de tener otra polla en la boca, cabronazo?

Yo me quedé sorprendido y, sin dejar de sentirla encima de mí, cogí el guante y respondí:

- Así que ahora te gustaría tenerla?
- Uf, pues no te diría yo que no, respondió Raquel.
- Ah, sí? Pues ya te dije que seguro que te gustaría mucho.
- Joder, es que me la estoy imaginando ahora en la boca y me estoy poniendo más cardiaca de lo que ya estoy si cabe, dijo Raquel.
- Umm, qué bueno es saberlo, contesté yo.

Y aproveché para besarla con desenfreno y ser yo quien pasara de ser follado a ser follador, hasta que me corrí dentro de ella al tiempo que ella me empapaba con su corrida.

Tras recuperar el aliento, no pude sino volver a sacar el tema de la tercera persona. Raquel me confesó que había pensado mucho en ello esos días y que cada vez que lo pensaba o imaginaba se ponía cachondísima.

Así que mi pregunta era clara:

- Quieres probarlo?
- Sí, de tu mano sé que nada puede salir mal. Y que si sale o no me gusta no insistirás con ello.
- Bien sabes que no haremos nada que no desees.
- Pues adelante, respondió Raquel.

Y ahí empezó todo.
 
Continúo.

Una vez tomada la decisión de querer probar un trío o, al menos, de querer conocer a Pepe, al día siguiente me puse en contacto con él.

Seguía soltero, sin pareja, con alguna que otra follamiga pero sin la confianza suficiente con ellas para proponerles juegos a tres. Cuando le hablé de Raquel y de nuestra decisión se alegró mucho, y convenimos citarnos el siguiente sábado en el mismo lugar donde le conocí yo a él (en nuestra primera toma de contacto para saber si yo sería buen candidato para estar con él y con su ex, Charo, como así fue).

De este modo, nos citamos a las 18 horas del siguiente sábado en uno de los antiguos (porque ahora ya está cerrado) bares situados en la planta superior del Centro Comercial Alcalá Norte, en Madrid.

Eso sí, yo le dije a Pepe que de momento nuestra parte (la suya y la mía) bisexual debía quedar oculta porque Raquel no sabía nada. Y lo único que añadí fue el detalle del sexo sin protección. Por lo demás, le hice saber que estábamos dispuestos a pasarlo muy bien, siempre desde el respeto que había predominado cuando yo tenía relaciones con él y con Charo.

Con todo preparado, esa noche se lo hice saber a Raquel, que se emocionó y encendió mucho con la idea.

Y así llegamos al sábado.
 
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