Compañeros

Bueno, como habréis visto, he optado por un "día de la marmota", es decir, he repetido el mismo día del primer capítulo pero, esta vez, desde el punto de vista de Silvia.

Espero que no haya sido una decisión mala, que no os parezca aburrido, pero pensé que estaría bien para que conozcáis mejor a los personajes principales.
Engancha. Y mucho!
 
Y se acabó el día de la marmota ¿Qué opináis sobre tener 4 capítulos contando casi lo mismo pero desde varios puntos de vista? ¿Se ha hecho pesado? ¿Hubiera sido mejor haberlo tratado como uno de mis capítulos normales donde voy intercalando los puntos de vista de los personajes?

Me ha parecido estupendo conocer a los personajes, porque así podemos intentar adivinar como actuará cada uno en la situaciones que ocurran a partir de ahora. Aún no he elegido mi personaje preferido, pero si al que creo que va a ser la mala de la historia: Carmen.
 

5​

Día siguiente. Martes 9:30
Carlos


Levanté la cabeza al escuchar llamar a mi puerta. Vi a Cris y Héctor. Ella dijo:

- Carlos ¿Estás ocupado?

- Pasad, pasad

Vi que traían con ellos los contratos. Se sentaron y me hicieron un par de preguntas sobre el contrato. Se las respondí y ambos me dieron los contratos firmados. Asentí sonriendo. Cris preguntó:

- ¿Cuándo mmmm cuándo será mmmm efectivo?

- Pues seguramente se tramitará hoy mismo y mañana estaréis dados de alta

- Ah, genial

Los dos sonreían ampliamente. Llamé a Silvia y cuando vino, le dije:

- Parece que los dos han picado y van a ser nuestros nuevos esclavos

- Que bien, al fin podré rascarme la barriga

Y todos nos reímos. Entonces, poniéndome serio, les dije:

- Silvia ha tenido una idea

- Una buena idea

- Sí, una buena idea

- Como siempre son mis ideas

- Me encanta tu humildad

- Es que es la verdad, jefe

Y me sacó la lengua. Cris reía y Héctor nos miraba sorprendido, no se acostumbraba a nuestras bromas. Continué:

- Bueno, como iba diciendo antes de que la persona más humilde del mundo me interrumpiera

- Que tonto eres

- Pues eso, que ya sabéis que Silvia hace de todo, se encarga del cacharreo, impresoras, portátiles,… y de los programas que tenemos y también de los servidores

- Soy chica para todo

- Y eso no puede ser, no se centra en nada. Por eso, ha pensado que cada uno de vosotros se especialice en algo y que Silvia y yo nos quedamos como genéricos ¿Entendéis?

Los dos nos miraron sin comprender. Silvia dijo:

- Anda que te explicas como un libro cerrado, déjame a mí

- Todo tuyo

- Lo que quiere decir es que hemos observado que a ti, Héctor, se te da bien arreglar cacharros y programar, mientras que a ti, Cris, se te da bien la gestión de los servidores ¿No?

Los dos nos miraron sin decir nada. Silvia los miró:

- ¿Os gustan esas cosas a cada uno o estoy equivocada?

Cris habló:

- Bueno, no es que se me de bien la gestión de servidores, es que es lo que me ha enseñado Carlos

- ¿Y no te gusta?

- Sí

- ¿O prefieres programar?

- Mmmm, bueno, me gusta pero creo que lo de los servidores me gusta más

- Bien, pues eso decía ¿Y tú, Héctor, no dices nada?

Héctor se aclaró la garganta pero solo asintió. Silvia se quedó mirándolo y al final dijo:

- Sí, sí, me gusta lo que has dicho

- Bien, pues vamos a hacer lo siguiente, a Héctor lo voy a tutorizar yo, y a Cris Carlos

Entonces hablé:

- Cris, no será solo la gestión y revisión de servidores, será también la seguridad y auditorías

- Mmmmm, no sé nada de eso

- No te preocupes, te enseñaré

- Bien

Silvia dijo:

- Y a ti, Héctor, te enseñaré todos nuestros programas, no solo los dos que has visto, tenemos bastantes y serán tu responsabilidad

- Bi… bien

- Pues nada, era solo eso, no va a cambiar gran cosa, es solo que queremos que os centréis en esas cosas para que os especialicéis ¿Vale?

- Sí

Nos quedamos todos callados y entonces me fije en el reluciente móvil que tenía Cris en las piernas, boca abajo. Le había visto antes un viejo Motorola más pequeño. Le dije:

- Ese móvil es nuevo, Cris ¿Ya has empezado a invertir tu paga?

- ¿Qué? ¿Esto?

- Sí

- No, no es nuevo, es que perdí mi móvil y Héctor me ha vendido un móvil viejo que no usaba

- ¿Viejo?

Miré a Héctor que, angustiado, no sabía donde mirar. Me gustaban mucho los móviles y estaba al día, y sabía que ese móvil había salido al mercado hacía pocos meses. Pregunté:

- ¿Y por cuánto te lo ha vendido?

- Por 100€

Pensé que era una ganga total. Le pedí el móvil y lo revisé, estaba nuevo, ni una rozadura ni arañazo. Entonces Silvia dijo:

- Los hombres y los móviles, mira que os gustan los cacharritos, para mí son todos iguales

Cris rio y asintió pero dijo:

- A mí me viene genial porque sin móvil no se puede estar, y funciona muy bien, mucho mejor que mi otro móvil

Miré al angustiado Héctor y vi su móvil, un modelo de gama media del año pasado, mucho peor que el móvil de Cristina. Aquí pasaba algo pero no me iba a meter y lo dejé pasar. Le devolví el móvil y les dije:

- Os llamarán de administración para que deis algunos datos ¿Vale?

- Claro

- Bueno, venga, dejadme trabajar, que sois muy pesados

Silvia, haciéndose la ofendida, dijo:

- Pero si nos has llamado tú

- Por cierto, ¿Te quedas Silvia?

- Ves, eres tú el que no quiere trabajar jeje

Cuando se fueron los dos chicos, le indiqué a Silvia que cerrara la puerta y le pregunté:

- Ayer se me pasó preguntarte por… por lo tuyo ¿Todo bien?

- Sí, ayer empezamos

- ¿Y sin problemas con Antonio?

Silvia me había contado sobre su decisión de tener otro niño y como a Antonio no le había gustado la idea. Silvia suspiró y dijo:

- Bueno, ya sabes lo mucho que me costó convencerlo pero sí, está cooperando

Dijo sonriendo. Asentí. Ella continuó:

- En fin, es un tío, siempre tenéis ganas ¿No? O eso se supone

- Pero no es lo mismo el sexo por diversión que por procreación

- Ya, ya… él me lo dice, que me lo tomo como un trabajo, con mis plazos, fechas,… Pero es que hay días mejores, eso lo sabe

- Ya

- Pero protesta, puede foll…. Puede hacerlo dos veces al día y el tío protesta

Silvia bajo mucho la voz y dijo:

- Que ganas, ganas, yo tengo pocas, que acabo el día reventada, que no sabes lo que es mi vida con la niña y el padre, todo el día de acá para allá, que por la noche me siento en el sofá y me duermo, hace meses que no veo una serie

Asentí. Silvia suspiró de nuevo:

- Es que Gema nos ha salido muy… muy protestona, ya lo sabes, es… no sé la última vez que he dormido del tirón. Creo que debió ser antes del embarazo, seguro, y luego llevarla con mi madre, al parque, aguantar a las madres y los gritos, comprar, la comida… Estoy… estoy siempre muy cansada

- Lo sé

- Que Antonio trabaja mucho, lo sé, pero te digo que yo estaría más tranquila aquí por las tardes que yendo de un lado para otro con la niña, las compras, las madres…

Nos quedamos callados. Le había preguntado porque esa mañana le había visto mala cara. Le dije:

- Hoy te ha pasado algo ¿No?

- Hemos discutido. Cuando le he dicho de hacerlo, se ha negado, me ha dicho que lo trato solo como un banco de semen, será idiota, aunque al final lo ha hecho pero enfadado

No dije nada pero la conocía, sabía lo controladora que era. Ella volvió a suspirar y dijo:

- A ver, que sí, que quizás lo estoy presionando un poco pero es que la otra vez nos costó meses que me quedara embarazada, esta vez quiero que sea rápido. La otra vez no miraba ni cuando ovulaba ni nada, solo dejé de tomar la píldora y ya está, pero esta vez lo tengo todo controlado y quiero que…

- Silvia, no te agobies con esto

- No me agobio pero…

- Yo te noto agobiada

- Pero…

- ¿Has pensado en irte con tu marido a un hotelito un fin de semana? Y hacerlo sin horarios ni nada, solo por diversión

- ¿Y Gema?

- Se la dejas a tu madre

- No puedo, ya sabes como es Gema y mi madre está muy mal, no puede…

- A tu madre seguro que no le molesta un fin de semana

- Pero no puedo dejar a Gema tan pronto, yo… eso no está bien, ella es tan pequeña aún

- Ella ni se dará cuenta por un par de días

- No la conoces, si no para de llamarnos y…

La miré y ella se pasó la mano por la cara. Dijo:

- Jo, estaría genial, irnos Antonio y yo de fin de semana pero… ahora no puede ser

- ¿Cuándo?

- Cuando… no sé, cuando me quede embarazada

- Ya, seguro

- Sí ¿Por qué no?

- Porque dirás que mejor cuando nazca, y luego dirás que es muy pequeño para dejarlo solo y…

- Es que es la verdad

- Bueno, tú piénsalo, y no agobies a Antonio, a los tíos nos gusta el sexo pero no por obligación

- No es obligación, es… es por deber

- Lo mismo es para el caso, no lo agobies

- Es que no lo agobio, solo le digo cuando debe hacerlo

Meneé la cabeza, no la iba a convencer. Le dije:

- Bueno, no me meto, disculpa

- No, no, si me gusta hablarlo contigo, que no tengo a nadie con quien hablar de estas cosas

- Con las otras madres

- No, ni hablar, son… son unas chismosas

- Jeje

- Gracias por el consejo, lo pensaré

Hablamos de algunas cosas del trabajo y luego se fue. La conocía bien y sabía que no me iba a hacer caso y seguiría con su plan a rajatabla, así era ella.

Carmen
Había sido un día intenso en el trabajo, intenso no por complicado sino por tener que aguantar a la gorda de Patri, mi nueva jefa “qué tía más petarda y cansina” pensé mientras abría la puerta de casa y escuchaba las voces de los albañiles. Rápidamente apareció el encargado, ese baboso asqueroso, y me dijo que todo avanzaba bien. Me enseñó los avances y lo revisé con cuidado.

Vi a Santi en una habitación y le sonreí pero él solo ladeó la cabeza a modo de saludo. Me había pasado las reuniones con Patri pensando en él, en lo bueno que estaba y como follaba, de una forma salvaje y apasionada. Había estado todo el día deseando llegar a casa para verlo y decirle que volviera esa noche, solo pensarlo me entraban escalofríos. Seguí dando un repaso con el baboso y, en cuanto pude, volví donde Santi y me acerqué a él:

- Hola

Él me miró pero siguió trabajando. Me acerqué más y le pasé un dedo por su brazo desnudo mientras decía:

- Podrías pasarte luego

- No puedo

Me quedé sorprendida ¿Qué le pasaba? Anoche se lo había pasado de puta madre, estaba segura. Me acerqué más a él y le dije:

- Me da igual la hora

- He dicho que no puedo

Y se movió para alejarse de mí. Lo miré sin comprender. Entonces me dijo:

- Tengo novia

- Y a mí qué

- Pues que he quedado con ella

- Vale, ven después

- He dicho que no

Me pegué a él y le dije al oído:

- Tú ven a la hora que sea, no te vas a arrepentir

Y le lamí la oreja lentamente. Él se quedó muy quieto. Le restregué las tetas en el brazo mientras metía mi lengua en su oreja. Luego, me fui meneando el culo. Estaba segura que vendría.

Cuando se fueron todos me di un baño tranquilamente y luego cené algo mientras veía la tele y hablaba con mi hijo que llevaba dos semanas con su padre de vacaciones en Canarias y ese fin de semana volvían. A las 10 me puse lencería sexy, transparente y me maquillé. Luego, me eché en el sofá a esperarlo mientras veía la tele.

Silvia
Tras acostar a Gema, me senté en el sofá, cansada como siempre. Miré la tele, la serie que estaba viendo Antonio pero sabía que me iba a dormir. Entonces empecé a pensar en la conversación con Carlos ¿Por qué los tíos, siendo tan básicos, luego complicaban todo por minucias? “A Antonio le encanta el sexo, lo sé bien, y ahora que puede aprovechar todo lo que quiera, no para de quejarse y enfadarse” pensé. Según Carlos es porque lo estoy agobiando ¿Agobiando por querer follar? ¿En serio? Si debería estar saltando de contento al verme tan dispuesta.

Miré a Antonio de forma disimulada ¿Por qué se enfadaba por cualquier cosa? Discutíamos mucho “Es el cansancio, está claro, nos vendría genial eso de irnos solos a un hotel” pensé pero no podía, no podía dejar sola a Gema, era una niña especial que requería mucha atención, y yo no estaría nada tranquila.

Me eché sobre su hombro y él dijo:

- ¿Ya te vas a dormir?

- No

Pero sí, en esa postura me dormiría enseguida, lo sabía. Entonces él echó el brazo por encima mía y me abrazó. Ahora sí que me iba a dormir. De repente, me llegó un recuerdo que parecía de otra vida. Recordé la de veces que habíamos follado en ese sofá. Nos sentábamos, me abrazaba, me calentaba y follábamos, y “Ahora solo quiero dormir, a estas horas tengo la libido por los suelos” pensé tristemente. Hacia una eternidad que no follábamos de esa forma despreocupada pero muy calientes “¿Esto es lo que pasa al convertirnos en padres?”

Y recordé las quejas de Antonio, que solo lo usaba como banco de semen y que el sexo era rápido y al grano. Y era verdad, ayer por la mañana había tenido un poco de ganas, por la excitación del comienzo de nuestro objetivo, pero ayer noche y esta mañana me había preocupado solo de abrir las piernas y de que se corriera pronto. Incluso me había molestado un poco, no lubricaba bien y era molesto, y me había planteado comprar lubricante… “Lubricante para mi coño, joder, quien me lo iba a decir, con lo mojada que me he puesto siempre”.

Estuve a punto de decirle de irnos ya a la cama a echar el polvo y dormir pronto, pero me contuve, sabía como iba a sonar eso, me lo sonaba a mí misma. Entonces se me ocurrió algo, lo mismo conseguía excitarme. Alargué mi mano y le acaricié el paquete. Antonio dijo con voz sorprendida:

- ¿Qué haces?

- Nada

Seguí acariciándoselo y noté que se le ponía morcillona. Metí mi mano dentro y se la cogí “Al menos él sí se sigue excitando”. Se la saqué fuera y lo masturbé lentamente. Luego, me incliné y empecé a chupársela. Él gimió. Se la chupé un par de minutos y luego, me incorporé y me bajé el pantalón del pijama y las bragas. Me senté encima y me la metí despacio “mierda, estoy seca, pero ¿Qué me pasa?”. Me eché sobre él para ocultar mi cara de dolor y empecé a moverme despacio. Poco a poco su líquido fue lubricándome y me dolía menos. Me empecé a mover más rápidamente mientras lo besaba y sus manos me apretaban las tetas y el culo. Entonces le dije:

- No te corras así

- ¿Qué?

- Mejor encima mía

Entonces él me paró y me miró desconcertado. Dijo:

- ¿En serio, Silvia?

- ¿Qué?

- Ni así puedes parar de pensar en eso

- Pero es que ya sabes que es mejor estando tú encima, se queda dentro y hay más posibilidades de…

- Joder

Se levantó, me tumbó en el sofá, se puso encima y me folló rápidamente hasta correrse. Entonces se levantó y dijo:

- Tarea cumplida

Y se fue enfadado. Le dije:

- Pero cari, es solo que…

Y escuché cerrarse la puerta del cuarto de baño. “Joder, si solo le ha querido recordar eso”.

Carmen
A las 11 me empecé a poner nerviosa. A las 11:30 estaba insegura ¿No había sabido calentarlo bien? pero esperé. A las 12 me levanté enfadada y me fui al baño para quitarme el maquillaje y acostarme. Me quité la lencería y me miré al espejo ¿Estaba perdiendo atractivo?. Entonces escuché como llamaban a la puerta con varios golpes. Me puse una bata y fui a la puerta. Si era Santi se iba a enterar ese mamarracho. Al abrir lo vi en pose chulezca. sonriendo con suficiencia. Me calenté inmediatamente y tiré de él para meterlo en la casa mientras me lo comía a besos.

Lo llevé al dormitorio y le quité la camiseta mientras le lamía el cuerpo. Le dije:

- Te has hecho de rogar

- Te dije que tenía lío

- ¿Follarte a tu novia?

Me cogió del pelo y tiró de mí para pegarme a su cara diciéndome:

- A mi novia la dejas en paz

Me puso aún más caliente y quise picarlo más diciéndole:

- No sabe follar ¿Verdad?

- Cállate, puta

Y me empujó para tumbarme en la cama. Me reí y le dije:

- Seguro que no sabe chuparla

- Eres una zorra

- Mucho

Y me desabroché la bata y abrí mis piernas para que viera mi coño mientras le decía:

- Esto es lo que quieres ¿No?

Él me miró y vi como tenía la polla dura apretando sus vaqueros. Con un pie le acaricié el paquete y él dijo:

- No hemos follado pero me la ha chupado

- ¿Y se lo ha tragado?

- Siempre lo escupe

- ¿Quieres que yo me lo trague?

Con el otro pie recorrí hacia arriba su torso lentamente hasta llegar a su boca, y le metí los dedos en la boca. Él los chupó. Le dije:

- ¿Quieres que te la chupe como ayer y luego me trague tu leche?

Él asintió sin dejar de lamerme los dedos del pie. Sonreí y aparté mis pies de él. Me arrodillé mientras me quitaba la bata para quedarme totalmente desnuda y le bajé el pantalón y los calzoncillos. Su polla saltó, totalmente erecta. Se la cogí pensando que esa cría seguro que no tendría ni puta idea de lo que hacer con esa magnífica polla. Le pasé la lengua a lo largo de todo el tronco, lentamente, sin dejar de mirarlo.

Luego, me la metí en la boca, solo el glande, y con mucha lengua y saliva, se la lamí dentro de mi boca. Poco a poco, me fui metiendo más polla en la boca, gimiendo y haciendo ruidos de atragantamiento. El chico estaba a punto pero aún no había terminado con él.

Saqué su polla de mi boca, me incorporé un poco y la puse entre mis tetas. Escupí sobre su polla y lo masturbé con mis tetas. Lo miré y le pregunté:

- Te gustan mis tetas ¿No?

- Mmmmm ssssiiiii

- ¿Te gusta follarte mis tetas?

- Joderrrrr

Tenía al chico a 1000 y noté que estaba a punto de correrse entre mis tetas pero no, ese día no, quería su leche. Me la volví a meter en la boca y aumenté el ritmo de la mamada. No paré hasta notar los chorros de su leche, que retuve en mi boca. Cuando terminé, solté su polla y, mirándolo desde abajo, abrí la boca para que la viera llena de su leche y luego me la tragué. Volví a abrir la boca para que viera que ya no había leche.

Él me miraba atontado, con cara de salido pero atontado. Me incorporé y le dije al oído:

- A mí me puedes pedir todo lo que ella no quiere hacerte

Lo miré a los ojos, muy cerca, y le insistí:

- Todo

Entonces le besé, un beso guarro, con mucha lengua, con el sabor de su leche en mi boca. Luego, me aparté, me tumbé en la cama y abrí mis piernas. Él captó el mensaje y se echó sobre mi, chupándome las tetas y luego el coño. No sabía comer un coño en condiciones, era ansioso y no tenía ritmo. Tardé en correrme.

Se tumbó a mi lado y nos quedamos mirando el techo. Entonces dijo:

- Yoli… yo creo que ella no disfruta del sexo

Entendí que se refería a su novia. No dije nada:

- No... no sé si se corre

Lo miré, él seguía mirando al techo. Continuó:

- Cuando la follo, me pone una mano para que no se la meta mucho, creo que la tengo demasiado grande para ella

Ahí me reí y le dije:

- Nene, la tienes grande pero no tanto para que no quepa en un coño

- ¿Entonces?

- ¿Cuántos años tiene?

- 18

- ¿Y tú?

- Los mismos

Lo miré, no me había parecido tan joven. Pensaba que rondaría los 25 años. Le dije:

- Pero ella no es tu primera chica

- Noooo, pero yo sí soy su primer chico, la desvirgué hace unos meses

Nos quedamos callados. Entonces dijo:

- Con las chicas que he follado... ninguna disfrutaba tanto como tú

- Jajaja, la experiencia es un grado, y tu chica es muy joven, le faltan polvos

- ¿Siempre eres tan zorra?

- Siempre, el sexo está para disfrutar, no para andarse con tonterías y melindres, sé lo que quiero y lo tomo

Me incorporé y miré el reloj. Le dije:

- Mañana me levanto temprano así que si quieres follar será mejor que nos pongamos ya, que no puedo llegar tarde

Lo miré, seguía cachonda y quería follármelo bien, pero el chico ya se había corrido dos veces esa noche, no sabía si ya estaba repuesto. Le cogí la polla y lo besé. Noté como se endurecía en mi mano y sonreí, el chico daba la talla.​
 
Gracias, en primer lugar, por tu esfuerzo en publicar. Como ya te han dicho, te echábamos de menos.
En cuanto a la organización, has conseguido plasmar las opiniones de los personajes, sus sentimientos y sus expectativas. Aunque, como lector, estoy deseando saber por dónde va la trama, no me parece mal que cada uno tenga su capítulo. O su medio capítulo, que el pobre Hector apenas se expresa.

Es que otro capítulo de repetición del día ya me parecía pasarse de la rosca ;)
 
Me da la sensación de que, en general, esta forma de presentar a los personajes que he utilizado en este relato no ha gustado demasiado. Me parece que la mayoría de los lectores prefieren que el relato avance e ir conociendo poco a poco a los protagonistas. ¿Y en qué me baso para esta "sensación"? Aquí la mayoría me habéis dicho que os ha parecido bien, pero en TR las valoraciones, sin ser malas, son más bajas que en mis otros dos relatos que publiqué ahí.

Bueno, ha sido un intento de hacer algo diferente, de todo se aprende :rolleyes:
 
A mí sí me ha gustado, la verdad. Así se ha conocido a los personajes del relato.
En cuanto al relato en sí, tengo la sensación que el matrimonio de Silvia y Antonio no va tan bien como parece. Me da la sensación de que esa forma de comportarse del marido puede ser porque le engaña con otra mujer
Veo más complicidad y buena relación entre Carlos y Silvia, que cada vez veo más claro que acaban juntos.
 
A mi me ha gustado, es un recurso muy de guionista, y suele funcionar bien si se usa bien, creo que tú lo has usado bien.

Cuando hablas de TR no sé si te refieres a las estrellitas de valoración o a los comentarios. De las estrellitas no te fíes, hay veces que entran lectores que suelen valorar y épocas en que los lectores leen y no valoran, es fluctuante. Y respecto a los comentarios, te recomendaría paciencia, pareces uno de esos directores que se asoman a la sala de proyección a ver cómo está reaccionando el público en cada escena, te va a dar algo. Yo lo entiendo, el esfuerzo, la intención, el cariño en cada capítulo, en cada párrafo, en cada palabra, pero no olvides que lo importante es que nadie abandone la sala antes del final, señal de que has atrapado la atención y el interés, y lo más importante es cómo salen de la sala tras el final de la película, en silencio o en una animada conversación.
Ya se, esto no es una película sino una serie televisiva y se espera la valoración de cada episodio, pero no creo que tu intención al escribir fuera cada episodio tuviese un impacto determinado sino que estos están al servicio del conjunto del relato, unos tendrán más impacto y otros menos, para mi lo importante es que juntos encajen bien y eso solo lo ves cuando tienes la visión general de todo el relato.

Me alegra que intentes probar cosas diferentes que crees que le pueden sentar bien a lo que nos quieres contar, te animo a seguir así, es uno de los atractivos de tus lecturas.

Sobre lo de las valoraciones, tienes razón, y normalmente solo veo en TR los comentarios, pero en este caso tenía interés por ver como se valoraba por los lectores estos primeros capítulos, por ser un poco un experimento, y por eso he comparado los primeros capítulos de mis otros relatos con los de éste, pero ya no seguiré mirándolo, no es un tema importante para mí, y como bien dices, es algo fluctuante. Además, puede ser que se valoren peor porque el relato en sí es menos interesante o porque son otros tipo de lectores... A saber.

Gracias por el comentario.
 
Me da la sensación de que, en general, esta forma de presentar a los personajes que he utilizado en este relato no ha gustado demasiado. Me parece que la mayoría de los lectores prefieren que el relato avance e ir conociendo poco a poco a los protagonistas. ¿Y en qué me baso para esta "sensación"? Aquí la mayoría me habéis dicho que os ha parecido bien, pero en TR las valoraciones, sin ser malas, son más bajas que en mis otros dos relatos que publiqué ahí.

Bueno, ha sido un intento de hacer algo diferente, de todo se aprende :rolleyes:
Los de TR son un tanto especiales.
Ni puto caso.
Tú innova y experimenta lo que quieras que lo relatos son tuyos y nosotros los leeremos todos, mientras no nos cobres.
 

6​

Cuatro días después. Sábado por la tarde.
Carlos


Me senté en el jardín con el café. Me venía todos los fines de semana a mi casa en las afueras para desconectar porque casi no tenía vecinos y todo estaba muy tranquilo. Además, como seguía haciendo calor, tenía la piscina para refrescarme.

Ahora quería tomarme el café tranquilamente mientras escuchaba música y me relajaba. Pensé en la semana laboral que acababa de terminar. La había empezado muy nervioso por varias causas pero había ido todo muy bien.

Los chicos estaban contentos, los dos con su primer contrato, y eso me alegraba. Además, Cris, que debía tener problemas económicos serios, había estado muy sonriente, feliz, se notaba que se había quitado una gran preocupación de encima. Y le había conseguido el adelanto el mismo martes y estuvo a punto de darme otro abrazo, pero lo evité retirándome rápidamente, causando gran guasa por parte de Silvia que siempre estaba atenta a todo.

Y luego Carmen, que era lo que de verdad me preocupaba. La pobre mujer lo estaba pasando fatal y el despido la hubiera hundido. Pero la solución de cambiarla a Marketing parecía que estaba siendo correcta. Patri, la jefa, me había hablado muy bien de ella cuando me la crucé el viernes y le pregunté. Estaba muy contenta con la actitud y proactividad de Carmen, cosa que me alegró mucho. Además, cuando Carmen se sentó conmigo el jueves a la hora el almuerzo, la vi radiante, muy animada con el cambio. Se le notaba un brillo en sus bonitos ojos. Estaba guapísima.

Quien me tenía un poco preocupado era Silvia. La conocía bien, sabía lo cabezona que era cuando algo se le metía en la cabeza, y sabía que su relación estaba pasando por una fase delicada, pero ella no parecía darle importancia, o no se quería dar cuenta porque todo su ser estaba centrado en su hija y su posible embarazo. Y ayer, en el almuerzo que teníamos todos los viernes porque salíamos un poco antes del trabajo, la vi mal. Le costaba hablarme de su vida privada, como era natural, pero estaba claro que el sexo para ella había dejado de ser importante y eso, en una pareja de treinta y pocos, puede ser muy malo. Se lo intenté hacer ver pero para ella, ahora mismo, el sexo solo tenía una función, la procreación, ninguna más, y se equivocaba, tenía que disfrutar de él, y hacer disfrutar a su marido porque se iban a distanciar como siguiera así.

Meneé la cabeza, Silvia y Antonio hacían muy buena pareja. Él era un buen tipo, y cariñoso. Silvia quizás no parecía una mujer cariñosa, pero realmente lo era, mucho, pero le costaba mostrarlo. Tenía que pensar en algo para hacer ver a Silvia que debía hablar y, sobre todo, escuchar a su marido, porque ella siempre menospreciaba las quejas de Antonio diciendo que eran tonterías, pero las pequeñas tonterías se van acumulando y luego llega el desastre.

De repente, empezó a sonar mi móvil. Lo miré sorprendido, justamente era Silvia, parecía que se había dado cuenta que pensaba en ella. Me extrañó que me llamara un fin de semana. Lo cogí:

- Silvia, dime

- Hola, Carlos ¿Cómo te pillo?

- Bien, bien, tomando un café ¿Ha pasado algo?

No dijo nada durante unos segundos. Dije:

- ¿Silvia?

- Perdona, es una tontería, no debería haberte llamado

- A ver, no me preocupes ¿Qué pasa?

- Nada, de verdad, solo que me estoy portando como una tía histérica

- ¿Tú histérica?

- Sí, mucho

- Cuéntame

- No, de verdad, el lunes hablamos

- Silvia, cuéntame

Ella suspiró y dijo:

- Espera un momento

Y escuché como le decía a su hija “Cariño, estoy aquí en la puerta, sigue pintando”. Al poco dijo:

- Perdona

- ¿Dónde estás?

- En urgencias

Me incorporé mientras decía:

- Joder ¿Qué ha pasado?

- Nada, nada, que soy… que soy ultra aprensiva, no sé

- Venga, dime

- Gema lleva todo el día diciendo que le duele la barriguita, bueno, toda la noche y el día, y… y me asusté y…

- ¿Y cómo está ahora?

- Bien, estamos aquí esperando a que nos den unos resultados

- ¿Ya no le duele?

- Ahora mismo no

- Bien

- Pero es eso, me pongo nerviosa y corro a urgencias y…

La última frase la dijo medio tartamudeando y escuché como sorbía por la nariz, estaba a punto de llorar. Cuando se calmó, continuó:

- He tenido una buena bronca con Antonio

- ¿Por qué?

- Porque llevo todo el día diciéndole de traerla a Urgencia y él no quería, decía que tenían que ser gases o algo así, que él no la veía tan mal, pero yo… yo me he puesto histérica y le he gritado que es un mal padre y… Dios, le he dicho de todo y he cogido a la niña y me la he traído a urgencias, y él quería venir pero le he gritado que no

- Ya

- Y Antonio tenía razón, ha sido llegar aquí y ya no le dolía y… soy imbécil, lo sé

- Tranquila, son los nervios, él lo entenderá

- No sé, no sé… ha sido una semana horrible, el sexo… el sexo ha sido… ha sido como entre extraños, lo he hecho todo fatal, solo pensando en… Joder, soy horrible

- Anda, anda, Silvia, no seas ridícula, eres una gran persona, solo que estás preocupada y cansada y eso hace que...

- No, Carlos, soy horrible, solo pensando en mí, obsesionada, mandona,… Antonio me va a odiar

- No, déjate de tonterías

- No sabes lo mal que he estado con él toda la semana y encima ahora esto…

Y empezó a llorar silenciosamente, solo la escuchaba sorber por la nariz. Escuché a la niña:

- Mami, mami

- No pasa nada, cariño, ya mismo voy

Silvia inspiró profundamente y dijo:

- Y ahora llorando delante de mi hija y de mi mejor amigo, soy de lo que no hay

- Es un desahogo

- Ya, pero…

- Mira, cuelga y llama a Antonio, explícale todo, que estás muy nerviosa y lo sientes, que no lo decías en serio

- No sé si me querrá escuchar

- Claro que sí

- Tengo llamadas y mensajes suyos, de cuando estábamos dentro

- Pues contéstale

- Lo sé

- Venga, que el pobre estará también de los nervios

- No… no lo había pensado, estoy tan… tan ofuscada que ni pienso

- Venga, llámale, y cualquier cosa que necesites, ya sabes

- Gracias, Carlos, gracias

- Nada, no he hecho nada

- Mucho, siempre haces mucho, estaba aquí sentada y solo pensaba en llamarte para contarte todo, lo siento

Y colgó. Ufff, es que lo sabía, Silvia estaba mal, muy mal, y no sabía como ayudarla.​

Carmen
Escuché como llegaban varias notificaciones a mi móvil pero tenía las manos ocupadas con pantalones y camisetas de Daniel, mi hijo. Estábamos de compras porque había crecido bastante y necesitaba ropa nueva para el cole.

Dejé todo en el mostrador y lo pagué con tarjeta. Luego salimos y le dije a mi hijo:

- ¿Quieres un helado?

- Sí, mami

- Aquí cerca hay una heladería, vamos y nos sentamos un rato, que mamá está cansada

Nos sentamos y Daniel se pidió uno de chocolate y yo un café. Entonces recordé el móvil y lo miré. Sonreí, era Santi:

- Carmen, esta noche salgo con mi novia pero podría pasarme sobre las 2 o 3 ¿Estarás despierta?

Como no le respondía, tenía varios mensajes insistiendo. Pensé “Por ti y tu polla lo estaría, pero no va a poder ser, cariño” y le escribí:

- Ya te dije que este fin de semana no podemos quedar, tengo a mi hijo

- Pero a esa hora estará dormido

- Claro que lo estará, pero como no habéis terminado su habitación, duerme conmigo

- Ah, joder

Sonreí aún más recordando la semana que habíamos pasado, habíamos follado a diario. El chico no es que fuera un gran amante, se le notaba la inexperiencia, pero lo suplía con una energía y ganas casi infinitas, y con un sexo salvaje y duro. Con el tiempo, haría de él un amante excepcional, estaba segura.

Dejé el móvil en la mesa pero al poco volvió a llegar un mensaje. Lo miré, era Santi:

- ¿Y cuándo vamos a volver a quedar?

- No lo sé

- ¿El lunes?

- Mi hijo se queda conmigo toda la semana, hasta el sábado que viene

- Joder, no me puedes hacer esto

- Te follas a tu novia

- Sabes que no es lo mismo

Me reí, pues claro que no era lo mismo, “me va a comparar con una cría inexperta”. Él siguió insistiendo:

- Joder, no seas zorra, Carmen

- Es lo que te gusta, que sea una zorra ¿No?

- Sí, pero no puedes pasar de mí de esta forma

- No paso de ti, tengo mis obligaciones

- Joder, Carmen

La verdad es que a mí también me jodía, mucho, demasiado. Le escribí:

- Pensaré en algo

- ¿Para esta noche?

- No, esta noche imposible, pensaré en algo para la semana

- Joder

Siguió escribiendo pero lo ignoré, lo que no podía ser, no podía ser, por mucho que nos jodiera. Suspiré y me reí al ver la cara de mi hijo llena de chocolate.

Héctor
“A ver, tíos, un poco de calma, dejad de gritar” dije a través del micrófono y todos se callaron. Suspiré y dije:

- La hemos cagado, sí, pero todos, ha sido una cagada de todos

Alguien protestó pero Héctor lo cortó:

- Calla, Ivanchelo, calla y escucha, escuchad todos

Todos se callaron. Continué:

- Hemos ido todos a lo loco en cuanto Tomsil cogió el objetivo y eso no es lo que hemos practicado, sabemos como hay que cubrirlo y por donde, pero no, hemos ido todos por cuenta propia y nos han vapuleado

Tomsil intervino:

- Coño, es que es verdad, me habéis dejado con el culo al aire

- Es verdad, yo el primero, pero no puede ser, somos una escuadra, no unos niños rata, joder

Todos afirmaron. Continué:

- Somos los “águilas tormentosas”, joder, que vamos a ser los números uno del país, pero jugando así ni de coña

Esperé unos segundos y dije:

- Vamos a darnos un descanso de media hora

- Sí, que tengo que ir a mear

- Pues en media hora nos volvemos a conectar y a ver si jugamos de una vez como una escuadra, que hoy me tenéis contento

- Sí, jefe

Y me quité los auriculares. Como todos los sábados por la tarde, teníamos entrenamiento de la escuadra y luego, a la noche, participaríamos en varias competiciones, pero hoy se nos estaba dando como el culo.

Nuestra idea era presentarnos a una competición oficial de Rainbow Six a nivel europeo, pero hoy dudaba que tuviéramos el nivel. Y yo, como líder, debía meterlos en vereda. Pensaba estar repitiendo el mismo escenario hasta que lo hiciéramos con los ojos cerrados, se iban a enterar.

Me fui a la cocina y cogí una Coca cola. Mi madre me vio y preguntó:

- ¿No vas a salir, cariño?

- No

- Pero los chicos de tu edad salen todos los sábados

- Mamá, no empieces

Y me subí a mi cuarto. Estaba muy desanimado por el ridículo que había hecho el otro día con Cris. Tras ser contratados, reuní todo mi valor y le dije de forma estúpida y tonta:

- Cris, he pensado que… que… que…

- Dime

- Que… bueno, para celeb… celebarlo, digo, celebrarnos, no, celebrar el, bueno, que nos hayan contratado

Recordaba perfectamente su cara ante mis patéticos intentos de hablar y decir algo coherente, una cara de pena. Al final pude acabar y decirle:

- Podríamos ir a tomar algo

Ella me miró y dijo:

- Es que he quedado con mi novio

Me dejó totalmente roto, pero es que era natural, era imposible que una chica como ella no tuviera novio “¿Cómo se me ocurrió pedirle eso?” Menudo ridículo había hecho “Soy patético”.

Volví a mi mesa y cogí los papeles con las notas de las tácticas. “Deja de pensar en ella, está fuera de tu alcance, dedícate a esto, al menos es algo que se te da bien”. Y me centré en la revisión de las tácticas.

Cristina
Esa noche pensaba salir a divertirse por todo lo alto, que llevaba mucho tiempo sin salir más que para trabajar y mirando cada céntimo. Primero, Sara y yo iríamos a cenar algo rápido y después habíamos quedado con Alberto y algunos amigos suyos.

Alberto se había pasado varias noches aquí con Sara, dale que te pego en su habitación y me moría de envidia. Esa noche tenía ganas de ser yo la que disfrutara de algo de sexo.

Acababa de ducharme y depilarme, completamente, por si acaso había suerte. Desnuda, miré en mi cajón de la ropa interior y cogí una ropa interior negra y que no estaba demasiado desgastada. Me puse el tanga y el sujetador y miré en mi armario que era bastante triste. Ahora, con mi sueldo, tendría que renovarlo bastante, no podía tener tan pocas cosas y muchas ya pasadas de moda.

Al final saqué lo poco medio sexy que tenía, una mini falda vaquera y una camiseta que me dejaba un hombro al aire. Entonces, Sara entró en mi habitación sin llamar. Miró lo que había puesto en la cama y dijo:

- Ah, no, eso no

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Mírame

Ella también llevaba una mini falda vaquera y una camiseta muy sexy, con la espalda al aire. Dijo:

- Vamos a parecer hermanas tontas

- Pues es lo que tengo

- Ven

Y me cogió de la mano y me llevó a su habitación. Allí, me miró durante unos segundos y sacó varios vestidos. Me los puso encima y los fue descartando hasta quedarse con uno. Dijo:

- Pruébate este, a mí me está ancho de arriba así que te puede servir

Sara y yo teníamos una figura muy parecida, éramos igual de altas y delgadas pero la diferencia estaba en nuestro busto porque ella tenía poco pecho. Otra gran diferencia era que ella era rubia natural y yo muy morena. Cogí el vestido y fui a probármelo pero ella me quitó el sujetador diciendo:

- Con ese vestido no puedes llevar sujetador, queda horrible por la espalda, mira, yo hoy no llevo

Y se volvió para mostrarme la espalda. Me puse el vestido y me miré a su espejo. El vestido era mega ajustado y cortito, demasiado corto, más que mi mini falda. Me sentí incómoda pero Sara se puso a tirar de aquí y allí del vestido y dijo:

- Tía, te queda como un guante

- Que va, esto es… me siento como si fuera desnuda, está demasiado ajustado

- Mejor, así ligas seguro, se te van a acercar todos los tíos jajaja

- Ya, claro

- ¿Desde hace cuanto que no follas? Seguro que en todo el verano no has mojado ¿verdad?

Era verdad, desde que ella se fue a su pueblo, no había salido nada, solo para trabajar. Una noche me había enrollado con uno en el bar donde trabajaba pero no pasó de ahí, y no volvió. Solo ligaba cuando salía con Sara, que todos los chicos se nos acercaban por ella. Dije:

- Pero tía, mira esto

Y di dos saltitos para mostrarle lo que se me movían las tetas. Ella se rio y dijo:

- Normal con esos melones que tienes

- Pufff, y esto es tan fino que mira, se me marcan los pezones

- Eso se lleva ahora, y más cuando te empitones jajajaja

- ¡¡Tía!!

- Tienes ganas de echar un polvo ¿No?

- Claro

- Pues con este vestido vas a poder elegir porque te van a entrar todos

- Pero…

Me miré al espejo. La verdad era que el vestido hacía que me sintiera sexy a pesar de lo delgada que estaba. Me miré el culo y ella dijo:

- Te marca un culito fantástico

- Sí

- Decidido, ahora a pintarnos y nos vamos

Me fui a mi cuarto, me maquillé un poco y me puse las lentillas. Luego, cogí una chaquetita y mi bolso. Metí en él mi móvil y me acordé de Héctor. El pobre había intentando pedirme salir pero le había tenido que cortar con una mentira diciéndole que tenía novio. No quería hacerle daño pero salir con él sería darle esperanzas para nada. Meneé la cabeza, con lo bien que me caía esperaba no haberle hecho sentir mal, pero sabía que si salía con él y pasaba algo, luego todo cambiaría y lo perdería como amigo y no quería que pasase eso.

Entonces escuché a Sara llamándome y salí a buscarla. Nos fuimos a cenar. Sara estaba de un humor excelente, como siempre, su risa era contagiosa. Luego, fuimos al local donde habíamos quedado con Alberto. Estuvimos allí un rato con él y unos amigos pero todos iban con sus novias, una lástima porque varios estaban muy bien, yo era la única sin pareja. Luego dijo de irnos a una discoteca. Allí, bailamos los tres juntos pero pronto se empezaron a enrollar y me aparté un poco. Me entraron varios chicos pero ninguno me hizo especial gracia, lo mismo tendría que beber un poco más.

Al rato, alguien me cogió por la cintura y me giró, era Alberto. Se me acercó y le pregunté por Sara. Me dijo que había ido al servicio. Entonces se pegó a mí y me dijo al oído:

- Estás muy sexy

- ¿Sí? Pues no ligo

- Porque no quieres

- Porque no me entra el adecuado

Entonces, con su mano me pegó totalmente a él y me dijo al oído:

- Estás muy buena

Me reí y noté su mano en mi culo, y como me besaba en el cuello. Noté su polla contra mi estómago, creciendo, y me excité, dejándolo que me siguiera besando el cuello. Pero de repente caí en la situación y me aparté de él. Lo miré sorprendida y le grité en medio de todo el ruido:

- Sara nos va a matar

Él se rio y yo lo miré alucinada. Me fui a buscar a Sara. Tardé un poco en verla salir de los baños y fui a por ella que me cogió de la mano y tiró de mí para llevarme a bailar. Intenté pararla pero no hubo forma y volvimos donde Alberto. Ella lo agarró y lo besó con pasión. Me quedé mirándolos sin saber que hacer. Entonces los dos hablaron y rieron, y Alberto le dio algo. Sara me miró y me cogió de la mano y me llevó fuera.

Al salir, el cambio del volumen del sonido nos dejó calladas unos segundos. Quería contarle lo que había pasado pero ella dijo:

- Vamos a fumarnos esto que me ha dado Al

Y encendió un porro. La miré indecisa, ahora no estaba segura si debía contárselo, lo mismo solo había sido que Alberto estaba un poco borracho y colocado. Acepté el porro y lo fumamos en silencio. Noté como me iba relajando y nos pusimos a reír como tontas. Entonces me dijo:

- ¿Te follarías a Alberto?

- ¿Qué?

- Está muy bueno ¿No?

- S… sí

Seguimos fumando y decidí contarle lo que había pasado. Dije:

- Sara, antes ha…

- Dice que hoy estás muy sexy

- ¿Qué? ¿Quién?

- Alberto

- Oh

- Que le ha gustado cogerte el culo

- ¿Te… te lo ha contado?

- Sí

- Te lo iba a contar ahora, yo no…

- El otro día me pidió hacer un trío contigo

Me quedé alucinada. Sara se rio y dijo:

- Me enfadé, claro

- Cl… claro

- ¿Has hecho alguna vez algo así?

- Noooo

- Yo tampoco

Sara dio una profunda calada y dijo:

- Creo que Alberto nos podría dejar satisfecha a las dos

La miré con la boca abierta. Ella mirando hacia el frente, no a mí, dijo:

- Es… tiene mucha energía, y aguante

- No.. no sé…

- Yo sí lo sé bien

Y entonces me miró sonriendo. Dijo:

- Sería una experiencia interesante ¿No crees?

- No… no me lo había planteado nunca

- ¿No? Yo sí

- ¿Sí?

- Viendo alguna porno

- Ah

- Y, no sé, puesta a compartir, contigo no me parece mal

Me miró esperando mi reacción. No dije nada:

- ¿Te apuntarías?

- N… no sé

- ¿No te ha gustado cuando te ha tocado?

- S… sí

- Pues es tu oportunidad ¿Qué dices?

La miré y asentí. No me lo podía creer pero asentí. Ella sonrió. Se terminó el porro y entramos. Buscamos a Alberto y Sara se le echó en brazos y le habló al oído. Alberto me miró sonriendo. Me acerqué a ellos y Alberto me besó, un beso largo y húmedo. Cuando terminamos miré a Sara que sonreía.

Nos pusimos a bailar y beber, y nos enrollábamos con Alberto de vez en cuando. Luego, Alberto desapareció y cuando volvió, nos dio unas pastillitas que se me subieron rápidamente. Volvimos a casa en taxi, Alberto delante y Sara y yo detrás. Estaba muy mareada, con el ruido en los oídos retumbando y la bebida y droga sin dejarme pensar lúcidamente.

Cuando llegamos a casa y subimos por el ascensor, Sara dijo:

- Le he prometido a Cris que nos ibas a dejar satisfechas a las dos

- Jajaja, eso espero

- A las dos, si no me vas a dejar en muy mal lugar

Y yo no podía parar de reír como una tonta. En cuanto entramos en casa me fui corriendo al baño. Entré y me senté a orinar. Sara entró al poco y le dije:

- ¿Cómo… cómo lo vamos a hacer?

- ¿A qué te refieres?

- ¿Por… por turnos? ¿Tú primero?

- Ahhh, jajaja

Me levanté y me limpié con una toallita, para luego subirme las bragas. Sara se las bajó y se sentó diciendo:

- Que él decida, tiene experiencia

- ¿Sí? ¿Ya ha hecho… esto?

- Eso dice

Me miré al espejo, tenía una cara rara. De pronto, Sara estaba a mi lado y dijo:

- Estás bien

- No sé, me veo rara

- No, eso es la pastilla, estás guapa

Y con un dedo me tocó un pezón y dijo:

- Y esto lo ha tenido malo toda la noche

- ¿El qué?

- Lo empitonada que estás

Me miré al espejo y era cierto, se notaban muchísimo mis pezones totalmente duros, ni me había dado cuenta. Me sonrojé y ella se rio diciendo:

- Es muy sexy, vamos

Y me cogió de la mano y me llevó a su cuarto donde nos esperaba Alberto descalzo pero vestido y tumbado en la cama. Nos descalzamos y subimos a ella quedándonos de rodillas y lo miramos, las dos sin saber muy bien que hacer. Él dijo:

- Enrollaos

Lo miramos sorprendido y Sara dijo:

- No somos bolleras

- Lo sé

- Queremos follar contigo

- Lo sé, pero antes quiero que os beséis

Ninguna nos movimos. Alberto se rio y dijo:

- Venga, Sara, si llevas toda la noche cachonda mirándole los pezones

- Imbécil, lo que te he dicho es que es sexy (sonriendo)

- Claro, y eso te gusta y te pone

- Idiota (riéndose)

Pero Sara no se movía. Yo no sabía que hacer ¿Mejor me iba? Alberto preguntó:

- ¿Nunca os habéis acostado con una chica?

- No (Y yo negué con la cabeza)

- ¿Ni un beso?

- No

- ¿Y no tenéis curiosidad?

Sara me echó una rápida mirada y no dijo nada. Miré a Alberto que esperaba y decidí dar un paso, quería ponerme ya a follar con él. Me incliné sobre Sara y le di un suave beso en los labios. Ella me miró sorprendida pero luego me dio un beso del mismo tipo. Miramos a Alberto que dijo:

- Seguid

Estaba excitada pero no por Sara sino por la situación, por las ganas que tenía de Alberto, por la pastilla… Miré a Sara a los ojos y volví a besarla, pero esta vez la besé durante más tiempo, saboreando sus labios. Pasé mi lengua por ellos y metí mi mano por debajo de su camiseta, acariciando su estómago y subiéndola lentamente hasta su teta. Pasé mi dedo por su pezón y ella abrió la boca para gemir, cosa que aproveché para meterle la lengua. Noté como su lengua tocaba la mía de forma tímida.

Me separé de ella unos centímetros y volví a mirarla a los ojos para ver su reacción. Ella me devolvió una mirada confusa pero excitada. Volví a besarla y esta vez Sara me esperaba con la boca abierta y nuestras lenguas se entrelazaron. Noté su mano sobre una de mis tetas y como buscaba mi pezón con un dedo.

Sara se separó de mí y le dijo a Alberto:

- Bueno, ya te hemos calentado ¿No?

- Sí, lo habéis hecho muy bien, seguid

- Ya está

- No, ahora follad

- No vamos a…

Yo ya estaba harta de tanto juego, quería follar con Alberto. Tumbé a Sara y la besé con pasión mientras le subía la camiseta y dejaba sus pechos al aire. Lamí sus pezones, los mordisqueé y luego pasé mi lengua por su estómago hasta llegar a su ombligo. Me incorporé y le quité la mini falda. Sara dijo:

- ¿Qué… qué haces?

Pero la ignoré. Me situé entre sus piernas abiertas y besé sus muslos. Luego, pasé mi dedo por sus braguitas, estaban mojadas. Pasé mi lengua por su muslo, muy cerca de su rajita. Escuché como Sara decía un bajito:

- Noooo

Pero no le hice caso. Le aparté un poco la braga y lamí su rajita. No me podía creer lo que estaba haciendo. Miré a Alberto que nos observaba totalmente excitado y dijo:

- Haz que se corra

Le quité las bragas a Sara y vi como ella me miraba sorprendida pero excitada. Cerró las piernas pero se las abrí sin problema. Vi su pequeño mechoncito de pelo rubio. Me agaché y le lamí la rajita con cuidado. Rápidamente encontré su clítoris que lamí suavemente. Sara gemía y le metí un dedo despacio. Comencé a follarla con mi dedo mientras seguía trazando círculos en su clítoris. Entonces Sara me apretó la cabeza contra ella y le metí otro dedo y aumenté el ritmo. No tardó en correrse.

Me incorporé y fui con Alberto. Le metí en la boca los dos dedos mojados con los fluidos de Sara. Él los lamió y luego nos besamos. Mi calentura era enorme, lo necesitaba ya.

Le quité el pantalón mientras él se quitaba la camiseta. Pronto lo dejé desnudo y me abalancé sobre su polla, metiéndomela en la boca y lanzando un suspiro. Se la chupé con ansia pero lo necesitaba dentro de mí. Me incorporé para quitarme el vestido y el tanga y me subí encima suyo. Escuché a Sara decir:

- Espera, el condón

Pero a mí me daba igual, tomaba la píldora y quería sentirlo dentro de mí. Me la metí rápidamente y comencé a cabalgarlo sin parar. Entonces noté a Sara detrás mía y me dijo al oído:

- Estás descontrolada

Y me giró la cabeza y me besó mientras yo follaba a Alberto sin parar. Notaba varios manos cogiéndome las tetas, apretándomelas, pellizcándome los pezones. Notaba a Sara pegada a mi espalda, notaba sus tetas contra mi espalda y como me besaba el cuello y hombros desde atrás mientras su mano buscaba mi clítoris y yo seguía moviendo mis caderas sobre la polla de Alberto. Todo me excitaba. De pronto, noté como Alberto estallaba dentro de mí y grité y grité mientras me recorría por todo el cuerpo un orgasmo bestial.

Me tumbé sobre él y escuché decir a Sara:

- Joder, que pasada, menudo orgasmo, nena, vaya forma de gritar

Estaba totalmente mareada. Me quedé quieta, hasta que Alberto me echó a un lado donde me quedé sin moverme, temblando. Los escuchaba hablar pero no conseguía concentrarme para entenderlos. Cerré los ojos un momento. Cuando los volví a abrir, Sara y Alberto follaban a mi lado. Los miré sin moverme. Sara tenía encima a Alberto y gemía sin parar hasta que se corrió hincando sus dedos en la espalda de Alberto mientras lanzaba un pequeño grito de placer. Luego, él se salió de ella, se quitó el condón y se corrió sobre su estómago. Me volví a dormir.​
 
No me gusta ese Alberto. Espero que no sienta Cristina bada por él. Y aunque siga resistiéndose, confío en que termine teniendo algo con Héctor.
Carlos sigue demostrando lo buenazo que es.
Se confirma que lo de Silvia y Antonio no va bien y uno de los motivos es porque está obsesionada con tener otro hijo y las cosas no se deben forzar tanto. Sigo esperanzado en que acabe con mi tocayo.
 
No me gusta ese Alberto. Espero que no sienta Cristina bada por él. Y aunque siga resistiéndose, confío en que termine teniendo algo con Héctor.
Carlos sigue demostrando lo buenazo que es.
Se confirma que lo de Silvia y Antonio no va bien y uno de los motivos es porque está obsesionada con tener otro hijo y las cosas no se deben forzar tanto. Sigo esperanzado en que acabe con mi tocayo.
Alberto es el único hombre cabrito por el momento. Los demás pecan de buenos e incluso ingenuos.
 
Alberto es el único hombre cabrito por el momento. Los demás pecan de buenos e incluso ingenuos.
¿Por qué es un cabrito?
Es un tío que le dice a su ligue, que no pareja, que le gustaría hacer un trío con su amiga y el ligue acepta y lo propicia y la amiga encantada.
No veo nada malo en la actitud de Alberto. Al menos hasta ahora.
No nos precipitemos.
 
¿Por qué es un cabrito?
Es un tío que le dice a su ligue, que no pareja, que le gustaría hacer un trío con su amiga y el ligue acepta y lo propicia y la amiga encantada.
No veo nada malo en la actitud de Alberto. Al menos hasta ahora.
No nos precipitemos.
En contraposición a los otros. Si el comportamiento cambia pasaría de cabrito a cabron 😂
 
¿Por qué es un cabrito?
Es un tío que le dice a su ligue, que no pareja, que le gustaría hacer un trío con su amiga y el ligue acepta y lo propicia y la amiga encantada.
No veo nada malo en la actitud de Alberto. Al menos hasta ahora.
No nos precipitemos.
Habría que verte a ti si tu mujer te dice hacer un trio con otro hombre...!!!!!
 
Habría que verte a ti si tu mujer te dice hacer un trio con otro hombre...!!!!!
Si el otro hombre es rubia, con tetas y culito respingón…y todo natural, claro, que yo soy mucho de lo natural. No lo vería del todo mal.
Incluso si el tipo fuese pelirroja, morena o hasta castaña.
 
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