Reencuentro con Elena

Javi sí ve lo que siente Noelia, además, ella se lo ha dicho, el problema es que a él le suda la polla lo que sienta y lo que le pase, vamos que le da igual si sufre como si no.
Todos ven lo que el no ve sobre Noelia.
Ojo que Noelia también tiene lo suyo, que ya es mayorcita y sabe lo que hay o eso creo, al final nadie obliga a nadie.
 
Capítulo 714

Nos despedimos con un abrazo bastante fuerte y con un beso en la mejilla. Me marché a casa contento por ese par de polvos que había echado con Sara, porque esta chica era una bomba y me encantaba follar con ella. También pensaba que le había venido muy bien a ella para despejarse y recuperar esas sensaciones que llevaba ya varias semanas sin sentir. Me quedé más pensativo sin embargo con el rollo de que tuviera cuidado con Noelia para no hacerle daño. Le dije que sí a todo para salir del paso, porque en realidad lo que me gustaba era putear a Noelia. Había descubierto que le jodía más lo que le decía de que me follaba a otras que las putadas en el sexo en sí, aunque habría que ver cómo iba al día siguiente en esa quedada que teníamos pendiente para que le pudiera aplicar su castigo. Tampoco es que fuera a ser algo del otro mundo, pero sí quería ver hasta dónde era capaz de llegar para ser una chica obediente.

El jueves, efectivamente fui a casa de Noelia por la noche, dándome ella luz verde para ir sin ningún problema. Había conseguido tener la casa libre durante toda la noche. Pero antes de ello, en la hora del almuerzo, Andrea me preguntó si pasaba algo con Noelia. Pero no a malas, porque me dijo que llevaba unos días que la veía muy contenta. Muchísimo teniendo en cuenta el rapapolvo que le di el día de mi cumpleaños cuando pasó aquello y cómo le afectó que no dejara que pisara mi casa y demás. También comentó que me veía bastante mejor a mí también y que pensaba que había relación en ello. Yo me hice el loco, pero no me pude escaquear tanto cuando me dijo que el día anterior había venido Noelia por casa y que había estado un rato con mis amigos y conmigo, cuando lo normal hubiera sido que la hubiera echado en cuanto salió de su habitación. Se disculpó conmigo por ello, por haberse olvidado algo en su casa, motivo por el cual acabó viniendo, aunque yo sabía que era otro en realidad. Me dijo que no lo hizo con ninguna intención y que vio un poco tontería que se diera aquella caminata cuando se lo podría haber dado al día siguiente.

Intenté salir como pude de aquella pillada, porque cantaba mucho que hubiera estado con mis amigos y conmigo durante un rato. No se me ocurrió nada mejor que decirle que conocía a alguien del grupo y que estuvieron hablando un poco y demás. No coló. Andrea se me quedó mirando fijamente durante unos segundos y ya le conté que no estaba tan enfadado con ella y que nos habíamos visto recientemente. Se alegró mucho de oír aquello, aunque rápidamente le bajé todas las expectativas que se hizo por lo que podía adivinar en su cara, diciéndole que no había absolutamente nada entre nosotros y que nunca lo iba a haber. Simplemente me servía para distraerme un poco, nada más. Quizá fui demasiado explícito diciendo aquello, tomándoselo ella un poco regular al preguntarme cómo podía usar de esa manera a una persona que estaba claramente enamorada de mí. Decidí acabar ahí la conversación de manera tajante al decirle que era más complicado de lo que ella pensaba y que a Noelia le valía, porque a ella se lo dije de esa misma manera. Andrea parecía muy confusa, pero no dijo nada más. Por si acaso, acabé rápido de comer para recoger lo mío e irme a mi habitación y quitarme del medio para evitar más preguntas que pudieran acabar en una discusión.

Cuando llegué a casa de Noelia, lo cual hice sin pasar por casa, ella me recibió bastante guapa al ir bien vestida y hasta algo maquillada. Yo iba sin embargo con ropa de día a día con mi típico atuendo de sudadera y vaqueros. Estaba contenta a rabiar de tenerme allí e incluso había preparado algo para que cenáramos los dos. Y la verdad es que apetecía, porque saliendo a las 9 de la noche, con la caminata hasta su casa y lo que tardé, me acabó entrando hambre. Así que nos pusimos a cenar en su salón, el cual tenía una decoración bastante escasa. Por no tener, no tenía ni cuadros ni, ni fotos, ni nada. Ella puso unas velas para que pudiéramos cenar así, teniendo hasta la televisión apagada. Me estaba poniendo nervioso, pero para mal, porque es que ella ni cenaba, limitándose a mirarme solamente. Por eso dejé los cubiertos para decirle que se estaba haciendo unas ilusiones que no se iban a ver recompensadas nunca.

Ella dijo que ya me había escuchado cuando se lo había dejado claro, lo que me llevó a preguntarle por qué estaba en ese plan. Respondió diciendo que no podía evitarlo y que le gustaban mucho los momentos en los que me podía ver, en especial cuando estábamos solos. Me pidió que le dejara disfrutar de aquello a su manera, aunque yo le dije que luego el batacazo para ella sería más grande, diciéndole que cenara. Cuando acabamos, ella trajo algo de postre y nos quedamos unos momentos en el sofá. Durante toda la cena me había preguntado cómo había ido el día, respondiéndole yo de manera escueta que bien, pasando ella a contarme el suyo con detalle. Ya habiendo acabado el postre la corté, diciéndole que no necesitaba tantos detalles. Me levanté y la llevé de la mano hasta su habitación, con ella riendo bajito y de manera traviesa, aunque yo iba más serio, porque me estaba ya metiendo en el papel para empezar ese castigo que tenía en mente para ella.

Al entrar a su habitación, me la encontré algo diferente, como más ordenada por así decirlo. La cama estaba puesta de otra manera al tener ambos lados accesibles, estando antes uno contra la pared. Ahora era solo el cabecero de la cama lo que tocaba la pared, cosa que no me terminaba de gustar, porque la cama era bastante vieja y seguro que haría mucho ruido al retumbar si decía de follarla, porque aún no sabía si iba a hacerlo. También encontré muchas velas que ella se dedicó a encender. Como estaba tan concentrada en ello, fui a por la maleta que usaba para guardar las cosas que me llevaba y traía desde la academia, donde guardé lo que iba a usar con ella antes de salir de casa. Se me acabó un poco la paciencia al volver y seguir esperando a que encendiera todas, porque había un montón, así que la cogí del pelo para pegarla a mi cuerpo, lanzando ella un sonido de queja.

-Pues si te quejas con esto...
-¿Mmm?
-Que esto no es nada comparado con el castigo.
-Es que me has pillado desprevenida...

La abracé desde atrás, empezando a manosear su cuerpo de manera intensa, agarrando sus tetas para apretarlas fuertemente, bajando hasta su cintura. Rápidamente la desnudé y volví a hacer lo mismo, empezando ahora a tirar de sus pezones, cosa que hacía que ella se quejara, aunque yo le apretaba las mejillas y le decía que se estuviera callada. También pasé mis dedos por su pubis, acariciándolo, notando cómo se estremecía ella. Se le erizaba la piel y hasta temblaba, pero qué equivocada estaba pensando que la iba a follar. Me separé de ella, sentándome en la cama para darse ella la vuelta y mirarme. La verdad es que la venía atractiva con sus curvas, además de esos detalles que tenía ahora, como los piercings y el vello de su pubis. Le hice una señal para que viniera hacia mí, sentándose ella sobre mis muslos con una pierna a cada lado. Nos empezamos a besar y le solté un fuerte azote que retumbó bastante, gritando ella un poco, aunque la mantuve firme al tirarle del pelo.

-Qué duro estás ya...
-Parece que no has hecho esto nunca en tu vida.
-Menos de las que me gustaría contigo.
-¿Y no sabes que hay que estar callada?
-¿Por qué?
-Pero vamos a ver... ¿A ti no te iba el sexo duro?
-Sí...
-¿Y por qué no sigues el juego...? ¿Es que no te han dominado nunca?
-Ah... Pues no.
-¿Me estás vacilando? ¿Dónde está la Noelia que me decía que era una guarra y que había hecho de todo?
-Jeje... Es que nadie ha tenido los cojones de hacerlo. Ya sabes cómo soy en la cama...
-Pues no me lo has demostrado para nada desde que nos hemos vuelto a ver -dije a pesar de que me impresionó al decir eso y hasta me gustó.
-Porque sé que tú si me lo puedes hacer bien y me gusta mucho cuando te pones así -dijo agarrando mi cara para darme un beso.

Pero le agarré del pelo, dándole un nuevo tirón, diciéndole que estaba castigada y que tenía que cumplir con su castigo. Ella me miraba emocionada, con muchas ganas con esa sonrisa que se le había puesto en la cara. Veríamos si la seguía teniendo cuando acabáramos. Por lo pronto, la levanté para ponerla sobre la cama, tumbada bocarriba y bien abierta de piernas. Ahora solo se limitaba a mirarme atentamente. Podía ver cómo tenía los pezones muy de punta y cómo también tenía los labios de su coñito húmedos, hasta brillaban por ello. Para empezar, saqué un trozo de tela que recorté en casa, de una camiseta bastante vieja que tenía y que me quedaba bastante grande también. Ella me preguntó curiosa qué era eso, mandándola yo a callar con un gesto. Le vendé los ojos, siendo esa la primera parte del castigo. Me pareció interesante esa manera de hacer sufrir a la otra persona negándole la visión de todo lo que ocurría, así que quería probarlo.

De primeras no se lo tomó mal. Hasta me dijo que le encantaba, pero porque la tela olía a mí. Le di un pellizco en un pezón para que se callara, siseando también. Ella hasta se puso una mano en la boca, quedando como un gesto travieso. Le dije que se estuviera quieta, terminando yo de echarla hacia atrás en la cama. Empecé provocándole un ligero cosquilleo con mis dedos para ver cómo reaccionaba. Noelia ponía una sonrisa pequeña y se movía un poco, erizándose también su piel. Mi boca sustituyó a mis dedos, empezando hasta a lamer un poco su cuerpo. Ahora respiraba de manera entrecortada, aunque lanzó un gritito cuando llegué a sus tetas y le mordisqueé un pezón. Le di una pequeña bofetada que pareció impresionarla por la cara que puso, pasando yo a agarrarla del cuello. No quería esperar más, por eso me senté sobre la cama, agarrándola para ponerla bocabajo sobre mi regazo.
 
Capítulo 714

Nos despedimos con un abrazo bastante fuerte y con un beso en la mejilla. Me marché a casa contento por ese par de polvos que había echado con Sara, porque esta chica era una bomba y me encantaba follar con ella. También pensaba que le había venido muy bien a ella para despejarse y recuperar esas sensaciones que llevaba ya varias semanas sin sentir. Me quedé más pensativo sin embargo con el rollo de que tuviera cuidado con Noelia para no hacerle daño. Le dije que sí a todo para salir del paso, porque en realidad lo que me gustaba era putear a Noelia. Había descubierto que le jodía más lo que le decía de que me follaba a otras que las putadas en el sexo en sí, aunque habría que ver cómo iba al día siguiente en esa quedada que teníamos pendiente para que le pudiera aplicar su castigo. Tampoco es que fuera a ser algo del otro mundo, pero sí quería ver hasta dónde era capaz de llegar para ser una chica obediente.

El jueves, efectivamente fui a casa de Noelia por la noche, dándome ella luz verde para ir sin ningún problema. Había conseguido tener la casa libre durante toda la noche. Pero antes de ello, en la hora del almuerzo, Andrea me preguntó si pasaba algo con Noelia. Pero no a malas, porque me dijo que llevaba unos días que la veía muy contenta. Muchísimo teniendo en cuenta el rapapolvo que le di el día de mi cumpleaños cuando pasó aquello y cómo le afectó que no dejara que pisara mi casa y demás. También comentó que me veía bastante mejor a mí también y que pensaba que había relación en ello. Yo me hice el loco, pero no me pude escaquear tanto cuando me dijo que el día anterior había venido Noelia por casa y que había estado un rato con mis amigos y conmigo, cuando lo normal hubiera sido que la hubiera echado en cuanto salió de su habitación. Se disculpó conmigo por ello, por haberse olvidado algo en su casa, motivo por el cual acabó viniendo, aunque yo sabía que era otro en realidad. Me dijo que no lo hizo con ninguna intención y que vio un poco tontería que se diera aquella caminata cuando se lo podría haber dado al día siguiente.

Intenté salir como pude de aquella pillada, porque cantaba mucho que hubiera estado con mis amigos y conmigo durante un rato. No se me ocurrió nada mejor que decirle que conocía a alguien del grupo y que estuvieron hablando un poco y demás. No coló. Andrea se me quedó mirando fijamente durante unos segundos y ya le conté que no estaba tan enfadado con ella y que nos habíamos visto recientemente. Se alegró mucho de oír aquello, aunque rápidamente le bajé todas las expectativas que se hizo por lo que podía adivinar en su cara, diciéndole que no había absolutamente nada entre nosotros y que nunca lo iba a haber. Simplemente me servía para distraerme un poco, nada más. Quizá fui demasiado explícito diciendo aquello, tomándoselo ella un poco regular al preguntarme cómo podía usar de esa manera a una persona que estaba claramente enamorada de mí. Decidí acabar ahí la conversación de manera tajante al decirle que era más complicado de lo que ella pensaba y que a Noelia le valía, porque a ella se lo dije de esa misma manera. Andrea parecía muy confusa, pero no dijo nada más. Por si acaso, acabé rápido de comer para recoger lo mío e irme a mi habitación y quitarme del medio para evitar más preguntas que pudieran acabar en una discusión.

Cuando llegué a casa de Noelia, lo cual hice sin pasar por casa, ella me recibió bastante guapa al ir bien vestida y hasta algo maquillada. Yo iba sin embargo con ropa de día a día con mi típico atuendo de sudadera y vaqueros. Estaba contenta a rabiar de tenerme allí e incluso había preparado algo para que cenáramos los dos. Y la verdad es que apetecía, porque saliendo a las 9 de la noche, con la caminata hasta su casa y lo que tardé, me acabó entrando hambre. Así que nos pusimos a cenar en su salón, el cual tenía una decoración bastante escasa. Por no tener, no tenía ni cuadros ni, ni fotos, ni nada. Ella puso unas velas para que pudiéramos cenar así, teniendo hasta la televisión apagada. Me estaba poniendo nervioso, pero para mal, porque es que ella ni cenaba, limitándose a mirarme solamente. Por eso dejé los cubiertos para decirle que se estaba haciendo unas ilusiones que no se iban a ver recompensadas nunca.

Ella dijo que ya me había escuchado cuando se lo había dejado claro, lo que me llevó a preguntarle por qué estaba en ese plan. Respondió diciendo que no podía evitarlo y que le gustaban mucho los momentos en los que me podía ver, en especial cuando estábamos solos. Me pidió que le dejara disfrutar de aquello a su manera, aunque yo le dije que luego el batacazo para ella sería más grande, diciéndole que cenara. Cuando acabamos, ella trajo algo de postre y nos quedamos unos momentos en el sofá. Durante toda la cena me había preguntado cómo había ido el día, respondiéndole yo de manera escueta que bien, pasando ella a contarme el suyo con detalle. Ya habiendo acabado el postre la corté, diciéndole que no necesitaba tantos detalles. Me levanté y la llevé de la mano hasta su habitación, con ella riendo bajito y de manera traviesa, aunque yo iba más serio, porque me estaba ya metiendo en el papel para empezar ese castigo que tenía en mente para ella.

Al entrar a su habitación, me la encontré algo diferente, como más ordenada por así decirlo. La cama estaba puesta de otra manera al tener ambos lados accesibles, estando antes uno contra la pared. Ahora era solo el cabecero de la cama lo que tocaba la pared, cosa que no me terminaba de gustar, porque la cama era bastante vieja y seguro que haría mucho ruido al retumbar si decía de follarla, porque aún no sabía si iba a hacerlo. También encontré muchas velas que ella se dedicó a encender. Como estaba tan concentrada en ello, fui a por la maleta que usaba para guardar las cosas que me llevaba y traía desde la academia, donde guardé lo que iba a usar con ella antes de salir de casa. Se me acabó un poco la paciencia al volver y seguir esperando a que encendiera todas, porque había un montón, así que la cogí del pelo para pegarla a mi cuerpo, lanzando ella un sonido de queja.

-Pues si te quejas con esto...
-¿Mmm?
-Que esto no es nada comparado con el castigo.
-Es que me has pillado desprevenida...

La abracé desde atrás, empezando a manosear su cuerpo de manera intensa, agarrando sus tetas para apretarlas fuertemente, bajando hasta su cintura. Rápidamente la desnudé y volví a hacer lo mismo, empezando ahora a tirar de sus pezones, cosa que hacía que ella se quejara, aunque yo le apretaba las mejillas y le decía que se estuviera callada. También pasé mis dedos por su pubis, acariciándolo, notando cómo se estremecía ella. Se le erizaba la piel y hasta temblaba, pero qué equivocada estaba pensando que la iba a follar. Me separé de ella, sentándome en la cama para darse ella la vuelta y mirarme. La verdad es que la venía atractiva con sus curvas, además de esos detalles que tenía ahora, como los piercings y el vello de su pubis. Le hice una señal para que viniera hacia mí, sentándose ella sobre mis muslos con una pierna a cada lado. Nos empezamos a besar y le solté un fuerte azote que retumbó bastante, gritando ella un poco, aunque la mantuve firme al tirarle del pelo.

-Qué duro estás ya...
-Parece que no has hecho esto nunca en tu vida.
-Menos de las que me gustaría contigo.
-¿Y no sabes que hay que estar callada?
-¿Por qué?
-Pero vamos a ver... ¿A ti no te iba el sexo duro?
-Sí...
-¿Y por qué no sigues el juego...? ¿Es que no te han dominado nunca?
-Ah... Pues no.
-¿Me estás vacilando? ¿Dónde está la Noelia que me decía que era una guarra y que había hecho de todo?
-Jeje... Es que nadie ha tenido los cojones de hacerlo. Ya sabes cómo soy en la cama...
-Pues no me lo has demostrado para nada desde que nos hemos vuelto a ver -dije a pesar de que me impresionó al decir eso y hasta me gustó.
-Porque sé que tú si me lo puedes hacer bien y me gusta mucho cuando te pones así -dijo agarrando mi cara para darme un beso.

Pero le agarré del pelo, dándole un nuevo tirón, diciéndole que estaba castigada y que tenía que cumplir con su castigo. Ella me miraba emocionada, con muchas ganas con esa sonrisa que se le había puesto en la cara. Veríamos si la seguía teniendo cuando acabáramos. Por lo pronto, la levanté para ponerla sobre la cama, tumbada bocarriba y bien abierta de piernas. Ahora solo se limitaba a mirarme atentamente. Podía ver cómo tenía los pezones muy de punta y cómo también tenía los labios de su coñito húmedos, hasta brillaban por ello. Para empezar, saqué un trozo de tela que recorté en casa, de una camiseta bastante vieja que tenía y que me quedaba bastante grande también. Ella me preguntó curiosa qué era eso, mandándola yo a callar con un gesto. Le vendé los ojos, siendo esa la primera parte del castigo. Me pareció interesante esa manera de hacer sufrir a la otra persona negándole la visión de todo lo que ocurría, así que quería probarlo.

De primeras no se lo tomó mal. Hasta me dijo que le encantaba, pero porque la tela olía a mí. Le di un pellizco en un pezón para que se callara, siseando también. Ella hasta se puso una mano en la boca, quedando como un gesto travieso. Le dije que se estuviera quieta, terminando yo de echarla hacia atrás en la cama. Empecé provocándole un ligero cosquilleo con mis dedos para ver cómo reaccionaba. Noelia ponía una sonrisa pequeña y se movía un poco, erizándose también su piel. Mi boca sustituyó a mis dedos, empezando hasta a lamer un poco su cuerpo. Ahora respiraba de manera entrecortada, aunque lanzó un gritito cuando llegué a sus tetas y le mordisqueé un pezón. Le di una pequeña bofetada que pareció impresionarla por la cara que puso, pasando yo a agarrarla del cuello. No quería esperar más, por eso me senté sobre la cama, agarrándola para ponerla bocabajo sobre mi regazo.

Me desagrada…
 
Efectivamente, nadie obliga a nadie, tanto Noelia como Javi hacen gilipolleces por voluntad propia. Lo que les pase a los dos me trae sin cuidado.
Después de leer los dos primeros párrafos de hoy y la primera conversación con Sara, Javier me parece no ya solo un personaje infantil y egoísta, sino también ruin, aprovechado y mala persona.
Con una apariencia de preocuparse por el estado de su "amiga" Sara, solo tenía una cosa en mente, follar. Un auténtico gilipollas, un incompetente emocional, una persona ruin. Colofón de un primer párrafo lleno de referencias a actos de maldad. Se me está haciendo bola este personaje, a ver si es que no da más de sí ...
Hola, buenas noches.

Totalmente de acuerdo en todo. Ya no se sólo como se está comportando con Noelia, es que ahora también se comporta como un cerdo con Sara, que a mi me encantaba el personaje, pero no se merece a este tío. Sólo piensa en follar, ya le da igual con quien, como y el coste para la otra persona.

Lo de hoy lo leeré luego, he visto el primer párrafo y sólo reafirma lo que acabo de escribir, veremos el resto.

Saludos y gracias

Hotam
 
Capítulo 715

Fue entonces cuando le empecé a dar azotes. Para empezar, lo hice con la mano, siendo los primeros secos y fuertes. Ella reaccionaba demasiado bien, escapándosele alguna risita de hecho. Por eso empecé a dárselos de manera más seguida. El problema era que los seguía aguantando pese a tener el culo bastante rojo. Hasta me empezaba a picar la mano y finalmente tuve que parar, porque entre eso y el frío, me empezaba a doler. Ella estaba como si nada, aguantando bien el tipo y la verdad es que así perdía la gracia. De hecho, fue lo que le dije, que un castigo no debería ser algo que le pudiera gustar. Noelia aguantó conforme estaba, aunque puso su cabeza de lado sobre la cama, sin decir nada. Fue entonces cuando cogí la pala, dándole un azote firme en donde quizá me pasé de fuerza. Había usado fustas, pero no recordaba haber usado ese tipo de palas, porque era ancha, además. El chasquido resonó por toda la habitación, haciendo que Noelia levantara su cabeza fuertemente, agarrándola yo para pegarla a la cama de nuevo.

Emitió un sonido de queja hasta extraño, porque era como una especie de quejido que intentaba reprimir, aunque le costaba mucho hacerlo, porque continué dándole más azotes con ese instrumento. Su culo se volvió a poner rojo muy rápidamente, aunque el color ahora era mucho más intenso que cuando usaba mi mano. Conforme le daba más azotes le preguntaba si le seguía gustando, aunque ahora ella no respondía. Le agarré del pelo otra vez para levantar un poco su cabeza y decirle que para una vez que tenía que hablar, no lo hacía. Cometió el error de decirme que sí le gustaba, por eso hinqué de nuevo su cabeza en la cama y seguí con los azotes. Le costaba mantenerse quieta, tanto que colmó mi paciencia y me quité el cinturón, dándole un pequeño latigazo con él, cosa que le dolió más. Le advertí con que si no paraba, usaría eso. Le até las manos al cabecero de la cama, siguiendo ella bocabajo y yo con los azotes, teniéndolo más fácil al tener solo que sujetar sus piernas.

Fue una sesión larga y dura de azotes. La más dura que había hecho nunca. Y no me daba nada de pena verla así. Tampoco es que me pusiera tanto como para estar excitado todo el tiempo. De hecho, mi erección se fue diluyendo poco a poco, quedándose morcillona y nada más. Acabé bastante satisfecho con cómo le dejé el culo, porque ya lo tenía morado. Además, tenía varias líneas dibujadas en él que tenían hasta relieve. Y también pensaba que le había hecho sangrar, pero era la concentración de la sangre en ciertos puntos de su culo, que vistos más de cerca parecían como arañazos. Lo que sí que me gustó y que de hecho hizo que volviera mi erección, fue la manera de temblar que tenían sus piernas de últimas. Lo hacían como cuando tenía un orgasmo intenso. También usé la pala para recolocarla cuando se movía mucho y me costaba controlarla. Apoyaba el filo de ésta en una de sus nalgas y la ponía bien. Y eso le dolía, porque apretaba en las zonas en las que tenía esas heridas.

-¿Te ha gustado? -le pregunté una vez la desaté y le quité la venda.
-No... -dijo bajito.
-Más fuerte, que no te oigo.
-No -dijo con firmeza.
-Bien. Es que los castigos no te tienen que gustar. Así aprenderás a hacerme caso.
-Vale...
-¿Te duele?
-Sí.
-¿Quieres que siga?
-No.
-Respuesta incorrecta.
-¿Por qué?
-Porque yo soy el que manda aquí. Tu opinión no importa nada. Me tendrías que haber dicho que como yo quisiera.
-Pero me duele...
-Te aseguro que ese dolor es una ínfima parte del que yo he sufrido por tu culpa. Pero tranquila, que no voy a seguir.
-¿Me harás esto otra vez?
-¿Te he dado permiso para hablar?

Noelia negó con la cabeza.

-Ya puedes hablar.
-¿Me vas a hacer esto...?
-Depende de ti -dije interrumpiéndola-. Si te portas mal, tendrás que recibir tu castigo. Aunque puede que no sea un castigo como este. O puede que sí. ¿Quién sabe? También puede ser que alguna vez me den ganas de jugar así contigo.
-Vale.
-¿Quieres que te folle?
-Yo siempre tengo ganas de ti.
-Eso ya lo sé -dije pasando un dedo por su cara.

Ella cerró sus ojos e inclinó su cabeza para que le diera más cariño de esa manera. Fue un momento muy tierno por su parte, pero rápidamente retiré mi mano de ella. La puse en posición, abriéndola bien de piernas, pasando a bajarme un poco el pantalón y los boxers, hasta medio muslo para darle unos golpecitos con mi polla en su coñito. Lo tenía empapado, pegándose sus fluidos a mí. Me froté un poco con ella, dándole placer con ese roce, especialmente con lo lubricada que estaba. Pero no se la metí, porque me moví por la cama, gateando de rodillas para quedar con una pierna a cada lado de su cabeza y que me la chupara. Ni se lo pensó, agarrándola para metérsela en la boca y chupar con mucha ansia. Pero al final acabé follándole yo la boca al agarrarle del pelo y moverme. Ella puso sus manos en mi culo, llegando a empujar en ocasiones. Había momentos en los que se la clavaba en la garganta, hasta que ya no pude más y me acabé corriendo, diciéndole que sacara lengua para ver cómo caía el semen sobre ella y en el interior de su boca.

Se atragantó un poco y empezó a tragar, aunque le dije que no lo hiciera todavía. Aguantó lo restante después de tragar por primera vez para enseñármelo un poco y tragar, volviendo a chupar un poco más para sacar hasta la última gota. Fue un buen orgasmo para mí, quedando yo bastante satisfecho. Hasta se le había pasado ese malestar del castigo que le había puesto, porque volvía a estar con una sonrisa en su cara. Me eché en la cama, tumbándome un poco, abrazándome ella, aunque la aparté, diciéndole que no me tocara. Pasados un par de minutos, me puse bien la ropa y el cinturón y me levanté. Noelia me preguntó a dónde iba, diciéndole yo que a mi casa, que por hoy ya habíamos acabado. Le resultó imposible ocultar esa cara de decepción que puso, pero era parte del castigo, dejarla con ganas y sin correrse. Era algo que ya había hecho en numerosas ocasiones y que disfrutaba de por sí, pero en esta ocasión, mucho más.

-¿Cuándo nos veremos?
-Joder, ¿aún no me he ido y ya estás dando por culo?
-Es que...
-Te has quedado con ganas de seguir, ¿no?
-Pues sí.
-No me gusta que seas tan contestona, ¿sabes?
-Pero me has preguntado.
-No tienes ni puta idea de cómo comportarte. Vas a necesitar otro castigo.
-No, otra vez, no...
-Será si yo quiero, ¿no?
-Sí.
-Eso es. Pero no. No voy a azotarte más por hoy, que se te va a caer el culo entonces.
-¿Puedo hablar?
-Sí.
-¿No te has quedado con ganas de seguir? ¿No quieres follarme?
-La verdad es que no. Estoy saciado.
-¿Solo con una mamada?
-Ayer eché dos buenos polvos.
-¿Qué?
-¿No te lo dije? Con la del pelo rosa.
-Ah... -dijo poniendo una cara que transmitía más dolor que todo el juego de los azotes.
-Vaya... Joder, te van a hacer más daño esas palabras que lo que te he hecho hace un rato. Cualquiera lo diría si te viera el culo.
-Mmm... -decía sollozando.
-Estuvo muy bien. Sara folla de puta madre, ¿sabes? Me dejó seco.
-No quiero saber más.
-Pero yo sí quiero que lo sepas. Mira, resulta que es bisexual. Y cuando terminamos le pregunté qué le habías parecido. Le pareciste muy mona. Le gustaste bastante. Así que he pensado que podíamos haber un trío. ¿Qué dices?
-Mmm, no -decía con sus ojos vidriosos.
-¿Por qué?
-Porque no. Mejor que no.
-Dame una razón mejor que esa.
-Lo sabes de sobra, porque me duele verte con otras chicas.
-Ah, es verdad, que eres una celosa... Aunque no tienes derecho a estarlo, porque no somos nada.
-Ya.
-Dime, ¿por qué te conformaste con lo que te dije de que solo quería sexo contigo y nada más? Pareció no importarte mucho para sentir lo que dices sentir.
-Porque es divertido. Y me pones mucho. Contigo voy a tener el mejor sexo de mi vida. Lo sé.
-Y te conformas con eso.
-Sí.
-Ah... Pues puede ser mucho más divertido si metemos a alguien más, como Sara, que tiene mucha experiencia en tríos y tal...
-Pero...
-No parecía importarte una mierda hacer un trío conmigo y con María. Coño, si hasta estabas dispuesta a hacer un trío conmigo y con tu hermana con tal de follar conmigo.
-Pero es que ya no soy así, Javi...
-Es que ahora quiero que seas así.
-No puedo, Javi. Si te veo con otra me muero -dijo empezando a llorar de verdad.
-La vida es una mierda, nunca tenemos lo que queremos. Y cuando lo hacemos, siempre pasa algo para que se joda. Deberías aprenderlo, porque entre tú y yo no va a haber otra cosa más que esto.
-¿Te puedo dar un abrazo?
-¿Me estás oyendo?
-Sí. Pero necesito uno. Por favor.

No dije nada, ni tampoco hice nada. Ella se tomó la libertad de dármelo. No es que me hiciera sentir mal, porque esta chica no me podía importar menos, pero sí es verdad que me recordó a un momento del pasado junto a su hermana. Le froté un poco la espalda y me dejé llevar por una compasión que no debí haber tenido con ella.

-Anda, no llores más -dije tras unos momentos en los que ella me abrazaba con fuerza y lloraba con un buen berrinche.
-Es que te quiero.
-No sigas por ahí. Mira, tengo otra cosa para ti.
-¿El qué?
-Esto -dije dándole algo de mi maleta, lo cual estaba envuelto en papel de regalo negro y rojo.
-¿Qué es?
-¿Por qué no lo abres?

Noelia lo abrió con ansia, descubriendo que en el interior del envoltorio había un collar. Pero era uno fino, con un lazo de cuero que se unía a sí mismo con una argolla redonda de metal. Alicia, la choca del sexshop, me dijo que era común que la persona dominada llevara un collar así, porque indicaba una relación de dominancia, sobre todo cuando había más gente de por medio, en donde había gente que llevaba cadenas atadas a ellos, como si estuvieran paseando a un perrito. Quería uno de los simples, era más un detalle que otra cosa. Y había de dos maneras, con la argolla redonda, o con forma de corazón. Descartadísimo ese último, por eso compré el que le acabé dando. Ella lo miró con atención y luego me miró a mí.

-¿Sabes lo que es?
-Un collar, ¿no?
-Así es. Esto significa que eres mía. Y de nadie más. Al menos que yo lo permita.
-No necesitaba esto para que todo el mundo lo supiera.
-Ah, ¿no te gusta?
-No he dicho eso -dijo con miedo mientras se lo ponía-. ¿Qué tal me queda?
-Bien.
-Es muy mono, porque es muy simple y no llama la atención. Me gusta. Lo voy a llevar siempre -dijo volviendo hacia mí después de mirarse en su espejo, dándome un abrazado muy grande.
-Mañana Andrea se va a casa por la tarde. ¿Qué te parece si nos vemos en mi casa por la noche?
-Sí, por favor.
-Pero no te puedes tocar, ni correrte. Sabré si lo has hecho.
-Vale, vale. Como tú quieras.
-Bien.
-Si quieres podemos estar todo el fin de semana juntos. Puedes hacer conmigo lo que quieras.
-Tengo planes para ti. Se me ocurren muchas cosas, muchas locuras... Pero poco a poco. Este fin de semana no puedo. Me voy con mi familia.
-Vale... Me encantaría...
-Olvídate. Es que ni lo menciones, vaya...
-Tranquilo -decía dándome otro abrazo.
-No me enfades más, ¿vale? Que ya sabes lo que pasa si lo haces.
-Sí.
-A ver si es verdad.
-¿Y cómo hacemos mañana? ¿Cenamos juntos como hoy o…?
-No lo sé. Ya vamos hablando.
-Vale. Estaré atenta.
-Estoy siendo demasiado blando contigo. Y esto no puede ser.
-¿Por...?
-Porque te vas a acostumbrar. Y te conozco.
-No voy a enfadarte más. Te lo prometo.
-Quizá debería dejar pasar unas semanas para volver a vernos.
-No -dijo alarmada.
-Ya veremos.
-Javi, por favor...
-Me voy.
-¿Me puedo quedar esto?
-¿La venda? Lo que quieras. No la voy a usar para nada más.
-Es que huele a ti. Me encanta.
-Toda tuya. La pala me la llevo, por si la vuelvo a necesitar contigo.
-Vale.
-Y cómprate una crema o algo para echarte en el culo, que tiene un poco de mala pinta.
-Vale. Mañana voy a la farmacia.
-Mañana nos vemos. No te levantes, me conozco el camino a la puerta.
-Hasta mañana. Te quiero.
-No digas eso.
 
Lo siento, pero lo tengo que decir . He querido ser bueno para no entrar en polémicas.
Pero ya no me aguanto.
Este Javi es un completo imbécil, un muy mal tipo que está teniendo un comportamiento impresentable con Noelia, por muy mal que Ella se portará en el pasado.
Quién cojones se cree que es para decirle que es solo suyo y darle un collar?.
Si yo soy Noelia tiro el collar a la basura.
Quiero pensar que en algún momento Javi se dará cuenta de su lamentable comportamiento con casi todo el mundo y verá que esto no puede seguir así.
Desde que Termino con Elena ha ido de mal en peor y a mucho peor. En algún momento había alguna esperanza, pero nada vuelta a las andadas y actualmente y siento si ofende lo que voy a decir, es un completo gilipollas.
Que conste que yo muchas veces me he comportado como un gilipollas y me he dado cuenta y lo he reconocido, con lo cual nadie está libre de hacer cosas mal en su vida, pero es que me está doliendo muchísimo su comportamiento fuera de lugar e impresentable con Noelia. Ojalá actúe el karma y Noelia lo mandé a la mierda.
 
Estos juegos de rol que intenta Javier, se sienten sobreactuados al no generar una pizca de morbo.

En otras circunstancias podrían aportar, ahora para nada vienen en la narrativa, producen un creciente rechazo hacia él.

Esto se está volviendo un virtual laboratorio de experimentación sexual, sólo va faltando que se compre una perro grande, y bueno,,,:oops:
 
Keranos quiere que odiemos a Javi.
Por eso lo está presentando como un tipo mucho más tóxico y deleznable, de lo que parecía ser.
Éste capítulo, es el relato de cómo actúa un maltratador.
No es un episodio de dominación. En Javi hay odio, ánimo de venganza, y voluntad de infringir dolor físico y emocional.
Prefiero al Javi inmaduro y perdedor, que a éste vengativo y cruel.
 
Keranos quiere que odiemos a Javi.
Por eso lo está presentando como un tipo mucho más tóxico y deleznable, de lo que parecía ser.
Éste capítulo, es el relato de cómo actúa un maltratador.
No es un episodio de dominación. En Javi hay odio, ánimo de venganza, y voluntad de infringir dolor físico y emocional.
Prefiero al Javi inmaduro y perdedor, que a éste vengativo y cruel.

Y lo está logrando.

Creo que con Noelia está aconteciendo una contradicción vital en Javier.

Sospecho que intenta aborrecerse así mismo actuando cruelmente con ella, desearla y quererla a pesar del daño que le hizo, es imperdonable para él.

Escalarán hasta llegar a un límite físico o mental, lo que primero sea, posiblemente luego ocurrirá algo semejante a una redención.
 
Hoy no le puedo poner el habitual me encanta al final del capítulo. El Javi que nos está mostrando el autor es un Javi despreciable, egoísta, sádico y cabrón. No busca placer, busca hacer daño físico y psicológico, humillación y desprecio. A este ritmo va a conseguir el desprecio unánime de todos.
 
Pues yo no lo desprecio, yo lo tomo como lo que son, dos personas enfermas, tanto él como Noelia, y que tienen la mala suerte de que nadie a su alrededor se da una mínima cuenta, porque las amistades las veo muy superficiales. Ni siquiera Angela la veo muy metida que digamos.

La única que veo más o menos tratando de ayudar, es su madre, pero lamentablemente le tiene miedo a las reacciones y chantaje emocional de Javi y no ha podido llegar a la información que los demás saben.
 
Capítulo 716

Me levanté y me fui de allí, cerrando la puerta de su habitación y volviendo a casa. Había estado muy bien la sesión de dominación. Se me quedó grabada esa imagen de sus piernas temblando ya de últimas. También me gustaba pincharla diciéndole que me follaba a otras, como había pasado con Sara. Eso le hacía daño y me gustaba, porque en cierto modo era como devolverle todo el daño que me había hecho a mí con sus actos en el pasado. Aunque ya a medio camino me acordé de cómo me ablandé con ella. Esa compasión que me entró no era algo que quisiera, porque no la merecía y porque me hacía recordar a su hermana. Acabé enfadado conmigo mismo por haber actuado de esa manera con lo bien que estaba yendo la cosa. Y ahora encima hasta le había dicho de quedar al día siguiente, cosa que seguro que le daría alas a la hora de buscar más acercamiento entre nosotros. También pensaba que podría llevar a aprovecharse de esa compasión que tuve con ella al verla así de mal llorando tanto y demás. Veía muy probable que se echara a llorar con cualquier tontería que le dijera con tal de acabar actuando blando con ella, pero al menos era una nueva oportunidad de pasar un buen rato, ya fuera jugando con ella o teniendo sexo, porque quitando la mamada no hicimos más y la verdad es que estaba buena y follaba bien.

Andrea sacó como curiosidad mientras comíamos que ese día había visto a Noelia rara. Empezó por decir que no la había visto llegar a primera hora, cosa que era rara, porque siempre se solían encontrar por los pasillos, o en la entrada para charlar un poco antes de entrar a clase. Pero luego sí la acabó viendo en la clase en la que coincidían, y ahí fue donde la encontró rara, porque se movía mucho y tenía cara de incomodidad. Supuse que le dolía mucho el culo por lo pasado la noche anterior, aunque Andrea no dijo nada más. Lo sacó como algo casual, aunque sí que me preguntó si sabía algo, negando yo. Para cambiar un poco de tema le pregunté a qué hora se iba, diciéndome ella que temprano, sobre las 5 de la tarde o así. También me preguntó qué haría yo ese fin de semana, contándole que también iba a ver a mi familia y que volvería el domingo bien entrada la tarde o ya casi de noche si cenaba allí también.

Ya sentado en el sofá, después de comer, me empezaron a llegar mensajes de Noelia en los que buscaba concretar el plan en el que quedamos la noche pasada. Me preguntó si seguía el plan en pie, respondiéndole yo afirmativamente. Le hizo mucha ilusión que nos viéramos esa noche, diciéndome que tenía muchas ganas y que no podía esperar. También me preguntó si cenaríamos juntos, a lo que no le terminé de responder, porque no me apetecía aguantarla tanto como había hecho el día anterior. Le dije que no lo sabía todavía, que dependía de una cosa del trabajo. Ella me puso que no pasaba nada y yo que ya le diría algo. Dejé el móvil sobre la mesa y me tumbé para descansar. Andrea se puso a jugar un poco para matar el tiempo hasta que llegara la hora de irse en autobús a su pueblo. Me quedé mirando cómo jugaba, estando ella concentradísima, haciendo algún comentario para pedirme opinión de cómo tenía que hacer algún puzzle o algo por el estilo. Hasta que finalmente me marché a trabajar, dejándola allí y despidiéndonos hasta el domingo.

Al fin se acabó la semana en lo que a trabajo se refería, yendo todo bastante normal dentro de lo que había, porque ya mismo eran los exámenes finales y algunos estaban algo agobiados, sobre todo los de cursos más superiores. Nada más girar la esquina de la calle en la que estaba mi casa al ir hacia ella, vi a Noelia en la puerta, sosteniendo un par de bolsas y con su móvil en la mano. Conforme me acerqué, ella me vio y me saludó, de manera bastante alegre. Estaba muy contenta agitando su mano y con una sonrisa enorme. También me percaté de que llevaba una mochila a su espalda, aunque no hice ningún comentario al respecto. Me saludó dándome las buenas noches, dudando si acercarse o no. Yo le devolví el saludo, aunque no tan contento como ella. Noelia puso su mano sobre mi brazo y me lo apretó, abriendo yo mientras tanto para entrar en casa, siguiéndome ella al cerrar la puerta, dejando las bolsas que traía sobre la mesa grande del salón y la mochila sobre el sofá, quedándose con sus manos por delante de su cuerpo, entrelazando sus dedos y jugando con ellos de manera nerviosa.

-Qué ganas tenía de verte -decía dando saltitos.
-¿Qué son todas esas bolsas?
-Ah, jejeje. Te cuento. Como no habíamos quedado en nada al final, pues he pensado en tomar un poco la iniciativa. ¿La he cagado? -preguntó más seria- Es que como no me has dicho nada en toda la tarde... Que sé de sobra que estabas trabajando y entiendo que no puedes coger el móvil. No te echo nada en cara.
-No, no la has cagado.
-Bien -decía con alivio-. He pensado en comprar la cena.
-Ah...
-He salido de mi casa para las 7 y media o así. He venido paseando y he pensado comprar algo para cenar, porque he imaginado que no tendrías ganas de cocinar después de estar trabajando durante todo el día. Y como a mí no se me da muy bien tampoco, ya sabes... Jejeje.
-Pero has comprado muchas cosas, ¿no?
-No tanto. Es más el envoltorio que otra cosa.
-¿Has comprado vino?
-Sí, jajaja.
-¿Me quieres emborrachar?
-No, jajajajaja. ¿Pero qué dices? -dijo acercándose a mí para coger mi brazo.
-¿Qué te debo?
-Nada. Yo invito.
-No. No necesito ninguna chacha ni nadie que me invite a nada. Así que me dices cuánto te tengo que dar o no como nada de lo que has traído.
-Vale, vale. Pero no te enfades.
-Anda, vamos a calentar esto y cenamos.
-Sí -dijo más animada.

Estaba tan contenta que casi me lo pegaba a mí también. Me resultaba raro cómo se conformaba cuando le decía unas pocas buenas palabras después de ponerme serio. Con tan solo eso parecía que le había tocado la lotería. La observé durante el rato que estuvimos en la cocina emplatando lo que trajo y calentándolo. La veía bastante guapa. No tenía casi nada que ver con la Noelia que conocí hacía casi 2 años atrás en ese aspecto. La veía muy risueña y más mujer. Iba muy guapa, con un jersey de cuello vuelto de color azul, unos leggings negros y unas converse azules a juego con su jersey. También iba algo maquillada con un pequeño rabillo de ojos y algo de color en sus labios, no llevando gafas esta vez. Me pilló mirándola, haciéndolo ella conmigo y sonriendo ampliamente. Pero no dejé que se tomara tantas confianzas, porque empecé a poner la mesa fuera, en el salón, dejándolo todo listo para terminar de llevar los platos, sentándonos en cuanto lo hicimos.

-¿Qué tal te ha ido el día?
-Bien.
-Bien... ¿Y ya?
-¿Qué más quieres que te diga?
-No sé, cuéntame con más detalle. No seas soso.
-¿Te parezco soso?
-Noooooooo. Jo, Javi...
-¿Qué?
-¿Por qué no te relajas un poquito? Solo quiero que lo pases bien conmigo.
-Sabes que lo mío me cuesta.
-¿Abrimos el vino?
-Al final sí que me quieres emborrachar.
-Que noooooooo, jajajaja. Pero te va a venir bien para relajarte. ¿Lo abres tú?
-Anda, trae -dije cogiendo la botella para ir abriéndola.
-¿Te gusta lo que he comprado?
-Está bien.
-Sí, es de un sitio al que suelo ir de vez en cuando. Como pilla cerca, pues al salir de la universidad me he pasado algunas veces para recoger la comida y ya irme a casa.
-Cuando no te has acoplado aquí, ¿no?
-Mis ganas de verte siempre son muy grandes.
-Ya...
-Oye, una pregunta. ¿Sigues dándole clases de francés a Andrea?
-Alguna que otra vez, pero ya es raro que nos sentemos a dar alguna.
-Es que este año nos ha tocado una profesora que tiene más mala leche... Uff... Estamos viendo que nos va a costar, porque tampoco es que explique muy bien.
-¿Y qué me quieres decir con eso?
-Nada. Era solo para contarte. Por si Andrea lo había hecho también o no.
-Pues no.
-Ojalá fueras tú el que nos diera las clases. Andrea me ha dicho que lo haces muy bien y que gracias a ti aprobó esa asignatura el curso pasado.
-No era tan difícil como ella pensaba.
-Pero eso no quita que lo hagas muy bien.
-¿Y tú qué sabrás? Si no me has visto dando clase...
-Te recuerdo que sí. Me ayudaste cuando estaba en segundo de Bachillerato.
-Ah, es verdad.
-Ya tenías madera de profesor en ese entonces.
-Lo dices como si hubieran pasado 20 años.
-A mí me gustaba mucho cómo las dabas.
-Ya, seguro que era en eso en lo que te fijabas.
-Bueno, en parte no, jejejeje. Ya en serio, me ayudaste mucho. Fue la asignatura en la que más nota saqué. Ya lo sabes.
-¿Y esa mochila que has traído? -dije cambiando de tema.
-Ah... Es que... Mira, todas mis amigas se han ido a casa este fin de semana. Y mis compañeras de piso también. Parecen que se han puesto todas de acuerdo, jajajaja. Así que quería aprovechar para irme yo también a la mía. Y como dijiste que tú te ibas también, pues había pensado que podíamos irnos juntos y me dejabas allí.
-¿Me has visto cara de taxista?
-Eh... Es para hacerte compañía y que se te haga más ameno el viaje.
-Son menos de 2 horas lo que dura, no 10.
-Pero seguro que se te hace más corto si vamos juntos.
-¿Dándome el coñazo? No sé yo...
-Hablamos de lo que tú quieras.
-Ya veremos... Si te lo ganas esta noche, puede que te lleve.
-Vale -dijo ilusionada.
-¿Cómo está tu abuela?
-Bien. Bueno... Ya sabes... La pobre tiene lo suyo, pero dentro de lo que cabe, está muy bien.
-Me alegro de que esté bien.
-Mi madre la cuida mucho, aunque mi tía también ayuda mucho. Ya sabes que iba mucho a verla también.
-Sí.
-Ah, Javi...
-¿Qué pasa?
-Ya mismo... Eh...
-¿Qué?
-Pues que ya mismo es mi cumpleaños. Y quería saber si quieres venirte a la pequeña fiesta que voy a montar en mi casa.
-¿Qué casa?
-La de aquí.
-¿Y quién va a ir?
-No te preocupes. No va a ir mucha gente. Solo van a ir mis dos compañeras de piso, porque me llevo bien con ellas y al vivir juntas, pues quieras que no, nos hemos hecho un poco amigas. Aunque no tanto como con las del grupillo, que también van a ir.
-¿Solo ellas?
-Sí. Bueno, y Arantxa. ¿Te acuerdas de ella?
-Claro.
-También es muy buena amiga mía, aunque ya no nos veamos casi, pero tiene un hueco en mi corazón.
-¿Y María?
-¿María? Ya sabes que no quiere verme...
-¿Has intentado hablar con ella después?
-No.
-¿No te gustaría verla?
-Claro.
-A mí también me gustaría verla. Estaba bastante buena, seguro que lo sigue estando.
-Javi... -dijo cambiando su cara muy bruscamente.
-¿Qué?
-Ya sabes que no me gusta...
-Si querías hacer un trío conmigo y con ella, anda no me jodas.
-Pero porque...
-Que sí... Si hasta tuvisteis algo.
-Ya, pero no llegó a nada.
-Pues para no hacer llegado a nada, vuestras cosas hicisteis...
-Bueno, va. No quiero que me recuerdes aquello. Ni tampoco que digas esas cosas.
-¿Qué cosas? ¿Lo de que está buena?
-Sí.
-Pues te vas a tener que aguantar.
-Ummm... -murmuró mordiéndose la lengua, porque era bastante evidente que lo hacía.
-¿Cómo tienes el culo?
-Ah... Jajajaja -reía cambiando su humor una vez más-. Pues bueno... Esta mañana me dolía muchísimo. He ido a la farmacia, porque no podía aguantar más. Hasta me he saltado la primera clase.
-Algo me ha contado Andrea.
-Ah, ¿sí? Bueno, el caso es que me ha dado mucha vergüenza, porque le he explicado que tenía un dolor, pero me pedía explicaciones. Al final le he tenido que explicar cómo ha sido y tal... Hasta le he enseñado el culo. Menos mal que era una chica... Jajajaja. Pero me he puesto roja igualmente.
-¿Y qué ha pasado?
-Me ha dado una pomada muy buena. Muy fresquita y nada más ponérmela he notado alivio. Lo hice ya en la universidad. En el baño, justo donde nos vimos -decía con una sonrisilla.
-¿Y bien ya?
-He tenido molestia durante toda la mañana, pero ni punto de comparación a cómo estaba cuando me he despertado. Me han dicho que me la eche hasta que cure bien todo.
-A ver que lo vea.

Noelia se levantó, subiéndose un poco el jersey y bajándose los leggings, dejando su culo por completo al aire, aunque llevaba un tanga de hilo de color negro. Me puso mucho ver su culo con ese tanga y también más marcas que le habían quedado por lo pasado la noche anterior.

-¿Te duele? -pregunté pasando un dedo por sus nalgas.
-Es más molestia que dolor.
-¿Y ahora? -dije dándole un pequeño azote.
-¡Ay! Ahora sí... -decía con dolor.
 
A ratos enervante, pero es lo que hay. :rolleyes:

Todas sus fantasías de dominación volcadas en esta joven mujer que es Noelia.

Tiene historia con el tema, recordemos algunos episodios que tuvo con Elena e Irene, mostraron un novel Javier ansioso por explorar más.

La situación actual es volátil, en estos "juegos" se manifiestan pasiones y odios que van y vienen, escondiendo los reales sentimientos que motivan esos acercamientos.
 
Lo de Irene son celos y creo que estos tres terminarán consumiendo como Hugo y quizás necesiten a Javi por algún problema con este
Hugo no es un tío muy recomendable, al menos por el tema de drogas.

En cuanto a "los nuevos cuatro", hay mucha tela que cortar aún, nos falta mucha información para entender lo que realmente pasa ahí.

Espero no decepcionarme en forma definitiva de los tres, Hugo me da lo mismo.
 

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