Reencuentro con Elena

Keranos

Miembro muy activo
Desde
22 Jun 2023
Mensajes
847
Reputación
4,188
Hola!

En vista a lo que va a pasar con el foro **************, lugar donde originalmente empecé a postear esta historia y donde descubrí este mundillo de los relatos eróticos leyendo a bastantes buenos autores he decidido continuar la línea que tantos están tomando, por eso me voy a mudar a este foro para continuar con la historia aquí, aunque la voy a subir al completo desde el primer capítulo.

Es una historia bastante personal y a la cual le he dedicado mucho tiempo y que aún a día de hoy sigo haciendo. La empecé a escribir en febrero de 2021 y la empecé a publicar en mayo del mismo año en dicho foro. Me parece feo que con el tiempo se pierda todo lo que he construido, por eso voy a subir todos los capítulos tal y como están allí, continuando de la misma manera aquí una vez alcance en punto en el que la he dejado hoy mismo, día que escribo este post.

Por mi parte hago lo que puedo al hacer esto, teniendo pensado también colgar las fotos de ambientación de los diferentes personajes de la historia para que se les ponga cara y cuerpo más fácilmente. Es una pena que se pierdan las reacciones y los comentarios de los lectores, parte fundamental de cualquier historia, pero eso sí que escapa a mi alcance.

Como dije en los primeros posts en el otro foro, solo voy a pedir una cosa: respeto a todos, tanto a mí como a cualquier lector, siempre y cuando se sea amable, se den opiniones y se escriba sin meterse con nadie y sin ofender en general. Estamos aquí para pasarlo bien, no para discutir de manera agresiva de unas cosas u otras.

Otra cosa a tener en cuenta es que gran parte de la historia es real, por eso es por lo que pido respeto para incluso los personajes. Acepto críticas siempre que sean constructivas. Lo he hecho desde el día 1 en el otro foro y a veces la gente se disculpaba por meterme quizá más caña de la cuenta, pero como digo, no tengo problema siempre y cuando sea con respeto.

Poco más que decir, tan solo saludar de nuevo a quien me conozca, ya sea a quien sigue la historia desde el primer día o desde más adelante. Y por supuesto darle la bienvenida a toda la gente que se sume a partir de este momento.

Espero que lo paséis bien leyendo la historia hasta el final.
 
Capítulo 1

Quedamos el sábado por la tarde para echarnos unas cervezas y hablar un poco de todo porque llevábamos bastante sin hablar ni nada. Nos fuimos sobre las 9 del bar y me dijo de ir a su casa a echarnos unas copas, así que fuimos allí.

Cuando llegamos me dijo que su madre no estaba, porque estaba con su abuela, que estaba un poco mala y al estar sola no se fiaba, así que sólo estábamos en la casa nosotros dos y su hermana pequeña. Estábamos en el salón y pusimos música, aunque no muy alta porque su hermana tenía que estudiar, me dijo que estaba en segundo de bachillerato y estaba un poco agobiada. En toda la tarde habíamos sacado el tema de su ex y eso que habíamos hablado de varias cosas, pero bueno, entre las cervezas y las copas, se fue abriendo y me acabó contando que le puso los cuernos y que por lo visto llevaba tiempo haciéndolo, porque cuando se enteró, ató varios cabos. Y entonces me soltó algo que no me esperaba.

Me recordó aquella vez que estábamos en un parque tonteando echándonos un litro donde casi follamos porque se había peleado con su novio. Yo no sabía que decir en ese momento, estaba un poco cortado y me empecé a excitar recordando la situación. Estábamos los dos sentados en una parte del parque donde se estábamos un poco resguardados porque estaba rodeado todo de arbustos y árboles, era una parte donde se tenía bastante intimidad y era conocido por ser el sitio donde iban las parejas a liarse. Me dijo de ir allí, porque no tenía ganas de que nadie la viera y se acercara a hablarle del novio, porque la discusión que tuvieron fue delante de bastante gente. A medida que hablábamos, se iba poniendo triste por recordar las cosas feas que se habían dicho ambos. Yo intenté cambiar de tema para alegrarla, pero estaba como ensimismada pensando en eso todo el rato. Entonces para llamar más su atención puse mi mano sobre su muslo cubierto por unos leggins. Ella pegó un respingo y me miró a los ojos. En ese momento me empecé a excitar, porque ella siempre me había atraído, aunque no me planteé hacer nada con ella a pesar de que su novio era un poco capullo. Ella no me quitó la mano de su muslo, ni me dijo nada para que la apartara, así que empecé a apretarle sueca entero muslo, como si estuviera masajeándoselo. Ella siguió sin decir ni hacer nada mientras me seguía mirando a los ojos. Entonces decidí ir subiendo poco a poco la mano para ver su reacción, la cual era la misma, sólo que su respiración empezaba a ir más deprisa y ponía cara de agrado. A estas alturas yo sólo quería lo que quería, así que subí la mano hasta su coño y ella volvió a dar un respingo, esta vez cerrando los ojos. Al ver su reacción me encendí más todavía y empecé a masturbarla suavemente por encima de la ropa. Mientras lo hacía ella empezaba a suspirar, así que empecé a acelerar el ritmo, provocando pequeños gemidos. Intenté meterle la mano por dentro, pero me paro y me dijo que siguiera así, cuando ya llevaba unos minutos, le notaba el coño muy caliente y seguía con sus suspiros y gemiditos. Entonces ella empezó a sobarme el paquete, que estaba bastante empalmado. Cuando noté como me tocaba, aumenté el ritmo con el que la tocaba, empezando a notar humedad a través de la ropa, a la vez que esto pasaba, ella empezaba a jadear y se echó mí, apoyando su cara sobre mí hombro para ahogar los gemidos. Yo estaba a 100 y empecé a besarle el cuello. En ese momento, ella quitó la mano de mi paquete y se agarró fuertemente a mi camiseta mientras cerraba las piernas y apretaba la cara aún más contra mi hombro. Se estaba corriendo, a los segundos apartó mi mano de ella mientras temblaba un poco. Yo la miraba deseando follármela ahí mismo, la erección me dolía por ir en vaqueros. Cuando se recuperó nos miramos a los ojos y mi reacción fue acercarme a ella para besarla, pero ella me paró poniendo su mano en mi pecho y me dijo:

-Para, esto no está bien.
-¿En serio me vas a dejar así?
-Sabes que tengo novio...
-¿Y qué? Es un capullo por tratarte así, no se merece estar contigo.

Cuando le dije eso apartó la mirada y pude ver como se le ponían los ojos vidriosos.

-Es que le quiero.

No sé como me pude contener sin hacer nada más, estaba deseando comerle la boca y follármela ahí mismo. Le dije:

-Tienes razón, no sé qué hago metiéndome en una relación.

Ella sonrió al ver que le entendía, me dio un beso en la mejilla y se fue, dejándome ahí empalmado y con un calentón de cojones.

Entonces su voz me hizo regresar del recuerdo y me dijo:

-¿Sabes? Si hubiera sabido que el idiota este me estaba poniendo los cuernos, te hubiera follado ahí mismo.

Me quedé un poco cortado, pues a pesar de tener confianza con ella, eso pasó hacía un tiempo y no hablaba con ella desde hacía varios meses. Ella siguió:

-Se te veía con muchas ganas...

Seguía cortado, pero recordé las ganas que tenía en aquel entonces y me dije a mí mismo que esta vez no iba a perder la oportunidad. Así que reaccioné diciéndole:

-No lo sabes tú bien (mientras ponía risa picarona). Aún no sé como pude contenerme al verte así.
-Porque eres un buen amigo.
-Un buen amigo no te haría lo que yo estaba pensando hacerte...
-¿Ah, sí? (Dijo mientras se mordía un poco el labio).
- Pues sí...
-¿Qué me habrías hecho? (Dijo mientras se acercaba un poco a mí).
-Si quieres saberlo, deberías haberlo comprobado entonces... (Dije con tono de guasa).

Su reacción fue soltar una carcajada, siguió:

-Créeme que si lo llego a saber...
-¿De verdad?
-Sí. ¿Crees que te dejé meterme mano porque sí? Yo también tenía ganas, pero me contuve porque quería al gilipollas ese y yo no hago lo que no quiero que me hagan...
-Pues bien que te dejaste meter mano...
-Me pillaste con las defensas bajas y fue tan de sopetón que estaba como paralizada y para cuando me di cuenta ya me estabas tocando...
-¿Te gustó?
-Sí, pero fue un poco raro hacerlo por encima de la ropa.
-Ya, eso pensé yo, e intenté solucionarlo...
-Sí, pero sabía que si metías la mano, no iba a poder parar.

Me quedé callado mirándola, casi haciéndose un silencio incómodo. Ella reaccionó rápido diciendo:

-Entonces, ¿qué me hubieras hecho? (Dijo mientras reía)
-Mmm... No sé... Muchas cosas...
-Va, ¿en serio me vas a dejar así?
-¿A qué jode que te dejen con las ganas? (Dije con tono para chincharla mientras me reía)

Entonces me plantó un morreo.

-Va, suéltalo.
-Que curiosa eres...
-Ya ves, hay que aprove...

Y sin dejarla acabar, le cogí de la cara y le devolví el morreo, ahora con más lengua y ganas por parte de ambos.

-Hay que aprovechar cuando se tiene ganas. (Dijo con voz entrecortada mientras abría los ojos).
-Qué cabrona eres...
-¿Por qué? (Dijo con una pequeña risa).
-Me da la impresión de que me estás echando en cara que no siguiera aquella vez.
-No, lo hiciste bien. Me respetaste, y eso dice mucho de ti.

Mi reacción fue darle otro beso, esta vez más suave, mientras la acercaba a mí con mi brazo, acariciándole la cintura. Después empecé a besarle el cuello mientras le desabrochaba los vaqueros para meterle la mano dentro, le estaba tocando el coño por encima de las bragas. Ella empezaba a suspirar mientras se aceleraba su respiración. Cuando noté que estaba húmeda, metí la mano dentro de sus bragas. Ella pegó un respingo. El corazón me iba a mil, qué ganas tenía de ese momento. Al meter la mano noté que no estaba muy depilada, jugué con el pelo de su pubis con mis dedos y ella soltó una risa. Me dijo:

-Es que llevo mucho sin... Y no esperaba acabar así hoy...
-Shhh (No la dejé acabar, mientras besaba suavemente sus labios). Me gusta así...
-Pfffff...
-¿Qué pasa?
-Como me tienes... Y aún no me has dicho que me hubieras hecho esa vez....
-No te lo voy a decir...
-No me jodas, va.
-No te lo voy a decir, porque te lo voy a hacer (Dije mientras empezaba a tocarle el coño y metía un dedo y después otro notando lo mojada que estaba).
-Mmmm… ah, ¿sí? (Dijo susurrando con voz entrecortada y con la respiración agitada por como le metía los dedos).

Entonces saqué los dedos de su coño. Estaban muy mojados por su flujo y le dije:

-Abre la boca.

Abrió los ojos y buscó mi mirada. Estaba serio. Al verme así soltó aire y se mordió el labio, las mejillas se le encendieron. Cerró los ojos y sacó su lengua, pequeñita con un piercing, cosa que me encantaba. Y le metí los dedos en la boca para que saboreara su propio flujo. Empezó a chuparlos, saboreándolos y jugando con ellos con su lengua pasándola entre ambos dedos y succionado, después los empezó a chupar como si fuera una polla mientras lanzaba pequeños gemidos. Al mismo tiempo yo le mordisqueba la oreja.

Después le cogí de la barbilla para besarla y así también poder saborear yo sus jugos. Ella seguía gimiendo tímidamente. Estaba disfrutando lo que le estaba haciendo, y eso me encendía más. Me aparté de ella y la miré. Seguía con los ojos cerrados y con la respiración agitada. Entonces la cogí con firmeza del cuello, ella se sorprendió. Le pregunté:

-¿Quieres que te folle?
-(Asintió sin decir nada con cara niña obediente).
-Contesta.
-Sí, por favor. Pero vamos a mi habitación.
 
Capítulo 2

Tras eso, salimos del salón camino a su habitación, pero se detuvo frente a la puerta de la habitación de su hermana. Iba a llamar, pero la detuve. Me dijo:

-Voy a decirle que no nos moleste (Dijo susurrando).
-Shhh (Dije antes de que acabara de hablar mientras tiraba de su brazo para ir a su habitación).

Cuando llegamos a su habitación, me senté en la cama y ella se echó sobre mí besándome. Yo le cogí del culo y le di un azote, ella reaccionó soltando un gemidito y entonces fue con ansia a quitarme el cinturón. La paré y le dije:

-Shhh, aquí mando yo (Mientras cogía sus manos con fuerza y las llevaba a su espalda para sujetarlas con mi mano izquierda sin dejar que me tocara).

Ella me miraba con casi cara de pena, por las ganas que tenía y no poder hacer nada, mientras respiraba agitadamente. Yo me reí y me dijo:

-Eres malo...
-Ya te he dicho que un buen amigo no te haría las cosas que yo te haría, y acabamos de empezar...

Ella se mordió el labio. Entonces metí mi mano derecha por su sudadera tocándole la barriga y fui subiendo por su estómago hasta su pecho, no llevaba sujetador, pues ella tenía pechos pequeños, le acaricié entre los dos pechos y noté como se aceleraba, mientras, ella me movía lentamente, restregándose contra mi paquete. Notó que estaba muy duro y soltó un gemidito. Entonces tiré de sus manos hacia atrás con mi mano izquierda y le dije:

-Te he dicho que mando yo.
-Perdón. Es que no puedo aguantar más...
-Te estás portando mal, te voy a tener que castigar (Dije mientras le pellizqué un pezón)

Ella pegó un respingo y soltó un gemido de queja, pero después un sensual "mmm". Le solté las manos para poder quitarle la sudadera, ella me ayudó levantando los brazos y se la quité, dejando sus pequeños, aunque muy bonitos pechos al descubierto. Tenían forma cónica, pezones de tamaño normal, de color rosa palo, muy bonitos, y en uno de ellos tenía un piercing, me llamó la atención, se veía muy bonito, así que me lancé a chupárselo. Como me gustaba, estaba muy cachondo. Ella echó la cabeza hacia atrás mientras gemía suavemente. Cambié de pecho para lamerle el otro pezón mientras ella me acariciaba el pelo y le di un mordisquito en el pezón, provocando en ella un gemido más alto, tras el cual soltó una risa juguetona. Después le volví a besar, con más intensidad mientras le tocaba el culo y le daba algún azote. Entonces me empecé a quitar la sudadera y ella tiró de ella hacia arriba con fuerza. Era increíble lo ansiosa que estaba y al ver como se comportaba le dije:

-Te estás portando muy mal, yo soy el que marca el ritmo (Mientras le decía esto, le solté un azote más fuerte).

Ella soltó un "Ay" en forma de gemido, bastante alto. Entonces la tumbé boca arriba en la cama y empecé a desnudarla poco a poco, quitándole las zapatillas y después los vaqueros dejándola solo con unas braguitas negras. Ella me miraba mordiéndose un labio con las mejillas encendidas y su pecho subiendo y bajando rápidamente por su respiración agitada. Entonces me fijé en su cuerpo, el cual no había podido ver nunca así, ya que era bastante reservada y casi siempre solía ir con ropa ancha. Era de piel blanquita, sobre 1,60 metros de estatura, delgadita, aunque con buenas caderas y bonitas piernas con buenos muslos que se iban estrechando formando el resto de sus piernas, acabando en unos bonitos pies. Le di la vuelta para verla de espaldas. Tenía una espalda bonita que estaba deseando agarrar mientras la ponía a 4. Y un culito respingón muy bonito y bien puesto. Y es que a todo eso se le sumaba su preciosa cara, con unos grandes ojos marrones oscuros, casi negros, una nariz achatada sobre la que había muchas pecas, así como en sus mejillas y una boca muy bonita con unos labios pequeños, pero carnosos, lo que le hacia una sonrisa muy bonita. Y siempre llevaba el mismo peinado, una melena a la altura de los hombros, de color castaño, muy bonito.

Al verla así de espaldas, me eché sobre ella besándole el cuello y fui bajando poco a poco besándola por el resto de su cuerpo, bajando por su espalda, llegando a sus caderas, mientras ella gemía, hasta que llegué a su culo, un poco rojo por los azotes y con marca del último que le di más fuerte. Después de darle unos cuantos besos por el culo, le pegué un pequeño mordisco, a lo que ella se rio de forma juguetona, después seguí bajando por sus piernas, dándole también algún mordisquito en sus muslos, hasta llegar a sus pies. Le volví a dar la vuelta para hacer lo mismo por la parte de delante, parándome en los pezones y jugando con ellos, seguí bajando por su estómago y barriga hasta llegar hasta sus bragas. Hice el amago de quitárselas, pero sólo jugaba con el elástico, mientras ella resoplaba. Seguí mordisqueando sus muslos de nuevo y así hasta llegar a sus pies, los cuales también besé.

Me incorporé y le empecé a quitar las bragas, dejando su coño al descubierto. Tenía el típico triángulo invertido de pelo en el pubis, no era muy frondoso, aunque sí descuidado. Al terminar de quitárselas, entreabrió un poco sus piernas, dejándome ver sus labios, eran pequeños y rositas y brillantes, debido a la excitación, solo tenía pelo en el pubis, sus labios mayores e ingles estaban sin ningún pelo, y parecía que su culo también. Al ver su gesto, le empecé a acariciar suavemente toda la raja, causando que se estremeciera y soltara un gemidito. A los pocos segundos me concentré en estimularle el clítoris, provocando que se estremeciera y gimiera aún más, hasta que me lancé a comerle el coño. Que rico estaba y como notaba lo nerviosa que estaba. Su respiración se aceleró mientras le chupaba toda la raja y mis dedos jugaban con sus pezones al mismo tiempo. A los pocos segundos le empecé a chupar el clítoris, alternando entre juegos con mi lengua y succiones. Ella se retorcía de placer mientras gemía y me acariciaba el pelo. Entonces, mientras jugaba con su clítoris con mi boca, le empecé a meter un dedo y luego dos y fui aumentando el ritmo tanto de la comida, como el de la masturbación con los dedos.

-Sí, sí, así... No pares... (Dijo susurrando mientras apretaba mi cabeza contra su coño).

Mi reacción fue sacar los dedos de su coño y pegarle un pellizco en el culo, le quité la mano de mi cabeza y subí hasta la altura de su cara, cogiéndola del cuello con firmeza para decirle:

-Me vas a hacer que te ate al cabecero de la cama y que te amordace.

Su reacción fue quedarse en silencio mientras respiraba fuertemente con cara de excitación y más mejillas encendidas. Entonces le besé y me incorporé para coger mi cinturón y atarle las manos al cabecero. Ella se mordía el labio mientras lo hacía. No sabía que usar para amordazarla, así que cogí su sudadera y le até la boca con una manga para después seguir comiéndole el coño como antes. Ahora se estremecía más, se la veía aún más excitada. Empecé a aumentar el rito de la comida de coño, pero saqué los dedos de su coño y empecé a masajearle el ojete. Ella dio un respingo. Cuando se relajó, seguí con el clítoris y empecé a meterle un dedo en el culo. Hacia unos gemidos de entre placer y molestia. Así que empecé a aumentar el ritmo mientras le metía más el dedo, hasta que empezó a cerrar las piernas, flexionándolas, y apretando mi cabeza con ellas. Le miré a la cara mientras seguía y vi como cerraba los ojos con fuerza y empezaba a soltar gemiditos muy seguidamente. Era evidente que se estaba corriendo, lo que me recordó a la vez del parque, cuando también se corrió y cerró fuertemente las piernas, aunque aquella vez no le pude ver la cara porque la apretó contra mi hombro para ahogar sus gemidos.

Entonces noté como se me mojaba la barbilla a través de la barba, estaba soltando bastante fluido, así que decidí saborearlo, para ello tuve que abrirle un poco las piernas para poder moverme por ahí y lo conseguí. Era un sabor un poco amargo y dulce a la vez. Me encantó hacer eso, estaba muy excitado, así que se lo seguí comiendo un poco más, pero ella estaba muy sensible y empezó a temblar, como con espasmos. Levanté mi mirada y vi como apretaba mucho los ojos y movía la cabeza de un lado a otro y gimoteaba como si quisiera que parara, aunque yo no quería. Paré por si le estaba haciendo daño y me aparté un poco para dejar que se recuperara. Cuando vi que se relajaba un poco, le quité la mordaza improvisada para besarle y que notara el sabor de su corrida. En todo momento ella seguía con los ojos cerrados. Cuando notó que la besaba, ella me siguió el beso y gimió placenteramente al notar el sabor de su corrida. Nos estuvimos besando, mientras le acariciaba los muslos y el vientre, hasta que se recuperó del todo y abrió los ojos y me sonrió.

Mientras ella se recuperaba, estaba pensando en si a ella le gustaba que fuera así de dominante, porque rompió varias veces el juego de ser sumisa y quería seguir el juego, sobre todo cuando me la follara. Al verme pensativo, me dijo:

-Joder, que pasada. Nunca me habían hecho esto...
-¿Nunca te han comido el coño?
-Jajajaja, nooo. Claro que me lo han comido, pero no así... Hacía mucho que no me corría tan intensamente.
-Pues aún nos queda (dije riéndome).
-Buff, a ver si me vas a matar... Jajaja.
-Tranquila, yo no voy a hacer nada que tú no quieras que te haga. Sólo quiero que te lo pases bien conmigo.
-Mmm (murmuró mientras se mordía el labio).

Le desaté las manos del cabecero y la enderecé sentándola en la cama. Ella me miraba y yo terminé de desnudarme, mostrándole mi polla tiesa. Sonreía mientras se mojaba los labios un poco, después me miró a los ojos, como esperando mi aprobación para que empezara a chupármela, así que le cogí la mano y se la puse en mi polla, moviéndola, para que me masturbara y después le acerqué la cara, cogiéndola de la nuca suavemente para que empezara a chupar. Lo hacía suave, chupando la punta, mientras seguía masturbándome con la mano. Poco a poco empezó a tragarse más polla, hasta que llegó un punto del que no pasaba más. Me estaba encantando como lo hacía, además tenía un piercing en la lengua, lo que hacía que me diera más placer, pero necesitaba más y quería seguir con el juego de dominación. De modo que la paré, volví a coger el cinturón y le até las manos a la espalda y le cogí de la nuca para que se tragara mi polla, seguía sin tragársela entera así que aumente el ritmo, provocando que se atragantara un poco mientras gemía entre el placer y la queja de no poder respirar a penas. La dejé respirar mientras le acariciaba la cara. Pero entonces le recogí el pelo como en una coleta con la mano y empecé a hacer más fuerza para que se tragara cada vez más la polla hasta que conseguí que se la tragara entera. Se atragantó, por lo que saqué la polla de su boca. Al hacerlo, tosía por el atragantamiento mientras cogía aire fuertemente y se le caían dos lagrimones.

-Cabrón (Dijo susurrando con voz entrecortada mientras cogía aire).
-¿Cabrón? ¿Quieres que sea un cabrón? (Dije mientras tiré de su pelo para arriba para levantarla y le apretaba la cara con la mano).

Ella se quedó en silencio, respirando fuertemente por la excitación. La volví a sentar en la cama y empecé a follarle la boca fuertemente mientras ella lanzaba sonidos de estar atragantándose. De vez en cuando le dejaba respirar y después volvía a follarle la boca hasta que estaba a punto de correrme y la volví a levantar para comerle la boca. Ella respondió besándome con ganas. Estrujé su culo con mis manos, apretando su cuerpo contra el mío, quedándose mi polla mojada apretada de forma vertical.
Al poco le desaté las manos y me tumbé en la cama. Tiré de ella para seguir besándonos. Le estaba manoseado el culo y las tetas y entonces me dijo:

-Fóllame, por favor.
-¿Quieres que te folle?
-Sí, desde hace un rato (dijo con voz entrecortada).
-Bueno, estamos jugando...

Me besó de nuevo.

-¿Cómo quieres que te folle?
-Como tú quieras, tú mandas...
-¿Cómo te gustaría que lo hiciera?
-Duro.

Sonreí asintiendo.

-Bien, porque es lo que te iba a hacer.

Me volvió a besar, pero ahora con ansia. Entonces la cogí de las caderas para que se montara encima de mí y coloqué mi polla entre mi pubis y su coño, pero sin llegar a meterla y empecé a guiarla con mis manos para que se moviera restregando su coño contra el tronco de mi polla. Se apoyó en mi pecho con sus manos y agachó la cabeza poniendo cara de placer, su respiración se fue acelerando hasta que susurró:

-Métemela ya por favor...
-Shhh.
-Mmm... (decía mientras se mordía el labio).

La aparté de mí, tumbándola en la cama. Me puse de rodillas a la altura de su coño y empecé a acariciárselo con el glande.

-Métela...
-¿Sin condón...?
-Sí, un poco... Ahora cojo uno.
-¿Segura?
-Sí por favor... (dijo susurrando).
 
Capítulo 3

Empecé a meterla suavemente, ella echó la cabeza hacia atrás, encorvando la espalda mientras suspiraba entrecortadamente. Una vez la metí entera, me quedé dentro durante unos segundos quieto. Abrió los ojos y yo me acerqué a ella para besarla. Entonces empecé a moverme, entrando y saliendo de ella suavemente mientras la besaba. Me encantaba como me gemía en la boca mientras se agarraba a mi espalda con fuerza. Tras unas cuantas metidas paré y le dije que me diera un condón. Empezó a buscar un poco molesta porque había parado. Estaba en pompa muy mona y le di un azote.

-Ay (dijo soltando un gritito) pero bueno...
-¿Qué pasa? Si ha sido un azote de nada... Además, estás tan mona así en pompa con ese culito...

Me miró sonriendo.

-¿Ah, sí? ¿Te gusta...?
-Me encanta, estoy deseando ponerte a cuatro y reventarte mientras te lo azoto.
-Uff...

Siguió rebuscando.

-Mierda, no los veo.
-¿No tienes?
-Sí, pero no los veo. Le voy a preguntar a mi hermana.

Se puso las bragas y la sudadera y fue a su habitación. A los pocos segundos volvió con ellos y con cara picarona. Me dio uno y le dije:

-Pónmelo tú.

Lo abrió y fue a ponérmelo, pero la paré.

-Con la boca.

Sonrió y se lo colocó en la boca mientras se sentaba en la cama y me lo fue poniendo mientras se tragaba mi polla. Después se tumbó y me coloqué encima de ella y se la empecé a meter. Suspiraba mientras ponía cara de placer. Iba aumentando el ritmo, para ello me apoyaba sobre mis brazos para coger impulso. Llegó un punto en el que le estaba dando duro, por lo que nuestras caderas hacían ruido al chocar entre ellas. Ella empezaba a gemir fuerte, pero se tapó la boca con la mano para que su hermana no nos oyera, pero yo cogí sus manos y las apreté contra la cama. Al no poder taparse intentaba reprimirse, pero se le escapaba algún gemido sonoro.

Le cogí las piernas, apoyándolas en mi pecho y me incliné hacia ella, acercándose sus piernas a su propio pecho y empecé a metérsela con fuerza, así la penetración ganó profundidad, lo que provocó que empezará a gemir cada vez más.

-Así, fuerte. Qué bien. Ahhh...
-¿Te gusta que te folle duro?
-Me encanta, no pares... Ahhh...Si...

Empecé a darle más duro aún, ella cerró los ojos con fuerza y se mordía el labio para reprimir los gemidos. Al poco paré para reponerme un poco. Ella resoplaba muy acelerada.
Liberé sus piernas y me tumbé a su lado. Su pecho y vientre subía y bajaba muy rápido. Seguía con los ojos cerrados y cara de placer. Le acaricié un pezón, ella respondió con un respingo y un "Ummm". Estaba muy sensible, así que esperé un poco para que se recuperara. Mientras tanto le acariciaba muy suavemente por los muslos, su vientre y le besaba apenas rozando la cara, los labios y el cuello, hasta que se relajó. Cuando abrió los ojos me miró y me volvió a besar. A los pocos segundos me agarró la polla y me empezó a masturbar.

-Que ganas tienes, ¿no?
-Claro, me pones a mil (me susurró al oído mientras me mordisqueaba la oreja).
-Quieres que te reviente, ¿no?
-Ajá (murmuró en una especie de gemido poniendo cara de niña buena).

Le empecé a comer la boca porque ese gesto me había puesto a mil. Acto seguido me puse de rodillas en medio de la cama mirando hacia la almohada y la cogí poniéndola a 4. Parecía que estaba zarandeando una muñeca, pero era la ventaja de ser alguien grande con una chica bajita y delgadita, que era muy manejable. Empecé a acariciar su raja con mi glande para después metérsela. Gimió con fuerza, pues se la metí de manera brusca. Le agarraba de las caderas y empecé a sacudir, causando ruido por el choque de nuestras caderas. Ella gemía, mientras yo resoplaba y echaba la cabeza hacia atrás del placer. Poco a poco fui aumentando el ritmo, lo que causaba que sus gemidos cogieran fuerza, pero hundió su cabeza en la almohada para ahogarlos. Eso me encendió más y aumente más el ritmo, sus gemidos en este punto eran casi de queja, pero me decía que no parara. Entonces le empecé a acariciar el ojete con los dedos, provocando un respingo en ella. Seguí acariciándoselo un poco, humedeciéndome los dedos y metiendo uno poco a poco. La noté algo nerviosa, pero le acaricié los cachetes del culo para que se relajara mientras seguíamos follando. Cuando vi que se relajó, saqué la polla de su coño y le empecé a acariciar el ojete con el glande. Volvió a reaccionar como cuando le toqué con los dedos. Seguí acariciándole un poco más hasta que hice presión para metérsela por el culo.

-No, por favor...
-Shhh, tranquila que no pasa nada (dije mientras hacía más presión).
-No, de verdad, para, no puedo.

Entonces aparté la polla de ella y le acaricié el culo mientras me incliné para besarle la espalda, haciendo que se relajara. Volví a metérsela por el coño poco a poco mientras ella se tocaba el clítoris y gemía suavemente y empecé a aumentar el ritmo de nuevo, aumentando también la intensidad de sus gemidos y causando ruido con el encuentro de nuestras caderas.

Al poco fui bajando el ritmo porque necesitaba un respiro, entonces sus gemidos se volvieron más sensuales. Eso me volvió a encender. Estaba en una montaña rusa de morbo. Mi respuesta fue cogerle las manos y agarrárselas con mi mano derecha mientras empecé a follarle fuertemente de nuevo. Con la otra mano le daba azotes en el culo. Ella se encorvó apoyando la cara de lado en la cama mientras gemía y resoplaba. Estuvimos así un rato y empecé a aumentar el ritmo, hasta que rápidamente ella empezó a temblar y volvió a hundir su cara contra la almohada para ahogar su orgasmo, aunque aun así se le oía. Paré en seco porque entre el ritmo y su orgasmo, estaba a punto de correrme y quería seguir un rato más. Me quedé quieto, pero notaba como su coño se apretaba por el orgasmo, estrujando mi polla. La saqué poco a poco mientras ella seguía temblando y se tumbó boca abajo en la cama, poniendo su cara de lado en la almohada y lanzando pequeños gemiditos mientras tenía la cara contraída con los ojos muy apretados. Me tumbé de lado esperando que se recuperara. Pasaron unos 5 minutos, pero lejos de que se me bajara por haber parado y no estar haciendo nada, la tenía muy dura por verla como temblaba con esa cara de placer y su culito enrojecido por los azotes. Estaba monísima.
Cuando vi que se recomponía del orgasmo, no le di tiempo ni de que abriera los ojos y la tumbé boca arriba y la empecé a follar de nuevo. Su reacción fue lanzar un gritito de sorpresa y un jadeo al ver que se la metía otra vez, empecé flojo, pero fui aumentando el ritmo poco a poco mientras la cogía del cuello y le apretaba un poco. Ella sacaba la lengua como si fuera un perro y empezó a jadear fuerte. Entonces dijo:

-Me vas a matar...
-Querías que te reventara, ¿no?
-Sí, pero joder... Ya me he corrido dos veces...
-Pues vamos a por la tercera (dije mientras le sonreía con malicia).
-Ufff... ¿y tú...?
-Ahora cuando te vuelvas a correr me voy a correr en tu boca y te lo vas a tragar.
-Mmm... (gimió mientras se mordía el labio).
-Me está costando no correrme follándome tu coñito tan rico y apretadito...
-Tú mandas, córrete cuando quieras y donde quieras... (dijo con una cara de cachonda increíble).
-Uff... No voy a poder aguantar mucho como me estrujes la polla con tu coño como antes...

Entonces empecé a aumentar el ritmo haciendo ruido con nuestras caderas otra vez y de pronto soltó
un gritito y me abrazó con sus piernas fuertemente.

-Me corro... me corro otra vez... ¡¡Ahhh!! (dijo mientras abría mucho los ojos)

Y empezó a temblar de nuevo, pero esta vez tuve que salir de ella rápidamente porque si no me iba a correr dentro del condón y lo quería hacer en su boca. Me puse de rodillas a su lado haciendo fuerza para zafarme de su abrazo con las piernas y empecé a acariciarle el clítoris. Ella empezó a gritar de placer mientras agarraba la sábana del colchón con fuerza. Yo le tapé la boca fuertemente con la otra mano para ahogar sus gritos. Su orgasmo fue más grande que el anterior, le daban espasmos y sus ojos se cerraban con fuerza y se ponían casi en blanco continuamente.

-Como me pones cabrona (le dije estando cachondísimo por la situación)

Fui parando poco a poco de acariciarle el clítoris, estaba empapadísima. Me quité el condón y esperé a que se recuperara masturbándome con cuidado para no correrme mientras a ella aún le daba algún espasmo. Cuando vi que se relajó y abrió los ojos mirando al techo, salté de la cama y tiré de su mano para levantarla, la coloqué de rodillas.

-Ahora me toca a mí.
-Mmm (dijo con un pequeño gemido).
-¿Quieres mi leche?
-Sí (dijo poniendo cara de niña buena).
-Saca esa lengüita que tanto me pone.

Sacó su lengua tan bonita con su piercing mientras sonreía expectante de que le diera mi leche, estaba muy guapa así de rodillas apoyando sus manos en sus muslos, despeinada y con gotas de sudor sobre todo su cuerpo como si fueran pequeñas perlas. A las pocas sacudidas me empecé a correr sobre su lengua, llenándole la boca. La corrida iba bastante cargada por todo el tiempo que habíamos estado follando, y las varias paradas que había hecho para aguantar más. Puso una cara un poco rara.

-Trágatelo (le ordené con un tono serio)

Asintió con cara de niña buena, con los mofletes inflados como si hubiera cogido aire y se lo tragó todo con los ojos cerrados. Cuando vi que se lo tragó, tiré de ella hacia arriba para abrazarla, de modo que nuestras caras quedaran a la misma altura y ella se colgara de mí cuello con sus brazos y me abrazara la cintura con sus piernas mientras yo le agarraba el culo, lo que provocó un gritito de sorpresa en ella y una risa muy encantadora. Entonces la besé sensualmente, notando el sabor de mi leche. Ella soltó un gemidito de placer. Nos dimos un buen morreo y la llevé a la cama para tumbarnos y poder descansar un poco.
 
Capítulo 4

Cuando recobré la respiración, miré el reloj. Eran las 3 de la mañana. Se me había pasado el tiempo volando entre la charla, las copas y lo que acabábamos de hacer. Estaba muy cansado, porque ese día había madrugado y por el polvazo que acabamos de echar. La miré y vi que estaba dormida. Estaba muy mona tumbada de lado con su mano sobre mi vientre. No quería molestarla así que decidí quedarme a dormir con ella para no despertarla al irme. Tiré de la manta para taparnos para no coger frío, ya que aún estábamos en invierno y estábamos desnudos. El contacto con la manta fue frío, lo que hizo que ella se estremeciera un poco y se acercara más a mí abrazándome y poniendo su cara en mi hombro. Con cuidado pasé el brazo por debajo de su cabeza y poder abrazarla para estar más cómodo.

La claridad de la mañana que entraba por la ventana hizo que me despertara. No habíamos cambiado de posición en toda la noche. Miré el reloj, eran las 8 y media. La miré para ver si dormía y estaba despierta, mirándome sonriendo.

-Que mono estás mientras duermes, y que calentito eres.
-Tú también estabas muy guapa cuando te quedaste dormida (le dije sonriendo)

Ella se sonrojó y me dio un beso, luego se echó a reír.

-¿Qué pasa?
-Nada, que tu barba huele a coño, jajaja.
-Jajaja, es lo que tiene que se te corran en la boca, además eso en la barba se queda ahí y hasta que no me lavo, no se va...
-Jajajaja, que marrano...

Nos echamos a reír y entonces me preguntó:

-Oye, ¿siempre eres así?
-Así... ¿Cómo?
-Así de dominante (dijo mientras se acurrucaba a mí).
-No. Depende de la chica, del momento... ¿Por qué... no te gustó?
-Sí, sí, solo que...
-No te gustó.
-No, no… no es eso... es que nunca había hecho algo así.
-¿A qué te refieres?
-Pues que sólo he estado con mi ex y con él, el misionero y poco más...
-Ah, bueno, no pasa nada. Creía que no te estaba gustando porque rompiste el juego alguna vez...
-Es que no sé, me sentía un poco rara, pero me gustó, de verdad.
-Me alegro entonces.
-Oye, lo del culo...
-No te preocupes
-Es que...
-De verdad, no te preocupes, no tienes que dar ninguna explicación. No quieres y ya está, no hay que hacer un mundo de ello.
-Jo... eres un cielo. Gracias por entenderlo.
-Claro mujer, si es lo más normal del mundo que no quieras.
-Es que me da miedo...
-¿Por qué?
-Dicen que duele...
-Bueno, hay que saber hacerlo, hay que preparar el culete para que no duela. Seguro que en tu primera vez te dolió y más con tu chochito, es pequeñito y apretadito.
-Sí, me dolió un poco.
-Pues con el culo es igual. Pero si te preparas bien, sólo causa una molestia y si la chica se relaja y se centra en disfrutar, pues le causa placer. Si se encierra en que le va a hacer daño y no se relaja, pues eso es lo que va a pasar.
-Ah, no sabía... pero es que lo veo raro...
-Bueno, el sexo es para disfrutar y cuanto más abierto tenga uno la mente en eso, pues mejor se lo pasa. No es tan raro como piensas.
-No sé, déjame pensarlo y si quieres probamos otro día.
-¿Quieres repetir conmigo?
-Claro, me lo he pasado muy bien. ¿Tú no quieres volver a hacerlo conmigo?
-Me encantaría, eres una niña muy guapa, estas muy buena y eres genial. Me lo he pasado genial contigo.

Se volvió a sonrojar y continuó:

-¿A ti te han dominado entonces?
-Que curiosa eres, ¿no? (dije riéndome con un tono para chincharla).
-Jaja, es que soy nueva en esto y quiero saber más...
-Pues la verdad es que no me han dominado. Aunque no creo que me gustara mucho, la verdad, me gusta dominar.
-Vaya, quería saber que te hacían cuando te dominaban...
-Bueno, eso tiene fácil arreglo... (le dije sonriendo mientras le llevé su mano hacia mi erección mañanera).
-Pero bueno, ¿y esto? (dijo mientras mi miraba riendo).
-Bueno, es algo que nos pasa a los hombres, seguro que ya lo sabías, jajaja.
-Sí, jajaja, sí que lo sabía.
-Bueno, tú también tienes culpa de que esté así, jajaja.

Se rio y empezó a masturbarme lentamente. Lo que hizo que fuera a darle un beso. Ella me siguió el beso. Entonces me aparté y le dije

-¿Quieres probar a dominarme?

Se puso roja y se tumbó encima de mí, dejando mi polla de forma vertical entre sus piernas, rozándose con su coño.

-Pero es que no sé qué tengo que hacer (dijo mientras se movía para que se rozara más su coño y mi polla).
-Déjate llevar, haz lo que tú quieras, soy todo tuyo.
-Mmm (dijo mientras se mordía el labio).

Empezó a besarme el cuello y a hacerme un chupetón. Después fue bajando y me mordisqueó los pezones, siguió bajando y mordisqueándome, hasta llegar a mi polla, la cual se empezó a comer con muchas ganas, acariciándome los huevos con las manos, hasta que empezó a chuparlos y a metérselos en la boca. Succionaba, llegando casi a hacerme daño, pero estaba disfrutando lo que estaba haciendo. Estaba haciendo cosas que no había hecho horas antes.

Entonces mientras me seguía comiendo la polla, alargó la mano hacia la mesita de noche para coger un condón. Lo abrió sin dejar de chupármela y me lo puso como lo hizo la noche anterior. Al ponérmelo, se incorporó y se sentó sobre mí polla, metiéndosela con cuidad en su coño, jadeando un poco mientras lo hacía y empezó a follarme suavemente mientras me miraba a los ojos. Poco a poco empezó a acelerar el ritmo, botando encima de mí. Podía ver como sus tetitas se movían hacia arriba y abajo, era una imagen muy sexy, lo que provocó que yo empezará a resoplar y a gemir bajito. Sus gemidos se unieron a los míos, eran muy suaves. Entonces para mí sorpresa me dio una pequeña guantada y me dijo:

-¿Te gusta, cabrón? (con una cara de estar muy cachonda)
-Me encanta que me folles así (dije susurrando).
-¿Vas a hacer lo que yo te diga, cabrón? (dijo mientras me clavaba las uñas en el pecho y tiraba hacia abajo, arañándome)
-Sí, ama.

Cuando dije eso puso cara de sorpresa y empezó a follarme más fuerte, cuando de repente se abrió la puerta de su habitación y se oyó una voz diciendo:

-Oye nena, ¿sabes si...? ¡UY!, ¡PERDÓN, PERDÓN! (y se oyó como se cerraba la puerta)

Afortunadamente para nosotros, la cama estaba frente a la puerta, no de lado, así que sólo se pudo ver la espalda de ella mientras me montaba, aunque no sé si se podía ver su culo, porque la manta estaba echada hacia atrás y no sé si se lo tapaba.

La reacción de ella fue dar un grito y tirar de la manta mientras tiraba encima de mí para taparnos, quedándonos los dos cara a cara completamente tapados. Su cara era un poema, estaba roja a rabiar y se empezó a reír de manera nerviosa. Yo también me empecé a reír un poco, más por su reacción que por la pillada a en sí, aunque he de admitir que sentí un poco de vergüenza. Ella apretó su cara contra mi pecho por la vergüenza. Yo para tranquilizarla le acaricié la espalda y el culete, y le dije:

-Tranquila, no pasa nada, es lo más normal del mundo.
-Ayyy, que vergüenza...
-No te preocupes.
-Espera, que voy a salir a hablar con ella.

Se levantó, se puso la sudadera y las bragas y salió de la habitación. Entonces escuché cuchichear y puse la oreja.

-Tía... ya te vale... ¿eres tonta, o que...? (dijo la hermana)
-Joder que susto, creía que era mamá...
-Por eso te pregunto si eres tonta. Llega a ser ella, ¿y qué hubiera pasado?
-Me dijo que no venía por la mañana, que se quedaba con la abuela y que fuéramos con ellas luego a comer a las dos.
-Eso era lo que te iba a preguntar. Pero si hubiera venido por alguna razón, sabes de sobra la que te hubiera liado... Es que tía, ya te vale... Ya sabes lo que piensa de los tíos desde que se separó de papá.
-Ya lo sé, pero tenemos derecho a disfrutar y más si lo hacemos con cabeza.
-¿Es que no habéis tenido bastante con lo de anoche? Que por cierto vaya nochecita me disteis, me acosté a las 12 y hasta las 3 no pude dormir del ruido que hacíais y necesito descansar.
-Joder, que amargada estás.
-Cállate anda, que estoy muy agobiada.
-Por eso lo digo, necesitas despejarte.
-Ya... Bueno tía, dile que se largue ya, no vaya a ser que venga mamá y tengamos lío, que paso de historias, que bastante tiene con lo que tiene y ahora con lo de la abuela también.
-Una mierda. Se largará cuando acabemos.
-Joder... ya verás tú...
-Va tía, no me jodas el polvo, acabamos rápido.
-Haz lo que te dé la gana...
-Sí, vuelvo ya, que se me enfría...

Entonces ella volvió.

-¿Todo bien? (pregunté).
-Sí, sí... no te preocupes...
-Si molesto, me voy (dije incorporándome).
-No molestas, de verdad.
-No te preocupes (dije levantándome).
-Túmbate (dijo con tono serio).

La miré y estaba señalando a la cama. Le obedecí y me tumbé en la cama. Entonces ella se tumbó encima de mí y empezó a besarme de nuevo en la boca y por el cuello y me dijo:

-Sigo mandando yo, me tienes que obedecer.
-Mmm (dije con tono de afirmación mientras tenía los ojos cerrados con cara de placer por sus besos en mi cuello).

Se desnudó de nuevo y al sentir sus pezones duros sobre mí pecho, la erección que se me había bajado un poco por el rato que había estado parado al estar ella hablando con su hermana y por el frío de aquella mañana, había vuelto a estar como antes como cuando estábamos follando. Estaba muy cachondo por toda la situación. Esta chica era una bomba, a veces la veía muy normalita para el sexo y otras veces me sorprendía de lo que podía llegar a hacer para no tener tanta experiencia según ella.

De nuevo empezó a follarme como antes, pero está vez me cogió fuertemente de las muñecas, como yo lo había hecho la noche anterior, me estaba follando a buen ritmo mientras me besaba el cuello. Entonces me dijo:

-¿Quién manda aquí?
-Tú, ama.
-¿A mi esclavo le gusta lo que le hago?
-Sí, ama.

Entonces se incorporó, cogiéndome del cuello con una mano, estrangulándome un poco, empezando a aumentar el ritmo mientras gemía, pero ahora no botaba encima de mí, se movía hacia delante y hacia atrás con toda la polla metida en ella. De repente me soltó el cuello y empezó a temblar mientras apretaba la cara. Se estaba corriendo, era una imagen increíble, me puso muy cachondo ver como se corría follándome así. Lo mejor es que a pesar de estar corriéndose, no paraba de moverse, lo que hizo que me corriera dentro del condón, por lo que solté un gemido alto sin llegar a gritar. Ella no gimió, pero respiraba muy fuerte, entrecortándose por los espasmos y los temblores. Poco a poco fue parando hasta que se quedó quieta y se echó sobre mí, con algún espasmo y temblor. Yo le abracé acariciándole la espalda mientras se calmaba. Al poco se echó en la cama quedándose boca arriba mientras terminaba de recuperarse. Yo aproveché para quitarme el condón, hacerle un nudo y dejarlo apartado. Después me tumbé a su lado y la estuve mirando hasta que se terminó de recuperar. Que orgasmos más intensos tenía.

Cuando abrió los ojos, me miró y me sonrió. Yo le devolví la sonrisa y le dije:

-Eres increíble.

Se puso roja y se quedó callada durante unos segundos hasta que dijo:

-¿Lo he hecho bien?
-Ha sido genial. Me ha encantado (dije sonriéndole).
-He tenido un buen maestro, jeje...
-¿Qué dices? Pero si no te he dicho nada mientras lo estábamos haciendo, no te he dado indicaciones ni nada, jajaja.
-¿Cómo qué no? Me has dado confianza para hacerlo y me has enseñado cosas al hacérmelo tú, tonto... (dijo mientras reía de manera encantadora).
-La verdad es que no esperaba que lo hicieras tan bien para ser tu primera vez.
-Yo tampoco, a veces me sentía rara, pero ha estado muy bien, tiene su punto. Pero en realidad me gusta más que me lo hagas tú...

Le sonreí mientras la acariciaba el muslo, pues estábamos los dos tumbados de lado, pero mirándonos a la cara. Entonces me preguntó:

-¿Y cómo sabes cuándo te tienes que comportar así con alguien?
-¿A qué te refieres?
-Me refiero que a como sabes cuando tienes que ser dominante o sumisa...
-Bueno, depende de varias cosas. Tienes que ver como es la otra persona, su carácter, si es más activo o más parado, no sé si me entiendes...
-Sí.
-Lo importante es la comunicación, tanto la no verbal, como esta de ver la personalidad de la otra persona, como la verbal, preguntándole si ves que haces algo que no le ha terminado de gustar.
-Entiendo... Cuanto sabes del tema, ¿no?
-Bueno, no es que sea un experto ni nada, si a penas lo he probado... pero he leído sobre ello, porque me daba curiosidad y de momento todos los consejos que he leído han funcionado... Yo creo que el sexo es para disfrutar y pasárselo bien. Se pueden hacer mil cosas y de maneras muy diferentes. No es lo mismo en pareja, que, sin ser pareja, con alguien que conoces y tienes confianza, con alguien que acabas de conocer...
-Joder con el profe, jajajaja.
-Que tonta eres, jajaja.
-Es broma, te explicas muy bien.
-Me gusta hablar contigo, eres tan natural...
-Gracias jeje.
-Entonces...
-Dime.
-¿Tú me ves con una personalidad paradita para verme como sumisa en la cama y por eso lo has hecho?
-Para nada, sé que tienes tu carácter y que eres una persona muy activa y firme.
-¿Entonces?
-Pues me apetecía probar eso contigo, cuando sonríes me trasmites mucha ternura, como de niña buena y por ahí sí que veía por donde podía ir el tema. Aunque de dominante lo has hecho muy bien.
-Vale, lo entiendo más o menos...
-Mira, contigo ha sido especial, porque cuando ponías esa cara de niña buena me apetecía follarte con cariño, pero cuando me mirabas con cara de cachonda y te mordidas el labio... Joder, es que te quería reventar. Era como una montaña rusa de emociones. Me ha encantado la cara que ponías cuando me iba a correr en tu boca. Estabas preciosa.
-Jajajaja, cállate anda, que me estoy poniendo cachonda otra vez... (dijo mientras se ponía colorada).
-Vale, vale jajaja. Es que hacía mucho que no echaba un polvazo como los que hemos echado. Me das mucho morbo...

Se tapó la cara con las manos y me dio un beso en la mejilla. Después dijo de levantarnos.

-Sí, me voy ya, que tu hermana parece molesta...
-Déjala, está amargada. Vamos a desayunar tranquilamente y ya te vas.
-No hace falta, de verdad...
-Que sí, va, no me hagas el feo... que nos lo hemos pasado muy bien.

Y salió disparada al cuarto de baño mientras cogía su ropa. Yo mientras me fui vistiendo tranquilamente y miré el móvil. Tenía mensajes de mi familia preguntándome donde estaba. Me escabullí diciendo que había ido a casa de un amigo a echarnos unas copas y charlar y que se nos hizo tarde y que me quedé a dormir para no coger el coche de vuelta, que desayunaba e iba para allá. Entonces apareció ella por la puerta, con la ropa que había cogido, la cara lavada y el pelo recogido con un coletero, estaba muy mona. Me dijo que fuera al baño si lo necesitaba.

-Sí, me estoy meando.

Fui al baño y vacíe la vejiga, que estaba bastante llena después de todo lo que habíamos bebido. Me lavé la cara, me peiné con las manos y me eché un poco de pasta de dientes en el dedo para lavarme la boca. Después salí y estaba en la puerta esperándome. Me cogió de la mano y me llevó al salón. Cuando llegamos vi que había hecho unas tostadas y también había traído zumo.

-Que servicial, ¿no?
-Jajaja, hay que ser educada con las visitas.
-Que bien.

Mientras empezamos a desayunar llegó su hermana trayendo su desayuno y se sentó con nosotros. La situación era un poco incómoda ya que ellas habían discutido y yo lo había oído. Cuando casi estábamos acabando, nos miró y dijo:

-Espero que hayáis tomado precauciones.
-Pero vamos a ver... (dijo Elena con cara de pocos amigos).

Yo me adelanté viendo que Elena estaba molesta y no quería que la cosa fuera a más y le contesté para ver si se cortaba un poco y dejaba el tema.

-Pues claro, si fue a pedirte los condones, ¿no?

Lejos de cortarle, me siguió la conversación.

-Sí, pero sé como va esto y que con los calentones a la gente se le olvida y por sentir más...

Joder, ni que hubiera visto a su hermana decirme que se la metiera un poco sin condón y que luego cogía uno... (pensé). Entonces Elena apartó la mirada de su hermana mirando a un sitio fijo con mala cara, la veía muy enfadada. Entonces le dije:

-Ya está bien, ¿no?
-Joder... A ver si no se va a poder hablar...
-¿No ves que tu hermana está molesta?
-Si lo digo por algo será...
-Me da igual, hemos echado un buen rato y punto. No sé por qué estás liando esto.
-Porque no quiero sustos.
-Mira, que te haya pasado a ti, no significa que le vaya a pasar a todo el mundo... (dije con tono serio, aunque me arrepentí nada más decirlo. Me había calentado y no era lo más apropiado para Elena en ese momento).
-¿Pero qué dices niñato?
-¡Cállate ya! (dijo Elena muy enfadada).

Entonces su hermana se levantó y se fue a su habitación.

Nosotros empezamos a recoger en silencio y cuando acabamos nos despedimos. Dije:

-Oye, siento las maneras, nos ha provocado y he picado como un imbécil. Me he calentado.
-No, perdona tú, es que es idiota esta chica. A veces se pone muy insoportable.
-Bah, no se lo tengas muy en cuenta, está en la edad del pavo...
-Jaja, sí... Dice que está agobiada con los exámenes...
-Pues será eso también. No le des vueltas y no le des importancia, no quiero que os peleéis por mí culpa...
-Ya, pero le quiero explicar alguna cosa.
-Vale, pero prométeme que no os vais a pelear.
-Sí... (dijo con desgana)
-¿Segura? (le dije pinchándole con los dedos en el vientre para hacerle cosquillas).
-Vale, vale jajaja (me dijo riéndose para que parara).
-Oye, que me lo he pasado muy bien contigo, eres genial (le dije mientras le abrazaba).
-Yo también me lo he pasado muy bien (me dijo mientras me abrazaba y me daba un beso en la mejilla).
-A ver si repetimos... (le dije mientras seguía abrazándola y le daba un pequeño azote en el culo).
-Pues claro (dijo con voz melosa). Hablamos por whatsapp para quedar.

Nos despedimos, entonces me subí al coche y ella se entró a su casa. Me quedé un rato pensando en todo lo que había pasado. No me esperaba que Elena fuera tan divertida en la cama. Se me puso morcillona recordando todo lo que habíamos hecho, pero entonces me empezó a doler la cabeza un poco, sería de la resaca, aunque no bebimos mucho. Por lo que acabé arrancando el coche para irme a casa antes de que el dolor fuera a más.
 
Capítulo 5

Cuando llegué a casa me pegué una ducha rápida y me fui a dormir para descansar un poco más.
A las pocas horas me desperté. Miré el móvil y tenía mensajes de Elena.

-Tío, he estado buscando cosas de sumisas y joder... No me ha gustado lo que he visto la verdad... Jajajaja

Me empecé a reír pensando en que habría buscado. Entonces le escribí.

-Me acabo de despertar, me dolía un poco la cabeza y me eché un rato. ¿Qué has buscado loca? Jajaja.
-¿Estás bien? (Me respondió al rato).
-Claro, es sólo un poco de resaca. No estoy muy acostumbrado a beber.
-Bueno, que te mejores jeje.
-¿Me vas a contar qué has buscado?
-Buah... Tío es que me da hasta cosa... Jajaja
-Madre mía... A saber qué has buscado... Jajajaja
-Pues no sé, he visto a un tío que ponía a una tía apoyada sobre una mesa y la ataba con cuerdas fuertemente para que no se moviera, pero que se le ponían las zonas rojas y hasta moradas de lo fuerte que le apretaba. Y entonces cogía como una fusta grande y empezaba a azotarla, mientras ella gemía de dolor y placer, pero que le daba fuerte, que le dejó el culo moradísimo. Luego la tumbó boca arriba, atándola igual que antes y empezó a echarle cera caliente por el cuerpo, hasta en los pezones y en el coño... Que dolía hasta verlo. Luego cogió una polla de goma muy grande y empezó a follarle la boca con ella, pero muy fuerte, la tía se estaba ahogando, soltaba unos lagrimones... Y escupía muchas babas... Y ahí ya lo quité.
-A ver, es que eso es otro nivel. Lo que nosotros hicimos fue muy suave. Seguro que hay gente que no lo considera ni un juego, sólo un polvo normal.
-La gente está muy loca jajajaja.
-Pues sí, bastante. Pero bueno, si se lo pasan bien, pues mejor para ellos jajaja.
-¿Tú has hecho eso?
-No, a eso no he llegado.
-¿Y te gustaría probarlo?
-Pues no sé, si se da la ocasión y ella me pide que haga esas cosas, pues se podría intentar supongo.
-Mmm...
-¿Qué pasa?
-Nada...me da curiosidad...
-¿De qué?
-No sé, tal vez podríamos probar, pero no tan bestia.
-¿En serio?
-Si quieres sí...
-Bueno, yo no quiero que tú hagas cosas que no quieres hacer.
-Sí, sí. Es que me da curiosidad y como contigo tengo confianza para eso, pues podríamos intentarlo.
-Vale, pero recuerda que es importante la comunicación. Si hay algo que no te gusta o algo va mal, hay que decirlo.
-Sí, sí, no te preocupes :).
-Genial :).
-Oye, ¿qué es lo más fuerte que has hecho así de dominar?
-Ya salió otra vez la curiosa jajajaja.
-Jajajaja, que tonto eres. Pues sí, tengo curiosidad, a ver si me pone para poder probarlo jajaja
-Jajajaja, que lanzada.
-Ya ves, has despertado a la fiera jajajaja.
-Jajaja, ya veo, ya...
-Va, cuéntame...
-Pues una vez estaba con una tía, estábamos follando y me dijo que le azotara, después me dijo que usara un cinturón y que le diera fuerte, que lo usara como un látigo y la empecé a azotar. Ella me pedía más fuerte y así lo hice, le llegué hasta a hacer marcas en el culo y se le puso morado, ella gritaba de placer, luego se echó encima mía para comerme la boca y empezamos a follar otra vez, ella estaba tumbada boca arriba y yo de rodillas y me cogió la mano y se la llevó a su cuello y me dijo que le apretara fuerte. Lo hice y me dijo que apretara más y que la follara muy duro. Se puso hasta roja de lo que apreté, pero estaba muy cachonda y se empezó a correr, moviéndose como una loca.
-Uff... Joder...
-Eso ha sido lo más fuerte que he hecho en ese plan.
-¿Qué sentiste cuando lo hiciste?
-Pues fue muy morboso, la verdad. Me pareció un poco fuerte de primeras, pero luego lo disfruté,
sobre todo cuando ella se corrió.

Pasaron unos segundos y no respondía, pero de repente me llegó una foto de unos dedos mojados.

-¿Y eso? (pregunté)
-Mira como me has puesto...
-Joder...
-Ojalá estuvieras aquí...
-Ojalá...

Me estaba poniendo cachondo, cuando entonces me mandó otra foto. Era una foto de ella frente al espejo completamente desnuda, poniendo cara de estar cachonda mientras se mordía el labio.

-Joder Elena, como me pones...
-Y tú a mí...

Entonces le envié una foto de mi polla empalmada. No me respondía, pero entonces a los segundos me llamó.

-Que cachonda me tienes cabrón...
-Y tú a mí...
-Me estoy metiendo los dedos, estoy mojadísima...
-Yo la tengo muy dura, ojalá te pudiera follar ahora mismo (dije susurrando para que no me oyeran en casa).
-¿Te estás tocando?
-Claro, imposible no hacerlo con las ganas que te tengo ahora mismo y oyéndote así de cachonda.
-Mmm... (se le oía gemir y resoplar). ¿Cómo me follarías?
-Ahora mismo te pondría a cuatro y te reventaría hasta que no pudieras más...
-Joder... Javi... Me voy a correr...
-Mmm, quiero saborearla...
-Uff, me corro... (y empezó a gemir bajito y a respirar entrecortadamente).
-Joder Elena, me corro yo también... (y empecé a resoplar mientras ponía perdida mi camiseta).

Nos quedamos callados unos segundos, hasta que nos recuperamos. Y ella dijo:

-Como me pones Javi, estoy descubriendo un mundo contigo...
-No será para tanto, mujer jaja...
-Es verdad, nunca he hecho estas cosas, y me salen natural. Pero ahora me tienes cachonda todo el día pensando en follar jajajaja.
-Vaya jajaja.
-Bueno, voy a ver si hago cosas...
-Venga... Oye, ¿has arreglado las cosas con tu hermana?
-Bueno, le he dicho que sé lo que hago y que no se meta tanto en mi vida íntima.
-Pero sin pelearos, ¿no?
-No, no nos hemos peleado, pero no ha puesto muy buena cara.
-Bueno, déjala, ya se le pasará...
-Ya...
-Bueno, a ver si nos podemos ver pronto.
-Sí, te tengo muchas ganas jaja.

Y nos despedimos. Estaba flipando con Elena, con lo paradita que parecía cuando empezamos a follar en su casa y como estaba evolucionando la cosa. Estaba encantado de tener a alguien así para hablar de estas cosas y pasárnoslo bien.

Pasaron unos días, en los que hablábamos de vez en cuando, pero nada reseñable ni sexual, hablábamos de amigos en común y poco más, diciéndonos de vez en cuando la ganas que teníamos de quedar para volver a follar y probar cosas nuevas.

El jueves por la noche, muy tarde, me escribió:

-¿Nos podemos ver mañana por la tarde?
-¿No habías quedado con tus amigas?
-Sí, pero se han rajado...
-¿Tantas ganas tienes de verme que no puedes esperar al sábado?
-Sí, quiero verte ya...
-¿Quieres que te llame y hacemos lo del otro día?
-No, es muy tarde y no quiero hacer ruido.
-Mmm, vale... ¿Me paso sobre las 6 por tu casa?
-Perfecto, mi hermana se va con sus amigas y mi madre se va con mi tía a tomar café y hasta la noche no viene.
-Genial. Hasta mañana.
-Hasta mañana.

Me fui a dormir un poco con el calentón de pensar que el siguiente día íbamos a follar y por haberme quedado con las ganas de hacer lo que hicimos la otra vez por teléfono.

Al día siguiente fui a su casa y como sabía que estaba sola, llamé al timbre. Tardó un par de minutos, y abrió la puerta, pero era su hermana. Puse cara de sorprendido al no esperarla ahí. Sin darme tiempo a reaccionar, me agarró de la mano y tiró de mí para que entrara y cerró la puerta.

-¿Qué te traes con mi hermana?
-¿Cómo?
-Que qué te traes con ella... ¿Sois novios?
-¿Pero tú quien te crees?
-¿Sois novios o no?
-Mmm... No, somos amigos.
-Ya... Haciendo llamadas para haceros pajas... Muy de amigos eso...
-Pero vamos a ver niñata, ¿qué es lo que te pasa? (dije seriamente mientras me acercaba a ella).
-¿Que qué es lo que me pasa...?

Entonces me agarró de la camiseta y tiró hacia a ella, tirándome casi y empezó a besarme con ansia. Yo intenté separarme, pero me agarró de la cara para que no me despegara de ella y después me agarró el culo. Cuando nos separamos para coger aire le pregunté aun estando en shock.

-¿Pero qué haces?
-¿Tú qué crees...?
-No sé, dímelo.

Se quedó callada y me volvió a coger de la mano llevándome a su habitación. Tiró de mi brazo para sentarme en su cama.

-¿Pero qué...?
-Cállate (me dijo sin dejarme acabar mientras me daba un guantazo).

Entonces me volvió a besar con mucha ansia mientras se sentó encima de mí. Estaba flipando con lo que estaba pasando, cuando de repente se quitó la camiseta, dejándome ver sus pechos. Eran pequeños, pero más grandes que los de su hermana. Y es que Noelia era más bajita que su hermana, estaba más rellenita, blanca como la leche, se parecía de cara muchísimo a ella, pero tenía gafas. Tenía el pelo bastante largo y moreno. Y tenía el culo bastante grande. Volviendo a sus tetas, estaban muy blancas, de forma cónica, pero levantándose hacia arriba y con unos pezones rositas, eran muy bonitas. Me cogió una mano y la llevó hacia una de sus tetas mientras me seguía besando. No te su pezón muy
duro. Y dijo:

-Joder que paradito eres, no parecías así el otro día cuando te follabas a mí hermana…

Entonces la paré y me aparté de ella.

-¿Estás flipando o qué te pasa?
-Venga, si estás deseando follarme...
-¿Pero qué dices? ¿Pero cuántos años tienes?
-¿Qué más da eso?
-Pues que paso de historias, la verdad.
-Tengo 17, pero no me estás forzando ni nada... no digas tonterías, ven.
-Mira, me voy, que esto es una calentada.
-¿Me vas a dejar así?
-¿Así cómo?
-Pues con el calentón, que no sabes las ganas que tengo ahora mismo.
-Pues te vas a tener que quedar con más ganas.
-Que pasa, que te estás pillando de mi hermana, ¿no?
-¿Pero tú de que vas?
-Voy de que te quiero echar un polvo. Os oí y parece que follas bien, estás bien y me pusiste cachonda cuando me contestaste el otro día de malas maneras.

Me quedé en silencio. Estaba flipando con la hermana. Hasta que reaccioné.

-Olvídate, paso de historias y no quiero que tu hermana se moleste.
-Joder, sí que estás pillado.
-Que no es eso.
-Ya... Pues tú te lo pierdes, pero que sepas que yo soy mejor que ella en la cama, la chupo muy bien y me muevo que no veas.
-Ya... Mucha experiencia con 17, seguro...
-¿Que no...?

Entonces me cogió del brazo y tiró de nuevo hacia ella para que me echara encima de ella. Nos quedamos tumbados en su cama, estando yo encima de ella y me empezó a besar mientras me agarraba el culo.

-Para (susurré).
-No.
-Para, en serio.
-Oblígame.

Entonces me echó para el lado para ponerse ella encima. La situación y verle las tetas me puso cachondo, provocándole una erección. Y ella se dio cuenta al pasar su mano sobre mi paquete.

-Anda, si estás empalmado. Ves como tenías ganas...
-No es por eso...
-Ya...

Entonces rápidamente me desabrochó el cinturón y el botón de los vaqueros y cogió el pantalón y los calzoncillos a la vez, tirando de ellos hacia abajo, liberando mi polla empalmada.

-No está mal.

La agarró fuertemente y se la metió en la boca.

-¿Qué haces?

No respondió y se limitó a chupar mi polla. Lo hacía bastante bien, no se estaba tirando un farol. Chupaba la punta mientras me masturbaba bastante rápido y de pronto empezó a tragársela. No se la llegaba a meter entera en la boca, pero si gran parte. Lo hacía muy bien, muy rápido, podía notar su garganta. Estuvo así unos momentos y después empezó a tragar más, metiéndosela casi entera en la boca y chupándola así durante un rato, haciendo sonidos guturales.

-Joder (dije susurrando mientras resoplaba).
-Lo hago bien... ¿eh?

No le contesté. Ella seguía chupándomela. Si seguía así me iba a correr en poco tiempo, así que me incorporé y la tumbé en la cama boca arriba, tirando de sus leggings negros y sus bragas, dejando su coño totalmente depilado a la vista.

Me quedé mirándolo, lo tenía muy pequeñito, con unos pequeños labios rositas muy bonitos. Entonces me dijo:

-¿A qué esperas?

Era muy borde, pero eso me ponía muy burro. Entonces le empecé a comer el coño, estaba muy rico. Empecé lamiéndole toda la raja, con mucha saliva, aunque ya estaba bastante mojada. Ella me miraba sin decir nada, aunque notaba como su respiración cambiaba por la excitación. Le empecé a meter la lengua en dentro del coño, a lo que ella respondió con un pequeño gemido mientras me empujaba desde la nuca para que se la hincase más. Después subí a su clítoris y lo empecé a lamer y succionar. Empezó a gemir más fuerte, pero sin llegar a gritar. Estuve así durante un rato hasta que empecé a aumentar el ritmo mientras le agarraba sus tetas tan puntiagudas, con sus pezones bastante duros, pellizcándolos de vez en cuando. Estaba aún más excitada y gemía más, llegando al punto de empezar al tirarme fuerte del pelo. Tiró de mis manos hacia ella para que me incorporara y le tiró un condón que había cogido justo antes de la mesita de noche.

-Póntelo (Me dijo seria con tono de estar dando una orden).

Estaba muy cachondo, así que me lo puse sin decir nada. Tenía sentimientos encontrados, pues estaba a cien y quería reventarla, pero no me hacía gracia que fuera menor y que su hermana se pudiera molestar. Pero estaba en un punto de no retorno y me lo puse rápidamente y se la metí directamente. Soltó un gemido, seguido de jadeos al empezar yo un rápido mete-saca.

-Más fuerte cabrón (dijo casi gritando mientras me dio un guantazo que me cruzó la cara).

Así que empecé a darle duro, causando ruido por el choque de nuestros cuerpos.

-Que puta eres para ser tan joven... (dije cachondo perdido sin pensar).
-Sí, soy muy puta (dijo mientras me cogía una mano y se metió mi dedo pulgar y empezaba a chuparlo como si fuera una polla).

Seguí follándola con el mismo ritmo mientras gemía con mi dedo en la boca, hasta que de nuevo me dio otro guantazo y me dijo que la follara más fuerte. Me costó trabajo aumentar el ritmo, porque ya estaba follándola duro y estaba cerca de correrme, pero lo hice y a los pocos segundos se empezó a correr entre gritos.

-Así, así, así... ¡AHHH! Mmm... ¡AHHH! Que bien lo haces cabrón (dijo mientras seguía con mi dedo en
su boca y agarraba el brazo fuertemente con sus manos y se encorvaba hacia arriba).

Entonces salí de ella porque notaba que me iba a correr, quitándome rápidamente el condón y tirando de ella para incorporarla mientras yo estaba de rodillas en la cama. La cogí fuertemente del pelo por la parte de la nuca.

-Ven aquí puta, que me voy a correr. Abre la boca.

Abrió la boca y sacó la lengua. Noté un fuerte escalofrío por mi espalda, señal de que me iba a correr y vacié mis huevos, echando la leche dentro de su boca. Solté tres fuertes chorros y algo más, con menos fuerza. Ella gemía mientras me corría en su boca. Cuando acabé de correrme, le solté el pelo y ella se lo tragó. Inmediatamente después de tragarse mi leche, me agarró la polla y me chupó la punta, succionando para exprimir hasta la última gota y tratándose lo último que pudo sacar mientras se relamía.

-Que rico (dijo susurrando).

Yo me eché hacia atrás para quedarme sentado en la cama en silencio.

-Seguro que mi hermana no te dio tanto placer...

Seguí en silencio mientras me subía los calzoncillos y los pantalones.

-¿No vas a decir nada?
-¿Qué quieres que diga?
-No sé... Si te ha gustado o algo...
-Es evidente que sí...
-¿A que soy mejor que mi hermana?
-Para de preguntarme eso.
-Vaya... Que estás pillado por ella y te molesta que diga eso, ¿no?
-Que tonta eres, de verdad. ¿Disfrutas con esto?
-Pues claro.
-¿Disfrutas riéndote de tu hermana y metiéndote con ella?
-Necesita espabilar.
-Estás muy flipada, la verdad. Tienes 17 y te comportas como si fueras una maestra experta.
-Tal vez, pero ella tiene 23 y parece que tiene 15 para estos temas.
-¿Y que más te da?
-A mí nada, pero creo que le vendría bien espabilar. Seguro que es muy sosa.
-No tienes ni idea...
-Ya, y tú sí... Que con 23 años que tendrás también eres un poco paradito, que te he tenido que ir llevando yo...
-Tengo 25 y créeme que, si hubiera querido, te habría follando de tal manera que no te habrías atrevido a darme ni un guantazo...
-Ya... ¿y por qué no lo has hecho?
-Pues porque todo esto me ha pillado a contrapié, ha sido todo muy rápido.
-Pues que sepas que diciéndome eso, tengo ganas de follarte otra vez, o bueno, de que me folles, así como dices...
-Pues olvídate.
-Sí, jajaja. Ya veremos...
-Oye, lo de anoche fuiste tú, ¿no?
-Sí.
-¿Por qué lo hiciste?
-Ya te lo he dicho, porque te quiera follar.
-No me entra en la cabeza que hagas algo así.
-Terminé de estudiar y me acordé de como me contestaste el otro día y me puse cachonda. Hasta me empecé a tocar. Entonces pensé en que tenía que follar contigo sí o sí. No me iba a quedar con ese calentón que me diste el otro día. Así que entré en la habitación de mi hermana con cuidado para cogerle el móvil y escribirte como si fuera ella. Luego borré la conversación y lo dejé donde estaba.
-Estás mal...
-No, estaba cachonda y ahora que me has dicho que me reventarías, pues más.
-Joder... no sé como he podido caer...
-Tranquilo, que no le voy a decir nada, si eso lo que te preocupa...
-No es por eso... es que no me gusta hacer las cosas así.
-¿A qué te refieres?
-Pues que no ha sido algo que supiéramos los dos que iba a pasar. Me ha molestado que te hayas hecho pasar por otra persona y que hayas seguido cuando te he dicho que pararas.
-Joder, como te comes la cabeza por un polvo. Si no sois novios... Relájate.
-Bueno, va a ser mejor que me vaya.
-Pues sí, a ver si va a venir mi hermana o mi madre y a ver qué le decimos... Pero ni se te ocurra decirle nada de esto, que paso de que se raye...
-¿Crees que se rayaría?
-No estoy segura, pero prefiero no comprobarlo.

Me encogí de hombros y me fui de allí. Me subí al coche, que aparqué un par de calles detrás de su casa y me quedé un rato pensando en qué hacer. A mí me gustaba ser sincero, pero tampoco es que le tuviera que contar nada, al fin y al cabo, no éramos pareja ni nada, sólo follamigos. Entonces alguien dio unos golpecitos a la ventanilla del coche, era Elena. Me asuste y el corazón me empezó a latir rápido.
 
Capítulo 6

-¿Qué haces aquí loco? (me preguntó mientras reía)
-Emmm... yo... nada... Había venido a verte (dije lo primero que se me vino a la cabeza).

Ella miró a sus amigas e hizo un gesto con la cabeza para que se alejaran.

-Si habíamos quedado mañana y sabías que iba a estar con mis amigas hoy...
-Emmm... ya... pero es que tenía muchas ganas y bueno, creía que sería buena idea, pero he ido a tu casa y he llamado, pero nadie ha contestado y ya me iba...
-No sé, ¿te quieres venir? Ya que has venido...

Hay que aclarar que ella vivía en un pequeño pueblo cerca de donde yo vivía.

-No te preocupes, no os quiero molestar...
-¿Pero qué dices? ¿Cómo vas a molestar, tonto? Jajaja...
-Nah, no te preocupes, además me ha llamado mi madre para que le ayude, que se ha roto algo en
casa y no puede arreglarlo.

Se apoyó en la ventanilla y me dijo:

-Bueno, como quieras, es una pena que hayas venido para nada, la verdad (dijo acercándose para darme un beso).

Me aparté nervioso para que no me besara, por si olía a coño, porque se lo acaba de comer a su hermana.

-¿Me haces una cobra? Jajaja
-Mmm... no, es que bueno, he venido con ganas y me voy a quedar con ellas y ahora tú también (dije con una risa un poco nerviosa).
-Que malo eres... jeje.
-Tú también jaja. Bueno, me voy, no te robo más tiempo. Mañana nos vemos.
-Que ganas...
-Yo también tengo muchas ganas...

Nos despedimos mientras sus amigas miraban riéndose. Mientras conducía me dije a mí mismo:

-¿Qué coño me pasa? ¿Por qué me pongo así...?

Estuve dándole vueltas y llegué a la conclusión de que Elena era una buena amiga a la cual no quería hacer daño de ninguna manera y no quería perder ese folleteo que tuvimos el otro día y que parecía se iba a prolongar.

Al llegar a casa me duché. De vez en cuando me venía a la cabeza todo lo que había pasado por la tarde. Me puse una peli, pero me pasaba lo mismo, así que la quité y me fui a dormir.

Afortunadamente me dormí más o menos rápido y pude descansar la mente.

Al día siguiente me desperté más despejado. Miré el móvil y tenía un mensaje de Elena.

-¿Sobre qué hora vendrás?
-Pues a la que tú quieras (respondí).
-Vente sobre las 9, cenamos algo aquí, nos tomamos algo y ya vemos lo que hacemos, jeje.
-Me parece genial.
-Que ganitas...
-Yo también tengo ganas.
-Y más con lo de ayer, jajaja.
-Sí, jajaja.

Se me vino otra vez a la cabeza lo del día anterior, pero me lo quité rápidamente de la cabeza, quería disfrutar. El día pasó normal, sin nada más reseñable, sólo que fui a comprar condones antes de ir a su casa por si acaso.

Sobre las 9 y media llegué a su casa y me abrió, nos dimos dos besos y un abrazo y fuimos al salón. Hicimos unas pizzas y nos sentamos a cenar en el sofá de su salón, pero apareció su hermana, iba a cenar con nosotros.

Como era de esperar, era una situación incómoda, por todo lo que pasó el domingo anterior. No veía a Elena muy contenta. Se limitó a cenar mientras miraba la tele. Su hermana me miraba de vez en cuando, pero Elena no se daba cuenta.

Puse la mano sobre la pierna de Elena buscando tranquilizarla. Por como estábamos sentados, su hermana no se dio cuenta, ya que nosotros estábamos en el sofá y ella en un sillón al otro lado de la mesa, pero no frente a nosotros. A penas reaccionó al gesto, le empecé a acariciar el muslo, pero
seguía sin reaccionar. Me sentía bastante incómodo, así que para romper el hielo dije:

J: ¿Y cómo te van los exámenes...? (mirando a Noelia).
N: Pues bien, es que me como mucho la cabeza y me agobio, pero al final los saco con nota.
J: Ah, muy bien.
N: Sí, ya estoy menos agobiada... (dijo mientras me miraba a los ojos y sonreía un poco).

Miré de reojo a Elena, pero ella seguía mirando la tele en silencio.

J: ¿Ya los has acabado todos?
N: Sí. Ya sólo quedan los finales y Selectividad. Aunque hay un examen que me salió bien, pero creo que me podría haber ido mejor, me estoy pensando en presentarme a subir nota... (dijo de la misma manera que antes, solo que ahora además se mordía un poco el labio).
J: Entiendo, es importante la nota para cuando te hagan la media (dije un poco sin saber como responder a sus indirectas para que parara).
E: Oye Noelia, ¿por qué no te vas con mamá y la abuela a dormir y nos dejas un poco de intimidad...? (dijo de manera seca mirando a su hermana).
N: ¿Es que os molesto aquí?
E: Bueno, estaría bien no tener que preocuparse de si alguien entra a tu cuarto sin llamar... Además, no quiero otra discusión como la de la otra vez.
N: Vamos, que queréis estar solos para poder follar a gusto sin tener que preocuparos de no tener que hacer ruido...

Elena se quedó callada y suspiró con desdén.

E: Bueno, ¿me puedes hacer el favor?
N: Vale, vale, tranquila, ahora me voy. Si pasa algo y venimos, te llamo, por si él sigue aquí y eso...
E: Vale.

Entonces Noelia se levantó y se llevó todos los platos a la cocina y nos dejó allí. Le dije a Elena:

-¿Estás bien...?
-Sí, ¿por?
-Te he notado un poco tensa, ni has reaccionado a cuando te he tocado la pierna...
-Ya... perdona, pero es que estoy un poco cabreada con ella por lo del otro día. Y ahora va y se planta aquí con nosotros a cenar con toda su cara...
-Tranquila, no pasa nada. No le des más vueltas... (dije mientras ponía la mano en su muslo y se lo acariciaba).

Me miró, sonrió y nos empezamos a besar. Oímos un ruido a lo lejos, entonces Elena me dijo:

-Ya se ha ido.

Y acto seguido se sentó sobre mí, rodeándome con sus piernas y me cogió la cara con sus manos y me empezó a besar suavemente. Me gustó mucho que hiciera eso, así que yo le acariciaba los muslos, la espalda y su culo mientras nos besábamos. Nos besamos durante un rato, hasta que empezó a besarme el cuello, yo metí mis manos por dentro de su ropa, para acariciarle la espalda, iba vestida como la última vez, una sudadera que le quedaba un poco grande y unos vaqueros. Estaba disfrutando el momento, pero abrí los ojos y vi movimiento en el marco de la puerta, era Noelia. Estaba un poco
asomada mirándonos. Mi reacción fue dar un respingo.

-¿Todo bien...? (dijo Elena al ver mi reacción por haber visto a Noelia mientras me seguía besando el cuello).
-Sí... Es que me haces un poco de cosquillas, pero no pares... Me encanta que me beses así el cuello...
-Mmm... a mí también me encanta besártelo...

Volví a mirar y Noelia seguía allí. Se mordió el labio cuando vio que la miraba. Le hice un gesto con la mano para decirle que se fuera, pero ella dijo que no con la cabeza. Le lancé una mirada para que me hiciera caso, pero no se iba. Entonces Elena dijo:

-¿Quieres que vayamos a mi habitación...?
-Espera... (dije sujetándola para que no se moviera por si veía a su hermana) Un poco más... Estoy muy a gusto ahora mismo...
-En mi habitación vamos a estar más a gusto... Podemos seguir así allí (dijo incorporándose).
-Vale, vamos (dije mientras la traía hacia a mí para que me abrazara y levantarnos con ella colgada en mí).

Hice eso para ver si Noelia seguía ahí y que Elena no viera nada, aunque me gustó como me abrazó las caderas con sus piernas y se abrazó a mi cuello.

Para mí alivio, Noelia ya no estaba ahí.

-Menos mal... seguro que se ha ido ya a casa de su abuela (pensé).

Cargué con Elena hasta su habitación, mientras ella me seguía besando el cuello, acentuando mi erección, que ya estaba presente por los besos de antes. Cuando llegamos a su habitación, seguimos
besándonos, hasta que ella empezó a sobarme el paquete. Entonces me desabrochó los vaqueros y tiró de ellos para abajo sin llegar a quitármelos para cogerme la polla y empezar a masturbarme mientras nos besábamos con mucha lengua. Al rato me la empezó a chupar mientras yo estaba tumbado boca arriba y ella de rodillas sobre la cama frente a mí, encorvada. Lo hacía muy suave, empezando por el glande y pasando su lengua lentamente por el tronco después, para luego volver a subir hasta el glande.

-Me encanta como lo haces (dije susurrando).

Ella me acarició el pecho, aumentando la intensidad de la mamada, estando así durante un rato. Pero de repente paró:

-Javi, no tengo condones...
-No te preocupes, tengo en el coche.
-¿Está muy lejos?
-No, está aquí al lado, no tardo nada.
-Lo digo porque vas a ir empalmado jajaja.
-Bueno, me la acomodo un poco. De todas maneras, no creo que haya mucha gente ya por la calle.
-Vale, te espero aquí. Toma, coge mis llaves para cuando vengas.
-Vale.

Entonces me subí los calzoncillos y el pantalón, acomodándome la polla para que no se notara, aun así, se notaba un poco, por lo que tiré de mi sudadera para abajo para tapar un poco.

-Ya vengo.

Salí de su habitación y crucé el pasillo para ir hacia la puerta para salir de su casa. Estaba oscuro, al llegar a la entrada noté que alguien tiraba de mí. Me asusté y respiré sobresaltado.

-Shhh, ven aquí.

Era Noelia, evidentemente no se había ido aún. Tiró de mí y me agarró la cara con fuerza para empezar a besarme. La cogí de los hombros para apartarla de mí.

-¿Qué coño haces? (dije susurrando para que no nos oyera Elena).
-Te he visto antes y me he puesto cachonda, quiero mi parte...
-¿Qué parte?
-Cállate y ven aquí (dijo agarrando otra vez mi cara).

Le cogí las manos con fuerza y me eché para atrás para pararla.

-Estate quieta.
-No. Quiero que me revientes como me dijiste que podrías hacer.
-Pues olvídate, eso no va a pasar.
-Mira como me tienes (dijo mientras cogía mi mano con fuerza para meterla dentro de sus leggings y bragas.

Hice fuerza para soltarme, pero ella hizo aún más para que le tocara bien el coño. Lo tenía ardiendo y muy mojado.

-¿Me vas a dejar así?
-No voy a hacer nada contigo (dije soltándome y saliendo a la calle).

Ella me siguió y de camino al coche seguimos hablando ya con un tono normal.

-No me jodas, no me puedes dejar así.

Me paré en seco y le dije:

-Mira, yo no quiero nada contigo, olvídate. ¿No tuviste suficiente con lo del otro día?
-Pues no, ¿no lo ves? Quiero que me revientes joder.
-Paso. No me gusta como haces las cosas. Si fueras de otra manera tal vez.
-¿Cómo hago las cosas?
-A espaldas de tu hermana, como lo de coger su móvil para escribirme.
-¿Pero qué más le da a ella que follemos tú y yo?
-Porque paso de historias, yo quedo con ella para pasármelo bien. Y no quiero que por esta tontería se joda el buen rollo que tenemos ella y yo.
-Pero si es mejor así, más morboso. ¿O me vas a decir que no te ha dado morbo cuando os estaba viendo?
-En serio, bájate los humos que vas muy rápido para lo chica que eres.
-Que idiota eres. ¿Es que tú no eras así con mi edad?

Me quedé en silencio y llegué al coche. Me senté en el asiento del copiloto para abrir la guantera y coger los condones, pero ella se sentó encima mía, como lo había hecho Elena en el sofá. Y empezó a besarme el cuello mientras me decía:

-Así te gusta, ¿no?
-¿Pero qué haces?
-Lo que te gusta...

La cogí de los hombros para apartarla de mí.

-En serio, para (dije mientras la miraba seriamente a los ojos).

Se quedó callada durante unos segundos hasta que por fin dijo:

-Joder... Es que tengo muchas ganas contigo (con voz de lástima).
-Ya te he dicho no sé cuántas veces que te olvides.
-Pero... es que...
-No. Ahora mismo no me planteo nada.
-Pfff... Que cabrón eres...
-Compórtate y tal vez me lo piense.
-Joder tío... lo que hay que hacer para echar un polvo... (dijo mientras se levantaba y salía del coche).

Bueno, está bien. Mira, yo sólo quiero echar un polvo, de verdad, sólo eso. Pero de vez en cuando me veo con un chico. Y a lo mejor para cuando te decidas es demasiado tarde...

-¿Quieres follar conmigo mientras estás con alguien?
-No estamos juntos, pero puede pasar. Sólo digo eso.
-Mmm... ¿Vale...?

Y entonces se fue en otra dirección. Respiré aliviado y me quedé pensando que esta chica estaba medio loca y que era un poco ligera. Pero en el fondo sabía que era cosa de la edad. Seguramente acababa de descubrir el sexo y quería probar de todo y estar todo el día dándole al tema. Me chocó un poco lo que dijo, como si me metiera prisa, pero no lo dijo para su beneficio, lo dijo de manera honesta. Salí del coche aligerando porque imaginaba que Elena se estaba preguntando que por qué tardaba tanto.

Llegué a su casa y entré, avisándole que ya había llegado, me paré en la puerta de su habitación y le dije que iba al baño, que me estaba meando. Quería lavarme las manos, porque había tocado el coño de su hermana y me olía a eso. Aproveché para lavarme la cara para despejarme un poco de lo que había pasado. Después fui a la habitación de Elena y allí estaba ella esperándome, tumbada en la cama tapada completamente con la manta con la que nos tapamos el día que dormimos juntos.

-¿Qué haces tan tapada...?
-Pues que estabas tardando y me ha dado frío...
-Emm... sí, es que creía que los había puesto en la guantera de la puerta y no los veía. Estaban en la guantera normal.
-Anda, ven aquí... (dijo con tono meloso).

Me senté en la cama, dejando los condones en la mesita y empecé a besarla, entonces se empezó a destapar.

-Pero si estás desnuda... Jajaja
-Sí, jajaja.
-Normal que te haya entrado frío...
-Caliéntame anda...
 
Capítulo 7

Entonces la destapé mirando su cuerpo tan bonito hasta que me di cuenta de un detalle.

-Anda... ¿y eso? (dije mirando a su pubis).

Se había recortado bastante el vello, dejando un perfecto triángulo invertido de color negro.

-Como dijiste que te gustaba así, pues he decidido arreglarlo un poco para que no sea tan molesto... ¿te gusta...? (dijo con las mejillas un poco encendidas).
-Me encanta (dije mientras se lo acaricié).

Y empecé a acariciarle todo el cuerpo sensualmente. Ella cerró los ojos mientras su respiración se aceleraba un poco. Y como en nuestra primera vez, empecé a besarle los labios, para ir bajando por todo su cuerpo, jugando con sus pezones, mientras ella gemía suavemente. Seguí bajando hasta su ombligo, rodeándolo con mi lengua.

-Pfff...
-¿Qué pasa...?
-Que me pones a mil haciendo estas cosas...
-Jeje, ¿te gusta que te haga esto?
-Mmm... me encanta...

Seguí bajando, besándole las caderas y el pubis, después los muslos, con algún mordisquito.

-Mmm... me encantan tus muslos...
-Mmm... (gimió bajito).

Seguí por el resto de sus piernas hasta llegar a sus pies, besándolos también mientras le miré a los ojos. Ella me miraba con una cara de deseo y excitación increíble. Entonces se incorporó para sentarse y tiró de mí hacia ella, cogiendo de mi sudadera para empezar a besarme con mucha ansia mientras soltaba algún gemidito.

-¿Qué te apetece hacer hoy?
-Lo que tú quieras, soy toda tuya... (dijo mientras me besaba el cuello sensualmente)

Yo sonreí mientras le acariciaba la espalda. Empecé a desnudarme, ella me ayudó con prisa, pero la paré.

-Shhh... Tranquila.

Se quedó callada mirándome a los ojos. Entonces le cogí las manos para que me ayudara a desnudarme lentamente. Una vez me desnudé, empecé a besarla lentamente, echándome sobre ella para que se tumbara. Una vez tumbada hice lo mismo que antes, pero más lentamente, jugando bastante con sus pezones, usando mi lengua, se pusieron muy duros y a veces se le ponía la piel de gallina, mientras notaba como su corazón se aceleraba por la estimulación que le estaba haciendo. De vez en cuando le miraba, ella estaba con los ojos cerrados, con cara de placer, mordiéndose el labio de vez en cuando.

Al cabo de unos minutos, fui bajando, dándole besos recorriendo todo su abdomen a lo ancho, llegando a sus costados. Ella se estremecía mientras me acariciaba el pelo. Después pasé a sus caderas hasta llegar finalmente a su coño. Empecé a lamerle la rajita. Ella vació fuertemente sus pulmones. Subía y bajaba la lengua lentamente recorriendo toda su raja, hasta que pasados unos pocos minutos empecé a clavarle la lengua, metiéndola en su coño. Ella reaccionó con un gemido. Estuve así durante un rato, hasta que pasé a su clítoris, empezando a lamerlo y succionar. Ella se retorcía un poco de vez en cuando. Aceleré un poco el ritmo en la lamida de su clítoris, provocando un jadeo en ella. Cada vez se retorcía más a menudo, se iba a correr pronto si seguía.

Así que paré para subir y besarle los labios. Ella estaba como en otro mundo, parecía desorientada cuando abrió los ojos al notar que le besaba los labios. Esperé un poco a que se relajara y se le pasara un poco el calentón para que no se corriera tan rápido cuando se la metiera. Estuve un rato besándola en los labios y en el cuello. Yo estaba muy excitado, porque sabía que estaba jugando con ella y eso me ponía mucho, así que, a pesar de no tocarme la polla ni nada, no se me bajaba la erección.
Cogí un condón de la mesita y me lo puse sin parar de besarla por la boca y el cuello. Empecé a acariciarle la raja con mi polla durante unos segundos hasta que se la metí suavemente.

-Mmm...
-¿Te gusta?
-Me encanta... (dijo besándome el cuello).

Se la metí entera y aguanté dentro, ejerciendo presión. Ella me acariciaba la espalda. Entonces empecé un lento mete-saca durante un rato, subiendo un poco el ritmo de vez en cuando hasta llegar a un ritmo fijo, ni muy rápido, ni muy lento. De hecho, se podría considerar que estábamos haciendo el amor más que echar un polvo sin más, por ese ritmo, tantos besos y caricias...

Al cabo de unos minutos se empezó a retorcer de nuevo, como cuando le estaba comiendo el coño y me centré en su clítoris.

-Me voy a co...
-Shhh... (la interrumpí), No digas nada...

Estábamos cara a cara, mirándonos a los ojos. Su respiración se aceleró y empezaron a darle espasmos. Me agarró con más piernas fuertemente y me arañó un poco la espalda con las uñas mientras jadeaba fuertemente.

Al ver que se corría, estrujando mi polla con su coño, los espasmos, como me agarraba con las piernas y como me arañaba la espalda, no pude aguantar y me empecé a correr dentro del condón mientras hundía mi cabeza en la almohada al lado de la suya.

Me tumbé boca arriba a su lado, despacio. Ella seguía con los ojos cerrados, dándole aún algún
espasmo. Aproveché para quitarme el condón, anudarlo y dejarlo en la mesita.

Me quedé tumbado de lado mirándola. Estaba muy bonita con los ojos cerrados y esa cara de placer
que apretaba de vez en cuando. Me encantaban los orgasmos que tenía.

Por fin abrió los ojos. Se tumbó de lado, para mirarme. Me acarició la cara con la mano y me besó suavemente.

-Para nada esperaba esto hoy...
-¿Follar? Si hemos quedado para eso... Jajaja.
-No tonto, jajaja. Hacerlo así...
-¿Te ha gustado?
-Me ha encantado...
-Me apetecía hacerlo así, quería ver que te parecía...
-Pues ha sido genial, como una sorpresa. Esperaba que fuera como el otro día, o incluso un poco más duro. He estado leyendo algunas cosillas y tenía alguna idea, pero joder... Así me ha encantado también.
-Vaya... la niña había hecho los deberes y no me los ha enseñado...
-Jajajaja. Para la próxima te los enseño. Pero de verdad, ha sido genial. No creía que fueras tan cariñoso...
-Puedo ser muchas cosas...
-Mmm...

Nos quedamos callados durante un rato, descansando. Ella nos tapó con la manta para que no cogiéramos frío. Estábamos los dos bastante satisfechos, habíamos estado bastante tiempo follando, porque miré el reloj y eran casi las 3 y habíamos empezado sobre las 12. El tiempo con ella se me pasaba muy rápido. Entonces me dijo:

-¿Te quedas a dormir...?
-Si tú quieres, sí.
-¿Tú quieres...?
-Por mí sí. Pero no quiero que pase lo del otro día con tu hermana, o no me quiero arriesgar a que nos pillé tu madre.
-No creo que haya problema. Parece que mi hermana se ha enterado de que no se tiene que meter en mi vida íntima y me ha dicho que me avisaría si venía ella o mi madre.
-Genial entonces (dije, aunque pensé que la loca de su hermana era capaz de jodernos por no ceder a lo que ella quería).

Pero recordé lo que me dijo cuándo se bajó del coche. La veía muy honesta cuando me dijo eso, sin chulería, ni nada parecido. Así que me relaje pensando que no había peligro, confiaba en que su hermana no nos jodiera.

-Voy al baño, ¿necesitas ir tú?
-No, estoy bien.
-¿Quieres agua o algo?
-Mira, eso sí.
-Vale, voy al baño y ahora vuelvo.

Se puso sus braguitas negras y salió de la habitación. Yo me puse los calzoncillos y me quedé tumbado con las manos detrás de la nuca, pensando en lo bien que me lo pasaba con Elena. Entonces, antes de que Elena volviera, caí dormido.

Al igual que la otra vez, me desperté por la claridad de la luz que entraba por la ventana. Elena estaba acurrucada, yo la abrazaba por detrás haciendo la cucharita. Levanté un poco la cabeza para ver si aún dormía. Estaba con los ojos cerrados y una respiración profunda, así que asumí que estaba dormida, por lo que volví a apoyar mi cabeza en la almohada para seguir descansando. Dormimos un poco más hasta que me desperté por su movimiento. Entonces se dio la vuelta para quedar cara a cara conmigo.

-Buenos días (dijo sonriendo).
-Buenos días (dije yo también sonriendo mientras acercaba la cara para que nuestras narices se tocaran).
-Que calentita duermo contigo...
-Calentita durmiendo y sin dormir, jajaja.
-Jajajaja, que tonto eres.

Y nos dimos un beso. Pero de pronto sonó la puerta de su casa cerrándose. Ella pegó un respingo, cortando el beso y puso cara de susto. Nos quedamos mirando, yo con cara de preocupación y ella con cara de susto. Estaba pensando que no podía creer que su hermana nos hubiera hecho la putada de traer a su madre sin avisar. No, no podía ser, su actitud parecía haber cambiado en nuestra última conversación. ¿Lo hacía por rencor o algo así...? Hasta que por fin sonó una voz al otro lado de la puerta de la habitación de Elena.

-Elena, soy Noelia.
-¡No pases! (dijo Elena un poco sobresaltada).
-Vale, vale. Tranquila. No te preocupes, mamá se queda con la abuela, me ha dicho que luego vayamos a comer.
-Vale, gracias.

Después se hizo silencio y Elena resopló.

-Joder, que susto... (dijo susurrando).
-Pfff, la verdad es que sí (dije acariciándole la espalda para tranquilizarla).
-Oye, anoche te quedaste dormido en nada.
-Sí, ayer madrugué y estaba muy a gusto, así que no pude aguantar...
-Estabas muy mono.
-Gracias, jeje.
-Que hambre tengo, ¿vamos a desayunar?
-Me parece genial.

Fuimos al cuarto de baño por turnos para asearnos un poco y luego fuimos a la cocina. Empezamos a desayunar y apareció su hermana.

N: Buenos días (dijo con buen tono).
-Buenos días (dijimos ambos).
N: ¿Qué tal la noche?
J: Muy bien.
E: ¿Por qué no has avisado que venías?
N: Mi móvil se quedó sin batería, así que vine a avisarte de que mamá no iba a venir.
E: Ya...
N: Es verdad, mira (le enseñó su móvil, que estaba apagado).
J: Gracias por avisar. No quiero causar ningún problema.
N: No eres un problema, pero para mí madre si puedes serlo (dijo de nuevo con un buen tono, sin buscar pinchar).
E: ¿Cómo está la abuela?
N: Mejor, aunque aún tiene fiebre.

Nos quedamos en silencio unos minutos, hasta que Noelia dijo:

N: No tenía intención de joderos el mañanero, perdón.
J: No te preocupes (dije mientras miraba a Elena, a la que noté algo molesta).
E: Me ha molestado más el susto al oír la puerta.
N: Ya te he dicho por qué no he llamado, no lo he hecho adrede, de verdad.
E: Vale, te creo. No te preocupes.

Terminamos de desayunar y dije de marcharme, por lo que me despedí de Noelia, que se acercó a darme dos besos alegremente. Elena miró a su hermana un poco extrañada y me acompañó a la puerta para despedirme.

-Oye, ¿has hablado con mi hermana?
-Mmm... Que va...
-Es que es raro verla así de simpática, es borde, y más con la gente que empieza a conocer y aún más con la que tuvimos el otro día.
-Pues no sé... A lo mejor le he caído bien, o ha entrado en razón después de tu charla.
-No sé... Cuando hablamos seguía en las mismas, aunque dijo que no se metería.
-Ya sabes, la edad del pavo...
-Sí, jaja. Oye... que me lo pasé muy bien anoche (dijo dándome toquecitos con el dedo en el pecho).
-Yo también (dije sonriendo).
-¿Quieres que quedemos el finde que viene?
-Claro (dije pellizcándole cariñosamente la mejilla).

Nos despedimos diendonos un abrazo y ella dándome un beso en la mejilla. Cuando me giré para irme, me dio un cachete en el culo.

-Oye... jaja.
-Venga jajajaja, hasta luego.

Me monté en el coche y me quedé pensando en la actitud de Noelia. Me estaba haciendo caso en que hiciera las cosas bien y se comportara. Joder, si que tenía ganas de follar conmigo otra vez... Pensé un poco en si me gustaría que eso pasara de nuevo. La verdad es que físicamente me atraía y me puso bastante cachondo cuando echamos ese polvo.

No quise empezar a comerme la cabeza, ya lo pensaría en frío más detenidamente, porque los contras de que fuera menor y la molestia que le pudiera causar a Elena pesaban mucho sobre mí. No me quería arriesgar a perder esos momentos con Elena, porque disfrutaba mucho su compañía tanto en la cama, como fuera de ella.

Arranqué el coche y empecé a conducir para volver a casa, pegarme una ducha
y acostarme un rato para descansar.
 
Capítulo 8

En los próximos días no ocurrió relevante, hablaba con Elena de chorradas por mensajes, acordamos en quedar ese fin de semana con más amigos en común para luego irnos a su casa como en los dos fines de semana anteriores.

Hasta que llegó el jueves. Estaba liado con el trabajo, ya que trabajaba como traductor para un periódico y lo hacía desde casa. Vino mi madre a avisarme que una chica preguntaba por mí, que la hizo pasar y estaba en el salón. Me extrañó. No esperaba visita de nadie y menos a esa hora, poco más de la 1 de la tarde. Pensé que lo mismo era Elena, que se había pasado para darme una sorpresa, como hice yo la semana anterior. Bueno, eso es lo que le dije, porque fui por otra cosa muy distinta. Llegué al salón y ahí estaba Noelia. Me quedé un poco parado sin saber qué decir o hacer.

-Hola (dijo Noelia muy alegremente).
-Hola, ¿qué haces aquí? (Pregunté un poco cortado sin saber qué decir).
-Pues que venía a preguntarte unas cosas...

Mi madre me miró extrañada y Noelia dijo reaccionando rápidamente:

-Es que me está echando una mano con los idiomas, se le dan muy bien y a mí no, para ver si me podía explicar algunas cosillas.
-Ah, claro, pasa a su habitación, niña (dijo mi madre convencida).

Yo estaba flipando mientras iba a mi habitación y ella me seguía. Entramos y cerré la puerta. La miré. Iba bastante guapa, bien peinada, con ropa normal, pero bastante bonita y una mochila colgada a la espalda.

-¿Qué haces aquí?
-He pasado a verte y a preguntarte si te habías decidido ya.
-¿Cómo sabes que vivo aquí...?
-Fácil, porque vives al lado del instituto y te he visto alguna vez entrar y salir de esta casa.

Era cierto, vivía justo al lado del instituto donde estudié yo y también su hermana, donde nos conocimos, y ella, ya que el pueblo donde vivían era tan pequeño que no tenía instituto, sólo colegio para niños.

-¿No deberías estar en clase?
-Sí, pero el que nos da las dos últimas horas hoy ha faltado y no quería estar ahí encerrada. Y hasta que me vaya en el autobús tengo un rato.
-Ya... ¿y esa excusa de los idiomas?
-Pues yo que sé chico, lo primero que se me ha ocurrido jajaja, que tú estabas en blanco.
-Es que no esperaba una visita y menos tuya... Pero me refería a como sabes que se me dan bien.
-Ah, porque mi hermana habla mucho de ti a sus amigas y a veces estoy con ellas cuando vienen a casa y dijo que te dedicabas a traducir para un periódico o algo así.
-Sí, de hecho, en eso estaba (dije señalando el ordenador donde se podían ver textos en una pantalla y mis anotaciones en otra).
-Vaya, que guay.
-Sí, es muy divertido (dije con sarcasmo).
-Bueno, no sé... pero se ve muy profesional.
-Entonces... ¿a qué dices que has venido...?
-A saber si te habías decido ya.
-¿De qué?
-Tú qué crees...
-Ah... Pues la verdad es que no he pensado nada aún, estoy muy liado con el trabajo.
-¿De verdad...? (dijo acercándose a mí lentamente).
-Mmm no. Y ni se te ocurra intentar nada aquí con mi familia en casa, que te veo venir.
-Que aburrido eres...
-Prefiero ser aburrido que estar loco, jaja.
-Lo que te dije iba en serio. Mira, yo sólo quiero pasar un buen rato contigo. Me pones y creo que yo a ti también, por lo que pasó la última vez. Pero puede que acabe con un chico con el que me estoy viendo y me gustaría aprovechar. No veo el problema.
-No sé, es que a mí no me gusta hacer las cosas así... Luego, eres menor, te saco 7 años.
-Ya... lo que tú ves como problemas, yo lo veo como escusas porque estás pillado por mi hermana.
-Te equivocas, Elena y yo somos buenos amigos, nada más.
-Yo noto otra cosa. Sólo hay que veros.
-Ya...
-Bueno. No te molesto más, que te veo liado. Dale una vuelta a eso y me dices. ¿Nos damos nuestros números...?
-Venga va, prefiero que me escribas directamente a que le quites el móvil a tu hermana.
-Te dije que me iba a portar bien...
-Ya, y lo estás haciendo bien, sobre todo cuando viniste el domingo por la mañana. Me agradó la conversación y tu trato. Tu hermana me preguntó si había hablado contigo o algo, te notó rara... más agradable de lo habitual.
-Ya... tengo un motivo...
-Pues no deberías tener motivo para ser así.

Sonrió y nos intercambiamos los números.

-Me voy, que hay un bus que sale ya mismo.
-Venga, hablamos.
-¿Te puedo dar dos besos como el otro día o te vas a poner tenso por estar en tu casa y con tu familia...? Jajaja.
-Claro, no pasa nada por dos besos.

Me encorvé, porque ella era bastante bajita y yo bastante alto, entonces se agarró a mi cuello para darme los dos besos y mientras me los dio susurró:

-Si fuera por mí te follaba aquí ahora mismo (acabó de decir dándome un mordisquito en la oreja).

Me estremecí y resoplé.

-Jajaja, hasta luego.
-Adiós…

Y se marchó por la puerta, despidiéndose de mi madre alegremente.

Me senté en la silla todavía un poco en shock por lo que acababa de pasar y también un poco encendido. La situación me había puesto un poco cachondo. Me gustaba sentirme deseado y Noelia me atraía. Entonces vino mi madre preguntando:

-¿Quién es la chica?
-Es la hermana de una amiga, que me ha pedido que le explique unas cosas.
-Es mona.
-Mamá... que va al instituto aún...
-¿Cuántos años tiene?
-17.
-Bueno, casi 18.
-Es muy chica para mí, anda no seas pesada, que te gusta mucho buscarme novia.
-Si es que ya te pinta ponerte novio, hijo.
-Estoy a gusto como estoy.
-Bueno, lo que tú veas.

Se fue y me quedé mirando la pantalla pensando en la situación. ¿Qué haría con Noelia? No tenía ni idea. Me decidí a pensarlo esa misma tarde después de comer.

Cuando terminé de comer y reposar, me senté en la cama para tomar la decisión. Anoté los pros y los contras. Como pros puse que me atraía bastante, sabía que lo hacía bien por nuestro breve encuentro y me gustaba sentirme tan deseado. Como contras, que era aún menor, que tenía un medio novio y que no sabía como se podía sentir Elena si se enteraba. El contra de lo de Elena me pesaba demasiado, me gustaban demasiado nuestros encuentros y la consideraba una buena amiga para echar el rato, no sólo para follar y no quería perderla, hacía mucho que no tenía algo así. Fui incapaz de decidirme.

Más tarde estuve hablando con Elena para concretar lo del fin de semana. Era seguro que tendríamos su casa para pasar la noche, su madre seguía yendo a dormir con su abuela.

Al rato me escribió Noelia.

-Me ha dicho mi hermana que este sábado también vienes.
-Sí, pero antes vamos a casa de unos amigos y luego ya vamos para allá.
-Vale, así te veo.
-No me jodas Noelia, no quiero uno de tus jueguecitos con Elena delante.
-Ay... si es que cuanto más te resistes, más me pones.
-Pues vete con tu amigo, que él te ayude.
-No tiene ni idea de follar el pobre.
-Ese no es mi problema.
-Jajaja, sí que lo es, porque quiero follar contigo.
-Aún no me he decidido... me está costando...
-En serio, le das demasiadas vueltas a las cosas, si solo va a ser un polvo...
-Es que no quiero cagarla por un calentón.
-Bueno, tal vez esto te ayude a decidirte...

Tardó un rato en contestar. Me estaba oliendo una de las suyas. Entonces me pasó una foto de sus tetas. Abrí la foto e hice zoom para verlas bien, eran preciosas. De tamaño normal, con una forma cónica y puntiagudas hacia arriba, con unos pezones de tamaño normal rosaditos de punta, se veían bastante duros.

Cuando cerré la foto, vi que había enviado otra. Era una de su coño, totalmente depilado, muy pequeñito, con sus labios rositas. Me entraron ganas de comérselo al verlo. Resoplé y cerré la foto, pero había otras dos. En la primera salía su coño abierto. Qué pinta tenía, brillaba de lo mojado que lo tenía. Me empecé a tocar por encima del pantalón. Después abrí la otra y era una de su coño, pero en esta se estaba metiendo los dedos. Estaba totalmente empalmado, metí mi mano dentro de mis boxers para empezar a tocarme. Entonces recibí un video. Salía ella tocándose las tetas, pellizcando sus pezones, luego enfocó su coño, acariciando su clítoris, para luego meterse los dedos lentamente y acelerar un poco, pudiéndose oír como una especie de chapoteo. Ahí acabó el video. Estaba tan cachondo que me bajé los pantalones y los boxers y me eché una foto a la polla empalmada y se la mandé. Respondió con varios emoticonos de la cara roja sudado con la lengua fuera. Entonces me llamó.

-Como me tienes cabrón... Mira como me pongo cada vez que me acuerdo del polvo que echamos...
-Joder Noelia, que cachondo estoy... (susurré mientras me pajeaba fuertemente).
-Ojalá te pudiera comer la polla ahora mismo, que rica estaba... mmm...
-Y que bien lo hacías... casi me corro cuando me la comiste...
-Quiero que me folles fuerte, como dijiste que podías hacer (dijo con la voz un poco entrecortada).
-Si te tuviera delante ahora mismo lo haría...
-No me digas eso cabrón, como me arrepiento de no haberlo intentado hoy cuando he ido a tu casa...
-Demasiado riesgo...
-Merecería la pena...
-Noelia, no puedo más... me voy a correr... (dije susurrando entrecortadamente mientras soltaba chorros corriéndome).
-Yo también... Ay... (dijo con un pequeño gritito ahogado y una respiración agitada y entrecortada).

Nos quedamos un poco en silencio para recuperarnos. Entonces dijo:

-Eres un cabrón, que lo sepas. Me tienes todo el día con la miel en los labios.
-Otra cosa te ponía yo en los labios... (dije aún cachondo por la situación).
-Javi, no me calientes que me planto mañana en tu casa a primera hora, que no puedo más...
-Ni se te ocurra, que mi madre se pone muy pesada.
-Joder tío... el sábado os dejo solos, porque como te vea no voy a aguantar y me voy a lanzar encima tuya.
-Está bien, vamos a follar.
-¿Cuándo? (preguntó ansiosa).
-No lo sé. Tenemos que hacerlo bien.
-Pfff... yo quiero ya...
-Vas a tener lo que querías, ¿vale? No te pongas como una niña pequeña.
-Vale, pero joder, estoy cachondísima. No puedo esperar.
-Mira, vamos a follar, pero con mis condiciones, ¿vale?
-A ver... cuéntame.
-Lo primero y más importante, tu hermana no se puede enterar. No quiero joder la cosa.
-Vale, ¿qué más?
-No puede ser ni en mi casa, ni en la tuya.
-Joder, pues ya me dirás donde lo hacemos...
-Ya se nos ocurrirá algo...
-¿Algo más?
-Sí, que seas discreta con esto. Y muy importante, que nos respetes a tu hermana y a mí. Se pone muy incómoda cuando empiezas con tus puyitas.
-Vale, acepto todo.
-Bien.
-Qué ganas, por dios...
-Yo también tengo ganas...
-Mmm... Te dejo, que andan por aquí mi hermana y mi madre. Como siga hablando contigo me voy a volver a tocar y me voy a poner a gritar como una loca cuando me corra...
-Jajaja, vale... pensaré algo para ver donde puede ser.
-Vale, nos vemos, un beso.

Y colgó. Aún seguía empalmado, estaba cachondísimo. Recogí el estropicio que había liado y me tumbé en la cama. Finalmente le había dicho de quedar para follar y había aceptado todas mis condiciones. Parecía que todo iba bien, pero seguía temiendo que Elena se enterara. Me olía que Noelia la podía liar yéndose de la boca fácilmente, si me había dicho a mí que se veía con otro chico, con el que probablemente llegara a más, dudaba si se podría mantener callada por lo nuestro... Decidí no darle más vueltas, ya le había dicho que quería, no había vuelta atrás. Confiaría en ella para que todo saliera bien.
 
Capítulo 9

Llegó el sábado. Fui a recoger a Elena a su pueblo. Fui arreglado, en camisa azul a cuadros, vaqueros más formales y unas botas color mostaza. La esperé en la puerta de su casa con el coche arrancado. Salió y se montó en el coche. Esta muy guapa. Iba con un top negro de tirantes, una falda negra de medio muslo con una fila de botones, unos zapatos tipo sandalia con un poco de plataforma y tacón y una cazadora vaquera que llevaba en el brazo.

-Qué guapa, ¿no?
-¿Has visto? Jajaja (dijo dándome dos besos).
-Hacía tiempo que no te veía así. Desde que salíamos todos en grupo cuando estábamos en el instituto.
-Madre mía... Cuánto hace de eso...
-Unos años ya.
-Pues gracias, tú también estás muy guapo.
-Bueno, una camisa hace siempre quedar bien.
-Sí, pero es importante también que el muchacho sea guapo...

Entonces, quité el freno de mano y nos fuimos de ahí, yendo a la casa donde habíamos quedado con los demás amigos, precisamente habría varios chicos y chicas de aquel grupo que habíamos mencionado antes.

Llegamos al sitio, aunque tuve que aparcar un poco retirado, ya que la casa donde quedamos estaba en el centro. Bajamos y ella se puso su cazadora vaquera. Estaba realmente guapa, con un poco de maquillaje y los labios rojos.

-Chiquillo, que vas a coger algo, así tan en cuerpo.
-Como íbamos en coche no creía que necesitara abrigo.
-Venga, vamos. Antes de que te enfríes.

Y fuimos a paso ligero a la casa. Llegamos enseguida, ya había gente y fuimos saludando. Había gente de los que iban a clase conmigo y también de la clase de Elena. No sé muy bien como llegamos en su día a juntarnos un grupo de chicos y chicas con dos años de diferencia, pero hacíamos un buen grupillo. Recuerdo que nos empezamos a juntar cuando todos los de mi clase estábamos a mediados de 4° de la ESO.

A la mayoría de la gente que había la conocía bien, seguía teniendo trato con ellos de vez en cuando. Pero se acercó una chica a mí que no reconocía bien. Era Laura. Una chica que en su día recordaba que era bastante guapa, pero ahora estaba espectacular, era una chica muy delgada, sobre 1,70 de altura, con una melena negra muy larga lisa, que le llegaba a las caderas, no tenía mucho pecho, casi igual que el de Elena. Iba con una camiseta de tirantes negra de seda, unos pantalones de tela negros muy ajustados, que le hacía un culito espectacular, redondito y respingón, un cinturón grande blanco y unos zapatos de tacón blancos a juego con el cinturón. De cara era guapísima, tenía una cara redondita, con unas cejas no muy finas, pero bien perfiladas, una nariz un poquito grande, pero muy bonita, y una boca con labios finos, que se volvían más bonitos aun cuando sonreía, mostrando su perfecta dentadura blanca y unos ojos muy vivos, tan negros como su pelo. Todo ello acompañado de un bonito maquillaje.

-Javi... ¡Cuánto tiempo!
-¡Ya ves! No caía en quien eras cuando te acercabas. Estás muy guapa.
-Gracias, tú también estás muy guapo. Siempre has sido un chico grande, pero ahora estás mejor.

Y nos pusimos a hablar un poco de como nos iba, me dijo que había estudiado moda y yo le conté que había estudiado traducción y a lo que me dedicaba.

Estábamos hablando hasta que de repente vi que entraba el ex de Elena por la puerta. No esperaba que fuera a ir allí. Ambos se dieron cuenta de que estaba el otro ahí, aunque no le echaron mucha cuenta. Yo seguí hablando con Laura, hasta que vi al ex acercarse a Elena, la cual tenía cara de estar incómoda. Mientras hablaba con Laura, no paraba de mirar a Elena y Laura se dio cuenta. Se giró para ver qué miraba.

-Me ha dicho Elena que últimamente os estáis viendo más.
-Eh... sí. Pero no estamos juntos, ¿eh? Quedamos para tomar algo de vez en cuando.
-Eso está muy bien. Está ahí el ex, no sé como se atreve a acercarse a ella después de lo que le hizo y de como acabaron...
-Sí, tienes razón.
-Anda, ve y le echas una mano...
-¿Crees que debería intervenir...?
-Sí, mírala, se le ve incómoda. A saber que le está diciendo. Venga ve.

Entonces me acerqué a ellos, sentándome al lado de Elena.

J: ¿Todo bien? (dije mirando a Alejandro, el ex de Elena).
A: Sí, sólo estamos hablando.
J: ¿Cómo te va...? Hace tiempo que no sé de ti.
A: Bueno, ahí vamos... (dijo con desdén sin mostrar interés en seguir la conversación).
E: Alejandro, ¿por qué no te vas con tus amigos...?
A: ¿Qué pasa, no puedo quedarme aquí...?
E: Esto es un poco incómodo...
A: Yo estoy bien aquí.
J: Venga, relajaos...
A: Qué pasa, que ya ha llegado el pelícano para espantarme, ¿no? (dijo mirando a Elena).

Elena apartó la mirada poniendo cara de estar incómoda.

J: ¿Cómo?
A: Pues eso. Que ya me dijeron que fuiste a pelicanear en cuanto te enteraste de que rompimos.
J: Tranquilo tío, que te veo un poco nervioso, ¿vale?
A: Yo estoy bien.
J: Pues no lo parece. Sólo hemos venido a echar un buen rato y nos lo estás jodiendo comportándote así...
A: Así... ¿cómo?
J: Como un capullo, la verdad.

Puso cara de pocos amigos e hizo amago de encararse, pero dijo:

A: Sí, mejor me voy.

Y se fue, dejándonos a los dos solos.

-Lo siento, no tenía ni idea de que iba a venir y creía que necesitabas que te lo quitara de encima (le dije a Elena).
-No pasa nada (dijo aún con cara de incomodidad).
-Tengo una idea (dije mientras cogí si chaqueta para irnos). Ve despidiéndote de la gente.

Me hizo caso y empezó a despedirme despedirse de casi todos, evitando a su ex. Yo hice lo mismo, pero Laura me preguntó.

-¿Qué ha pasado...?
-Nada, que este es gilipollas y casi se me encara.
-Vaya...
-Nos vamos ya. Elena está muy incómoda y no quiero que esté mal.
-Pero si habéis venido hace nada...
-Ya, pero no me parece bien hacerle pasar por eso, no hay necesidad.
-Llevas razón. Bueno, a ver si nos vemos otro día...
-Claro. A ver si coincidimos sin que aparezca éste...

Y nos despedimos dándonos dos besos.

Elena y yo fuimos hacia el coche a un paso normal. Ella estaba en silencio. Me daba cosa verla tan seria y le eché el brazo por encima de los hombros, rodeándola mientras seguíamos caminando.

-¿Estás bien?
-Sí... (dijo mientras giró su cara para mirarme y lanzar una pequeña sonrisa)
-No pasa nada. Si se nos jode la fiesta, montamos nosotros una.

Nos montamos en el coche y fui a un chino a comprar un par de botellas de alcohol, refrescos y hielos. Después fuimos a su casa. Al final me vino hasta bien, porque no tenía pensado beber en la fiesta porque luego tenía que llevar a Elena a su pueblo, así que en su casa ya podría beber, aunque no era mucho de tomar alcohol, pero me apetecía tomar algo. Llegamos a su casa y fuimos al salón.

-Estamos solos hoy. Mi hermana me ha dicho que se iba con mi madre y mi abuela a dormir.

Entonces me acordé de lo que me dijo Noelia, que el sábado no iba a estar para evitar liarla si me veía. Me alegré de que se fuera, para que no pasara nada y dejarnos a Elena y a mí más intimidad.

Nos serví unas copas y nos pusimos a hablar. Tiré un poco de mi sentido del humor, haciendo también un poco el tonto para animarla. Parecía funcionar, porque la vi más relajada y animada. Hablamos de varias cosas, nos lo estábamos pasando bien, a pesar de estar los dos solos. Incluso pusimos algo de música y bailamos un poco.

Eran ya cerca de la 1 de la noche. Llegó un punto en el que ya empezábamos a ponernos más cariñosos y ella se sentó encima de mí, como hizo el fin de semana anterior, con sus piernas apoyadas en el sofá y su culo sobre mis muslos. Empezó a besarme suavemente mientras yo le acariciaba la espalda y el culo.

-Me encanta cuando te sientas así encima mía y me besas los labios y el cuello...

Entonces empezó a besarme el cuello. Como me ponía cuando hacía eso. Se me ponía la piel de gallina, dándome escalofríos, lo que hacía que se me acelerara la respiración. Mientras lo hacía, yo le
mordisqueaba la oreja.

Me levanté, cogiéndola con mis brazos. Ella me rodeó la cintura con sus piernas.

-Me encanta cuando te agarras así a mí cuando estoy de pie (dije mientras ella no paraba de darme besos por el cuello).

Fui andando hacia su habitación mientras nos chocábamos con las paredes y las puertas varias veces por el camino mientras nos comíamos la boca. Llegamos a su habitación, pero la puerta estaba cerrada, así que chocamos con ella, pero no abrí, me quedé ahí, sujetando a Elena con la presión de mi cuerpo y la puerta mientras ella me seguía abrazando con sus piernas y me rodeaba el cuello con sus brazos.
Nos estuvimos comiendo la boca un rato así, hasta que abrí la puerta para tumbarnos en la cama y seguir enrollándonos.

Nos empezamos a desnudar, hasta que nos quedamos en ropa interior, yo en boxers rojos y ella con una bonita ropa interior de encaje negra.

-Qué bonito el conjunto...
-¿Te gusta?
-Mucho, te queda genial.

Entonces le agarré el culo y noté que era un tanga.

-Ah, que es un tanga...
-Sí, jajaja.
-Es la primera vez que te veo usando uno.
-Es que soy más de braguitas normales...
-A ver, quiero verte el culito con ese tanga...

Se levantó de la cama, dándome la espalda para que le viera el culo en tanga. Le quedaba genial, le hacía un culo muy bonito y así se lo hice saber.

-Mmm, que te queda genial, que culito te hace...

Entonces se puso a hacer un bailecito, moviendo el culo y poniéndolo un poco en pompa. Mi reacción fue sentarme en la cama, traerla hacia a mí y besarle los cachetes del culo y darle algún mordisquito.

-Mmm, que culito más rico...
-Me haces cosquillas (dijo entre risas).

Entonces se dio la vuelta y se volvió a sentar encima mía, de la misma manera que lo hizo en el sofá, para volver a besarnos. Mi erección era muy notable ya. Me eché hacia atrás, quedando ella tumbada encima de mí, nos seguíamos besando mientras ella me cogía la cara con las manos y yo le acariciaba el culo. Mi polla estaba aprisionada en mis boxers, pero al echarse ella encima, se quedó de forma que quedaba entre nuestros cuerpos.

Se separó de mí, cogiéndome la cara aún y me preguntó:

-¿Qué quieres hacer hoy...?
-Lo que tú quieras...

Se mordió el labio y dijo:

-No sé... te quiero hacer muchas cosas...
-Mmm... ¿qué cosas...?

Entonces empezó a besarme el cuello y fue bajando, besándome todo el cuerpo hasta llegar a mis boxers, que bajó lentamente mientras me seguía besando las caderas y el pubis, que llevaba con vello recortado de la misma manera que ella.

Cuando me terminó de quitar la ropa interior, me agarró la polla suavemente, siguiendo con los besos por la base del troco, subiendo poco a poco hasta el glande con pequeños besos. Me gustaba bastante lo que estaba haciendo. Entonces me empezó a chupar el glande suavemente mientras me miraba a los ojos. Eso me puso bastante cachondo, así que le acaricié la cara mientras lo hacía y entrelazaba mis dedos en su pelo, para acariciarle la nuca. Ella siguió sin que yo le dijera qué hacer o como hacerlo, pasando su lengua por el tronco, haciendo pequeñas succiones, hasta llegar a mis huevos, los cuales empezó a chupar y a meterse en la boca mientras me masturbaba. Lo hacía muy bien, los chupó un poco hasta que volvió a chuparme la polla, ahora más rápido y cada vez más profundo.

La veía hacerlo con muchas ganas, cada vez se metía más la polla en la boca, llegando a atragantarse, haciendo sonidos guturales. Cuanto más se la metía, más apretaba los ojos del esfuerzo, hasta que se la metió entera varias veces, en la última aguantando varios segundos con la polla en su garganta. La sacó rápidamente, cogiendo aire fuertemente por aguantar sin respirar, se le saltaban las lágrimas un poco. Cuando se la sacó de la boca dejó la polla llena de saliva, la cogió y la empezó a masturbar, lubricada con su saliva. Me encantaba como me la estaba chupando y como me tocaba.

-¿Te gusta...?
-Me encanta, lo haces muy bien.

Siguió tocándome y chupándomela durante un rato de la misma manera. Hasta que paró y dijo:

-Levántate.

Me levanté y me empezó a besar, poniéndose de puntillas por la diferencia de altura mientras me seguía masturbando.

-Quítame el tanga.

Se lo quité lentamente mientras ella se quitaba el sujetador. Después se tumbó en la cama y alargó su mano para coger la mía, tirando de mí para que me tumbara encima de ella para besarnos. Al poco de estar besándonos dijo:

-Cómeme el coño.

Sonreí y sin decir nada le obedecí, bajando poco a poco con unos besos por el cuello, pezones y resto del cuerpo hasta llegar a su coño. Metí la cabeza entre sus piernas abiertas y flexionadas. Le lamí la raja, notando que estaba caliente, provocando en ella un suspiro. Estuve jugando entre lamidas, clavadas de mi lengua dentro de su coño y más lamidas y succiones en su clítoris. Se empezaba a retorcer, así que me empezó a acariciar el pelo, con algún tirón cuando se retorcía hasta que de pronto dijo:

-Para.

Le miré a los ojos, tenía una cara de estar cachonda muy evidente.

-Ven aquí (dijo tirando de mis manos hacia arriba).

Nos empezamos a besar de nuevo y me giró para que me quedara yo tumbado boca arriba, ella se puso de rodillas a mí lado, a la altura de mi cabeza y pasó una pierna por encima mientras se tumbaba sobre mi pecho y empezó a chupármela. Yo aproveché para seguir comiéndole el coño, quedando en un 69. Estuvimos así un rato, subiendo el ritmo de vez en cuando, dejaba que fuera ella quien lo marcara, aumentando yo cuando lo hacía ella. Hasta que empezó a retorcerse y no pudo más. Se sacó mi polla de su boca y la agarró con fuera mientras se corría.

-¡Ay! (dijo con un grito seco bastante alto mientras empezaba a temblar).

Yo seguí sin bajar el ritmo, lo que provocó un fuerte jadeo en ella. Se intentó zafar, pero mis ganas hicieron que no la dejara, quería que siguiera corriéndose. Entonces empezó a gemir fuertemente mientras seguía temblando.

-¡AHHH...! Para, para, para, que estoy muy sensible...

Paré y se desplomó encima mía, hundiendo la cabeza en la cama mientras seguía agarrándome la polla fuertemente y seguía temblando, con algún espasmo fuerte. Yo me limité a esperar que se recuperara, acariciándole suavemente el culo.

Poco a poco se empezó a recuperar, me soltó la polla y apoyó la cabeza en mi muslo de lado, dándome algún beso y alguna caricia ahí. Se bajó de mí y se incorporó para tumbarse boca arriba a mi lado medio sollozando. Me miró soltando una risa tonta.

-Joder, que manera de correrme...
-Tus orgasmos son increíbles.
-Me pongo muy sensible...
-Ya, lo he notado jajaja...
-Ha sido genial, ha llegado un punto en que me faltaba la respiración...
-No he podido evitar seguir, quería ver qué pasaba.
-Ha sido muy intenso... es una sensación que no sé explicarte. Es como que pierdo la noción de todo, no sé como explicarlo, pero me encanta.

Me quedé en silencio escuchándola atentamente. Después me volvió a agarrar la polla para masturbarme.

-¿Quieres más...?
-Pues claro, además, tú aún no te has corrido...

Entonces se sentó encima de mi pecho con una pierna a cada lado y cogió un condón de la mesita. Antes de abrirlo, puso mi polla pegada a mi pubis y se sentó encima, quedando mi polla entre mi pubis y su coño, que estaba totalmente empapado. Empezó a moverse hacia delante y atrás muy sensualmente. Se inclinó para darme un beso. Yo sólo me dejaba hacer, me encantaba que ella llevara la iniciativa. Poco a poco se movía más deprisa, hasta que se apartó un poco para abrir el condón, dejarlo en la punta y ponérmelo con la boca, metiéndose la polla en la boca poco a poco hasta que me lo puso bien. Después cogió la polla para acariciarse toda la raja con el glande e ir metiéndola poco a poco dentro de ella. Empezó una cabalgaba suave que poco a poco fue aumentando de velocidad. Yo mientas, le tocaba las tetas, dándole algún pellizco en los pezones, jugando con el piercing de su pezón. Me encantaba como me montaba. Llegó un punto en el que la cabalgada era muy fuerte, provocando ruido por choque de nuestros cuerpos. Ambos estábamos jadeando fuertemente, mirándonos a los ojos, entonces solté sus tetas, que empezaron a botar por el movimiento y puse mis manos sobre sus caderas. Elena empezó a gemir fuertemente y se puso a gritar como una loca cuando empezó a correrse. Al verla así, me encendí mucho y me empecé a correr yo también, gimiendo fuerte. Era la primera vez que veía así a Elena, como me puso cuando empezó a gritar...

Se desplomó sobre mí temblando, con algún espasmo, se había corrido más intensamente que antes. Supuse que era porque estaba más sensible por el anterior orgasmo. Estábamos los dos sudados, pese al frío que hacía aquella noche. Mientras se recuperaba, alcance a quitarme el condón con cuidado para no derramar el interior, lo anudé y lo tiré al suelo, ya que no quería moverme mucho para no molestarla. Una vez se recuperó, alzó la cabeza, apoyando su barbilla en mi pecho para mirarme.

-Ahora ha sido más intenso todavía (dijo susurrando).
-Lo he notado, que manera de gritar jaja
-Jajaja, no podía controlarme...
-Menos mal que estamos solos, porque se hubiera enterado cualquiera que hubiera estado con nosotros... Jajaja
-Ya ves. Oye, estamos sudados, ¿quieres que nos demos una ducha rápida antes de dormir?
-¿Juntitos?
-¿Por qué no?
-Por mí bien (dije sonriendo).

Y nos fuimos a la ducha, nos metimos juntos y nos duchamos, con algún arrumaco de por medio. Una vez acabamos, ella se puso su tanga y yo mis boxers y nos fuimos a la cama y nos tapamos con la manta.

-La verdad es que quería hacer cosas como las que hicimos la primera vez (dijo Elena).
-¿Y por qué no las has hecho?
-No sé, me he dejado llevar y he hecho lo que me ha pedido el cuerpo.
-Es lo que pretendía, y cada vez lo haces mejor.
-Me hubiera gustado seguir, pero ha sido un día muy largo, estoy un poco cansada. Y me da miedo seguir estando tan sensible, parece que me va a dar un ataque al corazón...
-Poco a poco.
-¿Crees que podría seguir?
-Yo creo que sí, pero hay que ir poco a poco.
-¿Como si fuéramos entrenando?
-Sí, algo así.
-Mmm, que buen profe eres.
-Jajaja, pero si yo no he hecho nada...
-Ya te digo que sí, jajaja.

Hablamos un poco más de varias cosas, de la gente que había en la fiesta, algunos que no veíamos desde hacía bastante, pero sin llegar a entrar en el tema de su ex. Nos entró sueño y nos dimos las buenas noches, apagando la luz, aunque se veía un poco por la luz de las farolas de la calle. Estábamos en silencio, ella estaba con la cara echada en mi hombro, yo la abrazaba, dejando pasar mi brazo por su espalda. Entonces pasó su brazo por mi barriga y puso una pierna suya encima de una mía, creía que se había dormido. Cerré los ojos para dormir, pero se me vino a la cabeza la situación que había tenido con su ex. Me preguntaba qué le estaría diciendo antes de que yo me acercara. Entonces me vino el momento de cuando se me encaró. A penas le dije nada para que se pusiera así. ¿De verdad intentaría pegarme? dudaba que pudiera conmigo por la diferencia de tamaño, yo era alguien grande, de 1,90 y él apenas llegaba a 1,70. Me quedé pensando un buen rato. No creía que fuera capaz y no quería que tuviéramos que llegar a ello y menos con Elena delante. De repente noté un poco de movimiento de Elena, incorporó la cabeza para darme un pico y decir susurrando:

-Me encantas...

Y después puso otra vez la cabeza sobre mi hombro y me abrazó con todo su cuerpo con más fuerza de la que con la que se había agarrado para dormir. Abrí los ojos bastante. ¿Qué acaba de pasar? Eso no había sonado como algo de cariño entre dos amigos. Me había sonado como algo más. ¿Elena buscaba algo más...? Incluso llegué a preguntarme si podía estar enamorada de mí. Empecé a darle vueltas a la cabeza y me costó bastante dormirme.
 
Capítulo 10

El despertar fue normal, hasta que me acordé de lo que había pasado justo antes de dormirme. ¿Estaba pasando algo o estaba exagerado una muestra de cariño? Entonces noté como se empezaba a desperezar.

-Que a gusto... Mmm que calentito...
-¿Has dormido bien?
-Genial, das calorcito y no te mueves nada (dijo sonriendo). ¿Y tú?
-Muy bien también (la verdad es que no, me costó mucho dormirme por todo lo que había pasado la noche anterior y me desperté temprano por la luz que entraba por la ventana, habría dormido como 3 horas, además, se sumaba un poco de resaca por haber bebido la noche anterior y no estar muy acostumbrado).
-Qué bien.

Fuimos al baño y después a desayunar. Parecía que eso se había convertido en una rutina los domingos, aunque no me desagradaba, apreciaba la compañía de Elena. Durante el desayuno estuve callado, dándole vueltas a lo mismo que lo de antes de que me durmiera.

-Que callado, ¿no?
-Emmm... sí, es que tengo un poco de resaca y me duele la cabeza...
-¿Quieres algo para que te deje de doler?
-No, no te preocupes. Cuando llegue a mi casa me voy a echar un rato.
-Sí, dormir va bien para la resaca. Bebe también mucha agua, hidratarse va también muy bien para eso.
-Vale, creo que me voy a ir ya.
-Si te encuentras mal, te puedes quedar. No vayas a coger el coche, a ver si te va a dar algo a medio camino...
-No te preocupes, no tengo malestar, sólo es dolor de cabeza.
-Mmm, vale.
-Gracias por el desayuno.
-Nada, jeje.

Nos despedimos en la puerta de su casa antes de salir fuera con un abrazo.

-Oye, que no te he dado las gracias por lo de anoche. Estaba mal cuando salimos de la casa anoche y me animaste bastante, me lo pasé genial.
-Nada mujer, seguro que tú habrías hecho lo mismo por mí.
-No lo dudes (dijo con una amplia sonrisa).

Nos dimos otro abrazo y ella me dio un beso en la mejilla. Salí y fui hacia el coche, montándome y arrancando inmediatamente, estaba realmente cansado y no quería perder tiempo para echarme en mi cama. Por el camino me puse de nuevo a pensar en lo mismo, lo que hizo que mi dolor de cabeza se acentuara.

En cuanto llegué a casa fui directo a mi habitación. Me detuvo mi madre.

-¿Dónde estabas? Son ya las 11...
-Mamá no me des la chapa por favor. Me va a reventar la cabeza, necesito dormir.
-¿Estás bien?
-Sí, sólo es resaca y que no he podido dormir muy bien, sólo necesito descansar.
-Vale hijo, tienes mala carilla, si no se te pasa dímelo y te doy algo para el dolor.
-Vale.

Fui hacia mi habitación y recordé de lo que me dijo Elena, así que pasé antes por la cocina para coger una botella de agua. Me quité la ropa, quedándome solo con los boxers, ni me puse el pijama, me fui directo a la cama y me dormir.

Me desperté sobre las 6 de la tarde, con la boca muy seca. Me bebí casi media botella de agua. Estaba un poco desorientado. Me senté en la cama, entonces entró mi madre.

-¿Estás mejor?
-Sí, me he despertado un poco desorientado, pero estoy mejor.
-¿Se te ha pasado el dolor de cabeza?
-No del todo, pero estoy bastante mejor.
-Si tú nunca bebes...
-Ya, pero anoche me apetecía. A lo mejor me colé...
-No sé porque me da que hay algo más a parte de la resaca... Ah, sí, porque soy tu madre y te conozco, jajaja.
-Joder, no se te escapa una...
-Venga, vamos y comes algo y me cuentas.

Fui a la cocina y me puse a comer.

-Venga, va, ¿qué pasa?
-Pfff, mamá es que no sé si contártelo, me da corte y te pones muy pesada...
-Te prometo que no me pongo pesada, va.
-A ver... Llevo unas semanas viéndome con una amiga.
-Ay... ¡qué bien! (dijo entusiasmada)
-¿Ves?
-Ay, hijo, que tonto eres... venga, sigue.
-Bueno, llevaba tiempo sin verla y me enteré de que había roto con su novio le empecé a hablar.
-¿Te gusta?
-Espérate. La cosa es que quedamos en su casa y bueno, una cosa llevó a la otra y ya sabes...
-¿Os acostasteis?
-Sí.
-Y os gustasteis.
-No, quedamos en seguir como amigos, amigos con derecho, ya sabes...
-Vale...
-Hemos seguido hablando y quedando más veces, de hecho, pasaba la noche con ella, y luego ya venía aquí, no me quedaba en casa de ningún amigo ni nada...
-¿Toda la noche?
-Sí.
-¿Pero toda la noche...?
-¿Que dices mamá? Me refería a que bueno... cuando acabábamos, pues dormía con ella.
-¿Abrazaditos o cómo?
-Pues abrazados, porque hace frío y bueno... Pero sin arrumacos ni nada cuando acabábamos...
-Bueno, no sé, yo lo veo un poco raro, pero la gente ya no es como antes... Pero... ¿dónde está el problema?
-A ver... Todo iba bien, y sigue yendo bien. La cosa es que ayer fuimos a una fiesta con más gente, con el grupillo de los que salíamos cuando íbamos al instituto.
-Vale, ¿qué más?
-Pues estábamos bien, hasta que llegó su ex, con el que rompió poco antes de que yo le hablara.
-Poco antes... ¿cuánto?
-No sé... 3 ó 4 semanas creo...
-Vale, sigue.
-Pues yo estaba hablando con otra chica y vi que su ex se acercó a hablar con ella. Noté que se puso incómoda por la cara que tenía y me acerqué a echarle una mano.
-¿Sabes por qué rompieron?
-Él le puso los cuernos.
-Vaya...
-No sé más detalles, sólo que llevaban juntos casi 5 años.
-No me digas... ¿5 años?
-Sí.
-¿Y qué pasó cuando te acercaste?
-Pues le saludé y él me devolvió el saludo de manera un poco estúpida. Después ella le pidió que se fuera con sus amigos, que se sentía incómoda, pero él dijo que estaba bien ahí. Yo dije que se relajaran, que habíamos ido a pasarlo bien, entonces él dijo algo así como que, si había llegado él no sé qué a espantarlo, mirando a la chica.
-¿Buitre?
-Algo así... se refería a eso, pero lo dijo con otro nombre. El caso es que bueno, me dijo que había ido de buitre al enterarme de que habían roto.
-¿Y qué le dijiste?
-Que se tranquilizara, que lo veía un poco nervioso. Dijo que él estaba muy tranquilo. Mentira, había subido el tono. Le dije que sólo habíamos ido a pasar un buen rato y que nos lo estaba jodiendo con su comportamiento, que estaba siendo un capullo.
-¿Y él que dijo?
-Pues puso mala cara e hizo como el amago de encararse.
-¿En serio? ¿Se te encaró a ti?
-Casi. Bueno después de eso dijo que sí, que mejor se iba.
-¿Y la chica qué dijo?
-No decía nada, se quedó callada con cara de estar pasándolo mal.
-¿Entonces qué pasó después?
-Me disculpé diciendo que no sabía que iba a ir a allí, de saberlo no hubiéramos ido.
-Pero si no es culpa tuya.
-Ya, pero me sentía mal por ella.
-Entonces... ¿se fue de la fiesta el chaval?
-No, nos fuimos nosotros. Fui a un chino a comparar un poco de alcohol y fuimos a su casa. Le dije que si nos jodían la fiesta, pues que montábamos nosotros la nuestra, y bueno, nos pusimos a hablar, bebimos un poco y hasta pusimos un poco de música y bailamos.
-Anda que bien. ¿Pero en su casa?
-Sí, vive con su madre y su hermana, y ambas estaban en casa de su abuela, porque su madre se suele quedar con ella a dormir porque está un poco mala y se siente un poco sola. Y su hermana se fue para dejarnos intimidad.
-Vaya, sí que os lo preparáis bien. ¿Y su padre?
-Ni idea, la verdad es que nunca han hablado de él delante de mí. Bueno sí que oí a ella y a su hermana cuchichear fuera de la habitación una vez y parecía que sus padres habían tenido un problema, pero nunca he preguntado, no quiero meter la pata.
-Sí, mejor no preguntar.
-Bueno, después de beber un poco, hablar y bailar nos acostamos.
-Usaréis protección, ¿no?
-Claro, mamá.
-Vale, vale hijo. Que yo quiero ser abuela, pero habiendo bien las cosas.
-Cuando acabamos, nos dimos una ducha rápida y nos fuimos a dormir, abrazándonos. Apagamos la luz y me quedé pensando un buen rato lo que había pasado con su ex. De pronto ella se movió y me dio un pico.
-Bueno, es cariñosa.
-Pero eso no es todo. Después dijo susurrando "Me encantas" y se abrazó fuertemente a mí.
-Uy...
-Yo creo que lo dijo porque creía que ya me había dormido.
-Puede ser. ¿Y qué hiciste?
-Me quedé como estaba, sólo que abrí bastante los ojos porque no me esperaba algo así, pero no se dio cuenta.
-Por tu reacción veo que lo has interpretado como que pasa algo más, ¿no?
-Eso es.
-A ver, no conozco a la chica, pero tiene pinta de que algo más hay. ¿Pasó algo por la mañana?
-No, todo normal, desayunamos y me vio muy callado. Lo achaqué a la resaca, que en parte era por eso y en parte porque no había descansado mucho dándole vueltas a la cabeza por eso.
-Ya veo. Pues no sé hijo, ¿tú que sientes por ella?
-Pues que es una amiga genial, que me lo paso muy bien con ella y que aprecio su compañía, no sólo para un aquí te pillo y un aquí te mato.
-Te gusta entonces, ¿no?
-Pues estoy a gusto con ella.
-No respondes claramente.
-Es que no sé, estoy hecho un poco el lío.
-A ver, yo creo que deberías pensar qué sientes por ella, valora lo que hay y si no llegas a algo en concreto, habla con ella, a ver qué te dice. Seguramente te ayude a decidirte.
-Pues sí, eso haré. Gracias, mamá, por escucharme.
-Nada hijo, no hay que darlas.

Entonces entró mi padre a la cocina preguntando que qué cuchicheábamos tanto.

-Nada, tu hijo, que tiene resaca y me estaba contando como fue ayer (dijo mientras me miraba con una sonrisa de complicidad).

Yo le devolví la sonrisa a mi madre y mi padre dijo que era normal que tuviera resaca y más si no estaba acostumbrado.

Después fui a mi habitación y miré el móvil, tenía un mensaje de Elena.

-¿Cómo estás?
-Bastante mejor, me acabo de levantar hace nada.
-Me alegro. Estaba un poco preocupada, te has ido con una carilla... Y tardabas en contestar.
-Sí, he dormido mucho. Me he despertado desorientado y con la boca sequísima. Pero se me ha pasado bastante.
-Genial entonces. Te dejo que sigas descansando.
-Vale, luego hablamos.

Dejé el móvil en la mesita y me tumbé en la cama. Me puse a pensar en qué sentía por ella. Estaba claro que me atraía. También me lo pasaba muy bien con ella, tanto para divertirnos en la cama, como para simplemente pasar tiempo con ella hablando o tomando algo. Pero no sentía eso en el estómago que se supone que tienes que sentir. Aunque no lo sabía muy bien porque nunca me había enamorado realmente, siempre había sido más de rolletes, tal vez me veía con alguna chica durante un tiempo, pero nunca llegaba a cuajar la cosa. Yo no buscaba nada más, estaba bien a mi bola sin preocuparme por otros problemas que no fueran los míos. Aunque con Elena no era así del todo, me preocupé en la fiesta por ella, cuando la vi incómoda y le prestaba atención cuando me hablaba de sus cosas. Estaba hecho un lío y no llegué a sacar nada en claro, así que decidí hablarlo con ella, para ver qué sentía ella y ver como reaccionaba yo cuando me lo contara. Me quedé echado en la cama descansando viendo una serie el resto del día.

La semana transcurrió de manera normal, hablando de vez en cuando con Elena, pero de nada realmente relevante en cuanto a lo nuestro. Yo seguía trabajando y Elena estaba preparando el TFG, ya que sólo le quedaba eso para terminar la carrera. El miércoles vino mi madre a mí habitación.

-Nene, ¿has pensado lo de la chica? (dijo bajito mientras cerraba la puerta).
-Pues sí.
-¿Y bien...?
-Pues que no sé qué hacer, la verdad...
-¿Y eso?
-No estoy muy seguro de lo que siento. Me gusta estar con ella, me lo paso genial, pero no siento eso en el estómago que se supone que tienes que sentir.
-Bueno, tú nunca has sido de tener novia, o al menos yo no he visto a ninguna.
-No, nunca me ha interesado tener una relación.
-Entonces, ¿cómo sabes lo que tienes que sentir?
-Eso es verdad. No lo sé... He decidido hablarlo con ella, para que me cuente qué es lo que siente ella y a ver como reacciono.
-Si no estás seguro, es lo mejor que puedes hacer, creo yo. Eso, o pensarlo durante más tiempo para ver si sacas algo más en claro.
-Paso de darle más vueltas, que luego me obsesiono y no paro y no me centro en lo que tengo que centrarme.
-Como tú veas, hijo. Oye... Este fin de semana nos vamos a la sierra con tus tíos, ¿por qué no te la traes aquí?
-¿Y si no sale bien la cosa...?
-No seas negativo. Si sale mal pues que se vaya y ya lo hablaréis con más calma.
-Es que no es de aquí, es de un pueblo de al lado.
-Pues la llevas a su casa. No creo que pase nada. Vamos es que no veo que os vayáis a pelear por algo así como para no poder llevarla.
-Sí, eso está claro.
-Pues no le des más vueltas y aprovecha que tienes la casa sola.
-Gracias, mamá.
-Nada, hijo...

Estaba muy agradecido por tener una madre así de abierta para poder hablar de estos temas. Me aconsejaba bien y hasta notaba que me daba un empujoncito para que me echara novia. La vería con muchas ganas de verme con una chica.

Más tarde hablé con Elena por whatsapp. Le dije lo de que estaría sólo el fin de semana en casa y la invité a que se viniera. Aceptó y quedamos en que me pasaría el viernes por la tarde-noche a por ella, ya que mis padres se iban el viernes por la mañana.

-Genial, pues pásate el viernes sobre las 8 a por mí.
-Perfecto, cenamos aquí en mi casa y te comento una cosilla que quería hablar contigo.
-¿El qué?
-Lo hablamos en persona mejor.
-¿Todo bien?
-Sí, sí. No te preocupes.
-Vale...

Cuando dejé el móvil pensé que quizá no debería haberle dicho nada para que no se preocupara. Por fin llegó el viernes. Me arreglé un poco para ir a buscarla, iba con una camiseta, unos vaqueros, mis botas color mostaza y mi chupa de cuero negra. Estaba un poco nervioso, ya que en unos momentos podría cambiar la cosa entre nosotros. Llegué a su casa y le avisé para que saliera. La vi venir hacia el coche, iba bastante guapa, con un jersey gris ajustado, unos vaqueros anchos y unas converse blancas. No llevaba maquillaje, aunque era muy guapa al natural, sin él. Me sorprendió el peinado, iba con el pelo recogido, se hizo dos moñetes en la parte superior, que parecían dos bolitas.

Nos dimos dos besos cuando entró al coche.

-¿Y ese peinado?
-Para ir más cómoda.
-Nunca te lo había visto.
-Bueno, me lo hago de vez en cuando. ¿Tan mal estoy? Jajaja.
-Todo lo contrario, te queda muy bien. Me gusta.
-Gracias, jeje. Oye, ¿y esa chupa?
-Pues una que me compré hace poco, siempre he querido tener una.
-Te queda muy bien, te hace pinta de malote jajaja.
-¿Te burlas de mi chupa...? (dije haciéndome el ofendido con tono humorístico).
-Nooooo... jo... era un piropo... (dijo con tono de pena para hacerme reír agarrándome el brazo)
-Jajaja, vale, vale, pues gracias.
-Oye, ¿qué me querías comentar?
-Ahora en mi casa te cuento.
-Uy...
-Nah, no te preocupes, no es nada malo.
-Bueno, ahora me cuentas.

Noté un poco de preocupación en su tono y en su cara, que miré de reojo.

Llegamos a mi casa y entramos. Le dije de cenar y aceptó, me dijo que tenía bastante hambre. Así que cenamos algo que había dejado preparado mi madre mientras veíamos la tele en el salón y me contaba como le iba con el TFG, hasta que me volvió a preguntar.

-¿Y bien? ¿De qué me quieres hablar?
-Espera, vamos a cenar tranquilamente y ya hablamos.
-Mmm... Vale (noté un poco de nerviosismo).

Terminamos de cenar, recogí los platos dejándolos en la cocina y volví al salón. Me senté a su lado y apagué la tele. La notaba un poco nerviosa.

-A ver... como te digo esto...
 
Capítulo 11

-Quieres que dejemos de vernos (dijo con la voz un poco entrecortada y algo nerviosa).
-¿Qué? No, no. No es eso. ¿Es lo que quieres tú?
-No... Que va. Todo lo contrario.
-Bien. A ver...

Me quedé un rato en silencio pensando qué decir, pero no se me ocurría como empezar.

-Me estás poniendo nerviosa.
-Ya, perdona. Es que no sé por dónde empezar...

Se encogió de hombros esperando a que empezara a contarle de qué se trataba.

-Te oí el otro día (dije por fin).
-Me oíste... ¿el qué?
-Lo que dijiste antes de dormir.

Puso cara de sorpresa y se empezó a poner roja.

-Ah... eso... Nada, sólo que estaba muy a gusto y bueno... (dijo bajando la cabeza mientras seguía un poco roja).
-Elena... (dije mientras le cogía de la barbilla y le levantaba la cara para que me mirara a los ojos). ¿Hay algo más?
-Ya sé que tú no buscas nada. Entiendo que no me quieras seguir viendo si crees que puede llegar a ser un problema (dijo mientras bajaba un poco la cabeza de nuevo).
-Respóndeme (dije volviendo a cogerla de la barbilla para que me mirara a los ojos).

Se quedó callada mirándome a los ojos muy sería.

-Responde (dije de nuevo acercándome un poco).
-Sí (dijo nerviosa).

Me lancé a besarle en los labios en cuanto respondió, cogiéndole la cara. El beso fue muy intenso, durando unos minutos. Ella se dejaba llevar. Hasta que nos separamos.

-Javi... No me esperaba esto.
-Yo tampoco.

Me miró con cara de no entender.

-Entré un poco en pánico cuando te oí decir eso. Porque no supe como reaccionar.
-¿Por eso estabas con esa cara cuando nos levantamos?
-Sí. La verdad es que apenas pegué ojo dándole vueltas. Y a eso se le sumó la resaca.
-Ya decía yo que esa cara era demasiado para una resaca...
-He estado pensando qué es lo que quiero y no tenía ni idea. Verás (empecé a hablar un poco nervioso y de forma un poco atropellada), yo nunca he tenido novia. No me ha interesado nunca tener una relación, yo siempre he sido más de rolletes. He estado viéndome alguna vez con alguna chica durante un tiempo, pero no acababa de cuajar la cosa. Y bueno, he estado pensando en como estoy contigo. Y si te soy honesto, estoy muy a gusto siempre contigo, me gusta pasar tiempo contigo y disfruto tu compañía, tanto en la cama, como fuera de ella. La cosa es que no estaba del todo seguro de que tú sintieras algo más, tal vez estaba exagerando mi interpretación a esas palabras y el gesto de abrazarme fuertemente cuando lo dijiste. Entonces quería saber qué era lo que sentías tú, para ver si eso me ayudaba a ver lo que yo quería. Y creo que merece la pena intentarlo, creo que puede funcionar.

Durante todo ese discurso no le miré porque estaba muy cortado. Nunca me había abierto así con una chica. Cuando acabé, nos quedamos en silencio, la miré y estaba sonriendo ampliamente. Entonces, se tiró encima mía para empezar a darme besos por toda la cara.

-Es que, ¿cómo no me vas a encantar? (dijo mientras no paraba de darme besos).

Yo la abracé fuertemente y empezó a hablar ella:

-Que bien. Tenía miedo de decirte lo que sentía por ti.
-¿Por qué?
-Por miedo a perderte.
-Mira, si te hubiera rechazado como pareja, no hubiera dejado de hablar contigo y pasar tiempo juntos. Lo hemos hecho como amigos sin problema.
-Ya, pero sería incómodo, al menos así me sentiría yo. Además, no creo que fuera la mejor idea si uno de los dos siente algo más por el otro y la otra persona no. Porque a la larga, la persona que siente algo más sufriría.
-Llevas razón. Qué lista eres.
-Jooo, Javi... Qué contenta estoy (dijo abrazándome fuertemente).
-Yo también estoy contento (dije devolviéndole el abrazo).
-Estaba cagada. Creía que me ibas a decir que no nos viéramos más...
-¿Y eso?
-No sé, no he visto ninguna razón, pero no sé, dijiste que me tenías que comentar algo y me puse blanca.
-Pues ya sabes lo que es (dije pellizcándole la mejilla cariñosamente).
-Ay Javi... (dijo dándome un beso). Y pensar que lo primero que dije cuando me hablaste fue "Ya viene un buitre"...
-Anda... Jajaja.
-Jajajaja. Pensé que con lo que hicimos en el parque te quedaste con las ganas.
-Un poco sí, no te voy a engañar jajajaja. Siempre me has parecido una chica muy guapa. Ese día en el parque no sé como llegué a hacer eso... Supongo que por la atracción.
-Gracias (dijo sonriendo). Pero bueno, empezamos a hablar y vi que tenías interés.
-Claro, somos amigos.
-Eso es, entonces pues me relajé bastante y tal y me lo empecé a pasar muy bien contigo. Pero donde empecé a sentir algo más fue precisamente en esa misma noche que te dije eso. Como te comportaste durante la fiesta y lo que hiciste después hizo que te viera con otros ojos. Me ayudaste a quitarme a Alejandro de encima y luego improvisaste una fiesta para los dos solos y como te esforzaste para animarme, haciendo hasta el tonto... No sé, me encantó...
-Vaya... (dije poniéndome un poco rojo).
-Me pareció un gesto tan bonito que no sé... sentía un calorcito aquí adentro (dijo señalándose el pecho).

La escuchaba atentamente mientras sonreía sonrojado.

-Y eso también me gusta.
-¿El qué?
-Eres una persona que sabe escuchar, se te nota interés cuando escuchas a alguien.

Me acerque para darle otro beso. Ella me recibió cogiéndome suavemente la cara. Entonces se subió encima mía, como sabía que me gustaba, con sus piernas a cada lado de mis muslos mientras yo le acariciaba el culo y la espalda, nos seguimos besando hasta que nos apartamos para mirarnos. Entonces ella sonrió y yo le devolví la sonrisa, después se encorvó, dejando caer su cabeza sobre mí pecho, para quedar abrazados.

-Que a gusto estoy contigo, Javi...
-Y yo contigo, Elena. Nunca había estado tan a gusto con una chica.

Me abrazó con más fuerza, yo le di un beso en la frente. Estuvimos así durante un buen rato, con algunos besos de por medio. La verdad es que estaba sorprendido de sentirme tan bien, no esperaba que mi reacción fuese a ser así, besándola y abriéndome con ella. Vi que estaba muy contenta por todo lo que le dije y eso me hizo sentirme aún mejor.

Nos quedamos un rato en el salón viendo una película, pero no era muy buena y empecé a acariciarle la espalda por dentro del jersey, ya que estábamos echados en el sofá en una postura similar a cuando dormíamos, con ella echada sobre mí pecho, abrazándome por la cadera, mientras yo le pasaba el brazo por encima de los hombros. Se incorporó para sentarse a mí altura y nos empezamos a besar con bastante lengua. Ella me acariciaba la cara mientras lo hacía, yo le acariciaba las piernas. Estuvimos así un rato, hasta le empecé a desabrochar el cinturón y los botones de su pantalón vaquero, para abrirme paso, tocándole el coño por encima de sus braguitas. Estaba muy caliente, después de unos segundos, metí la mano dentro, tocándole directamente, lo noté muy caliente y húmedo, le empecé a acariciar la raja con mis dedos índice y corazón. Ella gemía ligeramente mientras nos besábamos con sensualidad. Estuve así unos pocos minutos, acariciando un poco también su clítoris, hasta que metí mis dedos corazón y anular dentro de ella. Entraron fácilmente porque estaba bastante mojada, provocando que aumentaran sus gemidos. Se los metía y se los sacaba lentamente, al ritmo de nuestros besos. Después empecé a aumentar el ritmo, aumentando también sus gemidos y mojándome mucho los dedos.

Entonces le saqué los dedos y se los metí en la boca, para que saboreara sus fluidos, igual que en la primera vez que fuimos a su casa, pero ahora era todo más sensual. Ella chupó los dedos como la primera vez que hicimos eso, con los ojos cerrados. Una vez los chupó bien, le saqué los dedos, para coger su cara y dirigirla hacia a mí para poder besarla y poder saborear yo también sus fluidos. Ella se dejaba llevar. Al notar el sabor de sus fluidos, junto al de su saliva, me excité muchísimo. Ella notó como me puse, así que se sentó encima mía como a mí me gustaba y empezó a besarme el cuello.

-Como sabes lo que me gusta (dije muy excitado susurrándole).
-Ajá (dijo en forma de gemido).
-Me vuelves loco cuando me haces esto, y ahora más... (volví a decir susurrando).

Entonces paró para mirarme a los ojos y decirme:

-Tú sí que me vuelves loca...

Y empezó a darme un morreo con muchas ganas. Yo mientas aproveché para meter la mano por dentro de sus pantalones para acariciarle el culo, dándome cuenta de que llevaba un tanga.

-Mmm... (dije gimiendo sorprendido por lo del tanga).

Ella rio mientras nos besábamos y se apartó para decirme.

-Quería venir preparada por si se daba bien la cosa, como te gustó tanto cuando me lo viste el otro día...

Le aparté dos mechones de pelo de la cara, para cogérsela y ponerle la cara pegada a la mía.

-Eres increíble.

Ella se quedó embobada cuando le dije eso durante unos segundos, después se mordió el labio y empezó a besarme de nuevo. Mientras nos besábamos empecé a pensar en como me comportaba. ¿Cómo era capaz de no tener claro lo que sentía por ella hace unos minutos y estar ahora así de entregado...? No quise darle vueltas y me dejé llevar. Entonces me dijo.

-Vamos a tu cama...

La cogí como el último día que estuvimos en su casa, esta vez dándole algún azote por el camino, llegando a mí habitación y tumbándonos en la cama. Allí todo fue muy rápido, ambos teníamos muchas ganas del otro. Empecé yo desnudándola rápidamente, empezando a comerle el coño durante unos minutos, luego ella se zafó, tirando de mi con fuerza para desnudarme y empezar a chuparme la polla. Ambos nos comimos con mucha ansia, yo dando lametadas fuertes y ella metiéndose casi toda la polla en la boca, chupándola muy rápidamente.

Saqué uno condón de la mesita y me lo puse rápidamente y la puse a 4. Se la metí con cuidado, entró bastante bien, sin mucho problema, estaba muy mojada. Entonces empecé a metérsela fuertemente, haciendo bastante ruido con el choque de nuestras caderas. Ella se mantenía sobre sus brazos, jadeando y gimiendo. Yo jadeaba al ritmo al que se la metía. Mantuve un ritmo fuerte durante unos minutos hasta que se empezó a encorvar, apoyando su cabeza en la almohada de lado y estirando sus brazos, metiéndolos debajo de la almohada.

-Ay... Javi, Javi, Javi, Javi (dijo con una voz muy aguda). Me corro (casi gritando esta vez).

Y empezó a temblar fuertemente mientras gemía gritando. Seguí empujando con fuerza, apretando fuertemente los dientes para aguantar y no correrme, pero al sentir su coño estrujar mi polla fuertemente, con unas contracciones y sus temblores, no lo pude evitar. Empecé a sentir escalofríos por la espalda y me empecé a correr, gimiendo alto, pero sin llegar a gritar.

Cuando acabé de correrme, salí de ella, que seguía temblando y se desplomó sobre la cama. Me quité el condón y lo dejé anudado en la mesita. Me tumbe a su lado, mirándola como se recuperaba. Podía ver como temblaba un poco aún, dándole algún espasmo, mientras gemía murmurando. Estaba tumbada boca abajo con los ojos cerrados. Yo de lado mirándola, entonces me di cuenta de que se le había desecho uno de sus moños, la veía guapísima. Poco a poco dejó de temblar, recuperando una respiración normal y abrió despacio los ojos para verme como la miraba yo sonriendo.

-Qué bonita eres.

Se puso un poco roja y sonrió, poniéndose de lado para quedar cara a cara.

-Qué manera de follar... (dijo con una risa tonta).
-Ha sido muy rápido todo...
-Me ha encantado, nunca me has follado así de fuerte.
-¿Te he hecho daño?
-Que va, me sentía genial.
-Me has puesto como una moto y quería follarte así.
-Pues me alegro, porque ya has visto como me he puesto. Cada vez son más intensos mis orgasmos contigo...

Le di un beso en la mejilla.

-¿Necesitas ir al baño?
-¿Quieres que nos demos una ducha?
-Claro, vamos.

Fuimos hacia la ducha, donde estuvimos un rato bajo el agua caliente, acariciándonos y dándonos besos. Después salimos de la ducha, secándonos. Fuimos a mí habitación, yo me puse mis boxers y ella su tanga.

-Espera.
-¿Qué pasa? (dijo extrañada)
-Toma (dije dándole una camiseta mía).
-¿No quieres que me quede así? (dijo con tono de burla).
-Si por mí fuera... Hasta sin el tanga jajaja. Pero es que en esta casa hace mucho frío por la noche y más en invierno. Con esta camiseta y los dos durmiendo acurrucados, no debería haber problema.
-Que bien suena eso (dijo sonriendo).

Entonces se puso mi camiseta, que obviamente le quedaba grande, casi haciendo de camisón e hizo un gesto que se volvería típico en ella, poniendo los brazos en jarra y girando un poco la cabeza sonriendo.

-¿Qué tal me queda?
-Joder, que guapa eres (dije mientras me acercaba a ella para cogerle de la cara y besarle).

Después de unos segundos, me separé de ella y le dije:

-Tienes la sonrisa más bonita que he visto en mi vida.
-Ay, Javi... qué cosas dices...
-Lo digo en serio.

Y estaba siendo honesto, Elena era una chica muy guapa y cuando sonreía iluminaba el lugar. Ella me miraba poniendo ojitos y sin decir nada más se puso de puntillas para darme un beso, muy sensual que duró unos segundos. Cuando terminamos de besarnos le dije:

-Nos vamos a quedar sin saliva de tanto besarnos... jajaja.
-Jajajaja... Pues anda que no quedan besos por darnos...

Le di un abrazo y ella me lo devolvió. Después, nos fuimos a dormir, quedándonos abrazados de forma muy acaramelada.

Me puse a pensar en como había ido el día. Aún no me podía creer como reaccioné de esa manera, no era lo típico en mí. La cara que tenía cuando me dijo que sí que hacía algo más, esa mirada, me derritió por dentro, destapando lo que sentía por ella. ¿Cómo no fui capaz de verlo antes...?

También pensé en lo que dijo que me empezó a ver con otros ojos cuando hice lo de irnos de la fiesta, para estar los dos solos y animarla por el mal trago que pasó con su ex. Fue algo que me salió natural, no pensé, sólo actué. Tal vez lo hice porque ya sabía lo que sentía, aunque yo lo achaqué a que veía mal a mi amiga y no quería verla así...

Finalmente caí dormido pensando en ese gesto que hizo sonriendo mientras giraba la cabeza. Me encantó.
 
Capítulo 12

Nos despertamos a eso de las 10, estábamos abrazados. Yo me desperté antes, disfrutando el momento de estar así los dos. Poco después de despertó ella, desperezándose mientras seguíamos abrazados. Me miró sonriendo.

-Buenos días (dijo mientras se estiraba para darme un beso).
-Buenos días preciosa (dije recibiéndola para besarnos).
-Qué bien he dormido.
-Yo también.

Entonces me empezó a acariciar el pecho, bajando poco a poco, topándose con la erección con la que nos solemos despertar los hombres.

-Mmm... parece que nos hemos despertado todos...
-Eso parece... (dije echándome a reír).

Entonces se subió encima mía, quedando tumbada encima de mí y apoyó sus manos en la cama para levantar su torso, quedando medio sentada encima mía. Se acomodó para que mi erección se situara entre nuestros cuerpos y empezó a moverse para frotar mi polla con su coño.

-Mmm...
-¿Te has despertado traviesa...?
-Sí... (dijo susurrándome al oído)

Después me empezó a besar el cuello. Yo eché la cabeza hacia atrás cerrando los ojos. Me volvía loco cuando me besaba el cuello. Fue bajando poco a poco, besándome por el torso, mientras echaba la manta con la que nos tapábamos hacia atrás. Llegó a mis boxers y antes de quitármelos, me dio mordisquitos con los labios, sin hacerme daño, en la polla mientras se quitaba la camiseta. Después me bajó los boxers para darme besos en la polla mientras la agarraba con suavidad.

-Elena...

Me miró mientras me seguía dando besos en la polla, acariciándome el pecho, para ver qué quería. No dije nada, sólo alargué mi mano para acariciarle la cara y el pelo. Ella siguió besándola, hasta que se la empezó a meter poco a poco en la boca, empezando una mamada que cada vez hacía más deprisa.

Cuando llevaba un rato paró para decirme:

-Dame un condón.

Le hice caso, dándole uno inmediatamente. Me lo puso y me dijo:

-Anoche me follaste tú, ahora te voy a follar yo (dijo con tono serio pero muy sensual).

Entonces se puso de la misma, habiéndose quitado el tanga antes, de manera que cuando se tumbó encima mía hacia unos momentos, pero esta vez metiéndose la polla en el coño.

-Mmm... ¿te gusta? (dijo susurrando).
-Me encanta todo lo que me haces (dije mientras buscaba su boca para besarla).

Y nos empezamos a besar, mientras ella me empezaba a montar, moviendo sus caderas muy sensualmente. Empezó a acelerar el ritmo mientras yo le apartaba el pelo de la cara para poder mirarla bien a los ojos. Parecía que ese gesto le gustó, porque una vez nos mirábamos a los ojos, se empezó a morder el labio mientras aumentaba el ritmo, lo que hizo que empezara a jadear, uniéndome yo a los jadeos pocos segundos después.

Estuvimos así un rato, entonces levanté un poco la cabeza para chuparle un pezón, pero ella levantó una mano para empujarme hacia abajo mientras negaba con la cabeza. Acto seguido aumentó más el ritmo. Yo estaba muy excitado, por lo que, junto a sus movimientos, a veces contraía la cara como si me fuera a correr. Ella se daba cuenta y bajaba el ritmo para que aguantara más. Así estuvimos durante unos 20 minutos, hasta que empezó a aumentar mucho el ritmo, pegando su cara a la mía.

-Elena, me corro... (dije con voz entrecortada).
-Shhh...

Entonces me empecé a correr, moviendo mis caderas y echando la cabeza hacia atrás.

-Mírame a los ojos (dijo sería entre jadeos).

La miré a los ojos y estando cara a cara vi como cerraba los ojos con fuerza, empezando a temblar. Se estaba corriendo también. La cogí del culo, porque estaba temblando bastante, para que no se cayera de encima mía, aproveché para seguir metiéndola, empujando su culo contra mí, para soltar todo en el condón. Ella estaba ausente, mientras se seguía corriendo. Pasados unos segundos se desplomó encima mía. Esperé a que se recuperara, mientras oía como respiraba fuertemente. Le acariciaba el culo y la espalda, también le daba algún beso en la frente. Estaba tan excitado que seguía con la polla tiesa, lo cual me vino bien para que no se me cayera el condón con su contenido, ya que no quería molestarla moviéndola para tener que quitármelo.

Poco a poco recuperaba la respiración y sin abrir los ojos, levantó la cabeza para darme un beso. Nos besamos y volvió a apoyar la cara en mi pecho, suspirando.

-Elena... que pasada...
-Mmm... (dijo gimiendo).
-¿Todavía?

Me abrazó sin decir nada. Supuse que aún seguía con el orgasmo. Poco a poco se empezó a bajar de mí para tumbarse en la cama boca abajo. Yo aproveché para quitarme el condón y dejarlo en la mesita, coger la botella de agua y beber un poco. Me di la vuelta para volver a tumbarme en la cama, abrazando a Elena por las caderas y me di cuenta de que se había dormido, así que aproveché para acurrucarme con ella, tapándonos con la manta para no coger frío. Yo no me dormí, pero estaba tan a gusto ahí con ella que no me importó. Pasada sobre una hora y media, se despertó, un poco desorientada, mirándome.

-Hola...
-¿Qué ha pasado?
-Pues que hemos follado, bueno, me has follado y cuando te has corrido, te has quedado encima mía con la cabeza en mi pecho. Al rato te he hablado, pero aún gemías y después te empezaste a bajar, tumbándote en la cama, como dejándote caer desde mi pecho. Yo he aprovechado para quitarme el condón y beber agua, y cuando te he abrazado, ya estabas dormida.
-Ahora me acuerdo. Me he quedado sin energía...
-Ha durado mucho, ¿no?
-Sí y ha sido muy intenso, como que me he apagado, jajaja.
-Nunca me había pasado esto con una chica.
-A mí tampoco me había pasado algo así antes.

Nos quedamos un poco tumbados con algún beso hasta que nos levantamos. Le dije que iba a ducharme, que yo era rápido mientras ella se espabilaba. Cuando salí de la ducha, fui a la habitación y ya se estaba levantando, le di un pico y le dije que ya podía pasar, ella fue para la ducha, cogiendo una pequeña mochilita que trajo. Mientras ella se duchó, yo me puse a preparar unas tostadas, con algo de café. Lo llevé todo al salón, entonces la oí preguntándome donde estaba. Le dije que en el salón y vino.

-¿Y esa ropa? (le pregunté extrañado, ya que era ropa suya, pero no la que trajo puesta por la noche).

Iba como solía ir ella, con una sudadera con gorro un poco ancha y unos vaqueros.

-Pues la traje en la mochila, para no estar todo el finde con la misma ropa, jajajaja.
-Que preparada es mi niña... (dije con tono burlesco).

Se quedó callada. La miré y estaba con una media sonrisa y un poco roja.

-¿Qué pasa...? (pregunté).
-Nada... que me ha gustado eso de "mi niña"...

Me puse un poco rojo y entonces vino a abrazarme y darme un beso.

-¿Y esto? (dijo mirando a la mesa donde estaba el desayuno).
-Es lo menos que podía hacer, siempre que he ido a tu casa, tú has hecho lo mismo...
-Ay... como me cuida mi niño... (dijo con el mismo tono burlesco que yo utilicé antes).

Nos echamos a reír y nos pusimos a desayunar.

El día transcurrió como el de cualquier pareja que empieza a salir, estando todo el tiempo abrazados, con varios besos. Para comer pedimos unas pizzas, por la tarde vimos una película y hablamos de algunas cosas, y para cenar, nos comimos lo que sobró de la comida.

Estuvimos viendo la tele después de cenar un rato, hasta que empezamos a besarnos y meternos mano. Ella estaba tumbada en el sofá y yo sobre ella, metiéndole la mano por dentro de la sudadera, para tocarle las tetas. Se la subí para empezar a comérselas, se le pusieron duros los pezones y empecé a jugar con el piercing que tenía en un pezón. Ella gemía un poco, acelerándose un poco su respiración hasta que me agarró la cara para que la mirara y me dijo:

-Javi... quiero que me folles como el primer día que lo hicimos...

Me mordí el labio y la empecé a besar con mucha lengua. Entonces me levanté del sofá y tiré de sus manos para cogerla de forma que quedara boca abajo encima de mi hombro. Fui a mi habitación, dándole un buen azote en el culo, por lo que soltó un gritito riéndose.

La tumbé en la cama, ella me miraba casi jadeando con cara de estar muy cachonda. La empecé a
desnudar de manera un poco salvaje, tirando fuertemente de sus vaqueros y de su sudadera, dejándola sólo con unas braguitas blancas. Volví a tirar de sus manos para que se abrazara a mí, agarrándose a mi cuello y sus piernas a mis caderas, nos volvimos a besar con mucha lengua. Yo le di algún azote, está vez soltando ella gemidos en vez de grititos.

La volví a tumbar en la cama y le quité las bragas de manera brusca. Me lance a comerle el coño, empecé lamiendo su raja, aunque no de manera suave, después le clave la lengua en el coño, y una vez estaba dentro, la movía. Ella respiraba fuerte. Pasé a su clítoris, al que le daba fuertes lametones y succiones mientras le pellizcaba los pezones. Su reacción a los pellizcos era lanzar gemidos de queja, aunque se mordía el labio mientras lo hacía. Aumenté el ritmo, provocando que aumentaran sus gemidos y se empezara a retorcer. Empezó a cerrar sus ojos con fuerza a medida que se retorcía más. Entonces paré de golpe. Ella abrió los ojos un poco desconcertada porque estaba a punto de correrse. Fui hacia mi armario y saqué dos cinturones. Con uno de ellos le até las manos al cabecero de la cama, mientras lo hacía ella me miraba jadeando. Me di cuenta y le cogí del cuello un poco fuerte.

-Aquí mando yo (le dije seriamente).
-Si amo. (dijo susurrando muy sumisamente).

Entonces, mientras le ponía un cinturón más fino en la boca para amordazarla recordé lo que me dijo en uno de nuestros encuentros, que había leído cosas sobre el tema de la dominación y sumisión en la cama. Era la primera vez que me decía eso y me excitó bastante. Cuando acabé de amordazarla, volví a comerle el coño de la misma manera, llegando al mismo punto que antes, pero esta vez no paré, seguí mientras no paraba se retorcerse, hasta que noté que se mojaba bastante, con ese característico sabor. Le agarré fuertemente las piernas para que no se intentara zafar. Y se empezó a correr mientras gemía con la mordaza puesta, encorvando su espalda hacia arriba. Tenía la barbilla empapada por sus flujos, pero no paré. Empujé su estómago hacia abajo con la mano para que se quedara tumbada en la cama. Empezaba a temblar fuertemente, con espasmos mientras cerraba fuertemente los ojos. Entonces le metí los dedos en el coño para estimularle el punto G. Me costó un poco controlarla porque de retorcía mucho mientras gemía muy fuere, así que me senté en la cama y le sujeté una pierna con una mano y la otra con mis piernas porque intentaba cerrarlas. Conseguí estimularle el punto G con mis dedos, provocando que expulsara un poco de líquido en forma de chorro, como un mini squirting mientras gemía de manera incontrolable, no paraba de mover la cabeza de un lado a otro.

A pesar de que fue un squirting pequeño en comparación con los demás que había visto en videos porno o que había provocado a alguna chica, me puse muy cachondo. Tenía la mano empapada con su squirting y a diferencia de otras veces donde dejaba que se recuperara de su orgasmo, esta vez le quité la mordaza con la otra mano y le cogí la cara con la mano que tenía empapada, esparciéndole sus flujos por la cara y la boca y metiéndole los dedos en la boca para que probara su squirting. Ella chupó los dedos casi por instinto, porque estaba ausente por su orgasmo. Una vez se los saqué, me puse sobe ella para besarla y poder probarlo yo también. No sé qué me puso más cachondo, si el sabor o la guarrería que acababa de hacer.

Me desnudé, le desaté las manos del cabecero y la incorporé. Seguía un poco ida por su orgasmo. Como la vi distante, le di un guantazo (arrepintiéndome, porque no medí muy bien mi fuerza y creí haberle dado un poco más fuerte de la cuenta), ella abrió los ojos buscando mi mirada y cuando la encontró le dije:

-Espabila, que acabamos de empezar.
-Si amo (dijo con voz entrecortada mientras seguía temblando un poco por su orgasmo).

Entonces la puse de rodillas en medio de la cama y me senté más abajo de la almohada, la tumbé encima mía y le até las manos a la espalda con un cinturón. La cogí de la cintura para que se quedara en la postura de 4 y yo sentado en la cama debajo de ella, le recogí el pelo con una mano y con la otra cogí mi polla para metérsela en la boca y empezar a empujarle la cabeza con la mano con la que le recogía el pelo. Cambié la mano con la que le recogía el pelo para azotarle el culo varias veces de manera un poco fuerte, para que sonara. Apretaba para que se tragara la polla cada vez más mientras ella emitía sonidos de atragantarse. Apretaba cada vez más hasta que se la metí entera en la boca. Se acostumbró a tragársela, así que le dirigía tirándole del pelo para que me comiera la polla, estando así unos minutos, hasta que cogí el otro cinturón y lo doblé para darle unos cuantos azotes con él como si fuera un látigo. Le daba con un poco de fuerza, por lo que se estremecía cada vez que le daba uno, lanzando también un gemido de entre dolor y placer.

Dejé de azotarla y le empujé la cara contra mi polla para que se la tragara entera y aguantara así unos segundos. Empezó a moverse cuando no podía más y tiré de su pelo hacia arriba, para ponerla de rodillas, a la altura de mi cara, soltando muchas babas y respirando ansiosamente. Me miraba con cara de estar cachonda mientras se le caían dos lagrimones por las mejillas de meterle tan profundo la polla en la garganta.

Le cogí de la cara, apretándole un poco fuerte.

-¿Le gusta a mi putita que le folle la boca mientras la azoto?
-Sí amo...
-¿Mi putita quiere que la folle duro?
-Si amo, por favor.

Entonces la puse a 4, aún con las manos atadas a su espalda. Y empecé a follarle duro. Mi polla entró sin problema en su coño, debido a que aún seguía mojada y la cantidad de babas que tenía en la polla. Se la estaba metiendo sin condón, lo que hacía que fuera más placentero, por el contacto directo y por el morbo. Se la metía fuertemente mientras yo jadeaba al ritmo de las embestidas. Ella gemía fuertemente, lo que hizo que me encendiera más y tirara del cinturón con el que le tenía atadas las manos, elevándola como si se apoyara sobre sus manos. Al rato la tumbé boca arriba y la empecé a follar muy duro mientas seguía con las manos atadas a la espalda. Le cogí las piernas, apoyando sus pies en mis hombros y cogiéndola del cuello fuertemente. Nos mirábamos a los ojos, ella estaba con una cara increíble de estar a mil. Seguí así todo lo que pude hasta que se empezó a correr entre gritos estando un poco roja por estar apretándole el cuello, soltando otros dos pequeños chorros cuando se la saqué porque estaba a punto de correrme. Ella temblaba, pero yo me bajé de la cama, tirando de sus piernas para que se pusiera de rodillas en el suelo.

-¿Mi putita quiere mi leche?
-Si amo (dijo mientras abría la boca y sacaba su pequeña lengua con su piercing).

Me estaba mirando, esperando que me corriera sobre ella. Estaba muy sexy así de rodillas, con las manos atadas a su espalda, con algún temblor de la corrida que acaba de tener. Entonces me empecé a correr gritando. Solté 3 chorros que le llegaron hasta más allá del pelo, incluso llegando a manchar las sábanas de la cama. Cerró los ojos para evitar que le entrara algo. Le llené la cara de semen, a pesar de que eché algo fuera de su cara de salir tan disparado, cayéndole también en la lengua. Cuando acabé, abrió los ojos para mirarme y se tragó mi semen, relamiéndose y cogiendo con la lengua lo que podía alcanzar de su cara y succionando mi polla para recoger hasta la última gota. Yo le ayude, recogiendo todo el semen que tenía por la cara con el dedo y dándoselo, ella abrió la boca para que le metiera el dedo, chupándolo de manera muy sensual, para después tragarse todo el semen y relamerse sin hacer ningún gesto de desagrado por el sabor. Al revés, estaba muy cachonda y cuando acabó me miró sonriendo.

-Mi putita se ha portado muy bien (dije mientras le desataba las manos y la cogía en brazos para que se agarrara a mi cuello con sus brazos y a mis caderas con sus piernas).

Y entonces la empecé a besar con mucha lengua, notando el sabor de mi semen mientras ella gemía. Después de estar besándonos durante un rato, la deje sentada en la cama mientras me recomponía. Entonces se giró diciendo:

-Aquí hay un poco más (mientras cogía con su dedo algún resto de semen de las sábanas para llevárselo a la boca).

Mi reacción al ver eso mientras se ponía en pompa con su culo rojo por los azotes, con alguna marca de haberle dado con el cinturón, fue darle otro azote.

-¡Ay!
-Anda, ven (dije mientras se levantaba y le cogía la cara para besarle).

Cuando se separó nos quedamos mirándonos a los ojos.

-Javi, ha sido increíble... madre mía...
-¿Te ha gustado?
-Ha sido genial, estaba muy cachonda todo el tiempo...
-¿Te he hecho daño?
-Mmm... bueno, tal vez... pero es parte del juego, y me ha encantado. Cuando me has dado el guantazo cuando me estaba corriendo me ha encantado, me has puesto a mil.
-Creo que ahí me he colado de fuerza...
-Pues me ha puesto cachondísima.
-Pues creía que la había cagado...
-Para nada. Sigue haciendo esas cosas, me encantan.
-Joder, pues menos mal que eras paradita...
-Oye... (dijo mientras se reía haciéndose la ofendida). Parada no... Que no me sabían follar. Las cosas por su nombre jajaja.
-Jajajaja, no, si parada no eres. Eres increíble.
-Tú sí que eres increíble. Estoy descubriendo muchas cosas contigo (dijo mientras se ponía de puntillas para volver a besarnos).

Me puse un poco rojo cuando me dijo eso. Así que le abracé para hacerle notar que me había gustado mucho lo que me acaba de decir.

-Me has puesto perdida, hasta el pelo, jajajaja.
-Sí, es que estaba muy cachondo... Jajaja. Ve para la ducha, que voy a cambiar las sábanas para dormir mejor.

Se fue hacia la ducha y empezó a ducharse. Yo mientras cambié las sábanas y cuando acabé fui a la ducha, me metí dentro con ella. Allí nos dimos algún beso. Cuando acabamos de ducharnos, le dejé otra camiseta mía y nos sentamos en la cama para hablar.
 
Capítulo 13

-Has estado genial en el juego Elena.
-¿Si?
-Sí, la primera vez rompiste varias veces el juego. Que lo entiendo, porque era algo nuevo para ti y no sabías como actuar.
-Eso es. Pero bueno, me he informado un poco y la verdad es que me lo pasé muy bien esa vez.
Entonces pues quería volver a probar.

-Lo has hecho genial y eso que ha sido más duro que la otra vez. Hasta tenía miedo por si me había pasado...
-No te preocupes. Lo has hecho perfecto, cada cosa que hacías me ponía más cachonda.
-Oye, ¿te has dado cuenta de que haces squirting?
-Mmm, ¿en serio?
-¿No te has dado cuenta?
-Pues la verdad es que no, cuando me he corrido es como si mi alma abandonara mi cuerpo y no me enterara de nada de lo que pasaba alrededor.
-Pues sí, aunque no como en los vídeos porno, que sueltan cada chorro que parecen una manguera... Han sido dos chorritos pequeños, muy sexy...
-¿Te gusta eso?
-Pues claro, es muy sexy. Es como si te pregunto si a ti te gusta que me corra y suelte mi leche.
-Pues claro jajaja.
-Jajaja, ¿ves?
-Entonces, ¿he hecho eso?
-Sí, dos veces.
-¿Qué dices?
-Sí, la primera en la que te he metido los dedos, cuando te he metido el guantazo para que volvieras y la otra cuando te he sacado la polla para cogerte cuando me iba a correr en tu boca.
-Pues no he notado soltar los chorros. Notaba que me corría y como si me estuviera meando, pero no sé...
-Ya, es que han sido pequeñitos. Será por eso.
-No tenía ni idea de que podía hacer eso...
-¿Sabes? Creo que tu orgasmo se puede estirar más. Siempre que te corres, paras. Pero creo que puedes hacer que sea más intenso y puede que incluso hacer el squirting con más fuerza si sigues.
-Uff... es que cuesta trabajo, es muy difícil seguir. Es una sensación tan fuerte que tengo que parar.
-Bueno, poco a poco. Ya probaremos, si quieres también lo probamos conmigo.
-¿Seguir cuando pares de echar semen?
-Si quieres sí, así te acompaño en la experiencia.
-Vale. Ya estoy descubriendo muchas cosas, seguro que descubriremos más.

Entonces me hizo ese gesto de sonreír mientras giraba la cara que me derretía por dentro. Le di un beso con cariño y nos tumbamos. Nos quedamos abrazados haciendo la cucharita. Estaba en la gloria. Cuando noté que se durmió le di un beso en la mejilla y me relajé para dormir.

Al día siguiente nos despertamos sobre las 11, seguíamos abrazados haciendo la cucharita. Ella cogió mi mano y la entrelazó con la suya y se la llevó a la boca para besarla.

Se giró para mirarme y nos dimos un beso.

-Hola.
-Hola, ¿cómo has dormido?
-Pues muy bien, pero estoy reventada por lo de anoche jajaja. Todavía me palpita el coño...
-Joder... a ver, es que forcé un poco cuando te estabas corriendo y te metí los dedos para seguir.
-No pasa nada, no te preocupes. Fue genial. Quiero que me lo hagas más veces... jeje.
-Pues claro, siempre que tú quieras. Pero hoy nos tranquilizamos. Hay que recuperarse.
-Ay, Javi... ojalá haberte conocido así antes...
-Yo siempre te vi como una niña muy guapa, pero nunca me atreví a decirte nada, porque yo antes era más cortado con las chicas y bueno, tenías pareja...
-Qué lástima. De saber que estaría así de a gusto contigo... No sé como no me fijé en ti antes...
-Bueno, ya estamos juntos (dije besándola).

Estuvimos así un poco más mientras nos espabilábamos y luego nos fuimos al baño para lavarnos un poco y después preparamos el desayuno entre los dos para desayunar en el salón. Desayunamos tranquilamente, luego vimos la tele y cuando se acercaba la hora de comer, Elena preguntó:

-¿Cómo lo hacemos para comer hoy?
-Hoy nos vamos a un bar a tomarnos una cerveza, yo invito.
-Venga va.

Nos fuimos a un bar cercano y comimos allí. Echamos un buen rato en una terraza al sol, ya que hacia bien día. De pronto pasaron unos amigos que teníamos en común, que de hecho fueron a la fiesta donde empezó todo. Nos miraron mientras pasaban andando diciéndonos "Adiós parejita, jajaja". Les saludamos y Elena se puso un poco roja cuando se alejaban y me miró sonriendo. Cuando acabamos nos fuimos a mi casa.

Estuvimos un rato echados en el sofá viendo la tele abrazados hasta media tarde, donde le dije que mis padres estarían por volver, así que quedamos en que la llevaría de vuelta a su casa. La llevé a su casa, dejándola en la puerta donde nos dimos un beso para despedirnos.

-Javi, me lo he pasado genial contigo este fin de semana. Estoy muy contenta, me encantas.
-Yo también me lo he pasado muy bien. Me encanta pasar tiempo contigo.

Me dio un beso poniendo una mano en mi cara. Y quedamos en que iría entre semana para tomarnos alguna cerveza y que ya el sábado nos veríamos para dormir juntos como solíamos hacer en su casa. Me fui a casa muy contento, todo había salido bien. Cuando llegué, mis padres ya habían llegado, nos saludamos y me fui a mí habitación. Al cabo de un rato, mi madre entró a mi cuarto, cerrando la puerta.

-¿Qué tal?
-Muy bien.
-¿De verdad?
-Sí (dije dándome un poco la risa tonta).
-Como me alegro hijo (dándome un abrazo). Cuéntame.
-Mamá...
-Venga hijo, quiero saber como ha sido...

Y le conté como fue la situación, obviamente sin entrar en los detalles de cuando nos fuimos a mí habitación.

-Qué bien hijo... Me alegro un montón, de verdad. A ver cuando nos la presentas.
-Poco a poco mamá, que llevamos 2 días literalmente.
-Ay... es que nunca me has traído a ninguna chica. Tengo ganas de veros juntos y hablar con ella.
-Bueno, pero tranquilita. No te pongas pesada.
-Que siiii...

Ese día no pasó nada más. Elena y yo hablamos un poco, comentando lo bien que nos lo habíamos pasado ese fin de semana y nos dimos las buenas noches. Me fui a dormir con una sonrisa en la cara, pensando en ella.

Al día siguiente me desperté sobre las 10, miré el móvil y tenía varios mensajes de Noelia.

-Javi, estaba esperando que me dijeras algo sobre lo nuestro, pero me dijo mi hermana que iba a pasar el finde contigo, aunque la noté tristona. Y no te quería molestar porque supuse que ibas a decirle de dejar de veros, pero cuando llegó ayer por la tarde a casa me la encontré muy contenta. ¿Qué está pasando?

Mierda. Me había olvidado por completo de ese tema. Ahora ya sí que no podía ser de ninguna manera lo de quedar para echar un polvo. Miré la hora del mensaje y ponía que se había enviado a las 9.

Eran las 10 y media y rápidamente le escribí.

-A las 11 tienes el recreo, ¿no?
-Sí (dijo respondiéndome a los pocos minutos).
-¿Puedes salir a la calle?
-No nos dejan, pero voy a pedir permiso, ya me inventaré algo para que me dejen salir.
-Vale, ahora nos vemos.

Me vestí rápidamente y fui a lavarme la cara y peinarme un poco y salí de mi casa para esperarla en la puerta.

Salió afuera un poco pasadas las 11. Vino sonriendo hacia a mí.

-¿Qué pasa? (dijo dándome dos besos).
-Ven (dije apartándonos de la puerta para tener más intimidad).
-No me digas que va a ser ahora... Jajajaja.

Cuando nos retiramos un poco, le empecé a contar.

-Este fin de semana han pasado cosas.
-Ya, eso ya lo sé, pero ¿qué exactamente?
-Pues bueno... El sábado anterior a este, pasó una cosa y durante toda la semana estuve pensando, pero no llegaba a tener nada claro.
-Mmm... estoy perdida...
-A ver... ese sábado...
-Ve al grano (dijo interrumpiéndome).
-Emmm... Ahora estamos juntos.

Se le cambió la cara, poniéndose sería.

-Estás de coña... ¿no?
-Mmm, no.
-No me jodas...
-Así que no va a poder ser eso en lo que quedamos.
-Pero si tú no buscabas nada, ¿no?
-Ya, pero han surgido cosas y bueno, ahora somos pareja.
-Eres un cabrón, que lo sepas. Sólo te gusta calentarme y ponerme la miel en los labios (dijo muy seria).

Entonces se dio la vuelta para irse.

-Pero con las ganas no me voy a quedar... (dijo por lo bajo mientras se iba).
-¿Cómo?

No dijo nada y entró al instituto. Me quedé pensativo mientras regresaba a mi casa por eso último que dijo. ¿Nos iba a joder? Pensé que no al instante en el que me hice esa pregunta, pero luego recordé las cosas que había hecho para acercarse a mí. Lo de quitarle el móvil a su hermana y hacerse pasar por ella para hacerme una encerrona y que cayera, lo de presentarse en mi casa para concretar lo que buscaba, lo de hacer como que se fue cuando Elena y yo íbamos a follar, arrinconándome y cogiendo mi mano para que le tocara el coño... Entonces me empecé a preocupar, por lo que cogí el móvil para escribirle.

-Noelia, no me jodas por favor. Tu hermana y yo estamos muy a gusto así y no quiero que sufra otra vez por lo mismo.
-Ya veremos...
-Noelia... ¿en serio serías capaz de hacer algo así? No lo hagas por mí, hazlo por Elena. Joder, que es tu hermana, ¿cómo le podrías hacer algo así...?
-Ya, por eso no he hecho más cosas. Pero no me ha gustado nada esto que has hecho. Ya lo has hecho dos veces, pero es que está ha sido peor porque ya me había hecho a la idea y me estaba portando bien contigo y en general, pero ahora me vienes con esto...
-No ha sido adrede. Ha surgido, no lo tenía previsto...
-Ya...
-Además, te estabas viendo con otro chico... pues aprovecha y ve con él.

Me dejó en visto y no me volvió a responder. Mi preocupación porque me hiciera otra encerrona no se disipó viendo lo que me respondió. ¿De verdad sería capaz de hacerle algo así a su hermana por un simple polvo...?

Estuve todo el día un poco desanimado pensando en lo que podría pasar si a Noelia se le iba la cabeza. Mi madre me notó el estado de ánimo y me preguntó, quitándole yo importancia diciéndole que era por el trabajo, que me habían enviado muchos documentos para traducir y que estaba un poco agobiado.

Más tarde mi madre vino a mi habitación preguntándome de nuevo.

-Que no pasa nada mamá, de verdad.
-Venga, que soy tu madre. ¿Qué ha pasado? No me digas que ya os habéis peleado...
-Qué va.
-¿Entonces?
-Joder...
-Va, suéltalo. Te puedo aconsejar si lo necesitas.
-Es que...
-Veeeenga.
-Es un tema delicado. Se trata de la hermana de Elena.
-¿Te gusta?
-No.
-¿Entonces?
-Pues resulta que bueno... Mientras me empecé a ver con Elena, ella parece que se interesó por mí y me hizo una encerrona.
-A ver, explícame bien.

Le expliqué lo que hizo para hacerme la encerrona.

-Vaya... ¿y qué pasó cuando estabas allí?
-Pues...
-¿Os acostasteis?

Asentí sin decir nada.

-Javier...
-No sé como pude caer, pero la niña sabía como calentarme.
-Bueno, no creo que sea para tanto. Aún no erais pareja.
-Ya, pero es que la cosa no acaba ahí. La chica no se quedó conforme y quería que nos viéramos más. Y va y se me presenta aquí.
-No me digas que es la chica que vino el otro día que iba con una mochila...
-Sí, era ella. Vino para decirme que quería verme otra vez, y como estaba muy pesada pues acepté, diciéndole que ya veríamos como lo haríamos.
-Joder con la nenita...
-Sí, es muy espabilada. Si hasta me dijo que, si fuera por ella, hubiera pasado aquí en ese momento.
-Pero bueno...
-Y ahora he ido a hablar con ella para explicarle que su hermana y yo estamos juntos y que no va a poder ser. Y se ha enfadado.
-¿Cómo se va a enfadar? Sí es su hermana...
-Pues se ha enfadado y cuando se iba ha dicho que no se va a quedar con las ganas.
-Pero bueno... Javier, tienes que hablar con su hermana y explicarle todo esto antes de que pase algo de lo que te puedas arrepentir mucho.
-Mamá, yo no quiero hacerle daño, no voy a engañarle.
-Ya, pero esta chica es... O le gustas y te quiere para ella o se ha encaprichado contigo mucho. Y puede ser peligrosa y más sabiendo lo que me has contado...
-Y lo que no...
-¿El qué...?

Miré a mi madre con una cara para que no siguiera indagando.

-¿Qué más ha hecho?
-Pfff... Pues una vez cuando estaba con Elena, creíamos que se había ido y cuando fui al coche a por condones, me arrinconó en la salida de su casa porque quería tema.
-Madre mía... Yo hablaría con Elena y se lo contaría. Así ella puede pararle los pies.
-No creo que sea lo mejor, la cosa no está muy allá en su casa, no sé qué es lo que pasa, pero estoy seguro de que sus padres han tenido problemas y Elena ya tiene suficiente con eso como para tener esto también encima...
-Vaya... Pues no sé decirte, hijo...
-Nada, creo que voy a evitar ver a su hermana cuando quedemos.
-Ya... pero esa chica es muy lista...
-Ya. No sé, es que no me creo que le hiciera eso a su hermana, la verdad.
-Haz lo que creas conveniente hijo, ya sabes lo que yo haría. Ten mucho cuidado y no le hagas daño.
-Vale.

Ese día sólo hable por mensaje con Elena, contándonos un poco como nos había ido el día. Después me acosté, costándome bastante dormir. El martes transcurrió con normalidad, sin nada relevante. Elena y yo hablamos por teléfono con normalidad. Me esforcé para que no se me notara nada de preocupación en mi tono al hablar y quedamos en que el día siguiente iría a por ella para ir a tomarnos una cerveza. Ese día también me costó dormirme.

El miércoles pasó como todos los días, con mi rutina de trabajo desde casa, hasta que fui a por Elena.
La esperé en la puerta de su casa con el coche arrancado. Salió y se montó y me dio un beso con ganas.

-Que ganas tenía de verte (dijo sonriendo).
-Yo también (dije para darle otro beso).

Nos fuimos a un bar con unos amigos y echamos un buen rato. Nuestros amigos se dieron cuenta de que éramos pareja por lo juntos que estábamos sentados, chinchándonos un poco diciéndonos que qué callado nos lo teníamos. Nos lo pasamos bastante bien, cuando acabamos Elena y yo nos fuimos para dejarla en su casa.

-Que bien ha estado. No me hacía mucha gracia salir por ahí con lo que pasó la última vez, pero he estado a gusto.
-Sí, la verdad es que ha estado bien la cosa.
-Bueno, ya va a saber todo el mundo que estamos juntos jajaja.
-Jajaja.
-Oye, ¿estás bien? Te he visto un poco callado y te veo con ojeras...
-Emmm... Sí, bueno... Es que estoy un poco agobiado con el trabajo.
-¿Y eso?
-Nada, que me han mandado bastante trabajo y tengo que echarle más horas para sacarlo a tiempo.

Me sentía un poco mal porque le estaba mintiendo, ya que era por otra cosa y no quería que supiera
por lo que realmente era, porque tenía miedo de lo que pudiera pasar.

-Bueno, a ver si pasa rápido. Pero descansa, que tienes carilla (dijo mientras me acariciaba la cara).
-Siiii mamá...
-Jajajaja, ay... Qué pena que no pueda estar más contigo para cuidarte...
-Si estuvieras conmigo más tiempo, dormiría menos jajaja.
-Jajajaja, anda cállate que tengo unas ganas...

Me reí y sin decir nada, arranqué el coche y nos fuimos de allí.

-¿Dónde vamos?
-¿No tenías ganas...?
-No me digas que vamos a ir a tu casa...
-Pues es que con mis padres en casa me da corte, pero tenemos el coche para un caso de emergencia.
-Mmm... (dijo mientras me acariciaba el paquete).
-Señorita, cuidado donde toca...
-¿Por qué...? (dijo con voz sensual).
-Porque... (le cogí de la pierna para acariciarle el muslo).
-Mmm...

Llegamos a las afueras. Era un lugar oscuro y resguardado, sin nadie cerca. En cuanto paré, se echó encima mía para empezar a besarme. Me besaba con mucha ansia y lengua. Entonces la paré y le dije de ir a la parte de atrás. Nos fuimos a la parte de atrás para que ella se sentara encima mía, cara a cara, para empezar a besarnos de nuevo.

Entonces se bajó de mí para bajarme los pantalones y empezar a chupármela mientas gemía porque yo le estaba tocando el coño. Pasado un rato me dijo:

-Javi, fóllame. (con voz se estar muy cachonda).
-No tengo mucho espacio aquí...

Entonces se subió los pantalones y me subió los míos.

-Ven (dijo tirándome de la mano para salir del coche).
Salimos y se puso de pie dándome la espalda, apoyándose en una de las puertas de atrás del coche, se bajó un poco el pantalón y las braguitas, dejando la ropa a medio muslo.
-Métemela.
-Espera que cojo un condón.
-No, métela ya.

Y se la empecé a meter mientras la cogía de las caderas.

-Mmm... Así... (decía mientras se agarraba a la puerta).
-¿Te gusta que te folle así?
-Me encanta. Dame más fuerte.

Le empecé a dar más fuerte mientras ella empezaba a jadear. Notaba su coño muy mojado. Después de estar follándola un rato, le pasé el pelo por detrás de la oreja y me incliné para mordisquearle la oreja diciéndole:

-Me encantas (susurrando).
-Ay... Javi... (dijo mientras jadeaba).
-¿No tenías ganas de que te follara?
-Mmm... sí...
-Qué coño más rico tienes. Que bien se siente...
-Javi... Me corro... (dijo con la voz entrecortada).

Y empezó a temblar mientras se agarraba fuertemente a la puerta del coche. Yo seguí dándole un poco más y paré para que se recuperara. Cuando acabó de recuperarse se giró para decirme.

-Joder, Javi... Que bien me follas (dijo mientras me besaba).

En cuanto se separó de mí, se agachó para empezar a chupármela.

-Que rica está... (dijo mientras me la chupaba).

Yo resoplaba mientras me agarraba a la puerta. Ella empezó a acelerar el ritmo de la mamada.

-Elena, me corro (dije bajito).

Entonces paró, sujetando mi glande con su boca cerrada, succionando mientras me pajeaba para que me corriera. Me empecé a correr dentro de su boca mientras jadeaba. Ella me miraba a los ojos y siguió succionando hasta que dejé de echar semen. La miré y vi como se lo tragaba, relamiéndose y besando mi polla. Después se levantó, pasando sus brazos por mí cuello, mirándome a los ojos y sonriendo. Nos besamos y nos montamos en el coche.

-Joder, que bien.
-Elena... (dije mirándola)
-¿Qué pasa?
-Me encanta hacerlo sin condón, pero...
-Javi, estaba muy cachonda y te quería sentir bien. Además, no es la primera vez que lo hacemos así.
-Ya, pero es peligroso. Yo no tengo problema en ponérmelo.
-Tranquilo, yo confío en ti Javi.
-Ya, pero ¿y si se me escapa un poco...? No quiero tener sustos...
-Tranquilo, Javi (dijo dándome un beso con cariño).

Le sonreí acariciándole la pierna.

-Vale, pero tenemos que llevar cuidado.

Me sonrió girando la cabeza. Como me encantaba cuando hacía eso. Después la llevé a su casa y nos despedimos con un buen beso. Quedamos en que nos veríamos el fin de semana, aunque no concretamos nada.

Llegué a casa y me fui a la cama, porque estaba cansado de estar durmiendo mal esos días. Entonces me escribió Elena.

-Que morbo me ha dado lo que hemos hecho.
-¿El qué?
-Todo. Como te has ido sin pensarlo a un sitio para follar, hacerlo así en la calle, que me folles sin condón, que te corras en mi boca...
-A mí también me ha gustado. Se me está poniendo dura de recordarlo, jajaja.
-Jajajaja, ¿te has quedado con ganas?
-Bueno, hubiera seguido un poco más, pero ha sido improvisado. Aun así me ha encantado.
-Bueno, este sábado tendremos todo el tiempo que queramos.
-Qué ganas...
-Joder, me estoy poniendo cachonda... Bueno, ve a dormir va, que tenías carilla y necesitas descansar. Y coge fuerzas para el sábado jajajaja.
-Jajajaja. Vale, mañana hablamos.

Nos dimos las buenas noches y me fue a dormir. Entre lo cansado que estaba y el buen humor que tenía por hacer visto a Elena y lo que habíamos hecho, me dormí enseguida, olvidándome de lo de Noelia, pudiendo descansar bien.
 
Capítulo 14

Al día siguiente me desperté bastante descansado y con buen ánimo. El día pasó normal hasta que me escribió Elena.

-¿Has descansado?
-Sí, me vino muy bien salir a despejarme, verte y lo que pasó después jajaja.
-Jajajaja. Bien, así me gusta.
-Oye, ¿el sábado vamos a estar solos?
-Mi madre se va con mi abuela, ya sabes. No sé si mi hermana se quedará o qué.
-Me gustaría que estuviéramos solos... (dije pensando en que necesitaba evitar a Noelia para evitar cualquiera de las suyas).
-Le pregunto a ver si se queda o qué.
-Vale.

Al cabo de un rato volvió a escribir.

-Dice que se va con una amiga, que tiene un trabajo importante y que van a estar muy liadas con eso.
-Genial. Que ganas tengo...
-Yo también...

Esos días no pasó nada más relevante, hasta que llegó el sábado. Quedamos en que la recogería para cenar fuera con unos amigos como hicimos el miércoles y luego iríamos a su casa para pasar la noche ahí.

Cuando acabamos de estar con nuestros amigos, con los que nos lo pasamos muy bien, llegamos a su casa. Entramos y fuimos al salón, pero vimos luz y se escuchaba a Noelia hablar con otra chica. Cuando las vimos, les saludamos, con un saludo de la chica que no conocía y una mirada seca de Noelia hacia a mí, quien no nos saludó.

-Vamos a mí habitación (dijo Noelia a su amiga de forma seca y seria).

Se fueron, dejándonos solos.

-Que estúpida es... (dijo Elena suspirando).
-Estará agobiada, no te preocupes (dije para quitarle hierro a la situación). ¿No íbamos a estar solos?
-No sé... Se suponía que sí. Pero da igual, vamos a follar igual.
-Bueno, pero sin armar mucho jaleo.

Nos sentamos en el sofá y vimos un poco la tele, hasta que Elena me empezó a meter la mano por dentro de la sudadera, acariciándome el pecho y me empezó a besar. Cuando llevábamos así un rato, se subió encima mía, como siempre solíamos hacer cuando nos empezábamos a liar. Después de estar un rato besándonos con mucha sensualidad, me empezó a besar el cuello. La cosa estaba empezando a ir a más, entonces paró de repente.

-Espera (dijo mientras se bajaba y salía de la habitación).

Yo me estaba tocando por encima de la ropa. Estaba muy cachondo. Sabía que me encendía mucho cuando me besaba así el cuello y se sentaba así encima mía. A los pocos minutos regresó y dijo:

-Mierda... me ha bajado la regla. Con razón estaba tan cachonda estos días y ahora...
-No pasa nada.
-Joder, es que tengo muchas ganas...
-No te preocupes...
-Es que cuando me baja la regla, tanto los días de antes, como los de después y teniéndola, me pongo más cachonda de lo normal... Y me notaba el coño muy húmedo y ya me imaginaba lo que pasaba.
-No pasa nada, de verdad, ya lo haremos cuando se te pase. Anda, ven aquí.

Se sentó a mí lado y le empecé a acariciar para que se calmara, pero ella estaba muy cachonda y me acariciaba el paquete por encima de la ropa. Le empecé a acariciar la cara y cogió el pulgar con la boca para empezar a chuparlo como si fuera una polla mientras me miraba a los ojos con una cara de cachonda increíble. Entre como me miraba y el sobeteo de paquete, la tenía durísima. Se sentó encima mía de nuevo, apretando mi polla contra su coño y se subió la camiseta y el sujetador.

-Cómeme las tetas.

Se las empecé a comer al momento. Las noté más duras y sus pezones más duros y de punta.

-Javi... me encanta como me comes las tetas... (dijo susurrando para que no nos escucharan).

Empecé a chuparle los pezones, dándole algún mordisquito.

-Ten cuidado, que los tengo muy sensibles cuando estoy con la regla.

Dejé de darle mordisquitos, para chupárselos suavemente.

-Así, así... (dijo mientras cerraba los ojos y se mordía el labio).

Le estuve comiendo las tetas durante un rato mientras ella se empezaba a restregar contra mi polla. Entonces se bajó de mí, arrastrándose hasta el suelo, poniéndose de rodillas y se puedo a desabrocharme el cinturón y los vaqueros.

-Elena, aquí no, que pueden venir y nos pueden ver.
-Shhh...

Cuando me desabrochó, tiro fuertemente de mis pantalones y mis boxers, liberando mi polla, la cual cogió al instante fuertemente y se metió en la boca. Empezó a chupar lentamente mi glande mientras me pajeaba con la mano. Esa noche hacía frío, así que viendo que seguía con la camiseta subida y enganchada con el sujetador mientras con una mano se tocaba las tetas, cogí y la tapé un poco con las faldillas de la mesa. Así no verían tanto tampoco si entraban de repente.

Empezó a chuparla un poco más rápido, metiéndosela más en la boca, estando así durante un rato mientras yo suspiraba y jadeaba, controlándome un poco para no hacer ruido. Entonces noté que ya no se tocaba las tetas y que ponía cara de placer, así que supuse que se estaba tocando el coño. Al cabo de un rato, empezó a aumentar el ritmo. Me la estaba chupando con un ritmo rápido, aunque tenía cuidado de no hacer mucho ruido. Entonces escuchamos un ruido en el pasillo y paró. Nos mirábamos a los ojos porque creíamos que venía alguien, pero no se oía nada más, así que reanudó la mamada poco a poco, hasta llegar al ritmo con el que estaba antes. Llegó un punto donde no podía aguantar más.

-Elena, me corro... (dije susurrando con voz entrecortada).

Aumentó el ritmo un poco y me empecé a correr en su boca, cuando empecé a soltar chorros, ella apretó los ojos, empezando a temblar. Ella succionaba mi glande mientras me pajeaba suavemente. Se recuperó bastante rápido, sacándose la polla de la boca mientras seguía pajeándola suavemente y se tragó mi semen mientras me miraba a los ojos.

-Mmm... (dijo relamiéndose).
-Joder Elena... (dije susurrando con la respiración un poco acelerada aún).

Me sonrió girando la cabeza, haciendo ese gesto que tanto me encantaba. Tiré de ella para que se sentara encima mía. Y la empecé a besar. Estuvimos así abrazados un poco hasta que dijo:

-Voy a cambiarme la compresa, que estoy chorreando.
-Vale.

Se puso bien la ropa y salió del salón, yo aproveché para subirme los boxers y los pantalones. Me quedé ahí esperándola viendo la tele, hasta que oí algo que venía del pasillo.

-¿Qué haces aquí...?
-Nada, ¿qué voy a hacer? He ido a beber agua.

Joder, ¿Noelia nos estaba espiando? Me puse un poco nervioso y me intenté tranquilizar, para que Elena no notara nada. Cuando vino, se sentó a mi lado, abrazada a mí.

-¿Te estabas tocando mientras me la chupabas?
-Sí.
-Habérmelo dicho, lo hubiera hecho yo.
-No te preocupes, estaba así muy a gusto y no quería parar de chupártela, además, sólo me tocaba el clítoris, me da asquete ahí con la sangre.
-Bueno, pero si querías...
-Javi, no te le des más vueltas. Yo también disfruto dándote placer a ti. Me he tocado para acompañar. De verdad, es que con la regla no me gusta que me hagan nada ahí abajo (dijo con voz melosa mientras me daba un beso en la mejilla).
-Vale (le dije dándole un pico).

Nos quedamos un rato viendo la tele y hablando hasta que dijimos de ir a dormir. Pero antes pasó por el salón la amiga de Noelia para despedirse porque ya se iba, dándonos las buenas noches, pero sin rastro de Noelia. Nos despedimos de ella y fuimos a la habitación de Elena para dormir. Nos acostamos en la cama, quedando abrazados con Elena sobre mi pecho y nos dormimos.

De madrugada me desperté porque me estaba meando, así que me levanté con cuidado para no despertar a Elena y fui al baño. Mientras meaba me dio frío, ya estaba sólo en boxers. Cuando acabé tiré de la cisterna y justo en ese momento, se abrió la puerta. Era Noelia, entró cerrando la puerta nada más entrar.

-¿Qué haces? (le dije seriamente susurrando).

Ella se quedó callada y se acercó a mí. Mientras se acercaba, me fije en como iba. Iba sin gafas, con una camiseta de manga larga azul, sin sujetador, ya que se le marcaban los pezones, con un short de pijama negro y descalza.

-Hoy no habéis follando, ¿no?
-¿Qué dices?
-No os he oído hoy...
-Tu hermana tiene la regla.
-Ah, por eso te la ha chupado en el salón, ¿no?

Sabía que nos había espiado.

-¿Nos has espiado?
-Bueno, pasaba por ahí y...
-Ya...
-Va, Javi, vamos a echar uno rápido.
-¿Pero qué dices?
-No os he visto, pero he oído algo y llevo cachonda desde entonces... va...
-Noelia, ¿estás borracha?
-No, sólo quiero follar.
-Pues búscate a otro.

Cambió el gesto, poniéndose sería y cruzando los brazos.

-Te dije que no me iba a quedar con las ganas...
-Y yo te dije que te olvidaras, que no podía ser ya.
-Venga, acuérdate de cuando echamos uno rápido en mi habitación, de las fotos que te envié, de como nos tocamos juntos por teléfono.
-Noelia, de verdad, para.
-No quiero (dijo quitándose la camiseta, dejándome ver sus pechos puntiagudos).
-Noelia, ponte la camiseta. Esto es ridículo.
-No (dijo quitándose el resto de ropa, quedando completamente desnuda, pudiéndose ver su coño totalmente depilado).
-¿En serio le vas a hacer esto a tu hermana...?
-Venga, que estás deseando follarme... Yo te puedo dar lo que ella no puede.

No voy a mentir, me estaba poniendo cachondo, incluso se me puso morcillona, pero cuando dijo eso último se me pasó. Mi cara pasó de ser sería por lo que estaba haciendo cuando le estaba diciendo que parara, a una que mezclaba enfado y decepción.

-Mira, no sé por qué le quieres hacer esto a tu hermana, pero diría que no tienes motivos. Conozco lo suficiente a Elena como para saber que es un trozo de pan que no busca hacerle daño a nadie. No me entra en la cabeza como puedes querer joderle así y como la puedes menospreciar como acabas de hacer... Me das asco.

En cuanto acabé de hablar, salí del cuarto de baño, apartándola para que me dejara pasar, dejándola ahí sin oportunidad de que me dijera nada. Fui a la habitación de Elena y me acosté con cuidado para no despertarla. A los pocos segundos sonó un portazo que venía de la habitación de Noelia.
Elena se despertó un poco sobresaltada.

-¿Qué pasa?
-No lo sé, parecía un portazo. Venga duérmete (dije abrazándola).

Se abrazó a mí pecho y le di un beso en la frente. Ella se durmió enseguida, pero yo me quedé pensando en lo que acababa de pasar. ¿Cómo podía hacer Noelia algo así...? Después pensé en el portazo, indicio de que se había enfadado. Pensaba que tal vez me había pasado con ella en eso último que le dije, pero estaba desesperado porque me dejara en paz. Lo último que quería era engañar a Elena, sólo pensaba en ella cuando Noelia se me insinuaba o directamente me decía que la follara. Temí que Noelia tomara represalias de alguna manera, haciéndome otra encerrona, enseñándole a su hermana nuestra conversación con las fotos o contándole alguna mentira.

Estaba en una situación en la que me esperaba ya cualquier cosa, así que llegué a la conclusión de que me tenía que disculpar e intentar hacerle entrar en razón de que no podía ser y que tendría que hacerlo de buenas maneras, tenía demasiado que perder si le volvía a echar la bronca.

A la mañana siguiente, nos despertamos sobre las 8, ya que ambos estábamos acostumbrados a madrugar por nuestras rutinas, y también por la luz que entraba por la ventana. Nos desperezamos y nos dimos un beso.

-¿Cómo estás?
-Bien, no me duele mucho.
-Debería irme. Tengo mucho trabajo... (dije pensando en evitar el encuentro con su hermana estando los tres juntos).
-Jo... ¿tan rápido? Desayuna conmigo al menos...
-Venga, vamos.

Nos vestimos y fui a la cocina sin lavarme la cara ni siquiera para empezar a hacer el desayuno mientras ella iba al baño. Cuando llegó a la cocina, ya lo había preparado. Puso cara de sorpresa.

-Pero bueno...
-¿Qué pasa?
-Nada, que no sabía que tuviera servicio... Jajaja.
-Jajaja... Que tonta eres. Como siempre me lo preparas tú, pues he pensado que hoy me tocaba a mí. Además, estás malita y tengo que cuidarte... (le dije mientras me acerqué para besarla cariñosamente)
-Pues me voy a tener que poner más malita, porque me encanta como me mimas... Jajaja.
-No hace falta que te pongas malita para que te mime (le dije haciéndole cosquillas).

Desayunamos, sin rastro de Noelia para mí tranquilidad, aunque estaba preocupado de que cuando me fuera la liara. Confiaba en qué aguantara ese día al menos, ya que tenía pensado hablar con ella al día siguiente cuando saliera al recreo.

Cuando acabamos de desayunar, nos despedimos con un fuerte abrazo y un beso intenso, quedando en que hablaríamos por teléfono, y que la vendría a ver cuándo estuviéramos más libres de nuestras tareas.

El domingo transcurrió de manera normal, sin nada relevante, sólo que pensé en escribirle a Noelia para disculparme y para que pudiéramos hablar cuando tuviera recreo, pero lo descarté porque pensé que era mejor hacerlo en persona directamente, y de paso no le daba tiempo para que ella pensara una de las suyas.

Me levanté el lunes sobre las 9 y media. Me duché, me vestí y desayune, haciendo hora para ir a hablar con Noelia. Durante la ducha pensé en qué tenía que decirle, pero inmediatamente dejé el tema, porque pensé que, si improvisaba diciendo lo que realmente pensaba, sonaría más honesto. Salí de mi casa a falta de diez minutos para que ella saliera al recreo. Pasé por la puerta del instituto, yendo hacia la parte donde la separación de la calle era un muro con vallas, donde se podía ver el interior. Empezó a salir gente y miré a ver si la veía. Me movía por el muro para abarcar a la mayor gente posible y por fin la vi. Silbé para que mirara, pero se volvió medio instituto, dándome un poco de vergüenza. Cuando miró ella, le hice un gesto con la cabeza para que fuera a la puerta, ella apartó la mirada pasando de mí, entonces saqué el móvil para escribirle que fuera a la puerta. Ella me dijo que no, pero le pedí por favor que fuera, que quería hablar una cosa con ella. Aceptó, así que ambos nos dirigimos a la puerta.

-¿Qué quieres? (dijo sería con un tono muy seco).
-¿Puedes salir? Quiero comentarte una cosa.
-No voy a salir, bastante que he venido hasta aquí. ¿Qué quieres?
-Me quería disculpar contigo, pero preferiría hablar más en privado, aquí hay mucha gente.

Se quedó callada durante unos segundos.

-Espera.

Al cabo de un par de minutos volvió y salió por la puerta.

-Ven, vamos al parque de aquí al lado y hablamos tranquilamente.

Ella me siguió sin decir nada. Cuando llegamos al parque que estaba al lado del instituto, nos sentamos en un banco.

-Me quería disculpar, creo que fui muy duro contigo, Noelia.
-Has sido un cabrón en varias cosas.
-Ya, por eso te quiero pedir perdón.
-Ya...
-Sí, Noelia. Te estoy siendo honesto. Creo que me excedí hablándote de esa manera. Quiero que sepas que no me das asco, pero es que estaba un poco enfadado y desesperado porque dejáramos el tema.
Se mantuvo callada escuchando y seguí:
-De verdad Noelia, quiero que nos llevemos bien. Si hay algo que me quieras decir, puedes contar conmigo. ¿Por qué estás tan obcecada en hacer esto?
-Ya lo sabes.
-No me creo que quieras hacerlo sólo por un calentón.
-Pues sí.
-No cuela. No se le hace eso a una hermana por un calentón, no me jodas...
-Deja de hablar de mi hermana. Estamos hablando los dos.
-Ya, pero es que ella está en medio. Si no estuviera con ella, no habría ningún problema. Lo haríamos, como ya lo hicimos en su día.
-Pues bien que ponías pegas y no parabas de decir que no querías hacerlo por ella, porque le podía sentar mal...
-Ya, pero...
-¿Sabes...? Creo que decías eso porque no es que estuvieras pillado por ella, estabas enamorado.

Me quedé en silencio sin saber qué decir, me pilló un poco desprevenido eso.

-Puede ser, no lo sé.
-¿Cómo no puedes saber algo así...?
-Verás... Noelia, yo nunca he tenido novia.
-¿Qué dices...? ¿Pero no habías estado con más chicas?
-De relación no, nunca he buscado eso.
-¿Y por qué me cuentas esto?
-Porque quiero que veas que confío en ti y que podemos ser amigos y quiero que sepas, que, si tienes algún problema o algo de lo que necesites hablar, pues que estoy aquí.
-Ya...
-Lo digo en serio Noelia. Y volviendo a eso, pues no sé si ya estaba enamorado, de verdad que no lo sé. Muchas veces no sé como actuar o lo que debo sentir. Todo esto es nuevo para mí.

Se quedó callada mirándome con el gesto serio.

-No sé Javi, esto es raro...
-¿Por qué?
-Porque entre nosotros hay tensión sexual, ¿cómo vamos a ser amigos así y siendo el novio de mi hermana?
-Noelia, te guste o no, ahora nos vamos a ver más. ¿Por qué no llevarnos bien y hacerlo más fácil?
-Porque las cosas no siempre salen a gusto de cada uno... (dijo levantándose para irse).

La seguí hasta la puerta del instituto.

-Noelia, por favor. Piénsalo...
-Qué sí, que sí... (dijo con dejadez entrando y yéndose con sus amigas).

Volví a casa un poco desanimado, aunque confiaba en que entrara en razón después de haberme abierto con ella.

Ese día transcurrió con normalidad, hablé un rato con Elena. Estaba un poco agobiada, porque no sabía muy bien como ordenar su TFG. Así que me ofrecí a ayudarle si lo necesitaba. Le dije de enseñarle el que hice yo por si le podía ayudar, por lo que quedamos el día siguiente por la tarde en su casa, ya que me dijo que su madre no estaría, que se iría con su abuela, sin entrar en detalle de si su hermana estaría o no.

Estaba un poco agobiado con el tema de Noelia, quería evitarla y más sin saber como me iba a salir después de nuestra charla. Aunque fui honesto cuando le dije lo de ser amigos. Consideré que sería lo mejor, porque nos veríamos mucho y quería que estuviera contenta conmigo para que no me liara ningún numerito de los suyos.

Llegó el martes por la tarde, así que fui a casa de Elena. Cuando llegué, llamé y me recibió ella, con un beso y un abrazo. Me dijo de ir al salón, que, con la mesa más grande, tendríamos sitio para los dos portátiles y para los papeles que tenía para consultar o pasar al ordenador. Nos sentamos y empezamos a comparar, cuando vino su hermana de repente, saludando de manera amable.

N: Hola, ¿qué hacéis?
E: Javi me está ayudando con el TFG.
N: ¿Puedo quedarme o molesto?
J: ¿Por qué ibas a molestar? (dije de manera amable sonriendo).
N: Vale.

Noelia se sentó en el sofá, quedando Elena entre los dos. Elena y yo empezamos a hablar de como iba a hacerlo, yo le daba algún consejo, mientras Noelia nos miraba con atención. Elena se levantó para ir al baño, dejándonos solos.

N: No sabía que eras tan listo...
J: No es para tanto. Sólo que yo ya he hecho esto y tengo alguna idea. Aunque en su día también me costó un poco.
N: Vaya. Oye... voy un poco regular para el examen de inglés de Selectividad, flojeo mucho en parte de la redacción. ¿Crees que me podrías echar una mano?

Pensé si era una de las suyas. ¿Otra encerrona? Tardé en contestar porque no lo tenía claro del todo, aunque lo dijo con amabilidad. En ese momento entró Elena.

E: ¿De qué habláis?
N: Le he dicho a Javi si me podía echar una mano con la redacción del examen de inglés de Selectividad. Lo llevo un poco mal.
E: Ah, ¿qué dices Javi?

Eso me preguntaba yo, qué decir. No quería quedar mal, así que entre eso y el tono con el que me pidió ayuda, acepté.

J: Claro, ¿por qué no?
N: Vale (dijo contenta). Os dejo tranquilos.

Noelia se levantó y se fue a su habitación. Elena y yo seguimos trabajando para darle forma a su proyecto. Cuando acabamos nos quedamos en el sofá viendo la tele, hasta que Elena se puso como el sábado, a acariciarme el pecho por dentro de la ropa.

-¿Sigues con...?
-Sí, todavía estoy con la regla, pero tengo ganas... (dijo empinándose para besarme).
-Bueno, este finde ya podremos.
-Ya... pero es que estoy muy cachonda... ¿quieres que hagamos lo del otro día?
-Pero en tu cuarto.
-Venga, Javi, no seas soso... (dijo sentándose encima mía para empezar a besarme el cuello).
-Joder, sí que te pones cachonda...
-Sí, me pongo a mil.
-Pero es que nos puede ver tu hermana...
-Que va, si está estudiando...
-No sé...

Entonces sin dejar decidirme, empezó a desabrocharme el pantalón, y sacó mi polla de los boxers, empezando a pajearme suavemente mientras me seguía besando el cuello.
 
Capítulo 15

-Mmm... Elena...
-¿Te gusta?
-Sabes que me encanta...
-A mí también me encanta...
-Mmm... (dije mientras le acariciaba el culo).
-Pero esto nos va a gustar más...

Entonces se deslizó hacia el suelo para ponerse de rodillas, como la otra vez, bajando mis pantalones y boxers hasta medio muslo. Me miró a los ojos mientras agarraba la polla y se la pasaba por los labios. Yo suspiré, me estaban dando escalofríos por la espalda, no porque fuera a correrme, era por la excitación. Ella notó como se me ponía la piel de gallina y como me estremecía.

-¿Estás bien?
-No puedo estar mejor...
-Nunca te habías puesto así nada más empezar...
-Te veo así de cachonda y me pongo igual. Que putada no poder comerte el coño y follarte...
-Mmm... Dime que me vas a hacer el sábado.
-Pues te voy a comer el coño hasta que te corras en mi boca, hasta que sueltes chorros como el otro día y no puedas más. Luego te voy a poner a 4 y te voy a reventar hasta que me pidas que pare gritando.

Mientras le decía eso, ella empezó a chuparme la polla, metiéndosela poco a poco en la boca, haciéndolo cada vez más profundo mientras gemía.

-¿Qué más...?
-Te voy a coger en brazos para besarnos mientras te follo cogiéndote del culo para metértela bien profundo.
-Uff...
-Pero hay un problema...
-¿Cuál...? (dijo mientras se sacaba la polla y jugaba con mi glande con su lengua).
-Pues que, si nos vamos a tomar una cerveza con éstos antes de venir aquí, no sé si podré aguantar allí en el bar...
-Mmm... (dijo metiéndose la polla entera en la boca y aguantando).

Entonces entró Noelia por la puerta.

-Oye Javi, ¿me das tu número para concretar las clases...? ¡Uy! ¡Perdón, perdón! (dijo mientras se daba la vuelta rápidamente e irse al darse cuenta de lo que estaba pasando).

Elena se atragantó al oír a su hermana. Yo me quedé un poco sin saber qué hacer, sólo se me ocurrió taparnos con un cojín. Los dos nos quedamos mirándonos sin saber que decir, hasta que a oímos como Noelia cerraba su puerta y a Elena le entró la risa.

-¿De qué te ríes? jajaja.
-¿Tú que crees? jajajaja.
-Mira que te lo he dicho, jajaja.
-Oye, vamos a mi cuarto y terminamos esto...

Se levantó, subiéndome la ropa y llevándome de la mano a su cuarto, atravesando el pasillo, por lo que teníamos que pasar por la puerta de la habitación de Noelia. Estaba cerrada y no se oía nada. Cuando pasamos por ahí, Elena soltó una risa tonta, yo le di un cachete cariñoso en el culo. Cuando llegamos a su cuarto, cerró la puerta y en cuanto se dio la vuelta, la cogí en brazos, agarrándose a mi cuello y con sus piernas a mis caderas, yo la agarraba del culo y la empecé a besar con ansia en la boca y en el cuello.

-Joder Javi... Como estás...
-Por tu culpa, mira como me pones...
-Mmm... Qué ganas de que llegue el sábado...

Entonces se bajó de mí y me empujó para sentarme en su cama y ponerse ella de rodillas. Volvió a bajarme la ropa como cuando estábamos en el salón y empezó a chuparme la polla, que tenía durísima. Lo hacía muy rápido, con sonidos de atragantarse, poniendo sus manos en mis caderas.

-Joder, Elena... Me voy a correr como sigas así...

Siguió así hasta que no pude más.

-Elena, me corro, para...

Cuando me dije eso apretó mis caderas con sus manos y se hincó mi polla en su garganta. Me empecé a correr sin poder evitarlo en su garganta mientras respiraba aceleradamente. Ella se atragantó un poco, pero aguantó. Cuando acabé se sacó la polla poco a poco de la boca, succionando el glande y pajeando suavemente con la mano. Cogió aire, ya que había aguantado un poco con la polla en la garganta sin poder respirar y tragó. Me miró a los ojos mientras se relamía y de mordía el labio.

-Madre mía, Elena...
-¿Te ha gustado?
-Ha sido increíble.

Le acaricié la cara y ella cogió el pulgar con la boca para chuparlo.

-¿Quieres más?
-Estoy muy cachonda... (dijo con el pulgar en la boca).

Tiré de ella para ponerla encima mía y besarnos. Entonces la tumbé en la cama y le metí los dedos índice y corazón en la boca para que los chupara, después le metí la mano en las bragas.

-Javi, no. No me gusta con la regla.
-Shhh, sólo voy a hacer lo que tú hiciste el otro día.

Se quedó callada mirándome y empecé a acariciarle el clítoris suavemente, ella ponía cara de placer mientras se mordía el labio. Le empecé a besar el cuello y a acelerar el ritmo con el que le tocaba el clítoris. Después con la otra mano le subí la camiseta para chuparle los pezones. Ella gemía bajito hasta que le toqué el clítoris muy rápido.

-Javi, me voy a correr...

Aceleré más el ritmo mientras le besaba el cuello y se empezó a correr, tapándose la boca para no hacer ruido, soltando gemiditos y temblando. Yo seguía tocándole hasta que le empezaron a dar espasmos.

-Para, para, para, Javi, por favor, para.

Seguí tocándole, ella cerraba sus piernas con fuerza mientras apretaba fuertemente los ojos.

-¡Ahhh! ¡Javi! ¡Ahhh! ¡DIOS!
-Shhh...

Y empecé a bajar el ritmo hasta parar mientras ella estaba boca arriba respirando muy fuerte y le daban espasmos.

Fui al cuarto de baño para lavarme las manos y cuando regresé aún seguía como la había dejado. Me tumbé a su lado, acariciándole la cara, esperando a que se recuperara. Sin abrir los ojos, me buscó con su mano para abrazarse a mí.

-Ay... Javi...
-¿Qué pasa?
-Qué cosas me haces... Me vas a matar...
-Es que me pones tanto que no puedo parar...

Abrió los ojos y se me quedó mirando.

-Es la primera vez que hago algo con la regla.
-Pero si tampoco hemos hecho nada...
-Pero yo soy muy escrupulosa con eso... Nunca me habían tocado estando así.
-Pues otra primera vez que compartimos. A mí me ha gustado.
-Ha sido genial, pero...
-Quería aprovechar que estabas así de cachonda, estaba seguro que tu orgasmo sería muy intenso, imagínate si te follo...
-¿Lo harías?
-Bueno, si tú quieres podríamos probar. Nunca lo he hecho así.
-No sé... Es que me da cosa...
-Ya, pero fíjate lo intenso que ha sido. Si hasta te has puesto a gritar...
-Joder, es verdad, seguro que mi hermana nos ha oído...
-Qué más da, si ya nos ha pillado...
-Ya, jajajaja.
-También ha sido la primera vez que me corro así en la garganta.
-Estaba tan cachonda que quiera comérmela entera. Y cuando has dicho que te corrías, más.
-Al final la gatita resulta ser una fiera... Jajaja.
-Jajajaja.

Estuvimos un rato tumbados de lado mirándonos cara a cara, dándonos varios besos.

-Javi, mi madre tiene que estar al caer...
-Sí, mejor me voy ya...
-Necesito un poco de tiempo para contarte...
-Shhh (dije interrumpiéndola). Ya me darás las explicaciones cuando tú creas oportuno (dije mientras me incorporaba para sentarme en la cama).

Ella se incorporó y me abrazó por la espalda.

-Jo, Javi... contigo es todo tan fácil...

Sonreí y le acaricié las manos. Después nos levantamos y nos fuimos hacia la puerta de su casa, pasando por la habitación de Noelia, que seguía con la puerta cerrada y en silencio. Nos despedimos con un abrazo y un beso.

-Oye, gracias por venir, me has ayudado mucho.
-Nada, niña. Si necesitas algo más, ya sabes...

Sonrió, la veía muy contenta. Me dio otro beso y salí por la puerta. Me monté en el coche y empecé a conducir para ir a mi casa.

Cuando llegué a mi casa, me tomé libre la tarde. Eran ya las 7 de la tarde y como iba bien con el trabajo, decidí descansar. Sobre las 8 empecé a recibir mensajes de Noelia.

-Oye, le he pedido a mi hermana tu número para hablar lo de las clases, aunque ya lo tenía. También quería que supieras que no os he pillado queriendo, ha sido casualidad, de verdad.
-Vale, tranquila. No pasa nada.
-Es que con lo de la última vez, tal vez ibas a pensar que yo...
-No pasa nada, de verdad.
-Y que no de las clases iba en serio. Tampoco es que necesite mucha ayuda, sólo algunos consejos. No lo hago para vernos y provocarte...
-Genial. Parece que has pensado en lo de ser amigos. Me alegro.
-Sí, he pensado en frío y llevas razón. Ahora que nos vamos a ver más, es mejor que nos llevemos bien.
-Eso es.
-Pero eso no quita la tensión que hay entre nosotros, ya sabes...
-Bueno, pero no podemos hacer nada, ya lo sabes. No quiero hacerle daño a tu hermana. No se merece que le hagan eso otra vez. Yo sólo tengo ojos para ella.
-Ya, si yo quiero a mi hermana, pero me cuesta mucho, Javi. En esos momentos me puede el calentón.
-Te tienes que controlar. No sé como ayudarte en esa situación. Lo mejor es que no nos viéramos tanto, pero es que entonces no podría ver a tu hermana apenas.
-Si lo entiendo, Javi. Pero es que te veo así con mi hermana, me acuerdo del polvo que echamos y de lo que me dijiste de que, si quisieras, me podrías reventar y uff... No puedo resistirlo. Hoy ha sido muy duro, después de la pillado me he puesto cachonda y luego cuando os habéis ido a su cuarto oía como te la chupaba atragantándose y al rato como gritaba... ¿Qué le has hecho?
-Noelia, no te voy a decir lo que hemos hecho.
-Sí, perdona. Es que... ¿ves? Ya estoy otra vez... Y me estoy poniendo muy cachonda pensando en eso...
-Deberías echarte pareja, así no tendríamos estos problemas. Si te da el calentón, pues tu pareja te puede ayudar.
-No es tan fácil...
-Pero, ¿no tenías algo por ahí?
-Ya... bueno... es complicado...
-Bueno, si quieres contármelo, aquí estoy. Si no quieres porque es algo muy íntimo, lo entiendo. No te preocupes. Yo te ayudaré en lo que pueda siempre y cuando no nos afecte a Elena y a mí.
-Gracias, Javi.
-De nada, mujer. Soy consciente del gran paso que has dado al cambiar tu actitud hacia a mí y lo valoro. Eres buena chica.
-Gracias por darte cuenta. Luego te digo para ver lo de las clases.
-Genial.

Me sentía genial por la conversación. Parecía que Noelia había sentado un poco la cabeza y que había escuchado mis palabras cuando hablé con ella.

Los siguientes días transcurrieron con normalidad. Quedé el jueves con unos amigos, pero no con Elena, porque fue a ver a su abuela, que seguía mala y decidió quedarse a dormir con ella, para que su madre pudiera descansar sin tener que estar pendiente todo el tiempo. Quedamos en vernos el sábado sobre las 8 con unos amigos para tomarnos algo y luego ya nos iríamos a su casa, a pasar la noche como solíamos hacer.

Por fin llegó el sábado. Me levanté sobre las 11, para estar descansado para esa noche. Sobre las 6 recibí una llamada de Elena.

-Javi... (dijo llorando mientras seguía hablando sin entenderse nada de lo que decía por su llanto, que iba en aumento)
 
Capítulo 16

-Elena, ¿qué pasa? No te puedo entender (me asusté por oírla así).

Ella balbuceaba llorando con un gran llanto.

-Elena, tranquila. Respira hondo. No puedo entender lo que me dices.

Me estaba agobiando mucho y Elena no paraba de llorar.

-Tranquila, cojo el coche y voy para tu casa.

Estaba desconcertado, no sabía por qué estaba así. ¿Noelia le había contado todo como venganza por no ceder? No, no era posible. Su comportamiento días atrás fue muy bueno y no había ningún indicio de que lo hubiera podido hacer. Si no lo hizo con el calentón, no había motivo para que lo hubiera hecho ahora. Fui de inmediato a su casa para ver qué pasaba. Cuando llegué me estaba esperando en la puerta. Me acerqué y vi que estaba con la cara llena de lágrimas y con la nariz roja de tanto llorar. Ella vino corriendo hacia a mí y me abrazó fuertemente.

-Javi, lo siento, lo siento, lo siento...
-Elena, tranquila. ¿Qué te pasa?

Se puso de nuevo a llorar sin poder articular palabra del llanto que tenía.

-Venga, vamos a entrar a tu casa y me cuentas.

Entramos y nos sentamos en el sofá. La abracé para que se tranquilizara, diciéndole que se relajara y bebiera agua. Estaba nervioso porque no sabía qué pasaba. ¿Por qué podría estar así? ¿Se enteró de lo que estaba pasando con Noelia?

Estuvimos un rato abrazados y le acariciaba la cara, quitándole las lágrimas. Poco a poco se fue tranquilizando.

-¿Estás ya más tranquila?
-Sí... (dijo con la respiración cogida aún por el llanto).
-¿Qué ha pasado?
-A ver... Ha venido Alejandro.
-¿Y qué ha pasado? (dije poniéndome más nervioso aún).
-Pues hemos hablado en la puerta, no le he dejado entrar. Me ha dicho que lo está pasando muy mal y que me echa de menos, que quería volver conmigo, que está muy arrepentido de lo que ha hecho y que ha cambiado.
-Vale, ¿algo más...?
-Sí. Me ha dado un beso. Y yo no me he retirado, me he quedado quieta. Lo siento, Javi, de verdad. Yo no quería (dijo echándose a llorar otra vez).
-Tranquila Elena, no pasa nada (dije retirándole las lágrimas).

Obviamente me molestó lo que me dijo. Pero tampoco le di mucha importancia, lo último que necesitaba Elena era que me enfadara. No quería verla así, por lo que medí mis palabras, siendo lo más honesto que pude.

-Javi, yo quiero estar contigo.
-Elena, no pasa nada, de verdad. Es lo más normal del mundo lo que acaba de pasar. Ambos habéis salido de una relación bastante larga y algo así no se olvida de la noche a la mañana... Es normal que queden sentimientos aún. De verdad, no estoy enfadado, pero necesito saber qué es lo que quieres tú, no quiero que sufras más.
-Javi, yo sólo quiero estar contigo, de verdad.
-Vale. Tranquila. Piensa bien las cosas. No me tienes que dar una respuesta ahora mismo, te tienes que relajar y pensar bien las cosas en frío.

Ella me miraba con una carilla de pena que pudo conmigo.

-Elena, no pasa nada, pero no vuelvas a llamarme así, me has asustado (dije cogiéndole la cara para que me mirara a los ojos y se me ponían los ojos vidriosos). Te quiero.

Y le di un beso con cariño.

-Javi, te quiero. Eres lo mejor que me ha pasado.

Nos dimos un abrazo muy sentido y estuvimos callados durante unos minutos. Mientras, pensé en como había reaccionado a la situación, me sentía orgulloso de mí mismo por haber solventado el problema así. Me molestó que se dieran un beso y que ella no se apartara, sí, pero intenté entender el porqué de todo y lo vi al instante. Para ser mi primera relación seria, me notaba maduro para saber sobrellevar algo así, ya que era la primera vez que me pasaba. También pensé en que le dije "te quiero" por primera vez. Me salió de dentro, lo dije sin pensar. Y ella también me lo dijo y, además, que era lo mejor que le había pasado. No entendía muy bien como me había dicho eso tan rápido, pues, al fin y al cabo, sólo llevábamos dos semanas como pareja. Sí, nos estuvimos viendo algunas semanas antes de empezar a salir y ya éramos amigos de antes, incluso la consolé cuando ella y su pareja de aquel entonces discutieron, con un acercamiento más cercano de lo debido, aunque nos pudimos controlar. Pero me dejó un poco en shock que me dijera eso cuando había tenido una relación con alguien durante cinco años.

Estuvimos solos en su casa toda la tarde acurrucados en el sofá mirando la tele, aunque estaba seguro de que ninguno de los dos le estábamos prestando atención. Nos dimos unos cuantos besos tiernos, acompañados de abrazos y caricias. Llegó la noche, cenamos algo mientras seguíamos en el salón viendo la tele y estuvimos así durante un rato más, hasta que noté que ella tenía sueño.

-Vamos a dormir, tienes sueño.
-Un poco.
-¿Quieres que me quede a dormir?
-Sí, por favor... (dijo con tono tristón aún).
-Vale, venga, vamos a dormir.

Apagamos la tele y nos fuimos a su habitación, ella se puso un pijama y yo me quedé en boxers. Nos tumbamos y nos abrazamos.

-Te quiero Javi. Gracias por todo.
-Yo también te quiero Elena. No tienes por qué dar las gracias. Es lo que hacen las parejas, se cuidan cuando lo necesitan.
-Jo... (dijo mientras se abrazaba fuertemente a mí y me daba un beso).

Después se acomodó a mi pecho y se durmió. Quedamos en la misma postura toda la noche, ella se abrazaba a mí con fuerza, casi pareciendo que me agarraba.

Nos despertamos un poco sobresaltados porque sonó el móvil de Elena, era muy temprano. Lo cogió y empezó a hablar.

-Vale, vale.
-¿Qué pasa?
-Era mi hermana (dijo mientras colgó el móvil). Dice que mi madre está viniendo.
-Me voy (dije mientras levantaba y cogía mi ropa). Quédate durmiendo un poco más, que es temprano aún.

De quedó incorporada en la cama mirándome. Cuando me terminé de vestir, me giré y vi como me miraba.

-¿Qué pasa?
-Nada, que te quiero (dijo sonriendo).
-Yo también (dije sonriendo mientras me acercaba para darle un beso). ¿Estás ya más tranquila?
-Sí...
-Bueno, descansa y luego hablamos tranquilamente.
-Vale. Gracias por parar la noche conmigo.
-De nada, mi vida.

Nos despedimos con un beso. Ella se quedó en la cama para seguir durmiendo un poco más y yo me fui. Cuando me monté en el coche me entró una sensación cálida, notaba que estaba bastante enamorado de Elena. Tras unos minutos me fui a casa, donde desayuné y me tumbé un rato en la cama, pero sin dormir. Le pedí a un amigo el número de Alejandro para decirle alguna cosa. Me lo dio y le escribí.

-¿Qué pasa? Que no has tenido suficiente con lo que le has hecho como para ahora venir a joderle otra relación, ¿no? Como te vuelvas a acercar a ella te parto la cara, gilipollas.
-A ver si me lo dices a la cara, campeón.
-Pues claro que te lo dijo y de paso te la parto. Avisado estás.

Le escribí todo eso en un impulso. Me arrepentí un poco por si eso pudiera afectar a mi relación con Elena si Alejandro decidía vengarse, pero es que el tío se estaba comportando como un verdadero gilipollas, primero engañándola y luego yendo a meterse en nuestra relación, así que me quedé conforme con lo que había hecho tras pensarlo mejor. Aunque también esperaba no tener que cruzarme con él estando con Elena, porque sabía que me la iba a liar.

Más tarde me llamó Elena.

-¿Cómo estás? (pregunté).
-Mejor, aunque bueno, aún le doy vueltas...
-Es normal, pero si quieres salir para despejarte o necesitas algo, dímelo.
-No, tranquilo, no necesito nada. Además, voy a ir a comer a casa de mi abuela y voy a pasar la tarde con ella para cuidarla, que mi madre está hecha polvo, así que me hoy me toca dormir aquí también.
-Vale, no hay problema.
-Javi, me encanta como me cuidas, eres muy importante para mí, no lo sabes bien...
-Es lo mínimo que puedo hacer, Elena.
-Ya, pero tú siempre estás fuerte, no necesitas ayuda.
-Bueno. En el futuro puede que la necesite y espero que estés ahí para ayudarme.
-Cuenta con ello. Oye... No te conté lo que pasó después del beso...

Di un respingo poniéndome nervioso. ¿Qué había más?
 
Capítulo 17

-Dime (dije de forma firme).
-Nada, cuando desperté de lo que había pasado, le di un guantazo y le dije que se marchara.
-Normal (dije aliviado), ¿por qué no me lo contaste?
-Porque estaba obsesionada con lo de que no pude parar el beso...
-Bueno, ya está. Ya ha pasado, no te preocupes y no pienses más en eso...
-Voy a llamar a Alejandro para dejarle las cosas claras, yo te quiero Javi, y sólo quiero estar contigo, ya no quiero saber nada más de él.
-Déjalo estar (dije pensando en que Alejandro pudiera decirle que le había escrito de malas maneras), seguro que con el tortazo le ha quedado claro.
-No sé...
-No te preocupes, de verdad.
-Bueno, voy a ver si voy ya a casa de mi abuela, que lleva sola desde que vino mi madre.
-Vale, si necesitas lo que sea, ya sabes.
-Vale. Te quiero, mi amor.
-Y yo a ti, mi vida.

A la hora de comer, mi madre me preguntó que qué tal me fue el día anterior con Elena. Le dije que bien, aunque no soné muy convincente. No quiso indagar. A mi padre le pilló de nuevas el nombre de Elena.

-¿Quién es Elena?
-Tu hijo, que se ha echado novia.
-Anda, que callado te lo tenías. Pues a ver si te la traes y nos la presentas, ¿no?
-Claro, hijo. Tengo muchas ganas.
-Que siiii...

Cuando terminamos de comer, me fui a mí habitación y al rato entró mi madre.

-¿Seguro que todo bien?
-Joder con la detective... (dije riéndome).
-Ya sabes que a mí no me engañas.
-Ya lo sé, ya...
-¿Qué ha pasado?

Le conté lo que pasó y como lo resolví.

-Javier, estoy muy orgullosa de ti. Lo estás haciendo muy bien.
-Gracias mamá. Me asusté bastante, hasta se me pusieron los ojos vidriosos... Me dio mucha pela verla así.
-Normal hijo, se ve que os tenéis cariño.
-Nos hemos dicho te quiero por primera vez ya...
-¡Anda!
-Cuando me monté en el coche para venirme noté algo que...
-¿El qué?
-Estoy enamorado de ella.
-Qué bien hijo... (dijo abrazándome). ¿Y qué tal con la hermana?
-Anda... es verdad, que no te conté lo que pasó el otro día.
-A ver...

Le conté lo que pasó cuando me desperté de madrugada y fui al cuarto de baño y apareció ella.

-Madre mía, Javier. Esta chica está muy salida...
-Lo que más me molestó es lo que dijo, diciéndome que ella me podría dar lo que Elena no. No sólo quería joder a su hermana, sino que también la estaba menospreciando.
-La verdad es que no sé qué le pasa a esta chica para llegar a eso...
-La cosa es que me arrepentí de ser tan duro con ella y temí que le diera por vengarse, así que decidí disculparme con ella.
-No sé, hijo...
-Fui al instituto a hablar con ella y seguía enfadada y bueno, la discusión no acabó como yo pretendía, no saqué nada en claro. Pero la siguiente vez que fui a casa de Elena, estaba más amable y se comportó bien. De hecho, me ha pedido que si le puedo echar una mano con el examen de inglés de selectividad. Y luego se disculpó conmigo por su comportamiento y por intentar esas cosas. Que tenía razón, ahora nos veríamos más y lo mejor es que nos lleváramos bien. Así que a ver si con las clases podemos llevar la cosa mejor...
-Javier, ten cuidado.
-No creo que haga nada, mamá.
-Bueno, lleva cuidado, que está chica ya ha salido con otras peores.
-Vale, mamá.

El final de la conversación me dejó pensativo y me volvieron a venir todas las cosas que había hecho Noelia, volviendo las inseguridades de si intentaría algo, lo que significaba que me podía estar mintiendo. Decidí no darle más vueltas e ir con cuidado, haciendo caso al consejo de mi madre.

El resto del día y los siguientes días transcurrieron e forma normal. Esos días estuve hablado con Elena por teléfono, notando como se iba animando más conforme pasaba los días. Quedamos el miércoles para tomar algo con los amigos sobre las 9 de la noche, unas cervezas en un bar y poco más. Ese día sobre las 7 de la tarde me escribió Elena.

-Javi, cuando acabemos me acercas tú a mi casa, ¿no?
-Claro.
-Vale :devilish:
-Uy...
-Jajajaja.
-Yo también tengo ganas... Llevamos varios días sin...
-Sí, demasiados...
-Pues verás esta noche...
-Mmm... No me digas eso que me pongo mala...
-Jajajaja, te voy a curar todo, tranquila.
-Jajajaja.

Fui a por Elena, quien se montó en el coche y me dio un beso con mucha lengua. Llegamos al bar en mi ciudad y estuvimos echando un buen rato con nuestros amigos. Elena estaba muy cariñosa, estábamos sentados los dos juntos y me acariciaba la espalda por dentro de la sudadera y ponía su cabeza en mi hombro. Yo le acariciaba los muslos, subiendo cada vez más por ellos.

Elena dijo que tenía que ir al baño y aproveché que fue sola para seguirla un minuto después sin que se diera cuenta, diciendo que yo también tenía que ir. Era un baño de estos que entras y hay dos puertas, con un baño de hombre y otro de mujeres. Pues esperé en esa bifurcación y cuando oí la cisterna, entré. Elena se asustó un poco.

-Que susto, Javi...
-Shhh... (dije abrazándola por detrás para besarle el cuello).
-Mmm... Javi...

La giré para poder besarnos, cogiéndole la cara, después la empujé contra la pared y le metí la mano por dentro de los leggings y de las braguitas para tocarle el coño.

-Javi...
-¿Qué pasa? (dije besándole en la boca y en el cuello).
-Para o no respondo...
-No voy a parar, pero tampoco vas a responder.

Entonces le bajé los leggings y las braguitas, me bajé el pantalón y los boxers y saqué un condón de la cartera. Me lo puse y cogí a Elena en brazos por las piernas contra la pared, metiéndole la polla.

-Mmm... Javi...
-¿Te gusta?
-Me encanta...

Empecé un rápido mete-saca mientras nos besábamos. Ella gemía en mi boca mientras se agarraba fuertemente de mi cuello.

-Que cachonda estoy... Me voy a correr.
-Yo también...

Y al cabo de unos minutos follando, apretó su cara contra mi hombro para ahogar sus gemidos y empezó a temblar, abrazándome fuertemente.

-Mmm... Ay... Ahhh... Ahhh... (gemía contra mi hombro, de manera que fuera no se pudiera escuchar).

Al notar como se corría, como contraía su coño y estrujaba mi polla con él, me corrí dentro del condón entre jadeos. Me quedé con la polla dentro de ella, esperando que se recuperase mientras seguía con su cara hundida en mi hombro. La empecé a sacar poco a poco y la bajé despacio al suelo mientras ella seguía con los ojos cerrados y temblando un poco.

-Elena, tenemos que salir ya (dije mientras me quitaba el condón y lo tiraba a la papelera).

Poco a poco abrió los ojos.

-Sí, cariño (mientras se subía as braguitas y los leggings).

Cuando nos pusimos bien la ropa nos miramos.

-Javi, que barbaridad. Que cachonda me has puesto, no me esperaba que fuera a pasar aquí.
-Quería darte una sorpresilla...
-Me encantan estas sorpresitas, como la de cuando fuimos al descampado ese (dijo mientras me besaba pasando sus brazos por mi cuello).
-Venga, vamos.

En lo que nos pusimos bien la ropa y nos dimos ese beso, se nos pasó el sofocón y salimos aparentando normalidad. Cuando llegamos, nuestros amigos nos dijeron:

-Sí que habéis tardado parejita... (con risas de burla).

Vi como Elena se ponía un poco roja cuando nos sentábamos y rápidamente dije:

-Sí, con lo chico que es eso y lo alto que soy yo, no tengo otra cosa que hacer que follar ahí, ni que tuviéramos 15 años, jajajaja.
-¿Qué hacíais entonces?
-Perdona tío, la próxima vez que plante un pino le echo una foto y te la mando, jajajaja.

Todos se empezaron a reír y yo miré a Elena y le guiñé un ojo sin que los demás nos vieran, ella también se rio y se le pasó la vergüenza.

Cuando acabamos, nos despedimos, aún con la broma de mandarle una foto al colega que no pasaba de chinchar y nos montamos en el coche para llevar a Elena a su casa.

De camino, Elena seguía cariñosa y me acariciaba la pierna.

-¿Quieres más?
-Me ha encantado, pero ha sido muy rápido, necesito más...
-Mi niña está muy juguetona hoy... (dije desviándome hacía un solar).
-Y mi niño muy servicial, jajaja.

Paré en el solar y nos quitamos rápidamente el cinturón de seguridad para empezar a comernos la boca con mucha lengua. Después de estar un rato besándonos y metiéndonos mano, le dije de ir al asiento de atrás. Cuando nos sentamos, eché los asientos delanteros hacia delante, para tener más espacio. Elena se sentó encima mía para comerme la boca y besarme el cuello mientras yo le sobaba el culo.
 
Capítulo 18

-Como estoy, Javi...
-Shhh... (dije mientras le subía la sudadera para comerle las tetas).
-Mmm... Javi...

Nos desnudamos y ella se puso de rodillas en el suelo del coche para empezar a comerme la polla entre gemiditos. Le recogí el pelo con la mano para que no le estorbara.

-Me encanta como me comes la polla, Elena.

Me miró a los ojos, metiéndose más la polla en la boca, mientras me acariciaba el pecho. Después empezó a acelerar el ritmo de la mamada, la notaba muy cachonda, y eso me ponía más aún. Lo hacía tan bien que tuve que tirar de ella para sentarla encima de mí porque me iban correr. Nos volvimos a besar y apretó su coño contra mí polla, quedando atrapada entre ella y mi vientre y empezó a moverse hacia delante y hacia atrás.

-Voy a coger un condón.
-Noooo, venga, métemela ya...
-No me fio, casi me corro mientras me la chupabas. Hoy estás muy como una fiera...
-Mmm, sí... me tienes cachonda como una perra...

Cogí rápidamente un condón y me lo puse, ella se montó encima al momento y empezó a cabalgar rápidamente de manera muy sensual. Era increíble lo cachonda que estaba, como me cabalgaba botando, haciendo ruido por el choque de nuestros cuerpos y como gemía. Le sujeté de las caderas mirando como le botaban las tetas y le miré a los ojos, se estaba mordiendo el labio. Le di un beso porque me encantaba verla así. Empezó a hacerlo más fuerte y a gemir más alto, gritando mi nombre, hasta que no pude más y me corrí entre gemidos altos. Le tuve que pedir que parara porque estaba muy sensible. La bajé de mí, sentándola a mi lado, y empecé a meterle los dedos mientras le lamía y succionaba el clítoris. Estuve así un poco hasta que aceleré el ritmo, provocando sus gemidos.

-¡Ay!... Javi, Javi, Javi, Javi... ¡¡Que me corro!!

Y empezó a temblar, mientras me tiraba fuertemente del pelo. Intentó cerrar las piernas, pero no le dejé,

-Javi... para, para para... (dijo susurrando de forma entrecortada respirando fuertemente).

Paré de jugar con su clítoris, pero seguía metiéndole los dedos, estimulándole el punto G. Entonces empezó a arquear la espalda soltando un profundo gemido mientras empezaba a soltar chorros, un poco más grandes que la primera vez. Le saqué los dedos para estimularle el clítoris. Empezó a temblar más mientras mojaba el asiento y se agarraba fuertemente al tirador de la puerta que buscó palpando con la mano porque tenía los ojos cerrados.

Dejé de estimularle, apoyando mi cabeza sobre su pecho. Era increíble, notaba como seguía corriéndose, como su cuerpo se contraía, su fuerte respiración, su corazón latiendo muy rápido. Le abracé mientras se recuperaba, en una postura parecida a como cuando dormíamos, pero de forma invertida, momento que aproveché para quitarme el condón. Poco a poco noté como se iba calmando, quedando muy relajada para decirme:

-Por dios, Javi... un día de estos me vas a matar...

Le empecé a dar besos por el pecho suevamente.

-Mmm... me encanta... (dijo Elena mientras me acariciaba el pelo).

A los besos le añadí caricias por los muslos. Noté como se le erizaba la piel.

-Javi... (dijo cogiéndome de la cara para que le mirara a los ojos) Te quiero. Me haces sentir cosas que nunca había sentido antes...
-Qué cosas dices, Elena... (dije susurrando mientras me sonrojaba).
-La verdad.

Nos dimos un beso muy lento mientras le abracé. Nos quedamos abrazados unos minutos. Me incorporé, mirándola.

-Qué bonita eres (con una sonrisa tonta en la boca).
-Tú sí que eres bonito, mi amor.

Nos incorporamos para vestirnos.

-Madre mía como hemos puesto esto... (dijo mirando al asiento empapado).
-Te has corrido a chorros, normal... Jajajaja.
-¿En serio?
-Pero, ¿no te das cuenta?
-Pues no. En ese momento es como si no estuviera aquí. Estoy en otro mundo, jajajaja.
-Pues sí, han sido unos chorros más grandes que la otra vez. Me encanta verte correrte así...
-Ay, Javi... (dijo poniéndose roja)
-¿Qué pasa...?
-Que me da vergüenza...
-¿En serio? ¿A estas alturas? Jajajaja. Es que estas monísima cuando te corres. Pones una cara tan bonita de placer, apretando los ojos...
-Ay, calla...

Puse bien los asientos de alante y nos montamos en ellos. Fuimos hasta su casa, donde nos despedimos con un beso, quedando en que hablaríamos par a ver cuándo nos veríamos la próxima vez.

Llegué a casa sobre la 1 de la noche. Estaba de muy bien humor por el buen rato que había pasado con mis amigos y sobre todo, con Elena. Como estaba ese día... Miré el móvil, porque desde que salí, no lo toqué y se me cambió un poco el gesto. Tenía mensajes de Noelia.

-¿Qué te parece si mañana por la tarde empezamos las clases? Tengo muchas ganas.

Otra vez las dudas me venían. ¿Y si Noelia pretendía algo? Iría con cuidado, pues no me quería echar atrás para no quedar mal e incluso pensé que podía quedar raro que de repente le dijera que no quería a ojos de Elena. Era ya muy tarde para responderle, porque al día siguiente tenía clase. Así que pensé en responderle el día siguiente. Dejé el móvil en silencio y me fui a dormir.

Al día siguiente me desperté sobre las 10. Miré el móvil y tenía más mensajes de Noelia.

-¿Qué pasa? Que no te fías de mí y ya ni quieres darme las clases, ¿no? Creía que podríamos llevarnos bien, pero veo que eran sólo palabras...

Joder. Vaya película se está montando... (pensé). Pero no le faltaba razón, no me terminaba de fiar de ella. Rápidamente le escribí.

-Tranquila, Noelia. Vamos a dar las clases. Anoche salí con unos amigos a tomarnos unas cervezas y se alargó la cosa y llegué a la 1 a casa y no te quería molestar a esa hora...

-Perdona, creía que pasabas de mí y bueno...
-No te preocupes, no pasa nada.
-Vale. ¿Nos vemos esta tarde entonces?
-Vale.
-¿Qué te parece sobre las 6?
-Me parece bien.
-Genial, nos vemos entonces.

No me gustó la reacción que tuvo al no contestarle, pero decidí no darle vueltas, así que me duché, desayune y me puse a trabajar, ya que esa tarde la tendría ocupada.

Llegó la tarde, así que fui a casa de Elena para ayudar a su hermana. Cuando llegué, me abrió Elena, dándome un beso. Fuimos al salón y allí estaba Noelia, con bastante material preparado para que le pudiera ayudar. Me senté en el sofá y entonces Elena dijo:

E: Bueno, me voy, que os vaya bien.
J: No hace falta que te vayas (dije con tono normal, aunque temía quedarme a solas con Noelia).
E: Sí, que si no te distraes (dijo mientras me apretaba los mofletes con una mano para darme un beso). Me voy a casa de mi abuela, a hacerles compañía y mientras sigo con el trabajo allí. Si venimos, os aviso.
N: Vale (dijo animada).

Elena se fue, dejándonos solos. De repente, me empezaron a venir a la cabeza todas las cosas que Noelia me había hecho hasta entonces, todas esas situaciones incómodas con ella, desde el primer día con esa conversación en la que por desgracia salté como un tonto, llamando su atención para ocasionar en ella ese encaprichamiento que iba cada vez a más, llegando a unos límites que no me gustaban nada, tratando a su hermana como una cualquiera. No me gustaba nada la situación en la que estaba, por lo que me puse bastante nervioso y a la defensiva, hablando de manera seca, pero intenté que no se notara. Ella me miraba fijamente…
 
Capítulo 19

-Que bien se os ve.
-Sí, nos va muy bien.
-Me alegro, de verdad.
-Gracias.
-Tranquilo Javi, te veo tenso. No voy a hacer nada, de verdad.
-Ya, bueno, no te preocupes. Vamos a empezar, va.

Seguía nervioso, pero la cosa fue con normalidad. Se le veía interesada en aprender, así que me relajé y dimos una buena clase, donde le aconsejé algunas cosas y le dije que hiciera un examen que tenía de ejemplo para que luego le echara un ojo, a ver como salía. Le dije a Elena que me iba a ir ya y me dijo que esperara para despedirnos. La esperé mientras Noelia me daba charla, hablábamos de como le iba con los exámenes y como se estaba preparando para Selectividad. Entonces llegó Elena y Noelia nos dejó solos, yéndose a su habitación. Se sentó a mi lado, vino cariñosa y empezó a besarme el cuello.

-Vamos a mi habitación...
-Elena, no me hace mucha gracia con tu hermana aquí...
-¿Por qué?
-Me da corte hacerlo con ella desde el otro día que nos vio... Además, no es la primera vez que nos pilla...
-Da igual, va... (dijo levantándose y tirando de mi mano).
-Elena... tu madre también puede venir...
-¿No te apetece?
-Contigo siempre, pero así no...
-Va... Javi... (dijo con tono meloso).
-¿Quieres que lo hagamos en el coche?
-Me vale, vamos (dijo tirándome de la mano para salir de su casa).

Me llevaba de la mano, casi arrastrándome. Cuando llegamos al coche, antes de entrar, me agarró de la cara para besarme con mucha lengua y nos montamos en el coche.

-Madre mía, Elena, ¿qué te pasa?
-Javi, necesito que me folles. Me encanta cuando me haces las cosas que me haces para correrme y lo intenso que es (dijo mientras me sobaba el paquete cuando iba conduciendo).
-A mí me encanta ver como te corres (dije poniéndole una mano en el muslo).

Cuando llegamos a un sitio apartado, aparqué. Ya estaba oscuro porque seguíamos en invierno y eran las 8 de la tarde. Eché los asientos delanteros hacia delante, como hice el día anterior y nos fuimos a la parte de atrás. Me empezó a besar por toda la cara y el cuello.

-Me encanta cuando te pones así, Elena...

No dijo nada y siguió besándome mientras me desabrochaba los pantalones y me los bajaba para sacar mi polla y empezar a pajearme. Se quitó la sudadera y me cogió de la cabeza para que le comiera las tetas. Mientras lo hacía, le acariciaba el culo y la espalda, pero Elena estaba muy caliente y quería que la follara ya.

-Métemela (dijo mientras se bajaba los pantalones y las braguitas a la vez).
-¿Ya?
-Sí, estoy mojadísima...

Cogí mi polla y le acaricié su raja, notando que estaba muy húmeda Estuve así un rato, hasta que ella misma fue la que apartó mi mano, cogiendo mi polla y metiéndosela en su coño, soltando un profundo gemido al entrar. Empezó a cabalgarme rápido mientras yo le sujetaba de las caderas. Estaba muy cachonda, gemía bastante, con fuertes jadeos. Entonces la levanté de mí y la senté en el asiento, quedando sentada de forma encorvada. Le agarré las piernas y me puse de rodillas en el suelo del coche, mi cabeza daba con el techo, así que me tuve que inclinar. Le empecé a meter la polla, follándola muy fuerte mientras le cogía de las piernas, poniendo sus pies sobre mis hombros. Nos mirábamos a los ojos mientras le acariciaba la cara y le metí el pulgar en la boca para que lo chupara. Ella gemía muy fuerte mientras chupaba mi dedo, hasta que empezó a temblar mientras cerraba los ojos con fuerza entre gemidos. Al verla así tuve que sacar la polla porque me iba a correr, haciéndolo sobre su barriga y sus tetas. Cuando terminé de correrme, me incliné para comerle el coño mientras ella aún se seguía corriendo, metiéndole los dedos, haciendo que sonara con lo mojada que estaba, hasta que empezó a mojarse más, saqué los dedos para estimularle el clítoris, haciendo que salpicara por todos lados mientras gritaba mi nombre. Contraía su cuerpo aparentando mucho los ojos hasta que paré de tocarle, quedando tumbada en los asientos, con el culo fuera, y los brazos estirados a cada lado mientras podía ver como su torso subía y bajaba por la respiración tan acelerada y como le daban espasmos por el orgasmo. Mientras se recuperaba, cogí un poco de papel para limpiarle mi corrida suavemente para no molestarle. Cuando acabé, me buscó con sus manos para que me echara encima de ella y abrazarme. Aún podía sentir su respiración acelerada y su corazón latiendo rápido.

-Mmm... Javi... (dijo acariciándome el pelo).
-Como te late el corazón...
-Por tu culpa, jajaja.
-Vaya... Perdona... Jajaja.
-Te perdono, pero no pares de hacerme estas cosas... Jajaja.
-Mmm... Mira como lo has puesto todo...
-Madre mía... Vamos a limpiarlo.
-No te preocupes, ya me encargo yo, túmbate y termina de recuperar el aliento (dije mientras la tumbaba sobre los asientos de atrás).

Se puso de lado y me miraba sonriendo como limpiaba con papel toda la zona.

-Aún no me puedo creer que yo haga todo eso...
-Pues ya te digo que sí. Es increíble. Me encanta.
-Y a mí me encanta que me hagas hacerlo...
-¿Te acuerdas que te dije que una vez empezabas a correrte, si seguíamos podría ser mejor? Pues mira.
-Es verdad. Pues vaya que si es mejor. Cuando me corro normal está muy bien, pero cuando me llevas a ese punto... Madre mía...
-Una vez llegaste a correrte así mientras te follaba, a chorros. Pero cuando empiezas a correrte me estrujas la polla con el coño y siento como tiemblas y te veo y es que no puedo remediarlo. O la saco, o me corro yo también.
-Mmm... Me ha gustado mucho cuando te has corrido en mi barriga y mis tetas...
-Es que tienes unas tetas muy bonitas y bueno, me ha pillado así y he aprovechado, jajaja.
-Que marrano eres... Jajajaja.
-Pero si acabas de decir que te ha gustado. Además, me he corrido varias veces en tu boca y te lo has tragado. ¿Eso no es de marrana? Jajajaja.
-Jajajaja, cállate (dijo tirando de mí para darme un beso).
-A ver, marrano soy un rato, porque cuando hago eso, busco besarte después y noto el sabor.
-¿Ves? No sé quién es más marrano... Jajaja.

Nos vestimos y llevé a Elena a su casa. Cuando llegamos, nos dimos un beso para despedirnos quedando para el sábado, con el mismo plan que llevábamos haciendo últimamente, quedar con los amigos para tomar algo y cenar y luego iríamos a su casa a pasar la noche.

Cuando me fui a casa, me di una ducha, ya que habíamos sudado bastante en el coche. Me sentó genial porque me quedé muy relajado. Me eché en la cama para irme a dormir, pero miré el móvil antes, porque llevaba bastante sin mirarlo. Igual que pasó el día anterior, tenía mensajes de Noelia preguntando si mañana nos veríamos para las clases. Aunque era bastante tarde, le contesté para que no montara lo que me montó cuando no le contesté, así ya lo vería por la mañana cuando fuera a clase. Le dije que me venía mejor ir el sábado, que ya que iba a ir para estar luego con su hermana, pues aprovechaba y me quedaba el viernes trabajando en casa.

Al día siguiente me desperté sobre las 9. Fui a desayunar y a lavarme para espabilarme. Después miré el móvil y tenía mensajes de Elena y Noelia. Elena me decía que le encantaba pasar tiempo conmigo, que se lo pasaba muy bien en todos los sentidos, con emoticonos de caras con corazones. Yo le contesté que a mí también me encantaba pasar tiempo con ella, que me sentía muy a gusto con ella. Noelia me dijo que no había problema, que nos veríamos el sábado.

El viernes transcurrió sin nada más relevante, me dediqué a trabajar, adelantando para tener el sábado completamente libre. Después de cenar me puse a ver una serie y a eso de las 12 me escribió Elena.

-Javi... tengo ganas de verte...
-Y yo a ti, mi vida. Que ganas tengo de que llegue mañana para estar juntos.
-Y yo, pero es que quiero verte ahora...
-Uy... Ya me conozco eso...
-Jajajaja. Estoy un poco cachonda, sí.
-Jajajaja. Elena, parece vas al instituto y acabas de descubrir el sexo...
-Pues casi que sí, quitando lo del instituto, has dado en el clavo.
-Venga, no será para tanto...
-¿Qué no? Javi, contigo me corro como no lo he hecho en mi vida. Ni tocándome yo misma llegaba a eso.
-😳
-Es que mira...

Tardó unos segundos y me envió una foto de sus dedos mojados.

-Mira como estoy nada más acordándome de lo de anoche...
-Mmm... Ojalá poder chuparlos...
-No me digas eso, que me pones más cachonda aún... (enviándome una foto de sus tetas).
-Mmm... que tetas más ricas, con ese piercing...
-Sí... Me encanta cuando me las comes, me chupas los pezones y me das mordisquitos...
-Mmm... Se me está poniendo dura, cariño...
-A ver...

Le envié una foto de mi polla empalmada dentro de mis boxers.

-No seas malo Javi... No me dejes así...
-Así, ¿cómo? Jajaja.
-Jajaja, pues cachonda perdida.

Le volví a enviar otra foto, pero ahora de mi polla al aire.

-Mmm... Qué rica... Te la comía ahora mismo.

Me envió una foto de su coño, abriéndoselo con los dedos.

-Joder, Elena, ahora estoy deseando follarte, pero es muy tarde y molestaríamos...

Tardó un rato en responder, pero lo hizo en forma de video, en el que se metía los dedos durante varios segundos y después los sacaba brillantes por sus flujos y se los llevaba a la boca para chuparlos.

-La madre que te parió, Elena. Como me has puesto...
-¿Te gusta?
-Me encanta, me estoy pajeando y todo.
-Mmm... Espera.

Entonces me llamó, cogí los cascos y me los puse y cogí la llamada. Estaba jadeando mientras susurraba mi nombre.

-Javi... Estoy muy cachonda. Me estoy metiendo los dedos...
-Yo también, me estoy pajeando muy fuerte.
-Dime que me vas a hacer mañana.
-Te voy a coger y te voy a tumbar en la cama y te voy a comer el coño hasta que te corras a chorros en mi boca.
-Mmm... Javi... ¿Me vas a dar azotes?
-Sí, te estás portando muy mal.
-Uff... Qué ganas...
-Después te voy a poner a 4 y reventar hasta que te corras otra vez o se rompa la cama, lo que pase antes.
-Mmmm... Javi... Te quiero chupar la polla...
-¿Sí? ¿Cómo lo vas a hacer?
-Me la voy a meter hasta los huevos y te la voy a comer muy rápido, quiero que me folles la garganta como el otro día...
-Joder, que ganas...
-Y quiero que te corras en mi lengüita, para saborear tu leche, que cuando te corriste en mi garganta no pude saborearla...
-Ufff...me encanta tu lengüita, con ese piercing tan bonito...
-Javi, me voy a correr...
-Vale, pero no pares cuando empieces, quiero oír como te corres salpicando.
-Javi, no puedo, voy a hacer mucho ruido y no sé si voy a aguantar.
-Hazlo.
-Javi...
-Elena, estoy muy cachondo y quiero oírlo. Te estás portando mal. Como no lo oiga, mañana a dos velas.
-Noooo Javi... No seas malo conmigo...
-No lo seas tú y hazlo.
-Vale, lo voy a intentar.

Y empezó a jadear fuertemente, acompañados de pequeños gemidos que ahogaba con su mano.

-Venga, Elena, que estoy a punto de correrme...
-No puedo, Javi...
-Si puedes Elena. Tápate la boca con algo para no gemir y usa las dos manos. Métete los dedos y tócate el clítoris a la vez.

Me obedeció y empezó a tocarse así, gimiendo entrecortadamente a través de algo que le tapaba la boca. Estaba muy cachondo, pajeándome fuertemente mientras la oía gemir así. Hasta que te repente oí gemidos más agudos, se estaba empezando a correr.

-Así, Elena, sigue, no pares ahora. Sácate los dedos y céntrate en el clítoris.

Siguió gimiendo así durante unos segundos hasta que empezaron a ser más agudos y oí como salpicaba y gemía descontroladamente.

-Así, Elena. Me corro...

Y me empecé a correr, soltando varios chorros que me mancharon el pecho, cayendo todo lo demás en mi barriga. Me puso muy cachondo oírla hacer eso.

-Te has portado muy bien, mi vida. Mañana hago todo lo que tú quieras... (dije susurrando mientras jadeaba fuertemente).

Tardó un poco en recuperarse hasta que por fin habló.

-Madre mía Javi... Como he puesto las sábanas...
-Pues mañana las vamos a poner igual, o peor...
-Mmm... Que ganas...
-Venga, mañana nos vemos, que me tengo que cambiar la camiseta, que me he puesto perdido...
-Jajajaja, sí, yo voy a cambiar las sábanas... Mañana nos vemos mí amor.
-Te quiero, mi vida.
-Y yo a ti, Javi.

Me cambié la camiseta, echando la manchada a lavar y me tumbé en la cama con los brazos extendidos. Me había corrido de forma muy intensa y aún seguía en tensión.

Me relajé pensando en lo que me gustaba Elena, estaba encantado con ella. Estábamos descubriendo muchas cosas juntos, yo descubría las cosas de pareja, nuevos sentimientos hacia una persona. Y ella descubría nuevas cosas sexuales, como los juegos, que podía hacer squirting, hacer cosas nuevas... Me quedé dormido sin darme cuenta.

Me desperté de madrugada por el frío de dormir destapado y vi que mi móvil estaba con la pantalla iluminada. Tenía mensajes de Noelia.

-Te echo de menos... no puedo esperar a que llegue ya mañana para verte...
 
Atrás
Top