Capítulo 5
Cuando llegué a casa me pegué una ducha rápida y me fui a dormir para descansar un poco más.
A las pocas horas me desperté. Miré el móvil y tenía mensajes de Elena.
-Tío, he estado buscando cosas de sumisas y joder... No me ha gustado lo que he visto la verdad... Jajajaja
Me empecé a reír pensando en que habría buscado. Entonces le escribí.
-Me acabo de despertar, me dolía un poco la cabeza y me eché un rato. ¿Qué has buscado loca? Jajaja.
-¿Estás bien? (Me respondió al rato).
-Claro, es sólo un poco de resaca. No estoy muy acostumbrado a beber.
-Bueno, que te mejores jeje.
-¿Me vas a contar qué has buscado?
-Buah... Tío es que me da hasta cosa... Jajaja
-Madre mía... A saber qué has buscado... Jajajaja
-Pues no sé, he visto a un tío que ponía a una tía apoyada sobre una mesa y la ataba con cuerdas fuertemente para que no se moviera, pero que se le ponían las zonas rojas y hasta moradas de lo fuerte que le apretaba. Y entonces cogía como una fusta grande y empezaba a azotarla, mientras ella gemía de dolor y placer, pero que le daba fuerte, que le dejó el culo moradísimo. Luego la tumbó boca arriba, atándola igual que antes y empezó a echarle cera caliente por el cuerpo, hasta en los pezones y en el coño... Que dolía hasta verlo. Luego cogió una polla de goma muy grande y empezó a follarle la boca con ella, pero muy fuerte, la tía se estaba ahogando, soltaba unos lagrimones... Y escupía muchas babas... Y ahí ya lo quité.
-A ver, es que eso es otro nivel. Lo que nosotros hicimos fue muy suave. Seguro que hay gente que no lo considera ni un juego, sólo un polvo normal.
-La gente está muy loca jajajaja.
-Pues sí, bastante. Pero bueno, si se lo pasan bien, pues mejor para ellos jajaja.
-¿Tú has hecho eso?
-No, a eso no he llegado.
-¿Y te gustaría probarlo?
-Pues no sé, si se da la ocasión y ella me pide que haga esas cosas, pues se podría intentar supongo.
-Mmm...
-¿Qué pasa?
-Nada...me da curiosidad...
-¿De qué?
-No sé, tal vez podríamos probar, pero no tan bestia.
-¿En serio?
-Si quieres sí...
-Bueno, yo no quiero que tú hagas cosas que no quieres hacer.
-Sí, sí. Es que me da curiosidad y como contigo tengo confianza para eso, pues podríamos intentarlo.
-Vale, pero recuerda que es importante la comunicación. Si hay algo que no te gusta o algo va mal, hay que decirlo.
-Sí, sí, no te preocupes

.
-Genial

.
-Oye, ¿qué es lo más fuerte que has hecho así de dominar?
-Ya salió otra vez la curiosa jajajaja.
-Jajajaja, que tonto eres. Pues sí, tengo curiosidad, a ver si me pone para poder probarlo jajaja
-Jajajaja, que lanzada.
-Ya ves, has despertado a la fiera jajajaja.
-Jajaja, ya veo, ya...
-Va, cuéntame...
-Pues una vez estaba con una tía, estábamos follando y me dijo que le azotara, después me dijo que usara un cinturón y que le diera fuerte, que lo usara como un látigo y la empecé a azotar. Ella me pedía más fuerte y así lo hice, le llegué hasta a hacer marcas en el culo y se le puso morado, ella gritaba de placer, luego se echó encima mía para comerme la boca y empezamos a follar otra vez, ella estaba tumbada boca arriba y yo de rodillas y me cogió la mano y se la llevó a su cuello y me dijo que le apretara fuerte. Lo hice y me dijo que apretara más y que la follara muy duro. Se puso hasta roja de lo que apreté, pero estaba muy cachonda y se empezó a correr, moviéndose como una loca.
-Uff... Joder...
-Eso ha sido lo más fuerte que he hecho en ese plan.
-¿Qué sentiste cuando lo hiciste?
-Pues fue muy morboso, la verdad. Me pareció un poco fuerte de primeras, pero luego lo disfruté,
sobre todo cuando ella se corrió.
Pasaron unos segundos y no respondía, pero de repente me llegó una foto de unos dedos mojados.
-¿Y eso? (pregunté)
-Mira como me has puesto...
-Joder...
-Ojalá estuvieras aquí...
-Ojalá...
Me estaba poniendo cachondo, cuando entonces me mandó otra foto. Era una foto de ella frente al espejo completamente desnuda, poniendo cara de estar cachonda mientras se mordía el labio.
-Joder Elena, como me pones...
-Y tú a mí...
Entonces le envié una foto de mi polla empalmada. No me respondía, pero entonces a los segundos me llamó.
-Que cachonda me tienes cabrón...
-Y tú a mí...
-Me estoy metiendo los dedos, estoy mojadísima...
-Yo la tengo muy dura, ojalá te pudiera follar ahora mismo (dije susurrando para que no me oyeran en casa).
-¿Te estás tocando?
-Claro, imposible no hacerlo con las ganas que te tengo ahora mismo y oyéndote así de cachonda.
-Mmm... (se le oía gemir y resoplar). ¿Cómo me follarías?
-Ahora mismo te pondría a cuatro y te reventaría hasta que no pudieras más...
-Joder... Javi... Me voy a correr...
-Mmm, quiero saborearla...
-Uff, me corro... (y empezó a gemir bajito y a respirar entrecortadamente).
-Joder Elena, me corro yo también... (y empecé a resoplar mientras ponía perdida mi camiseta).
Nos quedamos callados unos segundos, hasta que nos recuperamos. Y ella dijo:
-Como me pones Javi, estoy descubriendo un mundo contigo...
-No será para tanto, mujer jaja...
-Es verdad, nunca he hecho estas cosas, y me salen natural. Pero ahora me tienes cachonda todo el día pensando en follar jajajaja.
-Vaya jajaja.
-Bueno, voy a ver si hago cosas...
-Venga... Oye, ¿has arreglado las cosas con tu hermana?
-Bueno, le he dicho que sé lo que hago y que no se meta tanto en mi vida íntima.
-Pero sin pelearos, ¿no?
-No, no nos hemos peleado, pero no ha puesto muy buena cara.
-Bueno, déjala, ya se le pasará...
-Ya...
-Bueno, a ver si nos podemos ver pronto.
-Sí, te tengo muchas ganas jaja.
Y nos despedimos. Estaba flipando con Elena, con lo paradita que parecía cuando empezamos a follar en su casa y como estaba evolucionando la cosa. Estaba encantado de tener a alguien así para hablar de estas cosas y pasárnoslo bien.
Pasaron unos días, en los que hablábamos de vez en cuando, pero nada reseñable ni sexual, hablábamos de amigos en común y poco más, diciéndonos de vez en cuando la ganas que teníamos de quedar para volver a follar y probar cosas nuevas.
El jueves por la noche, muy tarde, me escribió:
-¿Nos podemos ver mañana por la tarde?
-¿No habías quedado con tus amigas?
-Sí, pero se han rajado...
-¿Tantas ganas tienes de verme que no puedes esperar al sábado?
-Sí, quiero verte ya...
-¿Quieres que te llame y hacemos lo del otro día?
-No, es muy tarde y no quiero hacer ruido.
-Mmm, vale... ¿Me paso sobre las 6 por tu casa?
-Perfecto, mi hermana se va con sus amigas y mi madre se va con mi tía a tomar café y hasta la noche no viene.
-Genial. Hasta mañana.
-Hasta mañana.
Me fui a dormir un poco con el calentón de pensar que el siguiente día íbamos a follar y por haberme quedado con las ganas de hacer lo que hicimos la otra vez por teléfono.
Al día siguiente fui a su casa y como sabía que estaba sola, llamé al timbre. Tardó un par de minutos, y abrió la puerta, pero era su hermana. Puse cara de sorprendido al no esperarla ahí. Sin darme tiempo a reaccionar, me agarró de la mano y tiró de mí para que entrara y cerró la puerta.
-¿Qué te traes con mi hermana?
-¿Cómo?
-Que qué te traes con ella... ¿Sois novios?
-¿Pero tú quien te crees?
-¿Sois novios o no?
-Mmm... No, somos amigos.
-Ya... Haciendo llamadas para haceros pajas... Muy de amigos eso...
-Pero vamos a ver niñata, ¿qué es lo que te pasa? (dije seriamente mientras me acercaba a ella).
-¿Que qué es lo que me pasa...?
Entonces me agarró de la camiseta y tiró hacia a ella, tirándome casi y empezó a besarme con ansia. Yo intenté separarme, pero me agarró de la cara para que no me despegara de ella y después me agarró el culo. Cuando nos separamos para coger aire le pregunté aun estando en shock.
-¿Pero qué haces?
-¿Tú qué crees...?
-No sé, dímelo.
Se quedó callada y me volvió a coger de la mano llevándome a su habitación. Tiró de mi brazo para sentarme en su cama.
-¿Pero qué...?
-Cállate (me dijo sin dejarme acabar mientras me daba un guantazo).
Entonces me volvió a besar con mucha ansia mientras se sentó encima de mí. Estaba flipando con lo que estaba pasando, cuando de repente se quitó la camiseta, dejándome ver sus pechos. Eran pequeños, pero más grandes que los de su hermana. Y es que Noelia era más bajita que su hermana, estaba más rellenita, blanca como la leche, se parecía de cara muchísimo a ella, pero tenía gafas. Tenía el pelo bastante largo y moreno. Y tenía el culo bastante grande. Volviendo a sus tetas, estaban muy blancas, de forma cónica, pero levantándose hacia arriba y con unos pezones rositas, eran muy bonitas. Me cogió una mano y la llevó hacia una de sus tetas mientras me seguía besando. No te su pezón muy
duro. Y dijo:
-Joder que paradito eres, no parecías así el otro día cuando te follabas a mí hermana…
Entonces la paré y me aparté de ella.
-¿Estás flipando o qué te pasa?
-Venga, si estás deseando follarme...
-¿Pero qué dices? ¿Pero cuántos años tienes?
-¿Qué más da eso?
-Pues que paso de historias, la verdad.
-Tengo 17, pero no me estás forzando ni nada... no digas tonterías, ven.
-Mira, me voy, que esto es una calentada.
-¿Me vas a dejar así?
-¿Así cómo?
-Pues con el calentón, que no sabes las ganas que tengo ahora mismo.
-Pues te vas a tener que quedar con más ganas.
-Que pasa, que te estás pillando de mi hermana, ¿no?
-¿Pero tú de que vas?
-Voy de que te quiero echar un polvo. Os oí y parece que follas bien, estás bien y me pusiste cachonda cuando me contestaste el otro día de malas maneras.
Me quedé en silencio. Estaba flipando con la hermana. Hasta que reaccioné.
-Olvídate, paso de historias y no quiero que tu hermana se moleste.
-Joder, sí que estás pillado.
-Que no es eso.
-Ya... Pues tú te lo pierdes, pero que sepas que yo soy mejor que ella en la cama, la chupo muy bien y me muevo que no veas.
-Ya... Mucha experiencia con 17, seguro...
-¿Que no...?
Entonces me cogió del brazo y tiró de nuevo hacia ella para que me echara encima de ella. Nos quedamos tumbados en su cama, estando yo encima de ella y me empezó a besar mientras me agarraba el culo.
-Para (susurré).
-No.
-Para, en serio.
-Oblígame.
Entonces me echó para el lado para ponerse ella encima. La situación y verle las tetas me puso cachondo, provocándole una erección. Y ella se dio cuenta al pasar su mano sobre mi paquete.
-Anda, si estás empalmado. Ves como tenías ganas...
-No es por eso...
-Ya...
Entonces rápidamente me desabrochó el cinturón y el botón de los vaqueros y cogió el pantalón y los calzoncillos a la vez, tirando de ellos hacia abajo, liberando mi polla empalmada.
-No está mal.
La agarró fuertemente y se la metió en la boca.
-¿Qué haces?
No respondió y se limitó a chupar mi polla. Lo hacía bastante bien, no se estaba tirando un farol. Chupaba la punta mientras me masturbaba bastante rápido y de pronto empezó a tragársela. No se la llegaba a meter entera en la boca, pero si gran parte. Lo hacía muy bien, muy rápido, podía notar su garganta. Estuvo así unos momentos y después empezó a tragar más, metiéndosela casi entera en la boca y chupándola así durante un rato, haciendo sonidos guturales.
-Joder (dije susurrando mientras resoplaba).
-Lo hago bien... ¿eh?
No le contesté. Ella seguía chupándomela. Si seguía así me iba a correr en poco tiempo, así que me incorporé y la tumbé en la cama boca arriba, tirando de sus leggings negros y sus bragas, dejando su coño totalmente depilado a la vista.
Me quedé mirándolo, lo tenía muy pequeñito, con unos pequeños labios rositas muy bonitos. Entonces me dijo:
-¿A qué esperas?
Era muy borde, pero eso me ponía muy burro. Entonces le empecé a comer el coño, estaba muy rico. Empecé lamiéndole toda la raja, con mucha saliva, aunque ya estaba bastante mojada. Ella me miraba sin decir nada, aunque notaba como su respiración cambiaba por la excitación. Le empecé a meter la lengua en dentro del coño, a lo que ella respondió con un pequeño gemido mientras me empujaba desde la nuca para que se la hincase más. Después subí a su clítoris y lo empecé a lamer y succionar. Empezó a gemir más fuerte, pero sin llegar a gritar. Estuve así durante un rato hasta que empecé a aumentar el ritmo mientras le agarraba sus tetas tan puntiagudas, con sus pezones bastante duros, pellizcándolos de vez en cuando. Estaba aún más excitada y gemía más, llegando al punto de empezar al tirarme fuerte del pelo. Tiró de mis manos hacia ella para que me incorporara y le tiró un condón que había cogido justo antes de la mesita de noche.
-Póntelo (Me dijo seria con tono de estar dando una orden).
Estaba muy cachondo, así que me lo puse sin decir nada. Tenía sentimientos encontrados, pues estaba a cien y quería reventarla, pero no me hacía gracia que fuera menor y que su hermana se pudiera molestar. Pero estaba en un punto de no retorno y me lo puse rápidamente y se la metí directamente. Soltó un gemido, seguido de jadeos al empezar yo un rápido mete-saca.
-Más fuerte cabrón (dijo casi gritando mientras me dio un guantazo que me cruzó la cara).
Así que empecé a darle duro, causando ruido por el choque de nuestros cuerpos.
-Que puta eres para ser tan joven... (dije cachondo perdido sin pensar).
-Sí, soy muy puta (dijo mientras me cogía una mano y se metió mi dedo pulgar y empezaba a chuparlo como si fuera una polla).
Seguí follándola con el mismo ritmo mientras gemía con mi dedo en la boca, hasta que de nuevo me dio otro guantazo y me dijo que la follara más fuerte. Me costó trabajo aumentar el ritmo, porque ya estaba follándola duro y estaba cerca de correrme, pero lo hice y a los pocos segundos se empezó a correr entre gritos.
-Así, así, así... ¡AHHH! Mmm... ¡AHHH! Que bien lo haces cabrón (dijo mientras seguía con mi dedo en
su boca y agarraba el brazo fuertemente con sus manos y se encorvaba hacia arriba).
Entonces salí de ella porque notaba que me iba a correr, quitándome rápidamente el condón y tirando de ella para incorporarla mientras yo estaba de rodillas en la cama. La cogí fuertemente del pelo por la parte de la nuca.
-Ven aquí puta, que me voy a correr. Abre la boca.
Abrió la boca y sacó la lengua. Noté un fuerte escalofrío por mi espalda, señal de que me iba a correr y vacié mis huevos, echando la leche dentro de su boca. Solté tres fuertes chorros y algo más, con menos fuerza. Ella gemía mientras me corría en su boca. Cuando acabé de correrme, le solté el pelo y ella se lo tragó. Inmediatamente después de tragarse mi leche, me agarró la polla y me chupó la punta, succionando para exprimir hasta la última gota y tratándose lo último que pudo sacar mientras se relamía.
-Que rico (dijo susurrando).
Yo me eché hacia atrás para quedarme sentado en la cama en silencio.
-Seguro que mi hermana no te dio tanto placer...
Seguí en silencio mientras me subía los calzoncillos y los pantalones.
-¿No vas a decir nada?
-¿Qué quieres que diga?
-No sé... Si te ha gustado o algo...
-Es evidente que sí...
-¿A que soy mejor que mi hermana?
-Para de preguntarme eso.
-Vaya... Que estás pillado por ella y te molesta que diga eso, ¿no?
-Que tonta eres, de verdad. ¿Disfrutas con esto?
-Pues claro.
-¿Disfrutas riéndote de tu hermana y metiéndote con ella?
-Necesita espabilar.
-Estás muy flipada, la verdad. Tienes 17 y te comportas como si fueras una maestra experta.
-Tal vez, pero ella tiene 23 y parece que tiene 15 para estos temas.
-¿Y que más te da?
-A mí nada, pero creo que le vendría bien espabilar. Seguro que es muy sosa.
-No tienes ni idea...
-Ya, y tú sí... Que con 23 años que tendrás también eres un poco paradito, que te he tenido que ir llevando yo...
-Tengo 25 y créeme que, si hubiera querido, te habría follando de tal manera que no te habrías atrevido a darme ni un guantazo...
-Ya... ¿y por qué no lo has hecho?
-Pues porque todo esto me ha pillado a contrapié, ha sido todo muy rápido.
-Pues que sepas que diciéndome eso, tengo ganas de follarte otra vez, o bueno, de que me folles, así como dices...
-Pues olvídate.
-Sí, jajaja. Ya veremos...
-Oye, lo de anoche fuiste tú, ¿no?
-Sí.
-¿Por qué lo hiciste?
-Ya te lo he dicho, porque te quiera follar.
-No me entra en la cabeza que hagas algo así.
-Terminé de estudiar y me acordé de como me contestaste el otro día y me puse cachonda. Hasta me empecé a tocar. Entonces pensé en que tenía que follar contigo sí o sí. No me iba a quedar con ese calentón que me diste el otro día. Así que entré en la habitación de mi hermana con cuidado para cogerle el móvil y escribirte como si fuera ella. Luego borré la conversación y lo dejé donde estaba.
-Estás mal...
-No, estaba cachonda y ahora que me has dicho que me reventarías, pues más.
-Joder... no sé como he podido caer...
-Tranquilo, que no le voy a decir nada, si eso lo que te preocupa...
-No es por eso... es que no me gusta hacer las cosas así.
-¿A qué te refieres?
-Pues que no ha sido algo que supiéramos los dos que iba a pasar. Me ha molestado que te hayas hecho pasar por otra persona y que hayas seguido cuando te he dicho que pararas.
-Joder, como te comes la cabeza por un polvo. Si no sois novios... Relájate.
-Bueno, va a ser mejor que me vaya.
-Pues sí, a ver si va a venir mi hermana o mi madre y a ver qué le decimos... Pero ni se te ocurra decirle nada de esto, que paso de que se raye...
-¿Crees que se rayaría?
-No estoy segura, pero prefiero no comprobarlo.
Me encogí de hombros y me fui de allí. Me subí al coche, que aparqué un par de calles detrás de su casa y me quedé un rato pensando en qué hacer. A mí me gustaba ser sincero, pero tampoco es que le tuviera que contar nada, al fin y al cabo, no éramos pareja ni nada, sólo follamigos. Entonces alguien dio unos golpecitos a la ventanilla del coche, era Elena. Me asuste y el corazón me empezó a latir rápido.