La Destartalá

Analizando:

Elvira, Álex y Mónica, se van a meter en la boca del lobo. Elvira sabe donde está la información que van a buscar, pero también sabe que es peligroso y por eso llevan chalecos antibalas. Lo que no sabe, es que la agente García, que parece tan poca cosa, es en realidad la infiltrada y les va a pasar información a la parte contraria.

Los van a esperar, y va haber tiroteo y Elvira va a morir, o casi y será un buen momento para redimirse y contarle la verdad a Álex, confesándole que aún le ama, pero recomendándole que rehaga su vida con Mónica porque ella (Elvira) no se lo merece.

Los cuerpos de las sacrificadas acababan en el horno de la panadería de los padres de Álex. Era su manera de celebrar la navidad, con sacrificios ¿humanos?
 
Analizando:

Elvira, Álex y Mónica, se van a meter en la boca del lobo. Elvira sabe donde está la información que van a buscar, pero también sabe que es peligroso y por eso llevan chalecos antibalas. Lo que no sabe, es que la agente García, que parece tan poca cosa, es en realidad la infiltrada y les va a pasar información a la parte contraria.

Los van a esperar, y va haber tiroteo y Elvira va a morir, o casi y será un buen momento para redimirse y contarle la verdad a Álex, confesándole que aún le ama, pero recomendándole que rehaga su vida con Mónica porque ella (Elvira) no se lo merece.

Los cuerpos de las sacrificadas acababan en el horno de la panadería de los padres de Álex. Era su manera de celebrar la navidad, con sacrificios ¿humanos?
Oye, pues puede ser ... 🤔 ... pero algo no me cuadra, la carne humana huele de forma especial al quemarse, no veo yo la panadería con olor a churrasco humano y el pan con aroma de panceta humana. Yo apuesto por mi versión de que de los cuerpos se ocupaba el carnicero, haciendo hamburguesas mixtas, vacuno-cerdo, vacuno-humano, cerdo-humano y la especialidad de la casa: humana joven de alimentación bio, con cebolla pochada y trufa.

P.D. Lo de vivir aisladas debía ser para alimentarlas bien con productos bio, como las terneras de corral (véase residencia universitaria) a base de pienso o las terneras de pasto (en apartamento propio y exclusivo), que viven libres y se alimentan de hierba.
 
Oye, pues puede ser ... 🤔 ... pero algo no me cuadra, la carne humana huele de forma especial al quemarse, no veo yo la panadería con olor a churrasco humano y el pan con aroma de panceta humana. Yo apuesto por mi versión de que de los cuerpos se ocupaba el carnicero, haciendo hamburguesas mixtas, vacuno-cerdo, vacuno-humano, cerdo-humano y la especialidad de la casa: humana joven de alimentación bio, con cebolla pochada y trufa.

P.D. Lo de vivir aisladas debía ser para alimentarlas bien con productos bio, como las terneras de corral (véase residencia universitaria) a base de pienso o las terneras de pasto (en apartamento propio y exclusivo), que viven libres y se alimentan de hierba.

Es posble que acabaran como carne picada o en solomillos en algún restaurante. En el horno acabarían los huesos y otras partes menos nobles.

O más posiblemente, hayan sido la cena de Nochebuena
 
Última edición:
A ver, que lo de la cena de nochebuena, lo decía de coña, pero luego pensando, me he dado cuenta que Álex no cenó son sus padres. Su primera idea era cenar solo, como todos los años, pero Mónica se autoinvitó y cenaron juntos en el apartamento de Álex. Mónica se extraña que todas las casas incluida la de Satu, están vacías, y Álex le dice que habrá ido a cenar a casa de alguien.

“-Son bonitas estas casas, pero… ¿Tú estás seguro que vive alguien en ellas?

-Sí mujer, sí que vive gente, lo que pasa es que la mayoría es gente mayor, muchos de ellos seguro que se han ido a pasar las fiestas navideñas con su familia, por eso se ven muchas casas cerradas.

-Esta casa también está cerrada, podías haber abierto alguna ventana por lo menos.

-No vivo ahí, yo vivo aquí arriba, abajo vive la señora Satu, debe de haber salido a cenar con alguien.”

Está claro, se estaban zampando a la Reme. 🍠

Si están buscando una furgoneta amarilla, deberían buscarla además, que fuera frigorífica.
 
A ver, que lo de la cena de nochebuena, lo decía de coña, pero luego pensando, me he dado cuenta que Álex no cenó son sus padres. Su primera idea era cenar solo, como todos los años, pero Mónica se autoinvitó y cenaron juntos en el apartamento de Álex. Mónica se extraña que todas las casas incluida la de Satu, están vacías, y Álex le dice que habrá ido a cenar a casa de alguien.

“-Son bonitas estas casas, pero… ¿Tú estás seguro que vive alguien en ellas?

-Sí mujer, sí que vive gente, lo que pasa es que la mayoría es gente mayor, muchos de ellos seguro que se han ido a pasar las fiestas navideñas con su familia, por eso se ven muchas casas cerradas.

-Esta casa también está cerrada, podías haber abierto alguna ventana por lo menos.

-No vivo ahí, yo vivo aquí arriba, abajo vive la señora Satu, debe de haber salido a cenar con alguien.”

Está claro, se estaban zampando a la Reme. 🍠

Si están buscando una furgoneta amarilla, deberían buscarla además, que fuera frigorífica.
Oye, muy bien visto ... esas casa vacías, esa "gente mayor" por ahí, cuando lo normal es que los hijos vayan a casa de los padres, no al revés, sí señor, muy bien visto ... vamos a tener que crear una "brigada" para trabajar en equipo y descubrir los secretos del autor ... como por ejemplo, cómo consiguió que se comiesen a Reme en Nochebuena y luego esta acudiera con Magui a tomarse unas cervezas y escuchar cantar a Alex unos días después. Salvo ese detalle, seguro que "la gente mayor" algo se "zamparon" ... sigamos ese hilo.
 
Oye, muy bien visto ... esas casa vacías, esa "gente mayor" por ahí, cuando lo normal es que los hijos vayan a casa de los padres, no al revés, sí señor, muy bien visto ... vamos a tener que crear una "brigada" para trabajar en equipo y descubrir los secretos del autor ... como por ejemplo, cómo consiguió que se comiesen a Reme en Nochebuena y luego esta acudiera con Magui a tomarse unas cervezas y escuchar cantar a Alex unos días después. Salvo ese detalle, seguro que "la gente mayor" algo se "zamparon" ... sigamos ese hilo.

Mi teoría a tomar por culo. A ver que me invento ahora.

Lo que parece seguro que algo hicieron en nochebuena, y no precisamente una fiesta en familia. O sí, quien sabe.
 
Mi teoría a tomar por culo. A ver que me invento ahora.
Que no hombre, que no, que igual es posible, que el autor chochea y ya tuvo una cagada confundiendo nombres ... a lo mejor no era Reme la que acompañaba a Magui, o el autor se olvidó de que ya la había matado ... si es que hasta confunde las fechas, y mira que ha mencionado pocas, ahí lo dejo.

No cerremos ninguna línea de investigación, todavía.

Somos la Brigada Destartalá ...
no se nos resiste un crimen ...
ni una sucia infidelidá
 
Última edición:
Que no hombre, que no, que igual es posible, que el autor chochea y ya tuvo una cagada confundiendo nombres ... a lo mejor no era Reme la que acompañaba a Magui, o el autor se olvidó de que ya la había matado ... si es que hasta confunde las fechas, ahí lo dejo.

No cerremos ninguna línea de investigación, todavía.

Somos la Brigada Destartalá ...
no se nos resiste un crimen ...
ni una sucia infidelidá

En el fondo me hacia ilusión eso del canibalismo, por si entraba o no en las normas del foro, que tiene tantas que uno no sabe si está incumpliendo alguna.
 
...

-Pero ¿Por aquí no se va a…?- Preguntaba Álex sorprendido.
-Sí, vamos a La Destartalá.- Contestó Elvira tranquilamente.
-¿A La Destartalá? ¡No me jodas! ¿No teníamos que entrar en la universidad?

Levantaba la voz Álex cabreado, Mónica miraba desde el asiento trasero sorprendida, ellos creían que iban a la universidad, desde el principio se habló de la universidad ¿Por qué Elvira los llevaba a la casa?

-Otra mierda Álex, parece que nadie quiere investigar ¡Joder!- Se quejaba también Mónica.
-Queréis confiar en mí ¡Coño! Ya veréis lo que hacemos aquí.- Intentaba tranquilizarlos Elvira.
-Sí, confiar en ti, como si te hubieras ganado mucho la confianza, bonita.- Se cachondeaba Mónica.

Álex, con cara de pocos amigos, paró el coche delante de la verja de la casa, bajaron los tres.

-Álex, por favor, corta la cinta de plástico, vamos a entrar.- Le ordenó Elvira.

Él, sin mirarla, se le notaba cabreado con ella, sacó su pequeña navaja del bolsillo del pantalón, la abrió con destreza con una sola mano y cortó la cinta, abriendo después la verja. Caminaban en dirección a la puerta de entrada de la casa, Elvira sacó su teléfono del bolsillo y llamó a alguien.

-Agente García ¿Están en su puesto de vigilancia ya?... De acuerdo, si ven algo raro llámeme por favor, quiero estar al corriente de cualquier cosa que pase en ese almacén.

Colgó la llamada y volvió a meterse el móvil en el bolsillo.

-Sí, que te llame, como estamos tan cerca, seguro que llegaremos en un momento.- Se cachondeaba Mónica, Elvira no le hizo ni caso.

Entraron en la casa, Elvira bajó las escaleras del sótano y encendió la luz, Mónica y Álex la seguían. Se paró en medio de la sala.

-El pañuelo ¿Lo encontrasteis allí, verdad?- Le indicaba con el dedo Elvira el lugar a Álex.
-Sí, ya te lo dije la otra vez, ahí mismo, debajo del agujero de la pared del salón de arriba.

Elvira miró la pared de enfrente, una estantería la recorría de una punta a la otra, la estantería llena de polvo y botellas antiguas que ya vio la primera vez Álex.

-Algo se os escapó a Soria y a ti cuando investigasteis aquí.
-La sala es grande, pero ya ves, solo hay la mesa, los bancos y esa estantería vieja delante.- Se defendía Álex, con un tono un poco de cachondeo.

Elvira pasó por delante de él mirándole de reojo, se dirigió hasta el extremo de la estantería, el extremo que quedaba más alejado de la escalera, Mónica y Álex la miraban atentamente, Elvira miró un aplique en la pared, acercó su mano, lo agarró y lo giró a la derecha, se escuchó un sonido, un ruido como cuando se desbloquea una puerta. Mónica y Álex se miraron alucinados, no se lo esperaban.

-Quitaros esa cara de bobos y venir a ayudarme ¡Coño!- Les llamaba la atención Elvira.

Álex y Mónica corrieron para ponerse a su lado, Elvira empujó la estantería, cedió un poco, parecía que costaba abrirla, la ayudaron y entre los tres empujaron abriendo una puerta secreta muy bien disimulada con la estantería, un trozo de estantería se movió dejando un hueco, una abertura del tamaño de una puerta, bastante grande por cierto. Se apreciaba un pasillo, muy oscuro, Elvira encendió la potente linterna iluminando dentro, sí, era un pasillo, muy antiguo, las paredes eran como de cemento, o de algún material de la época, no estaban muy alisadas, era como si hubieran puesto aquel material directamente sobre la roca o la tierra al abrir el camino, parecía más una mina de carbón que otra cosa.

-Igual descubrimos la cueva secreta de Batman.- Se cachondeaba Mónica.
-Menos cachondeo que esto empieza a ser serio.- Le decía seria Elvira.

Álex iluminaba con su linterna la pared, buscando un interruptor por si el pasillo aquel tuviera luz. No encontró el interruptor, pero sí se fijó en un cable que entraba dentro de la bodega.

-Me parece que no tiene luz- Les decía Álex.- pero… ya sé porqué a ninguna compañía eléctrica le constaba esta casa en sus registros, la corriente le viene de otro sitio. Tendremos que recorrer este pasillo con las linternas. Por cierto, tú, ya sabías esto ¿Verdad? Por eso has traído estas linternas.- Le preguntaba a Elvira.
-Ya os dije que tenía información, y ya veis, de momento vamos por buen camino.
-Bueno, ya veremos donde nos lleva esto, además, parece que se acaba ahí delante.

Les decía Mónica iluminando una pared que se veía al final de pasillo.

-¿Vas a estar así toda la mañana? Eres positiva por los cojones ¡Eh!- Le recriminaba Elvira.

Avanzó Elvira con su linterna, llegó al final del pasillo e iluminó hacia su izquierda, los miró.

-¿Qué? ¿Pensáis venir conmigo o me vais a dejar sola?

Mónica y Álex caminaron con rapidez, mientras Elvira desaparecía siguiendo el pasillo, cuando llegaron junto a ella iluminaron los tres el final del pasillo, no se veía el final, un pasillo sin final, oscuro y tenebroso.

-¡Me cago en todo! Se me están poniendo los pelos de punta.- Decía Mónica mientras abría la funda de la pistola, por si la necesitaba agarrar con rapidez en algún momento.
-Mientras no te cagues encima o empieces a pegar tiros, no pasa nada.- Se cachondeaba Elvira.
-Como vea algo raro ya verás lo que es pegar tiros.- Le contestaba nerviosa Mónica.

Elvira sonreía, los tres avanzaban por aquel interminable pasillo, llegaron al final y vieron que el camino volvía a girar a la derecha, lo siguieron, sin ver el final otra vez, aquello no se acababa nunca. Después de otro giro a la izquierda, vieron al fondo del pasillo, una puerta, o algo parecido. Se fueron acercando, Álex iluminó una pared lateral, habían colgadas como veinte antorchas, muy antiguas, estaban limpias, nada de polvo, y la punta parecía que habían sido utilizadas, se notaban quemadas de no hacía demasiado tiempo.

-¡Hostia puta! Estas antorchas deben ser utilizadas para iluminar el camino, es decir, el camino original es desde aquí hasta allí, pero… ¿Quién lo recorre?- Se preguntaba Álex.- Calla, calla, Elvira ¿Esto es una especie de secta o algo así? ¿Unas personas recorren este pasillo con antorchas para llegar aquella sala y sacrificar a alguien?
-Algo así.- Contestó Elvira seria.

Mónica suspiraba por los nervios, Elvira miró con detalle la puerta, la agarró por una hendidura que tenía en un lado y estiró de ella. Se fue abriendo, al otro lado parecía haber una sala, muy grande por lo que se podía ver desde donde estaban ellos, entraron Elvira y Álex, Mónica tragó saliva y los siguió. Iluminaron la estancia con las linternas, el techo era muy alto y muy viejo, lo atravesaban muchas vigas de madera y otras de acero, como si hubiera sido reforzado, el espacio era enorme, Álex buscó por las paredes cercanas, siguiendo el cable que salía del pasadizo encontró un viejo cuadro y un interruptor, uno de aquellos tan antiguos, una palanca que se subía y hacía contacto, una palanca muy grande. Por eso la luz es tan tenue en la bodega, no parece que esto tenga mucha potencia, pensó Álex.

-Aquí hay un interruptor.- Les dijo Álex iluminándolo con la linterna.
-¡Joder! Parece la palanca con la que el doctor Frankenstein le daba vida al monstruo.- Decía nerviosa Mónica.
-¿Tú eres siempre tan graciosa o es hoy porque estás cagada de miedo?- Volvía a provocarla Elvira. Mónica se acercó a ella.
-Tú y yo, tendremos unas palabritas un día de estos.

Le decía apuntándole con el dedo a la cara Mónica a Elvira, en ese momento, Álex subió la palanca y se iluminó la sala.

-No creo que las tengamos- Le respondía Elvira.- de momento quita tu pie de encima de esa tumba.

Mónica miró a Álex, él miraba el suelo, con los ojos muy abiertos, sorprendido, entonces lo miró ella, estaba lleno de tumbas, o al menos eso es lo que parecían aquellos montones alargados de tierra, uno al lado del otro, habían muchos, pero muchos, se encontró con la mirada de Elvira, ella miró para abajo, a sus pies, Mónica también miró y se vio subida encima de una tumba, de un salto se bajó. Los tres miraban la sala, con el suelo de tierra y una tumba al lado de la otra. Por el medio, en forma de ese, había un camino que iba a parar a la base de una escalera, escalera que en forma de zigzag subía hasta arriba del todo, unos cinco o seis metros, donde se veía otra puerta.

-¿Esto qué coño es?- Preguntaba nerviosa Mónica.
-Pues ya lo ves, en una de esas tumbas debe estar el cadáver de tu amiga.- Le respondía fríamente Elvira.
-¿De Reme?- Preguntaba Mónica sabiendo la respuesta.
-Sí Mónica, de Reme y de todas las chicas que habían sacrificado antes.- Le respondía con cariño Álex.
-Así es- Hablaba Elvira.- debían de salir de aquí, cruzar el pasillo siniestro que hemos recorrido, llegar a la bodega de La Destartalá, allí sacrificaban a la chica, por eso se encontró tanta sangre, después volvían con el cuerpo y lo enterraban aquí, como las chicas eran huérfanas y sin familia, nadie preguntaba por ellas, nadie se interesaba por ellas.

-Y además tenían la excusa fácil, la chica se ha ido, ha abandonado los estudios, nadie volvía a saber nada de ella.- Añadía Álex.

Mónica se ponía las manos en la cabeza, Álex se rascaba la barbilla, nunca llegó a pensar que pudiera verse metido en un caso semejante, menos en aquella ciudad, donde nunca pasaba nada ¡Joder! El día que ocurrió algo se llevó la palma. Elvira sacó el móvil del bolsillo, habló con el comisario, le pidió refuerzos y que avisaran a la forense, Lita tendría mucho trabajo en aquel lugar, desenterrando e intentando identificar los cuerpos.

-Bien, subamos las escaleras, a ver donde llegamos.- Les dijo Elvira andando por el camino que pasaba entre las tumbas.

Mónica y Álex la siguieron, subieron lentamente hasta arriba del todo, allí vieron otro interruptor a lo vestía, como el de abajo. Elvira miró la sala.

-¡Me cago en la hostia! Hay cámaras.- Dijo en voz alta.
-¿Qué hay qué?- Preguntó Mónica.
-Cámaras ¡Coño! Cámaras ¿No las veis? Allí y allí.- Le señalaba Elvira con la mano el lugar donde quería que miraran.
-Eso quiere decir que nos han grabado, o nos están viendo en directo ahora mismo.- Apuntaba Álex.

En esos momentos sonó el móvil de Elvira.

-Es la agente García- Les informó.- Dime García… Vale, tranquila, ya nos envían refuerzos… No, no hagáis nada, quedaros fuera esperando los refuerzos, solo acercaros y dejar el coche delante de la puerta, por si quieren huir en un vehículo.

Colgó la llamada y miró a los dos, primero a Álex, después a Mónica.

-Era García, ha visto entrar corriendo a tres hombres al almacén de la universidad, están muy lejos y no sabe qué cara tienen.
-Espera, espera ¿Tú sabías que el sótano de La Destartalá se comunicaba con la universidad?- Le preguntó Mónica.
-Os repito que me han dado muy buena información, claro que lo sabía, porque os pensáis que hemos hecho este recorrido. Prepararos, esta puerta comunica con el almacén, si han entrado corriendo tres tíos no creo que sea para darnos la bienvenida.- Les alertaba Elvira.
-¡Ay la puta!- Se quejaba Mónica respirando profundamente para intentar calmarse.

Álex y Elvira desabrochaban la funda de la pistola, Mónica ya lo había hecho en medio del pasillo tenebroso.

-Mónica, tú quédate a mi lado, no te separes de mí, no me gustaría que ahora que has conseguido por fin tener un buen novio te jodan la vida.- Se volvía a cachondear Elvira.
-Cállate anda, me tienes hasta el coño.
-Eso, eso es lo que he estado buscando, cabrearte, para que estés preparada para este momento. Atentos que voy a abrir la puerta.

Elvira abrió la puerta, lentamente, mirando dentro por si los estaban esperando, todo parecía normal, como había suficiente luz, dejaron las linternas allí. Delante tenían una estantería muy alta, fueron entrando en el almacén, miraron la estantería, muy larga, llegaba hasta la pared lateral en un lado, por el otro lado llegaba a la otra pared, y en medio, una abertura, una separación entre las estanterías, estaba claro que tendrían que pasar por allí.

Se fueron acercando lentamente, Elvira sacó la cabeza para mirar, les hizo una señal y se colocaron los tres en medio de las dos estanterías, había tres filas de estanterías, divididas por un pasillo, el que estaban ellos en ese momento, pero estas estanterías tenían un pasillo en el otro lado, al lado de la pared. Caminaron lentamente, Elvira sacó su arma de la funda y le quitó el seguro, Mónica y Álex hicieron lo mismo, llegaron al final, se podía ver el almacén casi completamente, al fondo se veía una persiana, por donde podían entrar vehículos, a unos seis o siete metros de ellos más estanterías, pero estas más separadas, para que pudiera pasar por el medio un coche o furgoneta.

-¡Hostia! Mirar eso.- Avisó Álex.

Los tres miraron a un lado, una furgoneta Amarilla estaba medio escondida.

-La furgoneta en la que trasladaron el cadáver de Magui.- Dijo Mónica.

Elvira asintió con la cabeza, se disponían a seguir caminando cuando… tres personas, vestidas completamente de negro y con una capucha en la cabeza, salieron de detrás de las estanterías, no decían nada, con una mano detrás para que no se viera lo que llevaban. Se pararon los tres en seco, retrocediendo un par de pasos, Elvira que estaba en medio, empujó un poco con el hombro a Mónica, acercándose las dos a la estantería de su derecha, Álex dio un paso lateral acercándose a la estantería de la izquierda. Elvira señaló las letras de su chaleco, donde ponía POLICIA.

-Somos policías, quítense la capucha y pongan las manos donde podamos verlas.

Les dijo, por protocolo, porque tenía muy claro que si aquellos tíos habían entrado hacía un momento, era porque los habían visto por las cámaras y no se iban a rendir así como así. Y no se equivocó Elvira, los tres a la vez enseñaron la mano escondida en la espalda, con una pistola, empezaron a disparar sin decir nada.

Elvira empujó a Mónica detrás de la estantería, Mónica cayó al suelo con Elvira encima. Álex se tiró literalmente detrás de la otra estantería, los encapuchados disparaban sin parar.

-Venga, ponte de pie.- Le ordenaba gritando Elvira a Mónica.
-¡Coño! Para eso tendrás que salirte tú de encima ¿No?
-¡Hostia puta! Que mañanita me estás dando, de verdad ¡Eh!- Se quejaba Elvira mientras se quitaba de encima de Mónica.
-Eso tú, que te has tirado encima.
-Porque no te movías ¡Hostia! Si no te empujo nos fríen a tiros.
-Ñi, ñi, ñi Cállate anda.- Se burlaba Mónica notándose lo nerviosa que estaba.

Elvira se arrodilló, sacó la mano con la pistola por la esquina de la estantería y disparó en dirección a los encapuchados, eso hizo que ellos dejaran de disparar. Rápidamente, Álex sacó medio cuerpo disparando.

-Queréis parar de discutir ¡Hostia!- Les decía Álex gritando mientras disparaba.

Los encapuchados corrían, dos para un lado y uno para el otro. Álex le hizo una señal a Elvira, para decirle que dos estaban en la zona de ellas y uno en la suya, se giró y corrió hasta el final de la estantería. Elvira ayudó a ponerse de pie a Mónica.

-Vamos, tenemos que movernos, hasta el final, avanzaremos con la pared en la espalda.- Le decía Elvira empujando a Mónica para que caminara.

En el otro lado, Álex había llegado al final de la estantería, miró por la esquina, no vio a nadie, miró la estantería, bastante alta, pensó que si se subía encima, desde allí arriba tendría visión de casi todo el almacén, y de la posición de los encapuchados. Así lo hizo, guardó su arma en la funda y fue subiendo hasta llegar arriba, se estiró, levantó la cabeza para mirar, no vio nada, se fue levantando poco a poco, con el arma de nuevo en la mano, seguía sin ver a nadie, debían de estar detrás de las otras estanterías y por eso no los veía.


En la calle, la agente García escuchó los disparos, salió del coche.

-¿Qué haces? Te han ordenado que no nos movamos de aquí, que esperemos a los refuerzos.- Le decía su compañero.
-Tú quédate aquí, espera a los demás y controla que nadie salga.- Le respondió García.

Ella corrió a abrir la puerta del almacén, una que había al lado de la persiana grande, por donde habían entrado tres personas antes, estaba cerrada, corrió hasta la esquina y siguió corriendo por el lateral del edificio buscando otra puerta, la encontró, agarró el pomo, lo giró y comprobó que la puerta estaba abierta. Respiró profundamente, vamos García, tú puedes, tienes que ayudar a tus amigos, pensaba ella muy nerviosa, sacó el arma, con los nervios se le resbaló, intentó agarrarla, le rebotó varias veces en las manos hasta que cayó al suelo, García suspiró mirando al cielo ¡Cálmate! Si no te calmas no podrás hacer nada por ellos, pensó, se agachó recogiendo la pistola del suelo, la mano le temblaba, el cañón se movía más que la niña del exorcista. Que sea lo que Dios quiera, pensó de nuevo García, le quitó el seguro al arma, la cargó, abrió la puerta, metió la cabeza para mirar y entró cerrando la puerta detrás de ella, estaba detrás de una estantería, como no, todo el almacén estaba lleno de estanterías a un lado y al otro, excepto en el centro que había espacio para mover vehículos.


Álex seguía caminando lentamente por encima de una de las estanterías, las chicas lo hacían por el suelo, por un lateral. Álex vio a un encapuchado que también se había subido a una estantería muy cerca de donde estaban Mónica y Elvira, las iba a avisar gritando cuando notó que algo le rodeaba el cuello apretándoselo, el arma se le cayó de la mano, rebotó y saltó fuera de la estantería cayendo al suelo, se había despistado, por detrás, un tío de aquellos le había hecho una llave con los brazos, le apretaba el cuello y se lo iba a romper en breve si no hacía algo.

Las chicas avanzaban lentamente, Elvira sacó la cabeza mirando, no vio a nadie.

-Tenemos que seguir avanzando, mantén los ojos abiertos, sígueme de cerca.- Le dijo a Mónica.

Mónica ni le contestaba, no podía ni hablar de lo nerviosa que estaba. Se desplazaron unos pasos y… un tío se les tiró encima desde arriba de la estantería, les dio un golpe en la espalda, eso hizo que dieran varios pasos para delante cayendo al suelo casi en medio del almacén, Mónica gritó del susto, la pistola también se les cayó, cuando se dieron la vuelta y quisieron recuperar su arma, que la tenían al lado, dos encapuchados las tenían encañonadas diciéndoles que no se movieran.

Álex forcejeaba con el agresor, tensaba y hacía fuerza con el cuello para que no se lo partieran, a la vez que intentaba moverse y agarrarse a los brazos del encapuchado, para intentar aflojar la presión que sentía en el cuello. Piensa, piensa Álex, busca una salida, pensaba Álex forcejeando, metió la mano en el bolsillo, encontró lo que buscaba, la navajita, la sacó, la abrió con una mano mientras con la otra forcejeaba con el brazo del agresor, levantó el brazo con la navaja y lo dejó caer de golpe, clavándosela al encapuchado en la pierna, por encima de la rodilla, estiró con todas sus fuerza hacía arriba y le hizo un corte en la pierna que llegó hasta casi la cadera. El tío al notarlo gritó como un cerdo, aflojando la presión sobre el cuello de Álex, este se giró, y como si estuviera entrenando con el saco de boxeo de su apartamento, le pegó dos puñetazos muy rápidos en las costillas, uno-dos, combinando los dos puños, por el sonido y la sensación de Álex, pensó que le había partido un par de costillas por lo menos, el encapuchado se quejó con un sonido sordo, llevándose las manos donde le había pegado, Álex lo vio claro y le soltó un directo en la nariz que se la rompió. El encapuchado dio un paso atrás, después un segundo paso, pero este no encontró estantería donde apoyarse, el cuerpo se le fue para atrás, se giró en el aire y cayó al suelo casi de cabeza, se partió el cuello.

En ese momento Álex ya había escuchado el grito de Mónica, sabía que las chicas estaban en peligro, miró el almacén y las vio, en medio, sentadas, medio estiradas en el suelo, con dos tíos apuntándoles con las pistolas. Bajó lo más rápidamente que pudo de la estantería, buscó su arma, no la encontraba y no podía perder más tiempo buscándola, salió corriendo, dio la vuelta a la estantería y corría lo más rápidamente que podía.

-¿Qué hacemos con ellas?- Le preguntaba un encapuchado al otro.
-Que vamos a hacer, matarlas, matarlas a ellas y al tío que va con ellas, después los enterramos abajo y listo.- Le contestaba el otro.

Esa voz la he oído antes.- Pensó Mónica.

-No podemos hacer eso, ese cementerio es solo para las sacrificadas.- Le respondía el primer encapuchado.

Álex seguía corriendo a toda velocidad, el encapuchado que parecía que tomaba las decisiones, apuntó con su arma la cabeza de Mónica, al que se le notaban con más dudas apuntaba la cabeza de Elvira. Álex se acercaba por un lado, pensaba que aquel par de cabrones les iban a disparar a las chicas, pegó un salto, pasó volando por el lado de Elvira y… justo cuando el encapuchado que apuntaba a Mónica disparó, pasó Álex por el medio recibiendo un balazo en la parte alta de la espalda. Cayó justo delante de Mónica.

-¡Álex!- Gritó con todas sus fuerzas, Mónica.

En una milésima de segundo, Álex, desde el suelo miró a los ojos a Mónica, mientras ella le metía el dedo en el agujero que le había hecho la bala en el chaleco, comprobando que no lo había atravesado. En esa milésima de segundo, con sus ojos clavados en los de Álex, Mónica se dio cuenta que Álex se había jugado la vida por ella, que la quería, lo importante que era ella para él, podía haber elegido, no sabía si les dispararían a las dos y él… la protegió a ella, igual que podía haber protegido a Elvira, pero no, la escogió a ella, o la escogió su subconsciente, lo que estaba claro es que fue capaz de jugarse su vida por ella, que muestra de amor puede ser más clara que esa. Mónica giró la cabeza, miró a Elvira, ella le sonreía, como diciéndole, qué más quieres saber, no lo tienes ya claro, te quiere a ti. Álex seguía gruñendo de dolor, el tremendo golpe de la bala al pararla el chaleco lo tenía jodido, estaba jodido pero lúcido, por eso pensaba que lo que había hecho solo serviría para retrasar lo inevitable, estaban los tres indefensos, delante de dos encapuchados de mierda dispuestos a matarlos, y lo iban a hacer.

-Ya está bien, los matamos a los tres y listo, dispara.- Ordenaba un encapuchado al otro.

La agente García seguía detrás de la estantería, sin valor para salir de allí, entonces, escuchó el disparo y el grito de Mónica ¡Álex! Eso la asustó y la envalentonó a la vez, tengo que salir de aquí y ayudarlos, pensó otra vez García, estiró los brazos, apuntó con la pistola para adelante, salió de detrás de la estantería y se le abrieron los ojos como platos, dos encapuchados estaban apuntando con las pistolas a sus compañeros, Álex en el suelo, por la manera de moverse y quejarse estaba claro que el disparo se lo había llevado él, pudo escuchar claramente como uno de los encapuchados le decía al otro que disparara para matarlos. Sin pensarlo más, apuntó y disparó, un disparo detrás de otro, hasta vaciar el cargador y seguir apretando el gatillo, por muy fuerte que apretaba el gatillo no salía ninguna bala más… la agente García no acertó ni una, ni un tiro. Lo que sí consiguió es la atención de los encapuchados, que se giraron mirándola sorprendidos, le apuntaron a ella, García pegó un salto y se metió otra vez detrás de la estantería, escuchaba el sonido de las balas al chocar contra unas cajas de herramientas que la protegían. Eso le dio tiempo a Elvira y Mónica para recuperar sus armas, cuando los encapuchados se dieron cuenta que las chicas se movían, se giraron, demasiado tarde, Mónica disparó dos veces, dos disparos que le dieron de lleno a uno en el pecho, tumbándolo al instante. Elvira, mucho más experimentada con las armas, con un solo disparo entre los ojos del otro encapuchado tubo suficiente. Los dos estaban fulminados en el suelo.

Mónica guardó el arma y se dispuso a ayudar a Álex, Elvira fue a buscar a García para interesarse como estaba. Se juntaron los cuatro en medio del almacén, abrazaron y besaron a la agente García, la cara de susto que hacía era para vérsela a la pobre, su intervención les había salvado la vida a los tres.

Miraron a los tíos de negro tirados en el suelo, Elvira se acercó a uno y le quitó la capucha.

-¡Coño! Por eso me sonaba su voz- Le decía Mónica a Álex mientras lo sujetaba por la cintura, no es que hiciera falta sujetarlo, ellos estaban a gusto pasándose la mano por la espalda, después de ver que casi los matan allí mismo a los dos, que menos.
-Ese tío es el secretario judicial ¿Verdad?- Preguntaba Álex.
-Sí, es él, por eso cuando habló me pareció una voz conocida.- Afirmaba Mónica.

La agente García le quitó la capucha al otro, Álex abrió los ojos y la boca de la sorpresa.

-¿Lo conoces?- Le preguntó García.
-Lo conocemos los tres- Respondía Álex.- es el carnicero, nosotros habíamos jugado con él de pequeños, y a Mónica se lo presenté en una ocasión en un bar.

Mónica y Elvira lo confirmaban moviendo la cabeza. Se acercaron al tercer encapuchado, Álex quiso ser él quien le quitara la capucha, pero no podía, le dolía la espalda al agacharse, Mónica lo hizo por él… otra vez caras sorprendidas, era el hijo del rector, el chico que habló con Álex y Mónica cuando fueron a visitar al rector en su despacho. Los cuatro, Elvira, García, Mónica y Álex miraron una cámara de seguridad que tenían muy cerca, tenía una luz roja encendida.

-Me parece que es la hora de hacerle una visita al rector.- Dijo Elvira.
-Vamos.- Añadió Álex.
-Creo que será mejor que te quedes con García y su compañero, espera que llegue Lita, alguien tendría que mirarte esa espalda.- Le decía Elvira.
-De eso nada, voy con vosotras, he llegado hasta aquí y no voy a abandonar ahora, quiero llegar hasta el final.- Le respondió Álex con mucha seguridad.

...
 
Que tal capitulo.
Se empiezan a revelar los misterios.
Cuantos años llevara la logia haciendo los sacrificios y porque los hace?

Buena chamba va a tener Lita para descubrir de quien es cada tumba que hay en el sotano quedescubrieron.

Si no fuera por Garcia, ahora los 3 estarían muertos.
 
Ahora si podemos asegurar que Alex está enamorado de Monico.
Arriesgo su vida para salvarla, no le importa recibir el disparo con tal de salvarla.
Que viva el AMOR.
Bueno, estoooo ... yo no sacaría conclusiones precipitadas ... a ver, el tío va corriendo, se tira a la desesperada, pasa volando por delante de Elvira y justo cuando pasa por delante de Mónica es cuando uno de los dos encapuchados dispara. Ya luego Mónica se monta su historia de que Alex se ha tirado para salvarla solo a ella, y el autor lo explica no en tercera persona, como un observador imparcial, sino manifestando los pensamientos de Mónica con una visión muy parcial.
Si disparan un milisegundo antes Alex estaría a la altura de Elvira, y si al mismo tiempo hubiese apretado el gatillo el encapuchado que apuntaba a Elvira, hubiese salvado a Elvira y no a Mónica, y si hubiese tropezado Mónica estaría con Reme, y si ninguno de los dos encapuchados hubiese disparado cuando Alex saltó, se hubiese pegado una leche y habría quedado un poco ridículo ... no sé si se me entiende, que de una casualidad, Mónica lo ha convertido en un acto de amor incondicional hacia ella. Alex solo trataba de hacer algo desesperado pensando que aquel par de cabrones les iban a disparar a "las chicas" ... sus compañeras de misión. Como García a hecho algo desesperado arriesgando su vida y no está enamorada de ninguno de los tres ... o sí.

Lamento si esta aclaración le quita un poco de romanticismo, yo también soy de los que piensan ¡Que viva el AMOR! ... pero mejor si el amor no está un poquito ciego.
 
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Me ha sorprendido la rapidez con la que han aparecido los tres encapuchados, el carnicero, el secretario judicial y el hijo del rector, poco tiempo después de que Elvira llamase al Comisario y descubriesen que hay cámaras ... no creo que estuvieran cada uno en su casa o en su trabajo y les diese tiempo a juntarse y llegar ... o tal vez los tres estarían en una especie de "puesto de guardia" porque alguien los puso sobre aviso.
 
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