Sumisión suave

Pedromiguel

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24 Jun 2023
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Me gusta el tema de la sumisión, cuando es suave, real y con respeto. Mi ex lo tenía bien claro.
Un día estabamos almorzando en casa, solos, los chicos en el colegio.
Cuando terminamos de almorzar, se levantó y me ordenó, de buena manera, que levantara la mesa y lavara la vajilla. Dijo que se iba a duchar porque tenía que salir. Había quedado en encontrarse con alguien a las 2. Y dijo así, "con alguien", porque sabía que yo iba a entender que no era una amiga ni una reunión de trabajo.
Hice lo que me pidió. Mientras lavaba sentía el ruido de la ducha y me la imaginaba desnuda, bajo el agua, preparándose para alguien. Se me puso medio dura, pensando.
Sentí que cortaba el agua. A los pocos minutos aparece atrás mío, vestida con una lencería que no le conocía.
- te gusta?, me pregunta, mostrándose cubierta sólo por un sostén y una muy pequeña tanguita, colaless, roja, de encaje translúcida, adivinándose su concha depilada. El sostén, tambien transparentando pezones, apenas los cubría. Estaba muy buena.
- te queda muy bien, estás buenísima con eso. No te conocía ese conjunto, es nuevo?
- si, lo compré hoy, cuando me invitaron.
- te lo compraste para este almuerzo?
- si, te molesta? Es que espero que no sea solo almuerzo, jajajaja.
Y se dió vuelta, mostrando su cola desnuda, donde la cinta de la tanga se perdía entre sus nalgas redonditas.
Cuando vuelve está vestida como para ir a trabajar al laboratorio. Se puso una de las túnicas celestes que siempre usaba. Abotonadas adelante, con relativamente pocos botones, dan juego para mostrar mucho o poco, de acuerdo a lo que quiera.
- pero te vas a trabajar o a salir?, pregunto, intrigado.
-jajja si, voy a hacer que estoy trabajando. Es que quien me invita tambien es casado y no quiere que lo vean en situaciones sospechosas. Vamos a almorzar a la cantina, hahahah, te imaginás?
-se puede saber quien es?
- ah, si vos supieras... es un amigo tuyo, hahhah hace tiempo que nos tenemos ganas. Pero el bobo no se animaba a invitarme por vos. Lo tuve que invitar yo, hahaha, te gusta eso, no?, cornudito, eh, te gusta?
- claro que me gusta, me vas a contar más?
- no sé, depende. Ahora me tengo que ir, no quiero llegar muy tarde, solo un poco. Dame un beso, vení, si a vos te gusta esto, no te hagas el enojado. Y lavá todo bien, que no me gusta que guardes vajilla y cubiertos mal lavados,
Me dió un beso en la boca, metiéndome la lengua y tocándome el paquete,
- opa, ya la tenés dura, si serás puto cornudo, después te cuento, te prometo. Y si tengo ganas tal vez te hago una paja mientras, hahaha, chau
 
se mismo día, cuando volví de mi trabajo, a las 7 de la tarde, ella ya estaba en casa. Tambien los chicos. Ella ya se había cambiado a ropa de entrecasa, un vestido de verano suelto y cómodo. Escotado, se podían ver sus tetitas y que no tenía sostén.
Estaba todo normal, los chicos habían termiando con sus tareas escolares y miraban futbol en la TV
Fernanada cocinaba la cena.
La agarré de atrás y le di un beso en mejilla.

- hola, cómo estás?, cómo te fue?
- bien, todo muy bien, y a vos?
- tambien, todo normal.
- el almuerzo anduvo bien?
- y muy bien, si, anduvo muy bien, - me contestó mientras se sonreía, sacándome la lengua. Te portaste bien, vos? te mereces que te cuente?
- yo creo que sí, te estoy esperando.
-bueno despues vemos...

La espera se mi iba a hacer larga. Cena, post cena, Tv, juego con los chicos, etc.
Finalmente llegó su hora de acostarse, no muy tarde porque madrugan mucho para llegar en hora al colegio. Normalmente se duermen en cuanto ponen la cabeza en la almohada, de tan cansados que están al cabo del día. Así fue también ese día.
Una vez ambos acostados, durmiendo, Fernanda se sentó a mi lado en el sillón.

- dale Pedro, tráeme una copa de vino de la heladera.

Me levanté del sillón y le traje una copa de vino, mientras me servía un whisky para mí.
Estaba sentada con las piernas sobre el sillón, descalza, la falda del vestido levantada, mostrando casi todo el muslo. En el muslo se veían dos machucones. Ni pregunté que eran. Ya lo sabía. El pelo atado en nuca, sin maquillaje. Bien sencilla, estilo esposa en casa.

- y, me vas a contar cómo te fue?
- me fue muy bien, tu amigo es un caballero.
- me alegro, me vas a decir quién es?
- no, pór ahora no, tal vez después.
- pero te lo garchaste ?
- que grosero! así no te voy a contar nada...
- está bien, perdonáme, pero lo que pasa es que me tenés toda la tarde con ganas de saber...
- te hiciste la paja?, cornudo?
- no, no me la hice, esperándote. Me tenés muy excitado.
- ahhh, me alegro, si te la hubieras hecho no te contaba nada. Ahora capaz que sí. Fuiste a trabajar con bombacha puesta?
- si, como querés siempre que sé que vas a salir.

Hace un tiempo me dijo que le gustaba que cuando me fuera a poner cuernos(y yo lo sabía) me pusiera una bombacha de ella, bien femenina, con encajes. Decía que eso la calentaba, que me vistiera como un puto cornudo.
Me miró, tomó un poco de vino, me agarró de la nuca y me encajó un grueso chupón, con lengua, fria por el vino helado. Estaba muy rica.

- me querés? eh, me querés aunque coja con otros tipos? aunque te ponga cuernos con amigos tuyos?porque vos no podés hacer lo mismo, lo tenés claro, no?, si te cogés a otra te la corto, entendiste? aunque la puta de mi amiga Ana te quiere coger yo no la dejo y a vos tampoco. Tenés claro,no? Ahora sacate los pantalones, mostrame cómo te queda esa bombacha de puto que te pusiste.
Hice lo que me pidió, la verdad es que me excita ponerme una de sus bombachas. Esta era negra y chiquita, con encajes en las piernas. Tenía que ponerme la verga para atrás y sostenerla.
- ah, pero mirá que divina que te queda, que puto que sos! Sentate acá al lado mío que te cuento, vení. Resulta que después que almorzamos, le dije a tu amigo. Lleváme a un lugar tranquilo, donde estemos solos y podamos hablar tranquilos,porque acá estoy nerviosa.
- así, directa! y que te dijo?
- que va a decir, no sabía que decir, seguro que no está acostumbrado a que una mina le diga que hacer, jajaja se levantó a pagar, apurado ahora.
- mo me vas a decir quien es?
- no todavía, no. Bueno cuando nos sentamos en el auto, (el de él, claro), no dije más nada. Él solito entendió a donde tenía que ir. Derechito al hotel. Cuando paró dentro del garage de la habitación recién ahí me agarró la cara y me besó, besa muy bien en hijo de puta, está bueno!
-vos vestida de túnica y la ropa roja que me mostraste?
- si, claro. El soutien se veía por que solté el boton de arriba, hahaha. No podía mirarme a la cara!, se le iban los ojos todo el tiempo, hahaha y cuando me besó no se aguantó más y me metió la mano en el escote, bajo el soutien, agarrándome la teta. Nos besamos y enseguida subimos a la habitacion. Me saqué la ropa mientras el se desnudaba tambien. Pero me dejé la ropa interior...era para él, para que él me la sacara.
-y?
-y nada, que querés saber? Cogimos. Coge bien, tiene buena verga y aguanta mucho. Pero no puede muchas veces. Me acabó sólo dos veces. Eso sí, las dos adentro. Para vos, papi. Pero no es muy lechero, lamento decepcionarte. Tenés otros dos buenos cuernos, y ahora de un amigo.
Mientras me contaba me habia bajado la bombacha y me pajeaba, despacio. Yo estaba ya con la verga bien dura.
-te puedo tocar?, - pedí, con ganas.
- bueno, sí, tocame. Pero despacito, que me cogió un buen rato, acabó sólo dos veces pero me dió verga cómo más una hora . Está muy sensible, sabés? Vas a tener que curarme cómo te expliqué.

Toqué y estaba abierta y mojadísima. Me entraron dos dedos sin hacer ningún esfuerzo, gimió bajito, gozando.

- te gusta cómo está? Es para vos, no me bañé, para que me cojas la concha cogida, como buen carnero cornudo, mmmmm sí acariciame, asi, así, despacito, mmmmmmm quiero que me la chupes, ahora, arrodillate en el suelo y chupame la concha, tragate la leche de tu amigo, haceme acabar otra vez.

Me hizo levantarme, se acostó en el sillón, apoyando los pies en los almohadones, abriendo y ofreciendome toda su concha, que vi abierta y mojada, brillante, chorreaba jugos y leche de mi amigo, (quien sería?) Me arrodillé entre sus piernas, me agarró la cabeza y me la enterró en su concha.

- dale puto, chupá, tragate todo, dejame limpita, chupá todo, todo ahhhhh, ahora chupame el clítoris, tragá y lamé todo, dale que me encanta que seas asi, cómo te gustan los cuernos y la leche de otros!!! me voy a acabar de nuevo, seguí así, así mmmmmmahhhhhhh que divino que chupás la concha así me acaboooooo aaaaghhhhhh ufff que bueno. bueno ya está, salite ahora.
- te la meto ahora?
- no ahora no, estoy cansada, no quiero más. Hacete una paja si querés.
-que mala que sos, no me vas a dejar cogerte la concha cogida?
- no, no te voy a dejar ahora. Hacete la paja, dale. Te miro. Si querés echame la leche arriba de las tetas, pero después me limpiás con tu lengua, eh!

Entonces eso hice. Me la agarré, me asombró lo dura que estaba, y con lo caliente que estaba yo cuando me hice la paja no duré nada, le eché la leche arriba de las tetas y me hizo limpiarla toda con la lengua, riéndose.

Recién me dejó cogerla al otro día, de mañana, cuando se fueron los chicos al colegio. Todavía estaba mojada de leche de mi amigo. Y sólo después me dijo que era Luis, un amigo y colega que trabaja en otra firma pero que estudiamos en la misma Facultad. Ella se llevaba bien con su mujer, incluso alguna vez fueron de compras juntas. Pero así era Fernanda. Muchas veces salimos en grupo con nuestras mujeres, y sí, él era y es uno de mis amigos.
 
Esas sumisiones en ese estilo, sin cuero, sin correas de cuello, sin latigos son las que me gustan. No voy a negar que cuando me da cachetes en las nalgas me gusta, pero en otro contexto.

Una vez estábamos en una disco, tomando algo en una mesa junto a donde se bailaba. No había mucha gente, pero tampoco estaba vacío. Estaba bien. Habíamos tenido una cena grande, elegante y estábamos los dos vestidos de más, para una Disco, yo de traje oscuro y ella con un vestido negro, justo al cuerpo, escotado, hombros desnudos y corto a la mitad del muslo. Tacos altos. Así sentada en un sillón bajo, con las piernas cruzadas, mostraba ampliamente muslo desnudo, sin medias. Yo sabía que tampoco llevaba tanga, porque como el vestido era muy ajustado al cuerpo no quería que se notara la bombachita y prefirió ir desnuda. A mí eso me daba morbo y esperaba que en un descuido se le viera el coño. Se tomó rápidamente su primera copa de burbujas, y ya estaba bastante achispada por las que ya traía de la cena. Yo conducía así que no tomaba.

- andá Pedro, traeme otra copa, dale - me ordenó mientras miraba a su alrededor. Obedecí y le traje dos, para no tener que volver a la barra enseguida. Como me imaginaba, se tomó una casi de un tirón y empezó con la 3era. Ya le brillaban los ojos y tenía en sus labios esa sonrisa que yo tan bien conocía y amaba. Algo estaba pasando.
- Pedro, andate al baño y demorá un poco, por favor- me ordenó luego. Eso hice, pero en lugar de entrar al baño me quedé escondido en el camino, mirándola desde atrás de ella para que no me viera.No le gustaba que la espiara.

Apenas me fui se le acercó un tipo. De nuestra edad aproximada, alto, espaldas anchas y físico atlético. Pelo negro, algo largo, cara totalmente afeitada. Le empezó a hablar, parado, e inclinado sobre ella, en su oído. Fernanda se rió y le señaló mi asiento. Se sentó en mi lugar. Fernanda descruzó y cruzó sus piernas, consiguiendo que la falda se subiera algo más y exhibiendo más piel desnuda, y casi todo el muslo. No sé si en el cruce el chico pudo ver que no tenía tanga. Es posible que sí.
Hablaban, debiendo acercar la boca a la oreja del otro por el volumen de la música. Ella tomó su copa que encontró vacía. Él se ofreció a traerle bebida y fue por ella.

Aproveché para acercarme y preguntarle qué quería que hiciera. Me contestó que le trajera otra copa y que la dejara tranquila. Si querés mirame y hacete la paja, me dijo, tal vez me lo folle. Te gusta? me preguntó, está bueno, agregó. Fui a buscarle la copa y cuando se la llevé estaba el tipo con ella. Me presentó cómo su marido, Pedro. Se llamaba Martín. Le dijo que no se preocupara por mí. Con un gesto me despidió. Yo ya tenía mi verga medio dura, por las escenas y la humillación. Cómo me conocía!

Estuvieron así un largo rato, en el que bailaron, la apretó, la besó, primero en el cuello y luego ya pasaron a besarse en la boca, con pasión, olvidándose de la música y el baile, abrazados en la pista.

Yo los miraba. Estuve un rato hablando con una chica y bailando también con ella, pero mi atención estaba con mi mujer. La chica se dió cuenta.
- la de negro, esa que miras todo el tiempo, es tu mujer o una amiga? preguntó, -te vi entrar con ella y comprarle tragos.
- es mi mujer, le dije,
- y la dejas así con otro?, están más que bailando, no?
- si, la dejo, a ella le gusta provocar y a mí me gusta que lo haga.
- eres raro, la tienes dura por ella o por bailar conmigo? me preguntó, asombrándome
- por las dos, le confesé- me gustas tú y me gusta verla a ella
- se la va a follar, si los dejas, me dijo la chica
- puede ser, no sé, hará lo que ella quiera, respondí, mientras besaba su mejilla y trataba de besarle la boca. Me dejó rozarle los labio y riéndose de mi, me pegó un chupon fuerte, dejandome bailando solo. Me dijo: dejame, no me gustan los putos cornudos, mientras se iba.

Fernanda y Martín se habían cambiado de mesa a un sofá en un rincón oscuro. Se estaban besando y metiendo mano apasionadamente. El vestido de Fer estaba en su cintura, o sea que su concha estaba desnuda, expuesta a lo que viniera. Ella tenía una mano en la nuca del tipo y la otra en su falda, acariciándole el bulto que hacía su pija parada. Vi cómo le soltaba el cinturón, le abría el pantalón y sacaba su miembro exponiéndolo claramente.
Nadie parecía prestarles atención. Sólo yo. Siento entonces a alguien sentarse a mi lado. Un tipo mayor, como de 60, canoso, pelo largo de más, atado con una colita y bigote espeso y largo.
- que fregoteo esos dos, la mina está contigo? te gusta mirar? Cuando asentí, continuó, a mi tambien. Yo ya la tengo dura. Vamos a sentarnos más cerca? No se van a dar cuenta...
Martin le bajó el escote del vestido, que al ser sin breteles se sostenía sólo por la presión de sus tetas. Las tetas quedaron al aire. El vestido era un rollo negro en su cintura. Martín cubrió con sus manos las tetas, apretándolas y pellizcando el pezón. Yo adivinaba que ya estaría largo y duro. Mientras ella lo masturbaba. Tenía un miembro grande con una gruesa cabeza.
- viste? ya la tiene desnuda, no tiene tanga la muy puta, ni sostén, qué lindas tetas! y que buena verga tiene ese guacho! En cualquier momento le hace una mamada, no creo que se animen a coger, que te parece? que mina más puta!!Está en bolas en el boliche, dale animate, vamos más cerca a mirar mejor. No les importa. Yo creo que les gusta, me la voy a pelar y a hacerme una paja mirándola, que buena que está!
Yo tenía muchas ganas de acercarme también, pero no quería interferir. Si el tipo se asustaba y se iba Fernanda me mataba después. Ya había pasado una vez. También la tenía dura y me hubiera encantado sacarla y pajearme viéndolos.
- andá vos, acercate y vemos que pasa, le dije al veterano.
Y el viejo hizo eso, se acercó de frente, sin disimulo, y se sentó en un sillón bien frente a ellos, se bajó los pantalones y se tocaba mirando.
Mi mujer lo vio y se lo señaló a Martín, éste se dio vuelta, lo miró y ambos comentaron y se rieron. Mi mujer me miró, haciendo el gesto universal de la paja y riéndose, señalándole a Martín donde estaba yo. El me miró y me saludó con la mano. Luego agarró a Fer de la cabeza y la llevó a su pija, que obligó a chupar haciéndole abrir la boca al frotársela contra sus labios. Casi acabo cuando la vi tragarse la verga del tipo, al que una hora antes no conocíamos. El viejo se sacudía frenéticamente, buscando acabar. Martín se paró, y entonces pudimos ver bien clara a Fernanda medio desnuda, abriendo la boca para meterse esa verga hasta el fondo. Martín le pellizcaba las tetas y ella al mismo tiempo tenía una mano entre sus propias piernas. Seguro que haciendose un dedo, mostrando a sus espectadores que puta que es.
Le hizo señas al viejo de que se acercara. El viejo se paró y se arrimó, caminando con los pantalones en los tobillos y la verga dura en la mano. Se paró frente a ella. Mi mujer estiró el brazo y le agarró la pija al viejo, acercándolo a su boca. El veterano no podía creer lo que pasaba. Fernanda soltó la polla de Martín, que seguía amasando sus tetas, y se tragó la pija del viejo, que no aguantó nada y se acabó, llenándole la boca de leche. Muerta de risa, le mostró la boca llena de leche y se la tragó. Martín, haciéndose la paja, se acabó, salpicando con su leche la cara, el cuello, las tetas y el pelo de mi mujer. Se vistió y se fueron los dos, el viejo y Martín. Fernanda se recostó en el sillón, la cabeza hacia atrás, semidesnuda y cubierta de leche. Yo no me animaba a acercarme todavía. Se enderezó, abrió los ojos, me miró y me llamó con la mano. Cuando estuve frente a ella abrió las piernas, me señaló el suelo y su coño y esperó. Me arrodillé entre sus piernas y metí mi cabeza en su concha, chupando deliciosamente. Estaba muy mojada e hinchada. Se pasó la mano por la leche que la cubría, limpiándola con los dedos, los que luego me metía en la boca, para que yo saboreara también. Se acabó rápidamente.
Luego se arregló el vestido, me agarró la mano. Vamos, me dijo, caminando hacia la puerta. No me dejó acabar en la disco. Sólo en casa, después.
 
Así me hacía tambien varias pequeñas humillaciones, sabía que me gustaban.

Hacerme lavar la vajilla. Me feminizaba haciendo ponerme delantal y bombachas de ella, cuando me lo hacía hacer.
Pasarnos 10 o 15 días sin hacer nada entre nosotros. Simplemente me ignoraba. No tengo ganas, me decía. Hacete la paja si querés. No vayas a coger con otra! Cuidado, que yo no me entere!!

Otras veces era evidente que salía con alguno y entonces hacía de forma que me diera cuenta, me dejaba con las ganas y se iba a coger con otro.
Recuerdo un día que vino de un viaje. Habia ido a un Congreso. Muchas veces habíamos hablado de las veces que salían de noche en la ciudad del congreso para ir a tomar y levantar tipos con un grupo de amigas, similares a ella. Yo estaba con muchas ganas. Cuando vino me dió un regalo, se duchó, se vistió con lencería sexy y sin darme explicaciones, salió. Volvió de noche. Tampoco me dejó hacerle nada. Estaba cansada, me dijo. Le pedí que me contara para hacerme una paja. Se rió y me dijo que no, que me imaginara. Si querés, agregó, para que te imagines mejor, me desnudo y me acuesto y te dejo que me mires, si me ves algún moretón son de la puerta, jajaaj. Además te veo como te la hacés imaginándome que hice toda la tarde,hahaha. Y eso hicimos


Tambien a veces me llamaba a la oficina y me contaba que iba a salir con alguien, nombrándolo. Me decía que cuando estuviera follando o chupando me iba a llamar con alguna excusa, que supiera lo que iba a estar haciendo.Era raro que me dejara follarla después, cuando volvia a casa. No, ahora ya no tengo ganas, o se daba vuelta y me decía, bueno dale, metémela, pero no te demores mucho. Otras veces venía con ganas de más farra y era glorioso.



Otra cosa que hacía era mostrarme tios y decirme que buenos que estaban. Una expresión que usaba era "que bien hecho que está". Con ese me daría flor de revolcón, tambien decía, no me digas que no está bueno, decía. Esos tipos estaban con otras y no podían hacer nada. Solo mirarla, una vez uno le pasó un teléfono escrito, bailando, cuando las parejas estaban de espalda. Me lo mostró después, riendose. Tal vez lo llame, que te parece? me preguntó.Cuando estaban solos era otra cosa, cómo ya conté.

Una noche nos encontramos con un conocido de ella en un boliche. Estábamos en la barra,el tipo se puso del otro lado de ella y le hablaba al oído, mientras la manoseaba para dar énfasis a lo que le contaba, la agarraba del hombro o del antebrazo, la abrazaba. Yo no oía nada, por el volumen de la música y porque le hablaba en la oreja. Sí veía la mano de él, apoyada en su cintura, casi abrazándola. Ella ponía caras y se reía. Cuando se fue me contó que le había mordido el lóbulo de la oreja y le había metido la lengua adentro. Me dijo que le había preguntado si el cornudo se iba! Ese era yo! Y ella le contestó, que no, pero que no se preocupara por mí!. Que yo sabía todo y lo bancaba. Ahí fue cuando la abrazó de la cintura. No siguió más porque él estaba acompañado y tuvo que irse. No me saludó cuando llegó ni cuando se fue. Era claro que era un amante de ella.

Le gustaba llevarme a las fiestas de su empresa. Le daba morbo mostrarme, al cornudo. Yo a veces no tenía ganas. Había varios que se la habían follado y algunos que aún seguían haciendolo. Una de las últimas veces que fui había 2 que la estaban follando. Le gustaba que conversara con ellos y que la viera a ella en acción en sociedad. Le gustaba exhibir a su cornudo, me decía. Creo que los amantes no sabían que yo sabía y tampoco que lo disfrutara. Esa vez se dio en un momento que yo estaba hablando con los dos. Ella nos sacó una foto. Mirá, me decía, 4 tipos que me cogieron (había uno que se la había follado una vez, pero no lo hacía más), hahaha. A mi no me molestaba verla hablar, bailar, tocarse, etc., con ellos, pero me sentía raro. Seguro que entre ellos sí lo comentaban y se reían de mi. Era raro, por un lado me molestaba pero tambien me excitaba y tenía que disimular porque de a ratos se me ponía dura, imaginándola. Me excitaba y se me paraba muchas veces cuando me hacía algún comentario. Comentarios cómo decirme: no sabés que verga que tiene José! o Manuel se acaba 4 o 5 veces, o Luis tiene la leche más rica que he probado. Nunca usaba condón, nunca. Le gustaba mucho la leche en la boca y que le llenaran el coño.


Ya desde novia me hacía todas esas cosas. Una vez fui a la empresa donde trabajaba a almorzar en la cantina. Vino con un tipo, un becario de Costa Rica o de por ahí. Alto, delgado, de nuestra edad o un poco mayor. Elegante y muy buena pinta, parecía actor de cine. Me lo presentó y luego ya no me habló más, todo era para el nuevo. Yo cómo que no existía. Finalmente mira el reloj y me recuerda que yo tenía que irme, porque iba a llegar tarde. Eso hice. Ese día llegó tarde a casa, como dos horas después de que terminaba de trabajar. Llorando. Te vas a enojar conmigo y me vas a dejar, por favor perdoname, decía, y seguía llorando.Pero por qué, preguntaba yo y sólo conseguía que llorara más. Finalmente me confesó que se había calentado con este tipo y que habían cogido en la oficina, cuando se fueron todos. La perdoné, ¡y al otro día volvió a hacer lo mismo!!! Y volvió a follar con él en la fiesta de despedida que le hicieron cuando se fue de regreso, terminada su beca. Ya me tenía bien medido, porque nunca más lloró ni pidió perdón. No me engañaba, me lo contaba. Si a vos te gusta, me decía, disfrútalo. Después te compenso, también me decía. Y a veces lo hacía.

Otra vez me pidió que la acompañara a elegir ropa para una recepción de una gente que venía de casa central a hacer una inspección y el jefe estaba nervioso. El jefe quería hacer una buena impresión. Un paréntesis, el jefe siempre había querido follarsela pero ella nunca quiso, desde luego que ella pensaba que los amigos que lo habían hecho se lo habían contado, porque le había entrado varias veces y fuerte. Pero sin éxito. Lo que el jefe si sabía es que ella era bastante fácil si tenía ganas y esperaba que le gustara alguien de los que venían en la auditoría. Se lo dijo directamente: hacé lo que puedas para que estén contentos, por favor, nos jugamos mucho. Había rumores de cierre de la agencia local. Bueno entonces fuimos a buscar ropa para seducir a alguno, si cabía. Tenía que ser elegante y sexy a la vez. Desde luego no muy de puta, pero si un poco. Elegimos todo, desde la lencería, conjunto de pantalón o pollera y camisa de seda, discreta pero escotada, medias semiputa y zapatos de taco moderado, elegantes, cómodos y atractivos. Tambien se compró adornos, fantasías pero de buena calidad. Todo me lo mostraba y me consultaba. Les gustará? Vos que pensarías de mi si me vieras vestida así? Que no piensen que soy una puta, pero si que puedo llegar a serlo, jajajaja, me entendés? Tienen que sentirse atraídos, y pensar que no es fácil pero no imposible, hahaha. En realidad soy mucho más fácil de lo que parezco, no, mi amor? que decís vos? Nunca me contó que había pasado en la reunión. Lo único es que no cerraron la agencia.

Tal vez cuando empezó a hacerme estas cosas fue siendo novios, habíamos estado juntos pocas veces y estábamos follando, misionero. Ella ya se había venido y me pedía que lo hiciera yo adentro, que la llenara de leche. Pero yo me demoraba, entonces me metió un dedo en el culo y me vine de inmediato. Se reía, si serás puto, te hago acabar con el culo, que puto que eres, se divertía recordándomelo y, desde luego, lo repitió muchas veces. Hasta me hizo comprarle un arnés para darme. Y me follaba con él y me daba palmadas en las nalgas mientras lo hacía. Le gustaba cuando conseguía que me viniera sin tocarme mientras me follaba
 
Con mi segunda esposa nunca había conseguido que me dejara chuparle el coño lleno de lefa de otro. Decía que era demasiada humillación para mí. Cuando nos separamos definitivamente por que yo me casaba estuvimos hablando detalles y terminamos follando. Ahí me dijo que lamentaba no haberme dado el gusto de chuparla llena de leche. Le dije que aún no estaba casado, que estaba a tiempo.
Se rio, y me dijo, siempre el mismo hijo de puta. Vale, te queda bien mañana en el desayuno?
Arreglamos los detalles y a la mañana siguiente vino a mi casa a las 9 de la mañana luego de que su novio se fue a trabajar. Fue un goce chuparla recién cogida, llena de leche, y muy llena. Se sacó todas las ganas de insultarme mientras lo hacía. Puto, cornudo, comeleche, etc. Después que la chupe bien la cogí y también fue un placer hacerlo en su concha tan caliente y jugosa, abierta y aún muy distinta a la que había cogido varios años. Esa fue la última vez con ella, para no olvidarla nunca.
 
Otra historia corta. Hablamos alquilado una casa en un balneario. En la casa de al lado vivía un matrimonio un poco mayor que nosotros. En esa época teníamos treinta y pico y ellos andarían entre 40 y 50. Agradables, simpáticos y bien físicamente. Ella bonita, lindas tetas, algo culona, pero estaba buena. El, algo más abandonado, con pancita y muy extrovertido y simpático. Nos fuimos haciendo amigos y compartíamos mucho tiempo juntos, íbamos juntos a la playa, hacíamos frecuentes asados, jugábamos a las cartas, etc., De a poco noté que mi mujer jugueteaba un poco de más con él. Lo agarraba del brazo o de la mano, lo abrazaba riéndose, festejándole algún comentario gracioso. Cuando le pregunté se rio de mi y me preguntó si el cornudito estaba celoso.
Un día en la playa había olas y veo que mi mujer y él están bañándose juntos. Una ola le pega a mi mujer y le saca el sostén de una teta, dejándola totalmente expuesta. Están frente a frente y él la ve claramente. Ella no se cubre, dejándolo que mire, simulando no haberse dado cuenta, exhibiéndose desvergonzadamente. Lo peor es que atrás llega otra ola que levanta a mi mujer y la tira sobre el tipo, siendo ambos arrastrados unos metros por el agua. Se levantan riéndose, ella con ambas tetas al aire ahora. Pero ahora si luego de asegurarse que la vean, se cubre. Después me contó que cuando cayó sobre él sintió que él le agarraba la teta y le apretaba el pezón. Que le gustó. Dice que no pasó nada pero igual siguió jugando. De vez en cuando noté que la mujer estaba molesta, ponía mala cara cuando se pasaban de la raya.
Ella luego me contaba las maldades que le hacía, le mostraba desnudos, tetas, o se corría la tanga para desnudar un labio del coño y mostrárselo. Le apoyaba el culo sobre su paquete bailando, le rozaba el paquete como sin querer. Ellos bailaban, ni yo ni su mujer lo hacíamos. Me decía que estaba bien armado. Me contaba lo que había hecho y lo que iba a hacer mientras follábamos o mientras me hacía una paja. Tenia bien claro que me hacía quedar como un cornudo, pidiéndome favores, como por ejemplo, ay amor, no nos traes unas cervecitas de casa, por favor....Y allá iba yo a casa a buscar dos cervezas, una para ella y otra para él.
Era claro que él también me veía como un cornudo. Eso me excitaba. Varias veces me pedía él favores, que le llevara algo o cosas así. Me trataba con cierta condescendencia.
No sé si es verdad que no follaron, pero sí se refregaron todo el tiempo. Tampoco era fácil que encontraran la oportunidad porque la esposa de él no les daba ningún espacio. Varias veces que intentó ir sólo con mi mujer a algún lado no pudo porque se metió siempre ella. También es cierto que le vio y le tocó las tetas, eso yo lo vi!
Ese mes follamos muchísimo, excitados ambos por los juegos con el vecino.
 
Una vez yo había viajado por trabajo. Ya estábamos viviendo separados, pero las cosas entre nosotros estaban más o menos igual. Habíamos salido juntos y cuando le comenté de mi próximo viaje se ofreció a ir a buscarme al aeropuerto. El avión llegaba a las 12 de la noche y ella esa noche tenía la cena de despedida del año de la empresa donde trabajaba. Como esperaba que terminara más o menos a esa hora no era problema ir a buscarme. El avión llegó en hora pero ella no estaba.
La llamé y no me atendía, la esperé 20 minutos y finalmente, algo molesto, tomé un taxi.
Al día siguiente la llamé. Ah, si tenés razón, me olvidé. La cena terminó tarde, bla bla. Una serie de excusas poco creíbles, como para que me diera cuenta que me mentía, que me estaba engañando.

Cuando esa noche salimos y estábamos follando, los dos calientes, era buen momento para hablar y contarnos cosas relacionadas. Entonces me confesó que no se había olvidado pero que uno de los compañeros de trabajo con los que follaba regularmente estaba solo- su esposa estaba de viaje- y entonces se fue a follar y pasar la noche con él, posibilidad que no se les daba frecuentemente. Sabía que eso me gustaría. Me contaba con detalles. Yo sabía que era muy prolijo, que tenía una buena verga, de muy buen tamaño y que siempre se venia 3 veces, una vez en la boca y después siempre en el coño.
Me había dejado varado en el aeropuerto para irse a dormir con uno de los tíos que la follaban.

Al principio de nuestra relación, cuando me hacía cosas en este estilo, me daba rabia y me enojaba. Algunas veces me iba a buscar una mujer, una amiga o una profesional y me la follaba. Pero eso no me hacía sentir mejor.

Después, un día en que estaba muy caliente y hacia como casi una semana que no podíamos coincidir para follar por trabajo o cansancio, me dejó plantado, sin excusas. Bastante enojado me acosté a dormir, solo. No podía dormir. Me toqué. Se me puso muy dura y entonces me hice una regia paja. Acabé sensacional, enchastrandome de leche. Me limpié la mano con la lengua y después junté más y también me lo comí, pensando en ella. Me dí cuenta que ya no estaba más enojado ni molesto. La paja me sacó todo el malestar y dormi toda la noche. La conclusión a qué llegué es que me excitaba sexualmente que me engañara. Y con una paja se me pasaba todo y quedaba bien. No entiendo muy bien por qué, pero funcionaba. Sería que aceptaba la sumisión? Sería parecido a que me hiciera una paja mirándola follar con otro? Nunca me dejó verla con otro.
 
Un conocido con el que trabajaba a veces puso un restaurante. Nos invitó una vez cuando lo inauguró. Su socio en el negocio estaba en la caja. Era un hombre de unos 45-50 años, Ernesto, de pelo oscuro, con un bigote grueso, también oscuro, sin canas. Alto, elegante, facciones regulares. A mi mujer le gustó de entrada. La inauguración estuvo muy bien, comimos y bebimos bien. Fue con servicio de bandejas, lo que daba más posibilidades de circular y hablar. Al poco rato Fernanda estaba medio alegre y yo veía que hablaba casi todo el tiempo con éste Ernesto. No pasó más nada ese día. Pero ella siguió yendo, iba muchas veces al mediodía porque quedaba cerca de la oficina.
Finalmente, una noche fue con una compañera de trabajo, una becaria, más joven que nosotros, que había entablado una buena relación con mi mujer. Llegó a casa tarde. Sin explicaciones, como era habitual.
Un tiempo después me contó que habían cerrado el restaurante con Ernesto y un amigo y habían seguido tomando y bailando. Me dijo que habían terminado todos borrachos, cogiendo los 4 juntos en una oficina que tiene atrás. Como siempre me lo contó mientras follábamos para excitarme, me encantaban esas historias. También me gustaban porque después íbamos al restaurante juntos y yo me imaginaba lo que Ernesto pensaba al verme. También me imaginaba que el dueño, mi amigo-conocido sabía de mis cuernos con su socio. Me daba placer, verla a ella, tan puta, con él, y él venía a la mesa y se sentaba con nosotros. Eso también me gustaba. No se si él sabía que yo sabía, mi mujer decía que no pero a mí no me hubiera importado. En realidad me habría gustado.


Otro que hacía parecido pero más atrevido era el dueño de un bar que ella iba mucho y yo a veces la acompañaba.
Nos sentábamos mucho en la barra. El dueño salía de atrás del mostrados y se sentaba al lado de ella, que quedaba así en el medio. El la tocaba, le daba besos en la oreja, etc. Un día había estado un rato hablando con ella y lo llamaron.
Entonces cuando quedamos solos me dijo que la había invitado a ir con él atrás, a la oficina o lo que hubiera, a coger. Que se lo había dicho así, vamos al fondo a coger, me tenés loco, dejá a tu marido acá y venite. No demoramos mucho. Entonces le pregunté que quería ella, si quería ir, me miró y se rió, si, y dijo sí, me gustaría, que loco no? Y yo le dije que fuera. Tenes claro a que vamos? me preguntó. Si claro, decile que sí, contesté, ya con la verga dura. No te crees que soy capaz? vas a ver me dijo. Cuando el volvió, le dice mi esposa, le conté a mi marido lo que me dijiste, de ir contigo a coger a tu oficina. Se quedó cortado, me miró nervioso, se ve que no sabía. Ella siguió rápidamente, dice que vaya si quiero, y quiero, sí. Él sonrió, suspiró, la tomó de la mano, le dijo al barman que me sirviera lo que quisiera a cuenta de la casa y se fueron al fondo. Volvieron en media hora, de la mano, ella contenta, como siempre que cogía bien. Él me invitó con otro trago.
Yo me tomé un McCallan doble invitado por el que se acababa de coger a mi esposa. Tenía un gusto muy especial!


Hicimos trios pocas veces. Siempre era ella la que lo decidía aunque una vez lo propuse yo.
Fue una vez MHM y dos veces HMH, una de ellas con un trava. Fueron muy divertidas y ella siempre era la que me humillaba frente a los otros y me daba las órdenes. Ella era mi alfa. Tal vez los cuento, si quieren.
 
Leer sobre MHM o HMH sería muy interesante
Excelente
Gracias Mario, las voy a contar entonces. Veo q dije que nunca me dejo verla coger, eso no es del todo cierto ya q en los tríos la vi. Pero no es lo mismo q un corneador, me parece. O al menos, yo no lo siento igual.
 
Voy a empezar por el primero, como se aconseja.
Este fue con otra chica.

Habíamos ido a una reunión familiar, cumpleaños de una tía mía. La reunión fue normal, dentro de lo que son esas reuniones. Ésta tenía un agregado picante en el marido de la tía de Fernanda, su tío politico. Siempre parecía estar ligándola. Le hacía chistes de doble intención, preguntas indiscretas, bromas. Si se daba bailar era el primero en sacar a Fernanda y siempre la manoseaba y la apretaba. Fernanda me contaba después que le frotaba su erección sin reparos algunos. Era un hombre de unos 55-60 años, bien conservado, con fama de mujeriego. A Fernanda la tenía bien catalogada, una puta, y claramente quería follársela. También me tenía a mi catalogado: el cornudo del marido. No se cortaba en nada por que yo estuviera presente. A mi eso ya saben que efecto tenía. El único límite que tenía era la familia y, sobre todo, su mujer.
Creo que estaba tranquilo que ninguno de los dos iba a hacer un escándalo, porque si bien era claro para nosotros, para los demás podría no serlo.
El hecho es que cuando nos fuimos ambos estábamos cachondos, Fernanda por el fregoteo con él y yo por verlos. Como comentario al margen, yo estaba seguro que se la iba a terminar cogiendo, como finalmente fue. Pero esa es otra historia.

Cuando nos sentamos en el auto me dijo que tenía ganas de farra, que la llevara a algún lado divertido, y preguntó si habría algún strip tease o algo así? Yo conocía uno que tal vez siguiera abierto y fuimos ahí. Estaba abierto y esa noche había show especial de lesbianas. Lesbian sexy show, decía el programa en la puerta.

Adentro nos dieron una mesa cerca del escenario.
Había muchas chicas bonitas, mostrando mucha piel. También había hombres, bastante menos, pero no pocos. Miraban a Fernanda que se sentó y mostró muslo sin complejos, la mini por allá arriba, achispada y cachonda.
La miraban sin preocuparse por mi presencia, el que estuviéramos ahí era que buscábamos excitarnos y, posiblemente, un hombre o una mujer.
Conversamos, miramos, nos tocamos hasta que empezó el show. Éste era con dos de las chicas que estaban en el salón y eran muy buenas. Muy probablemente eran pareja y no parecían actuar, sino que realmente se divertían en el show. Se desnudaron, se besaron, se chuparon y terminaron con una tijera fuerte hasta que ambas acabaron. No pareció simulación, pero uno nunca sabe. Fernanda estaba ensimismada, dura, no podía dejar de mirar, boca entreabierta, piernas ligeramente separando las rodillas, algo inclinada hacia adelante, respiraba agitada y creo que hasta le oí algún gemido en ciertas escenas particularmente calientes.
Cuando terminó fue como salir de un trance. Sonrió y agarrándome la mano. me dijo: hoy quiero una mujer, perdiste. Hoy vas a mirar.

Me dijo que invitara a una morocha de pelo cortito, joven y linda que estaba en la barra. Fui a ella y la traje a la mesa. En esos lugares uno debe invitar a la chica un número establecido de copas para que la dejen salir. Lo demás es arreglo personal. Era muy simpática y rápidamente entraron en relación con Fernanda. Bailaron y fue un escándalo, parecía una continuación del show , se besaban, se acariciaban todas, tetas, culo, un espectáculo. Tanto fue que cuando se fueron a sentar ¡las aplaudieron!!
Mi mujer quería irse. Pagué y fuimos a un hotel que había a pocos metros del lugar. Muy limpio y prolijo. Nos desnudamos y Fernanda fue al baño. Paola estaba divina desnuda, que quiere tu mujer, me preguntó, te quiere a vos, le contesté. Yo empecé a acariciarla, y cuando quisimos acordar, nos abrazamos, mi mujer demoraba y yo me subí sobre ella y se la metí de un saque. Estaba muy mojada. Se sentía maravillosa, tan joven y firme toda. En eso estábamos cuando mi esposa salió del baño, desnuda y molesta, nos cortó la fiesta. Tiró la toalla que traía y nos gritó,
-Ah no! de ninguna manera, que están haciendo? No puedo distraerme que ya me meten cuernos, salite de ahí Pedro, esa chica es mía. Vos mirá y hacete la paja, después vemos.
Obedecimos.
Fernanda la abrazó y empezó a hacerle caricias, tocándola y disfrutando esas tetitas jóvenes que yo acababa de tocar. Se besaron y se hicieron de todo, 69 y se cogieron concha contra concha hasta acabar las dos. Yo miraba, mi pija dura en la mano, sin acabar.
Después Fernanda se apiadó de mí y me hizo acostarme boca arriba, ahora quiero verga, y me montó, clavándose mi pija.
Ahora vos, Paola, montalo y ponele tu chochito en la boca, que te limpie bien, ordenó. A mí me dijo, vos chupala como sabés, hacela acabar. Estaba deliciosa. No aguanté mucho esa combinación y me acabé en la concha de mi mujer, que se reía, mirá el puto, no aguanta nada.
La hizo salir a Paola y montándome ella, me puso la concha lechada en la boca, ordenándome que la hiciera acabar. Mientras le ordenó a la chica que me metiera los dedos en el culo. Lo hizo riéndose. Paola también se rio, se acomodó y se chupó un dedo, lubricándolo. Fernanda la vio y le dijo que con uno no hacía nada, que me metiera dos o tres, al menos. Paola puso cara de asombro, se chupó la mano, mirándome. No sé cuántos me metió. Me encantó, la concha llena de lefa en la boca, los dedos de la chica abriéndome el culo. Mi mujer demoró en venirse, ya era el 3er o 4to de la noche, pero era una de las formas que más le gustaban para acabarse. Montarme, con la concha llena de leche y fregarse contra mi lengua y mi boca. Enojada porque no la hacía acabar me daba cachetadas y me decía, así que te la queres coger, eh, te vas a quedar con las ganas, chupa puto, dale. Y así finalmente se vino en mi boca.
Después ellas volvieron a coger, pero no se acabó.
No me dejó cogerme a Paola de nuevo. ¡Por suerte lo había hecho temprano! Tampoco me dejó cogerla a ella otra vez esa noche
.
Fue la única vez que la vi con una mujer.
 
Con hombres fueron dos veces.
Una vez, la primera fue con un trava que yo conocía de mi trabajo. Estuvo bien pero no viene mucho al tema del foro.
La segunda, mucho tiempo despues, fue con un tipo que conocímos en una disco. En ambos casos ya estábamos separados desde hacía varios años. Habíamos conseguido entre nosotros hacer una buena amistad. Nos conocíamos mucho mejor. Además de que sin duda nos queríamos, sin estar enamorados.


Esa segunda vez es la que voy a contar. Tambien es la que se ajusta al tema del foro, la sumisión. Fue la mayor humillación, creo, que mi mujer podía haberme hecho sentir.

Un dia de semana, estábamos en la barra de un bar en un hotel donde se podía tomar, bailar y temprano, tambien cenar. Ese día era tarde y decidimos ir porque estábamos en casa, jugando y nos calentamos un poco. Entonces fuimos a seguirla y ver que pasaba.
No había mucha gente. En la barra estábamos sólo nosotros. Desde allí mirábamos la zona donde se bailaba. Unas pocas parejas se movían acompañando la música. Aprovechando la música suave, la relativa oscuridad y la excusa del baile se abrazaban y algunos se besaban y apretaban sus cuerpos, en busca del placer que da sentir a otro junto a tí.
Estaba agradable. Yo me saqué un sweater de lana que tenía puesto, y lo puse sobre el mostrador, delante nuestro, luego verán porque importa.
Fernanda, medio dada vuelta en los bancos altos, mostraba muslo bronceado con su mini subida casi todo lo posible. Ya bastante indecente.
Apareció un tipo, de nuestra edad o apenas mayor. Buen cuerpo, facciones definidas, agradable. Se paró atrás nuestro, entre nosotros y la pista de baila, tomando un trago que compró en la barra.
Se paró justo delante de Fernanda, de espaldas a nosotros, tambien mirando, pero no dejándonos ver lo que ahí sucediera. Que no era mucho, pero era lo que pasaba.
Fernanda se molestó, y se lo hizo saber.
El tipo se lo tomó bien, se rió, se corrió y aprovechó para iniciar una conversación con nosotros. Fernanda, siempre muy suelta, le hizo algún chiste, no recuerdo detalles, pero empezaron a hablar. Se acercó a la barra, del lado de ella. Nos preguntó por nosotros, nos presentamos, le dijimos que estábamos casados, etc. El estaba divorciado.
Entre copas y charla pusieron una música que a mi mujer le gustaba mucho. Le preguntó si bailaba, porque el pesado de mi marido no baila, le dijo, jajaj. Eso recuerdo. El tipo no necesitó más invitación. Allá fueron. Cuando empezó de nuevo la música lenta no volvieron. Siguieron bailando, ahora abrazados.
La imagen ya era muy excitante para mí.
Fernanda le puso los dos brazos en los hombros y le apoyó el cuerpo en el pecho. Mejilla contra mejilla cuando no hablaban. Luego siguieron hablando pero en la oreja, que yo sé bien cuanto juego abre y cuánta exploración permite. Asombrado ví cuando él le dio un beso en la mejilla, que ella no rechazó, sí se separó, sorprendida, pero no desconforme. Eso ya dio lugar a más abrazo, y a que el beso se repitiera, siendo seguido por un beso en la boca, ya apasionado y con evidente lengua, pese a la distancia de unos 10 mts a que yo estaba.
Finalmente dejaron de bailar y se acercaron otra vez a la barra, ya de la mano. El fue al baño y Fernanda me preguntó cómo estaba yo. Viste todo? me preguntó. Le dije que sí y entonces me preguntó si me había gustado. Si podía seguir jugando un poco. Le dije que siguiera, que yo estaba muy bien. Y era cierto.
Cuando el tipo volvió del baño venía en tono ganador. Me tomaba el pelo con el sweater mío, que por alguna razón le molestaba. Y para que traes eso? te da frío?, hahaha, se reía, como si fuera un chiste. Traes mujer y abrigo, jajaja, Yo no tenía nada que contestarle. Fernanda se reía con él, si, es friolento, le decía, y él contestaba, y por qué no se abriga contigo, es bobo, jajaja. Y así siguieron, humillándome suavemente, a reírse del cornudo, pues ya era evidente que lo era. De a poco el hombre fue tomando confianza, a lo que Fernanda también colaboraba, ignorándome o tratándome en segundo lugar. Ya él la acariciaba descaradamente, delante mío, sin ocultarse, mirándome incluso. A eso siguieron más besos y bailes cada vez más erótico y desvergonzado. Las manos de él la recorrían sin límites, le agarraba el culo, tocaba el costado de las tetas, se apoyaba en su muslo desnudo. Era gracioso que Fernanda, para que yo no me sintiera mal, sintiendo que podía ser demasiado, cuando podía, me acariciaba ¡con cuidado de que él no la viera!
Pero la realidad es que a mí me gustaba que hiciera eso. Debía notarse las erecciones frecuentes que tenía al verlos.

Así estuvimos como una hora, hasta que en el local nos dijeron que cerraban, que teníamos que irnos.
Nos saludamos, el tipo me alcanzó el sweater riéndose. Mientras estábamos en las despedidas apareció una mujer, que yo no había visto, una rubia, mayor, que se dirigió al tipo, hablando fuerte, dale, pedile el teléfono, dale que quiere coger contigo, no te importe el cornudo del marido. No sé si estaba borracha o quien era, pero me dio una idea.

No puedo seguir ahora, Después termino con lo que pasó en casa.
 
Me acerqué a Fernanda y le pregunté si no quería invitarlo a tomar la última a casa. Yo vivía solo en un apartamento de un dormitorio no muy lejos de ahí. Los dos teníamos claro lo que podía pasar, Estás seguro? me preguntó, Sí, si vos querés, contesté. Me miró, asintió, me tomó la mano y me llevó hacia él, llamándolo.
Esperá un poco, Mario, no te vayas. Dice mi marido, (recalcando "marido") si no querés venir a casa a tomar la última con nosotros. Lo agarró del brazo mientras continuaba, No es tan tarde y vivimos cerca, agregó.
Él me miró, intrigado.
Estás seguro Pedro, que querés eso? yo voy encantado, me gustan mucho Uds! sobre todo tu mujer, no te ofendas. Capaz que te diste cuenta! jajaja pero voy, claro, cómo vamos?
Yo voy contigo en el auto, le dijo Fernanda, y te muestro el camino, Pedro no se va a perder, hahaha, verdad, mi amor? me dijo. No me voy a olvidar de ese diálogo, fue casi textual así.
Y así fue, ellos iban adelante y yo los seguía. Me encantaba, el buen cornudo.

Cuando llegamos a casa los hice pasar, me sentía yo el anfitrión de ellos dos.

Fernanda siguió en su rol alfa, me hizo preparar las bebidas, traerlas a la mesa, para él y para ella. Me senté en un sillón individual para dejarlos ocupar el grande, juntos, si querían. Fernanda me hizo poner música, desde luego diciéndome que poner.
Atendé a tus invitados como se debe, jajaja, no te olvides de nada eh?.
Eso estaba haciendo, le ofrecía bebida, algo de comida y mujer, que más podría querer?

Se sentaron juntos en el sofá, uno al lado del otro, sin dejar un espacio libre entre ellos. Les alcancé sus bebidas, vino blanco para mi esposa, escocés con un hielo para él. Traje de la cocina una aceitunas y unas papitas en unos platitos, servilletas, posa vasos, etc. Todo como un buen marido con el macho de su mujer. Así me sentía yo. Y me gustaba el papel que estaba haciendo.

Ellos ya no necesitaban música ni disimulaban nada. La situación era muy clara, mi invitación no dejaba espacio para las dudas, para los dos.
El pasó su brazo por los hombros de mi esposa y, atrayéndola hacia él, la besó en los labios, -gracias Fer, me encanta esto, dijo, volviendo a besarla en el cuello y en la boca. La abrazó, me miró y volvió a besarla, un beso cortito seguido de otro con la boca abierta, mostrando lengua.
Mi mujer le agarró la cara y lo besó fuertemente, con pasión, mordiéndole los labios y enroscando las lenguas. Los dos se miraban y luego me miraban a mí, supongo que a ver que hacía yo, sentado frente a ellos. O tal vez para mostrarme mejor lo que estaban haciendo.
Yo tenía un vaso en la mano y con la otra, inconscientemente, me acariciaba mi pija dura por sobre la ropa. Estaba todo dicho.

El me miró, sonrió, soberbio. Estiró el brazo y, sin dejar de mirarme a la cara, le agarró una teta a mi mujer, sobre la ropa. Ella se dejaba tocar y, también descarada, le agarró el paquete que se marcaba bajo su pantalón, dejando una adivinar una verga grande y bien parada, a esta altura de la noche. Gimió suavemente cuando la acarició, apreciando su tamaño y su dureza. Cuando lo tocó ella me volvió a mirar, como diciendo mirá lo que tiene acá!
La mano de él bajó y se apoyó sobre su muslo desnudo. La mini estaba muy alta, dejando ver la tanga roja entre los muslos, inmediato objetivo de la mano de Mario. Fernanda separó los muslos facilitando el acceso de la mano a su coño. Me imaginaba cómo estaría a esta hora, hinchada, entreabierta y empapada de jugos, preparada para que la penetraran, como tanto le gustaba. Eso habría encontrado Mario con su mano exploratoria. Fernanda suspiró cuando el la tocó finalmente ahí.
Mientras ella buscaba abrirle el cinturón, pero no podía con una mano. Se le ocurrió nueva humillación.
Pedro, vení, ayudame, me ordenó, desprendele el cinturón y el pantalón, dale, dejáte de mirar y pajearte como un mono...
Me gustó que me pidiera ayuda y desde luego que se la dí. Solté el cinturón, desprendí el botón del pantalón y bajé el cierre. Él levantó el culo del sillón, ayudando, y con Fernanda le bajamos pantalón y calzoncillo de una. Saltó una buena verga, no enorme, pero de buen tamaño y bien dura.
Fernanda la agarró con lujuria, la pajeó un par de veces y se agachó para tragársela en su boquita de puta chupapijas. Mario se estiró, soltando la concha y ofreciendo toda su verga, dejando que mi mujer exhibiera toda su habilidad de garganta profunda para tragársela toda, como hace muy bien.

Yo me quedé parado, al lado del sillón, viendo cómo mi mujer se la chupaba. Él, con los ojos cerrados, echado hacia atrás, se dejaba hacer. En un momento abrió los ojos y me vio, parado, mirándolos. Me hizo una guiñada y me sacó la lengua, mientras me decía:
Mirá como la chupa tu mujer, cornudo. Y dirigiéndose a Fernanda le dijo, tu marido está acá al lado, viendo como la chupas, le gusta vernos, sabés, no?
Fernanda levantó la vista y me miró, soltó la verga liberando la boca, se sonrió y me dijo que si quería seguir mirando iba a tener que desnudarme, que no quería putos mirones vestidos.
Sin mirar que hacía yo, volvió a meterse la pija en la boca, la chupó tragándola toda y después la fue soltando despacito, hasta exponer el glande. Se estaba exhibiendo. Lo lamió como si fuera un helado y luego, sosteniendo la verga con la mano, le pasó la lengua por todo el tronco hasta llegar a la base. Ahí siguió en el abdomen y entre la piernas, buscando tragarse los huevos, siempre sosteniendo el tronco en su mano. Cuando le lamió los huevos Mario gimió y le agarro la cabeza, acariciándola.
Así siguieron un poco más. Yo, desnudo, excitado, con mi pija bien dura segregando jugos, me pajeaba despacio, cuidándome de no acabar todavía.
Mi mujer me dijo que se iban al dormitorio, preguntándome si había puesto sábanas limpias. Cuando le aseguré que así era, asintió y tomando de la mano a Mario lo llevó a mi dormitorio, desnudándose por el camino.
Riéndose de mí, Mario me agarró de la mano, vení vos también, dale, así seguís mirando, y me hizo ir con ellos al dormitorio. Yo estaba desnudo, como había pedido mi mujer. Él tenía puesta la camisa y las medias.
Traéte una silla y sentate a mirar Pedro, me ordenó Fernanda.
Dejalo acostarse en la cama si quiere, Fernanda, no seas tan dura con él, me defendió Mario.
Pero yo fui a buscar la silla y me senté como quería ella.
Cuando se la iba a meter Fernanda lo paró y le dijo que quería que se la metiera yo. Los dos la entendimos mal y quedamos mirándola. Entendiendo la confusión, aclaró que quería que yo le metiera la pija de Mario, que la agarrara y la metiera. Mario se sonrió y me apuntó con ella. Estaba grande, dura, apuntando para adelante, la cabeza jugosa y brillante de sus jugos y la saliva de ella.
Me paré y me arrodillé en la cama, a su lado. Él se arrodilló entre las piernas de mi mujer y yo le agarré la verga, asombrándome de lo dura que estaba y la dirigí a la entrada de la vagina de Fernanda, la acerqué y frotándola la hice entrar un pedacito
Muy bien cornudo, dale soltala que sigo yo, me dijo Mario. Me gustaba que me dijera cornudo, se acostó sobre ella, metiéndola toda, frente a mí. Por fin la veía follar!
No voy a contar todo lo que siguió en detalle. Se cogieron en todas las posiciones, misionero, luego en cucharita, en 4, etc. Mi esposa acabó no sé cuántas veces y él una, todo adentro, pero seguía dura como si no lo hubiera hecho.
A veces mi mujer me pedía que participara, que la besara, que le pusiera mi verga en la boca mientras Mario la cogía. Me parecía muy morboso besarla en los labios, meterle la lengua mientras otro tío le metía la polla. También me pidió que la masturbara mientras follaba o que le metiera un dedo en el culo. En otro momento quiso que le hiciéramos como el jamón de un sandwich, uno por delante y otro por detrás. Pero no me aguantó en el culo al mismo tiempo, pese a lo lubricada y dilatada que estaba con mis dedos.

Así estuvieron un buen rato. Finalmente, cansados, se separaron y se quedaron así dormidos. Yo me acosté al lado de mi mujer y nos quedamos los tres dormidos.

A la mañana desperté yo abrazado a Fernanda, a su espalda, en cucharita. Mario dormía, desnudo, boca arriba del otro lado.
Mi polla estaba bien dura y empecé a frotarla suavemente contra su culo. Se despertó y le gustó. Se acomodó para que pudiera entrar y dado que estaba bien lubricada por el intento fallido de DP, entré sin dificultades. Era un goce estar adentro de ella así, recordando la locura de la noche. Suavemente entraba y salía, penetrándola totalmente. Ella suspiraba y también se movía, con lo que Mario se despertó.
Veo que empezaron sin mí, que hago yo ahora? preguntó, volviendo del baño.
Mi mujer, de frente a él lo agarró y le hacía una paja, también suave, al mismo ritmo que nosotros. El se arrodilló frente a su cara, frotando su verga contra sus labios, haciéndola abrir los labios y chupársela, ummmmmmmmm gemía ella, que bueno así, siii, otra vez dos a la vez.
Yo lo veía muy de cerca al abrazarla y cuando besaba su cuello. Viendo lo que él hacía, mi esposa ordenó: Agarrásela Pedro, como anoche, pajealo y frotámela en la cara que me encanta verte. Le obedecí y me encantó, estaba otra vez dura y era grande, gruesa, potente. Me pareció más que anoche. Ay, Pedro, cómo te gusta!, no querés vos tambien? pero claro que querés,para qué te pregunto, chupásela, dale, me pidió. Yo estaba con muchas ganas, pero de daba verguenza, la orden lo decidió y no dudé, metiéndomela en la boca, Así que además de cornudo sos chupapija? que puto que resultaste, ya me parecía a mí, aprovechó Mario para humillarme algo más.

Fernanda, que quería verme bien, se sacó mi pija del culo y se dio vuelta, mirándonos, encantada.
Se arrodilló al lado de Mario, tomándose de su cintura y me miraba y me daba instrucciones sobre cómo hacerlo mejor. Él la acariciaba y me insultaba, puto, chupapijas, qué bien que lo hacés, seguro que no es la primera, etc.
Vamos a hacer una cosa, decidió Fernanda. Yo me acuesto, el cornudo me la mete y mientras él me coge vos, Mario, te lo cogés a él, me encantaría hacer ese trencito, me dan el gusto, siiii? y así nos la das a los dos, se bueno Mario, dame el gusto... A mi no me preguntó nada.
Daba por descontado que si ella quería yo obedecía. Y así era. Y así fue.
No dije nada pero esa era también una de mis fantasías
Nos pusimos en la posición y, con un poco de dificultad, finalmente estuvo todo adentro, en su lugar. Yo dentro de Fernanda, que estaba divina, caliente, suave, muy lubricada por sus jugos y los de Mario de anoche. Mi mujer me separó las nalgas con sus manos, ofreciéndole mi culo a su amante. Yo estaba muy excitado por toda la situación. Cuando sentí la presión de su verga en mi culo, preparado, por supuesto, me aflojé y me la metió, despacio, con mucha habilidad. Se deslizó abriéndome al penetrarme, dilatándome, sin dolor y con mucho placer, hasta que entró toda, bien adentro. Nos acompasamos al ritmo, bien sincronizados los tres. Fernanda decía que cuando él me entraba a fondo sentía mi pija más adentro que nunca antes, y se acabó dos veces antes de que Mario lo hiciera dentro mío y yo dentro de ella, casi enseguida.
No podíamos más y nos volvimos a quedar dormidos hasta el mediodía.

Después de todo lo que pasó estábamos un poco incómodos entre nosotros al despertar.. Nos duchamos, de a uno. Él se vistió, agradeció y se fue. Fernanda lo acompañó a la puerta y oi que él le pedía el teléfono para volver a verla.

Ella me abrazó, el pelo mojado, oliendo a jabón y shampoo. Fresquita. Me besó y me agradeció. Fue increíble, me dijo. Me encantó. A vos?
La miré, asombrado, porque no era frecuente que me tratara así, con tanta consideración. En realidad había vivido una sumisión a ella y a su amante muy fuerte, muy intensa. Inesperada y a la que debería adaptarme.
Mi di cuenta que sus humillaciones sexuales cotidianas eran intencionales, eran para mí. Desde luego que a ella también le gustaba pero sabía el efecto que tenían en mí. Todo era actuado, premeditado y medido, para no exceder. Y seguramente ese día temió haberse excedido.

En la realidad, si uno lo mira objetivamente, hay poca sumisión mayor a dejarse coger. Para hacerlo más intenso aún,, dejarse coger y chuparle la pija al tipo que se folló a tu mujer. Fue una sumisión creciente, desde el bar, el baile, los chistes con mi ropa, el exhibirse ligando con mi esposa. Luego la actitud de ella, sometida a él, apoyando la humillación a su marido. Todo culmina en mi casa, mi sillón y mi cama, donde se folló a mi mujer. Vi como le besó, le desnudó, ¡con mi ayuda!. Y seguí yo viendo como ella le chupa la verga y después se la folla, también con mi colaboración ¡al agarrársela yo y ponérsela a ella!. Pero la sumisión no terminó ahí. Ella subió la apuesta y la entrega, me hizo agarrarle la polla, pajearlo, chupársela y finalmente, la mayor humillación, dejar que el macho de mi mujer me cogiera y me llenara el culo de lefa. Todo eso además con la ayuda y la complicidad de ella.

Fue inolvidable. Nunca lo repetimos.
 
Primer viaje juntos, fuimos a una playa al sur de Brasil.
Todo venía bien hasta q no quiso coger más. Al tercer día sin follar yo ya no daba más.
Se paseaba desnuda en la habitación del hotel. Dormía desnuda. En la playa usaba unos bikinis chiquitos y todavía los hacía más chicos enrollándolos. Se compró uno brasileño q era un escándalo, Sus tetas eran chicas, con areolas grandes y pezones largos. Buena cola y lindas piernas. La cola quedaba toda desnuda, el coño casi y si no se cuidaba se veía la mitad, metiéndose la tanguita en la raja. El sostén era casi inexistente y apenas le cubría las areolas. Usaba eso y me tenía a pico seco.
Y se reía. Y bueno, no tengo ganas.
Yo estaba harto de pajas. Se armó gran bronca y me fui a caminar a la playa.
Cuando volví, de noche, como a las 8/9 estaba en el bar del hotel con un tipo. Me lo presentó, y a mí como Pedro, su marido. Aún no lo era.
De nuestra edad, muy simpático y lindo. Ella tomaba caipiriñas , caña brasilera con lima y azúcar. Muy rica y una bomba.
Me explicó, delate de el, vos te fuiste no sé a dónde, yo estaba aburrida, tomando sola y el se ofreció a acompañarme. No le dije que no!!! hahaha.
Estaba muy linda, el pelo rubio suelto, poco maquillaje en sus ojos claros, que chispeaban con el alcohol y tal vez, con el tipo. Los labios gruesos, poco coloreados, un top escotado q apenas cubría sus tetas y a través del cual se notaban los pezones erguidos, apuntando. Una mini con tajo mostraba sus buenas piernas bronceadas. Sandalias con un poco de taco para hacer más largas y lindas sus piernas la completaban . Como para no acercarse el brasileño!
Pero no se fue cuando yo, su marido vine. Al contrario, pidió otra vuelta para todos, incluyéndome!! Genio !
Yo ya había tomado mucho y comido. Me quedé un poco y luego dije de ir a dormir. Me contestó, sin problema, anda vos si quieres, me quedo un ratito más!
Molesto, esperaba q viniera conmigo. Pero no, hice como q estaba bien, salude y me fui.
Me duché, la acosté y me desperté a las 3, con frío . Y solo! Intrigado, fui al baño, apague el aire acondicionado y esperé un rato. Me volví a quedar dormido y me desperté a las 8.
Fernanda dormía a mi lado. Desnuda, como acostumbraba. No la oí llegar. Me di vuelta, enojado, y me volví a dormir.
A las 10 me despertó, Yo estaba boca arriba , ella a mi lado. Ambos desnudos. Me agarraba la polla, masturbandome, despacio. Me daba besos en la cara, el cuello, la boca.
Buen día, mi amor, perdóname, ayer no estuve bien contigo. Me dijo.
Desde luego q mi verga respondió enseguida a sus caricias. Se acercó y se la metió en la boca, caliente y muy húmeda. Una delicia. Con la mano me acariciaba los huevos y el culo, lo q sabia q me volvia loco cuando me la chupaba. La tome de las axilas y la subí, abrazándola. Olía a jabón y perfume. A ducha reciente.
Donde dormiste? pregunte.
Aca, contigo, donde voy a dormir?
A las 3 no estabas, donde estabas?
A las 3? No se, no estaba acá, decís vos?
Estabas cogiendo con el brazuca? pregunte, de mala manera, enojado.
Así, de mala manera no te contesto nada. Se dio vuelta, dándome la espalda. y me solto.. Además, agregó, a vos te gusta. Estaba bueno, no? y si me lo hubiera follado, que pasa? no necesito mirarte para saber q la tenes dura. No te voy a decir q paso. Pensa lo que mas te guste. Prefirieres que lo haya follado? Y tal vez lo hice. No te voy a decir. Estas con ganas de cogerme Igual? . Si tenes ganas metemela, dale, jajaja, te darás cuenta o si estoy follada o no?
Todo eso me lo largo de espaldas a mi, desnuda. Yo la tenia cada vez más dura. Estire mi mano y se la metí entre las piernas, buscando su coño. Estaba mojado, hinchado y blandito. Se rio,, si serás! Yo sabia, dale puto cornudo, metemela q tengo ganas!
Follamos muy bien y los dias siguientes tambien. El tipo seguía en el hotel y a veces charlabamos o tomabamos algo los 3 juntos. Nunca supe que paso entre ellos, si en realidad paso algo.
 
Había prometido contar la historia del tío Pablo, marido de Ana, la hermana de la madre de Fernanda.
Era la hermana menor, hija de la vejez, apenas 4 años mayor que ella. Era poca diferencia, y, como pasa muchas veces, se fue acortando con los años. En la adolescencia 14 y 18 no están tan lejos, y Fernanda maduro muy precozmente. Tuvo su primer novio a los 13 y perdió la virginidad a los 14 con otro novio, compañero de clase, de su edad. Tía y sobrina eran muy amigas y compañeras de farras. Fernanda se casó joven y se divorció al poco tiempo, su marido sólo aguantó los cuernos dos años. Su tía seguía soltera y llevaba una vida muy liberal.
Cuando yo conocí a Fernanda la tía se había casado un año antes con un amigo de muchos años. Pablo había vivido muchos años en el exterior y cuando regresó se reencontraron y se casaron. Así entro Pablo a la familia.
Pablo era mayor, le llevaba como 10 años a Ana y conocía a Fernanda de la época loca de ambas. Cuando nos casamos Fernanda tenía 33 años y la tía Ana 37. Pablo andaría entre 45 y 50. Muy bien conservado, elegante y atractivo.
Conociendo la historia y el paño, pero obligado a cuidarse por su mujer, cuando podía iba por Fernanda.

Creo que considerando la amistad entre tía y sobrina y su complicidad juvenil es muy posible que Ana supiera de nuestra relación abierta y mis aficiones cornudas. Si se lo comento a su marido o no, no lo se. Pero no sería raro Y explicaría la actitud del tío Pablo conmigo, su sobrinito preferido, como le gustaba decirme cuando me saludaba con efusivos abrazos y besos. Y que tampoco se preocupara mucho de que yo estuviera presente cuando, desde luego, siendo Fernanda su sobrinita preferida era objeto también de efusivos saludos y abrazos con manoseo atrevido incluido.

Segun Fernanda, Ana juraba que Pablo le era totalmente fiel, y ella le correspondía siéndolo también. Asi que por ahí no había posibilidades de una relación abierta, que Ana supiera, entre Fernanda y Pablo . Este debía cuidarse!
En mi opinión, (y la de Fernanda!) no creíamos en la fidelidad de Pablo. Ambos teníamos la impresión clara de que si Fernanda lo dejaba se la follaba sin ningún remordimiento.
Y Fernanda le tenía ganas, algo de lo que Pablo ya era consciente.

Tambien Fernanda quería saber si realmente el matrimonio de sus tíos era como Ana creía o esta estaba siendo engañada por su marido. Esos engaños a Fernanda y a mi nos daban mucha rabia y no nos parecen justos. Por otra parte, razonaba ella, si engaña a Ana, por qué no puedo yo disfrutarlo? Y luego contarle, para que sepa quien es el tío Pablo.
Asi se presentó una oportunidad en un fin de año en casa de mi suegra.
Era una casa grande con un hermoso jardín, una chacra más que un jardín. Todo parquizado, con senderos para pasear que recorrían toda la propiedad de 5 hectáreas, pequeños montes, etc. Un paraíso .
Nos reuníamos de tarde, a eso de la 7 u 8. Éramos unos 30, entre hermanos, primos, tíos, todos con sus parejas y novios. Picada bien regada, luego asado completo en la barbacoa junto a la piscina. Después siguió con más bebidas y baile. Mis suegros habían contratado un DJ conocido y todo era muy divertido, especial para el cachondeo.
Hacia mucho calor y no corría una gota de viento. Aparecieron mallas de baño y bikinis y siguió con baño en la piscina, alternando con el baile. Bailar en bikini es toda una experiencia, con placeres como rozar los muslos desnudos, abrazar cinturas desnudas, los costados de las tetas expuestos, pero tambien problemas nuevos! Sobre todo en familia!
Como era de esperar, el tío Pablo se apuró en agarrar a Fernanda para bailar. Su habilidad para meterle mano sin que nadie, (excepto yo que sabia) se diera cuenta era increíble. Fernanda, curiosa, quería saber hasta donde iría y lo dejaba. Y, aunque no lo decía , yo sabia que le gustaba y que se excitaba con los juegos. Cuando salieron los bikinis y los trajes de baño apareció otro problema. Como disimular las erecciones! Era una reunión familiar!
Lo que la mayoría hacía era tirarse a la piscina, donde quedaba oculto el problema bajo el agua y daba tiempo a que se bajara..
El tío Pablo bailaba con varias pero siempre volvía a Fernanda.
Fernanda trajo una malla entera, negra, casi colaless, que le quedaba espectacular y era discreta. El tío Pablo, astuto, no se cambió y siguió vestido de calle. Era asombrosa la habilidad que tenía para manosear y apretarse a todas las mujeres. No se cuantas se daban cuenta que era intencional. Yo disfrutaba viéndolo hacerlo. Con Fernanda era especial. Una por estaba muy buena, pero además era evidente que lo aceptaba y se dejaba tocar, que le gustaba. Yo creo que sabia que yo no iba a ser un problema, porque no se inhibía en nada aunque yo estuviera mirando. La duda podía ser hasta donde llegaría mi mujer. Tenía claro que no era de negarse un gusto si tenía ganas.
Como bailaban y como se tocaban estaba en el límite de lo aceptable con una sobrina, prima de tu mujer. Yo sabia cuando le tocaba el culo, o las tetas, o cuando le babeaba una oreja, todo “sin querer” pero evidente si lo buscabas.
A las 2 de la mañana estaba la reunion en su pico, habían venido amigos de los chicos y algunos pariente más.
Yo estaba atento porque me parecía el lugar y el momento ideal para intentar algo, y no me lo quería perder!
 
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Había prometido contar la historia del tío Pablo, marido de Ana, la hermana de la madre de Fernanda.
Era la hermana menor, hija de la vejez, apenas 4 años mayor que ella. Era poca diferencia, y, como pasa muchas veces, se fue acortando con los años. En la adolescencia 14 y 18 no están tan lejos, y Fernanda maduro muy precozmente. Tuvo su primer novio a los 13 y perdió la virginidad a los 14 con otro novio, compañero de clase, de su edad. Tía y sobrina eran muy amigas y compañeras de farras. Fernanda se casó joven y se divorció al poco tiempo, su marido sólo aguantó los cuernos dos años. Su tía seguía soltera y llevaba una vida muy liberal.
Cuando yo conocí a Fernanda la tía se había casado un año antes con Pablo, un amigo de muchos años. Pablo había vivido muchos años en el exterior y cuando regresó se reencontraron y se casaron. Así entro Pablo a la familia como el tío de Fernanda.
Pablo era mayor, le llevaba como 10 años a Ana y conocía a Fernanda de la época loca de ambas.
Cuando nos casamos Fernanda tenía 33 años y la tía Ana 37. Pablo andaría entre 45 y 50. Muy bien conservado, elegante y atractivo.
Conociendo la historia y el paño, pero obligado a cuidarse por su mujer, cuando podía iba a por Fernanda.

Creo que considerando la amistad entre tía y sobrina y su complicidad juvenil es muy posible que Ana supiera de nuestra relación abierta y mis aficiones cornudas. Si se lo comento a su marido o no, no lo se. Pero no sería raro Y explicaría la actitud del tío Pablo conmigo, su sobrinito preferido, como le gustaba decirme cuando me saludaba con efusivos abrazos y besos. Y que tampoco se preocupara mucho de que yo estuviera presente cuando, siendo Fernanda también su "sobrinita preferida", era objeto también de cálidos saludos y abrazos con manoseo atrevido incluido.

Según Fernanda, Ana juraba que Pablo le era totalmente fiel, y ella le correspondía siéndolo también. Así que al no ser la de ellos una relación abierta como la nuestra, Pablo debía cuidarse!
En mi opinión, (y la de Fernanda!) no creíamos en la fidelidad de Pablo. Ambos teníamos la impresión clara de que si Fernanda lo dejaba se la follaba sin ningún remordimiento.
Y a Fernanda le gustaba, sus manoseos no le eran indiferentes. Me decía, sabés Pedro, me deja siempre caliente, la forma en que me toca el culo, que me apoya su verga dura cuando bailamos, cómo me roza y aprieta las tetas, me habla al oído bailando desde tan cerca que me moja con la lengua, y lo hace de tal manera que quedaría en ridículo si le digo algo. Pero me calienta y voy a terminar cogiendo con él. Pablo era consciente, también parecía saber lo puta que podía ser Fernanda caliente.

Fernanda quería saber si realmente el matrimonio de sus tíos era como Ana creía o ésta estaba siendo engañada por su marido. Esos engaños a Fernanda y a mi nos daban mucha rabia y no nos parecen justos. Por otra parte, razonaba ella, si engaña a Ana, por qué no lo puedo disfrutar? Y luego le cuento, para que sepa quien es el tío Pablo.

Se presentó una oportunidad en un fin de año en casa de mi suegra.
Era una casa grande con un hermoso jardín, una chacra más que un jardín. Todo parquizado, con senderos para pasear que recorrían toda la propiedad de 3 hectáreas, pequeños montes, etc. Un paraíso .
Nos reunimos de tarde, a eso de la 7 u 8. Éramos unos 30, entre hermanos, primos, tíos, todos con sus parejas y novios. Picada bien regada, luego asado completo en la barbacoa junto a la piscina. Después siguió con más bebidas y baile. Mis suegros habían contratado un DJ y todo era muy divertido, especial para el cachondeo.
Hacia mucho calor y no corría una gota de viento. Aparecieron mallas de baño y bikinis y siguió con baño en la piscina, alternando con el baile. Bailar en bikini es toda una experiencia, con placeres y problemas nuevos!
Como era de esperar, el tío Pablo se apuró en agarrar a Fernanda para bailar. Su habilidad para meterle mano sin que nadie, (excepto yo, que sabia) se diera cuenta era increíble. Fernanda, curiosa, y divertida, quería saber hasta donde iría y lo dejaba. Y, como ya me había dicho, le gustaba y que se excitaba con el cachondeo de Pablo.
Cuando salieron los bikinis y los trajes de baño las oportunidades aumentaron pero apareció otro problema. Como disimular las erecciones! Era una reunión familiar!
Lo que la mayoría hacía era tirarse a la piscina, donde quedaba oculto el problema bajo el agua y daba tiempo a que se bajara..
El tío Pablo bailaba con varias pero siempre volvía a Fernanda.
Fernanda se puso una malla entera, negra, con un profundo escote que llegaba al ombligo, por atrás casi colaless, que le quedaba espectacular y era bastante discreta. El tío Pablo, astuto, no se cambió y siguió vestido de calle. Má fácil esconder la pija parada con un pantalón ancho. Ya comenté la asombrosa habilidad que tenía para manosear y apretarse a todas las mujeres. Me divertía verlo en acción, porque cómo yo sabía lo que hacía lo veía bien claro. No se cuantas se daban cuenta que era intencional.
En un momento viene Fernanda y me dice, Pablo está cómo nunca, me invitó a caminar al jardín. Te imaginás lo que eso significa, no? Me dijo que vayamos por separado, y que nos encontremos en la fuente. Que tiene que hablar conmigo y no quiere despertar sospechas, que nadie piense mal! te das cuenta? que cínico!
Había llegado más gente, amigos de los chicos, y era fácil perderse un rato. No sé qué hacer, qué te parece? me preguntó. Es claro, le dije, si querés cogértelo es el momento ideal. Más disimulado difícil. Querés o no? Me miró, brillándole los ojos, con una sonrisa que yo conocía bien, me dió un beso en la boca, labios bien abiertos, y riéndose se fue.
 
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Mientras la miraba al alejarse, admirando su lindo culo expuesto por la malla que apenas lo cubría, siento una mano en mi hombro.
Era el tío Pablo. Acercando una silla se sentó a mi lado. Traía dos vasos con whisky, me dio uno, casi lleno por la mitad. Haciendo el gesto universal del brindis, me dijo:
- esta buena tu mujer, No? que lindo culo Pedrito...
- te pasas un poco Pablo, es mi mujer.
- Yo no digo nada malo ni secreto, te aseguro que hoy todos los hombres y algunas mujeres piensan lo mismo. Pero si a vos te gusta que la miren, no me digas que no! Cómo se mueve esas caderas! Lástima que tú no bailes, te lo pierdes, se la siente moverse de una forma que se la pone dura a un muerto, Pedrito, créeme, a un muerto. Y en malla es mucho más, sentir esa piel desnuda bajo tu mano, mmmmm
- que decís Pablo, estás borracho? dije, ya con la verga algo dura de oirlo.
- nooo, no estoy borracho, te digo lo que pienso, me encanta, si. Te habrás dado cuenta que me la puso dura bailando, ella se dio cuenta, no tengas duda, jajajaja, y como la refregaba, jajajja. le gusta también.
- Pará Pablo, está Ana por ahí también.
- y vos crees que no se da cuenta? Muy boba tendría que ser para no darse cuenta, no te parece? Vos, te dabas cuenta? Ana se da cuenta y no dice nada, mientras sea juego así se lo banca. Y vos, te lo bancás? porque me dijeron que te gusta que coja con otros, que eres de esos raros.
Una vez me dijeron que la mujer que se mueva bien bailando es una fiera cogiendo, es así Fernanda? contame como coge, dale, qué le gusta.?..
- Terminala Pablo, no sigas por ahí.
Pero la verdad es que ya no sabía como ocultar mi erección. Me excitaba mucho que me hablara así de Fernanda y que me tratara de esa forma, humillándome suavemente.
- Te voy a dar un dato, dentro de un rato se va a encontrar con un hombre en la fuente del parque, seguro que van a ir a coger al montecito que está al lado, tal vez al banco que está entre los árboles, al fondo. Es tranquilo y oscuro. Nadie se va a dar cuenta, excepto ellos claro y ahora vos, porque te lo dije.
Se paró y apoyando la mano en el hombro, acercó su boca a mi oído y me dijo,
- No seas bobo, disfrútalo, como ahora que hace rato que la tienes dura por lo que te digo, jajajaj. Muchos besitos, mi amor, yo también la tengo parada pensando que al fin la voy a coger, que ganas que le tengo, no sabes lo dura que la tengo, querés verla?, vamos al baño, vení, acompáñame...
Y me agarró del codo y me levantó. No podía hacer nada que no fuera escandalo. Así que lo acompañé.

Entramos juntos al baño. Se paró frente al inodoro y bajándose los pantalones sacó un miembro grande, con glande jugoso expuesto, más ancho y largo que el mío.
- y? que te parece? A ver la tuya, mostrámela a ver como es lo que se coge Fer todos los días.
No sé por qué, pero le obedecí, extrañamente excitado. No tengo pija chica pero si más chica que la suya. Me la agarró,
-qué dura la tienes, no está nada mal tu verga, comentó, -cómo te gusta este cachondeo cornudo, hahaha, Agárrame la mía, que te morís de ganas, y tal vez te la deje chupármela, eh,? me la querés chupar? la preparas para Fernanda, ajajja dale chupámela...
Y con todo esta estimulación, se la agarré, era tan dura y potente, y, cuando me dijo si quería chupársela mientras me pajeaba no pude aguantar más y, muerto de vergüenza, me acabé, llenándole la mano de leche.
Largó una carcajada, se limpió la mano en mi cuerpo y guardó su pollon.
Se fue, recordándome:
-el banco atrás del montecito, cornudo, no te olvides, hahahah. Qué paja de vas a hacer! jajaja
 
se mismo día, cuando volví de mi trabajo, a las 7 de la tarde, ella ya estaba en casa. Tambien los chicos. Ella ya se había cambiado a ropa de entrecasa, un vestido de verano suelto y cómodo. Escotado, se podían ver sus tetitas y que no tenía sostén.
Estaba todo normal, los chicos habían termiando con sus tareas escolares y miraban futbol en la TV
Fernanada cocinaba la cena.
La agarré de atrás y le di un beso en mejilla.

- hola, cómo estás?, cómo te fue?
- bien, todo muy bien, y a vos?
- tambien, todo normal.
- el almuerzo anduvo bien?
- y muy bien, si, anduvo muy bien, - me contestó mientras se sonreía, sacándome la lengua. Te portaste bien, vos? te mereces que te cuente?
- yo creo que sí, te estoy esperando.
-bueno despues vemos...

La espera se mi iba a hacer larga. Cena, post cena, Tv, juego con los chicos, etc.
Finalmente llegó su hora de acostarse, no muy tarde porque madrugan mucho para llegar en hora al colegio. Normalmente se duermen en cuanto ponen la cabeza en la almohada, de tan cansados que están al cabo del día. Así fue también ese día.
Una vez ambos acostados, durmiendo, Fernanda se sentó a mi lado en el sillón.

- dale Pedro, tráeme una copa de vino de la heladera.

Me levanté del sillón y le traje una copa de vino, mientras me servía un whisky para mí.
Estaba sentada con las piernas sobre el sillón, descalza, la falda del vestido levantada, mostrando casi todo el muslo. En el muslo se veían dos machucones. Ni pregunté que eran. Ya lo sabía. El pelo atado en nuca, sin maquillaje. Bien sencilla, estilo esposa en casa.

- y, me vas a contar cómo te fue?
- me fue muy bien, tu amigo es un caballero.
- me alegro, me vas a decir quién es?
- no, pór ahora no, tal vez después.
- pero te lo garchaste ?
- que grosero! así no te voy a contar nada...
- está bien, perdonáme, pero lo que pasa es que me tenés toda la tarde con ganas de saber...
- te hiciste la paja?, cornudo?
- no, no me la hice, esperándote. Me tenés muy excitado.
- ahhh, me alegro, si te la hubieras hecho no te contaba nada. Ahora capaz que sí. Fuiste a trabajar con bombacha puesta?
- si, como querés siempre que sé que vas a salir.

Hace un tiempo me dijo que le gustaba que cuando me fuera a poner cuernos(y yo lo sabía) me pusiera una bombacha de ella, bien femenina, con encajes. Decía que eso la calentaba, que me vistiera como un puto cornudo.
Me miró, tomó un poco de vino, me agarró de la nuca y me encajó un grueso chupón, con lengua, fria por el vino helado. Estaba muy rica.

- me querés? eh, me querés aunque coja con otros tipos? aunque te ponga cuernos con amigos tuyos?porque vos no podés hacer lo mismo, lo tenés claro, no?, si te cogés a otra te la corto, entendiste? aunque la puta de mi amiga Ana te quiere coger yo no la dejo y a vos tampoco. Tenés claro,no? Ahora sacate los pantalones, mostrame cómo te queda esa bombacha de puto que te pusiste.
Hice lo que me pidió, la verdad es que me excita ponerme una de sus bombachas. Esta era negra y chiquita, con encajes en las piernas. Tenía que ponerme la verga para atrás y sostenerla.
- ah, pero mirá que divina que te queda, que puto que sos! Sentate acá al lado mío que te cuento, vení. Resulta que después que almorzamos, le dije a tu amigo. Lleváme a un lugar tranquilo, donde estemos solos y podamos hablar tranquilos,porque acá estoy nerviosa.
- así, directa! y que te dijo?
- que va a decir, no sabía que decir, seguro que no está acostumbrado a que una mina le diga que hacer, jajaja se levantó a pagar, apurado ahora.
- mo me vas a decir quien es?
- no todavía, no. Bueno cuando nos sentamos en el auto, (el de él, claro), no dije más nada. Él solito entendió a donde tenía que ir. Derechito al hotel. Cuando paró dentro del garage de la habitación recién ahí me agarró la cara y me besó, besa muy bien en hijo de puta, está bueno!
-vos vestida de túnica y la ropa roja que me mostraste?
- si, claro. El soutien se veía por que solté el boton de arriba, hahaha. No podía mirarme a la cara!, se le iban los ojos todo el tiempo, hahaha y cuando me besó no se aguantó más y me metió la mano en el escote, bajo el soutien, agarrándome la teta. Nos besamos y enseguida subimos a la habitacion. Me saqué la ropa mientras el se desnudaba tambien. Pero me dejé la ropa interior...era para él, para que él me la sacara.
-y?
-y nada, que querés saber? Cogimos. Coge bien, tiene buena verga y aguanta mucho. Pero no puede muchas veces. Me acabó sólo dos veces. Eso sí, las dos adentro. Para vos, papi. Pero no es muy lechero, lamento decepcionarte. Tenés otros dos buenos cuernos, y ahora de un amigo.
Mientras me contaba me habia bajado la bombacha y me pajeaba, despacio. Yo estaba ya con la verga bien dura.
-te puedo tocar?, - pedí, con ganas.
- bueno, sí, tocame. Pero despacito, que me cogió un buen rato, acabó sólo dos veces pero me dió verga cómo más una hora . Está muy sensible, sabés? Vas a tener que curarme cómo te expliqué.

Toqué y estaba abierta y mojadísima. Me entraron dos dedos sin hacer ningún esfuerzo, gimió bajito, gozando.

- te gusta cómo está? Es para vos, no me bañé, para que me cojas la concha cogida, como buen carnero cornudo, mmmmm sí acariciame, asi, así, despacito, mmmmmmm quiero que me la chupes, ahora, arrodillate en el suelo y chupame la concha, tragate la leche de tu amigo, haceme acabar otra vez.

Me hizo levantarme, se acostó en el sillón, apoyando los pies en los almohadones, abriendo y ofreciendome toda su concha, que vi abierta y mojada, brillante, chorreaba jugos y leche de mi amigo, (quien sería?) Me arrodillé entre sus piernas, me agarró la cabeza y me la enterró en su concha.

- dale puto, chupá, tragate todo, dejame limpita, chupá todo, todo ahhhhh, ahora chupame el clítoris, tragá y lamé todo, dale que me encanta que seas asi, cómo te gustan los cuernos y la leche de otros!!! me voy a acabar de nuevo, seguí así, así mmmmmmahhhhhhh que divino que chupás la concha así me acaboooooo aaaaghhhhhh ufff que bueno. bueno ya está, salite ahora.
- te la meto ahora?
- no ahora no, estoy cansada, no quiero más. Hacete una paja si querés.
-que mala que sos, no me vas a dejar cogerte la concha cogida?
- no, no te voy a dejar ahora. Hacete la paja, dale. Te miro. Si querés echame la leche arriba de las tetas, pero después me limpiás con tu lengua, eh!

Entonces eso hice. Me la agarré, me asombró lo dura que estaba, y con lo caliente que estaba yo cuando me hice la paja no duré nada, le eché la leche arriba de las tetas y me hizo limpiarla toda con la lengua, riéndose.

Recién me dejó cogerla al otro día, de mañana, cuando se fueron los chicos al colegio. Todavía estaba mojada de leche de mi amigo. Y sólo después me dijo que era Luis, un amigo y colega que trabaja en otra firma pero que estudiamos en la misma Facultad. Ella se llevaba bien con su mujer, incluso alguna vez fueron de compras juntas. Pero así era Fernanda. Muchas veces salimos en grupo con nuestras mujeres, y sí, él era y es uno de mis amigos.
Espectacular relato, me la ha puesto durísima, muy bien escrito la verdad, me encantó 🍆🍆🍆🍆.
Te animo a que sigas escribiendo, el tema es super morboso y lo decoras super bien
 
Me acomode la ropa. Salí del baño, algo mareado por la mezcla de alcohol y orgasmo.
Seguía caliente, la polla no se bajaba del todo, estaba firme, gorda, como con ganas de más. Era mucha la suma de estímulos. Ver a mi mujer frotándose con el tío Pablo, ver como se excita cuando la tocan y la aprietan. Luego, peor aún, cuando aparecen las desnudeces y todo ocurre en malla de baño o bajo el agua, oculto.
Sentirme cornudo por sus actos y lo q se deja hacer. Yo se qué esta haciendo y también sé que esta caliente y contenta provocando a su tío. Él, por su lado, refregándose a mi mujer, tocándole el culo y las tetas, todo frente a mí, sabiendo que yo lo estoy viendo. Ambos me someten a ese espectáculo de hotwife y corneador.

Toda la escena del grupo bailando y erotizándose en la piscina, es otro factor.

En medio de eso aparece mi mujer, caliente, a contarme que el tío Pablo la invitó a coger, y a preguntarme que me parece. Sabiendo que es lo que ella quiere y además porque me gusta que me lo haga estoy de acuerdo. Ella entonces se rie, me besa y se va a coger con otro. Me encanta!

Después me excito cuando aparece Pablo, con actitud de amigo, trayéndome un whisky, para luego humillarme, llamándome “Pedrito”, sus alusiones al hablar de mi esposa, como: "qué buena que está, que culo, contáme cómo coge, lo hace bien," etc. y luego, ya clara mi actitud, por mi falta de reacción y mi evidente erección, pasa a directamente tratarme de cornudo y de puto. Culmina cuando me hace agarrarle la pija y a su vez, me hace una paja mientras me dice que se la chupe y que se va a coger a mi mujer, haciéndome llegar al orgasmo como buen cornudo Después me indica donde se citó con Fernanda para que vaya a verlos follar!

El ambiente ya estaba más caliente. Mis suegros, los más viejos y los niños se habían ido a dormir.
Sólo quedaban los jóvenes. Algunos parientes pero también muchos amigos de ellos. Desconocidos para mí. Lindos cuerpos, casi desnudos en ropa de baño, que bailaban, se besaban y se acariciaban. Si miro con atención veo varias veces chispazos de tetas desnudas y caricias de vergas y conchas. Algunos aún jugaban en la piscina. Sus cuerpos y manos ocultos bajo el agua, que todo oculta y permite. Había un grupo en un extremo con una guitarra cantando, compartiendo bebidas, música y recuerdos.
El DJ ya se había ido. Había grupos que hablaban , parejas en sus cosas.
Todos a los suyo. Algunos también ya dormían las borrachera en las reposeras.
No estaban Fernanda, ni Pablo ni Ana a la vista.
Me acordé de Ana, la engañada de la noche. Sonreí al recordar que una vez Fernanda me dijo que Ana quería follar conmigo pero que ella no la dejaba, y a mí tampoco, que me la cortaba si yo la engañaba !
Con muchas dudas y con muchas ganas, con la pija dura, decidí acercarme al banco del montecito. Es un banco bien conocido, donde me cogí varias veces a Fernanda cuando éramos novios. Esta escondido del resto del jardín pero se puede ver si alguien se acerca desde lejos.
Nadie me prestaba atención. Salí al jardín, por el extremo opuesto al monte y la fuente. Fui siguiendo el muro exterior hasta el primer camino al interior y por ahí seguí. Me venía bien la caminata. No estaba solo, se veían parejas y algún solitario. Cuando me acercaba al montecito, me salí del camino y seguí entre las sombras de las plantas, por el césped, tratando de ir de sombra en sombra. Una fuerte luna en un cielo totalmente despejado iluminaba lo suficiente como para caminar sin dificultades. Penetré entre los árboles, en el monte, y me dirigí despacio al banco., tratando de no hacer ruido.
Cuando llegué no había nadie. Me senté bajo un árbol, lo más cerca posible, en la oscuridad, a esperar.
Se oían voces cuchicheando y alguna risa. Aparecen Fernanda y Pablo caminando por el sendero que lleva al banco. Venían abrazados, el brazo de Pablo rodeando los hombros de Fernanda. Ella viene topless, el traje de baño está desprendido del cuello y cuelga hacia abajo, descubriendo las tetas que se exponen desnudas. La mano de Pablo baja del hombro y juega con el pezón de mi mujer, que gime bajito, gozando. Levanta la cara mirando al hombre, que se detiene, la abraza y la besa en la boca. Se prenden los dos en un apasionado morreo, bocas abiertas, seguro entrelazando lenguas. Eso me lo imagino. mmmm. Una mano de Pablo queda acariciando la teta pero la otra agarra fuertemente el culo de Fernanda, apretándola contra su cuerpo.
Tengo que bajarme la ropa y agarrarme la polla, pajeándome mientras miro la escena.
Se acercan al banco. Se sientan y sigue una escena muy caliente. Pablo la desnuda totalmente, se arrodilla entre sus piernas y por la posición adivino que le esta chupando la concha, luego se pone de pie frente al banco y le ofrece su enorme pollón, el mismo que tuve en mi mano, a mi mujer que sin dudarlo lo agarra, lo lame y se lo traga, sin poder llegar al fondo. Estoy oculto a unos 10 mts por lo que mi visión es bien clara a la luz de la luna llena.
Pablo resopla y le folla la boca. A los pocos minutos la hace pararse, la da vuelta mirando hacia donde estoy, la hace apoyar los brazos en el respaldo del banco, arrodillada en el asiento, ofreciéndole el trasero. Veo que acerca su cuerpo y despacio se adivina que la penetra. Ella le pide que sea gentil, que es muy grande y él se ríe, aprovechando para humillarme,
-soy mucho más grande que el cornudo? a lo que ella asiente,
-si, mucho más, dale despacio.
Se la va metiendo de a poco, sin pausa, ella se queja despacito, creo que de gusto, no de dolor, hasta que se ve tocar su barriga con el cuerpo de mi mujer. Empieza entonces un meta y saca que no dura mucho, hasta que se acaba Fernanda con un largo gemido, contenido para que no se oiga de lejos, y a poco sigue él, golpeando fuertemente su cuerpo mientras la llena de leche. Pablo entonces mira hacia el monte, y me saluda con su mano, haciendo gesto de pulgar para arriba y se rie silenciosamente. Fernanda no ve nada, todo es a sus espaldas. Yo primero me asusto, pero sé que no me ve; él, por las dudas que estuviera ahí, cómo era casi seguro, no quiso dejar pasar la oportunidad de humillarme un poco más. Se la había cogido, tal cómo prometió.
Yo también había acabado en medio de su faena y tengo la mano llena de leche, de mi segundo orgasmo de la noche.
Ellos quedan unos instantes inmóviles, gozando. Pablo le da un sonoro beso en el culo y se para, guardando su verga, ya más chica, en el pantalón. Fernanda pone su mano entre las piernas y se levanta el traje de baño, conteniendo los líquidos que salen de su vagina. Se arregla los breteles, que ata en la nuca y se van los dos, caminado por el sendero, separados, hablando.
Yo espero unos minutos a que se alejen y vuelvo por otro camino.
La mañana siguiente Fernanda me contó con lujo de detalles todo, yo también le conté lo que había pasado entre nosotros en el baño. Nos mandamos otra cogida, pero lenta y tranquila, mientras hablábamos.
A los pocos días supimos que se armó flor de bronco entre Ana y Pablo, los tíos. Fernanda no quiere contarme nada, aunque seguro sabe, parece que Ana también estaba en el monte y vio todo, incluso parece que me vio a mí.
No estoy seguro de eso, creo que la verdad es que Fernanda se lo contó.
Como dije, estuvieron separados una temporada pero luego se arreglaron y volvieron, pero cambiando las reglas, ahora son una pareja abierta. No más mentiras.
Yo sigo queriendo cogerme a Ana pero no me dejan, ni Pablo ni Fernanda. Creo que es parte de su juego de sumisión y confío que un día nos van a dejar. Estoy seguro que ella también quiere conmigo.
Fernanda volvió a coger con Pablo, en una buena cama y sin apuro.
 
Me acomode la ropa. Salí del baño, algo mareado por la mezcla de alcohol y orgasmo.
Seguía caliente, la polla no se bajaba del todo, estaba firme, gorda, como con ganas de más. Era mucha la suma de estímulos. Ver a mi mujer frotándose con el tío, ver como se excita cuando la tocan y la aprietan. Luego peor cuando aparecen las desnudeces y todo ocurre en malla de baño o bajo el agua, oculto. Sentirme cornudo por sus actos y lo q se deja hacer. Yo se lo,que esta haciendo y también se que esta caliente y contenta provocando al tío.

Después me excito la aparición de Pablo, humillándome, llamándome “Pedrito”, primero sus alusiones al hablar de mi esposa, como que buena que esta, que culo, coge bien, etc. y luego directamente tratándome de cornudo y de puto. Culmina cuando me hace agarrarle la pija, me hace la paja mientras me dice que se va a coger a mi mujer, haciéndome llegar al orgasmo como buen cornudo y me indica donde se cito con Fernanda para que vaya a verlo!
El ambiente ya estaba más caliente. Mis suegros y los más viejos se habían ido a dormir y solo quedaban los jóvenes. Lindos cuerpos, casi desnudos en ropa de baño bailaban, se besaban y se acariciaban. Algunos aún jugaban en la piscina. Sus cuerpos y manos ocultos bajo el agua, que todo permite. Había un grupo en un extremo con una guitarra cantando, compartiendo bebidas, musica y recuerdos. El DJ ya se había ido. Algunos grupos hablaban , había parejas en sus cosas. Todos a los suyo. Algúnos también ya dormían las copas en las reposeras. No estaban Fernanda, ni Pablo ni Ana a la vista.
Me acordé de Ana, la engañada de la noche. Sonreí al recordar que una vez Fernanda me dijo que Ana quería follar conmigo pero que ella no nos dejaba, que me la cortaba si yo la engañaba !
Con muchas dudas decidi acercarme al banco del montecito. Es un banco bien conocido, ahí me cogi varias veces a Fernanda cuando éramos novios. Esta escondido del resto del jardín pero se puede ver si alguien se acerca.
Nadie me prestaba atención y salí al jardín, por el extremo opuesto a monte y la fuente. Fui siguiendo el muro exterior hasta el primer camino al interior y por ahí seguí. Me venía bien la caminata. No estaba solo, se veían parejas y algún solitario. Cuando me acercaba al montecito me salí del camino y seguí entre las plantas y por el césped, tratando de ir de sombra en sombra. Una fuerte luna en un cielo totalmente despejado iluminaba lo suficiente como para caminar sin dificultades. Entre en el monte y me dirigí despacio, tratando de no hacer ruido, al banco.
Espectacular relato, me la ha puesto durísima, muy bien escrito la verdad, me encantó 🍆🍆🍆🍆.
Te animo a que sigas escribiendo, el tema es super morboso y lo decoras super bien
Gracias antihéroe, me estimulas mucho. Yo escribo porque me gusta y me excita hacerlo. Siento poca respuesta, es muy importante para mi la tuya.
 
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