A la semana siguiente, después de haber estado hablando por telefóno y volviendónos a poner cachondos de lo bien que lo habíamos pasado y lo que congeniabámos, una amiga de ambos nos dejó las llaves de su apartamento en Cullera. Quedamos el sábado por la mañana, llevababámos una mochila con ropa para los dos días del fin de semana, y muchas muchas ganas de follar y completar lo que no pude hacer la semana anterior. Ya de camino íbamos cachondos, yo le sobaba el interior de los muslos, ella a mí lo mismo...
En el ascensor que subía al apartamento ya nos enganchamos a comernos las bocas, a apretarle el culo y no más porque llegamos al piso, cerramos la puerta detrás de nosotros y ya fuimos animales salvajes, ella llevaba pantalones vaqueros y una blusa negra que no tardé en quitarle, dejando a la vista un sujetador de encaje negro, transparentándose su rosados pezones, no tenía grandes tetas pero sí muy redonditas y firmes, ella mientras se quitaba los pantalones, y a juego con el sujetador llevaba un tanguita que también dejaba a la vista su coñito rasurado. La aparté de mí para verla mejor, mas sexi no podía estar, me desvestí yo quedándome en calzoncillos y con un empalme de la hostia. Nos enganchamos de nuevo de pié a comernos las bocas y a arrimarnos y frotarnos bien, entramos al dormitorio principal, apartamos el edredón y la lancé sobre la cama , metí la mano entre sus piernas y estaba totalmente empapada, le bajé el tanga dejando al descubierto el coño todo mojado, levanté sus piernas y me amorré a a devorar ése manjar, me deleité un buen rato, hasta que me pidió que la follara, y eso hice, se la metí sin miramientos y ella gimió, la bombeé con las piernas abiertas hacía arriba, sus tetas bailaban al son de mis embestidas, tuve que sacarla o me correría al momento, cambiamos de postura y la follé a cuatro patas, que tampoco iba a durar demasiado al ver su culito perfecto redondo, le abria las nalgas y con el dedo pulgar le estimulaba el ojete, ella gemía y diciendo que siguiera, de nuevo tenía que sacarla o me vaciaría rápido, pero fue ella la que me pidió ponerse encima de mí y frotarse sobre mí para correrse (ya no aguantaba más)y así en esa posición nos corrimos juntos, dejándole el coño lleno de leche. No había problemas en correrse dentro porque tomaba anticonceptivos, no porque follara a menudo, pero decía que tenía las reglas muy dolorosas y eso la regulaba, y a la vez pues teniamos esa ventaja de follar a demanda sin condones, jeje.
Nos quedamos extasiados un rato tumbados y no tardó ella mucho en empezar a acariciarse el coño, y mirándome como la vez anterior se rela mía mi semen mezclado con sus flujos, empezó a masturbarse presionando el coño con ambas manos, yo la miraba y tambien me sobaba, pero era demasiado pronto como para recuperar una buena erección, aún así me pidió la polla en la boca, morcillona se la metí y no tardó nada en correrse de nuevo mientras gemia con mi polla en la boca.
Me confesó que no es que fuera ninfómana y necesitara follar sino que era adicta a masturbarse, que necesitaba hacerlo bastantes veces al día y en cualquier sitio, de hecho en la universidad tenía que entrar a los baños a desahogarse en varias ocasiones, y que le encantaba el sabor a sexo, de hecho rebañaba bien mi polla tras cada follada.
Ese fue el primer polvo del fin de semana, vinieron batantes más, solo saliamos para comer y cenar, el resto en pelotas por el apartamento guarreando, acabamos extasiados con temblores de piernas ambos.