No se si es el mejor hilo para compartirlo porque no hay mucho tendedero aquí pero bueno. Siempre es bueno el tener buena relación con tus vecinos para que la convivencia sea adecuada y poder atender favores mutuos entre ambos, en este caso el favor me lo solicitó mi vecino, se iban de vacaciones diez días fuera y me dejó las llaves de su piso porque en esos días iba a venir el pintor del seguro para arreglarle algún desperfecto del piso, sólo para abrirle y estar pendiente de si necesitaba alguna cosa.
Por supuesto le dije que no me importaba en absoluto ofreciéndome a ayudarle en lo que estuviera en mi mano y que se fueran de vacaciones tranquilos y las disfrutaran. En el mismo momento que me dio las llaves lo tenía muy claro en mi cabeza, poder conocer de primera mano la ropa interior de su mujer y sus hijas, son una pareja normal de unos 45-48 años y con dos hijas adolescentes.
Y ya todo se terminó de aclarar cuando una tarde mi mujer y los niños se fueron a un cumpleaños al chalet de un amigo del niño, estarían toda la tarde fuera y tendría todo el tiempo del mundo para poder cumplir mi objetivo.
La verdad es que fue muy morboso, el entrar a su casa, a sus habitaciones, ir abriendo cajón a cajón hasta ver en cual tendrían guardada su lencería, así en las tres habitaciones, la de matrimonio para ver la ropa interior de la madre y en las de las dos hijas.
Y qué más voy a decir...que fue una experiencia el poder ver y apreciar toda esa colección de ropa interior, bragas, tangas, sujetadores... sin prisas, disfrutando de la variedad de colores, formas, marcas...
Con mucho cuidado de no descolocar nada creo que tuve entre mis manos todas y cada una de sus braguitas y tangas de las tres, no deje ni una por ver ni tocar, un auténtico arsenal en cada cajón y eso que faltarían las que se hubieran llevado al viaje, desde las braguitas de algodón mas infantiles que te puedas imaginar hasta tangas de hilo. Me masturbé dos veces allí mismo con cuidado de no manchar absolutamente nada, con sus bragas en mi polla, mi cara, mis manos y tras un par de horas cerré y cruce a la puerta de enfrente a seguir con mi vida normal.