Keranos
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Capítulo 736
No hizo falta que la llamara para nada, porque al poco me dormí y la fiebre se me pasó, aunque me desperté con calor y con ganas de ir al baño, por lo que me levanté para ir. Por el camino tuve que apoyarme en la pared, porque seguía algo trastornado y tenía algo de mareo, pero me pareció oír algo proveniente de la habitación de Andrea. Me quedé quieto unos segundos para ver si era realmente algo o si había sigo otra cosa o directamente me lo había imaginado como ya me pasaba en los últimos días desde que la pillé follando con su novio. En efecto, algo pasaba, porque volví a oír otro gemido y eso hizo que se me acelerara el pulso. Con mucho cuidado y despacio fui hasta la puerta de su habitación para pegar la oreja y ver qué podía percibir. Era bastante evidente que algo estaba haciendo, aunque no veía viable que estuviera follando con el novio de nuevo, porque no escuché la puerta abrirse ni nada por el estilo. Estaba malo y eso aplacaba bastante mi sueño ligero, sí, pero la puerta de la calle hacía bastante ruido por mucho cuidado que tuvieras, ya que chirriaba bastante. La posibilidad de que hubiera entrado su novio en casa era ínfima, porque, además, no había pasado tanto tiempo desde que me dormí y no veía muy viable que se hubiera podido presentar en casa tan rápido.
Estuve escuchando durante unos minutos, muy nervioso, porque Andrea me seguía poniendo bastante, especialmente desde que la pillé. Tenía la polla dura a más no poder y oía pequeños gemidos lastimeros, además de algún comentario breve de vez en cuando que no solía descifrar. La única explicación que se me ocurría era que estaba en llamada o videollamada con su novio y que se estaban masturbando simultáneamente. Hasta me empecé a tocar por encima de la ropa, pero por desgracia la cosa terminó rápido, porque tras unos gemidos agudos muy seguidos, aunque aún bajitos, hubo un silencio que no se rompía en ningún momento. Era bastante evidente que Andrea se había corrido. Tan solo oí un bostezo por su parte y nada más, marchándome yo al baño tras esperar unos minutos. El problema era que con la erección que tenía no podía orinar, así que decidí ir por la vía rápida, haciéndome una paja rápida, la cual lo fue demasiado por lo excitado que estaba al haberla vuelto a escuchar. Descargué más de lo que esperaba para haberlo hecho no hacía muchas horas con Noelia.
Después de eso ya si pude aliviarme de otra manera y regresé rápidamente a la cama para descansar, no sin antes acercarme de nuevo a la puerta de Andrea por si acaso, pero no se oía nada más. Esa noche sí que fui capaz de dormir bastante, aunque estando algo malo era mucho más fácil. Aun así, me levanté temprano, para darme una ducha e ir al dentista. Allí me limpiaron aquello y me hicieron una reconstrucción del diente, la cual quedó bastante bien. Me mandaron también un antibiótico por haber tenido fiebre el día anterior, porque todo indicaba que tenía una infección, aunque yo ya me encontraba mejor. Pensé si avisar en el trabajo o no, pero en realidad no me encontraba tan mal como para tener que irme a casa y echarme a descansar. Tan solo tenía un leve malestar que pude combatir con el café que me tomé allí. Mi jefa me preguntó si todo iba bien, pues aunque a esas alturas era imposible que me notara nada en el diente, sí que me notó el labio algo inflamado por esa zona. Y era verdad que lo tenía algo hinchado, pero le dije que no era nada, que me había dado un pequeño golpe y nada más.
Tanto Noelia como Andrea me preguntaron cómo había ido la cosa en el dentista. Noelia lo hizo primero y lo hizo casi a la hora de haber salido. En sus mensajes me decía que no tenía ni idea de cuánto iba a tardar en salir de allí, pero quería ver cómo había ido todo, pidiéndome que le contara en cuanto pudiera. Andrea me preguntó en el descanso que tenía para almorzar. Informé a las dos, alegrándose de que todo hubiera ido bien, aunque le preocupó un poco que me hubieran mandado un antibiótico. Me pidió permiso para pasarse por casa a la hora de comer para verme y ayudar a preparar la comida para que yo no tuviera que hacer nada, diciéndole yo que no hacía falta, aunque ella insistió y al final le di luz verde, aunque lo hice por otro motivo. Andrea también se alegró de que todo hubiera ido bien, restándole importancia a lo del medicamento. No le pilló muy de nuevas, porque Noelia ya le había contado, pero quería preguntarme a mí directamente. También me comentó que Noelia le había dicho que comería con nosotros para echar una mano y que le parecía bien, despidiéndose de mí para continuar con sus clases.
Me quedé con las ganas de ponerle algo referente a la pasada noche en la que la volví a pillar con sus gemidos, pero no lo veía nada oportuno. Eso no quitó que me volviera a masturbar pensando en ella, ya más tranquilamente al regresar del trabajo y al quedarle un rato a ellas para llegar. Me quedé como nuevo y me eché en el sofá para descansar, porque tenía un poco de mal cuerpo aún, llegando ellas antes de que me diera cuenta. Noelia vino hacia mí corriendo, tirando su mochila al suelo y casi saltando sobre mí. Me dio un abrazo y me preguntó cómo me encontraba, apartándola yo un poco de mí y diciendo que no era para tanto mientras Andrea reía, yéndose hacía la cocina. Le miré bien el culo aprovechando que Noelia me volvió a abrazar, quedándome yo embobado en esa parte del cuerpo de mi compañera de piso en lo que Noelia me decía que había estado preocupada toda la noche, que había estado bastante pendiente del móvil y cosas por el estilo.
La volví a retirar un poco y le dije que se tranquilizara, que no pasaba nada. Me sonrió y me dio un pico, aunque me volví a apartar, echándole un poco la bronca, porque no quería que hubiera contacto con mi boca por aquello de que podía tener una infección. Noelia me pidió perdón, empujándome para que siguiera descansando y marchándose a la cocina para ayudar a Andrea. Al rato me levanté para ir a ver cómo iba la cosa por allí, aprovechando además para ayudar a ir poniendo la mesa, aunque Noelia se negó, diciendo que ella se encargaba. Hasta me cogió de la mano y me arrastró al sofá para sentarme en él, volviendo Andrea a reír al ver la escena. La comida fue bastante tranquila, aunque de repente llamaron a la puerta. No pude acabar mi plato, porque fui a ver quién era, tratándose de Hugo. Estaba un poco en un aprieto, porque no me apetecía mucho tener esa conversación que teníamos pendiente y no quería que pasara, porque iba a ver a Noelia por allí y seguro que se iba de la lengua con los demás. Le dije que esperara, que me cambiaba y nos íbamos a hablar a otra parte.
Las chicas me preguntaron qué pasaba, comentando yo que tenía que irme. Noelia se levantó y me siguió a mi habitación, donde me pidió más explicaciones al respecto. Tan solo le comenté que tenía que hablar una cosa con un amigo y nada más. Ella se quedó unos instantes en silencio, pasando a preguntar después si se trataba de Mario. Negué sin decir nada y me terminé de cambiar para irme de allí, preguntándome ella por último cuándo iba a volver, respondiéndole yo que no lo sabía. Hugo me esperaba en la puerta y le dije que a dónde íbamos, sugiriendo él irnos a un bar por la hora que era. Fuimos a uno cercano y nos pedimos una bebida, estando bastante callados hasta que yo no quería seguir de esa manera y le pregunté qué pasaba. El me miró durante unos segundos que se me hicieron eternos y la verdad es que tenía cara de pocos amigos, dándome la impresión de que la cosa con Sofía no iba del todo bien. Tampoco es que se animara a hablar de primeras, empezando a comer una cosa que se pidió, pero ya sí que empezó a hablar al insistirle yo, diciéndole además que para eso me podía haber quedado en mi casa, que ya tenía un plato de comida sobre la mesa.
-Joder, con la bronca que tuvimos y no haces por donde para relajar el ambiente.
-Has sido tú el que ha venido a mi casa.
-Joder, Javi... Que somos amigos, coño...
-Con lo que pasó la última vez que nos vimos...
-Dije esas tonterías por el calentón que tenía, no porque lo pensara de verdad.
-Ya me contó Sofía que eras muy celoso.
-Pues sí. Lo soy -dijo molesto-. Pero tenía mis razones para estarlo.
-Bueno, si tú lo dices...
-Joder, me sentó muy mal que tú y ella...
-¿Por qué?
-Pues porque sí, porque sé que sois amigos íntimos y me da por pensar.
-Mira, Hugo, ya sabes que entra ella y yo pasaron cosas. Nada serio, pero algo hubo, no te voy a engañar. Y sí, nos acostamos varias veces.
-No hace falta que me lo vuelvas a recordar -decía molesto.
-Lo hago para que entiendas que es algo normal que dijera de pasarlo bien con ella hace poco.
-Ya...
-Hugo, no sabía que estabais de lío ni nada. ¿Qué quieres que haga si era normal entre nosotros vernos así de vez en cuando? Pero no, me tuve que enterar por las malas.
-Ya, eso fue una cagada muy grande. Irene se tenía que haber estado quieta.
-Esa es otra, pero no tiene que ver contigo, aunque estuvieras allí. El problema que tengo contigo y con Sofía es que no me contarais lo que pasaba. No sé por qué no me dijisteis nada. Y cuando vi esa foto, pues me jodió bastante, porque me sentí muy desplazado y hasta sustituido, ya lo sabes.
-Sí. ¿Entonces no puedo estar yo ahí?
-¿Cuándo he dicho yo eso?
-Como dices que te sientes sustituido...
-Sí, porque podríamos haber estado los cinco. Tú no sobras.
-Si no estábamos los cinco es porque tú hiciste las cosas mal.
-Mira, no quiero volver a hablar de ese tema y menos contigo, que a ti no te ha molestado en ningún momento que me siguiera viendo con Noelia.
-Me empezó a molestar al ver cómo se puso la cosa y cómo reaccionó Sofía.
-Bueno, poco arreglo tiene ya eso.
-Mira Javi, Sofía me gusta de verdad y...
-¿Habéis hablado? -dije interrumpiéndole.
-Sí.
-¿Y qué tal?
-Bien. No me puedo enfadar con ella.
-Pues bien que lo hiciste cuando estuve hablando con ella.
-Pero no me dura nada. Es lo que te estaba diciendo. Sofía me gusta de verdad. Desde que estaba con... Hacía que no me sentía tan bien con alguien. Ella es todo comprensión y cariño. Joder, no me creo aún la suerte que he tenido al dar con ella.
-Sí. Es una chica genial.
-Es muy comprensiva con mis celos. ¿Sabes que hasta se ha prestado a ayudarme a que deje...? Dice que tiene una amiga que es psicóloga y que le ha dado consejos para ello.
-No me extraña. Ella siempre quiere ayudar y que todo vaya bien.
-Dice que entiende que me cueste dejar eso al tener una adicción, pero también me ha dicho que es algo que tengo que dejar tarde o temprano y que ella prefiere que sea pronto. Dice que me va a ayudar en todo lo que pueda, pero el que tiene que querer dejarlo soy yo.
-Y lleva razón.
-Lo sé. Y quiero, pero mi trabajo…
-Pues déjalo. Busca otro que no sea tan estresante.
-Ella me ha dado esa opción también, que me ayuda si tengo problemas de dinero, dice. Joder, es que no me puedo creer lo buena que es.
-¿Y qué vas a hacer?
-Quiero dejarlo. De eso estoy seguro. El problema es lo del trabajo. Es verdad que me va a costar mucho sobrellevarlo sin esa ayuda. Y la verdad es que me pagan muy bien. Que tampoco es que vaya a sufrir si lo dejo, porque tengo un dinero ahorrado, pero tampoco quiero ser una carga para nadie. No quiero que piense que soy un aprovechado.
-Ella no va a pensar eso. Es muy lista y sabe calar bien a la gente rápido.
-No sé qué hacer.
-¿Y reducir la jornada?
-Son unos cabrones. Nos sangran.
-Pues con esto que dices y todo lo que me has contado... Yo lo tendría muy claro.
-Tengo que pensarlo.
-Estás muy pillado de ella, ¿no?
-Joder, mucho. Si nada más que pienso en ella. Estoy deseando salir de trabajar para hablar con ella. Siempre que puedo me escapo para ir a verla. O viene ella.
-A ella también se le ve ilusionada.
-Ya... -decía cambiándosele la cara, sonriendo bastante.
-Mira, Hugo, yo no quiero que haya malos rollos entre nadie de nosotros, pero últimamente es que han pasado muchas cosas. Demasiadas. Y la verdad es que estoy un poco bastante quemado. Necesito un tiempo.
-Entiendo. Pero Sofía tampoco se merece lo mal que lo ha pasado por tu culpa. Podrías llamarla para hablar con ella y que vea que no se ha roto vuestra amistad. Ella te tiene mucha estima y no quiero verla mal por eso.
-Hablaré con ella.
-La putada es el tema de la pelea que habéis tenido Irene, Mario y tú.
-Ya. Ese tema...
-¿Cómo ves la cosa?
-Mal. Irene me ha hablado, pero está muy insolente. Esto es lo que más quemado me tiene de todo lo que pasa. Irene, Mario y yo hemos tenido una relación muy estrecha y me hizo mucho daño que me dijeran aquello. Saben de sobra que no era mi intención...
-Sí, seguro que lo saben, pero es que por lo que me han dicho, ya llevas unas cuantas así.
-Sí.
-Y te sigues viendo con ella.
-Me hace compañía y me lo paso bien con ella. Me siento solo con todo esto que está pasando.
-¿Estáis juntos?
-No -dije rotundamente-. Y está advertida de ello de sobra.
-Y si te sientes solo, ¿por qué no intentas arreglar las cosas con Irene y Mario? Nos podemos juntar los cinco y...
-Porque estoy quemado, ya te lo he dicho. La cosa está muy tóxica entre todos vosotros y yo. Prefiero dejar pasar unas semanas para ver si la cosa se tranquiliza. También para ver si se me pasa la mala ostia que tengo últimamente y para ver si se les pasa a ellos de paso.
-¿Y mientras tanto vas a estar con esa chica?
-De vez en cuando.
-Si tú lo dices...
-Hugo, no me toques los cojones y vayas ahora de correveidile con los demás, que es lo último que necesito.
-No. No voy a decir nada. Pero no sé qué coño haces viéndote con ella con lo mal que lo has pasado por su culpa y con todo lo que se ha liado.
-Da igual. Me voy a ir ya.
-Entonces, la cosa entre nosotros, guay, ¿no?
-Bueno, más o menos.
-Y con Sofía también, ¿no?
-Sí.
-Bueno, algo es algo.
-Ahora la llamo.
-Vale. Oye, ¿qué te ha pasado en el labio?
-Nada, un golpe que me he dado.
-Bueno... Si quieres podemos quedar este fin de semana tú, Sofía y yo y damos una vuelta o algo.
-No sé, ya veremos. Te he dicho que prefiero estar unos días tranquilo.
-Como veas, pero ella te va a decir lo mismo.
-Pues tendrá la misma respuesta.
No hizo falta que la llamara para nada, porque al poco me dormí y la fiebre se me pasó, aunque me desperté con calor y con ganas de ir al baño, por lo que me levanté para ir. Por el camino tuve que apoyarme en la pared, porque seguía algo trastornado y tenía algo de mareo, pero me pareció oír algo proveniente de la habitación de Andrea. Me quedé quieto unos segundos para ver si era realmente algo o si había sigo otra cosa o directamente me lo había imaginado como ya me pasaba en los últimos días desde que la pillé follando con su novio. En efecto, algo pasaba, porque volví a oír otro gemido y eso hizo que se me acelerara el pulso. Con mucho cuidado y despacio fui hasta la puerta de su habitación para pegar la oreja y ver qué podía percibir. Era bastante evidente que algo estaba haciendo, aunque no veía viable que estuviera follando con el novio de nuevo, porque no escuché la puerta abrirse ni nada por el estilo. Estaba malo y eso aplacaba bastante mi sueño ligero, sí, pero la puerta de la calle hacía bastante ruido por mucho cuidado que tuvieras, ya que chirriaba bastante. La posibilidad de que hubiera entrado su novio en casa era ínfima, porque, además, no había pasado tanto tiempo desde que me dormí y no veía muy viable que se hubiera podido presentar en casa tan rápido.
Estuve escuchando durante unos minutos, muy nervioso, porque Andrea me seguía poniendo bastante, especialmente desde que la pillé. Tenía la polla dura a más no poder y oía pequeños gemidos lastimeros, además de algún comentario breve de vez en cuando que no solía descifrar. La única explicación que se me ocurría era que estaba en llamada o videollamada con su novio y que se estaban masturbando simultáneamente. Hasta me empecé a tocar por encima de la ropa, pero por desgracia la cosa terminó rápido, porque tras unos gemidos agudos muy seguidos, aunque aún bajitos, hubo un silencio que no se rompía en ningún momento. Era bastante evidente que Andrea se había corrido. Tan solo oí un bostezo por su parte y nada más, marchándome yo al baño tras esperar unos minutos. El problema era que con la erección que tenía no podía orinar, así que decidí ir por la vía rápida, haciéndome una paja rápida, la cual lo fue demasiado por lo excitado que estaba al haberla vuelto a escuchar. Descargué más de lo que esperaba para haberlo hecho no hacía muchas horas con Noelia.
Después de eso ya si pude aliviarme de otra manera y regresé rápidamente a la cama para descansar, no sin antes acercarme de nuevo a la puerta de Andrea por si acaso, pero no se oía nada más. Esa noche sí que fui capaz de dormir bastante, aunque estando algo malo era mucho más fácil. Aun así, me levanté temprano, para darme una ducha e ir al dentista. Allí me limpiaron aquello y me hicieron una reconstrucción del diente, la cual quedó bastante bien. Me mandaron también un antibiótico por haber tenido fiebre el día anterior, porque todo indicaba que tenía una infección, aunque yo ya me encontraba mejor. Pensé si avisar en el trabajo o no, pero en realidad no me encontraba tan mal como para tener que irme a casa y echarme a descansar. Tan solo tenía un leve malestar que pude combatir con el café que me tomé allí. Mi jefa me preguntó si todo iba bien, pues aunque a esas alturas era imposible que me notara nada en el diente, sí que me notó el labio algo inflamado por esa zona. Y era verdad que lo tenía algo hinchado, pero le dije que no era nada, que me había dado un pequeño golpe y nada más.
Tanto Noelia como Andrea me preguntaron cómo había ido la cosa en el dentista. Noelia lo hizo primero y lo hizo casi a la hora de haber salido. En sus mensajes me decía que no tenía ni idea de cuánto iba a tardar en salir de allí, pero quería ver cómo había ido todo, pidiéndome que le contara en cuanto pudiera. Andrea me preguntó en el descanso que tenía para almorzar. Informé a las dos, alegrándose de que todo hubiera ido bien, aunque le preocupó un poco que me hubieran mandado un antibiótico. Me pidió permiso para pasarse por casa a la hora de comer para verme y ayudar a preparar la comida para que yo no tuviera que hacer nada, diciéndole yo que no hacía falta, aunque ella insistió y al final le di luz verde, aunque lo hice por otro motivo. Andrea también se alegró de que todo hubiera ido bien, restándole importancia a lo del medicamento. No le pilló muy de nuevas, porque Noelia ya le había contado, pero quería preguntarme a mí directamente. También me comentó que Noelia le había dicho que comería con nosotros para echar una mano y que le parecía bien, despidiéndose de mí para continuar con sus clases.
Me quedé con las ganas de ponerle algo referente a la pasada noche en la que la volví a pillar con sus gemidos, pero no lo veía nada oportuno. Eso no quitó que me volviera a masturbar pensando en ella, ya más tranquilamente al regresar del trabajo y al quedarle un rato a ellas para llegar. Me quedé como nuevo y me eché en el sofá para descansar, porque tenía un poco de mal cuerpo aún, llegando ellas antes de que me diera cuenta. Noelia vino hacia mí corriendo, tirando su mochila al suelo y casi saltando sobre mí. Me dio un abrazo y me preguntó cómo me encontraba, apartándola yo un poco de mí y diciendo que no era para tanto mientras Andrea reía, yéndose hacía la cocina. Le miré bien el culo aprovechando que Noelia me volvió a abrazar, quedándome yo embobado en esa parte del cuerpo de mi compañera de piso en lo que Noelia me decía que había estado preocupada toda la noche, que había estado bastante pendiente del móvil y cosas por el estilo.
La volví a retirar un poco y le dije que se tranquilizara, que no pasaba nada. Me sonrió y me dio un pico, aunque me volví a apartar, echándole un poco la bronca, porque no quería que hubiera contacto con mi boca por aquello de que podía tener una infección. Noelia me pidió perdón, empujándome para que siguiera descansando y marchándose a la cocina para ayudar a Andrea. Al rato me levanté para ir a ver cómo iba la cosa por allí, aprovechando además para ayudar a ir poniendo la mesa, aunque Noelia se negó, diciendo que ella se encargaba. Hasta me cogió de la mano y me arrastró al sofá para sentarme en él, volviendo Andrea a reír al ver la escena. La comida fue bastante tranquila, aunque de repente llamaron a la puerta. No pude acabar mi plato, porque fui a ver quién era, tratándose de Hugo. Estaba un poco en un aprieto, porque no me apetecía mucho tener esa conversación que teníamos pendiente y no quería que pasara, porque iba a ver a Noelia por allí y seguro que se iba de la lengua con los demás. Le dije que esperara, que me cambiaba y nos íbamos a hablar a otra parte.
Las chicas me preguntaron qué pasaba, comentando yo que tenía que irme. Noelia se levantó y me siguió a mi habitación, donde me pidió más explicaciones al respecto. Tan solo le comenté que tenía que hablar una cosa con un amigo y nada más. Ella se quedó unos instantes en silencio, pasando a preguntar después si se trataba de Mario. Negué sin decir nada y me terminé de cambiar para irme de allí, preguntándome ella por último cuándo iba a volver, respondiéndole yo que no lo sabía. Hugo me esperaba en la puerta y le dije que a dónde íbamos, sugiriendo él irnos a un bar por la hora que era. Fuimos a uno cercano y nos pedimos una bebida, estando bastante callados hasta que yo no quería seguir de esa manera y le pregunté qué pasaba. El me miró durante unos segundos que se me hicieron eternos y la verdad es que tenía cara de pocos amigos, dándome la impresión de que la cosa con Sofía no iba del todo bien. Tampoco es que se animara a hablar de primeras, empezando a comer una cosa que se pidió, pero ya sí que empezó a hablar al insistirle yo, diciéndole además que para eso me podía haber quedado en mi casa, que ya tenía un plato de comida sobre la mesa.
-Joder, con la bronca que tuvimos y no haces por donde para relajar el ambiente.
-Has sido tú el que ha venido a mi casa.
-Joder, Javi... Que somos amigos, coño...
-Con lo que pasó la última vez que nos vimos...
-Dije esas tonterías por el calentón que tenía, no porque lo pensara de verdad.
-Ya me contó Sofía que eras muy celoso.
-Pues sí. Lo soy -dijo molesto-. Pero tenía mis razones para estarlo.
-Bueno, si tú lo dices...
-Joder, me sentó muy mal que tú y ella...
-¿Por qué?
-Pues porque sí, porque sé que sois amigos íntimos y me da por pensar.
-Mira, Hugo, ya sabes que entra ella y yo pasaron cosas. Nada serio, pero algo hubo, no te voy a engañar. Y sí, nos acostamos varias veces.
-No hace falta que me lo vuelvas a recordar -decía molesto.
-Lo hago para que entiendas que es algo normal que dijera de pasarlo bien con ella hace poco.
-Ya...
-Hugo, no sabía que estabais de lío ni nada. ¿Qué quieres que haga si era normal entre nosotros vernos así de vez en cuando? Pero no, me tuve que enterar por las malas.
-Ya, eso fue una cagada muy grande. Irene se tenía que haber estado quieta.
-Esa es otra, pero no tiene que ver contigo, aunque estuvieras allí. El problema que tengo contigo y con Sofía es que no me contarais lo que pasaba. No sé por qué no me dijisteis nada. Y cuando vi esa foto, pues me jodió bastante, porque me sentí muy desplazado y hasta sustituido, ya lo sabes.
-Sí. ¿Entonces no puedo estar yo ahí?
-¿Cuándo he dicho yo eso?
-Como dices que te sientes sustituido...
-Sí, porque podríamos haber estado los cinco. Tú no sobras.
-Si no estábamos los cinco es porque tú hiciste las cosas mal.
-Mira, no quiero volver a hablar de ese tema y menos contigo, que a ti no te ha molestado en ningún momento que me siguiera viendo con Noelia.
-Me empezó a molestar al ver cómo se puso la cosa y cómo reaccionó Sofía.
-Bueno, poco arreglo tiene ya eso.
-Mira Javi, Sofía me gusta de verdad y...
-¿Habéis hablado? -dije interrumpiéndole.
-Sí.
-¿Y qué tal?
-Bien. No me puedo enfadar con ella.
-Pues bien que lo hiciste cuando estuve hablando con ella.
-Pero no me dura nada. Es lo que te estaba diciendo. Sofía me gusta de verdad. Desde que estaba con... Hacía que no me sentía tan bien con alguien. Ella es todo comprensión y cariño. Joder, no me creo aún la suerte que he tenido al dar con ella.
-Sí. Es una chica genial.
-Es muy comprensiva con mis celos. ¿Sabes que hasta se ha prestado a ayudarme a que deje...? Dice que tiene una amiga que es psicóloga y que le ha dado consejos para ello.
-No me extraña. Ella siempre quiere ayudar y que todo vaya bien.
-Dice que entiende que me cueste dejar eso al tener una adicción, pero también me ha dicho que es algo que tengo que dejar tarde o temprano y que ella prefiere que sea pronto. Dice que me va a ayudar en todo lo que pueda, pero el que tiene que querer dejarlo soy yo.
-Y lleva razón.
-Lo sé. Y quiero, pero mi trabajo…
-Pues déjalo. Busca otro que no sea tan estresante.
-Ella me ha dado esa opción también, que me ayuda si tengo problemas de dinero, dice. Joder, es que no me puedo creer lo buena que es.
-¿Y qué vas a hacer?
-Quiero dejarlo. De eso estoy seguro. El problema es lo del trabajo. Es verdad que me va a costar mucho sobrellevarlo sin esa ayuda. Y la verdad es que me pagan muy bien. Que tampoco es que vaya a sufrir si lo dejo, porque tengo un dinero ahorrado, pero tampoco quiero ser una carga para nadie. No quiero que piense que soy un aprovechado.
-Ella no va a pensar eso. Es muy lista y sabe calar bien a la gente rápido.
-No sé qué hacer.
-¿Y reducir la jornada?
-Son unos cabrones. Nos sangran.
-Pues con esto que dices y todo lo que me has contado... Yo lo tendría muy claro.
-Tengo que pensarlo.
-Estás muy pillado de ella, ¿no?
-Joder, mucho. Si nada más que pienso en ella. Estoy deseando salir de trabajar para hablar con ella. Siempre que puedo me escapo para ir a verla. O viene ella.
-A ella también se le ve ilusionada.
-Ya... -decía cambiándosele la cara, sonriendo bastante.
-Mira, Hugo, yo no quiero que haya malos rollos entre nadie de nosotros, pero últimamente es que han pasado muchas cosas. Demasiadas. Y la verdad es que estoy un poco bastante quemado. Necesito un tiempo.
-Entiendo. Pero Sofía tampoco se merece lo mal que lo ha pasado por tu culpa. Podrías llamarla para hablar con ella y que vea que no se ha roto vuestra amistad. Ella te tiene mucha estima y no quiero verla mal por eso.
-Hablaré con ella.
-La putada es el tema de la pelea que habéis tenido Irene, Mario y tú.
-Ya. Ese tema...
-¿Cómo ves la cosa?
-Mal. Irene me ha hablado, pero está muy insolente. Esto es lo que más quemado me tiene de todo lo que pasa. Irene, Mario y yo hemos tenido una relación muy estrecha y me hizo mucho daño que me dijeran aquello. Saben de sobra que no era mi intención...
-Sí, seguro que lo saben, pero es que por lo que me han dicho, ya llevas unas cuantas así.
-Sí.
-Y te sigues viendo con ella.
-Me hace compañía y me lo paso bien con ella. Me siento solo con todo esto que está pasando.
-¿Estáis juntos?
-No -dije rotundamente-. Y está advertida de ello de sobra.
-Y si te sientes solo, ¿por qué no intentas arreglar las cosas con Irene y Mario? Nos podemos juntar los cinco y...
-Porque estoy quemado, ya te lo he dicho. La cosa está muy tóxica entre todos vosotros y yo. Prefiero dejar pasar unas semanas para ver si la cosa se tranquiliza. También para ver si se me pasa la mala ostia que tengo últimamente y para ver si se les pasa a ellos de paso.
-¿Y mientras tanto vas a estar con esa chica?
-De vez en cuando.
-Si tú lo dices...
-Hugo, no me toques los cojones y vayas ahora de correveidile con los demás, que es lo último que necesito.
-No. No voy a decir nada. Pero no sé qué coño haces viéndote con ella con lo mal que lo has pasado por su culpa y con todo lo que se ha liado.
-Da igual. Me voy a ir ya.
-Entonces, la cosa entre nosotros, guay, ¿no?
-Bueno, más o menos.
-Y con Sofía también, ¿no?
-Sí.
-Bueno, algo es algo.
-Ahora la llamo.
-Vale. Oye, ¿qué te ha pasado en el labio?
-Nada, un golpe que me he dado.
-Bueno... Si quieres podemos quedar este fin de semana tú, Sofía y yo y damos una vuelta o algo.
-No sé, ya veremos. Te he dicho que prefiero estar unos días tranquilo.
-Como veas, pero ella te va a decir lo mismo.
-Pues tendrá la misma respuesta.