Reencuentro con Elena

Capítulo 723

No dejé que me rogara más, porque salí de allí rápidamente para montarme en el coche e irme. No estaba tan seguro de que no estuvieran juntos por mucho que mi madre me hubiera dicho eso. No habíamos visto a mi hermano nunca con nadie y a ella la trajo a casa en una fecha especial. No necesitaba más pruebas para saber que entre ellos había algo, además de que estaba aquello de cómo vino a mi casa a pedirme explicaciones y a echarme cosas en cara con ese final del cual no estoy tan orgulloso. Eran un poco pasadas las 4 de la tarde cuando salí de allí, volviendo a casa un tanto abatido por lo regular que había sido ese fin de semana en muchos aspectos. Mi ánimo no era el mejor y necesitaba distraerme, por lo que pensé que en casa se me pasaría un poco al centrarme en ir preparando cosas para el final del trimestre. Aunque me llevé una sorpresa muy grande cuando volví a casa después de aparcar y bajar las dos calles que había de por medio en donde siempre lo solía dejar.

Aunque no fue nada más entrar, porque lo encontré todo muy oscuro, dándome la sensación de que no había llegado Andrea aún a casa. Por eso no saludé ni nada, porque con lo oscuro que estaba todo en invierno por ahí, siempre encendimos una pequeña luz que teníamos en la entrada. No era el caso, así que me fui hasta mi habitación, pero sí que vi algo de luz salir de debajo de la puerta de Andrea. Me extrañó mucho, porque de primeras pensé que se había dejado la luz dada antes de irse a casa el viernes, pero era imposible, porque yo había estado allí y la puerta estaba de hecho abierta. Así que debía estar allí, por lo que me acerqué para saludar y avisarle de que ya había llegado, pero justo cuando estaba por llamar a la puerta oí un gemido. Me sorprendió muchísimo aquello a la vez que me puso nervioso como en un sentido sexual como hacía tiempo que no me pasaba.

No llamé a la puerta, en especial al oír otro gemido más. Nunca había oído a Andrea de esa manera y la verdad es que me encantó. Era ella, eso seguro, porque podía oír su sensual tono de voz pese a no distinguir nada de lo que decía en esos murmullos que me podían llegar. Me quedé quieto, pegado a la puerta, empezando a escucharse más gemidos. Parecía que estaba con alguien, viendo obvio que era con su novio. No me lo había presentado aún, pero sí que le ponía cara por fotos que me había enseñado. Hasta le ponía cuerpo en algunas en las que se les veía de cintura para arriba. Por eso no fue difícil imaginarlos follando, sobre todo cuando ya tenía experiencia en imaginar a Andrea desnuda pese a no haber visto absolutamente nada de ella. Pero cuando se vino a vivir conmigo lo imaginé tantas veces que me resultaba muy fácil volver a esa imagen que tenía de ella. Había una en especial que me encendía bastante, y era tenerla de rodillas entre mis piernas mientras me la chupaba. En esos días me la imaginaba mirándome desde abajo y rodeando mi polla con esos labios gruesos y no me costaba nada acabar. Ahora lo hacía de nuevo, pero me la imaginaba así con su novio.

En cierto momento se escucharon sonidos de mamada de hecho, cosa que me puso bastante y que me volvió a recordar esas imágenes que me empecé a imaginar varios meses atrás. De pronto se callaron, cosa que me puso un poco tenso y que me hizo moverme hacia mi habitación por si habían acabado, pero no fue así, porque empecé a escuchar de nuevo los gemidos de ella, además de cómo la cama sonaba al chirriar un poco los muelles de ésta. Me volví a acercar para escuchar con atención, dándome cuenta de que tenía una erección bastante bestia. Me la saqué para masturbarme mientras la escuchaba gemir y follar, imaginándome que era ella la que estaba sobre él. Andrea seguía murmurando entre gemido y gemido, pero no era capaz de descifrar lo que decía. Aun así, estaba cachondo perdido por escucharla así después de tanto tiempo viviendo conmigo, porque jamás la había escuchado en ninguna situación parecida.

Andrea seguía gimiendo, cada vez de manera más intensa y aguda, a la vez que la cama sonaba más. No me esperaba que Andrea fuera tan expresiva en la cama y estaba demostrando ser muy interesante en ese aspecto. Terminó por correrse, notándose al cambiar un poco sus gemidos, pero también porque fueron ahogados por algo, porque se notaba que lo estaba haciendo con mucha intensidad. También era prueba de ello cómo la cama dejó de sonar y como cesaron todos los ruidos consiguientes. La putada para mí fue que yo no acabé y ahora tenía un problema, porque se me hacía muy evidente que iban a salir de un momento a otro, por lo que intentando hacer el menor ruido posible me fui de casa, acomodándome la erección que tenía todo lo bien que pude. Me volví al coche, donde me manoseé por encima de la ropa, pero eso no me bastante. Ni siquiera me bastaba con hacerme una paja. Necesitaba follar. Así que arranqué el coche e hice una llamada con el manos libres.

-¿Dónde estás?
-En casa, ¿por qué? ¿Pasa algo?
-¿En qué casa? ¿La de tu pueblo, o la de aquí?
-La de aquí. Me vine después de comer en bus. Javi, ¿pasa algo?
-Prepárate, que voy a por ti.
-Eh... Vale -decía Noelia contenta.

Fui rápidamente hasta su casa, aparcando a la derecha de está, en los huecos que tenía ese mirador tan bonito que había por allí. Le envié un mensaje y ella me dijo que le diera unos minutos, que estaba acabando. La verdad es que fui demasiado deprisa a su casa y no le di apenas tiempo para que se preparara, pero es que no podía esperar. En cuanto salió, buscó mi coche con la miraba. La veía arreglada y bastante guapa con un poco de maquillaje y bien vestida. Nada más entró al coche le puse el cinturón de seguridad y arranqué para irnos de allí, aunque no tenía ni idea de a dónde. A casa no quería ir por obvias razones y en la suya tampoco me apetecía estar, porque sabía que íbamos a hacer mucho ruido, sobre todo ella, que celebraba todo lo que pasaba cuando estábamos en la cama. Así que hice lo primero que se me pasó por la cabeza, que fue ir a un sitio apartado para follar en el coche.

No me costó mucho encontrarlo, pues en menos de 5 minutos ya estábamos en un lugar abandonado que se encontraba a las afueras de la ciudad. Más bien estaba semiabandonado, pero desde luego no había nadie al estar todo muy oscuro. Noelia parecía un poco asustada, seguramente por lo repentino que estaba siendo todo, por las prisas que llevaba conduciendo y por acabar en ese lugar. Nada más llegar y aparcar, me quité el cinturón de seguridad y me lancé sobre ella para besarla, pillándola bastante desprevenida por su reacción con ese gemido que lanzó, aunque rápidamente se entregó a ese beso que le empecé a dar, queriendo ser ella más participativa, echándose para delante al agarrarme la cara, aunque el cinturón de seguridad la frenaba. Estaba frustrada, porque no entendía qué pasaba, pero yo la liberé de él y nos empezamos a comer la boca con ansia. Estuvimos así durante un rato hasta que Noelia empezó a reír, diciéndome que le hacía cosquillas con la barba. Yo no podía esperar más, por eso me bajé del coche y me monté en la parte de atrás, diciéndole que me siguiera.

Una vez ahí, eché los asientos de delante más para allá para tener más espacio y poder estar más cómodos. Rápidamente la puse sobre mí, con una pierna a cada lado para seguir comiéndonos un poco la boca mientras le metía mano, sobando su culo sobre todo. Hasta le daba azotes, pareciendo que tenía el culo mejor de las marcas que le dejé con aquel castigo que le puse, porque no se quejaba casi nada con ello. En lo que nos seguíamos enrollando la empecé a desnudar, colaborando ella hasta que solo la dejé con su tanga. Mi polla no podía estar más dura y me molestaba mucho la ropa que llevaba puesta, por lo que me empecé a desabrochar todo, ayudándome ella una vez más al ponerse de rodillas en el suelo para quitármelo todo y desnudarme por completo. También se quitó su tanga, el cual dejó junto a toda nuestra ropa. Se lanzó de inmediato a chupármela, pero solo la dejé hacer eso unos pocos segundos, porque tiré de ella para ponerla sobre mí y metérsela. Se me escapó un gemido bastante grande en el proceso, viéndose ella impresionada por aquello.

Estaba caliente y húmeda que era una locura y sin darme tiempo a recuperarme de esa sensación tan fuerte que me hizo gemir de aquella manera, me empezó a follar. Empezó por botar encima de mí a buen ritmo. Se me abrazó con fuerza al cuello y gemía también, como yo, que era algo raro en mí como ya he comentado en otras ocasiones. Fueron varias las ocasiones en las que se despegaba de mí para mirarme a los ojos agarrándome la cara, acabando en beso. De ahí pasó a moverse hacia delante y atrás, dándome mucho placer físico, porque mi cabeza estaba en otra parte. Estaba en mi casa, como 20 minutos antes de ese momento, recordando los gemidos de Andrea y esos sonidos que hacía su cama. Me imaginaba que ella estaba sobre mí follándome de esa manera y me encargaba de que fuera más rápida, al poner las manos en su culo, que también colaboraba en esa fantasía al tener Noelia un culazo también, aunque quedaba bastante lejos del de Andrea.

Tuve que empujarla para sacársela después de decirle varias veces que me iba a correr. Ella se apresuró después de apurar tanto para metérsela en su boca y recibir toda mi corrida, la cual hizo que me retorciera y que gimiera alto. Ella no se llegó a correr, aunque por poco. Estaba demasiado excitado y duré menos de 5 minutos en ese polvo que fue tan repentino como frenético. Noelia me sacó todo, siguiendo chupando un poco más, aunque de manera muy cariñosa, subiéndose a los asientos cuando acabó, abrazándose a mí y empezando a acariciar mi cuerpo. Estuvimos en silencio durante un buen rato, porque me estaba costando mucho recuperarme del orgasmo que acababa de tener. Me seguía notando muy acelerado y con mucho calor por todo el cuerpo. Noelia seguía cariñosa, acariciando mi cuerpo y dándome muchos besos por todos sitios. Susurró mi nombre en varias ocasiones hasta que finalmente abrí los ojos.
 
Un capítulo corto y con una intriga interesante, ¿con quien o quienes esta Andrea?, porque creo que no es su novio. Podemos sorprendernos de qué mujer está con ella si es un hombre creo que es Mario. Será así como este sibilino autor quiere cortar una de las cuerdas que sujetan a Javi a esta realidad, perder a Andrea será fuerte y quizás le haga reaccionar. Pido al autor sea misericordioso y deje de hacerle sufrir . Gracias
 
Pero si entre Andrea y el no hay absolutamente nada. No la puede perder Pirque no son más que compañeros de piso.
Dudo mucho que sea Mario y se supone que será su novio que ha pasado esos días con Ella.
No hay nada pero Javi no para de darle vueltas....Mientras el empotrador no sea su hermano...
 
Hay algo que me inquieta leyendo los últimos capítulos, he comentado la bajada al infierno interior de Javi y su camino de autodestrucción. Se aleja de todos y en este último acude a Noelia para no sentirse solo y desfogarse sexualmente.
Mucho me temo que Keranos tiene para nosotros un final al estilo drama griego y si es así le ruego medite y lo cambie o nos de alternativa. Aquí hay muchos románticos que nos gusta un final feliz y si con muchos polvos y besos
Amigo Keranos con este buen trabajo hecho no nos defraudes.
Nota: la obra es tuya y haz lo que tú creas.
 
Capítulo 724

-Javi, qué locura... Jajajaja. ¿Qué ha pasado para que estés así?
-¿Qué pasa? ¿No puedo tener ganas de echar un polvo?
-Claro, todas las que quieras. Pero no sé... Después de todo lo que hicimos el viernes por la noche y el sábado por la mañana... Pensaba que estarías saciado. Aunque me ha encantado, no te vayas a pensar que no ha sido así. Ha sido tan repentino y de sorpresa que... No sé. Me has pillado muy desprevenida.
-Llevas el collar que te regalé.
-Por supuesto. Te dije que siempre lo llevaría -dijo dándome un beso muy tierno.
-¿Ya no te duele el culo?
-Casi nada.
-Lo he notado.
-Oye, ¿no decías que no íbamos a follar en el coche?
-Ha sido una emergencia.
-Pero podríamos haber ido a tu casa. O en la mía...
-Me han llamado la atención los vecinos. Eres demasiado ruidosa. Y a tus compañeras parece que no les hizo gracia cuando...
-Da igual. Si hago mucho ruido, pues me tapas la boca con fuerza, como nos gusta -dijo acariciando mi pecho-. O si no, muerdo la almohada, jejeje.
-Bueno...
-¿Cómo ha ido el finde con la familia?
-Bien, pero no quiero hablar de eso.
-Uy... Vale. ¿Quieres que sigamos?
-Dame un momento.
-Nunca te he visto así. Estabas muy caliente. ¿Por qué?
-Porque sí. No preguntes tanto.
-¿Qué quieres hacer?
-Follar.
-Vale -decía con ganas, riendo un poco.
-Ven, ponte sobre mí.
-¿No quieres que nos vayamos para estar más cómodos?
-Vamos a hacer una cosa, vamos a seguir aquí y luego ya vemos.
-Si quieres estamos aquí un rato, luego cenamos en mi casa y seguimos allí. Prometo portarme bien y no ser tan escandalosa.
-Ya veremos.

Por lo pronto empezamos como yo dije, siguiendo allí un poco más. Comenzamos por besarnos, haciéndolo yo de manera más guarra mientras ella no dejaba de acariciar mi cuerpo. Tampoco paraba de decir que le ponía muchísimo y que la tenía caliente con solo mirarla. Le di varios azotes con fuerza para que se callara, porque me ponía nervioso que hablara tanto. Ahora ya sí que estaba follando con ella y no con Andrea en mi cabeza. Noelia también estaba bien buena y sabía complacerme por mucho que me jodiera. Me tenía bastante calado y controlaba bien los tiempos pese a no hacerlo tan bien con el juego de dominación que tuvimos unos días atrás. Ahora se estaba empleando muy bien al pajearme de una manera bastante agradable en lo que los comíamos la boca con bastante ansia. Me ponía mucho cuando me decía que era toda mía y de nadie más. Le empecé a tocar el coño con los dedos, encontrándolo bastante mojado y eso hizo que me entraran muchas ganas de comérselo.

Empecé poniéndola sentada sobre los asientos de atrás, con las piernas bien abiertas y yo de rodillas en el suelo trasero del coche, pero al poco me empezó a resultar muy incómodo, porque me dolía la espalda al tener que estar tan encorvado. Luego cambié y fui yo el que se tumbó sobre los asientos traseros para que ella se pusiera sobre mi cara con una pierna a cada lado y poder así comérselo también. Era también incómodo, porque me faltaba sitio para poder dejar las piernas más relajadas, teniendo que encogerlas o doblarlas de mala manera. Pero al menos no era tan incómodo como antes y pude comerle el coño como quería. Me avisó varias veces diciendo que se iba a correr, agarrando un pasamanos con una mano y mi pelo con la otra. En esos últimos momentos sí que se me venían los gemidos de Andrea a la cabeza y pensé que se lo estaba comiendo a ella, por eso lo hice con más intensidad sin que me importara nada que acabara en mi boca, aunque en realidad tampoco es que lo hubiera hecho nunca con ninguna chica.

Noelia quedó exhausta, con su cuerpo muy tembloroso, echándose hacia atrás, buscando una estabilidad que encontró en mi cuerpo al abrazarse a él. Estaba bastante ida, pero yo no podía esperar, incorporándome para decirle que me la comiera, aunque lo hacía de manera bastante torpe al estar aún con su cuerpo bastante flojo por su orgasmo. Pensé en cambiar la manera en la que ella me estimulaba, poniéndola sobre mí para metérsela y empezar un rozamiento ligero al dirigir yo la follada con mis manos, que apretaban su culo. Cuando Noelia volvió en sí del todo, empezó a gemir de manera más ñoña, empezando a besarme por toda la cara, resultándome molesto por momentos, porque lo hacía con demasiada energía. Le volví a propinar un nuevo azote para que me dejara hacer a mí, preguntándole si me iba a follar o iba a estar haciendo el tonto mucho más rato.

Eso pareció espabilarla para que me empezara a follar de verdad, siendo la Noelia que yo buscaba. Hasta le insultaba y le decía guarrerías exageradas para incitarla más. Aun así, se paraba bastante. Estaba recién corrida y parecía necesitar un respiro. Pero yo no, por eso acabé cambiando nuestras posiciones, poniéndola a ella de rodillas sobre los asientos de atrás, mirando hacia detrás, situándome yo detrás de ella para metérsela y darle fuerte, agarrándola de las caderas. Ahora sí que follábamos como yo quería, con ella gritando del gusto que le daban mis pollazos. Hasta le apretaba la cabeza contra el respaldo o también la mantenía firme tirándole del pelo con firmeza. Se acabó corriendo una vez más, gritando de manera muy aguda, momento en el que volví a pensar en Andrea al parecerse un poco. Yo acabé sobre su culo, apoyándome donde podía, porque también estaba un poco exhausto.

Ahora nos quedamos los dos en silencio y recuperándonos, pidiéndome Noelia que le alcanzara su bolso a los pocos minutos. Cuando lo hice, sacó toallitas de él para limpiarse tanto su culo, como su cara, porque el maquillaje lo tenía corrido. Sacó del bolso también un pequeño espejo para mirarse y poder quitárselo bien del todo. Luego se limpió su rajita y mi polla también, guardándolo enseguida todo en el bolso para echarse sobre mí, con uno de sus brazos cruzando mi torso. Me empezó a dar bastantes besos por el pecho y por donde alcanzaba. Yo estaba bastante relajado. Tanto, que llegó un momento en el que ella se puso sobre mí, pero sin intención de follar, porque lo que hacía era besarme muy tiernamente por toda la cara, en especial en los labios, y yo me dejaba. Tan solo me limité a poner mis manos sobre su culo, porque era la parte de su cuerpo que más me gustaba. Ella estaba teniendo barra libre, o así fue hasta que me empezó a dar frío por el parón que hicimos.

Nos pusimos nuestra ropa y ella se salió del coche, poniendo yo bien los asientos para sentarnos en la parte de delante. Noelia se me quedo mirando bastante raro, porque yo estaba en plan relax, pero con ella así era muy incómodo. Por eso la miré, sonriendo ella enormemente cuando lo hice. Miré la hora y resultaba que había pasado un buen rato desde que llegué a casa. Ella se percató de ello también, sugiriendo ir a por algo de cenar para poder hacerlo en su casa. La verdad es que no sabía si el novio de Andrea seguía por allí y sabía que me iba a poner nervioso en cuanto la viera y no veía que fuera a ser algo cómodo hacerlo con su novio delante, por lo que le di el visto bueno a Noelia, quien llegó hasta a aplaudir del entusiasmo que le entró. Acabamos yendo a una hamburguesería que los estudiantes solían frecuentar. Hasta yo mismo lo hacía en su día y he llegado a describir antes, cuando Andrea empezó a vivir conmigo y nos juntábamos en mi casa cuando mis amigos venían a verme.

Yo no me bajé del coche, diciéndole a Noelia lo que quería y dándole dinero para que pagara a pesar de que ella se ofreció a invitarme, pero no quería que me pagara nada. Volvió enseguida al coche diciéndome que iban a tardar un poco, porque había mucha gente, por lo que se quedó allí hablando conmigo. Bueno, solo hablaba ella, contándome cosas de sus clases y un poco de su familia, o más bien de su abuela, porque del resto de personas que la rodeaban no me llegó a decir nada. Al final recogió la cena y nos fuimos a su casa. Me llegó hasta a agarrar de la mano cuando aparqué en donde la esperé cuando fui a por ella para llevarme hasta su habitación. Cuando llegamos, una compañera suya de piso la llamó, yendo ella rápidamente, aprovechando también para coger agua, servilletas y demás. Vino enseguida, con una risa encantadora, cerrando la puerta para despejar un poco su escritorio y sentarnos ahí a cenar. Puso algo en su portátil para que lo viéramos, estando bastante en silencio, cosa que agradecí.
 
Capítulo 725

-Javi, ¿de verdad que va todo bien? Te noto muy callado -dijo cuando acabamos de cenar.
-Pues como siempre que estoy contigo.
-Ya... No... Pero... Es que te noto como embobado. ¿Quieres que ponga otra cosa?
-No.
-Si necesitas hablar para desahogarte o algo...
-Sí, ya mismo te voy a contar mis cosas.
-No tienes que hacerlo si no quieres. Lo respeto, pero quiero que sepas que me tienes aquí para lo que quieras -dijo poniendo su mano sobre la mía.
-Noelia, deja de decir tonterías.
-No son tonterías, jo...
-Me revienta cuando te pones así de infantil, porque no lo eres.
-Bueno, no te enfades, ¿vale? Quiero que tengas eso en cuenta por si lo necesitas. Nada más.
-Ya. ¿Qué te ha dicho tu compañera de piso cuando te ha llamado?
-Que no hagamos mucho ruido, que mañana tiene que madrugar bastante.
-Pues ya sabes.
-Me lo puedes hacer despacito...
-Te lo haré como me dé la gana.
-Claro. Pero para no hacer ruido...
-Lo que tienes que hacer es controlarte más. O hacer menos teatro.
-Javi, no hago teatro. Contigo lo siento así. Me gusta mucho todo lo que me haces y no puedo remediar ponerme así.
-Pues vas a tener que hacerlo, o no voy a poder venir más.
-Vale, vale -decía con un poco de miedo-. Me controlo. Pero tú no te cortes en cerrarme la boca si ves que...
-Vamos a verlo.

Cogí a Noelia para llevarla a la cama y echarnos en ella para empezar a enrollamos. Rápidamente lo empezamos a hacer con intensidad y más pronto que tarde, nuestra ropa volvió a volar. Tampoco tardamos mucho en ponernos a follar después de hacer un 69 para abrir boca. Me puse sobre ella y empecé lento, pero duró pocos segundos, porque empecé a apretar más. Se me olvidó lo que sonaba la cama, pero ya que estaba así no iba a quedarme con las ganas, por lo que cogí el colchón y lo tiré al suelo, poniéndome de nuevo sobre ella para continuar la follada. Se le escapaban varios gemidos que sí que tuve que tapar con mi mano, aunque también era verdad que se controlaba más. También cambiamos de postura, a unas cuantas. Le di un rato estando ella a cuatro, hincándole yo la cabeza en la almohada para que no gimiera tanto. Y también me montó. Esta postura era la prueba de fuego para ver si era capaz de ser menos ruidosa, y la verdad es que no fue tan mal, porque era ella misma la que se tapaba la boca en ocasiones. Al final me corrí sobre su vientre al follarla rápidamente en un misionero después de que ella se corriera un par de veces, quedando ambos tumbados bocarriba para recuperarnos.

-Javi, quédate a dormir, porfi... -decía con su voz ida todavía.
-No. Me voy ya.
-No hace falta.
-Esta cama es una mierda. Es muy pequeña y suena mucho.
-Es verdad, tendríamos que haber ido a tu casa. Tu cama es increíble.
-Ya nos veremos -dije incorporándome.
-Noooooo -decía abrazándose a mí-. Quédate, porfa...
-No me voy a quedar a dormir contigo, Noelia. Tuviste suerte al quedarte el viernes en mi casa. Con eso deberías estar contenta.
-Vale... ¿Me echas crema en el culete al menos antes de irte?
-¿Me ves cara de masajista?
-Si es un momento.
-Va, trae.
-Toma -dijo alargando su mano hasta su escritorio.

Me dio la crema y le eché un poco sobre su culo, que ya apenas mostraba señales de lo que le hice. Eran más como moretones que otra cosa, pero ya no tenía nada que ver con cómo lo tenía cuando le azoté con fuerza. Noelia murmuraba y me decía que le encantaba cómo lo hacía. Para que no se viniera arriba le solté un fuerte azote, diciéndole que se callara. Ella lanzó un pequeño grito y me hizo caso, quedándose callada en el resto del tiempo que le estuve esparciendo la crema. Cuando acabé me levanté para vestirme, quedándose ella de lado sobre la cama mirándome. Tenía una sonrisa muy tonta en la cara y antes de irme me pidió que le diera un beso para despedirnos. Le dije que no y ella me puso ojitos, prometiéndome que si lo hacía, no me molestaría hasta que yo fuera el que dijera de vernos. Le di un pequeño beso que ella se empeñó en alargar al agarrarme, pero me acabé soltando. Ella me dio las buenas noches y yo me marché de allí, montándome en el coche para volver a casa y encontrarlo todo a oscuras de nuevo, por lo que me fui a mi habitación directamente.

Noelia cumplió su palabra de no molestar al día siguiente en absoluto, porque no recibí ninguna llamada ni ningún mensaje de ella. Y el día en realidad fue bastante normal hasta que salí de trabajar por la noche para ir a casa de Lucía a por aquello que me pidió Ángela que recogiera antes de que fuera su madre para ayudar a su hermana a recoger todas las pertenencias que le quedaban allí para que se las llevara su madre a su casa de siempre. Bueno, antes de eso sí que hubo algún momento incómodo para mí, que obviamente tuvo lugar con Andrea. No es que comentara nada de lo que pasó el día anterior, ni mucho menos, pero me quedaba mucho rato mirándola. Ella se dio cuenta un par de veces y me sonreía, sin sospechar lo que rondaba mi cabeza. También me quedaba mirándola en ese rato que nos quedábamos reposando después de comer antes de que yo me fuera a trabajar. Ya de últimas sí que me preguntó si pasaba algo, pero le dije que no. Me puso en un aprieto al preguntarme por qué la miraba tanto, saliendo yo con que notaba algo diferente en ella, aunque no sabía decirle. Ella estaba muy despistada al respecto y tampoco se le ocurría por qué podía ser.

En cuanto llamé a la casa de Lucía, ella me abrió de inmediato. Subí rápidamente, encontrándomela asomada tras la puerta con una sonrisilla. Nos saludamos con dos besos y me hizo pasar. Le dije que no la iba a entretener mucho, que cogía una cosa mía y me iba. Ella me dijo que no tuviera prisa, yéndose a la cocina, ya que estaba preparando su cena. Al entrar en la habitación de Ángela me inundó su olor que tanto me gustaba. No me había parado a pensar en ese detalle, en que seguramente su habitación olería mucho a ella y la verdad es que fue algo que no encajé muy bien. Echaba mucho de menos a mi amiga y al entrar ahí mucho más que lo empecé a hacer. Era como si estuviera allí, pero por desgracia no era así. Hasta me quedé unos instantes mirando sus cosas y cogiendo alguna que otra. Me senté en la silla de su escritorio y me eché hacia atrás. Qué mal lo estaba pasando en ese momento. Pero recordé porqué estaba ahí, así que abrí el cajón de su escritorio que me dijo y busqué en él. No fue difícil dar con el juguete al ser el cajón normalito de tamaño y por la forma sobre todo, aunque iba guardado en una bolsa de terciopelo que tenía un cordón que la cerraba. Rápidamente lo guardé en mi maleta y me levanté para abrir la puerta e irme de allí cuanto antes, porque no me estaba haciendo mucho bien tener su olor tan cerca, además de que se me venían recuerdos de cuando habíamos estado ahí.

Pero justo cuando la abrí, cosa que hice de sopetón, me encontré a Lucía tras la puerta. Se llegó a asustar de hecho, por el aire con el que abrí la puerta. Bromeé un poco diciendo que si me estaba espiando o algo, para ver si se le iba el susto, aunque ella se lo tomó todo a risa. Cerré la puerta de la habitación y me dispuse a marcharme, pero ella me agarró del brazo para llevarme hasta la cocina. Allí, me dijo que me sentara en una de las sillas que tenía por allí, sacando un botellín de cerveza y dándomelo. Le dije que no hacía falta, pero ella me pidió que no le hiciera el feo y también se abrió una para ella. Me preguntó si me gustaba lo que estaba preparando, asintiendo yo al ser algo simple. Me ofreció quedarme a cenar con ella, pero yo le dije que no hacía falta y que mi compañera de piso, que ella ya conocía, me estaría esperando. Lucía comentó que no le apetecía cenar sola, pidiéndome que lo hiciera con ella y que llamara a Andrea si quería también. Lo pensé un poco en esos momentos posteriores en los que nos quedamos en silencio, viendo que no iba provocativa ni nada por el estilo.

Llevaba una sudadera con gorro bastante más grande de lo que debería, además de un pantalón de pijama de leopardo en rosa y negro, con sus zapatillas de estar por casa. No llevaba tampoco nada de maquillaje y su pelo estaba recogido con una coleta que se enredaba en sí misma, haciendo una bolita. Al final le dije que me quedaba, avisando a Andrea para que no me esperara y en pocos minutos ya estábamos cenando en su salón. Me empezó a contar el problema que había tenido su amiga para tener que irse a vivir con ella tan deprisa. Según me contó, estaba teniendo muchos problemas con sus compañeros de piso, que era un chico y una chica. Varios problemas de convivencia y algún que otro robo que sufrió sin saber bien quién lo había hecho. No los soportaba y le pidió ayuda a ella, que sabía que vivía sola. Así que en los próximos días se vendría con ella a vivir. También me preguntó qué era de mí, porque no me veía desde que llevé a su hermana y a su madre al aeropuerto cuando se fueron a Francia, aunque no le conté mucho.

Nos comimos algo de postre ya sentados en el sofá después de ayudarle a recogerlo todo, diciéndole cuando ya lo estábamos acabando que me sabía mal haber cenado sin darle nada a cambio, aunque ella me dijo que eso tenía muy fácil arreglo al estirarse para agarrar mi cara y darme un beso. Y yo no me aparté, porque me dejé hacer y también participé en él. Nos comimos la boca, acomodándose ella mejor sobre mí. La verdad es que me puso bastante lo lanzada que era y sus besos me sabían bien, además de por el chocolate del postre. Estuvimos un rato besándonos hasta que se despegó de mí para mirarme con una sonrisa complacida, centrándose mucho en mis labios. Entre risas comentó que mucho habíamos tardado y también dijo que le encantaba notar cómo me empezaba a poner duro. Estiré yo en esta ocasión la cabeza para darnos otro beso mientras le agarraba el culo y se lo manoseaba, lanzando algún que otro azote.
 
Por una parte, no me gusta nada como se porta con Noelia, muy borde y tremendamente desagradable y encima la utiliza para saciar su apetito sexual. Por muy mal que se portará en el pasado, hay que saber perdonar y olvidar.
Y por otra parte, no me sorprende que se haya enrollado con la hermana de Ángela. Es ya un caso perdido.
 
Por una parte, no me gusta nada como se porta con Noelia, muy borde y tremendamente desagradable y encima la utiliza para saciar su apetito sexual. Por muy mal que se portará en el pasado, hay que saber perdonar y olvidar.
Y por otra parte, no me sorprende que se haya enrollado con la hermana de Ángela. Es ya un caso perdido.
Y le está cogiendo el gusto a calentar los celos.
 
Yo siempre tengo la esperanza de que reaccione y espabile, pero nada, va de mal en peor y pensando más con lo de abajo que con lo del cerebro.
Cuando Ángela se entere, a ver qué pasa, aunque no descarto que Ángela lo sepa y este hablado entre las Hermanas
 
Considerando la estrecha confianza que existe entre las hermanas, me ha parecido demasiado rebuscado el favor que Ángela le pidió a Javier, innecesario.
Nada descabellado pensar que Ángela esté al tanto de lo que ocurrirá entre Javier y Lucía. Lo que ocurrirá con la madre está fuera del trato. :giggle:

Que excelente trabajo ha hecho Keranos con Javier, ha logrado convertirlo en un ser insoportable, intragable en su trato con Noelia, raya en lo vil.






La de trucos que manejó Lucía conmigo, me tuvo siempre a un paso tras ella, digna hermana de Ángela, me pregunto si será genético las altas cualidades amatorias de este par de hermanas, de lo mejor que he disfrutado en sexo.
Ya satisfecho le digo que se ha hecho tarde y que es hora de que me vaya. me provoca intercambiando algún otro beso y caricia, intentando convencerme de ducharme con ella, pero me excuso por el agotador finde con mi familia, para asegurarle que me ducharé en casa, ya vestidos melosa me acompaña hacia la salida, cuando sentimos la cerradura de la puerta abrirse, era su amiga que torpemente intentaba balancearse con dos enormes cajas que no la dejaban ver por donde iba, procedo a ayudarle con ellas para dejarlas con cuidado en el piso, y al mismo tiempo Lucía dirigiéndose a mi, me dice...Javier te presento a E...
 
Última edición:
A este ritmo Javi va a adelantar a Julio Iglesias en el número de mujeres con las que se ha acostado.... que tío!!!! vaya semental!!!
Pero no lo puedes culpar, todas se le tiran encima.

Considerando la estrecha confianza que existe entre las hermanas, me ha parecido demasiado rebuscado el favor que Ángela le pidió a Javier, innecesario.
Nada descabellado pensar que Ángela esté al tanto de lo que ocurrirá entre Javier y Lucía. Lo que ocurrirá con la madre está fuera del trato. :giggle:

Que excelente trabajo ha hecho Keranos con Javier, ha logrado convertirlo en un ser insoportable, intragable en su trato con Noelia, raya en lo vil.
Mmmm... Difícil de dilucidar. Angela sabía lo que iba a ocurrir?, lo hizo para distraer a Javi usando a su hermana?, no creo, lo hizo para darle un gustito a su hermana?, quizás?, lo hizo para probar a Javi?, pues otro quizás.

Yo no estoy seguro que tanta confianza tiene con su hermana. Si no fue planeado esto, pues parece que no mucha para escoger a Javi y no a ella.
 
Capítulo 726

Me pidió que le diera un momento para prepararse, porque quería follar conmigo. Me lo dijo así, tal cual. Y yo asentí. Lucía se levantó rápidamente riendo y salió enflechada para prepararse. Yo me dediqué a esperar mientras me sobaba la polla. Pensé mucho en Andrea, pero también lo hice en Lucía, en especial en los días que estuvimos en la playa con su hermana. Se me venían muchas imágenes de ella en bikini y en ese momento en el que fuimos a despertarla para irnos los tres para que ellas me enseñaran algunas cosas, en donde pude adivinar un poco sus pezones y también veía cómo se le marcaba todo con ese pantaloncito de pijama tan fino y diminuto que llevaba. Para cuando me quise dar cuenta, ella apareció y me agarró de la mano para tirar de mí con fuerza y llevarme hasta su habitación. Hasta se había cambiado de ropa, poniéndose unos leggings grises y una camiseta de tirantes, llevando también el pelo suelto. Al llegar se subió a mi cuerpo para comernos la boca y yo me senté en la cama. Lucía era una chica muy activa, haciendo fuerza para tumbarme y quedar ella sobre mí. Ya la tenía bastante dura en ese momento, dándose ella cuenta de ese detalle y riendo mientras pasaba su mano por la zona.

Me preguntó con las mismas risas si le daba igual lo que pudiera pensar su hermana si se enteraba de lo que estábamos haciendo, cosa que me cortó un poco el rollo y que me hizo separarme de ella para decirle muy serio que eso no iba a pasar. Ella puso cara de traviesa, pero me dijo que no, que no iba a decir nada, advirtiéndole yo que más le valía. Se puso un poco ñoña después, pidiéndome que no me enfadara mientras me besaba el pecho tras tirar de mi sudadera hacia arriba para quitármela. Comenté que le gustaba mucho tocar los cojones, como ya comprobé en su día en la playa y en esa misma situación. Ella rio diciendo que sí, subiendo hasta mi cara para besarme de nuevo. Le volví a advertir, aunque esta vez diciéndole que conmigo no se jugaba, pareciéndole a ella interesante cómo me estaba poniendo y aunque yo también buscaba jugar, iba en serio. La puse bocarriba, agarrándola de las muñecas para preguntarle si iba a ser buena, mirándome ella con una sonrisa, aunque sin responder.

Le volví a formular la pregunta, apretando sus muñecas y acercando mi cara a la suya, asintiendo ella, pero eso no me valía. Le exigí que me lo dijera y así lo hizo. Pareció gustarle lo decidido y firme que me puse. Tras eso, busqué dejarla en igualdad de condiciones al quitarle esa camiseta minúscula de tirantes que se había puesto, pasando después a su sujetador. Descubrí unas tetas muy redondas y de tamaño normal, tirando a pequeñas. Eran más grandes que las de su hermana, eso desde luego, pero tampoco es que lo fueran mucho. Sus pezones no eran tan pálidos como los de ella, siendo más de color carne. Me gustaron sus tetas al verlas. Bajé para comérselas, encontrando así más diferencias con su hermana, pues ella no era tan sensible en esa zona. Era más normal, como cualquier chica. Las degusté unos minutos para ir bajando por su cuerpo, besando su ombligo y sus poderosas caderas, empezando a bajar sus leggings y luego quitar su tanga.

No esperaba encontrar su coño como me hubiera gustado. Desde el momento en el que la vi y la empecé a conocer, me imaginé que tendría el coño totalmente depilado. Y así estaba. No iba muy mal desencaminado en lo que a tamaño y forma se refiere. Quizá lo tenía en realidad más largo de lo que yo veía en mis fantasías, seguramente por la comparación con su hermana, pero sí que tenía unos labios muy finos que no quedaban nada colgones. No le di opción a nada, pues me lancé a comérselo, encontrando su raja muy húmeda. Le dije que sí que debía estar cachonda para tenerla así, dándome ella la razón y empezando a acariciar mi cabeza. Se lo comí durante un buen rato, aunque no dejé que se corriera, incorporándome para quedar con las rodillas clavadas en su cama, mirándola como estaba con una sonrisa y una cara un poco atontada, estirándose para relajarse.

-¿Quieres vérmela?
-Ya lo he hecho, jajajaja.
-Es verdad. Qué oportuna fuiste.
-Os pillé follando, ¿no?
-¿Tú qué crees?
-Que sí, porque saliste con la polla más dura que una piedra.
-Ya ves que si la tenía dura.
-Yo también eché un buen polvo ahí en la orilla. En el agua me parece muy incómodo.
-Bueno, depende de cómo se haga...
-Me lo pasé muy bien aun así. El chico la tenía muy grande. Más que tú por lo que pude ver en ese momento y por lo que he podido notar ahora.
-Ah, ¿sí? Eso ahora lo veremos cuando te folle.
-Pues venga, hazlo ya.
-No. Primero me la vas a chupar.

Me levanté para desnudarme del todo, incorporándose ella también, aunque la volví a tumbar con una mano, poniéndome sobre su torso para ponerle la polla en la cara. Ella rio y la agarró con la mano, empezando a moverla hacia arriba y abajo, pero rápidamente se la metió en la boca. Empezó a chupar lentamente, pero pronto cogería más ritmo, intentado tragar bastante, pero quedaba muy lejos de metérsela entera. Lo hacía francamente bien y le ponía ganas. Hasta le follé la boca un poco, pero la dejé para tumbarme bocarriba y que se colocara ella entre mis piernas para que tuviera más movilidad. Ahora lo hacía incluso mejor. Hasta me parecía que tragaba bastante más. Pero le dije que parara, que ya sí que quería follar. Ella se levantó y fue hasta su escritorio, donde cogió un condón y me lo lanzó, aunque yo no le hice caso, diciéndole que lo cogiera y me lo pusiera ella. Le gustaba ese pique que tenía con ella, haciéndome caso al abrirlo con sus dientes y empezar a ponérmelo. Una vez lo hizo, se subió a mí, clavándosela lentamente hasta que quedó dentro de ella por completo. Lanzó un suspiro y se empezó a mover lentamente sobre mí, hacia arriba y abajo. Gemía tímidamente, pasando yo a preguntarle si eso era todo lo que sabía hacer, dándole un azote en el culo también. Eso la incitó a follarme con más brío, apoyándose en mi pecho para tener una mejor sujeción.

Fue una buena follada la que me dio así, moviéndose de varias formas. Estaba bastante guapa con el pelo suelto mientras me follaba así, tratando siempre de echar su melena hacia un lado para que no le molestara tanto. La verdad es que Lucía follaba muy bien y lo estaba pasando genial, pero quería seguir con ese juego de ver quién tenía más huevos en el asunto, ya que ella no se amedrentaba. La puse bocarriba para follarla en un misionero en el que ella de primeras se abrazó a mí con fuerza, sobre todo cuando empecé a follarla de manera dura y rápida. Fui un poco más lento, soltando ella poco a poco ese agarre que me hacía con sus piernas hasta que dispuse de total movilidad para hacerlo a mi antojo. Ella disfrutaba mucho. Y yo también lo hacía, pero no tanto como ella a juzgar por sus gemidos. Paré un poco al ver que estaba cerca, llegando ella a decirme que era un cabrón por parar justo en ese momento. Eso hizo que la agarrara del cuello, diciéndole que repitiera eso si se atrevía. No es que riera, pero sí que se notaba que quería hacerlo, aguantando el tipo.

Tras eso, se lo empecé a comer de nuevo, para joderla un poco por lo que había dicho. Y di en el clavo, porque cuando estaba cerca de acabar, me pedía que parara, porque se quería correr mientras la follaba. No lo hice, y seguí hasta que se corrió en mi boca, dándole algunos espasmos que controlé al agarrarla de los brazos. Esperé unos segundos y se la volví a meter, empezando a follarla lentamente para no hacerle daño. Ella reía y negaba con la cabeza y cuando hablaba, yo le propinaba una fuerte embestida que la callaba después de soltar un gemido alto. Seguimos con ese juego un rato hasta que me harté y decidí acabar ahí la noche, poniéndola a cuatro para reventarla de esa manera, agarrándola de las caderas y un poco del pelo también, llegando ella a correrse una vez más, sacándosela yo para quitarme el condón y hacerlo sobre su culo al terminar masturbándome. Lucía quedo rendida después del polvo que echamos, el cual fue bastante divertido e improvisado, porque no esperaba acabar así cuando llegué y la encontré vestida tan normal.

-Qué bien... -decía satisfecha.
-¿Mejor que con ese?
-Bueno, no me quejo...
-Pero respóndeme, cabrona, jajaja -dije lanzándole algo de su ropa.
-Jajajajaja, ¿necesitas que te lo diga para no herir tu orgullo de marchito?
-No, si ya sé que acabas de echar el mejor polvo de tu vida, tranquila.
-Hala... Jajajajaja. Qué creído te lo tienes.
-De los mejores ha sido, ya te lo digo. Seguro que no muchos te han echado los cojones que te he echado yo.
-Eso es verdad.
-Y te ha gustado.
-Bastante.
-¿Ves?
-Pero de ahí a decir que ha sido el mejor polvo...
-Es bastante probable que sí.
-A ver... Tendría que hacer memoria, pero de los mejores, seguramente sí.
-Ya sabía yo.
-Jajajajaja, joder, qué bien se lo ha tenido que pasar mi hermana contigo durante años.
-Hablando de ella... Ni una palabra, Lucía. En serio.
-Ya.
-Que me enfado de verdad.
-Joder, ni que fuera algo trágico que se enterara de lo que acababa de pasar. ¿Es que sois algo acaso?
-No. No lo somos.
-Mmm... ¿La echas de menos?
-Demasiado.
-Uy...
-¿Qué?
-Algo me huelo.
-No te montes películas. Ya te he dicho que no somos nada.
-Sé que no sois nada. Pero también sé que os queréis. ¿O tampoco?
-Claro que nos queremos.
-Claro. Pero me da la sensación de que...
-No. Ya no.
-Hala, qué fuerte. Si es que no fallo en estas cosas.
-Como le cuentes algo te vas a enterar de quién soy yo... Jajajaja.
-Te juro que no le cuento nada. ¿Qué pasó?
-Pues nada.
-¿No se lo dijiste?
-Lo iba a hacer justo cuando me dijo que se iba a Francia.
-Vaya...
-Al menos no hice el ridículo delante de ella.
-Con lo colada que ha estado ella por ti...
-Pues mira cómo son las cosas. Ella no busca nada ahora. Pero yo ya he pasado página también.
-Bueno...
-Me voy, ¿vale?
-Como quieras. Si te apetece algún día...
-Ya veremos.

Volví a casa, sin estar muy orgulloso de haberme ido a la cama con la hermana de mi amiga, pero la situación se dio así y la verdad es que la chica tenía su encanto y estaba bien buena. Pero tampoco iba a ser algo que me quitara el sueño. Estábamos en la semana del puente de diciembre, días que pensé pasar con mi amiga Ángela nada más se fue a Francia, pero que luego, viéndolo con perspectiva, no es que fuera algo tan necesario teniendo en cuenta que en unas dos semanas volvería. Ella también me insistió mucho en que fuera, pero le expliqué mis razones y no hubo más problema que el de la distancia que había entre nosotros y que procurábamos mitigar con muchas llamadas de voz o de vídeo. La cosa no tenía pinta de ser movida los días de puente al irse todo el mundo de mi círculo más cercano, porque Andrea se iba a casa para pasar esos 3 días con su familia y regresar el jueves por la tarde para las clases del viernes.

Noelia lo mismo, sumándose también que el jueves era su cumpleaños, aunque como tenía que volver también por las clases, me insistió en que nos viéramos ese día, prometiéndome que no me molestaría nada en esos días festivos si me acercaba a su casa para poder celebrarlo un poco. Lucía también me comentó mientras cenábamos que se iba a casa con su madre, aunque lo más seguro es que no la hubiera buscado para hacer algo, porque ya venía de ello. Con Hugo la cosa estaba regular aún y teníamos que tener una conversación, aunque prefería esperar un poco, sobre todo a que Sofía hablara con él para aclarar las cosas. Los amigos del grupo de la tienda también estaban en plan familiar, yéndose a casa cada uno para pasarlo allí. Así que me iba a quedar bastante solo 3 días, pero era algo que hasta me venía bien para desconectar un poco y estar a mis anchas, queriendo aprovechar para preparar material para el trabajo, como tenía pensado hacer el domingo al regresar temprano a casa, aunque no pude hacerlo al encontrar aquel panorama con Andrea.

Y hablando de Andrea, sus gemidos no se me iban de la cabeza. Estaba empezando a obsesionarme, porque el lunes al llegar a casa después del polvo que eché con Lucía, estando en silencio y a oscuras en mi habitación tratando de dormir, oía ruidos, como es lo más normal. Pero lo malo es que asociaba a sus gemidos cualquier ruido que fuera mínimamente parecido. Ya fuera el ruido que hace una silla en el suelo al ser movida, o algunos ladridos agudos de perro. Mi cabeza me jugaba malas pasadas y pensaba que era ella, que estaba teniendo sexo o que se estaba tocando. Hasta me incorporaba para poner más atención, aunque no oía nada más, especialmente cuando ya no estaba en casa. Y obviamente, no eran pocas las veces en las que me acababa masturbando recordando aquello. No me bastaba con haber imaginado que estaba con ella cuando en realidad estaba con Noelia o con Lucía. Las ganas que tenía de follar con Andrea eran grandísimas, pero era algo que veía muy difícil.

Por lo pronto, tenía a Noelia para eso y Lucía también parecía receptiva. Pero no en esos días, los cuales se me empezaron a hacer largos a pesar de salir a correr y a apuntarme a un nuevo gimnasio en el que también le di duro. Pero en casa se me hacían bastante largos los momentos y como no me apetecía ponerme a cocinar, vi que era la excusa perfecta para salir un poco y que me diera así el aire, yendo a un lugar en el que vendían comidas ya listas. Estaba mirando a ver qué compraba cuando alguien me miró, pero no de manera normal, porque hasta se inclinó al estar a mi lado y poder así verme bien la cara. Me preguntó si era yo y le dije que sí, que era yo, diciéndole después que me alegraba de verla después de tanto tiempo. Laura lucía muy guapa, con su larga melena morena de siempre y con un rabillo de ojos, yendo arreglada también y muy elegante, como siempre. Estuvimos hablando un poco, preguntándole yo qué hacía ahí, aunque ella llevaba prisa, pero me dijo que podíamos tomarnos un café por la tarde si quería y charlar así más tranquilamente.

Me preguntó por WhatsApp bien pasadas las 3 de la tarde dónde quedábamos para tomarnos el café, ofreciéndole yo que viniera a casa. La verdad es que era una chica increíblemente guapa, aunque un poco más delgada de la cuenta para mi gusto, pero no se me olvidaba cómo ella intentó algo conmigo en una fiesta que sería determinante para mí, pero con otra persona. Llevaba solo un día sin echar un polvo, pero me apetecía. Estaba en una de esas rachas en las que estás con muchas ganas casi todo el tiempo. Y más que se acentuó con lo que pasó con Andrea. Ya había tenido varias fantasías con Laura en el instituto y también las tuve cuando mucho después, especialmente cuando nos pilló a mi ex y a mí follando en aquella fiesta de Halloween que hicimos en una casa vieja y grande. No sabía si seguía con novio, porque algo comentó hacía más de un año, pero en un lapso tan grande podría haber cambiado aquello. Al final, le pareció bien y un rato pasadas las 4 de la tarde acudió por casa después de que le mandara ubicación.
 

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