Keranos
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Capítulo 723
No dejé que me rogara más, porque salí de allí rápidamente para montarme en el coche e irme. No estaba tan seguro de que no estuvieran juntos por mucho que mi madre me hubiera dicho eso. No habíamos visto a mi hermano nunca con nadie y a ella la trajo a casa en una fecha especial. No necesitaba más pruebas para saber que entre ellos había algo, además de que estaba aquello de cómo vino a mi casa a pedirme explicaciones y a echarme cosas en cara con ese final del cual no estoy tan orgulloso. Eran un poco pasadas las 4 de la tarde cuando salí de allí, volviendo a casa un tanto abatido por lo regular que había sido ese fin de semana en muchos aspectos. Mi ánimo no era el mejor y necesitaba distraerme, por lo que pensé que en casa se me pasaría un poco al centrarme en ir preparando cosas para el final del trimestre. Aunque me llevé una sorpresa muy grande cuando volví a casa después de aparcar y bajar las dos calles que había de por medio en donde siempre lo solía dejar.
Aunque no fue nada más entrar, porque lo encontré todo muy oscuro, dándome la sensación de que no había llegado Andrea aún a casa. Por eso no saludé ni nada, porque con lo oscuro que estaba todo en invierno por ahí, siempre encendimos una pequeña luz que teníamos en la entrada. No era el caso, así que me fui hasta mi habitación, pero sí que vi algo de luz salir de debajo de la puerta de Andrea. Me extrañó mucho, porque de primeras pensé que se había dejado la luz dada antes de irse a casa el viernes, pero era imposible, porque yo había estado allí y la puerta estaba de hecho abierta. Así que debía estar allí, por lo que me acerqué para saludar y avisarle de que ya había llegado, pero justo cuando estaba por llamar a la puerta oí un gemido. Me sorprendió muchísimo aquello a la vez que me puso nervioso como en un sentido sexual como hacía tiempo que no me pasaba.
No llamé a la puerta, en especial al oír otro gemido más. Nunca había oído a Andrea de esa manera y la verdad es que me encantó. Era ella, eso seguro, porque podía oír su sensual tono de voz pese a no distinguir nada de lo que decía en esos murmullos que me podían llegar. Me quedé quieto, pegado a la puerta, empezando a escucharse más gemidos. Parecía que estaba con alguien, viendo obvio que era con su novio. No me lo había presentado aún, pero sí que le ponía cara por fotos que me había enseñado. Hasta le ponía cuerpo en algunas en las que se les veía de cintura para arriba. Por eso no fue difícil imaginarlos follando, sobre todo cuando ya tenía experiencia en imaginar a Andrea desnuda pese a no haber visto absolutamente nada de ella. Pero cuando se vino a vivir conmigo lo imaginé tantas veces que me resultaba muy fácil volver a esa imagen que tenía de ella. Había una en especial que me encendía bastante, y era tenerla de rodillas entre mis piernas mientras me la chupaba. En esos días me la imaginaba mirándome desde abajo y rodeando mi polla con esos labios gruesos y no me costaba nada acabar. Ahora lo hacía de nuevo, pero me la imaginaba así con su novio.
En cierto momento se escucharon sonidos de mamada de hecho, cosa que me puso bastante y que me volvió a recordar esas imágenes que me empecé a imaginar varios meses atrás. De pronto se callaron, cosa que me puso un poco tenso y que me hizo moverme hacia mi habitación por si habían acabado, pero no fue así, porque empecé a escuchar de nuevo los gemidos de ella, además de cómo la cama sonaba al chirriar un poco los muelles de ésta. Me volví a acercar para escuchar con atención, dándome cuenta de que tenía una erección bastante bestia. Me la saqué para masturbarme mientras la escuchaba gemir y follar, imaginándome que era ella la que estaba sobre él. Andrea seguía murmurando entre gemido y gemido, pero no era capaz de descifrar lo que decía. Aun así, estaba cachondo perdido por escucharla así después de tanto tiempo viviendo conmigo, porque jamás la había escuchado en ninguna situación parecida.
Andrea seguía gimiendo, cada vez de manera más intensa y aguda, a la vez que la cama sonaba más. No me esperaba que Andrea fuera tan expresiva en la cama y estaba demostrando ser muy interesante en ese aspecto. Terminó por correrse, notándose al cambiar un poco sus gemidos, pero también porque fueron ahogados por algo, porque se notaba que lo estaba haciendo con mucha intensidad. También era prueba de ello cómo la cama dejó de sonar y como cesaron todos los ruidos consiguientes. La putada para mí fue que yo no acabé y ahora tenía un problema, porque se me hacía muy evidente que iban a salir de un momento a otro, por lo que intentando hacer el menor ruido posible me fui de casa, acomodándome la erección que tenía todo lo bien que pude. Me volví al coche, donde me manoseé por encima de la ropa, pero eso no me bastante. Ni siquiera me bastaba con hacerme una paja. Necesitaba follar. Así que arranqué el coche e hice una llamada con el manos libres.
-¿Dónde estás?
-En casa, ¿por qué? ¿Pasa algo?
-¿En qué casa? ¿La de tu pueblo, o la de aquí?
-La de aquí. Me vine después de comer en bus. Javi, ¿pasa algo?
-Prepárate, que voy a por ti.
-Eh... Vale -decía Noelia contenta.
Fui rápidamente hasta su casa, aparcando a la derecha de está, en los huecos que tenía ese mirador tan bonito que había por allí. Le envié un mensaje y ella me dijo que le diera unos minutos, que estaba acabando. La verdad es que fui demasiado deprisa a su casa y no le di apenas tiempo para que se preparara, pero es que no podía esperar. En cuanto salió, buscó mi coche con la miraba. La veía arreglada y bastante guapa con un poco de maquillaje y bien vestida. Nada más entró al coche le puse el cinturón de seguridad y arranqué para irnos de allí, aunque no tenía ni idea de a dónde. A casa no quería ir por obvias razones y en la suya tampoco me apetecía estar, porque sabía que íbamos a hacer mucho ruido, sobre todo ella, que celebraba todo lo que pasaba cuando estábamos en la cama. Así que hice lo primero que se me pasó por la cabeza, que fue ir a un sitio apartado para follar en el coche.
No me costó mucho encontrarlo, pues en menos de 5 minutos ya estábamos en un lugar abandonado que se encontraba a las afueras de la ciudad. Más bien estaba semiabandonado, pero desde luego no había nadie al estar todo muy oscuro. Noelia parecía un poco asustada, seguramente por lo repentino que estaba siendo todo, por las prisas que llevaba conduciendo y por acabar en ese lugar. Nada más llegar y aparcar, me quité el cinturón de seguridad y me lancé sobre ella para besarla, pillándola bastante desprevenida por su reacción con ese gemido que lanzó, aunque rápidamente se entregó a ese beso que le empecé a dar, queriendo ser ella más participativa, echándose para delante al agarrarme la cara, aunque el cinturón de seguridad la frenaba. Estaba frustrada, porque no entendía qué pasaba, pero yo la liberé de él y nos empezamos a comer la boca con ansia. Estuvimos así durante un rato hasta que Noelia empezó a reír, diciéndome que le hacía cosquillas con la barba. Yo no podía esperar más, por eso me bajé del coche y me monté en la parte de atrás, diciéndole que me siguiera.
Una vez ahí, eché los asientos de delante más para allá para tener más espacio y poder estar más cómodos. Rápidamente la puse sobre mí, con una pierna a cada lado para seguir comiéndonos un poco la boca mientras le metía mano, sobando su culo sobre todo. Hasta le daba azotes, pareciendo que tenía el culo mejor de las marcas que le dejé con aquel castigo que le puse, porque no se quejaba casi nada con ello. En lo que nos seguíamos enrollando la empecé a desnudar, colaborando ella hasta que solo la dejé con su tanga. Mi polla no podía estar más dura y me molestaba mucho la ropa que llevaba puesta, por lo que me empecé a desabrochar todo, ayudándome ella una vez más al ponerse de rodillas en el suelo para quitármelo todo y desnudarme por completo. También se quitó su tanga, el cual dejó junto a toda nuestra ropa. Se lanzó de inmediato a chupármela, pero solo la dejé hacer eso unos pocos segundos, porque tiré de ella para ponerla sobre mí y metérsela. Se me escapó un gemido bastante grande en el proceso, viéndose ella impresionada por aquello.
Estaba caliente y húmeda que era una locura y sin darme tiempo a recuperarme de esa sensación tan fuerte que me hizo gemir de aquella manera, me empezó a follar. Empezó por botar encima de mí a buen ritmo. Se me abrazó con fuerza al cuello y gemía también, como yo, que era algo raro en mí como ya he comentado en otras ocasiones. Fueron varias las ocasiones en las que se despegaba de mí para mirarme a los ojos agarrándome la cara, acabando en beso. De ahí pasó a moverse hacia delante y atrás, dándome mucho placer físico, porque mi cabeza estaba en otra parte. Estaba en mi casa, como 20 minutos antes de ese momento, recordando los gemidos de Andrea y esos sonidos que hacía su cama. Me imaginaba que ella estaba sobre mí follándome de esa manera y me encargaba de que fuera más rápida, al poner las manos en su culo, que también colaboraba en esa fantasía al tener Noelia un culazo también, aunque quedaba bastante lejos del de Andrea.
Tuve que empujarla para sacársela después de decirle varias veces que me iba a correr. Ella se apresuró después de apurar tanto para metérsela en su boca y recibir toda mi corrida, la cual hizo que me retorciera y que gimiera alto. Ella no se llegó a correr, aunque por poco. Estaba demasiado excitado y duré menos de 5 minutos en ese polvo que fue tan repentino como frenético. Noelia me sacó todo, siguiendo chupando un poco más, aunque de manera muy cariñosa, subiéndose a los asientos cuando acabó, abrazándose a mí y empezando a acariciar mi cuerpo. Estuvimos en silencio durante un buen rato, porque me estaba costando mucho recuperarme del orgasmo que acababa de tener. Me seguía notando muy acelerado y con mucho calor por todo el cuerpo. Noelia seguía cariñosa, acariciando mi cuerpo y dándome muchos besos por todos sitios. Susurró mi nombre en varias ocasiones hasta que finalmente abrí los ojos.
No dejé que me rogara más, porque salí de allí rápidamente para montarme en el coche e irme. No estaba tan seguro de que no estuvieran juntos por mucho que mi madre me hubiera dicho eso. No habíamos visto a mi hermano nunca con nadie y a ella la trajo a casa en una fecha especial. No necesitaba más pruebas para saber que entre ellos había algo, además de que estaba aquello de cómo vino a mi casa a pedirme explicaciones y a echarme cosas en cara con ese final del cual no estoy tan orgulloso. Eran un poco pasadas las 4 de la tarde cuando salí de allí, volviendo a casa un tanto abatido por lo regular que había sido ese fin de semana en muchos aspectos. Mi ánimo no era el mejor y necesitaba distraerme, por lo que pensé que en casa se me pasaría un poco al centrarme en ir preparando cosas para el final del trimestre. Aunque me llevé una sorpresa muy grande cuando volví a casa después de aparcar y bajar las dos calles que había de por medio en donde siempre lo solía dejar.
Aunque no fue nada más entrar, porque lo encontré todo muy oscuro, dándome la sensación de que no había llegado Andrea aún a casa. Por eso no saludé ni nada, porque con lo oscuro que estaba todo en invierno por ahí, siempre encendimos una pequeña luz que teníamos en la entrada. No era el caso, así que me fui hasta mi habitación, pero sí que vi algo de luz salir de debajo de la puerta de Andrea. Me extrañó mucho, porque de primeras pensé que se había dejado la luz dada antes de irse a casa el viernes, pero era imposible, porque yo había estado allí y la puerta estaba de hecho abierta. Así que debía estar allí, por lo que me acerqué para saludar y avisarle de que ya había llegado, pero justo cuando estaba por llamar a la puerta oí un gemido. Me sorprendió muchísimo aquello a la vez que me puso nervioso como en un sentido sexual como hacía tiempo que no me pasaba.
No llamé a la puerta, en especial al oír otro gemido más. Nunca había oído a Andrea de esa manera y la verdad es que me encantó. Era ella, eso seguro, porque podía oír su sensual tono de voz pese a no distinguir nada de lo que decía en esos murmullos que me podían llegar. Me quedé quieto, pegado a la puerta, empezando a escucharse más gemidos. Parecía que estaba con alguien, viendo obvio que era con su novio. No me lo había presentado aún, pero sí que le ponía cara por fotos que me había enseñado. Hasta le ponía cuerpo en algunas en las que se les veía de cintura para arriba. Por eso no fue difícil imaginarlos follando, sobre todo cuando ya tenía experiencia en imaginar a Andrea desnuda pese a no haber visto absolutamente nada de ella. Pero cuando se vino a vivir conmigo lo imaginé tantas veces que me resultaba muy fácil volver a esa imagen que tenía de ella. Había una en especial que me encendía bastante, y era tenerla de rodillas entre mis piernas mientras me la chupaba. En esos días me la imaginaba mirándome desde abajo y rodeando mi polla con esos labios gruesos y no me costaba nada acabar. Ahora lo hacía de nuevo, pero me la imaginaba así con su novio.
En cierto momento se escucharon sonidos de mamada de hecho, cosa que me puso bastante y que me volvió a recordar esas imágenes que me empecé a imaginar varios meses atrás. De pronto se callaron, cosa que me puso un poco tenso y que me hizo moverme hacia mi habitación por si habían acabado, pero no fue así, porque empecé a escuchar de nuevo los gemidos de ella, además de cómo la cama sonaba al chirriar un poco los muelles de ésta. Me volví a acercar para escuchar con atención, dándome cuenta de que tenía una erección bastante bestia. Me la saqué para masturbarme mientras la escuchaba gemir y follar, imaginándome que era ella la que estaba sobre él. Andrea seguía murmurando entre gemido y gemido, pero no era capaz de descifrar lo que decía. Aun así, estaba cachondo perdido por escucharla así después de tanto tiempo viviendo conmigo, porque jamás la había escuchado en ninguna situación parecida.
Andrea seguía gimiendo, cada vez de manera más intensa y aguda, a la vez que la cama sonaba más. No me esperaba que Andrea fuera tan expresiva en la cama y estaba demostrando ser muy interesante en ese aspecto. Terminó por correrse, notándose al cambiar un poco sus gemidos, pero también porque fueron ahogados por algo, porque se notaba que lo estaba haciendo con mucha intensidad. También era prueba de ello cómo la cama dejó de sonar y como cesaron todos los ruidos consiguientes. La putada para mí fue que yo no acabé y ahora tenía un problema, porque se me hacía muy evidente que iban a salir de un momento a otro, por lo que intentando hacer el menor ruido posible me fui de casa, acomodándome la erección que tenía todo lo bien que pude. Me volví al coche, donde me manoseé por encima de la ropa, pero eso no me bastante. Ni siquiera me bastaba con hacerme una paja. Necesitaba follar. Así que arranqué el coche e hice una llamada con el manos libres.
-¿Dónde estás?
-En casa, ¿por qué? ¿Pasa algo?
-¿En qué casa? ¿La de tu pueblo, o la de aquí?
-La de aquí. Me vine después de comer en bus. Javi, ¿pasa algo?
-Prepárate, que voy a por ti.
-Eh... Vale -decía Noelia contenta.
Fui rápidamente hasta su casa, aparcando a la derecha de está, en los huecos que tenía ese mirador tan bonito que había por allí. Le envié un mensaje y ella me dijo que le diera unos minutos, que estaba acabando. La verdad es que fui demasiado deprisa a su casa y no le di apenas tiempo para que se preparara, pero es que no podía esperar. En cuanto salió, buscó mi coche con la miraba. La veía arreglada y bastante guapa con un poco de maquillaje y bien vestida. Nada más entró al coche le puse el cinturón de seguridad y arranqué para irnos de allí, aunque no tenía ni idea de a dónde. A casa no quería ir por obvias razones y en la suya tampoco me apetecía estar, porque sabía que íbamos a hacer mucho ruido, sobre todo ella, que celebraba todo lo que pasaba cuando estábamos en la cama. Así que hice lo primero que se me pasó por la cabeza, que fue ir a un sitio apartado para follar en el coche.
No me costó mucho encontrarlo, pues en menos de 5 minutos ya estábamos en un lugar abandonado que se encontraba a las afueras de la ciudad. Más bien estaba semiabandonado, pero desde luego no había nadie al estar todo muy oscuro. Noelia parecía un poco asustada, seguramente por lo repentino que estaba siendo todo, por las prisas que llevaba conduciendo y por acabar en ese lugar. Nada más llegar y aparcar, me quité el cinturón de seguridad y me lancé sobre ella para besarla, pillándola bastante desprevenida por su reacción con ese gemido que lanzó, aunque rápidamente se entregó a ese beso que le empecé a dar, queriendo ser ella más participativa, echándose para delante al agarrarme la cara, aunque el cinturón de seguridad la frenaba. Estaba frustrada, porque no entendía qué pasaba, pero yo la liberé de él y nos empezamos a comer la boca con ansia. Estuvimos así durante un rato hasta que Noelia empezó a reír, diciéndome que le hacía cosquillas con la barba. Yo no podía esperar más, por eso me bajé del coche y me monté en la parte de atrás, diciéndole que me siguiera.
Una vez ahí, eché los asientos de delante más para allá para tener más espacio y poder estar más cómodos. Rápidamente la puse sobre mí, con una pierna a cada lado para seguir comiéndonos un poco la boca mientras le metía mano, sobando su culo sobre todo. Hasta le daba azotes, pareciendo que tenía el culo mejor de las marcas que le dejé con aquel castigo que le puse, porque no se quejaba casi nada con ello. En lo que nos seguíamos enrollando la empecé a desnudar, colaborando ella hasta que solo la dejé con su tanga. Mi polla no podía estar más dura y me molestaba mucho la ropa que llevaba puesta, por lo que me empecé a desabrochar todo, ayudándome ella una vez más al ponerse de rodillas en el suelo para quitármelo todo y desnudarme por completo. También se quitó su tanga, el cual dejó junto a toda nuestra ropa. Se lanzó de inmediato a chupármela, pero solo la dejé hacer eso unos pocos segundos, porque tiré de ella para ponerla sobre mí y metérsela. Se me escapó un gemido bastante grande en el proceso, viéndose ella impresionada por aquello.
Estaba caliente y húmeda que era una locura y sin darme tiempo a recuperarme de esa sensación tan fuerte que me hizo gemir de aquella manera, me empezó a follar. Empezó por botar encima de mí a buen ritmo. Se me abrazó con fuerza al cuello y gemía también, como yo, que era algo raro en mí como ya he comentado en otras ocasiones. Fueron varias las ocasiones en las que se despegaba de mí para mirarme a los ojos agarrándome la cara, acabando en beso. De ahí pasó a moverse hacia delante y atrás, dándome mucho placer físico, porque mi cabeza estaba en otra parte. Estaba en mi casa, como 20 minutos antes de ese momento, recordando los gemidos de Andrea y esos sonidos que hacía su cama. Me imaginaba que ella estaba sobre mí follándome de esa manera y me encargaba de que fuera más rápida, al poner las manos en su culo, que también colaboraba en esa fantasía al tener Noelia un culazo también, aunque quedaba bastante lejos del de Andrea.
Tuve que empujarla para sacársela después de decirle varias veces que me iba a correr. Ella se apresuró después de apurar tanto para metérsela en su boca y recibir toda mi corrida, la cual hizo que me retorciera y que gimiera alto. Ella no se llegó a correr, aunque por poco. Estaba demasiado excitado y duré menos de 5 minutos en ese polvo que fue tan repentino como frenético. Noelia me sacó todo, siguiendo chupando un poco más, aunque de manera muy cariñosa, subiéndose a los asientos cuando acabó, abrazándose a mí y empezando a acariciar mi cuerpo. Estuvimos en silencio durante un buen rato, porque me estaba costando mucho recuperarme del orgasmo que acababa de tener. Me seguía notando muy acelerado y con mucho calor por todo el cuerpo. Noelia seguía cariñosa, acariciando mi cuerpo y dándome muchos besos por todos sitios. Susurró mi nombre en varias ocasiones hasta que finalmente abrí los ojos.