Reencuentro con Elena

Capítulo 709

-Hola, Ángela -dije en cuanto descolgó.
-¿Puedes hablar?
-Claro. Por eso te he llamado.
-Bien.
-¿Qué pasa?
-Buff... Muchas cosas. Javi, quiero hablar contigo de la conversación de ayer.
-Ya. Lo imaginaba.
-Hay cosas que... No sé. Se me escapan.
-¿El qué?
-Por dónde empiezo... Pues por lo de Sofía.
-A ver, Ángela... No tenía pensado hablar con ninguno en unos días. De hecho, sigo pensando lo mismo en relación a Sofía y mi amigo Hugo, pero contigo la cosa es diferente.
-¿Por qué?
-Porque no te mereces que te hable como lo hice ayer. Te quiero pedir perdón por ello. Tú nunca me has dado ningún problema ni me has hablado así ninguna vez. Bueno, antes de que nos dejáramos de ver quizá, pero no te lo echo en cara.
-Vale. Gracias por pedirme perdón.
-También entiendo que intentas ayudar, que haces por donde para que ellos dos y yo estemos bien, pero tienes que entender que esto que ha pasado me ha tocado mucho la moral.
-Ya, Javi. Lo entiendo, pero tú también tienes que entender que has hecho lo mismo.
-No me voy a bajar de ese carro, Ángela. No es lo mismo. Yo tenía mis razones para no contar cosas. Precisamente para evitar lo que acabó pasando. La historia de mi vida. Siempre intento que no pase nada al omitir algo y al final me estalla en la cara. Tengo mala suerte, ¿qué le voy a hacer? Lo de ellos ha estado feo. Joder, si es que me hubiera alegrado de que estuvieran viéndose y demás. Y lo de la foto, pues eso fue lo que más me dolió. Me dijeron que tenían planes, ¿pero por qué no mencionaron a Irene y a Mario? Ya sabes lo que sentí cuando vi esa foto. Es que siempre hemos sido nosotros cuatro y me da la sensación de que me han sustituido. No sé, me ha parecido superfeo.
-¿Y por qué no se lo dices así a ellos?
-Ya hemos hablado de esto. Prefiero dejar pasar unos días.
-Sofía está un poco de los nervios. Mira que te dije que dejaras pasar un tiempo, pero creo que deberías hablar con ella cuanto antes.
-No opino igual. Es que paso de discutir.
-Parece que te da igual.
-No, no me da igual. ¿Por qué lo dices?
-Porque no te noto que te importe mucho. Te veo un poco pasota de hecho. No sé...
-Si tú lo dices...
-Y otra cosa.
-Dime.
-¿Qué fue eso último que dijiste? Justo antes de colgar, porque es que no me dejaste preguntarte por eso.
-¿El qué?
-Lo de que ya era demasiado tarde. ¿Tarde para qué?
-No caigo ahora mismo.
-Fue cuando te dije que te vinieras a vivir conmigo una temporadita. ¿A qué viene ese comentario?
-A nada. Fue por el calentón. No estaba con ganas de hablar del tema. Te lo dije un par de veces.
-Mmm...
-Ahora que lo dices...
-Dime.
-¿Por qué tanta insistencia en eso? En lo de ir unos días allí contigo.
-Porque veo que estás mal, Javi. Y creo que no tienes la compañía que necesitas.
-¿Seguro que es por eso?
-Claro. ¿Qué iba a ser sino?
-No lo sé. Por eso te lo pregunto. Quizá tienes algún problema con alguien o algo así. ¿Es eso?
-No.
-¿Segura?
-Sí. Todo está bien por aquí. Me llevo muy bien con todas mis compañeras.
-Si no fuera así me lo contarías, ¿verdad?
-Sí.
-¿No pasa nada? ¿De verdad?
-De verdad.
-¿Tienes ganas de volver?
-Pues claro que tengo ganas de volver para veros a todos.
-No queda nada ya.
-Un par de semanas.
-Claro. Eso se pasa en nada.
-A ver si es verdad.

No fue tan mal la conversación con ella, aunque seguía empeñada en que hablara con Sofía. Yo no lo veía igual y prefería guardar las distancias. Tras eso, vi que tenía más mensajes, y eran de Noelia.

-Javi... Lo de hoy ha sido una barbaridad.
-¿Por qué dices eso? -puse viendo que su mensaje era de hacía más de una hora.
-Pues porque me has puesto muy perra -respondió al instante.
-Ah, pensaba que te habían pillado.
-Pues a lo mejor sí. Se me tenía que notar en la cara. Debía estar muy roja.
-¿No te ha dicho nadie nada?
-No.
-¿Te has limpiado?
-No. Cuando he llegado a casa me encerrado en mi habitación y me he tocado pensando en ti y en lo que hemos hecho esta mañana.
-¿Por qué?
-¿Pues por qué va a ser? Jajajajaja. Porque me vuelves loca, porque te he llevado conmigo todo el día y porque no he acabado esta mañana. No sabes lo cachonda que estaba aquí en casa cuando he empezado a tocarme. Olía a ti. Aún tenía esto un poco húmedo y uff...
-Y te has corrido.
-Como una loca. Me temblaba el cuerpo como pocas veces. Me he tapado la cara con la almohada.
-Pues muy mal.
-¿El qué?
-Que te hayas corrido.
-¿Por?
-Porque no te he dado permiso para que lo hicieras.
-No me has dicho nada...
-¿Tenía que hacerlo?
-No sé...
-Pues se ve que sí, porque has hecho lo que has querido.
-Perdona. ¿Me vas a castigar?
-No me va a quedar otra.
-¿Y cuándo sería...? Si quieres podemos vernos ahora.
-Será cuando me salga de los huevos.
-Vale.
-Hasta entonces no quiero que te toques.
-Mmm, vale. ¿Puedo pensar en ti?
-Me da igual. Pero piensa que si lo haces, lo mismo lo vas a pasar mal, porque no te vas a poder tocar.
-Ya.
-Sabré si te has tocado. No me enfades, ¿vale?
-Vale.

Pensé dejar ahí la conversación. Me estaba empezando a gustar esto que estaba haciendo con ella, aunque vi que me envió otro mensaje más.

-Javi, te quiero. Me haces muy feliz.
 
Última edición:
Manteniendo cierta proporcionalidad, en lo que a Sofía y Hugo refiere, habría actuado muy parecido a Javier

Esto no trata del hecho de que sean pareja, y le incomode o cause celos, entiendo que fue la forma, no el fondo del asunto.

Preocupados del fondo sin tener cuidado en la forma, generaron esa sensación de "sustitución", que se inició en Halloween.

Una bola de nieve que fue creciendo a medida que los "tórtolos" actuaban más extraño cada vez, culminando con el episodio de su cumpleaños.

Aún no entiendo esa reacción de Irene al ver a Noelia, encuentro inexplicable su actuar, con un exacerbado despecho e ira, como si la ex de Elena fuera ella. Ni Javier reaccionó tan mal.

Confirma todas las sospechas, la publicación que Irene hizo de aquella foto, una torpe intención de enviarle un cruel mensaje a Javier.
 
Última edición:
Irene tiene cierta maldad y creo que hubiera sido la oportunidad de alejarse definitivamente de esta mujer.
Pero esto no sé cómo se terminará arreglando, aunque no sé si es bueno o malo.
Aqui hay pocos personajes que se salven.
Incluso Ángela ha hecho alguna cosa mala como tener sexo con Javi sabiendo que estaba con Valentina, pero a esta la salvo un poco porque es buena chica.
El resto si tiene algunos errores, incluido Elena que no nos podemos olvidar que antes de que pasara lo que pasó, tuvo un claro coqueteo y quizás algo más con su Jefe.
Irene es una chica, en mi opinión, un poco tóxica que sigue pareciendo desproporcionada su reacción con la aparición de Noelia.
Mario también me ha defraudado bastante.
Valentina es otro personaje que también salvo, porque es a ella a la que engaño también.
Así que aquí que levante la piedra quien esté libre de pecado
 
Irene tiene cierta maldad y creo que hubiera sido la oportunidad de alejarse definitivamente de esta mujer.
Pero esto no sé cómo se terminará arreglando, aunque no sé si es bueno o malo.
Aqui hay pocos personajes que se salven.
...
Así que aquí que levante la piedra quien esté libre de pecado

Con eso nos condenaste a todos, Carlos. ;)

Ni opinar podremos. :oops::ROFLMAO:
 
Capítulo 710

Pero no respondí. La dejé en visto y dejé el móvil apartado después de haber hablado con tanta gente durante tanto rato. Me apetecía jugar a algo y me puse a ello. Andrea ya se había marchado a dormir, así que no podría ser con ella ahora que me apetecía. Aun así eché un buen rato yo solo aprovechando para intentar hacer sueño y poder descansar, aunque me acabé marchando a la cama sin tener mucho, costándome dormir. En lo que más pensé fue en la conversación que tuve con Ángela. Estuve a nada de reconocerle que estuve muy cerca de decirle antes de que se fuera a Francia que sentía cosas por ella, pero no veía la necesidad de hacerlo. Sería liar aún más el lío que había en mi vida últimamente. Al menos, la cosa con ella había acabado mejor, porque el día anterior sí que se puso tensa. Estaba contento por esa parte, porque sabía que podía hablar con ella sin problema si lo necesitaba, como también procuré transmitirle lo mismo por mi parte al preguntarle si le pasaba algo con esa insistencia de ir a verla y pasar unos días a su lado.

El día siguiente fue bastante tranquilo por todas partes. No pasó nada relevante, porque seguía con mi rutina de trabajo y ejercicio, en donde me tomé libres el par de días que quedaban hasta diciembre sin ir al gimnasio, optando por salir a correr durante un rato. Así evitaba de paso algún encuentro que no quería por el momento con Hugo. Noelia también me dejó tranquilo ese día, porque no me mandó ningún mensaje ni nada, cosa que me extrañó, pero que desde luego no ocupó ni un segundo en mi cabeza tratando de buscar un porqué. Lo único así más destacable fue al salir de trabajar por la noche, ya que no fui directamente a casa. Como no tenía nada de Noelia, me acordé de ella y pensé en eso del castigo que le dije que le iba a poner. Quizá era por eso por lo que no me habló en todo el día, pero no se iba a librar. Estuve pensando en esos últimos minutos que me quedaban en la academia y se me ocurrió algo.

Al salir me di una vuelta buscando un sexshop, encontrándolo relativamente fácil, porque ya conocía la ubicación de un par, pero no sabía si estarían abiertos para esa hora. Tuve suerte al encontrar abierto uno de los dos, pese a no tener nada de clientela. Allí me encontré a una dependiente bastante simpática, aunque de aspecto muy estrafalario. Era muy delgada, demasiado para mi gusto de hecho. Tenía muy poco pecho y ciertas partes de su cuerpo se me hacían muy esqueléticas. En la cara no se le notaba, pero sí en las manos, teniendo unos dedos muy huesudos, al igual que sus piernas, que venían faltas de carne. Era mona de cara, con una tez muy blanca y con rasgos finos y pequeños. Su peinado no me gustaba mucho al llevarlo tan corto y el aspecto gótico que tenía no es que le quedara muy bien en mi opinión. Estuve mirando algunas cosas y se me acercó para preguntarme si necesitaba ayuda. Me cortaba un poco contarle qué tenía en mente, porque no la conocía y no sabía qué podría pensar, aunque trabajando en un lugar como ese tendría que haber visto de todo seguramente.

-Pues... Estoy buscando algo especial.
-¿Especial? ¿En qué sentido? Bueno, si estás en esta sección... Jejeje.
-Te puedes imaginar, ¿no?
-Más o menos. ¿Para ti o para alguien más?
-Para alguien más.
-¿Qué es lo que buscas exactamente?
-Pues... Algo para castigar.
-Mmm, se me ocurren muchas cosas. Suaves o más fuertes, depende de cómo seáis.
-La verdad es que me apetece castigar bien. Es una chica que se ha portado muy mal conmigo en muchas ocasiones.
-¿Quieres que sienta dolor?
-Sí.
-Uh... -decía interesada- ¿En qué grado?
-Normalito. Tampoco quiero...
-Bueno, pues tenemos una amplia gama de...
-¿Crees que unos azotes irán bien? -dije interrumpiéndola.
-Em, claro. Eso más clásico diría yo.
-Ya, quizá demasiado clásico, ¿no?
-Si lo haces bien no tiene porqué ser aburrido.
-Bueno, algo de experiencia tengo con fustas.
-Am, entonces puedes seguir con eso. ¿O te aburre a ti?
-No lo hago mucho. Casi nada de hecho, así que aburrido no estoy.
-Pues podemos empezar por ahí. También hay pinzas para los pezones. Están muy bien, porque estimulan a la vez que causan un poco de dolor. Si quieres provocar dolor puedes tirar de la cadena que las unen y luego si las tienen bien apretadas, pues al quitarlas siempre duele un poco también.
-No suena mal.
-Hay muchos métodos... Este es un mundo muy amplio.
-¿Tienes experiencia?
-Sí.
-¿Algún consejo?
-A mí cuando me lo hacen... Me jode mucho cuando me tapan los ojos, porque no puedo ver a la otra persona. Sus expresiones, sus gestos... Eso me molesta mucho y él lo sabe. Pero está bien, porque la imaginación vuela en esos momentos, además de que se agudizan los otros sentidos.
-Eso tiene muy buena pinta.
-También hay un método en el que se puede jugar sin jugar.
-¿A qué te refieres?
-A la castidad. Hay diferentes cinturones de castidad para evitar que la persona dominada haga absolutamente nada que tú no quieras que haga.
-¿Lo has probado?
-Sí.
-¿Y...?
-Se hace duro. A mí me han tenido semanas así y se me hace cuesta arriba.
-Y que debe ser incómodo, ¿no?
-Los primeros días sí. Luego te acostumbras.
-¿Y dices que no te gustó?
-Me gustaba, porque le daba ese placer a él. Además, el sexo que tuvimos en cuanto cumplí el tiempo que me dijo fue de lo mejor que hemos tenido.
-Mmm...
-Otra cosa que me gusta es que me aten. Él lo suele hacer con su corbata. Me ata las manos al cabecero con ella y eso me vuelve loca.
-Tomo nota.
-Tenemos algunos látigos también...
-¿Qué me recomendarías tú para azotar?
-Mmm, a ver... A mí me gusta mucho esta pala de aquí. Con esta sí que se siente dolor. Con las típicas fustas es más picor que otra cosa. Esto sí duele. Los látigos a mí no me gustan mucho. Demasiado escandalosos, te pueden hacer daño a ti si no sabes usarlos, las marcas duran más...

Al final me decanté por la pala que me sugirió esta chica, que se llamaba Alicia. Me explicó que abarcaba mucha más zona que cualquier fusta que pudiera comprar. También me estuvo enseñando esos cinturones de castidad. Nunca había visto ninguno y me sorprendió verlos, sobre todo los de chico, con una forma de pene metálico en donde se debía meter para tenerlo bien sujeto e impedir que se pusiera erecto y demás. Los de chica no se quedaban atrás, aunque había una clase que era muy normalito y que consistía en cerrar todas las cavidades bien al ser como un tanga de cuero, pero había otro que sí que me llamaba la atención más. En realidad, había de dos clases dentro de esa segunda opción: era exactamente igual que el anterior, pero con una especie de punta metálica de varios centímetros, que estaba rodeada de varias esferas pequeñas. O más bien las esferas estaban atravesadas por esa punta. Había uno que tenía solo una punta y otro que tenía dos, una para cada orificio.

No compré ninguno de esos cinturones, quedándome solamente con la pala que ella me aconsejó. Además, me dio algunos consejos para el momento de cuando empezara a azotar. Era muy concienzuda al explicarme los riesgos y reglas, pidiéndome que llevara cuidado y que me comunicara bien con la otra persona. Compartió alguna que otra anécdota más conmigo para darme algunas ideas, de la misma manera que yo le conté alguna que otra cosa que ya había hecho. Le gustaba lo que oía, porque ponía una sonrisa pícara en su cara, pero entonces miró el reloj y me dijo que esperara unos momentos. Cerró la puerta con llave y volvió hacia mí, preguntándome cuánto me gustaba jugar. No sabía muy bien a qué se refería, pensando que quería follar allí mismo, pero le dije que se podía hacer una idea de lo que me gustaba con todo lo que habíamos hablado.
 
Capítulo 710

Pero no respondí. La dejé en visto y dejé el móvil apartado después de haber hablado con tanta gente durante tanto rato. Me apetecía jugar a algo y me puse a ello. Andrea ya se había marchado a dormir, así que no podría ser con ella ahora que me apetecía. Aun así eché un buen rato yo solo aprovechando para intentar hacer sueño y poder descansar, aunque me acabé marchando a la cama sin tener mucho, costándome dormir. En lo que más pensé fue en la conversación que tuve con Ángela. Estuve a nada de reconocerle que estuve muy cerca de decirle antes de que se fuera a Francia que sentía cosas por ella, pero no veía la necesidad de hacerlo. Sería liar aún más el lío que había en mi vida últimamente. Al menos, la cosa con ella había acabado mejor, porque el día anterior sí que se puso tensa. Estaba contento por esa parte, porque sabía que podía hablar con ella sin problema si lo necesitaba, como también procuré transmitirle lo mismo por mi parte al preguntarle si le pasaba algo con esa insistencia de ir a verla y pasar unos días a su lado.

El día siguiente fue bastante tranquilo por todas partes. No pasó nada relevante, porque seguía con mi rutina de trabajo y ejercicio, en donde me tomé libres el par de días que quedaban hasta diciembre sin ir al gimnasio, optando por salir a correr durante un rato. Así evitaba de paso algún encuentro que no quería por el momento con Hugo. Noelia también me dejó tranquilo ese día, porque no me mandó ningún mensaje ni nada, cosa que me extrañó, pero que desde luego no ocupó ni un segundo en mi cabeza tratando de buscar un porqué. Lo único así más destacable fue al salir de trabajar por la noche, ya que no fui directamente a casa. Como no tenía nada de Noelia, me acordé de ella y pensé en eso del castigo que le dije que le iba a poner. Quizá era por eso por lo que no me habló en todo el día, pero no se iba a librar. Estuve pensando en esos últimos minutos que me quedaban en la academia y se me ocurrió algo.

Al salir me di una vuelta buscando un sexshop, encontrándolo relativamente fácil, porque ya conocía la ubicación de un par, pero no sabía si estarían abiertos para esa hora. Tuve suerte al encontrar abierto uno de los dos, pese a no tener nada de clientela. Allí me encontré a una dependiente bastante simpática, aunque de aspecto muy estrafalario. Era muy delgada, demasiado para mi gusto de hecho. Tenía muy poco pecho y ciertas partes de su cuerpo se me hacían muy esqueléticas. En la cara no se le notaba, pero sí en las manos, teniendo unos dedos muy huesudos, al igual que sus piernas, que venían faltas de carne. Era mona de cara, con una tez muy blanca y con rasgos finos y pequeños. Su peinado no me gustaba mucho al llevarlo tan corto y el aspecto gótico que tenía no es que le quedara muy bien en mi opinión. Estuve mirando algunas cosas y se me acercó para preguntarme si necesitaba ayuda. Me cortaba un poco contarle qué tenía en mente, porque no la conocía y no sabía qué podría pensar, aunque trabajando en un lugar como ese tendría que haber visto de todo seguramente.

-Pues... Estoy buscando algo especial.
-¿Especial? ¿En qué sentido? Bueno, si estás en esta sección... Jejeje.
-Te puedes imaginar, ¿no?
-Más o menos. ¿Para ti o para alguien más?
-Para alguien más.
-¿Qué es lo que buscas exactamente?
-Pues... Algo para castigar.
-Mmm, se me ocurren muchas cosas. Suaves o más fuertes, depende de cómo seáis.
-La verdad es que me apetece castigar bien. Es una chica que se ha portado muy mal conmigo en muchas ocasiones.
-¿Quieres que sienta dolor?
-Sí.
-Uh... -decía interesada- ¿En qué grado?
-Normalito. Tampoco quiero...
-Bueno, pues tenemos una amplia gama de...
-¿Crees que unos azotes irán bien? -dije interrumpiéndola.
-Em, claro. Eso más clásico diría yo.
-Ya, quizá demasiado clásico, ¿no?
-Si lo haces bien no tiene porqué ser aburrido.
-Bueno, algo de experiencia tengo con fustas.
-Am, entonces puedes seguir con eso. ¿O te aburre a ti?
-No lo hago mucho. Casi nada de hecho, así que aburrido no estoy.
-Pues podemos empezar por ahí. También hay pinzas para los pezones. Están muy bien, porque estimulan a la vez que causan un poco de dolor. Si quieres provocar dolor puedes tirar de la cadena que las unen y luego si las tienen bien apretadas, pues al quitarlas siempre duele un poco también.
-No suena mal.
-Hay muchos métodos... Este es un mundo muy amplio.
-¿Tienes experiencia?
-Sí.
-¿Algún consejo?
-A mí cuando me lo hacen... Me jode mucho cuando me tapan los ojos, porque no puedo ver a la otra persona. Sus expresiones, sus gestos... Eso me molesta mucho y él lo sabe. Pero está bien, porque la imaginación vuela en esos momentos, además de que se agudizan los otros sentidos.
-Eso tiene muy buena pinta.
-También hay un método en el que se puede jugar sin jugar.
-¿A qué te refieres?
-A la castidad. Hay diferentes cinturones de castidad para evitar que la persona dominada haga absolutamente nada que tú no quieras que haga.
-¿Lo has probado?
-Sí.
-¿Y...?
-Se hace duro. A mí me han tenido semanas así y se me hace cuesta arriba.
-Y que debe ser incómodo, ¿no?
-Los primeros días sí. Luego te acostumbras.
-¿Y dices que no te gustó?
-Me gustaba, porque le daba ese placer a él. Además, el sexo que tuvimos en cuanto cumplí el tiempo que me dijo fue de lo mejor que hemos tenido.
-Mmm...
-Otra cosa que me gusta es que me aten. Él lo suele hacer con su corbata. Me ata las manos al cabecero con ella y eso me vuelve loca.
-Tomo nota.
-Tenemos algunos látigos también...
-¿Qué me recomendarías tú para azotar?
-Mmm, a ver... A mí me gusta mucho esta pala de aquí. Con esta sí que se siente dolor. Con las típicas fustas es más picor que otra cosa. Esto sí duele. Los látigos a mí no me gustan mucho. Demasiado escandalosos, te pueden hacer daño a ti si no sabes usarlos, las marcas duran más...

Al final me decanté por la pala que me sugirió esta chica, que se llamaba Alicia. Me explicó que abarcaba mucha más zona que cualquier fusta que pudiera comprar. También me estuvo enseñando esos cinturones de castidad. Nunca había visto ninguno y me sorprendió verlos, sobre todo los de chico, con una forma de pene metálico en donde se debía meter para tenerlo bien sujeto e impedir que se pusiera erecto y demás. Los de chica no se quedaban atrás, aunque había una clase que era muy normalito y que consistía en cerrar todas las cavidades bien al ser como un tanga de cuero, pero había otro que sí que me llamaba la atención más. En realidad, había de dos clases dentro de esa segunda opción: era exactamente igual que el anterior, pero con una especie de punta metálica de varios centímetros, que estaba rodeada de varias esferas pequeñas. O más bien las esferas estaban atravesadas por esa punta. Había uno que tenía solo una punta y otro que tenía dos, una para cada orificio.

No compré ninguno de esos cinturones, quedándome solamente con la pala que ella me aconsejó. Además, me dio algunos consejos para el momento de cuando empezara a azotar. Era muy concienzuda al explicarme los riesgos y reglas, pidiéndome que llevara cuidado y que me comunicara bien con la otra persona. Compartió alguna que otra anécdota más conmigo para darme algunas ideas, de la misma manera que yo le conté alguna que otra cosa que ya había hecho. Le gustaba lo que oía, porque ponía una sonrisa pícara en su cara, pero entonces miró el reloj y me dijo que esperara unos momentos. Cerró la puerta con llave y volvió hacia mí, preguntándome cuánto me gustaba jugar. No sabía muy bien a qué se refería, pensando que quería follar allí mismo, pero le dije que se podía hacer una idea de lo que me gustaba con todo lo que habíamos hablado.

Cómo no….
 
No hay chica que se resista a Javi. ( Salvo Andrea, que es su criptonita )
La dependienta de la tienda de juguetes: Va a formar parte de su lista de conquistas?.
Ya sé dónde se produce el reencuentro con Elena... En la boda de Javi y Noelia 😂😂
 
¿Estamos seguros? Porque mira que la mente de Javi tiene sus cosas, y no olvides que lo que conocemos son las sensaciones de un hombre enamorado y un poco desesperado. No sé yo si un juez aceptaría el testimonio de Javi como única prueba para esa "acusación".

Ni siquiera él tiene certeza de haya sucedido algo entre Elena y su jefe, sólo compartió las sospechas que le surgían por su extraño comportamiento.
Lo que Javier reflexionó aquella época, fue un virtual torbellino de complicadas situaciones que se sucedían una tras otra, siendo Noelia causante en su mayoría.
Pero más que la usual "sensación de que algo ocurre", sus sospechas eran basadas en hechos objetivos,
  • Acostumbraban almorzar juntos, pasando por ella a su trabajo, hubo una ocasión que luego de esperarla más de una hora, y ver que salieron todos incluida Yolanda, nunca lo hizo ella, tampoco contestó sus llamadas, ni leyó sus mensajes. Al finalizar esa misma jornada laboral, esa tarde, en forma estoica la recogió, y se mostró molesta y fría con él, achacándolo a sus discusiones por Noelia, muy conveniente. Luego ella pidió dejar de almorzar juntos por su "excesiva carga de trabajo".​
  • A lo anterior se suman innumerables ocasiones que se quedó hasta muy tarde en la noche, por motivos de trabajo, llegando sin ganas de sexo, algo que hasta Noelia notó y se lo comentó extrañada.​
  • Descubrir esa conversación del chat con su jefe, que dejó claro su interés por ella, y el "tonteo" que ambos mantenían. lleno de provocativos y coquetos comentarios, algo resumido es como sigue,​
"...Éste se excusó diciéndole que era broma y que tampoco se pusiera así, que quería que se distrajera, porque la había visto muy pensativa las pocas veces que coincidía con ella en las últimas semanas y quería preguntarle qué le pasaba..que sabía que no se trataba del trabajo, porque veía buenos resultados y rendimiento y preguntaba a otros compañeros y decían que no había problema con ella...le preguntó si era algo personal...Elena le comentó que algo de eso había. Alberto, después de empezar a alabar de nuevo a Elena con buenas palabras y con más tonteo al que ella no le hacía ascos, le preguntó de qué se trataba. Elena empezó a darle largas, pero Alberto se puso insistente...Elena seguía escabulléndose hasta que Alberto le dijo que podía contar con él, que le caía muy bien, que le podía ayudar si lo necesitaba y que estaba pensando en ascenderla de nuevo para que pudiera trabajar con él. Elena se partía de risa en forma de emoticonos, pero yo veía que su jefe le hablaba en serio, porque no parecía estar de broma y tampoco se reía o le mandaba emoticonos del estilo. Finalmente, Elena soltó prenda después de que Alberto le preguntara si había alguien más en su cabeza como él creía que pasaba. Elena se empezó a reír de nuevo, pero tampoco dejó claro qué pasaba. Alberto se puso de nuevo insistente. Elena soltaba cada vez más prenda diciendo que era fuerte pese a haber algún que otro chico guapo en la oficina. Alberto se sentía identificado con esas palabras e intentó sonsacar algo más, pero Elena divagaba mucho. Para que la dejara tranquila, Elena dijo que estaba hecha un lío y que no sabía qué hacer. Alberto se venía a arriba, diciéndole que la vida son solo dos días y que hay que disfrutar. Elena le dio la razón y dijo que era joven y que quería disfrutar, que ya habría tiempo de ser más seria cuando se hiciera mayor..."
  • Siguieron luego esas misteriosas sesiones de chat en el celular, que ocurrían en las noches, lejos de su presencia, que le causaban tantas "risitas", nada normal, considerando que nunca le dijo con quien fueron.​
Cualquiera en el lugar de Javier reaccionaría ante estas señales, identificando los típicos síntomas que indican una infidelidad ocurriendo en el trabajo. Físico o emocional, algo sucedió.
 
Última edición:
La dispersión sexual va desbocada, parece que Javier encontró el instrumento ideal para llevar a cabo sus fantasías, Noelia. :babeando1:

La moldeará a su gusto, y ella disfrutará eso, se entregarán a sus fetiches más oscuros, volviendo el sexo una adicción compartida. :banana1:

Ni se dará cuenta de lo pronto y profundo que la tendrá enquistada en su vida. :dancer1:
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo