Keranos
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Capítulo 690
Sobre la cama encontré una gran caja envuelta con papel de regalo y un lazo. Me quedé mirándola preguntando qué era eso, sugiriéndome Noelia que lo abriera, por lo que lo cogí y fui a salir de la habitación, pero ella me detuvo y me insistió para que lo abriera allí. Me parecía feo no hacerlo delante de los demás para que también lo vieran, pero se puso muy cabezona y Andrea estaba como cortada por lo exaltada que estaba Noelia. Así que lo abrí allí, encontrándome una caja de batería de mi grupo de música favorito. Era una caja característica del batería de la banda, la que usaba él, aunque no la misma, claro. Pero era el mismo modelo personalizado con el logo de la banda y con un acabado en negro. Había visto reviews de eso y contaban muchas cosas, como que tenía tanta sonoridad que en las grabaciones que hacía la banda no ponían micros muy cerca de ella. Además de aquello, venían unas baquetas que usaba el artista y que eran de edición muy limitada al llevar parte de él en ellas, pues en esa tinta roja que usaban para poner la marca y demás, iba su sangre. Hasta había un video en el que se veía cómo le extraían sangre y cómo la echaban en un bol, mezclándola él mismo con una baqueta.
Estaba muy impresionado, porque lo reconocí todo al momento y sabía que aquello no había sido barato. Les pregunté de parte de quién era y cuánto se habían gastado en eso. Noelia dijo rápidamente que había sido un regalo de parte de todos y de más gente incluso, añadiendo que Andrea se había hecho cargo de ponerse en contacto con mis amigos para que pudieran hacer un bote entre todos y poder comprar aquello. Y con lo de amigos se refería a los de mi ciudad, porque gesticuló haciendo gestos que señalaban afuera de la habitación, pero también otros que indicaban más lejanía. Andrea dijo que no era para tanto, por tener facilidad para hacerlo, resaltando que Noelia había puesto más de la mitad de lo que costaba aquello, aunque ésta no la dejó seguir y me dio otro abrazo, preguntándome si me había gustado, pasando a cogerlo todo para dármelo y llevarme hasta el salón para que lo pudieran ver los demás, aunque la sorpresa me la llevé yo al llegar.
En el salón, junto a los amigos que ya había, me encontré con mis mejores amigos: con Irene, Mario y Sofía. Fue un momento tenso para mí, porque Noelia se encontraba allí y no sabía cuál podía ser la reacción de ellos. Hasta me entró sudor frío de manera instantánea. Se me enfrió mucho el cuerpo, aunque las manos me empezaron a sudar bastante. No sabía qué hacer ni decir para salir de esa. El tiempo empezó a pasar muy despacio, cada segundo parecía un minuto. Irene y Sofía estaban hablando con Sara de manera amigable, acababan de conocerse. Mario lo hacía con los chicos, sin embargo. Y él fue el primero que se percató de la presencia de Noelia, quien de primeras se quedó como yo, abriendo ella sus ojos bastante. Mario se quedó de piedra, mirándome inmediatamente, estando yo tan pálido como él. Luego miró con cara de horror a su novia. Noelia reaccionó, diciendo con calma que prestáramos atención para que vieran lo que me gustaba el regalo que me habían hecho entre todos.
Fue un momento que parecía de película, porque se me puso todo a cámara lenta. No le quitaba el ojo a Irene, quien giró su cara hacia la persona que estaba hablando, Noelia. Conforme lo hacía, la sonrisa que tenía mientras hablaba con Sara se iba diluyendo, pasando a quedarse como pillada al ver a Noelia. Luego hizo un gesto de extrañarse mucho, pero ya fue cuando su rostro empezó a expresar ira. Sofía tuvo una reacción similar, aunque ella en vez de enfadarse, puso una cara como de susto, abriendo sus ojos y su boca, aunque sus dientes chocaban sin abrirse. Todo volvió a su velocidad normal y entonces fue cuando Irene le preguntó a Noelia a voces qué coño hacía allí. Se lo preguntó como tres o cuatro veces, pero la receptora del mensaje no respondía, pareciendo asustarse, porque se agarró a mi brazo. Irene siguió con muchos insultos que salían de su boca en forma de gritos y hasta empezó a venir hacia nosotros.
Estoy seguro al 100% que quería pegarle a Noelia. Entre Mario y Sofía la sujetaron, aunque ella no paraba de insultarle, llegando también a decir que nos había jodido la vida a todos. Noelia al ver cómo Irene tenía la intención de venir hacia nosotros y al verla de esa manera tuvo la reacción de ponerse detrás de mí, abrazándose más aún a mi brazo. Sabía que no le haría gracia a Irene encontrársela, pero desde luego no me imaginaba que también se enfadara tanto conmigo como hizo hasta tal punto decir que era un hijo de puta. También me preguntaba que cómo podía estar con ella como si tal cosa. Se puso histérica y no paraba de gritar y zarandearse. Me daba la sensación de que Mario no podía pararla del todo. Al final se la llevó a la calle, quedándose Sofía mirándome con cara de circunstancia, preguntándome con la mirada qué era lo que pasaba, además de gesticular con sus manos. Aunque no me dio la oportunidad de explicarle, pues se dio la vuelta para seguir a Mario y a Irene. Hugo la siguió a ella también y cerraron la puerta.
Me quedé bastante abatido por lo que acababa de pasar, haciéndose un silencio muy incómodo que por suerte no duró mucho al marcharse todos. Por fin pude reaccionar, deshaciéndome del abrazo de Noelia al apartarla bruscamente de mí. Ahora era yo el que gritaba, echándole una bronca tremenda que ella recibía haciéndose pequeña y mirando al suelo, aunque me miró cuando le dije que me mirara a la cara cuando le hablara. Al hacerlo, vi que tenía los ojos vidriosos, aunque a mí no me podía importar menos en ese momento. Le pregunté si no se cansaba de joderme la vida al provocar el final de mi relación con la persona que más había querido en mi vida, como para ahora jodérmela también con mis mejores amigos. Estaba tan enfadado con ella y ya eran tantas cosas dentro de mí las que habían pasado esas últimas semanas que ésta fue la gota que colmó el vaso. Estallé como si estuviera en una olla a presión. De lo que grité, luego me acabaría picando la garganta incluso. Y menos mal que Andrea la agarró de la mano para llevársela a la calle, porque le habría dicho muchas más cosas aparte de que era una hija de puta, que me daba asco y que era peor que un cáncer.
Me senté en el sofá, bastante nervioso, porque me temblaba el cuerpo con lo acababa de pasar y con el enfado que tenía encima y de repente, noté cómo alguien ponía su mano en mi hombro, asustándome bastante. Se trataba de Sara, que seguía por allí. Al ver cómo reaccioné a su acercamiento me pidió que me calmara, que ya había pasado todo y que no merecía la pena volverse a enfadar y pensar en ello.
-¿Cómo es que sigues aquí? -le pregunté cuando mi cuerpo se empezó a relajar, dejando de temblar y volviendo mi respiración a la normalidad.
-Pues... Es que... He visto lo que ha pasado y... No sé absolutamente nada de lo que ocurre. Es la primera vez que veo a casi todos los que estaban aquí. Y pues he visto cómo te has puesto y pensaba que no era buena idea que te quedaras solo.
-Ah...
-En situaciones así creo que está bien hablarlo para desahogarse. Es que me he asustado un poco, porque esa chica se ha puesto hecha una furia. Y luego tú. ¿Estáis bien?
-Es evidente que no.
-¿Discutís mucho?
-Qué va. Ha sido por... Da igual.
-Bueno, tú tranquilo. Anda, ven y comes algo.
-No tengo hambre, Sara. Gracias.
-Por favor. Hazlo por mí. Luego te ayudo a recoger todo. ¿Vale?
-Bueno...
Sara se portó muy bien conmigo. La verdad es que fue un rato que pude sobrellevar mejor con ella a mi lago. Ambos comimos algo de lo que había en la mesa. Había mucha comida que ni siquiera sabía cómo había llegado hasta allí, pero era una lástima que se desperdiciara tanta, por eso hicimos el poder de intentar que bajara la cantidad. Mientras cenábamos charlamos de otras cosas. Bueno, fue ella la que no paraba de sacarme tema de conversación, intentando distraerme de lo que acababa de pasar y se lo agradecí bastante, aunque luego le conté un poco por encima lo que pasaba y quién era cada uno en esa situación. Sara me escuchó con atención y me dijo que no pasaba nada, que seguro que todo iría a mejor. Aunque también me dijo que entendía que no pudiera ver a Noelia y que le guardara tanto rencor, pero que en su opinión, nadie se merece que le hablen así. Me dijo que pensó que había sido demasiado duro con ella teniendo en cuenta lo colada que estaba por mí.
Me preguntó además si quería que pasara la noche conmigo en casa en vista de que iba a quedarme solo, pero le dije que no hacía falta, agradeciéndole mucho el tiempo que se había tomado para hacerme compañía y quedarse conmigo después del incidente. Le di un abrazo fortísimo y con una duración más larga de lo normal, pasando ella a preguntarme si estaba bien una vez nos despegamos. Le dije que sí y que no se preocupara por mí, dándole las gracias una vez más por venir. Ella me acarició la cara y me pidió que me cuidara y que no dudara en hablarle si lo necesitaba, que allí estaría ella para lo que hiciera falta. Descubrir esa faceta de Sara fue algo genial y que no sabía que pudiera tener. Cuando me juntaba con ella siempre estábamos de coña y había mucho tonteo, pero desde lo de Amaya estaba muy así. Quizá sí que era así antes de que aquello pasara. No lo sé, no tenía un trato tan estrecho con ella, pero me gustó mucho ese gesto que tuvo conmigo y cómo se preocupó por mí. Aún estaba muy reciente lo de nuestra amiga y no podía evitar pensar que por su cabeza pasara una situación en la que yo pudiera acabar de la misma manera.
Terminé de recogerlo todo, porque Sara me ayudó a preservar lo que sobró de comida, aunque le dije que no hacía falta. Así que cuando se fue puse en orden todo lo que se había movido para esa reunión que tan bien empezó y tan mal acabó. Una vez acabé me volví a sentar en el sofá, tratando de dejar la mente en blanco, pero en mi cabeza se reproducía ese momento tan malo en bucle, una y otra vez sin parar. Cogí el móvil para ver si tenía algo, aunque no terminé de encontrar nada. Así que empecé yo a escribir. Primero lo hice con el grupillo de amigos en el que se encontraba Sara. Pedí disculpas por lo que había pasado y por chafar la sorpresa que me habían preparado, al igual que pedí perdón por las formas que tuve cuando le eché la bronca a Noelia. Luego pensé si ponerme en contacto con mis amigos más cercanos, aunque no sabía si era buena idea, sobre todo con Irene, porque la cosa estaba caliente a más no poder y no podía pasar nada bueno en esos momentos.
Por eso pensé en dejar pasar unas horas o quizá un par de días para hablar con ella. También descarté hablar con Mario, porque evidentemente estaba con Irene y era la misma situación, además de que imaginaba que estaban volviendo a casa y estaría conduciendo. Sin embargo, sí que me animé a hacerlo con mi amiga Sofía. Le escribí para preguntarle si estaba disponible y poder explicarle así lo que hacía Noelia allí. Pero no recibí respuesta por su parte. Esperé varios minutos y también le insistí con algún mensaje más, pero no los abría, aunque sí que les llegaba. También intenté ponerme en contacto con Hugo, porque él salió detrás de ellos tres, pero tampoco me contestó. Pensé que a lo mejor estaban los cuatro juntos, tratando de calmar a Irene entre los tres o quizá cenando algo. No tenía la certeza de eso, pero les pedí a los dos que me dijeran algo cuando pudieran, porque me preocupaba ver que no me respondían. Sobre todo, quería hacerlo con mi amiga Sofía, porque sabía que ella estaría más abierta a conversar sobre ello.
Los únicos mensajes que encontré fueron de Andrea. Me decía que me había pasado mucho con Noelia y que esperaba que le pidiera perdón una vez pasaran las horas y me calmara. Me puso que entendía que estuviera enfadado con ella por todo lo que había pasado, pero que nada me daba derecho a hablarle de esa manera tan fea y encima delante de todos para humillarla hasta tal punto para hacerla llorar, porque así es como se fue. Acabó los mensajes diciendo que iba a pasar la noche con ella, porque estaba muy mal y no quería dejarla sola. Ella, a diferencia de Sara, no me preguntó si yo estaba bien ni nada, cosa de lo que tomé nota. Al buen rato, sobre las 11 de la noche, alguien llamó al timbre de la puerta. Me extrañó muchísimo y me hizo preguntarme quién podía ser. Descartaba que fueran mis amigos por ser ya tan tarde y tener que trabajar al día siguiente, así que solo me quedaba una persona en mente, y fui preguntándole qué coño quería de camino, porque la veía capaz de volver después de todo lo que le dije, pero una vez abrí la puerta con aire mientras seguía hablando esperando yo que fuera Noelia, me llevé una sorpresa más grande incluso que la que me llevé tanto con la fiesta sorpresa, como con la aparición inesperada de mis amigos.
-¿Valentina? ¿Qué haces aquí? -pregunté perplejo al verla allí.
Sobre la cama encontré una gran caja envuelta con papel de regalo y un lazo. Me quedé mirándola preguntando qué era eso, sugiriéndome Noelia que lo abriera, por lo que lo cogí y fui a salir de la habitación, pero ella me detuvo y me insistió para que lo abriera allí. Me parecía feo no hacerlo delante de los demás para que también lo vieran, pero se puso muy cabezona y Andrea estaba como cortada por lo exaltada que estaba Noelia. Así que lo abrí allí, encontrándome una caja de batería de mi grupo de música favorito. Era una caja característica del batería de la banda, la que usaba él, aunque no la misma, claro. Pero era el mismo modelo personalizado con el logo de la banda y con un acabado en negro. Había visto reviews de eso y contaban muchas cosas, como que tenía tanta sonoridad que en las grabaciones que hacía la banda no ponían micros muy cerca de ella. Además de aquello, venían unas baquetas que usaba el artista y que eran de edición muy limitada al llevar parte de él en ellas, pues en esa tinta roja que usaban para poner la marca y demás, iba su sangre. Hasta había un video en el que se veía cómo le extraían sangre y cómo la echaban en un bol, mezclándola él mismo con una baqueta.
Estaba muy impresionado, porque lo reconocí todo al momento y sabía que aquello no había sido barato. Les pregunté de parte de quién era y cuánto se habían gastado en eso. Noelia dijo rápidamente que había sido un regalo de parte de todos y de más gente incluso, añadiendo que Andrea se había hecho cargo de ponerse en contacto con mis amigos para que pudieran hacer un bote entre todos y poder comprar aquello. Y con lo de amigos se refería a los de mi ciudad, porque gesticuló haciendo gestos que señalaban afuera de la habitación, pero también otros que indicaban más lejanía. Andrea dijo que no era para tanto, por tener facilidad para hacerlo, resaltando que Noelia había puesto más de la mitad de lo que costaba aquello, aunque ésta no la dejó seguir y me dio otro abrazo, preguntándome si me había gustado, pasando a cogerlo todo para dármelo y llevarme hasta el salón para que lo pudieran ver los demás, aunque la sorpresa me la llevé yo al llegar.
En el salón, junto a los amigos que ya había, me encontré con mis mejores amigos: con Irene, Mario y Sofía. Fue un momento tenso para mí, porque Noelia se encontraba allí y no sabía cuál podía ser la reacción de ellos. Hasta me entró sudor frío de manera instantánea. Se me enfrió mucho el cuerpo, aunque las manos me empezaron a sudar bastante. No sabía qué hacer ni decir para salir de esa. El tiempo empezó a pasar muy despacio, cada segundo parecía un minuto. Irene y Sofía estaban hablando con Sara de manera amigable, acababan de conocerse. Mario lo hacía con los chicos, sin embargo. Y él fue el primero que se percató de la presencia de Noelia, quien de primeras se quedó como yo, abriendo ella sus ojos bastante. Mario se quedó de piedra, mirándome inmediatamente, estando yo tan pálido como él. Luego miró con cara de horror a su novia. Noelia reaccionó, diciendo con calma que prestáramos atención para que vieran lo que me gustaba el regalo que me habían hecho entre todos.
Fue un momento que parecía de película, porque se me puso todo a cámara lenta. No le quitaba el ojo a Irene, quien giró su cara hacia la persona que estaba hablando, Noelia. Conforme lo hacía, la sonrisa que tenía mientras hablaba con Sara se iba diluyendo, pasando a quedarse como pillada al ver a Noelia. Luego hizo un gesto de extrañarse mucho, pero ya fue cuando su rostro empezó a expresar ira. Sofía tuvo una reacción similar, aunque ella en vez de enfadarse, puso una cara como de susto, abriendo sus ojos y su boca, aunque sus dientes chocaban sin abrirse. Todo volvió a su velocidad normal y entonces fue cuando Irene le preguntó a Noelia a voces qué coño hacía allí. Se lo preguntó como tres o cuatro veces, pero la receptora del mensaje no respondía, pareciendo asustarse, porque se agarró a mi brazo. Irene siguió con muchos insultos que salían de su boca en forma de gritos y hasta empezó a venir hacia nosotros.
Estoy seguro al 100% que quería pegarle a Noelia. Entre Mario y Sofía la sujetaron, aunque ella no paraba de insultarle, llegando también a decir que nos había jodido la vida a todos. Noelia al ver cómo Irene tenía la intención de venir hacia nosotros y al verla de esa manera tuvo la reacción de ponerse detrás de mí, abrazándose más aún a mi brazo. Sabía que no le haría gracia a Irene encontrársela, pero desde luego no me imaginaba que también se enfadara tanto conmigo como hizo hasta tal punto decir que era un hijo de puta. También me preguntaba que cómo podía estar con ella como si tal cosa. Se puso histérica y no paraba de gritar y zarandearse. Me daba la sensación de que Mario no podía pararla del todo. Al final se la llevó a la calle, quedándose Sofía mirándome con cara de circunstancia, preguntándome con la mirada qué era lo que pasaba, además de gesticular con sus manos. Aunque no me dio la oportunidad de explicarle, pues se dio la vuelta para seguir a Mario y a Irene. Hugo la siguió a ella también y cerraron la puerta.
Me quedé bastante abatido por lo que acababa de pasar, haciéndose un silencio muy incómodo que por suerte no duró mucho al marcharse todos. Por fin pude reaccionar, deshaciéndome del abrazo de Noelia al apartarla bruscamente de mí. Ahora era yo el que gritaba, echándole una bronca tremenda que ella recibía haciéndose pequeña y mirando al suelo, aunque me miró cuando le dije que me mirara a la cara cuando le hablara. Al hacerlo, vi que tenía los ojos vidriosos, aunque a mí no me podía importar menos en ese momento. Le pregunté si no se cansaba de joderme la vida al provocar el final de mi relación con la persona que más había querido en mi vida, como para ahora jodérmela también con mis mejores amigos. Estaba tan enfadado con ella y ya eran tantas cosas dentro de mí las que habían pasado esas últimas semanas que ésta fue la gota que colmó el vaso. Estallé como si estuviera en una olla a presión. De lo que grité, luego me acabaría picando la garganta incluso. Y menos mal que Andrea la agarró de la mano para llevársela a la calle, porque le habría dicho muchas más cosas aparte de que era una hija de puta, que me daba asco y que era peor que un cáncer.
Me senté en el sofá, bastante nervioso, porque me temblaba el cuerpo con lo acababa de pasar y con el enfado que tenía encima y de repente, noté cómo alguien ponía su mano en mi hombro, asustándome bastante. Se trataba de Sara, que seguía por allí. Al ver cómo reaccioné a su acercamiento me pidió que me calmara, que ya había pasado todo y que no merecía la pena volverse a enfadar y pensar en ello.
-¿Cómo es que sigues aquí? -le pregunté cuando mi cuerpo se empezó a relajar, dejando de temblar y volviendo mi respiración a la normalidad.
-Pues... Es que... He visto lo que ha pasado y... No sé absolutamente nada de lo que ocurre. Es la primera vez que veo a casi todos los que estaban aquí. Y pues he visto cómo te has puesto y pensaba que no era buena idea que te quedaras solo.
-Ah...
-En situaciones así creo que está bien hablarlo para desahogarse. Es que me he asustado un poco, porque esa chica se ha puesto hecha una furia. Y luego tú. ¿Estáis bien?
-Es evidente que no.
-¿Discutís mucho?
-Qué va. Ha sido por... Da igual.
-Bueno, tú tranquilo. Anda, ven y comes algo.
-No tengo hambre, Sara. Gracias.
-Por favor. Hazlo por mí. Luego te ayudo a recoger todo. ¿Vale?
-Bueno...
Sara se portó muy bien conmigo. La verdad es que fue un rato que pude sobrellevar mejor con ella a mi lago. Ambos comimos algo de lo que había en la mesa. Había mucha comida que ni siquiera sabía cómo había llegado hasta allí, pero era una lástima que se desperdiciara tanta, por eso hicimos el poder de intentar que bajara la cantidad. Mientras cenábamos charlamos de otras cosas. Bueno, fue ella la que no paraba de sacarme tema de conversación, intentando distraerme de lo que acababa de pasar y se lo agradecí bastante, aunque luego le conté un poco por encima lo que pasaba y quién era cada uno en esa situación. Sara me escuchó con atención y me dijo que no pasaba nada, que seguro que todo iría a mejor. Aunque también me dijo que entendía que no pudiera ver a Noelia y que le guardara tanto rencor, pero que en su opinión, nadie se merece que le hablen así. Me dijo que pensó que había sido demasiado duro con ella teniendo en cuenta lo colada que estaba por mí.
Me preguntó además si quería que pasara la noche conmigo en casa en vista de que iba a quedarme solo, pero le dije que no hacía falta, agradeciéndole mucho el tiempo que se había tomado para hacerme compañía y quedarse conmigo después del incidente. Le di un abrazo fortísimo y con una duración más larga de lo normal, pasando ella a preguntarme si estaba bien una vez nos despegamos. Le dije que sí y que no se preocupara por mí, dándole las gracias una vez más por venir. Ella me acarició la cara y me pidió que me cuidara y que no dudara en hablarle si lo necesitaba, que allí estaría ella para lo que hiciera falta. Descubrir esa faceta de Sara fue algo genial y que no sabía que pudiera tener. Cuando me juntaba con ella siempre estábamos de coña y había mucho tonteo, pero desde lo de Amaya estaba muy así. Quizá sí que era así antes de que aquello pasara. No lo sé, no tenía un trato tan estrecho con ella, pero me gustó mucho ese gesto que tuvo conmigo y cómo se preocupó por mí. Aún estaba muy reciente lo de nuestra amiga y no podía evitar pensar que por su cabeza pasara una situación en la que yo pudiera acabar de la misma manera.
Terminé de recogerlo todo, porque Sara me ayudó a preservar lo que sobró de comida, aunque le dije que no hacía falta. Así que cuando se fue puse en orden todo lo que se había movido para esa reunión que tan bien empezó y tan mal acabó. Una vez acabé me volví a sentar en el sofá, tratando de dejar la mente en blanco, pero en mi cabeza se reproducía ese momento tan malo en bucle, una y otra vez sin parar. Cogí el móvil para ver si tenía algo, aunque no terminé de encontrar nada. Así que empecé yo a escribir. Primero lo hice con el grupillo de amigos en el que se encontraba Sara. Pedí disculpas por lo que había pasado y por chafar la sorpresa que me habían preparado, al igual que pedí perdón por las formas que tuve cuando le eché la bronca a Noelia. Luego pensé si ponerme en contacto con mis amigos más cercanos, aunque no sabía si era buena idea, sobre todo con Irene, porque la cosa estaba caliente a más no poder y no podía pasar nada bueno en esos momentos.
Por eso pensé en dejar pasar unas horas o quizá un par de días para hablar con ella. También descarté hablar con Mario, porque evidentemente estaba con Irene y era la misma situación, además de que imaginaba que estaban volviendo a casa y estaría conduciendo. Sin embargo, sí que me animé a hacerlo con mi amiga Sofía. Le escribí para preguntarle si estaba disponible y poder explicarle así lo que hacía Noelia allí. Pero no recibí respuesta por su parte. Esperé varios minutos y también le insistí con algún mensaje más, pero no los abría, aunque sí que les llegaba. También intenté ponerme en contacto con Hugo, porque él salió detrás de ellos tres, pero tampoco me contestó. Pensé que a lo mejor estaban los cuatro juntos, tratando de calmar a Irene entre los tres o quizá cenando algo. No tenía la certeza de eso, pero les pedí a los dos que me dijeran algo cuando pudieran, porque me preocupaba ver que no me respondían. Sobre todo, quería hacerlo con mi amiga Sofía, porque sabía que ella estaría más abierta a conversar sobre ello.
Los únicos mensajes que encontré fueron de Andrea. Me decía que me había pasado mucho con Noelia y que esperaba que le pidiera perdón una vez pasaran las horas y me calmara. Me puso que entendía que estuviera enfadado con ella por todo lo que había pasado, pero que nada me daba derecho a hablarle de esa manera tan fea y encima delante de todos para humillarla hasta tal punto para hacerla llorar, porque así es como se fue. Acabó los mensajes diciendo que iba a pasar la noche con ella, porque estaba muy mal y no quería dejarla sola. Ella, a diferencia de Sara, no me preguntó si yo estaba bien ni nada, cosa de lo que tomé nota. Al buen rato, sobre las 11 de la noche, alguien llamó al timbre de la puerta. Me extrañó muchísimo y me hizo preguntarme quién podía ser. Descartaba que fueran mis amigos por ser ya tan tarde y tener que trabajar al día siguiente, así que solo me quedaba una persona en mente, y fui preguntándole qué coño quería de camino, porque la veía capaz de volver después de todo lo que le dije, pero una vez abrí la puerta con aire mientras seguía hablando esperando yo que fuera Noelia, me llevé una sorpresa más grande incluso que la que me llevé tanto con la fiesta sorpresa, como con la aparición inesperada de mis amigos.
-¿Valentina? ¿Qué haces aquí? -pregunté perplejo al verla allí.