Reencuentro con Elena

Sin que se moleste Keranos , creo que al relato le empieza a sobrar capítulos. Estos últimos después del reencuentro son algo raros y sin aporte importante a la historia.
Con seis capítulos después del reencuentro era suficiente.
Y si me acepta un reto sería interesante reescribir el relato desde el punto de vista de Elena dando luz a tanto oscuro sobre ella.
 
Capítulo 854

Pero antes de enfrentar la tarde, tendría que pasar por casa para comer, recibiéndome Ángela muy bien al saludarme con mucho énfasis, dándome un abrazo cuando nos encontramos. Hablamos unos minutos, yendo yo a cambiarme de ropa para estar más cómodo y poniéndonos con la comida en la cocina.

Me encantó el momento de cocinar entre los dos, saliendo algo bastante bueno y pudiendo disfrutar de aquello. Mientras comíamos, Ángela me preguntó cómo me había ido el día, contándole yo que bastante bien, aunque tendría que ver cómo se daba la tarde por eso de los exámenes finales de trimestre, aunque ella ya conocía todo eso por lo tanto que hablábamos.

Ella creía que todo iba a ir bien y que solo era una semana, pudiendo ya descansar a la otra. Yo también le pregunté cómo le había ido en su primer día trabajando en casa, diciendo ella que genial, estando entusiasmada.

Me empezó a contar cómo se decidió por hacerlo en el salón, justo en donde estábamos comiendo, diciéndome que entraba mucha luz natural al subir bien la persiana que daba a la calle, pese a no dar la luz directamente a la casa. Me contó con detalle lo que estuvo haciendo en lo que terminamos de comer y recogimos todo entre los dos, siguiendo charlando una vez nos sentamos en el sofá.

Hasta nos dio tiempo a jugar un poco con la consola, estando ella muy entretenida con aquello. Aunque yo tenía que volver al trabajo, por lo que fui a cambiarme para marcharme después, despidiéndonos y diciéndonos cada uno que nos fuera bien la tarde.

Ya por la noche sí que pudimos jugar un poco más después de cenar algo más ligero que la noche anterior, contándonos también cómo nos había ido el resto del día, preocupándose ella por si había tenido problemas en la tarde, aunque le dije que no había sido para tanto.

La convivencia con Ángela estaba yendo sobre ruedas, porque todo eran sonrisas y buenas charlas, además de que empezamos a jugar mucho con la consola los dos juntos, aunque le notaba algo raro conforme avanzó la semana, cosa por la que le acabé preguntando, ya que pensaba que estaba haciendo algo mal, y eso que le había dicho que no tenía problema sí quería traer a sus amistades de la ciudad con las que solía quedar regularmente en su día al estar viviendo con su hermana.

Le pregunté si no estaba cómoda o si había algo de lo que hacía que no le gustara, pero ella decía que no era nada de aquello, por lo que le pedí que me contara de qué se tratara. Me dijo que pensaba que no lo estaba haciendo bien, a lo que yo le miré extrañado, preguntándole si se refería al trabajo, aunque no era por aquello.

Pensaba que no lo estaba haciendo bien al estar allí conmigo para hacerme más llevadero lo que estaba pasando, porque me veía desanimado y creía que estaría mejor con compañía. Me sorprendió mucho que me dijera aquello, porque yo me notaba bastante bien en general.

Evidentemente seguía triste y no era para menos, porque la relación que tuve con Elena era la primera relación que tenía en mi vida, la cual viví de manera muy intensa. Tanto, que no pude pasar página del todo al tenerla tan presente en mi mente aun habiendo pasado muchos meses después de que me dejara. Y la desilusión que me llevé al ver que la idea de retomar la relación no funcionaba fue un palo bastante grande.

Pero le aseguré que lo estaba haciendo fantásticamente al estar tan preocupada por mí todo el tiempo, porque no había momento en el que no estuviera cómodo con ella. Pasar por aquello me resultaba mucho más fácil teniéndola a mi lado.

Ahora que me paraba a pensarlo, sí que decliné algún que otro plan que ella proponía, como salir a comer o a cenar fuera o a dar un paseo, pero tampoco era para que me dijera aquello. Le volví a preguntar si era eso para salir de dudas, porque quizá había algo más, pero me dijo que era solo eso, pasando a darme un abrazo.

Le dije que no se tenía que preocupar tanto por mí, que estaba pasando por un duelo bastante complicado y que veía normal que estuviera así de desanimado. Pensaba que en peores había estado, y no hacía mucho tiempo, cuando volví a ver a Elena sin ir más lejos, haciendo bastante el tonto. Pero ella no parecía muy conforme, pensando que podíamos hacer algo para que me pudiera despejar de verdad, preguntándole yo qué se le estaba pasando por la cabeza.

Se quedó pensativa, diciendo que le gustaría mucho ir a la playa, volviéndome a sorprender con esa salida, pues acabamos de entrar en abril y la verdad es que no es que hiciera mucho tiempo para ir a la playa aún, pero ella tenía una idea quizá algo extrema. Aunque antes de decírmelo, comentó que tenía que hacer una consulta en su trabajo, pidiéndole yo que no me dejara así, aunque se puso cabezona y riendo me dijo que tendría que esperar.

Al día siguiente, viernes, cuando llegué a casa después de trabajar sería cuando me lo contara, diciendo que lo había arreglado todo en el trabajo para poder tener tiempo libre y poder irnos a donde tenía en mente. Le pedí que me lo contara, porque me tenía despistado aún, contándome ella que su idea era que nos fuéramos a su casa de Ibiza durante Semana Santa, que tenía toda la semana libre, pidiendo parte de sus vacaciones para ello.

Le pregunté si estaba loca, diciendo ella que tal vez, pero que no me iba a escapar de ese plan, que había mirado el tiempo que iba a hacer para esa semana y que tenía buena pinta para disfrutar de la playa, así que ya me podía ir haciendo a la idea de que nos íbamos a ir.

A mí me parecía un poco precipitado, pero ella me contó que se lo dijo a su madre y a ella le parecía bien, y que su hermana se enteró, diciendo que le daba envidia y que se quería venir con nosotros, pero Ángela se negó, creyendo que tenerla a ella por allí sería demasiado movimiento y pretendía que fuéramos en plan tranquilo para que me pudiera despejar.

Estaba tan exaltada con ese plan que se puso a mirar vuelos que nos salieran bien de precio, encontrando uno bastante bueno que salía el domingo sobre el mediodía. Es que ni me preguntó si los compraba, haciéndolo para que no me echara atrás. La verdad es que se me pegaron las ganas de ir. Ya lo estuve pensando por la noche, creyendo que estaría bien para despejarme, pero pensaba que solo sería el fin de semana, no toda una semana.

Bueno, no iba a ser una semana entera, pues teníamos pensado volver el sábado, ya que era el cumpleaños de Irene y queríamos ir a verla para felicitarla en persona. Un fin de semana en la playa tenía buena pinta y me apeteció después de macerar la idea durante toda la noche, pero una semana en Ibiza era un poco locura.

Aunque al verla a ella con tantas ganas y al recordar lo bien que lo pasamos allí cuando fuimos el verano anterior hizo que no se me hiciera tan locura. Ángela estaba encantada al verme que sonreía con todo lo que me decía que podíamos hacer y al ver que había cedido a ese plan sin poner oposición ninguna.

Así que ya teníamos un planazo para la semana entrante, diciéndome ella que no nos podíamos dormir para hacer las maletas, proponiéndole yo que lo hiciéramos el sábado, que no es que nos corriera tanta prisa como para tener que hacerlo ya. Ella me contó que empezaría a hacer la suya por la tarde, porque no tenía nada que hacer en el trabajo, pensando que me podía ayudar el sábado con la mía si quería.

Le pregunté si quería que nos lleváramos también la consola, diciendo ella que la iba a echar de menos esa semana, pero que no íbamos a estar jugando cuando teníamos la playa tan cerca, pudiendo ir a muchos sitios para verlo bien todo al estar solos y no tener que estar pendiente de su hermana como la otra vez.

Aunque antes de que me fuera a trabajar, le pregunté si pensaba que fuera buena idea eso de que yo fuera a la fiesta de cumpleaños de Irene, porque pensaba que Elena iba a ir y que sería incómodo, siendo lo último que yo buscaba para que su día especial fuera bien.

Ángela dijo que no tenía por qué serlo si hacía las cosas bien, pidiéndole que me aclarara eso. Ella pensaba que si había dado el paso, debía mantenerme firme y no ir corriendo a ella una vez la viera, como tampoco debería caer en su juego si empezaba a hacer comentarios para buscarme, pero que si no quería encontrármela, que podía preguntarle a Irene para ver cuándo iba a ir ella y pasarme yo antes para felicitarla y demás.

Me dijo todo eso, pero para ella misma era diferente. Pensaba que sí que estaría de más en su fiesta con Elena de por medio, porque a ella sí que la tenía enfilada y creía que podría sortearla al ignorarla y al no acercarse a ella, aunque no quería provocar momentos incomodos, como pasó en el cumpleaños de Sofía, cosa de la que se arrepentía por lo que originó entre Elena y yo, pensando que aquel fue el punto de inflexión para que yo tomara mi decisión. No quise hablar más de ello, por lo que le dije que ya lo hablaríamos con Irene para ver cómo lo podíamos hacer.
 
Keranos gracias por seguir enviando a diario, no estamos siendo especialmente buenos últimamente con el relato, y es cierto que pasan días y días sin que pase nada reseñable, pero al menos eres muy constante y aquí seguimos.
 
Ahora bien, Ángela está haciendo lo posible cada vez más por alejarlo de Elena, d primeras le dijo que hablase con ella, pero cada vez sus consejos son peores para la relación con ella, además de siempre hacerse la víctima con que se siente mal porque ella es la culpable etc etc, cada vez la veo menos buena, ahora lo lleva a Ibiza, donde lo llevó despues de separarlo de Valentina.

No quiero comentar todos los días porque realmente no hay muchas cosas que comentar, nos están contando cosas que son totalmente irrelevantes, no me importa k jueguen a la consola x la tarde y x la noche. Siento que estás metiendo paja para alargarlo o para que no cojamos al momento por el que va escrito. Hay semanas en las que no pasa absolutamente nada, en esta Javi le cuenta a sus amigos lo que ya sabemos y ahora nos cuenta como vive con Ángela, luego estara el encuentro con Elena en el cumple y en 1 capitulo a las prisas lo saldas, y luego otros 2 o 3 capítulos hablando sobre el tema con amigos, Ángela, su madre etc.

Siento que el relato desde que lo has separado del sexo gratuito de Javi con todas se ha venido abajo en cuanto a acción. Y encima los capítulos son cada vez más cortos.

Por cierto que Javi tenga cuidado que la loca de Elena, enferma de celos sin razón, puede ser peligrosa, después de todo está de psiquiátrico piensa él.
 
Primero tuvimos a la loca obsesiva de Noelia, después Elena "perdió la razón" arrastrada por los celos ... y ahora ya empezamos a ver a Ángela algo más ... alocada ¿Y qué tienen todas ellas en común? ... Efectivamente, su amor por Javier, así que fácilmente podemos llegar a la conclusión de que Javier las vuelve locas. Para sanar deben alejarse irremediablemente de él.

El problema es que no están locas, todas tienen razones para pensar las cosas que han pensado. Incluso Noelia a la que le decía que no pero luego le daba alas.
 
Estimados, esta es una historia muy larga, y el estilo ha sido el mismo, incluso ha pasado más tiempo en la vida real que en la historia. Esta se ha caracterizado desde el comienzo en ver toda la cocción de la masa en el horno, como dijo el amigo Estagirita.

Para ver como salió el bizcocho, hay que tener paciencia y tratar de empatizar con el proceso.

Ya dejen de subir la temperatura y dejen al cocinero cocinar a su tiempo.
 
Efectivamente, no pongo en tela de juicio la escritura de nuestro amigo fiel Keranos.

Brindo por muchos como él.

Mi punto de vista es que el autor, ha querido equilibrar la historia en el antes de la ruptura, el duelo, la rehabilitación y el propio reencuentro en cuanto al número de entregas. Lo que ocurre es que en esta última parte, se pone más énfasis en el autoindulto del protagonista en el aspecto emocional.
En la fase de duelo, el autor auyenta las penas a Javi y es una especie de liberación.

La primera parte es sexo con amor. Y la 3ª, la del desfase, es el sexo ausente de sentimientos.

Está claro que Ángela, está sembrando el terreno para que crezca el fruto del amor entre ellos.

Veremos.
 
Claro, pero es que Javier lo que tiene con Ángela es una bonita amistad, lo tienen más que hablado y super aclarado entre ellos ¿Verdad?
Además con lo perspicaz que es Javier para estas cosas, ya se lo habría sonsacado a Ángela, que con solo mirarla ya sabe si le oculta algo o no ¿Verdad?
Creo que hay un ligero aroma a sutil ironía
 
Efectivamente, no pongo en tela de juicio la escritura de nuestro amigo fiel Keranos.
Brindo por muchos como él.
Mi punto de vista es que el autor, ha querido equilibrar la historia en el antes de la ruptura, el duelo, la rehabilitación y el propio reencuentro en cuanto al número de entregas. Lo que ocurre es que en esta última parte, se pone más énfasis en el autoindulto del protagonista en el aspecto emocional.
En la fase de duelo, el autor ahuyenta las penas a Javi y es una especie de liberación.
La primera parte es sexo con amor. Y la 3ª, la del desfase, es el sexo ausente de sentimientos.
Está claro que Ángela, está sembrando el terreno para que crezca el fruto del amor entre ellos.
Veremos.

Brillante análisis riojano.
Lo que sí explicitaría más, es acerca de lo que Ángela parece tramar con este viaje a Ibiza, un motivo algo más cortoplacista, que ella busca preparar el terreno donde ser bien sembrada con un muy crecido fruto de él. :babeando1:
 
Que decir del devenir de la historia en sus últimos capítulos...
Coincido con la mayoría en que Ángela ha pasado de ser una amiga fiel a ser medio tóxica para Javi por pegarse a él como una lapa. Si quieres lo mejor para el, aléjate un poco, no le des la razón a Elena, que tiene lo suyo, pero por lo menos ha dado el paso de poner distancia con su jefe. En fin...
La que mejor me cae ahora, con diferencia, es Valentina. Molaria una conversación sincera de ella con Elena sobre nuestro protagonista. Porque aunque Javi la traicionó y le rompió el corazón, también la ayudó mucho y por eso ahora tienen algo parecido a una amistad. Quizás alguno de los complejos de Elena remitiese con una buena charla de ambas...o puede que aún fuese peor, quien sabe
 
Capítulo 855

Mi madre me preguntó al día siguiente si me quería ir con ellos toda la semana al saber que no iba a trabajar, pero le comenté el plan tan repentino que me surgió, sorprendiéndole bastante, diciéndome que me lo pasara muy bien, pensando que me vendría genial para desconectar, pero a la vez me pedía que tuviera mucho cuidado. El sábado lo empleé en hacer la maleta para el viaje que teníamos, con Ángela sugiriéndome qué llevar para cuando dijéramos de salir.

No me llevó tanto tiempo, por lo que el resto del día nos lo tomamos bastante tranquilo al estar en casa jugando con la consola, diciendo ella que podíamos aprovechar para hacerlo antes de que nos fuéramos, aunque recibimos la visita de su hermana, quien estuvo con nosotros gran parte de la tarde, cenando incluso allí. Hablamos bastante entre ella y yo, porque su hermana ya lo hacía con regularidad, estando más con la consola.

Lucía me contó cómo le iba con sus estudios, a la vez que me preguntaba a mí por el trabajo, aunque también lo hizo por Elena, pidiéndole Ángela que no lo hiciera, pero le conté igualmente. Tampoco fue algo muy extenso, marchándose al poco de que termináramos de cenar, diciendo que se iba a casa para arreglarse y salir con sus amigas, mientras que nosotros nos quedamos allí, con Ángela marchándose a la cama no muy tarde para intentar descansar bien, haciéndolo yo más tarde.

A ella le costó dormir por los nervios que tenía de tener que coger un vuelo. Yo no percibí mucha diferencia a lo que estaba acostumbrado, por lo que iba bien en ese aspecto. Mientras desayunábamos tranquilamente en la cocina, Ángela me preguntó por el dibujo que tenía pegado en el frigorífico con imanes. Le conté que era de la primita de Elena, que me lo hizo no hacía mucho, aunque pensaba que se lo había contado, siendo así al caer ella en lo que le decía.

Pero no indagó más en ello pese a quedarme yo pensativo en el dibujo, quedándome mirándolo. Después de que desayunáramos, Ángela propuso echar un vistazo al equipaje para asegurarse de que no nos dejábamos nada que pudiéramos necesitar.

Tras hacerlo y ver que todo estaba en orden y que no nos dejábamos nada, le propuse echar una partida para hacer hora, pues la venía nerviosa y pensaba que le vendría bien para distraerse. Efectivamente, funcionó como yo esperaba, porque le prestaba mucha atención a lo que hacía jugando, olvidándose de todo y pasándosele el tiempo muy rápido, como me pasó a mí también pese a estar solo mirando y dándole indicaciones.

Ángela me preguntó si me apetecía comer antes de irnos o cuando llegáramos, pensando que quizá sería un poco tarde para encontrar algo decente cuando llegáramos entre el vuelo y la recogida de equipaje. Como no teníamos hambre en ese momento, lo dejamos estar, llegando la hora de tener que marcharnos para ir bien de tiempo, aunque tampoco es que tuviéramos mucha hambre tampoco a esa hora, porque desayunamos bien a y buena hora como para que pasara tanto tiempo.

Al final comimos cuando llegamos, aunque no es que fuéramos a ningún sitio, porque lo que hicimos tras llegar y coger las maletas fue irnos a un supermercado a comprar cosas para toda la semana, incluyendo comida. Le sugerí hacernos un bocadillo y bajarnos a la cala para comérnoslo allí.

Con la tontería, eran las 6 de la tarde cuando empezamos a comer, pero estábamos muy a gusto, haciendo una temperatura muy buena, la cual me permitía ir en manga corta al estar dando aún un poco el sol. Ese día no nos bañamos en la playa, pero pudimos disfrutar de una brisa muy agradable, nada que ver con la que había la última vez que fui, aunque sí es verdad que notaba bastante el cambio de humedad.

A Ángela le gustó tanto el plan de comer allí que sugirió hacer lo mismo para la cena, aunque para ese momento quería preparar algo más consistente, pensando que podríamos bajarnos algunas cosas para picar, aunque comiendo tan tarde, lo tendríamos que hacer a una hora más lejana de lo que solíamos para cenar. Me pareció bien también, pero antes de eso, nos quedamos un poco más en la playa, sentados sobre una toalla que nos llevamos.

No nos pusimos crema ni nada, porque el sol daba de manera tenue, creyendo que no tendríamos problema. Se estaba muy a gusto y lo mejor de todo es que funcionaba bastante bien el cometido de ir hasta allí, porque el paisaje era tan diferente, que me entretenía mucho mirando el vaivén de las olas. No pasaba nadie por allí, lo que nos permitía tener bastante intimidad, aunque no sé si fue por eso por lo que Ángela me acabó preguntando de nuevo por el dibujo de la nevera.

Me preguntó si echaba de menos a Elena, diciéndole yo que un poco, pero que solo hacía una semana que no la veía, aunque ella me dijo que sí lo hacía en un aspecto más espiritual al dar el paso que di.

La respuesta seguía siendo afirmativa, diciendo ella que no pasaba nada, que era algo normal y que con el tiempo la cosa iría a mejor, diciéndome esto mientras me acariciaba la espalda. Luego, me preguntó si echaba de menos también a su prima, siendo ahora la respuesta más evidente. Le expliqué que le cogí mucho cariño a la niña y que era una mierda no poder verla más ahora que había decidido alejarme de Elena.

Ella ya sabía de la cercanía que teníamos Paula y yo, aunque le expliqué de todos modos que todo empezó en esa semana que vino a donde vivíamos Elena y yo para pasar unos días. Como Elena tenía que trabajar, yo tenía que cuidarla y fue algo que me encantó, porque pasar todo el tiempo juntos y sin nadie más durante muchas horas al día, hizo que se le fuera esa vergüenza que traía cuando el padre de Elena la dejó allí con nosotros.

A Ángela parecía gustarle ver cómo sonreía cuando le contaba aquello, por lo que me pidió que siguiera haciéndolo. Seguí al contarle cómo nos la apañábamos para entretenernos en lo que llegaba Elena, cómo la llevé a mi casa para que mi madre la conociera y cómo también hizo migas con Irene, Mario y Sofía. Ángela se interesó por su reacción al verme después de tantos meses cuando Elena y yo nos empezamos a volver a ver.

Le dije que fue un tanto graciosa, porque fue bastante similar a la situación que me acababa de contar cuando la conocí, mostrando ella algo de vergüenza, o quizá perplejidad, pero fue algo que se fue rápido cuando empezamos a hablar. Le reconocí que me gustó mucho que aún llevara consigo el peluche que le regalé en su día en esa semana que se vino con nosotros aquel verano, contándole también la sorpresa que se llevó al encontrarlo.

Ángela sonreía mucho al oírme contarle todo aquello, diciendo que era una pena que no pudiera verla más, aunque sugirió que podía ir a despedirme de ella, porque seguro que preguntaría por mí.

No dije nada de primeras, manteniendo silencio, aunque después retomé el relato, siguiendo al decirle que se sorprendió mucho al verme con la barba así y con los brazos llenos de tatuajes, diciendo que ella también quería unos dibujos como esos en sus brazos. Si es que en muchas ocasiones parecía que era nuestra hija, como me preguntaron en su día en la piscina comunitaria.

Entre el cariño que le tenía y cómo tenía que cuidar de ella hacía que fuera así, aunque solo fuera durante unos días. Sentimiento que pude volver a saborear alguna vez cuando iba a casa de Elena en esas últimas semanas y ella también venía, saliendo a juagar a algún parque o en casa pintando y demás. Tras terminar de contarle todo, nos volvimos a quedar en silencio, aunque luego pasamos a hablar de otros temas completamente diferentes.

Estuvimos un rato más en la playa, pero nos acabamos subiendo para descasar en su casa, terminando de colocar lo que trajimos del supermercado y también nuestro equipaje. Ángela me cedió su habitación, mientras que ella iba a permanecer en la de sus padres.

Tras descansar un rato, nos pusimos a ver qué podíamos hacer para la cena, preparando entre los dos varias cosas para picar, una ensalada y algo más consistente, pero sin llegar a ser un plato principal.

Lo guardamos todo en una cesta como de picnic que tenía en casa, además de bajarnos un farol para que nos diera luz y no tener que dejar las luces de la casa para que pudiéramos ver. Usamos la misma toalla que nos bajamos por la tarde, siendo muy amplia para poder ir dejándolo todo.

Terminamos cenando cerca de las 12 de la noche, pero en realidad nos vino bien para hacer hambre. Tampoco es que hiciéramos en mucha cantidad, por lo que acabamos con todo, quedándonos reposando allí un poco, aunque por la noche refrescaba bastante, teniendo que bajarnos una chaqueta para no pasar frío.

No tardamos mucho en subirnos tampoco, porque andábamos algo cansados, sobre todo ella, que no había dormido muy bien la pasada noche. Cuando subimos, ambos nos dimos una ducha y nos quedamos un rato en el salón mirando la tele, aunque ella bostezaba mucho, por lo que le sugerí irnos a dormir. Aceptó, diciendo que al día siguiente quería llevarme a unos cuantos sitios, por lo que debíamos descansar.​
 
Ibiza_Semana Santa.png

El plan de Ángela viene a ser más o menos algo así:

Visita a mercadillos hippies o artesanales:
Son un clásico y a partir de abril empiezan a abrir. En esta época del año no hay mucha afluencia de gente, por lo que podrán disfrutar del ambiente sin encontrarse con las aglomeraciones estivales:

Lunes: Mercado de s'Alamera en Santa Eulalia.
Miércoles: True Hippie Market en Es Canar.
Jueves: Las Dalias (de forma excepcional los festivos).
Viernes: Festival Market de True Hippie Market en Es Canar.
Sábado y domingo: Las Dalias.

Rutas de senderismo:
En el norte, pueden ir a pasear por Es Broll y Camí de Sa Fontassa, o incluso la ruta de Cueva de los Tesoros si se atreven, claro.
En el sur, es casi obligatorio pasear por Las Salinas en la ruta de Torre des Carregador - Torre de ses Portes, o pueden visitar la Torre des Savinar y Cabo Llentrisca.

Puestas de sol:
Pueden optar por una opción sencilla como disfrutarla desde la bahía de San Antonio, en un restaurante, o elegir un entorno más natural como Las Puertas del Cielo, Cala Comte o Cala d'Hort.
Como se van el sábado, el domingo podrán disfrutarla en Benirrás acompañados por ritmo y la percusión incesantes de la fiesta hippie de los tambores.

Visitar Formentera:
Pueden alquilar una bicicleta y visitarla, será un descubrimiento para un tipo de secano como Javier.

Gastronomía Ibicenca:
Con lo que les gusta a estos dos compartir mesa y comer rico, no les faltarán sitios donde disfrutar de una buena velada mientras disfrutan de una buena comida, como en Cas Pagés, Es Ventall, Bar Anita, Es Pins, Can Muson de Sa Vila, Es Rebost de Can Prats... Ángela seguro que conoce unos cuantos y los querrá compartir con Javier ... para que se distraiga.

Ángela seguro que tiene pensado hasta qué hacer si sale mal día, como ir a los billares o la bolera.

Desde luego aburrirse no se van a aburrir y a Javier le sentaría muy bien un plan así ... que seguro que es el que Ángela le ha preparado, y lo digo sin ironía, con ingenuidad, pero sin ironía alguna.
Como una puta cabra🤣😂🤣😂🤣😂
 
Con tanta pregunta sobre la niña, por un momento pensé que Ángela iba a decirle a Javi qué mire atrás y este al hacerlo, vea a Elena y la chiquita viniendo hacia ellos, siendo todo un plan maestro de Ángela para juntarlos, haciendo las paces entre ellas y quedando todos felices.

Bueno, Ángela no tanto, pero cerrando con una frase para si misma mirando al mar y con una lágrima en el rostro "ya encontraré el amor"

😂😂😂😂
 
¿Tú crees?

No pagan alojamiento.
Yo lo veo todo muy asequible, fijate que en el plan no había incluido ninguna visita a clubes o discotecas.
Desde luego, con mi plan, no les saldrá mucho más caro que quedarse en su ciudad y salir a comer, cenar y bailar.

Verás como mi plan es exactamente igual al que ha planificado Ángela ... añadiendo el juego de la pelotita y la pala, claro.
No me imagino el viajecito a Formentera y demás baratillo... aún y cuando sea en temporada media/baja.

Pero que bueno... Ángela quizás tiene algún plan más económico.
 
Capítulo 856

Yo no me pude dormir tan fácilmente, entreteniéndome en mirar el móvil para ver los mensajes que tenía en los grupos y demás, aunque una vez acabé de hacerlo, me quedé pensando en la sugerencia de Ángela de despedirme de Paula. Era algo que habría encantado hacer, pero que veía sumamente difícil al estar las cosas como estaban con Elena.

No veía muy oportuno ir a verla sin comentárselo a ella, porque sabía de sobra dónde vivía al haber ido a por ella en alguna ocasión. Era algo que debía pensar, porque quería verla, aunque fuera una vez más, pero no sabía si debía decirle lo que pasaba o no.

No nos levantamos muy temprano tampoco al día siguiente, desayunando tranquilamente para luego irnos a dar una vuelta. Se estaba muy bien al haber mucha menos gente que la que había cuando fui la vez anterior.

Ese lugar siempre era muy visitado, pero aún no había empezado la temporada fuerte, por lo que era mucho más sencillo ir a ver algunos lugares de interés y poder estar tranquilo en la playa. Como teníamos varios días, Ángela decidió tomarse con calma eso de enseñarme algunas cosas, aunque lo que en realidad tenía en mente era mostrarme con algo más de detenimiento lo que me enseñó el pasado verano.

Fue algo que hicimos bastante de pasada al no tener tiempo y no de la manera que tenía en mente al estar su hermana presente, pensando que ahora que estábamos solos, nos podíamos entretener más.

Esa mañana vimos un par de cosas con calma, siendo algo agradable, volviendo a media mañana para bajar a la playa y poder descansar allí tomando el sol, pues estuvimos andando un buen rato pese a alquilar un coche, pero es que teníamos que meternos por varios sitios y preferimos dejarlo aparcado.

En esta ocasión sí que nos echamos crema, poniéndonos los bañadores antes de bajar, estando ya cada uno en su toalla. Ambos nos ayudamos a echarnos crema, pero no percibí nada por su parte, aunque yo no me pude resistir a mirar un poco su precioso cuerpo mientras se daba crema y yo le ayudaba. Tan solo me preguntó si le quedaba bien el bikini, porque se lo había comprado sin poder estrenarlo, viéndolo una vez en una página y comprándolo.

La verdad es que le sentaba muy bien, siendo de un verde agua que combinaba bien con lo clara que tenía ella la piel, aunque quería remediar un poco eso tomando el sol. Nos bañamos juntos y por separado, volviendo a la casa para darnos una ducha e ir a comer a un restaurante, diciendo Ángela que le apetecía bastante. Nos pasamos a saludar a donde ella y su familia solían comer, aunque no lo hicimos allí, dejándolo para otro día, porque a ella le apetecía algo diferente.

Acabamos en un restaurante más moderno que otra cosa, aunque no estuvo mal, pero había estado en mejores. A Ángela tampoco es que le hiciera mucha ilusión una vez salimos, pero dijo que no había problema, que tendríamos ocasión de ir a otros sitios.

Ya en casa, reposando, me dijo que había estado hablando con Irene por mensaje, contándome el plan que tenía para celebrar sus cumpleaños. Al parecer, quería aprovechar el jueves y el viernes, que eran festivos, para ir a ver a la familia y celebrar con ellos el cumpleaños en esos días, queriendo hacerlo con los amigos el sábado y si se daba, también el domingo.

No entendí eso último, contándome Ángela que Irene aún no tenía claro cómo hacerlo para que pudiéramos estar todos sin que hubiera choques entre Elena y yo. Me pilló un poco a contrapié que me dijera eso, porque no sabía en qué plan iba a ir Elena. Ángela me pidió opinión, contándole yo que no me importaba verla siempre y cuando no pasara nada, pero que si alguien iba a estar incómodo, pues que habría que ver cómo hacerlo.

Ángela me reconoció que no sabía muy bien qué hacer, porque le apetecía ir y juntarse con todos los que iban a estar invitados al ser tan extrovertida, pero que a la vez, no le hacía mucha gracia ir por Elena.

No por ella en sí, sino porque sabía de sobra que Elena no podía ni verla y eso podría ocasionar problemas, sobre todo si íbamos ella y yo juntos, por eso de que ahora vivíamos juntos. Yo tampoco tenía mucha idea de qué podíamos hacer, porque también necesitaba saber cómo iba a estar Elena para esos días.

Ni siquiera sabía si se le había empezado a pasar ya el enfado o si aún lo tenía, por lo que tenía que llamar a Irene para saber si había hablado con ella como me dijo que haría, como también tenía pensado llamar a Sofía por lo mismo.

Ángela dijo que no me preocupara, que aún quedaban varios días para aquello y que seguro que encontrábamos la solución a eso, prefiriendo centrarse en desconectar y pidiéndome perdón de paso por no parar de sacar a Elena como tema de conversación, habiéndolo hecho también el día anterior, aunque le dije que no me importaba y que había sido relevante las veces que lo había hecho.

Por lo pronto, los siguientes días nos lo tomamos con calma, siendo un calco del lunes, en donde ella me llevaba a visitar lugares de interés que ya habíamos visitado en su día, aunque con más detenimiento, incluyendo además visitas a otros lugares que se dejó la otra vez.

Luego pasábamos un rato en la playa, dándonos buen de crema para no quemarnos, porque el sol picaba a esas horas y dándonos un baño para refrescarnos. Después íbamos a la casa para darnos una ducha e ir a comer, generalmente fuera, aunque alguna vez sí que lo hicimos en casa preparando algo entre los dos.

Las ocasiones que salimos fuera a comer fueron otra cosa en comparación al primer día. En esas veces posteriores fuimos a sitios que tenían mejor fama y que ella conocía casi en su totalidad. Y para las cenas, pues lo hacíamos en la playa, como el primer día, o en el local que había muy cerca, el cual era muy frecuentado por Ángela y su familia, siendo geniales tanto el trato como la comida para lo barato que era. Lo importante era cenar con vistas al mar y lo más cerca de él posible, porque era muy agradable la brisa y hacerlo así era relajante.

No hubo mucho problema en esos días, donde quizá lo más reseñable fue que Ángela me preguntó si me importaba que hiciera topless. Yo no tenía ningún problema en absoluto, pero ella me dejó claro que no quería hacerlo para provocarme ni nada, que simplemente quería coger algo de color por todo el cuerpo y poder así lucir mejor sus trajes cuando dijera de salir de fiesta, pensando que el cumpleaños de Irene podría ser una gran ocasión, aunque no pensaba que pudiera ser así finalmente por la presencia de Elena.

No voy a negar que se me fueron un poco los ojos en varias ocasiones, pero la realidad es que no tenía ganas de hacer nada. Me paré un poco a pensar en ello, dándome cuenta de que no es que tuviera demasiado vista a Ángela, porque, aunque fuera así, era un auténtico bombón, dándome cuenta de cómo muchas personas la miraban cuando decíamos de dar una vuelta por la noche para tomarnos algo, aunque nos recogiéramos pronto.

El problema era similar a cuando Elena me dejó en su día, estando un poco desanimado y desganado en ese aspecto. En su día lo estaba de manera preocupante, pero en esta ocasión tampoco es que fuera así. Era más acorde a mi estado de ánimo en general, que si bien es verdad que no estaba llorando por las esquinas, tampoco es que estuviera contento todo el tiempo.

Seguía con esa tristeza de darme cuenta de que las cosas con Elena no tenían prácticamente arreglo y que el amor de mi vida se me escapaba, aunque el desencanto que me llevé hizo que no me fuera tan trágico.

Y tampoco percibía esa provocación por parte de Ángela, primero porque me preguntó si me importaba, aclarándome que no buscaba incomodarme. Y también porque se preocupaba mucho por ese aspecto, no queriendo que yo pensara que se me estaba poniendo a tiro continuamente. A esas alturas ya lo tenía bastante claro, porque lo habíamos hablado muchas veces, pero que ella me lo dijera me daba cierta tranquilidad.

Además, se notaba que no estaba acostumbrada a hacer topless, porque cada vez que pasaba alguien por nuestro trocito de playa particular, siempre se abrazaba las piernas, dejando caer su barbilla sobre una de sus rodillas, ya que de vez en cuando pasaba alguna que otra persona al estar andando a lo largo de toda la playa.

Hasta que no se perdía de vista, no se volvía a tumbar para tomar sol, echándose bien de crema para no quemarse esa parte. Para rebajar esa tensión previa al decirme ella que no buscaba provocarme, le dije que si no se ponía cachonda al frotarse así los pezones mientras se echaba crema al tenernos ella tan sensibles.

Hice que le entrara una buena risa, aclarándome ella que no se excitaba mientas lo hacía, como tampoco lo hacía mientras se echaba crema siempre que se duchaba en casa. Me explicó que lo importante para que aquello tuviera lugar era estar en situación, ya fuera mientras estaba con una persona, o ella sola.

Me entró curiosidad por eso último, diciéndome mi amiga que no me iba a dar detalles de cuándo y cómo se masturbaba, poniéndose un poco roja, algo que me hacía mucha gracia y que provocó la risa de ambos, diciendo yo que no me había parecido percibir que lo hiciera en los días que habíamos estado viviendo juntos hasta el momento.

Para chincharme un poco, ella me preguntó a mí sobre cuando me masturbaba, porque tampoco es que notara nada. Le dije que no lo había hecho todavía. Que desde la última vez que había tenido sexo con Elena, el día del cumpleaños de Sofía, no había hecho nada de nada, sorprendiéndose ella.

Aunque para rebajar la cosa, ella me dijo que tampoco es que lo fuera a hacer a mi vista, dando a entender que lo hacía mientras yo estaba fuera trabajando en la academia, aunque también dejó caer que no es que fuera muy efusiva estando ella sola. Nos volvió a entrar la risa y ahí quedó el tema de conversación, pasando a tratar otros temas.​
 
Que bueno es Javi que no está follandose a Ángela en este viaje, no entiendo porque Elena duda tanto.

Vaya preguntas señor Javier, guárdame un cachorro, y no me vale lo de no está con Elena, porque estando intentándolo con ella también las hacía.
 

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