Reencuentro con Elena

Capítulo 733

Andrea me insistió al ver que la dejé en visto durante unos minutos y le dije que estaba bien, pero que no quería que pasara la noche allí. Me dijo que le parecía bien y ahí quedó la conversación, encontrándolas en cuanto llegué, sentadas donde las había dejado antes de irme y jugando todavía un poco. En lo que llegaba la cena me contaron que no habían estado jugando toda la tarde y que también habían hecho cosas de provecho. Comenté que me parecía bien y fui a ponerme más cómodo, aunque en esta ocasión Noelia no vino a mi habitación. Cenamos los tres de la misma manera que almorzamos, sin ningún problema, aunque ahora la conversación era más fluida. Las dos comentaron que me veían cansado, pidiéndome explicaciones. Les comenté que estábamos ultimando el trimestre en la academia y que se notaba en las clases, surgiendo muchas dudas de última hora y por la cantidad de repasos que teníamos que hacer.

En cuanto acabamos de cenar, Andrea se marchó a la cama, diciendo que estaba cansada, que le dolía bastante la cabeza y que quería madrugar para ir a su casa en autobús. Parecía convincente en todo ello, pero yo solo veía excusas para quedarme a solas con Noelia, quien se quedó mirando la tele a mi lado, aunque no estábamos pegados. La miré en varias ocasiones, aunque ella parecía no darse cuenta de ello, o más bien se hacía la loca. Le dije que no quería que pasara la noche en casa, como habíamos acordado en esos pocos mensajes que intercambiamos por la mañana en los que le dije que no quería que hubiera tanto acercamiento. Ella asintió, pero también se acercó un poco a mí para preguntarme si me apetecía hacer algo antes de que se fuera. La verdad es que sí que me apetecía algo, porque seguía con ganas pese a haber hecho algo con ella la noche anterior. A lo largo del día pensé en Laura en algunas ocasiones y me iba apeteciendo verla cada vez más. Y ya que estaba allí, pues podía abrir boca con Noelia, por lo que le dije de ir a mi habitación, pero sin hacer ruido.

Allí, nos empezamos a liar una vez nos sentamos en la cama, aunque ella rápidamente se puso sobre mí. Me comía la boca con ansia y la notaba nerviosa, porque empezó a temblar. Me agarraba la cara con fuerza y eso me invitaba a mí a continuar, entrándome más ganas. Por eso la puse bocarriba sobre la cama, para tomar yo un papel más activo, aunque al final acabé yo bocarriba y ella entre mis piernas para chupármela. Le dije que llevara cuidado de no hacer ruido, porque Andrea estaba ahí y nos podía oír perfectamente, sobre todo en el silencio de la noche. Noelia me hizo caso y empezó una muy buena mamada, esforzándose por metérsela entera en la boca. Estuvo así un buen rato hasta que me entraron ganas de más y la desnudé para comerle el coño. También estuvimos haciendo un 69 durante varios minutos en los que a ella se le escapaba algún gemido, dándole yo un pellizco para que se callara. Viendo que se ponía así sin todavía follar, me puse yo sobre ella, tapándole la boca con la mano para follarla intensamente.

Y cuando cambiamos de postura, quedando ella a cuatro, mordía la almohada para no hacer ruido. En esa postura se llegó a correr mientras empujaba con su culo con fuerza, derrumbándose en la cama después. Pero yo quería seguir, por eso la volví a poner bocarriba, para metérsela de nuevo. Unos minutos más tarde ella me follaba a mí, montándome como más me gustaba después de prometerme que no haría ruido. Hasta se tapaba la boca con la mano para que no se le escapara ningún gemido. Se volvió a correr así, siguiendo casi de manera instantánea una vez tuvo su orgasmo hasta que le avisé de que me corría, levantándose ella para metérsela en la boca y tragarlo todo hasta que ya no salía más. Nos quedamos tumbados sobre la cama, oyendo como llovía a cántaros. Noelia respiraba de manera muy acelerada, pareciendo estar costándole recuperarse de la sesión de sexo que acabábamos de tener. Sin embargo, fue ella la que inició la conversación.

-Javi, ¿me puedo quedar a dormir? Mira cómo llueve. No he traído paraguas ni nada...
-Joder, mira que lo sabía...
-Te prometo que no te molesto en todo el fin de semana si me dejas quedarme a dormir aquí contigo.
-Joder, solo faltaba que te presentaras aquí con tu padre...
-Por eso. No voy a venir.
-Vale, pero te vas temprano. Antes de que Andrea se levante.
-Mmm...
-Yo te aviso, tranquila, que no se me va a olvidar.
-Vale. Me parece bien.
-Pues venga, a dormir.
-Buenas noches. Gracias por ser tan bueno conmigo. Te quiero -dijo dándome un beso en la mejilla y empezando a acariciar mi pecho hasta que se quedó dormida.

Por sorpresa, teniendo en cuenta lo mal que dormía entonces, Noelia fue la que se despertó primero de los dos. Y lo hizo al estar sobre mí, dándome pequeños besos por la cara. Yo estaba muy atontado, pero he de reconocer que estaba muy a gusto, porque ambos estábamos desnudos y hacía mucho frío, por lo que el calor que me daba era genial, además de esas muestras de cariño. Pero se me pasó bastante cuando recordé que era ella quien me las daba. Por un momento era como si hubiera viajado en el tiempo hacia atrás más de un año. Me la intenté quitar de encima, pero ella se resistía, empezando a reír como si le hiciera cosquillas. Me preguntó si no me apetecía un rapidín mañanero y la verdad es que mi polla estaba bastante dura, pero lo acabé rechazando, pidiéndole que se marchara ya a casa. Ella se puso muy remolona, empezando a acariciar mi cuerpo y siguiendo con esos besos, pero ahora en menor cantidad y más suaves para no alterarme y a la vez para no hacer ruido.

Al final Andrea se acabó levantando, diciéndole yo a Noelia que se esperara hasta que se fuera para que no la viera ahí conmigo. Tampoco debería sospechar nada mi compañera de piso, porque en salón no quedó nada de ella. O eso era lo que yo pensaba, porque recordé que su mochila seguía allí, pero siempre le podía decir que se le había olvidado si se ponía preguntona. De hecho, le dije a Noelia eso mismo, que no le dijera que había pasado la noche conmigo y que le comentara que se había olvidado la mochila si le preguntaba. Noelia se acercó mucho a mí para preguntarme susurrando en mi oído por qué no quería que le dijéramos la verdad. Le dije que porque no y que no preguntara más, aprovechando ella esos minutos que Andrea seguía por casa al andar por el baño y por el resto de la casa para acurrucarse a mí y echar una cabezadita. Miré la hora y la verdad es que era muy temprano. Me extrañaba un poco que se fuera tan temprano para coger un autobús, pero bueno, ella sabría.

No tardó mucho en irse y ya sin estar ella, pues no tenía mucho sentido que Noelia siguiera allí, por lo que le pedí que se marchara. No se oía nada de lluvia, pero le dije que si veía que lo hacía, que cogiera un paraguas de los que teníamos en la entrada. De nuevo, Noelia se hizo un poco la loca, empezando de nuevo con los besos por mi cara, pero la agarré firmemente de las manos para que me mirara a la cara. Le dije que todo esto que estaba haciendo le iba a salir caro, preguntando por qué con algo de temor. Le dije que luego el batacazo sería mucho más grande, no terminando ella de entenderlo. Le volví a explicar que esto que había entre nosotros era algo puntual y que no iba a desembocar en nada más. Porque era bastante obvio que se estaba ilusionando mucho por todas esas cosas que me decía y por sus gestos. Ella permaneció en silencio durante unos momentos, pasando a echar su cara sobre mi pecho, soltándola yo. Me volvió a acariciar como lo empezó a hacer antes de que me despertara siquiera.

-Diciéndome eso no haces más que ilusionarme más.
-¿Pero cómo va a ser eso? ¿Estás tonta?
-Me demuestras que te preocupas por mí al decirme eso. No quieres que sufra.
-No. Lo que quiero es que no me des el coñazo cuando te diga de dejar de vernos.
-Pero es que no sé por qué no quieres que vayamos a más. No lo entiendo. Te he dicho miles de veces que estoy dispuesta a hacer todo lo que tú quieras. No te he dicho que no a nada.
-Eso es mentira.
-Pues lo retiro. Quiero que veas que por ti haría cualquier cosa.
-No me digas eso, porque me dan ganas de tomármelo al pie de la letra con tal de pasarlo bien, pero tú lo vas a pasar muy mal.
-¿Ves? Te preocupas por mí.
-Lo que tú digas. Pero cuanto más estés así, peor lo vas a pasar.
-Ayer me dio un bajón por esto.
-Ya sabía yo que había algo más que lo de tu padre.
-También es por eso. Joder, ese tema también es para estar atontada todo el día. Ya me estoy empezando a poner nerviosa otra vez.
-¿Y lo otro?
-¿El bajón?
-Sí.
-Es que... El jueves fue un día tan bueno... Quiero eso todos los días. Estuviste de diez. Me recordaste mucho a cuando te conocí, a todas esas veces que te has preocupado por mí a pesar de haberte puteado hasta el infinito. Joder, es que fue como cuando lo pasé mal por lo de María. Tú estabas ahí dándome ánimos. Y cuando entré en la universidad también, con eso de que me sentía sola. Estuviste ahí también en ese momento dándome ánimos. Joder, es que estabas como cuando estabas con mi hermana y me fui a vivir con vosotros, ese momento en el que me enamoré de ti.
-No saques a tu hermana.
-¿Por qué? ¿Cómo puedes pensar aún en ella? Mira, si quieres puedo ser como ella.
-Ya haces por donde para parecerte. Y sabes que me ha molestado todo lo que has hecho, desde los cambios físicos hasta los gestos y demás.
-¿Me prefieres como estaba antes?
-No te prefiero de ninguna manera, Noelia.
-Y sin embargo, aquí estamos, en tu cama, los dos desnudos. Y ya van muchos polvos desde que nos hemos vuelto a ver.
-Sabes de sobra por qué estamos así.
-Yo solo quiero ser feliz, Javi. Y que tú también lo seas. De verdad, puedo hacer lo que tú quieras. Si quieres que me parezca a mi hermana, me pareceré. Si quieres que no lo haga, pues no lo haré. Solo dime qué quieres.
-No quiero nada de ti, Noelia. Nos vemos porque llevo unos meses bastante malos. Parece que me han mirado mal o algo, pero el caso es que no levanto cabeza. Y la verdad es que me siento muy solo a veces, llevabas razón, mira tú por donde. Solo me vales para hacerme compañía.
-Javi, te doy todo mi amor, mi corazón y tú me respondes de esa manera tan cruel.
-Porque es la verdad, Noelia. Y ya te avisé. Lo he hecho unas cuantas veces de hecho. Pero tú no quieres verlo. Y si quisiera ser cruel de verdad contigo, lo sería. No me faltan ganas, desde luego.
-No creo que nada de lo que me digas a estas alturas me pueda hacer más daño que la indiferencia con la que me sueles tratar.
-No me provoques, porque te aseguro que puedo.
-Perdona, no te quería hablar así. Pero es que te quiero y no voy a dejar de hacerlo.
-Noelia, no puedes pretender que olvide todo lo que ha pasado y que haga como si nada. No funciona así la cosa.
-Pues deberías. Deberías dejarte llevar y abrirte. Nadie te va a querer nunca como yo.
-Anda, vete ya antes de que me enfade de verdad.
-Está bien -decía resignada.
-Me has prometido que no me molestarías en todo el fin de semana.
-Ya, lo sé. Me arrepiento ahora.
-Lo suponía.
-Hoy voy a estar todo el día con mi padre, pero mañana te voy a echar mucho de menos.
-Pues te vas a tener que aguantar.
-¿Qué vas a hacer tú?
-Alguna cosa tengo que hacer.
-¿Puedo saber el qué?
-No.
-Jo...
-Solo te voy a pedir un favor.
-Claro, lo que sea -dijo volviéndose a sentar en cama para mirarme.
-No trates mal a tu padre. Ni me hables mal.
-No iba a hacerlo.
-Por si acaso. Ojalá te pudiera decir que le des recuerdos de mi parte, pero mejor que no.
-Bueno, voy a pasar un momento por el baño y me voy, ¿vale? Tú quédate aquí y descansa un poco más -dijo arropándome bien y dándome un pico.
 
Actúa como un auténtico "camello". Le da su "droga" a Noelia, se aprovecha de su dependencia para beneficio propio. le advierte de que no se enganche más porque si no él no podrá disfrutar del provecho que saca ahora, como haría un "camello".
En fin, este Javi se ha comido otra vez a aquel tan majo de hace dos capítulos.
 
Última edición:
Antes de perdonarla, debería exigirle qué diga la verdad a su familia.
Javi tuvo la oportunidad de hablar con Elena, la tuvo cara a cara en su casa, pudo explicarse. De hecho Elena intentó hablar con él (las reiteradas llamadas de un número desconocido), mientras nuestro protagonista se escondia en su habitación, montándose una historia que aún no sabemos si tuvo lugar.
A saber si Elena lo supo todo, e iba a casa de Javi a aclarar la situación. La reacción tan absurda e infantil de éste, pudo disuadir a Elena de continuar con la relación.
Con ésto quiero decir, que no es Noelia la que debe desagraviar a Javi, es él mismo el que debiera madurar y afrontar las situaciones como un adulto.
 
Javi tuvo la oportunidad de hablar con Elena, la tuvo cara a cara en su casa, pudo explicarse. De hecho Elena intentó hablar con él (las reiteradas llamadas de un número desconocido), mientras nuestro protagonista se escondia en su habitación, montándose una historia que aún no sabemos si tuvo lugar.
A saber si Elena lo supo todo, e iba a casa de Javi a aclarar la situación. La reacción tan absurda e infantil de éste, pudo disuadir a Elena de continuar con la relación.
Con ésto quiero decir, que no es Noelia la que debe desagraviar a Javi, es él mismo el que debiera madurar y afrontar las situaciones como un adulto.
Eso fue de traca.
Si hubiera hecho lo que tenía que hacer, ahora estarían juntos.
Pero no me enfadito y me meto en mi cuarto, que ya me dirás que soluciona eso.
 
Javi tuvo la oportunidad de hablar con Elena, la tuvo cara a cara en su casa, pudo explicarse. De hecho Elena intentó hablar con él (las reiteradas llamadas de un número desconocido), mientras nuestro protagonista se escondia en su habitación, montándose una historia que aún no sabemos si tuvo lugar.
A saber si Elena lo supo todo, e iba a casa de Javi a aclarar la situación. La reacción tan absurda e infantil de éste, pudo disuadir a Elena de continuar con la relación.
Con ésto quiero decir, que no es Noelia la que debe desagraviar a Javi, es él mismo el que debiera madurar y afrontar las situaciones como un adulto.
Eso no lo discuto, de que en su momento debió hablar con ella y no actuar como niño.

Pero si lo analizas bien, a Javi nadie le va a creer porque es absurdo su excusa. Que no se dio cuenta no se lo cree ni su madre, aparte de todo lo que ocultó, imposible. Si sus admiradoras dicen que le creen, es solo para estar cerca de él.

La única que puede tratar de que le crean es Noelia al confesar todo. Aún así, sería justificable qué no les crean.
 
Al leer esto:

-No quiero nada de ti, Noelia. Nos vemos porque llevo unos meses bastante malos. Parece que me han mirado mal o algo, pero el caso es que no levanto cabeza. Y la verdad es que me siento muy solo a veces, llevabas razón, mira tú por donde. Solo me vales para hacerme compañía.

Tenemos un resumen de la vida de Javi (por lo menos tal como nos la presenta el autor): egoísta a tope, llorón, inmaduro y vanidoso. Nada le vale, nada le llena, siempre quejándose y no afrontando los problemas. Se refugia en el sexo, folla a tope con mogollón de tías y sigue quejándose. Pierde amigos por el camino y a Noelia ya da igual que la trate bien o mal cuando la deje la va a destrozar.
 
Al leer esto:

-No quiero nada de ti, Noelia. Nos vemos porque llevo unos meses bastante malos. Parece que me han mirado mal o algo, pero el caso es que no levanto cabeza. Y la verdad es que me siento muy solo a veces, llevabas razón, mira tú por donde. Solo me vales para hacerme compañía.

Tenemos un resumen de la vida de Javi (por lo menos tal como nos la presenta el autor): egoísta a tope, llorón, inmaduro y vanidoso. Nada le vale, nada le llena, siempre quejándose y no afrontando los problemas. Se refugia en el sexo, folla a tope con mogollón de tías y sigue quejándose. Pierde amigos por el camino y a Noelia ya da igual que la trate bien o mal cuando la deje la va a destrozar.
Me ha gustado eso de "egoísta a tope" ... a veces tan pocas palabras dicen tanto de una persona. Me refiero a lo que nos dicen del autor del comentario, claro.

Dicho esto, que no viene a cuento pero que mi vanidad me exigía, creo que ha faltado una clara referencia a la soberbia de Javi, raíz de su vanidad, por no hablar de su cobardía, que curiosamente podríamos definir como falta de hombría. Es que el castellano es genial, nos permite referirnos a un "tipo" que disfruta demostrando su hombría a las mujeres con las que tiene "relaciones", o sea sexo, pero al que una clara falta de hombría le impide afrontar los problemas "relacionales" con los demás. En fin palabras bonitas del castellano, como vanidad, soberbia, cobardía u hombría, que no oiremos en boca de Javi y sus coetáneos, otra palabra que no escucharemos ... "obvio".
 
Última edición:
Capítulo 734

La mañana la empleé en arreglar un poco la casa y salir a hacer ejercicio al correr por la calle aprovechando que no llovía, aunque hacía mucho frío. Pensaba que tenía a Noelia controlada, pero también veía que era un problema cuando dijera de dejar de vernos, porque sabía de sobra que se iba a poner pesada y que iba a hacer lo imposible por seguir viéndonos. Ese era el único problema que le veía a ese acercamiento que teníamos, porque el rencor que le guardaba me impedía ponerme en su lugar y tratar de entender cómo se sentía estando como estábamos y cómo se podía sentir cuando dijera de acabar con aquello. Eso ocupó gran parte de mi cabeza aquella mañana, aunque cuando me puse en contacto con Laura para concretar nuestra quedada se me pasó. Fue ella la que decidió el lugar, siendo una cafetería no muy concurrida al estar en una calle bastante alejada del centro. Tampoco es que me dijera mucho más que la hora y el lugar, cosa que me hacía ver que no tendría mucha suerte con ella ese día.

Así que a la hora que acordamos fui hasta allí, encontrando la cafetería bastante vacía. La encontré sentada en un taburete, con su café en una mesa alta mientras miraba su móvil. Me dirigí hacia el mostrador para pedirme un café para mí también y me senté a su lado. Nos saludamos mutuamente, aunque ella no parecía muy por la labor de tener algún acercamiento. Fui yo el que se acercó a darle dos besos. Parecía incomoda e indecisa, porque no se arrancaba. Yo esperaba echándole algo de azúcar al café y moviendo la cucharilla, mirándola para ver si se animaba. Laura me miraba de vez en cuando, pero apartaba la mirada incómoda y diría que hasta avergonzada. Empecé a tomarme el café tras preguntarle si me tenía que decir algo o no, ya que era ella la que me citó para hablar, pero no decía absolutamente nada una vez me tenía delante.

-Javi, lo del otro día estuvo mal.
-Ah, ¿sí?
-Pues claro. ¿No ves que tengo novio? -preguntó bajito, acercándose a mí.
-Ah, que no le has dejado aún...
-Pues no, no lo he hecho.
-¿Y eso? ¿No has hablado aún con él para preguntarle si te ha engañado? Tienes sospechas sólidas y él tiene historial ya.
-¿Cómo le voy a preguntar eso cuando yo también lo he hecho?
-Joder, pero tú lo has hecho porque sabes de sobra que él te ha sido infiel antes.
-Ya, bueno...
-Mira, Laura, no sé para qué me has citado aquí. No sé qué quieres que hablemos.
-Es que no sé qué hacer.
-Vaya pérdida de tiempo.
-¿Entonces? ¿Por qué has venido?
-Porque el otro día me quedé con ganas de más.

En ese momento alguien me empujó desde un costado, tirándome al suelo, dándome un golpe contundente, aunque no me llegué a hacer nada. Y fue de suerte, porque mi cabeza pasó a pocos centímetros del pico de una mesa mucho más baja que teníamos al lado. Caí de boca y me quedé aturdido, tratando de incorporarme y de asimilar qué estaba pasando. Cuando mi cabeza dejó de retumbar empecé a oír a alguien decirle a Laura que era una puta. No necesitaba ni mirar para saber quién era al conocer la voz y por todo lo que se estaba armando. La cosa es que no me sentó muy bien que me empujara de esa forma. Era la segunda vez que casi se me iba la vida por culpa de este desgraciado y cuando pude estabilizarme, me levanté para placarlo y empezar a darle una tunda de la que no se libró que le inflara la cara a puñetazos pese a poner los brazos por delante. Le partí la cara y porque me separaron de él entre varios que había por allí, sino la cosa podría haber acabado mucho peor.

Me echaron de allí a empujones y me fui, estando ahora algo mareado por la caída que tuve por ese empujón. Hasta me dio por pensar que le había dado demasiado fuerte al tener el sabor de sangre en la boca, pero también notaba dolor y con la lengua me di cuenta de que me faltaba gran parte de un colmillo. Paré en una plaza que lo quedaba muy lejos de la cafetería de la que venía, sentándome un poco para ver si se me pasaba el mareo, aprovechando también para ir a una fuente que había por allí y enjuagarme la boca con agua y escupirla a un jardín que había al lado. Expulsé bastante sangre y repetí el proceso unas cuantas veces, optando por ir a urgencias para que me lo miraran. Allí me dijeron que había tenido mucha suerte, porque el colmillo se partió de manera muy limpia. Me preguntaron qué había pasado y les expliqué que había sido por una caída causada por un empujón.

Según me contaron, conforme fue la caída, podría haberme hecho un desastre en la boca, porque se me podía haber movido todo mucho más, pero tan solo sufrió ese diente, que se quedaría en la cafetería, porque en la boca no lo tenía cuando me di cuenta de que me faltaba. Les expliqué que mis dientes eran frágiles y que había estado mucho tiempo en el dentista. Algo bueno tenía que tener aquello, porque de no ser por eso, la cosa podría haber sido mucho peor. También me hicieron un reconocimiento por eso de la caída, pero estaba todo bien. Me mandaron algo para el dolor y me aconsejaron que fuera a un dentista lo más rápido posible para que me reconstruyeran aquello y que no se me infectara ni nada, así que de camino a casa estuve mirando y pude conseguir cita el lunes a primera hora, pero mientras tanto tenía que estar con la boca así y la verdad es que me dolía bastante, además de que me seguía saliendo un poco de sangre, por lo que estuve el resto del día bastante jodido.

Ni siquiera sabía qué había pasado con Laura, porque todo ocurrió muy rápido. Le escribí, pero no me respondió en todo el fin de semana. Estuve tanto ese día como el siguiente a base de calmantes y de comida que no me diera mucho trabajo para masticar, sobre todo tomando sopa. Se me puso hasta mal cuerpo el domingo, el cual lo empleé en no hacer nada, quedándome en el sofá hasta que vino Andrea, notándome la mala cara y preguntándome por ello. Le conté lo que me había pasado, aunque omití algunos detalles, sin llegar a nombrar ni a Laura ni a Alejandro. Ella de preocupó por mí, aunque le dije que no era para tanto. La cosa es que Noelia apareció por casa no mucho después, como a la hora o así. Al parecer, Andrea le había contado cómo me había encontrado y había venido a casa tan pronto como pudo para ver cómo estaba y para preguntarme qué había pasado.

-A ver, déjame ver eso -dijo acercándose a mí después de que Andrea le abriera.
-¿Qué haces aquí?
-Andrea me ha contado. Me he preocupado mucho. Y lleva razón, tienes una carilla que me da mucha pena.
-Pues si tanta pena te doy, vete a tu casa y así no me tienes que ver.
-Ni hablar.

Nos vimos interrumpidos por Andrea, que regresó al salón desde la puerta de casa para decirnos que nos dejaba solos y que ella se iba a su habitación, aunque yo le dije que no hacía falta y que se podía quedar en el salón, pero ella negó con una sonrisa y se marchó.

-¿Cómo te lo has hecho? -preguntó Noelia con preocupación.
-Me he caído.
-¿Pero cómo ha sido?
-¿Qué más da eso?
-¿Saliste anoche y te peleaste con un borracho o algo así?
-Qué va. Fue por la tarde. Alguien me empujó y me caí, ya está.
-Joder, vaya subnormal el tío ese...
-No lo sabes bien.
-¿Lo conoces?
-Déjalo. Ya me has visto y te has enterado de cómo ha sido, ya te puedes ir a casa.
-Noooooo. Me quedo para hacerte compañía.
-Ya está Andrea para eso...
-No -dijo interrumpiéndome-. Ella está ocupada, ¿no lo has visto? Yo no tengo nada que hacer y puedo estar pendiente de si necesitas algo.
-No estoy lisiado. Solo tengo un poco de mal cuerpo. No necesito tener a nadie detrás de mí para nada.
-Bueeeeeno, por si acaso.
-¿Ya se te ha olvidado lo que hablamos?
-No. Pero estás malo y es una ocasión especial.
-Que no es para tanto...
-A ver, cuéntame qué te han dicho en el médico.
-No tengo ganas de hablar.
-¿Ves? Si es que estás pachucho. Bueno, pues te cuento yo cómo ha ido la cosa con mi padre.

Noelia me empezó a contar, con voz muy bajita mientras me agarraba una mano y me la acariciaba, lo nerviosa que estuvo durante toda la mañana hasta que su padre llegó a su casa. Sobre las 11 de la mañana acabó acudiendo y algo emocionada me contó cómo no pudo aguantar y rompió a llorar en cuando le abrió la puerta y le vio. Su padre también lo hizo y se dieron un abrazo que duró bastantes minutos. Luego le hizo pasar y sentados en el salón se pusieron ambos al día. Se les pasaron las horas volando mientras charlaban de todo lo que no lo habían hecho en todo ese tiempo que no tuvieron nada de contacto. Se les fue el santo al cielo y se les echó encima la hora de comer, queriendo Noelia preparar algo para los dos, pero al final su padre le dijo de salir a comer algo fuera, que él invitaba. Noelia me narró todo el momento de la comida, dónde fueron, qué comieron...

Al final echaron el día juntos hasta la noche, en donde Noelia le llegó a ofrecer quedarse a dormir si quería después de enseñarle la casa en la que vivía, pero no se acabó quedando. Eso sí, cenaron juntos y luego ya se fue. Veía a Noelia muy contenta y emocionada. Me confesó que estuvo a nada de llamarme por la noche una vez se fue para contarme todo aquello y para que viera lo bien que había ido todo. En ningún momento mencionó a su hermana. Pensaba que su padre la habría sacado en todo lo que hablaron, pero o no lo hizo, o Noelia omitió esa información. Ella se arrepentía mucho de no haberme llamado, porque según decía, se habría dado cuenta de que estaba mal y habría venido corriendo. Tras contarme todo aquello, nos quedamos en silencio, mirando yo la tele y cerrando un poco los ojos para tratar de descansar. Ella no me soltaba la mano y no paraba de acariciarme y también me miraba mucho, porque siempre que abría los ojos me la encontraba mirándome con una sonrisa.
 
Es extraño lo que ha pasado.

Supuestamente laura es de fiar, así que el novio no tiene porque espiarla. O quizás este al verla extraña, le saltó la alarma y la siguió, aunque de primeras me parece improbable.

Si el local estaba vacío, cómo no se dieron cuenta que venía?

La insistencia de laura para hablar era sólo para decirle que lo que hicieron estaba mal?, no cuadra nada. Entonces sus motivos eran dos para mi. O quería repetir, o quería que la descubran, o ambos.
 
Es extraño lo que ha pasado.

Supuestamente laura es de fiar, así que el novio no tiene porque espiarla. O quizás este al verla extraña, le saltó la alarma y la siguió, aunque de primeras me parece improbable.

Si el local estaba vacío, cómo no se dieron cuenta que venía?

La insistencia de laura para hablar era sólo para decirle que lo que hicieron estaba mal?, no cuadra nada. Entonces sus motivos eran dos para mi. O quería repetir, o quería que la descubran, o ambos.

Lo dice ella. Que estuvo mal y que se quedó con ganas de más. La quedada era para autoconvencerse con algún argumento de Javi de que no estaba mal aquello y repetir.
 
-¿Cómo le voy a preguntar eso cuando yo también lo he hecho?
-Joder, pero tú lo has hecho porque sabes de sobra que él te ha sido infiel antes.
Un auténtico profesional del bulo, menudo gilipollas, ha convertido lo que le dijo con malicia en una verdad incuestionable ... "sabes de sobra". Menuda pieza, el que "sabe de sobras" a partir de intuiciones y por eso no vale la pena hablar con los demás y querer conocer la verdad o, al menos, las otras caras de la verdad.
Mala persona lo es, si luego ella descubre que es verdad será otra historia, lo de Javi no es información ni ganas de ayudar, son insidias.
Egoísta, llorón, inmaduro, vanidoso, soberbio, cobarde, mentiroso, manipulador, violento ... una cosa es defenderse y otra ensañarse ... no olvidemos el pequeño detalle "... me echaron de allí a empujones ..." nadie echa a quien se defiende, pero sí a quien asusta por su agresividad.

Y luego se pone a darnos penita, como un hooligan justificando la agresión de los de su equipo. El eterno agravio, le partí la cara, pero es que él "casi me mata" con el empujón y se me rompió un colmillito de mi frágil dentadura. Pobrecito.

Luego ya, por si lo de Javi no fuese suficiente, va el autor y nos remata con ese emotivo episodio de Noelia con su padre, que se produjo "gracias" a la "humanidad" de Javi. Y, para colmo, acabamos con esa imagen del lobo herido gruñendo mientras una dulce caperucita lo calma y le da cariño.

¿Qué mente retorcida puede llegar a planear que nos encariñemos con una chiquilla a la que vemos que "un lobo" puede devorar en cualquier momento? ... :unsure: ...
 
Última edición:
Atrás
Top