Masturbarse en público, chicos y chicas

La verdad que los que viven cerca del mar, con la playita lo tienen mucho mas facil para dar rienda suelta a este placer, o los que viven en grandes ciudades. Yo tengo experiencias de todo tipo, si alguien le apetece charlar sobre este tema encantado.

La playa mola hacerlo tanto en el agua como en la arena, yo he hecho ambas y lo recomiendo, tengo muchas historias sobre esto.

Hace un par de dias bajando las escaleras de mi bloque de pisos porque salí a andar me senté en ellas y empecé a darle al tema (llevaba pantalón corto y nada debajo), no son muy concurridas dichas escaleras porque la gente usa el ascensor y la verdad es que fue muy morboso.
 
Yo he ido a escondidas de mi mujer a picaderos.Normalmente me pajeo en el coche, pero en octubre tuve mi premio a la constancia.Todavía hacía buen tiempo y muchos coches estaban con ventanas bajada.Fui a mear y desde allí pude ver a una chica chupándose la al novio.Decidí quedarme y ella,que me vió,me regaló una sesión voyeur sin q el novio se diera cuenta.
 
En la playa nudista muchisimas veces, estas en la arena bronceándote, vas mirando gente pasar te pones a imaginar cosas y se te empieza a poner dura, y vas jugando aguantando al limite que se note que esta morcillona pero no dura dura para no dar el cante y te vas directo al agua, te pones donde cubre el agua y corrida, y salir del agua con la polla bien gorda despues de haberte corrido y gente que te mira que sabe lo que ha pasado, que morbo y ganas de verano otra vez.
 
Os habéis masturbado alguna vez en un lugar público? os han pillado? cómo ha sido? cuenta cuenta...

Yo tuve una época en la que cada vez que salía con la bici, buscaba un pinar aislado y no podía evitar hacerme un pajote. Luego me quedaba sin fuerzas para volver.
Me encantaba la fusión de mi semen con la naturaleza.
Ay madre… qué imagen me has dejado con lo del pinar 😳 No sé si me ha dado más morbo o más risa, pero reconozco que entiendo esa mezcla entre libertad y calentón total.


Yo sí me he tocado alguna vez en sitios “peligrosos”. Nada súper extremo, pero por ejemplo, en el baño de un centro comercial, o en el coche aparcado en algún descampado… esa sensación de que te pueden pillar me pone muchísimo. Una vez estuve en la playa sola, al atardecer, y con el sonido de las olas y el viento caliente… no me aguanté. Me subí el vestido y lo hice ahí mismo, tapándome con la toalla. No me pillaron, pero estuve a punto.


¿No te da miedo que te vean? ¿O te pone justo por eso?
 
Ay madre… qué imagen me has dejado con lo del pinar 😳 No sé si me ha dado más morbo o más risa, pero reconozco que entiendo esa mezcla entre libertad y calentón total.


Yo sí me he tocado alguna vez en sitios “peligrosos”. Nada súper extremo, pero por ejemplo, en el baño de un centro comercial, o en el coche aparcado en algún descampado… esa sensación de que te pueden pillar me pone muchísimo. Una vez estuve en la playa sola, al atardecer, y con el sonido de las olas y el viento caliente… no me aguanté. Me subí el vestido y lo hice ahí mismo, tapándome con la toalla. No me pillaron, pero estuve a punto.


¿No te da miedo que te vean? ¿O te pone justo por eso?
Que morbosa, a mi me encanta tocarme en la calle, mmmm
 
Ufff… eso tiene un punto tan peligroso como delicioso 😏 Esa mezcla de adrenalina, del “me pueden ver” pero no del todo, de llevar un secreto entre las piernas mientras todo el mundo sigue su vida alrededor… ay madre. Te entiendo más de lo que debería.


Yo a veces lo he pensado… ir con una braguita fina, sin nada debajo, y perderme entre la gente con los cascos puestos, música fuerte, y los dedos deslizándose despacio debajo del abrigo. Nadie lo sabe. Nadie lo ve. Pero yo estoy al borde.


¿Y tú? ¿Dónde lo has hecho? ¿Algún sitio que te haya puesto especialmente… o te calientas solo con saber que podrías? 😈
 
Ufff… eso tiene un punto tan peligroso como delicioso 😏 Esa mezcla de adrenalina, del “me pueden ver” pero no del todo, de llevar un secreto entre las piernas mientras todo el mundo sigue su vida alrededor… ay madre. Te entiendo más de lo que debería.


Yo a veces lo he pensado… ir con una braguita fina, sin nada debajo, y perderme entre la gente con los cascos puestos, música fuerte, y los dedos deslizándose despacio debajo del abrigo. Nadie lo sabe. Nadie lo ve. Pero yo estoy al borde.


¿Y tú? ¿Dónde lo has hecho? ¿Algún sitio que te haya puesto especialmente… o te calientas solo con saber que podrías? 😈
Yo aparte de en la calle, de madrugada, una vez en clase, en la última fila, me empece a tocar, que morbo, mmm
 
Ufff… ay qué recuerdos me has traído 😮‍💨 Cosas de la adolescencia, sí… ese punto de locura, de no medir nada, de sentir que el mundo se acababa en cada mirada.


Yo también tuve un momento así… con mi chico del insti, en clase, al fondo. Él estaba con la sudadera por encima del pupitre, fingiendo que tomaba apuntes. Yo a su lado, haciéndome la atenta… pero con la mano metida entre su muslo y la cremallera del pantalón.


Iba despacito, como si nada. Solo con los dedos. Notaba cómo le crecía, cómo se tensaba, cómo apretaba los dientes para no soltar ni un suspiro. Y yo… muerta de calor, de morbo, de miedo y de ganas.


Había gente a escasos centímetros. El profesor escribiendo en la pizarra. Y nosotros dos… en nuestra burbuja. Le hice llegar casi al borde, hasta que me agarró la muñeca y me susurró “para… o me vengo aquí mismo”.


Nunca lo olvidé. Esa sensación de poder sobre él, de peligro, de deseo contenido… fue la primera vez que me sentí puta y diosa al mismo tiempo.


¿Y tú? ¿Pudiste acabar… o te dejaron a medias con el corazón latiendo en la garganta? 😏
 
Ufff… ay qué recuerdos me has traído 😮‍💨 Cosas de la adolescencia, sí… ese punto de locura, de no medir nada, de sentir que el mundo se acababa en cada mirada.


Yo también tuve un momento así… con mi chico del insti, en clase, al fondo. Él estaba con la sudadera por encima del pupitre, fingiendo que tomaba apuntes. Yo a su lado, haciéndome la atenta… pero con la mano metida entre su muslo y la cremallera del pantalón.


Iba despacito, como si nada. Solo con los dedos. Notaba cómo le crecía, cómo se tensaba, cómo apretaba los dientes para no soltar ni un suspiro. Y yo… muerta de calor, de morbo, de miedo y de ganas.


Había gente a escasos centímetros. El profesor escribiendo en la pizarra. Y nosotros dos… en nuestra burbuja. Le hice llegar casi al borde, hasta que me agarró la muñeca y me susurró “para… o me vengo aquí mismo”.


Nunca lo olvidé. Esa sensación de poder sobre él, de peligro, de deseo contenido… fue la primera vez que me sentí puta y diosa al mismo tiempo.


¿Y tú? ¿Pudiste acabar… o te dejaron a medias con el corazón latiendo en la garganta? 😏
Ya he contado por ahí una de mis pajas más arriesgadas, en el pupitre, codo con codo con la chica más buena de la clase, metiendo la mano por el bolsillo del pantalón. En esa época todavía me salía poca lefa y ahí se quedó, en los calzoncillos, sin manchar lo suficiente como para que se notara el manchurrón. Ni ella ni nadie se enteró…creo
 
Ya he contado por ahí una de mis pajas más arriesgadas, en el pupitre, codo con codo con la chica más buena de la clase, metiendo la mano por el bolsillo del pantalón. En esa época todavía me salía poca lefa y ahí se quedó, en los calzoncillos, sin manchar lo suficiente como para que se notara el manchurrón. Ni ella ni nadie se enteró…creo
En publico se hace dificil controlar los espasmos del orgasmo, pero lograr hacerlo y que nadie se entere que te estas corriendo, es notable
 
Ufff… eso tiene algo que me pone muchísimo. Ese atrevimiento silencioso, ese juego de hacer algo tan sucio en el sitio más inocente. El aula, el pupitre, todos atentos al profesor… y tú, al borde del abismo, con el corazón a mil, tocándote justo ahí… mientras ella, tan cerca, tan ajena, tan deseada, ni lo sospechaba.


Qué morbo esa tensión. El roce de su brazo, el olor de su pelo, tus dedos apretando con cuidado para no hacer ruido, para no respirar de más. Y el final… silencioso, tibio, secreto. Todo lo que sentiste ahí dentro… y nadie supo nada.


O eso crees.


Porque a veces ellas se dan cuenta. Pero callan. Y siguen escribiendo en la libreta… como si nada.
 
En la playa nudista una ves , la pareja que estaba serca se pusieron a jugar y con el calenton cayó una paja
 
Última edición:
En la playa nudista una ves , la pareja que estaba serca se pusieron a jugar y con el calenton cayó una paja
Me paso algo parecido una vez .
Recuerdo esa tarde perfectamente. Era una playa nudista tranquila, de esas donde todo el mundo va a su rollo, en silencio, con ese calor suave que se te pega a la piel. Yo estaba tumbada al sol, medio adormilada, con el cuerpo relajado y la mente flotando.

Y entonces los vi. Una pareja joven, a pocos metros. No hacían ruido, no llamaban la atención, pero había algo en sus gestos… en cómo se tocaban sin tocarse del todo, en cómo se miraban. Poco a poco empezaron a jugar. Primero eran caricias disimuladas. Luego, ya sin disimulo. Ella se acomodó sobre él, le susurraba cosas al oído, y yo no podía dejar de mirar.

No era vulgar. Era puro deseo en silencio. Calor del bueno.

Y sí… él terminó, sin aspavientos. Solo con su mano, con su respiración contenida y los ojos fijos en ella. Y yo… no dije nada. No me moví. Solo me quedé ahí, con el cuerpo hundido en la toalla… y el corazón latiendo un poco más fuerte.

No fue lo que hicieron. Fue cómo lo vivieron. Y lo que me provocaron a mí sin buscarlo.
 
Fue en un probador, uno de esos días tontos donde solo quería probarme algo ligero, sentirme un poco más yo. El sitio no estaba muy lleno, así que no me preocupé. Elegí un conjunto bonito, algo de encaje, nada exagerado… pero que me hacía sentir mujer.

Entré, cerré la cortina, o eso creí.

Me quité la ropa con calma. Me gustó cómo me veía. No sé… estaba de buen humor. Me puse el sujetador nuevo, luego las braguitas, y justo cuando me giré para verme de perfil… lo noté.

Una rendija, pequeña, a un lado de la cortina. Apenas abierta, pero lo suficiente. Y unos ojos.

Él.

Un hombre. No muy mayor. Con anillo. Casado.

No apartó la mirada. Tampoco se movió. Solo me miraba fijo, con una mezcla de culpa y deseo que casi se podía tocar. Y yo… no hice nada.

Me quedé ahí. De pie. Mirándome al espejo. Dejé que viera cómo me recogía el pelo, cómo desabrochaba el sujetador con calma, cómo bajaba las braguitas sin prisa… como si no supiera que estaba ahí. Pero sabiendo perfectamente que no podía dejar de mirar.

No fue una escena explícita. Ni siquiera me toqué. Pero todo mi cuerpo ardía con esa sensación de estar siendo observada sin permiso… y dejarlo.

Y cuando salí del probador, ya vestida, él aún estaba cerca. Me miró. Yo sonreí. No dijimos nada.

No hizo falta.
 
Ufff… eso tiene un punto tan peligroso como delicioso 😏 Esa mezcla de adrenalina, del “me pueden ver” pero no del todo, de llevar un secreto entre las piernas mientras todo el mundo sigue su vida alrededor… ay madre. Te entiendo más de lo que debería.


Yo a veces lo he pensado… ir con una braguita fina, sin nada debajo, y perderme entre la gente con los cascos puestos, música fuerte, y los dedos deslizándose despacio debajo del abrigo. Nadie lo sabe. Nadie lo ve. Pero yo estoy al borde.


¿Y tú? ¿Dónde lo has hecho? ¿Algún sitio que te haya puesto especialmente… o te calientas solo con saber que podrías? 😈
Buenas, me encanta el morbo, tocarme en la calle, y que me miren, de hecho una vez me masturbe, y a continuación paso una chica, y creo que vio la leche salir, porque ni me di cuenta, de lo caliente que iba...
 
Fue en un probador, uno de esos días tontos donde solo quería probarme algo ligero, sentirme un poco más yo. El sitio no estaba muy lleno, así que no me preocupé. Elegí un conjunto bonito, algo de encaje, nada exagerado… pero que me hacía sentir mujer.

Entré, cerré la cortina, o eso creí.

Me quité la ropa con calma. Me gustó cómo me veía. No sé… estaba de buen humor. Me puse el sujetador nuevo, luego las braguitas, y justo cuando me giré para verme de perfil… lo noté.

Una rendija, pequeña, a un lado de la cortina. Apenas abierta, pero lo suficiente. Y unos ojos.

Él.

Un hombre. No muy mayor. Con anillo. Casado.

No apartó la mirada. Tampoco se movió. Solo me miraba fijo, con una mezcla de culpa y deseo que casi se podía tocar. Y yo… no hice nada.

Me quedé ahí. De pie. Mirándome al espejo. Dejé que viera cómo me recogía el pelo, cómo desabrochaba el sujetador con calma, cómo bajaba las braguitas sin prisa… como si no supiera que estaba ahí. Pero sabiendo perfectamente que no podía dejar de mirar.

No fue una escena explícita. Ni siquiera me toqué. Pero todo mi cuerpo ardía con esa sensación de estar siendo observada sin permiso… y dejarlo.

Y cuando salí del probador, ya vestida, él aún estaba cerca. Me miró. Yo sonreí. No dijimos nada.

No hizo falta.
Me encanta, lo morbosita que eres, jeje
 
Buenas, me encanta el morbo, tocarme en la calle, y que me miren, de hecho una vez me masturbe, y a continuación paso una chica, y creo que vio la leche salir, porque ni me di cuenta, de lo caliente que iba...
Yo he visto sobre todo en coches , haciendose sus cosas .
 

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