La Destartalá

No sé a qué entrenamiento se refería el Gran Maestre, si Elvira casi hace que los maten 2 veces, en fin, sería bueno que cambie de instructores, claramente están haciendo todo al revés.

Cómo me temía, en vez de indignarse, Alex vuelve a hacer de pelele. Es una vergüenza para la policía, debería renunciar.

Por otro lado, no entendí bien cuál es el papel de la prensa en esto. Para que los llamaban si la logia sigue operando?, la inteligencia de la policía está pintada. Ellos con todo lo que ha salido, deberían llegar a las cabezas de la logia y por supuesto de Elvira y su tremendo desbalance patrimonial.

Parece ser que Susan nunca se enterará de quienes más estuvieron involucrados en la muerte de su esposo. Quizás es mejor que viva en la ignorancia. Igual, a Alex no le importó, ni siquiera se acordó de él.
La prensa servía para destapar y dar publicidad a las acciones execrables de la secta que se escondía dentro de la Logia, las que tenían que ver con los asesinatos rituales de inocentes ... para lo demás, si no las hubiesen matado, esos rituales no son muy distintos de una procesión de Semana Santa.
La Logia en su integridad no se dedicaba a esos asesinatos, sino una facción que además tenía de rehenes amenazados a miembros "tradicionales" de la propia Logia.
Desde luego parece que por ahí hay contactos e influencias de gentes bien posicionados en diferentes esferas de poder. Pero el relato no profundiza ni creo que forma parte de la trama principal, ni tan siquiera sé si cometen ilegalidades, disponer de los fondos reservados no es ilegal y destinarlos a desarticular esa facción que cometía sacrificios me parece que está justificado.

En fin cosas de esas de las historias policiacas o las películas de acción, evidentemente no son una crónica periodística y las licencias son generosas.
 
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Alex es consciente del sacrificio de Elvira, cabrearse con ella para que, sabe a lo que tuvo que renunciar, luego también sabe de primera mano como se las gastaba la Logia, que podían hacer sus padres y los de Elvira que no fuera agachar la cabeza, cuando uno tiene hijos el orgullovse guarda en el volsillo.

No seamos duros con Alex, el ahora sabe que Elvira no le teaiciono, por lo menos no como el pensaba.
 
El papel del panoli pelilargo es lamentable.
Se entera de semejante noticia y no reacciona?
Los secretos de su familia le costaron el amor de su vida y la vida de un gran amigo y como toda reacción quema el sobre?
Además, si bien no se especifica cuando lo recibió, si sabemos que ya era comisario y se presume que fué antes de la aventura de la cabaña.
¿Entonces a título de que venía continuar su actuación de no enterado?
Quizás en lo que falta de historia nos enteremos.
Efectivamente se debió enterar en el mismo momento en que se enteró García, antes de que se refugiasen en la cabaña.

Yo interpreto de otra manera lo que creo que nos quiere transmitir el autor. Algo hizo Álex, lloró, y lloró mucho, ya se que para algunos no es muy de hombres, pero sí es muy de personas ... y se hizo preguntas, y reflexionó y pensó en el pasado, y lloró, y pensó en qué podía ser lo mejor para todos ahora y en el futuro. y lo hizo. Yo creo que reaccionó, es más, yo creo que reaccionó muy bien.

Te recomiendo que repases las preguntas que se hizo, esas preguntas no se las hace un tipo con una reacción visceral de la que luego, probablemente, se tenga que arrepentir. Tenemos sangre en la venas, pero no solo eso, también tenemos neuronas en el cerebro.
 
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La prensa servía para destapar y dar publicidad a las acciones execrables de la secta que se escondía dentro de la Logia, las que tenían que ver con los asesinatos rituales de inocentes ... para lo demás, si no las hubiesen matado, esos rituales no son muy distintos de una procesión de Semana Santa.
La Logia en su integridad no se dedicaba a esos asesinatos, sino una facción que además tenía de rehenes amenazados a miembros "tradicionales" de la propia Logia.
Desde luego parece que por ahí hay contactos e influencias de gentes bien posicionados en diferentes esferas de poder. Pero el relato no profundiza ni creo que forma parte de la trama principal, ni tan siquiera sé si cometen ilegalidades, disponer de los fondos reservados no es ilegal y destinarlos a desarticular esa facción que cometía sacrificios me parece que está justificado.

En fin cosas de esas de las historias policiacas o las películas de acción, evidentemente no son una crónica periodística y las licencias son generosas.
Bueno, habrá que imaginarse que habrá hecho el nuevo presidente, Elvira y demás para salvarse de las denuncias, donde fueron totalmente expuestos. Es que no encuentro concordancia entre el tanto poder que dicen tener (donde supongo tienen comprados a la policía, jueces, prensa, etc) con que un pequeño grupo vaya a plena luz, ataque su edificio, mate al presidente y todo sigue como antes. Mínimo esto debió entrar en un mega juicio. Es más, hasta hubiera sido muy interesante para la trama. Se imaginan a Elvira frente al jurado enfrentando al fiscal adjunto? 😁

Se que es una historia, pero siempre trato de reflejarla con la vida real.

Pero bueno, como dije, tendremos que imaginarnos esas partes.
 
- ¿Paco? Soy er Pilis
- Fran, le he dicho que me llamo Fran, ya sé quien es, lo veo en el móvil.
- Vale, pues Fran. Tengo un trabajo para ti, espero que no suponga un problema porque afecta a tu novia.
- ¿Y usted cómo sabe si tengo o no tengo novia?
- Vamos, Fran, que estamos en un relato ... ¡Ah! Perdona, que tú a lo mejor no lo sabías.
- ¿Relato? ¿De qué coño me habla usted?
- Nada, nada ... eso que ... pues que todos queremos imponer nuestro relato de la realidad.
- No le termino de entender, pero dígame de qué se trata.
- Pues, básicamente de proteger a tu novia.
- Y dale con mi novia yo ...
- Elvira, estoy hablando de proteger a Elvira.
- Vale, escucho.
- Mira, Fran, hay un tipo que lleva mucho tiempo tras los pasos de Elvira, incluso ha llegado a amenazar con matarla, aunque no creo que tuviese suficiente valor. De lo que estoy seguro es de que hará todo lo posible para que acabe entre rejas por el resto de sus días.
- Vale, acepto, el precio el de siempre.
- Ok, tu novia seguro que te lo sabrá agradecer.
- Yo no tengo novia.
- De acuerdo, Fran, de acuerdo.
- Necesito el nombre del objetivo y saber si tiene alguna especificación más.
- Claro, claro, su nombre es @javieron ... debe morir de un balazo en los cojones y con una manzana sobre la cabeza ...
- Hecho.
De verdad que eres único 😂😂😂😂
Venga va otra ronda, qué no se diga que en esta casa hay miseria y ahora brindemos.

POR ELLAS, POR LAS MÁS BELLAS,

POR LAS DE CULO ANCHO Y CUELLO ESTRECHO,

QUE NOS OFRECEN SUS LABIOS DESINTERESADAMENTE,

¿POR LAS MUJERES?

NO, ¡POR LAS BOTELLAS!.

PORQUE CUANDO DIOS LLAMO A GABINO NO DIJO GABINO VEN,

SINO, VENGA VINO.

ANTES DE CONOCERNOS

BEBIAMOS,

AHORA QUE NOS CONOCEMOS

BEBEMOS,

PUES BEBAMOS, BEBAMOS y BEBAMOS

HASTA QUE NO NOS CONOZCAMOS Y DE CULO NOS CAIGAMOS.


🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻
 
Esto es un flashback del comentario que ha provocado la reacción de @Bixlu


- ¿Paco? Soy er Pilis
- Fran, le he dicho que me llamo Fran, ya sé quien es, lo veo en el móvil.
- Vale, pues Fran. Tengo un trabajo para ti, espero que no suponga un problema porque afecta a tu novia.
- ¿Y usted cómo sabe si tengo o no tengo novia?
- Vamos, Fran, que estamos en un relato ... ¡Ah! Perdona, que tú a lo mejor no lo sabías.
- ¿Relato? ¿De qué coño me habla usted?
- Nada, nada ... eso que ... pues que todos queremos imponer nuestro relato de la realidad.
- No le termino de entender, pero dígame de qué se trata.
- Pues, básicamente de proteger a tu novia.
- Y dale con mi novia yo ...
- Elvira, estoy hablando de proteger a Elvira.
- Vale, escucho.
- Mira, Fran, hay un tipo que lleva mucho tiempo tras los pasos de Elvira, incluso ha llegado a amenazar con matarla, aunque no creo que tuviese suficiente valor como para matar a una persona. De lo que estoy seguro es de que hará todo lo posible para que acabe entre rejas por el resto de sus días.
- Vale, acepto, el precio el de siempre.
- Ok, tu novia seguro que te lo sabrá agradecer.
- Yo no tengo novia.
- De acuerdo, Fran, de acuerdo.
- Necesito el nombre del objetivo y saber si tiene alguna especificación más.
- Claro, claro, su nombre es @javieron ... debe morir de un balazo en los cojones y con una manzana sobre la cabeza ... que parezca un juego de unos locos que se les ha ido de las manos.
- Hecho.

Tras colgar la llamada suena mi teléfono.

- ¿Herpilis? Soy el Maestro.
- er Pilis, le he dicho que me llamo er Pilis, ya sé quien es, lo veo en el móvil.
- Vale, pues er Pilis ¿Se ha ocupado usted del asunto que comentamos paseando al perro?
- Sí, Jodío Autor, está hecho, Fran se ocupará del fiscal adjunto, no habrá juicio a Elvira, ella estará a salvo.
- Le tengo dicho que no me llame Jodío Autor, llámeme Maestro o Gran Maestre.
- Lo siento Maestro. El trabajo se ejecutará de acuerdo con sus deseos y de forma inmediata.
- Perfecto, nos vemos mañana en el paseo marítimo, estaré paseando al perro a primera hora.
- Hasta mañana Maestro y a ver si mañana no se confunde y trae al perro, es un poco violento que se presente tirando de una correa abrochada al collar de cuero que rodea el cuello de una mujer en bolas.
- Calle, calle, no me lo recuerde ... la edad, amigo, la edad.
- Ya, ya ... recuerdos a Cloe.
 
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Álex miraba desde la acera el lugar donde vivía, un pequeño apartamento con entrada independiente por unas escaleras laterales, encima de la casa de la señora Satu, una señora mayor. Cuando decidió independizarse, su madre habló con su amiga Satu, sabía que acababa de arreglar la segunda planta de su casa para alquilarla, la señora era mayor y quería tener un ingreso de dinero para completar el de la jubilación. En cuanto lo vio Álex, aparte de que el precio era bueno, le interesó, un pequeño apartamento con una habitación y todo lo necesario para vivir.



Miraba su apartamento mientras se recogía en una cola la melena que le caía sobre los hombros, años atrás, más de una discusión había tenido con sus padres por llevar el pelo tan largo, por eso y por querer ser policía. Esa decisión que tomó si fue un disgusto para la familia, al menos los primeros días, después no sabe muy bien por qué, le apoyaron y hasta le facilitaron todo lo que pudieron la salida de aquella ciudad. Lo cierto es que después de salir de la academia, y de estar destinado un tiempo en otra ciudad, cuando volvió, no le pusieron ninguna pega para que se fuera a vivir fuera de la casa familiar, hasta su madre le buscó el apartamento y todo. Álex estaba convencido de que fue una buena decisión, con el tiempo la relación con su familia volvía a ser muy buena.



Se miró las zapatillas de deporte, dio varios pasos cortos, como calentando antes de emprender su carrera de cada mañana, fue corriendo por la acera poco más de medio kilómetro, se desvió atravesando la calle para entrar en el bosque, era la suerte de vivir en el extremo de la ciudad, un barrio tranquilo donde solo se veían los vecinos. Se adentró a buen ritmo por un sendero, hasta llegar a la cima de la colina, desde allí se dejó caer por el sendero de bajada, a un ritmo más lento, recuperándose de la subida. Al llegar abajo, rodeó una antigua y bonita casa, se paró en la puerta principal y la miró detenidamente.



La espectacular verja de entrada había perdido su encanto, cerrada con una cadena y un candado viejo, medio descolgado por el paso del tiempo, un letrero avisaba del peligro de entrar en la propiedad. Realmente era buena idea que nadie entrara, aquel bonito y viejo edificio modernista, lo hizo construir, según hablaban en la ciudad, una familia rica que hizo su fortuna en ultramar, decían que de manera poco… legal. La verdad es que no había ninguna prueba de que eso fuera así, lo cierto es que después de estar abandonada muchos años, tantos que se caía a trozos, el ayuntamiento cerró la verja de entrada para que nadie entrara. A un lado, en la pared, se podía leer, grabado en unos azulejos el nombre de la casa, ‘La Ultramar’ ponía, algunos críos debieron llegar hasta allí con un bote de pintura, borraron ‘Ultramar’ y pusieron ‘Destartalá’. Desde luego ese nombre le venía mejor ahora, la pobre casa estaba hecha una pena.



Álex siguió su camino, mejor dicho, su carrera, volvió a entrar en la ciudad y paró delante de la verja de la casa donde vivía, la abrió, saludó con la mano a la señora Satu que lo miraba desde una ventana y subió a su apartamento, le dio unos cuantos guantazos a un saco de boxeo, hizo unas pesas, aquel día tocaba pectoral, y se metió en la ducha. Después desayunó, se vistió y volvió a salir a la calle para meterse en su coche, miró la hora, las nueve menos diez, buena hora, pensó Álex.



Salió del barrio, recorrió el tramo que le separaba de la comisaría, pasó conduciendo por delante de la entrada principal, dio la vuelta al edificio y se paró delante de la barrera, saludó a un compañero que estaba sentado dentro de una garita, el compañero le devolvió el saludo levantando una mano, con pocas ganas la verdad, mientras apretaba el botón para que se levantara la barrera y pudiera entrar Álex con el coche, aparcó en su lugar habitual, entró en el edificio y recorrió un oscuro pasillo, abrió una puerta y apareció en la entrada principal de la comisaria. Saludó al compañero que estaba haciendo guardia en la puerta, uno de los dos últimos policías que había llegado, después saludó al policía que estaba detrás de un mostrador para atender a los ciudadanos, en realidad no era un policía, era una policía, la guapa y espectacular compañera Mónica, que había que ver lo bien que le quedaba el uniforme, ella fue la segunda junto al chaval de la puerta que había entrado.



-Buenos días inspector.- Le saludaba Mónica con una sonrisa.

-Buenos días agente ¿Mucho trabajo?- Contestaba Álex. Mónica soltó una carcajada.



No era de extrañar la carcajada de Mónica, en aquella comisaría nunca pasaba nada. En más de una ocasión se había discutido si aquella ciudad merecía serlo, por el número de habitantes desde luego que no, no se llegaba al mínimo para serlo. Seguramente le dieron el trato de ciudad por ser la capital de la zona, unos cuantos pueblos alrededor y poco más, un lugar bastante inhóspito, mucho calor en verano y mucho frio en invierno.



Álex saludó a algún compañero más y se sentó en su mesa, abrió el ordenador y se conectó con los archivos de la policía. Le gustaba leer antiguos casos y como fueron resueltos, no tenía nada mejor que hacer. A los pocos minutos una voz llamó su atención, lo saludaba el comisario, un hombre a punto de jubilarse sin demasiadas ganas de hacer nada, se sentaba en su despacho y atendía algunas llamadas, eso cuando lo llamaban desde la central, que la verdad sea dicha, eran muy pocas veces.



Allí estaba leyendo unos informes de un caso que ocurrió en Madrid hacía unos años, cuando sonó el teléfono que había encima de su mesa. Lo miró levantando las cejas ¿Qué coño pasará? Pensaba, lo descolgó y apretó el botón que se iluminaba, le llamaban desde la entrada.



-Hola Mónica ¿Algo nuevo?

-Bueno… nuevo… nuevo, no mucho, está aquí la ‘Catwoman’.

-Perdona ¿La Catwoman? ¿Quién coño es?

-Álex, despierta hombre, la señora de los gatos…

-¡No me jodas!

-Pues sí, no es por joder, pero te toca a ti atenderla.



A Mónica se le oía reír mientras colgaba el teléfono. Álex miró el techo, resopló, se puso de pie y caminó, llegó a la zona de la entrada, Mónica con una sonrisilla le indicó con la cabeza donde estaba la señora sentada. Se acercó Álex.



-Buenos días señora.

-Hola, buenos días Álex.

-¿Entramos en un despacho? Así estaremos más tranquilos.

-Sí, sí, por supuesto.-



Le contestaba la señora mientras se levantaba de la silla con una agilidad pasmosa para su edad, entraron en un despacho que tenían preparado para redactar las denuncias con cierta tranquilidad, denuncias que muy pocas veces se producían o eran gilipolleces sin importancia. Álex le ofreció a la señora una silla para sentarse delante de la mesa, el ocupó la otra silla, a su lado, no creyó conveniente colocarse al otro lado de la mesa para escribir en el ordenador, sabía que no habría ninguna denuncia.



-Gracias hijo ¿Cómo está tu madre? Hace mucho que no la veo.

-Tendría que llamarla, hablar un rato con ella y salir las dos a pasear con la señora Satu…

-Ya sé que ellas salen a pasear muchos días, pero es que yo tengo muchas cosas que hacer, no tengo tiempo de pasear.

-Claro, tiene que cuidar de sus gatos.

-Sí, y más cosas que hago, por cierto ¿Sigues soltero Álex?

-Sí, sigo soltero y sin compromiso…

-Pues tendrías que solucionar ese tema ¿No te has fijado en Mónica? Es muy guapa la chica…

-Sí, es muy guapa y un encanto de niña, pero mire, no estoy en condiciones de buscar pareja…

-No seas tonto hombre, además, con esa chica harías muy buena pareja, seguro que a tu madre le encantaría esa mujer para ti.

-Bueno señora… es que estoy muy ocupado ¿Qué es lo que le pasa?- Intentaba Álex cambiar de conversación.

-¿Ocupado? Venga chico, todos sabemos que aquí no pasa nada nunca ¿Ocupado en qué? En conocer a esa chica tan guapa tendrías que ocupar tu tiempo…

-¿Quiere que le ayudemos en algo? O ¿Solo ha pasado a convencerme para salir con Mónica?

-No, no, mira, cada uno que haga lo que quiera con su vida.

-Está bien ¿Qué problema tiene?

-Bueno… es qué… ha desaparecido… Leonardo, sí Leonardo.

-¿Leonardo? ¿Quién es Leonardo?

-¡Ay chico! Que despistado eres ¿Así como vas a conseguir novia? ¡Por favor! Leonardo es uno de mis gatos.

-¡Ah claro! Que despiste, perdone señora Cat…, señora ¿Y qué cree que le ha pasado?

-¡Álex hombre! Si lo supiera no habría venido hasta aquí ¿No crees?

-Pues tiene razón, vale, no se preocupe, avisaré a nuestros compañeros que están de patrulla para que lo busquen ¿Le parece bien?

-Sí, sí, fantástico. Sabes que me gusta mucho hablar contigo Álex, eres muy educado y tienes mucha paciencia conmigo.

-Es mi trabajo señora, estamos para ayudar al ciudadano.

-Muchas gracias hijo, saluda a tu madre de mi parte.

-Así lo haré, no se preocupe.



Salieron los dos del despacho, Mónica sonreía sin mirarlos, Álex la acompañó hasta la puerta, después volvió a entrar.



-¿A puesto alguna denuncia?- Preguntaba riendo Mónica.

-Sabes que no, es lo de siempre, viene a hablar un rato y se va.

-Tienes mucha paciencia con ella Álex, eres un buen tío.- Le decía Mónica mirándolo con cariño.

-Está muy sola, la pobre se aburre y nosotros la distraemos un rato ¡Eh! Bórrame de la lista, la próxima vez que le toque al siguiente.



Mónica le enseñaba una lista, Álex podía ver una cruz al lado de su nombre.



-Al ritmo que lleva la señora te tocará en un mes y medio más o menos.



Reían los dos cuando escucharon una voz desde la puerta.



-Álex.- Los dos se giraron, la señora volvía a estar en la puerta mirándolos.- supongo que vendrás el viernes, a la presentación de las fiestas de invierno como cada año.

-Sí señora, mi madre ya me ha llamado un par de veces para confirmarlo.

-Estupendo, estaba yo pensando… que podrías invitar a Mónica, seguro que ella no sabe lo que es eso.



Álex no sabía qué cara poner.



-No sé si Mónica estará interesada, ya sabe que la mayoría de asistentes es gente mayor.- Intentaba disimular Álex.

-Mónica cariño, pídele a Álex que te invite, es muy divertido, tienes que verlo.



Y sin decir nada más, la abuelita se dio la vuelta saliendo a la calle. Mónica y Álex se quedaron en silencio, bueno, Álex más que Mónica.



-¿Qué es eso de las fiestas de invierno?- Preguntaba interesada Mónica.

-En esta ciudad tenemos dos fiestas locales, las de verano y las de invierno, no sé por qué la gente mayor le da más importancia a las de invierno y los jóvenes a las de verano. Este viernes el ayuntamiento, junto con el patrocinador más importante de las fiestas, la universidad, hace la presentación. A eso se refería Catwoman.

-¿Y en qué consiste la presentación?- Insistía Mónica.

-Bueno… nada especial, invitan a una pequeña cena, te dan la chapa con unos discursos y acaban tirando fuegos artificiales, eso es todo.



Mónica lo miraba fijamente, Álex se giraba para marcharse.



-Álex.- Le llamó Mónica, él se giró sabiendo lo que le diría.- ¿No me vas a invitar?

-¿De verdad te interesa?- Preguntaba Álex sin demasiado entusiasmo.- Solo va gente mayor, bueno la mayoría, es bastante aburrido la verdad…

-Mira, si no quieres invitarme lo entiendo, no hace falta que te justifiques tanto.

-No, no, no me malinterpretes, yo solo te explicaba un poco…



Mónica lo miraba fijamente con una sonrisilla.



-¿Quieres ir, no?- Preguntó Álex sabiendo la respuesta. Mónica con la misma sonrisa movía la cabeza de arriba abajo confirmándolo.

-De acuerdo, ya quedaremos, te pasaré a buscar y vamos juntos.

-De acuerdo, ya me dirás algo.- Se medio cachondeaba Mónica orgullosa de que la invitara.
Parece muy Interestante. Me gustan los personaje!!!
 
...

Cuando llegó Mónica con sus padres, la barbacoa estaba casi a punto para hacer la carne, les hicieron un tour por la casa, le enseñaron la habitación que tendrían para dormir aquella noche y sin perder más tiempo… la carne se empezó a hacer. Mónica volvió a llevar a sus padres a la estación el domingo por la tarde. Después de recoger, limpiar y dejar la cocina organizada, Álex la esperaba sentado en el sofá, cuando llegó agarró a su novia por el culo y se la llevó a la habitación.

-¿Me vas a dejar follarte hoy?
-¡Álex coño! ¿Cómo se te ocurre pedírmelo anoche? Me haces gritar mucho y me daba vergüenza con mis padres aquí, entiéndelo.
-¿Tú vergüenza? Si no tienes, ven aquí.

Mónica reía, mientras Álex se acercaba a ella, la besaba y a la vez le acariciaba las tetas por encima de la camisa y le metía mano en el coño por debajo de la falda. Le abrió la camisa, le sacó una teta del sujetador y se la comió, con ganas, chupándosela, pasándole la lengua por encima del pezón, Mónica suspiraba. Hizo que se arrodillara, delante de su cara se desabrochaba el pantalón.

-Te vas a enterar.- Le decía un excitado Álex.
-Me encanta cuando te pones dominante.

Mónica no dijo nada más, delante de su boca, Álex se meneaba la polla para hacerla crecer, ella misma adelantó la cabeza para meterse el glande en la boca y empezar a chupar, Álex se la metió casi entera, ella le miró a los ojos levantando las pupilas. Supo lo que quería ese día Álex, que fuera sumisa, que fuera una putita sumisa para que le hiciera lo que le diera la gana, y ella pensaba serlo, sería lo que él quisiera, lo que le pidiese, era el hombre de su vida y no le iba a negar nada.

A esas alturas, Álex tenía la polla tiesa como una estaca, se la metía en la boca follándosela, un poco, un poco más, entera, hasta la garganta, la mantenía allí, se la metía y se la sacaba un poco y la volvía a mantener entera dentro de su boca, en la garganta. Ella se estaba quieta, no utilizaba las manos y aguantaba la posición, no pensaba apartarse, si él quería ahogarla con la polla, que lo hiciera. Salivaba, salivaba mucho, le caía por los lados de la boca, aguantaba las arcadas y dejaba que los ojos se le humedecieran, y ella seguía allí, aguantando, escuchando los sonidos guturales de su propia garganta, Álex le estaba follando la boca y se estaba excitando mucho, viendo y escuchando lo que pasaba. Le sacó la polla de la boca, totalmente mojada por la saliva de Mónica, cayó saliva al suelo, un hilo unía la punta de la polla con la boca, ella le chupó la punta limpiándole el hilo de saliva, volvió a mirar para arriba, a los ojos de Álex, como diciéndole ¿Te ha gustado? Pues venga, no pares, sigue, fóllame hasta destrozarme, haz conmigo lo que quieras.

Y eso es lo que hizo Álex, la levantó del suelo, le quitó la camisa, el sujetador, la falda, se desnudó él, la estiró en la cama boca arriba, le agarró las braguitas y de un tirón se las quitó, se tiró, literalmente, a comerle el coño, se dio cuenta que ya lo tenía mojado, muy mojado, se había puesto cachonda mientras le follaba la boca. Le dio unos cuantos lametazos y succiones, Mónica gemía de gusto, no era suficiente para Álex, se levantó, le abrió las piernas todo lo que pudo, se colocó en medio y le pegó un pollazo que le sacó el primer grito a Mónica, eso es lo que él quería, oírla gritar, gritar de gusto, de placer, y eso buscaba, moviendo las caderas con decisión, penetrándola con dureza, profundamente, moviéndose como sabía que a ella le gustaba y no tardaría en correrse. Es lo que pensaba Mónica, hoy se está pasando, que gusto me está dando, como se está moviendo el cabronazo, sabe cómo hacerlo, como darme gusto y hacerme gritar, no lo voy a soportar, me voy a correr, me voy a correr. Estaba pensando Mónica, Álex se dio cuenta, le dio la vuelta, la colocó a cuatro, Mónica colocó la boca encima de la sabana, levantó el culo para ofrecerle el coño todo lo que podía y abrió los ojos como platos, sabía lo que le esperaba. Álex se la metió de golpe, con dureza, haciéndola gritar… a partir de ahí fue una locura, él la penetraba sin cuartel, a destajo, como si fuera el último polvo de su vida, ella gritaba como si la estuvieran matando, se corría una vez detrás de otra, las piernas le temblaban, perdía la fuerza, se le escapaba en cada orgasmo, el placer era tremendo, Mónica pensaba que perdería el sentido, que se desmayaría de tango gusto. Él seguía golpeándole el culo con fiereza, sujetándole con firmeza las caderas para que no se pudiera mover, seguía follándosela sin darle un respiro, Mónica estaba tan mojada que le salían los flujos… y seguramente algo más que flujos, le pareció que se meaba en algún momento, no tuvo tiempo de pararse a comprobarlo, simplemente disfrutaba de una de las mejores folladas, se corría y gritaba, seguía gritando, el placer no se interrumpía, hasta que se fue apagando, ya no podía más. Entonces notó que Álex le sacaba la polla, se la apuntaba en el culo y se la metía entera, despacio, pero entera, hasta el final, ella volvió a gritar, del morbo de sentirse sodomizada, él se movía lentamente, para no hacerle daño, fue ella quien movió el culo para atrás y para adelante follándose, dándole a entender a Álex que podía darle sin miedo, y es lo que él hizo, empujar sobre su culo, follárselo con lujuria, hacer que Mónica siguiera gritando, se corrió dentro… y consiguió que se corriera ella, de morbo, de excitación. Se dejaron caer en la cama, reían sin fuerzas, que bien se lo habían pasado.


Unos meses más tarde, cuando todos hacían vida totalmente normal, recibieron una invitación, Mari se casaba con Víctor, una escusa para salir de la monotonía, se compraron ropa, se desplazaron un par de días antes al pueblo donde residía Mari y se reencontró de nuevo la pandilla del campamento, y más gente claro, como los padres de Víctor que estaban encantados con Mari. La trataron desde el primer momento como a una hija, y no tardaron en darse cuenta que era un encanto de niña, les ayudaba en todo lo que podía, en el trabajo y en la vida personal, y luego, por supuesto, lo feliz que hacía a su hijo mayor, Víctor. No le conocieron a Víctor ninguna mujer con la que tuviera tanta complicidad, no era de extrañar, los dos eran muy parecidos, muy inocentes, les gustaba la vida tranquila, hacer cada día las mismas cosas y no salirse del guión, parecían hechos el uno para el otro. Cuando estaban juntos, se les notaba la felicidad en la cara, eso los padres de Víctor lo veían y les gustaba, veían a su hijo feliz, que más podían pedir.

La boda les salió bonita, ceremonia en una pequeña capilla que había en el monte, y celebración en un local del pueblo donde se comía bien. Mari bailó con todos con una sonrisa de oreja a oreja, se le veía muy feliz, igual que a Víctor.

Hubo momentos de baile interesantes, como cuando lo hicieron Álex y Elvira, muy juntos, él le pasaba las manos por la espalda y ella alrededor del cuello. Fran y Mónica los miraban.

-Parece que todo sigue igual.- Le confirmaba Fran a Mónica.
-No, no sigue igual, ahora está mejor.
-Viéndolos bailar así, no sé…
-¿Los habías visto antes tan juntos?
-No.
-Por eso está mejor ahora, no les importa acercarse…
-¡Coño Mónica! Si se acercan más es que…
-Que no, si se acercan es porque saben que pueden controlarse, antes no lo hacían porque era fácil que saltase uno encima del otro, ahora no lo harían, han asumido su posición.
-Si tú lo dices.
-Te lo digo yo, no te preocupes, Elvira te quiere… y Álex a mí.

Los dos seguían mirándolos como bailaban.

-¿Qué tal la vida con Fran?- Le preguntaba Álex.
-Muy bien.
-¿Y en la policía?
-Si te digo la verdad, no me siento policía, sí, tengo la placa y la pistola, pero no me siento policía, no piso para nada la comisaría, no me llaman para nada. Estamos pensando con Fran en montar un negocio…
-¡No me jodas! ¿Qué tipo de negocio?

Elvira reía.

-No lo hemos decidido todavía, ya os diremos algo. Por cierto, tú y Mónica ¿Cuándo…?
-¿Nos casaremos? Ya hemos hablado, esperaremos un tiempo…
-Sí, claro, como tenéis tantas cosas en las que pensar, tíos, tenéis una casa preciosa, os tenéis el uno al otro ¿Qué más queréis?
-¿Y tú con Fran? ¿Cuándo os casáis?
-Bueno, bueno, eso es diferente…
-¿Diferente? ¿En qué? Os tenéis el uno al otro y poder adquisitivo altísimo, lo podéis hacer cuando queráis, nosotros, bueno, sobre todo yo, he tenido muchos gastos con la casa…
-¡Eh! Que sé que la señora Satu te lo dejó todo, a mí no me vengas con cuentos.
-¡Coño! Sí que me lo dejó, pero ¿Que te piensas? ¿Que era multimillonaria? El dinero nos ha ayudado a arreglar la casa, nada más, tenemos que ahorrar para hacer la piscina, imagínate tú…
-¡Mira niño! A mí no me vengas con penas, la piscina te la regalo yo.
-¡Una mierda!
-Es mi aporte a la casa, os regalaré la piscina.
-Que no ¡Coño!

Se quejaba Álex, discutiendo con Elvira, mientras se separaban y caminaban a donde estaban Fran y Mónica.

-¿Qué os pasa?- Preguntaba Mónica.
-Esta tía, está como una cabra, Fran, que paciencia debes tener con ella.
-Y tanto, paciencia, paciencia…- Le daba la razón Fran.
-¿Qué estáis diciendo? ¿Sois gilipollas o que os pasa?- Les llamaba la atención Elvira.

Mónica reía de ver la situación, miraba a Álex.

-¿Qué ha pasado?- Volvía a preguntar Mónica aguantándose la risa.
-Esta ¿Sabes que me ha dicho? Que nos iba a regalar la piscina…
-¡Coño! Eso sí que es una buena noticia, la podremos hacer más grande de lo que queríamos, ven Elvira, vamos a tomar algo.

Decía Mónica y se agarraba a un brazo de Elvira.

-Tú te imaginas las folladas que podrás hacer en esa piscina con Álex.- Le decía Elvira a Mónica.
-En eso, en eso estaba pensando precisamente.

Le contestaba Mónica mientras las dos caminaban en busca de una copa.

-¿Nos tomamos algo?- Le preguntaba Fran a Álex, mientras miraban a sus novias cono se alejaban.
-Más o menos.- Contestaron los dos riendo, saliendo caminando detrás de las chicas.


Unos días más tarde, estaban reunidos en la comisaría, Álex, Mónica, García y Benítez, hablaban de la boda de Mari, de lo bien que se lo habían pasado, Álex sacó el móvil del bolsillo, alguien le llamaba.

-Sí… -¿Cómo…? –Mire, es un error…- ¿Qué? –Vale, vale, pues nada… -¿Mañana? De acuerdo, mañana.

Colgó la llamada, los demás lo miraban, él guardó el móvil, les miró a todos.

-Esta tía está fatal, me dicen que vienen a hacernos la piscina, les digo que se equivocan ¿Y sabéis que me ha dicho? Que Elvira ya se imaginaba lo que les iba a decir, el tío me ha dicho, según me dijo la señora Elvira, literalmente se lo digo, me dijo que deje de hacer el gilipollas y quede conmigo para empezar la obra.

Mónica se partía de risa, García y Benítez no sabían muy bien de que iba aquello.

-¿Así? ¿Vais a hacer la piscina antes de lo previsto?- Preguntaba Benítez.
-Elvira, Elvira nos la hace.- Respondía sin parar de reír Mónica.
-Como una puta cabra está esta tía.- Afirmaba Álex.

Ese mismo verano, ya pudieron disfrutar de la piscina, ellos, sus amigos y todos los que visitaron a Mónica y Álex en su casa. Incluidos Elvira y Fran, no se la quisieron perder, y ya de paso cachondearse un poco de Álex.



Mari y Víctor volvieron del viaje de novios con una carita de alegría para vérselas, follaron hasta la saciedad y se les notaba, que alegría tenían los dos. Empezaron una vida en común que auguraba mucha felicidad, planearon cuando tener niños y hacer crecer la familia, el sueño que tenía Mari se cumplía.



Pasaba el tiempo, García y Vicente veían crecer a sus hijos, Benítez y Susan ya tenían la vida totalmente estabilizada con los hijos de Susan, la comisaría era, como había sido siempre, una balsa de aceite, vivían tranquilos con sus cenas y fiestas. Álex y Mónica, empezaban a pensar en que se podían casar ¿Por qué no? Álex se lo comentaba a Mónica, mientras tomaban algo mirando la piscina desde el porche de la casa. Ella, no quiso nunca sacar la conversación, esperaba que fuera él, si en aquella pareja alguien tenía que pedir matrimonio, era Álex, ella también podía haberlo hecho, no le hubiera importado, pero… en ese caso, quería que fuera él, Álex tenía que mojarse, tenía que ser una decisión suya, Mónica no quería tener que estar pensando siempre, si Álex se casaba porque se lo pedía ella, era por compromiso o por no poder decirle que no. No, no, así no podía ser, tenía que ser él quien lo hiciera, él tenía que demostrar el interés, como hizo esa noche.

-No estaría mal.- Respondía Mónica.
-¿Así? ¿Te casarías conmigo?

Mónica lo miró seria, Álex cambiaba la cara de contento a serio sin saber qué coño pasaba.

-Me has dicho que te gustaba la idea.- Le decía extrañado Álex.
-Sí, claro que me gusta la idea, pero… vamos a ver… ¿Tú crees que esta es manera de proponerme matrimonio?

Mónica se levantó y se metió en la casa, Álex se quedó, le dio un trago a la botella de cerveza, hizo una mueca y se levantó. Los dos se comportaron durante la semana como si no hubiera existido aquella conversación, hasta que llegó el viernes, Álex le dijo a Mónica que irían a cenar a un restaurante que ya tenía la mesa reservada. Mónica, que de tonta no tenía un pelo, pensó que le iba a pedir matrimonio allí, en una bonita cena. Y así fue, solo que no era una cena para los dos, también había invitado a los amigos, Susan, Benítez, García, Vicente y los padres de Álex, los de Mónica no pudieron desplazarse. Delante de todos, Álex se arrodilló, sacó del bolsillo un anillo y le pidió matrimonio a Mónica, a ella, como persona sensible le cayó una lagrimilla antes de decirle que sí, que putada hubiera sido si le llega a decir que no. Pasaron una noche divertida y Mónica acabó con el anillo en su dedo, todos contentos.

Decidieron una fecha y fueron llamando a la gente, llegó el momento de llamar a Elvira, los dos, sentados en el sofá, la llamaron y pusieron el manos libres en el móvil.

-¿Qué os pasa? ¿La piscina pierde agua y me venís a reclamar?
-¡Joder Elvira! No cambiarás nunca, tía.- Decía Mónica, los tres reían.
-Nos casamos, Mónica y yo nos casamos.- Le daba la noticia Álex.
-¡Hombre! Ya era hora, pensaba que no os casaríais nunca.
-¿Qué dices? A ti no se te ve con muchas ganas precisamente.- Le contestaba Mónica.
-¡Escucha guapa! Yo no tengo por qué casarme ¿O es que me vais a obligar?
-No, no, que cada uno haga lo que le parezca.- Recogía cable Mónica.
-Eso mismo, bueno ¿Cuándo os casáis?
-Pensábamos en junio ¿Qué tal te va?- Le informaba Álex.
-¿A mí? Yo no me caso, vosotros sabréis.
-Ya está bien de cachondeo ¡Coño!- Levantaba la voz Mónica.- ¿Os va bien para venir?
-¡Ah! Que queréis que vengamos a la boda.
-¡Joder con la tía!- Se quejaba Mónica dejándola por imposible.
-Va, ya está bien, pregúntale a Fran como lo tiene en esas fechas.- Le decía Álex.
-Os está oyendo, en estos momentos mira la agenda muerto de risa, que graciosos sois.
-¡Fran coño! Habla tú, que con tu novia no hay quien se entienda.- Le gritaba Mónica.

Escuchaban reír a Fran, y a Elvira.

-¿Cuándo de junio?- Preguntaba Fran.
-A finales, con el calorcito.- Respondía Álex.
-Vale, antes nos vamos de vacaciones.
-¡Tío! Las vacaciones las podéis cambiar y más vosotros.- Comentaba Mónica.
-Estas no.- Contestaba Fran.
-Ya habéis conseguido lo que queríais- Decía Elvira.- os podéis ir a tomar por culo, tendré que comprarme algo, haceros un regalo… ya me estoy estresando.- Se reía Elvira.
-No hace falta que nos hagas ningún regalo, y seguro que en el armario tienes ropa de sobras, a mí no me vengas con esas.- Le contestaba Mónica.
-¡Joder si tiene ropa! Para parar un tren de mercancías.- Se cachondeaba Fran.
-¡Escucha! No les expliques mis intimidades ¡Hombre!

Los cuatro reían, dieron por buena la fecha y quedaron en verse el día anterior a la boda, Elvira y Fran pasarían el fin de semana en Ciudadseca.

Elvira se subió encima de Fran.

-Ya ves, estos se casan.- Le decía Elvira.
-Es lo que tú querías ¿No?
-Sí, es lo que buscaba desde el primer momento, una buena pareja para Álex, y ya la tiene.
-¿Algún día me explicarás por qué eres tan protectora con Álex?

Elvira metía una mano por dentro del pantalón agarrándole la polla a Fran, se la pajeaba lentamente.

-Me he acostumbrado a protegerlo y siempre lo haré.

Le susurraba a Fran sin dejar la paja, notando como le crecía la polla.

-Ya me hubiera gustado que alguien me cuidara de la manera que lo haces tú con Álex.
-¿No te gusta cómo te cuido?

Le preguntaba Elvira, se había deslizado para atrás y le había sacado la polla metiéndosela en la boca. Fran cerró los ojos del gustillo.

-Me gusta mucho lo que me haces, y sabes que hablaba de otra cosa.

Elvira no contestaba, estaba concentrada en darle placer, concentrada en una buena mamada.

-¿No me contestas?- Insistió Fran.

Elvira se levantó, se quitó el pantalón y el tanga, le volvió a agarrar la polla, y lentamente, se fue sentando, metiéndosela despacio, hasta tenerla toda dentro, hasta estar sentada encima de Fran.

-Ahora los protejo a los dos, a él y a Mónica, ya sé que les voy a regalar para su boda, una protección más.
-Tú y yo ¿Tenemos confianza?- Preguntaba Fran.
-Después de tanto tiempo me parece que sí ¿No?
-Entonces, dime una cosa ¿Por qué no estás con Álex? ¿Cuál es la verdadera razón?

Elvira se quedó quieta, sin moverse, pensando, se pasó la mano por la boca, miró fijamente a Fran.

-Cuando vivía con Álex, cuando estábamos juntos, éramos unos chavales inocentes que solo pretendían ver pasar la vida, no queríamos problemas, simplemente estar uno con el otro y dejarnos llevar, era nuestro sueño... Hasta… hasta que la puta secta asesina me obligó a trabajar para ellos, a trabajar y a deshacerme de Álex, lo acepté para que él pudiera siguiera siendo un chaval inocente, pensé que él no podría soportar lo que era la secta, él… él ya sabes cómo es, es un trozo de pan, le gusta tocar música, cantar, y sobre todo estar con su pareja, disfrutar juntos de todo, ese es Álex y no quiero que cambie…
-Eso está bien, pero no respondes mi pregunta, podrías estar con él ahora si quisieras.
-No, no puedo, como te decía, él es inocente y está con una mujer, Mónica, que es igual que él, ya me aseguré yo que así fuera. Te acuerdas cuando llegamos aquella tarde a su casa, que me cachondeé de ellos diciéndoles que eran muy aburridos, ella se tomaba un café y él tocaba el piano, se les veía a los dos tan felices, tan bien sin hacer nada especial. Sabes, la señora Satu, cuando nos vimos en la cabaña, me dijo que le gustaría dejarle su casa y todo lo que tenía a Álex, y que no podía porque como ella no tenía hijos, al morir tenía que dejárselo a la secta… le dije que no tendría ningún problema en dejárselo a Álex, porque ya sabía que a la secta de Ciudadseca le quedaban los días contados, hasta me aseguré de eso para que pudiera empezar una buena vida con Mónica. Está bien, ya sé que es lo que a ti te interesa, no puedo estar con él porqué… llevo una mochila demasiado pesada, ya no soy la chica inocente que él conocía, trabajar para la secta me hizo cambiar de vida, de ser una chica normal, pasé a ser un arma de matar, me preparé con la élite del ejército y la policía, practiqué con todo tipo de armas, hice intervenciones para la secta blanqueando sus mierdas, encubriéndolos para que no los descubrieran…
-Pero, para ese trabajo no necesitabas estar tan preparada.- Decía Fran.
-Me preparaba soñando con el día en que pudiera destruirlos, el día que tuviera la oportunidad de acabar con ellos, y lo tuve más claro el día que descubrí que el Gran Maestre, el verdadero, era de la rama buena de la Logia…
-¿Ramas? ¿Qué ramas?
-A ver, te lo explico rápido, hace muchos años un marqués creó la Logia, lo normal, masónica, con sus rituales y esas cosas. Su hermano, que era un loco cabrón, quiso convertir la Logia en una puta secta asesina que hacían rituales de sacrificios de chicas. Así se crearon dos ramas dentro de la Logia, la del marqués y la del hermano, durante muchos años ha estado gobernándola, por decirlo así, la rama cabrona, ahora ha cambiado y la dirige la rama buena, se acabaron las muertes. Bueno, es complicado, lo importante es que sepas que estoy bien contigo, tú eres la persona adecuada para mi vida.
-Porque yo también tengo una pesada mochila que arrastrar, tenemos un pasado…
-Un pasado que entre nosotros sabemos gestionar, un pasado que tú y yo entendemos, un pasado oscuro y tenebroso, un pasado que asustaría a las abuelitas.- Se cachondeaba Elvira.
-¿Qué?- Preguntaba Fran riendo.
-Que folles cariño, concentrémonos en lo nuestro, lo otro, lo otro ya llegará.

Fran se calló la boca, Elvira se movía encima de él follándoselo como una reina.



Un par de semanas antes de la boda, Fran y Elvira se fueron de vacaciones como tenían previsto. Llegaron a un hotel de lujo en una de las playas más paradisiacas del planeta, que bonito era todo el entorno. Allí estuvieron los primeros días tomando el sol, tomando zumos de fruta o cócteles, estirados en las hamacas y… conociendo a la gente del hotel, conocieron a todos los camareros, al que les facilitaba la moto de agua para dar una vuelta, al que les ayudaba para colocarse las bombonas de oxigeno cuando se iban a bucear en un maravilloso arrecife de coral, se sabían los nombres de todos.

Y llegó el último día, estaban estirados en sus hamacas, tomándose un cóctel sin alcohol, vieron un barco, un yate enorme. Se veía movimiento en cubierta, ellos reían hablando, no se perdían detalle de lo que pasaba en el barco, vieron como bajaban unas lanchas y personas que subían para desembarcar, al mismo tiempo otras lanchas llegaban embarcando gente. Pasó por delante de ellos uno de los camareros, Elvira le llamó por su nombre y le preguntó por el barco, el camarero les contestó que no sabía de quien era, que tiraba el ancla allí de vez en cuando y siempre pasaba lo mismo, desembarcaban a la tripulación y embarcaba gente distinguida, algunos estaban hospedados en el mismo hotel, les dijo que seguramente sería alguien importante que hacía negocios en el barco. Cuando las barcas dejaron de ir i venir, ya no se veía movimiento en cubierta, Elvira y Fran se levantaron, fueron a donde estaba el chico que les proporcionaba las cosas para bucear, el chaval al verlos se apresuró en preparar un par de botellas de oxigeno, gafas y lo necesario para meterse en el agua.

-Nuestro último día de buceo, lo bueno se acaba y nos vamos hoy mismo.- Le decía Fran al chaval.
-Ha sido un placer servirles señores, son muy amables, espero volver a verlos por aquí.
-Nosotros también esperamos volver, es un lugar precioso.- Le contestaba Elvira.

Se metieron en el agua, cuando se acababa el oxigeno salieron, lo mismo que hacían siempre, le volvieron a dar las gracias al chaval por su servicio, se despidieron y se fueron a la habitación, se ducharon, se vistieron, bajaron a recepción, pagaron la estancia, dejaron una buena propina y se subieron al coche que les proporcionaba el mismo hotel para ir al aeropuerto. Cuando el automóvil se dirigía al aeropuerto, pasaba justo por delante donde se veía el barco en medio de la preciosa bahía, en ese momento, el barco explotó, una tremenda explosión que levantó al barco del agua destrozándolo, lo dejó hecho añicos. El taxista pegó un frenazo apartando el coche de la carretera, salieron los tres del coche, mirando asustados lo que había ocurrido, veían a gente correr por la playa, poniéndose la mano a modo de visera delante de los ojos para intentar ver con más claridad lo que había pasado, realmente no había mucho que ver, el barco había desaparecido y solo quedaban algunos trozos flotando en llamas.

-¿Qué habrá pasado?- Preguntaba asustado el chofer.
-¿Qué raro, no?- Añadía Elvira.
-Algún tipo de accidente, no sé.- Decía Fran.
-Bueno, sigamos, ustedes tienen que subirse a un avión.- Les recordaba el chofer.

Los llevó al aeropuerto, pasaron el control, llegaron con el tiempo justo para que abrieran en ese momento el embarque, embarcaron y al rato el avión despegaba.

-¡Joder! No ha quedado ni uno.- Le susurraba Elvira a Fran.
-Esa era la idea cariño, esa era la idea, unos cuantos cabrones menos.
-El planeta es un lugar mejor sin ellos.
-Desde luego.
-¿Lo que me dijiste? ¿Es verdad? ¿Lo confirmas?- Preguntaba Elvira.
-¿Lo de jubilarnos?

Elvira le miraba a los ojos con una sonrisilla, confirmándoselo con la cabeza.

-Estos últimos meses hemos tenido mucho trabajo, como te dije, si nos dedicábamos los dos podíamos encargarnos de cosas más grandes. Sí, la respuesta es sí, hemos ganado suficiente para retirarnos y vivir tranquilos, si tú quieres claro.
-Es divertido este trabajo…
-También nos la jugamos mucho.
-Además, yo sigo cobrando de la Logia, podemos vivir tranquilamente, la pregunta es ¿Nos dejaran retirarnos sin más?
-¿Quién lo va a impedir? Con no aceptar ningún encargo lo tenemos hecho. Nadie nos conoce, todo el proceso es totalmente anónimo, ni nosotros sabemos para quien trabajamos ni ellos saben quién les hace el trabajo.
-Me parece extraño poder estar totalmente tranquila.

Decía Elvira apoyando la cabeza en el hombro de Fran, el vuelo se había estabilizado y volvían para casa.

...
 
Sigo pensando que es una pena que por culpa de unos miserables, Elvira tuviera que separarse del amor de su vida, porque lo sigue amando. Esa es la realidad
Por otra parte me alegro de que Alex y Mónica vayan a dar el paso definitivo. Lo siguiente será tener hijos. De todas formas en cuanto a parejas, veo mejor y más enamorados a Alex y Mónica, que a Elvira y Fran, incluso dudo mucho que Elvira ame a Fran, no digo que no lo quiera, pero amarlo, creo que no.
 
Elvira ya no es la Elvira que conoció Alex, ha cambiado. Ahora esta con la persona que le ama y con quien menor se compenetran. Alex seguirá siendo el amor de su vida. Pero ya es imposible retomar esa relación, gracias a la logia a su presidente, al jefe y a sus padres. Entre todo le cambiaron la vida.

Alex sigue enamorado de Elvira, pero la Elvira que él conoció, muy diferente a esta otra Elvira. Si hubieran vuelto la relación no hubiera durado mucho. Como amigos están mejor.
 
Elvira ya no es la Elvira que conoció Alex, ha cambiado. Ahora esta con la persona que le ama y con quien menor se compenetran. Alex seguirá siendo el amor de su vida. Pero ya es imposible retomar esa relación, gracias a la logia a su presidente, al jefe y a sus padres. Entre todo le cambiaron la vida.

Alex sigue enamorado de Elvira, pero la Elvira que él conoció, muy diferente a esta otra Elvira. Si hubieran vuelto la relación no hubiera durado mucho. Como amigos están mejor.
Y Elvira también de Alex.
 
-Hola papá.

-Hola Álex ¿Qué tal?

-Eso vosotros, me has llamado tú para que viniera a veros, parecía urgente.

-Bueno… tampoco es urgente, ayer estuvimos en una merienda de esas que organizamos, el rector, tú comisario, Satu, ya sabes, los habituales. Y nos dijeron que había desaparecido una chica, incluso se dejó entender que la podían haber matado ¿Es verdad?

-Lo estamos investigando, no se ha encontrado el cuerpo… bueno, en realidad todo es un poco extraño, no os preocupéis.

-Solo era por curiosidad ¿Crees que descubriréis al culpable?

-En la policía no tenemos otro trabajo, tarde o temprano encontraremos una pista para seguir y sabremos que pasó y quien fue el culpable, seguro que sí.



Salieron los dos a la tienda, el padre saludó a Mónica, hablaron un poco más los cuatro, Noelia ponía mala cara, cuando se despidieron y la madre les dijo que hacían buena pareja, todavía puso más mala cara. Lo había probado de todas las maneras, intentó que salieran a tomar algo, Álex nunca quiso, siempre encontró una escusa, intentó seducirlo poniéndose una minifalda y su ropa más sexi, si hasta le enseñó las bragas viendo que el chaval no respondía ¡Coño! Y ni por esas, no hubo manera de salir con él, mucho menos follárselo… o que se la follara él a ella, qué más daba, lo estuvo deseando durante mucho tiempo. Y ahora llegaba una policía, una compañera y… se lo estaba tirando, la madre que lo parió, claro que la chica no era fea, estaba muy buena la verdad, eso no se podía negar, pensaba Noelia, por suerte ya tenía su novio, se hartó de esperar que Álex le hiciera caso.





Mónica y Álex se sentaron otra vez en el coche, a él se le notaba triste.



-Vamos a dar una vuelta por la ciudad.- Le dijo Álex.



Condujo un par de manzanas sin decir nada, hasta…



-Mira Mónica, te dije al conocerte que no quería hacerte daño, creo que se está precipitando algo que no quiero.

-¿A qué te refieres Álex?

-A nosotros, a la relación que tenemos, o la que no tenemos, la que la gente se cree que tenemos…

-Álex por favor, al grano.- Le pedía Mónica.

-No quiero seguir así, yo no quiero tener pareja, no puedo hacer feliz a ninguna mujer, ahora no.



Mónica pensaba ¿Qué le pasa a este hombre? ¿Por qué le cuesta tanto aceptar que le gusta alguien? Estamos conviviendo de puta madre, follamos de maravilla, es verdad que no nos hacemos muchas carantoñas ni cariñitos, pero cada uno es como es, a veces tampoco hacen falta para saber qué estás bien con una persona ¿Por qué se quiere alejar?



-Esta tarde recogeré mi ropa y volveré a mi apartamento ¿Siento que no estés bien conmigo?

-No, no Mónica, no es que no esté bien contigo, todo lo contrario, estoy muy bien, demasiado bien…

-¡Demasiado bien! Venga Álex, no quieras quedar tan bien, si estuvieras a gusto no me pedirías que me largue de tú apartamento.

-Yo no te lo he pedido.

-¡Álex!



Se hizo un silencio.



-Lo siento, tienes razón, no soy capaz de pedírtelo directamente y lo provoco. Me parece bien que seamos amigos, hablar, tener confianza y esas cosas…

-¿Follar también?- Preguntaba Mónica molesta.

-Creo que follar no nos beneficia…

-No te beneficiará a ti, a mi me parece muy bueno y sano.

-Pero también estrecha la relación, acabas sintiendo, acabas…

-¿Enamorándote? ¿Eso es lo que te da miedo?



Álex calló, el que calla otorga, pensó Mónica.





Almorzaron, hablaron de algunas cosas, del caso mayoritariamente, ninguno de los dos quiso volver a hablar de ellos. Por la tarde volvieron a dar algunas vueltas por la ciudad, Álex propuso volver a entrar en ‘La Destartalá’, por si podían descubrir alguna cosa que no vieron antes. Estaban dando palos de ciego, no encontraban nada por dónde empezar seriamente la investigación.



Se estaban acercando a la casa, sonó el móvil de Álex, atendió la llamada con el manos libres del coche.



-Soy Soria, escucha Álex, han encontrado un cadáver, Lita y yo salimos para allí, te envío la dirección.

-¿Un cadáver?- Preguntó Mónica, extrañada y preocupada.

-Sí, un cadáver, un muerto… o muerta, todavía no lo sabemos, alguien llamó a la comisaría para denunciarlo, los compañeros de una patrulla ya están allí.

-Nos vemos allí Soria.- Confirmó Álex.



Mónica sacó el brazo por la ventanilla y colocó encima del coche la luz azul de emergencia, la encendió junto con la sirena, Álex aceleró.



Cuando llegaron a la calle que les había enviado Soria, vieron un par de coches patrullas, con las luces encendidas, el coche de Soria también estaba allí. Álex dejó su coche al lado del de Soria, los agentes de uniforme habían colocado una cinta en la entrada de un solar a medio construir, como en las películas americanas, la agente García les levantó la cinta para que pasaran.



-¿Quién es García?- Le preguntaba Mónica.

-No lo sé Mónica, no me he atrevido ni a mirar, he colocado la cinta para que no se metiera cualquiera y me he quedado aquí.



Álex le tocó el hombro a la agente García, sabía que esas cosas le daban repelús. Entraron en el edificio a medio construir, solo tenía acabado los cimientos y la estructura de un piso, allí solo había hormigón. Se acercaron donde vieron a varias personas, un par de agentes y Soria. Saludaron a Soria y miraron un hueco en el suelo, tendría un metro y medio de altura, dentro estaba la forense, mirando un cadáver, lo reconocieron en el momento.



-¡Magui!- Se le escapó a Mónica.

-Sí, es Magui.- Le confirmó Soria, como si no quedase lo suficientemente claro quién era.



Álex se agachó en el borde del hueco.



-¿Qué ves Lita?

-A primera vista, parece una sobredosis, tiene clavada en el brazo una jeringuilla, podré darte más datos después de la autopsia, se la haré esta tarde mismo, aunque acabe de madrugada.

-De acuerdo.- Le contestó Álex volviendo a ponerse de pie.



En ese momento llegó un compañero.



-He preguntado a algunos vecinos, es la calle donde se ponen las putas, por lo visto la chica andaba por aquí a veces, como es negra todos se acordaban de ella.



Entonces apareció un tipo muy corpulento, con la cabeza como una bola de billar, no tenía ni un pelo, los que estaban fuera del hueco lo miraron sorprendidos.



-Soy el secretario judicial, tengo la orden del juez para levantar el cadáver.



A partir de ahí, un par de compañeros de Lita del hospital bajaron también al agujero con una bolsa para meter cadáveres, lo subieron, lo dejaron encima de una camilla y se lo llevaron. Salió Lita quitándose los guantes de látex.



-Más tarde te diré algo Álex, es muy raro, no tenía ninguna marca de haberse drogado antes, que aparezca así, de golpe, con una sobredosis… no sé, esto parece.

-Un asesinato.- Confirmó Álex.

-¿Otro?- Preguntó, se sorprendió, Soria.



Poco a poco, fueron marchándose todos, se quedaron Mónica y Álex mirando el agujero de hormigón.



-¿Por qué a ellas? ¿Por qué a dos chicas jóvenes?- Preguntaba Mónica.

-Y relacionadas, no te olvides de eso ¿Vieron algo que no les convenía? Está claro que fueron a por ellas, pero… ¿Por qué?- Se preguntaba pensando en voz alta Álex.

-Eso es lo que tendremos que descubrir, ese es nuestro trabajo.- Le contestaba Mónica.



Volvieron al coche de Álex.



-Creo que es el momento para que me dejes en tú apartamento, recogeré la ropa y me iré al mío.- Le decía Mónica.

-Quédate en el mío por favor, ya han muerto dos chicas, tú vives sola, estaré más tranquilo si estamos juntos.

-Desde luego tío, quien te entienda que te compre.



Le decía Mónica apoyando la cabeza en la ventanilla del coche, pensando, le costaba entender a Álex, no quería una relación con ella pero la quería proteger, igual si que era un gran amigo y una mala pareja, lo dudaba, no lo veía claro.
Están metidos en el ”ajó” los de la universidad, ayuntamiento , incluso los padres de Alex, todos los que Alex presentó a Monica en las fiestas de Invierno….aquí pasa algo…me gusta el relato, mantiene el interés y el sexo está bien
 


Por la noche, Mónica y Álex cenaban, ninguno de los dos decía nada, se miraban a los ojos de vez en cuando y volvían a fijarse en el plato de comida que tenían delante.

-Dormiré en el sofá, así no te molestaré.- Le decía Mónica.
-La cama es grande, a mi no me molestas.- Respondía él.

Estaba a punto de decirle algo Mónica cuando sonó el teléfono de Álex.

-Soy Lita, mira Álex, esta chica no se ha drogado nunca, además, tal como está la jeringuilla clavada y sus huellas en la jeringuilla, es muy difícil que se la clavara ella, estoy segura que alguien la obligo, he visto ciertas contusiones en los hombros, espalda y brazos, y eso debió pasar al sujetarla, puede que fueran dos personas, estoy segura, fueron dos personas.
-Gracias Lita.

Le contestó Álex antes de colgar la llamada, se miraron con Mónica.

-La han matado.- Dijo Mónica. Álex asentía con la cabeza.
-No quiero que te vayas de aquí hasta que se aclare todo esto, Reme desaparecida…
-Muerta.- Confirmó Mónica.
-Sí, perdona, sin cadáver, pero toda esa sangre encontrada en el sótano ya nos da una pista clara. La única persona que parecía que nos podía decir algo de las costumbres de Reme también muerta, está claro, no interesaba que habláramos con ella. Tú te hiciste amiga también de Reme, no quiero que estés sola en ningún momento, vale.
-De acuerdo.- Le contestaba Mónica.

Al día siguiente los dos fueron a correr por el recorrido habitual de Álex, se pararon delante de ‘La Destartalá’, miraron el precinto de la entrada, parecía que nadie lo había tocado, siguieron la carrera hasta la casa, después le dieron unos cuantos mamporros al saco de boxeo, Álex realizó unos cuantos ejercicios de pesas, Mónica se fue a duchar, ya había trabajado suficiente con la carrera continua y el saco de boxeo. Después desayunaron y volvieron al lugar donde encontraron el cadáver de Magui, inspeccionaron la zona, el edificio en construcción abandonado era bastante grande, caminaron mirando todos los detalles, alejado, en lo más profundo del edifico encontraron otro hueco, en el suelo había un colchón viejo y hasta unas escaleritas hechas de madera para bajar.

-Me parece que aquí viene alguna puta a hacer sus servicios.- Opinaba Álex.
-Al menos lo parece, Álex… ¿Tú crees qué?
-¿Qué alguna podría estar aquí cuando…?
-Está bastante lejos del otro hueco, pero no hay nada que impida la vista, si había alguien, lo podía haber visto todo.- Decía Mónica.
-Tendremos que volver por la tarde, cuando se va el sol es cuanto hay más ‘ambiente’ en esta calle, vámonos de aquí.- Comentaba Álex.
-Sí, vámonos, que frio hace aquí ¡Joder!

Dieron una vuelta por la calle, llevaban unos minutos caminando cuando el móvil de Álex avisaba que le estaban llamando, contestó la llamada y colgó.

-Era la comisaría, nos están llamando a todos los agentes, a las doce del medio día tenemos que estar en la sala de reuniones.- No había acabado Álex de decírselo a Mónica que sonó su móvil, le dijeron lo mismo.
-Ya está bien que el comisario tome cartas en este caso, hasta ahora ha estado callado.- Le decía Mónica a Álex.
-Mucho ha tardado, va demasiado lento tomando decisiones.
-Más vale tarde que nunca ¿Vamos?

Álex conducía en dirección a la comisaría.

-¿Crees que nos darán alguna novedad sobre el caso?- Preguntaba Mónica.
-No creo, o sí, no sé, supongo que ya tendrá el informe completo de Lita.

Llegaron a la comisaría antes de las doce, casi todos los agentes estaban en el patio donde aparcaban los coches, algunos fumaban y otros hablaban entre ellos, Soria los fue a recibir.

-¿Sabes algo de esto?- Le preguntó Álex.
-Lo mismo que tú, nos ha citado a todos para reunirnos, suerte que no somos muchos.

Mónica dejó solos a los chicos y se colocó al lado de la agente García.

-Hola García ¿Qué tal?
-Hola Mónica, estoy muy nerviosa ¿Me acompañas al baño? Me estoy meando hace un rato.

Entraron en la comisaría y se metieron en los vestuarios de chicas, García abrió la puerta del baño, se quitó el cinturón con la pistola y las esposas, Mónica se lo sujetó, después se desabrochó el pantalón, se lo bajó, seguidamente las bragas y se sentó en el váter.

-Que mal cuerpo tengo desde que encontraron el cadáver de esa chica.- Le explicaba a Mónica mientras meaba con la puerta abierta.
-Es normal, no estamos acostumbrados a que pasen estas cosas.
-¿Habéis encontrado alguna pista?
-Esta tarde, cuando sea de noche, volveremos a la calle que ocurrió, queremos hablar con las ‘profesionales’ que trabajan por allí.
-¿Las profesionales?- Preguntaba García inocente.
-Las putas, García, las putas.
-¡Ah coño! Vale.
-Puede que alguna viera algo.

García ya se había pasado por el chichi un trozo de papel para secárselo, se había levantado, subido las bragas y se estaba abrochando el pantalón. Mónica le pasó el cinturón, García se lo colocó, se lavaron las dos las manos y salían de baño cuando vieron entrar del patio a los compañeros. Mónica caminó al lado de Álex y Soria, fueron entrando en la sala, en la primera fila se sentaron los tres, en la última se sentó la agente García. Entró el comisario, los miró a todos.

-Buenos días agentes, como saben llevamos unos cuantos días muy confusos, han pasado cosas que jamás pensamos que podrían ocurrir en una ciudad como esta. Por eso he tenido que tomar medidas, necesitamos personas con experiencia en estos casos, así que me puse en contacto con la central de Madrid- Álex puso mala cara, el comisario no confiaba en sus agentes y fue a buscar ayuda fuera, no le parecía correcto, podía haber esperado un poco más antes de hacerlo.- les presento a la inspectora jefe… Elvira.

Álex abrió los ojos como platos, Elvira entró en la sala, seria, altiva, con varios informes en la mano que dejó encima de la mesa.

-¡Elvira!- Dijo en voz baja Álex, pero no lo suficientemente bajo para evitar que Soria, Mónica y Elvira lo escucharan, Elvira lo miró un momento y giró la cabeza. Mónica le miró la cara a Álex, él miraba fijamente a aquella mujer.
-Buenos días señoras y señores, el comisario nos llamó explicándonos lo que ha ocurrido, he venido para ocuparme de la situación, solucionaremos esto con rapidez y eficacia, no lo duden…- Les hablaba con seguridad Elvira.
-¿Por qué no ha confiado en nosotros, señor?- Le preguntó Álex al comisario cortando a Elvira.

El comisario lo miró sin decir nada, Elvira también lo miró, ella sí que habló.

-Porque en esta comisaría hay un inepto como usted inspector Álex, un inepto que no sabe seguir el protocolo de la policía, que pone en peligro toda la investigación por ir de ‘Llanero Solitario’, somos un equipo, en este equipo todos tienen su trabajo, desde los inspectores hasta el agente más bajo, todos. No puede ir un solo agente por ahí haciendo lo que le da la gana, entrar en una propiedad a investigar sin una orden del juez, decidir separar a los agentes de una patrulla, vamos, decidir lo que le da la gana porque le sale de los cojones en ese momento. Por eso inspector, por eso he tenido que venir yo a poner orden, le ha quedado claro.

Elvira miraba a Álex y Álex miraba a Elvira, desafiándose.

-A partir de ahora, la inspectora jefe Elvira, tomará todas las decisiones sobre el caso, cualquier duda o información que tengan, háblenlo con ella.
-Gracias comisario.- Le agradeció Elvira.- Las patrullas seguirán como hasta ahora, no habrá ningún cambio. En cuanto a los inspectores, a Soria se le asignará un compañero…
-Soria, ha sido siempre mi compañero.- Apuntaba Álex.
-Inspectora jefe.- Contestó seca Elvira.
-¿Qué?- Preguntó Álex al no entenderla.
-También se le ha olvidado el trato a sus superiores, si se dirige a mí, hágalo correctamente, inspectora jefe, es como debe acabar la frase, Soria, siempre ha sido mi compañero, inspectora jefe, así debe dirigirse a mí. Pues ya no lo será, le buscaremos otro compañero mejor que usted, por supuesto, claro que eso tampoco es muy difícil de encontrar. Usted seguirá con… con la chica novata ¿Mónica, se llama? Supongo que es la agente que tiene sentada al lado, así ella podrá seguir diciéndole lo bueno que es como inspector y usted estará contento y orgulloso de escucharla.

Álex calló, vio que cada vez que hablara lo machacarían.

-Muy bien, los agentes de las patrullas, estén muy atentos a todo, cualquier cosa, algo que pueda parecer que no tiene importancia la puede tener, estar alerta e informar de cualquier cosa que no les parezca normal. Los Inspectores ¿Tienen alguna pista, o están en estos momentos haciendo algún tipo de acción para buscarla?

Todos callaban.

-¿No tiene nada que decir inspector Álex? Ahora es el momento de hablar, no antes entrometiéndose.
-Esta tarde iremos a la calle de las putas, hablaremos con algunas, puede que alguien pueda haber visto algo.
-¡Mira! Si hasta tiene alguna buena idea, está bien, como la idea es suya, hágalo con… con su compañera. Soria y su nuevo compañero irán a la casa, ‘La Destartalá’ la llaman ¿No?
-¿Otra vez?- Preguntó quejándose Soria.

Elvira miró al comisario.

-Comisario, no me extraña que nos llamara, tiene usted el mayor número de agentes inútiles que he visto en una comisaría en mi vida ¡Soria!- Levantó la voz Elvira.- Si le digo que vaya a la casa, va, y la vuelve a mirar palmo a palmo de abajo arriba, a ver si encuentra algo que nos sirva.

Soria hizo el gesto de contestarle, quería decirle que eso ya lo habían hecho con Lita, la forense policía científica. Álex le tocó una pierna para que no hablara. Elvira se dio cuenta del detalle.

-Veo que usted también admira al farsante del inspector, Soria, concéntrese en su trabajo y su nuevo compañero, le irá mejor que con Álex. Bueno señores, los demás agentes dedíquense a su trabajo habitual.

Elvira y el comisario salieron de la sala, los agentes también lo hacían por otra puerta, Álex se levantó y fue detrás del comisario y Elvira, adelantó al comisario y se metió en el despacho junto a Elvira, el comisario lo miraba sorprendido.

-Perdone comisario, necesito hablar en privado con la inspectora jefe Elvira.- Se disculpó Álex.

Cerró la puerta del despacho, se giró y miró a Elvira cabreado.

-¿Para esto has venido? ¿Para insultarme, menospreciarme delante de mis compañeros? ¿Dejarme como una mierda?- Le preguntaba levantándole la voz a Elvira.
-Todo eso que dices lo has conseguido tú solito, sin ayuda de nadie, comportándote como lo has hecho ¿Es que ya no te acuerdas de nada de lo que aprendimos en la academia?
-¿Por qué lo hiciste Elvira?- Le preguntó Álex suavizando la voz.
-¿Por qué hice qué, Álex?
-Ya sabes de qué te hablo ¡Coño!
-Mira, ya te he avisado antes, trátame como a tu superior, no te permitiré ninguna falta de disciplina como le has hecho al comisario. Ahora vete y haz tú trabajo.
-Elvira.- Susurró Álex.
-Que salgas de este despacho.- Levantó la voz Elvira.

Álex abandonó el despacho cabizbajo.


Fuera, en el patio, cuando salieron los agentes, García se acercó a Mónica.

-¿Qué ha pasado allí delante?- Le preguntó a Mónica.
-Pues ha pasado… que ya sé a quién le cantaba Álex.
-¿A quién le cantaba qué?- Se extrañaba García.
-Esa maldita canción, ‘La quiero a morir’ ¿No te acuerdas de cuando la cantó en el bar? Pues ya sé a quién se la cantaba, a Elvira, Elvira ¿Tú te crees que eso es un nombre? Elvira ¿Cómo puede alguien llamarse así?- Le contestaba muy nerviosa Mónica.
-Bueno, yo creo que Elvira no es un nombre tan raro, es un nombre normal, como Mónica…
-¡Ah no! Como Mónica, no. Elvira es un nombre mucho más feo, ya lo creo que es más feo, pero mucho más ¡Eh!

García, viendo que Mónica no estaba bien, le apoyó una mano en un hombro.

-¿Qué te pasa Mónica?- Le preguntó.

Mónica intentaba contestarle pero no podía, García se dio cuenta que estaba a punto de llorar. La abrazó y Mónica aceptó el abrazo. Soria se acercó a ellas.

-¿Qué ha pasado ahí dentro?- Le preguntaba a Mónica.
-Pregúntaselo a él, que ya sale.- Respondió Mónica mirando para la puerta por donde aparecía Álex.

Esperaron que Álex llegara donde estaban ellos.

-Escucha Álex…- Empezó a decir Soria.
-¿Tenéis hambre? Podríamos ir a comer juntos.- Le cortó Álex antes de que preguntara nada.

Fueron a almorzar los cuatro, viéndole la cara a Álex nadie se atrevió a hablarle de Elvira.


Esperaron a que anocheciera, iban en el coche camino de la calle de las putas, Álex, después de unas horas de lo ocurrido en la comisaría se le veía más tranquilo.

-Supongo que Elvira ha tenido algo que ver en tu pasado.- Le decía Mónica tranquilamente.

Álex pensó antes de contestar.

-Sí que tuvo que ver con mi pasado, mucho, pero no tengo ganas de hablar de eso, como estamos diciendo, pertenece al pasado.

Mónica no dijo nada más, sonó un aviso del móvil, habían recibido un mensaje los dos a la vez. Mónica lo leyó.

-Es Soria, nos cita esta noche en su casa para cenar unas pizzas.
-Vale.- Contestó Álex sin demasiado entusiasmo.

Llegaron a la calle, cada uno la recorría por una acera diferente, les enseñaban la foto de Magui a quien pensaban que les podría ayudar. Mónica le hizo un gesto con la mano a Álex, este atravesó la calle y se juntó con ella y una chica.

-Esta chica dice que la había visto por aquí hace tiempo, pero que últimamente no la veía.- Le decía Mónica a Álex.
-Últimamente ¿Cuántos días son?- Le preguntó Álex a la chica.
-No sé, desde antes de Navidad.- Respondía ella.
-Antes de Navidad ¿Te refieres a antes de que empezaran las fiestas de Navidad?- Preguntó Mónica.
-Sí, hará unas dos o tres semanas.
-Dime una cosa ¿Sabes si alguna de vosotras entra en el edifico abandonado? Para hacer vuestras cosas, quiero decir.- Preguntaba Álex.
-No, que yo sepa no, al menos en esta zona.

Le agradecieron a la chica su cooperación y siguieron caminando.

-Puede que al dejar el apartamento de Reme volviera por aquí.- Comentaba Mónica.
-No sé, yo lo que creo es que venía por aquí antes, antes de conocer a Reme, creo que con Reme aprendió a ejercer de otra manera.
-Puede ser, pero según esta chica no hace tanto que la vio, con Reme hace más tiempo que vivía.
-Puede ser, tengo una idea.

Le dijo Álex, caminaron calle abajo, hasta una zona donde las prostitutas eran bastante más mayores de edad que las del principio de la calle, hablaron con varias que no quisieron saber nada, hasta que se acercaron a una bastante mayor, le enseñaron la foto, no la reconoció, le preguntaron sobre el edifico abandonado.

-Yo no lo utilizo, alguna de estas que están por aquí sí lo hacen, pero sobre todo el que está muchas horas dentro es…
-¿Hay alguien que esté dentro mucho tiempo?- Preguntó sorprendida Mónica.

La señora, miró fijamente moviendo la cabeza, señalando a un hombre que caminaba por la otra acera, un indigente que caminaba con una botella de vino barato en la mano. Álex y Mónica le agradecieron a la señora su atención y siguieron al hombre, a cierta distancia para no levantar sospechas. Vieron como pasaba por debajo de la cinta que había puesto la policía y se adentraba en el edificio, ellos le dieron un poco de tiempo y también entraron, se acercaron con cuidado donde vieron el segundo hueco. Y allí lo encontraron, estirado en el colchón bebiendo de la botella, al verlos se pegó un susto de la hostia, recogió las piernas abrazándose a la botella, como si fuera lo único que tenía en la vida aquel hombre.

-Perdone, no queríamos asustarlo- Intentaba tranquilizarlo Álex.- ya sabe que pasó aquí el otro día.
-Yo no sé nada.

Mónica le enseñó la placa.

-Somos policías, no queremos molestarle ni hacerle nada, pero tenemos que saber que pasó, seguro que usted nos podría ayudar, así no tendríamos que llevarlo a la comisaría ni nada de eso.
-No, yo no quiero irme de aquí.- Contestaba el pobre hombre.
-Mire, explíquenos que sabe, nos iremos y no le molestaremos más, se lo prometo.- Le dijo Álex.

El hombre le dio un trago a la botella de vino, después los miró.

-Esa noche, estaba a punto de dormirme cuando escuché un ruido, saqué la cabeza por ahí arriba, por si era alguien que venía a hacerme daño o algo…
-¿Y que vio?- Le preguntó Mónica.
-A dos hombres, llevaban sujetándolo por los pies y las manos a alguien, no sé si era un hombre o una mujer, dejaron caer el cuerpo en el agujero, en aquel que hay allí, en la otra punta, igual que este.
-Sí, sabemos que agujero es ¿Cómo iban vestidos esos hombres?- Le preguntaba Álex.
-De negro, todo negro, incluso algo que les tapaba la cara también era negro.
-¿Sabe si llevaban un coche? ¿Cómo se fueron de aquí?- Preguntaba Mónica.
-Se fueron en una furgoneta, la calle está un poco lejos, pero creo que era naranja, o al menos ese era el color que me pareció a mí.
-¿Naranja?- Preguntó Álex mientras apuntaba en su libreta.
-Sí, seguro, era naranja.
-¿No vería la matricula?- Insistía Mónica, sabiendo que desde aquella posición era imposible verla, pensó que tal vez estuviera más cerca y les mintió diciéndoles que estaba allí.
-Desde aquí es imposible, lo de la furgoneta lo sé porque la aparcaron en la misma entrada, debajo de aquella luz, pero claro aparcaron de costado, las matriculas están delante y detrás…
-Claro, claro, muchas gracias señor.

Le agradeció Álex la información, se metió la mano en un bolsillo y sacó un par de billetes de veinte euros, lo que llevaba en ese momento, se los entregó al hombre que los recogió con alegría. Mónica y Álex volvieron a la comisaría, entraron en el despacho del comisario, se dieron cuenta que habían puesto otra mesa, en la que se sentaba Elvira.

-¡Hombre! Mira a quien tenemos aquí, el Llanero Solitario y su compañera.- Se cachondeaba saludándolos Elvira.
-Señora inspectora jefe, le pediría, que si quiere que la respeten, respete usted a los demás.- Le dijo Álex serio.

Elvira reía, el comisario miraba la pantalla del ordenador sin hacerles ni caso.

-Inspector, el respeto se gana, usted perdió el respeto en el momento que se comportó como lo hizo ¿Se siente bien teniendo como compañera a…?
-La novata ¿Es eso lo que quiere decir?- Le recriminaba Mónica.
-Bueno, es usted novata ¿No? Apenas hace unos meses que salió de la academia, este es su primer destino, no creo que tenga muchas referencias del trabajo policial bien hecho, claro que yo la entiendo, Álex tiene algunas buenas cualidades, la de ser buen policía no precisamente, pero seguro que a usted la compensa con otras.
-¿Qué está insinuando inspectora jefe?- Levantó la voz Mónica enfrentándose a Elvira.
-Nada, nada, mujer, yo no insinúo nada, solo digo que a usted se le ve muy a gusto siendo la compañera del Llanero Solitario.

Álex vio a Mónica muy cabreada, como miraba a Elvira con los ojos muy abiertos y con rabia, con ganas de contestarle y podría ser que con algo más que palabras.

-¡Ya está bien!- Dijo Álex.- Si estamos aquí no es precisamente para hacer una visita de cortesía, sabemos algo sobre la muerte de Magui.
-¿Magui? ¿Magui es la negra?- Dijo Elvira dudando.

El comisario apartó la vista del ordenador, miró a Elvira, que no lo vio porque ella miraba fijamente a Álex, después miró a Álex y Mónica, ellos sí que lo miraron, los tres desaprobaban la manera de hablar de Elvira.

-Lo digo porque la chica era negra ¿No?- Intentaba defenderse Elvira al ver las miradas entre el comisario y los agentes.
-Sí, Magui- Insistía Álex.- un indigente vio como tiraban el cuerpo al agujero, es decir no murió allí, y no fue una sobredosis, la mataron, supongo que eso ya lo sabrá por el informe de la forense…
-Un indigente, un borracho ¿Se fían de su testimonio?- Dudaba Elvira.
-Sí, ha sido muy claro y conciso.- Contestaba Mónica.
-¡Ah bueno! Si lo dice la policía experta, será verdad.- Se cachondeaba Elvira.

Mónica torció los ojos y miró para otro lado, para evitar saltarle al cuello y estrangularla más que nada.

-Nos ha dicho muy claramente, sin dudar, lo que vio, a dos hombres vestidos de negro tirándola al agujero, y que iban en una furgoneta naranja. Creo que la información es importante.
-Así, que una furgoneta naranja.- Repetía Elvira.
-Sí, de color naranja, la matricula no la vio.- Insistía Álex.

Elvira miró al comisario.

-Tenemos que enviar un aviso a todos los agentes, que estén atentos a una furgoneta de color naranja, no creo que en esta ciudad existan muchas furgonetas así, no es un color muy habitual.
-Mejor hacerlo mañana por la mañana, a estas horas solo quedan los servicios mínimos.- Le contestaba el comisario.
-¿Servicios mínimos? Desde luego comisario hay que reconocer que su comisaria es especial, a estas horas solo tenemos servicios mínimos y a… estos dos.- Le decía moviendo la cabeza señalando a Mónica y Álex.- Está bien, lo haremos mañana a primera hora, a las siete.
-Mejor a las nueve, que es cuando tenemos a todos los agentes activos.- Le volvía a contradecir el comisario.
-¿A las nueve?- Levantaba la voz Elvira.- ¿También se les paga el desayuno con champán a los agentes? ¿O les tendremos que preguntar si les va bien a esa hora o mejor más tarde? ¡Joder comisario! Perdóneme, pero usted dirige una mierda de comisaría ¿Esto qué coño es?
-Es como funcionamos, supongo que sabe que aquí nunca…
-Nunca pasa nada, ya lo sé, hasta que pasa ¿Y entonces qué? Lárguense de aquí ustedes dos.- Les acabó diciendo Elvira a Mónica y Álex, que habían estado escuchando la conversación entre ella y el comisario.


Salieron de la comisaría y se subieron en el coche.

-Acuérdate que tenemos que ir a la casa de Soria, nos ha invitado a cenar pizza.- Le recordaba Mónica.
-¡Coño! No me acordaba.- Respondía Álex, notándosele pocas ganas de ir a esa cena.

Pararon por el camino a comprar dos packs de seis cervezas frescas. Cuando llegaron a la casa de Soria, les esperaban Soria, su mujer Susan y la agente García con su marido. Después de los saludos y repartir una cerveza para cada uno.

-Las pizzas no tardarán en llegar.- Les decía Susan.
-¿Se puede saber que ha pasado esta mañana con esa tal Elvira?- Le preguntaba Soria a Álex.
-Ya lo has visto ¿No? Esa tía tiene muy mala folla.-Contestaba Álex.
-No me refiero a eso compañero ¿Qué ha pasado cuando te has encerrado con ella en el despacho del comisario? ¿Quién coño es esa tía?- Le preguntaba Soria.

Álex callaba, pensaba. Mónica al lado de Susan le hablaba al oído susurrando.

-A ella le cantaba ‘La quiero a morir’, por ella se emocionó.

Susan la miró sorprendida, García miró a Susan confirmando lo que le decía Mónica.

-Es…- Empezó diciendo Álex con dudas.- es, una persona de mi pasado, se crio en esta ciudad, sus padres son, bueno, no son vecinos, pero casi, viven muy cerca, mis padres tienen una panadería y los suyos tenían una carpintería, su padre es carpintero, pero hace tiempo que se jubiló.
-¿Y tuviste algo con ella?- Le preguntó directamente Susan.
-Perdonarme, pero no estoy preparado ni quiero hablar de eso.- Respondió triste Álex.

Soria, viendo que Álex no lo estaba pasando bien, se acercó a él y le dio un golpe en el hombro.

-Venga va, tomemos la cerveza con tranquilidad ¿Cómo está el tema de ‘La Destartalá’?- Le preguntó para distraerlo, sabía que hablar de eso le gustaría a Álex, el marido de García también se unió a ellos.

Las chicas se sentaron en la mesa de la cocina a tomarse las cervezas.

-¡Jodido Álex! No nos había dicho nada nunca, y mira que le he insistido veces, estirándole de la lengua a ver si nos explicaba algo, pero no, no había manera, por lo menos hoy hemos sabido algo.- Les decía Susan.
-Supongo que tú no lo estarás pasando muy bien.- Le preguntaba García a Mónica.

Mónica bebía de la cerveza mirándolas a las dos, pensando.

-Mirar, no os voy a engañar, él nunca me ha dado ninguna esperanza de que seamos pareja, al revés, cuando ha visto que nos uníamos un poco ha querido mantener la distancia, si no estoy viviendo en mi apartamento es porque me lo ha pedido él…
-¡Coño! Si te pide que no te vayas de su casa, será por algo.- Opinaba Susan.
-No, no, no es por eso, quiere que esté cerca de él para que no me pase nada. Con Reme desaparecida, bueno…
-Ya puedes decirlo, muerta.- Confirmaba García.
-Sí, con Reme muerta, su mejor amiga, muerta, como yo también la conocía y la consideraba una amiga, Álex tiene miedo que me pase algo.
-Pensándolo bien es normal ¿Y si el asesino es un chalado que mató a Reme y también quiere hacerlo con sus amigas? Más vale prevenir.- Decía Susan.
-Me parece que va a ser más de un asesino, hoy hemos hablado con un hombre que vio como dos personas vestidas de negro, tiraban el cadáver de Magui al agujero.
-¡Joder! Ya se me está poniendo mal cuerpo chicas.- Les decía García.

En ese momento llamaron a la puerta.

-Ya están aquí las pizzas chicas, vamos a cenar y reír un rato.- Les dijo Mónica, intentando levantarle el ánimo a García.

Cenaron los seis hablando de temas más alegres, después se tomaron una copa y antes que se hiciera demasiado tarde dieron por finalizada la velada.
Que cabrona la tal Elvira y que memo el comisario…se le ve venir, ¿como va a dar el aviso de la furgoneta naranja, al día siguiente? Esto es para que les de tiempo a destruirla…..argggg me encantan las novelas policiacas….
 

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