Compañeros

¿Porqué habría de resistirse? Semejante mujer, buena madre, hija amantísima, amiga de sus "viejas amigas" que añora su pueblo de origen, amable, atenta, modesta ... y a la vez "tan frágil" y pidiéndole ayuda y apoyo agradecida ... ¿Quién se va a resistir?
Bueno, puede disfrutar de ella, pero sin iniciar ningún tipo de relación, más allá de Sexo.
 
Espero que termine rápido este concierto de humillaciones la verdad. Cómo es que puede haber tantos peleles patéticos juntos, encima en una sola área de la empresa?

Osea, ni siquiera repartidos, están todos juntos en un área. Que desastre.
 
Es lo que dice Estagirita, sabéis cosas que los protas no, sois lectores todopoderosos. Pensad un poco ¿Qué sabe Carlos sobre Carmen? Una mujer a la que el marido ha engañado, que estaba deprimida, pasándolo mal, que no encajaba en ningún departamento aunque quería proponer nuevas ideas pero su depresión hacía que faltara mucho, hasta que ha empezado a rehacer su vida tanto personal como profesional y ahora está enfocada a su hijo, su familia y ha encajado muy bien en su nuevo departamento, hasta su jefa se lo ha comentado a Carlos. Ante esa información, muchos seríamos igual de tontos ¿No?

Y Cristina, sola desde los 18, trabajando y estudiando, casi sin salir, hasta ahora que tiene una amiga que la convence de salir, de probar cosas nuevas, conoce a un chico cachas buenísimo, que está estudiando y ella ve que se lo toma en serio, tanto las pruebas físicas como las teóricas, y que en la cama la pone tonta, y que ya no está sola ¿Qué más le da cocinar o limpiar si ya lo hacía antes, pero antes estaba sola? Y sí, el chico no curra ni aporta dinero, e incluso le pide, pero es algo temporal, ella lo que ve es que tiene, por primera vez tras muchos años, alguien en su vida. Y está en los primeros meses de una relación donde ¿Quién no ha hecho tonterías al principio de una relación y dejado de lado "cosillas" que no nos gustan en nuestra pareja porque priorizábamos las hormonas y las ganas de folleteo? Sospecho que todos hemos sido patéticos alguna vez en la vida, me parece a mí.

Con esto no quiero justificar nada, ni los personajes, ni el relato ni estoy de acuerdo con como se comportan unos u otros, solo describo lo que me ha parecido mejor para la historia que quiero contar. Y con estas palabras solo intento que os pongáis un poco en la piel de los personajes obviando todo lo que sabéis.
 
Última edición:
Deberán entendernos ... piensa en esa treintena de preescolares que están ante un pequeño escenario de títeres y que, en un momento dado, ven aparecer por detrás del príncipe a la bruja con un garrote en las manos ... ahí los tienes a todos gritándole al Príncipe y este haciéndose el despistado ... pues esos preescolares somos nosotros, jajaja

Lo que voy a a decir ahora no es una crítica, sino que solo es poner de manifiesto una contradicción natural. Se escriben cosas que tienen una clara intención de provocar reacciones emocionales en el lector, reacciones que le empujen a vivir el relato y vincularse de alguna manera a él, y esa es una virtud de la buena escritura, pero, al mismo tiempo, se nos pide que actuemos como un observador desapegado y racional que "entienda" a los personajes. Demasiado complicado sentir apego emocional y desapegarnos racionalmente en medio de cada capítulo, quizás, al final de la historia, conociendo todo el panorama, lleguemos a ponernos en la piel de los personajes, pero ahora, medio a ciegas, nos es más fácil dejarnos llevar por las emociones ... ponte un poco en nuestra piel ... ;)

También es verdad, como escritor os he puesto como lectores todopoderosos, es culpa mía por dar tanta información y, claro, con toda esa información, no se puede evitar juzgar.
 
Es lo que dice Estagirita, sabéis cosas que los protas no, sois lectores todopoderosos. Pensad un poco ¿Qué sabe Carlos sobre Carmen? Una mujer a la que el marido ha engañado, que estaba deprimida, pasándolo mal, que no encajaba en ningún departamento aunque quería proponer nuevas ideas pero su depresión hacía que faltara mucho, hasta que ha empezado a rehacer su vida tanto personal como profesional y ahora está enfocada a su hijo, su familia y ha encajado muy bien en su nuevo departamento, hasta su jefa se lo ha comentado a Carlos. Ante esa información, muchos seríamos igual de tontos ¿No?

Y Cristina, sola desde los 18, trabajando y estudiando, casi sin salir, hasta ahora que tiene una amiga que la convence de salir, de probar cosas nuevas, conoce a un chico cachas buenísimo, que está estudiando y ella ve que se lo toma en serio, tanto las pruebas físicas como las teóricas, y que en la cama la pone tonta, y que ya no está sola ¿Qué más le da cocinar o limpiar si ya lo hacía antes, pero antes estaba sola? Y sí, el chico no curra ni aporta dinero, e incluso le pide, pero es algo temporal, ella lo que ve es que tiene, por primera vez tras muchos años, alguien en su vida. Y está en los primeros meses de una relación donde ¿Quién no ha hecho tonterías al principio de una relación y dejado de lado "cosillas" que no nos gustan en nuestra pareja porque priorizábamos las hormonas y las ganas de folleteo? Sospecho que todos hemos sido patéticos alguna vez en la vida, me parece a mí.

Con esto no quiero justificar nada, ni los personajes, ni el relato ni estoy de acuerdo con como se comportan unos u otros, solo describo lo que me ha parecido mejor para la historia que quiero contar. Y con estas palabras solo intento que os pongáis un poco en la piel de los personajes obviando todo lo que sabéis.

Saber, saber, el que más sabe de los personajes eres tú. Nosotros solo sabemos lo que nos vas contando.:giggle:
 
Lo miré abobado, una cita, una cita con Carmen, increíble. Charlamos un poco más y luego volvimos al trabajo. Nos despedimos con dos besos. De camino a mi despacho iba sonriendo como un bobo y sin poder dejar de pensar “Joder, voy a tener una cita con Carmen, que bien empieza el año”.

¡Huy como se entere Silvia! La que te va a liar, mejor que no se entere... o sí, igual es mejor que se entere y así se sincere con Carlos.
 

24​

Tres días después. Jueves noche
Carlos


Llamé a la puerta de Carmen hecho un flan. Habían pasado más de 20 años desde mi última cita y no podía creerme lo nervioso que estaba. Me habría encantado comentarlo con Silvia pero sabía que se pondría hecha una furia al enterarse que era una cita con Carmen así que opté por callarme porque estaba seguro que esto no llegaría a nada, no merecía la pena enfadarla.

Carmen me abrió con una gran sonrisa. Me dio dos besos y me hizo entrar. Estaba fabulosa con un vestido ajustado y hasta el muslo, con un pequeño pero sugerente escote. Le di la botella de vino que había traído y ella dijo que no hacía falta. Me comentó:

- Ay, no te puedes imaginar que nerviosa estoy

- ¿Por?

- Llevaba muchos años sin tener una cita

Y me sonrió sensualmente guiñándome un ojo. Me llevó al salón donde me presentó a su hijo, un guapo chico de unos 3 o 4 años. Se parecía mucho a Carmen y se lo dije. Ella se rio y dijo:

- Pues el padre es muy guapo (y bajando la voz) un cabrón pero guapo

Me dijo que iba a la cocina a terminar la cena. Le dije que la ayudaba pero no me dejó:

- Quédate con Daniel y a ver si se termina la cena ¿Vale?

- Claro

Me quedé con el chico y, poco a poco, empezó a contarme lo que veía en la tele, como se llamaba, que le gustaba... Conseguí que se terminara la cena antes de que llegara Carmen diciendo:

- Venga, cariño, a la cama

- Pero quiero ver la tele

- No, no, a lavarse los dientes y a la cama

Me sonrió mientras se lo llevaba dentro. Me dijo:

- ¿Te esperas un momentito? No he medido bien los tiempos, Daniel ya debería estar acostado jeje

- No importa

Me quedé mirando la decoración del salón, de muy buen gusto. Al poco llegaron otra vez madre e hijo. El niño me deseó buenas noches y volvieron a entrar. Luego, salió Carmen:

- Bueno, a ver si se duerme ¿Te enseño la casa? Pero no hables alto

Y me hizo un recorrido que fue rápido, la casa era pequeña. Luego, de vuelta al salón, me dijo:

- Siéntate, por favor

- Pero déjame ayudarte

- ¿No te importa? Estoy un poco agobiada jeje

- No, claro que no ¿Qué hago?

- La mesa, está casi puesta pero ¿Me ayudas a traer los cubiertos y vasos?

- Por supuesto

Terminamos de poner la mesa. Luego, en la cocina, abrí el vino y nos servimos una copa mientras esperábamos a que se terminara la carne que olía genial. Allí conversamos. La notaba nerviosa, no parecía la Carmen de la oficina tan segura de sí misma, y eso me gustó, verla más normal.

Luego, nos sentamos a la mesa y comenzamos a comer. Carmen cocinaba genial, estaba fabuloso todo. Fue una cena muy agradable cuando los dos nos relajamos y empezamos con las anécdotas de cada uno.

Terminamos sentados en el sofá, cerca pero no demasiado, charlando, bebiendo y riendo. A las 11 dije de irme, era tarde y supuse que estaría deseando acostarse. Nos despedimos con dos besos y me dijo:

- Me lo he pasado muy bien, Carlos

- Y yo

Nos miramos a los ojos, no me podía creer que todo hubiera ido tan bien y me arriesgué:

- Carmen, ¿Te… te gustaría repetir la velada en un restaurante?

- ¿No te gusta como cocino?

- No, no, jajaja, al contrario, pero era por.. por…

- Jajaja, tonto, estaba bromeando… me encantaría

- ¿Sí?

- Claro

- ¿Este… este sábado?

- Mmmm, no los sábados me viene muy mal, tengo difícil dejar a Daniel con alguien

- Ah

- Pero durante la semana es más sencillo, tengo una vecina, una chica de 15 años que es muy responsable y puede quedarse con él, pero los sábados no porque sale, la juventud jeje

- Ah, claro, claro

Ella me miró esperando y yo no sabía qué. Me volví a poner nervioso hasta que Carmen preguntó:

- Entonces ¿Cuándo vamos al restaurante?

- Ah, sí, perdona, claro, pues… ¿El miércoles que viene?

- Mmmm vale, pero puede que no sea seguro porque depende de esta chica, como no esté disponible tendrá que ser al día siguiente

- No hay problema

Nos volvimos a despedir con dos besos y me fui sintiéndome en una nube.

Carmen
Cerré la puerta y suspiré de alivio. Todo este teatrillo de mujercita nerviosa y agobiada por la cita cansaba. La verdad es que no había sido una cita tan aburrida como esperaba, incluso me había hecho reír a veces, aunque otras veces no entendía nada de esas anécdotas tan frikis que contaba. En fin, este teatro lo tendría que repetir varias veces, Carlos era del tipo de hombre que no quiere a una guarrilla desde el principio, quería un cortejo y se lo permitiría, joder, es que ni me había tocado ni intentado besar, nada de nada. Si eso es lo que buscaba no tendría problema en ser una mujercita modosita. Luego, cuando llegáramos el sexo, sería la guarrilla que todos los tíos quieren y ya no se separaría de mí.

Fui a la cocina. La habíamos recogido antes de irse, eso que me ahorraba. Había sido una buena idea comprar la cena y hacer el paripé de que la había cocinado yo, había costado cara pero él había quedado encantado con mis “habilidades” culinarias.

Lo que sí me había sorprendido era lo bien que se había llevado con Daniel, en 10 minutos había congeniado con él. Esto podría ser un problema, porque si quería que a mi edad me quedara preñada se iba a llevar una desilusión tremenda.

Cogí y me eché otra copa de vino. Bebí despacio pensando en lo raro que se me hacía estar con un hombre y que no me metiera mano y follar con él. Maricón no era, de eso no tenía dudas por como me miraba. Terminé la copa y me fui al salón donde me descalcé. Me puse cómoda en el sofá mientras me encendía un porro. Estaba claro que era un hombre a la antigua ¿Cómo sería en la cama? Porque luego, estos tíos tan reprimidos eran los más raros en la cama.

“Mientras no sea tan raro como el de anoche” pensé. Menudo pervertido asqueroso más raro. Había ido a su hotel super sexy pero el tío me había dicho que me pusiera un vestido de niña repipi con volantes y falda amplia, con medias blancas y zapatos sin tacón. Ah, y que me hiciera coletas, puto pervertido. Las tetas me iban a explotar con el vestido ese. El cabrón se tiró las 2 horas llamándome Irene e insultándome por lo puta que era, además de propinarme bastantes guantazos en la cara y tortazos en el culo porque me hacía ponerme en sus rodillas y me calentaba el culo con la mano como si fuera una niña mala.

Y ni me folló, solo quiso que lo pajeara con los pies para correrse en ellos, o con las tetas, para también correrse entre ellas. Y el final ya fue esperpéntico del todo. Quiso que me hiciera unos dedos con la falda levantada para que lo viera, mientras se masturbaba delante de mi cara y echarme todo pero no en la cara sino en mi cabeza, en mi pelo, menudo asqueroso pervertido. A saber quien era esa Irene pero estaba claro que tenía un serio trauma con ella.

Seguí fumando pero estaba intranquila, no conseguía relajarme del todo. Al final cogí el móvil y le escribí a Santi:

- Vente

Me respondió segundos más tarde:

- ¿Ahora?

- Sí

-Pero si me dijiste que no podías

- Ahora si puedo

- Coño, que mi novia está a punto de hacerme una mamada

- Pues que termine rapidito, la mía será mucho mejor, ya lo sabes

Santi refunfuñó un poco pero al final dijo:

- Vale, tardo 30 minutos

Me fui al baño sonriendo. Me vendrían bien unos buenos polvos siendo yo misma tras tanto teatro.

Silvia
Me eché en el sofá acurrucándome al lado de Antonio y me tapé con la manta. Estaba muy cansada, me había pasado en el gimnasio y me dolía todo el cuerpo, aunque estaba contenta, estaba recuperando la forma rápidamente.

Antonio me pasó el brazo por encima y me abrazó. Enseguida empecé a notar que me iba a quedar dormida pero me daba igual, me pasaba todas las noches. Entonces Antonio dijo:

- Hoy me he enterado de una cosa en el trabajo

- Mmmm ¿Qué? (medio adormilada)

- La dirección está pensando en actualizar la maquinaria

- Ajá

- Creo que ya está muy avanzado el tema, me refiero a la decisión

El sueño ya me tenía sin entender bien lo que me decía. Antonio seguía hablándome:

- He estado pensando que para mi trabajo, sería muy importante involucrarme en eso desde el inicio

- Ya

- Hacerme casi indispensable con las nuevas máquinas ¿Entiendes?

- Sí

- Me gustaría pedirle a mi jefe que me incluya en la formación inicial

- Bien

- Lo que pasa es que es en Barcelona y dura un mes

- De acue…

De repente, me desperté del todo ¿Un mes en Barcelona? Me incorporé y lo miré sorprendida:

- ¿Cómo?

- Ya, ya lo sé

- Pero ¿Un mes?

- Sí

- ¿Y nosotras?

- Como teletrabajas, te podrías venir con la niña y…

- No, no puede ser, Gema tiene que seguir la rutina para…

- Pero es algo muy temporal

- Coño, Antonio, ¿un mes??? un puto mes

- Ya sé que no es un buen momento, Gema con su rutina por la diabetes, tú con el trabajo y el tiempo que pasas con ella, la casa… Sé que es una putada pero es que me voy a quedar estancado en el trabajo y…

Me quedé mirándolo sin creérmelo. Lo estaba planteando de verdad. Tuvimos una fuerte discusión durante media hora, sin gritos pero sí con mala leche por mi parte aunque en el fondo lo entendía y sabía que tenía razón. Él siempre me había apoyado en todo lo de mi trabajo, sin poner pegas, incluso en aquel viaje que hice con Carlos a Londres para negociar una contrata de servidores. En aquella ocasión fueron 5 días y él me animó y no tuvo dudas de mí para nada a pesar de saber que me iba con otro hombre. Y todas las noches que llegaba a las tantas por quedarme con Carlos resolviendo un problema urgente. Jamás me había dicho nada ni puesto mala cara, lo entendía.

Me encerré en el cuarto de baño para tranquilizarme. Me eché agua en la cara y luego me puse a limpiarme los dientes para hacer algo. Estuve un buen rato hasta notar que mi mala leche disminuía lo suficiente. Salí y volví al salón donde seguía Antonio. Le dije:

- Lo siento, he reaccionado fatal, pero es que jamás hemos estado tanto tiempo separados desde que empezamos a salir y, encima, con la niña así...

- Lo sé, lo sé, por eso he pensado otra cosa

- ¿El qué?

- Que os vengáis los fines de semana a Barcelona

- Mejor te vienes tú

- Va a ser complicado, también hay clases los sábados, es intensivo

Lo miré indecisa… ir los fines de semana no era mala idea. Él siguió:

- Incluso he pensado otra cosa

- ¿El qué?

- Que uno o dos te vengas tú sola

- ¿Sola? ¿Y Gema?

- Se podría quedar con tu madre, o con Carlos, que para eso es su padrino, que ejerza de eso

Me quedé mirándolo. Era lo que decía Carlos, una escapada los dos solos mientras él se quedaba con Gema. Le sonreí:

- Mmmm pues no estaría mal

- ¿Mal? ¿Hace cuánto que no estamos solos, Silvi?

- Ya, ya… Mmmm lo podríamos ver

- ¿Verdad? Sería genial, nena

Le sonreí más ampliamente. La idea también me parecía genial. Le pregunté:

- ¿Y cuándo sería?

- Eso no lo sé, en un mes, o dos, o tres… lo que quería era comentarlo contigo para ver si me dabas tu apoyo o no antes de ir a hablar con mi jefe. Si no estás de acuerdo, no hablo con él, eso seguro

Me acerqué a él y le cogí una mano:

- Nene, no me hace ni puta gracia no tenerte aquí tanto tiempo, pero lo entiendo, y sí, te apoyo, claro que sí

- ¿Sí? ¿De verdad?

- Sí

Me levantó en volandas y me empezó a dar besos. Cuando me dejó en el suelo dijo:

- Pero nada de esto es seguro ¿Eh?

- ¿De qué depende?

- De que al final hagan el cambio y de que me elijan a mí

- Eso segundo es seguro, eres de los mejores

- No sé, no sé… Incluso he pensado en ir a hablar con Carlos

- ¿Carlos? ¿Por qué?

- Bueno, es de recursos humanos, y la formación de los empleados la lleva él, seguro que podría echarme una mano con mi jefe si es necesario ¿No?

- Mmmm, sí, también hablaré yo con él, seguro que nos ayuda

Lo besé y nos quedamos mirándonos. Ahora me sentía avergonzada por mi reacción histérica, me había cerrado en banda sin atender sus argumentos que eran lógicos y normales. Le dije:

- ¿Sabes que pega tras una discusión, no?

- Jeje ¿Tienes ganas?

- Muchas

Me alzó en brazos y me llevó al dormitorio entre risas de los dos. Me echó suavemente en la cama y me desnudó lentamente, dándome besos en las partes de mi cuerpo que iba desnudando. Cuando me tuvo totalmente desnuda, me besó ardientemente y luego bajó lamiéndome hasta mis tetas, que chupó y mordisqueó levemente.

Tras un par de minutos dedicándose a mis tetas, bajó con su lengua lamiendo mi cuerpo hasta que noté que llegaba a mi clítoris. Me estremecí de gustito al notarla y gemí. Lamió con intensidad y me di cuenta que hacía mucho que no me lo comía de esa forma, demasiado tiempo, y que era culpa mí porque, aunque me gustara, también me incomodaba tenerlo ahí abajo, pero esta vez decidí disfrutar de su lengua y me relajé abriendo bien mis piernas para que notara que estaba receptiva.

Notaba como estaba de mojada y, me parecía increíble haber estado preocupada en el pasado por si me había vuelto frígida. Sus dedos entraron en mí mientras su lengua seguía lamiendo incansablemente. Le acaricié la cabeza y me di cuenta que me quería correr con su boca, cosa que sabía que no iba a tardar en ocurrir. Y cuando Antonio estaba a punto de provocarme un orgasmo, noté como introducía un dedo en mi ano. Lo mío no era el sexo anal pero un dedito ahí en el momento justo me volvía loca, y ese era el momento. El orgasmo fue casi inmediato. Giré la cabeza para ahogar mi grito contra la almohada mientras me convulsionaba.

Entonces tiré de él hacia arriba y nos besamos ansiosamente. Le busqué la polla y se la cogí. La tenía dura y la apunté a mi coño:

- Fóllame, fóllame

Él no se hizo esperar y me penetró rápidamente, follándome despacio al principio pero aumentó el ritmo siguiendo la cadencia de mis jadeos y gemidos. Nos corrimos a la vez, o más bien me corrí inmediatamente al notar como él explotaba dentro de mí.

Nos quedamos abrazados, con su polla dentro de mí. Luego, él se apartó para tumbarse a mi lado. Le acaricié el pecho y le dije:

- Vaya, vamos a tener que discutir más

- Jeje

No tardó nada en dormirse. Me levanté, me limpié y me puse el pijama. Luego, me tumbé a su lado arropándonos. Sonreí al pensar que mi propósito de año nuevo de follar más se estaba cumpliendo, y además con un plus, las cinco veces (sin contar el polvo por detrás de fin de año) que lo habíamos hecho en dos semanas, se había corrido dentro de mí y con un poquito de suerte, aunque no quería pensar en eso, podría dejarme embarazada en cualquier polvo de esos, sería un regalo fenomenal.

Entonces recordé la discusión y no pude evitar sentirme mal al pensar en estar un mes sin él a mi lado, era egoísta pero no podía evitarlo. Me dije “Bueno, al menos tengo a Carlos” y entonces sonreí avergonzada “joe, acabo de follar con mi marido, estoy pensando que voy a echarlo de menos y que al menos tengo a otro… cualquiera que escuchara eso en esta situación pensaría que sería para sustituir a Antonio en la cama” y meneé la cabeza.​
 
Pues lo de Carlos y Silvia lo veo otra vez lejano..se le vuelve a ver muy bien con Antonio.
Yo no descarto, aunque parezca difícil de creer, que en el paripé Carmen acabe enamorándose de verdad de Carlos .
Además con Silvia voy a ratos, en momentos me cae bien y en otros no tanto porque veo que solo lo utiliza por su propio Interés.
Quizás todo cambie cuando se entere que puede empezar algo con Carmen.
 
Aunque ahora están bien Antonio y Silvia, va a ser muy interesante ver su reaccion cuando vea o se entere como prospere una posible relación de Carmen con Carlos .
Entonces quizás se destape si siente algo más que amistad por Carlos.
 
Pues a mí me gustaría que terminara junto a Carlos, pero se ve que eso está imposible, porque está muy bien con Antonio.
Si no puede ser, si me gustaría que no tocayo encontrará una buena mujer y que fuera feliz porque se lo merece
 
Pues lo de Carlos y Silvia lo veo otra vez lejano..se le vuelve a ver muy bien con Antonio.
Yo no descarto, aunque parezca difícil de creer, que en el paripé Carmen acabe enamorándose de verdad de Carlos .
Además con Silvia voy a ratos, en momentos me cae bien y en otros no tanto porque veo que solo lo utiliza por su propio Interés.
Quizás todo cambie cuando se entere que puede empezar algo con Carmen.
A mí también me dió la sensación de que quizás, muy quizás, Carmen pueda terminar enganchada a Carlos. Carmen ya se olvidó de cómo es que alguien la trate bien sin pensar en follar, y por si fuera poco, su hijo se lleva bien con él.
 

25​

Cuatro días después. Lunes
Carlos


Entré en la sala de los técnicos y dije:

- Chicos, os presentó a nuestras nuevas incorporaciones, Susana y Mónica

Silvia, Cris y Héctor levantaron la vista mientras las dos chicas saludaban sonriendo. Eran las nuevas becarias, dos chicas de 20 años. Susana, una morena que le gustaba mucho hablar, tenía buen tipo aunque era algo feucha. Mónica tenía pinta de empollona, con gafas y mirada inquisitiva. Tenía el pelo de varios colores: rojo, rubio y celeste, con una melena corta. Era bajita, delgada y callada, todo lo contrario a su compañera, pero no era tímida solo que hablaba cuando tenía algo que decir como en ese momento que dijo:

- Hola, Héctor

Y todos nos quedamos callados mientras Héctor se ponía rojo y nos miraba sorprendido. Vi que Mónica lo miraba fijamente y sonreí diciendo:

- ¿Os conocéis?

Héctor negó con la cabeza mientras ella asentía. Nos reímos todos. Entonces ella dijo:

- Soy la hermana de Jaime

- Ahhhh, perdona, no te había reconocido con el pelo así

- Sí, es… es… me lo hice en Navidad

Entonces Silvia dijo:

- Pues te queda muy bien, y es original

- Gracias

Vi que Susana ponía los ojos en blanco, parecía que no le gustaba. Entonces dije:

- El horario que han cogido las dos es de 9 a 14

Las dos asintieron. Miré a Cris y Héctor y les dije:

- Ya les he enseñado la empresa y dado la charla de bienvenida. Ahora, a ver, Cris y Héctor, indicadles donde se van a sentar y empezad la tutorización… Si os parece, y como ya os conocéis, Héctor con Mónica y Cris con Susana

Vi que Héctor se quedaba cohibido mientras Mónica iba inmediatamente hacia él. Cris se levantó y fue a por Susana. Miré a Silvia y le pregunté:

- ¿Puedes venir un momento, Silvia?

- Voy

Silvia se levantó y al pasar por mi lado, miró a Héctor y Mónica y me guiñó un ojo. Fui con ella a mi despacho y cerré la puerta. Silvia, sonriente, dijo:

- Vaya, vaya, a ver si el corazoncito roto de Héctor va a tener cura

- ¿Qué?

- Mónica está coladita por él

- ¡¡Silvia!! Pero si la acabas de conocer

- Mira éste, como si lo necesitara para ver lo evidente, está clarísimo, y me alegro por el chico, la muchacha es mona, rarita pero mona

Me reí y miré hacia Héctor. Estaba totalmente turbado y meneé la cabeza diciendo:

- No sé yo, míralo

- Jajaja, es un caso este chico

Miré a Silvia y le pregunté:

- ¿Qué querías?

- Es una cosa de Antonio

- Dime

Y me contó lo de la formación. La escuché. Sabía de lo que hablaba y ya había dado mi visto bueno para esa compra y la formación. Le dije:

- Aún no es oficial pero sí, se va a actualizar la maquinaria

- Ah ¿Ya lo sabes?

Silvia no sabía que la empresa era mía. No es que quisiera ocultárselo pero tampoco veía importante contárselo, no era algo trascendente para nuestra relación profesional ni personal. Y me gustaba pasar desapercibido. Le contesté:

- Sí, se dijo en una reunión de dirección

- Y ¿Crees que le podrían asignar a Antonio una plaza para esa formación?

Miré a Silvia y le pregunté:

- ¿Sabes cómo va esa formación?

- Sé que es un mes en Barcelona

- ¿Y te parece bien?

- Me mata, pero a él le importa mucho y, no sé, nunca me ha pedido nada sobre el trabajo y yo, en cambio, me he ido contigo de viaje, hemos pasado noches aquí…

- Quieres compensarle ¿No?

- No solo eso, es que si es importante para él, quiero que esté contento… Es un mes, sí y me joderá no tenerlo a mi lado, pero es solo un mes, lo aguantaré

Le sonreí. Ella puso cara triste y dijo:

- Pero no te voy a mentir, me sentó como una patada en… ya sabes, me puse como una loca y… En fin, saqué la versión de Silvia la loca histérica, egoísta y tonta

- Es normal, Silvia

- No, no es normal como me puse… Él solo buscaba mi apoyo y comprensión y yo solo pensé en mí… En fin, que si le puedes ayudar te lo agradecería mucho

La miré y asentí:

- Si a ti te parece bien, está en el grupo de la formación

- ¿Sí?

- Claro

- Oh, gracias, Carlos, sabía que nos ayudarías

- ¿Te manda Antonio en vez de venir él?

- No, no, te lo pedirá él, pero me he adelantado aprovechando que hoy venía a la oficina

- Jeje

- Hazte el loco cuando venga ¿Vale?

- ¿Cuando venga?


Y señalé a la puerta donde acababa de llegar Antonio. Llamó y dijo:

- ¿Se puede?

- Pasa, Antonio

Antonio entró y se sentó junto a Silvia. La miró y le preguntó:

- ¿Ya se lo has preguntado?

- Perdona, nene, es que como estoy aquí, he pensado…

- No importa ¿Qué te parece, Carlos?

- Que no hay problema

- Pero no es seguro, el jefe dice que aún no se sabe si…

- Tranquilo, es seguro, pero no digas nada ¿Vale?

- Oh, bien, genial, genial ¿Y le has contado nuestros planes para esos fines de semana?

- No, eso aún no

Entonces Antonio me contó lo de dejarme a Gema uno o dos fines de semana cuando estuviera en Barcelona, para estar los dos solos y asentí sonriendo a Silvia que me miraba asintiendo como diciéndome “Lo que tú me aconsejaste”. Les dije:

- Sin problema, me quedaré con el monstruito

- Gracias, Carlos, eres un padrinazo

Mientras Silvia le ponía una mano en la pierna, sonriente. Charlamos un poco de otras cosas y luego se fueron.

Cristina
Nos sentamos a una mesa libre y empezamos a abrir los tápers. Miré a Héctor, concentrado en revisar su comida. Tras unos segundos me miró y dijo:

- ¿Qué pasa?

- Nada

Siguió con su comida pero me volvió a mirar y le sonreí:

- Pero ¿Qué pasa?

- Nada

- ¿Y por qué me miras así?

- Estoy esperando

- ¿A qué?

- A que me cuentes sobre Mónica

- Sobre… ¿Qué?

- ¿Una antigua novia?

- ¿Qué? Noooo, es la hermana pequeña de un amigo

- ¿Y?

- Que no, no… si ella no…

- Pues a ella le gustas

- ¿Qué?

Me miró con la boca abierta. Luego sonrió y dijo:

- Vale, te estás quedando conmigo

- No

- Pero ¿Por qué dices eso?

- Pues está bien claro

- No te entiendo

- Que está claro por como te mira

- ¿Por como me…? Me mira… normal

- Jajajaja, no, no

- ¿Hoy es el día de tomarme el pelo?

- Nooooo, jajaja, tonto, te lo digo en serio

- Pero si llevo años sin verla, no veo a Jaime desde… desde… no sé, desde los 17 o así, y a ella igual

- La verdad es que no me suena del centro de FP

- Me ha dicho que se ha cambiado a nuestro centro este año

- Ah

- Ya pero… Bueno, dejemos el tema

- Jajaja ¿Te pone nervioso?

- No… no sé, es que no le veo sentido y...

- ¿Qué no ves? No eres feo

- Ya, claro

- No lo eres

- Pero las tías no os fijáis en tíos como yo

- ¿Cómo que no?

- No, os fijáis en cachas como tu novio

- ¿Qué? No, eso no es cierto

- Anda que no

- Para tu información, Alberto es mi primer cachas

- Los otros seguro que no eran feos ni frikis

- Te llevarías una sorpresa, listo

- Ya, claro, y yo me lo creo

- Y que tú no eres feo, tonto

- Claro, claro

Le tiré un trocito de pan. Él se rio y dijo:

- Aún me duele la mano del estrujón que me dio tu novio

- Jajaja

- Que bestia, como sea así contigo…

- Pues depende

- ¿Es bestia contigo?

- A veces

Me miró sin comprender y me reí. Le dije:

- Hay momentos que un poco de salvajismo y dureza no está nada mal

Ahora sí lo había pillado y se puso rojo. Me reí con fuerza. Era la primera vez que bromeaba con Héctor sobre sexo. Cuando paré de reírme, le dije:

- Anda, vamos a comer que se nos hace tarde

Y me volví a partir de risa porque él seguía con cara de pasmo, no se había recuperado de mi broma, que tampoco es que fuera mentira. Entonces recordé una cosa:

- Ah, el otro día reprendí a Alberto cuando llegamos a casa

- ¿Y eso?

- No me gustó que te llamara friki de esa forma

- Ah, da igual, es la realidad, soy un friki de los ordenadores y esas cosas

- Pero eso no es malo, a mí me gusta que seas así, es parte de tu encanto

Y sonreí al ver como él se ponía colorado y apartaba la mirada.

Jamal
“Hola, muñeca, ayer no te pasaste a recoger tu dinero” le dije a Carmen en cuanto contestó. Ella contestó “Espera un momento, salgo fuera”. Esperé hasta que dijo bajito:

- No me pasé porque estaba muerta

- ¿Sí? ¿Qué tal fue?

La escuché saludar a alguien y luego, más bajito aún dijo:

- Que te follen tres tíos durante horas puede parecer divertido pero es agotador

- Jajaja

- Horas, Jamal, casi sin parar porque o se turnaban o usaban juguetes conmigo

- Bueno, mujer, algún orgasmo tendrías ¿No?

- ¿Alguno? Joder, me reventaron a orgasmos

- Jajaja

- Me llevaron a un local que parecía una mazmorra de torturas, llenos de cachivaches donde me ataron y follaron sin parar, que llegamos allí a las 10 de la noche y salí cerca de las 8 de la mañana, y casi no me dejaron descansar, en serio, que tíos más… más…

Me reí con ganas mientras miraba el video donde se veía a Carmen atada a un potro mientras uno le follaba la boca y otro desde atrás, muy salvaje. Ella siguió:

- Y estaban buenos los tíos, y bien… buenas pollas, así como la tuya, pero, coño, dos horitas, tres… no 8 horas follando

- Bueno, mujer, han pagado bien

- Eso espero porque vaya noche

- ¿Te arrepientes?

Ella se calló y luego dijo:

- Arrepentirme no, solo te digo eso, menos horas, o descansar, pero esos tíos tenían viagra en vena o no sé yo, que energía los cabrones

- Bueno, mujer, eso que te llevas

- Ya, ya… bueno, te dejo que estoy en el trabajo, luego me paso

- Te vas a alegrar con la paga, te lo aseguro

- Bien, chao

- Hasta luego, guapa

Corté y miré el video. Había contratado a 3 tíos actores porno para esa escena con Carmen. Ella no sabía nada, como siempre, y los 3 tíos tenían orden de hacerle de todo. Ya había editado el primer video y estaba siendo un éxito de ventas, Carmen era una estrella y se vendía todo su material de una forma rápida en los canales privados de ricachones. Y de esa noche pensaba sacar 3 o 4 videos más, ya vería. Sonreí mientras veía en la pantalla de mi ordenador a Carmen convulsionarse con un orgasmo mientras gritaba que no pararan de follarla.

Cristina
Llegué a casa y abrí la puerta saludando. Me respondió Sara y fui al salón. Estaba con su amiga Carla. Le di un pico a Sara y me fui a dejar mis cosas en mi habitación. Luego fui a la cocina. Vi los platos y utensilios del almuerzo de Sara y Alberto sin limpiar y me puse a ello. Al poco, llegaron Sara y Carla. Sara dijo:

- Carla tiene una curiosidad

- ¡¡Tía!!

- ¿Qué? Pregúntale

Las dos se rieron y me quedé mirándolas. Entonces Carla preguntó:

- ¿No te duele el sexo anal?

La miré. Ella había estado la noche de fin de año y había visto como Alberto me follaba por detrás. Me encogí de hombros, no sabía que decirle, claro que dolía pero luego no, o cada vez menos, o más bien dependía del día, pero no dije nada. Ella insistió:

- Chica, que vi la polla de Alberto, y pequeña no es

Sara se rio con ganas y dijo:

- Para nada es pequeña

- Ya, me lo vas a decir a mí que mi Sergio no anda muy para allá con eso jajajaja

La verdad es que aquella noche ni me fijé en las otras tres parejas, solo estaba atenta a Alberto y a Sara. Las miré como se partían de risa. Al tranquilizarse, la chica dijo:

- Es que desde que os vio, mi Sergio no para de darme la brasa con querer hacérmelo por ahí y la otra noche le dije de intentarlo, pero tía, que dolor, y dice que solo me metió la punta, pero como dolía ¿Cómo lo aguantas?

- A ella también le dolió mucho la primera vez ¿Verdad, Cris? No sabes la carita que tenía, pero la ayudé a relajarse y todo fue muy excitante

- Ah, ¿que Al es tu primer chico por detrás?

- Sí, claro, y se estrenó a lo grande jajaja

- Y tan grande, chica jajaja

Las dos volvieron a reírse sin parar hasta que consiguieron tranquilizarse. Eran nervios. Carla dijo:

- Pero tú te corriste

Asentí. Ella, alucinada, dijo:

- Te corres con eso detrás, es que no me lo creo

Lo cierto es que había sido la única vez que me había corrido durante el sexo anal, pero no se lo dije. Carla insistió con el tema:

- ¿Cuál es el secreto? No os voy a engañar, me duele solo de pensarlo, pero también me excita ¿Qué me aconsejas?

- Hazlo cuando estés muy caliente

- Caliente siempre estoy jajaja

- Pues entonces no tendrás problema

Carla miró a Sara y preguntó:

- ¿Y tú cuándo lo vas a hacer?

- ¿Yo? A mí me vale con un dedito, no quiero más ahí detrás, tía jajaja

Y las dos se fueron riéndose. Me di la vuelta y seguí con los platos, y luego me fui a mi cuarto. Al rato, llegó Sara y se sentó en mi cama:

- Se acaba de ir Carla

- Bien

- Le queda un suspiro para que la desvirguen totalmente por detrás

Asentí y me dijo:

- Me ha propuesto que volvamos a repetir lo de fin de año

Arrugué la nariz, esas cosas no me gustaban. Sara sonrió y dijo:

- Bueno, no exactamente lo mismo

- ¿Entonces?

- Una orgía

- Oh

- ¿Te gustaría?

Ni lo pensé, negué rápidamente con la cabeza. Sara insistió:

- ¿No te gusta Sergio?

- No

- Es guapo

- Sí

- ¿Entonces?

- Me gustáis tú y Alberto

- Ya, eso está claro pero ¿No tienes curiosidad?

- ¿Por una orgía?

- Sí, podrías… podrías probar dos pollas a la vez, como en las pornos

Negué con la cabeza, no me interesaba. Sara dijo:

- De todos modos, le he dicho que no, no quiero ver a Alberto follándosela o que te folle Sergio, no me hace gracia

- Bien

- También ha dicho de hacer un intercambio, pero no, paso de eso

- Vale

- ¿Vale? ¿Te gustaría?

- No, me refiero que vale que pases, me parece bien, no me interesa

- Ah, de acuerdo

Me miró sonriendo y dijo:

- Carla es una envidiosa, le encantaría follarse a Al

No dije nada. No veía eso raro. Sara continuó:

- Y le gustaría que tú participaras, dice que no le van las tías pero que lo probaría contigo

Negué con la cabeza y dije:

- No me interesa

- Lo sé, cariño, a mí también me lo ha propuesto pero paso, que asco

Y se rio. La miré sin entender la risa. Entonces dijo:

- A mí me puso que me vieran follar con vosotros ¿A ti no?

- No, ni pensé en ellos

- ¿No? Pues yo los miraba, follamos mucho mejor, te lo aseguro

- Bueno

- Jajaja, que tonta, en realidad es que estabas tan colocada que no te acuerdas

En parte era cierto, pero sí recordaba no haber estado pendiente de los demás. Sara se tumbó en mi cama y dijo:

- Esta noche podríamos hacer algo especial

- ¿De comer?

- No, jajaja, tonta, de sexo

- ¿Especial?

- Sí

- ¿Cómo qué?

- No sé, algo

La miré sin comprender. Estaba claro que tenía algo en mente. Entonces me miró sonriendo traviesamente y dijo:

- Algo se me ocurrirá

Y de pronto, alargó la mano y me cogió una teta. Buscó con su dedo mi pezón y dijo:

- Creo que también me voy a poner piercings ahí, o quizás en el ombligo, no sé

Entonces se incorporó de sopetón y dijo:

- No, mejor te lo pones tú en la lengua

- ¿Qué?

- Dice Carla que se lo va a poner, que a los tíos les gusta mucho cuando se la chupas

- No sé

- Y seguramente también a las tías cuando se lo comen jiji

- Pero es que...

- Sí, sí, voy a ver si me informo

Y salió corriendo. Las ideas de Sara.

Jamal
“Pasa, pasa, Carmen” le dije mientras abrí la puerta de mi despacho. La dejé pasar primero y luego entré cerrando la puerta. Carmen se sentó cruzando las piernas. Me senté en el borde de mi mesa delante de ella y le dije:

- Te veo bien, cariño

- Siempre estoy bien

- Me refiero a que te esperaba echa polvo tras lo que me contabas esta mañana por teléfono

- Ah, eso… Sí, estoy realmente cansada

- Pues no se nota, te veo tan guapa como siempre

- Gracias, cariño

- Entonces, al final, no fue para tanto ¿No?

Ella me miró arqueando una ceja y dijo:

- Como te dije, me estuvieron follando durante horas tres tíos con pollas como la tuya

- Jeje, pero a ti te va la marcha y las pollas grandes

- Sí, cariño, sí, pero todo tiene un límite, que tengo el coño y el culo irritados, ni siquiera tengo ganas de sexo

- ¿Tú sin ganas de sexo? Jajaja

- Pues para que veas lo que fue

La miré sonriendo. Lo había visto, y bien visto. A una Carmen sumisa pero altanera, recibiendo por todos lados pero exigiendo más a la vez. Corriéndose y gritando hasta perder la voz. Que no se mantenía en pie de lo que le temblaban las piernas. Había estado sublime, y me había puesto cachondo perdido. Incluso en el final que fue una guarrería que no nunca me pone nada, Carmen había estado a la altura, recibiendo las meadas de rodillas pero erguida y abriendo la boca. Cuando pusiera a la venta esa parte iba a vender una barbaridad, había muchísimos pervertidos que le gustaban esas guarradas.

Carmen me sonreía vacilona y dijo:

- En fin, que esta semana mejor no me das ningún servicio

- ¿No? ¿Y eso?

- Estoy destrozada, te lo acabo de decir

- Pero preciosa, eso no es nada para ti

- JA, me ataban a diferentes sitios, me follaban y luego me tenía que llevar casi a rastras a otros porque no me aguantaban las piernas

- Porque te corrías

- Claro, coño, hasta la extenuación

- Jajajaja

- Ya me gustaría a mí verte así, te ibas a reír

- ¿Y te han dejado marcas?

- No, no ha sido de ese tipo, bueno, a ver, algún golpe me llevé en las tetas y en el culo, pero poco, la “tortura” (poniendo las comillas con sus manos) fue a base de pollazos

Y me sonrió con lascivia. Entonces dijo:

- Sobre los azotes, creo que ya no voy a aceptar más servicios de ese tipo

- ¿Por? Si te gusta ¿No?

- Sí, no está mal, pero el problema es ese, las marcas

- Nunca te ha preocupado

- Pero estoy intentando enganchar al bobo ese rico, ya te lo conté

- Sí ¿Y?

- Que a ver como le explico yo las marcas

- ¿Ya te lo estás follando? Me dijiste que ibas a ir lenta

- Sí, muy lenta, pero en cualquier momento querrá follarme y claro, no puedo desnudarme y que me vea el cuerpo cruzado de latigazos

- Ya

- Incluso creo que dejaré todos los servicios durante una temporada

- ¿Cómo? Pero si ganas un pastón

- Lo sé, pero más voy a ganar con ese tío si me caso con él

- ¿Seguro? Aquí haces lo que quieres y lo que te gusta, a ese tío tendrás que aguantarlo

- Ya, pero tengo que pensar en el futuro, no siempre voy a tener este aspecto

- Yo creo que te quedan muchos años de poner a mil a los tíos

- No sé, tengo ya una edad…

- Tonterías, estás buenísima, Carmen

- Gracias, cariño, pero ve pensando en buscarte otra puta de lujo

- Carmen, no me digas eso, que me partes el corazón

- ¿El corazón o el bolsillo?

- Las dos cosas, amor jajaja

Entonces me giré y fui a mi mesa para abrir un cajón. Cogí el dinero que le tenía preparado y le añadí 1.000 más. Se lo di mientras le decía:

- ¿Vas a renunciar a esto?

Ella cogió el dinero y lo contó. Luego, me miró sorprendida:

- ¿Y esto? Es más de lo que me dijiste

- Los dejaste muy satisfechos

- Claro, me he ganado cada euro, eso no lo dudes

- Lo sé, por eso veo una tontería que renuncies a un dinero tan fácil

Ella me miró sonriendo con el dinero en la mano. Le había pagado más porque en solo un rato, la venta de la primera película de esa noche ya me estaba dando ganancias y eso contando las tarifas de Carmen, los tres actores y el local.

Carmen guardó el dinero en su bolso y dijo:

- Quería decir que lo estoy pensando, no que lo haya decidido

- Tengo a un cliente para mañana

- No, cariño, mañana no

- ¿Por qué?

- Te lo he dicho, tengo el coño y el culo irritados y sin ganas

- Eso no me lo creo

Me agaché y me puse delante de ella, que se sorprendió y preguntó:

- ¿Qué haces?

- Quiero ver ese coño a ver como está

Carmen se rio mientras yo le buscaba el enganche de la falda. Tiré de ella para quitársela mientras ella se incorporaba un poco para ayudar. Luego le bajé los pantis y las bragas hasta los tobillos. Carmen se abrió de piernas y dijo:

- ¿Cómo está? Horrible ¿No?

- Está precioso

Y comencé a comérselo. Entonces, de repente se abrió la puerta y miré irritado. Era Kiara que se había quedado cortada en la puerta:

- ¿No sabes llamar?

- Lo… lo siento

- ¿Qué pasa?

- Es el rumano, que dice que tiene que hablar contigo, que es urgente

- Pues dile que se espere, aquí me queda un rato

- Pero…

- Que lo entretengas, coño, ve y se la chupas y que te folle hasta que yo termine, corre a cuenta de la casa

Vi como Kiara miraba con rabia a Carmen y como ella le devolvía la mirada con burla. “Estas dos van a acabar mal”. Kiara cerró la puerta y Carmen dijo:

- ¿Por dónde ibas?

- Iba que tengo que comprobar si este coño y este culo están en buena forma

- Ah, sí, eso ¿Y cómo está?

- Rico, muy rico

Carmen
Me subí la falda y me la abroché. Miré a Jamal que también se subía los pantalones. Había llegado allí sin ganas de nada, pero nada de nada, pero claro, es que Jamal era mucho Jamal, quien no iba a tener ganas de él. Había sido un buen polvo, completito y excitante.

Jamal se me aproximó, me dio un beso y me dijo:

- Entonces, el servicio de mañana lo haces

Lo miré, no era una pregunta pero asentí diciendo:

- Pero nada de especiales, lo de que ya no quiero azotes es en serio

- Está bien

Salimos fuera y Jamal preguntó por el rumano y le dijeron que estaba en una habitación con Kiara. Fui con Jamal por curiosidad y al entrar vi a un tipo gordo asqueroso desnudo y sentado en una cama. Kiara, en el suelo de rodillas y desnuda, le chupaba la polla. Jamal dijo:

- Coño, rumano, tantas prisas y aún no has terminado

- Joder, mira quien fue a hablar, te has dado tu tiempo ¿eh?

Kiara paró de chupársela y nos miró. El rumano le dijo:

- Sigue, putita, que estamos entre amigos

Kiara se volvió a meter la polla en la boca. El rumano me miró y preguntó:

- ¿Está es nueva?

- Está fuera de tu alcance, rumano

- Está muy buena (mientras me recorría el cuerpo con unos ojillos repugnantes)

- Venga, vístete de una puta vez a ver que coño corría tanta prisa

- Joder, ahora te esperas a que acabe

- No, si quieres follarte a la puta más tiempo, la pagas, ya estás bien de aprovecharte de mí

- Espera, no tardo nada

El tío se levantó con algo de esfuerzo. Kiara se apartó un poco pero él la cogió del pelo y le dijo:

- Mírame, puta

Y en dos meneos, se corrió en la cara de Kiara. Luego, el rumano, satisfecho, se giró para buscar su ropa y se puso a hablar con Jamal. Me acerqué a Kiara que estaba ya levantándose pero la retuve presionándola hacia abajo en un hombro. Me incliné y le dije bajito:

- ¿Ves la diferencia, negrita?

Ella me miró con enfadado pero sin comprender. Le dije igual de bajito:

- Una sentada con las piernas abiertas y un tío bueno comiéndoselo, y la otra de rodillas ante un gordo asqueroso recibiendo su lefa en la cara

Y con un dedo recogí algo de la leche del tío en la bonita cara de Kiara y luego se lo pasé por los labios. Ella se revolvió furiosa. Me reí mientras me limpiaba el dedo en el hombro de Kiara y salía fuera. “Cada una en su sitio, bonita” pensé contenta mientras me iba a mi casa.​
 
Carmen va a terminar muy mal.por juntarse con gente ruin y despreciable.
Por otra parte, parece que Héctor ha encontrado una buena Chica que le valore más y no parece que a Cris le haya dado muchos celos, con lo cual veo más lejano lo que pensaba al principio del relato y que ninguno de los 4 acaben juntos, ya que Silvia está muy bien con Antonio y salvo que haya algo que no sabemos eso no se va a romper y, por otra parte, aunque no los veo bien para ella, mientras no abra los ojos lo suyo con Sara y Alberto parece que va bien.
Ahora a ver si aparece una buena mujer para mi tocayo.
 

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