Keranos
Miembro muy activo
- Desde
- 22 Jun 2023
- Mensajes
- 1,038
- Reputación
- 7,235
Capítulo 728
Laura se acercó a mí para besarme, recibiéndola yo bien. De hecho, hasta la puse sobre mí, lanzando ella un pequeño gemido por la impresión, pero pronto se puso más activa, porque me agarró la cara para comernos la boca con ansia. Mi polla reaccionó bastante rápido, empezando a endurecerse al notar su peso sobre ella y por lo que estaba pasando. Laura besaba muy bien, aunque la notaba muy acelerada. Y olía de maravilla. Ya fue fantasía de varias pajas en su día cuando nos veíamos más de seguido y aún estábamos en el instituto. Tampoco puedo negar que me fijaba en ella cada vez que la veía, porque estaba muy buena y era muy guapa también. Y por fin esas fantasías se hicieron realidad. Ya me quedé con las ganas de hacer algo con ella en aquella ocasión en la que se acercó a mí intentado llegar a algo como le dije a ella misma en la conversación previa que tuvimos y ahora no me iba a quedar con las ganas.
Estaba muy venido arriba por lo que veía que iba a pasar en breve y quería que ella viera lo nuevo de mí, por eso me quité rápidamente la sudadera. Laura me miraba con sus ojos entornados, pero era muy obvio que le gustaba lo que veía, porque se mordió el labio de manera muy sexy. También puso sus manos sobre mis brazos y luego sobre mi torso, lanzándose de nuevo a mis labios, aunque yo me encargué de tumbarnos a los dos al hacerlo con mi cuerpo y al arrastrarla a ella por lo pegados que estábamos. La puse sobre mí para sobarle el culo con mis manos mientras nos seguimos besando, cosa que duró varios minutos. Me sorprendió bastante que fuera tan activa, porque no la imaginaba así. Ella se puso a besarme por el pecho, yendo muy despacio, aunque podía sentir sus ganas por cómo respiraba bastante rápido. Estaba muy nerviosa y eso era algo que me llegaba a poner. Y también he de reconocer que me gustaba esa iniciativa por su parte.
Me fijaba mucho en su pelo. Me encantaba esa melena larga, oscura y superlisa. A ella no parecía molestarle mientras recorría mi cuerpo besándolo y a mí tampoco pese a hacerme algo de cosquillas por momentos cuando se movía para bajar. Laura continuó hasta que llegó a mis caderas, quedándose sobre la zona, entreteniéndose en besar mi vientre y mi ombligo. Le pregunté si me la quería chupar, alzando ella su vista y clavando esos ojos negros en los míos. Sin decir nada y sin cambiar tampoco su expresión sería, me empezó a desabrochar tanto el cinturón como el botón y la cremallera de los vaqueros, empezando a bajar y colaborando yo al levantar mi culo del sofá. Me dejó los pantalones a la altura de las rodillas y se quedó de nuevo sobre mis caderas, aunque ahora manoseaba mi paquete superhinchado. Lo hacía mirándolo y también haciéndolo con mis ojos, hasta que bajó su cabeza para darme pequeños mordiscos con sus labios, haciéndolo cada vez con más intensidad hasta que lo hizo con los dientes, aunque siempre tratando de no dañarme.
-Joder, no te imaginaba así.
-He dicho que te calles -decía seria.
Laura intentó seguir, cogiendo mis boxers por el elástico con la intención de bajarlos, pero la detuve. Ella se quedó algo parada y estaba muy despistada, pero entendió que lo hice para que nos fuéramos a mi habitación y poder estar más cómodos. Me puse bien la ropa y cogí la sudadera también, agarrando una de sus manos para llevarla a mi habitación. Allí, lancé la sudadera a la silla del escritorio y la cogí a ella en brazos, agarrándose con sus piernas a mis caderas. De nuevo, Laura me agarró la cara para besarnos, aunque la terminé dejando sobre la cama, pero ella se abrazó con fuerza a mí y no me pude incorporar. En un rápido movimiento me puso bocarriba y ahora sí que me terminó de desnudar, quedándose mirando mi polla hasta que la agarró con firmeza para empezar a masturbarme mientras me miraba fijamente a los ojos. Cada vez lo hacía con más fuerza y rapidez, aunque sus ojos no se movían de los míos.
-¿Esto es lo que querías?
-Claro, joder... Por eso la tengo así de dura.
Laura se empezó a tumbar, cosa que me decía que iba a comérmela en breve. Se colocó bien entre mis piernas y se acercó mi polla a su cara para mirarla de cerca. Luego sacó su pequeña lengua para lamer un poco el tronco, llegando hasta el glande. La piel se me erizaba y estaba como atontado por no terminar de creerme que tuviera así a Laura. Había sido tan repentino e inesperado que era algo que me costaba creer, pero ella estaba decidida a seguir, no pudiéndome alegrar yo más por ello. Empezó a dar besos sensuales con algunas succiones hasta que empezó a metérsela en la boca. De primeras lo hacía poco y lentamente, pero poco a poco se la empezó a meter cada vez más, aunque tampoco es que tragara mucho. Pero lo hacía francamente bien y estaba disfrutando mucho de todo el momento, acomodándome al poner mis manos detrás de mi nuca, dejándola hacer sin meterle prisa ni nada, aunque me apetecía mucho hacerle una coleta con las manos para empujarle la cabeza y que se la tragara entera.
Pero a mí también me apetecía mucho hacer lo mismo con ella y verla desnuda de una vez, por eso me incorporé para tirar de ella y besarnos un poco más, poniéndola enseguida bocarriba, empezando a desnudarla. Empecé por quitarle los botines que llevaba, dejándolos por el suelo como podía al lanzarlos sin quitarle el ojo de encima. Luego le empecé a quitar los vaqueros ajustados que llevaba, desabrochándolo todo como ella hizo conmigo antes. Se los quité y los tiré también al suelo, viendo que llevaba puestos unos panties negros, los cuales dejaban entrever la piel tan clara de sus piernas, al igual que lo que parecían ser unas braguitas blancas. Seguí con esos panties, dejando sus piernas totalmente descubiertas y luego fui a por su blusa, dejándola así solo en ropa interior. Laura parecía nerviosa y a mí me encantaba tenerla así, por lo que la quería hacer sufrir un poco más poniéndome de nuevo sobre ella para besarla, aunque ella agarraba mi polla para masturbarme, teniendo que apartarla yo de ahí.
-Déjame cogerla -decía molesta.
-No. Ahora vas a ser tú la que te vas a callar. Quiero comerte el coño y es lo que voy a hacer.
-Pues venga.
-Shhhhh -la mandé a callar.
Ahora estaba algo picado, por lo que le quité la ropa interior con algo de rudeza. Para ello, le di la vuelta y poder tener más facilidad con el sujetador. En el proceso. Me di cuenta de que la prenda que llevaba dejando era un tanga bastante fino que dejaba su culito redondo y respingón al aire. Le solté un azote por lo que me gustó verlo así, quejándose ella y llegando a decir que era un cabrón por haberlo hecho tan fuerte. Ese comentario hizo que se ganara que le diera otro, además de que la volviera a mandar a callar. Le volví a dar la vuelta después para quitarle ese tanga, pudiendo verla desnuda por completo para mi suerte. Sus tetas eran bastante pequeñas, pero también redonditas y con sus pezones bastante pálidos. Cuando bajé mi mirada a su coño tuve un flash de una conversación que tuve con mi ex en un momento dado en el que me explicaba una anécdota en la que pilló a Laura teniendo sexo, comentando que le llamaba la atención cómo de parecido era el coño de su amiga al suyo.
Y era verdad, porque me encontré un coño pequeño, con los labios muy finos y rositas. La sensación era muy agridulce, porque me encantaba su coño y tenía unas ganas tremendas de comérselo y follárselo, pero también me trajo recuerdos. Quise concentrarme en pasarlo bien, por eso me lancé a comérselo, encontrándolo húmedo. Ella se estremeció y lanzó un gemido, dejándose hacer mientras yo seguía a lo mío. Me encantaba cómo sabía también, por eso me entraron más ganas aún y se lo empecé a comer con demasiada intensidad. Lo único que le faltaba era que tuviera vello, como a mí me gustaba, pero me lo encontré totalmente rasurando y muy suave de hecho, cosa que sumaba en realidad. Pero esa ausencia de aquel detalle no impidió que se lo comiera encantado hasta provocarle un orgasmo que ella manifestó con un par de gemidos ahogados y varios jadeos mientras su cuerpo temblaba un poco. Una vez llegó, le di varios besos por sus ingles y por su pubis, subiendo poco a poco hasta llegar a su cara para besarla, aunque me entretuve en sus tetas, comiéndoselas un poco.
-Qué ganas tengo de follarte.
-Mmm...
-¿Quieres que te la meta ya?
-Ponte condón.
Tenía pensado hacerlo, pero me cortó un poco el rollo que fuera tan estúpida al decírmelo. Aun así, no se iba a librar de una buena follada, la cual empecé en nada al coger un condón del cajón de la mesita y ponérmelo, metiéndosela aprovechando lo lubricada que estaba de por sí y sobre todo, por su reciente orgasmo. Lanzó un par de gemidos lastimeros cuando llegué hasta el final para metérsela entera. Pegué mi cuerpo al suyo para besarle el cuello, estremeciéndose ella. Parecía que era tan sensible como yo en esa zona por su reacción, cosa que aproveché. Se lo seguí besando mientras me empezaba a mover en su interior. Ahora Laura pasó a lanzar gemidos más tiernos, abrazándose bien a mi cuerpo con todas sus extremidades. Me agarraba la nuca con una de sus manos y luego me acariciaba el pelo, pasando a poner sus manos en mi culo para empujarlo y hacer así la follada más rápida. No la hice sufrir en ese aspecto, porque a mí también me apetecía follarla rápido, por eso lo empecé a hacer.
Despegué mi cuerpo del suyo para agarrarla de los tobillos y metérsela más rápido, apretando ella su cabeza hacia atrás y agarrándose las tetas. Le dije que me ponía muy cerdo tenerla así y hasta me llegué a meter los dedos de uno de sus bonitos pies en mi boca, cosa que no le importó, porque no reaccionó de ninguna manera. Yo seguí a lo mío, estando ella concentrada en lo que sentía, aunque en un momento dado me pidió que le diera más fuerte. Lo hice al instante, aunque ella no era de gemir mucho, pero sí que jadeaba y me ponía bastante cómo lo hacía. La cambié y la puse a cuatro para empotrarla bien al agarrarla de las caderas. Ella hundía su cara en la almohada y también colaboraba al empujar con su culo, aunque se salió no mucho después de empezar yo a follarla así. Me agarró con fuerza y me puso bocarriba para montarme. Primero lo hizo dándome la espalda, permitiéndome ver cómo su culo subía y bajaba, aunque luego pasaría a darme la cara, botando encima de mí para acabar haciéndolo moviéndose hacia delante y atrás.
Lo hacía con tal velocidad y ponía unas caras que me resultó imposible no correrme contra mi voluntad. Hasta le apretaba el culo y lo movía para que fuera más rápida la follada. Laura se volvió a correr, lanzando ahora un gemido más fuerte, pasando luego a jadear pesadamente. Yo me vacié dentro del condón, dando pequeñas embestidas involuntarias, hasta que ella se acabó derrumbando encima de mí, agarrándose a mis hombros. Me parecía una pasada de polvo y tenía pensado seguir, pero necesitaba ir al baño, donde me eché agua a la cara y me lavé bien al quitarme el condón y demás para continuar, pero cuando salí y fui a la habitación, ella estaba terminando de vestirse, diciéndome en cuanto me vio que se tenía que ir y que ya hablaríamos. Me pilló desprevenido que se fuera de manera tan repentina y también me jodió, porque me había encantado el polvo que habíamos echado y me apetecía más de ella, pero no pudo ser, quedándome con las ganas y llegando a pensar que me había sabido a poco y que había sido demasiado rápido todo.
Lo único bueno que veía era que me dijo que ya hablaríamos. Eso me daba a pensar que nos volveríamos a ver y era bastante probable que para acabar igual, aunque también es cierto que estaba algo seria. Me quedé el resto de la tarde pensando en cómo de diferente era Laura a como la esperaba en ese sentido. Mucho más atrevida y juguetona, cosa que me encantó. Además, era muy guapa y estaba muy buena también y eso siempre sumaba. Lo malo es que también pensé en los parecidos con mi primera ex. Ella misma me dijo las similitudes que había en cierta parte de su cuerpo y ahora podía afirmarlo yo también. En realidad, estaba de mejor humor en comparación a los días anteriores. ¿Cómo no estarlo con el polvo que acababa de echar? Pero era inevitable terminar pensando en ella por mucho que tratara de bloquear esos flashes que se me venían por momentos.
Laura se acercó a mí para besarme, recibiéndola yo bien. De hecho, hasta la puse sobre mí, lanzando ella un pequeño gemido por la impresión, pero pronto se puso más activa, porque me agarró la cara para comernos la boca con ansia. Mi polla reaccionó bastante rápido, empezando a endurecerse al notar su peso sobre ella y por lo que estaba pasando. Laura besaba muy bien, aunque la notaba muy acelerada. Y olía de maravilla. Ya fue fantasía de varias pajas en su día cuando nos veíamos más de seguido y aún estábamos en el instituto. Tampoco puedo negar que me fijaba en ella cada vez que la veía, porque estaba muy buena y era muy guapa también. Y por fin esas fantasías se hicieron realidad. Ya me quedé con las ganas de hacer algo con ella en aquella ocasión en la que se acercó a mí intentado llegar a algo como le dije a ella misma en la conversación previa que tuvimos y ahora no me iba a quedar con las ganas.
Estaba muy venido arriba por lo que veía que iba a pasar en breve y quería que ella viera lo nuevo de mí, por eso me quité rápidamente la sudadera. Laura me miraba con sus ojos entornados, pero era muy obvio que le gustaba lo que veía, porque se mordió el labio de manera muy sexy. También puso sus manos sobre mis brazos y luego sobre mi torso, lanzándose de nuevo a mis labios, aunque yo me encargué de tumbarnos a los dos al hacerlo con mi cuerpo y al arrastrarla a ella por lo pegados que estábamos. La puse sobre mí para sobarle el culo con mis manos mientras nos seguimos besando, cosa que duró varios minutos. Me sorprendió bastante que fuera tan activa, porque no la imaginaba así. Ella se puso a besarme por el pecho, yendo muy despacio, aunque podía sentir sus ganas por cómo respiraba bastante rápido. Estaba muy nerviosa y eso era algo que me llegaba a poner. Y también he de reconocer que me gustaba esa iniciativa por su parte.
Me fijaba mucho en su pelo. Me encantaba esa melena larga, oscura y superlisa. A ella no parecía molestarle mientras recorría mi cuerpo besándolo y a mí tampoco pese a hacerme algo de cosquillas por momentos cuando se movía para bajar. Laura continuó hasta que llegó a mis caderas, quedándose sobre la zona, entreteniéndose en besar mi vientre y mi ombligo. Le pregunté si me la quería chupar, alzando ella su vista y clavando esos ojos negros en los míos. Sin decir nada y sin cambiar tampoco su expresión sería, me empezó a desabrochar tanto el cinturón como el botón y la cremallera de los vaqueros, empezando a bajar y colaborando yo al levantar mi culo del sofá. Me dejó los pantalones a la altura de las rodillas y se quedó de nuevo sobre mis caderas, aunque ahora manoseaba mi paquete superhinchado. Lo hacía mirándolo y también haciéndolo con mis ojos, hasta que bajó su cabeza para darme pequeños mordiscos con sus labios, haciéndolo cada vez con más intensidad hasta que lo hizo con los dientes, aunque siempre tratando de no dañarme.
-Joder, no te imaginaba así.
-He dicho que te calles -decía seria.
Laura intentó seguir, cogiendo mis boxers por el elástico con la intención de bajarlos, pero la detuve. Ella se quedó algo parada y estaba muy despistada, pero entendió que lo hice para que nos fuéramos a mi habitación y poder estar más cómodos. Me puse bien la ropa y cogí la sudadera también, agarrando una de sus manos para llevarla a mi habitación. Allí, lancé la sudadera a la silla del escritorio y la cogí a ella en brazos, agarrándose con sus piernas a mis caderas. De nuevo, Laura me agarró la cara para besarnos, aunque la terminé dejando sobre la cama, pero ella se abrazó con fuerza a mí y no me pude incorporar. En un rápido movimiento me puso bocarriba y ahora sí que me terminó de desnudar, quedándose mirando mi polla hasta que la agarró con firmeza para empezar a masturbarme mientras me miraba fijamente a los ojos. Cada vez lo hacía con más fuerza y rapidez, aunque sus ojos no se movían de los míos.
-¿Esto es lo que querías?
-Claro, joder... Por eso la tengo así de dura.
Laura se empezó a tumbar, cosa que me decía que iba a comérmela en breve. Se colocó bien entre mis piernas y se acercó mi polla a su cara para mirarla de cerca. Luego sacó su pequeña lengua para lamer un poco el tronco, llegando hasta el glande. La piel se me erizaba y estaba como atontado por no terminar de creerme que tuviera así a Laura. Había sido tan repentino e inesperado que era algo que me costaba creer, pero ella estaba decidida a seguir, no pudiéndome alegrar yo más por ello. Empezó a dar besos sensuales con algunas succiones hasta que empezó a metérsela en la boca. De primeras lo hacía poco y lentamente, pero poco a poco se la empezó a meter cada vez más, aunque tampoco es que tragara mucho. Pero lo hacía francamente bien y estaba disfrutando mucho de todo el momento, acomodándome al poner mis manos detrás de mi nuca, dejándola hacer sin meterle prisa ni nada, aunque me apetecía mucho hacerle una coleta con las manos para empujarle la cabeza y que se la tragara entera.
Pero a mí también me apetecía mucho hacer lo mismo con ella y verla desnuda de una vez, por eso me incorporé para tirar de ella y besarnos un poco más, poniéndola enseguida bocarriba, empezando a desnudarla. Empecé por quitarle los botines que llevaba, dejándolos por el suelo como podía al lanzarlos sin quitarle el ojo de encima. Luego le empecé a quitar los vaqueros ajustados que llevaba, desabrochándolo todo como ella hizo conmigo antes. Se los quité y los tiré también al suelo, viendo que llevaba puestos unos panties negros, los cuales dejaban entrever la piel tan clara de sus piernas, al igual que lo que parecían ser unas braguitas blancas. Seguí con esos panties, dejando sus piernas totalmente descubiertas y luego fui a por su blusa, dejándola así solo en ropa interior. Laura parecía nerviosa y a mí me encantaba tenerla así, por lo que la quería hacer sufrir un poco más poniéndome de nuevo sobre ella para besarla, aunque ella agarraba mi polla para masturbarme, teniendo que apartarla yo de ahí.
-Déjame cogerla -decía molesta.
-No. Ahora vas a ser tú la que te vas a callar. Quiero comerte el coño y es lo que voy a hacer.
-Pues venga.
-Shhhhh -la mandé a callar.
Ahora estaba algo picado, por lo que le quité la ropa interior con algo de rudeza. Para ello, le di la vuelta y poder tener más facilidad con el sujetador. En el proceso. Me di cuenta de que la prenda que llevaba dejando era un tanga bastante fino que dejaba su culito redondo y respingón al aire. Le solté un azote por lo que me gustó verlo así, quejándose ella y llegando a decir que era un cabrón por haberlo hecho tan fuerte. Ese comentario hizo que se ganara que le diera otro, además de que la volviera a mandar a callar. Le volví a dar la vuelta después para quitarle ese tanga, pudiendo verla desnuda por completo para mi suerte. Sus tetas eran bastante pequeñas, pero también redonditas y con sus pezones bastante pálidos. Cuando bajé mi mirada a su coño tuve un flash de una conversación que tuve con mi ex en un momento dado en el que me explicaba una anécdota en la que pilló a Laura teniendo sexo, comentando que le llamaba la atención cómo de parecido era el coño de su amiga al suyo.
Y era verdad, porque me encontré un coño pequeño, con los labios muy finos y rositas. La sensación era muy agridulce, porque me encantaba su coño y tenía unas ganas tremendas de comérselo y follárselo, pero también me trajo recuerdos. Quise concentrarme en pasarlo bien, por eso me lancé a comérselo, encontrándolo húmedo. Ella se estremeció y lanzó un gemido, dejándose hacer mientras yo seguía a lo mío. Me encantaba cómo sabía también, por eso me entraron más ganas aún y se lo empecé a comer con demasiada intensidad. Lo único que le faltaba era que tuviera vello, como a mí me gustaba, pero me lo encontré totalmente rasurando y muy suave de hecho, cosa que sumaba en realidad. Pero esa ausencia de aquel detalle no impidió que se lo comiera encantado hasta provocarle un orgasmo que ella manifestó con un par de gemidos ahogados y varios jadeos mientras su cuerpo temblaba un poco. Una vez llegó, le di varios besos por sus ingles y por su pubis, subiendo poco a poco hasta llegar a su cara para besarla, aunque me entretuve en sus tetas, comiéndoselas un poco.
-Qué ganas tengo de follarte.
-Mmm...
-¿Quieres que te la meta ya?
-Ponte condón.
Tenía pensado hacerlo, pero me cortó un poco el rollo que fuera tan estúpida al decírmelo. Aun así, no se iba a librar de una buena follada, la cual empecé en nada al coger un condón del cajón de la mesita y ponérmelo, metiéndosela aprovechando lo lubricada que estaba de por sí y sobre todo, por su reciente orgasmo. Lanzó un par de gemidos lastimeros cuando llegué hasta el final para metérsela entera. Pegué mi cuerpo al suyo para besarle el cuello, estremeciéndose ella. Parecía que era tan sensible como yo en esa zona por su reacción, cosa que aproveché. Se lo seguí besando mientras me empezaba a mover en su interior. Ahora Laura pasó a lanzar gemidos más tiernos, abrazándose bien a mi cuerpo con todas sus extremidades. Me agarraba la nuca con una de sus manos y luego me acariciaba el pelo, pasando a poner sus manos en mi culo para empujarlo y hacer así la follada más rápida. No la hice sufrir en ese aspecto, porque a mí también me apetecía follarla rápido, por eso lo empecé a hacer.
Despegué mi cuerpo del suyo para agarrarla de los tobillos y metérsela más rápido, apretando ella su cabeza hacia atrás y agarrándose las tetas. Le dije que me ponía muy cerdo tenerla así y hasta me llegué a meter los dedos de uno de sus bonitos pies en mi boca, cosa que no le importó, porque no reaccionó de ninguna manera. Yo seguí a lo mío, estando ella concentrada en lo que sentía, aunque en un momento dado me pidió que le diera más fuerte. Lo hice al instante, aunque ella no era de gemir mucho, pero sí que jadeaba y me ponía bastante cómo lo hacía. La cambié y la puse a cuatro para empotrarla bien al agarrarla de las caderas. Ella hundía su cara en la almohada y también colaboraba al empujar con su culo, aunque se salió no mucho después de empezar yo a follarla así. Me agarró con fuerza y me puso bocarriba para montarme. Primero lo hizo dándome la espalda, permitiéndome ver cómo su culo subía y bajaba, aunque luego pasaría a darme la cara, botando encima de mí para acabar haciéndolo moviéndose hacia delante y atrás.
Lo hacía con tal velocidad y ponía unas caras que me resultó imposible no correrme contra mi voluntad. Hasta le apretaba el culo y lo movía para que fuera más rápida la follada. Laura se volvió a correr, lanzando ahora un gemido más fuerte, pasando luego a jadear pesadamente. Yo me vacié dentro del condón, dando pequeñas embestidas involuntarias, hasta que ella se acabó derrumbando encima de mí, agarrándose a mis hombros. Me parecía una pasada de polvo y tenía pensado seguir, pero necesitaba ir al baño, donde me eché agua a la cara y me lavé bien al quitarme el condón y demás para continuar, pero cuando salí y fui a la habitación, ella estaba terminando de vestirse, diciéndome en cuanto me vio que se tenía que ir y que ya hablaríamos. Me pilló desprevenido que se fuera de manera tan repentina y también me jodió, porque me había encantado el polvo que habíamos echado y me apetecía más de ella, pero no pudo ser, quedándome con las ganas y llegando a pensar que me había sabido a poco y que había sido demasiado rápido todo.
Lo único bueno que veía era que me dijo que ya hablaríamos. Eso me daba a pensar que nos volveríamos a ver y era bastante probable que para acabar igual, aunque también es cierto que estaba algo seria. Me quedé el resto de la tarde pensando en cómo de diferente era Laura a como la esperaba en ese sentido. Mucho más atrevida y juguetona, cosa que me encantó. Además, era muy guapa y estaba muy buena también y eso siempre sumaba. Lo malo es que también pensé en los parecidos con mi primera ex. Ella misma me dijo las similitudes que había en cierta parte de su cuerpo y ahora podía afirmarlo yo también. En realidad, estaba de mejor humor en comparación a los días anteriores. ¿Cómo no estarlo con el polvo que acababa de echar? Pero era inevitable terminar pensando en ella por mucho que tratara de bloquear esos flashes que se me venían por momentos.