Compañeros

22​

Unos días después. Domingo, 31 de diciembre por la tarde
Carlos


“Pero te lo advierto, tras las uvas me voy, que las personas mayores no tenemos tanto aguante como los jóvenes” le dije a Silvia por el móvil. Ella se desesperó en broma y dijo:

- Ya estamos, “soy viejo, tengo que dormir, estoy chocheando…” pero mira que te gusta sentirte viejo

- Bueno, es lo que pasa cuando uno se hace viejo, se siente como un viejo

- Pues esta noche no te lo permito, si hasta Gema se va a quedar hasta tarde

- Gema es una niña con mil veces más energía que yo

- Bueno, tú te callas y me haces caso y ya está

- Jeje, ahí está la Silvia mandona… Bueno ¿Qué llevo?

- Otra vez con eso NADA, NO TRAIGAS NADA

- Pero dime si te hace falta…

- QUE NO, que tengo de todo, solo necesito que vengas, solo eso

- ¿Un vino?

- QUE NOOOOOOOOOO, pesao, solo te quiero a ti, con eso estaré felicísima

- Pero con todo lo que estarás organizando, no sé, déjame que vaya antes y te ayude…

- Oh, dios, que hombre éste… lo que me faltaba, tenerte por aquí haciendo las cosas como te de la gana sin hacerme caso

- Siempre te hago caso

- Ya veo el caso que me estás haciendo (riéndose)

Me tuve que reír con ella. Me dijo:

- Vente entre las 8 y las 9

- Vale

- Y bien guapo, ya lo sabes, haré muchas fotos y te quiero como un pincel

- Pufff

- Yo voy a ir espectacular y no puedes desentonar conmigo en las fotos jajaja

- Eso no es problema, seguro que en esas fotos todo el mundo mirará a la chica guapa

- Jajaja Bueno, y ahora déjame, que aún me quedan un montón de cosas que hacer

- Y como no quieres ayuda...

- Lo tengo todo controlado menos al pesao que no me deja trabajar porque no hace más que quejarse de sus años y lo viejo que se siente

Bromeamos un poco más y nos despedimos. La notaba agobiada y nerviosa con los preparativos pero no permitía que la ayudara. Miré por la ventana. Tenía sentimientos contradictorios. Por un lado, tenía ganas de pasar una noche tranquila en casa, sin follones ni gritos, pero por otro lado, me hacía muchísima ilusión ir a la fiesta de Silvia. “No hay quien te entienda, viejo triste” pensé.

Cristina

“¿¿¿¡¡¡¡Sin bragas!!!!???” le pregunté sorprendida a Sara. Estábamos depilándonos en el baño, preparándonos para la fiesta de Nochevieja. La miré incrédula y ella se rio:

- Claro, con el chichi fresquito

- Pero mi vestido es… es mínimo

Me había dejado convencer por Sara para comprarme un vestido que era demasiado atrevido. Con la espalda al aire y tan bajo por detrás que casi se me veía el inicio de la raja del culo. Y luego, demasiado corto, solo me tapaba el culo. Y por delante era muy suelto, tanto que al moverme un poco mis tetas bailaban y se salían del vestido. Era una locura teniendo en cuenta todo lo que pensaba bailar esa noche.

Sara se rio y dijo:

- Imagínate la de veces que vamos a calentar a Al con eso jajaja

El vestido de Sara también era muy corto, aunque por arriba ella no iba a tener el problema de que se le salieran las tetas porque su vestido era más cerrado por los costados y, además, ella tenía tetas pequeñas.

Terminé de depilarle el coño a Sara, totalmente rasurado. Me levanté y ella se arrodilló delante mío para rasurármelo también, aunque ya lo tenía así, era solo dar un repaso. Sara dijo:

- Por detrás ¿Cómo lo tienes?

- Bien

- ¿Seguro? Que ya sabes que Al te querrá follar por el culo

- Lo sé, pero está bien

Noté como me pasaba un dedo desde el ano hasta el coño y dijo:

- Tienes razón, ni un pelito

- Es que no me suelen salir por ahí

- Jo, tía, no sé como te gusta tanto que te dé por el culo

- No es que me guste, pero como a él sí, a mí no me importa

- Pues yo no pienso probarlo por ahora

- Él tiene ganas

- Que se joda, tiene tu culo así que ya está de suerte

No la entendía, yo era incapaz de decirle no a cualquier petición de Alberto pero ella lo hacía constantemente. Entonces Sara dijo:

- Joder, pienso pillarme un colocón de campeonato

- Luego estás fatal al día siguiente

- Lo sé, pero esta noche pienso desconectar y divertirme mucho

Sonreí. Yo prefería no colocarme tanto, quería disfrutar de la fiesta con ellos, estaba muy ilusionada. El año anterior había ido a una fiesta de Nochevieja con Sara y las dos acabamos liadas con unos tíos, follando en el coche de uno de ellos, Sara en los asientos de atrás y yo delante, y estaba tan borracha que ni me acordaba del tío con el que follé. Esta vez quería enterarme y recordarlo todo, era mi primera Nochevieja con mi novio y mi novia.

Carmen
Escuché la notificación en el móvil y alargué la mano para cogerlo pensando que sería Jamal, pero no, era mi madre. Iba a dejar el móvil en la mesita sin leer el mensaje pero me llamó la atención un nombre que había visto de refilón. Pulsé el mensaje y lo leí. Mi madre me contaba un escándalo en el pueblo, que la Reme había echado de su casa al Sebas gritándole y armando espectáculo. Solté una carcajada y Santi levantó la cabeza de entre mis piernas:

- ¿Qué pasa?

- Nada, cariño

Él me miraba con curiosidad. Dejé el móvil en la mesita pensando “¿Qué tal esos cuernos, querida Reme? Qué lástima que te haya fastidiado la Nochevieja, jódete zorra, por reírte de mis cuernos” pensé con malicia recordando el momento en el que esa mañana le había enviado la grabación a Reme. Miré a Santi y le dije:

- Sigue comiendo, que al final conseguiré que sepas comer bien un coño

Y le empujé la cabeza hacia abajo. Rápidamente noté su lengua en mi clítoris y suspiré de gustito. Llevábamos todo el día en la cama. Mi ex se había llevado a Daniel temprano y, en cuanto lo vi irse, había llamado a Santi que vino deprisa. Llevábamos sin vernos más de una semana por mi viaje a mi pueblo y el pobre estaba que no se aguantaba.

Lo miré mientras él se afanaba en lamerme el coño. Seguía sin ser una maravilla pero al menos había conseguido que no fueran lametazos sin ton ni son, ahora se tomaba su tiempo. Lo dejé comérmelo un par de minutos más pero entonces miré la hora y vi que ya se me estaba haciendo tarde, tenía que prepararme para la puta fiesta en casa de Patri, no me había podido escaquear y tenía que ir.

Tiré del pelo a Santi para que viniera a mí y nos besamos con ansia. Le dije:

- Éste es el último polvo, luego te vas que tengo que prepararme para la fiesta

- Pero es temprano, nos da tiempo a…

- No, además (cogiéndole los huevos) tendré que dejar aquí algo para tu novia esta noche ¿No? (sonriéndole)

Le cogí la polla que la tenía casi dura y se la meneé un poco hasta que se puso totalmente dura. Luego, tiré de él para apuntarla a mi coño y le dije:

- Fóllame, cariño

Santi no se hizo de rogar y de una sola embestida me la clavó muy dentro. Lancé un grito de placer y dejé que me follara rápido mientras le clavaba mis dedos en su culo intentando que su polla entrara aún más profundamente en mí.

Tras un buen rato, lo moví para ponerme encima y lo cabalgué lentamente al principio, dejando que viese y tocase mis tetas a placer. Luego, aumenté el ritmo hasta que los dos nos corrimos.

Tras un rato descansando los dos, me levanté y fui al baño. Le dije:

- Vete ya, cariño

- ¿Seguro?

- Sí, me voy a duchar y prepararme, ya no follamos más

- ¿Hasta cuándo?

- Ya te llamaré

- Joder, Carmen, luego tardas días en llamarme

- Es lo que hay

Me metí en la ducha y me tiré un buen rato, tenía el cuerpo satisfecho pero cansado de tantos orgasmos. Cuando salí, Santi ya se había ido. Me puse música y me empecé a poner crema en el cuerpo. No tenía ninguna gana de la puta fiesta de la gorda, pero al menos tenía excusa para irme prontito tras las uvas, el ir a recoger a mi hijo. Era mentira, lo que iba a hacer era irme al burdel de Jamal. No tenía ningún servicio pero quería ir, allí la fiesta seguro que sería mucho más divertida. Además, estaba Jamal y hacía tiempo que no me lo tiraba. Sonreí pensando en la polla de Jamal y lo que me pensaba divertir con ella esa noche.

00:30 1 de enero
Carlos

Me senté cansado de bailar con Gema en brazos y Silvia a mi lado. La niña, a pesar de las horas, estaba más animada que nunca con lo de las uvas y el ruido de las botellas de champán al descorchar.

Al poco, Silvia se sentó a mi lado mientras Gema bailaba con sus primos. Dijo:

- Parece que no se cansa nunca ¿eh?

- Jeje, sí

- Pero ya mismo va a caer, mírale los ojos, se muere de sueño

- Ya

- Bueno, te lo has pasado bien ¿no?

- Mucho

Ella sonrió ampliamente. Estaba guapísima. No era ya solo que fuera una mujer guapa, es que se la veía contenta, que diferencia con hacía unos meses. Ahora que tenían más controlado lo de la enfermedad de Gema, se sentía más segura y había comenzado a tranquilizarse. Me dijo:

- Que contenta estoy de que estés aquí, de verdad

- Se te ve feliz, pero no porque yo esté aquí

- ¿No? ¿Y por qué crees que es?

- Porque has vuelto a coger las riendas de tu vida, se te nota

Me miró fijamente. Luego dijo:

- Eres de lo que no hay

- Me dicen eso mucho últimamente y no sé si es bueno o malo

- Me refiero a que te das cuenta de cosas que nadie se fija, ni mi marido

- ¿A qué te refieres?

- Sí que me siento más segura, siento que vuelvo a controlar las cosas

- Ah, pero es que se nota

- Porque me conoces bien

- Será eso

Me seguía mirando intensamente, con esos preciosos ojos verdes que brillaban. Aparté la mirada incómodo, eran demasiado bonitos. Me dijo:

- Y me ha sentado muy bien volver al gimnasio y quitarme de encima esos malditos quilos de más

- Llevas menos de un mes en el gimnasio, si te has quitado esos quilos es que no eran nada

- Eran mucho para mí

Se me acercó al oído y me dijo:

- Ahora sí me deberías ver desnuda, no cuando lo hiciste que estaba fatal

- ¿Fatal? Jajaja

- Sí, horrible

- Bueno, eso de verte desnuda tiene fácil arreglo (dije en broma)

Silvia rio y contestó:

- Ya quisieras tú

- Obviamente

- Jajaja pero en serio ¿No notas donde los he perdido?

- mmmmm No

- Mira mis piernas

- Las he mirado mucho esta noche, son preciosas

- Jajaja ¿No notas la diferencia?

- No, las veo igual de bonitas que siempre

- ¿Y mi culo?

- Es que ya era perfecto

Me miró de nuevo intensamente. Iba a gastarle una broma cuando se me acercó al oído y dijo:

- Y luego no me crees cuando te digo que tienes un polvazo

Y se levantó para irse donde Gema dejándome asombrado de nuevo.

Silvia
“Dios, estoy fatal” me dije mientras huía de Carlos. Literalmente había mojado las bragas sin que Carlos me pusiera un dedo encima, pero esa sinceridad suya, sus palabras, lo bien que me conocía, como me miraba… No podía evitar que me excitara tanto.

“Tienes que controlarte, Silvia, que se va a pensar que de verdad quieres algo con él” y no es lo que quería, no pensaba engañar a Antonio, jamás de los jamases, pero me sentía tan segura y confiada con Carlos que se me escapaban esos comentarios porque era lo que sentía, siempre había sido una bocazas. Era normal ver a otros hombres atractivos, eso era inevitable, y tener fantasías, “pero lo de reconocerle que me lo follaría es demasiado, contrólate, Silvia”.

Lo miré disimuladamente y vi que me miraba “¿Qué estará pensando? ¿Que le he propuesto algo? Espero que no, mi intención no es esa, es hacerle ver que no tiene nada malo, al contrario, que aún es un hombre atractivo”.

Decidí volver con él. Me senté a su lado y le dije:

- Perdona por lo de antes

- Nada

- No, es que… Creo que me tomo muchas libertades últimamente

- Yo…

- No estoy ligando contigo cuando te digo esas cosas

- Lo sé

- Pero no por lo que piensas, que te conozco, ahora mismo estarás pensando “Soy un viejo, nadie quiere nada con un viejo” (imitando malamente su voz)

Carlos se rio y continué:

- No es por eso, te considero un hombre atractivo, creo que te lo he dejado claro, pero estoy felizmente casada, nunca engañaría a Antonio

- Lo sé, Silvia, no hace falta…

- Sí, sí hace, lo que intento hacerte ver es que no te vemos como tú te ves, pero como soy tan bocazas, te puedo estar dando la sensación de querer algo contigo

- No, lo tengo claro

- Lo tienes claro por como te ves y te digo que es un error. Lo debes tener claro porque estoy casada y feliz, por eso no estoy ligando contigo ¿vale?

Él asintió. Le sonreí:

- ¿Aclarado?

- Sí

- Esto no quiere decir que no puedas decirme piropos ¿Eh? Me encantan tus piropos

- Vale

- Y yo te seguiré diciendo que tienes un buen polvo pero sabiendo que nunca lo echaremos por mi situación, no por tu falta de atractivo ¿Entiendes?

Volvió a sonreír incrédulo. Meneé la cabeza:

- Nunca te bajarás de tu burro de que no eres atractivo ¿Verdad?

- Jeje

- Ayyyy, Carlos, que equivocado estás

Y me levanté. Le di la mano para levantarlo y le dije:

- Anda, vamos a bailar a ver si cansamos definitivamente a Gema para que se acueste

Y Carlos me cogió la mano para levantarse sonriendo.

Carmen
Le di al taxista la dirección del burdel de Jamal y me puse a mirar por la ventana pensando. La fiesta había sido un aburrimiento total. La familia y amigos de Patri eran tan tontos como ella. Media hora después de tomarnos las uva ya estaba despidiéndome de todos deseando irme.

Pero algo interesante había ocurrido. Patri, con alguna copa de más, me había sorprendido diciéndome:

- Tú y Carlos ¿Tenéis algo?

Ni siquiera sabía a quien se refería. Le pregunté y me dijo:

- Carlos, el de recursos humanos

- Ahhhh, que va

- Es que os he visto varias veces comiendo juntos

- Sí, bueno, lo veo solo y me da lástima

- Pues no está nada mal

Le pregunté incrédula:

- ¿Carlos?

- Sí

- ¿El cincuentón?

- ¿No te parece mmmm atractivo?

- Pues… A ver, feo no es pero es… es mayor para mí

- Pero eso lo compensa con otras cosas

Eso me intereso ¿Estaba insinuando que se acostaba con él y era bueno en la cama? Le pregunté:

- ¿A qué te refieres?

- A… noooo, eso nooooo jajaja

La miré divertida porque se había puesto colorada. Ella dijo:

- No seas mala, Carmen, no me he acostado con él

- Es que eso de compensar suena a…

- No, no, jajaja, vale, sí, suena a eso pero no me refería a eso jajaja

- ¿Entonces?

- A la pasta que tiene

- ¿Cómo?

- Es… A ver, que esto quede entre nosotras

Asentí muy interesada. Ella dijo:

- Carlos es el dueño de la empresa

Me empecé a reír. Ella también reía, con risa de borrachina, mientras asentía. Le dije:

- Anda ya

- Sí, chica, pero no quiere que se sepa, quiere estar en un segundo plano

- Pero ¿Cómo?

- No lo sé bien pero hizo mucho dinero en América, y cuando vino aquí, no sé como, nos compró cuando estábamos a punto de cerrar, éramos muy pocos, solo 5 o 6

La miré totalmente sorprendida. Ella siguió:

- Cambió toda la forma de gestionar la empresa y míranos ahora, sin ningún problema económico y creciendo cada año

- Pero… pero… el director general es…

- Sí, lo es, pero es un muñeco de paja, Carlos es quien dirige todo

- Hostias

- Es millonario, no tendría ni que trabajar pero se aburriría o algo, no sé

- Pero si está en un puto cuartucho como despacho junto a los frikis y tiene un coche de hace 6 o 7 años y ropa de…

- Sí, sí, pero es que el hombre es así, humilde o qué se yo, pero tienes que verlo en las reuniones de dirección, como nos callamos todos mientras lo escuchamos, tiene una cabeza para la gestión y…

“Joder con Carlos, que es millonario y yo sin saberlo”. Esto lo cambiaba todo. Tenía que pensar muy bien mis siguientes pasos pero sería sencillo, muy sencillo, lo tenía comiendo de mi mano. Sonreí, teniendo en cuenta las nuevas circunstancia, no me importaría acostarme con él aunque fuera mayor, total, me acostaba con tíos mucho más asquerosos por dinero, y Carlos feo no era, baboso pero feo no. Además, que fuera mayor tenía sus ventajas, no querría tanto sexo y, con suerte, podría tener algún infarto follando. “No seas mala, Carmen, que ya que te va a hacer rica, que lo disfrute, coño” pensé sonriendo.

El taxi paró y fui a pagar pero el taxista me dijo:

- ¿Eres puta? ¿Cuánto por un polvo?

- Cariño, no puedes pagar mi tarifa

Le di el dinero y salí fuera. Ahora sí venía la diversión de verdad.

Silvia
Estaba recogiendo un poco la cocina cuando escuché la puerta de la calle. Antonio había bajado a acompañar a los últimos rezagados de la fiesta. Carlos se había ido hacía media hora pero un par de amigos de Antonio habían estado bebiendo con Antonio hasta que les dije que ya era hora de irse.

Escuché como llegaba a la cocina y sin volverme a él, le dije:

- Voy a recoger un poco esto, que hay que guardar en el frigo…

De pronto, lo tenía pegado a mi espalda cogiéndome las tetas desde atrás. Me dijo al oído:

- Que buena estás hoy, Silvi

Me llegó el olor de su aliento alcohólico. Me reí y me volví hacia él. Le besé y le dije:

- Pues espérame en la cama y me lo demuestras

- No, no puedo esperar

- Sí, anda, que…

Entonces me giró, me inclinó sobre la encimera y me subió la falda. Protesté pero me bajó las bragas. Al poco, me la metió de un tirón. Lancé un pequeño grito de dolor. Iba a decirle algo pero se puso a follarme rápido y lo dejé, empezaba a gustarme. Me cogía fuerte de las caderas y gemí. De pronto, paró y me la sacó. Dije:

- Nene, sigue

Noté presión en el ano. Le dije:

- No, por ahí no

- Sí, me ha tenido loco toda la noche este culo

- Pero así no, yo…

Noté como empujaba fuerte y se me escapó un grito de dolor cuando me la metió. Pensé “Joder, como duele”. Llevábamos sin hacerlo así desde aquella vez hacía tres meses y fue con lubricante y estando muy cachonda, no a palo seco como ahora. Me dio tres embestidas fuertes y se corrió dentro de mi culo.

Nos quedamos quietos hasta que la sacó. Me giré y lo miré. No estaba enfadada pero sí sorprendida, nunca hacía cosas así. Me besó y le devolví el beso. Luego dijo:

- Me acuesto

- Ahora voy

Me limpié con papel y me subí las bragas. Me dolía el culo pero nada grave. “Vaya forma rara de empezar el año” pensé. Con las uvas había pensado en dos objetivos/deseos para este año. El primero era tener más sexo con Antonio, que sabía que el año recién acabado había tenido demasiado poco sexo, y el segundo era buscarle pareja a Carlos. “Bueno, pues ya has empezado con el sexo, Silvia” pensé.

Carmen
Estaba con Jamal en la sala de los almohadones, los dos desnudos, fumando y riendo. La fiesta seguía en la otra habitación pero nosotros estábamos de relax. Habíamos follado bien, muy bien, y ahora descansábamos fumando.

Sabía que la fiesta iba a acabar en orgía. Todas las putillas de Jamal estaban allí en tanga y el ambiente estaba muy caldeado. Entonces llamaron a la puerta y Jamal dijo:

- ¿Qué pasa?

Entró Kiara que me echó una mirada de odio. Le dijo a Jamal:

- Los clientes se impacientan ¿Empezamos la orgía o seguimos dándoles palique para que gasten en bebidas?

- ¿Nadie quiere ir a habitaciones?

- Los que querían ya han ido

Jamal miró la hora y dijo:

- Empezad ya

- Pero hay muchos tíos, y nosotras somos pocas

- Podéis con ellos

Entonces Kiara me miró y dijo:

- Y ella ¿Por qué no participa? También es puta

- Porque no

- Pero si es…

Jamal se levantó como el rayo y le dio un tortazo a Kiara. Le dije:

- Ella no es puta de burdel

Kiara me miró y yo le sonreí. “Jódete, zorra” pensé con alegría. Se fue sin decir nada más. Jamal se volvió a tumbar y dijo:

- Esa zorra me está agitando el gallinero

- ¿Sí?

- Contigo, te ha cogido manía

- Que se joda

- Esa puta se las sabe todas, ten cuidado con ella

- Que lo tenga ella conmigo, cariño

Me sonrió divertido. Dijo:

- Creo que la voy a tener que enviar a otro burdel, una lástima, está muy buena y sabe satisfacer a los clientes, pero con esa boca que tiene, y esa mala leche…

Le pasé mis pies por su polla, suavemente. Le dije:

- Bueno, cariño, tú relájate y deja de pensar en la putilla

- Relajado estoy, mira como la tengo

Se la miré mientras mis pies seguían acariciándosela. Estaba flácida. Le dije:

- ¿Ah, sí? ¿Quieres que yo te ponga cardíaco?

- Jajaja

Me incorporé y fui hacia él, no iba a durar mucho así de flácida, eso seguro.

Cristina
Estaba bastante mareada, habíamos fumado demasiados porros y bebido aún más. La fiesta no me había gustado. Como iban los amigos de Alberto, no me podía enrollar con él, solo Sara. Y no hacían más que acercárseme moscones por culpa de mis tetas que tendían a salirse cada vez que me movía rápidamente mientras bailaba. Me había pasado varias horas eludiendo a tíos con ganas de un polvo fácil.

Sobre las 4, Sara había dicho de irnos a casa de unos amigos suyos y fuimos. Y allí estábamos, bebiendo y fumando sin parar, con la música demasiado alta y estridente. Solo quedábamos Alberto, Sara, yo y tres amigas de la facultad de Sara y sus respectivas parejas o lo que fueran.

Cerré los ojos sintiendo que todo giraba a mi alrededor. Estaba sentada en un sillón con las piernas muy juntas porque no llevaba bragas y con la falda tan corta, se veía todo si me descuidaba. Escuchaba como Sara y Alberto contaban como era nuestra relación. Los 3 chicos flipaban y las 3 chicas preguntaban un montón de cosas, que como nos organizábamos para el sexo, que si lo hacíamos juntos, que si entre nosotras… Sara, muy borracha, contaba demasiados detalles pero a mí me daba igual, sabía que si intentaba hablar, solo me saldrían balbuceos, estaba demasiado colocada.

Alberto se sentó a mi lado y me preguntó al oído:

- ¿Estás bien?

- Mareada

- No irás a potar ¿No?

- No jeje

- Joder, como me pone que se te vea media teta con este vestido

Me miré y de nuevo tenía una teta casi fuera. Suspiré y fui a colocármela bien pero Alberto comenzó a morrearme y se me olvidó todo, saboreando su lengua. Su mano me acarició un muslo e intentó meterse entre mis piernas, pero le dije:

- ¿Qué haces? Que no llevo bragas

- Lo sé

- Que se me va a ver todo si me abres las piernas

- Está mi mano, no te preocupes

Me siguió besando y, poco a poco, su mano se fue metiendo más y más. Noté sus dedos acariciándome la rajita y le dije:

- Vámonos a una habitación

Entonces Sara se sentó a mi otro lado y dijo:

- Es nuestra zorrita, hace todo lo que le decimos ¿Verdad, Cris?

Ese comentario no me gustó. Intenté mirarla pero Alberto no dejaba de besarme. Entonces, Sara me sacó una teta y dijo:

- Mirad, se puso piercings porque se lo dije

Fui a taparme pero entonces Sara se puso a lamerme y chuparme el pezón. A la vez, Alberto empezó a meterme los dedos y gemí apartándome de la boca de Alberto. Entonces fue Sara la que comenzó a besarme. Noté como entre los dos me abrían las piernas y me metían sus dedos. Miré a lo demás, que nos observaban atentamente, me tenían que estar viendo todo. Intenté pararlos y decirles de irnos a una habitación pero entonces Alberto se levantó, se sacó la polla y me la metió en la boca.

En ese momento desconecté de todo y comencé a chupar con ansia esa polla que me volvía loca. Sara me masturbaba mientras me chupaba el pezón. Todos nos miraban pero me daba igual, estaba disfrutando. Alberto se colocó entre mis piernas y me penetró rápidamente, follándome mientras Sara me besaba o tocaba. Entonces, Alberto me cogió y me levantó para ponerme a 4 sobre el sillón. Me la volvió a meter de un fuerte empujón, para follarme rápido. No podía dejar de gemir, cercana al orgasmo pero Sara dijo:

- Dale por detrás, amor

Alberto la sacó y apuntó a mi culo. Arqueé la espalda para que le fuera más fácil. Me la metió lentamente y con algo de esfuerzo. Escuché a alguien decir:

- Hostias, por el culo

Alberto empezó a follarme despacio y Sara puso su mano en mi coño para masturbarme. Cuando Al aumentó el ritmo, le quité la mano y me toqué yo. Cuando me corrí, Al se salió de mí y me giró para correrse en mi cara.

Me quedé con los ojos cerrados mientras escuchaba murmullos. Entonces me dio vergüenza y me levanté para irme al baño donde me limpié y me miré. “Pero ¿Qué ha sido eso? ¿He follado delante de otros? Mierdaaaa”.

Cuando volví al salón me encontré con todos follando. Las amigas de Sara estaban chupando las pollas de sus parejas y Alberto le estaba comiendo el coño a Sara que ya estaba desnuda. Cuando me vio, me dijo que me acercara. Fui y le pregunté:

- ¿Esto… esto es una orgía?

- No, cada cuál con su pareja, nadie toca a mi novio y a mi novia, pero cómemelo tú, lo haces mejor que Alberto

Alberto levantó la cabeza y protestó:

- Oye, eso no es verdad

- Sí, cariño, y ve a limpiártela que ahora me vas a follar

Alberto se levantó y yo lo sustituí entre las piernas de Sara.​
 

22​

Unos días después. Domingo, 31 de diciembre por la tarde
Carlos


“Pero te lo advierto, tras las uvas me voy, que las personas mayores no tenemos tanto aguante como los jóvenes” le dije a Silvia por el móvil. Ella se desesperó en broma y dijo:

- Ya estamos, “soy viejo, tengo que dormir, estoy chocheando…” pero mira que te gusta sentirte viejo

- Bueno, es lo que pasa cuando uno se hace viejo, se siente como un viejo

- Pues esta noche no te lo permito, si hasta Gema se va a quedar hasta tarde

- Gema es una niña con mil veces más energía que yo

- Bueno, tú te callas y me haces caso y ya está

- Jeje, ahí está la Silvia mandona… Bueno ¿Qué llevo?

- Otra vez con eso NADA, NO TRAIGAS NADA

- Pero dime si te hace falta…

- QUE NO, que tengo de todo, solo necesito que vengas, solo eso

- ¿Un vino?

- QUE NOOOOOOOOOO, pesao, solo te quiero a ti, con eso estaré felicísima

- Pero con todo lo que estarás organizando, no sé, déjame que vaya antes y te ayude…

- Oh, dios, que hombre éste… lo que me faltaba, tenerte por aquí haciendo las cosas como te de la gana sin hacerme caso

- Siempre te hago caso

- Ya veo el caso que me estás haciendo (riéndose)

Me tuve que reír con ella. Me dijo:

- Vente entre las 8 y las 9

- Vale

- Y bien guapo, ya lo sabes, haré muchas fotos y te quiero como un pincel

- Pufff

- Yo voy a ir espectacular y no puedes desentonar conmigo en las fotos jajaja

- Eso no es problema, seguro que en esas fotos todo el mundo mirará a la chica guapa

- Jajaja Bueno, y ahora déjame, que aún me quedan un montón de cosas que hacer

- Y como no quieres ayuda...

- Lo tengo todo controlado menos al pesao que no me deja trabajar porque no hace más que quejarse de sus años y lo viejo que se siente

Bromeamos un poco más y nos despedimos. La notaba agobiada y nerviosa con los preparativos pero no permitía que la ayudara. Miré por la ventana. Tenía sentimientos contradictorios. Por un lado, tenía ganas de pasar una noche tranquila en casa, sin follones ni gritos, pero por otro lado, me hacía muchísima ilusión ir a la fiesta de Silvia. “No hay quien te entienda, viejo triste” pensé.

Cristina

“¿¿¿¡¡¡¡Sin bragas!!!!???” le pregunté sorprendida a Sara. Estábamos depilándonos en el baño, preparándonos para la fiesta de Nochevieja. La miré incrédula y ella se rio:

- Claro, con el chichi fresquito

- Pero mi vestido es… es mínimo

Me había dejado convencer por Sara para comprarme un vestido que era demasiado atrevido. Con la espalda al aire y tan bajo por detrás que casi se me veía el inicio de la raja del culo. Y luego, demasiado corto, solo me tapaba el culo. Y por delante era muy suelto, tanto que al moverme un poco mis tetas bailaban y se salían del vestido. Era una locura teniendo en cuenta todo lo que pensaba bailar esa noche.

Sara se rio y dijo:

- Imagínate la de veces que vamos a calentar a Al con eso jajaja

El vestido de Sara también era muy corto, aunque por arriba ella no iba a tener el problema de que se le salieran las tetas porque su vestido era más cerrado por los costados y, además, ella tenía tetas pequeñas.

Terminé de depilarle el coño a Sara, totalmente rasurado. Me levanté y ella se arrodilló delante mío para rasurármelo también, aunque ya lo tenía así, era solo dar un repaso. Sara dijo:

- Por detrás ¿Cómo lo tienes?

- Bien

- ¿Seguro? Que ya sabes que Al te querrá follar por el culo

- Lo sé, pero está bien

Noté como me pasaba un dedo desde el ano hasta el coño y dijo:

- Tienes razón, ni un pelito

- Es que no me suelen salir por ahí

- Jo, tía, no sé como te gusta tanto que te dé por el culo

- No es que me guste, pero como a él sí, a mí no me importa

- Pues yo no pienso probarlo por ahora

- Él tiene ganas

- Que se joda, tiene tu culo así que ya está de suerte

No la entendía, yo era incapaz de decirle no a cualquier petición de Alberto pero ella lo hacía constantemente. Entonces Sara dijo:

- Joder, pienso pillarme un colocón de campeonato

- Luego estás fatal al día siguiente

- Lo sé, pero esta noche pienso desconectar y divertirme mucho

Sonreí. Yo prefería no colocarme tanto, quería disfrutar de la fiesta con ellos, estaba muy ilusionada. El año anterior había ido a una fiesta de Nochevieja con Sara y las dos acabamos liadas con unos tíos, follando en el coche de uno de ellos, Sara en los asientos de atrás y yo delante, y estaba tan borracha que ni me acordaba del tío con el que follé. Esta vez quería enterarme y recordarlo todo, era mi primera Nochevieja con mi novio y mi novia.

Carmen
Escuché la notificación en el móvil y alargué la mano para cogerlo pensando que sería Jamal, pero no, era mi madre. Iba a dejar el móvil en la mesita sin leer el mensaje pero me llamó la atención un nombre que había visto de refilón. Pulsé el mensaje y lo leí. Mi madre me contaba un escándalo en el pueblo, que la Reme había echado de su casa al Sebas gritándole y armando espectáculo. Solté una carcajada y Santi levantó la cabeza de entre mis piernas:

- ¿Qué pasa?

- Nada, cariño

Él me miraba con curiosidad. Dejé el móvil en la mesita pensando “¿Qué tal esos cuernos, querida Reme? Qué lástima que te haya fastidiado la Nochevieja, jódete zorra, por reírte de mis cuernos” pensé con malicia recordando el momento en el que esa mañana le había enviado la grabación a Reme. Miré a Santi y le dije:

- Sigue comiendo, que al final conseguiré que sepas comer bien un coño

Y le empujé la cabeza hacia abajo. Rápidamente noté su lengua en mi clítoris y suspiré de gustito. Llevábamos todo el día en la cama. Mi ex se había llevado a Daniel temprano y, en cuanto lo vi irse, había llamado a Santi que vino deprisa. Llevábamos sin vernos más de una semana por mi viaje a mi pueblo y el pobre estaba que no se aguantaba.

Lo miré mientras él se afanaba en lamerme el coño. Seguía sin ser una maravilla pero al menos había conseguido que no fueran lametazos sin ton ni son, ahora se tomaba su tiempo. Lo dejé comérmelo un par de minutos más pero entonces miré la hora y vi que ya se me estaba haciendo tarde, tenía que prepararme para la puta fiesta en casa de Patri, no me había podido escaquear y tenía que ir.

Tiré del pelo a Santi para que viniera a mí y nos besamos con ansia. Le dije:

- Éste es el último polvo, luego te vas que tengo que prepararme para la fiesta

- Pero es temprano, nos da tiempo a…

- No, además (cogiéndole los huevos) tendré que dejar aquí algo para tu novia esta noche ¿No? (sonriéndole)

Le cogí la polla que la tenía casi dura y se la meneé un poco hasta que se puso totalmente dura. Luego, tiré de él para apuntarla a mi coño y le dije:

- Fóllame, cariño

Santi no se hizo de rogar y de una sola embestida me la clavó muy dentro. Lancé un grito de placer y dejé que me follara rápido mientras le clavaba mis dedos en su culo intentando que su polla entrara aún más profundamente en mí.

Tras un buen rato, lo moví para ponerme encima y lo cabalgué lentamente al principio, dejando que viese y tocase mis tetas a placer. Luego, aumenté el ritmo hasta que los dos nos corrimos.

Tras un rato descansando los dos, me levanté y fui al baño. Le dije:

- Vete ya, cariño

- ¿Seguro?

- Sí, me voy a duchar y prepararme, ya no follamos más

- ¿Hasta cuándo?

- Ya te llamaré

- Joder, Carmen, luego tardas días en llamarme

- Es lo que hay

Me metí en la ducha y me tiré un buen rato, tenía el cuerpo satisfecho pero cansado de tantos orgasmos. Cuando salí, Santi ya se había ido. Me puse música y me empecé a poner crema en el cuerpo. No tenía ninguna gana de la puta fiesta de la gorda, pero al menos tenía excusa para irme prontito tras las uvas, el ir a recoger a mi hijo. Era mentira, lo que iba a hacer era irme al burdel de Jamal. No tenía ningún servicio pero quería ir, allí la fiesta seguro que sería mucho más divertida. Además, estaba Jamal y hacía tiempo que no me lo tiraba. Sonreí pensando en la polla de Jamal y lo que me pensaba divertir con ella esa noche.

00:30 1 de enero
Carlos

Me senté cansado de bailar con Gema en brazos y Silvia a mi lado. La niña, a pesar de las horas, estaba más animada que nunca con lo de las uvas y el ruido de las botellas de champán al descorchar.

Al poco, Silvia se sentó a mi lado mientras Gema bailaba con sus primos. Dijo:

- Parece que no se cansa nunca ¿eh?

- Jeje, sí

- Pero ya mismo va a caer, mírale los ojos, se muere de sueño

- Ya

- Bueno, te lo has pasado bien ¿no?

- Mucho

Ella sonrió ampliamente. Estaba guapísima. No era ya solo que fuera una mujer guapa, es que se la veía contenta, que diferencia con hacía unos meses. Ahora que tenían más controlado lo de la enfermedad de Gema, se sentía más segura y había comenzado a tranquilizarse. Me dijo:

- Que contenta estoy de que estés aquí, de verdad

- Se te ve feliz, pero no porque yo esté aquí

- ¿No? ¿Y por qué crees que es?

- Porque has vuelto a coger las riendas de tu vida, se te nota

Me miró fijamente. Luego dijo:

- Eres de lo que no hay

- Me dicen eso mucho últimamente y no sé si es bueno o malo

- Me refiero a que te das cuenta de cosas que nadie se fija, ni mi marido

- ¿A qué te refieres?

- Sí que me siento más segura, siento que vuelvo a controlar las cosas

- Ah, pero es que se nota

- Porque me conoces bien

- Será eso

Me seguía mirando intensamente, con esos preciosos ojos verdes que brillaban. Aparté la mirada incómodo, eran demasiado bonitos. Me dijo:

- Y me ha sentado muy bien volver al gimnasio y quitarme de encima esos malditos quilos de más

- Llevas menos de un mes en el gimnasio, si te has quitado esos quilos es que no eran nada

- Eran mucho para mí

Se me acercó al oído y me dijo:

- Ahora sí me deberías ver desnuda, no cuando lo hiciste que estaba fatal

- ¿Fatal? Jajaja

- Sí, horrible

- Bueno, eso de verte desnuda tiene fácil arreglo (dije en broma)

Silvia rio y contestó:

- Ya quisieras tú

- Obviamente

- Jajaja pero en serio ¿No notas donde los he perdido?

- mmmmm No

- Mira mis piernas

- Las he mirado mucho esta noche, son preciosas

- Jajaja ¿No notas la diferencia?

- No, las veo igual de bonitas que siempre

- ¿Y mi culo?

- Es que ya era perfecto

Me miró de nuevo intensamente. Iba a gastarle una broma cuando se me acercó al oído y dijo:

- Y luego no me crees cuando te digo que tienes un polvazo

Y se levantó para irse donde Gema dejándome asombrado de nuevo.

Silvia
“Dios, estoy fatal” me dije mientras huía de Carlos. Literalmente había mojado las bragas sin que Carlos me pusiera un dedo encima, pero esa sinceridad suya, sus palabras, lo bien que me conocía, como me miraba… No podía evitar que me excitara tanto.

“Tienes que controlarte, Silvia, que se va a pensar que de verdad quieres algo con él” y no es lo que quería, no pensaba engañar a Antonio, jamás de los jamases, pero me sentía tan segura y confiada con Carlos que se me escapaban esos comentarios porque era lo que sentía, siempre había sido una bocazas. Era normal ver a otros hombres atractivos, eso era inevitable, y tener fantasías, “pero lo de reconocerle que me lo follaría es demasiado, contrólate, Silvia”.

Lo miré disimuladamente y vi que me miraba “¿Qué estará pensando? ¿Que le he propuesto algo? Espero que no, mi intención no es esa, es hacerle ver que no tiene nada malo, al contrario, que aún es un hombre atractivo”.

Decidí volver con él. Me senté a su lado y le dije:

- Perdona por lo de antes

- Nada

- No, es que… Creo que me tomo muchas libertades últimamente

- Yo…

- No estoy ligando contigo cuando te digo esas cosas

- Lo sé

- Pero no por lo que piensas, que te conozco, ahora mismo estarás pensando “Soy un viejo, nadie quiere nada con un viejo” (imitando malamente su voz)

Carlos se rio y continué:

- No es por eso, te considero un hombre atractivo, creo que te lo he dejado claro, pero estoy felizmente casada, nunca engañaría a Antonio

- Lo sé, Silvia, no hace falta…

- Sí, sí hace, lo que intento hacerte ver es que no te vemos como tú te ves, pero como soy tan bocazas, te puedo estar dando la sensación de querer algo contigo

- No, lo tengo claro

- Lo tienes claro por como te ves y te digo que es un error. Lo debes tener claro porque estoy casada y feliz, por eso no estoy ligando contigo ¿vale?

Él asintió. Le sonreí:

- ¿Aclarado?

- Sí

- Esto no quiere decir que no puedas decirme piropos ¿Eh? Me encantan tus piropos

- Vale

- Y yo te seguiré diciendo que tienes un buen polvo pero sabiendo que nunca lo echaremos por mi situación, no por tu falta de atractivo ¿Entiendes?

Volvió a sonreír incrédulo. Meneé la cabeza:

- Nunca te bajarás de tu burro de que no eres atractivo ¿Verdad?

- Jeje

- Ayyyy, Carlos, que equivocado estás

Y me levanté. Le di la mano para levantarlo y le dije:

- Anda, vamos a bailar a ver si cansamos definitivamente a Gema para que se acueste

Y Carlos me cogió la mano para levantarse sonriendo.

Carmen
Le di al taxista la dirección del burdel de Jamal y me puse a mirar por la ventana pensando. La fiesta había sido un aburrimiento total. La familia y amigos de Patri eran tan tontos como ella. Media hora después de tomarnos las uva ya estaba despidiéndome de todos deseando irme.

Pero algo interesante había ocurrido. Patri, con alguna copa de más, me había sorprendido diciéndome:

- Tú y Carlos ¿Tenéis algo?

Ni siquiera sabía a quien se refería. Le pregunté y me dijo:

- Carlos, el de recursos humanos

- Ahhhh, que va

- Es que os he visto varias veces comiendo juntos

- Sí, bueno, lo veo solo y me da lástima

- Pues no está nada mal

Le pregunté incrédula:

- ¿Carlos?

- Sí

- ¿El cincuentón?

- ¿No te parece mmmm atractivo?

- Pues… A ver, feo no es pero es… es mayor para mí

- Pero eso lo compensa con otras cosas

Eso me intereso ¿Estaba insinuando que se acostaba con él y era bueno en la cama? Le pregunté:

- ¿A qué te refieres?

- A… noooo, eso nooooo jajaja

La miré divertida porque se había puesto colorada. Ella dijo:

- No seas mala, Carmen, no me he acostado con él

- Es que eso de compensar suena a…

- No, no, jajaja, vale, sí, suena a eso pero no me refería a eso jajaja

- ¿Entonces?

- A la pasta que tiene

- ¿Cómo?

- Es… A ver, que esto quede entre nosotras

Asentí muy interesada. Ella dijo:

- Carlos es el dueño de la empresa

Me empecé a reír. Ella también reía, con risa de borrachina, mientras asentía. Le dije:

- Anda ya

- Sí, chica, pero no quiere que se sepa, quiere estar en un segundo plano

- Pero ¿Cómo?

- No lo sé bien pero hizo mucho dinero en América, y cuando vino aquí, no sé como, nos compró cuando estábamos a punto de cerrar, éramos muy pocos, solo 5 o 6

La miré totalmente sorprendida. Ella siguió:

- Cambió toda la forma de gestionar la empresa y míranos ahora, sin ningún problema económico y creciendo cada año

- Pero… pero… el director general es…

- Sí, lo es, pero es un muñeco de paja, Carlos es quien dirige todo

- Hostias

- Es millonario, no tendría ni que trabajar pero se aburriría o algo, no sé

- Pero si está en un puto cuartucho como despacho junto a los frikis y tiene un coche de hace 6 o 7 años y ropa de…

- Sí, sí, pero es que el hombre es así, humilde o qué se yo, pero tienes que verlo en las reuniones de dirección, como nos callamos todos mientras lo escuchamos, tiene una cabeza para la gestión y…

“Joder con Carlos, que es millonario y yo sin saberlo”. Esto lo cambiaba todo. Tenía que pensar muy bien mis siguientes pasos pero sería sencillo, muy sencillo, lo tenía comiendo de mi mano. Sonreí, teniendo en cuenta las nuevas circunstancia, no me importaría acostarme con él aunque fuera mayor, total, me acostaba con tíos mucho más asquerosos por dinero, y Carlos feo no era, baboso pero feo no. Además, que fuera mayor tenía sus ventajas, no querría tanto sexo y, con suerte, podría tener algún infarto follando. “No seas mala, Carmen, que ya que te va a hacer rica, que lo disfrute, coño” pensé sonriendo.

El taxi paró y fui a pagar pero el taxista me dijo:

- ¿Eres puta? ¿Cuánto por un polvo?

- Cariño, no puedes pagar mi tarifa

Le di el dinero y salí fuera. Ahora sí venía la diversión de verdad.

Silvia
Estaba recogiendo un poco la cocina cuando escuché la puerta de la calle. Antonio había bajado a acompañar a los últimos rezagados de la fiesta. Carlos se había ido hacía media hora pero un par de amigos de Antonio habían estado bebiendo con Antonio hasta que les dije que ya era hora de irse.

Escuché como llegaba a la cocina y sin volverme a él, le dije:

- Voy a recoger un poco esto, que hay que guardar en el frigo…

De pronto, lo tenía pegado a mi espalda cogiéndome las tetas desde atrás. Me dijo al oído:

- Que buena estás hoy, Silvi

Me llegó el olor de su aliento alcohólico. Me reí y me volví hacia él. Le besé y le dije:

- Pues espérame en la cama y me lo demuestras

- No, no puedo esperar

- Sí, anda, que…

Entonces me giró, me inclinó sobre la encimera y me subió la falda. Protesté pero me bajó las bragas. Al poco, me la metió de un tirón. Lancé un pequeño grito de dolor. Iba a decirle algo pero se puso a follarme rápido y lo dejé, empezaba a gustarme. Me cogía fuerte de las caderas y gemí. De pronto, paró y me la sacó. Dije:

- Nene, sigue

Noté presión en el ano. Le dije:

- No, por ahí no

- Sí, me ha tenido loco toda la noche este culo

- Pero así no, yo…

Noté como empujaba fuerte y se me escapó un grito de dolor cuando me la metió. Pensé “Joder, como duele”. Llevábamos sin hacerlo así desde aquella vez hacía tres meses y fue con lubricante y estando muy cachonda, no a palo seco como ahora. Me dio tres embestidas fuertes y se corrió dentro de mi culo.

Nos quedamos quietos hasta que la sacó. Me giré y lo miré. No estaba enfadada pero sí sorprendida, nunca hacía cosas así. Me besó y le devolví el beso. Luego dijo:

- Me acuesto

- Ahora voy

Me limpié con papel y me subí las bragas. Me dolía el culo pero nada grave. “Vaya forma rara de empezar el año” pensé. Con las uvas había pensado en dos objetivos/deseos para este año. El primero era tener más sexo con Antonio, que sabía que el año recién acabado había tenido demasiado poco sexo, y el segundo era buscarle pareja a Carlos. “Bueno, pues ya has empezado con el sexo, Silvia” pensé.

Carmen
Estaba con Jamal en la sala de los almohadones, los dos desnudos, fumando y riendo. La fiesta seguía en la otra habitación pero nosotros estábamos de relax. Habíamos follado bien, muy bien, y ahora descansábamos fumando.

Sabía que la fiesta iba a acabar en orgía. Todas las putillas de Jamal estaban allí en tanga y el ambiente estaba muy caldeado. Entonces llamaron a la puerta y Jamal dijo:

- ¿Qué pasa?

Entró Kiara que me echó una mirada de odio. Le dijo a Jamal:

- Los clientes se impacientan ¿Empezamos la orgía o seguimos dándoles palique para que gasten en bebidas?

- ¿Nadie quiere ir a habitaciones?

- Los que querían ya han ido

Jamal miró la hora y dijo:

- Empezad ya

- Pero hay muchos tíos, y nosotras somos pocas

- Podéis con ellos

Entonces Kiara me miró y dijo:

- Y ella ¿Por qué no participa? También es puta

- Porque no

- Pero si es…

Jamal se levantó como el rayo y le dio un tortazo a Kiara. Le dije:

- Ella no es puta de burdel

Kiara me miró y yo le sonreí. “Jódete, zorra” pensé con alegría. Se fue sin decir nada más. Jamal se volvió a tumbar y dijo:

- Esa zorra me está agitando el gallinero

- ¿Sí?

- Contigo, te ha cogido manía

- Que se joda

- Esa puta se las sabe todas, ten cuidado con ella

- Que lo tenga ella conmigo, cariño

Me sonrió divertido. Dijo:

- Creo que la voy a tener que enviar a otro burdel, una lástima, está muy buena y sabe satisfacer a los clientes, pero con esa boca que tiene, y esa mala leche…

Le pasé mis pies por su polla, suavemente. Le dije:

- Bueno, cariño, tú relájate y deja de pensar en la putilla

- Relajado estoy, mira como la tengo

Se la miré mientras mis pies seguían acariciándosela. Estaba flácida. Le dije:

- ¿Ah, sí? ¿Quieres que yo te ponga cardíaco?

- Jajaja

Me incorporé y fui hacia él, no iba a durar mucho así de flácida, eso seguro.

Cristina
Estaba bastante mareada, habíamos fumado demasiados porros y bebido aún más. La fiesta no me había gustado. Como iban los amigos de Alberto, no me podía enrollar con él, solo Sara. Y no hacían más que acercárseme moscones por culpa de mis tetas que tendían a salirse cada vez que me movía rápidamente mientras bailaba. Me había pasado varias horas eludiendo a tíos con ganas de un polvo fácil.

Sobre las 4, Sara había dicho de irnos a casa de unos amigos suyos y fuimos. Y allí estábamos, bebiendo y fumando sin parar, con la música demasiado alta y estridente. Solo quedábamos Alberto, Sara, yo y tres amigas de la facultad de Sara y sus respectivas parejas o lo que fueran.

Cerré los ojos sintiendo que todo giraba a mi alrededor. Estaba sentada en un sillón con las piernas muy juntas porque no llevaba bragas y con la falda tan corta, se veía todo si me descuidaba. Escuchaba como Sara y Alberto contaban como era nuestra relación. Los 3 chicos flipaban y las 3 chicas preguntaban un montón de cosas, que como nos organizábamos para el sexo, que si lo hacíamos juntos, que si entre nosotras… Sara, muy borracha, contaba demasiados detalles pero a mí me daba igual, sabía que si intentaba hablar, solo me saldrían balbuceos, estaba demasiado colocada.

Alberto se sentó a mi lado y me preguntó al oído:

- ¿Estás bien?

- Mareada

- No irás a potar ¿No?

- No jeje

- Joder, como me pone que se te vea media teta con este vestido

Me miré y de nuevo tenía una teta casi fuera. Suspiré y fui a colocármela bien pero Alberto comenzó a morrearme y se me olvidó todo, saboreando su lengua. Su mano me acarició un muslo e intentó meterse entre mis piernas, pero le dije:

- ¿Qué haces? Que no llevo bragas

- Lo sé

- Que se me va a ver todo si me abres las piernas

- Está mi mano, no te preocupes

Me siguió besando y, poco a poco, su mano se fue metiendo más y más. Noté sus dedos acariciándome la rajita y le dije:

- Vámonos a una habitación

Entonces Sara se sentó a mi otro lado y dijo:

- Es nuestra zorrita, hace todo lo que le decimos ¿Verdad, Cris?

Ese comentario no me gustó. Intenté mirarla pero Alberto no dejaba de besarme. Entonces, Sara me sacó una teta y dijo:

- Mirad, se puso piercings porque se lo dije

Fui a taparme pero entonces Sara se puso a lamerme y chuparme el pezón. A la vez, Alberto empezó a meterme los dedos y gemí apartándome de la boca de Alberto. Entonces fue Sara la que comenzó a besarme. Noté como entre los dos me abrían las piernas y me metían sus dedos. Miré a lo demás, que nos observaban atentamente, me tenían que estar viendo todo. Intenté pararlos y decirles de irnos a una habitación pero entonces Alberto se levantó, se sacó la polla y me la metió en la boca.

En ese momento desconecté de todo y comencé a chupar con ansia esa polla que me volvía loca. Sara me masturbaba mientras me chupaba el pezón. Todos nos miraban pero me daba igual, estaba disfrutando. Alberto se colocó entre mis piernas y me penetró rápidamente, follándome mientras Sara me besaba o tocaba. Entonces, Alberto me cogió y me levantó para ponerme a 4 sobre el sillón. Me la volvió a meter de un fuerte empujón, para follarme rápido. No podía dejar de gemir, cercana al orgasmo pero Sara dijo:

- Dale por detrás, amor

Alberto la sacó y apuntó a mi culo. Arqueé la espalda para que le fuera más fácil. Me la metió lentamente y con algo de esfuerzo. Escuché a alguien decir:

- Hostias, por el culo

Alberto empezó a follarme despacio y Sara puso su mano en mi coño para masturbarme. Cuando Al aumentó el ritmo, le quité la mano y me toqué yo. Cuando me corrí, Al se salió de mí y me giró para correrse en mi cara.

Me quedé con los ojos cerrados mientras escuchaba murmullos. Entonces me dio vergüenza y me levanté para irme al baño donde me limpié y me miré. “Pero ¿Qué ha sido eso? ¿He follado delante de otros? Mierdaaaa”.

Cuando volví al salón me encontré con todos follando. Las amigas de Sara estaban chupando las pollas de sus parejas y Alberto le estaba comiendo el coño a Sara que ya estaba desnuda. Cuando me vio, me dijo que me acercara. Fui y le pregunté:

- ¿Esto… esto es una orgía?

- No, cada cuál con su pareja, nadie toca a mi novio y a mi novia, pero cómemelo tú, lo haces mejor que Alberto

Alberto levantó la cabeza y protestó:

- Oye, eso no es verdad

- Sí, cariño, y ve a limpiártela que ahora me vas a follar

Alberto se levantó y yo lo sustituí entre las piernas de Sara.​
Pobre Carlos, se quedará sin mojar hasta que Carmen le dé un repaso de los suyos. Hablando en serio, creo que las palabras de Silvia pueden haberle dejado algo tocado.
 
Está clarísimo que Silvia , aunque no lo quiera reconocer, está muy atraída por Carlos y parece que no es la única, ya que Cristina y Patricia también lo ven atractivo.
A mí me da que Antonio oculta algo y cuando salga a la luz eso se acaba y ya tiene vía libre para estar con Carlos, porque se ve que le gusta y mucho.
Por otra parte, mal rollo que Carmen se haya enterado que tiene pasta, espero que no caiga en las redes de esa arpía.
 
Pobre Carlos, se quedará sin mojar hasta que Carmen le dé un repaso de los suyos. Hablando en serio, creo que las palabras de Silvia pueden haberle dejado algo tocado.
Está si. Mojar porque el quiere, porque tiene a varias candidatas mojando las bragas, como ha pasado hoy con Silvia y como Patricia ha reconocido a la arpía de Carmen.
 
Está clarísimo que Silvia , aunque no lo quiera reconocer, está muy atraída por Carlos y parece que no es la única, ya que Cristina y Patricia también lo ven atractivo.
A mí me da que Antonio oculta algo y cuando salga a la luz eso se acaba y ya tiene vía libre para estar con Carlos, porque se ve que le gusta y mucho.
Por otra parte, mal rollo que Carmen se haya enterado que tiene pasta, espero que no caiga en las redes de esa arpía.
Pues lo que comentas de Antonio me parece muy acertado. La actitud que muestra de aquí te pillo, te follo a lo bruto, quedo satisfecho y me voy a la cama no me cuadra en la relación que parece mantenían con Silvia.
 
Este capítulo a .i me deja claro que Silvia está deseando a Carlos, pero que al estar casada, eso no va a pasar y, lo más preocupante, es que Carmen va a ir a por el.
Y lo vuelvo a decir, y creo que no soy el único que lo cree, Antonio es probable que le haya sido infiel, y si esto es así, ya si se va a dar lo de Silvia con Carlos.
Me da la sensación de que Silvia no es feliz con Antonio y si lo sería con Carlos, pero entiendo que no haga nada al estar casada.
 
Espero que el ser despreciable tenga un tropezón, de cualquier manera, acercarse a Carlos va a ser más complicado con el marcaje que le va a hacer Silvia, en cuanto vea algo raro en la zorra de Carmen se lanza a por ella. Puede que Carmen, sin quererlo, le haga un favor a Silvia.
Después de esta noche, a ver si Cris se da cuenta de las sabandijas que tiene como novios. Son como sanguijuelas chupándola la vida.
 
Estoy de acuerdo con casi todos los comentarios, para que añadir nada más. Bueno sí, que esperaba que en esta Nochevieja ocurriera algo más interesante. Será para otra fiesta.

Desde luego Carmen ya no va a ver a Carlos como un baboso, va a ir a por él con toda su artillería.

Tengo una duda, ¿cuantas pajas se ha hecho Héctor pensando en Cristina?
 
Hay cierto paralelismo entre Carlos y Hector. Los dos con pasta, buenas personas, sus mejores amigos son chicas, Hector desea a Cristina, su mejor amiga, Carlos se está dando cuenta que empieza a desear a Silvia, su mejor y única amiga. Tendrán el mismo final las dos historias?
 

23​

Una semana después. Lunes, 8 de enero
Héctor


Miré disimuladamente a Cris que leía algo en la pantalla de su ordenador. Habían pasado dos semanas desde la última vez que la había visto y ahora me parecía que estaba más guapa aún. Tenía su largo pelo recogido en una cola y llevaba sus gafas. Y vestía una blusa ajustada de cuello alto que la estilizaba mucho, perfilando sus pechos.

Volví la mirada a mi ordenador, solo habían sido dos semanas, era imposible que hubiera cambiado y estuviera más guapa, era solo que la había echado de menos, solo eso. “Deja de pensar en ella, se lo habrá pasado genial con su novio y ni se habrá acordado de ti, idiota” me dije y me puse los auriculares con música alta para concentrarme en mi trabajo.

De repente, di un respingo al notar que alguien me tocaba en el hombro. Me quité los auriculares y levanté la vista para ver a una sonriente Cris que me decía:

- Ay, perdona, es que te estaba llamando y no me escuchabas

- Oh, sí, yo…

- ¿Quieres tomar un café?

- Sí, vale

Y vi como se dirigía hacia la cafetera, y la seguí con la vista. Llevaba uno de sus vaqueros tan ajustados y que le quedaban tan bien, marcando su precioso culo. Me demoré unos segundos sin dejar de mirar su culo hasta que escuché que me preguntaba que café quería y me levanté. Nos hicimos el café y pensé que íbamos a volver a nuestros sitios pero se quedó de pie y me preguntó:

- ¿Cuándo volviste?

- A… ayer

- Ah ¿Y los reyes bien?

- Sí, bien

- Cacharritos y esas cosas ¿no?

- Sí, algo así

- Venga, cuéntame

Me sonrió y le conté mis reyes. Luego, le pregunté:

- ¿Y tus reyes?

- Bueno, ya sabes que no me gustan los regalos

- Ah, ya

Me dio lástima, ¿No había recibido nada en reyes? “Joe, yo la cubriría de regalos” pensé. Durante mis vacaciones le había escrito dos veces, una para felicitarle la Navidad y otra el nuevo año. Las dos veces me respondió pero no sabía nada más de como lo había pasado esos dias así que le pregunté:

- ¿Y cómo has pasado las fiestas? ¿Mucho lío aquí?

Ella suspiró y dijo:

- De trabajo todo muy tranquilo, demasiado, no había nadie

- Ya

- Y las fiestas empezaron mal para mí

- ¿Sí?

Y me contó como había pasado la Nochebuena. Me quedé muy sorprendido, con Carlos, los dos solos en casa de Carlos. Ella, al verme la cara dijo:

- No pasó nada entre nosotros ¿Eh?

- No, ya, yo…

- Carlos estuvo genial, muy divertido, y ni una insinuación ni nada, sabe que tengo novio

- Ya, ya

- La verdad es que casi le supliqué por pasarla juntos, no podía volver a pasar otra nochebuena sola

- ¿Pa… pasas las nochebuenas sola?

- Sí

- Nunca me lo habías dicho

- Me daba mucho corte, pero ahora con vosotros aquí y con mi novio, me siento más… más arropada, no sé, no lo entenderás

La verdad es que no entendía nada ¿Y su familia? ¿Y su novio la deja tirada en Nochebuena sabiendo que estaría sola? No, no entendía nada de nada, pero no me atrevía a preguntar, sabía que a ella no le gustaba hablar de esos temas y no quería molestarla. Me mordí la lengua mientras Cris seguía contando:

- Fueron dos noches muy diferentes, la Nochebuena en plan tranquilo pero me lo pasé genial, Carlos es muy divertido. Y la Nochevieja con mi novio fue en plan beber, bailar, descontrolar y… y sexo, claro

La miré, se había sonrojado mucho. Ella se rio y dijo:

- En fin, que no cambiaría ninguna de las noches, así que sí, he tenido muy buenas fiestas ¿Y tú?

- Yo… nada… con mis primos, la familia…

- Guay ¿No?

- Sí, supongo

Ella sonrió con tristeza y dijo:

- Ojalá yo tuviera unas fiestas familiares, las echo de menos

En ese momento se asomó Carlos por la puerta y dijo:

- Hola, chicos, feliz año, Héctor, que a ti no te veo desde el año pasado jeje

- Sí, jeje (riéndole la gracia tonta)

Esa mañana cuando llegamos vimos que Carlos ya había llegado temprano como siempre pero no estaba en su sitio. Carlos miró a Cris y le preguntó:

- Cris ¿Cómo estás? Que tú me has tenido que aguantar todas las navidades

- Jeje, estoy muy bien, Carlos

- Bien, bien. Perdonad que no estuviera cuando habéis llegado, es que me han llamado para una reunión

- Nos lo hemos imaginado

- ¿Nos reunimos en mi despacho y charlamos un poco de las fiestas y alguna cosa más?

- Claro

- Voy llamando a Silvia para que se conecte por video y hablamos todos juntos, venid cuando hayáis acabado los cafés

Los bebimos rápido y fuimos al despacho. Allí vimos a Silvia en pantalla:

- Hola, chicos, ¡¡feliz año!!

Le deseamos lo mismo mientras nos sentábamos. Entonces Carlos empezó a preguntarnos a Silvia y a mí por nuestras vacaciones. Le contamos aunque estaba claro que Carlos había hablado y visto mucho a Silvia durante las mismas. Entonces Silvia le preguntó a Cris por la Nochevieja y Cris respondió:

- Muy bien, bueno, un poco de descontrol pero bien

- Esta vez no te dejó tirada tu novio ¿No?

- No, no jeje, y vosotros os lo pasasteis muy bien en tu casa ¿no?

- Sí, mucho

Carlos intervino:

- Yo agotado, no estoy para tanta juerga

Silvia rio y dijo:

- No está para tanta juerga y no paró de bailar y reír

- Eso es por tu niña que…

- Eso es porque no paraste, no culpes a Gema

- Pero…

- Si no paraste de bailar conmigo, serás…

- Solo un poquito

- Que mentiroso jajaja

Y los dos metiéndose pullas sin parar pero riéndose, que buen rollo tenían, ojalá Cris y yo fuéramos algún día igual, porque sabía que como pareja era un imposible. Miré a Cris que sonreía divertida mirándolos discutir. Entonces me miró, se inclinó y me dijo bajito:

- Silvia tiene razón, es un tío divertidísimo y bailón

- ¿Bailaste con él?

- Villancicos jeje

Entonces Silvia paró y dijo:

- Así tienes a mi niña, que no para de preguntar por ti

- Si no hago nada

- ¿No? ¿Y el día de reyes que tu casa parecía una juguetería?

- Ah, eran dos cositas

- ¿Dos cositas?

Silvia nos miró y dijo:

- Pero si aún tiene cajas sin abrir, imaginaos

Nos reímos y Carlos dijo:

- Bueno, es mi ahijada, que menos que comprarle algo

- Algo dice, me la estás mal criando, cuando sea una adolescente inaguantable te la pienso endosar porque serás el culpable

- Bueno, bueno, si es encantadora

- Ya verás cuando tenga 15 o 16 años ¿Verdad, Cris?

Asentí. Los dos siguieron riéndose y contando anécdotas de los reyes. Tras un buen rato, Carlos dijo:

- Bueno, habrá que trabajar ¿No?

Me fui a levantar pero Carlos dijo:

- Espera, espera con las prisas

Me quedé quieto y dijo:

- Que esta reunión era para ver algunas cosas del trabajo, pero como Silvia no para de chismorrear y…

- PERO SERÁS…

- Y ahora que al fin calla, pues vamos a ver esas cosas

- Que paciencia hay que tener contigo (dijo Silvia sonriendo)

Entonces Carlos nos contó sus ideas para el nuevo año, nuevos programas que había que hacer, modificaciones de otros, cambios en los servidores. Era mucho trabajo y dijo:

- Y la semana que viene entrarán dos becarios, son de la siguiente promoción a la vuestra, a ver si hay suerte y salen tan buenos como vosotros

Cris y yo sonreímos. Carlos dijo:

- Nuestra idea (señalando a Silvia) es que seáis vosotros los que los tutoricéis, que cada uno se haga responsable de uno de ellos y los guíe

- De una de ellas

- ¿Qué? ¿Al final cogiste a las dos chicas?

- Sí, es lo que hablamos

- Vale, pues a una de ellas

Asentimos. Silvia dijo:

- Lo mismo las conocéis ¿No?

Cris respondió:

- No creo, ni Héctor ni yo sociabilizábamos mucho en el centro

- Ah, bueno, pues nada, las conoceréis la semana que viene, las estuve entrevistando a principios de diciembre y, bueno, como vosotros, pocos conocimientos prácticos pero me gustaron, a ver que tal

- Genial

Seguimos revisando tareas, prioridades y asignación de trabajos y luego nos fuimos a nuestro sitio a trabajar.

Carlos
Tras la reunión, revisé mi correo y uno me llamó la atención. Era de Carmen y decía:

“Feliz año, Carlos. ¿Qué tal todo? Espero que muy bien ¿Quieres tomar un café para charlar de estas fiestas? Avísame, besos”.

Me sorprendió. Había estado tentando de felicitarle las fiestas por WhatsApp pero al final no me pareció oportuno porque no nos escribíamos más que por el correo del trabajo, y sería aprovechar mi posición para conseguir su número de móvil. Lo cierto es que tenía ganas de verla. Le contesté inmediatamente “Feliz año, Carmen. Claro que sí ¿Puedes ahora? Saludos”.

Al momento recibí correo de contestación. “Nos vemos en 5 minutos en la cafetería de enfrente, besos”.

Fui casi dándome prisa, como un colegial.

Carmen
Me dirigí a la cafetería con algo de retraso intencionado, que esperara un poco y se impacientara. Había pensado mucho en Carlos. No terminaba de creerme que de verdad tuviera dinero y una noche, charlando con Jamal, me dijo que él conocía a alguien que podía investigarlo. Un par de días más tarde me lo confirmó, tenía pasta, mucha pasta, así que debía ser mío, sería mi tonto perfecto.

Pero no pensaba ir directa, nada de arrodillarme rápidamente para chupársela. No, este hombre requería otra forma de abordar una relación, no querría sexo y ya está, querría una relación completa. Así que iría despacio con él, haciéndome la difícil y cuando llegara el momento, me abriría de piernas y entonces ya sería completamente mío. Sonreí.

Entré en la cafetería y miré las mesas. Cuando lo encontré, se estaba levantando, había estado pendiente de mi entrada. Le sonreí y caminé hacia él, siendo totalmente consciente de las miradas de todos los tíos que había en la cafetería. Cuando llegué a la mesa, me acerqué y le di dos besos:

- Que bien te veo, Carlos

- ¿Qué? No, no, la que se ve estupenda eres tú, Carmen, como siempre

- Que tonto, si estoy cansadísima, no puedo estar bien

Me quité el abrigo y me senté sonriéndole. Lo miré, lo tenía totalmente babeando, iba a ser facilísimo.

Carlos
“Que mujer” pensé mientras venía hacia mí. Muchas miradas la siguieron durante su trayectoria a mi mesa, pero era normal, Carmen era un monumento como quedó más que patente cuando se quitó el abrigo.

Estuvo simpatiquísima. Me contó lo bien que se lo había pasado en el pueblo con su madre, que la echaba mucho de menos, su familia y sus viejos amigos con los que había estado recordando viejos tiempos. Y lo bien que se lo había pasado su hijo con sus primos del pueblo. Me alegré mucho por ella, después de su divorcio y lo mal que lo había pasado, necesitaba el apoyo de la familia y amigos, estaba claro.

Entonces me preguntó por Nochevieja y le dije que estuve con unos amigos y fue muy divertido. Le pregunté por su fiesta de fin de año y me dijo:

- Estuve en casa de Patri, nos lo pasamos genial, me encantó, su familia y sus amigas divertidísimos

- ¿Sí? Genial

- Pero me fui temprano, tenía que recoger a mi hijo de la fiesta de su padre, y nos acostamos prontito, a las 1 y poco ya estaba en mi cama

- No puedes estar sin tu niño ¿Eh?

- No, jeje, pero en la cama me puse a pensar

- ¿En qué?

- En mi vida, creo que tengo que pasar página ya ¿No crees?

- ¿Te refieres al divorcio?

- Sí, y todo el daño que me ha hecho y me sigue haciendo

- Entiendo

- Aún soy una mujer en la flor de la vida ¿No crees? Me merezco vivirla y no estar deprimida por ese hombre y como me engañó

- Ya, claro, claro

- No sé, vivir la vida ¿Entiendes?

- Sí, te entiendo

- Y me hice un propósito de año nuevo

- ¿Cuál?

- Salir, divertirme, vivir… ¿Te parece mal?

- ¿Mal?

- Sí, como madre de un niño pequeño, que quiera salir a divertirme ¿Te parece mal?

- No, mujer, es que es lo que debes hacer

- ¿Sí? Ay, gracias Carlos, veo que me entiendes

- Sí, Carmen, claro que sí

Entonces me cogió una mano y la apretó con las dos suyas, y me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. Me sonreía afectuosamente y dijo:

- Sé que te debo una cosa

- ¿A mí? ¿El qué?

- Te dije que cuando acabaran las obras de mi casa haría una fiestecita con mis mejores amigos para inaugurarla, pero es que no tenía ánimos, de verdad, ni de fiestas ni de amigos

- Ah, pero es comprensible, no te preocupes

- Sí, me molesta no haberlo hecho, con todo lo que me has ayudado y apoyado

- Nada, mujer, no ha sido nada

- Pero no estoy aún con ánimo de organizar una fiesta, pero sí he pensado que te podrías venir una noche a cenar, nada muy elaborado, solo enseñarte la casa, presentarte a mi hijo y cenar tranquilos ¿Podrías?

Me quedé sin habla. Conseguí decir:

- ¿Yo? Bueno...

- ¿Te pongo en un compromiso? Perdona, olvídalo, seguro que te parece un plan aburridísimo

- No, no, que va, al contrario, me encantaría

- ¿En serio? ¿No lo dices por no hacerme sentir mal?

- Que va, Carmen, de verdad que yo encantado

- ¿Sí? Ay, que bien, me alegras el día ¿Qué día te viene bien?

- ¿De esta semana?

- Sí, claro, quiero empezar bien con mi propósito, cariño

- Yo… Pues no sé ¿El miércoles?

- De acuerdo, dime tu móvil, que no te tengo

Nos intercambiamos los móviles y me dijo:

- Te mando la dirección de mi casa ¿Nos vemos a las…? Huy, que tonta, ni sé a qué hora decirte, estoy pensando en cuando darle la cena a Daniel y luego la nuestra…

- No te preocupes, me lo dices el miércoles cuando lo tengas claro

- Perdona, es que estoy desentrenada en esto de las “citas”

Lo miré abobado, una cita, una cita con Carmen, increíble. Charlamos un poco más y luego volvimos al trabajo. Nos despedimos con dos besos. De camino a mi despacho iba sonriendo como un bobo y sin poder dejar de pensar “Joder, voy a tener una cita con Carmen, que bien empieza el año”.

Carmen
Cuando llegué a mi mesa, mi móvil sonó con una notificación. Lo miré, era Jamal. Le respondí:

- Cariño, estoy en el trabajo ¿Urge?

- Era para decirte que te he conseguido un servicio para esta semana

- ¿Para el sábado?

- No, bueno, sí, pero eso ya te lo dije ayer ¿No?

- No

- Pues el sábado tienes un servicio completo, cena y folleteo toda la noche

- Bien

- Y el miércoles dos horas de folleteo de 10 a 12 de la noche

- ¿El miércoles?

- Sí ¿Algún problema?

Pensé rápido, era cuando había quedado con Carlos. Tras unos segundos, le dije a Jamal:

- No, ninguno

- Los dos han pedido servicios especiales

- ¿Especiales?

- Sí, ya sabes, sumisión, azotes... Es tarifa especial, sobre todo el del sábado, con ese haces cualquier cosa que te pida que lo ha pagado ¿Vale?

- ¿Y el del miércoles?

- Ese solo ha pedido lo de los azotes y solo 2 horas, cualquier cosa más, la tiene que pagar

- Ah, ok, ok

- Vale, pues te mando el hotel cuando me lo digan

- De acuerdo, te dejo

- Bien, guapa, hasta luego

Busqué a Carlos y le escribí:

- Carlos, acabo de caer que el miércoles no puedo, mi hijo tiene una fiesta de cumpleaños y no me va a dar tiempo ¿Te parece si movemos la cita al jueves?

Me respondió de inmediato:

- Claro, sin problemas

- Gracias, eres un cielo

Dejé el móvil en la mesa. No sería un problema compaginar mi otro trabajo con Carlos, al menos la principio. Luego, cuando la cosa fuera más seria con Carlos, ya vería si dejaba el puterío o no, lo pensaría porque me divertía aunque la mayoría de veces fueran unos tíos asquerosos pero tenía mucho de morbo y zorrerío que me encantaba.

Héctor
“¿No te vas aún?” me preguntó Cris ya de pie y con la chaqueta corta pero gruesa de abrigo puesta para irse a casa. Negué con la cabeza y le dije:

- Me queda lanzar esto para esta noche

- ¿Te espero?

- No, no, vete ya, no pierdas el autobús

- Bueno, vale, hasta mañana

- Hasta mañana

La miré irse, esa chaqueta no le tapaba el culo y aproveché para admirarlo mientras se iba.

Esperé a que terminara el proceso, le quedaba poco, un par de minutos si todo iba bien. Cuando terminé, comprobé que no había problemas y apagué mi equipo recogiendo mis cosas.

Cuando salí a la calle frené en seco. Cris estaba en brazos de un tío, besándose con mucha pasión. Me daba la espalda pero reconocería en cualquier sitio ese culo y pelo. Entonces el tío la soltó y Cris rio en alto, muy contenta. Miró hacia atrás, algo avergonzada y me vio. Dijo:

- Héctor, ven, ven

Me acerqué y Cris, muy sonriente, dijo:

- Te presento a mi novio Alberto. Alberto, éste es mi compañero Héctor

Nos dimos la mano. Me la estrujó. El tío era mucho más alto que yo, más de 1,80, eso seguro, y fuerte, muy fuerte por como me había dejado la mano de dolorida. Además es que se notaba a simple vista que el tío estaba muy cachas. Llevaba la cazadora abierta mostrando una camiseta ajustada marcando pectorales. “Así que éste es el bombero, y tú tonto por Cris cuando está clarísimo que jamás se fijaría en una piltrafa como tú teniendo a un tío así” pensé mientras sonreía como un tonto escuchando una tontería de ese tío:

- Ah, eres otro friki tontito de los ordenadores

- ¡¡Al!! Héctor es un crack con los ordenadores

- Pues eso, un friki de esos, cari

Cris rio la gracia y vi como él le apretaba el culo a Cris y ella se dejaba sonriendo tontamente “Está coladísima por él, bueno, no me extraña, el tío es un cachas” pensé con amargura. Cris dijo:

- Me ha dado una sorpresa presentándose aquí

- Claro, cariño, te echaba de menos

Cris lo miró llena de amor y le dio un pico. Dije:

- Bu… bueno, os dejo, que me… me tengo que ir

- Hasta mañana, Héctor (me dijo Cris sin mirarme, solo tenía ojos para su novio)

- Me...me alegro de haberte conocido, Alberto

Pero el tío me ignoró totalmente y dijo:

- ¿Vamos, cariño?

El que se fue fui yo con cualquier remota ilusión que hubiera podido tener, totalmente por los suelos.

Cristina
Miré a Alberto encantada, menuda sorpresa me había dado, y menuda alegría. Le pregunté:

- Pero ¿Cómo es que has venido?

- Estaba por aquí cerca y me he dicho que echaba de menos este culito jeje

Y me apretó el culo con sus grandes manos. Me reí y le dije:

- No seas malo, que la gente nos mira

- Que miren quien es el dueño de este culo

Sonreí avergonzada y mirando a mi alrededor. Pensé un momento en Héctor, a ver que estaría pensando de mí porque sabía que había estado bastante tonta, pero pronto se me olvidó al darme Alberto otro morreo que me dejó sin respiración. Entonces me dijo:

- Oye, preciosa, ya que estamos por aquí ¿Te importa si vamos a un sitio?

- No, claro ¿Dónde?

- Es que tengo que ir a la tienda donde compro mis proteínas, a ver si las han traído

- Ah, vale, vamos

- Quiero ver si cojo algo más de masa en los brazos

- Yo los veo genial (Y era verdad, eran enormes y musculosos)

- No, no, necesito algo más de masa muscular, para las pruebas

- Mmm vale (No entendía nada de esas cosas así que sería como él decía)

Me llevó a la tienda y preguntó a un dependiente mientras yo curioseaba. Había muchos artículos de todo tipo para gimnasios y cosas así. Entonces vino Alberto y me dijo:

- Sí, ya han llegado

- Genial

- ¿Puedes comprármelos, cariño?

- Bueno

Fuimos a la caja y cuando me dijeron el precio me quedé con la boca abierta, más de 300€ en varios productos. Miré a Alberto que me dijo:

- Está barato

- Pero.. pero…

- Además, tú también los vas a disfrutar cuando esté más cachas aún, cariño

Yo no quería que estuviera más cachas, me gustaba y sobraba como estaba. Dudé, era un buen palo a mi cuenta. Él me cogió del culo y dijo:

- ¿Algún problema, preciosa?

- Es que…

- Anda, paga ya, que tengo ganas de volver a casa para mostrarte lo mucho que te echaba de menos

Le di mi tarjeta al dependiente que cobró rápidamente.

 
Me da pena por Cristina, que sigue sin ver la clase de gilipollas, sinvergüenza, caradura , prepotente, chulo, creído y miserable ( podría seguir poniéndole calificativos al tipo este y ninguno bueno), cuando tiene a un chaval colado por Ella y que vale 556666421234566643345676446644552353355 de veces más que el. Espero que reaccione de una puñetera vez y lo mandé al carajo.
Por otra parte está Carlos que como no le haga ver Silvia que Carmen solo lo quiere utilizar, puede caer en un grave error.
Tiene una idea generada de Carmen que no tiene nada que ver con la realidad.
 

23​

Una semana después. Lunes, 8 de enero
Héctor


Miré disimuladamente a Cris que leía algo en la pantalla de su ordenador. Habían pasado dos semanas desde la última vez que la había visto y ahora me parecía que estaba más guapa aún. Tenía su largo pelo recogido en una cola y llevaba sus gafas. Y vestía una blusa ajustada de cuello alto que la estilizaba mucho, perfilando sus pechos.

Volví la mirada a mi ordenador, solo habían sido dos semanas, era imposible que hubiera cambiado y estuviera más guapa, era solo que la había echado de menos, solo eso. “Deja de pensar en ella, se lo habrá pasado genial con su novio y ni se habrá acordado de ti, idiota” me dije y me puse los auriculares con música alta para concentrarme en mi trabajo.

De repente, di un respingo al notar que alguien me tocaba en el hombro. Me quité los auriculares y levanté la vista para ver a una sonriente Cris que me decía:

- Ay, perdona, es que te estaba llamando y no me escuchabas

- Oh, sí, yo…

- ¿Quieres tomar un café?

- Sí, vale

Y vi como se dirigía hacia la cafetera, y la seguí con la vista. Llevaba uno de sus vaqueros tan ajustados y que le quedaban tan bien, marcando su precioso culo. Me demoré unos segundos sin dejar de mirar su culo hasta que escuché que me preguntaba que café quería y me levanté. Nos hicimos el café y pensé que íbamos a volver a nuestros sitios pero se quedó de pie y me preguntó:

- ¿Cuándo volviste?

- A… ayer

- Ah ¿Y los reyes bien?

- Sí, bien

- Cacharritos y esas cosas ¿no?

- Sí, algo así

- Venga, cuéntame

Me sonrió y le conté mis reyes. Luego, le pregunté:

- ¿Y tus reyes?

- Bueno, ya sabes que no me gustan los regalos

- Ah, ya

Me dio lástima, ¿No había recibido nada en reyes? “Joe, yo la cubriría de regalos” pensé. Durante mis vacaciones le había escrito dos veces, una para felicitarle la Navidad y otra el nuevo año. Las dos veces me respondió pero no sabía nada más de como lo había pasado esos dias así que le pregunté:

- ¿Y cómo has pasado las fiestas? ¿Mucho lío aquí?

Ella suspiró y dijo:

- De trabajo todo muy tranquilo, demasiado, no había nadie

- Ya

- Y las fiestas empezaron mal para mí

- ¿Sí?

Y me contó como había pasado la Nochebuena. Me quedé muy sorprendido, con Carlos, los dos solos en casa de Carlos. Ella, al verme la cara dijo:

- No pasó nada entre nosotros ¿Eh?

- No, ya, yo…

- Carlos estuvo genial, muy divertido, y ni una insinuación ni nada, sabe que tengo novio

- Ya, ya

- La verdad es que casi le supliqué por pasarla juntos, no podía volver a pasar otra nochebuena sola

- ¿Pa… pasas las nochebuenas sola?

- Sí

- Nunca me lo habías dicho

- Me daba mucho corte, pero ahora con vosotros aquí y con mi novio, me siento más… más arropada, no sé, no lo entenderás

La verdad es que no entendía nada ¿Y su familia? ¿Y su novio la deja tirada en Nochebuena sabiendo que estaría sola? No, no entendía nada de nada, pero no me atrevía a preguntar, sabía que a ella no le gustaba hablar de esos temas y no quería molestarla. Me mordí la lengua mientras Cris seguía contando:

- Fueron dos noches muy diferentes, la Nochebuena en plan tranquilo pero me lo pasé genial, Carlos es muy divertido. Y la Nochevieja con mi novio fue en plan beber, bailar, descontrolar y… y sexo, claro

La miré, se había sonrojado mucho. Ella se rio y dijo:

- En fin, que no cambiaría ninguna de las noches, así que sí, he tenido muy buenas fiestas ¿Y tú?

- Yo… nada… con mis primos, la familia…

- Guay ¿No?

- Sí, supongo

Ella sonrió con tristeza y dijo:

- Ojalá yo tuviera unas fiestas familiares, las echo de menos

En ese momento se asomó Carlos por la puerta y dijo:

- Hola, chicos, feliz año, Héctor, que a ti no te veo desde el año pasado jeje

- Sí, jeje (riéndole la gracia tonta)

Esa mañana cuando llegamos vimos que Carlos ya había llegado temprano como siempre pero no estaba en su sitio. Carlos miró a Cris y le preguntó:

- Cris ¿Cómo estás? Que tú me has tenido que aguantar todas las navidades

- Jeje, estoy muy bien, Carlos

- Bien, bien. Perdonad que no estuviera cuando habéis llegado, es que me han llamado para una reunión

- Nos lo hemos imaginado

- ¿Nos reunimos en mi despacho y charlamos un poco de las fiestas y alguna cosa más?

- Claro

- Voy llamando a Silvia para que se conecte por video y hablamos todos juntos, venid cuando hayáis acabado los cafés

Los bebimos rápido y fuimos al despacho. Allí vimos a Silvia en pantalla:

- Hola, chicos, ¡¡feliz año!!

Le deseamos lo mismo mientras nos sentábamos. Entonces Carlos empezó a preguntarnos a Silvia y a mí por nuestras vacaciones. Le contamos aunque estaba claro que Carlos había hablado y visto mucho a Silvia durante las mismas. Entonces Silvia le preguntó a Cris por la Nochevieja y Cris respondió:

- Muy bien, bueno, un poco de descontrol pero bien

- Esta vez no te dejó tirada tu novio ¿No?

- No, no jeje, y vosotros os lo pasasteis muy bien en tu casa ¿no?

- Sí, mucho

Carlos intervino:

- Yo agotado, no estoy para tanta juerga

Silvia rio y dijo:

- No está para tanta juerga y no paró de bailar y reír

- Eso es por tu niña que…

- Eso es porque no paraste, no culpes a Gema

- Pero…

- Si no paraste de bailar conmigo, serás…

- Solo un poquito

- Que mentiroso jajaja

Y los dos metiéndose pullas sin parar pero riéndose, que buen rollo tenían, ojalá Cris y yo fuéramos algún día igual, porque sabía que como pareja era un imposible. Miré a Cris que sonreía divertida mirándolos discutir. Entonces me miró, se inclinó y me dijo bajito:

- Silvia tiene razón, es un tío divertidísimo y bailón

- ¿Bailaste con él?

- Villancicos jeje

Entonces Silvia paró y dijo:

- Así tienes a mi niña, que no para de preguntar por ti

- Si no hago nada

- ¿No? ¿Y el día de reyes que tu casa parecía una juguetería?

- Ah, eran dos cositas

- ¿Dos cositas?

Silvia nos miró y dijo:

- Pero si aún tiene cajas sin abrir, imaginaos

Nos reímos y Carlos dijo:

- Bueno, es mi ahijada, que menos que comprarle algo

- Algo dice, me la estás mal criando, cuando sea una adolescente inaguantable te la pienso endosar porque serás el culpable

- Bueno, bueno, si es encantadora

- Ya verás cuando tenga 15 o 16 años ¿Verdad, Cris?

Asentí. Los dos siguieron riéndose y contando anécdotas de los reyes. Tras un buen rato, Carlos dijo:

- Bueno, habrá que trabajar ¿No?

Me fui a levantar pero Carlos dijo:

- Espera, espera con las prisas

Me quedé quieto y dijo:

- Que esta reunión era para ver algunas cosas del trabajo, pero como Silvia no para de chismorrear y…

- PERO SERÁS…

- Y ahora que al fin calla, pues vamos a ver esas cosas

- Que paciencia hay que tener contigo (dijo Silvia sonriendo)

Entonces Carlos nos contó sus ideas para el nuevo año, nuevos programas que había que hacer, modificaciones de otros, cambios en los servidores. Era mucho trabajo y dijo:

- Y la semana que viene entrarán dos becarios, son de la siguiente promoción a la vuestra, a ver si hay suerte y salen tan buenos como vosotros

Cris y yo sonreímos. Carlos dijo:

- Nuestra idea (señalando a Silvia) es que seáis vosotros los que los tutoricéis, que cada uno se haga responsable de uno de ellos y los guíe

- De una de ellas

- ¿Qué? ¿Al final cogiste a las dos chicas?

- Sí, es lo que hablamos

- Vale, pues a una de ellas

Asentimos. Silvia dijo:

- Lo mismo las conocéis ¿No?

Cris respondió:

- No creo, ni Héctor ni yo sociabilizábamos mucho en el centro

- Ah, bueno, pues nada, las conoceréis la semana que viene, las estuve entrevistando a principios de diciembre y, bueno, como vosotros, pocos conocimientos prácticos pero me gustaron, a ver que tal

- Genial

Seguimos revisando tareas, prioridades y asignación de trabajos y luego nos fuimos a nuestro sitio a trabajar.

Carlos
Tras la reunión, revisé mi correo y uno me llamó la atención. Era de Carmen y decía:

“Feliz año, Carlos. ¿Qué tal todo? Espero que muy bien ¿Quieres tomar un café para charlar de estas fiestas? Avísame, besos”.

Me sorprendió. Había estado tentando de felicitarle las fiestas por WhatsApp pero al final no me pareció oportuno porque no nos escribíamos más que por el correo del trabajo, y sería aprovechar mi posición para conseguir su número de móvil. Lo cierto es que tenía ganas de verla. Le contesté inmediatamente “Feliz año, Carmen. Claro que sí ¿Puedes ahora? Saludos”.

Al momento recibí correo de contestación. “Nos vemos en 5 minutos en la cafetería de enfrente, besos”.

Fui casi dándome prisa, como un colegial.

Carmen
Me dirigí a la cafetería con algo de retraso intencionado, que esperara un poco y se impacientara. Había pensado mucho en Carlos. No terminaba de creerme que de verdad tuviera dinero y una noche, charlando con Jamal, me dijo que él conocía a alguien que podía investigarlo. Un par de días más tarde me lo confirmó, tenía pasta, mucha pasta, así que debía ser mío, sería mi tonto perfecto.

Pero no pensaba ir directa, nada de arrodillarme rápidamente para chupársela. No, este hombre requería otra forma de abordar una relación, no querría sexo y ya está, querría una relación completa. Así que iría despacio con él, haciéndome la difícil y cuando llegara el momento, me abriría de piernas y entonces ya sería completamente mío. Sonreí.

Entré en la cafetería y miré las mesas. Cuando lo encontré, se estaba levantando, había estado pendiente de mi entrada. Le sonreí y caminé hacia él, siendo totalmente consciente de las miradas de todos los tíos que había en la cafetería. Cuando llegué a la mesa, me acerqué y le di dos besos:

- Que bien te veo, Carlos

- ¿Qué? No, no, la que se ve estupenda eres tú, Carmen, como siempre

- Que tonto, si estoy cansadísima, no puedo estar bien

Me quité el abrigo y me senté sonriéndole. Lo miré, lo tenía totalmente babeando, iba a ser facilísimo.

Carlos
“Que mujer” pensé mientras venía hacia mí. Muchas miradas la siguieron durante su trayectoria a mi mesa, pero era normal, Carmen era un monumento como quedó más que patente cuando se quitó el abrigo.

Estuvo simpatiquísima. Me contó lo bien que se lo había pasado en el pueblo con su madre, que la echaba mucho de menos, su familia y sus viejos amigos con los que había estado recordando viejos tiempos. Y lo bien que se lo había pasado su hijo con sus primos del pueblo. Me alegré mucho por ella, después de su divorcio y lo mal que lo había pasado, necesitaba el apoyo de la familia y amigos, estaba claro.

Entonces me preguntó por Nochevieja y le dije que estuve con unos amigos y fue muy divertido. Le pregunté por su fiesta de fin de año y me dijo:

- Estuve en casa de Patri, nos lo pasamos genial, me encantó, su familia y sus amigas divertidísimos

- ¿Sí? Genial

- Pero me fui temprano, tenía que recoger a mi hijo de la fiesta de su padre, y nos acostamos prontito, a las 1 y poco ya estaba en mi cama

- No puedes estar sin tu niño ¿Eh?

- No, jeje, pero en la cama me puse a pensar

- ¿En qué?

- En mi vida, creo que tengo que pasar página ya ¿No crees?

- ¿Te refieres al divorcio?

- Sí, y todo el daño que me ha hecho y me sigue haciendo

- Entiendo

- Aún soy una mujer en la flor de la vida ¿No crees? Me merezco vivirla y no estar deprimida por ese hombre y como me engañó

- Ya, claro, claro

- No sé, vivir la vida ¿Entiendes?

- Sí, te entiendo

- Y me hice un propósito de año nuevo

- ¿Cuál?

- Salir, divertirme, vivir… ¿Te parece mal?

- ¿Mal?

- Sí, como madre de un niño pequeño, que quiera salir a divertirme ¿Te parece mal?

- No, mujer, es que es lo que debes hacer

- ¿Sí? Ay, gracias Carlos, veo que me entiendes

- Sí, Carmen, claro que sí

Entonces me cogió una mano y la apretó con las dos suyas, y me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. Me sonreía afectuosamente y dijo:

- Sé que te debo una cosa

- ¿A mí? ¿El qué?

- Te dije que cuando acabaran las obras de mi casa haría una fiestecita con mis mejores amigos para inaugurarla, pero es que no tenía ánimos, de verdad, ni de fiestas ni de amigos

- Ah, pero es comprensible, no te preocupes

- Sí, me molesta no haberlo hecho, con todo lo que me has ayudado y apoyado

- Nada, mujer, no ha sido nada

- Pero no estoy aún con ánimo de organizar una fiesta, pero sí he pensado que te podrías venir una noche a cenar, nada muy elaborado, solo enseñarte la casa, presentarte a mi hijo y cenar tranquilos ¿Podrías?

Me quedé sin habla. Conseguí decir:

- ¿Yo? Bueno...

- ¿Te pongo en un compromiso? Perdona, olvídalo, seguro que te parece un plan aburridísimo

- No, no, que va, al contrario, me encantaría

- ¿En serio? ¿No lo dices por no hacerme sentir mal?

- Que va, Carmen, de verdad que yo encantado

- ¿Sí? Ay, que bien, me alegras el día ¿Qué día te viene bien?

- ¿De esta semana?

- Sí, claro, quiero empezar bien con mi propósito, cariño

- Yo… Pues no sé ¿El miércoles?

- De acuerdo, dime tu móvil, que no te tengo

Nos intercambiamos los móviles y me dijo:

- Te mando la dirección de mi casa ¿Nos vemos a las…? Huy, que tonta, ni sé a qué hora decirte, estoy pensando en cuando darle la cena a Daniel y luego la nuestra…

- No te preocupes, me lo dices el miércoles cuando lo tengas claro

- Perdona, es que estoy desentrenada en esto de las “citas”

Lo miré abobado, una cita, una cita con Carmen, increíble. Charlamos un poco más y luego volvimos al trabajo. Nos despedimos con dos besos. De camino a mi despacho iba sonriendo como un bobo y sin poder dejar de pensar “Joder, voy a tener una cita con Carmen, que bien empieza el año”.

Carmen
Cuando llegué a mi mesa, mi móvil sonó con una notificación. Lo miré, era Jamal. Le respondí:

- Cariño, estoy en el trabajo ¿Urge?

- Era para decirte que te he conseguido un servicio para esta semana

- ¿Para el sábado?

- No, bueno, sí, pero eso ya te lo dije ayer ¿No?

- No

- Pues el sábado tienes un servicio completo, cena y folleteo toda la noche

- Bien

- Y el miércoles dos horas de folleteo de 10 a 12 de la noche

- ¿El miércoles?

- Sí ¿Algún problema?

Pensé rápido, era cuando había quedado con Carlos. Tras unos segundos, le dije a Jamal:

- No, ninguno

- Los dos han pedido servicios especiales

- ¿Especiales?

- Sí, ya sabes, sumisión, azotes... Es tarifa especial, sobre todo el del sábado, con ese haces cualquier cosa que te pida que lo ha pagado ¿Vale?

- ¿Y el del miércoles?

- Ese solo ha pedido lo de los azotes y solo 2 horas, cualquier cosa más, la tiene que pagar

- Ah, ok, ok

- Vale, pues te mando el hotel cuando me lo digan

- De acuerdo, te dejo

- Bien, guapa, hasta luego

Busqué a Carlos y le escribí:

- Carlos, acabo de caer que el miércoles no puedo, mi hijo tiene una fiesta de cumpleaños y no me va a dar tiempo ¿Te parece si movemos la cita al jueves?

Me respondió de inmediato:

- Claro, sin problemas

- Gracias, eres un cielo

Dejé el móvil en la mesa. No sería un problema compaginar mi otro trabajo con Carlos, al menos la principio. Luego, cuando la cosa fuera más seria con Carlos, ya vería si dejaba el puterío o no, lo pensaría porque me divertía aunque la mayoría de veces fueran unos tíos asquerosos pero tenía mucho de morbo y zorrerío que me encantaba.

Héctor
“¿No te vas aún?” me preguntó Cris ya de pie y con la chaqueta corta pero gruesa de abrigo puesta para irse a casa. Negué con la cabeza y le dije:

- Me queda lanzar esto para esta noche

- ¿Te espero?

- No, no, vete ya, no pierdas el autobús

- Bueno, vale, hasta mañana

- Hasta mañana

La miré irse, esa chaqueta no le tapaba el culo y aproveché para admirarlo mientras se iba.

Esperé a que terminara el proceso, le quedaba poco, un par de minutos si todo iba bien. Cuando terminé, comprobé que no había problemas y apagué mi equipo recogiendo mis cosas.

Cuando salí a la calle frené en seco. Cris estaba en brazos de un tío, besándose con mucha pasión. Me daba la espalda pero reconocería en cualquier sitio ese culo y pelo. Entonces el tío la soltó y Cris rio en alto, muy contenta. Miró hacia atrás, algo avergonzada y me vio. Dijo:

- Héctor, ven, ven

Me acerqué y Cris, muy sonriente, dijo:

- Te presento a mi novio Alberto. Alberto, éste es mi compañero Héctor

Nos dimos la mano. Me la estrujó. El tío era mucho más alto que yo, más de 1,80, eso seguro, y fuerte, muy fuerte por como me había dejado la mano de dolorida. Además es que se notaba a simple vista que el tío estaba muy cachas. Llevaba la cazadora abierta mostrando una camiseta ajustada marcando pectorales. “Así que éste es el bombero, y tú tonto por Cris cuando está clarísimo que jamás se fijaría en una piltrafa como tú teniendo a un tío así” pensé mientras sonreía como un tonto escuchando una tontería de ese tío:

- Ah, eres otro friki tontito de los ordenadores

- ¡¡Al!! Héctor es un crack con los ordenadores

- Pues eso, un friki de esos, cari

Cris rio la gracia y vi como él le apretaba el culo a Cris y ella se dejaba sonriendo tontamente “Está coladísima por él, bueno, no me extraña, el tío es un cachas” pensé con amargura. Cris dijo:

- Me ha dado una sorpresa presentándose aquí

- Claro, cariño, te echaba de menos

Cris lo miró llena de amor y le dio un pico. Dije:

- Bu… bueno, os dejo, que me… me tengo que ir

- Hasta mañana, Héctor (me dijo Cris sin mirarme, solo tenía ojos para su novio)

- Me...me alegro de haberte conocido, Alberto

Pero el tío me ignoró totalmente y dijo:

- ¿Vamos, cariño?

El que se fue fui yo con cualquier remota ilusión que hubiera podido tener, totalmente por los suelos.

Cristina
Miré a Alberto encantada, menuda sorpresa me había dado, y menuda alegría. Le pregunté:

- Pero ¿Cómo es que has venido?

- Estaba por aquí cerca y me he dicho que echaba de menos este culito jeje

Y me apretó el culo con sus grandes manos. Me reí y le dije:

- No seas malo, que la gente nos mira

- Que miren quien es el dueño de este culo

Sonreí avergonzada y mirando a mi alrededor. Pensé un momento en Héctor, a ver que estaría pensando de mí porque sabía que había estado bastante tonta, pero pronto se me olvidó al darme Alberto otro morreo que me dejó sin respiración. Entonces me dijo:

- Oye, preciosa, ya que estamos por aquí ¿Te importa si vamos a un sitio?

- No, claro ¿Dónde?

- Es que tengo que ir a la tienda donde compro mis proteínas, a ver si las han traído

- Ah, vale, vamos

- Quiero ver si cojo algo más de masa en los brazos

- Yo los veo genial (Y era verdad, eran enormes y musculosos)

- No, no, necesito algo más de masa muscular, para las pruebas

- Mmm vale (No entendía nada de esas cosas así que sería como él decía)

Me llevó a la tienda y preguntó a un dependiente mientras yo curioseaba. Había muchos artículos de todo tipo para gimnasios y cosas así. Entonces vino Alberto y me dijo:

- Sí, ya han llegado

- Genial

- ¿Puedes comprármelos, cariño?

- Bueno

Fuimos a la caja y cuando me dijeron el precio me quedé con la boca abierta, más de 300€ en varios productos. Miré a Alberto que me dijo:

- Está barato

- Pero.. pero…

- Además, tú también los vas a disfrutar cuando esté más cachas aún, cariño

Yo no quería que estuviera más cachas, me gustaba y sobraba como estaba. Dudé, era un buen palo a mi cuenta. Él me cogió del culo y dijo:

- ¿Algún problema, preciosa?

- Es que…

- Anda, paga ya, que tengo ganas de volver a casa para mostrarte lo mucho que te echaba de menos

Le di mi tarjeta al dependiente que cobró rápidamente.

La encantadora ya empezó su baile ritual, para atraer al macho al matadero 🫣 Cristina decir más de ella es repetitivo pero la chica le falta un hervor, vaya jeta el Alberto y mal educado, como ha tratado a Hector, que Cris no se de cuenta no habla muy bien de ella la verdad.
 
La encantadora ya empezó su baile ritual, para atraer al macho al matadero 🫣 Cristina decir más de ella es repetitivo pero la chica le falta un hervor, vaya jeta el Alberto y mal educado, como ha tratado a Hector, que Cris no se de cuenta no habla muy bien de ella la verdad.
Que coraje me ha dado. Va de guay y es un don nadie. Con todos sus musculitos, tiene mejor porvenir Héctor que el mono neuronal de Alberto. A este le haces un test de inteligencia y sale -134566.
 
Silvia es una mujer inteligente y con un don de gentes que le permite percibir de que pie calza cada uno ... va a ser muy interesante el choque con Carmen y ver la reacción de Carlos ¿Quedará tan deslumbrado por Carmen como lo está Cristina con Albertito?
Yo me temo que mi tocayo va a caer muy fácil.
Ya está atraído por ella y no veo que se resiste.
 

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