La Destartalá

Evidentemente estoy de broma eh. Cada uno ha vivido la generación que le ha tocado, ni mejor no peor. Pero se puede decir que yo nunca me aburría. Y aunque en mis tiempos no teníamos los medios audiovisuales, internet y demás, lo pasábamos realmente bien.
 
Evidentemente estoy de broma eh. Cada uno ha vivido la generación que le ha tocado, ni mejor no peor. Pero se puede decir que yo nunca me aburría. Y aunque en mis tiempos no teníamos los medios audiovisuales, internet y demás, lo pasábamos realmente bien.
Tenía un brazo más desarrollado que el otro
 
Mi señora me ha insistido en que no vuelva a referirme a Álex como "el mindundi", que ella sabe porqué lo trata así, pero que yo no conozco la historia del mindu... , de Álex, y si conociese su historia no lo llamaría así.

¡Al-Hilal es grande! ¡Aupa Al-Hilal!
 
Ahora que estaba justamente escuchando la canción. Cambiando el nombre de Laura por el de Elvira. Está canción explica lo que le pasa a Álex:

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- No lo sé, yo no soy nadie para preguntarle lo que hace y lo que no, me ha dicho que arregle este cadáver que le hizo la autopsia ayer, ya ve, un viejecito que murió aquí, en el hospital.
A mi me ha extrañado esta escena. Un viejecito que muere en un hospital suele tener la causa de la muerte muy bien definida y no suele ser necesaria la autopsia.
No sé si será relevante o no.
 
A mi me ha extrañado esta escena. Un viejecito que muere en un hospital suele tener la causa de la muerte muy bien definida y no suele ser necesaria la autopsia.
No sé si será relevante o no.

Bueno, la verdad es que el relato tiene alguna incoherencia, no solo esa, aunque no las veo relevantes para el caso.
 
Bueno, la verdad es que el relato tiene alguna incoherencia, no solo esa, aunque no las veo relevantes para el caso.
No sé, el autor suele ser meti-culoso con estos detalles. Aunque puede ser como dices, tocar tantos temas requiere mucho trabajo de documentación y aún así se escapan detalles. Teniendo en cuenta que lo hace por amor al arte, tiene mucho mérito.
 
No sé, el autor suele ser meti-culoso con estos detalles. Aunque puede ser como dices, tocar tantos temas requiere mucho trabajo de documentación y aún así se escapan detalles. Teniendo en cuenta que lo hace por amor al arte, tiene mucho mérito.

Yo no les doy importancia. Ademas como dices, encima que lo hace de forma altruista, no vamos a sacarles faltas.
 
Yo no les doy importancia. Ademas como dices, encima que lo hace de forma altruista, no vamos a sacarles faltas.
No, las faltas mejor que las saque Pablo Bengoechea, un ex de mi equipo. Mi primer ídolo.
PD: lo siento, no he podido resistirme a hacer la broma, aunque sea una mongoleria de las mias
 
...

Al día siguiente Álex fue a buscar a su apartamento a Mónica, cuando se subió al coche, miró directamente a los ojos a Álex.

-¿Has podido arreglar tu corazón partido?- Le preguntó Mónica.

Álex puso en marcha el coche pensando.

-Te lo imaginaste.
-No era difícil hacerlo, sabía que en algún momento tendrías que buscar verte con ella a solas.
-¿Por qué te fuiste de mi casa?- Preguntó Álex intentando cambiar de conversación.
-Creo que ahora mismo no pinto nada en tu apartamento.
-Pintas lo mismo que ayer o antes de ayer.
-Tú ya me entiendes, sé que nunca me distes esperanzas de nada más que ser amigos, así que no te puedo reprochar nada, la próxima vez podréis ir a tu apartamento y estar más tranquilos.
-No habrá próxima vez Mónica, no habrá próxima vez…

Se lamentaba Álex, a Mónica no le pasó desapercibido el comentario.

-Así, sigues con el corazón partido.

Álex se volvió a quedar en silencio, cuando parecía que le iba a contestar sonó el móvil de Álex, una llamada, descolgó con el manos libres del coche.

-Sí.
-Hola Álex, soy el rector de la universidad, estaba esperando que me vinieras a visitar o me llamaras, como veo que no lo haces te llamo yo, es sobre esa chica desaparecida, Remedios Expósito, te lo confirmo, han comenzado las clases, no se ha presentado a ninguna, envié a alguien a su apartamento y está vacío, ya te dije que después del primer trimestre muchos chicos desaparecen, algunos se despiden, la mayoría no lo hacen, supongo que les da vergüenza hacerlo sabiendo que la universidad hace un esfuerzo por ellos. En fin, han faltado varios, como cada año, nada nuevo.
-Muchas gracias rector.
-De nada Álex, si necesitas cualquier cosa ya sabes dónde estoy.
-Gracias de nuevo.

Colgaron la llamada, Álex miró a Mónica.

-Nada nuevo- Decía Mónica.- todo lo que nos ha dicho ya lo sabíamos.
-Y lo peor es que hoy no hay ni un aviso de furgonetas naranjas, supongo que ya vimos todas las de la ciudad.

Cuando llegaron a la comisaría, salió el comisario de su despacho.

-Álex, Mónica, tenéis que ir a la casa esa, a ‘La Destartalá’, Elvira os quiere ver allí.

Mónica puso mala cara, era la primero vez que Elvira salía de la comisaría ¿Por qué los querría ver en la casa? Pensó Mónica, Álex no dijo nada. Salieron y volvieron al coche para desplazarse a la casa. Cuando llegaron, Elvira les esperaba en la verja de entrada, fumándose un cigarrillo. Cuando salieron del coche.

-El Llanero Solitario y su compañera han llegado.- Se cachondeaba Elvira.
-No tiene ninguna gracia.- Le respondía molesto Álex.
-Quería visitar la casa, quien mejor que vosotros para explicármelo todo, sois los que tenéis más información de ella ¿O no es así?

Mientras Álex cortaba la cinta policial con su navaja, Elvira tiraba y pisaba el cigarrillo para apagarlo. Álex abrió la verja y andaba por el camino dirigiéndose a la puerta de entrada, Elvira y Mónica lo hacían a una distancia de Álex.

-¿Qué hay entre vosotros dos?- Le preguntaba Elvira.

Mónica la miraba fijamente, no entendía la pregunta, o mejor dicho, no entendía que le importaba a ella lo que tuviera con Álex.

-No hay nada, somos amigos.- Le contestó. Elvira reía, demostrándole que no se lo creía.
-¿Y entre vosotros?- Preguntó Mónica.

Elvira paró de reír de golpe, no sabía si Mónica se había enterado de la visita de Álex la noche anterior a su hotel, o lo preguntaba porque sabía que habían tenido algo en el pasado.

-Entre nosotros hace muchos años que no hay nada, pero nada de nada.- Respondió Elvira, pensando que Mónica sabría o sospechaba que alguna relación había tenido con Álex.
-Puede que tú no sientas nada por él, pero te aseguro que él sí que siente algo por ti, algo no, bastante.
-Mira Mónica, es verdad que en su momento fuimos pareja, pero se acabó, yo me enamoré de otra persona…
-¿Esa persona sigue en tu vida, vives con él o te casaste?- Preguntaba Mónica.
-No, ya no está en mi vida, soy… como decirlo… no es fácil convivir conmigo.

Llegaron donde estaba Álex esperándolas con las linternas, con la puerta de la casa ya desprecintada y abierta. Entraron los tres, Álex le enseñó la mesa estrellada contra la pared y el boquete que abrió por donde se veía la bodega del sótano.

-¿Por qué alguien empujaría con tanta fuerza esa mesa?- Preguntó Elvira.
-Creemos que fueron unos críos, unos gamberros haciendo de las suyas.- Contestaba Mónica.
-¿Y por qué precisamente contra esa pared? ¿Por qué la estrellaron contra esa pared y no otra? Hay más paredes, podían haber escogido cualquier otra.- Seguía preguntando Elvira.

Álex y Mónica se miraban, en eso no habían pensado ellos.

-Quieres decir- Hablaba Álex.- que es posible que… los que empujaron esa mesa contra la pared sabían lo que había detrás.
-Bueno, todo es posible.- Contestaba Elvira levantando los hombros.
-¿Bajamos a la bodega?- Preguntó Álex.

Elvira confirmó con la cabeza, Álex le dio una linterna, Elvira se la pasó a Mónica, Álex le dio otra a ella y bajaron despacio por las escaleras.

-Este sitio es muy grande.- Confirmaba Elvira.
-Sí, igual que toda la planta de arriba.- Añadía Mónica.
-Supongo que el Marqués bebía mucho vino, ahora está todo lleno de polvo…
-¿Marqués? ¿Qué Marqués?- Preguntaba Elvira.
-El Marqués de Ciudadseca, era el propietario de la casa.- Contestaba Mónica.
-Eso está en los informes ¿No te los habías leído todos?- Preguntaba Álex.
-Sí, me los leí, pero ahora no me acordaba de lo del Marqués.
-José Valladolid Pisuerga.- Decía Mónica.
-El que trataba con esclavos.- Confirmó Elvira.
-Ese mismo.
-¿Qué decías del polvo Álex?- Preguntó Elvira.
-Que ahora está todo lleno de polvo, pero cuando entramos la primera vez, el suelo y la mesa estaban limpios, había mierda por todas partes, pero el suelo y la mesa estaban muy limpios.
-Así, que aquí alguien limpiaba.- Decía Elvira.
-Sí, pero solo aquí, el resto de la casa tiene mierda para parar un tren.- Le explicaba Mónica.
-Supongo que limpiaron la sangre.- Añadía Álex.
-A ver, si mataron aquí a alguien y lo querían esconder, es lógico que limpiaran la mesa y todo por donde salpicó la sangre, por eso, supongo, que estaba limpia la mesa, los bancos y el suelo alrededor.- Argumentaba Elvira, Mónica y Álex se miraban, confirmaban con la cabeza lo que decía Elvira.

Álex le explicó donde encontraron el pañuelo con sangre, Elvira desde donde estaba el pañuelo miró el resto de la sala, y miró para arriba, el pañuelo estaba casi debajo del boquete en la pared. Después le dijeron como la forense había encontrado la mesa llena de sangre. Recorrieron toda la casa, hasta llegar a la buhardilla, donde Álex fotografió los marcos con fotos.

-Dime Mónica ¿Tú vistes desde ahí las fotos?- Preguntó Elvira.
-¿Me estás dejando por mentiroso? ¿No te crees que fuera aquí donde las fotografié?- Levantaba la voz Álex.
-Tranquilo hombre, lo que está claro es que aquí no hay nada, y por la mierda que hay está claro que antes tampoco ¿Las vistes o no, Mónica?- Insistía Elvira.

Mónica lo negó con la cabeza.

-¿No las vistes?- Preguntó Álex.
-Desde aquí no se ven, no podía acercarme por lo mal que está el suelo, acuérdate.
-Las debiste de fotografiar en otro sitio y ahora no te acuerdas.- Decía Elvira.
-Que no ¡Coño! Que fue aquí, Mónica sí me vio fotografiar algo.
-Sí, el flash de la cámara saltó, eso sí, varias veces.- Confirmaba Mónica.
-Pues ya me diréis que fotografió, porque aquí no hay nada.- Insistía Elvira.
-Esto ¡Coño!

Se quejaba Álex, enseñándole a Elvira las fotografías.

-Desde aquí no las veo y no me puedo acercar, salgamos de aquí y me las enseñas.

Las miró en la planta de abajo, las miraban los tres.

-Álex ¿No ves algo raro?- Preguntaba Mónica.
-¿Dónde?
-En la foto de la chica joven, vuelve a mirarla.- Le pedía Mónica.

Álex miraba la foto, Elvira los miraba a los dos.

-¿Qué pasa?- Preguntaba Álex.
-La chica ¿No te acuerdas que estaba muy triste? No te parece que ahora no lo está tanto.
-¡Hostia Mónica! No sé.
-¡Joder! Ahora me diréis que la foto está cambiando ¡Anda ya!- Se cachondeaba Elvira.
-Pues yo diría que antes estaba más triste.- Seguía con lo suyo Mónica.

Elvira caminaba saliendo de la casa riéndose.

-Si decimos estas cosas vamos a perder toda la credibilidad, Mónica.- Le decía Álex.
-¿A ti no te parece que ha cambiado?- Preguntaba Mónica.
-¿Cómo va a cambiar mujer? No digas esas cosas.
-Puede que no me fijara mucho la otra vez, o me imaginaba que estaba más triste de lo que realmente estaba.
-Es lo más probable.- Acabó con la conversación Álex.

Antes de despedirse, en la verja de la casa, Elvira le preguntó a Álex si había alguna novedad sobre la furgoneta naranja, evidentemente le dijeron que no, de hecho, ese día nadie vio a ninguna furgoneta naranja que no vieran el día anterior.


Mónica y Álex circulaban por la ciudad, mirando todas las furgonetas, tenían la esperanza de poder encontrar el vehículo del que sacaron el cadáver de Magui. Se paró en un semáforo, con el codo apoyado en el volante y la mano en la cabeza Álex pensaba, con la vista recorría la calle y los escaparates de las tiendas, entonces vio algo que le llamó la atención, en un escaparate vio una luz blanca fija, por delante una rueda de diferentes colores giraba, la luz cambiaba de color, lógicamente, cada vez que pasaba un color diferente por delante. Álex abrió los ojos, miró a Mónica, Mónica lo miró a él.

-¿Qué pasa? Parece que se te haya iluminado el cerebro.- Se medio cachondeaba Mónica.
-Tengo una idea, mira esa luz.- Le decía él.
-Pues sí, muy bonito como gira y cambia de color.- Se cachondeaba definitivamente Mónica.
-Vamos a comprar una cartulina amarilla.- Le dijo con seguridad Álex.
-¿Una cartulina amarilla?- Preguntaba Mónica, a la vez que giraba la cabeza de lado a lado, como si Álex estuviera mal de la cabeza.

Álex siguió conduciendo y paró delante de una tienda.

-Aquí tendrán.- Le comentó a Mónica mientras salía rápido del coche, ella reía, no entendía la manía de Álex por la cartulina. Y así fue, salió de la tienda con una cartulina amarilla brillante enrollada debajo del brazo. La dejó en el maletero del coche y ninguno de los dos dijo nada más de la cartulina, ni durante el almuerzo, ni durante toda la tarde.


Había oscurecido cuando Soria se presentó en su casa con Benítez, su nuevo compañero, Susan los esperaba, después de las presentaciones y los dos besos pertinentes, se sentaron en el sofá, se tomaban una cerveza.

-Así que eres el nuevo compañero de Soria, me lo explicó días atrás y le dije que te tenía que traer a casa para conocerte.
-Pues sí, es un buen compañero tu marido.
-¿Cómo es que no te había visto antes?- Preguntaba Susan.
-Por qué nunca ha venido a ninguna salida de las que hacemos para tomar algo, imagínate, no sabía ni que Álex cantaba.- Le decía su marido.
-¿Y eso? ¿Estás casado y tu mujer no te deja?- Preguntaba Susan.

Los dos se quedaron en silencio, Susan los miraba, primero a uno después al otro, tenía la sensación que había metido la pata.

-Perdóname si he dicho alguna impertinencia.- Se justificaba Susan.
-No, no pasa nada, mi mujer falleció hace dos años, por eso no…
-Por eso no salía, pero estoy intentando que cambie de opinión y nos acompañe en la próxima quedada.- Le explicaba Soria a su mujer.
-¿Y los niños? Me dijo Soria que teníais dos.- Preguntó Benítez.
-Están con sus abuelos.- Respondió Susan.

Se acabaron las cervezas, Soria miró a su mujer.

-Bueno, supongo que Soria ha hablado contigo.- Le decía Susan a Benítez.
-Sí, sí que me lo dijo, pero la verdad, ahora que estoy aquí… es que no sé qué hacer.- Decía nervioso Benítez.

Susan se movió por el sofá colocándose al lado de Benítez.

-No te preocupes, yo te ayudaré, dime una cosa ¿Te gusto?
-Por supuesto ¿Cómo no me vas a gustar?

Casi no había acabado de hablar cuando Susan ya lo estaba besando, metiéndole la lengua en la boca. Benítez se desató, le pasó las manos por encima de las tetas, se dio cuenta que no llevaba sujetador, le abrió la camisa, le sacó las tetas y empezó a comérselas. Susan, sujetándole la cabeza a Benítez mientras le chupaba y lamía los pezones, miró a Soria, su marido, sentado en un sillón observaba como a su mujer le comía las tetas su compañero, aquella mañana había hablado con Benítez para que hiciera un trío con él y su mujer. Al principio estuvo reacio, no había tocado a una mujer desde que falleció su esposa, pero poco a poco, y precisamente porque hacía tanto tiempo que no follaba, Soria lo fue convenciendo. Así, que allí estaba Benítez, comiéndole las tetas a la mujer de su compañero, ella se había arrodillado en el sofá, para poder ponerle las tetas en la cara, Benítez aprovechó para meterle la mano por debajo del vestido y agarrarle directamente el coño por encima de las bragas. Susan gimió, Benítez le apartó las bragas y le pasó un dedo por el medio del chichi, Susan le desabrochó el pantalón y le sacó la polla, se pajeaban mutuamente.

Soria se levantó del sofá donde estaba y se acercó a su mujer, mientras lo hacía se desabrochaba el pantalón, lo dejó caer, se bajó los calzoncillos y se agarró la polla, ya la tenía tiesa al excitarse viendo como a su mujer la pajeaba su compañero. Le ofreció la polla a su mujer, Susan se la agarró y metió en la boca, chupándola con ganas, se la sacó un momento.

-Benítez ¿Me quieres follar?- Preguntó Susan. Benítez miraba a Soria, como pidiendo permiso.
-Fóllatela, reviéntala a pollazos como a ella le gusta.- Contestó Soria animándolo.

Benítez se levantó del sofá, se desnudó con rapidez. Soria se arrodilló en el sofá, su mujer también arrodillada, se inclinó para seguir comiéndole la polla, levantó el culo ofreciéndoselo a Benítez, este, sin vacilar un momento, le levantó la falda del vestido, le bajó las bragas, le apuntó la polla en la entrada de la vagina… y de un empujón se la metió hasta el fondo, Susan se fue para adelante metiéndose la polla de su marido en la garganta, le salió un gemido raro, por la penetración de Benítez y tener la boca ocupada. El compañero fue encontrando el ritmo follándose a la mujer de Soria, hasta que Susan se levantó, colocó a su marido sentado en el sofá, ella se desnudó, se sentó encima cabalgándolo… ahora se la follaba su marido y ella le comía la polla a Benítez. A Susan se le notaba que se estaba excitando, Soria le hizo un gesto a Benítez para que se sentara a su lado, Susan cambió de montura follándose al compañero de su marido, Soria se levantó, se colocó detrás de su mujer, Susan le puso la tetas otra vez en la boca a Benítez, así se lo follaba y él le comía las tetas, y al echar el cuerpo para adelante, le dejaba sitio a su marido para que le lubricara el culo y le metiera la polla. Cuando se notó penetrada por los dos agujeros, Susan aumentó el volumen de sus gemidos. Eso hizo que Benítez pensara que se iba a correr de un momento a otro, Susan lo notó, Soria lo notó, así que aceleraron los tres para correrse, primero lo hizo Benítez, después Susan y por último Soria.

Soria se levantó para meterse en el cuarto de baño, Susan se estiró en el sofá, Benítez a su lado, le pasó un brazo por encima, Susan se lo agarró. Benítez pensó que Susan debía follar mucho con su marido, pero cariño no le daba demasiado. Una mano de Benítez le fue acariciando el cuerpo a Susan, ella cerraba los ojos sintiéndolo, le estaban encantando aquellas caricias, hasta que llegó al coño, lentamente dos dedos se lo fueron acariciando dándole vueltas al clítoris. Susan se fue colocando bien, Benítez, después de tanto tiempo sin estar con una mujer, tenía la polla tiesa como un palo otra vez, se colocó encima de Susan, ella abrió las piernas todo lo que pudo, con la corrida dentro todavía del primer polvo, la polla fue entrando en el coño sin ninguna dificultad. Benítez se movía, ella se agarraba a su espalda moviendo la cintura, acompañándolo en las penetradas, Susan pensó que Soria en su puta vida se la había follado con tanto cariño y delicadeza, tuvo un orgasmo enorme y profundo, mientras Benítez le volvía a llenar el coño a lechazos. Que buen orgasmo fue para los dos, se miraron a los ojos, Benítez le dio un beso cariñoso en los labios…

Cuando Soria salió de nuevo al salón, su compañero se había ido.

-¿Y Benítez?- Le preguntó a Susan.
-Se ha vestido y se ha ido, creo que ha sido algo fuerte para él todo esto.- Le respondió Susan, acordándose de aquel último polvo con Benítez.



Ya de noche, Álex conducía, Mónica le miraba curiosa.

-¿Me vas a decir dónde vamos?
-Es una intuición que tengo.- Le contestaba él.

Llegaron a la calle donde estaba la obra abandonada, donde encontraron el cuerpo de Magui, bajaron del coche, Álex abrió el maletero y sacó la cartulina amarilla, la desplegó y se colocó debajo de la farola, sujetando la cartulina estirada por encima de su cabeza.

-Entra en la obra y dime de qué color se ve la cartulina.- Le pidió a Mónica.

Ella caminó unos cuantos pasos, se giró y lo miró, allí, sujetando la cartulina por encima de la cabeza, le entró la risa floja.

-No te rías y dime de qué color se ve.- Le pedía Álex.
-De qué color se va a ver hombre, amarillo.
-Vete más lejos, dentro del edificio, donde está más oscuro, desde donde lo vio aquel hombre.- Insistía Álex.

Mónica caminaba descojonándose de risa, pensaba que Álex ya estaba desvariando con aquel caso. Se metió en lo más oscuro, se giró y miró de nuevo, con la luz tenue medio anaranjada, la cartulina brillante parecía de color naranja. Mónica pegó un grito.

-Naranja, se ve naranja, Álex.

Salió corriendo para volver con él, Álex volvía enrollar la cartulina sonriendo.

-Lo sabía, estábamos buscando la furgoneta equivocado ¡Coño!
-Esto cambia las cosas, tendremos que empezar la búsqueda de nuevo.- Apuntaba Mónica.
-Mañana será otro día, a primera hora daremos la orden a todas las patrullas.

Conducía Álex de vuelta, Mónica a su lado.

-Estaba pensando…- Decía Álex sin acabar la frase. Mónica le miró.
-¿Qué pensabas?
-Qué… bueno… qué sería más cómodo si te quedas en mi casa ¿No crees?
-¡Álex!
-Lo digo porque así no hace falta que te pase a buscar por la mañana, y al levantarnos podríamos ir a correr y hacer un poco de ejercicio…
-¡Álex!- Insistía Mónica.
-Es lo más sensato.
-Mira Álex, no sé si eso es lo más sensato, lo que sí sé es que tú no eres nada sensato, te follaste a Elvira ¿Ahora qué quieres? Seguir follándome a mí, ahora una, después la otra… y así vas a ir viviendo.
-Con Elvira no volverá a ocurrir nunca más…
-Por qué ella no quiere, si quisiera estarías con ella como un perrito faldero.

Álex calló, estuvo un rato en silencio.

-Ven a mi apartamento, por favor.- Le volvió a pedir.
-¿Por qué Álex, por qué? No lo entiendo, has vivido siempre solo ¿Por qué necesitas compañía ahora?
-Compañía no, te necesito a ti.

Se le escapó a Álex, volviendo a quedarse callado. Mónica también callaba, pensaba.

-¿Por qué?- Pregunto de nuevo Mónica.

Álex no contestó, Mónica se dio cuenta que lo estaba presionando.

-¿Por qué quieres que vuelva a tu casa?- Él callaba cerrando los ojos.
-¿Por qué Álex?- Levantó la voz Mónica.

Álex paró el coche, giró medio cuerpo en el asiento mirando a Mónica.

-¿Por qué…? Por qué te quiero, por qué me siento bien contigo, por qué cuando estoy en mi apartamento solo, te echo de menos, por qué cometí un error cuando fui a ver a Elvira… no tenía que haberlo hecho. No sé porqué se me ocurrió teniéndote a ti…

No pudo decir más, Mónica le besaba los labios pasándole los brazos por el cuello, se besaban, dulcemente, demostrándose el cariño y el amor que se tenían.

-Está bien, volveré a tu apartamento, pero… con una condición.- Le decía seria Mónica.
-¿Solo una? Vale, dispara.
-Me tienes que contar con todo detalle que pasó entre Elvira y tú, si tengo que vivir en medio de los dos quiero saber que pasó.
-No tienes que vivir en medio de los dos, tienes que vivir conmigo.- Se defendía Álex.
-Bueno, bueno, vivir contigo es como vivir con una parte de Elvira.

Álex pensaba.

-¿Tiene que ser hoy? ¿Te lo tengo que explicar hoy?
-No hombre, cuando quieras, pero no te olvides, ni pienses que me olvidaré.- Le contestó Mónica mirándole a los ojos.

Cómo le pidió Álex, pasaron por el apartamento de Mónica, volvió a meter en una bolsa varias prendas de ropa y se fue a vivir de nuevo con él.
 
Al fin Alex reconoce que siente algo por Monica.
Esperemos que ahora si se olvide definitivamente de Elvira, que cumpla con Monica de contarle su pasado con Elvira y que no la vuelva cagar con Monica.
 
-¿Tiene que ser hoy? ¿Te lo tengo que explicar hoy?
Pues claro que sí, no hoy sino ... inmediatamente, ya tarda

Cuanta crueldad mi señor, nos dice que lo explicará ... y nos tendrá ahí ávidos de que comparta su sabiduría con nosotros, deseando saber como Benítez desea volver a follar con Susan.
 
Última edición:
Es inevitable no hacerse la pregunta de ¿Cuantas veces se ha follado Álex a Susan? ¿Les dio corte proponer un intercambio la noche que fueron Álex y Mónica? ¿Hablaron de esa posibilidad Soria y Álex?

A parte de lo de Elvira ¿Qué más cosas nos tiene que contar el min....? Perdón, Álex.
 
Fantástico capituló 👌 se van aclarando incógnitas, ya sabemos de qué palo van Soria y Susan que pasará con Benítez, le ha dado algo a Susan que no tenía y Soria se levanta y se va 🤘, muy bueno los tres del otro trío los veo follando juntos, repito quiero una Elvira en mi vida ❤️ y estupendo Aku jugando con la física de la luz y el color 👋
Respecto a lo de anoche con incoherencia en algún momento del relato, cuantos autores profesionales y reconocidos no los tienen en sus obras, y películas? yo no he visto fallos en la trama que afecten al relato lo de que Lita no está y pone al sustituto pues el autor necesitará que el personaje desaparezca y no sabemos porque, quizás para que Soria vaya a follar a la panadera y dar perspectiva de Soria o más adelante veremos donde estaba Lita y si no pues simplemente un recurso del autor para enlazar el relato y poder seguir con el, nos faltan datos para juzgar, disfruten que hacia mucho que no leíamos a Aku.
 

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