Keranos
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Capítulo 40
Al día siguiente me levanté, dándome una ducha y desayunando para ponerme a trabajar, por la tarde me llamó Elena.
-Javi, ¿nos podemos ver esta noche?
-Claro, voy a por ti. ¿A dónde quieres ir?
-No sé, es para hablar una cosa, si quieres damos un paseo por mi pueblo.
-Vale, me parece bien, ¿a qué hora me paso?
-¿Qué te parece sobre las 10?
-Genial. ¿Quieres que cenemos juntos?
-No, voy a cenar en casa de mi abuela, luego iré a mi casa, recógeme allí.
-Vale.
Me quedé un poco extrañado, no sabía de qué quería hablar. Imaginaba que era del tema de la otra pareja, pero no sabía muy bien qué iba a pasar.
Llegó la hora de nuestra quedada, así que fui su casa, esperando en el coche. La vi salir y salí del coche, me dio un beso y dijo de dar un paseo cogidos de la mano.
-¿Todo bien?
-Sí, claro.
-¿De qué querías hablar?
-Pues verás, he estado hablando con mi hermana.
-¿Y qué tal? (dije algo nervioso por si Noelia le hubiera podido contar algo).
-Pues bueno, seguía en su línea, pero poco a poco la he ablandado y hemos empezado a hablar.
-Vale, ¿de qué habéis hablado?
-Pues de lo que pasó el otro día. Le he estado intentando sacar por qué está así.
-¿Y bien?
-Pues me ha estado contando que va detrás de un chico, pero él no le hace caso.
-Vaya...
-Y bueno, por eso anda con ese humor...
-Ya veo.
-Me ha dicho que lleva varias semanas intentando algo con él, pero él pasa de ella, incluso le insinuó un trío con su amiga del otro día, pero tampoco.
-Bueno, si rechaza algo así, sus razones tendrá, ¿no?
-Sí, eso he pensado. Pero la he visto desanimada cuando me lo contaba, así que le he dicho que lo siga intentando si tanto quiere estar con él, pero que tampoco se obsesione y le agobie.
-Ajam...
-Y bueno, le he dicho que, si necesita algo de ayuda en el tema, que me dijera, que yo le ayudaría en lo que pudiera. Me ha dicho que vale, que me consultaría si lo necesitaba.
-Que bien...
-¿Sabes? Si ese chico no quiere estar con ella, que le den, él se lo pierde. Mi hermana es buena chica, a pesar de su carácter a veces...
-Ya...
-También hemos hablado del tema de la intimidad. Le he pedido por favor que nos dejara intimidad cuando se la pidiera, igual que yo se la daré cuando me la pida. Si quería hacer eso el otro día, solo me lo tenía que haber dicho, nos hubiéramos ido al coche o algo.
-¿Y qué ha dicho?
-Que vale, que lo hablaríamos para ponernos de acuerdo.
-Bien...
-¿Estás bien? Te noto un poco seco...
-¿Eh? Ah... Nada, es que mi jefe me está metiendo prisa con el trabajo últimamente y bueno... estoy un poco hasta los huevos....
-Bueno, no pasa nada, ya pasará.
Sí, del trabajo... Lo que estaba era hasta los cojones de Noelia, se le había metido entre ceja y ceja follar conmigo y hasta que no lo consiguiera, no iba a parar. Y ahora tenía hasta a mí propia chica en contra, con su ayuda para seducirme, obviamente sin ella saber que era yo. Como me mordí la lengua cuando dijo que le dieran a ese por no hacerle caso, que su hermana era buena chica. Estaba deseando decirle lo que realmente era, pero me contuve, porque sabía que no le sentaría bien y que mis formas no serían las mejores. Incluso puede que no me hubiera creído y encima sería yo el que pudiera haber salido escaldado de aquello.
Seguimos paseando y me llevó a un parque, a la zona más oscura y me paró para empezar a besarme. Estábamos solos y al darse cuenta de esto, empezó a meterme mano, tocándome el culo y sobándome el paquete.
-Javi... llevamos varios días sin...
-¿Qué quieres, hacerlo aquí?
-Bueno, no está mal. Mira, ven aquí (dijo tirándome de la mano para ir a una zona donde había plantas).
-¿Qué te parece aquí?
-No sé, Elena...
-No me digas que te da cosa... ¿O no te acuerdas de la vez que me tocaste en el parque de tu ciudad...? Jajaja, o de cuando hemos usado el vibrador con nuestros amigos delante...
-Sí, sí me acuerdo...
-¿Estás bien? Te noto raro, Javi. ¿Pasa algo?
-Sí, o sea, no. Es que estoy cansado y un poco mosqueado con lo del trabajo. No me apetece ahora mismo hacer nada. Prefiero seguir paseando contigo.
-Bueno, no pasa nada (dijo sonriendo y girando la cabeza).
Me acerqué cogiéndola de la cara para darle un beso. Ese gesto era mi punto débil. Pero estaba bastante cabreado con lo de Noelia y no tenía ganas de nada, así que nos fuimos siguiendo con el paseo. Seguimos hablando de algunas cosas, pero nada más del tema de Noelia, ni siquiera del tema de la otra pareja, no quería meterle presión ni estar todo el tiempo que estuviera con ella hablando de cosas que no nos podrían haber bien. Al cabo de un rato llegamos a su casa, nos despedimos, quedando para ir allí el sábado para estar por la tarde juntos y pasar la noche, dijo que avisaría a su hermana para que no pasara lo de la otra vez y poder hacer lo que queramos. Le di un beso y me monté en el coche para regresar a casa.
Cuando llegué a casa me acosté, mirando al techo sin poder dormir, dándole vueltas a lo que había hecho Noelia. Me sentía como en una olla a presión, a la que le faltaba poco para estallar. Pensé en hablarle para preguntarle qué estaba haciendo, pero lo descarté enseguida, seguro que la situación le daría más morbo, también descarte lo de hablar en persona, porque ya me esperaba cualquier cosa. Así que intenté seguir una nueva estrategia, evitarla a toda costa, y si no podía, evitar quedarme a solas con ella. Y actuar con normalidad, como si nada de esto estuviera pasando o hubiera pasado algo entre nosotros.
El viernes fue un día normal, me estaba intentado mentalizar de llevar esa estrategia a cabo, pero temía que pudiera venirme arriba si la veía para pedirle explicaciones. Me puse a trabajar para no estar pensando en eso todo el tiempo. Llegó la noche y me escribió Elena.
-Mi amor...
-¿Qué pasa mi vida?
-Quiero estar contigo...
-Yo también, tengo muchas ganas de que llegue mañana.
-¿Estarás muy ocupado mañana?
-No, lo he dejado todo preparado para estar libre todo el día.
-Genial, pues vente mañana sobre las cuatro, que mi madre va a andar por aquí por la mañana y luego nos vamos a casa de mi abuela a comer, pero yo me vengo cuando acabe y ella ya se queda allí.
-Vale, ¿estaremos solos?
-Sí, mi hermana me ha dicho que irán a casa de su amiga.
-Genial. Pues mañana a las cuatro me tienes allí.
-Qué ganas. Te voy a reventar mañana.
-
-Jajajaja.
Me levantó el humor esa conversación y las ganas que tenía Elena, pero sabía de sobra que Noelia iba a aparecer, pero yo tenía un plan, ignorarla todo lo he pudiera y no caer en sus provocaciones. Me fui a dormir contento, con muchas ganas de estar con Elena.
Al día siguiente me levanté con mensajes de Mario.
-¿Te vienes a echarte una cerveza?
-¿A qué hora?
-Sobre las 2 o así.
-Vale, ¿quién más va?
-Nada, sólo Irene, tú y yo.
-Mario, no me jodas, ¿eh?
-Que no, coño. Que vamos a echar una cerveza en el bar y ya está.
-Vale, a las 2 voy para allá.
Llegué al bar sobre la hora, echándole la mano a Mario y dándole dos besos a Irene. Empezamos a hablar de varias cosas, hasta que, como esperaba, sacaron el tema.
Al día siguiente me levanté, dándome una ducha y desayunando para ponerme a trabajar, por la tarde me llamó Elena.
-Javi, ¿nos podemos ver esta noche?
-Claro, voy a por ti. ¿A dónde quieres ir?
-No sé, es para hablar una cosa, si quieres damos un paseo por mi pueblo.
-Vale, me parece bien, ¿a qué hora me paso?
-¿Qué te parece sobre las 10?
-Genial. ¿Quieres que cenemos juntos?
-No, voy a cenar en casa de mi abuela, luego iré a mi casa, recógeme allí.
-Vale.
Me quedé un poco extrañado, no sabía de qué quería hablar. Imaginaba que era del tema de la otra pareja, pero no sabía muy bien qué iba a pasar.
Llegó la hora de nuestra quedada, así que fui su casa, esperando en el coche. La vi salir y salí del coche, me dio un beso y dijo de dar un paseo cogidos de la mano.
-¿Todo bien?
-Sí, claro.
-¿De qué querías hablar?
-Pues verás, he estado hablando con mi hermana.
-¿Y qué tal? (dije algo nervioso por si Noelia le hubiera podido contar algo).
-Pues bueno, seguía en su línea, pero poco a poco la he ablandado y hemos empezado a hablar.
-Vale, ¿de qué habéis hablado?
-Pues de lo que pasó el otro día. Le he estado intentando sacar por qué está así.
-¿Y bien?
-Pues me ha estado contando que va detrás de un chico, pero él no le hace caso.
-Vaya...
-Y bueno, por eso anda con ese humor...
-Ya veo.
-Me ha dicho que lleva varias semanas intentando algo con él, pero él pasa de ella, incluso le insinuó un trío con su amiga del otro día, pero tampoco.
-Bueno, si rechaza algo así, sus razones tendrá, ¿no?
-Sí, eso he pensado. Pero la he visto desanimada cuando me lo contaba, así que le he dicho que lo siga intentando si tanto quiere estar con él, pero que tampoco se obsesione y le agobie.
-Ajam...
-Y bueno, le he dicho que, si necesita algo de ayuda en el tema, que me dijera, que yo le ayudaría en lo que pudiera. Me ha dicho que vale, que me consultaría si lo necesitaba.
-Que bien...
-¿Sabes? Si ese chico no quiere estar con ella, que le den, él se lo pierde. Mi hermana es buena chica, a pesar de su carácter a veces...
-Ya...
-También hemos hablado del tema de la intimidad. Le he pedido por favor que nos dejara intimidad cuando se la pidiera, igual que yo se la daré cuando me la pida. Si quería hacer eso el otro día, solo me lo tenía que haber dicho, nos hubiéramos ido al coche o algo.
-¿Y qué ha dicho?
-Que vale, que lo hablaríamos para ponernos de acuerdo.
-Bien...
-¿Estás bien? Te noto un poco seco...
-¿Eh? Ah... Nada, es que mi jefe me está metiendo prisa con el trabajo últimamente y bueno... estoy un poco hasta los huevos....
-Bueno, no pasa nada, ya pasará.
Sí, del trabajo... Lo que estaba era hasta los cojones de Noelia, se le había metido entre ceja y ceja follar conmigo y hasta que no lo consiguiera, no iba a parar. Y ahora tenía hasta a mí propia chica en contra, con su ayuda para seducirme, obviamente sin ella saber que era yo. Como me mordí la lengua cuando dijo que le dieran a ese por no hacerle caso, que su hermana era buena chica. Estaba deseando decirle lo que realmente era, pero me contuve, porque sabía que no le sentaría bien y que mis formas no serían las mejores. Incluso puede que no me hubiera creído y encima sería yo el que pudiera haber salido escaldado de aquello.
Seguimos paseando y me llevó a un parque, a la zona más oscura y me paró para empezar a besarme. Estábamos solos y al darse cuenta de esto, empezó a meterme mano, tocándome el culo y sobándome el paquete.
-Javi... llevamos varios días sin...
-¿Qué quieres, hacerlo aquí?
-Bueno, no está mal. Mira, ven aquí (dijo tirándome de la mano para ir a una zona donde había plantas).
-¿Qué te parece aquí?
-No sé, Elena...
-No me digas que te da cosa... ¿O no te acuerdas de la vez que me tocaste en el parque de tu ciudad...? Jajaja, o de cuando hemos usado el vibrador con nuestros amigos delante...
-Sí, sí me acuerdo...
-¿Estás bien? Te noto raro, Javi. ¿Pasa algo?
-Sí, o sea, no. Es que estoy cansado y un poco mosqueado con lo del trabajo. No me apetece ahora mismo hacer nada. Prefiero seguir paseando contigo.
-Bueno, no pasa nada (dijo sonriendo y girando la cabeza).
Me acerqué cogiéndola de la cara para darle un beso. Ese gesto era mi punto débil. Pero estaba bastante cabreado con lo de Noelia y no tenía ganas de nada, así que nos fuimos siguiendo con el paseo. Seguimos hablando de algunas cosas, pero nada más del tema de Noelia, ni siquiera del tema de la otra pareja, no quería meterle presión ni estar todo el tiempo que estuviera con ella hablando de cosas que no nos podrían haber bien. Al cabo de un rato llegamos a su casa, nos despedimos, quedando para ir allí el sábado para estar por la tarde juntos y pasar la noche, dijo que avisaría a su hermana para que no pasara lo de la otra vez y poder hacer lo que queramos. Le di un beso y me monté en el coche para regresar a casa.
Cuando llegué a casa me acosté, mirando al techo sin poder dormir, dándole vueltas a lo que había hecho Noelia. Me sentía como en una olla a presión, a la que le faltaba poco para estallar. Pensé en hablarle para preguntarle qué estaba haciendo, pero lo descarté enseguida, seguro que la situación le daría más morbo, también descarte lo de hablar en persona, porque ya me esperaba cualquier cosa. Así que intenté seguir una nueva estrategia, evitarla a toda costa, y si no podía, evitar quedarme a solas con ella. Y actuar con normalidad, como si nada de esto estuviera pasando o hubiera pasado algo entre nosotros.
El viernes fue un día normal, me estaba intentado mentalizar de llevar esa estrategia a cabo, pero temía que pudiera venirme arriba si la veía para pedirle explicaciones. Me puse a trabajar para no estar pensando en eso todo el tiempo. Llegó la noche y me escribió Elena.
-Mi amor...
-¿Qué pasa mi vida?
-Quiero estar contigo...
-Yo también, tengo muchas ganas de que llegue mañana.
-¿Estarás muy ocupado mañana?
-No, lo he dejado todo preparado para estar libre todo el día.
-Genial, pues vente mañana sobre las cuatro, que mi madre va a andar por aquí por la mañana y luego nos vamos a casa de mi abuela a comer, pero yo me vengo cuando acabe y ella ya se queda allí.
-Vale, ¿estaremos solos?
-Sí, mi hermana me ha dicho que irán a casa de su amiga.
-Genial. Pues mañana a las cuatro me tienes allí.
-Qué ganas. Te voy a reventar mañana.
-
-Jajajaja.
Me levantó el humor esa conversación y las ganas que tenía Elena, pero sabía de sobra que Noelia iba a aparecer, pero yo tenía un plan, ignorarla todo lo he pudiera y no caer en sus provocaciones. Me fui a dormir contento, con muchas ganas de estar con Elena.
Al día siguiente me levanté con mensajes de Mario.
-¿Te vienes a echarte una cerveza?
-¿A qué hora?
-Sobre las 2 o así.
-Vale, ¿quién más va?
-Nada, sólo Irene, tú y yo.
-Mario, no me jodas, ¿eh?
-Que no, coño. Que vamos a echar una cerveza en el bar y ya está.
-Vale, a las 2 voy para allá.
Llegué al bar sobre la hora, echándole la mano a Mario y dándole dos besos a Irene. Empezamos a hablar de varias cosas, hasta que, como esperaba, sacaron el tema.