Reencuentro con Elena

En un acto de amor supremo, Noelia intercederá por cada uno ante el otro y ella, la que fuera motivo de su separación, será la causa de su reencuentro, tras lo cual ingresará en un monasterio finlandés, donde se hará monja y acabará viviendo en Madrid en casa de una tal Isabel.
Al final resulta que esa familia le dará las gracias, que tal giro! :ROFLMAO:
 
Capítulo 732

Pero no respondí. Ni dejé que ella preguntara más al ponerle mi mano sobre su boca para callarla. Al final Noelia se acabó durmiendo no mucho más tiempo después, aunque a mí me costó bastante más hacerlo, porque empecé a darle vueltas a la cabeza, de la misma manera que empecé a recordar momentos del pasado con dicha persona. No debería haberle hecho esa pregunta, por varios motivos. Era bastante obvio que no la había llamado, cuando sabía de sobra que no se hablaban. Otro motivo era que estaba más que seguro que Noelia se pondría pesada con el tema y lo querría hablar, cosa que no iba a pasar bajo ningún concepto. No me gustaba nada la sensación que tenía en mi cuerpo y desde luego, ese aroma del nuevo perfume de Noelia no ayuda nada a que la cosa fuera a mejor, porque lo único que hacía era traer más recuerdos, sobre todo aquellos de nuestros mejores momentos en los que nos arreglábamos bien cuando teníamos algún plan especial.

Conseguí dormir unas horas, pudiéndolo ver una vez me desperté al mirar el despertador que tenía Noelia en su mesita de noche. Aún era de noche, porque estaba todo muy oscuro y también hacía bastante frío. No quería empezar mal el día y si Noelia se despertaba, significaba que la cosa iba a ir por ahí, por lo que tenía que marcharme de allí sin que lo hiciera. Pero estaba muy abrazada a mí. Demasiado, porque tenía parte de uno de sus brazos por debajo de mi cuerpo, agarrándose con el otro a mi cadera, mientras que sus piernas se enroscaban con una de las mías. Me quedé un rato pensando cómo hacerlo para largarme de allí sin que se despertara, pero no se me ocurría gran cosa aparte de tener mucho cuidado. Así que me empecé a mover, de esa manera, intentando no despertarla, pero me resultaba muy difícil. Me tiré un buen rato moviéndome muy lentamente para evitarlo, pero al librarme de sus piernas me tuve que mover con más energía para poder lograrlo, despertándola.

Aunque estaba muy somnolienta y atontada. Me preguntó qué ocurría, pero yo le dije que necesitaba ir al baño y que se durmiera, que aún era muy temprano, diciéndole además que volvía enseguida. Pareció muy conforme con aquello, porque volvió a dejar caer su cabeza sobre su almohada, permitiéndome levantarme, momento que aproveché para coger toda mi ropa e ir al baño, donde me vestí y lavé la cara un poco para despejarme. Tras eso, me marché de allí con cuidado de no volver a despertarla, montándome en el coche y quedándome unos momentos pensando, arrancando para ir a casa después, donde entré en casa para darme una ducha por todo lo ocurrido la noche anterior, porque tenía su olor pegado a mí cuerpo y a mi ropa y no lo quería, porque me recordaba demasiado a su hermana. También eché la ropa a lavar una vez acabé, echándome en la cama un rato para ver si lograba descansar un poco más al dormirme.

No es algo que lograra hacer. Hasta escuché cómo Andrea se levantaba y deambulaba por la casa hasta que se marchó. Con ella ya fuera me levanté para ver qué hacer, aunque seguía siendo muy temprano. Ese día no me apetecía nada salir a hacer deporte, porque no tenía mucho cuerpo, además de que hacía un día bastante malo. Así que me preparé algo de desayunar y lo hice tranquilamente, yéndome al salón para ir preparando material para las clases, porque solo teníamos ya la semana siguiente hasta terminar las clases. En la academia teníamos pensado seguir abiertos esa semana y unos días más de la siguiente, porque como ya acababan la evaluación, no iban a ir hasta después de las vacaciones de Navidad. A todos nos tocaba ese último empujón para acabar el trimestre y yo ya estaba haciéndolo al dejar bastantes cosas preparadas para no tener problemas. De hecho, hasta me pasé preparando actividades que les resultara fácil para que lo entendieran todo mejor. Pero aun así me sobró tiempo hasta que entré a trabajar, así que cogí el móvil para volver a leer lo que me puso Laura la noche anterior. No era muy esperanzador para mí eso que me puso de que teníamos que hablar en vista de volver a acabar en la cama con ella, pero tampoco lo descartaba ahora que ya sabía cómo se las gastaba su novio. Y justo me llegaron unos mensajes de Noelia.

-Javi, muchas gracias por lo de ayer. No tengo palabras para decirte lo buena que fue tu compañía y todo lo que hiciste por mí.
-Espero que lo apreciaras. Ayer fue un día especial para ti y te quería regalar un momento así. Fue por eso y nada más. No quiero que te acostumbres ni que me empieces a pedir que lo repitamos ni quieras que nos veamos más de lo que ya lo hacemos.
-Lo sé. Pero te quería dar las gracias igualmente por ello. Ayer fue un día tan especial... No recuerdo haber tenido un día tan bueno y tan completo desde hace muchísimo. Tampoco sabía la falta que me hacía hablar con mi padre. Gracias, de verdad.

En el trabajo la mañana fue bastante normal, nada reseñable en ese aspecto salvo que Andrea me mandó un mensaje al salir yo de trabajar y regresar a casa. Me di cuenta una vez me puse más cómodo, viendo que me decía que había visto a Noelia esa mañana y que la veía un poco decaída. En el almuerzo a media mañana con su grupo no había hablado nada salvo cuando le preguntaban por el día anterior. Mi compañera de piso me contó que le extrañaba mucho verla así con lo bien que había ido todo el día anterior y también por la noche en la cena y demás. Me preguntó directamente si yo tenía algo que ver, respondiéndole yo que para nada, porque la noche fue muy bien cuando nos quedamos a solas y que jamás la había tratado así de bien. Andrea se mostraba preocupada en los mensajes posteriores, llegándome a preguntar si me importaba que la invitara a comer con nosotros para ver si así se le levantaba el ánimo ahora que parecía juntarme más con ella sin que me enfadara.

La verdad es que no me apetecía mucho aquello, especialmente cuando le dije a Noelia que no quería que se acostumbrara a lo de la noche anterior, pero tampoco quería que la cosa entre Andrea y yo se volviera a enfriar, así que le dije que hiciera lo que quisiera. Me envió un emoticono de aprobación y yo me puse a lo mío, empezando a preparar las cosas que Andrea iba a necesitar para cocinar como me pidió en una nota que me dejó en la cocina. Efectivamente, para la hora que a la que venía siempre, Andrea apareció, junto a Noelia. Mi compañera de piso se mostraba alegre, saludándome como si tal cosa con su típico "holi". Noelia, sin embargo, lo hizo de manera más escueta. Me quedé observándola cómo ponía su mochila colgada en una de las sillas, como hizo Andrea, aunque ésta última se metió directamente en la cocina, quedándose Noelia de pie en el salón, pero sin mirarme a mí, que estaba echado en el sofá.

-¿Qué te pasa? Con lo bien que estabas ayer y ahora estás con esa cara tan larga... ¿Es por lo de tu padre?

Noelia me miró, haciendo un gesto para afirmar, aunque también me daba a entender que no era solo por eso.

-¿Algo más?
-No.
-No sé, como has hecho ese gesto...
-Es que estoy un poco nerviosa por ese tema. Nos vamos a ver mañana y no sé qué decir.
-¿Viene él aquí?
-Sí. Este fin de semana mi casa se queda sola y hemos quedado mañana para comer. Tenemos mucho de qué hablar y me viene bien que no haya nadie más para que no nos molesten.
-Ni una palabra de mí.
-No, tranquilo.
-Anda, vamos a la cocina para echarle una mano a Andrea.

Fuimos a la cocina, donde ayudamos a Andrea a preparar la comida, poniendo entre los dos también la mesa para ponernos a comer en cuanto estuvo todo listo. Andrea se esforzaba por mantener un buen rollo que no termina de adentrarse al estar yo callado en gran parte del momento y al estar Noelia bastante cabizbaja, no levantando apenas la mirada de su plato. Cuando acabamos y se quedó todo recogido, nos quedamos en el sofá. Había demasiado silencio para lo que solía ser aquello cuando Noelia venía a casa y la verdad es que estaba un poco mosqueado con el tema de que estuviera así, porque algo me decía que no era solo por el tema de su padre. Tampoco entendía por qué podría estar así además de por eso, porque el día anterior lo pasó muy bien, como me dijo tanto en persona como por mensaje. Les sugerí que jugaran un poco con la consola viendo que era algo que les gustaba a ambas.

A Andrea le pareció buena idea y la encendió, cogiendo los dos mandos y pasándole uno a Noelia. Ambas se pusieron a jugar y yo me quedé un rato mirando cómo lo hacían hasta que me marché a mi habitación para cambiarme e ir a trabajar. Noelia me sorprendió abrazándome por la espalda. Me llegó a asustar un poco. Ella me dio un abrazo más cuando me di la vuelta, hincando su cara en mi torso. Le pedí que me soltara, porque me tenía que ir y así lo hizo, volviendo al salón. Cuando yo salí les pregunté si iban a salir, diciendo ellas que no lo sabían aún. Comenté que el tiempo iba a empeorar por la tarde y que quizá lo mejor era que se quedaran allí, porque también hacía mucho frío. Noelia me dio las gracias, quedando hasta incómodo por cómo lo dijo y por no venir mucho a cuento, pero tampoco le hice mucho caso y me marché para echar la tarde, la cual fue más movida que la mañana al tener en esas horas a los alumnos que estaban ya con los finales a la vuelta de la esquina.

De hecho, salí con la cabeza un poco como un bombo por lo intensas que fueron las clases. Había algo de tensión en los alumnos, sobre todo en aquellos que querían sacar buenas notas. También había de todo y los había que pasaban más del tema, llegándome a molestar a mí por estar allí casi perdiendo el tiempo y el dinero de sus padres por el escaso interés de éstos. Pero fui capaz de sacarlo todo bien y de que no hubiera ningún problema, esperando que no me suspendiera ninguno. Ya casi acabando, encontré algún mensaje más de Andrea en el que me decía que Noelia había pasado la tarde con ella y que la veía algo mejor de ánimo, pero que también le apetecía estar un rato más con ella, preguntándome si me importaba que se quedara también a cenar. Hasta me dijo que habían pensado en pedir algo y que me invitaban entre las dos por la molestia. La verdad es que no había ido mal la cosa al mediodía, pero seguía sin querer que hubiera tanto acercamiento entre nosotros.
 
Capítulo 733

Andrea me insistió al ver que la dejé en visto durante unos minutos y le dije que estaba bien, pero que no quería que pasara la noche allí. Me dijo que le parecía bien y ahí quedó la conversación, encontrándolas en cuanto llegué, sentadas donde las había dejado antes de irme y jugando todavía un poco. En lo que llegaba la cena me contaron que no habían estado jugando toda la tarde y que también habían hecho cosas de provecho. Comenté que me parecía bien y fui a ponerme más cómodo, aunque en esta ocasión Noelia no vino a mi habitación. Cenamos los tres de la misma manera que almorzamos, sin ningún problema, aunque ahora la conversación era más fluida. Las dos comentaron que me veían cansado, pidiéndome explicaciones. Les comenté que estábamos ultimando el trimestre en la academia y que se notaba en las clases, surgiendo muchas dudas de última hora y por la cantidad de repasos que teníamos que hacer.

En cuanto acabamos de cenar, Andrea se marchó a la cama, diciendo que estaba cansada, que le dolía bastante la cabeza y que quería madrugar para ir a su casa en autobús. Parecía convincente en todo ello, pero yo solo veía excusas para quedarme a solas con Noelia, quien se quedó mirando la tele a mi lado, aunque no estábamos pegados. La miré en varias ocasiones, aunque ella parecía no darse cuenta de ello, o más bien se hacía la loca. Le dije que no quería que pasara la noche en casa, como habíamos acordado en esos pocos mensajes que intercambiamos por la mañana en los que le dije que no quería que hubiera tanto acercamiento. Ella asintió, pero también se acercó un poco a mí para preguntarme si me apetecía hacer algo antes de que se fuera. La verdad es que sí que me apetecía algo, porque seguía con ganas pese a haber hecho algo con ella la noche anterior. A lo largo del día pensé en Laura en algunas ocasiones y me iba apeteciendo verla cada vez más. Y ya que estaba allí, pues podía abrir boca con Noelia, por lo que le dije de ir a mi habitación, pero sin hacer ruido.

Allí, nos empezamos a liar una vez nos sentamos en la cama, aunque ella rápidamente se puso sobre mí. Me comía la boca con ansia y la notaba nerviosa, porque empezó a temblar. Me agarraba la cara con fuerza y eso me invitaba a mí a continuar, entrándome más ganas. Por eso la puse bocarriba sobre la cama, para tomar yo un papel más activo, aunque al final acabé yo bocarriba y ella entre mis piernas para chupármela. Le dije que llevara cuidado de no hacer ruido, porque Andrea estaba ahí y nos podía oír perfectamente, sobre todo en el silencio de la noche. Noelia me hizo caso y empezó una muy buena mamada, esforzándose por metérsela entera en la boca. Estuvo así un buen rato hasta que me entraron ganas de más y la desnudé para comerle el coño. También estuvimos haciendo un 69 durante varios minutos en los que a ella se le escapaba algún gemido, dándole yo un pellizco para que se callara. Viendo que se ponía así sin todavía follar, me puse yo sobre ella, tapándole la boca con la mano para follarla intensamente.

Y cuando cambiamos de postura, quedando ella a cuatro, mordía la almohada para no hacer ruido. En esa postura se llegó a correr mientras empujaba con su culo con fuerza, derrumbándose en la cama después. Pero yo quería seguir, por eso la volví a poner bocarriba, para metérsela de nuevo. Unos minutos más tarde ella me follaba a mí, montándome como más me gustaba después de prometerme que no haría ruido. Hasta se tapaba la boca con la mano para que no se le escapara ningún gemido. Se volvió a correr así, siguiendo casi de manera instantánea una vez tuvo su orgasmo hasta que le avisé de que me corría, levantándose ella para metérsela en la boca y tragarlo todo hasta que ya no salía más. Nos quedamos tumbados sobre la cama, oyendo como llovía a cántaros. Noelia respiraba de manera muy acelerada, pareciendo estar costándole recuperarse de la sesión de sexo que acabábamos de tener. Sin embargo, fue ella la que inició la conversación.

-Javi, ¿me puedo quedar a dormir? Mira cómo llueve. No he traído paraguas ni nada...
-Joder, mira que lo sabía...
-Te prometo que no te molesto en todo el fin de semana si me dejas quedarme a dormir aquí contigo.
-Joder, solo faltaba que te presentaras aquí con tu padre...
-Por eso. No voy a venir.
-Vale, pero te vas temprano. Antes de que Andrea se levante.
-Mmm...
-Yo te aviso, tranquila, que no se me va a olvidar.
-Vale. Me parece bien.
-Pues venga, a dormir.
-Buenas noches. Gracias por ser tan bueno conmigo. Te quiero -dijo dándome un beso en la mejilla y empezando a acariciar mi pecho hasta que se quedó dormida.

Por sorpresa, teniendo en cuenta lo mal que dormía entonces, Noelia fue la que se despertó primero de los dos. Y lo hizo al estar sobre mí, dándome pequeños besos por la cara. Yo estaba muy atontado, pero he de reconocer que estaba muy a gusto, porque ambos estábamos desnudos y hacía mucho frío, por lo que el calor que me daba era genial, además de esas muestras de cariño. Pero se me pasó bastante cuando recordé que era ella quien me las daba. Por un momento era como si hubiera viajado en el tiempo hacia atrás más de un año. Me la intenté quitar de encima, pero ella se resistía, empezando a reír como si le hiciera cosquillas. Me preguntó si no me apetecía un rapidín mañanero y la verdad es que mi polla estaba bastante dura, pero lo acabé rechazando, pidiéndole que se marchara ya a casa. Ella se puso muy remolona, empezando a acariciar mi cuerpo y siguiendo con esos besos, pero ahora en menor cantidad y más suaves para no alterarme y a la vez para no hacer ruido.

Al final Andrea se acabó levantando, diciéndole yo a Noelia que se esperara hasta que se fuera para que no la viera ahí conmigo. Tampoco debería sospechar nada mi compañera de piso, porque en salón no quedó nada de ella. O eso era lo que yo pensaba, porque recordé que su mochila seguía allí, pero siempre le podía decir que se le había olvidado si se ponía preguntona. De hecho, le dije a Noelia eso mismo, que no le dijera que había pasado la noche conmigo y que le comentara que se había olvidado la mochila si le preguntaba. Noelia se acercó mucho a mí para preguntarme susurrando en mi oído por qué no quería que le dijéramos la verdad. Le dije que porque no y que no preguntara más, aprovechando ella esos minutos que Andrea seguía por casa al andar por el baño y por el resto de la casa para acurrucarse a mí y echar una cabezadita. Miré la hora y la verdad es que era muy temprano. Me extrañaba un poco que se fuera tan temprano para coger un autobús, pero bueno, ella sabría.

No tardó mucho en irse y ya sin estar ella, pues no tenía mucho sentido que Noelia siguiera allí, por lo que le pedí que se marchara. No se oía nada de lluvia, pero le dije que si veía que lo hacía, que cogiera un paraguas de los que teníamos en la entrada. De nuevo, Noelia se hizo un poco la loca, empezando de nuevo con los besos por mi cara, pero la agarré firmemente de las manos para que me mirara a la cara. Le dije que todo esto que estaba haciendo le iba a salir caro, preguntando por qué con algo de temor. Le dije que luego el batacazo sería mucho más grande, no terminando ella de entenderlo. Le volví a explicar que esto que había entre nosotros era algo puntual y que no iba a desembocar en nada más. Porque era bastante obvio que se estaba ilusionando mucho por todas esas cosas que me decía y por sus gestos. Ella permaneció en silencio durante unos momentos, pasando a echar su cara sobre mi pecho, soltándola yo. Me volvió a acariciar como lo empezó a hacer antes de que me despertara siquiera.

-Diciéndome eso no haces más que ilusionarme más.
-¿Pero cómo va a ser eso? ¿Estás tonta?
-Me demuestras que te preocupas por mí al decirme eso. No quieres que sufra.
-No. Lo que quiero es que no me des el coñazo cuando te diga de dejar de vernos.
-Pero es que no sé por qué no quieres que vayamos a más. No lo entiendo. Te he dicho miles de veces que estoy dispuesta a hacer todo lo que tú quieras. No te he dicho que no a nada.
-Eso es mentira.
-Pues lo retiro. Quiero que veas que por ti haría cualquier cosa.
-No me digas eso, porque me dan ganas de tomármelo al pie de la letra con tal de pasarlo bien, pero tú lo vas a pasar muy mal.
-¿Ves? Te preocupas por mí.
-Lo que tú digas. Pero cuanto más estés así, peor lo vas a pasar.
-Ayer me dio un bajón por esto.
-Ya sabía yo que había algo más que lo de tu padre.
-También es por eso. Joder, ese tema también es para estar atontada todo el día. Ya me estoy empezando a poner nerviosa otra vez.
-¿Y lo otro?
-¿El bajón?
-Sí.
-Es que... El jueves fue un día tan bueno... Quiero eso todos los días. Estuviste de diez. Me recordaste mucho a cuando te conocí, a todas esas veces que te has preocupado por mí a pesar de haberte puteado hasta el infinito. Joder, es que fue como cuando lo pasé mal por lo de María. Tú estabas ahí dándome ánimos. Y cuando entré en la universidad también, con eso de que me sentía sola. Estuviste ahí también en ese momento dándome ánimos. Joder, es que estabas como cuando estabas con mi hermana y me fui a vivir con vosotros, ese momento en el que me enamoré de ti.
-No saques a tu hermana.
-¿Por qué? ¿Cómo puedes pensar aún en ella? Mira, si quieres puedo ser como ella.
-Ya haces por donde para parecerte. Y sabes que me ha molestado todo lo que has hecho, desde los cambios físicos hasta los gestos y demás.
-¿Me prefieres como estaba antes?
-No te prefiero de ninguna manera, Noelia.
-Y sin embargo, aquí estamos, en tu cama, los dos desnudos. Y ya van muchos polvos desde que nos hemos vuelto a ver.
-Sabes de sobra por qué estamos así.
-Yo solo quiero ser feliz, Javi. Y que tú también lo seas. De verdad, puedo hacer lo que tú quieras. Si quieres que me parezca a mi hermana, me pareceré. Si quieres que no lo haga, pues no lo haré. Solo dime qué quieres.
-No quiero nada de ti, Noelia. Nos vemos porque llevo unos meses bastante malos. Parece que me han mirado mal o algo, pero el caso es que no levanto cabeza. Y la verdad es que me siento muy solo a veces, llevabas razón, mira tú por donde. Solo me vales para hacerme compañía.
-Javi, te doy todo mi amor, mi corazón y tú me respondes de esa manera tan cruel.
-Porque es la verdad, Noelia. Y ya te avisé. Lo he hecho unas cuantas veces de hecho. Pero tú no quieres verlo. Y si quisiera ser cruel de verdad contigo, lo sería. No me faltan ganas, desde luego.
-No creo que nada de lo que me digas a estas alturas me pueda hacer más daño que la indiferencia con la que me sueles tratar.
-No me provoques, porque te aseguro que puedo.
-Perdona, no te quería hablar así. Pero es que te quiero y no voy a dejar de hacerlo.
-Noelia, no puedes pretender que olvide todo lo que ha pasado y que haga como si nada. No funciona así la cosa.
-Pues deberías. Deberías dejarte llevar y abrirte. Nadie te va a querer nunca como yo.
-Anda, vete ya antes de que me enfade de verdad.
-Está bien -decía resignada.
-Me has prometido que no me molestarías en todo el fin de semana.
-Ya, lo sé. Me arrepiento ahora.
-Lo suponía.
-Hoy voy a estar todo el día con mi padre, pero mañana te voy a echar mucho de menos.
-Pues te vas a tener que aguantar.
-¿Qué vas a hacer tú?
-Alguna cosa tengo que hacer.
-¿Puedo saber el qué?
-No.
-Jo...
-Solo te voy a pedir un favor.
-Claro, lo que sea -dijo volviéndose a sentar en cama para mirarme.
-No trates mal a tu padre. Ni me hables mal.
-No iba a hacerlo.
-Por si acaso. Ojalá te pudiera decir que le des recuerdos de mi parte, pero mejor que no.
-Bueno, voy a pasar un momento por el baño y me voy, ¿vale? Tú quédate aquí y descansa un poco más -dijo arropándome bien y dándome un pico.
 
Antes de perdonarla, debería exigirle qué diga la verdad a su familia.
Javi tuvo la oportunidad de hablar con Elena, la tuvo cara a cara en su casa, pudo explicarse. De hecho Elena intentó hablar con él (las reiteradas llamadas de un número desconocido), mientras nuestro protagonista se escondia en su habitación, montándose una historia que aún no sabemos si tuvo lugar.
A saber si Elena lo supo todo, e iba a casa de Javi a aclarar la situación. La reacción tan absurda e infantil de éste, pudo disuadir a Elena de continuar con la relación.
Con ésto quiero decir, que no es Noelia la que debe desagraviar a Javi, es él mismo el que debiera madurar y afrontar las situaciones como un adulto.
 
Javi tuvo la oportunidad de hablar con Elena, la tuvo cara a cara en su casa, pudo explicarse. De hecho Elena intentó hablar con él (las reiteradas llamadas de un número desconocido), mientras nuestro protagonista se escondia en su habitación, montándose una historia que aún no sabemos si tuvo lugar.
A saber si Elena lo supo todo, e iba a casa de Javi a aclarar la situación. La reacción tan absurda e infantil de éste, pudo disuadir a Elena de continuar con la relación.
Con ésto quiero decir, que no es Noelia la que debe desagraviar a Javi, es él mismo el que debiera madurar y afrontar las situaciones como un adulto.
Eso fue de traca.
Si hubiera hecho lo que tenía que hacer, ahora estarían juntos.
Pero no me enfadito y me meto en mi cuarto, que ya me dirás que soluciona eso.
 
Javi tuvo la oportunidad de hablar con Elena, la tuvo cara a cara en su casa, pudo explicarse. De hecho Elena intentó hablar con él (las reiteradas llamadas de un número desconocido), mientras nuestro protagonista se escondia en su habitación, montándose una historia que aún no sabemos si tuvo lugar.
A saber si Elena lo supo todo, e iba a casa de Javi a aclarar la situación. La reacción tan absurda e infantil de éste, pudo disuadir a Elena de continuar con la relación.
Con ésto quiero decir, que no es Noelia la que debe desagraviar a Javi, es él mismo el que debiera madurar y afrontar las situaciones como un adulto.
Eso no lo discuto, de que en su momento debió hablar con ella y no actuar como niño.

Pero si lo analizas bien, a Javi nadie le va a creer porque es absurdo su excusa. Que no se dio cuenta no se lo cree ni su madre, aparte de todo lo que ocultó, imposible. Si sus admiradoras dicen que le creen, es solo para estar cerca de él.

La única que puede tratar de que le crean es Noelia al confesar todo. Aún así, sería justificable qué no les crean.
 
Al leer esto:

-No quiero nada de ti, Noelia. Nos vemos porque llevo unos meses bastante malos. Parece que me han mirado mal o algo, pero el caso es que no levanto cabeza. Y la verdad es que me siento muy solo a veces, llevabas razón, mira tú por donde. Solo me vales para hacerme compañía.

Tenemos un resumen de la vida de Javi (por lo menos tal como nos la presenta el autor): egoísta a tope, llorón, inmaduro y vanidoso. Nada le vale, nada le llena, siempre quejándose y no afrontando los problemas. Se refugia en el sexo, folla a tope con mogollón de tías y sigue quejándose. Pierde amigos por el camino y a Noelia ya da igual que la trate bien o mal cuando la deje la va a destrozar.
 
Capítulo 734

La mañana la empleé en arreglar un poco la casa y salir a hacer ejercicio al correr por la calle aprovechando que no llovía, aunque hacía mucho frío. Pensaba que tenía a Noelia controlada, pero también veía que era un problema cuando dijera de dejar de vernos, porque sabía de sobra que se iba a poner pesada y que iba a hacer lo imposible por seguir viéndonos. Ese era el único problema que le veía a ese acercamiento que teníamos, porque el rencor que le guardaba me impedía ponerme en su lugar y tratar de entender cómo se sentía estando como estábamos y cómo se podía sentir cuando dijera de acabar con aquello. Eso ocupó gran parte de mi cabeza aquella mañana, aunque cuando me puse en contacto con Laura para concretar nuestra quedada se me pasó. Fue ella la que decidió el lugar, siendo una cafetería no muy concurrida al estar en una calle bastante alejada del centro. Tampoco es que me dijera mucho más que la hora y el lugar, cosa que me hacía ver que no tendría mucha suerte con ella ese día.

Así que a la hora que acordamos fui hasta allí, encontrando la cafetería bastante vacía. La encontré sentada en un taburete, con su café en una mesa alta mientras miraba su móvil. Me dirigí hacia el mostrador para pedirme un café para mí también y me senté a su lado. Nos saludamos mutuamente, aunque ella no parecía muy por la labor de tener algún acercamiento. Fui yo el que se acercó a darle dos besos. Parecía incomoda e indecisa, porque no se arrancaba. Yo esperaba echándole algo de azúcar al café y moviendo la cucharilla, mirándola para ver si se animaba. Laura me miraba de vez en cuando, pero apartaba la mirada incómoda y diría que hasta avergonzada. Empecé a tomarme el café tras preguntarle si me tenía que decir algo o no, ya que era ella la que me citó para hablar, pero no decía absolutamente nada una vez me tenía delante.

-Javi, lo del otro día estuvo mal.
-Ah, ¿sí?
-Pues claro. ¿No ves que tengo novio? -preguntó bajito, acercándose a mí.
-Ah, que no le has dejado aún...
-Pues no, no lo he hecho.
-¿Y eso? ¿No has hablado aún con él para preguntarle si te ha engañado? Tienes sospechas sólidas y él tiene historial ya.
-¿Cómo le voy a preguntar eso cuando yo también lo he hecho?
-Joder, pero tú lo has hecho porque sabes de sobra que él te ha sido infiel antes.
-Ya, bueno...
-Mira, Laura, no sé para qué me has citado aquí. No sé qué quieres que hablemos.
-Es que no sé qué hacer.
-Vaya pérdida de tiempo.
-¿Entonces? ¿Por qué has venido?
-Porque el otro día me quedé con ganas de más.

En ese momento alguien me empujó desde un costado, tirándome al suelo, dándome un golpe contundente, aunque no me llegué a hacer nada. Y fue de suerte, porque mi cabeza pasó a pocos centímetros del pico de una mesa mucho más baja que teníamos al lado. Caí de boca y me quedé aturdido, tratando de incorporarme y de asimilar qué estaba pasando. Cuando mi cabeza dejó de retumbar empecé a oír a alguien decirle a Laura que era una puta. No necesitaba ni mirar para saber quién era al conocer la voz y por todo lo que se estaba armando. La cosa es que no me sentó muy bien que me empujara de esa forma. Era la segunda vez que casi se me iba la vida por culpa de este desgraciado y cuando pude estabilizarme, me levanté para placarlo y empezar a darle una tunda de la que no se libró que le inflara la cara a puñetazos pese a poner los brazos por delante. Le partí la cara y porque me separaron de él entre varios que había por allí, sino la cosa podría haber acabado mucho peor.

Me echaron de allí a empujones y me fui, estando ahora algo mareado por la caída que tuve por ese empujón. Hasta me dio por pensar que le había dado demasiado fuerte al tener el sabor de sangre en la boca, pero también notaba dolor y con la lengua me di cuenta de que me faltaba gran parte de un colmillo. Paré en una plaza que lo quedaba muy lejos de la cafetería de la que venía, sentándome un poco para ver si se me pasaba el mareo, aprovechando también para ir a una fuente que había por allí y enjuagarme la boca con agua y escupirla a un jardín que había al lado. Expulsé bastante sangre y repetí el proceso unas cuantas veces, optando por ir a urgencias para que me lo miraran. Allí me dijeron que había tenido mucha suerte, porque el colmillo se partió de manera muy limpia. Me preguntaron qué había pasado y les expliqué que había sido por una caída causada por un empujón.

Según me contaron, conforme fue la caída, podría haberme hecho un desastre en la boca, porque se me podía haber movido todo mucho más, pero tan solo sufrió ese diente, que se quedaría en la cafetería, porque en la boca no lo tenía cuando me di cuenta de que me faltaba. Les expliqué que mis dientes eran frágiles y que había estado mucho tiempo en el dentista. Algo bueno tenía que tener aquello, porque de no ser por eso, la cosa podría haber sido mucho peor. También me hicieron un reconocimiento por eso de la caída, pero estaba todo bien. Me mandaron algo para el dolor y me aconsejaron que fuera a un dentista lo más rápido posible para que me reconstruyeran aquello y que no se me infectara ni nada, así que de camino a casa estuve mirando y pude conseguir cita el lunes a primera hora, pero mientras tanto tenía que estar con la boca así y la verdad es que me dolía bastante, además de que me seguía saliendo un poco de sangre, por lo que estuve el resto del día bastante jodido.

Ni siquiera sabía qué había pasado con Laura, porque todo ocurrió muy rápido. Le escribí, pero no me respondió en todo el fin de semana. Estuve tanto ese día como el siguiente a base de calmantes y de comida que no me diera mucho trabajo para masticar, sobre todo tomando sopa. Se me puso hasta mal cuerpo el domingo, el cual lo empleé en no hacer nada, quedándome en el sofá hasta que vino Andrea, notándome la mala cara y preguntándome por ello. Le conté lo que me había pasado, aunque omití algunos detalles, sin llegar a nombrar ni a Laura ni a Alejandro. Ella de preocupó por mí, aunque le dije que no era para tanto. La cosa es que Noelia apareció por casa no mucho después, como a la hora o así. Al parecer, Andrea le había contado cómo me había encontrado y había venido a casa tan pronto como pudo para ver cómo estaba y para preguntarme qué había pasado.

-A ver, déjame ver eso -dijo acercándose a mí después de que Andrea le abriera.
-¿Qué haces aquí?
-Andrea me ha contado. Me he preocupado mucho. Y lleva razón, tienes una carilla que me da mucha pena.
-Pues si tanta pena te doy, vete a tu casa y así no me tienes que ver.
-Ni hablar.

Nos vimos interrumpidos por Andrea, que regresó al salón desde la puerta de casa para decirnos que nos dejaba solos y que ella se iba a su habitación, aunque yo le dije que no hacía falta y que se podía quedar en el salón, pero ella negó con una sonrisa y se marchó.

-¿Cómo te lo has hecho? -preguntó Noelia con preocupación.
-Me he caído.
-¿Pero cómo ha sido?
-¿Qué más da eso?
-¿Saliste anoche y te peleaste con un borracho o algo así?
-Qué va. Fue por la tarde. Alguien me empujó y me caí, ya está.
-Joder, vaya subnormal el tío ese...
-No lo sabes bien.
-¿Lo conoces?
-Déjalo. Ya me has visto y te has enterado de cómo ha sido, ya te puedes ir a casa.
-Noooooo. Me quedo para hacerte compañía.
-Ya está Andrea para eso...
-No -dijo interrumpiéndome-. Ella está ocupada, ¿no lo has visto? Yo no tengo nada que hacer y puedo estar pendiente de si necesitas algo.
-No estoy lisiado. Solo tengo un poco de mal cuerpo. No necesito tener a nadie detrás de mí para nada.
-Bueeeeeno, por si acaso.
-¿Ya se te ha olvidado lo que hablamos?
-No. Pero estás malo y es una ocasión especial.
-Que no es para tanto...
-A ver, cuéntame qué te han dicho en el médico.
-No tengo ganas de hablar.
-¿Ves? Si es que estás pachucho. Bueno, pues te cuento yo cómo ha ido la cosa con mi padre.

Noelia me empezó a contar, con voz muy bajita mientras me agarraba una mano y me la acariciaba, lo nerviosa que estuvo durante toda la mañana hasta que su padre llegó a su casa. Sobre las 11 de la mañana acabó acudiendo y algo emocionada me contó cómo no pudo aguantar y rompió a llorar en cuando le abrió la puerta y le vio. Su padre también lo hizo y se dieron un abrazo que duró bastantes minutos. Luego le hizo pasar y sentados en el salón se pusieron ambos al día. Se les pasaron las horas volando mientras charlaban de todo lo que no lo habían hecho en todo ese tiempo que no tuvieron nada de contacto. Se les fue el santo al cielo y se les echó encima la hora de comer, queriendo Noelia preparar algo para los dos, pero al final su padre le dijo de salir a comer algo fuera, que él invitaba. Noelia me narró todo el momento de la comida, dónde fueron, qué comieron...

Al final echaron el día juntos hasta la noche, en donde Noelia le llegó a ofrecer quedarse a dormir si quería después de enseñarle la casa en la que vivía, pero no se acabó quedando. Eso sí, cenaron juntos y luego ya se fue. Veía a Noelia muy contenta y emocionada. Me confesó que estuvo a nada de llamarme por la noche una vez se fue para contarme todo aquello y para que viera lo bien que había ido todo. En ningún momento mencionó a su hermana. Pensaba que su padre la habría sacado en todo lo que hablaron, pero o no lo hizo, o Noelia omitió esa información. Ella se arrepentía mucho de no haberme llamado, porque según decía, se habría dado cuenta de que estaba mal y habría venido corriendo. Tras contarme todo aquello, nos quedamos en silencio, mirando yo la tele y cerrando un poco los ojos para tratar de descansar. Ella no me soltaba la mano y no paraba de acariciarme y también me miraba mucho, porque siempre que abría los ojos me la encontraba mirándome con una sonrisa.
 
Es extraño lo que ha pasado.

Supuestamente laura es de fiar, así que el novio no tiene porque espiarla. O quizás este al verla extraña, le saltó la alarma y la siguió, aunque de primeras me parece improbable.

Si el local estaba vacío, cómo no se dieron cuenta que venía?

La insistencia de laura para hablar era sólo para decirle que lo que hicieron estaba mal?, no cuadra nada. Entonces sus motivos eran dos para mi. O quería repetir, o quería que la descubran, o ambos.
 
Es extraño lo que ha pasado.

Supuestamente laura es de fiar, así que el novio no tiene porque espiarla. O quizás este al verla extraña, le saltó la alarma y la siguió, aunque de primeras me parece improbable.

Si el local estaba vacío, cómo no se dieron cuenta que venía?

La insistencia de laura para hablar era sólo para decirle que lo que hicieron estaba mal?, no cuadra nada. Entonces sus motivos eran dos para mi. O quería repetir, o quería que la descubran, o ambos.

Lo dice ella. Que estuvo mal y que se quedó con ganas de más. La quedada era para autoconvencerse con algún argumento de Javi de que no estaba mal aquello y repetir.
 
Un auténtico profesional del bulo, menudo gilipollas, ha convertido lo que le dijo con malicia en una verdad incuestionable ... "sabes de sobra".
Mala persona lo es, si luego ella descubre que es verdad será otra historia, lo de Javi no es información ni ganas de ayudar, son insidias.
Egoísta, llorón, inmaduro, vanidoso, soberbio, cobarde, mentiroso, manipulador, violento ... una cosa es defenderse y otra ensañarse ... no olvidemos el pequeño detalle "... me echaron de allí a empujones ..." nadie echa a quien se defiende, pero sí a quien asusta por su agresividad.

Y luego se pone a darnos penita, como un hooligan justificando la agresión de los de su equipo. El eterno agravio, le partí la cara, pero es que él "casi me mata" con el empujón y se me rompió un colmillito de mi frágil dentadura. Pobrecito.

Luego ya, por si lo de Javi no fuese suficiente, va el autor y nos remata con ese emotivo episodio de Noelia con su padre, que se produjo "gracias" a la "humanidad" de Javi. Y, para colmo, acabamos con esa imagen del lobo herido gruñendo mientras una dulce caperucita lo calma y le da cariño.

¿Qué mente retorcida puede llegar a planear que nos encariñemos con una chiquilla a la que vemos que "un lobo" puede devorar en cualquier momento? ... :unsure: ...
Creo que lo de Javi ha sido más por revanchismo contra Alejandro, Laura sólo fue el instrumento. Igual no deja de ser turbio.

A mí me sigue pareciendo extraña esa cita y que Alejandro se haya aparecido de sorpresa. Diría que hay algo más detrás, pero bueno, quizás nunca lo sabremos.
 
En realidad no es para tanto.
Todos sabemos que Javi es profesor, por lo tanto le encanta enseñar.
Lo que ha hecho con Alejandro, no es más que un ejercicio de pedagogía. Ha demostrado a Alejandro que esa fea costumbre de atacar a traición, puede tener consecuencias negativas para él mismo.
El profesor ha dado una lección de urbanidad y buenas costumbres, al ex de su ex.
Se podrá discutir el método educativo, pero en ningún caso su eficacia... Ya no lo volverá a hacer.
 
Capítulo 735

-Has roto tu promesa.
-¿Cuál? -preguntó alarmada.
-Me prometiste que si te dejaba dormir aquí el viernes me dejarías tranquilo el fin de semana. Y el fin de semana aún no ha acabado.
-Pero es que ha sido por una emergencia.
-¿Emergencia de qué? Que no me estoy muriendo ni nada, que solo se me ha partido un diente, coño.
-Pero estás malito...
-Tú sí que estás malita, de la cabeza.
-¿Te duele?
-Con los calmantes, no.
-¿Quieres un besito para que se te pase más rápido? Jijijiji...
-Si estoy así es porque se me puede haber infectado, así que mejor que no.
-Te puedo dar un besito en otra parte si quieres... -decía poniendo una sonrisa juguetona.
-No. Está aquí Andrea.
-Pero está ocupada. Y ha cerrado la puerta... -decía empezando a sobarme el paquete.
-¿No tuviste bastante con lo del viernes?
-Es que... El sábado fuiste un poquito malo conmigo, porque me desperté con muchas ganas, pero tú no querías.

Noelia me bajó los pantalones de chándal que llevaba puestos, así como los boxers, para dejar mi polla morcillona fuera por la manera que me la sobaba antes. La agarró con su mano y me empezó a masturbar muy lentamente, mirándome a los ojos con una sonrisa enorme en la que achinaba mucho sus ojos. Poco a poco me la apretaba más y aumentaba el ritmo y la verdad es que me daba mucho morbo que me estuviera haciendo eso con Andrea pudiendo vernos. No quería que ella lo hiciera, pero el riesgo de ser pillados era muy grande y me gustaba. Noelia no perdió mucho el tiempo en agachar su cabeza para besarme el pubis, pasando después a mi polla, besándola por todos lados hasta que se desesperó y sacó su lengua para empezar a lamerla. En eso sí que se entretuvo varios minutos, aunque al final acabó metiéndosela en la boca para empezar a chuparla bien.

Se venía arriba, empezando a tragar más y más y tuve que pararla, porque estaba empezando a hacer mucho ruido, aunque dudaba mucho que Andrea nos pudiera oír, pero a ese paso lo iba a hacer, porque Noelia parecía haberse olvidado de no estábamos solos. Le di un firme tirón de pelo y ella me miró al instante, haciéndole yo un gesto para guardara silencio y para que bajara el ritmo. Después la dejé continuar y ella siguió con lo suyo hasta que se la sacó de la boca, con la misma sonrisa juguetona de antes, escapándosele de hecho una pequeña risa con la misma intención. Ahora fue ella la que me pidió que guardara silencio con un gesto, pasando a desabrocharse los vaqueros que llevaba puestos, haciéndolo con el botón y luego bajando la cremallera para bajárselo, al igual que el tanga negro que llevaba. Se mojó los dedos con saliva y se los llevó al coño, agarrando de nuevo mi polla para apuntar a su agujerito y empezar a metérsela. Noelia lanzó un pequeño gemido que rápidamente calló con su mano, aunque también se mordió los labios por dentro.

Cuando se la metió por completo, agachó la cabeza y se empezó a mover lentamente. Se apoyaba en la mesa con sus manos y me siguió follando así durante un rato, de manera lenta, aunque luego lo empezó a hacer más rápido y de nuevo la tuve que parar, porque el sofá chirriaba un poco y no quería que se escuchara, aunque me gustaba y me daba morbo. Noelia me llegó a encender mucho con todo lo que estaba haciendo, por eso tiré de ella para que se tumbara, quedando su cuerpo delante de mío, ambos de lado y ella dándome la espalda. Se la volví a meter y ahora fui yo el que la empezó a follar. Noelia no tardo en empezar a jadear a la vez que empujaba con su culo. Pero se pasaba con esos jadeos, por lo que le tapé la boca con la mano, apretando. También le dejaba libre la boca por momentos para agarrarla del cuello mientras le susurraba guarradas en el oído que a ella le gustaba oír por cómo asentía y respondía bajito.

La encontraba increíblemente mojada y la verdad es que me notaba cerca de acabar. Para terminar de calentarme, metí mis manos por dentro del jersey que llevaba, colándola también dentro de su sujetador para agarrarle una teta y apretarla. Noelia me susurraba que se iba a correr, lo que me incitó a apretar más aún, pero de pronto oímos cómo Andrea abría la puerta de su habitación. Rápidamente se la saqué y por suerte, ella se levantó para ponerse bien la ropa, yendo a la cocina enflechada de hecho. Yo me subí rápidamente tanto los boxers como el pantalón, cogí un cojín y me lo puse encima de la erección. Tampoco hizo falta que hiciera aquello, porque Andrea fue al baño durante un breve momento, volviendo a su habitación. Cuando oí cómo cerraba su puerta de nuevo, fui a la cocina, encontrándome a Noelia bastante colorada, sonriéndome de manera tímida.

Le eché un poco la reprimenda porque casi nos había pillado, aunque en realidad me gustó mucho el momento. Tanto me gustó, que pese a echarle un poco la bronca, seguía con la polla durísima y seguía con ganas, por lo que la cogí de la mano y la llevé a mi habitación, pidiéndole que no hiciera nada de ruido. Allí la desnudé en un instante y le dije que me la chupara. Ella obedeció de inmediato y me la empezó a comer, pero necesitaba follarla, por lo que me tumbé y le dije que me montara. En menos de 5 minutos, Noelia se estaba corriendo mientras me follaba, mordiéndose la mano para ahogar sus gemidos. Me jodió que se corriera en ese momento, porque yo estaba a nada de hacerlo también. Por eso, cuando se derrumbó sobre mí, la seguí follando, con ella mordiendo mi hombro, hasta que no pude más y se la saqué a prisa para correrme sobre su culo. Nos quedamos un par de minutos conforme estábamos, recibiendo Noelia algunos espasmos. Pero duró solo lo que tardé en recuperar el aliento, moviéndome para darle papel y vestirme, yéndome al salón.

Noelia volvió a los pocos minutos, con una sonrisa muy grande y algo ruborizada, aunque tenía pinta de que era más por el sofoco que por vergüenza. El resto de la tarde me quedé tumbado en el sofá, sumándose Andrea a nosotros para jugar a la consola con Noelia. Ésta última estaba muy pendiente de mí a cada momento por si necesitaba algo, llegando a un punto en el que le pedí que me dejara tranquilo un poco, porque me estaba agobiando y lo que necesitaba era un poco de silencio. Estuvieron jugando un buen rato y poco antes de la hora de la cena pararon. Yo me encontraba bastante regular. De hecho, me notaba con algo de fiebre y me tomé la temperatura, dándose cuenta Noelia de aquello al seguirme. Se alarmó un poco con aquello y se volvió a poner pesada, llevándome de la mano al sofá e informando a Andrea. Rápidamente se pusieron a preparar la cena, aunque Noelia venía cada 2 minutos a verme.

Antes de que me diera cuenta, Noelia me estaba zarandeando un poco para llevarme a la mesa y que cenara, habiendo preparado entre las dos un poco de sopa y algo más que yo pudiera comer sin hacer mucho esfuerzo. Estuvo muy encima de mí y la verdad es que la cena me sentó bastante bien, aunque no tenía mucho apetito, pero Noelia me forzaba a que cenara para tomarme luego el calmante que ella misma me trajo. Luego, me volvió a agarrar de la mano para llevarme a mi habitación y decirme que necesitaba descansar, porque en lo que ellas preparaban la cena, me había dormido un poco. Me dijo que se iba a quedar conmigo a pasar la noche, pero me negué, porque no lo quería. Me preguntó qué plan tenía para el día siguiente, porque ella pensaba que así no podía ir a trabajar. Le expliqué que tenía cita a primera hora en el dentista y que iría y luego a trabajar, que seguro que se me pasaba la fiebre para entonces y que el calmante ayudaría.

Noelia no parecía convencida e insistió en que no fuera a trabajar, de la misma manera que me dijo que se quedaba a dormir para cuidarme y estar pendiente de mí, pero me negué de nuevo. Le pedí que se fuera a casa y que me dejara descansar, que falta me hacía. Ella puso una cara de decepción que era bastante notable, pero me hizo caso y me dio un beso en la frente para despedirse de mí e irse a su casa, aunque antes de hacerlo pude oír cómo hablaba con Andrea, pero no podía percibir nada de la conversación que estaban teniendo. Ya estaba muy somnoliento cuando oí cerrarse la puerta de la calle y me asusté un poco cuando noté a alguien sentarse en mi cama, aunque era Andrea por suerte y no Noelia. Se me quedó mirando unos instantes con una sonrisa preciosa en su cara, balbuceando yo un poco por el efecto del calmante y por la fiebre que tenía.

-Vaya enfermera tienes, ¿eh?
-Sí, ya ves tú...
-Javi, te quiere un montón.
-Pues no debería.
-¿Por qué?
-Venga, Andrea... Lo sabes de sobra.
-Ya, lo sé. Pero también sé que ella está loca por ti.
-No, si loca está...
-Oye... -dijo dándome un manotazo.
-Ay... -me quejé.
-Perdona, pero es que...
-Es broma, no me has hecho daño.
-Javi, va... ¿Por qué no le das una oportunidad?
-Eso es algo que también tienes que saber a estas alturas. Eres muy lista y además, lo habláis todo. Seguro que te ha contado.
-Ajá...
-Pues eso.
-Es que... Javi, no tienes ni idea de la suerte que tienes.
-¿Suerte? ¿Qué me he perdido? Porque llevo una racha de mierda que...
-Tienes mucha suerte de tener una persona que te quiera así.
-Lo dices como si tú no tuvieras un novio que te quiere.
-Pues por eso mismo, porque tú tienes una persona así que puedes ver todos los días. Yo...
-No digas tonterías.
-No son tonterías. Quiero un montón a Noelia y sé que es una chica genial. Nos vemos casi todos los días y Javi, es imposible que alguien esté interpretando un papel como tú me has hecho pensar. Es una buena chica. No dudo de lo que me has contado, porque sé que has sufrido mucho por ello, pero Noelia ya no es así. Ha cambiado. Por eso te digo que le deberías dar una oportunidad.
-No importa que haya cambiado. No puedo olvidar lo que pasó. No funciona así.
-¿Y vas a estar siempre atrapado en esos recuerdos? ¿No vas a pasar página nunca de aquello?
-No sé, Andrea. Lo que sé es que ahora mismo estoy hecho polvo para hablar de esto.
-Vale, te dejo descansar. Si necesitas algo, me avisas, ¿vale? -dijo pasando su mano por mi frente.
 

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