Keranos
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Capítulo 706
No es que lo hicieran igual del todo, porque ambas lo hacían muy bien y tampoco es que se pueda hacer mucho más. Así fue como le agarré la boca con ambas manos para follarle la boca con rudeza y con rapidez, atragantándose ella en repetidas ocasiones. Hasta se la llegué a hincar por completo en su boca, haciendo ella fuerza para empujarme y poder sacársela, porque no podía respirar. Cogía aire con ansia cuando la dejaba, aunque tampoco le daba mucha cancha al volver a follarle la boca de la misma manera. Lo hacía con rabia y pensaba en Elena en vez de en Noelia, aunque al abrir los ojos la volví a ver a ella, sin que se me fuera ese sentimiento de rabia, cogiéndola para follarla salvajemente al metérsela del tirón, dando ella un grito de placer que debió alarmar a todo el barrio.
Se puso muy a tono rápidamente en lo que yo seguí fallándola al metérsela y sacársela tan rápido como podía mientras le insultaba, le escupía y le soltaba algún guantazo. Le preguntaba que si era así cómo le gustaba y sin dejar que respondiera le decía que era lo que iba a tener, sexo del duro. Y ella parecía encantada, volviendo enseguida esas ronchas o manchas rojas que le salían por el cuerpo cuando se excitaba. Ya le pasó en el polvo anterior y ahora le volvía a pasar. Me llamaba mucho la atención eso, porque era como si su piel se volviera hipersensible. El contraste entre esas manchas y lo blanquita que tenía la piel era enorme. Algo que acentuaba eso, o que al menos hacía que se esparciera por su cuerpo era cuando la agarraba de alguna parte en especial y apretaba, como hacía con sus pechos o con sus caderas. También le pellizcaba los pezones con fuerza para tirar de ellos, aunque con ellos no pasaba eso y Noelia se quejaba, pero era algo que también le ponía muy perra por los gemidos que lanzaba.
El polvo acabó varios minutos después en los que la puse a cuatro y la follé con todo lo que tenía. Le agarraba de las caderas y le soltaba azotes todo el tiempo, pero fue cuando le agarré del pelo, tirando fuertemente hacia atrás cuando la cosa se puso más caliente. Su espalda permanecía erguida y sus carnes retumbaban con mis empujones. La cama sonaba hasta tal punto que parecía que se iba a romper. Por momentos también hinqué su cabeza en la almohada para que no gritara tanto, pero al final se acabó corriendo sin poder controlar más su orgasmo, porque era evidente que se resistía a llegar, aunque no me quedaba muy claro por qué. Cuando lo hizo lanzó largos gemidos de placer, aunque también denotaban agotamiento. Su cuerpo temblaba mucho, sobre todo sus piernas, las cuales estiraba como si su cuerpo se engarrotara. Yo la agarré del pelo una vez más para mantenerla sujeta y correrme sobre su culo, dándole un par de pollazos en las nalgas cuando acabé para sacarlo todo.
Noelia se acabó derrumbando en sobre la cama, estirándose bien para poder descansar. Yo me quedé unos momentos a su lado, recuperando el aliento también, pasando a ir al baño para lavarme la cara de nuevo, porque había sudado bastante. Cuando volví la encontré como la dejé, aunque su cara estaba de lado. Por un momento me recordó mucho a Valentina, ya que tenía sus ojos rojos y vidriosos, como si hubiera estado llorando, pero no lo hizo en ningún momento. Tenía una cara de recién follada y de estar encantada que era imposible que se encontrara mal. Me empecé a vestir y ella me preguntó por qué lo hacía. No respondí y seguí con lo mío, aunque ella trataba de moverse, pero le costaba. Su cuerpo aún temblaba por el polvo que acabábamos de echar. Solo me quedaba ponerme la sudadera, pero la tenía ella. Se había encaramado a ella para no soltarla y ni tirando de ella me la devolvía. Y eso que lo intenté varias veces, pero no quería.
-¿A dónde vas?
-A mi casa. ¿Me la das ya?
-¿Por qué no te quedas a dormir?
-Porque no.
-Pero es tarde ya y hace frío. Está lloviendo. Podemos dormir aquí calentitos y...
-Qué no. Dame mi sudadera ya.
-Javi, me encanta cómo me follas -dijo dándome la sudadera por fin-. Nadie lo hace como tú.
-Eso ya lo sé. Ni lo va a hacer nadie más.
-Por supuesto que no -dijo poniéndose de rodillas-, porque soy solo tuya.
-Y aunque no lo fueras.
-Pues también, jeje.
-No te pongas pesada con esto, ¿vale? Ni te hagas ilusiones. Ya te lo he dicho.
-Javi, espera -dijo al ver que ya me iba.
-¿Qué?
-Gracias por esto -dijo tras unos segundos en los que se me quedó mirando con una sonrisa muy tonta.
-Luego te paso la factura.
-¿Qué? Jajajaja.
-Estoy de coña, que pareces boba.
-Ya, ya lo sé. Me has alegrado lo que queda de día que no te haces una idea.
-Ajá...
-Y te quería preguntar... ¿Te gustaría que mañana pasáramos el día juntos?
-No -contesté casi sin dejarla acabar.
-Pero...
-Noelia, cállate.
-Vale.
-¿O es que acaso te has quedado con ganas de más?
-Mmm...
-¿Sí? Vamos a verlo.
Fui hacia ella y le agarré del cuello para echarla hacia atrás y tumbarla, metiéndole los dedos en la boca para mojarlos y llevarlos hasta su coño, el cual empecé a masturbar rápidamente. Con la tontería me volví a poner a tono, por lo que me bajé los vaqueros y los boxers hasta medio muslo para clavársela una vez más. Noelia gimió de manera rara, como si tuviera un poco de miedo. Parecía estar más sensible de la cuenta. Como pruebas, además de ese gemido, estaba que su cuerpo temblaba y se estremecía aún y que su pequeño coño estaba muy sonrosado, casi enrojecido. Tampoco es que duráramos mucho, porque la follé rápido y ella se acabó corriendo enseguida, haciendo que me llegara a mí mi orgasmo. Era sumamente fácil acabar con el coño tan apretado que tenía, el cual se estrechaba aún más cuando se empezaba a correr y por la lubricación tan buena que tenía también.
Apretó su cara muy fuerte y yo me salí de ella para acabar en su pubis y en su vientre, soltándola para dejarla descansar. Me limpié hasta la última gota con su propio cuerpo al restregar mi polla con él y me subí la ropa para marcharme a mi casa, balbuceando ella un "te quiero" que daba más risa que otra cosa. Salí de allí sin darle oportunidad a que se recuperara para que me siguiera dando la chapa y volví a casa, donde eché la ropa a lavar y me di una ducha, quedándome bastante a gusto una vez me fui al sofá para ver algo en la televisión, aunque ya era muy tarde y no había nada interesante, por lo que me puse a jugar con la consola durante un buen rato para hacer sueño, porque aún seguía bastante enfadado por la foto esa que vi de mis amigos, yéndome a dormir de la misma manera, aunque andaba algo cansado y por suerte no me costó tanto dormir como era lo usual.
A la mañana siguiente, después de volver del gimnasio, darme una ducha y desayunar, me puse a hacer alguna cosa que tenía pendiente del trabajo, como prepararme algo de materia de matemáticas, porque había ciertos detalles que se me escapaban, sobre todo para los cursos más altos, aunque también tenía que hacer algo de lo mío. Fue ahí cuando me empezaron a llegar mensajes de Noelia en los que me decía que había tenido una noche inolvidable y que estaba reventada, que se acababa de despertar, porque cayó dormida en cuanto me fui. Mandaba muchos emoticonos de caras sonrientes, notándose que estaba muy contenta. Y otra vez me suplicaba vernos en ese nuevo día, aunque se lo volví a negar. Quizá ella pensaba que mandándome emoticonos de súplica, como caras con ojitos y manos en posición de rogar cedería, pero estaba equivocada.
Le volví a recordar que no se pusiera pesada, porque de hacerlo, no me vería más. Así era como la mantenía a raya, y como parecía funcionar, decidí seguir tirando por ahí al decirle que si se portaba bien, quizá nos veríamos más pronto de lo que pensaba. Ella celebraba, diciéndome que era muy bueno, que era el mejor que la había follado y blablabla. Hasta me mandaba emoticonos de serpentinas y de fiesta en general. No la recordaba con ese pavo, pero bueno, tampoco me molestaba tanto que me echara flores. Ella siguió hablándome un poco, diciéndome que tenía el cuerpo raro y que hasta le escocía un poco el coño, riéndose por ello y diciendo que debía ser por la falta de sexo que tenía, porque solo había follado conmigo en lo que llevábamos de año. Eso decía ella, pero no la creía. Le tuve que decir que me dejara en paz, porque estaba con cosas del trabajo, diciéndole además que no fuera una guarra y que se duchara y cambiara las sábanas, porque me dijo que le encantaba tener mi olor en su cama y también mi semen por su cuerpo.
El resto de la mañana fue bastante tranquila, incluso la tarde también, porque comí solo, pidiéndome algo a domicilio al no tener ganas de cocinar y seguir enfadado todavía. Me molestaba mucho que no me hubieran dicho nada y era algo que les iba a recriminar cuando tuviera ocasión. A media tarde apareció Andrea por casa, saludando como solía con ese "holi", diciéndome que había quedado en casa con un par de compañeras suyas para hacer un trabajo de una asignatura. Le pregunté de quién se trataba y ella me dijo que no me preocupara, que Noelia no iba a venir, pareciéndome a mí bien y marchándome a mi habitación para estar allí a mis cosas. Aunque ella misma fue la que me vino buscando, diciéndome que había venido mi amigo Hugo preguntando por mí. Le dije que me hiciera el favor de decirle que estaba ocupado y que no podía atenderle en ese momento a pesar de que Andrea estaba viendo cómo jugaba en el ordenador.
Pero no dijo nada y recogió ese recado, cerrando la puerta. Hugo me llamó al móvil, pero no se lo cogí. Ni tampoco le respondí a los mensajes que me mandó en los que me preguntaba si estaba bien y si ocurría algo. De hecho, le dejé en visto. Y ni 10 minutos pasaron cuando Sofía me empezó a llamar al móvil también. De primeras pasé, pero viendo lo insistente que estaba, se lo acabé cogiendo.
No es que lo hicieran igual del todo, porque ambas lo hacían muy bien y tampoco es que se pueda hacer mucho más. Así fue como le agarré la boca con ambas manos para follarle la boca con rudeza y con rapidez, atragantándose ella en repetidas ocasiones. Hasta se la llegué a hincar por completo en su boca, haciendo ella fuerza para empujarme y poder sacársela, porque no podía respirar. Cogía aire con ansia cuando la dejaba, aunque tampoco le daba mucha cancha al volver a follarle la boca de la misma manera. Lo hacía con rabia y pensaba en Elena en vez de en Noelia, aunque al abrir los ojos la volví a ver a ella, sin que se me fuera ese sentimiento de rabia, cogiéndola para follarla salvajemente al metérsela del tirón, dando ella un grito de placer que debió alarmar a todo el barrio.
Se puso muy a tono rápidamente en lo que yo seguí fallándola al metérsela y sacársela tan rápido como podía mientras le insultaba, le escupía y le soltaba algún guantazo. Le preguntaba que si era así cómo le gustaba y sin dejar que respondiera le decía que era lo que iba a tener, sexo del duro. Y ella parecía encantada, volviendo enseguida esas ronchas o manchas rojas que le salían por el cuerpo cuando se excitaba. Ya le pasó en el polvo anterior y ahora le volvía a pasar. Me llamaba mucho la atención eso, porque era como si su piel se volviera hipersensible. El contraste entre esas manchas y lo blanquita que tenía la piel era enorme. Algo que acentuaba eso, o que al menos hacía que se esparciera por su cuerpo era cuando la agarraba de alguna parte en especial y apretaba, como hacía con sus pechos o con sus caderas. También le pellizcaba los pezones con fuerza para tirar de ellos, aunque con ellos no pasaba eso y Noelia se quejaba, pero era algo que también le ponía muy perra por los gemidos que lanzaba.
El polvo acabó varios minutos después en los que la puse a cuatro y la follé con todo lo que tenía. Le agarraba de las caderas y le soltaba azotes todo el tiempo, pero fue cuando le agarré del pelo, tirando fuertemente hacia atrás cuando la cosa se puso más caliente. Su espalda permanecía erguida y sus carnes retumbaban con mis empujones. La cama sonaba hasta tal punto que parecía que se iba a romper. Por momentos también hinqué su cabeza en la almohada para que no gritara tanto, pero al final se acabó corriendo sin poder controlar más su orgasmo, porque era evidente que se resistía a llegar, aunque no me quedaba muy claro por qué. Cuando lo hizo lanzó largos gemidos de placer, aunque también denotaban agotamiento. Su cuerpo temblaba mucho, sobre todo sus piernas, las cuales estiraba como si su cuerpo se engarrotara. Yo la agarré del pelo una vez más para mantenerla sujeta y correrme sobre su culo, dándole un par de pollazos en las nalgas cuando acabé para sacarlo todo.
Noelia se acabó derrumbando en sobre la cama, estirándose bien para poder descansar. Yo me quedé unos momentos a su lado, recuperando el aliento también, pasando a ir al baño para lavarme la cara de nuevo, porque había sudado bastante. Cuando volví la encontré como la dejé, aunque su cara estaba de lado. Por un momento me recordó mucho a Valentina, ya que tenía sus ojos rojos y vidriosos, como si hubiera estado llorando, pero no lo hizo en ningún momento. Tenía una cara de recién follada y de estar encantada que era imposible que se encontrara mal. Me empecé a vestir y ella me preguntó por qué lo hacía. No respondí y seguí con lo mío, aunque ella trataba de moverse, pero le costaba. Su cuerpo aún temblaba por el polvo que acabábamos de echar. Solo me quedaba ponerme la sudadera, pero la tenía ella. Se había encaramado a ella para no soltarla y ni tirando de ella me la devolvía. Y eso que lo intenté varias veces, pero no quería.
-¿A dónde vas?
-A mi casa. ¿Me la das ya?
-¿Por qué no te quedas a dormir?
-Porque no.
-Pero es tarde ya y hace frío. Está lloviendo. Podemos dormir aquí calentitos y...
-Qué no. Dame mi sudadera ya.
-Javi, me encanta cómo me follas -dijo dándome la sudadera por fin-. Nadie lo hace como tú.
-Eso ya lo sé. Ni lo va a hacer nadie más.
-Por supuesto que no -dijo poniéndose de rodillas-, porque soy solo tuya.
-Y aunque no lo fueras.
-Pues también, jeje.
-No te pongas pesada con esto, ¿vale? Ni te hagas ilusiones. Ya te lo he dicho.
-Javi, espera -dijo al ver que ya me iba.
-¿Qué?
-Gracias por esto -dijo tras unos segundos en los que se me quedó mirando con una sonrisa muy tonta.
-Luego te paso la factura.
-¿Qué? Jajajaja.
-Estoy de coña, que pareces boba.
-Ya, ya lo sé. Me has alegrado lo que queda de día que no te haces una idea.
-Ajá...
-Y te quería preguntar... ¿Te gustaría que mañana pasáramos el día juntos?
-No -contesté casi sin dejarla acabar.
-Pero...
-Noelia, cállate.
-Vale.
-¿O es que acaso te has quedado con ganas de más?
-Mmm...
-¿Sí? Vamos a verlo.
Fui hacia ella y le agarré del cuello para echarla hacia atrás y tumbarla, metiéndole los dedos en la boca para mojarlos y llevarlos hasta su coño, el cual empecé a masturbar rápidamente. Con la tontería me volví a poner a tono, por lo que me bajé los vaqueros y los boxers hasta medio muslo para clavársela una vez más. Noelia gimió de manera rara, como si tuviera un poco de miedo. Parecía estar más sensible de la cuenta. Como pruebas, además de ese gemido, estaba que su cuerpo temblaba y se estremecía aún y que su pequeño coño estaba muy sonrosado, casi enrojecido. Tampoco es que duráramos mucho, porque la follé rápido y ella se acabó corriendo enseguida, haciendo que me llegara a mí mi orgasmo. Era sumamente fácil acabar con el coño tan apretado que tenía, el cual se estrechaba aún más cuando se empezaba a correr y por la lubricación tan buena que tenía también.
Apretó su cara muy fuerte y yo me salí de ella para acabar en su pubis y en su vientre, soltándola para dejarla descansar. Me limpié hasta la última gota con su propio cuerpo al restregar mi polla con él y me subí la ropa para marcharme a mi casa, balbuceando ella un "te quiero" que daba más risa que otra cosa. Salí de allí sin darle oportunidad a que se recuperara para que me siguiera dando la chapa y volví a casa, donde eché la ropa a lavar y me di una ducha, quedándome bastante a gusto una vez me fui al sofá para ver algo en la televisión, aunque ya era muy tarde y no había nada interesante, por lo que me puse a jugar con la consola durante un buen rato para hacer sueño, porque aún seguía bastante enfadado por la foto esa que vi de mis amigos, yéndome a dormir de la misma manera, aunque andaba algo cansado y por suerte no me costó tanto dormir como era lo usual.
A la mañana siguiente, después de volver del gimnasio, darme una ducha y desayunar, me puse a hacer alguna cosa que tenía pendiente del trabajo, como prepararme algo de materia de matemáticas, porque había ciertos detalles que se me escapaban, sobre todo para los cursos más altos, aunque también tenía que hacer algo de lo mío. Fue ahí cuando me empezaron a llegar mensajes de Noelia en los que me decía que había tenido una noche inolvidable y que estaba reventada, que se acababa de despertar, porque cayó dormida en cuanto me fui. Mandaba muchos emoticonos de caras sonrientes, notándose que estaba muy contenta. Y otra vez me suplicaba vernos en ese nuevo día, aunque se lo volví a negar. Quizá ella pensaba que mandándome emoticonos de súplica, como caras con ojitos y manos en posición de rogar cedería, pero estaba equivocada.
Le volví a recordar que no se pusiera pesada, porque de hacerlo, no me vería más. Así era como la mantenía a raya, y como parecía funcionar, decidí seguir tirando por ahí al decirle que si se portaba bien, quizá nos veríamos más pronto de lo que pensaba. Ella celebraba, diciéndome que era muy bueno, que era el mejor que la había follado y blablabla. Hasta me mandaba emoticonos de serpentinas y de fiesta en general. No la recordaba con ese pavo, pero bueno, tampoco me molestaba tanto que me echara flores. Ella siguió hablándome un poco, diciéndome que tenía el cuerpo raro y que hasta le escocía un poco el coño, riéndose por ello y diciendo que debía ser por la falta de sexo que tenía, porque solo había follado conmigo en lo que llevábamos de año. Eso decía ella, pero no la creía. Le tuve que decir que me dejara en paz, porque estaba con cosas del trabajo, diciéndole además que no fuera una guarra y que se duchara y cambiara las sábanas, porque me dijo que le encantaba tener mi olor en su cama y también mi semen por su cuerpo.
El resto de la mañana fue bastante tranquila, incluso la tarde también, porque comí solo, pidiéndome algo a domicilio al no tener ganas de cocinar y seguir enfadado todavía. Me molestaba mucho que no me hubieran dicho nada y era algo que les iba a recriminar cuando tuviera ocasión. A media tarde apareció Andrea por casa, saludando como solía con ese "holi", diciéndome que había quedado en casa con un par de compañeras suyas para hacer un trabajo de una asignatura. Le pregunté de quién se trataba y ella me dijo que no me preocupara, que Noelia no iba a venir, pareciéndome a mí bien y marchándome a mi habitación para estar allí a mis cosas. Aunque ella misma fue la que me vino buscando, diciéndome que había venido mi amigo Hugo preguntando por mí. Le dije que me hiciera el favor de decirle que estaba ocupado y que no podía atenderle en ese momento a pesar de que Andrea estaba viendo cómo jugaba en el ordenador.
Pero no dijo nada y recogió ese recado, cerrando la puerta. Hugo me llamó al móvil, pero no se lo cogí. Ni tampoco le respondí a los mensajes que me mandó en los que me preguntaba si estaba bien y si ocurría algo. De hecho, le dejé en visto. Y ni 10 minutos pasaron cuando Sofía me empezó a llamar al móvil también. De primeras pasé, pero viendo lo insistente que estaba, se lo acabé cogiendo.