Reencuentro con Elena

Qué...qué...queeeeeé??? :eek::eek::eek:o_O

Keranos leyendo estos comentarios con Irene??? :unsure::unsure::unsure:

Bueno, podemos deducir demasiadas cosas de eso.:cool:


Sí, podemos deducir que su amistad es buena, fuerte y resistente. Si después de algunos encontronazos que han tenido, siguen siendo amigos y con el nivel de confianza de leer el relato y los comentarios juntos, podemos asegurar que es una amistad indestructible. Por lo menos con Irene
 
Última edición:
Sí, podemos deducir he su amistad es buena, fuerte y resistente. Si después de algunos encontronazos que han tenido, siguen siendo amigos y con el nivel de confianza de leer el relato y los comentarios juntos, podemos asegurar que es una amistad indestructible. Por lo menos con Irene

O también podemos suponer que ya no es sólo su amistad... :eek: :unsure: ;);););)
 
Aceptando que la cita de Sofía es con Hugo, es de suponer que él le haya pedido, que de momento no diga nada a Javi. Hugo sabe que no le haría mucha gracia a Javi que, un tío con sus problemas de adicción, se enrolle con una de sus amigas.

El autor ya nos comentó que, frecuentemente leía los comentarios junto con Irene, por lo que la amistad no se debió de resentir mucho si a día de hoy siguen juntos y con total confianza.
Yo lo dije desde el minuto 1. No me gusta nada de nada Hugo.
Me parece un auténtico caradura y si eso es así, lo de Sofía me parece absolutamente patético.
Esto hace que me reafirme, debe alejarse de toda esta gente y buscar nuevo circulo de amigos.
Al final, la única que merece la pena es Ángela.
 
Yo lo siento Keranos. Quizás sea injusto, pero a mí Hugo no me inspira confianza.
Y no quiero pensar mal sobre esa noche en la que Hugo se fue con Sofía.
No termino de entender muy bien cual seria el problema si Sofia se fue con Hugo? No tienen porque darle explicaciones a Javi, siendo que Javi tampoco las da. Los dos estan solteros, pueden hacer lo que les plasca.
Yo espero que sepa escuchar las cosas que le dijeron, tanto Valentina como Sofia. Por un lado, lo de que esta ciego por el sexo. No le importa hacer daño, incluso, ni se da cuenta. Y por el otro, que es él quien no termina de soltar a Noelia. Podria haber sido mas tajante en su decision, decirle a Andrea que no la queria a Noelia fuera de determinado horario y menos aun, que este en la casa sin que este ella. Pero prefiere seguir siendo victima en vez pensar un poco.
 
No termino de entender muy bien cual seria el problema si Sofia se fue con Hugo? No tienen porque darle explicaciones a Javi, siendo que Javi tampoco las da. Los dos estan solteros, pueden hacer lo que les plasca.
Yo espero que sepa escuchar las cosas que le dijeron, tanto Valentina como Sofia. Por un lado, lo de que esta ciego por el sexo. No le importa hacer daño, incluso, ni se da cuenta. Y por el otro, que es él quien no termina de soltar a Noelia. Podria haber sido mas tajante en su decision, decirle a Andrea que no la queria a Noelia fuera de determinado horario y menos aun, que este en la casa sin que este ella. Pero prefiere seguir siendo victima en vez pensar un poco.
Pues como los dos pueden hacer lo que quieran , digo yo que Javi, también, o no?.
Porque por muy mal que les caiga Noelia, no tienen porqué ponerse así y encima llegar a su casa Sofía y poner en duda si son amigos.
Y si Hugo a mí no me cae bien , lo tengo atravesado desde el minuto 1.
No hay que darle muchas vueltas, cuando tú lees relatos hay personajes que te pueden caer mal desde el minuto 1.
 
Capítulo 694

Acompañé a Sofía a la puerta, donde ella se puso su abrigo y nos dimos un abrazo largo para despedirnos. Mientras lo hacíamos me dijo que confiara más en ellos y que no nos apartara tanto de sus vidas, sobre todo en los asuntos importantes. También me dijo, ya despegada de mí, que tratara de alejar a Noelia de mi vida si es que así lo quería y si eso significaba tener una conversación seria con Andrea proponiéndole incluso un ultimátum, pues así debería ser, porque no podía ser que ambas hicieran lo que les daba la gana cuando el que pagaba el alquiler de manera íntegra era yo. Le dije que pensaba que llevaba razón, pero también me daba pena por ella, porque eso podía truncar su futuro en el ámbito académico por mucha beca que tuviera, porque no veía fácil encontrar piso a esas alturas y una mudanza podía perturbar su rutina y demás, pero sí, tenía que pensar en ello seriamente. Sin más, nos despedimos, dándole yo las gracias por haber venido por casa para dejarme explicarle lo que pasaba, pidiéndole de vernos próximamente para comer juntos como me hubiera gustado hacer ese día.

Cuando se fue me quedé un poco chafado, porque no tenía ningún plan para ese día. No es que buscara uno muy activo, prefiriendo estar tranquilo en casa, pero sí que me hubiera venido genial tener algo de compañía para comer en casa o hacerlo fuera, quizá un pequeño paseo y un café, o quedarnos en casa charlando de otras cosas resguardándonos del frío. Con eso me conformaba, pero se ve que era mucho pedir, porque no solo Sofía me puso pegas, sino que también me las puso Hugo. Le sugerí juntarnos para comer, pero él también tenía planes, así que tampoco pudo ser por ahí. Con Daniela también se descartó quedar ese día por estar ella liada al tener un cumpleaños en la cafetería esa tarde. Me preste a echarle una mano y todo para los preparativos, pues tenía que transportar algunas cosas desde un almacén cercano, pero me dijo que no le parecía bien y que ya tenía una compañera para ello. De hecho, iban a comer ambas en la cafetería para no perder tiempo yendo y viniendo de casa.

Como ya veía venir la noche anterior, ese día comí lo mismo que cené. Me lo recalenté y también hice el esfuerzo de comer las sobras de la cena de mi cumpleaños, porque me daba pena tirarlo. No estaba para echarme a llorar, pero desde luego era consciente de lo triste que se había vuelto todo. No podía sentirme más solo. Por eso estuve dándole alguna vuelta para ver si podía pasar la tarde con alguien, pero no llegué a encontrar nada. No me apetecía ir a la tienda, aunque se seguían montando los torneos de cada fin de semana, pero no tenía ganas de ir y estar jugando durante horas. Quizá me hubiera venido muy bien para hacer pasar el tiempo más rápido, pero es que me daba mucha pereza. Todo me parecía aburrido, o más bien estaba todo el tiempo sin ganas de nada. Por lo menos pude descansar por la tarde en el sofá, solo y sin nada que hacer del trabajo ni nada. No dormí, pero el cuerpo agradecía ese reposo igualmente.

Recibí algunos mensajes de Noelia en los que me pedía disculpas por lo que había pasado el día de mi cumpleaños, explicándome que no era su intención y que no tenía ni idea de que ellos pudieran aparecer, ya que Andrea le había contado que andaban muy liados por el trabajo y que también me lo había oído decir a mí. Me sugería vernos para poder disculparse en persona y contarme lo que ella sintió cuando pasó todo aquello, pero le dije que no, que mejor así, sin vernos. Le puse que estaba muy enfadado con ella y que lo único que quería era que me dejara en paz. Le volví a recordar que ya me había jodido la vida hacia justo un año y que lo había vuelto a hacer, en el día de mi cumpleaños. Hasta le pregunté si lo hacía a propósito. Ella me dijo que no, pero igualmente, después de ese rapapolvo que le di al decirle eso y más cosas, empezando a ponerme nervioso hasta tal punto de temblar un poco, me dijo que se alegró, porque al menos le había respondido, cosa que era rara. También me puso que entendía que necesitara tiempo y que me lo iba a dar, pero que necesitaba verme para poder hablar conmigo, llegando a invitarme a su casa a cenar cuando quisiera, pasándome incluso su dirección, con ubicación y demás.

Esa vez ya no le llegué a responder y me quedé tumbado en el sofá sin hacer nada más que ver la televisión, aunque no me gustaba nada de lo que había, por eso me puse a jugar un poco. A media tarde se me ocurrió hablarle a Valentina, aunque dudaba que me respondiera con eso de que estaba muy ocupada. Le puse que esa noche nos podíamos ver para cenar y hablar más tranquilamente, como acordamos que podíamos hacer. Para mi sorpresa, no tardó mucho en responderme, aunque me puso como excusa que estaba muy ocupada, como ya sabía antes de hablar con ella, pero le insistí, porque era sábado y seguro que no acababa saliendo tan tarde. Ella decía que seguramente sí que acabaría tarde y yo le propuse que se pasara por casa para cenar allí, aprovechando que le pillaba cerca y así no tenía que esperar para ir hasta su casa y prepararse algo. Con gracia me dijo que tal vez sería mejor esperar, por aquello de que yo no era muy habilidoso en la cocina. No me lo tomé como un ataque, porque ella me empezó a hablar de manera amigable, poniendo excusas muy educadamente. Y también porque era verdad. Pero le dije que algo podía hacer, aunque fuera simple. O a las muy malas, podía pedir algo de comida sana a un restaurante, como ya habíamos hecho alguna vez cuando fuimos pareja.

Me dejó ese mensaje en visto y tras unos minutos me dijo que estaba bien, pero que no me hiciera ilusiones con nada. Extrañado le comenté que no sabía a qué se refería y que yo solo quería vernos para charlar y cenar tranquilamente, teniendo la idea de que acabáramos bien, como me hubiera gustado en su día, aunque entendía que le había hecho mucho daño. Eso pareció ablandarla, porque al final acabó aceptado sin poner más pegas, diciéndome que para las 10 de la noche aproximadamente estaría por casa, pidiéndome que no le escribiera más, porque estaba ocupada con el trabajo y también porque iba a entrar en una reunión importante. Le dije que la dejaba tranquila y le deseé suerte con esa reunión. Tras eso me puse a pensar dónde pedir comida para la noche, aunque como aquella vez que se me vino a la cabeza le gustó, pues no tuve que buscar alternativas, pensando en pedir de hecho lo mismo para ir sobre seguro.

Aunque también salí de casa para hacer unas compras, porque no teníamos casi nada en la nevera y pensaba preparar una ensalada, que eso sí que se me daba bien, además de que estaba pensando en comprar un postre que le gustara. Al llegar a casa puse todo en su sitio y me volví a sentar en el sofá, porque aún quedaba mucho para el encuentro. Se me ocurrió mandarle un mensaje a Irene, tal y como me recomendó Sofía que hiciera. Lo hice de manera breve, para no molestarle mucho, pidiéndole disculpas, siguiendo con que me gustaría vernos para hablar cuando pudiera. Ni siquiera me abrió el mensaje en lo que restó de tarde, como iría consultando para ver si tenía respuesta suya o algo. Ángela me mandó un mensaje no mucho después de que le mandara yo aquello a Irene, preguntándome si me pillaba bien para hablar. Le dije que sí, que sin problema, a lo que ella no llegó ni a responder, haciéndome una videollamada. Hubiera preferido que fuera por voz, porque mis pintas no debían ser las mejores, y eso fue justo lo primero que me dijo nada más descolgar yo la llamada.

-Vaya carilla tienes...
-Ya.
-¿Cómo estás?
-Tirando.
-Bueno... No me gusta verte así. Tienes que venirte arriba, ¿vale? No quiero que tengas esas ojeras y esa expresión. Tienes que activarte, salir, relacionarte.
-Es que no me apetece.
-Entiendo que no tengas ganas después de lo que ha pasado, pero tampoco puedes estar encerrado todo el tiempo. El finde que viene quiero que salgas, ¿vale?
-Ya veremos.
-No, ya veremos, no. Quiero que lo hagas. Necesitas animarte.
-Mira quién me lo dice, la monja de clausura...
-Oye, que tampoco es así, jajajaja.
-Tú tampoco sales mucho ni te relacionas. Con lo que tú eres...
-Pero yo es que echo de menos muchas cosas. Me siento un poco sola. Eso es todo.
-Pues ya somos dos.
-Ay... Y mira que habíamos bastante...
-Ya. Y está muy bien, pero no es lo mismo que en persona.
-Eso es verdad. ¿Me cuentas lo de la chica esa?

Le empecé a contar todo lo relacionado con Noelia, hasta le mencioné la vez que nos vio a los dos juntos tomando algo cuando yo estaba con mi ex, lo cual me trajo problemas. También le conté que esa misma tarde se había disculpado conmigo por mensaje. De hecho, se los enseñé. Ella no opinaba mucho, no sé por qué. Tan solo me dijo que me entendía y que no veía raro que le tuviera ese rencor con todo lo que me había hecho, pero que también la entendía a ella y le daba hasta un poco de pena. Pero sí me propuso soluciones, como poner tierra de por medio con ella, pero de verdad, porque también me sonsacó si me había acostado con ella, tal y como hizo Sofía. Parecía que lo habían hablado y que se habían puesto de acuerdo, porque la conversación fue un calco, al igual que me recomendó que le diera un ultimátum a Andrea, explicándole que entendía que fuera su amiga, pero que tenía que respetar unos límites que yo le ponía como compañero de piso, pensando que ella haría lo mismo conmigo en ese aspecto.

-He hablado un poco con Irene -siguió ella tras llegar a esa conclusión.
-¿Sí? ¿Y cómo ha ido?
-Bueno... No ha sido gran cosa. De hecho, hemos hablado cuatro palabras. Me ha dicho que estaba muy enfadada contigo, que la tienes harta y poco más.
-¿Poco más? Algo habrá si dices eso, ¿no?
-Nada con importancia.
-¿Segura?
-Sí. ¿Por?
-Porque te conozco.
-Bah...
-Va, dímelo.
-Me ha colgado un poco de mala manera. Eso es todo.
-¿Mala manera?
-Nada. Creía que la llamaba para bajarle el cabreo que tiene contigo y darle excusas de tu parte.
-¿En serio?
-Sí. Pero que no me importa. Sé que está muy enfada y es normal que piense eso ahora que volvemos a hablar mucho tú y yo. No se lo tengo en cuenta. No te preocupes.
-Me molesta que también se enfade contigo cuando no tienes nada que ver. Vale que lo haga conmigo, ¿pero contigo? Me parece que ahí se ha colado.
-Da igual. Es a mí a quien debería molestarle y no lo ha hecho, así que dejémoslo estar, que bastante tenemos con lo que hay.
-Bueno...
-También he hablado con Mario y él está molesto también. Es muy evidente. Aunque lo que más le molesta es que Irene se haya puesto así. Me ha dicho que está bastante insoportable.
-Ya. Me dijo lo mismo cuando hablé con él.
-Imagino.
-¿Y qué plan tienes para hoy? -pregunté para cambiar de tema.
-Pues he quedado con una compañera de trabajo. Vamos a cenar juntas y a lo mejor vamos al cine o algo.
-Bueno, no está mal.
-¿Y tú?
-Pues hay una sorpresa. Dentro de todo lo malo hay algo que no está mal.
-¿El qué?
-¿Te acuerdas que te dije que después de que se fueran todos vino mi ex, Valentina?
-Ajá.
-Pues hemos quedado hoy para hablar más tranquilamente. Vamos a cenar, aquí en mi casa.
-¡Anda! -celebraba mi amiga muy contenta.
-Pero me ha dicho que no me haga ilusiones de nada.
-Bueno, pero es un inicio, ¿no?
-Ahora mismo no estoy para nada, Ángela -dije quedándome mirándola fijamente, pensando en cómo de diferente podría haber sido todo si me hubiera atrevido a contarle lo que sentía por ella antes de que se marchara.

Ella empezó a hablar, diciendo que no tenía que cerrarme a nada tampoco y que si surgía podía ver qué pasaba, aunque yo me perdí en mis pensamientos, en donde lo que más me rondaba era justo eso, cómo habría sido todo si me hubiera lanzado a la piscina. Echaba mucho de menos a mi amiga y seguía sintiendo cosas por ella, pero digamos que con todo lo que había en mi vida últimamente, como que aquello había pasado a un segundo plano. O quizá fue que lo asimilé muy rápido, pero la verdad es que me hubiera gustado ver cómo nos podría haber ido, aunque ella no estaba en esa sintonía por aquello que me contó de que aún tenía heridas de su anterior relación, en la cual la usaron y que prefería un período de tranquilidad.

-¿Entonces no ves que pueda pasar algo de nuevo entre vosotros? -me repitió al estar yo en otras cosas.
-Lo dudo mucho. Sé lo cabezona que es y no veo que dé su brazo a torcer con eso. También sé que es orgullosa y no se va a comer unos cuernos con tal de volver.
-Pues... Bueno, a ver si tienes suerte y al menos echas un polvete, que tienes cara de que te hace falta.
-Tampoco tengo muchas ganas.
-¿Cuándo fue el último que echaste?
-El día anterior al de mi cumpleaños.
-No hace tanto entonces.
-¿Y tú? ¿Cuándo vas a hacer algo? Tienes que tener telarañas...
-Serás capullo... Jajajajaja.
 
Vuelvo a insistir en lo mismo aunque sea pesado.
Debe buscarse nuevos amigos, porque estis últimamente dejan mucho que desear. Se enfadan por lo de Noelia, que no digo que lleven razón, pero bien que lo dejaron tirado esa noche.
Así que quizás sea el momento de poner una distancia con ellos.
Y luego está lo de Sofía y Hugo que es evidente que han quedado para comer, al menos podían no esconder esa cita y decírselo.
Últimamente Sofía también me está decepcionando.
Si yo estuviera en su lugar, me la jugaba y me iba a Francia con Ángela, que es la única que merece la pena.
 
Javi está muy aferrado al que dirán, demasiado. Debería hacerse menos problemas, relajarse, ponerse bien los pantalones, hablar claro y fuerte sin miedos. Pero por supuesto acompañado de una buena correa, ya que no sabe lidiar con la presión, y siendo esta nada del otro mundo. Si Javi estuviera en los relatos de Economista se suicida :ROFLMAO:

Y de nuevo, Valentina, que con su "no te hagas ilusiones" repetido por 20ava vez como un loro adolescente, ya sabemos que significa, en fin.
 
Javi está muy aferrado al que dirán, demasiado. Debería hacerse menos problemas, relajarse, ponerse bien los pantalones, hablar claro y fuerte sin miedos. Pero por supuesto acompañado de una buena correa, ya que no sabe lidiar con la presión, y siendo esta nada del otro mundo. Si Javi estuviera en los relatos de Economista se suicida :ROFLMAO:

Y de nuevo, Valentina, que con su "no te hagas ilusiones" repetido por 20ava vez como un loro adolescente, ya sabemos que significa, en fin.
Cuando una mujer responde a una pregunta no hecha, "no te hagas ilusiones", sabemos como termina esa conversación. ;):banana1:;)
 
Vuelvo a insistir en lo mismo aunque sea pesado.
Debe buscarse nuevos amigos, porque estis últimamente dejan mucho que desear. Se enfadan por lo de Noelia, que no digo que lleven razón, pero bien que lo dejaron tirado esa noche.
Así que quizás sea el momento de poner una distancia con ellos.
Y luego está lo de Sofía y Hugo que es evidente que han quedado para comer, al menos podían no esconder esa cita y decírselo.
Últimamente Sofía también me está decepcionando.
Si yo estuviera en su lugar, me la jugaba y me iba a Francia con Ángela, que es la única que merece la pena.

No perdonas ni media, Carlos. :bdsm1: :bdsm1:
 
Entiendo que.mi opinión es muy radical y seguramente alejada de lo que piensa el resto, pero es que me parece que últimamente está distanciados de sus amigos y la actitud de Irene no creo que sea buena.

Entiendo que la reacción de Irene ha sido equivalente al dolor que siente.

Siempre lo de ellos ha sido especial, una complicidad que sin ser malintencionada, está al siguiente nivel de la amistad.

Estoy seguro que si Mario no estuviera en la vida de ella, Javier ocuparía ese lugar. :cool:
 
Por una vez estoy completamente de acuerdo, es el momento de que todos ellos pongan distancia con Javi, últimamente Javi está decepcionándolos a todos.
Sí señor, completamente de acuerdo contigo.
Aunque lo digas con ironía es lo que pienso y no voy a cambiar mi opinión.
Sus amigos últimamente dejan mucho que desear.
 
Última edición:
Ironía ninguna. A los hechos me remito. El resto de "amigos" no parecen tener problemas con sus amistades.
...
Lo dicho, me ha gustado mucho cómo ha descrito el autor ese bajón de Javi. Lo que no tengo tan claro es que haya sido buena idea quedar con Valentina precisamente en este momento, a ver cómo va esa cena.

Es que Keranos se ha hecho un experto describiendo los bajones de Javier. :oops::ROFLMAO:
 
Capítulo 695

Estuvimos hablando durante un buen rato más, aunque nos acabamos despidiendo para ir preparándonos para nuestros planes. Al final no se me había hecho tan largo el día, porque había encontrado la manera de contactar con algunas personas cercanas a mí y eso ayudaba, aunque me costara. Recogí un poco la casa y me di una buena ducha y me arreglé bien, como pocas veces lo había hecho al ponerme una camisa y un jersey. Quería causarle buena impresión a Valentina, quien seguro que vendría guapa, como siempre hacía. Dejé preparada la ensalada y cuando quedaban pocos minutos para las 10 de la noche hice el pedido, el cual fue sin problema. Casi un cuarto de hora después de las 10, apareció Valentina por casa. Iba muy guapa, aunque se notaba que venía del trabajo. Cuando se quitó su largo abrigo pude ver cómo llevaba un traje ejecutivo que le quedaba de muerte. Una chaqueta y una falda en azul marino y una camisa blanca con los primeros botones desabrochados para dejar un escueto escote que se me hacía muy sugerente. Y unos tacones altos de color negros muy típicos en ella, ese era su modelito para la ocasión.

Puso una pequeña sonrisa cuando me vio a mí. No me dijo nada, pero se notaba que le había gustado ver cómo de arreglado iba. Yo sí que le dije que estaba muy guapa, agradeciéndome ella las palabras. Lo único malo del momento fue el saludo, porque ella se acercó para darme dos besos, aunque dudó. Y eso hizo que fuera una situación un tanto incómoda. Aunque al final me los acabó dando, pasando ella hacia dentro mientras yo le decía que olía muy bien, sin tener respuesta por su parte en esta ocasión. Se quedó un poco parada cuando entró al salón, preguntándole yo qué ocurría. Hizo un pequeño comentario en el que me dijo que no pasaba nada. Quizá estaba sorprendida al encontrarlo todo bien puesto y ordenado, aunque no es que fuera raro. Tal vez fuera que puse música del estilo que le gustaba a ella para amenizar esa reunión y que viera que no pretendía discutir, por si tenía alguna duda.

Le pedí que tomara asiento, sugiriéndole empezar por la ensalada en lo que venía la comida, que no debía tardar mucho. A ella le pareció bien, aunque de su bolso sacó una botella de vino. Dijo que no quería venir de vacío y pensó en traerla para la cena. No tenía mucho conocimiento en aquello, como he plasmado alguna vez, pero sí que ella me había enseñado alguna cosa y veía que ese vino era bueno. La miré buscando una respuesta, pero ella ojeaba curiosa la casa, pasando a mirarme, interrogándome con un gesto, aunque no dije nada. La abrí y serví unas copas, a la vez que la ensalada y empezamos a cenar mientras comentábamos cómo nos iba. Fue mucho mejor de lo que pensaba. Si hasta me llegó a recordar a esa rutina que establecimos como pareja en donde quedábamos mucho para almorzar o cenar y nos contamos nuestro día. Aunque por momentos nos quedábamos en silencio. Yo no podía evitar pensar en Irene al mirar el reloj que me puse para la cena, el que me regalaron mis amigos.

Valentina era demasiado lista y sabía que recordaba ese detalle, preguntándome por el tema, aunque me salvó el timbre. La cena había llegado. Una vez recogida, mientras la empataba, pensé que debía haber ido con más cuidado, porque podría haber sido Noelia perfectamente, pero por suerte no fue así. La cena continuó en buena sintonía y al final calló la botella entera de vino, aunque como comimos bien y fue durante un lapso largo de tiempo, no llegamos a emborracharnos, porque tampoco es que tuviera mucha graduación. Por momentos se mostraba cortada, en otros más habladora. Me tenía un poco despistado aquello y no paraba de pensar que debía sentirse incómoda pensando que yo buscaba algo más. Aunque la conversación se puso más seria cuando me presentó unas disculpas más formales por haber venido así el día de mi cumpleaños en esa visita que me hizo. Yo le quité peso a la seriedad del momento diciéndole que no importaba y que entendía que estuviera así, mostrando también unas disculpas sinceras de corazón que ella parecía interpretar bien.

No hizo de nuevo el comentario de que no me hiciera ilusiones, pero me di cuenta de que pensaba que podría intentar algo al decir que sería mejor que se fuera a casa. Le pedí que se quedara unos momentos más, para tomarnos el postre solamente, porque había comprado algo que le gustaba a ella. Se trataba de un volcán de chocolate, el cual ya venía hecho, pero traté de presentarlo lo mejor que pude. Ya sabía que le gustaría y me dio las gracias por el detalle, pero nuestra reunión no duró mucho más. Justo al despedirnos me dijo que había estado bien y que aunque no lo creyera por las cosas que me había dicho, se preocupaba por mí y en el fondo quería que me fuera bien. Le agradecí esas palabras enormemente, porque me levantó mucho el ánimo ver que aún le importaba. También le dije que me encantaba haber quedado así con ella, pidiéndole un abrazo antes de irse, cosa que acabó aceptando tras pensarlo durante unos segundos. Fue un abrazo muy cálido, aunque me los había dado con más cariño en otras ocasiones, pero sentía ese acercamiento y me gustaba. Ni siquiera reparé en cómo sus pechos se aplastaban contra el mío.

Y sin más, nos despedimos marchándose ella a casa tras llamar a un taxi, el cual la recogió en la puerta. Me sentía bastante bien y me puse a recogerlo todo, echándome en el sofá una vez acabé. Me puse a repasar la cena que acababa de tener con Valentina. Estaba muy contento con cómo había ido todo. Aún estaba su olor por la casa y la verdad es que ahora sí que reparé en lo guapa que estaba. Hasta se me vino a la cabeza una vez que llevaba ese mismo modelito, o parecido y fantaseamos un poco con follarla en la mesa de su cocina. Eso desembocó en pensar en otras situaciones similares, sorprendiéndome a mí mismo al acabar bastante empalmado al recordar eso. Acabé masturbándome pensando en ella, aunque también me ayudé de alguna foto que tenía en mi móvil de cuando estábamos juntos. Sí que se me había levantado el ánimo para haber acabado así cuando no tenía especialmente muchas ganas de eso. Lo peor de todo es que ahora sí que me estaban entrando ganas de volver a verme con ella para acabar en la cama.

Las oportunidades que tenía con Valentina eran nulas, en principio, porque ella me repitió en varias ocasiones que no me hiciera ilusiones con vernos para otra cosa que no fuera charlar. Pero por cómo había ido la noche, podía pensar que sí que había alguna oportunidad. Se notaba mucho que le gustó verme así de arreglado, al igual que se relajó conforme la cena tuvo lugar. Pero si quería llegar a algo más no podía cometer ningún fallo. Tenía que llevar cuidado y medir bien mis pasos para encontrar la oportunidad perfecta y poder acabar como me imaginé mientras me tocaba. No iba a forzar nada, pero sí que trataría de sembrar para luego recoger. No podía dejarme arrastrar por mis impulsos, como me pasó con Andrea. Qué lejos quedaba eso, por cierto. Ahora veía a Andrea de manera muy diferente. La seguía viendo atractiva y tenía algo que me seguía llamando la atención, pero con todo esto de ponerse siempre de parte de Noelia y de meter mano en el asunto para que hubiera más acercamiento entre nosotros del que ya había, se me habían quitado bastante las ganas. Lo malo pesaba bastante y empañaba mucho la imagen que tenía de ella.

Aunque veía la cosa muy difícil con Valentina, porque necesitaría un trabajo muy grande para conseguir lo que quería, que era irme con ella a la cama. Estaba aún resentida y seguro que se le vendrían todas esas cosas a la cabeza cuando dijera de dar el siguiente paso. Debía hacerlo con cuidado y muy poco a poco. Quizá era demasiado trabajo para conseguir algo que ya había probado, pero sabía que era una mujer increíble y que siempre que íbamos a la cama prometía. También se me vino a la cabeza obviamente su reproche de que estaba obsesionado con el sexo y que debía buscar ayuda profesional y pensar más en lo que pudiera sentir las otras personas. No pensaba que siguiera enamorada de mí pese a lo que se preocupaba, pero tampoco veía malo pasar un buen rato. Si de hecho fue como empezamos a conocernos, yéndonos a la cama cada vez que quedábamos para vernos. Tenía en mente alguna idea de cómo hacerlo, pero no quería que fuera muy cantoso, por lo que era algo que me iba a llevar tiempo.

Al día siguiente sí que tuve la ocasión de quedar con Daniela para charlar. Me lo propuso ella al tener ese día libre, por lo que se pasó por casa después de comer para tomarnos un café y poder hablar allí tranquilamente. Vino bastante guapa, con un jersey de cuello vuelto y unos vaqueros ajustados, con su pelo muy liso, diferente a como solía llevarlo por ir con él ondulado de normal, aunque lo que no había cambiado era su flequillo y el color, porque seguía con ese pelirrojo. Me dio un gran abrazo en cuanto le abrí la puerta, dándome también dos besos. En cuanto la hice pasar, le serví un café y nos sentamos. Lo primero que me dijo fue que me echaba de menos y que tenía un poco de mala cara, pasando a preguntarme si me encontraba bien por eso mismo. Le conté lo que pasó el día de mi cumpleaños y ella se lamentaba de que Irene estuviera tan enfadada conmigo, aunque también me dijo que tenía que llevar más cuidado, porque solía dejarme arrastrar por las situaciones que involucraban a alguna chica. Fue un pequeño reproche por lo que le hice a Valentina, era bastante obvio, pero no hice ningún comentario al respecto, porque sabía la influencia que mi ex tenía sobre ella al ser una muy buena amiga suya.

Por suerte, ese momento de reproche no se alargó mucho más y pasó a pregúntame por cómo me iba en general, aunque me dijo que del tema personal ya sabía bastante, tanto por lo que yo le acababa de contar como por lo que también le contaba Valentina. Me reconoció que no le pareció nada bien eso que hizo de contratar a alguien para mantenerme vigilado durante todos esos meses y que no me lo contó por miedo a empeorar las cosas entre nosotros al no saber cómo podía reaccionar yo, aunque se imaginaba que no me haría gracia. Le comenté que flipé bastante con aquello, aunque viniendo de Valentina no me extrañaba tanto, porque no era la primera vez que lo hacía. Ya le puso vigilancia a su exmarido cuando aún estaban casados y entendí que me la pusiera a mí también por aquello que le dije que me hubiera gustado seguir con la relación y que lo dejaba en sus manos. Daniela me regañó un poco por decir eso y hacer todo lo que hice después. Aunque la bronca se centró en tema drogas. Se preocupó mucho por mí en ese aspecto, aunque yo le dije que solo fue por probarlo y por curiosidad, que no lo hacía de manera activa.

No terminó de írsele la preocupación, pero al menos conseguí cambiar de tema al explicarle cómo me iba en el trabajo, cómo habíamos introducido ayuda para más asignaturas y demás. Pareció interesarle mucho el tema, porque me pedía información para ver cómo nos organizábamos, qué niveles dábamos y algunas cosas más. Me sorprendió tanto interés y le pregunté el motivo. Ella puso una sonrisa muy bonita en su cara, la cual me transmitía vergüenza por su parte. Estaba extrañado, aunque la veía muy mona con esa expresión, por lo que le pregunté. Entonces fue cuando me empezó a contar lo nuevo que tenía en su vida. Me dejó bastante impactado cuando me dijo que había dejado su trabajo hacía unas semanas y que se había puesto a estudiar. Me lo dijo tan de sopetón que me dejó sin palabras, aunque rápidamente pude reaccionar, diciéndome que me alegraba mucho por ella por dar ese paso y por tener esa valentía. Ella estaba radiante con una gran sonrisa en su cara, correspondiendo el abrazo que yo le quise dar al acercarme a ella.

Pero rápidamente me separé de ella, preguntándole qué era entonces eso que me contó el día anterior por lo que no podía quedar, porque supuestamente tenía lío en el trabajo. Ella rio con ganas y me empezó a contar. Me dijo que no me había mentido, pero que prefería contarme esa noticia en persona. Al parecer necesitan ayuda el día anterior con eso que se montó y le pidieron ayuda, porque ella sabía bien cómo hacer su trabajo cuando estaba allí y ayudó a sus compañeros. Me contó emocionada cómo dio el paso, en donde Valentina tuvo mucho que ver. Me dijo que ella le dio los ánimos necesarios para tomar esa decisión, probándole que ella merecía mucho más que ser una camarera de cafetería y que seguro que lo sacaba si se lo proponía. Daniela le decía que era una locura y que no podía dejar de trabajar para estudiar, porque no tenía dinero con el que sobrevivir durante todo ese tiempo que necesitaba para poder sacarse los estudios necesarios. Valentina fue una pieza clave, porque Daniela le contaba que envidiaba mucho verla tan decidida y segura, y que también tenía pinta de ser interesante su trabajo.

Ella fue la que le dijo que si de verdad le gustaba, que hiciera por donde para llegar a cumplir ese sueño, o más bien sacarse esa espina que tenía de conformarse con ser una más de las chicas de su barrio y con despuntar y poder ser una persona de éxito como ella. Me parecía muy interesante lo que me contaba, aunque las ganas que le ponía tenían mucho que ver. Daniela se ilusionó mucho cuando Valentina le decía todo eso según me contaba, pero puso rápidamente los pies en el suelo y empezó a sacar pegas que eran objetivas, como no tener dinero ahorrado para vivir mientras estudiaba, teniendo que trabajar a la vez, creyendo ella que no sería capaz de llevar las dos cosas a la vez, porque pensaba que no daba mucho de sí su cabeza. Y no contemplaba nada volverse a vivir con sus padres, porque también lo pasaban mal económicamente y no podía estar con ellos sin aportar nada. No es que se lo fueran a echar en cara, pero ella no estaría tranquila de esa manera.

También veía como problema que iba a ser mucho tiempo estudiando, porque la pobre no tenía ni la ESO. Y estábamos hablando de cursar una carrera universitaria, con lo cual, sí que le iba a llevar unos cuantos años. Se ofuscó mucho en esa conversación al ver las pocas oportunidades que tenía por su situación, echándose hasta a llorar, aunque Valentina le abrazó y la calmó, preguntándole si de verdad quería ser como ella y estudiar para conseguirlo. Daniela se apartó y le asintió, pero le dijo que no podía ser. Valentina tomó una firme decisión, diciéndole que dejara el trabajo, aunque Daniela no le entendía, porque le había dicho que no tenía dinero. Mi ex le propuso una solución muy sencilla: que se fuera a vivir con ella. Tuvo la idea de acogerla para que pudiera estudiar y cumplir así su sueño de ser alguien de más provecho que para servir cafés, porque ella creía que valía para mucho más que eso.
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo