Reencuentro con Elena

Hola, quería pediros perdón por estar tan desaparecido durante las fiestas, que no pasé para deciros unas palabras como siempre trato de hacer, pero es que entre las fiestas, las salidas y las entradas, que me puse un poco malo y... ahora que hay una nueva inquilina en casa, pues no he tenido tiempo para nada.

De hecho, por esto último ahora tengo menos tiempo aún, porque requiere mucho de mi atención y necesita mucho muchos mimos. Tenía pensado acabar de escribir el relato en verano y la cosa se me ha alargado hasta ahora, que tenía pensado acabarlo en Navidad, pero con la pequeña es que no puedo ponerme, porque no deja que me concentre. Hasta me costó ayer dejar preparado el capítulo de hoy...

Digo esto, por si algún día veis que no hay capítulo o que si llegado a cierto punto, pasan unos pocos días sin que suba nada. A ver si me puedo poner para rematar la cosa cuando esté durmiendo tranquilamente.

Y para aclarar dudas... No, no es un bebé. Es una pequeña gata adoptada, pero vamos, que casi requiere la misma atención, porque todo es muy nuevo para ella y se tiene que adaptar y demás.
Respeto a los animalistas, sé que son seres que merecen una vida digna tanto como nosotros (los animalistas quizás también), pero no pude evitar decepcionarme, ya te iba a poner unas cuantas frases de felicitación y unos cuantos consejos sobre esa difícil pero maravillosa etapa 😠.

De todas formas, felicidades por la gata.
 
Hola, quería pediros perdón por estar tan desaparecido durante las fiestas, que no pasé para deciros unas palabras como siempre trato de hacer, pero es que entre las fiestas, las salidas y las entradas, que me puse un poco malo y... ahora que hay una nueva inquilina en casa, pues no he tenido tiempo para nada.

De hecho, por esto último ahora tengo menos tiempo aún, porque requiere mucho de mi atención y necesita mucho muchos mimos. Tenía pensado acabar de escribir el relato en verano y la cosa se me ha alargado hasta ahora, que tenía pensado acabarlo en Navidad, pero con la pequeña es que no puedo ponerme, porque no deja que me concentre. Hasta me costó ayer dejar preparado el capítulo de hoy...

Digo esto, por si algún día veis que no hay capítulo o que si llegado a cierto punto, pasan unos pocos días sin que suba nada. A ver si me puedo poner para rematar la cosa cuando esté durmiendo tranquilamente.

Y para aclarar dudas... No, no es un bebé. Es una pequeña gata adoptada, pero vamos, que casi requiere la misma atención, porque todo es muy nuevo para ella y se tiene que adaptar y demás.
Con la ilusión que me había hecho!!! 😃
Y resulta que es un gato!!! 🤭
Yo hubiera empezado con el bebé , después lo del gato es mucho más llevadero 😝😝
 
O ha tenido mucho cuidado para no dejar pistas, o Keranos se encarga en exclusiva del cuidado de la gata. Lo cual quiere decir que vive sólo 🤔
 
Oye, que pasa?. Yo también tengo un gato.
El mío lo tengo aquí y te ha echado una mirada que yo que tú pedía perdón.
Se puede hacer una comparativa:
Bebé VS Gato.
El bebé no se sube por las cortinas, el gato sí. ( Punto para el bebé )
El gato se carga tu sillón preferido de piel, el niño también.
El gato se cargará una figura de cristal de Murano que compraste en Venecia, el niño también.
Al niño le tienes que comprar ropa y zapatos, al gato no ( punto para el gato )
Tienes que llevar al niño a la guardería, escuela, instituto, universidad etc... Al gato no ( arrasa el gato )
La fría y aséptica comparación, es claramente favorable al gato. 😝😝
 
Bueno y eso que no cuentas el peligro que tienen.
El mío el otro día estábamos comiendo tan tranquilos en el salón y apareció tan feliz con un filete de lomo en la boca.
No te puedes descuidar
 
Quizá la disyuntiva que se ha planteado Keranos, no sea bebé o gato... Y si ha sido gatita o " leona "? 🤭🤭
 
Capítulo 890

Tras esa conversación con Ángela, me puse a pensar en cómo decírselo a mis amigos, aunque más o menos tenía en mente cómo hacerlo, no queriendo complicarme mucho la vida por la distancia tan grande que había entre nosotros, pero quería contárselo a todos al mismo tiempo, por lo que tendría que esperar al próximo fin de semana para que todos pudieran estar disponibles al mismo tiempo.

Con Elena era otra historia. La verdad es que quería que se enterara por mí, porque me imaginaba que a lo mejor no le gustaría enterarse por otra persona, aunque al haber acabado como lo hicimos, no tenía ni idea de si le importaba siquiera, o de si estaría abierta a que hablásemos. Le di un par de vueltas al asunto, aunque se me fue muy rápido de la cabeza cuando Abby me llamó para preguntarme si quería que jugáramos un poco juntos, aunque ella estuviera en su casa.

El lunes era el día en el que Abby cumplía años realmente, por lo que fui un poco más temprano a por ella ese día para después ir a la universidad. Siempre la esperaba en la moto y le mandaba un mensaje para que saliera, o ella estaba pendiente, dándose cuenta también por el sonido. Pero en esta ocasión no se había enterado, pillándola yo preparándose.

La felicité oficialmente y le di un gran abrazo, elevando su cuerpo y agarrándose ella a mí, continuando con un beso en el que ella participó, aunque se puso roja como resultado una vez nos despegamos y la pude mirar. La encontraba muy mona, diciéndoselo yo y haciendo que se pusiera un poco más roja.

Me salía muy natural decirle esas cosas y tener un acercamiento con ella en forma de abrazos y besos, aunque a ella la notaba muy cortada aún. A mí me salía natural porque me apetecía mucho. Venía escaso de cariño y tenía muchas ganas de algo así, y con lo que me gustaba ella pues ese sentimiento se veía potenciado.

Como íbamos muy bien de tiempo, le propuse ir a desayunar a algún sitio, pareciéndole a ella bien, por lo que nos marchamos y lo hicimos tranquilamente, aunque debíamos ir a clase. Luego nos tomamos otro café en el descanso de media mañana, pero quedamos en que comeríamos juntos, diciendo ella que no hacía falta, pero yo pensaba que estaría bien al ser una ocasión especial.

Ella me dijo riendo que el sábado ya lo habíamos celebrado, pero yo no veía inconveniente en salir a comer y que se ahorrara hacerse de comer. Acabó aceptando, yendo a un sitio que estaba muy bien en general, tanto en la calidad como en el precio, sin ser nada caro. Era consciente de cómo ella cuidaba no gastar mucho, pero pensaba que estaría bien salir ese día, ya que era su cumpleaños de verdad.

Aunque la seguía notando un poco cortada, pero más que eso, estaba nerviosa, no entendiendo yo muy bien por qué. Le agarré la mano mientras comíamos y le pregunté si todo iba bien. Ella me sonrió de manera muy tierna y me dijo que de maravilla, agarrando mi mano de vuelta. Me encantaba verla así, aunque tenía un poco de duda al ver que andaba algo inquieta.

Pero pronto sabría qué le pasaba, porque cuando le propuse dar un pequeño paseo al acabar y salir del lugar en donde comimos, Abby me sugirió ir a casa, sonrojándose un poco al decírmelo. Ya sí que entendí lo que quería, por lo que nos pusimos en camino. Era evidente de lo que tenía ganas, pero tampoco esperaba que se me tirara encima cuando llegamos a mi casa.

Me agarró con firmeza para llevarme a la cama, en donde se me abrazó y nos empezamos a besar. Todo lo tímida que Abby era en público, lo era también de ardiente en la intimidad, porque expresaba muchas ganas de ir a más con sus gestos y sus miradas. No tardamos en desnudarnos para ponernos a ello, escurriéndose ella por mi cuerpo para chupármela durante un rato.

Lo hacía de muerte pese a no ser capaz de metérsela entera en la boca, aunque me costaba un poco meterme en situación por las caras que ponía y también por sus soniditos mientras me la comía. Me hacía todo mucha gracia, porque ponía caras que parecía que estaba posando, pero la encontraba muy tierna también. Al final, ella se dio cuenta y se centró más, pudiendo disfrutar yo muchísimo de lo que estaba haciendo.

Pero también quería que ella tuviera estimulación, por lo que le dije que se pusiera sobre mí para comérselo. Hincó cada una de sus rodillas a los lados de mi cabeza y se apoyó en la pared para estar más cómoda. Me percaté de que llevaba la zona más arreglada, aunque mantenía su triangulito de pelo rojizo tan bonito. Ella, al ver que me quedé mirándolo y que lo acariciaba, me dijo que se lo dejó porque yo le dije que me gustaba.

La corregí al decirle que me encantaba, riendo ella, en parte por las cosquillas que le debí hacer al besarle esa parte. Yo también me arreglé lo mío, comentando ella que le gustaba y que le parecía sexy. Me confesó, mientras se lo comía, que no era mucho de depilárselo entero, porque le parecía que así estaba más sexy. Le dije que cada vez me estaba gustando más conforme la iba condicionado, volviendo ella a reír, aunque me pidió que me concentrara en lo que estaba haciendo.

Y eso hice, pero no tardó en bajarse de mí, no entendiendo yo qué pasaba. El problema, según ella, era que estaba a nada de correrse y no quería hacerlo aún, por lo que se acomodó para volver a comérmela un poco, pero tampoco duró mucho, porque me dijo que necesitaba sentirme, estando muy roja y acelerada, lo que me indicaba que su excitación era muy elevada.

Había comprado condones y le dije que me diera un momento para ponerme uno, pero ella me pidió que lo hiciéramos un poco sin nada para poder sentirnos mejor. Dudé un poco, pero me moría por volver a metérsela así, por lo que no puse ninguna pega, empezando así en un misionero en el que ella me miraba con una expresión que me derretía, perdiéndome en esos ojos tan preciosos.

Abby empezó a jadear, pasando después a lanzar sus gemidos algo extraños, pero que a la vez me empezaban a poner mucho. Conforme más se la metía, más rápido lo quería hacer, llegando a un punto en el que le daba con fuerza, retumbando el cabecero de la cama contra la pared y abrazándose ella con fuerza a mí. Notaba cómo de húmeda estaba y no podía gustarme más, dándome más ganas de apretar.

Pero conseguí parar para no correr más riesgos y ponerme el condón, porque me notaba con ganas de acabar. Me lo puse lo más rápido que pude, volviendo a meterme dentro de ella, lanzando Abby un gemido tierno, aunque rápidamente se transformó en una serie de gemidos más intensos, volviendo a ese ritmo alto y duro hasta que no pude más y me empecé a correr, siguiéndome ella al ver cómo me ponía.

Era increíble llegar al orgasmo estando tan cerca de ella como para notar cómo latía su corazón, por no hablar de su olor. Me encantaba cómo olía y aquello no hacía más que potenciar las sensaciones. Acabamos un poco exhaustos para lo breve que había sido, pero una vez nos recuperamos, nos empezamos a besar de nuevo, volviendo las ganas.​
 
A Javi, el amor lo humaniza. Cuando hay sentimientos, deja de ser el atleta sexual en el que se convirtió en su " época oscura ". Se transforma en terrenal, sensible y vulnerable.
Y Abby, que es mucha Abby... Eso también cuenta 😜
 
Sobre Elena, creo que si bien Javier no le debe nada a ella, ni mucho menos explicaciones en primera persona sobre los caminos de su corazón, tal vez Javier crea que se lo debe a sí mismo. Tal vez crea que necesita acabar de cerrar él mismo una puerta que primero no cerró bien, después se resistió a cerrar agarrado a un recuerdo y finalmente, cuando por fin la vio sin los ojos del enamoramiento, asumió que era una puerta más cerrada que abierta pero en la que dejó un resquicio esperando que Elena entrara en razón. Elena no ha entrado en razón, ni ha dado señales de acercarse a ello, y Javier ha encontrado lo que nunca encontró en Elena: comprensión, empatía, cuidarse uno al otro, dos almas heridas que se entienden y se apoyan.
Ahora Javier necesita asegurarse de que deja la puerta de Elena bien cerrada para poder mirar atrás sin reproches y poder mirar hacia adelante sin dudas y con ilusión.
No sé hasta qué punto Abby es real, o es un recurso argumental, para llevarnos a una conclusión de la historia que no esperamos. Si de verdad ha existido, y forma parte de la realidad en la que está basada ésta novela, es sin duda la mujer ideal para Javi.
 
Capítulo 891

Seguimos jugando, aunque ahora de manera más calmada, tomándonos más tiempo y llevando a cabo diferentes posturas. Verla a cuatro con ese culo tan bonito me encantaba, aunque no tanto como a ella a juzgar por cómo se ponía. No se me podía hacer más evidente que esa era su postura favorita, aunque ella también conocía la mía. Pero llegó a correrse cuando le di a cuarto. No tardó en recuperarse para follarme después a mí como más me gustaba.

Me exprimió bastante bien, continuando una vez acabé para apurar bien, consiguiendo ella llegar a otro orgasmo, quedando bastante rendida por cómo se movía encima de mí. Pegó su cuerpo al mío y me abrazó, devolviendo yo ese abrazo y dándole muchos besos, porque me apetecía mucho. Ella se dejaba llevar y empezó a participar cuando se tranquilizó.

Pero por desgracia, teníamos que irnos a trabajar, yendo con el tiempo justo, por lo que me di una ducha rápida y me cambié de ropa para llevarla a ella a su casa y poder hacer lo mismo. La esperé, no tardando ella mucho al recogerse el pelo bien, bajando enseguida y llevándola al trabajo, donde nos despedimos con un beso, pero algo apartados de la cafetería.

No quedamos en nada en concreto, pero me la encontré en la universidad cuando acabé, preguntándole qué hacía ahí. Me comentó que le apetecía verme, con la idea de que cenáramos juntos. Me pareció una idea estupenda, por lo que nos fuimos a casa, aunque en realidad, nos volvimos a enrollar, echando otro polvo más, aunque después hicimos la cena, porque teníamos hambre.

Mientras cenábamos nos contamos cómo había ido la tarde, yendo todo muy bien. Le pregunté si se animó a hablar un poco más en el trabajo, haciendo ella un gesto con la cabeza en donde me expresaba que no mucho. No quería meterle presión en ese aspecto, por lo que no le dije nada más, pero pensaba que estaría bien poder hacer algo al respecto.

Le sugerí quedarse a dormir en mi casa, así pasábamos la noche juntos y a ella le gustó la invitación, pero comentó que le gustaría tener ropa limpia para ponerse para el día siguiente y lo más importante, nunca había dejado a su gata sola tanto tiempo. Bajo mi punto de vista, todo eso tenía una solución muy fácil, por lo que le sugerí que fuéramos a su casa en un momento para ir a por algo de ropa y a por su gata.

A Abby se le iluminó la cara, poniéndose incluso de pie para ponernos en marcha. Era muy gracioso el viaje de vuelta, yendo ella con una mochila a la espalda en donde guardaba su ropa, llevando a su gata dentro de su sudadera por la parte de delante. Me pidió que llevara cuidado y que fuera despacio para no tener ningún susto. Le hice la broma de ir más lento que como si fuéramos andando, zarandeándome ella para que no le hiciera rabiar.

En casa, la gata estaba un poco nerviosa. No paraba quiera, pero Abby la tranquilizó y no tardó en acostumbrarse. Ambos estábamos un poco cansados, como para no con el movimiento que habíamos tenido con tanto sexo, por lo que nos fuimos a la cama pronto.

Ella le hizo una cama con la sudadera que se puso en el camino de vuelta, preguntándome si me importaba que la pusiera sobre el sofá. No puse ninguna pega y Abby dejó a su gatita sobre la cama improvisada, diciéndole que durmiera ahí.

Nosotros nos fuimos a la cama, poniéndose ella su pijama y yo ropa cómoda, porque no solía usar pijama. Estábamos muy abrazados, cayendo algunos besos y algo más, aunque estaba vez fue mucho más pausado y lento. Fue muy reconfortante aun así, acabando los dos, quedando ella muy somnolienta, mientras que yo me levanté para tirar el condón a la basura, volviendo con ella para acomodarme y dormir, estando muy a gusto.

Fue ella la que se despertó primero al día siguiente, enterándome yo por el sonido de la ducha. La gata también se enteró de que Abby se había levantado ya, porque la podía oír moverse, hasta que se vino a la cama conmigo, echándose a mi lado. A Abby le hizo gracia encontrarnos a los dos tan juntos, saliendo con una toalla envolviendo su cuerpo.

Se acercó a nosotros, dándome un pico a mí y acariciando a la gatita. Le pedí que no se quedara así, porque a las alturas que estábamos ya de año hacía un frío bastante grande, no estando yo acostumbrado a ello, pero ella sí que lo estaba. Aun así, se volvió al baño para acabar de secarse bien y de prepararse, tomando yo después el relevo para darme una ducha.

Me encontré el desayuno preparado una vez salí, haciéndolo los dos ahí, pero me pidió que pasáramos por su casa antes para dejar a la gata. Le dije que no me importaba que se quedara ahí, pero Abby prefería dejarla en su casa, porque pensaba que estar sola en un lugar tan nuevo durante unas cuantas horas la podría poner nerviosa.

Así que hicimos lo mismo que la pasada noche, pero ahora yendo a su casa, dejando a la gata y también lo que se llevó en su mochila. Volvimos a la moto para montarnos en ella y volver a la universidad, siguiendo con esa rutina de asistir a las clases, viéndonos para desayunar juntos en el descanso y luego cuando salíamos para poder llevarla a su casa.

Sin embargo, ella me notó un poco callado cuando me invitó a cenar en su casa por la noche, pensando que podíamos hacer lo que hicimos el día anterior, pero en la suya esta vez. Acepté encantado, pero es verdad que estaba un poco pensativo. Se me empezó a quedar mirando durante unos momentos, hasta que finalmente me preguntó si me ocurría algo.

Le dije que nada importante, ganando su interés, preguntándome sobre ello. Le comenté que le había hablado a una amiga sobre ella y que nos habíamos hecho pareja. Su reacción fue normal, preguntándome cuál era el problema y si se trataba de Irene, ya que le había hablado mucho de todos mis amigos.

Le comenté que se trataba de Ángela, recordando Abby quién era por todo lo que le había contado de ella y preguntándose a sí misma cómo no había caído en que era ella con lo cercanos que éramos. Le dije que no había ningún problema, que simplemente, ella se alegraba mucho por mí, por haber dado ese paso y por haber encontrado a alguien con quien tener una relación.

Abby seguía sin entender qué había de malo en ello, siendo entonces cuando le expliqué que a ella le gustaría conocerla. Abby entendió por qué estaba así de pensativo, diciendo que era totalmente normal que fuera así. Le pregunté si estaría cómoda con ello, siéndome ella honesta al decirme que pensaba que le podría costar un poco, porque ya había visto lo que le costó entablar conversación conmigo y demás, pero que al final era algo por lo que tenía que pasar.

Abby me explicó que alguna vez tendría que ir a ver a mis amigos, o que tal vez ellos vinieran a verme de nuevo, dándose entonces el momento en el que se tuvieran que conocer, como también imaginaba que debía ser con mi familia. La verdad es que para lo que le costaba ella socializar, por el problemilla que tenía, me sorprendió que lo viera todo tan claro y que supiera que tenía que pasar por ello eventualmente.

Me notó mucho la alegría que me entró al decirme ella todo aquello, aunque también comentó que tenía que darle un poquito de tiempo para que se hiciera a la idea y pudiera así mentalizarse para no ponerse nerviosa de por más. Estuvimos hablando un poco sobre ese problema que tenía, contándome ella que se esforzaba mucho por relacionarse con la gente, sobre todo cuando trabajaba en la cafetería, pero que le costaba muchísimo.

Mantenía el trato justo y necesario con sus compañeras de trabajo y seguía siendo de pocas palabras con los clientes, siendo así también en la universidad, porque no se relacionaba con nadie de su clase y tampoco es que hablara con sus profesores, haciéndolo sobre todo electrónicamente. Pero también me comentó que desde que había entablado ese acercamiento conmigo, notaba que algo había cambiado.

Me dijo que ya no se ponía tan tensa cuando estaba rodeada de mucha gente y que respondía cuando alguien le hacía alguna pregunta, no haciéndolo casi nunca antes de ello. Ella seguía siendo tímida, pero su ansiedad se había visto reducida, pensando ella que era gracias a mí, por haber tenido tanto trato con ella, haciéndole todo mucho más fácil a la hora de relacionarse. Me contó que hablar tanto conmigo había hecho ganar confianza y que no le resultara tan complicado todo.

Me sentí muy alagado cuando me dijo aquello, comentándole yo que ella también me había hecho mucho bien desde que empezamos a hablar, haciéndolo cada vez más hasta que acabamos haciéndonos pareja. Le conté que desde que mis amigos vinieron a visitarme, me sentía bastante solo después de que se hubieran ido, pero que desde que empezamos a hablar y demás, todo aquello se vio diluido.​
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo