Reencuentro con Elena

Capítulo 815

-Hola Ángela. ¿Qué haces aquí? -dije al abrirle la puerta, después de mirar por la mirilla por si no venía sola.
-Pues he venido a verte, porque estaba un poco preocupada. Como no coges las llamadas ni abres los mensajes...
-Ah... Es que...
-Sé lo que ha pasado.
-Lo imaginaba. No me apetecía nada hablar con nadie de esto sinceramente, pero pasa. No te quedes ahí.
-¿Cómo estás? -preguntó entrando y yendo hacia el salón.
-¿Tú qué crees?
-Pues enfadado.
-Diana.
-Pero tampoco es para que no nos cojas el teléfono a nadie, ¿sabes?
-Noto que también estás molesta tú.
-Claro que lo estoy. Me preocupo por mi amigo y éste no hace por donde para hablar conmigo.
-Lo siento. De verdad, pero es que estaba muy enfadado y no quería joder la cosa más.
-Bueno, pues si esto te vuelve a pasar, preferiría que no te aislaras tanto, ¿vale?
-Lo tendré en cuenta.
-Ayer la cosa se puso tensa. Sofía me contó.
-¿Sí?
-Sí. Me dijo que estaban echando el día todos juntos, pero que tú te fuiste muy rápido, porque al parecer Elena hizo un comentario no muy acertado.
-Si te ha dicho eso, te ha dado una descripción muy vaga.
-Le pregunté qué fue lo que dijo exactamente, porque sé que Sofía siempre evita malos rollos.
-¿Y qué te parece lo que me dijo?
-Pues bastante mal. Eso está claro.
-Clarísimo.
-Pero también tienes que tener en cuenta que ella no sabía que tu amiga estaba...
-Ya, lo sé. Pero si es que el comentario ese lo hizo a malas igualmente. Que no supiera que está muerta no le quita culpa, ¿sabes?
-Ya.
-Es que no sé a qué coño vino ese comentario. Te lo dijo en serio. Si le hubiera dado alguna razón para hacerlo, pues ya está, pero es que no he hecho nada para que le dé por pensar que estoy todo el día follando con toda chica que me cruzo.
-Bueno, no lo haces ahora.
-Exactamente. Ese es el punto de todo esto. No lo hago desde que me he vuelto a ver con ella. Solo he tenido sexo con ella y con nadie más. Joder, sabes que lo he pasado mal por lo mismo, porque vengo acostumbrado a tener bastante sexo y ahora tengo solo una vez a la semana con ella, cuando nos podemos ver. Y a veces ni eso...
-Ya. Ya me lo has contado.
-Y tampoco es como antes. Me encantan esos momentos con ella, pero no sé... Los noto muy diferentes.
-¿A qué te refieres?
-Pues a que antes de que me dejara, era mucho mejor. Teníamos más complicidad, mucha más. Y lo hacíamos mucho más. Ahora es echar un polvo y ya está. Me quedo con ganas de más...
-No me parece tan raro en realidad. Tienes que tener en cuenta que aún se está haciendo a verte y tal...
-Ya, ya, ya... Lo de siempre.
-Ay... -dijo dándome un abrazo.
-Esta vez se ha pasado -volví a cargar-. Ya van unas cuantas, y estos comentarios sobran mucho, porque estoy haciendo bien las cosas. Además de que no somos pareja para exigir tal fidelidad. Coño, que se aclare y diga qué somos antes de soltar esas perlas.
-Joder, sí que te ha sentado mal...
-Pues claro que sí, coño. Es que me estoy cansando ya un poco de su comportamiento de mierda. Si vieras a veces cómo me mira... Como cuando dijo eso, era como si me tuviera asco.
-No digas eso.
-Es lo que me transmite.
-A ver, cuéntame un poco qué pasó para que lanzara ese comentario.
-Cuando fui a por ella a su casa me llamó una amiga, pero no se lo pude coger porque estaba en el baño. Le mandé un mensaje preguntándole qué ocurría y ahí ya se puso a mirar de reojo.
-Desconfía.
-Ya, me ha quedado muy claro. Luego, cuando llegamos, pues esta chica habló conmigo por WhatsApp y me explicó que se iban a juntar todos los del grupillo que jugamos en la tienda para recordarla y tal, porque ayer hubiera sido su cumpleaños y le dije que estaba en otro sitio y demás. Como no podía ir, pues me entristeció un poco. Me quedé mirando una foto de nuestra amiga y Elena me vio haciendo eso. Fue entonces cuando soltó aquello.
-Bueno...
-No le he dado ningún motivo para desconfiar de mí así.
-Es por lo que pasó cuando te dejó.
-Pero ya le expliqué que fue un malentendido.
-Ya, pero le pesa mucho.
-¿Y qué hago? ¿También me tengo que tragar esta mierda? Porque estoy empachado de tanto tragar. Podría poner ella también un poco de su parte, ¿no?
-Puede que sí. Estoy segura de que te llamará para disculparse. Ayer Sofía me contó que siguieron con el plan y que obviamente se habló de lo que pasó. Elena estaba como medio en shock, muy callada y cabizbaja. Hablé con Sofía mientras todos se tomaban un café, después de comer y según me contó, no es que hubiera mal rollo, ¿sabes? Haciendo ese comentario y con la respuesta que le diste lo más normal es que estuviera enfadada, pero no fue así. Tiene pinta de que se arrepiente bastante de lo que te dijo, por eso pienso que te va a llamar. ¿Lo ha hecho ya?
-No lo sé. No me he parado a ver quién me ha llamado y de quién son los mensajes.
-Pues hazlo. Lo mismo te llevas una sorpresa.
-A ver... -dije mirando el móvil- Pues no. No hay nada de ella.
-¿En serio? -dijo mirando mi móvil.
-No. Nada.
-Qué raro... A lo mejor está esperando a que se te pase el cabreo, cosa que necesitas.
-Tengo de todos menos de ella.
-Bueno, eso no importa ahora. Estoy segurísima de que te llamará.
-¿Y si no lo hace?
-¿Cómo no lo va a hacer?
-No sé...
-Estás muy enfadado ahora y así no puedes pensar con claridad. Así que, cuanto menos pienses en eso, mejor.
-¿Qué te parece si te quedas aquí conmigo? No quiero estar solo.
-Es lo que iba a hacer, cariño -dijo dándome un abrazo.
-Ojalá Elena se comportara conmigo la mitad de bien que lo haces tú.
-Está muy dolida aún por lo que pasó, Javi.
-No es la única. Y yo estoy poniendo de mi parte para que la cosa salga bien.
-Y ella también, solo que vais a un ritmo diferente.
-No me da la sensación de que se esté esforzando mucho si te digo la verdad.
-Bueno, ya está bien de hablar de esto. ¿Vamos a la cocina a ver qué preparamos para comer?
-Anda, sí.
 
Esta claro que Elena aparecera por casa y se volvera a liar la cosa cuando vea que Angela esta con el.
Con lo dulce, guapa y buena que es Ángela... No me extrañaría que pasen una tarde de lo más entretenida.
Ángela sabe cómo calmar a las fieras... Mira que tranquilita tiene a Cinthia. 😜
 
Desde el día siguiente al quiebre he tenido el deseo de ver reconciliados a Javier y Elena, algo que los últimos capítulos se han encargado de poner en duda de manera creciente.

Querer a Elena le está resultando cada vez más difícil a Javier, al parecer, el resentimiento acumulado entre ambos es una muralla infranqueable que no les permite avanzar en la recuperación de la confianza, un conflicto mucho más patente en ella.

No es para menos, ella vivió estos quince meses con la idea en su cabeza de una prolongada infidelidad de su novio con su hermana, una doble traición que devastaría hasta el más fuerte, para agravarlo con el conocimiento que actualmente seguían siendo pareja, en cuanto a Javier, la incertidumbre de que Elena pudo engañarlo con su jefe, y la idea posterior a la ruptura, que se desquitó cruelmente liándose con David, su hermano, tampoco es que lo tuvo fácil.

Es un enigma lo que pueda estar pasando en la mente y corazón de Elena, parece emocionalmente contenida, no puede o no quiere sentir más por su ex, una hostilidad que se manifiesta sin necesidad de causa, parece culparlo por el pasado, y castigarlo por este desolador presente que la ha obligado a vivir, uno que a pesar del esfuerzo que ponga, jamás le permitirá volver a sentir el mismo amor que alguna vez tuvo por Javier.
 
Última edición:
Capítulo 816

Ángela y yo estuvimos preparando entre los dos algo para comer juntos ese domingo, estando bastante entretenidos al preguntarme ella cómo había ido el día anterior con los amigos de la tienda, pidiéndome que le contara con detalle lo que habíamos hecho, aunque no se enteraba de nada del juego, pero no le hice pasar por aquello, contándole por encima los problemas que tenía al poder jugar con lo que yo tenía.

Me encantaba el interés que mostraba en aquello, aunque no le entendiera. Ponía una cara tan bonita al prestarme atención que me daban ganas de besarla, pero me mantenía fuerte. Obviamente salió el tema de Amaya y del vacío que había dejado en nuestro grupo. Le conté a mi amiga ese momento algo tenso que tuvo lugar al recordarla, pero que al final se solventó bien.

Se lamentaba mucho de lo que había pasado con ella, poniendo su mano en mi espalda para acariciarla con cariño, aunque al final dijo que se alegraba de que tuviera a esos amigos, invitándome a jugar más con ellos y no dejar ese hobby que tenía de lado, porque sabía de sobra que me gustaba mucho y al mismo tiempo me servía para despejarme, como lo hizo el día anterior.

A ella le hacía gracia cómo no se enteraba de nada del juego cuando me pedía que le contará de qué iba. Más bien era que el juego contenía demasiadas mecánicas y no sabía cómo éramos capaces de retener tanta información y tener tantas cosas en cuenta a la vez mientras jugábamos, sin contar lo que le fascinaba que fuéramos capaces de saber qué hacía cada carta con tan solo ver el dibujo de ésta.

A medida que pasaba el tiempo, el cual fue bastante rápido con su presencia, mi cabreo se iba rebajando bastante hasta que llegó un punto en el que estaba bien, pero es que ella me lo ponía muy fácil. Siempre lo era con ella, y de hecho se lo dije antes de que se fuera a casa sobre las 8 de la tarde.

Ella le restaba importancia a lo que yo le decía, como si fuera algo normal, pero es que a mí me llamaba mucho la atención que fuera capaz de hacerme pasar buenos momentos incluso cuando estaba atravesando momentos problemáticos.

No le llegué a decir nada, pero sí que pensé que quizá todo hubiera sido más fácil si ella hubiera estado presente cuando Elena me dejó, o cuando la volví a ver después de tantos meses poco antes de Navidad. Estaba completamente seguro de que no habría hecho tantas tonterías ni habría estado tan mal.

Sí que le dije que ya iban un par de veces en las que me había enfadado mucho y ella había pasado tiempo conmigo, calmándome y haciendo que ese mal humor desapareciera. Le di un fuerte abrazo, diciéndole que no sabía qué sería de mí sin ella, porque a lo mejor ella no lo veía para tanto al restarle importancia, pero la ayuda que me daba siempre era enorme, ya fuera pasando tiempo conmigo o dándome esos consejos tan buenos que siempre tenían todo el sentido del mundo para mí.

Hice que se ruborizara, dándole otro abrazo y apretándole bastante, llegando a levantarla del suelo. Ella me lo devolvió y me dio las gracias por las cosas tan bonitas que le decía, dándome además un beso en la mejilla. Nos despedimos con ella pidiéndome que le contara cómo había ido la cosa cuando Elena se disculpara conmigo, respondiéndole yo que así sería.

El lunes continué con la rutina de gimnasio y trabajo, aunque me llevé una sorpresa bastante grande cuando salí de trabajar, pues había alguien esperando frente a mi puerta, siendo ni más ni menos que Irene. Me quedé bastante pasmado al verla allí, estando muy guapa al ir con un jersey de cuello alto negro, unos vaqueros y unas zapatillas, aunque sobre todo eso llevaba un abrigo de paño de color marrón.

Hacía un día un poco regular, pero ella sostenía un paraguas, llevando además una bolsa en la otra mano. Le pregunté qué hacía ahí bastante impresionado, diciéndome ella que tenía un par de días libres y que había pensado en venir a verme. No la hice pasar más frío y la invité a entrar en casa, donde dejamos los abrigos y nos fuimos al salón para hablar allí.

Lo que traía en la bolsa era para que pudiéramos comer juntos, sobre todo por la hora que era ya. Me comentó que me avisó por WhatsApp de que iba a venir, pero no lo vi al tenerlo en silencio y bocabajo mientras estaba trabajando. Pero no importaba, porque no había ningún problema en que estuviera ahí.

De hecho, estuvimos un buen rato hablando de varias cosas, aunque al final acabó saliendo el tema que tenía que salir: lo ocurrido el sábado. Irene me contó que estaba bastante confusa con lo que había pasado, sobre todo en el momento, pero que luego entendió algunas cosas.

Como hizo Ángela el día anterior a través de las palabras de Sofía, Irene me contó lo que hicieron el sábado, siendo tal cual lo que me contó Ángela. Aunque no sabía que Elena se quedó a dormir con ellos y que también pasó gran parte del domingo con ambos. No le gustó ver a Elena tan alicaída por lo que había pasado el sábado, por eso trataron de levantarle el ánimo al pasar tiempo con ella y al acompañarle a ver a su familia, llevándola después a casa.

Me contó con detalle ese momento en el que estuvieron en su casa y vieron a Maribel y a su abuela, estando ambas como cuando las vieron por última vez. Fue un shock para Maribel verles de nuevo, pero la cosa fue bien según me contó Irene.

Elena le contó a su madre que se habían vuelto a ver no hacía mucho, pero en ningún momento me llegó a nombrar a mí, cosa que agradecí, aunque algo me decía que Maribel se podía oler algo, porque tonta no era precisamente. Pero no tener noticias de ella por mensaje o llamada era algo que me tranquilizaba, como le acabé contando a Irene, estando ella de acuerdo, porque seguía teniendo el carácter tan fuerte que tenía en su día según me contó.

También mencionó que estaba preocupada por nosotros, pues estábamos chocando bastante en periodos cortos de tiempo y no le gustaba nada aquello. Antes de que yo le expusiera mis razones, Irene me dijo que sabía que yo estaba poniendo mucho de mi parte para que la cosa fuera bien.

Primero, porque era algo que podía ver con sus propios ojos al fijarse en algunos detalles cuando estábamos todos presentes y además, porque era algo que había hablado algunas veces con Sofía. No había hablado con Ángela directamente, pero sí con Sofía, y ella le contaba lo que Ángela le decía, palabras que venían directamente de mi boca, porque con ella era con quien más hablaba.

Irene llegó a poner su mano en mi cara para acariciarme y darme así algo de cariño, pasando después a darme un abrazo. Era muy evidente que aún se sentía culpable por lo ocurrido meses atrás y por su comportamiento, pero eso ya era agua pasada para mí, porque ahora mismo lo que más rondaba mi cabeza y lo que más me preocupaba era Elena y su comportamiento. Irene no entendía qué era lo que pasaba para que Elena saltara así, porque lo hacía de manera fea.

Y también entendía que yo hubiera saltado así el sábado con lo que ella me dijo, pero también pensaba que mis formas no habían sido las mejores y que eso no había hecho más que empeorar la cosa. Le confesé que me pilló en un momento no muy bueno, explicándole que era el cumpleaños de mi amiga, que ya no estaba entre nosotros y que hablara así de ella pues no me había sentado bien, además de la desconfianza en mí al insinuar que me estaba viendo con más chicas además de con ella cuando la realidad estaba muy alejada de aquello.

Elena le contó que yo le había dicho varias veces que no me veía con nadie más, pero que no podía evitar pensar en que sí, porque ahora estaba mucho más en forma que antes y con esos tatuajes llamaba mucho la atención, siendo algo que atraía a la gente al estar de moda.

Pensaba que me había acostado con muchas chicas en todo ese tiempo que no nos vimos y que lo tendría tan fácil para seguir haciéndolo que le resultaba muy difícil confiar en mí, sobre todo teniendo en cuenta cómo acabaron las cosas. Nos quedamos en silencio unos momentos después de que me dijera aquello, pero rápidamente, Irene cambió de tema y hablamos de otras cosas, contándome que le tenían que dar dos días libres y que quería venir a verme, porque me echaba de menos también y le parecía que habíamos estado mucho tiempo sin vernos para lo que nosotros éramos.

Así que pensó que podíamos comer juntos ese día y que se podía quedar conmigo hasta que entrara a trabajar, volviéndose entonces a casa. Con tono de broma me dijo que así dejaba a Mario también un poco tranquilo, porque pasaban demasiado tiempo juntos entre trabajar en el mismo sitio y vivir juntos, aunque es verdad que no es que estuvieran pegados todo el día en el trabajo, viéndose alguna vez, sobre todo en la hora de comer.

Le di las gracias por pensar en mí de esa manera y por emplear uno de sus días libres en pasar tiempo conmigo, sonriendo ella. Según me contó, compró algo cuando vino mientras yo salía de trabajar, así que nos fuimos a la cocina a emplatarlo y calentarlo, comiendo mientras hablábamos de otras cosas.

Veía a Irene muy guapa, con su peinado de siempre y con esa sonrisa tan bonita que le hacía achicar tanto sus ojos. Me seguía sorprendiendo a esas alturas cómo podíamos estar hablando tranquilamente, con ese acercamiento y con ese cariño que percibía por su parte con sus gestos y con cómo me acariciaba las manos, teniendo en cuenta la pelea que habíamos tenido.

De hecho, ese fue el tema de conversación que estuvimos tratando durante un rato, pues ella se volvió a disculpar conmigo, pidiéndole yo que no lo hiciera más. Ella me dijo que estaba bien, pero me preguntó si algún día estaríamos tan unidos como lo estuvimos en otros tiempos.

Mi respuesta fue quizá algo desalentadora, porque le dije que no era adivino para ver el futuro y poder decirle si sí o si no, pero que desde luego a mí me gustaría que así fuera, como también le prometí que haría todo lo que estuviera en mi mano para que así fuera, porque les había echado bastante de menos a los dos en esos meses en los que no nos hablábamos. Irene me miraba con unos ojos muy tiernos que podrían derretir a cualquiera.

Parecía una niña pequeña. Por eso le di un abrazo, al que ella se sumó, apretando mucho mi cuerpo. De hecho, nos quedamos así durante bastante tiempo mientras permanecíamos en silencio, viendo la televisión, aunque apuesto a que ninguno le prestábamos atención. Puedo asegurar que no era así por mi parte, porque la veía tan apenada y tan arrepentida de lo que pasó entre nosotros que no se me iba de la cabeza su carilla con esos ojillos.

Pero por desgracia acabó llegando la hora de regresar al trabajo, así que nos despedimos con un gran abrazo, dándome ella un beso en la mejilla también, tal y como lo hizo Ángela el día anterior. También me dijo que no me preocupara, que Elena me llamaría para disculparse.

Por la noche de ese mismo día, una vez llegué a casa después de trabajar y de cenar, llamé a Ángela para comentarle que Irene me había hecho una visita tal y como lo hizo ella el domingo. Se interesó bastante por aquello, pidiéndome que le contara, por lo que lo hice.

Le comenté lo que pasó, mencionando que me parecía curioso lo parecidos que habían sido esos momentos a los que compartimos ella y yo el día anterior, porque fue en el mismo contexto y me acabaron diciendo lo mismo con eso de que no tenía que preocuparme, porque pensaban que Elena me llamaría para disculparse.

Ángela se alegraba mucho de ver cómo Irene se interesaba por mí y cómo trataba de arreglar lo ocurrido meses atrás. Aunque lo que más pendiente me tenía era Elena, cómo no. Me puso nervioso que no me contactara en los próximos días, tanto como para estar un poco pensativo todo el tiempo, yéndoseme el santo al cielo en algunas ocasiones en el trabajo, aunque el jueves la encontré en la puerta de casa cuando salí de trabajar por la tarde.

Me quedé un poco perplejo al verla allí, porque viendo que no me había dicho nada en esos días desde que ocurrió aquello, pues ya iba a dando por sentado que no me diría nada. Sin embargo, ahí estaba, bien abrigada y sujetando su bolso con las dos manos al tenerlas por delante de su cuerpo.

No me dio muy buena sensación encontrarla así de sería, porque lo estaba, y mucho. Sus ojos oscuros me analizaban y no cambiaba su gesto, siendo yo el que rompió el hielo al saludar. Ella me devolvió el saludo y abrí la puerta, porque estaba empezando a llover y hacía bastante frío.

Le pedí que entrara, haciéndolo ella, ayudándole yo a colgar su abrigo para irnos después al salón, aunque encendí la calefacción antes de que habláramos nada. Antes de que pudiera decirle nada, mientras me acercaba a ella, Elena me dio un abrazo muy fuerte, pero fuerte de verdad, hundiendo su cara en mi pecho.
 
Se añade un ingrediente más, a toda la mezcla de sensaciones que tiene Elena en su cabeza... Ella se siente abrumada, por el cambio físico experimentado por nuestro Adonis barbudo. Se ve proporcionalmente inferior a él, se siente insegura y aún más celosa.
Sugiero a Javi que abandone el gimnasio, y abrace el sedentarismo y la comida basura... Todo sea por el amor 😍 😍 😍
 
Elena y Javi no hablan, eso ya nos lo dejaron claro.

Pero Elena e Irene hablarán?, sabe Elena que con Sofía e Irene han follado hasta el cansancio?, eso sin contar que Irene sabe que se folló a la mamá también, pero eso si sería comprensible ocultar, o no?

Es decir, suponiendo que la cosa se arregle, la relación avance y hasta piensen en casarse. No amerita confesar todo eso?, no piensan en que la mamá quizás hable?, ni siquiera lo consideran por un momento?, ese tipo de cosas me rayan, como que no parecen seres humanos 😅
 
Capítulo 817

-Javi, perdóname. No sabía que tu amiga estaba muerta -dijo después de unos momentos, mirándome con sus ojos vidriosos.
-No pasa nada, Elena. Tú no sabías que lo estaba -dije para calmarla.
-Me sentí muy mal cuando me lo dijiste -siguió empezando a llorar.

Elena se puso a llorar como una niña pequeña, abrazándola yo para sentarnos en el sofá y permanecer así durante unos momentos. Todo el enfado que tenía con ella se había ido diluyendo en esos días, especialmente tras las conversaciones que tuve con Ángela y con Irene, aunque tenía que sacar el tema de la desconfianza, porque no quería que se volviera a repetir aquello.

-Elena... -dije cuando se le empezó a pasar el berrinche, pasados unos minutos- Lo que pasó el sábado no me gustó.
-Ya. Lo sé.
-No termino de entender por qué desconfías de mí, si ya te dije que mientras estuvieras en mi vida así, tú serías la única para mí en ese aspecto.
-Ya...
-Y que lo hicieras así, de esa manera, delante de todos... No sé qué es lo que pretendías, pero ya viste cómo reaccioné. No me gusta ponerme así, pero tocaste hueso. Te quería pedir perdón por haberte respondido de esa forma.
-Lo siento, Javi. Es que... No sé...
-No te he dado ningún motivo para que digas cosas como las que dijiste. Sí, hablé con mi amiga la del pelo rosa por WhatsApp, pero fue porque me dijo el motivo de la llamada que me hizo antes de que nos fuéramos de tu casa. Pero es que en esa conversación no pasó nada más. No sé si te piensas que estaba quedando con ella para vernos o algo así, porque la realidad era que me estaba contando que querían quedar para jugar en memoria de nuestra amiga, porque tenemos un grupo de juego, que fue como conocí a las dos, y a más gente. Le dije que me había pillado en otro plan y que estaba en otra ciudad de hecho, nada más.
-¿Eso hablasteis?
-Sí. Y lo de la foto, pues... Joder, es que me puse triste al recordarla y vi una foto en la que salíamos todos y por eso me quedé mirándola.
-¿La echas de menos?
-Pues claro. Era una chica muy buena. Todos la echamos de menos y lo pasamos muy mal cuando se murió.
-¿Qué hiciste cuando te fuiste?
-Pues volver aquí. Comí en un McDonald's y luego pues me uní a ellos para no estar comiéndome la cabeza toda la tarde. Me vino bastante bien.
-Ah...
-Elena, no puedes desconfiar así de mí. Me haces mucho daño cuando lo insinúas, porque no te doy motivos para que lo hagas.
-Bueno...
-Ah, ¿sí? ¿Te doy motivos? -pregunté sorprendido.
-Lo hiciste mientras éramos pareja.
-¿Cómo?
-Pues lo que pasó con Sofía, con Bea...
-Pero no pasó nada. Me pude controlar y parar.
-Y ahora pues...
-¿Ahora?
-No sé si has hecho algo, pero... Javi, sé perfectamente que estos meses en los que no nos hemos estado viendo te has hinchado a follar con una y con otra.
-¿Y? Eso es agua pasada y ni yo estaba en tu vida ni tú en la mía.
-¿No decías que no me habías olvidado en todos estos meses?
-Y así ha sido. Pero también hacía por dónde para tratar de hacerlo, porque no paraba de comerme la cabeza y siempre me sentía muy mal. Por eso intenté olvidarte. Pero no pude.
-No puedo quitarme de la cabeza que te hayas acostado con tantas chicas. Y ahora veo cosas donde no las hay.
-Elena, pero es que ya da igual que me haya acostado con una o con otra. Lo importante es que estoy aquí para ti. Y nadie más. ¿También pensabas en con quién me había acostado antes de que nos hiciéramos pareja?
-No. No lo hacía.
-Pues esto es lo mismo.
-No es tan fácil, Javi -dijo despegándose de mí.
-¿Por qué?
-Porque no paro de imaginarme cosas. Te imagino en la cama con Irene y con Sofía.
-¿Y por qué lo haces?
-No lo sé. Pero no me gusta. No me gusta nada -dijo empezando a llorar de nuevo.
-No llores, por favor. Sabes que no me gusta nada y que se me pone muy mal cuerpo cuando lo haces -dije secándole las lágrimas.
-No soy tonta, ¿vale? Sé de sobra que habéis follado. Y seguro que muchas veces.
-¿Y qué más da eso, Elena?
-¿Cómo que qué más da?
-Es que no veo cuál es el problema.
-Pues que no me gusta. Y punto. Tú siempre has sido mío, y solo mío.
-Y sigue siendo así.
-Pero bien que te has follado a otras.
-Porque no estábamos juntos, Elena. Ya te lo he dicho. ¿Qué tenía que haber hecho, estar de luto toda la vida?
-¿Quizá buscarme antes?
-Fuiste tú la que se marchó sin dejar que me explicara. Y sí que te busqué. Justo en ese momento en el que te fuiste de casa, cuando pude reaccionar, pero fue demasiado tarde.
-Yolanda me esperaba en el coche y cuando me vio así salió zumbando de allí.
-Ella tan oportuna siempre.
-No hables mal de mi amiga, ¿eh? No quiero enfadarme otra vez por ese tema.
-Vale, me callo. Pero quiero que la cosa vaya bien, Elena -dije dándole un abrazo.
-Yo también -respondió devolviéndome el abrazo-, pero me cuesta. He visto cosas.
-¿Qué cosas? -dije deshaciendo el abrazo para mirarla a los ojos.
-He... He visto imágenes de ti con Irene, con Sofía, con Ángela...
-¿Qué imágenes?
-Cosas que han subido a redes. Se te veía muy contento para estar tan mal como dices...
-¿Pero no borraste a todos?
-Me hice una cuenta.
-¿Para espiar?
-Más o menos.
-Joder, Elena...
-Todos tenéis el perfil abierto. Era muy fácil, aunque tú nunca subes nada.
-Ya sabes que no soy mucho de eso.
-Pero las chicas sí, sobre todo Ángela, que parece que tiene que subir todo lo que hace.
-Elena, no te pases con ella.
-Se os veía muy contentos por Manchester...
-Joder... Pues sí. Hicimos un viaje hasta allí y estuvo muy bien. Pero no fue en plan como tú imaginas.
-¿Como yo imagino?
-No fuimos en plan parejita.
-Seguro que follasteis mucho.
-Eso no significa que estuviera con ella.
-¿Dormisteis juntos también?
-Elena, no te centres en eso.
-Seguro que sí.
-Elena, te juro por lo que más quieras que tú has sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Y quiero que lo sigas siendo, por favor.
-Esas fotos no dicen lo mismo.
-¿Pero tú has visto la cara de mierda que tengo con estas ojeras? Desde que lo nuestro se acabó no ha habido casi noche que haya podido dormir bien. Puedo contarlas con los dedos de una mano.
-Pues no lo parece... Has cambiado tanto con todos estos tatuajes y tanto gimnasio...
-Pero por dentro sigo siendo el Javi que conociste, el que te quiso tanto durante tantos meses y que haría lo que fuera por ti.
-Yo solo quiero estar bien. Ojalá todo esto no hubiera pasado... -dijo echándose a llorar de nuevo, abrazándose a mí.
-Y yo, Elena, y yo. Yo lo único que quiero es que estemos bien, como antes de que todo esto pasara. Joder, es que te tenía que haber dicho desde primera hora lo que pasaba. Habría sido todo tan diferente...
-¿Me prometes que no has hecho nada con nadie más? -decía mirándome con unos ojillos muy tiernos y llorosos, teniendo también su respiración sobrecogida.
-Elena, mientras hemos estado juntos, no he hecho nada con nadie más que contigo. Lo único que he hecho lo has visto con los juegos que teníamos con Irene y Mario. Bueno, y el día en el que te fuiste, que tu hermana se coló en la habitación para meterse en la cama y acostarse conmigo. Me dejé llevar porque pensaba que eras tú, porque ese día estabas muy juguetona.
-Pfff... -resoplaba hundiendo su cabeza en mi pecho de nuevo.
-Y desde que nos hemos vuelto a ver, no he hecho nada con nadie tampoco. Solo contigo.
 
Por lo menos Elena se pudo desahogar y sacar de adentro todo esto que le dolía. Es muy entendible que se sienta asi. Y si supiera del harem de mujeres que se armó Javi, se cae de culo.
Creo yo, que debe ser muy difícil superar una situación como esta, mas conociendo como es Elena. Hasta que punto realmente va a aceptar que Javi haga algún plan, por más tonto que sea, con alguna de las chicas (amigas) con las que se acostó. Porque ella era (y es) muy celosa.

Todavía me queda en el tintero saber algo sobre Noelia. Un personaje con tanta dependencia emocional sobre otra persona tiene que sufrir demasiado esa perdida, entonces saber, si comenzó un camino de autodestrucción, de sanación, si entro en depresón, etc.
Slds
 
Yo creo que el tema no es tanto Javi follando con todas.
El tema es Irene, que sabiendo como era Elena, supuestamente siendo muy amigas, se mete con Javi. Eso es lo que no me entra en la cabeza como no consideran eso, sobre todo Elena.

Además, si todo fue un mal entendido, cualquiera mueve cielo y tierra para encontrarla y aclararlo, así no te vuelva a aceptar, pero si uno se sabe inocente y ella es tan importante, lo hace colo sea. Difícil entender tanta pasividad.
 
Yo desde siempre dije que Javi usaba sus problemas con Elena como excusa para follarse a todo lo que se mueve, que ha sufrido el muchacho y todos los sabemos, pero que también a disfrutado mas que ninguno sin acordarse ni un poco de ella (solo para decir que era mala malísima por estar con su hermano y aprovechar y follar más)

Elena está terriblemente celosa de Irene y Sofía, cosa lógica teniendo en cuenta que les ha hecho de todo a las 2. Se imaginan como reaccionaría si descubre que otra a la que se folló fue a su madre? Igual si Elena se cela d toda a la que se ha follado Javi va a vivir con su abuela y con Yolanda porque poquito más hay sin haber pasado x él.

Por aquí se suele decir que Javi necesita a alguien como Ángela a su lado, pero si Ángela tiene suerte igual esquiva esa bala.
 
A ver qué se dicen ... y cómo se lo dicen, porque algo se dirán ... "No todo va a ser follar", como decía Krahe.


Para ver este contenido necesitaremos tu consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de uso de cookies.

È un mondo difficile
E vita intensa.

Felicità a momenti
E futuro incerto.

Il fuoco e l'acqua
Con certa calma
Serata di vento.

E nostra piccola vita
E nostro grande cuore

...
Carotone
 
Yo desde siempre dije que Javi usaba sus problemas con Elena como excusa para follarse a todo lo que se mueve, que ha sufrido el muchacho y todos los sabemos, pero que también a disfrutado mas que ninguno sin acordarse ni un poco de ella (solo para decir que era mala malísima por estar con su hermano y aprovechar y follar más)

Elena está terriblemente celosa de Irene y Sofía, cosa lógica teniendo en cuenta que les ha hecho de todo a las 2. Se imaginan como reaccionaría si descubre que otra a la que se folló fue a su madre? Igual si Elena se cela d toda a la que se ha follado Javi va a vivir con su abuela y con Yolanda porque poquito más hay sin haber pasado x él.

Por aquí se suele decir que Javi necesita a alguien como Ángela a su lado, pero si Ángela tiene suerte igual esquiva esa bala.
Yolanda está en lista de espera, por si se aceptan nuevas incorporaciones... No olvidemos que ella fantaseaba con Javi.
Y la abuela... Mientras hay vida hay esperanza, piensa ella 😜
 
Todos acusamos a Javi, por acostarse con muchas chicas.
Qué hubiéramos hecho nosotros en su lugar?. Un tipo con 27 años, al cual las mujeres se le tiran literalmente encima, y con un corazón atormentado por la perdida de su amor.
Si, ya sé que cualquiera de nosotros, hubiera tomado la decisión de alejarse de ése mundo de lujuria desenfrenada. Ingresar en un monasterio, y dedicar nuestra vida a la oración... Pero eso es lo que haríamos la mayoría... Javi continuó acostándose con mujeres, a cual de ellas más bella y sexy. Está clarísimo que es un muchacho sin valores éticos y morales. 😝😝
 
Capítulo 818

Elena siguió llorando durante varios minutos más, estando bien abrazada a mí, sin dejar que le viera la cara. Cuando se empezó a calmar le sugerí cenar algo para reponer fuerzas, pareciéndole a ella bien al asentir con su cabeza, aunque su expresión era triste y vulnerable. Solo me daban ganas de abrazarla de nuevo.

Pero teníamos que cenar, así que preparé algo en lo que ella iba al baño a lavarse bien la cara. Hice una pizza que tenía allí para salir del paso, empezando los dos a cenar en silencio. Elena me evitaba bastante la mirada, pero yo ponía mi mano sobre la suya para que viera que no pasaba nada.

Diría que ese gesto funcionó bastante bien, porque no solo no la apartó, sino que llegó a agarrar mi mano. Cuando acabamos de cenar, lo recogimos y nos sentamos en el sofá, quedándose ella echada sobre mí mientras yo le pasaba el brazo por los hombros, acariciándola un poco.

-¿Quieres que te acerque a tu casa? ¿O has venido con tu coche?
-No. No me quiero ir -dijo apretando un poco su abrazo.
-¿Te quieres quedar a dormir?
-Sí.
-Vale.

No tardamos mucho en irnos a la cama, porque la notaba cansada. En lo que ella pasó por el baño me quedé pensando en la conversación que tuvimos y la verdad es que estaba la cosa muy delicada. Más de lo que imaginaba, pero no pude reparar mucho en ello, porque Elena vino conmigo a la habitación bastante rápido, yendo con una sudadera que le dejé, la cual le quedaba grande.

Estaba tan mona con eso puesto y con la carilla que tenía de haber llorado que se me derretía el corazón. Destapé la cama y le dije que viniera conmigo, haciéndolo ella al tumbarse y al acurrucarse contra mí. Nos tapé y apagué la luz de la mesita de noche, abrazándonos para darnos calor.

Esa noche tenía pinta de que me iba a costar dormirme, pero estaba muy a gusto con ella entre mis brazos, entreteniéndome en acariciarle la espalda, con su olor tan bueno envolviendo toda la habitación. Ella me acariciaba el pecho, teniendo pinta de que también le estaba costando dormirse, aunque no esperaba ese "te quiero" que me dijo, el cual fue seguido de un beso en los labios.

Fue un beso muy suave y muy lento. Tanto, que se alargó más de lo que yo esperaba, pero desde luego no me quejaba por ello. Y la busqué de nuevo cuando se separó de mí, aceptándome ella al poner su mano en mi cara para acariciarla. Este segundo beso cogió más fuerza por momentos, aunque no era tampoco un morreo.

Nos besábamos con muchas ganas y la verdad es que entre eso y tenerla tan cerca con su olor tan increíblemente bueno me puse muy a tono, cosa que notó ella de inmediato por lo pegados que estaban nuestros cuerpos. Luego me abrazó, pasando a besarme el cuello, lo cual me provocó un fuerte escalofrío.

Si hacía eso era porque quería ir hasta el final, porque me conocía de sobra como para saber que esa zona la debía evitar al menos que quisiera acabar teniendo sexo. Aun así, la miré a los ojos para ver su expresión, aunque no podía ver casi nada, por lo que le pregunté.

-Sí, pero despacito.

No hizo falta que dijera más para que le quitara la sudadera que le presté, tirándola al suelo para empezar a besarla una vez me puse sobre ella, empezando a bajar lentamente por su cuerpo, pasando por el cuello y luego deteniéndome en sus pechos. Pero paré, porque necesitaba verla para poder observar sus expresiones, por lo que alargué la mano hasta la mesita de noche y dar la luz.

Ahora sí que lo disfrutaba mucho más, volviendo a sus pechos para comérselos durante un rato. Me seguía resultando raro, porque siempre recordaba el piercing que tenía en uno de sus pezones, pero ya no lo tenía y parecía que no estaba con ella. Aunque cuando abría los ojos y la miraba a la cara, se me hacía menos importante ese detalle.

Su expresión no dejaba lugar a dudas, le estaba encantado aquello. Como a mí, pero estaba deseoso de más, por eso seguí bajando hasta llegar a sus braguitas negras de algodón, las cuales le quité rápidamente para volver a ponerme sobre su coño, el cual estaba ya húmedo.

Ver su vello púbico algo descuidado me indicaba que no tenía pensado acabar así, pero no podía estar más contento por estar así con ella. Tenía algo de vello en los laterales de su rajita, de pocos días, habiéndole crecido el del pubis.

No me importaba en realidad, por lo que me lancé a comérselo, aunque lo hice con demasiada intensidad, porque ella se estremeció con fuerza, recordándome que fuera despacio. Me controlé un poco, todo lo que pude, para hacerlo a su gusto y la verdad es que fue bastante bien, porque ella gemía tímidamente y bajito, acariciándome la cabeza con cariño.

Cómo me encantaba comerle el coño a Elena, porque me parecía precioso y me encantaba su sabor, y más aún sus gemidos y sus caras. Quería que se corriera en mi boca, pero ella tenía otros planes, porque en cuanto se empezó a retorcer me pidió que parara, quedando yo bastante desconcertado.

Pero por suerte, lo que quería era que se la metiera en ese momento. Me levanté para desnudarme yo también y de paso coger un condón de la mesita, aunque ella me pidió que no me lo pusiera, que quería sentirme bien, pero que llevara cuidado también.

Tenía dudas al respecto, pero esa carita que tenía y las ganas que expresaba pudieron conmigo y le acabé haciendo caso. Así que me coloqué entre sus piernas y le acaricié la rajita con los dedos y luego con la polla. Estaba tan mojada que no hacía falta mucho más para poder metérsela sin problema, por lo que lo hice, lentamente mientras no le quitaba el ojo a su cara.

Y así mejor, porque si miraba su coño, seguro que me entraban muchas ganas de darle con fuerza o puede que de correrme. Aunque al ver su carita tan preciosa y ese gemido que lanzó en el proceso, me puse a mil. Me empecé a mover con suavidad los primeros segundos, pero me resultaba muy difícil no aumentar el ritmo, como acabé haciendo poco después.

-Para, para.
-¿Qué pasa?
-Te he dicho que despacio, Javi... -decía con un tono muy tierno.
-¿No te apetece hacerlo como la última vez?
-No, quiero hacerlo lento.
-Qué cambio más grande, ¿no?
-Aquella vez estaba por bajarme la regla. Ya sabes cómo me pongo en esos días.
-Sí, muy caliente.
-Sí.
-¿Y ahora no lo estás?
-Sí, mucho. Pero es diferente. Ahora quiero que me lo hagas lentito. Quiero que me lo hagas con cariño. Ven -dijo rotando de mí para abrazarme y luego besarme en los labios.

Me volvió a dar otro escalofrío intenso por toda la espalda con aquellas palabras que dijo y con el cariño que me estaba dando esa noche. Y le hice caso, me empecé a mover lentamente, como ella quería para hacerlo con cariño. Y vaya si le gustaba, porque resoplaba y gemía bajito mientras me acariciaba la espalda y me daba besos en la cabeza al dejarla caer yo sobre la almohada.

Sus piernas estaban bien abiertas y elevadas y podía notar cómo le empezaban a temblar un poco pasados un par de minutos, de la misma manera que suspiraba con regularidad. Ya no podía aguantar más y me susurró al oído que se iba a correr, empezando a hacerlo, encogiendo su cuerpo y lanzando un gemido que ahogó al morderse los labios por dentro.

Me abrazó con mucha fuerza, dedicándome yo a empujar y hacer más presión en su coñito, quedándome quieto. Sentir a Elena temblar de esa manera casi provoca mi orgasmo, pero no lo terminé de hacer, saliéndome de ella para quedar a su lado.

La veía con su respiración bastante acelerada, con su cara de placer, apretando los ojos de vez en cuando. Mi mirada seguía paseándose por su cuerpo, parándose en sus pechos, los cuales tenían los pezones de punta y algo húmedos también de cuando se los chupé antes de metérsela.

Luego bajé por su torso hasta pararme en su pubis, viendo ese matojito algo desaliñado, pero que me gustaba mucho igualmente y seguí bajando con la mirada por sus piernas hasta que llegué a sus bonitos pies, recordando que aún no había jugado con ellos con lo que a ella le gustaba, pero ya habría tiempo, porque conforme estaba la cosa esa noche, no pensaba que fuera el mejor momento para jugar con esa parte de su cuerpo.

Su cara se venció hacia un lado, quedando frente a mí, sin poder yo evitar acariciársela y darle un beso en los labios, aunque intenté hacerlo con mucha suavidad. Por suerte no se resintió como solía hacer en esos momentos al estar perdida en su mundo de sensaciones.

Viendo cómo había ido el día y cómo venían siendo la mayoría de nuestros encuentros sexuales, pensaba que la cosa quedaría ahí, aunque yo seguía con una erección tremenda. Pero para mi sorpresa, Elena acabó abriendo los ojos no mucho después, mirándome con una expresión agradable y tranquila. Me devolvió el beso que le di y me empujó ligeramente con una mano para tumbarme bocarriba, ya que estaba de lado.

Al hacerlo, ella se puso sobre mí para continuar con esos besos, aunque ahora me la agarraba para masturbarme lentamente. Me besó en el cuello una vez más, parando el juego que hacía con su mano, pero continuó bajando hasta que llegó a mis caderas, mirando mi polla muy de cerca, impresionándose por lo mojada que estaba debido a sus fluidos. No tardó mucho en empezar a lamerla para luego metérsela en la boca y chupármela.

En realidad, yo tampoco pude durar mucho así, porque estaba bastante cachondo con lo que había pasado antes y la veía tan preciosa mientras me hacía aquello que me resultaba imposible aguantar tanto. Le pedí que me mirara a los ojos y tras unos segundos no pude más, avisándole de que me iba a correr.

Ella se la sacó de la boca y terminó de provocarme el orgasmo al masturbarme con cierta rapidez, haciendo que acabara sobre mi torso hasta que le pedí que parara, porque estaba ya muy sensible. Me quedé unos momentos conforme estaba, recobrando el aliento y relajándome, yendo ella a por papel para limpiarme, pareciéndolo que ella ya lo había hecho en el baño antes de venir.

Una vez acabó, se tumbó y me abrazó. Quedamos así unos momentos, aunque yo necesitaba beber agua, por lo que fui a por un poco, trayéndole un poco a ella también para tumbarme de nuevo a su lado. Al final dormimos así, aunque ella se puso sus braguitas y yo mis boxers, pero no llevábamos nada más, estando muy abrazados durante toda la noche.
 
No contaba yo con este giro de guión con una Elena tan frágil cuando se supone que el que estaba jodido era el.
A ver como evolucionan esos sentimientos mutuos con tantas piedras que se están encontrando y se van a encontrar aún más en el camino.
Y con Elena celosa de Irene puede liarse parda. Irene ya le anda poniendo ojitos a Javi...va a arder Troya
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo