Reencuentro con Elena

Aún me queda la incógnita como es que la mamá no se dio cuenta que algo grave pasó si Noelia ya no vivía con ellos.

No recuerdo bien pero creo que daba una parte para los gastos de alquiler?, se los seguía dando a Noelia y esta se lo guardaba?, en fin.

También me sigue siendo difícil de entender lo robotizado qué es Javi. Sabe que Noelia está enamorada y se extraña que una buena amiga de ella lo rechace, como si eso no tuviera que influir en nada. Me resulta sumamente extraño este tipo de actitudes.
 
Capítulo 745

Lo último que esperaba ese día era que Andrea me acabara besando. No entendía qué era lo que estaba pasando, porque desde luego no iba tan borracha como para perder el control de esa manera, al igual que no entendía cómo podíamos estar ahora así después de tantos meses que nos llevábamos conociendo y sobre todo, teniendo ella novio. La verdad es que me dejé llevar, porque deseaba a esta chica bastante y poco me importaba estar con el antibiótico y demás, excusa que le puse en varias ocasiones a Noelia, aunque también es cierto que me quedaba nada para acabar el tratamiento.

Andrea besaba de manera bastante torpe, o más bien con demasiada intensidad, con mucha ansia. Estuvimos unos minutos sin parar de comernos la boca hasta que ella se apartó para respirar, notando yo como sus mejillas estaban encendidas de manera increíble. Ver su cara tan blanca y sus mejillas tan rojas era algo bastante llamativo, pero lo único que hice fue acercarme yo para besarla otra vez.

Nos estuvimos liando durante un buen rato en el sofá, no pudiendo yo evitar tocarla por todas partes, especialmente por su culo, el cual agarraba con fuerza, apretaba y hasta palmeaba. Me tumbé al dejarme caer hacia atrás, arrastrándola conmigo y poniéndola sobre mí. Ella trataba de levantarse, como si no quisiera estar en esa postura, pidiéndole yo que se relajara, haciéndolo ella, aunque como veía que le seguía costando, nos puse de lado.

Ahora sí que la notaba a gusto, siguiendo con ese beso mientras mis manos jugaban con su culazo y subían por su espalda al colgarlas por dentro de su ropa. Mi erección se hizo presente a los pocos segundos de ese beso inicial que ella me empezó a dar y hasta me dolía de lo dura que la tenía. Supongo que ella se daría cuenta, aunque no hacía mucho caso a eso por mucho que me pegara a ella y la apretara contra su cuerpo. Sus manos no se apartaban de mi cara.

No podía esperar más e intenté quitarle la ropa en numerosas ocasiones, pero ella no me dejaba. Me apartaba las manos para evitarlo o directamente tiraba de su ropa en dirección contraria a la que lo hacía yo. De primeras me lo tomé como un juego, pero fue algo que me empezó a desesperar, porque necesitaba llegar a más con ella. Eran demasiadas las veces que había fantaseado con ella a esas alturas, en especial en esas últimas semanas en donde empecé a escuchar sus gemidos.

Aquello era algo que me tenía algo obsesionado y veía que por fin podría pasar algo entre nosotros, algo que no podía desear más en ese momento, pero ella no colaboraba en ir más lejos de esos besos que no parábamos de darnos con muchas ganas. No entendía por qué me paraba, si con esa manera que tenía de agarrar mi cara y de meter su lengua en mi boca me comunicaba que tenía tantas ganas como yo, pero se empeñaba en frenarme todo el tiempo sin dejarme quitarle absolutamente nada de ropa.

-Andrea, necesito follarte...
-Pfff...
-¿Qué pasa? ¿Por qué me paras?
-Porque me da vergüenza.
-¿De qué?
-¿Tú qué crees?
-Venga, coño... Ahora me vas a salir con eso... ¿No ves cómo estoy?
-Joder... -decía tapándose la cara.
-¿Quieres que vayamos a mi habitación para estar más cómodos?
-Es que...
-Ven.

Me levanté del sofá y tiré de ella al agarrarle de la mano para llevarla hasta mi habitación, aunque a medio camino me paré para pegarla contra la pared y volver a besarla. Tenía muchas ganas de ir a más, pero me gustó mucho besarla y quería hacerlo de nuevo. Ella se dejó llevar, poniendo sus manos sobre las mías, que agarraban suavemente su cara. Luego las bajé hasta su culo para agarrarlo y tirar de él hacia arriba, aunque ella era alta y encima llevaba tacones, por lo que no me tenía que encorvar mucho para hacerlo.

Pero la volví a agarrar de la mano para llevarla a mi habitación, donde ella bajó rápidamente la persiana y me agarró para llevarme a la cama, aunque apagó la luz al pulsar el interruptor que estaba sobre la mesita de noche. De primeras no me importó mucho, porque seguimos con los besos un buen rato, pero otra vez tenía muchas ganas de ir a más, por eso intentaba dar la luz, porque no quería perder detalle de ella, pero no me dejaba, porque me agarraba y tiraba de mí para volver a tumbarme.

-Andrea, déjame dar la luz.
-No.
-¿En serio? ¿Otra vez con eso?
-No quiero que me veas desnuda.
-No me jodas, va.
-Que no, joder.
-Pero vamos a ver... ¿No te das cuenta de que me pones a mil? Mira cómo estoy, coño. Necesito verte desnuda. ¿Tú no me quieres ver a mí?
-Claro que quiero.
-Pues entonces. Va, déjame dar la luz -dije encendiéndola, aunque lo que encendí fue la pequeña lámpara de la mesita de noche más que la de toda la habitación.
-Me da mucha vergüenza -repitió.
-Bueno, esta luz es más floja, ¿no? Va, Andrea... No podemos estar a oscuras. Nos perderíamos muchas cosas y estoy deseando verte así.
-Pfff...
-¿Te quieres perder esto? -pregunté quitándome la sudadera.
-Tonto... -respondió riendo.
-Joder, no te haces una idea de cuánto esperaba este momento... Me pones mucho, pero desde que oí tus gemidos... ¿Cómo hemos tardado tanto en acabar así?
-Lo sabes de sobra.
-Ya. ¿Y qué ha cambiado para que hayas dado el paso? ¿Habéis roto?
-Es que...
-¿Qué pasa?
-No tengo novio. Nunca lo he tenido.
-¿Cómo que no? ¿Y todo lo que me has contado?
-Era mentira.
-¿Y la foto que me enseñaste con ese chico?
-Ese chico es mi primo de Irlanda.
-¿Por qué me has mentido?
-Porque... No quería que nuestra relación se basara en el sexo.
-¿De qué hablas?
-Javi, te calé al poco de venirme aquí a vivir contigo. Sé que eres un picaflor. Me di cuenta de cómo me mirabas y no quería acostarme contigo porque si lo hacía sabía que me iba a acabar colando por ti y lo iba a pasar mal, aunque no entiendo qué ves en mí.
-No empieces. Mira cómo me tienes -dije agarrando su mano para llevarla hasta mi paquete.
-No lo entiendo... -decía sin apartar su mano.
-¿Y por qué ahora?
-Porque no puedo más. Me muero de la envidia cada vez que te oigo follar con una chica. La mayoría de las veces que me masturbo es contigo. Pienso en ti, cosa que tengo muy fácil por algunas cosas que he visto y sobre todo, por las que he oído. Estoy harta. Necesito follar contigo.
-¿Cuánto llevas sin echar un polvo?
-Soy virgen.
-¿Qué? ¿En serio? Te estás quedando conmigo...
-No -decía seria.
-Joder...
-¿Es un problema?
-No. Para nada. Si me da hasta morbo, pero joder... No sé... Me ha pillado todo esto tan desprevenido...
-Entiendo…
-¿Y esos sonidos que oí en los que sonaba tu cama?
-Mmm... Pues... Joder, es que me da mucha vergüenza.
-¿Qué pasa?
-Mis amigas me regalaron un dildo. Fue una tontería y de hecho es hasta pequeño, pero lo he usado. Estaría montándolo cuando me escuchaste...
-Ojalá haberte visto...
-Pfff... Aunque ahora que te veo así y que te toco... Joder, es que el dildo ese no es ni la mitad que esto que tienes aquí...
-Jajajaja.
-Me da miedo.
-Tranquila, iremos despacio.
-Vale.
-Pero no puedes prohibirme que te vea desnuda. Es algo importante para mí ver a la chica. Andrea, de verdad que te veo muy atractiva y no tienes que pensar esas cosas.
-Bueno...
-Como es tu primera vez, vamos a hacerlo a tu ritmo. ¿Te parece?
-Lo que tú quieras.
-Yo quiero que estés cómoda conmigo. ¿Qué te apetece hacer?
-De todo.
-Jajajaja. Me refiero a si quieres que vaya lento o algo más rápido.
-Ah, pues lento.
 
Trio con Noelia en 3, 2, 1....
¿Estamos seguros?

Opción 1
Noelia por Javi hace cualquier cosa que este le pida. De momento hasta ahora lo ha hecho. Pero Andrea no acepta, no está preparada para eso.

Opción 2
Todo tiene un límite, incluso en el amor incondicional de Noelia. Los celos se adueñan de ella.

Opción 3
Las dos amigas se ponen a competir por JaviMan, eso no hay amistad que lo resista.

Opción 4
Todos se ponen de acuerdo en pasar un buen rato ... y enchufan la consola.
Un rato más tarde Andrea desenchufa el consolador, ya a tope de carga, y le dice a Javi que no se preocupe, que lo hará lento.
 
Última edición:
Capítulo 746

Me puse sobre ella para volver a besarla, alargándose un poco, aunque ahora era ella la que buscaba mi cuerpo con sus manos al ponerlas sobre mis costados y pasar después a mi espalda, terminando en mis brazos. Yo afirmaba con pequeños sonidos que hacía por estar besándonos, aunque me despegué de ella, viendo que no se le iba ese tono rojo de su cara.

Me iba a costar ir lento, pero también lo quería disfrutar, así que empecé por quitarle los botines que llevaba puestos, haciéndolo también con los calcetines para luego pasar a su jersey. Aquí sí que se puso muy nerviosa y más roja aún, aunque le dije que se tranquilizara y que se dejara llevar, preguntándole si prefería que me desnudara yo antes, diciendo ella que le daba igual. Así que, ya que estábamos así, seguí un poco más hasta que se lo quité, cerrando ella sus ojos y mirándola yo bien, gustándome lo que veía.

Tras eso le empecé a desabrochar el cinturón y luego sus vaqueros, volviendo ella a estremecerse y llegando a poner sus manos sobre las mías para pararme un poco. Le miré a los ojos y ella estaba que le iba a dar algo de la vergüenza que tenía encima, por lo que paré de desnudarla por volver a ponerse sobre ella y besarla de nuevo, pasando a su cuello y bajando un poco por su pecho, continuando por su esternón hasta llegar a su estómago, ya que su barriga estaba bajo sus pantalones.

Luego subí de nuevo hasta acabar en sus labios, preguntándole después si se había calmado un poco. Ella asintió, acompañando con un ligero sonido de afirmación, por lo que continué, logrando desabrochar sus pantalones para quitárselos y dejarla con un conjunto negro de ropa interior muy básico. Tenía unos muslos bastante carnosos y la verdad es que me gustaba, aunque ella cerraba sus piernas.

Me tumbé a su lado para besarla mientras acariciaba su cuerpo piel con piel, pareciendo gustarle, haciendo lo propio con el mío. Ayudé un poco al quitarme el resto de ropa hasta quedarme en boxers para estar en igualdad de condiciones. Parecía menos nerviosa, aunque seguía estándolo, sugiriéndole yo que hiciera lo que quisiera para que llevara ella las riendas de la situación y se sintiera más cómoda así.

Pareció gustarle que le dijera aquello y me empujó ligeramente para que quedara bocarriba, besándome ella en los labios, aunque de la misma manera que hice yo antes, empezó a bajar por mi cuerpo. Hasta me besó un poco el cuello, no importándome mucho y riendo ella un poco por cómo me ponía. Pero siguió por mi pecho y también me dio algunos en los brazos, así hasta que llegó a mis caderas, donde se detuvo más, empezando a sobarme el paquete por encima de la tela. Le sugerí que me quitara los boxers, sonriendo ella, aunque terminó haciéndolo.

Mi polla saltó como un resorte, sorprendiéndole a ella, soltando una pequeña risa, reacción que esperaba al ser la más normal en esos momentos. Se quedó con sus ojos clavados en ella hasta que alargó su mano tímidamente para agarrarla, haciéndolo con mucho cuidado. Parecía que tenía miedo a hacerme daño, por eso le dije que la agarrara con fuerza, que no pasaba nada, sonriendo ella y haciéndome caso, empezando a mover su mano hacia arriba y abajo.

Estaba que no me lo creía y me estaba entrando un morbo bestial, aunque cuando empezó a acercar su cara a mi polla ya era otra historia. Pero de momento solo la acercaba, no entraba en contacto con ella más allá de con su mano. Me tenía en vilo con tanto acercarse a ella y no podía esperar a que se la metiera en la boca, como acabó haciendo directamente en lugar de lamer, como esperaba yo que hiciera.

-Joder, no sabes cuántas veces te he imaginado así... -dije muy excitado.

Aunque me rozó con los dientes, por lo que la paré. Andrea se asustó, pero le dije que se tranquilizara, que no había problema y que debía llevar cuidado con aquello. Le dije que empezara a lamer un poco, prestando yo mucha atención a cómo lo hacía y a las caras que ponía. Sabía de sobra que le estaba gustando, pero le pregunté igualmente. Ella me asintió para responderme siguiendo con esas pequeñas y tímidas lamidas que me daba, aunque dijo que se la quería volver a meter para chupármela bien.

Andrea iba a por todas nada más empezar, literalmente, pero no me pareció ningún problema, por lo que le dije que lo hiciera si quería, pero que llevara cuidado con los dientes. Me pidió que le indicara cómo hacerlo y que le enseñara, asintiendo yo esta vez. Le estuve explicando cómo hacerlo y cómo me gustaba a mí más, y si bien es verdad que lo hacía de manera bastante torpe de primeras, poco a poco fue haciéndolo mejor.

Diría que la clave era las ganas que le ponía y cómo deseaba hacer algo así, porque la notaba muy excitada y sus ojos no paraban de buscarme como si buscara mi aprobación. Eran miradas parecidas a las que me imaginaba yo en mis fantasías mientras estábamos precisamente de esa manera. Le dije que me encantaba cómo me miraba, achinando ella sus ojos al sonreír mientras me la seguía chupando, siguiendo con lo suyo y notándome yo cerca de acabar, siendo en gran medida por el morbo que me daba tenerla así, porque siendo la primera vez que lo hacía no es que lo hiciera para llevarme hasta tal punto rápidamente.

Andrea se vio sorprendida por pararla yo, preguntándome si iba todo bien, respondiéndole yo que demasiado bien, porque no quería acabar tan pronto, cosa que le extrañó mucho por la cara que puso, aunque le dije que iba en serio, porque me daba mucho morbo tenerla así, contándole la verdad.

-Además, yo también estoy deseando probarte a ti y terminar de verte desnuda...

Andrea se volvió a poner roja a rabiar, agarrando mis manos para evitar que la terminara de desnudar, aunque era una tontería, pues podía ver su cuerpo con claridad, bastante blanquito por cierto, así que esas prendas solo tapaban sus zonas más íntimas. Estaba seguro de que lo que más le avergonzaba era que la tuviera así a mi vista más que verle esas zonas, por lo que me puse sobre ella para acercarme a su cara y decirle que me gustaba lo que veía. Ella dijo con tono de incredulidad que seguro que sí con la de chicas que habían pasado por allí sin que ninguna se le pareciera físicamente.

Le expliqué que eso no significaba que no me gustara lo que estaba viendo en ese momento, porque me gustaba bastante. Si no, no tendría tal erección y no habría dado pie a seguir, con la intención de llegar hasta el final. Le besé en los labios sin dejar que me diera réplica, empezando a bajar por su cuerpo, llegando a su pecho y besando un poco la piel de sus tetas, lo que su sujetador me dejaba, poniéndose ella más nerviosa.

Hasta notaba cómo le latía el corazón de deprisa, viendo cómo sus manos les temblaban un poco también. Sin quitarle el ojo a sus expresiones, continué bajando hasta que lo empecé a hacer por su esternón, lanzando ella un gemido. Me paré en su estómago y no lo hice por su barriga, porque sus braguitas le tapaban la zona, llegándole casi hasta su ombligo. Por eso puse un dedo en el elástico de las mismas, para bajarlo un poco y dejar esa zona al descubierto, volviendo a revolverse ella, aunque me permitió hacerlo para continuar con esos besos.

Le pregunté si le gustaba lo que le hacía, asintiendo ella, pasando después a decirle que podía ver cómo me gustaba a mí también al seguir así de empalmado, aunque ella no parecía muy convencida. Me desesperó un poco que no entrara en razón y que no asumiera que me ponía, preguntándole si de verdad quería seguir. Ella me dijo que sí, pero que prefería hacerlo sin luz, apartándome yo para tratar de buscar un punto medio.

Para ello, me levanté de la cama, preguntándome ella si todo iba bien. Tan solo le dije que iba a hacer una cosa, dando la luz de toda la habitación, tapándose ella. Pero eso no era lo que tenía en mente, pues lo que hice fue desenchufar la lamparita que tenía encendida en la mesita para ponerla en un rincón alejado de la habitación y tratar así de dar más penumbra, para ver si así se calmaba. Además de hacer aquello, puse algo por encima para que no diera tanta luz, volviendo con ella y apagando la luz principal, quedando bastante bien.

Se veía muy poco, casi que lo justo para intuir la silueta. Le pregunté si así le parecía bien y al parecer sí que lo estaba por un gesto que hizo. Así que me volví a poner sobre ella y la empecé a besar de nuevo, metiéndome debajo de las sábanas y abrazándome ella, apretándose mi polla contra ella. Le pregunté si podía desnudarla ya del todo, afirmando ella con pequeño gemido, cosa que me puso bastante.

Empecé por quitarle su sujetador al colar mis manos por debajo de su espalda, tirándolo al suelo para ponerme yo de rodillas sobre la cama y tratar de verla así, aunque me costaba muchísimo. De hecho, no lograba verlas con claridad, haciéndolo solamente con sus formas. Lo que sí hice, fue agarrarlas con mis manos, encontrando que eran más grandes de lo que me imaginaba o de lo que pudieran aparentar a simple vista, aunque con esa ropa tan ancha que solía vestir era difícil de adivinar cómo podían ser.

A ella le gustó bastante que se las agarrara de esa manera, abarcando cada una al completo con las palmas de mis manos y apretándolas un poco, aunque no duró mucho, porque me volví a poner sobre ella para comérselas. Su reacción fue divertida al hacerlo con un gemido que indicaba sorpresa, pero yo no estaba para pararme y ni le hice caso, pues me lancé a comérselas. Andrea no tardó en empezar a gemir mientras yo degustaba sus tetas, las cuales me encantaban, atrapando esos pezones duros y gorditos.

Pero me entró mucha ansia y necesitaba más, por eso puse mis dedos sobre su coño, aunque aún llevaba puestas las braguitas, pero le estuve acariciando la raja durante un rato, encontrando la tela húmeda, mojándose cada vez más conforme más le tocaba. Pero me tuvo que parar, diciéndome que se iba a correr si seguía así, haciéndolo entre risas. Le pregunté que cuál era el problema, diciendo ella que ninguno, pero no la hice sufrir más y volví a bajar por su cuerpo hasta llegar a su entrepierna, aunque tuve que abrirle esos grandes muslos que tenía para tener libre acceso a la zona.

Besé su pubis por encima de la tela, cerrando ella sus muslos como acto reflejo, aunque los volvió a abrir rápidamente, pidiéndome disculpas por haber apretado mi cabeza con ellos. Le dije que no hacía falta disculparse y que estaba muy lejos de hacerme daño y que era bastante normal que hiciera eso, porque me solía pasar. Podía percibir lo roja que estaba, y ahora más, pues lo que había puesto sobre la lámpara se había caído y se podía ver un poco más.

A estas alturas, a Andrea parecía no importarle mucho, estando más centrada en lo que estaba por venir que en ese detalle, por lo que puse mis manos sobre el elástico de su ropa interior para quitársela, cosa que hice del tirón. Ella juntó sus muslos de nuevo, no dejándome ver con detalle cómo tenía el coño de primeras, llevándome una decepción al verlo totalmente depilado.

Con eso de que era virgen pensé que tendría algo de vello, pero al parecer este momento era algo que tenía en mente a juzgar por lo preparada que estaba. Tampoco es que se me cortara el rollo, ni mucho menos, pero era un detalle con el que contaba y que me habría encantado encontrarme. Tampoco podía ver nada de su raja al tener un pubis prominente, y no hacía por donde para dejarme descubrir su parte más íntima, por lo que le empecé a acariciar los muslos preguntándole si no me iba a dejar seguir.

Poco a poco las fue abriendo, encontrándome yo una rajita inusualmente pequeña, desde luego no era parecida a cómo la imaginaba. Se la toqué con un dedo, encontrándola muy mojada, llevándome el dedo a la boca para saborear esa humedad y asegurándome de que ella lo veía. Otra vez se le subieron los colores, como debió pasar conmigo al gustarme tanto ese sabor suyo. Luego me fui escurriendo por la cama con la intención de comérselo, abriéndole la rajita por el camino, siendo otro momento divertido al encontrar que uno de sus labios internos era un poco más grande que el otro, aunque ambos de un color rosa bastante bonito.

No me llegué a reír ni nada, aunque tampoco es que ese detalle robara la atención que quizá debería haber robado, ya que conforme me acerqué a su coño, encontré que en realidad sí que tenía vello sobre su pubis. Me entró un calor por la cara que hasta la hundí en él para que ella no me viera así. También resoplé, haciéndole cosquillas al parecer, porque se estremeció y rio a la vez.
 
No sería extraño, que Noelia hubiese animado a Andrea a dar el paso de acostarse con Javi.
Todo el tiempo que pasaron juntas, en la previa a los acontecimientos que aquí se describen, pudieron ser perfectamente de planificación.
No veo a Andrea como una traidora con su amiga. Más bien podría ser utilizada por Noelia, para saciar la necesidad de Javi de estar con más mujeres, en un ambiente controlado.
 
No sería extraño, que Noelia hubiese animado a Andrea a dar el paso de acostarse con Javi.
Todo el tiempo que pasaron juntas, en la previa a los acontecimientos que aquí se describen, pudieron ser perfectamente de planificación.
No veo a Andrea como una traidora con su amiga. Más bien podría ser utilizada por Noelia, para saciar la necesidad de Javi de estar con más mujeres, en un ambiente controlado.
Mmmm...... Noelia ha manifestado varias veces lo enamorada qué está y lo incómoda de que Javi esté con otras. No creo que eso que mencionas esté acorde con sus sentimientos.
 
Felicitar a Keranos por este gran relato, me tiene muy enganchado.
Pensando en cómo puede acabar esto, mi teoría es que el triángulo Noelia-Andrea-Havi va camino del desastre. Cuando se entere Noelia de la traición de Andrea, arde Roma. Porque aunque el protagonista ha dejado claro que no quiere nada serio con Noelia, Andrea sabe de sobra lo enganchada que está su amiga por Javi.
Y entonces, mi hipótesis es que acaba muy mal, con pelea, ambulancias y demás, y quien sabe si eso no acabe llamando a la madre y a la hermana y reaparezcan...
Luego la historia de Angela que esta resolviendo un tema de celos; para mí que ha empezado a salir con un francés y que este no está por la labor de que vuelva a verse con Javi. Aún se lo trae de paquete en navidades. A ver si su hermana le dice lo que sentía Javi por ella. También creo que tarde o temprano Elena va a volver y va a tener unas palabras con Javi. Y este, entre otras cosas le va a decir que se ha portado fatal con Irene, que no tiene ella culpa de las acciones de su affair con Noelia. Y quien sabe si no acaban hablando ambas, Irene agradezca el gesto de Javi y le vuelva a ajuntar, y termine explicando a Elena todo por lo que pasó nuestro protagonista.
En fin, algo rocambolesca mi hipótesis. A ver qué pasa...
 
...
Y entonces, mi hipótesis es que acaba muy mal, con pelea, ambulancias y demás, y quien sabe si eso no acabe llamando a la madre y a la hermana y reaparezcan...
Luego la historia de Angela que esta resolviendo un tema de celos; para mí que ha empezado a salir con un francés y que este no está por la labor de que vuelva a verse con Javi. Aún se lo trae de paquete en navidades. A ver si su hermana le dice lo que sentía Javi por ella. También creo que tarde o temprano Elena va a volver y va a tener unas palabras con Javi. Y este, entre otras cosas le va a decir que se ha portado fatal con Irene, que no tiene ella culpa de las acciones de su affair con Noelia. Y quien sabe si no acaban hablando ambas, Irene agradezca el gesto de Javi y le vuelva a ajuntar, y termine explicando a Elena todo por lo que pasó nuestro protagonista.
...
"Pero no todo era perfecto, porque también le contó que había problemas, aunque no entró mucho en detalle. Ángela tan solo mencionó que era un tema de celos y algo más, aunque no ahondó más en el tema."

A lo que Ángela refiere es a lo conversado con Sofía, que dando algunos detalles de como va su nueva relación con Hugo, le menciona el tema de lo celoso que es Hugo.

Aún no tenemos detalles de la vida sexual y emocional que Ángela ha llevado en Paris, sin embargo sería un gran ingrediente lo que sugieres con un francés.
 
Capítulo 747

Ya sí que no podía aguantar más y me lancé a comérselo, dándole una gran lamida por toda la raja que hizo que ella diera un grito, aunque rápidamente se tapó la boca con las manos, haciéndolo después con toda la cara. Andrea me sabía a gloria y no esperé para continuar jugando con mi lengua en esa zona tan caliente y húmeda. No podía quitar la mirada de su pubis, de ese vello que quedaba a medio camino entre pelirrojo y dorado, aunque costaba de ver, porque no era una chica muy velluda, como podía observar al mirar el resto de su cuerpo, ya que casi ni tenía en los brazos, y desde luego no se veían al ser tan claros los pocos pelos que tenía ahí.

Y casi que lo mismo con éstos, ya que no formaban ninguna figura en especial, estando repartidos de forma uniforme, aunque no de manera tan junta ni quedando tan tupido. Aun así, me gustaba muchísimo ver aquello y rápidamente me centré en lo que estaba haciendo, continuando con esa comida de coño que a ella parecía encantarle por cómo se movía y como gemía por mucho que tratara de ahogarlos.

Jugué durante unos momentos con su coño al acariciar toda su raja con mi lengua, llegando incluso a meterla en su orificio, aunque después me centré bien el clítoris, no tardando ella ni un minuto en correrse, dando su cuerpo unos espasmos fuertes y pasando a temblar después, observando yo como se le ponían los ojos en blanco al agarrar ella las sábanas con fuerza. La dejé tomar aire estando cachondo a más no poder, acariciando su cuerpo para ver si así se recuperaba más rápido, no pudiendo quitar la mirada de él para regodearme en lo que me gustaba.

Su vientre subía y bajaba muy rápido y no terminaba de abrir los ojos, pareciendo tener las gafas un poco empañadas de hecho, pero me puse a su lado, tratando de tranquilizarme, aunque me costaba mucho. Poco a poco se fue calmando, tapándose la cara con las manos, momento que yo aproveché para poner mi mano sobre su vientre para acariciarlo y susurrarle al oído que necesitaba follarla y que no podía esperar.

Por fin abrió los ojos y me miró al girar su cara. La notaba cortada, pero le di un beso para que se dejara llevar, volviendo a decirle aquello cuando me despegué de sus labios y asintiendo ella. Así que me incorporé para ponerme sobre ella y de paso alargar mi mano hasta la mesita de noche y coger un condón. Me moría por metérsela a pelo, pero no podíamos correr ese riesgo y tenía que ponerme uno. Sin embargo, ella me paró, diciendo que era alérgica al látex.

Me entró un bajón bastante grande, porque eso significaba que no iba a pasar nada más al menos que estuviera dispuesta a hacerlo a pelo con los riesgos a correr que ello conllevaba. Me preguntó si lo había hecho antes sin condón, respondiéndole yo que bastantes, pero especificó más al volver a formularme la pregunta recalcando que sin nada de protección. Afirmé de nuevo, aunque diciéndole que no tantas como se podría imaginar.

Ella asintió y dijo que entonces tenía experiencia en ello, haciendo yo un gesto que le expresaba que si, que algo de experiencia tenía, pero no quería tampoco decirlo con unas palabras para que a ella se le quitara un peso de encima, porque el riesgo seguía estando. Fue ella misma la que dijo de probar un poco, pero con mucho cuidado, porque no podíamos dejarlo ahí a esas alturas, aunque le dije que podía acercarme a una farmacia de guardia para comprar unos que no tuvieran látex.

Pero ella no quería que me marchara, diciéndome además que había empezado a llover muy fuerte, cosa que era verdad, pero que tampoco suponía un gran problema para poder ir a comprarlos. Me dijo que fuera con mucho cuidado y que confiaba en mí, tirando de mí para ponerme sobre ella y que nos pudiéramos besar de nuevo. Esta vez tomó un papel más activo de lo que yo pensaba que haría, pues me la agarró en lo que nos morreábamos para mover su mano un poco y masturbarme, empujándome después para que se la metiera cuanto antes.

Me eché un poco hacia atrás y le empecé a acariciar la rajita con mi polla, estando tan húmeda que se deslizaba muy bien, pensando que la penetración sería muy fácil de esa manera, por lo que le dije que se la iba a empezar a meter. Me notaba bastante nervioso por el morbo que tenía todo aquello para mí. Andrea era una chica que me gustaba bastante físicamente y era virgen, una combinación tremenda a la vez que peligrosa para tener sexo con ella sin protección.

Su cara era una delicia, porque me miraba con una cara de excitación y vulnerabilidad que no podían ir a más, con sus cejas caídas y su cara muy enrojecida. Le metí el glande, inundándome una sensación tan cálida que casi quemaba, con ella lanzando un gemido largo, tras lo cual, empecé a meter más, pero muy poco a poco: metía ligeramente más la polla y la sacaba para hacer así una penetración continua, tratando de que se acostumbrara a mí, aunque su coño estaba bastante preparado para recibirme para lo pequeño que era.

Andrea me decía que no esperaba sentirlo así y que lo veía raro, pero que le encantaba, aunque se quejaba un poco de que era demasiado grande, cosa que achacaba a estar acostumbrada a su dildo. Para que se relajara, aunque tampoco hacía mucha falta, le pregunté si me lo iba a enseñar y si me mostraría cómo lo usaba, riendo ella mientras negaba y se tapaba la cara. Continué metiéndosela hasta que pasó de la mitad, encontrando ya un tope que a ella le parecía asustar que yo alcanzara, pues daba algún que otro respingo cuando llegaba allí.

Le dije que se relajara, que su vagina se acostumbraría y que era flexible, aunque ella seguía nerviosa. Decidí empezar a follarla y ver si así se dejaba llevar, gimiendo ella tímidamente y segregando muchos fluidos, aunque cuando bajé mi mirada a su coño, pues casi todo el tiempo la miraba a la cara para ver que todo fuera bien, un escalofrío me recorrió toda la espalda al ver cómo mi polla se hundía en ese coñito, además de ver su vello púbico.

-Mierda, joder... -dije lamentándome.
-¿Qué pasa? No te gusto, soy horrible -se lamentaba ahora ella.
-No, no es eso. Joder... -dije sacando mi polla a prisa de su coño.

Lo que pasaba era que estaba por correrme y casi se lía, porque aguanté lo justo como para sacarla y empezar a correrme sobre su vientre. Ella lanzó un gritito de sorpresa, aunque le agarré la mano y le dije que me pajeara, acabando ella de sacármelo todo mientras yo me retorcía y agarraba sus muslos. Me dio una vergüenza tremenda por haber durado tan poco, pero es que el morbo que me daba la situación era tan grande que era imposible que pudiera aguantar más.

Ella me preguntó si estaba bien, a lo que yo le pregunté si no veía que sí al haber terminado así, haciendo que se riera, aunque le pedí que me diera un momento para recuperarme, aunque la erección que tenía no bajaba absolutamente nada. Le di papel que tenía en la mesita para que se limpiara, tapándose después en lo que yo me quedaba bocarriba en la cama, no sabiendo muy bien qué decir por la vergüenza que seguía teniendo, sobre todo cuando ella no dejaba de mirarme.

-¿Qué ha pasado? -preguntó ella.
-Joder, pues que me ha gustado mucho follarte, aunque bueno, no sé si se puede decir que hemos follado, porque apenas he durado...
-Ha estado muy bien. Casi me corro yo otra vez. Me has dejado a nada.
-Joder... Es que... No digas más esas tonterías de que eres horrible, de verdad. Me he corrido porque me pones demasiado.
-Vale, tampoco te enfades...
-Ahora seguro que duro más.
-Ah, ¿quieres seguir?
-¿Cómo que si quiero seguir? Pues claro que quiero. Con las ganas que te tenía... Aún nos queda un buen rato.
-Al final me voy a creer que te pongo y todo.
-En serio, para con eso.
-Ya... No, si en realidad te creo. Mira lo tiesa que la tienes. ¿Es normal que esté así tanto tiempo?
-Normalmente después de un orgasmo se baja la erección, al menos para mí, pero ahora no baja. Fíjate cómo te encuentro para que no haya pasado eso...
-¿Me dejas que te la chupe un poco? Antes me ha gustado mucho y me he quedado con ganas de un poco más.
-Claro.

Andrea fue bajando por mi cuerpo, sin llegar a ponerse sobre mí, para acomodarse entre mis piernas y agarrar mi polla, empezando así a mamar. Se metió el glande en su boca y movía su mano lentamente. Aunque solo fue al inicio, ya que después lo empezó a hacer todo con más velocidad. Le expliqué cómo hacerlo con su lengua para que fuera mejor la cosa y también la animaba a tragar un poco más.

Me ponía muchísimo verla intentando meterse todo lo que podía en su boca, concentrándose tanto que cerraba sus ojos y no me miraba, pero eso me daba igual. Se esforzaba bastante por tragar, pero no lo hacía mucho, cosa que es verdad que me hubiera gustado que hubiera sido diferente, pero que al mismo tiempo no me importaba tanto al tener en cuenta que era la primera polla de verdad que se comía, porque imaginaba que había tenido que hacerlo con su dildo también.

La dejé un buen rato hacer a su antojo, estando yo algo más tranquilo al haber descargado, aunque seguía sintiendo vergüenza. Le sugerí hacer un 69, a lo que ella me puso cara rara de primeras, preguntándole yo cuál era el problema. Ella dijo que ninguno, preguntándome cómo lo quería hacer. No le gustó la idea cuando le dije que se pusiera sobre mí para comernos los dos al mismo tiempo, preguntándole yo si pensaba que me iba a matar o algo estando sobre mí.

No me llegó a contestar y de hecho le dije que luego quería que me follara ella a mí al montarme, pero para que se quedara más tranquila le dije de hacerlo quedando ambos de lado sobre la cama. Ahora parecía agradarle más la idea, por lo que se puso de rodillas sobre la cama, esperando a que yo le indicara, cosa que fue rápida y fácil. Andrea empezó a gemir de nuevo nada más empecé a comérselo y paraba bastante de hacerlo conmigo, por lo que le pedí que siguiera en varias ocasiones.

Me gustaba hacer un 69 con ella, aunque fuera de esa manera a la que no estaba tan acostumbrado, pero es que no duramos mucho más de 5 minutos, porque me decía que no podía aguantar más y que se iba a correr otra vez. Estaba rojísima cuando nos incorporamos, suponiendo yo que tenía mucha vergüenza.

La tranquilicé, diciéndole que yo estaba igual y que me sentía muy avergonzado de haberme corrido tan rápido sin apenas haberla follado. Se relajó bastante cuando le dije eso, llegando hasta a sonreír, como si se sintiera con menos vergüenza al decirle yo eso. Pero tenía ganas de seguir, por eso se volvió a poner de rodillas, para agarrar mi cara con sus manos y besarme de nuevo durante un rato. Cada vez lo hacía mejor, y parecía que le gustaba, porque ya nos habíamos besado mucho en lo que llevábamos de noche, y no parecía cansarse de seguir haciéndolo.
 
¡Vaya! Javi se aceleró más de la cuenta.
¡Con lo que es él!
Sí, sí, confianza, que él controla ¡Qué vergüenza!

Una vez oí a Nacho Vidal que en Los Ángeles, en una productora, había una secretaria muy gorda. Y que solía tener sexo con ella allí cuando iba. Y que pese a no ser su canon de belleza y/o atracción, que no duraba más de un minuto.

Me ha recordado a lo que estaba leyendo.
 
Atrás
Top