Reencuentro con Elena

Capítulo 750

La dejé tranquila, quedándose ella en su habitación durante un buen rato, en silencio, aunque cerró la puerta cuando entró allí. Yo me quedé jugando un poco con la consola, aunque miraba la caja de condones que acababa de comprar casi continuamente. Quería volver a follar con ella, pero Andrea se sentía mal por Noelia. Entendía que era su amiga y tal, pero es que no éramos pareja y yo era libre de hacer lo que quisiera.

Además de ello, pensaba que "el daño" ya estaba hecho, no entendía qué más le daba volver a hacerlo, si ya se había dado el paso, sobre todo siendo ella misma la que lo hizo. Sin embargo, me preocupé por ella al ver la manera en la que se había ido, porque no parecía nada contenta con lo que había pasado, por lo que dejé de jugar y me levanté para ir a su habitación, llamando con mis nudillos a la puerta, aunque ella me dijo que quería estar sola, pero yo acabé abriendo la puerta para entrar y disculparme por ser tan insistente.

-Joder, ¿tan serio es como para ponerse así? -pregunté al ver como se limpiaba un poco la cara con sus manos.
-Déjame -decía ella de manera algo ñoña.
-Venía a disculparme. A lo mejor me he puesto pesado y no quería incomodarte. Está claro que lo he hecho por cómo estás ahora mismo.
-Da igual.
-No da igual. Joder, no pensaba que te pondrías así -dije acercándome a ella para quitarle alguna lagrima de la cara.
-Es que me da mucha pena por Noelia.
-Entiendo que sea tu amiga y que le quieres mucho -dije apoyándome en su escritorio un poco-, pero nada de eso va a cambiar que yo te vea muy atractiva o va a hacer que dejes de ponerme. Porque lo haces más que ella.
-Eso me da igual.
-Y te voy a decir una cosa, aunque a lo mejor lo que hago es empeorar la cosa, pero veo necesario que lo sepas. Si esta fuera la misma situación, pero contigo estando en su lugar y ella en el tuyo, Noelia no dudaría ni un segundo en irse conmigo a la cama de nuevo. Ni habría tenido los remordimientos que estás teniendo tú. Te lo aseguro.
-No es verdad.
-Sí que lo es. Si lo hizo con su propia hermana. ¿Crees que no lo haría con una amiga? En fin, ya está, no llores, porque no merece la pena. Te dejo tranquila para que sigas estudiando. Si necesitas algo, me dices.

Volví al salón para jugar un poco más, aunque me cansé rápido y me fui a mi habitación para ordenar unas cosas en lo que me ponía algo de fondo en el ordenador. Al pasar por la habitación de Andrea, esta vez estaba la puerta entornada, tal y como la dejé cuando salí, pero no logré ver nada a través de esa pequeña rendija que quedaba abierta, pero por lo menos no la oía llorar.

Ya en mi habitación pensé que quizá me podría haber ahorrado eso último, pero es que era algo que creía por completo y por eso se lo acabé diciendo. Me molestaba mucho no poder seguir jugando con Andrea de esa manera en la que tanto nos divertimos la pasada noche, pero vino a mi habitación para poner su mano en mi hombro, dándome un buen susto al estar yo con los cascos puestos, llegando a pensar que era Noelia en realidad por las tantas veces que había hecho aquello, pero era Andrea.

-¿Qué pasa? Me has asustado.
-No me puedo concentrar.
-Ah... ¿Necesitas ayuda con el francés?
-¿De verdad haría Noelia eso?
-Ya te he dicho que sí. Se lo estuvo haciendo a su hermana durante muchos meses.
-¿Y no te parece mal lo que yo he hecho?
-No. Te lo vuelvo a repetir, Noelia y yo no somos nada. Nunca lo seremos, por eso no tienes que ponerte de ninguna manera.
-Pero ella está enamorada de ti...
-Pero yo no. No puede pasar nada entre nosotros, porque yo no siento nada por ella.
-¿Y por qué quieres volver a hacerlo conmigo? ¿Qué ves en mí?
-¿Te lo tengo que decir otra vez? Me atraes mucho. Creo que ya te he dado suficientes pruebas, no sé qué más hacer para que me creas. ¿No te gustó lo que pasó anoche?
-Sí -dijo bajito.
-¿Y no te gustaría volver a hacerlo?
-Sí. No paro de pensar en ello en vez de estudiar, pero es que a la vez...
-Ya, no vuelvas a hablar de ella.
-Pero es que...
-Déjate llevar.

Andrea dudó, quedándose mirándome durante unos segundos mientras yo permanecía sentado frente a ella, empezando a acariciar sus muslos por encima de los típicos leggings negros que solía llevar. Finalmente se acercó a mí tanto como para poder besarnos tras lanzar un suspiro. La notaba nerviosa a más no poder por cómo temblaba y cómo respiraba de manera acelerada.

Por mi parte, mi erección fue instantánea, aunque me notaba raro, porque no podía haber más cambios de dirección en ese día: empecé contento por pensar que podría seguir explorando a Andrea de esa manera tan cercana para luego acabar descartándolo por la conversación que tuvimos tanto en el salón, como en su habitación, pero ahora estábamos besándonos de nuevo, marcándose otro cambio más. Pero no desaproveché para nada esta oportunidad, porque la senté sobre mi regazo y tener así mejor acceso a ella para besarla, aunque se removía bastante.

Le pedí que se tranquilizara y que dejara de pensar, porque además del tema de Noelia, podía olerme porqué se movía tanto, comentándole yo que si quería la volvía a coger en brazos como hice la noche anterior. Ella optó por callarme al juntar sus labios con los míos de nuevo. Fueron varios minutos en los que estuvimos así, aunque no metía su lengua en mi boca, siendo yo el que dio el paso. Ella lanzó un gemido tímido, pero se dejó llevar para mi sorpresa. Me levanté de la silla, agarrándola de la mano para llevarla a la cama y poder tumbarnos en ella para estar más cómodos aún.

Allí nos recreamos mucho más con esos besos, aunque yo presionaba mi erección contra su cuerpo por momentos al necesitar algo más de estimulación. Ella no parecía cansarse de comernos la boca. Estábamos casi todo el tiempo de lado, pero ella tiró de mí en un par de ocasiones para ponerme sobre su cuerpo, al igual que hacía yo con ella, acomodándose bastante bien al pasar una pierna por cada lado de mi cuerpo, pero rápidamente se bajaba y se volvía a poner de lado.
 
Es el momento oportuno para que Javi descubra que es alérgico al poliuretano, el nitrilo, el poliisopreno y otras mierdas sintéticas similares.
Los efectos secundarios podrían se picazón, enrojecimiento, hinchazón, ardor y, en casos más graves shock anafiláctico o, aún peor, impotencia o erecciones muy dolorosas.

En fin, que conste que yo no le deseo ningún mal a Javi ¡Eh! ... pero el karma ... a veces ...
 
Última edición:
No te enfades "Espartano", quiero decir @onatrapse ... es Javi, ya lo conocemos.

Esto es como cuando vas al Zoo, no puedes ofenderte por lo que hace un mono pajillero delante de tus narices, el mono no tendrá ningún decoro ni consideración, es un mono, no piensa, persigue hembras, se hace pajas, tira mierda contra la gente, y todo ello solo porque el cuerpo se lo pide. No puedes enfadarte con el mono, pero puedes mirar curioso lo que hace, hasta puede que te excites y todo.
 
Capítulo 751

Me moría de ganas por llegar a algo más, por eso empecé a meter mis manos por dentro de su ropa, poniéndose ella nerviosa, aunque yo le siseaba para calmarla. Así llegué a agarrarle un pecho al no llevar ella sujetador e ir con una sudadera gruesa. Estuve jugando un rato con él, apretándolo para luego acariciar el pezón con mis dedos y llegar a pellizcarlo. Los besos que nos dábamos se empezaron a hacer más empalagosos, con ella gimiendo de esa manera, por lo que interpreté que le estaba gustando.

Deseaba follarla cuanto antes, pero no podía cambiar el ritmo de manera tan brusca, porque sabía que se iba a asustar, pero probé suerte al cambiar mi mano de lugar, empezando a bajarla hasta llegar a su cadera, metiendo los dedos por dentro de sus leggings y de sus braguitas, pasando a ponerla en su culazo para apretar una nalga. En ese momento le dije que me encantaba su culo, pasando yo a besarle un poco el cuello, aunque ella demandaba mis labios, por lo que me agarró la cara con una mano para dirigirme a su boca.

No tardé mucho en seguir jugando, esta vez pasando mi mano a la parte delantera, acariciando su pubis y poniéndose ella más nerviosa, pero casi no le di oportunidad, porque le acaricié la raja, encontrándola muy caliente y bastante húmeda. Le salió un gemido del alma, el cual me encantó y me incitó a tocarla con algo más de intensidad, pero llevé cuidado de que no se corriera, porque se lo quería comer y quería que acabara en mi boca.

Por eso le dije que quería pasar más allá, para que no le pillara de nuevas, como cuando le empecé a tocar el coño. Como ocurrió la noche pasada, se puso muy nerviosa cuando dije de desnudarla, queriendo que siguiéramos a oscuras, pero le dije que ya la había visto desnuda y que me encantaba, señalando mi erección para que tuviera esa prueba. Andrea resopló estando muy roja y miró al techo, diciendo que estaba bien, por lo que la empecé a desnudar, aunque de manera bastante lenta teniendo en cuenta las ganas que tenía de hacerle de todo.

Cuando la dejé desnuda por completo, ella se tapaba cerrando sus piernas y también lo hacía con sus pechos, así como con su cara. Me hacía gracia en realidad, porque la veía más tímida que acomplejada, pero le dije que era una tontería estar así y que se pusiera en mi lugar, preguntándole si a ella le gustaría que cuando yo me desnudara me estuviera tapando todo el rato. Poco a poco se fue dejando llevar en lo que yo empezaba a besar su cuerpo. Aunque antes ella me quitó la sudadera y me empezó a acariciar el cuerpo conforme yo me pegaba al suyo y me iba moviendo para besar diferentes partes.

Le comí las tetas, pero no fue algo que durara mucho, pues yo tenía claro mi objetivo. Me tuve que ayudar de mis manos para abrir sus muslos y poder tener acceso a su coño, el cual no me demoré en empedar a degustar. Andrea lanzó un gritito esta vez, aunque rápidamente se relajó y no tardó mucho en correrse en mi boca como yo ya preveía. Se retorció y me llegó a tirar del pelo, pero se quedó rendida una vez la dejé tranquila, respirando muy aceleradamente mientras yo me relamía sus fluidos.

Tras un rato, ella acabó abriendo los ojos, habiendo ido yo a por los condones, que se habían quedado en el salón. Me di cuenta de que la estaban llamando al móvil de camino al oírlo sonar, pero no se lo llevé, porque no quería que nos interrumpieran. Cuando volvió en sí se tapó un poco de nuevo, pero una sonrisa por mi parte la calmó y me dejó acariciar su cuerpo. Le enseñé los preservativos, dándole a entender lo que me gustaría hacer a continuación, pero ella me preguntó susurrando si me la podía comer primero, respondiéndole yo que como ella quisiera.

Puso una pequeña sonrisa en su rostro y me empezó a besar de nuevo, empezando a impacientarme yo, porque los besos con ella eran bastante largos, como terminó siendo ese, pero por fin empezó a bajar por mi cuerpo para terminar de desnudarte y agarrar mi polla, dura como una piedra, para empezar a masturbarla, no tardando mucho en acercarse a ella para lamer como le expliqué la noche anterior, pasando a chuparla al poco.

Me la estuvo chupando durante un buen rato, con ella poniendo de su parte y hasta animándose a preguntarme para que lo hiciera mejor, como si quisiera que le enseñara. Le fui diciendo cómo tenía que hacerlo, aunque ya lo hice en nuestra primera vez, no hace muchas horas. Pero en lo que más hincapié hice fue en que se dejara llevar y que disfrutara también ella, porque así sería todo más natural y haría disfrutar a la otra persona también.

Tras eso me relajé bastante y también me dejé hacer, haciéndole algún comentario en el que le dije que no tuviera vergüenza a hacer nada, que cuanto más guarro se fuera en la cama, mejor, comentando además que eso era lo que hacía yo. Ella se puso roja, pero no llegó a decir nada, continuando con la mamada hasta que le dije de pasar a hacerlo ya, porque me moría de ganas por metérsela. No faltó el gesto de taparse con las manos su cuerpo, aunque no podía hacerlo con todo, obviamente, quedando sentada de lado sobre la cama esperándome.

Para mi sorpresa, me dijo que no me pusiera el condón tan rápido y que se la metiera un poco, porque le había gustado mucho cómo lo hicimos la pasada noche. Por supuesto que quería hacerlo sin condón, porque me daba mucho morbo y porque así era mucho más placentero, por lo que me quedé un momento pensativo, aunque ella me dijo que solo sería un poco y que debíamos llevar cuidado, pero que confiaba en mí, porque la pasada noche lo había hecho y no pasó gran cosa al llevar yo cuidado y al sacarla a tiempo.

Me puso una cara que me convenció al instante, por lo que dejé el condón sobre la cama, cerca de nosotros, para ponerme sobre ella y frotarme con su rajita un poco. Andrea gemía muy bajito y de manera tenue, pasando a suspirar conforme se la empecé a meter. Al igual que la pasada noche, la notaba muy caliente y también húmeda, yendo yo lento sin llegar a metérsela por completo.

En esta ocasión, en vez de sacarla de la misma manera, para volver a entrar, me quedé dentro de ella, mirándola fijamente a los ojos, pasando ella a abrazarme, pegando nuestros cuerpos. Al quedar en esa postura, le dije que no me besara el cuello si no quería tener un susto, preguntando ella por qué. Le expliqué que tenía esa zona muy sensible y que si lo hacía, seguramente iba a empezar a correrme sin poder evitarlo.

Ella rio un poco, bajito y me acarició la espalda, contándome que le encantaba sentirme así. Le sugerí que apretara su pequeño coño para darnos así placer a los dos, haciéndolo ella y respirando de manera errática como consecuencia. Yo me mantuve como estaba, empujando un poco más si acaso para hacer la máxima presión que pudiera, gustándole a ella a juzgar por los sonidos que emitía.

Tras unos minutos así me empecé a mover muy lentamente, despegándome muy poco de ella, lo justo para que nos pudiéramos besar. Mi compañera de piso no dejaba de acariciar mi espalda y también mi culo, el cual estrujaba por momentos, llegando a empujarlo también para que fuera más rápido. Al final acabé follándola a buen ritmo y metiéndosela por completo, llegando a ponerme de manera vertical, agarrándola de los tobillos para darle bastante fuerte en esos últimos segundos en los que acabé parando para ponerme el condón después de esperar unos momentos para calmarnos los dos.

La dejé al borde del orgasmo, porque tenía sus ojos cerrados y sus manos agarraban la almohada con fuerza, teniendo cara de placer, con sus cejas caídas. Yo estaba sofocado, y bastante cachondo mirándola, teniendo muchas ganas de continuar, pero preferí aguantar unos segundos más para que no acabara tan rápido.

Pero es que era imposible que no lo hiciera con lo cerca que se había quedado y con lo excitada que estaba. Y yo pensaba que me costaría llegar con condón, pero nada más lejos, porque me empecé a correr también en cuanto noté cómo le llegó el suyo. Esos temblores eran deliciosos, al igual que ese gemido alto que soltó, reprimiendo los demás al cerrar su boca y morder sus labios desde dentro. Apuré todo lo que pude, moviéndome dentro de ella, pero llegó un momento en el que no pude hacerlo más, porque me agarró con mucha fuerza usando sus piernas. No habíamos follado más de 5 minutos, pero había sido muy intenso y estaba hasta sudando con el frío que hacía.

Ella quedó rendida, bocarriba sobre la cama, echándome yo a su lado tras quitarme el condón. En esos instantes en los que esperaba que ella se recuperara, me fije en que era la primera vez que había usado un preservativo de esa clase y la verdad es que no se notaba nada la diferencia con los normales, siendo algo genial para que no fuera algo que restara en las sensaciones.

Tras ese primer polvo, seguimos un poco más. O más bien, un buen rato más, porque cayeron algunos orgasmos más tras follar de varias maneras. Me sorprendía mucho lo fácil que me corría yo con ella y más aún con una goma puesta, pero es que me ponía mucho ese culazo y tenerla a cuatro y verlo retumbar con mis embestidas era algo que aceleraba mucho el proceso. Al igual que tenerla sobre mí pese a no gustarle mucho a ella la idea por sus complejos, pero accedió al contarle yo que era mi postura favorita.

Tenerla así, encima de mí con su cara enrojecida por el sofoco del sexo y mirándome a los ojos con esa expresión tan sexy me tenía bastante loco. Y ella no se quedaba atrás, porque también se corrió unas cuantas veces, diciendo ya de últimas que era una locura. Hicimos una parada para irnos a la cocina y preparar el almuerzo entre los dos, como solíamos hacer.

El almuerzo lo hicimos en el salón, en la mesa grande, aunque ella estaba más callada de lo que normalmente estaba, sobre todo en esas últimas semanas, desde que apareció Noelia, porque antes de ello era todo lo contrario, sacando tema de conversación sin parar y preguntándome muchas cosas. Sabía de sobra el motivo, y como no quería que la cosa fuera a peor, guardé silencio. Tan solo le pregunté cuando tenía pensado irse a casa, porque las clases ya habían acabado y todas sus amistades se habían marchado. Me dijo que tenía pensado hacerlo a media tarde en autobús.

Le pregunté si quería que la acercara yo, que no tenía ningún problema en ello, aunque ella no quería abusar, pero le volví a decir que no era problema y quedamos en que la llevaría yo a su casa. Me preguntó si quería que se fuera ya a casa al preguntarle aquello, pero lo cierto es que no, pasando a decirle que si por mí fuera, se podía quedar todas las navidades conmigo.

Tras comer y recoger, nos quedamos en el sofá, jugando un poco con la consola entre los dos. Pensaba que no habría mucha más historia ese día, pero me acerqué un poco a ella para pasarnos el mando más cómodamente y al final acabamos otra vez liados, besándonos allí mismo, en el sofá, y continuando un rato.

Me la empezó a comer allí y yo también se lo comí a ella, pero me pidió que fuéramos a la cama, así que ambos nos subimos nuestra ropa interior y nuestros pantalones, aunque yo la cogí en brazos, asustándola un poco y revolviéndose, pero le agarré con fuerza, empezando a encarar el pasillo para ir a mi habitación, aunque cambié de opinión al ir a la suya al estar de camino. Allí le conté que esa había sido mi habitación en tiempos de universidad, aunque ya era algo que le había contado anteriormente, pero se lo recordé, pasando a decirle que me gustaría hacerlo ahí con ella.

Así que estuvimos echando unos cuantos polvos más, disfrutando de ese sexo tan nuevo para ella al no haberlo practicado con nadie más. Ya una vez desfogamos en el primero de la tarde, me pidió que fuéramos más lento, porque se lo notaba un poco irritado. Así que llevé cuidado de no causarle más molestia de la que tenía, aunque había momentos en los que no me podía controlar, al igual que le pasaba a ella al empujar con su culo cuando la tenía a cuatro o cuando estábamos los dos de lado y yo le daba desde atrás.

Nos dimos cuenta de que el tiempo pasaba y ella quería volver a casa, así que paramos y nos dimos una ducha, por separado, porque ya volvía con sus complejos y demás, no dándome opción ni a decirle nada, porque se levantó rápido para irse al baño y cerrar la puerta. La dejé en su casa una vez llegamos, despidiéndonos sin saber cuándo nos veríamos, aunque yo le sugerí hacerlo de vez en cuando durante las vacaciones para pasar un buen rato, pero ella no me llegó a decir nada al respecto, despidiéndose de mí y dándome las gracias por haberla llevado a su casa, volviendo yo a la nuestra después.
 
Hola, buenas noches.

Llevo tiempo leyendo sin contestar por una cosa u otra, antes de que mañana vuelva Keranos a continuar la historia, quería decir un par de cosas.

Que Javi lleva tiempo comportándose como un gilipollas, cosa en la que todo el mundo está de acuerdo, creo. El bajón que le viene cuando Arantxa le rechaza... pa'matarlo.
Que Noelia no está enamorada, ella tiene un problema mental.
Que Andrea iba a dar una patada al tablero y a cambiarlo todo ya lo imaginé yo hace tiempo, aunque no esperaba que la forma fuera esta.

En fin, mañana veremos.

Saludos y gracias, @Keranos , por la historia y por la intriga.

Hotam
 
Hola, buenas noches.

Llevo tiempo leyendo sin contestar por una cosa u otra, antes de que mañana vuelva Keranos a continuar la historia, quería decir un par de cosas.

Que Javi lleva tiempo comportándose como un gilipollas, cosa en la que todo el mundo está de acuerdo, creo. El bajón que le viene cuando Arantxa le rechaza... pa'matarlo.
Que Noelia no está enamorada, ella tiene un problema mental.
Que Andrea iba a dar una patada al tablero y a cambiarlo todo ya lo imaginé yo hace tiempo, aunque no esperaba que la forma fuera esta.

En fin, mañana veremos.

Saludos y gracias, @Keranos , por la historia y por la intriga.

Hotam
Pues, sinceramente, no veo en qué te basas para decir "Que Javi lleva tiempo comportándose como un gilipollas ...", como todo el mundo sabe, "gilipollas es el que hace gilipolleces", cosa en la que todo el mundo está de acuerdo, obviamente, así que me gustaría que identificases qué gilipolleces hace Javi, para poder ser considerado como un auténtico gilipollas, o sea, un gilipuertas, una persona agilipollada, necia o estúpida que actúa gilipollescamente (sí el término es aceptado por la RAE).

Un gilipollas es un tipo tonto, lelo, estúpido, idiota, tarado, bobo, memo, imbécil o desgraciado, en honor a Baltasar Gil Imón de la Mota, consejero de hacienda de Felipe III, que tenía tres hijas, mejor dicho "tres pollas", como se llamaba en su tiempo a las jóvenes (a los chicos se les llamaba pollos). Pues bien un día las "pollas" de Gil acudieron a un evento en el Prado vestidas de manera poco apropiada, por lo que fueron reprendidas por la reina, tras lo cual, como castigo, aparecieron en los siguientes actos vestidas como monjas. Tal fue el escándalo que las "pollas" de Gil quedaron marcadas y tuvo el pobre hombre dificultad para encontrarles marido, por lo que cuando aparecían en un evento de la corte se empezaron a referir a ellos como "Gil y sus pollas", y más tarde como "Gil y pollas", expresión que quedó para referirse a aquellos padres no muy avispados que tenían dificultades para encontrar marido para sus hijas, algo que era visto como una desgracia, o sea, propia de desgraciados (faltos de gracia).

Javi no es tonto, estúpido, tarado, bobo, necio o desgraciado (falto de gracia), es otras cosas, pero estúpido no es, lo que aún es peor, porque a un bobo le perdonas ciertas cosas por ser corto de entendederas, pero alguien que no es estúpido y se comporta como se comporta Javi tiene otro tipo de problemas, más complejos si cabe, y que no se pueden justificar aduciendo estupidez o gilipollez.

Eso sí, más nos vale tomarnos con humor las "hazañas sexuales" de nuestro "querido" protagonista. Yo mismo, antes, no hace mucho, acababa algún capítulo indignado, hasta con mala leche, hasta que empecé a ver al "mono del Zoo" de "trastada" en "trastada", ahora, procuro divertirme con su última "monería", y me lo paso mucho mejor. Es cuestión de aceptación, no le puedes pedir a un mono lo que no te puede dar, así que lo aceptas y a partir de ahí lo ves de otra manera, pues con Javi pasa lo mismo.

Saludos y gracias por la oportunidad de prestar este servicio de información útil para perspicaces y gilipollas.
 
Última edición:
Capítulo 752

Al llegar a casa me encontré varios mensajes de Andrea, lo cual me hizo gracia, porque pensaba que era para decirme que le había gustado y que ya tenía ganas de volver a repetir, pero nada más lejos, porque volvió a sacar el tema de que no le parecía bien hacer eso por Noelia. De hecho, ella fue quien le estaba llamando al móvil cuando me di cuenta mientras estábamos a lo nuestro, al igual que me fijé de que tenía llamadas perdidas de ella, así como que mensajes, pero no me enteré de nada al poner el móvil en silencio para que no nos molestaran, cosa que hice bien a juzgar por todas esas notificaciones.

Andrea me dijo que Noelia no se podía enterar de nada de lo que habíamos hecho bajo ningún concepto y que había estado hablando con ella, porque estaba extrañada de que no le cogiera el móvil. También le dijo que me había llamado a mí, aunque no le extrañó tanto que no le hiciera caso, pero sí que le pasaba con Andrea, quien se inventó una excusa para salir del paso y de camino para informarme a mí por si acaso.

Veía ridículo que estuviera tan pendiente de esos detalles sin importancia, pero era crucial para ella que su amiga no se enterada de que nos habíamos acostado. Sabía se sobra que era algo que la había atormentado, prueba de ello era cómo me la encontré cuando fui a su habitación para disculparme, pero es que no podía evitar buscarla para eso, porque tenía algo que me gustaba mucho, o más bien era un conjunto de todas, porque me atraía bastante y la verdad es que me gustaba tener su compañía.

Yo no tenía ningún remordimiento, porque al fin y al cabo Noelia y yo no éramos absolutamente nada y no le debía ninguna fidelidad, así que más difícil era resistirse a buscar a Andrea para acabar en la cama. Como digo, sabía de sobra que era algo por lo que Andrea se sentía muy mal, pero también sabía que ella misma iba a acabar viniendo a buscarme como hizo precisamente ese día.

Estuve un rato a mis cosas, distraído, pero no podía evitar pensar en mi compañera de piso, especialmente con todo su olor repartido por la casa. Estaba de nuevo tan cachondo que no me entraba en la cabeza cómo no había buscado acabar así con ella antes, o como no había hecho nada para descubrirla en un ámbito más sexual tampoco. De la misma manera, tampoco entendía cómo no me había dado cuenta de que todo lo de su novio era mentira.

Quizá era porque yo sí le veía un atractivo como para pensar que había encontrado pareja con facilidad cuando al final no resultó para nada ser así, porque de hecho, era virgen. Alucinaba un poco con todo aquello, porque hasta me llegó a enseñar imágenes de un chico que resultó ser familiar suyo, pero para mí colaba bastante, aunque ahora que analizaba la situación, sí que veía raro que su supuesto novio no se pasara por nuestra casa para venir a verla por mucho trabajo que tuviera según me contaba ella.

Al final me acabé masturbando pensando en ella, en todo lo que habíamos hecho la pasada noche y en esa misma tarde. También me resultaba curioso lo que le gustaba besar, y si bien es verdad que lo hacía de manera bastante torpe de primeras, o más bien atropelladamente, luego acabó pillándole el truco y disfrutaba bastante de sus labios. No fue tan así en el sexo, pues sus complejos hacían aparición a cada instante por desgracia.

Lo mismo se dejaba llevar y follábamos a gusto que de repente se volvía extremadamente tímida y paraba, como cuando le decía de ponerse sobre mí. Durante unos segundos me follaba de una manera que me encantaba, pero eran solo eso, unos segundos, porque volvía en sí muy rápido y se bajaba.

Aunque también es verdad que disfruté bastante de ella, pero me sabía a poco. Al menos podíamos seguir y no se paraba la cosa del todo, aunque eso significara hacerlo en un misionero o de lado, porque también le daba vergüenza ponerse a cuatro, diciéndome que no le gustaba su culo, porque era gigantesco.

Lo que ella odiaba a mí me encantaba y cuanto más tímida se ponía, más quería ponerla en esas posturas. Tanto me gustaba su culo, que no sabía qué postura me gustaba más, si mi favorita en general, o tenerla a cuatro para agarrarla de las caderas y embestirle con firmeza, pudiendo ver su pequeño ano, el cual me entraban muchas ganas de follar cada vez que lo veía. Ver sus nalgas rebotar con cada choque de mi cuerpo con el suyo me aceleraba bastante el orgasmo.

Miraba la caja de condones que había comprado ese mismo día y cómo habíamos gastado ya la mitad con la tontería. Estaba de bastante buen humor por haber conseguido irme con ella a la cama y la verdad es que para mí la cosa prometía, porque sabía que habría más encuentros entre nosotros de esa manera, aunque teníamos que trabajar en sus complejos para que los superara y pudiera disfrutar al máximo del sexo.

Los mensajes de Noelia no eran cosa de otro mundo. Empezó por decirme que quería hablar conmigo, pero que pensaba que estaría ocupado o que habría quedado con mis amigos de la tienda para jugar y que había silenciado el móvil por lo mismo, para poder jugar más tranquilo. No iba tan desencaminada en realidad, pero obviamente no le dije nada, continuando leyendo y viendo que lo que quería era contarme cómo había ido el día anterior con su padre, cosa que hizo en varios mensajes que parecían no tener fin.

En resumen: todo marchaba muy bien y estaba encantada de poder tenerlo de vuelta en su vida, dándome de nuevo las gracias por ser yo quién le dijo que hablara con él y demás. También me contó que estaba algo mejor con el tema de su regla, pero que ahora en casa todo iba a ser más fácil, porque cuando se ponía así, su madre estaba muy pendiente de ella y le hacía los típicos remedios de madre para esas situaciones.

También decía que estar con su abuela le venía muy bien, pero que todo iría mucho mejor si yo estuviera con ella. Le puse que muy bien a todo, pero que no dijera tonterías y que se quitara de la cabeza cualquier posibilidad que viera en el horizonte de que yo fuera a ir a su casa. Ni muerto me acercaría para estar con ella y mucho menos con Maribel allí, que a saber cómo reaccionaría...

Cuando le escribí eso, Noelia me llamó como a los 5 minutos. No se lo quería coger, pero viendo lo insistente que estaba, lo acabé haciendo. Me dijo que menos mal que se lo había cogido, porque le había costado bastante salir de casa para que pudiéramos hablar con más intimidad, porque ya era algo tarde, estaba bastante oscuro, hacía frío y su madre no quería que saliera con todo eso y con su mala regla. Pero al final la acabó convenciendo de salir para tomar un poco el aire, aunque ya lo hubiera hecho al dar un pequeño paseo con su abuela.

Estuvimos hablando un poco, preguntándome ella que había hecho para estar tan desaparecido, aprovechando la excusa que ella misma me brindó con su suposición. Me estuvo contando los planes que tenían en familia para esa Navidad, sin nombrar a su hermana en ningún momento. Me contó un rollo de que Nochebuena la pasarían con su tía y su primo pequeño, en casa de éstos, mientras que en Nochevieja estarían en su casa, pero con la misma compañía.

Luego me preguntó qué plan tenía yo, diciéndole que no tenía ni idea aún. Noelia seguía con sus tonterías al decir que ojalá pudiéramos pasar juntos esas fechas, pero aquello solo tendría lugar en sus sueños. Y se siguió enrollando, pasando a decir también que se escaparía algún día para venir a casa para verme y poder pasarlo bien.

Lo tenía todo pensado, para coger un autobús diciéndole a su madre que había olvidado algo en su casa compartida para poder estudiar y que tenía que volver, pensando en que a lo mejor le diría que iba a quedar con sus amigas por si se alargaba nuestro encuentro, aunque yo comenté que no se presentara por casa sin avisar, por si acaso.

Ella rio de manera traviesa, no entendiendo yo por qué, pero al menos no se enfadó ni nada por el estilo, porque le dije eso por si pasaba algo con Andrea, para que no nos pillara, pero al parecer no entraba en su mente que yo me pudiera ver con otra chica por mucho que lo hubiera hecho igualmente cuando ella y yo nos veíamos para lo mismo.

Dejé ahí la conversación al decirle que tenía algo que hacer, deseándome ella buena noche y diciéndome que ya hablaríamos para concretar un encuentro. Dejé el móvil sobre la mesa y me fui a la cocina para preparar la cena, aunque me apañé con lo que sobró un poco del mediodía. En lo que cenaba, charlé con mi amiga Ángela durante un buen rato, diciéndome que me veía de buen humor, cosa que le encantaba.

Además de contarnos nuestro día y demás, me dijo que regresaría a casa el viernes por la mañana, que ya tenía el billete comprado y que se iba a quedar durante unas semanas, decidiendo coger sus vacaciones un poco extendidas para aprovechar y estar algo más de tiempo con los suyos.

También me preguntó qué haría en Nochebuena, ya que era dentro de una semana justa, al siguiente domingo, comentándole lo mismo que a Noelia, que no tenía ni idea. Ella me contó que tenía pensado pasarla con su familia, pero que no tenía ningún plan en mente para luego, sugiriendo que nos viéramos para salir por ahí o algo.

Quedamos en que lo hablaríamos en los siguientes días y dejamos ahí la conversación, quedándome yo pensando en ella y en cómo por fin podría verla. La verdad es que últimamente no estaba la cosa muy allá con mis amistades por mucho que se hubiera reencaminado la cosa con Sofía y Hugo y necesitaba tener a Ángela cerca.

Imaginármela a mi lado, viniendo a mi mente su olor, su típico peinado con dos trencitas y demás me hacía sentir muy bien. La noche fue bastante tranquila, en donde no pasó nada más aparte de esas llamadas. Y el lunes sería igual de tranquilo, no recibiendo ninguna llamada ni mensaje en especial, aunque sí que la tuve por parte de mi madre, quien me dijo que me esperaban para nochebuena, por lo que ya sabía qué iba a hacer.

No le pregunté, porque no sabía cómo hacerlo, pero me dijo que mi hermano no iría y que la pasaría con mi padre y con mi tía por parte de padre, que se juntarían todos, junto a mi tío, mi prima y más familiares para cenar, así que me ahorraba encuentros innecesarios.

También me llamó mi jefa, cosa que me extrañó, pero que luego caí en porqué lo hacía. Me contó que al día siguiente tendríamos la cena de empresa y la hora a la que sería, aunque siendo una cena, no es que hubiera mucho margen para la hora, pero lo importante es que me informó de aquello, diciéndome el lugar que era y demás y que nos veríamos allí, así que ya tenía otro plan, aunque éste era mucho más cercano.

Nada más ocurrió ese día, ni el martes en todo el día, pasándolo en casa hasta que me empecé a duchar y vestir para ir a la cena con mis compañeros de trabajo. Me esforcé en ir bastante bien y lo conseguí, decidiendo ir andando al no quedar muy lejos y al no estar lloviendo, aunque hacía un frío tremendo, pero fui bien abrigado.

Las calles ya estaban decoradas con motivos navideños y eso me gustaba, por lo que aproveché para dar un pequeño paseo viendo que iba bien de tiempo, aunque en realidad lo que hice fue recrearme un poco en el camino que había desde mi casa hasta el restaurante.

Aun así, llegué muy bien de tiempo, aunque era un poco agobiante ver la cantidad de gente que había entrando y saliendo cuando llegué, pero no me supuso ningún problema acceder. Entré y vi que había unas tres personas hablando con el metre, quien indicaba dónde tenían que ir. Mientras esperaba, miré el sitio, porque nunca había estado ahí y entonces fue cuando la vi.

Casi un año desde la última vez que lo hice, ahí estaba, sentada en una mesa en la que había fácilmente cincuenta personas más. Elena estaba sentada en una de las mesas de ese restaurante, muy sonriente y preciosa a rabiar. Verla me hizo sentir como un pellizco en el estómago, aunque la cosa fue a peor al ver por allí a mi hermano, aunque éste no estaba sentado a su lado, pero sí cerca. Quién sí estaba al lado de Elena era su jefe, aquel con el que vi que tenía tonteo en una conversación que vi en su WhatsApp de manera fortuita.
 
Atrás
Top