Este mensaje, que no es mío,
lo quiero yo enviar, con su permiso,
en un millón de botellas a un tiempo,
al mar de las memorias colectivas,
para que navegue, llegue y enraíce,
creciendo fuerte, grande, decidido,
pues el amor es esto y no lo otro,
que cantan reguetoneros pervertidos,
sobre un amor que no es tal, sino suplicio.
AMAR
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Como un documento inalterable,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Aunque los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Querían enseñarme a amar a su manera,
que atara el porvenir,
que no le permitiera
trepar la enredadera de otros cuerpos,
colgarse de otras risas,
colarse en la boca de otras fieras.
Habían preparado la cartilla,
sencillo,
decía que no dijera la verdad
si no me apetecía que me hicieran
las cosquillas hoy a mi,
hoy aquí, hoy, ahora.
Amar sin condiciones,
amar sin esperar,
amar por dar, no más,
amar sin amarrar.
Todo está escrito ya en el amor moderno,
monógamo, voraz, recluso,
incluso enfermo,
exento de verdad,
tan cuerdo, tan tenaz,
cadena de los cuerpos huecos.
Que amar sea amistad,
brutal entendimiento,
concesión de libertad,
espacio y tiempo,
que amar sea ternura, no amargura,
derroche, no reproche,
que amar sea apertura,
la cura y la locura.
Amar sin condiciones,
amar sin esperar,
amar por dar, no más,
amar sin amarrar.
Amar con conexiones,
amar por aflorar,
amar, como cantar,
por dar no más,
amar sin amarrar.
Amar es tan sinónimo a vivir
que no puedo asumir
amor violento.
Pedro Pastor & Los locos descalzos.