Hay veces que palabras,
se escapan de la boca,
cual gotas de saliva,
su intención, y su objeto,
liberase a si mismas.
Hay veces que son lágrimas,
que viertes a escondidas,
sin declarar la causa,
por ver si son oídas.
Hay veces que eres mudo,
hablando a borbotones,
nadie te oye, ni escucha,
ni entiende tus razones.
Hay veces en que hablas,
a corazón abierto,
nada más te desangras,
predicas en desierto.
Hay veces, pocas veces,
que la saliva y sangre,
el corazón abierto,
y la verborrea inane,
abonan las arenas,
para ver si florece,
vergel imaginario,
de flores que yo anhelo.
Y ,al fin, contadas veces,
las menos, o eso creo.
de repente, si crecen,
pero son crisantemos.