Te comprendo a la perfección, mientras he sido cornudo he experimentado una caótica mezcla de morbo tremendo, placer, arrepentimiento, dolor, cariño entreverado con sensación de pérdida...
Pero se me ha quedado ese gusto por escuchar a mi novia (ex hace tiempo) confesándome cómo venía rendidita de follar con otro, dándome todos los detalles mientras apretaba mis testículos y al terminar de relatarme todo, haciéndome una mamada en la que con la calentura acumulada yo me corría en su boca con la polla solo morcillona, y en menos de dos minutos.