Compañeros

Pues ya están en mi firma. Le he puesto hasta una portadilla gracias a la IA :p

Los dos relatos publicados en TR no me deja enlazarlos directamente así que ya sabéis.

Decidme si se bajan bien, y si funcionan bien los enlaces.
 
Pues ya están en mi firma. Le he puesto hasta una portadilla gracias a la IA :p

Los dos relatos publicados en TR no me deja enlazarlos directamente así que ya sabéis.

Decidme si se bajan bien, y si funcionan bien los enlaces.

Muchas gracias, compi. Voy a bajarlos porque quiero ir leyéndolos poco a poco.
 
¿Y aún te acuerdas de la trama y los personajes?

Quería darle un repaso a mis antiguos relatos pero me da mucha pereza y vergüenza releerme así que nada, los convertiré a pdf tal como están y los pongo por aquí para que os bajéis lo que queráis. Los errores que encontréis (que seguro que hay un montón) me los decís y los voy arreglando.
Lo comencé a leer a principios de este año. No recuerdo los nombres pero el personaje principal es un chico que vive en u apartamento, una parte del cual alquila o cede a otro estudiante C, que tiene una chica muy guapa, con no mucha experiencia amorosa y sin novio, C es algo promiscuo y lleva ala chica a su habitación, a veces hacen trpio con otro tipo D, beben se drogan a veces y en uno de esos escándalos, el MC al ir a pedirles que disminuyan el ruido, ve a la chica desnuda con los dos tipos, ellos se jactan de eso, en fin, con el tiempo ella se acerca al MC para que la ayude con sus estudios, comparten uno o varios cursos, comienzan a salir, follan y ella aprecia que el sea aventajado, buen amante y rompe con C, todo bien, hasta que la chica comienza a coquetear de nuevo con C, besos, manoseos y al final va a una fiesta donde sabe que va a follar con C e incluso D, al final ella se va cuando se estaban calentando o enrollando como dicen allí, en una parte el MC, tiene sexo con una de las amigas de la chica, tetona ella. El hecho es que la chica protagonista y el MC , se afirman como pareja y todo va bien. La historia hace un flashback donde la Chica recuerda el accidente del MC , parece que luego de recuperarse, el MC se entera que tiene una enfermedad mortal o algo así y rompe su relación con ella, se va del país sin rastro alguno, sin despedirse me parece, pero ella no sabe la razón, pasa un tiempo y luego viene la segunda parte con otros personajes, me quedé donde en una mansión vive un tipo de mediana edad con varias chicas, algunas que el adoptó de niñas y al crecer se convirtieron en sus amantes. Es lo que recuerdo, dejé de leer porque accidentalmente malogré el disco de mi laptop. Me quedé con las ganas de saber l que sucede con los protagonistas. Si puedes enviarlo sería buenísimo para mí. Franrel gracias por responder mi mensaje.
 
Pues ya están en mi firma. Le he puesto hasta una portadilla gracias a la IA :p

Los dos relatos publicados en TR no me deja enlazarlos directamente así que ya sabéis.

Decidme si se bajan bien, y si funcionan bien los enlaces.
Franrel muy agradecido por tomarte el trabajo de compartir tu arte con nosotros, ya descargué todo.
 

38​

Día siguiente. Jueves.
Antonio


Vi a Carlos de lejos y pensé “Joder, otra vez el tío éste”. Me hizo una señal y salí fuera con él. Sin saludarme, me dijo:

- Ayer me mentiste

- No sé de qué me hablas

- Silvia me ha dicho que llevas semanas llegando tarde a casa

- Es que el trabajo...

- Una mierda, he visto tus fichajes de salida, son normales

- Bueno, sí, vale, llevo un tiempo con Rosa

- Joder, ayer me dijiste que era la primera vez

- ¿Y qué coño quieres que te diga, Carlos?

- La verdad

- La puta verdad es que me enfadé con Silvia en Barcelona, me emborraché y acabé en la cama con Rosa y luego…

- Joder ¿Desde lo de Barcelona?

- Sí

- Eres…

Vi que de buena ganas me daría un puñetazo y le dije:

- Carlos, no te metas en nuestra vida

- ¿Cómo no me voy a meter? Le estás haciendo daño a Silvia y…

- No le estoy haciendo daño porque no sabe nada

- Ah, maravilloso, y tan contento ¿No?

- No, para nada contento pero Silvia es… es complicada

- Joder, Antonio, Silvia es… pocas mujeres son como ella, parece que no sabes la suerte que tienes

- Silvia es maravillosa pero también tiene su lado inaguantable y…

- Mierda, Antonio, no digas gilipolleces

- Que no te metas, Carlos

Me miró durante un buen rato sin decir nada. Luego dijo:

- Ayer me dijiste que lo ibas a dejar

- Sí

- Y anoche llegaste a las tantas a tu casa

- Sí

- Joder, y me lo dices tan pancho

- Rompí con ella, se enfadó, y tuve que quedarme con ella para tranquilizarla ¿Vale?

- No te creo

- Me importa una mierda, Carlos

- Como mañana me diga Silvia que vuelves tarde...

- ¿Qué? ¿Qué vas a hacer? ¿Destrozarle la vida por una tontería?

- ¿Una tontería? Le estás poniendo los cuernos, coño

- Sí, lo sé, pero no significa nada, es solo sexo, y contárselo sería destrozar mi familia

Carlos inspiró con fuerza y dijo:

- Le voy a decir a Silvia que me he enterado de vuestros sobre esfuerzos y he hablado con tu jefe y se han acabado

- Vale

- Ya no vas a tener excusa para llegar tarde a casa

- Perfecto

- Quedas avisado

Y se fue. Lo miré irse y pensé “Me cago en la puta el cabrón éste” pero lo cierto era que la noche anterior me había pasado. Rosa me volvía loco, era una bestia salvaje en la cama y no me había dado cuenta de la hora. Quizás era mejor no tener excusa y romper ya con Rosa, aunque estaba la promesa del trío. “Joder, puta, mierda, todo es complicado” pensé queriendo dar un puñetazo a la pared. Entonces se me ocurrió una idea.

Jamal
Cogí el móvil y busqué el contacto de Carmen. La llamé y se puso al tercer tono:

- Hola, Jamal

- Hola, preciosa ¿Puedes hablar?

- Sí, dime

- Te he buscado un cliente muy especial para este sábado

- Huy, miedo me das jajaja

- Que va, mujer, si te va a traer recuerdos

- Ah, uno que repite ¿Quién es?

- Alguien que solo te quiere a ti

- Jaja, no me extraña, cariño jajaja

- Me ha dicho que te diga que se llama madame Camille

Escuché como Carmen lanzaba un jadeo y luego dijo:

- ¿Esa vieja bruja?

- Sí, la madre de tu amiguito Jean

- Pero… ¿Otra vez lo mismo con los dos?

- No, solo ella

- Joder

- Te apuntas ¿No?

- Joder, no sé, es que esa tía es una hija de puta de primera, no sabes la mala leche que tiene la vieja

- A ti te va la marcha, preciosa

- Ya pero… es que no quiero marcas y con esa voy a acabar destrozada, que no sabes como me dejó las tetas y el coño

- Pues quiere el pack completo, y lo paga, y muy bien, 6.000 limpios para ti

- Joder... No sé

- Pero nena, no me defraudes

- A ver como coño explico yo las marcas a mi novio, Jamal

- Algo se te ocurrirá

- Ufff, déjame pensarlo

- Pero no tardes

- Vale, vale, te digo algo pronto

- Hasta luego, preciosa

- Chao

Y colgamos. Dejé el móvil en la mesa. Lo de la vieja era una petición especial de un cliente, un ricachón que le debía salir el dinero por las orejas. Había pedido expresamente una escena entre Carmen y la vieja como protagonistas aunque también quería que participaran dos tíos con pollas grandes para que se follaran a ambas, y había enviado una lista de cosas que quería que las dos hicieran, y pagaba un pastón por el video exclusivo. Si aceptaba, y no dudaba que lo iba a aceptar, Carmen iba a sufrir bastante y más valía que se buscara una buena excusa para no desnudarse durante unas semanas delante de su novio. La verdad es que me daba cosa por Carmen, pero el negocio era el negocio.

La vieja ya había aceptado y solo quedaba Carmen. Luego, aunque el video era exclusivo, pasado un tiempo prudencial lo pensaba vender a unos pocos ricachones, no demasiados, solo a los que sabía que iban a pagar bien por ese video. Menudo filón tenía con Carmen, solo con sus 7-8 servicios al mes y los videos, me generaba mucho más dinero que 3 o 4 de mis putas juntas, y sin darme ni un problema. Pero es que putas como ella había pocas.

Lo del novio podría ser un problema en el futuro pero conocía bien a Carmen, no tardaría en picarle el coño y se las ingeniaría para seguir de puta. Y si no, siempre la podría “convencer” de una forma u otra, pero estaba seguro que no haría falta llegar a eso.

Carmen
Me recliné en mi silla y pensé en la propuesta de Jamal. “Joder, la puta vieja esa cabrona” pensé sonriendo. Me había masturbado bastantes veces recordando aquella noche con ella, y no lo entendía, la vieja me daba hasta asco pero, a la vez, sentía una gran atracción hacia ella. Rememoré la humillación, el dolor y el placer de aquella noche y noté que me recorría un escalofrío por el cuerpo. Metí mi mano por dentro de mi falda y toqué mi tanga, estaba húmedo “Joder, que estoy cachonda y todo”. Pasé mis dedos por encima del tanga, acariciándome suavemente mi rajita y me estremecí, tenía ganas de masturbarme, pero recordé donde estaba y saqué la mano.

Suspiré y pensé “Esa cabrona me va a hacer mucho daño, eso seguro” y de nuevo me recorrió una corriente de excitación por todo el cuerpo. “¿Qué hago con las marcas y Carlos?” pensé durante unos segundos y cogí el móvil. Le puse a Jamal:

- De acuerdo, acepto

- Esa es mi chica, ya te contaré los detalles

- Chao

A Carlos le contaría un cuento de que estaba mala o algo así para no follar con él durante unos días. Me levanté y fui al baño, muy nerviosa, y entonces me di cuenta que necesitaba follar, pero follar de verdad. Me paré y busqué a Santi:

- Esta noche a las 10 en mi casa

Santi tardó unos segundos en responder:

- No sé voy a poder

- A las 10, sin retraso

- Te he dicho que no sé si puedo

- Pues puedes

- Yoli está muy pendiente de mí y…

La verdad es que ya casi no quedaba con él por culpa de Carlos y los servicios, pero hoy me apetecía. Imaginé que la chica se había puesto las pilas con el sexo porque ahora Santi casi no me daba el coñazo para quedar pero hoy sí tenía ganas de él:

- O vienes o te despides

- Joder, Carmen, ya veremos

- Tú mismo

Dejé de escribirle y leerle. Sabía que esa noche lo tendría en casa. Me metí en el baño y allí me encontré con dos compañeras de mi antiguo departamento de ventas. Las saludé y me lavé las manos y la cara, me notaba sofocada. Entonces una de ellas dijo:

- Oh, Carmen, que pulsera más bonita

Levanté la mano para que la vieran. Era un regalo de Carlos, debía haberle costado un pastón y me encantaba. Les dije:

- Sí, no está mal

- ¿Regalo?

- Por supuesto

La miré sonriendo, se morían de envidia. La verdad es que Carlos estaba siendo generoso con sus detalles y regalos. Y decía que en unos días tenía otra sorpresa más grande. A ver que era. Me despedí de las envidiosas y me volví a mi despacho. Cerré la puerta y me senté a seguir con lo que estaba haciendo antes de la interrupción de Jamal.

Miré la pantalla y seguí revisando donde quería que Carlos me llevara de vacaciones este verano. Él aún no lo sabía pero me iba a invitar a un viaje maravillosamente caro, pero aún dudaba donde. Pero antes de ese viaje iba a pedirme vivir juntos, lo tenía claro, y no pensaba vivir en mi mierda de piso ni en el suyo, buscaríamos un chalet que yo elegiría y decoraría, ya tenía echado el ojo a un par, absurdamente caros pero estupendos. Sonreí, la vida podía ser maravillosa.

Silvia
Cogí el móvil y dije:

- Hola, Carlos

- Hola, Silvia

- Estaba pensando en ti

- Ah ¿Y eso?

- Eres un cielo

- Eso ya lo sé, estrellado jeje

- No, tonto, un cielo azul y precioso

- Jajaja, pero ¿Te has dado un golpe en la cabeza o qué?

- Ay, que tonto eres…

- ¿Y Gema?

- Ahí está con su padre viendo la tele mientras termino de preparar la cena de todos

- Ah

- Eres el mejor, solo es pedirte un favor y me lo haces enseguida, ya tengo aquí a Antonio y me ha dicho que se acabaron las horas extras

- Ah, sí

- Gracias, Carlos

- Nada, mujer

- Si al final eso de enseñarle las tetas al jefe tiene sus cosas buenas y todo jiji

- Jajaja, las tetas y algo más

- Jajaja, no me lo recuerdes, o sí, jaja

Estaba de muy buen humor, feliz de tener a Antonio en casa a una hora decente. Charlé un poco más con Carlos y luego llamé a Gema para que hablara con él, como casi todas las noches. Los tuve que cortar porque la cena ya estaba. Nos despedimos de Carlos y le di la cena a Gema en la cocina. Antonio vino y me dijo:

- Silvi

- ¿Qué?

- Estoy pensando una cosa

Lo miré esperando y dijo:

- Creo que me voy a apuntar a un gimnasio

- ¿Y eso?

- Para hacer algo de natación después de salir del trabajo

- Oh

- Es por la espalda, me está molestando y me han recomendado eso

- Pero ve al médico y…

- No, no, es solo por los esfuerzos de estos días

- Ah, bueno, no sé

- ¿No te parece bien?

- Sí, sí, digo que no sé si eso es bueno o no

- ¿La natación? Claro, pero vamos, probaré un mes o así

- Mmmmm ¿Y eso son muchas horas?

- No, no, solo un ratito, llegaré temprano a casa

- Ah, vale

Le sonreí. Y le dije en broma:

- Así te pones cacha, los nadadores tienen unos músculos muy sexis jajaja

- En un mes dudo que me salga algún músculo sexy

- No los necesitas, nene, jajaja

- Jejeje. Por cierto, no le digas nada a Carlos

- ¿Y eso?

- No quiero que piense que estoy achacoso y…

- Anda ya, que tontería

- Bueno, ya, pero no me hace gracia

- Vale, vale, pero es una tontería, Carlos no te va a decir nada de eso

- Bueno, pero no le digas nada ¿Vale?

- Vale, no le digo nada

- Gracias, Silvi

Y le sonreí feliz. Esta noche le demostraría lo contenta que estaba.

Carmen
Miré la hora, las 10. Sabía que Santi estaba a punto de llegar, no tenía dudas, pero me impacientaba. Llevaba nerviosa y cachonda todo el día desde la llamada de Jamal y quería follar ya. Cogí el móvil y leí los mensajes de Santi que antes había ignorado. Me decía que su novia no le dejaba ni a sol ni a sombra, que lo acompañaba a todos sitios, que ahora siempre tenía ganas de sexo, que no sabía si podría darle esquinazo. Luego me decía que se le había ocurrido algo, luego que quizás llegaría más tarde, luego que sí llegaría a la hora, luego que su novia no se creía su excusa de que había quedado con unos amigos para ver el fútbol, que habían discutido y él se había cabreado con ella por ser tan plasta, que ella también se había enfadado. Luego que ella había accedido a lo del partido, pero que insistía mucho que donde era, con quien… Y así mensaje tras mensaje.

Me reí pensando en la chica, ya se había tomado en serio lo de atrapar a su novio a base de sexo, pero allí estaba su novio, acudiendo a mi llamada siempre que lo requería, y no había venido más porque yo no lo había llamado.

Me serví una copa de vino y me tumbé en el sofá a tomármela mientras esperaba. Si no llegaba pronto, lo mismo me tendría que masturbar, me costaba contenerme. Entonces, llamaron abajo y abrí. Al poco, Santi llamaba a la puerta y lo metí dentro para besarlo metiéndole la lengua hasta la garganta mientras sus manos me apretaban las tetas y el culo. Solo llevaba un camisón de seda, muy corto y sexi.

Lo llevé a mi dormitorio sin dejar de besarlo y lo empujé a la cama para ponerme encima de él. Le quité la camiseta y lamí su torso. Y entonces, su móvil empezó a sonar y él, echándome a un lado, dijo:

- Hostia puta, Yoli, no me deja en paz

- Ponlo en silencio

- No, tengo que contestar, si no, se pone de los nervios y llamará a todo el mundo y… Solo un momento, no hagas ruido

Santi se levantó y se dirigió a la ventana donde contestó:

- Yoli, que estoy viendo el partido

Escuchó algo y dijo:

- No, no sé, ahora no sé, joder, Yoli

Volvió a escuchar y dijo:

- Claro que quiero follarte, pero no sé a qué hora terminaremos, si ganamos lo mismo lo celebramos y…

De nuevo silencio mientras ella hablaba y él respondió:

- Claro que es mejor celebrarlo contigo echando un polvo, pero joder, que es solo un día, Yoli

Me reí de lo desesperada que estaba y Santi puso cara de susto:

- No, no sé, yo solo he escuchado a esta gente riéndose y puteando a los jugadores… sí, me he salido fuera para hablar contigo, que hay mucho ruido… venga, te dejo

Me levanté y me quité el camisón. Santi me miró, sus ojos recorriéndome el cuerpo. Me acerqué mientras él escuchaba y le decía “sí, sí, Yoli” y cosas así. Me arrodillé y le bajé la cremallera. Él intentó apartarme pero no le dejé. Se la saqué y me la metí en la boca. No tardó nada en ponerse totalmente dura y se la chupé rápidamente, haciendo ruidos húmedos. Santi, asustado y excitado, tapaba el móvil con la mano mientras balbuceaba a su novia. Entonces paré y empecé a metérmela todo lo posible en la boca, hasta la garganta, haciendo ruidos de atragantamiento. Santi jadeó y luego dijo:

- No, es que casi meten… meten gol y… Yoli, te dejo, luego hablamos

Y le colgó, ya sin poder aguantar más mi mamada. Tiró el móvil a la cama y dijo:

- Joder, que bien la chupas, zorra

Se la chupé unos minutos más hasta que él me cogió, me tiró a la cama y, tras desnudarse del todo rápidamente, se echó sobre mí metiéndomela de un golpe y follándome rápidamente, con dureza. Nos corrimos al poco, los dos gritando. Luego, él se salió de mí y se tumbó diciendo:

- Joder, joder, joder

Me reí sin casi poder moverme, del gran orgasmo que acaba de tener. Le dije:

- ¿No te folla así tu novia?

- No, joder, no

- ¿Ni te la chupa así?

- No, joder

- ¿Y te ha dado su culo?

Él se rio y dijo:

- No, en la vida

- ¿Quieres el mío?

- Sí

Sonreí. Una chica tan joven y guapa y él me prefería a mí, siempre. Le cogí la polla y le dije:

- Espero que el partido tenga prórroga porque no te vas a ir de aquí pronto​
Muchas gracias por publicar el capítulo 38 tan pronto. Pensé que hasta después de Navidad no íbamos a tener nuestra dosis de culebrón. Gracias FranRel:adorar1:
 

39​

Día siguiente. Viernes.
Carmen


- Buenos días, cariño

Dije entrando en el despacho de Carlos. Él se levantó inmediatamente y vino a mí:

- Carmen, que sorpresa

Nos dimos un pico y le dije:

- Venga a darte malas noticias

- ¿Qué ha pasado?

- Mi madre, que se ha caído y tengo que ir al pueblo unos días

- Oh, vaya, pero ¿Está bien?

- Bien, bien, no, pero se ha hecho daño y me ha dicho que vaya

- ¿Sales ahora?

- Sí, a ver como está, que estoy preocupada

- Claro, claro ¿Quieres que te acompañe?

- No, cariño, si está en casa, no es nada grave, pero claro, le cuesta hacer las cosas de la casa y… bueno, iré unos días y le buscaré alguna chica que la ayude

- Entiendo

- Siento tener que cancelar lo del finde en tu casa del campo

- No te preocupes, eso es lo de menos, lo importante es la familia

- Claro, cariño, es lo primero… He avisado a Patri y me voy ya

Le volví a dar un beso, esta vez más largo en los labios y luego me fui. Con esto podría estar varios días sin verle mientras me recuperaba de lo de mañana con la vieja. Carlos tenía pensado que nos fuéramos esa tarde a su casa y pasar allí todo el fin de semana, pero no iba a poder ser, se tendría que aguantar. Por mi parte, pensaba irme ya y estar todo el día de SPA y que me cuidaran y mimaran durante horas, que tras el sexo de anoche con Santi, estaba destrozada. Que chico más potente y las ganas que tenía. “Que tonta es la novia, no sabe lo que tiene en la cama” pensé sonriendo.

Cristina
“Héctor, Héctor” dije en voz baja. Él me miró extrañado. Le hice señas para que se acercara. Vino con la silla y le dije en voz igual de baja:

- ¿Lo has visto?

- ¿El qué?

- A Carlos

- ¿Ver el qué?

- Lo que acaba de pasar

- Mmmmm no

- Jo, te lo has perdido

- ¿El qué?

- A su ligue

Él me miró sin comprender. Le dije:

- ¿No te has dado cuenta que está distinto?

- No, ¿Distinto de qué? ¿De corte de pelo?

- Nooooo, tonto, de ánimo, de humor…

- No sé, no me he fijado

- Ay, que poco observador

- Bueno…

E hizo además de irse pero lo retuve:

- ¿No tienes curiosidad por saber quién es?

- No

- ¿En serio?

- Es su vida privada

- Pero es que es alguien de la empresa

- Ah

- Es… es la tía esa tan llamativa y guapa, la morenaza de grandes (e hice un gesto en mis tetas)

Héctor me miró sin saber de quién hablaba. Hice un ruido de desesperación y entonces se acercó Mónica:

- ¿Qué cuchilleais?

Héctor dijo:

- Nada, tonterías de Cris

- No son tonterías

Mónica preguntó:

- ¿Qué pasa?

- ¿Tampoco te has fijado quién ha entrado en el despacho de Carlos?

Mónica sonrió y asintió. Le dije:

- ¿Has visto lo que ha pasado?

- Sí jiji

Héctor preguntó:

- ¿El qué?

- Se han besado, nene

- Ah… ¿Quién?

- La tía buena de Marketing y él

- ¿De… de Marketing?

- Joe, nene, tienes que ser el único tío de la empresa que no babea con ella

Héctor nos miró sin enterarse de nada y me tuve que reír. Mónica dijo:

- Pero yo ya lo sabía

La miré sorprendida y le pregunté:

- ¿Y eso?

- Los pillé otro día dándose un morreillo a escondidas jiji

- ¿Y no me lo has dicho?

- Y yo que sé

- Tía, que es nuestro jefe, claro que lo tienes que contar

Héctor dijo:

- Bueno, os dejo con los chismorreos

Y se fue a su sitio. Me quedé hablando un poco con Mónica y cuando se fue, le escribí a Héctor:

- Es la que hemos visto con él almorzando cada dos por tres

- Ahhh, ya sé quien es

- Pues esa

- Ah, pues… muy bien para él ¿no?

- Ya te digo, ha triunfado, va a ser la envidia de todos los tíos

- A mí no me da envidia

- Mentiroso

- Para nada, si ya tengo la suerte de trabajar con las mujeres más guapas de la empresa

Me giré para mirarlo. Él no se movió durante unos segundos, pero luego me miró muy rojo. Le sonreí pensando “Eso me ha gustado un montón”.

Carlos
Estaba triste, había planificado un fin de semana especial pero entendía a Carmen, entendía perfectamente su preocupación por su madre y que fuera rápido a estar con ella, esas cosas me gustaban mucho de ella. Suspiré “En fin, ya habrá otra ocasión, lo importante es que su madre no esté mal”.

Entonces caí en una cosa, mi casa iba a estar libre y llamé a Silvia:

- Hola, Silvia

- Hola de nuevo, Carlos ¿Qué pasa? ¿No ha funcionado?

Habíamos estado hablando hacía un rato de cosas del trabajo. Negué y dije:

- No, no te llamo por trabajo

- Ah ¿Entonces?

Le expliqué lo de Carmen y terminé diciéndole:

- Así que podéis ir sin problemas

- Oh, siento que se te hayan chafado los planes, Carlos

- Ya

- Pero no sé si iremos

- ¿Y eso?

- Porque Antonio ya ha hecho planes con los amigos

Me puse en alerta. Pregunté:

- ¿Os vais con sus amigos?

- No, yo no, él ha hecho planes para ver el fútbol mañana sábado

- ¿Con los amigos?

- Sí, como siempre

Lo cierto es que eso era verdad, Antonio era un loco del fútbol y solía ver los partidos e ir casa de un amigo a verlos, eso no era nuevo. Me tranquilicé y le dije:

- ¿Juega su Sevilla?

- Sí, así que no sé si querrá irse al campo

- Ya

- ¿Tú piensas ir?

- Pues… no sé

- Si vas, me apunto, nos apuntamos, y que Antonio venga y vaya, a él no le importará, seguro

- ¿Sí?

- Sí, me apetece un montón que estemos juntos

- Y a mí, cada vez nos vemos menos

- Por eso, anda, dí que sí y pasamos todos juntos el finde, a Gema le encantará, y a mí igual

- Mmmmm

Me quedé pensando. El tema era Antonio, no estábamos bien y Silvia lo notaría, pero ella insistía tanto que al final le dije que sí:

- Biennnnnn, que alegría

Dijo exultante, para luego continuar:

- Ya verás Gema como se alegra, va a dar saltitos de contenta, seguro jeje

- Jeje, ya ves tú, contenta por aguantar a un viejo

- Ya estamos, viejo, viejo y no para de foll… bueno, de eso jajaja

- Jajaja, menos del que esperaba este fin de semana

- Jajaja, lo siento pero piensa una cosa

- ¿El qué?

- Vas a disfrutar de mi increíble y fantástica compañía jajaja

- Eso es verdad

- ¿Cuándo quieres que vayamos? ¿Mañana o esta tarde?

- Id cuando queráis, claro

- Ya, pero ¿Tú cuándo vas a ir?

- Mmmmm, quizás vaya al salir del trabajo

- Perfecto, pues nos vemos esta tarde en tu casa del campo, verás que bien nos lo pasamos durante el fin

Y estuvimos un rato haciendo planes antes de cortar. Como plan alternativo era excelente, eso sin duda.

Héctor
- Bueno, pues hasta el lunes, Cris

- ¿Qué planes tenéis para el finde?

- Mmmm nada especial

Mónica dijo:

- Oye, que hemos quedado con el muchacho ese de los viajes

- Ah, sí, diversión total jeje

- Que tonto

Cris nos miraba divertida y le dije:

- Es un tío que Mónica ha conocido en un foro y que lo mismo nos quiere timar o algo

- Pero ¿Qué dices, cari? Jajaja

- No sé, no lo conocemos de nada

- Que desconfiado eres

Cris comentó:

- Ah, sí, el que me dijiste, Mónica

- Ese, a ver que consejos nos da para el viaje

- Claro, hay que aprovechar las experiencias de otro

- ¿Ves, tonto? Ella lo entiende

Puse los ojos en blanco y dije:

- Ya, ya… ¿Y tú, Cris? ¿Vais a algún sitio?

- Que va, bueno, imagino que saldremos mañana noche, pero nada especial

- Ya

- Venga, pues hasta el lunes, divertíos, chicos

- Igualmente

Y ella se fue hacia la parada del bus y nosotros en dirección contraria.

Carlos
Al llegar a mi casa, vi que tenía detrás al coche de Antonio, parecía que nos habíamos sincronizado. Abrí la puerta y metimos los coches. Tras aparcarlos, salí y abrí la puerta de atrás el coche de Antonio al escuchar el grito de Gema “CAGGGGLOOOOOOO”. La desaté de su sillita y la saqué alzándola en el aire mientras ella se partía de risa y repetía mi nombre.

Luego salieron Silvia y Antonio. Dejé a Gema en el suelo que cogió a su madre de la mano y dijo:

- Piscina, piscina, vamos

Y Silvia, riendo, dijo:

- Espera, cariño, que hay que sacar las maletas

Le dije:

- Tranquila, las metemos Antonio y yo, y así me ayuda con la compra

- Pero si te dije que iríamos a comprar juntos y…

- Pues ya he comprado, aquí se come lo que yo quiero jeje

- Que tonto…

Pero se fue hacia la piscina detrás de la niña. Miré a Antonio y le pregunté:

- ¿Todo bien?

- Sí

- Ya me ha dicho Silvia que se acabaron tus “horas extras”

Antonio me miró unos segundos y luego dijo:

- Mira, Carlos, dejemos esto claro, la he cagado, lo sé, y lo siento muchísimo, pero eso ya está mmm cerrado

- Me alegro

- Y no quiero que te metas en esas cosas de mi familia ¿Entiendes? Son cosas entre Silvia y yo

- Siempre que no le hagas daño, me parece perfecto

- No se lo haré si te estás callado

- Y lo estaré si de verdad eso se ha acabado

- Se ha acabado así que fin de este tema

Nos miramos, tensos, hasta que dije:

- Bien, de verdad que me alegra mucho oírte eso

Y empezamos a sacar las maletas. Le creía, o quería creerle, pero pensaba estar vigilante un tiempo.

Carmen

Escuché como llamaban a la puerta y le dije a mi hijo:

- Venga, termina el yogur y a la cama, cariño, voy a ver quien es

Me levanté y fui a la puerta. Al abrirla miré sorprendida a Yolanda. Estaba seria, como siempre, con un casco de moto en la mano, vaqueros y una chupa barata de plástico imitando cuero. La miré sin decir nada y ella dijo:

- Vale, has ganado, es tuyo

Sonreí y le dije:

- Anda, pasa, estaba a punto de acostar a mi hijo

- No, me voy

- Has venido a decirme algo, pasa y ahora me cuentas

Pasó y le señalé el salón. La seguí observando lo bien que le quedaban esos vaqueros, tenía una figura muy sexy. Al entrar en el salón dije:

- Daniel ¿Cómo va ese yogur?

Él me lo enseñó, casi se lo había acabado. Le cogí la cuchara y le di lo último. Luego dije:

- Vamos, a limpiarse los dientes y a la cama, cariño, dí buenas noches a mi… amiga

Yolanda refunfuñó algo al escuchar lo de “amiga” pero dijo:

- Buenas noches, Daniel

Él le dijo lo mismo y fue hacia el cuarto de baño. Le dije a Yolanda:

- Ponte cómoda y tómate algo si quieres (señalándole el mueble bar) tardo 15 minutos, que le tengo que leer un cuento

Y me fui detrás de Daniel. Cuando volví al salón un rato después, Yolanda estaba sentada con un vaso en la mano. Había dejado su chupa y el casco en un sillón. Le dije:

- ¿Qué tomas?

- Vodka

- Vale, te acompaño

Cogí la botella y un vaso y me senté junto a ella en el sofá. Me eché la bebida y le di un sorbo. Ella apuró el vaso y se echó más. Entonces dijo:

- Sé que vino anoche, no me engañes, lo vi salir

- No te pienso engañar, guapa ¿Lo viste salir?

- Lo sospeché y vine a… a vigilar

- Pues tuviste que esperar bastante rato ¿No?

- Sí

- Me folló cuatro veces

- ¿Cu… cuatro?

- Sí, guapa, Santi funciona bastante bien

Se quedó mirando el vaso. Supe lo que estaba pensado “A mí nunca me ha follado cuatro veces”. Le pregunté:

- ¿No te creíste su excusa del fútbol?

- Sí, eso me lo tragué… Fue… fue cuando lo llamé y lo noté… noté…

- Notaste que se la estaba chupando mientras hablabais

Ella me miró con sorpresa. Dijo:

- Que hijos de puta sois los dos

- ¿No fue por eso?

- No, fue por sus excusas y… ¿En ese momento ya estaba aquí?

- Sí, acababa de llegar

Volvió a beberse el vaso de un tirón para luego llenárselo de nuevo. La miré, la chica no estaba guerrera como las otras veces que había venido, esta vez estaba abatida, se había rendido. Me dijo:

- Yo… no sé que más hacer, he follado con él todo lo que ha querido y… y no deja de venir aquí

- Ya

- No sé… no puedo más, es tuyo, has ganado

- Ay, cariño, pero si ya te lo he dicho varias veces, no lo quiero, solo me interesa de él su polla, su cuerpo

- Pues son tuyos, yo no puedo más, le he dado todo lo que ha querido

- ¿Todo? Lo dudo

- Sí, todo el sexo

- Pero el sexo hay que sentirlo, nena, y me parece que tú no lo sientes ¿Te has corrido alguna vez con él?

Ella me miró ofendida y dijo:

- Claro que me he corrido

- ¿Seguro? Lo dudo

- Serás…

- Zorra, sí, creo que eso ya te lo dije, lo soy y muy contenta de serlo

Ella se calmó volviendo a su abatimiento y le dije:

- Creo que tú le das lo mínimo en el sexo

- ¿Lo mínimo? No te entiendo

- Dejas que él te folle pero no lo calientas

- Y tú que sabrás, zorra

- No le has dado ni tu culo ¿Verdad?

Ahora me miró con estupor y negó diciendo:

- Claro que no

- ¿Por qué no?

- Porque… porque no, eso es… es asqueroso y…

- Y le encanta

- ¿Tú… tú le dejas?

- Jajaja, no solo le dejo, se lo exijo, nena

Ella me miraba con los ojos muy abiertos. Le dije:

- Nena, a los tíos hay que calentarlos, exprimirlos, usarlos como una quiera

- Yo… yo no soy así

- Pues deberías, sé una guarra con él, todos los tíos quieren una guarra en la cama

Yolanda bebió, ahora despacio, y dijo:

- No soy así

- A ver, Santi es tu primer chico ¿No?

No dijo nada pero seguí:

- Y antes de él ¿Habías tocado polla o no?

Siguió callada y continué:

- Está claro que no… Santi ha sido tu única polla, te desvirgó y no has probado otro sexo

- Es… es mi novio, no voy con otros

- Una lástima, estás muy bien, lo tendrías muy sencillo

- No soy así

La miré unos segundos y le dije:

- No eres así porque en realidad los tíos no te atraen ¿verdad?

- No digas tonterías

- No te lo querrás reconocer, pero es así, por eso nunca te has corrido con él ni lo harás

- Déjame en paz, cabrona

Y se fue a levantar pero le puse una mano en el muslo y le dije:

- Espera, no huyas, no seas cobarde

Me miró con rabia pero seguía sin esa fuerza de las otras veces. Se dejó caer en el sofá. Le dije:

- ¿Por qué estás con Santi?

- Porque me gusta, estoy enamorada de él

- JA, no te creo

- Me da igual lo que te creas

- No sé por qué estás con él, imagino que era el chico más guapo y lo intentaste con él, y como eres una cobarde sigues con él y…

- Eres gilipollas, tía

- Mira, niña, Santi es muy bueno en la cama, pocos chicos de su edad son así de buenos, y encima con una buena polla… Si no te pone es porque pasa algo contigo

- Conmigo no, pasa contigo que no lo dejas en paz y me estás jodiendo la vida

- No, nena, ahora soy yo, pero luego será otra ¿No ves que no lo satisfaces?

- Pero es culpa tuya, yo…

- No, es porque a ti no te van los tíos y solo dejas que te folle, tú no te lo follas, guapa

Me miró con rabia pero no conseguía que se enfadara, ese día estaba totalmente rendida. Le dije:

- Prueba lo del trío que te dije

- Que no, que asco

- ¿Asco? ¿Asco por mí?

- Claro, zorra

Entonces la besé. Ella, sorprendida, no reaccionó pero luego se echó para atrás. Le cogí el vaso y lo dejé en la mesa. La volví a besar. De nuevo se echó para atrás evitándome, pero no se levantaba para irse. Me incliné sobre ella y seguí besándola. Le lamí los labios suavemente y al fin abrió la boca. Le metí la lengua y busqué la suya. Al principio no la movía pero acabó devolviéndome el beso, moviendo su lengua buscando la mía.

Tras un lento morreo de un par de minutos, le dije:

- Ven

Y me levanté dándole la mano. Ella me la cogió y se levantó. La guie hasta mi dormitorio y al darse cuenta de donde estaba dijo:

- No, tía, te odio, déjame en paz, me has destrozado la vida, eres...

La volví a besar pero ahora ella me devolvió el beso inmediatamente. Nos tumbamos en la cama besándonos mientras yo acariciaba su cuerpo. Le quité la camiseta y luego el sujetador. Admiré sus bonitos pechos, grandes, jóvenes, excitantes. Ella, tumbada boca arriba, me miraba nerviosa. Le sonreí y se levantó buscando mi boca con la suya, ansiosa.

Nos besamos mientras le acariciaba los pechos suavemente. Luego, se los besé y chupé. Yolanda gemía descontrolada, jadeando cada vez que tiraba de sus pezones con mi boca. Le quité las botas y luego, con esfuerzo, su ajustado vaquero. Me demoré besando y lamiendo sus muslos mientras veía como crecía la mancha húmeda en sus bragas blancas. Sin quitárselas, acaricié su rajita con mis dedos mientras volvía a besarla. Eché a un lado las bragas y le metí dos dedos en un coño totalmente mojado mientras ella gemía sin parar en mi boca, corriéndose casi enseguida. Luego, le quité las bragas y se lo comí, provocándole varios orgasmos hasta dejarla extenuada. Me tumbé a su lado. Yo seguía vestida y ella totalmente desnuda y agotada.

La observé, estaba con los ojos cerrados, respirando pesadamente, lamiéndose los labios. Cuando abrió los ojos me miró con lujuria. Se echó sobre mí, besándome, desnudándome, lamiéndome… Estaba demasiado ansiosa y se le notaba que era su primera vez, pero la dejé hacer. Me lo comió rápidamente, sin pausa ni cambios de ritmo, solo la guiaba el ansia. Me costó correrme pero cuando lo hice, paró y se tumbó a mi lado.

Tras fumarnos un porro sin hablar, volvimos a follar, esta vez estuvo mejor, más pausada, degustándome y observando mis reacciones. Estuvo bastante mejor aunque debía mejorar. Tras ese polvo, se levantó y comenzó a vestirse. La observé, tenía un cuerpo que daba envidia, era perfecto, sin nada de grasa, todo en su sitio… Me dijo:

- Lo voy a dejar

No dije nada. Ella continuó:

- A Santi

- Ajá

- No por… por esto… ya lo tenía decidido cuando vine

- ¿No es porque ya no te puedes engañar y sabes que eres bollera?

- No lo soy… o no sé si lo soy… No me daba asco acostarme con Santi

- Pero no lo disfrutabas

- Sí disfrutaba pero no así

- A ver si te entiendo, te habrás acostado con Santi ¿100 veces? ¿200 veces? Y nunca te has corrido, pero te has acostado conmigo una noche y te has corrido unas 10 veces, y no sabes si eres bollera ¿No? Jajaja

- Puedo ser bisexual ¿No?

- Nena, podrías serlo si te corrieras también con Santi, como yo que sí sé que soy bisexual

- No sé… No sé nada, coño, solo sé que asco no me da

- Ya

- Y si fuera bollera me debería dar asco follar con un tío ¿No?

- Prueba mañana, fóllatelo, y compara con lo de hoy

- No… no sé ¿No lo dejo?

- Eso es cosa tuya, solo digo que eres bollera

- Y tú gilipollas

Dijo enfadada. Se terminó de vestir y me miró. Me preguntó:

- ¿Puedo… puedo venir otro día?

- Claro que sí, preciosa, pero te llamaré yo, tú no vengas

- ¿Por qué no?

- Porque a mí me gusta follar con tíos, y follo bastante… Te llamaré cuando me apetezca un chochito

- Joder, eres gilipollas del todo

Se dirigió hacia la puerta pero se paró y vino a mí. Me besó y me dijo:

- No tardes en llamarme

Sonreí cuando la vi cruzar la puerta para irse. Al poco escuché como cogía sus cosas, se ponía la chupa y se iba.

Yolanda
Me metí en el ascensor y me miré al espejo. Me notaba acalorada aún. Había sido una pasada total. Había venido a decirle que dejaba a Santi y abandonaba mi competición con ella, solo eso, me sentía derrotada, fracasada. Para nada había venido a esto… o sí…. No lo sabía, Carmen me había tenido obsesionada todos estos días desde que la había conocido, no lo había entendido hasta ahora. Siempre había sabido que había algo distinto en mí, que no disfrutaba del sexo como debía hacerlo, y nunca me había reconocido a mi misma que me atraían las mujeres, me decía que las veía guapas o atractivas pero de una forma casual, no por interés sexual. “¿De verdad soy lesbiana? Y si lo soy ¿Por qué no me molesta follar con Santi o chupársela? Porque hacer eso me excitaba, no como hoy pero me excitaba ¿O realmente no me excitaba y lo hacía por él y darle el gusto me hacía sentir bien? Me voy a volver loca” pensé.

Entonces sonreí con tristeza porque ahora entendía a Santi y lo que él veía en ella. No había parado de pensar que ella no era más guapa o atractiva que yo, que no podía ser eso lo que tenía a Santi cautivado. Y no, no era solo que fuera guapa y atractiva, es que Carmen era puro sexo.​
 
Pues eso ...

40

Un día después. Sábado.
Carlos


Estábamos en la casa de campo y allí estábamos Silvia, Gema, Antonio y yo. Preparaba leña para la barbacoa cuando lo vi en la piscina con Silvia, arrinconándola contra la misma pared en la que le vi follarse a Rosa, y entonces me miró, y sonrió ... apreté mi mano con fuerza alrededor del tarugo de leña que acababa de coger, como si fuera su cuello ...

Creo que esto ya lo he leido, ¿Será un déjà vu ?
 
40

84 años después. Lunes.
Gema

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Pues eso ...

40

Un día después. Sábado.
Carlos


Estábamos en la casa de campo y allí estábamos Silvia, Gema, Antonio y yo. Preparaba leña para la barbacoa cuando lo vi en la piscina con Silvia, arrinconándola contra la misma pared en la que le vi follarse a Rosa, y entonces me miró, y sonrió ... apreté mi mano con fuerza alrededor del tarugo de leña que acababa de coger, como si fuera su cuello ...
Yo le tiraba la leña a la cabeza a Antonio.
 
Me voy a repetir. Ay, sí Carlos hubiera hablado con Silvia desde el primer momento, cuanto dolor, disgustos y malos rollos se hubieran ahorrado. Por qué estaba claro que Antonio no iba a dejar de follar con Rosa y si encima le da la posibilidad de un trío, apaga y vamonos; este se ha olvidado hasta de que tiene una hija.

Y por fin Carmen hizo una buena acción por alguien que no es ella. Después de esto, seguro que remonta el vuelo y se convierte en Santa Carmen.
Ja!!
 

40​

Al día siguiente. Sábado.
Carlos


Silvia salió de la piscina y dijo:

- Venga, tesorito, hora de salir

- Nooooo, mamiiiii, aún nooooo

- Pero mi vida, si ya es tarde, mira, ya casi no hay sol, se está escondiendo detrás de esas montañas

- Pero yo quiero seguir en el agua

- Y tienes frío, mira como estás, anda, sal fuera

- Noooooo

- ¿Y si nos damos las dos un bañito con agua calentita?

- Síiiii, baño, baño con espuma

- Claro… Venga, sal

Y ayudé a que saliera. Luego, salí yo. Silvia secó a Gema con una toalla y luego me miró diciendo:

- Menudo tute te has dado hoy de agua y juegos ¿Eh? Jeje

- Sí, pero mírala, aún tiene energía

- Ahora con el baño y la cena verás como cae enseguida dormidita ¿Verdad, tesoro?

- No, no tengo sueño, nada

- Eso ahora jeje, venga, vamos

Y las vi meterse dentro de la casa. Me sequé también. Antonio se había ido hacía un par de horas para ver el fútbol en casa de un amigo así que solo estábamos los tres. Fui a mi habitación y me duché. Al salir, tras vestirme, fui a su cuarto de baño y llamé:

- Silvia, voy preparando la cena

Entonces escuché a Gema:

- Caglooooo, mis patitos, pogfiiiii

- Pero es que no sé donde están

- En mi cama, pogfiiii

Fui a por ellos y volví, pero entonces me di cuenta que no podía entrar. Silvia, te los dejo aquí, bajo:

- Noooo, dámelos, dámelos

- No puedo entrar, Gema, ahora mamá los coge

- Nooooo, dámelos

Entonces Silvia dijo:

- Entra, no pasa nada

- ¿Seguro?

- Sí

Abrí despacio y vi que la bañera estaba llena de espuma y las dos metidas dentro. Silvia solo tenía fuera la cabeza y sonreía. Gema, alargando las manos decía:

- Patitos, patitos

Los puse en el agua y me di la vuelta para irme pero Gema dijo:

- No, no, juega conmigo

- No, juega con mamá

- Noooo, con los dos, ven

Y Silvia riendo dijo:

- Quédate, no me pienso mover jeje

- Vale pero me avisas cuando me tengo que ir

- Sí, tranquilo

Me senté en un taburete al lado de la bañera y empezamos a hacer juegos con los patos, el agua y la espuma. Silvia también participaba, y con Gema sin parar de moverse, a veces se veía más de la cuenta, vamos, que claramente le vi los pechos en más de una ocasión. Tras un rato, incómodo por la situación, les dije:

- Bueno, me voy ya

- Noooo, quédate a jugar

- No, que tenéis que salir ya, y tengo que ir a hacer la cena

Silvia dijo:

- Carlos, la hago yo, espera un momento y…

- No, no, me encargo yo, vosotras a vuestro ritmo

Y salí del baño cerrando la puerta.

Héctor
“Que tío más plasta” pensé por centésima vez intentando no escuchar a Chechu. Llevábamos con él desde las 6 de la tarde y no había parado de contar “batallitas” de sus viajes. Mónica estaba encantada y no paraba de preguntarle cosas, tanto que incluso lo había invitado a cenar. Y ahí estábamos, terminando la cena mientras Chechu seguía con sus anécdotas interminables.

Desde el primer momento que lo vi me había caído mal, y tras escucharlo por horas, esa opinión personal sobre él no había hecho más que empeorar. Chechu había llegado acompañado por una chica de nuestra edad bastante rellenita llamada María. Era una amiga suya y él se quedaba a dormir en su casa, por lo que nos habían dicho. Chechu, en cambio, tendría treinta y tantos años y parecía un hippie de los 70. Vivía en una comuna y tenía pinta de no haber dado un palo al agua en toda su vida. Era alto, delgado, con barba y melena rubia y tenía mucha labia. La chica, María, lo miraba embelesada, estaba claro que no era solo amiga por lo mucho que se tocaban, pero eso no había impedido que Chechu le diera un repaso completo y descarado a Mónica cuando nos habíamos presentado, el tío era un impresentable total.

Miré por la ventana, totalmente aburrido, con ganas de irme. Entonces vi a Cris en la puerta de un bar. La reconocí de inmediato. Iba con su larga melena negra suelta, sin gafas, y llevaba un vestido ajustado y corto, hasta medio muslo, que remarcaba su precioso culo. Tenía un vaso en al mano y estaba acompañada por un tipo alto y fuerte que no era su novio. Me extrañó porque el tipo se le acercaba mucho hablándole. Entonces él le puso una mano en la cintura y la acercó a él, intentando besarla, pero Cris le paró riendo ¿Estaba ligando con él? ¿Y Alberto? El tipo lo intentó de nuevo pero Cris lo volvió a parar y se apartó de él. La noté incómoda. Miré a Mónica y le dije:

- Moni, he visto ahí a Cris

- Ah, bien (sin hacerme mucho caso, escuchando al hippie atentamente)

- Voy a saludarla, ahora vengo

- Vale

Salí y fui hacía Cris y el tipo que intentaba de nuevo acercarse a ella. Dije:

- Hola, Cris

Cris se volvió al escucharme y sonrió ampliamente:

- ¡¡Héctor!!

El tipo me miró mal, enfadado por la interrupción. Cris aprovechó para apartarse de él y vino a mí para darme dos besos. Le dije:

- Estoy ahí con Moni y el de los viajes ¿Te lo presento?

Ella me sonrió y asintió. Le alargó el vaso al tipo diciendo:

- Gus, dile a Alberto y Sara que vuelvo en un ratito

Y nos fuimos. Cris me cogió del brazo y le dije bajito:

- Te he visto desde el restaurante y te he notado incómoda, espero no haber metido la pata

- Que va, al contrario, que tío más plasta, lo tenía controlado pero me vienes genial para deshacerme de él jiji

- Ah

- Es un amigo de Alberto, y como cuando salimos con ellos Sara es la novia y yo la amiga, éste quería ligar conmigo

- Ya ¿Y no te gusta?

- ¿Gus? Está bien pero tengo pareja… bueno, parejas, y no soy infiel, no soy así

- Entiendo

- Y claro, paso totalmente de él, pero el tío hoy no parecía enterarse de nada

No dije nada y ella continuó:

- He salido a que me diera el aire, estaban ahí con las pastillas y no tenía ganas, y Gus me ha seguido e intentado convencer de que me tomara una para luego enrollarse conmigo, pero paso de ambas cosas

Nos paramos en la puerta del restaurante y dijo:

- ¿Ese es el de los viajes? (Señalando con la cabeza hacia la ventana donde se veía la mesa donde estaban Mónica y Chechu)

- Sí, ese también es un plasta, pero no de ligar, de hablar por los codos

- Jeje

- Es un vago, me parece

- ¿Por las pintas?

- Por lo que nos ha contado

- Está bueno

- Pufff

- Jajaja, tranquilo, Moni solo tiene ojos para ti

- No es eso, no temo por eso

- ¿Entonces?

- Temo las ideas que le mete en la cabeza a Mónica, está tonta con lo que le cuenta de viajes y forma de vivir

- Ah

- A ella le molan esas cosas

- Y a ti no

- Para nada

- ¿Y la chica?

- Una amiga de él, o algo más, no sé

- Bueno, preséntamelos, anda

Y entramos. Chechu, en cuanto vio a Cris la recorrió descaradamente con los ojos. La verdad es que tenía que reconocer que Cris estaba muy sexy y era normal admirarla, pero no era normal ser tan descarado y más teniendo a María a su lado. Nos sentamos y pedimos unas bebidas. Charlamos un rato hasta que Cris dijo de irse. Salimos todos fuera y dijo:

- Bueno, me vuelvo con mis amigos

- Vale

Nos dio dos besos a cada uno de despedida y, cuando me dio los míos, me dijo al oído:

- Tienes razón, es un plasta jiji

Y se metió en el bar. Vi como Chechu no le quitaba ojo al culo de Cris mientras María la miraba con mala leche y Moni me cogía de la mano y me daba un beso, feliz.

Carmen
Me paré en la puerta de la casa de la vieja. Estaba nerviosa, muy nerviosa. Me había preparado con esmero, el pelo, el maquillaje, un vestido muy escotado, tacón muy alto, medias… Estaba increíble, pero no podía evitar estar nerviosa… Nerviosa y excitada ante la noche que me esperaba. Llamé y al poco me abrió la puerta un chico negro muy alto y guapo que dijo:

- Pase

Entré y el chico me cogió el abrigo y el bolso mientras decía:

- Madame bajará en breve ¿Quiere beber algo?

- Sí

- ¿Champán?

- Sí

Me llevó al salón y me sirvió una copa. Miré a mi alrededor, estaba todo como recordaba de aquella noche solo que la mesa estaba puesta con cubiertos para dos. Tras unos minutos, llegó la vieja que me miró despectiva y dijo:

- La puta vestida de puta

- Oiga, señora…

La vieja avanzó rápidamente y me dio un guantazo para luego decir:

- Madame, puta, dirígete a mí como madame

La miré sorprendida y enfadada, no me lo había esperado, pero le dije:

- Sí, madame

- Siéntate, puta, vamos a cenar

Me senté algo cohibida, la vieja me repugnaba pero, a la vez, me atraía mucho. La noche sería larga y dolorosa, estaba segura, como también lo estaba que estaría llena de placer.

Carlos
Volví al jardín tras acostar a Gema, contarle un cuento y quedarse Silvia con ella cantándole para que se durmiera. Saqué nuestra cena y esperé a que llegara Silvia.

Tras solo 5 minutos de espera, llegó sonriendo:

- Estaba destrozada, ha caído muy rápido

- Ya

- Hoy duerme del tirón, seguro

- ¿Comemos?

- Sí, claro

Silvia llevaba una camiseta holgada y unos pantalones cortos, ropa que le daba un aspecto más juvenil. Nos sentamos y empezamos a comer y charlar. Entonces sonó su móvil y ella dijo:

- Es Antonio

Contestó. Se escuchaba ruido de fondo y Antonio dijo:

- Silvi ¿Me escuchas?

- Más o menos

- Hemos ganado

- Genial

Y me miró encogiendo los hombros, le daba totalmente igual. Antonio dijo:

- Nena, he bebido más de la cuenta, tardaré un poco en llegar, a ver si se me baja el alcohol

- Demasiadas cervezas ¿Eh?

- Sí, jeje

- ¿Tus amigos ya cortan?

- No, que va, pero ya he dejado de beber

- Nene, si quieres, quédate con ellos y duerme en casa

- ¿Sí?

- Sí, claro, no quiero que vengas borracho por la carretera

- No estoy borracho, solo es que si me paran…

- Ya, ya… Anda, disfruta de la victoria y vienes mañana

- Sí, mejor que duerma aquí, tienes razón

- Bien

- ¿Ya se ha acostado Gema?

- Sí, ya duerme

- Vaya… Bueno, nena, te dejo

- No bebas mucho

- No, estaré aquí un rato y luego a casa

- Besos

- Besos

Y colgó. Yo tenía mala cara porque no me gustaba nada que se quedara, aún no me fiaba del todo de Antonio. Le pregunté:

- ¿Le dejas que se quede solo?

- Sí, el pobre lleva muchos días currando mucho, que hoy se divierta con los amigos

La miré. Si ella supiera en qué consistía ese trabajo…

Antonio
Volví al bar y cogí por la cintura a Rosa para luego darle un beso. Ella, riendo, dijo:

- ¿Qué pasa?

- Me quedo esta noche contigo

- ¿Sí? (sorprendida)

- Ajá, le he dicho a mi mujer que estoy bebido y no quiero conducir

- Genial, cariño

Y nos morreamos intensamente. Luego paró y se fue diciéndome:

- Pídeme otra, ahora vengo

Al rato, llegó acompañada de su amiga Tere y dijo:

- Mira a quien me he encontrado por ahí

- Hola, Antonio

Entonces Rosa se me acercó al oído y dijo:

- Vamos a divertirnos un poco por aquí y luego nos vamos los tres a mi casa

La miré sonriendo.

Carlos
Terminamos de recoger todo y lavar los platos y, tras hacernos un té, volvimos a salir fuera, pero Silvia dijo:

- Hace fresquito, mejor nos sentamos dentro

Y fuimos al salón. Nos sentamos en el sofá y empezamos a beber el té pero Silvia dijo:

- ¿Y si nos tomamos mejor una copa de vino?

La miré sorprendido y ella rio:

- No sé, mi marido está bebiendo, yo también quiero jajaja

Se lo serví y empezamos a beber y charlar. Tras un buen rato, casi habíamos terminado la botella y los dos estábamos riéndonos sin parar recordando anécdotas y chismes. Entonces nos callamos y, tras un silencio de casi un minuto, ella dijo:

- Y… bueno ¿Has visto mucho?

Enseguida supe a qué se refería. Me reí y dije:

- Pues… a ver como lo digo

- Venga, dispara

- Más de lo que me esperaba y menos de lo que me gustaría jeje

- Jajaja, que conste que no ha sido queriendo, es decir, que estaba usando a Gema para cubrirme pero no paraba de moverse y la espuma se fue rápido

- Ya, ya

- Pero bueno, no sé, ha sido… no sé, bonito ¿No?

- Claro, son preciosas

- No, tonto, me refiero a que ha sido… mmmm no sé, la confianza que tengo contigo… No sé si me entiendes, me cuesta razonar con el vino jeje

- En efecto, no te estoy entendiendo

- Quiero decir que no ha sido algo sexual, que ha sido casi familiar

La miré sonriendo y ella preguntó:

- ¿Qué?

- A ver, Silvia, ver los pechos de una mujer atractiva siempre tiene algo de sexual jeje

- Jajaja, pero si estaba Gema y la espuma

- Lo sé, lo sé, pero son los pechos de una mujer atractiva, lo siento

- Jajaja, pero tú ahora estás acostumbrado a grandes pechos, los míos son poquita cosa

- ¿Y qué?

- Que te parecerán, no sé ¿Ridículos?

- Te lo repito, son los pechos de una mujer atractiva, jamás pueden ser ridículos

- Jajaja

Y me miró unos segundos con una media sonrisa hasta que dijo:

- Joe, no dejo de enseñarle las tetas a mi jefe jajajaja

- Tranquila, de eso no me vas a escuchar quejarme

- Jajaja

Tras reírse un buen rato, volvió a callarse hasta decirme:

- Bueno, y el sexo con… con Carmen ¿Bien?

- Muy bien jeje

- ¿Sí?

- Es una mujer muy… a ver como lo digo sin que se me entienda mal

- Huy, huy

- Es muy sexual, no sé como decirlo, le gusta el sexo

- Y a mí

- Ya, ya, me refiero a que… ufff, no sé, le gusta disfrutarlo a tope

- Oye, a mí también

- Pero yo llevaba más de 10 años sin sexo, Silvia, le tuve que parecer muy patético las primeras veces

- No me lo creo

- Sí, seguro

- ¿Y ha seguido repitiendo? Si hubieras estado mal, y gustándole tanto el sexo, no habría repetido ¿No crees?

- Jeje, no sé, quizás tiene mucha paciencia

- Jajaja, como eres… ¿No será que eres un buen amante?

- Lo dudo

- Pero que tonto eres jajaja

Y seguimos un buen rato de risas y confidencias hasta que dije:

- Silvia, son más de la una

Ella me miró sorprendida y dijo:

- ¿No me digas?

- Sí

- Oh, dios, pero… ni me he dado cuenta

Nos levantamos y subimos. Nos dimos las buenas noches y cada uno se fue a su dormitorio. Al rato, cuando ya estaba con el pijama, bajé para asegurarme que habíamos cerrado todo. Al subir, Silvia salía del baño y me sonrió. También iba ya en pijama, uno de pantalón corto y camisa con botones. Me dijo:

- Carlos…

- ¿Qué?

- Me lo he pasado muy bien, todos los días a las 11 estoy que me caigo de sueño y hoy ni me he dado cuenta

- El vino

- No, la compañía

- Anda ya, ha sido el vino, fijo jeje

Ella meneó la cabeza y dijo:

- No…. Carmen es una mujer con suerte… Buenas noches, Carlos

- Buenas noches, Silvia

Y se fue. Entré en mi habitación y cerré la puerta sonriendo.

Silvia
Fui a ver a Gema y luego me fui a mi habitación. Cerré la puerta y me acosté. Miré a mi lado pensando “Mierda, no le debería haber dicho a Antonio que se quedara a dormir en casa, odio dormir sola”. Además, me notaba con ganas de sexo. Intenté dormir y empecé a dar vueltas en la cama a causa del vino, la ausencia de Antonio y que me notaba excitada. Tras un buen rato intentando coger el sueño, me desesperé y pensé en bajarme a hacerme una tila o algo para tranquilizarme. Pero entonces pensé en otra cosa, en otro remedio para tranquilizarme. Me comencé a acariciar.

Carlos
No podía dormir, me notaba el estómago pesado. Al final, me levanté para bajar a tomarme algo. Salí despacio de mi habitación, sin hacer ruido. Tras unos pasos, escuché un jadeo apagado. Me quedé de piedra. Lo primero que pensé fue “Antonio ha vuelto y está con Silvia” pero no había escuchado llegar el coche ni abrirse la puerta del garaje. Miré a la puerta de Silvia, estaba cerrada. Me acerqué con curiosidad y escuché otro jadeo.

Estaba claro que Silvia se estaba masturbando. Los jadeos eran apagados pero claros. No pude moverme durante unos segundos, escuchándola hasta que conseguí reaccionar y me volví a mi habitación, cerrando la puerta silenciosamente. Me acosté pensando en Silvia, en sus jadeos. Imaginé que estaría pensando en Antonio, que lo echaría de menos.

Intenté dejar de pensar en Silvia pero todo el rato me llegaba a la mente sus pechos bajo el agua de la bañera y no podía evitar imaginarme la escena en su cama, ella tocándose, sus gemidos y jadeos. Rápidamente se me puso dura y me empecé a tocar por encima del pijama. No tardé nada en correrme sin dejar de escuchar en mi mente los jadeos de Silvia y ver sus pequeños pero excitantes pechos.

Me quedé tumbado, alucinado por la excitación que acababa de sentir. Luego, me levanté y me cambié de pijama tras limpiarme un poco en el baño.

Silvia
“Joder, joder, que pasada” pensé tras el gran orgasmo que acaba de tener. Había empezado con caricias, sin saber hasta donde iba a llegar, pero entonces me había puesto a pensar en Carlos y se me había ido de las manos, y nunca mejor dicho. Había sido algo exagerado “Joder, dos pajas que me hago desde que estoy con Antonio y las dos pensando en Carlos”. Ahora me sentía culpable y pensé que ya no me iba a dormir por sentirme así, pero caí exhausta por el orgasmo casi sin darme cuenta.​
 

41​

Al día siguiente. Domingo.
Carlos


Me levanté temprano, como casi todos los días. Tras asearme, salí de mi habitación sin hacer ruido. Pasé por delante de la habitación de Silvia y vi que ahora tenía la puerta abierta con una pequeña rendija. Miré dentro. Silvia dormía profundamente, tapada con la sábana. Estaba guapa hasta dormida. Seguí a la siguiente habitación, la de Gema, que también dormía profundamente. Me acerqué y la arropé un poco más, por las mañanas seguía haciendo algo de fresco.

Bajé a la cocina y me preparé un café. Salí al jardín a tomármelo. Me sentía mal por haber usado a Silvia como fantasía sexual siendo mi amiga. Además estaba Carmen, me sentía casi como si le hubiera sido infiel.

Silvia
Me desperté y lo primero que pensé es que me sentía bien, muy bien. Luego recordé que Antonio no estaba y eso me entristeció. Me levanté y miré por la ventana. Vi a Carlos sentado tomándose un café. Lo observé atentamente. Carlos estaba pensativo, mirando al frente. Entonces recordé la paja de la noche anterior.

Me había masturbado pensando en él pero no pensando que me follaba o algo así. No, había sido otra cosa más etérea e intensa. Y no es que tuviera problema imaginándome que Carlos me follaba, para nada, la atracción que sentía por él incluía la sexual y más de una vez me había fijado en su paquete cuando iba en bañador, pero para mí primaba lo bien que me sentía cuando él estaba cerca.

Suspiré. Naturalmente todo eran fantasías, entre Carlos y yo jamás habría nada físico y eso estaba bien. Yo no quería ni necesitaba un amante, quería un amigo, jamás cruzaría esa línea, y él tampoco, lo tenía clarísimo, era un hombre totalmente respetuoso con mi situación familiar. Y yo jamás le pondría los cuernos a Antonio, ni estaba insatisfecha ni aburrida de mi marido ni nada. Era verdad que lo hacíamos poco pero era culpa del estrés, el trabajo… no por la falta de atracción.

Me fui al baño pero antes me pasé a ver a Gema que dormía bien arropada. Sonreí sabiendo que había sido cosa de Carlos, porque Gema se movía mucho mientras dormía y siempre amanecía desarropada. Me fui al baño y luego me vestí poniéndome unas mallas y un jersey fino, tenía algo de frío.

Bajé y salí fuera:

- Buenos días, Carlos

Él se giró y, sonriendo, me dijo:

- Pero ¿Ya te has levantado?

- Eso parece

- Podrías haber aprovechado para dormir un rato más

- Ya, pero no

- ¿Te preparo un café?

- Ya lo hago yo, gracias

- No, mujer, siéntate, te lo preparo yo, que me voy a echar otro

Le sonreí. Era un hombre super atento, no estaba acostumbrada a que me hicieran el desayuno, así que al final, entramos los dos y nos hicimos los cafés casi sin hablar. Me sentía algo turbada por la paja y me costaba mirarlo sin ponerme colorada. Entonces él se rio y dijo:

- Anoche no parábamos de hablar y ahora no sabemos que decir

- Jeje, estamos aún medio dormidos

- ¿Y Antonio? ¿Ya viene?

- Pues… No lo sé, no le he preguntado… Estará aún dormido

- Ya

Antonio
Me desperté por la alarma que me había puesto en el reloj el día anterior. Miré a mi alrededor desubicado hasta reconocer la habitación de Rosa. Miré a mi lado donde Rosa dormía. Me incorporé un poco y vi también a Teresa dormida. Sonreí, la noche había sido increíble.

Me levanté con cuidado y fui al baño. Al volver, me vestí sin hacer ruido. Quería ir a casa, deshacer la cama, ducharme y cambiarme de ropa antes de ir a la casa de Carlos. Miré a la cama, las dos seguían dormidas. Despacio, les quité la sábana para verlas desnudas. Eran preciosas y excitantes. Por un momento tuve la tentación de quedarme y volver a follar con ellas pero no podía ser, ya sería demasiado. Las volví a tapar y me fui.

Mi intención era que esta sería la última vez que le ponía los cuernos a Silvia, una última vez a lo grande. Esperaba poder cumplirlo.

Silvia
- ¿Y Carmen? ¿Cuándo viene?

- Pues no lo sé, ayer cuando hablé con ella me dijo que hoy me diría, pero que posiblemente se quedaría toda la semana teletrabajando

Conseguí aguantarme una carcajada “¿Teletrabajando? Pero si todo el mundo sabe que no hace más que tocarse el coño” pensé. Era increíble como Carlos, siendo de recursos humanos, no se enterara de lo poco que hacía Carmen en el trabajo, pero también era lógico, nadie de ese departamento le iba a ir con el cuento, allí todos estaban muy tranquilos y no querían llamar la atención de recursos humanos.

Conseguí permanecer seria y asentí. Entonces escuchamos un grito:

- MAMIIIIIII

Sonreí y le dije a Carlos:

- Bueno, se acabó la tranquilidad

Subimos los dos y Gema nos recibió con besos y abrazados a los dos. Preguntó por su papi y le dije que ya mismo volvía. Luego, inmediatamente, dijo:

- ¿Vamos ya a la piscina?

- Jajajaja, pero nena, que tienes que desayunar y el sol tiene que calentar el agua

- Pero yo quiero ya

Entonces, Carlos dijo:

- ¿Qué te parece si desayunas y luego nos ponemos tú, mamá y yo a hacer una gran construcción mientras llega el calorcito a la piscina?

- Sí, sí, muy alta

- Más alta que tú

- Siiiiiiii

Sonreí mirando a Carlos. Que gran padre habría sido, que pena tan grande la suya.

Jamal
Terminé de revisar la grabación. Qué lástima que no pudiera venderla libremente porque sería un pelotazo, lo tenía claro. Había sido una noche muy completa para Carmen, con mucho dolor y humillación, sexo lésbico, sexo duro con los dos tipos, guarradas nauseabundas… La grabación terminaba con la vieja llevando a Carmen a una habitación y ordenándole hacer todo lo que le pidiera el que estaba dentro, que era el ricachón. A saber que había pasado allí porque eso no se había grabado pero Carmen salió una hora más tarde.

Miré la hora, eran las 3 de la tarde. Carmen habría llegado a su casa sobre las 4 de la noche así que imaginé que ya estaría despierta. Cogí el móvil y la llamé. Me contestó cuando estaba a punto de colgar tras esperar un rato:

- Dime, Jamal

- ¿Cómo estás, Carmen?

- Fundida

- ¿Cómo fue la noche?

- Uffff, muy movidita

- ¿Sí?

- No sé que excusa voy a darle a mi novio para no follar con él durante bastantes días porque menuda hija de puta la vieja

- ¿Tanto fue?

- Ella y dos tíos que no se cortaron nada con los golpes y el sexo, menudos cabrones

- Pero ¿No te lo pasaste bien?

- Sí, cariño, en general sí, pero ahora tengo un problema con lo de mi novio

- Ya

- En fin… Ya pensaré algo

- Bien, bien ¿Y la vieja quedó contenta?

- Yo que sé, es una cabrona, correrse se corrió conmigo y los tíos esos, pero a saber porque la tía siempre parecía enfadada

- Jeje

- Ah, y había un tercer tío, muy raro, fue al final

- ¿Raro?

- Sí, porque era viejo y gordo, no como los otros dos, y la vieja no participó, lo mismo era familia de ella o yo que sé

- ¿También te azotó?

- No, ese era un guarro de los que disfruta tocando las marcas

- ¿Solo hizo eso?

- No, me folló un par de veces, creo, no sé, ahí ya estaba destrozada y demasiado colocada

- Bueno, entonces todo bien ¿No?

- Sí, tranquilo

- Me alegro, cuando quieras vienes a por tu dinero

- Vale, cariño

- ¿Te quieres pasar ahora?

- No, me pienso tirar toda la tarde en la bañera colocándome con tu hierba jeje

- Bien, buen plan

- Chao, Jamal

- Nos vemos, preciosa

“Qué tía, mira que le gusta el sexo duro” pensé sonriendo.

Unos días después. Jueves primera hora
Cristina


Tras darle los buenos días a Carlos, fui directa a mi sitio y le dije a Héctor:

- ¿Podemos hablar?

Él me miró extrañado. Estaba nerviosa y ni le había dado los buenos días. Llevé mi silla a su sitio y le dije:

- Perdona, buenos días

- Buenos días ¿Qué pasa?

- Tengo… tengo un problema y necesito tu consejo

Él me miró aún más extrañado. Le dije:

- Es sobre… tengo que ir a hablar con Carlos y no sé como hacerlo

- ¿De qué tienes que hablar con él?

- De… quiero pedirle permiso para tener… tener otro trabajo

- ¿Cómo?

- Es que… es que con mi sueldo no nos llega a los tres y he pensado volver a trabajar por las noches en la hamburguesería o en un bar, no sé, lo que consiga antes

Vi que Héctor abría la boca y continué:

- Es que como en nuestro contrato pone que tenemos exclusividad, tengo que pedirle permiso ¿No?

- Ehhh, sí, pero no entiendo una cosa

- ¿El qué?

- ¿Por qué no trabajan Alberto o Sara?

- Es que dicen que ya trabajan preparando sus oposiciones

- ¿Sara está preparando unas oposiciones?

- Sí, las mismas que Alberto, lo ha decidido ahora y…

Me miró unos segundos, pensando. Le dije:

- Será algo temporal, mientras ellos se lo preparan, que es algo muy duro y necesitan…

- Cris, no estoy de acuerdo

- ¿Qué?

- Tú trabajas duro, igual que ellos, no es justo que solo tú tengas que trabajar más

- No es eso, ellos estudian y se preparan físicamente, yo no tengo problemas para…

- Ni ellos deberían tener problemas para trabajar un poco y ayudar

- No lo entiendes, a mí el trabajo me da igual, quiero decir, siempre he trabajado en cualquier cosa desde que me… me independicé

- ¿Y?

- He limpiado casas, he trabajado en tiendas, en bares, en… en todo menos… menos prostituirme

Lo dije queriendo hacer una broma pero Héctor me miraba seriamente y dijo:

- ¿Hacías todo eso mientras estudiabas?

- Sí

- Nunca me lo dijiste, te podría haber ayudado

- Era mi problema y sé valerme por mí misma

- Ya pero a mí no me hubiera molestado…

- A mí sí, y eso ya da igual

- No da igual, y me da más la razón, tú estudiabas y trabajabas a la vez, y ¿Ellos no pueden hacerlo?

- Mira, Héctor, no quiero sermones, solo quería saber como verías mejor que le planteara a Carlos la pregunta, pero si no quieres ayudarme, bien



Y me fui enfadada más conmigo misma que con Héctor porque había roto una de mis reglas, no contar mis problemas a otros. Entonces, Héctor me siguió y dijo:

- Espera, Cris, no te enfades

- Déjalo, Héctor, ha sido una tontería, no debería haberte contado nada

- No, no es eso

No le hice caso y encendí mi ordenador. Él insistió:

- Perdona, perdona, no debí meterme en tu vida personal, lo siento

- Da igual

- Tú… tú sabrás lo que es mejor, lo siento, de verdad

Lo miré. Estaba angustiado y me relajé. Le dije:

- Luego iré a hablar con Carlos, no pasa nada

- Yo solo… solo me preocupo por ti y que tengas que trabajar por las noches no…

- Que da igual, Héctor, vamos a trabajar

Y le di la espalda. Él, al poco, volvió a su sitio. Sabía que lo había hecho con buena intención pero no necesitaba eso ahora, necesitaba una ayuda para enfrentarme a Carlos.

Héctor
Miré a Cris que leía correos en su ordenador. Me parecía de una caradura total lo de sus… sus novios o lo que fueran, pero Cris no lo quería ver. Tenía que ayudarla como fuera. Le escribí por el chat:

- Cris, se me ha ocurrido algo

- Déjalo, Héctor

Le iba a escribir que yo le daba algo de dinero cada mes pero me contuve, sabía que ella jamás lo aceptaría. Pensé un poco más y tuve una idea. Le escribí:

- ¿Puedo ir a hablar contigo?

Ella se volvió para mirarme y me dijo:

- ¿Me tienes que pedir permiso por chat para hablar conmigo que me tienes a 2 metros?

- Es que estás enfadada conmigo

- No, no lo estoy

Me acerqué y le dije:

- He pensado una cosa

- ¿Sobre como hablarlo con Carlos?

- No

- Déjalo, Héctor, de verdad que no…

- Espera, déjame explicártelo y luego me dices

Ella suspiró y no dijo nada. Le dije:

- Verás, desde que estudiaba, yo hacía pequeños programas

- Lo sé

- Y pequeñas chapucillas en empresas pequeñas

- ¿Chapuzas? ¿Cómo?

- Sí, montar impresoras, redes,… esas cosas

- Ah

- Y les hacía a otras empresas pequeños programas para ellos

- ¿Y?

- Y tengo unas cuantas empresas que me llaman de vez en cuando para algún ajuste en los programas, o algo que se les rompe…

Cris me miró sin entender. Le dije:

- Puedo… puedo pasártelos

- ¿Cómo?

- Sí, que tú hagas ese trabajo. En su mayor parte son pequeñas cosas, me pagan por un mantenimiento aunque casi nunca hago nada, pagan por tenerme por si acaso ¿entiendes?

- Ah, ya

- ¿Cuánto… cuánto necesitas al mes?

- Mmmmm no sé, creo que con 400€ más iríamos tirando

Hice un rápido cálculo. No conseguía tanto al mes con esas cosillas pero podría poner lo que faltaba de mi bolsillo sin mucho esfuerzo, yo no tenía casi gastos ya que vivía con mis padres. Le dije:

- Ah, pues perfecto, es lo que consigo al mes con esas cosas

- Pero, no lo entiendo ¿Qué me propones?

- Que te quedes tú con esos mantenimientos

- ¿Y tú?

- Yo cada vez tengo menos tiempo… aunque tampoco es que lleven mucho tiempo, casi nunca llaman pero…

- ¿No tienes tiempo para algo que no lleva tiempo?

Me di cuenta que mi argumentación era una basura. Pensé rápidamente y dije:

- Verás, como es muy posible que me vaya de viaje, necesitaré a alguien que me sustituya y he pensado que podrías ser tú

En realidad no creía que lo necesitara. Cada empresa me pagaba una miseria por estar disponible. Si pasaba algo y no estaba en ese momento, podía derivarlos a unos colegas sin problema. Le dije:

- Te explicaría todo y te quedarías al cargo

- Pero…

- Es dinero en negro, no tendrías que decirle nada a Carlos, y es algo sencillo, de verdad, y no te va a llevar mucho tiempo, no tendrás que currar todas las noches ni nada de eso

- Pero no lo entiendo, si te lleva tan poco tiempo, sigue haciéndolo tú y en tus vacaciones te ayudo

- Pero es que…

Pensé rápidamente y no se me ocurría nada. Le dije:

- Cris, es que te quiero ayudar, no quiero verte cansada por las mañanas y… y…

Ella me miró de una forma extraña. Pensé que se iba a enfadar pero dijo:

- Oh, pero es que… es que es tu dinero y…

- Cris, yo no estoy apurado de dinero, déjame ayudarte de esta forma, por favor

- Pero es que… es que me parece aprovecharme, no me parece bien

- Cris, somos amigos y los amigos están para ayudarse, al menos así lo veo yo

- Pero es que yo jamás te he ayudado, siempre me ayudas tú, soy una mierda de amiga aprovechada

- No, para nada, sé que tú también me ayudarías si lo necesitara

Entonces escuchamos a Mónica saludar a Carlos y le dije:

- No le digas nada a Carlos y espera a esta tarde, nos quedamos un rato y te muestro el trabajo y decides ¿Vale?

Y me retiré a mi sitio. Mónica entró saludando y me dio un beso para luego irse a su sitio. Vi que Cris me miraba desde su sitio sin decir nada. Mónica dijo:

- ¿Un café? Me duermoooo jajaja

Y nos levantamos y fuimos a la cafetera. Cris me dijo:

- Vale, lo vemos luego

- Bien

Mónica nos miró y preguntó:

- ¿Qué vais a ver?

- Cris… Cris me va a hacer un favor

- ¿Cuál?

- Me va a ayudar con unos programas

- Ah, yo también te ayudo

- No, es que son para cuando estemos de viaje, son clientes míos

- Ahhh, los que les haces programas y te llaman

- Sí, esos

- Pero si dijiste que…

A Mónica le había dicho que se los dejaría a unos colegas y por eso intervine rápido:

- Sí, que necesitaba ayuda y he pensado que Cris me puede ayudar ¿Verdad, Cris?

Ella nos miró y dijo:

- Aún no sé si podré

- Seguro que sí, no es nada complicado

Mónica dijo contenta:

- Genial, así no llaman a Héctor cuando estemos en medio de ninguna parte en el viaje jiji

Carlos
- Hola, Carmen ¿Cómo estáis?

- Bien, cariño, cansada de estar aquí pero mi madre me sigue necesitando

- Lo entiendo, no pasa nada

- Entre ella y el trabajo, ando un poco estresada

- Vaya

- Mira la hora que es, las 10 de la mañana y no he parado

- Tienes que bajar el ritmo

- Ya, díselo a mi madre y a mis compañeros, que son unos inútiles sin mí

- Bueno, si quieres hablo con Patricia y…

- No, no, solo me quejo por vicio jeje, pero mejor así, que odio estar sin hacer nada

- Ya

- Espero volver la semana que viene, cariño, y vete preparando, voy a llegar muy, muy caliente jeje

- Jajaja, no me asustes

- Sí, mejor que estés asustado, te voy a comer enterito jaja

Se me estaba haciendo largo el tiempo sin Carmen. Además, estaba deseando verla para darle su regalo, ya habían llegado los coches y estaba deseando ver su reacción y ver si no me había equivocado con el color. Había cogido el mejor modelo y costaban un dineral pero merecía la pena. El mío era negro y el de ella rojo, pero seguía dudando si hubiera sido mejor otro color. Le dije:

- Tengo una sorpresa para ti

- ¿Sí?

- Creo… Espero que te guste

- Mmmm, seguro que sí, cariño

- Oye, cariño, te tengo que dejar, que me llama mi madre

- Vale, te echo de menos

- Yo más, un beso enorme, amor

- Besos

Y cortamos. Estaba deseando que volviera.

Carmen
Cerré el portátil y fui a la puerta. La abrí y vi a Yolanda. Como llevaba toda la semana sin sexo por culpa de las marcas, esa mañana me había levantado cachonda perdida. Había dejado a Daniel en la guardería y, mi primera intención había sido llamar a Santi pero luego me lo pensé mejor, no me hacía gracia que me viera así. Luego pensé en Yolanda, con ella me daba igual y, además, como seguía con el culo y el coño un poco irritados, era hasta mejor. Le había mandado un escueto mensaje:

- Ven

Ella respondió rápidamente:

- ¿Cuándo?

- Ahora mismo

Y la chica se había dado prisa. La metí dentro de casa y la besé. Yolanda me devolvió el beso con ansia. La llevé al dormitorio y cuando me desnudé ella me miró con los ojos muy abiertos:

- ¿Qué.. qué te ha pasado?

- Nada

- Pero…

- Cómeme las tetas, zorrita

Ella obedeció y follamos durante un buen rato. Al terminar, nos quedamos las dos tumbadas recuperándonos. Luego, me incorporé y encendí un porro. Ella me miraba y le dije:

- Ahora sí puedes preguntar

- ¿Qué es eso?

- Pues una noche loca de sexo

- Joder ¿Te han… pegado?

- Me han azotado, nena

- Joder

Le pasé el porro y ella lo cogió, fumó y tosió. Le pregunté:

- ¿No sueles fumar?

- No

- A Santi le gusta

- A mí no demasiado

- Pues fuma, relaja un montón

Ella volvió a darle una calada y me pasó el porro. Luego dijo:

- Jamás dejaría que un tío me hiciera eso

Me reí y le dije:

- Fue una tía

- ¿En serio? (con los ojos muy abiertos)

- Ajá, una hija de puta

- Pero… pero ¿Te lo hizo a la fuerza?

Me reí con ganas y le dije:

- Lo gocé como una perra, cariño

- Joder pero debe doler

- Ya te digo pero es dolor y placer, es algo… algo extraño pero me pone como una perra

- ¿Te… te corriste?

- No te haces una idea, pequeña

- ¿Más… más que conmigo?

- Jajajaja, claro que sí, nena

Ella se quedó pensativa y le volví a pasar el porro. Fumó y me preguntó:

- ¿Trabajas?

- Sí

- ¿Estás de vacaciones?

- No

- ¿Entonces? ¿Tienes turnos?

- No, cariño

- No lo entiendo

- Soy jefa y ahora mismo me estoy tomando un descanso

- ¿Trabajas desde casa?

- Esta semana sí

- Oh, que guay

- ¿Tú trabajas o estudias?

Ella negó la cabeza. La miré hasta que dijo:

- A veces ayudo a mi madre en la tienda

- ¿Y no estudias?

- No, se me da muy mal

- Ah

- Nada se me da bien

- Bueno, cariño, yo haré que seas buena comiendo coños

- ¿No lo hago bien?

- No, pero aprenderás, necesitas practicar jeje

- ¿Ves? No hago nada bien

- Algo se te dará bien

- Que va

- ¿Qué quieres hacer en la vida?

- No sé

- ¿No tienes ningún plan?

- Me… me gustaría ir a Francia o Alemania a aprender esos idiomas

- ¿Y a Inglaterra no?

- Bueno, también pero ya sé inglés

- ¿Ves? Algo que se te da bien, los idiomas ¿No?

- Sí, quizás, pero es una tontería

- ¿Por qué?

- Nunca tendré el dinero para irme a vivir fuera

La miré, la chica era guapísima y muy sensual, podría tener la vida resuelta si pescara a un tío con pasta, pero le faltaba ambición. Entonces caí en una cosa:

- Santi no me ha escrito llorando así que supongo que no has roto con él

Yolanda negó con la cabeza. Le pregunté:

- ¿Has seguido follando con él?

Asintió y me reí diciendo:

- ¿Y sigues pensando que eres bisexual?

- No dije que lo fuera, solo que podría serlo

- ¿Te has corrido con él estos días?

- Sabes que no

- Jajaja

- No tiene ni puta gracia

- ¿Y cuántas veces te has corrido ahora?

- Mmmm cinco o seis veces

- ¿Y por qué no rompes?

- No he visto el momento, pero romperé

Entonces me acordé de otra cosa y le pregunté:

- ¿Es la primera vez que alguien te ha metido un dedito por el culo?

- Sí

- Y te ha gustado

- No sé

- Jajaja, pero si te has corrido, nena

- Pero no por eso

- Chica, te debes soltar más, debes disfrutar y no negarte a ti misma placeres por tus prejuicios

- Pero no es eso, es que es algo… algo asqueroso

- Vale, pues no te meteré más el dedo por detrás ¿Contenta?

- No… no sé

Me incorporé y busqué en mi mesilla. Me incliné sobre ella y saqué la lengua para ponerme una pastilla en ella y tragármela. Luego, le enseñé otra pastilla y le dije:

- Saca la lengua

- ¿Eso qué es?

- Una pastillita

- ¿Drogas?

- Sí, nena

- Yo no tomo

- Esto no es nada

- ¿Qué hace?

- Te ayudará a relajarte

- Estoy relajada

- No, estás tensa y necesitas dejar atrás tus prejuicios

Ella me miró y a los pocos segundos, sacó la lengua. Le puse la pastilla y la tragó. Le dije:

- Bien, a ver, enséñame la lengua

La volvió a sacar y se la lamí. Le dije:

- No tengo que ir a por mi hijo hasta las 2 así que hoy vas a aprender muchas cosas, nena

- ¿Y… y tu trabajo?

- Que le den por culo a mi trabajo

Y la besé con ansia.

Cristina
Miré a Héctor que me estaba explicando las cosas que hacía para esos clientes. Estábamos solos en la oficina. Mónica y Carlos se habían ido y nosotros nos habíamos quedado para que él me enseñara esto.

Cuanto más me enseñaba, más claro veía que no podía aceptarlo, eran cosas que él hacía sin ningún esfuerzo y dármelas a mí era perder dinero. Le paré y le dije:

- Héctor, te agradezco en el alma lo que estás intentando hacer pero no puedo aceptarlo

- ¿Por qué?

- Porque esto es ya demasiado, siempre me he aprovechado de tu amistad pero esto ya es demasiado

- No, no te aprovechas de nada

- Por favor, Héctor, que los dos sabemos perfectamente que si no llega a ser por ti y tu ayuda durante todos los cursos, yo no estaría aquí

- Pero lo estás, tú has aprobado sola, yo no te he hecho exámenes

- Ya pero…

- Vamos a probar, Cris, desde hoy, solo probarlo

- Pero…

- A partir de hoy, cualquier tarea que llegue te la paso y la haces tú, y claro, el dinero para ti

- Pero que no, que te va a costar más trabajo ayudarme a mí que hacerla tú mismo, no es justo

- Me da igual, Cris, quiero ayudarte… Si no es así, me dejas que te dé el dinero

Lo miré escandalizada. Le dije:

- Ni hablar, te has vuelto loco

- Pues lo hacemos así

- Pero si esto es…

- Por favor, probamos estos meses y hasta que volvamos del viaje, luego hablamos, pero vamos a probar, hazme ese favor

- No puedo…

- Nunca te he pedido nada, Cris, pero esto sí te lo pido

- Pero si el favor es para mí, no intentes confundirme jeje

- Ya, lo sé, pero quiero decir que me harías feliz ayudándote, me ha dejado hecho polvo saber que cuando estudiabas currabas tanto en otras cosas, no sé como sacabas tiempo para todo

- Ya, bueno, eso era mi problema

- Ahora estás bien, te veo feliz, si te pones a currar de noche no lo vas a estar, lo sabes, y no puedo quedarme con los brazos cruzados viéndote mal, no puedo

Lo miré conmovida. Nadie hacía esas cosas por mí. Le dije:

- Siento haberme enfadado esta mañana

- No pasa nada, tenías razón, me he metido donde no me llamaban

- No, tenías razón en parte, me enfadé porque anoche yo me enfadé con Alberto y Sara por eso mismo y discutimos

- Ah ¿Y qué pasó?

- Les dije que solo con mi sueldo no podíamos pagar la casa, la comida, los medios de transporte, el gas, la luz, internet, salir… Son demasiados gastos, pero ellos… ellos nunca han tenido problemas económicos y no lo ven. Me enfadé porque esperaba que Sara también trabajara pero no quiere, quiere estudiar y… Pues eso, discutimos

- Pero al final ¿Quedasteis en que tú ibas a trabajar más?

- Les dije que probaríamos a apretarnos el cinturón y a buscarme un empleo extra, siempre que ellos estudiaran de verdad

- Ah

- Y bueno, eso, probaremos, pero tengo mis dudas

- Ya

- Y esta mañana lo viste igual que yo, siento haberte dicho eso, me puse a la defensiva y…

- No pasa nada

- Sí, sí pasa… Y ahora me vienes con esta idea que claramente es un abuso por mi parte

- No lo es

- Sí lo es, Héctor, tan tonta no soy

- Nunca he dicho…

- Lo sé, lo sé, pero es que… Joe, no me siento así de bien cuidada en casa, y eso me apena pero a la vez me alegra por mi gran suerte de tenerte como amigo

Lo miré, estaba realmente conmovida, me notaba a punto de llorar. Entonces, Héctor, sonriendo, dijo:

- Nada, Cris, si es una tontería

- No lo es, para mí no

- Entonces ¿Trato hecho? ¿Te traspaso todo esto?

Y me alargó la mano para estrechárnosla. La miré y pasé de ella, besándole en la mejilla y abrazándolo. Le dije:

- Gracias, Héctor, espero ser algún día tan buena amiga como lo eres tú​
 

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