Compañeros

Mientras silvia esté con Antonio olvídate del tema. Y mientras tanto, antes se follara a Carmen.
Vamos, que nada de liarse con Silvia.
Al momento en que Carlos pueda llegar a contemplar a Silvia como una opción válida, este tiene que tirar de pastillitas azules para que se le levante.
“Al tiempo” puede ser mucho tiempo.
 
Me da la sensación de que, en general, esta forma de presentar a los personajes que he utilizado en este relato no ha gustado demasiado. Me parece que la mayoría de los lectores prefieren que el relato avance e ir conociendo poco a poco a los protagonistas. ¿Y en qué me baso para esta "sensación"? Aquí la mayoría me habéis dicho que os ha parecido bien, pero en TR las valoraciones, sin ser malas, son más bajas que en mis otros dos relatos que publiqué ahí.

Bueno, ha sido un intento de hacer algo diferente, de todo se aprende :rolleyes:

Lo primero de todo, una alegría leerte de nuevo! Gracias por todo tu esfuerzo!

No escribo nunca 😅 pero viendo tu duda con la forma de empezar la historia, me animo:

Creo que ha sido diferente a los relatos anteriores y demuestra que tienes ganas de sorprender, no estancarte y evolucionar. Particularmente me ha gustado mucho. Reconozco que incluso en el cine me gusta esta herramienta narrativa.

Estoy deseando leer mucho más! Justo he descubierto el hilo hoy y empiezo el capítulo 6.

Gracias de nuevo!
 
Me está encantando este relato, con sus historias en paralelo, su aproximación a la "diversidad" de la naturaleza humana y su formidable manera de crear "ambientes" con la palabra de los protagonistas.

Es una de mis ilusiones del día, encender el ordenador, seleccionar el capítulo del día, imprimirlo y sentarme a leerlo cómoda y tranquilamente, con una infusión caliente, para disfrutarlo, sin prisas, "escuchando" con atención cada expresión de los personajes.

Gracias, @FranRel

¿En serio te lo imprimes y todo? ¿Y te pones a leer el capítulo con ilusión? Joe, es todo un halago, muchas gracias.
 

12​


Al día siguiente. Domingo
Silvia


Me levanté temprano y fui a la habitación de Gema, que dormía plácidamente. Estos días en la casa de Carlos le estaban sentando genial. Como no paraba, se acostaba rendida y dormía del tirón, cosa que era una bendición.

Luego, fui al baño antes de bajar a la cocina y hacerme un té, tras lo cual, salí al jardín a tomármelo tranquilamente. Se notaba que ya empezaba a refrescar y me había puesto una rebeca. Pensé en lo contento y animado que estaba Antonio cuando nos fuimos a la cama. Había pasado un buen día con sus amigos y luego, por la noche, con la barbacoa con Carlos. Y quiso sexo, claro, lo normal, follarse a su mujer tras un buen día. Y de nuevo no pude excitarme.

Estaba empezando a agobiarme con este tema ¿Sería posible que a los 33 años fuera ya frígida? Siempre me había gustado el sexo, y no había tenido problemas para excitarme, al contrario, solía mojar las bragas con solo una caricia oportuna de Antonio. Pero no, ahora no había forma. Y lo había intentado, me había acariciado mientras se la chupaba, y luego había probado varias posturas, él encima, yo encima, a 4… pero nada. Al final, cansada y agobiada, empecé mi teatrillo de gemidos y frases calientes para que se corriera. Esta vez se corrió sobre mi culo, ni para algo útil había servido el polvo… Bueno, sí, Antonio cayó rendido y se durmió al instante. Al menos él sí se había sentido satisfecho con el polvo.

Suspiré impaciente porque no podía esperar para mi revisión ginecológica, “Como me pase algo serio ahí abajo me va a hundir del todo” pensé desanimada. Entonces escuché ruido en la cocina y giré la cabeza. Era Carlos. Me cambió totalmente el ánimo y le sonreí saludándole. Salió al poco con una taza de café:

- Buenos días, Silvia

- Buenos días, te has levantado temprano

- Sí, pero lo mío es por la edad, lo tuyo es lo que tienes que mirar, necesitas descansar más

- Ya

Se sentó a mi lado y dijo:

- Hace fresquito, ya mismo no hará tiempo de piscina

- Lo sé, Gema se pondrá muy triste

- Ya tengo pensadas otras cosas para ella, no se va a aburrir, tranquila

Sonreí, ese era Carlos, siempre pensando en los demás. Me dijo:

- Estabas muy pensativa

- Sí, pensando en mis cosas

- Claro

Lo miré y no pude contenerme. Le dije:

- Pensando si me he vuelto frígida o no

Carlos puso los ojos en blanco y dijo:

- Mira que últimamente te gusta irte por el peor de los caminos

- Ya, ya, pero es que…

Miré hacia atrás y dije muy bajito:

- Anoche lo volvimos a hacer y fue otro desastre

Carlos
La miré sin entenderla. Lo que yo había visto era una mujer gimiendo excitada, no a una frígida. Y para nada me pareció un desastre de polvo. Pero claro, no se lo podía decir. Ella suspiró y dijo:

- No sé como te cuento estas cosas

Nos callamos unos segundos, quería cambiar de tema pero no pude evitar preguntar:

- ¿Y Antonio que dice?

- ¿Sobre el sexo?

- Sí

- Nada, él no se entera de nada

Lo miré sin comprender. Ella dijo:

- Las mujeres tenemos mmmm métodos para que todo parezca que va bien

Me quedé pasmado ¿Todo lo que había escuchado y visto era fingido? Pues era una actriz de primera. Ella continuó:

- Lo que me faltaba sería eso, que él pensara que no quiero sexo con él

- Entiendo que es algo general

- Claro, es que ahora no pienso en sexo, no que él no me atraiga ¿Entiendes?

- Sí, sí

- No sabes las ganas que tengo de mi revisión, pero como me encuentren algo ahí abajo, me muero

- Mujer, que negativa, sabes que todo esto es el estrés que has tenido, que ha sido enorme

- Eso espero, eso espero

- ¿Cuándo la tienes?

- El miércoles

- Me contarás ¿No?

- ¿Si soy oficialmente frígida o no? (con una sonrisa triste)

- Ahora la tonta eres tú, lo sabes

Me miró con una sonrisa triste. Le dije:

- Mira que te gusta ahora el drama, con lo positiva que eres siempre

- No soy ni positiva ni negativa, solo realista, y es una posibilidad que me pase algo ahí abajo, no sabes tú lo sec…

Vi que se sorprendía y como decía luego:

- En fin, que no estoy bien ahí abajo, algo me debe pasar

- Puede ser cualquier tontería, incluso que te falte alguna vitamina o tus hormonas o algo así… cuando las mujeres dejáis de tomar la píldora tenéis cambios hormonales ¿No?

- Dejé de tomarla hace semanas

- Pero te puede estar afectando ahora, y eso se arreglaría fácilmente con otras pastillas ¿No?

Me miró y sonrió diciendo:

- Es una opción más tranquilizadora

- Pues eso, no te vayas a la más negativa, en unos días lo sabrás y ya verás, te lo echaré en cara y nos reiremos de tu aprensión

- Serás tonto (sonriendo)

Cristina
Estábamos desayunando los tres juntos. Me había levantado la primera y me había duchado ya. Luego llegó Sara vestida con una camiseta. Se sentó y dijo que tenía sueño. Al poco llegó Alberto, ya vestido. Les preparé el café y el desayuno. Les pasaba las tostadas a cada uno. A Sara con mermelada de fresa. A Alberto con mermelada de melocotón. Luego me hice la mía, mitad y mitad, me gustaban las dos.

No hablamos mucho, estábamos cansados. Cuando terminó, Alberto se despidió de nosotras con un pico a cada una. Se iba con sus amigos. Nos quedamos Sara y yo en la cocina, terminando el café.

De repente, Sara preguntó:

- Cris ¿Te van las tías?

- No

- ¿Seguro?

- Sí

- Es que ayer… no sé

La miré sin decir nada. Ella continuó:

- Joder, que le pones ganas, que me he corrido dos veces con tu lengua

- Ya

- No sé como lo haces, a mí me cuesta

- Pues me besas y tocas bastante

Ella me miró pensativa y asintió:

- Eso es verdad, eso no me cuesta, pero tía, comértelo, no sé, es como si… como si fuera un límite

- Pues anoche lo hiciste un poco

- Ya, cuando me volviste loca… joder, tía ¿Cómo lo comes tan bien? Deberías enseñar a Alberto

Y nos reímos. Me levanté y empecé a recoger. Sara no se movió, solo me miraba. Luego, empecé a lavar los platos y tazas. Entonces dijo:

- Joder, creo que nunca me había corrido tan seguido, me dejasteis muerta

- Ya te vi

- Fue… Fue alucinante

Seguí a lo mío. Entonces me dijo:

- Al fue un guarro, mira que correrse de esa forma

- A mí no me molesta

- A mí tampoco pero, no sé, muy porno ¿no?

- No sé

- Cuando nos hemos despertado y estabas en la ducha, se lo he dicho

- ¿El qué?

- Que es un guarro

- ¿Por la corrida en nuestras caras?

- Sí, y querer que nos besáramos de esa forma

- Bueno, no estuvo mal ¿No?

- No sé… y me ha dicho una cosa

- ¿El qué?

- Que nos faltó besarnos con su semen

Me giré para mirarla porque no la entendía:

- ¿Cómo?

- Ya sabes, con su semen en nuestras bocas, besarnos así

- Ah, bueno… vale, la próxima vez lo hacemos

- ¿Sí?

- Por mí sí ¿No quieres?

- No sé… Tía, parece que todo te gusta

- Me gusta que esté contento, y no me molestan esas cosas

Me volví a girar para seguir con los platos. Entonces escuché que se levantaba y se ponía detrás mía. Me preguntó:

- ¿Hoy comemos aquí o salimos?

- Lo que quieras

- Estoy molida, aún me duelen los pies

- A mí también

- Pues entonces mejor nos quedamos en casita y haces algo bueno para comer ¿Vale?

- Sí, no hay problema

- Genial, me voy a dar un baño, hoy solo con una ducha no me vale

- Bien

Y entonces me giró la cabeza y me dio un pico, para luego guiñarme un ojo. La miré sorprendida mientras se iba.

Carmen
Esa mañana me había levantado de buen humor pero pronto se me echó encima la casa. Debería limpiar y hacer algo de comer pero odiaba limpiar y cocinar. Era de las cosas que echaba más de menos de vivir con mi ex, la chica que teníamos en casa.

Cogí la escoba y barrí un poco pero pronto me desesperé, eso no era para mí. Saldría a dar un paseo y a comer fuera. Me puse un vestido de verano con falda amplia y sin mangas, hacía un día magnífico y me apetecía tomar un poco el sol.

Cuando estuve en la calle dudé indecisa. Me fastidiaba ir sola a los sitios, y me parecía muy triste comer sola. Cada vez me urgía más tener a un tío que me mantuviera y me llevara a sitios. Hablando con Patri ya tenía echado el ojo a un par de directores con pasta pero ambos estaban casados. Tenía claro que no sería problema follármelos, pero sí sería largo y tedioso el convencerlos para dejar a sus mujeres y estar conmigo, y eso no podía ser, necesitaba algo más rápido.

Pensé en el dinero, últimamente me sentía agobiada por él, y no estaba acostumbrada a eso, nunca le había echado mucha cuenta al gasto pero ahora sí me preocupaba. Tras la fiesta de anoche, me quedaban menos de 200€ de los 6.000 de la arpía. Suspiré, que caro era todo lo divertido.

Fui al parque y me senté en un banco al sol. Me puse a revisar mis contactos en el móvil. Vi el de Carlos y pensé unos segundos. Seguro que lo convencería sin problemas de llevarme a un buen restaurante, pero no tenía muchas ganas de su conversación aburrida. Lo descarté enseguida. Seguí revisando. Tenía muy pocas amigas, poquísimas porque “normalmente las tías me odian, putas envidiosas”. Podría llamar a Patri, me había comentado muchas veces de invitarme a su casa. Podría hacerle más la pelota pero era un domingo fantástico, no quería estropearlo con esa petarda.

Seguí revisando. Casi todos los tíos que tenía en mis contactos tenían familia y estarían de domingo familiar. Pensé en Santi, estaría bien por echar otro buen polvo pero no para ir a comer, el chico tenía una conversación ridícula, y tampoco me apetecía que la gente pensara lo mismo que el taxista de la noche anterior.

Suspiré mientras guardaba el móvil. Definitivamente necesitaba a un hombre. Cerré los ojos y tomé el sol. Luego, me levanté y me senté en un restaurante cercano donde comí sola, todo tristísimo. Al terminar, pensé que hacer esa tarde hasta que mi ex me trajera a Daniel.

Mi primer impulso fue llamar a Santi pero entonces recordé otra cosa. Me había quedado sin pastillitas y anoche las había tenido que pillar en la disco y me habían salido por un ojo de la cara, carísimas. Iría al local de Jamal, él siempre me hacía un buen precio, y quizás le echara un polvo.

Lo llamé para ver si estaría. Me confirmó que sí y volví a casa para coger mi coche ya que su casa estaba lejos. Al llamar a su puerta me abrió una mulata que no conocía. Le dije:

- ¿Está Jamal?

- ¿Eres Carmen?

- Sí

- Pasa, pasa, dice que ya sabes donde es… Ahora viene ¿Quieres tomar algo?

- Un té, gracias

La chica me lo trajo al momento y me lo tomé en la habitación de los cojines y almohadones. Jamal llegó un buen rato después disculpándose. Lo miré, venía de follar. Me fastidió. Se sentó y llamó a la mulata:

- ¡¡Yanet!!

La chica llegó de inmediato. Él le dijo:

- Tráenos más té

Cuando la chica se fue, lo miré y pregunté:

- ¿Nueva?

- Sí, bueno, nueva aquí, no en el negocio (sonriendo)

- Es guapa

- Mucho, y muy solicitada

Tras traernos el té, Jamal lo sirvió y preguntó:

- ¿Qué tal tu culo?

Lo miré extrañada ¿A qué venía esa pregunta? ¿Sabía lo de anoche? Él sonrió:

- Me refiero a la sesión sado del sábado pasado

- Ah, eso… nada, nada, todo bien

- ¿No te marcaron?

- No, ya te lo dije

- Bien, bien

Bebimos en silencio. Entonces le dije:

- Vengo a por más pastillitas

- Esta vez no serán gratis

- Imagino

- ¿Cuántas quieres?

- Dame... espera

Miré en mi bolso, me quedaban 150€. Suspiré. Le dije:

- Dame 100€

- ¿Solo?

- Pórtate bien, que ya sabes lo buena clienta que soy

Él rio y dijo:

- ¿Quieres fumar?

- ¿Aún te queda hierba del otro día?

- No, esa voló, ya te lo dije ¿Te queda a ti?

- Sí, no demasiada pero sí, ya mismo tendré que venir

- Llévate ahora

- No, hoy no, estoy tiesa

Me dio otra bolsita de pastillas y le di los 100€. Vi que había sido generoso y le sonreí mientras la guardaba en mi bolso.

Entonces Jamal cogió una cachimba que tenía al lado y la encendió. Fumamos tranquilamente, charlando de tonterías. Me relajé de inmediato. Jamal me preguntó:

- ¿Estás saliendo con alguien?

- ¿Saliendo? ¿De forma seria?

- Sí

- No, pero me gustaría

- ¿Y de forma no seria?

- Tengo a un… a un chico

- ¿Chico?

- 18 añitos

- Joder, Carmen, no sabía que te iban tan jovencitos

- No sé, folla bien, y tiene una buena polla

- Jajajaja

- Anoche casi me rompe el culo, por eso antes me ha extrañado tu preguntaba

Jamal se partía de risa y dijo:

- Creo que tu culo aguanta cualquier polla

- Sí, eso es cierto

Los dos riéndonos más de la cuenta gracias a la hierba. Entonces le pregunté:

- Esa mulatita ¿Es buena?

- Mucho

Me miró sonriente y preguntó:

- ¿Quieres que la llame?

Asentí. Jamal gritó:

- Yanet, ven

La chica apareció al momento. Jamal le dijo:

- Siéntate con nosotros

Ella lo miró entendiendo y se sentó al lado mía. Le di para fumar. Ella miró a Jamal que asintió. Aspiró con fuerza y luego se me quedó mirando. Le acaricié el pelo ondulado y le dije:

- Me gusta tu pelo

Ella sonrió y puse mi mano detrás de su cuello y la acerqué a mí. Me dio un beso lento, con mucha lengua, que me pareció que duraba una eternidad y no quería que acabara. Repetimos el morreo varias veces, la chica sabía besar. Noté su mano acariciándome un muslo y abrí mis piernas. Ella, inmediatamente, me acarició por encima de las bragas sin dejar de besarme.

Cuando paramos, ella sonriente se movió para colocarse entre mis piernas. Me quitó las bragas y comenzó a comérmelo suavemente. Vi como Jamal nos miraba excitado pero sin intervenir. La chica lo comía de muerte, sin prisas pero sin pausa. La dejé hacer varios minutos hasta que le apreté la cabeza contra mi coño y ella empezó a darse prisa. Me corrí casi de inmediato, un orgasmo intenso pero rápido.

Yanet se incorporó y me miró sonriente. Busqué mi bolso y le di mis últimos 50€:

- Gracias, guapa

Ella se los guardó en el escote y miró a Jamal. Él hizo una seña para que se fuera. Le dije a Jamal:

- ¿Quieres follar?

- No, gracias, hoy voy servido y aún tengo que cumplir

- Que solicitado

Él sonrió. No estaba molesta, yo también estaba servida con esa comida de coño tan fabulosa. Me levanté para ponerme las bragas, con intención de irme. Entonces Jamal dijo:

- Espera, no te vayas aún

- ¿Por?

- ¿Tienes prisa?

- No especialmente

- Vamos a charlar un poco más

Me volví a sentar y lo miré. Él dijo:

- ¿Andas mal de dinero?

- Temporalmente, muchos gastos con la casa nueva

- Ya… Si te hace falta dinero, ya te comenté que aquí sería fácil conseguirlo

Lo miré interesada. Él se dio cuenta y sonrió. Le dije:

- Pero cariño, sabes que no soy puta

- Pero te encanta zorrear

- Eso sí (sonriéndole con lascivia)

- Entonces ¿Qué hay de malo en zorrear y llevarte un dinerito?

- ¿Y de qué dinerito estamos hablando?

Me sonrió ampliamente. Dijo:

- Pues depende de varias cosas

- ¿De qué?

- De los servicios que quieras dar

- ¿A qué te refieres?

- Si harías anal, tríos, sado, lluvia dorada… hay muchas perversiones por las que se pagan bien

- Ah, bueno, sabes que no tengo problemas con esas cosas pero veo bien que no vayan en el lote “básico”

Le dije sonriéndole con picardía. Él rio y dijo:

- Claro, claro

- ¿Y qué más?

- Hay que tener en cuenta tu edad, Carmen

- Cariño, sabes que follo mil veces mejor que cualquiera de tus putitas

- Lo sé, pero lo más demandado son chicas jóvenes

- Imbéciles

- Pero algo te puedo encontrar

- ¿Por cuánto?

- No sé, digamos ¿500?

- Una mierda, no me abro de piernas por menos de 1.000

- Pero cariño, ten en cuenta también mi comisión, entenderás que no te voy a buscar clientes gratis

Dudé sin saber que decir. Entonces él comentó:

- ¿Sabes? Esta semana tengo un servicio especial

- ¿Especial?

- Un cliente que ha pedido dos chicas para celebrar su cumpleaños, con tarta y todo

Le miré sin decir nada. Él continuó:

- Había pensando enviarle a Yanet y Dina

- ¿Dina? ¿La rusa sosa?

- No es rusa, es…

- Me da igual, es muy sosa

- ¿Quieres ir tú en su lugar?

Lo miré pensando. Un trío con Yanet podría estar bien aunque el tío fuera un asqueroso, que lo sería. Le pregunté:

- ¿Y de cuánto estamos hablando?

- Ellas cobrarían cada una 200€

- Vete a tomar por culo

- Espera, espera, pero por ser tú y como primera prueba...

- ¿Prueba? ¿Me quieres probar, gilipollas? ¿No me has follado ya suficiente todos estos años?

- No, me refiero a una prueba para ti

- Ah

- Pues eso, por ser tú, podría eliminar en este caso gran parte de mi comisión y te llevarías 500 por el servicio

Lo miré dudando. Él dijo:

- Os he visto muy compenetradas, seguro que te diviertes

- Mmmmm

- El tío es cliente desde hace tiempo, no suele pedir cosas muy raras, siempre pide una chica pero esta vez quiere algo especial por su cumpleaños, le cantáis el cumpleaños feliz y luego a hacer lo que os pida, ya sabes, algo de rollo bollero, os follará por el culo...

- 600

- Carmen, me quedo sin comisión

- Por menos de 600 no hago nada, lo tomas o lo dejas

Me miró tristemente pero al final dijo:

- Está bien, 600 por ser la primera vez, pero aquí pongo yo las tarifas, es la última vez que las negocio. Si no te gusta una tarifa, no haces el servicio ¿Entiendes?

- Mientras tú entiendas que mi tarifa es de 1.000

- Por 1.000 no vas a tener casi servicios

- 800 como mínimo

- Ayyy, Carmen, me va a costar encontrarte clientes, pero está bien, lo intentaré

Sonreí. Se me daba bien negociar. Me levanté y le pregunté:

- ¿Y cuándo sería?

- El miércoles, en una de nuestras habitaciones

- Pero durante la semana no puedo, tengo a mi hijo y no lo puedo dejarle solo

- Pues tendrás que buscar con quien dejarlo porque es un servicio completo, serán unas cuantas horas, vendrá con su viagra a tope, volverás tarde a casa

- Joder

Pensé rápidamente. Le contaría alguna excusa a mi ex con el trabajo. Asentí:

- Bueno, vale, ya pensaré en algo

Me dio dos besos y quedamos en hablar. Salí de la casa de Jamal contenta.

Jamal
Observé como se iba Carmen con ese tipazo que tenía. Me pensaba forrar con ella. Ya lo estaba haciendo con el video de su “actuación” del sábado que estaba siendo todo un éxito. Era la primera que aceptaba hacer todo y ya habíamos recuperado la inversión con creces. Al principio, mientras veía como negociaban Jean y la vieja con ella, me había jodido que aceptara todas las pruebas porque era mucho dinero, y, aunque me excitaba verla en cada prueba, deseaba que se echara para atrás y ahorrarme la pasta, pero la tía había aguantado todo.

Llevábamos unos meses con esta nueva línea “convirtiendo a chicas normales en putas” vendiéndose como 100% real porque lo eran. Usábamos a dos ex actores porno, a Jean y a la vieja. Normalmente eran chicas jóvenes pero que no aguantaban todas las pruebas. Casi ninguna aceptaba los latigazos en el coño, o el sexo con la vieja o la lluvia dorada. Había conseguido convencer a alguna casada que me compraba droga pero o se retiraban o hacían el mínimo. Carmen había sorprendido a todos por lo zorra que era.

Tenía una buena lista de clientes que la querían e iban a pagar muy bien por ella, mínimo 3.000€. Si ella se llevaba 800€, sería un negociazo y más cuando pensaba que me iba a pedir 1.500 o 2.000 por noche. Me reí al pensar en su patética negociación.​
 
Bueno, poco que añadir a lo que ya dije en la oTRa.
Simplemente que espero que Héctor encuentre una buena chica , que se lo merece.
Algo que no sabemos debe pasar entre Antonio y Silvia, porque no es normal lo que le pasa. Inconscientemente, creo que desea a mi tocayo.
 
Lo de Carmen va a ser un espectáculo. Va cuesta abajo y sin frenos, y sin ruedas, y sin nada.

Y Cristina parece que se va a llevar un palo pero todavía no se ve por donde le vendrá.

Cuantas pilas le quedan al joystick de Hector?
A ver si sale de la habitación.
 

13​

Tres días después. Miércoles por la mañana
Cristina


Miré la pantalla con los ojos desorbitados “no, no, no”. Me invadió una oleada de pánico absoluto. No me podía mover ni respirar ni nada. Cerré los ojos y volví a mirar. “¿Qué he hecho?” miré rápidamente al despacho de Carlos pero estaba reunido con una mujer. No podía interrumpirlo. Dije con un hilo de voz:

- Héctor

Él, concentrado en su trabajo, no me escuchó. Repetí su nombre pero no podía hablar más alto. Mi pánico era total, estaba paralizada. Entonces, él levantó la cabeza, me miró y puso cara de susto. Se me acercó y preguntó:

- ¿Qué te pasa?

No le podía hablar, no me salían las palabras, solo señalé la pantalla. Él miró sin comprender. Dije con un hilillo de voz:

- He… he borrado el servidor Neptuno1

Carlos llamaba a todos los servidores con nombres de planetas. Héctor abrió mucho los ojos. Era el servidor principal de la empresa. Me dijo:

- ¿Cómo?

- Yo… yo…

Empecé a llorar. Héctor me dijo:

- Tranquila, Cris, tranquila, explícame que ha pasado

- Es… estaba pre… preparando todo para… para… para la actualización de esta noche y...

Me temblaba todo el cuerpo. Héctor me pasó mi botella de agua y bebí. Entonces dije:

- He ido a borrar unos logs temporales y… no sé que he hecho pero… pero mira

Héctor cogió mi teclado y se puso a revisar. Me levanté como pude, esto era muy grave, se lo tenía que contar a Carlos para que hiciera algo pero me derrumbé de nuevo en mi silla:

- Me va a echar, me va a echar

- No, no, espera

- He… he borrado un servidor

- No está todo borrado, espera

- No, no, por favor, no puedo perder este trabajo, no, no

Intenté de nuevo levantarme y él me cogió la mano y dijo:

- Espera, déjame revisar una cosa

- Pero…

- Solo un minuto, no vayas aún, un minuto

Y se fue a su sitio. Yo miraba a Carlos, me iba a echar, era un error fatal y era culpa mía, tenía la cabeza en las nubes.

Sonó el teléfono y Héctor respondió:

- ¿Sí? ¿No funciona? Lo revisamos y ahora los volvemos a llamar

- ¿Quién era?

- Nada, no te preocupes

- Era por esto ¿No? Oh, dios, la que estoy armando, me quiero morir

- No te preocupes, creo que sé que ocurre, dame un segundo

Lo miré. Estaba tranquilo, concentrado. Entonces Héctor dijo:

- Ya sé que ha pasado

- ¿El qué?

- Un error tonto en el comando de borrado, pegaste mal estas carpetas, mira

Me acerqué. Dijo:

- Se han borrado varios paquetes pero podemos restaurarlos

- ¿Sí?

- Sí, espera

Tecleó rápidamente y luego dijo:

- Voy a reiniciar

- Dios, dios, que funcione, por favor

- Tranquila

Y me sonrió con afecto. Le cogí la mano y se la apreté con fuerza, muerta de miedo mientras miraba la pantalla y como transcurría el reinicio. Me costaba respirar. Entonces finalizó y él me soltó la mano para escribir nuevos comandos:

- Creo… creo que ya está

- ¿Funciona?

- Sí, creo que sí, espera

Cogió el teléfono y llamó a alguien:

- Hola, hemos reiniciado ¿Pueden probar de nuevo?

Esperé mientras mi corazón latía a toda potencia. Entonces él sonrió y dijo.

- Muy bien, muchas gracias

Y colgó diciendo:

- Funciona todo

Lo abracé con fuerza mientras lloraba de agradecimiento. Me levanté y me fui al baño donde me lavé la cara y tranquilicé. Me había salvado, Héctor me había salvado. Volví a mi sitio y le dije:

- Gracias, gracias, de verdad, gracias

- Nada, mujer

- Me he quedado bloqueada por el miedo, totalmente bloqueada, si no llega a ser por ti me muero

Él me miró incómodo. Le pregunté:

- ¿Me explicas lo que ha pasado y como lo has resuelto?

- Claro

Cuando lo hizo le miré con admiración. A mí no se me habría ocurrido jamás, y mucho menos tan deprisa. Le dije:

- Que bien se te dan estas cosas

- No, no, es solo… ha sido suerte

- ¿Suerte?

- De acordarme de lo de la restauración automática desde el otro servidor

- Nos lo explicó Silvia a los dos y yo lo había olvidado completamente

- Al final se te habría ocurrido, solo ha sido el acojone inicial

- Ni de coña se me habría ocurrido, soy muy torpe comparada contigo

- Anda ya

Inspiré profundamente, aún me duraban los nervios, me temblaban un poco las manos. Dije muy flojito:

- Estaba abobada

- ¿Qué?

- Que estaba abobada, por eso me he equivocado

- Ah

- Estaba pensando en… en mi novio

Él me miró serio. Continué:

- Se va a venir a vivir a mi casa y estaba pensando en… en lo ilusionada que estoy y…

Suspiré:

- No estaba nada concentrada, solo pensaba en mi vida privada, que mal

- No somos máquinas, es normal, y más ante una noticia que tanto te ilusiona

Lo miré sonriendo, era muy buen chico. Le dije:

- Ahora cuando se libere Carlos, le cuento mi cagada y como lo has solucionado en un momento

- No, no cuentes nada

- Sí

- Mejor que no, si solo ha habido una llamada y ya funciona, no hace falta contárselo

- Pero…

- Cris, mejor que no, estamos en el primer mes

Y lo miré entendiéndole. Estábamos en el primer mes de prueba y una cagada así se tendría en cuenta. Él carraspeó y dijo:

- Carlos es un tío genial pero es un jefe

Lo miré asintiendo. No me gustaba pero era verdad, y necesitaba ese empleo, no me podía quedar sin él. Miré hacia Carlos y asentí. Volví a mi sitio. Entonces se me ocurrió otra cosa y me puse nerviosa ¿Usaría esto Héctor para ponerse una medalla? Podría hacerlo perfectamente, había salvado la emergencia en un momento, con mucha calma.

Lo miré, estaba de nuevo concentrado en su trabajo y pensé “No, Héctor no es así, ni se le ocurriría hacer algo de ese estilo”. Tenía plena confianza en él y me tranquilicé.

Carlos
No podía dejar de mirar a Carmen mientras me explicaba todo lo que había hecho en marketing en unas semanas. Me había pedido cita y, al principio, había temido que fuera para pedirme otro cambio de trabajo pero no podía ser eso, estaba emocionada con este puesto.

Realmente era una mujer espectacular. Además de guapa y cuerpazo es que tenía un atractivo que se desbordaba con cualquier gesto, con como te miraba, como te sonreía, como guiñaba un ojo, como te tocaba, como ladeaba un poco la cabeza, sus labios, su risa… Sencillamente, era una mujer 10.

Entonces dijo:

- Así que ya ves, he revolucionado aquello en unos días

- Ya veo, ya veo

- Patri está contentísima conmigo

- Lo sé

- Y yo con ella, hacemos el mejor equipo

- Me alegro mucho

- Pero…

Y se inclinó un poco como para decirme una confidencia y se me fueron mis ojos a mi escote. Dijo:

- Entre tú y yo, aquello era un desastre

- ¿Desastre?

- No estaba nada organizado, Patri es un encanto pero no es una líder de verdad

La miré sin entender. Carmen dijo:

- Quiero decir que yo soy la que les he puesto las pilas

Esperé y dijo:

- Creo que me merezco un aumento de sueldo por toda mi dedicación, haber organizado un departamento entero y todas mis nuevas ideas y actitud ¿No crees?

- Pero Carmen, llevas allí dos semanas

- Con más razón, en dos semanas aquello ha cambiado completamente

La miré alucinado. Le dije:

- Carmen, el rango salarial de tu puesto actual está muy por debajo de tu sueldo

- ¿Qué quieres decir?

- Que en realidad, te deberíamos pagar menos por el trabajo que haces

Vi como le cambiaba la cara mostrando furia y me sorprendió. Pero de repente, se le volvió a suavizar y dijo:

- Carlos, cariño, lo entiendo pero es que yo estoy haciendo un trabajo muy superior a ese puesto, ese es el problema

- Ya pero eso lo tendrías que hablar con Patricia y que no te de ese tipo de trabajo

- Pero es que entonces nada funcionaría, nada, aquello era… no sabes la fama que tenía ese departamento en la empresa, Carlos, de vagos y no trabajar, y ahora es todo lo contrario, por mí

- Lo entiendo pero…

Carmen alargó sus manos y cogió una de las mías:

- Carlos, cariño, tú sabes que es un divorcio

- Sí, pero…

- Mi ex ha sido un cabrón, no me ha dejado casi nada de dinero, y le cuesta pagarme la pensión por Daniel, y…

Se llevó una mano a la cara y se limpió una lágrima y dijo:

- Lo siento, me pongo muy triste con… con mi situación, es penosa y no me gusta hablar de ella

Lo miré sin saber como reaccionar. Dijo:

- No salgo nunca de casa, siempre con mi hijo Daniel, nos quedamos en casa viendo la tele o jugando porque no tengo ánimo para salir

- Oh, lo siento

- Y luego los gastos de la casa, me han dejado la cuenta casi vacía, no te imaginas como está, me da vergüenza contártelo pero es la verdad

Carraspeé incómodo. Ella dijo:

- Me pensaba apuntar a un gimnasio, que una ya debe cuidarse, que esto (tocándose el culo) y esto (las piernas) no perdonan la edad, pero ni tengo tiempo ni dinero para pagármelo ¿Te lo puedes creer?

- Yo… ¿De qué aumento estamos hablando?

- He pensado en un 25%

- ¿Cómo?

- Parece mucho pero si tienes en cuenta lo productiva soy y lo productivo que estoy haciendo al departamento, no es nada, te lo aseguro, y a mí me permite respirar cada mes

Hice una cuenta rápida. Conocía el sueldo de Carmen y le dije:

- Pero te pondrías en el rango de Patricia

- Ah, perfecto, al fin y al cabo estoy haciendo mucho de su trabajo

- Pero eso es sueldo de dirección

Ella me miró suplicante y noté como su mano me apretaba la mía. La pobre lo estaba pasando mal, estaba claro, tenía que ser para ella un mal trago venir aquí para contarme estas cosas. Le dije:

- Un aumento así se tiene que aprobar en el comité de dirección

Ella pareció desanimada. Entonces preguntó:

- ¿Y hasta cuánto puedes subir sin ese trámite?

- Pues… en tu caso, alrededor del 10%

- ¿Solo?

- Sí

- Bueno, me costará pero me puedo adaptar, si esto lo hago por mi hijo, no por mí

- Ya… ya…

Dije pensando. Entonces asentí y le dije:

- De acuerdo, lo aprobaré

- ¿Sí? Ayyy, gracias, Carlos, sabía que podía contar contigo

Y me encantó como se le iluminaban los ojos. Hablamos un poco más de su hijo, se notaba que solo vivía para él. Luego, al irse, me levanté para acompañarla a la puerta y me dio dos besos. Que bien olía esta mujer. La vi alejarse, era un espectáculo como movía ese precioso culo.

Silvia
Cogí el móvil y llamé a Carlos. Se puso rápidamente:

- Hola, Silvia

- Hola, Carlos

- ¿Qué tal?

- Acabo de salir de la consulta

- Ah, todo bien

- ¿Estás en casa?

- Sí

- ¿Puedo ir?

- Claro

- En 10 minutos llego

- Bien pero ¿Todo bien?

- Ahora te cuento

Cogí el coche y conduje hasta la casa de Carlos en la ciudad. Me moría de ganas de contarle lo que me había dicho la ginecóloga, no lo entendía pero necesitaba contárselo. Llamé a la puerta y me abrió. Me conmovió su cara de preocupación. Nos dimos dos besos y entré. Dijo:

- Pensaba que traerías a Gema

- Está con mi madre

- Ah, ¿Quieres algo?

- Agua, por favor

Y lo acompañé a su cocina. Nos sentamos allí. Me dijo:

- Me vas a hacer que me de algo, cuéntame, Silvia

- Lo siento, lo siento… Resulta que no tengo nada físico

- ¿Ves? (con una cara de gran alivio)

- ¿Me lo vas a echar en cara?

- No porque tengo el susto metido en el cuerpo desde que me has llamado tan misteriosamente

- Lo siento, no era mi intención, pero es que te he llamado en el coche

- Bueno, te perdono que me hayas quitado varios años de vida

- Jaja, que tonto

- Entonces ¿Qué es?

- Pues básicamente, según la doctora, que estoy mal de la cabeza

- ¿Qué?

- Dice que todo es psicológico

- ¿Por el estrés?

- Sí, bueno, no es su especialidad pero dice que todo se me ha juntado y éste es el resultado, estoy seca

- Joder, Silvia

Le sonreí para tranquilizarlo. “Se preocupa de verdad por mí” pensé. Le dije:

- Me ha recomendado tratarlo con un especialista del coco

- ¿Un psicólogo?

- Ajá

- ¿Y vas a hacerlo?

- No

- ¿Por qué?

- Porque te tengo a ti, tonto

Y le sonreí. Él me miró sin entender y le dije:

- Eres mi válvula de escape, hablar contigo me da aire, me relaja

- Pero yo no soy un profesional de eso, te puedo dar consejos contraproducentes

- Lo sé pero voy a probar con eso y con otras cosas que me ha dicho la doctora

- ¿El qué?

- jeje, me da corte contártelo

- Ah, vale

Lo miré, no podía dejar de contarle todo y le dije:

- Me ha recomendado ver porno

- ¿En serio?

- Me lo ha dicho como consejo de mujer a mujer, no como terapia

- Ya, pero…

- Y pensar en cosas… bueno, esto sí me ha hecho mucha gracia

- ¿El qué?

- La conozco desde mi primera regla, tenemos mucha confianza

- Ya

- Me ha dicho que piense en hombres o cosas que me exciten cuando, bueno, cuando esté en el tema

- ¿Sí?

- Sí, pero es que yo no pienso en nada en esa situación

- Ya

- Y no soy de excitarme con actores famosos y cosas así, a mí me excita mi marido

- Entiendo

- Pero bueno, probaré lo del porno, a ver que tal, hace siglos que no veo porno, desde chavala, que lo hacía para aprender y… y otras cosas, ya me entiendes jajaja

- Sí, jeje

- Bueno, eso es otra, dice que me masturbe, dios, si no lo hago desde… no sé, no recuerdo la última vez

- jeje

- En fin, que estoy mucho más tranquila, estaba pensando en que me pasaba algo horrible ahí abajo

- Ya, lo sé

Carlos
La miré, estaba de buen humor. Se había puesto colorada por hablar de estas cosas pero estaba sonriente. Entonces dijo:

- Cambiando de tema, hoy no he podido trabajar nada de nada, lo siento

- Ya me avisaste

- Sí pero esperaba poder hacer algo pero, no, nada de nada

- No pasa nada

- ¿Algo que sea urgente? Mañana sí podré

- No, nada

- ¿Y todo bien?

- Bueno…

- ¿Qué ha pasado?

- Me ha saltado una alarma en Neptuno1

- Hostias

- Tengo que investigarlo, todo está bien ahora mismo pero algo pasó esta mañana

- ¿Un acceso incontrolado?

- Un reinicio, y creo que lo hizo Héctor

- ¿Héctor? ¿Y qué puñetas hacía Héctor en ese servidor?

- Ni idea

- ¿Quieres que lo hable mañana con él?

- No, déjame investigarlo y hablo yo con él

- Vale, pero luego me cuentas ¿no?

- Claro

Seguimos charlando un buen rato hasta que dijo que tenía que ir a por Gema. Cuando se fue, me dio un abrazo largo y dos besos. Se despidió desde el ascensor sonriendo.

Entré en casa pensando “si supiera lo de Carmen y su aumento me habría matado”. Entonces me senté y abrí el portátil. “A ver que has hecho esta mañana, Héctor”.

Cristina
Entré en casa y dije en alto:

- HOLAAAA

Nadie contestó. Fui a mi habitación y me desnudé para luego ponerme unos cómodos pantalones cortos y una camiseta, ya no pensaba salir de casa. Luego, fui a la cocina a prepararme una infusión. Aún tenía el cuerpo en tensión por el susto de esa mañana. Héctor me había salvado pero el susto no se iba.

Al poco escuché como se abría la puerta y Sara decía “HOLAAAA”. Le contesté:

- Estoy en la cocina

Escuché pasos y me levanté para lavar el vaso que había usado. Entonces, alguien me abrazó desde atrás y escuché:

- Hola, preciosa

Me giré sonriente, era Alberto. Le di un beso en los labios y él se separó diciendo:

- Lo siento, apesto, venimos de correr

- No pasa nada

- Tengo un hambre de lobo ¿Me preparas un sándwich?

- Claro

- Gracias, pequeña

Y lo vi irse al salón. Le preparé el sándwich como le gustaba y se lo llevé al salón. Estaba sentado en el sillón con Sara tumbada a su lado y con los pies encima de los muslos de Alberto. Le di el plato y me dijo:

- Huy, se me ha olvidado pedirte un Aquarius

- Te lo traigo

Sara dijo:

- Tráeme otro a mí, porfi

- Claro

Volví con las dos latas y los miré. Les dije:

- Hoy me ha pasado una cosa en el trabajo…

Sara se rio y dijo:

- Cosas de frikis, seguro

Alberto se rio. Les sonreí y asentí. Entonces Sara dijo:

- Pues yo he estado a punto de que me explotara la cabeza en la facultad, que rollazo, me moría

Alberto le preguntó:

- ¿Y eso?

- El nuevo tema de derecho penal, que aburrimiento

- Ah, pues yo me he pasado la mañana en la biblioteca con los chicos, preparando el temario, y luego convencí a esta vaga para que se viniera a correr

- Yo lo de correr, todo lo que quieras, pero en la cama jajajaja

Nos reímos todos. Sara dijo:

- Bueno, tenemos que hablar de lo de vivir los tres juntos ¿No?

- Ya sabéis que yo no puedo pagar alquiler, estoy con la oposición a full y no tengo un euro

- ¿Tú que dices, Cris? ¿Lo adoptamos?

Le sonreí, menuda pregunta, como si no fuera obvia la respuesta:

- Claro, te vienes sin problema

- Gracias, cielo, no aguanto más a mis padres, que tengo 29 años y no paran de darme el coñazo con todo, que si salgo mucho, que si no trabajo… que harto estoy, necesito irme de allí ya

Sara sonrió maliciosa:

- ¿Y cómo piensas pagarnos el alquiler?

- Con sexo, claro

- Jajaja, que fantasmón jajaja

Me reí. A mí me valía. Entonces Sara se levantó y dijo:

- Necesito una ducha ya, y tú también, hueles peste de lejos

- Vale, vale

- Venga, vente y empieza a pagar el alquiler jajaja

Alberto me miró divertido y preguntó:

- ¿Qué hay para cenar?

- No sé ¿Qué quieres?

- Hamburguesa, pero no del McDonald, esas son una mierda, quiero como la que hiciste la semana pasada

- Pero no tenemos carne, la terminamos

- ¿Puedes bajar y comprar, cariño? De pronto, se me ha antojado

Sara dijo:

- Me apunto

Les dije:

- Vale, bajo y compro

- Ya sabes, con todo, lechuga, tomate…

- Sí, sí

- Gracias, guapa

Los vi meterse dentro y pensé que a mí me vendría genial un buen polvo a ver si se me quitaba el pellizco que tenía cogido en el estómago por el susto de esa mañana con el servidor. Me ilusioné cuando Alberto volvió al salón. Pensé que me iba a invitar a la ducha pero dijo:

- Que no se te olvide la bebida, ayer me terminé la última coca cola

- Ah, vale

Los escuché reír y meterse en el baño. Fui a mi cuarto y me puse unas mallas. Entonces cogí mi cartera y miré dentro. No me quedaba demasiado dinero del adelanto, tendría que hablar con ellos a ver como repartíamos el gasto de la comida porque a este ritmo me quedaba sin un euro, pero para Sara el dinero no era algo importante, su familia tenía bastante y le daban todo lo que necesitaba así que para ella el dinero no era un problema.

Carmen
Llegué al local de Jamal un poco antes de la cita. Jamal me recibió sonriente:

- Ahhh, Carmen, estás preciosa

Me dio un pico y me llevó con él por el local hasta llegar a unos camerinos. Dijo:

- Cámbiate, Yanet te dirá que ponerte

- ¿Cómo?

- El cliente ha pedido algunas cosillas, ella te explica

Entré y vi a Yanet desnuda maquillándose. Me vio y se giró para darme dos besos en las mejillas:

- Ay, amor, me encanta que sea contigo

- Sí, vamos a ver si también nos divertimos ¿no?

- Pues como no sea entre nosotras, con ese te aseguro que no, es un cerdo

Bien empezábamos. Me dijo:

- Desnúdate y deja tus cosas ahí

Le hice caso y me quedé en bragas y sujetador. Entonces me miró y dijo:

- Eso no vale

- ¿Por qué?

- Quiere que vayamos de gatitas pero con medias, ligueros y corpiño

- No traigo nada de eso

- A ver que tenemos por aquí para ti

Rebuscó y me pasó algunas cosas. Me desnudé del todo y me puse las medias y el liguero, pero el corpiño no era de mi talla. Ella se acercó y dijo:

- Tienes unas tetas enormes, no sé si tendremos algo para ti

Llegó Jamal y dijo:

- Ya está aquí ¿Aún no estáis, coño?

- No tenemos corpiños de su talla

- Joder

Jamal me miró y dijo:

- Déjate las tetas fuera y gírate

Lo hice y el apretó fuerte el corpiño. Me volví y dijo:

- Perfecto

Me miré al espejo, me apretaba mucho pero no estaba nada mal como alzaba mis tetas. Fui a ponerme las bragas pero Yanet dijo:

- No, ponte esto en el culo

Dándome un plug anal con una larga cola. Ella sonrió y dijo:

- La colita de la gatita

Mientras me guiñaba un ojo. La chica era una preciosidad y con un bonito cuerpo delgado, atlético y unas tetas bien puestas. Me iba a divertir con ella, estaba segura. Cogí el plug y me lo metí tras ponerle algo de lubricante. Entonces me dio unas orejas para la cabeza. Me maquilló un poco para ponerme bigotes de gato y dijo:

- Ponte los tacones y vamos

La miré, la chica estaba muy sexy con el disfraz, las dos lo estábamos. Fuimos las dos hacia la habitación asignada y Jamal nos dio una tarta de merengue con una vela. Llamamos y entramos felicitando alegremente a un hombrecillo de unos 40, medio calvo, regordete y bastante feo. Suspiré en mis adentros. El tío llevaba una bata y Yanet le dijo:

- ¿Ya te has limpiado, amor?

Él se abrió la bata y vimos su polla dura mientras decía:

- Reluciente y lista para vosotras, guapas

Dejamos la tarta en una mesa y el tío rápidamente nos cogió el culo, babeando mientras nos sobaba. Miré la habitación, estaba decorada de una forma muy hortera, llena de espejos, una cama en forma de corazón, un jacuzzi…

Le encendimos la vela, le cantamos el cumpleaños feliz, la sopló, comimos algo y pronto quiso que empezáramos nosotras dos, restregándonos el merengue por el cuerpo para luego lamerlo. En ese momento, Yanet me liberó del corpiño y pude respirar mejor.

Me abalancé sobre ella, cachonda perdida, mientras le comía la boca con ansia y la liberaba de su corpiño para cogerle sus preciosas tetas.

Jamal
Entré en mi despacho y revisé las cámaras. “Perfecto, esto se va a vender como churros. Carmencita, si supieras lo famosa que eres y como me piden más material tuyo” pensé mientras veía como Carmen y Yanet se besaban y tocaban mientras el cliente las miraba.

En realidad este servicio era una inversión mía. El cliente había pagado la tarifa normal por dos chicas, y para convencer a Carmen, pondría yo el resto del dinero hasta los 600€ pero con este video ganaría mucho más, pero mucho, mucho más. “Me voy a forrar contigo, Carmen” pensé sonriendo.

Carmen
Salí de la ducha y busqué a Yanet con la vista pero ya no estaba. Me sequé y me puse mis bragas y el sujetador. Entonces entró Jamal. Me dio un buen repaso de arriba a abajo y sonreí. Me dijo:

- Ha quedado muy contento

- Menudo guarro

- Jeje, quieren cumplir sus fantasías

- De pervertido

- ¿Te lo has pasado mal?

- No, pero ha sido demasiado largo

Se me acercó y me metió unos billetes en el sujetador. Luego, me cogió las tetas y dijo:

- Se ha ido flipando con estas tetas

- Como todos

Él se rio fuerte mientras me las masajeaba suavemente. Luego, se apartó y saqué el dinero. Lo conté, los 600€. Los guardé en mi bolso y terminé de vestirme. Salimos fuera y le pregunté:

- ¿Y Yanet? No nos hemos despedido

- Está con un cliente

- ¿Ya?

- Claro, aquí se trabaja todo lo que se puede

“Pues yo no follaría ahora ni borracha” pensé. Jamal me dijo:

- Entonces ¿Te interesa esto?

- Mmmm

- Venga, mujer, si te has divertido, reconócelo

- Estás muy equivocado conmigo, no me divierte follarme a un enano calvo

- Jajajaja, pero te llevas un buen dinero por un rato

- Demasiado rato… pero sí, vale, probaré otra vez

- Bien, genial, porque creo que tengo uno para ti solita

- ¿Con mi tarifa?

- Sí, mujer, sí

- 1.000

- Chissss, que no te oigan las otras chicas… Y quedamos en 800

- En 800 como mínimo, pero búscame de 1.000

- Bueno, ya te llamaré cuando sea firme

Nos despedimos y me fui a casa, bastante más cansada de lo que me esperaba, pero contenta por el dinero en mi bolso. Al llegar a casa me desnudé y me puse mi pijama. Mientras me limpiaba los dientes pensé que a pesar del tío asqueroso, no había estado mal del todo, me había corrido un par de veces gracias a Yanet, la chica sabía follarse a una mujer, no había dudas. Y ella se había corrido al menos una vez.

Y el tío totalmente olvidable. Polla del montón aunque muchas ganas gracias a la viagra que se habría tomado. Nos había follado bastante rato a las dos, por el coño y por el culo, pero nada especial. Eso sí, el tío se había obsesionado con mis tetas. El asqueroso no paraba de tocármelas, mordérmelas, chupármelas…

Y luego estaba lo que nos había pedido al final, el tío pervertido. Se había metido en el jacuzzi y pidió le meáramos encima. Eso le hicimos y el tío ponía cara de gusto, que asqueroso. Luego le tuvimos que lamer el cuerpo, que asco.

De repente se me ocurrió algo y paré de cepillarme los dientes. Eso era un servicio especial, debería habérselo dicho a Jamal para cobrar más ¿No? “Mierda, mierda, no he caído en eso” me lamenté. Se lo diría el próximo día aunque ya no querría pagarme más, seguro.​
 

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