Hace como tres años, estaba de rollo con una chica muy sumisa que compartía piso con otra chavala, ambas 22 años y físicamente opuestas, ya que mientras mi sumisa era una morenaza culona de ojos marrones, la otra era una rubia tetona de ojos verdes.
Mi chica recibía polla sin pudor, gritaba y gemía como si no hubiera un mañana. Le gustaban las bofetadas, insultos, humillación... y a mí eso me pone muy burro. Las folladas eran largas, duras e inundadas de sus gritos de dolor y placer. Tanto era así que la compañera nos iba diciendo cosas cuando nos veía del tipo: "anda, que me la vas a matar, animal..." "pobrecitaaaa, no te da pena? jajajaj" y similares.
A mí me daba bastante morbo saber que probablemente se masturbara escuchándonos, por lo que mataba a orgasmos a Lara, mi sumisa, para el deleite auditivo de su amiga. Y tras tantos y tantos comentarios, era yo el que se los soltaba... se llegó a generar una tensión sexual entre los tres bastante fuerte y a mí me estaba dando un morbo brutal todo aquello.
Y llegó el día de la pillada...
Estando solos en el piso, desnudé a lara y le puse su plug y sus pinzas de pezones. La llevé con una correa de perro y a cuatro patas hasta el salón y allí, me abrí una ceveza y bajé el pantalón. Ella, bien obediente estaría mamando un buen rato. Lo que no sabía es que iba a estar comiendo polla con el culo apuntando a la puerta hasta que Carmen llegase de hacer sus recados. Y tras media hora, eso pasó.
Se abrió la puerta y mi puta intentó quitarse. Mis palabras fueron: "todos saben que eres una puta, porque te vean no pasa nada. Chupa" Y pese a su pudor, como estaba bien enseñada lo hizo. Y Carmen, frente a nosotros, se quedó con los ojos como platos. Yo me hice el ligeramente sorprendido y le pregunté si le molestaba, porque en la habitación hacía calor y me apetecía tomar una cerveza viendo la tele mientras Lara se portaba bien. Ella me dijo que no, pero algo atónita, no apartaba la mirada del culo con el plug y de la cabeza de Lara, que subía y bajaba.
Ven, le dije. Que veas bien a tu amiga siendo lo que es. Ella vino y se abrió una cerveza. Me estaba matando el morbo. Le follé a Lara la boca como nunca antes. Las lágrimas corrían por su cara y el rimmel corrido le llegaba a las tetas. Y ahí, le pegué una buena follada delante de la compañera, poniéndole a esta la cabeza en los mejores planos para que viese aquel folladón lo mejor posible, pero con una condición: No podía masturbarse, solo mirar. Y así lo hizo, con una cerveza en la mano y de vez en cuando rozándose sobre el pantalón, algo que yo le prohibía cogiéndola con fuerza de la cara, dándole alguna hostia suave...
Lo cierto es que estaba muy cerda, tanto que se notaba incluso la humedad en el pantalón que llevaba. Y ahí, en una de esas que fue a tocarse... la cogí fuerte del coño y le dije que acatara las normas. Ella, con un gemido súper profundo de morbo y dolor me dijo: "sí, perdón" y la perdoné masajeando su clítoris con la ropa de por medio.
Como podéis imaginar, pasaron cosas de ahí en adelante. Lo mismo algún día las cuento.