Muero por una polla, llevo toda la vida en el armario y a lo largo de la misma he tenido siempre que andar con mucho cuidado, para no ser descubierto.
He probado todo tipo de sexo y he puesto en práctica todo lo que me apetecia, hacerme pajas en público, practicar el exhibiciónismo con hombres y mujeres, vestirme de mujer para que me follaran, cruising en todos los formatos, centros comerciales, estaciones de autobuses, parking, zonas de playa, parques, ríos; me he comido pollas y coños de todo tipo.
Mi primera relación fue con una prima en la adolescencia, bueno adolescencia yo no tenía ni pelo en los huevos, ella que era algo más mayor me desnudaba y me hacía unas pajas de campeonato, aún no me corría, me tocaba el culete y se escupia en la mano para meterme un dedo en el culete, me chupaba el pitó y hacia que me pusiese sus bragas que me quedaban grandes. Más tarde ello me llevó a tener una relación con un vecino de mi misma edad, le saliva a él culo y se la metía. Ahí fue donde me di cuenta que me gustaba hombres y mujeres por igual, me gustaba más follar el culo de un chico porque entraba más ajustada y los chicos nunca te decían si la tenías pequeña ni nada, ellas sin embargo y más cuando estábamos en grupo si se reían, muchas veces estábamos varias chicas y chicos enseñándonos todo y luego pajearnos. Ellas se subían el vestido y nos enseñaban las bragas mientras nosotros le dábamos al manubrio, yo me corría viendo al que tuviese la picha más grande.
Desde entonces no he parado, me casé pero siempre he seguido llevando mi vida.
La época del sida fue cuando peor lo pasé, yo y todos los casados a los que nos gustaba una buena polla.
