Nada más morboso para un cornudo que, una vez que el corneador se ha ido, ir a dormir a la cama de matrimonio oliendo al sudor y el sexo de ellos y con tu mujer llena de restos de semen por todos lados que se te pega y te abraza satisfecha, y te pide que le comas el coño que todavía huele a la polla de su otro macho para recordarte lo cornudo que eres, para hacerte disfrutar como cornudo que eres... que usen la cama de matrimonio no tiene precio... porque luego te tiras días empalmado nada más metete en la cama al recordar que es el picadero de tu esposa con sus amantes...