La Destartalá

Álex, un hombre decidido a buscar aventuras fuera de su pequeña ciudad, se convirtió en policía con la esperanza de encontrar emoción y aventuras en su vida. Sin embargo, por razones que aún no ha revelado pero que podemos adivinar, regresó a su aburrida ciudad. Aunque tal vez no sea tan aburrida como solía pensar.

Durante su tiempo como policía, Álex tuvo una relación con una compañera cuyo final sigue siendo un misterio. Aunque desconocemos los detalles exactos, Álex se siente responsable de que la relación no funcionara y lleva consigo la culpa de haberle causado dolor a su pareja.

Motivado por ese sentimiento de culpabilidad y el temor de herir a alguien nuevamente, Álex ha decidido no enamorarse nuevamente. Por lo tanto, no quiere comprometerse con Mónica, ya que teme que su pasado vuelva a repetirse. Él no desea lastimarla de ninguna manera.

Es interesante mencionar que la expareja de Álex es la que contrata gigolós para satisfacer sus necesidades sexuales.

Ahí queda eso, no te pido que me lo mejores, solo igualamelo.
:ROFLMAO:
 
Álex, un hombre decidido a buscar aventuras fuera de su pequeña ciudad, se convirtió en policía con la esperanza de encontrar emoción y aventuras en su vida. Sin embargo, por razones que aún no ha revelado pero que podemos adivinar, regresó a su aburrida ciudad. Aunque tal vez no sea tan aburrida como solía pensar.

Durante su tiempo como policía, Álex tuvo una relación con una compañera cuyo final sigue siendo un misterio. Aunque desconocemos los detalles exactos, Álex se siente responsable de que la relación no funcionara y lleva consigo la culpa de haberle causado dolor a su pareja.

Motivado por ese sentimiento de culpabilidad y el temor de herir a alguien nuevamente, Álex ha decidido no enamorarse nuevamente. Por lo tanto, no quiere comprometerse con Mónica, ya que teme que su pasado vuelva a repetirse. Él no desea lastimarla de ninguna manera.

Es interesante mencionar que la expareja de Álex es la que contrata gigolós para satisfacer sus necesidades sexuales.

Ahí queda eso, no te pido que me lo mejores, solo igualamelo.
:ROFLMAO:
Siendo plausible su teoría, permítame llamarle la atención respecto a la breve conversación de Alex con su amigo, el carnicero. De dicha conversación se podría a desprender que este amigo de juventud tal vez sea conocedor del motivo de la zozobra que atenaza el espíritu del perspicaz policía y, de forma atrevida, se podría presuponer que dicha zozobra podría tener su origen en los tiempos en que Alex vivía en la ciudad, antes de decidir ser policía y marchar a la academia, tal vez para alejarse del motivo de la zozobra que atenazó su espíritu.

Pareciera que la inspectora pudiera ser más bien un elemento altamente distorsionador en la relación del "cachondo" Soria con su "comprensiva" esposa Susan. Me gustaría ver a Soria en manos de un animal dominante sexual como esa inspectora, ese tipo tan seguro que siempre elige volver a casa para satisfacción de Susan, no sé cómo sería visto por esta si su hombre perdiese el norte entre las piernas de la inspectora.

Madre mía, nunca había escrito algo con tantos condicionales, que Alá me proteja y Aristóteles me ilumine.
 
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Al repasar la historia, me acabo de dar cuenta de un detalle.
El apellido de la Reme, Remedios Expósito. No es un apellido común y se les ponía a los niños/as que eran abandonados en los hospicios u orfanatos. Reme era una chica huérfana abandonada. Seguramente, los asesinos la eligieron como víctima propicia al no tener familia y pocos amigos, y encima prostituta. En el campus casi nadie la conoce, y el rector se queda extrañado cuando Álex y Mónica le dicen que era una chica muy conocida y muy querida. A Magui la mataron porque sabía algo y estaba huyendo.

Esta teoría sería válida siempre y cuando el autor haya elegido este apellido con esa idea, que puede ser que lo haya elegido al azar y no tenga nada que ver. Pero si yo fuera Alex, tiraría de ese hilo.
 
Álex, un hombre decidido a buscar aventuras fuera de su pequeña ciudad, se convirtió en policía con la esperanza de encontrar emoción y aventuras en su vida. Sin embargo, por razones que aún no ha revelado pero que podemos adivinar, regresó a su aburrida ciudad. Aunque tal vez no sea tan aburrida como solía pensar.

Durante su tiempo como policía, Álex tuvo una relación con una compañera cuyo final sigue siendo un misterio. Aunque desconocemos los detalles exactos, Álex se siente responsable de que la relación no funcionara y lleva consigo la culpa de haberle causado dolor a su pareja.

Motivado por ese sentimiento de culpabilidad y el temor de herir a alguien nuevamente, Álex ha decidido no enamorarse nuevamente. Por lo tanto, no quiere comprometerse con Mónica, ya que teme que su pasado vuelva a repetirse. Él no desea lastimarla de ninguna manera.

Es interesante mencionar que la expareja de Álex es la que contrata gigolós para satisfacer sus necesidades sexuales.

Ahí queda eso, no te pido que me lo mejores, solo igualamelo.
:ROFLMAO:
El problema es que todo se va a venir abajo porque ya se ha enamorado de Mónica. Y a ella le pasa igual.
 
¡Venga! @Versionatore veo tu juego y subo la apuesta ... después de consumidos unos chupitos, claro.

Mónica es huérfana, su hermana fue una becada de esa Universidad y desapareció, y ella decidió hacerse policía para ir a esa ciudad y descubrir lo que sucedió y vengarla. Su reflexión a cerca de que, de momento, no quiere compromisos hasta que sea más mayor en realidad obedece a que tiene "una misión" que cumplir y no quiere que nada le aparte de ella. No está enamorada de Alex y no le costó nada decir que recogía sus cosas, no luchó por él. En la mayor parte de España la comida familiar de las fiestas navideñas es la de la cena de nochebuena, si ella ha pasado la nochebuena con Alex no es por hacerle compañía sino porque no tiene familia con la que celebrarla, al día siguiente no fue a ningún lugar. La extraña afinidad que Alex tiene con ella en el terreno sexual tal vez obedezca a la afinidad que Alex tenía con aquella becada con la que tuvo uno relación "prohibida" y que provocó la desaparición de la chica. Alex se siente culpable y no sabe que los causantes de aquella desaparición están muy próximos a él, o tal vez sí lo sepa pero él mismo forma parte del pacto de silencio que rodea esa ciudad. Su padre se lo ha recordado.

Los que conocían la relación entre Magui y Reme son los que estaban presentes en aquel bar en que hicieron cantar a Alex, allí estaba el carnicero, el amigo de Alex, pero también Soria, Susan, García, "el marido de García", Mónica ... y el propio Alex.

La inspectora folla-gigolós es inspectora de homicidios en la Central y va a ser destinada a la ciudad para investigar la "desaparición" y el "suicidio por sobredosis" que no lo son. Será un terremoto que sacudirá el tablero en varios aspectos.

La llamada que alertó sobre el allanamiento de La Destartalá provino del despacho del Rector ... pero no la hizo el Rector, tal vez un joven que tenía una relación "prohibida" con "la desaparecida".

A veces lo que parece más lógico y natural, y las excusas y explicaciones no necesarias, esconden lo que es inconfesable.

Bueno, en realidad este es un ejercicio para promover la "desconfianza" en la fachada que nos muestra el autor, porque sabemos que lo importante sucede tras esa fachada de cartón-piedra, y eso que sucede puede ser lo evidente, lógico y natural o algo fruto de una mente realmente retorcida.

Sí, efectivamente, por muchas vueltas que le demos, el autor nos la "meterá doblada".
 
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Nota de servicio público:

Aunque la expresión "te la han metido doblada" parezca tener un sentido en una página como ForoPorno, su origen es bien distinto.

Existen dos teorías sobre el origen de esta expresión. Una de ellas guarda relación con la jerga militar: puesto que se considera necesario conservar el material suministrado, en ocasiones, se colocaba una manta doblada en los recuentos de material para que visualmente pareciesen dos mantas en lugar de una. De esta manera, quien hacía el recuento contaba dos mantas cuando en realidad era una pero se la habían metido doblada.

Otra teoría sobre el origen de esta expresión procede del mundo de la esgrima, una actividad que en la antigüedad estaba destinada exclusivamente a la nobleza.
A pesar de esto, entre finales del siglo XIV y principios del XV, finalizando la Edad Media, los granujas y malhechores comenzaron a utilizar las espadas con esmero para poder asaltar a sus víctimas en duelos y asaltos. Su objetivo era zanjar la disputa lo antes posible y, para ello, saltaban a un lado del oponente y lanzaban una estocada de abajo a arriba agachando el cuerpo. Este movimiento ilegal en duelos entre caballeros era conocido como “meter la espada doblada”. Para concluir, estos criminales cometían la canallada de meterla doblada para conseguir su objetivo fácil y rápidamente.
 


Por la noche, Mónica y Álex cenaban, ninguno de los dos decía nada, se miraban a los ojos de vez en cuando y volvían a fijarse en el plato de comida que tenían delante.

-Dormiré en el sofá, así no te molestaré.- Le decía Mónica.
-La cama es grande, a mi no me molestas.- Respondía él.

Estaba a punto de decirle algo Mónica cuando sonó el teléfono de Álex.

-Soy Lita, mira Álex, esta chica no se ha drogado nunca, además, tal como está la jeringuilla clavada y sus huellas en la jeringuilla, es muy difícil que se la clavara ella, estoy segura que alguien la obligo, he visto ciertas contusiones en los hombros, espalda y brazos, y eso debió pasar al sujetarla, puede que fueran dos personas, estoy segura, fueron dos personas.
-Gracias Lita.

Le contestó Álex antes de colgar la llamada, se miraron con Mónica.

-La han matado.- Dijo Mónica. Álex asentía con la cabeza.
-No quiero que te vayas de aquí hasta que se aclare todo esto, Reme desaparecida…
-Muerta.- Confirmó Mónica.
-Sí, perdona, sin cadáver, pero toda esa sangre encontrada en el sótano ya nos da una pista clara. La única persona que parecía que nos podía decir algo de las costumbres de Reme también muerta, está claro, no interesaba que habláramos con ella. Tú te hiciste amiga también de Reme, no quiero que estés sola en ningún momento, vale.
-De acuerdo.- Le contestaba Mónica.

Al día siguiente los dos fueron a correr por el recorrido habitual de Álex, se pararon delante de ‘La Destartalá’, miraron el precinto de la entrada, parecía que nadie lo había tocado, siguieron la carrera hasta la casa, después le dieron unos cuantos mamporros al saco de boxeo, Álex realizó unos cuantos ejercicios de pesas, Mónica se fue a duchar, ya había trabajado suficiente con la carrera continua y el saco de boxeo. Después desayunaron y volvieron al lugar donde encontraron el cadáver de Magui, inspeccionaron la zona, el edificio en construcción abandonado era bastante grande, caminaron mirando todos los detalles, alejado, en lo más profundo del edifico encontraron otro hueco, en el suelo había un colchón viejo y hasta unas escaleritas hechas de madera para bajar.

-Me parece que aquí viene alguna puta a hacer sus servicios.- Opinaba Álex.
-Al menos lo parece, Álex… ¿Tú crees qué?
-¿Qué alguna podría estar aquí cuando…?
-Está bastante lejos del otro hueco, pero no hay nada que impida la vista, si había alguien, lo podía haber visto todo.- Decía Mónica.
-Tendremos que volver por la tarde, cuando se va el sol es cuanto hay más ‘ambiente’ en esta calle, vámonos de aquí.- Comentaba Álex.
-Sí, vámonos, que frio hace aquí ¡Joder!

Dieron una vuelta por la calle, llevaban unos minutos caminando cuando el móvil de Álex avisaba que le estaban llamando, contestó la llamada y colgó.

-Era la comisaría, nos están llamando a todos los agentes, a las doce del medio día tenemos que estar en la sala de reuniones.- No había acabado Álex de decírselo a Mónica que sonó su móvil, le dijeron lo mismo.
-Ya está bien que el comisario tome cartas en este caso, hasta ahora ha estado callado.- Le decía Mónica a Álex.
-Mucho ha tardado, va demasiado lento tomando decisiones.
-Más vale tarde que nunca ¿Vamos?

Álex conducía en dirección a la comisaría.

-¿Crees que nos darán alguna novedad sobre el caso?- Preguntaba Mónica.
-No creo, o sí, no sé, supongo que ya tendrá el informe completo de Lita.

Llegaron a la comisaría antes de las doce, casi todos los agentes estaban en el patio donde aparcaban los coches, algunos fumaban y otros hablaban entre ellos, Soria los fue a recibir.

-¿Sabes algo de esto?- Le preguntó Álex.
-Lo mismo que tú, nos ha citado a todos para reunirnos, suerte que no somos muchos.

Mónica dejó solos a los chicos y se colocó al lado de la agente García.

-Hola García ¿Qué tal?
-Hola Mónica, estoy muy nerviosa ¿Me acompañas al baño? Me estoy meando hace un rato.

Entraron en la comisaría y se metieron en los vestuarios de chicas, García abrió la puerta del baño, se quitó el cinturón con la pistola y las esposas, Mónica se lo sujetó, después se desabrochó el pantalón, se lo bajó, seguidamente las bragas y se sentó en el váter.

-Que mal cuerpo tengo desde que encontraron el cadáver de esa chica.- Le explicaba a Mónica mientras meaba con la puerta abierta.
-Es normal, no estamos acostumbrados a que pasen estas cosas.
-¿Habéis encontrado alguna pista?
-Esta tarde, cuando sea de noche, volveremos a la calle que ocurrió, queremos hablar con las ‘profesionales’ que trabajan por allí.
-¿Las profesionales?- Preguntaba García inocente.
-Las putas, García, las putas.
-¡Ah coño! Vale.
-Puede que alguna viera algo.

García ya se había pasado por el chichi un trozo de papel para secárselo, se había levantado, subido las bragas y se estaba abrochando el pantalón. Mónica le pasó el cinturón, García se lo colocó, se lavaron las dos las manos y salían de baño cuando vieron entrar del patio a los compañeros. Mónica caminó al lado de Álex y Soria, fueron entrando en la sala, en la primera fila se sentaron los tres, en la última se sentó la agente García. Entró el comisario, los miró a todos.

-Buenos días agentes, como saben llevamos unos cuantos días muy confusos, han pasado cosas que jamás pensamos que podrían ocurrir en una ciudad como esta. Por eso he tenido que tomar medidas, necesitamos personas con experiencia en estos casos, así que me puse en contacto con la central de Madrid- Álex puso mala cara, el comisario no confiaba en sus agentes y fue a buscar ayuda fuera, no le parecía correcto, podía haber esperado un poco más antes de hacerlo.- les presento a la inspectora jefe… Elvira.

Álex abrió los ojos como platos, Elvira entró en la sala, seria, altiva, con varios informes en la mano que dejó encima de la mesa.

-¡Elvira!- Dijo en voz baja Álex, pero no lo suficientemente bajo para evitar que Soria, Mónica y Elvira lo escucharan, Elvira lo miró un momento y giró la cabeza. Mónica le miró la cara a Álex, él miraba fijamente a aquella mujer.
-Buenos días señoras y señores, el comisario nos llamó explicándonos lo que ha ocurrido, he venido para ocuparme de la situación, solucionaremos esto con rapidez y eficacia, no lo duden…- Les hablaba con seguridad Elvira.
-¿Por qué no ha confiado en nosotros, señor?- Le preguntó Álex al comisario cortando a Elvira.

El comisario lo miró sin decir nada, Elvira también lo miró, ella sí que habló.

-Porque en esta comisaría hay un inepto como usted inspector Álex, un inepto que no sabe seguir el protocolo de la policía, que pone en peligro toda la investigación por ir de ‘Llanero Solitario’, somos un equipo, en este equipo todos tienen su trabajo, desde los inspectores hasta el agente más bajo, todos. No puede ir un solo agente por ahí haciendo lo que le da la gana, entrar en una propiedad a investigar sin una orden del juez, decidir separar a los agentes de una patrulla, vamos, decidir lo que le da la gana porque le sale de los cojones en ese momento. Por eso inspector, por eso he tenido que venir yo a poner orden, le ha quedado claro.

Elvira miraba a Álex y Álex miraba a Elvira, desafiándose.

-A partir de ahora, la inspectora jefe Elvira, tomará todas las decisiones sobre el caso, cualquier duda o información que tengan, háblenlo con ella.
-Gracias comisario.- Le agradeció Elvira.- Las patrullas seguirán como hasta ahora, no habrá ningún cambio. En cuanto a los inspectores, a Soria se le asignará un compañero…
-Soria, ha sido siempre mi compañero.- Apuntaba Álex.
-Inspectora jefe.- Contestó seca Elvira.
-¿Qué?- Preguntó Álex al no entenderla.
-También se le ha olvidado el trato a sus superiores, si se dirige a mí, hágalo correctamente, inspectora jefe, es como debe acabar la frase, Soria, siempre ha sido mi compañero, inspectora jefe, así debe dirigirse a mí. Pues ya no lo será, le buscaremos otro compañero mejor que usted, por supuesto, claro que eso tampoco es muy difícil de encontrar. Usted seguirá con… con la chica novata ¿Mónica, se llama? Supongo que es la agente que tiene sentada al lado, así ella podrá seguir diciéndole lo bueno que es como inspector y usted estará contento y orgulloso de escucharla.

Álex calló, vio que cada vez que hablara lo machacarían.

-Muy bien, los agentes de las patrullas, estén muy atentos a todo, cualquier cosa, algo que pueda parecer que no tiene importancia la puede tener, estar alerta e informar de cualquier cosa que no les parezca normal. Los Inspectores ¿Tienen alguna pista, o están en estos momentos haciendo algún tipo de acción para buscarla?

Todos callaban.

-¿No tiene nada que decir inspector Álex? Ahora es el momento de hablar, no antes entrometiéndose.
-Esta tarde iremos a la calle de las putas, hablaremos con algunas, puede que alguien pueda haber visto algo.
-¡Mira! Si hasta tiene alguna buena idea, está bien, como la idea es suya, hágalo con… con su compañera. Soria y su nuevo compañero irán a la casa, ‘La Destartalá’ la llaman ¿No?
-¿Otra vez?- Preguntó quejándose Soria.

Elvira miró al comisario.

-Comisario, no me extraña que nos llamara, tiene usted el mayor número de agentes inútiles que he visto en una comisaría en mi vida ¡Soria!- Levantó la voz Elvira.- Si le digo que vaya a la casa, va, y la vuelve a mirar palmo a palmo de abajo arriba, a ver si encuentra algo que nos sirva.

Soria hizo el gesto de contestarle, quería decirle que eso ya lo habían hecho con Lita, la forense policía científica. Álex le tocó una pierna para que no hablara. Elvira se dio cuenta del detalle.

-Veo que usted también admira al farsante del inspector, Soria, concéntrese en su trabajo y su nuevo compañero, le irá mejor que con Álex. Bueno señores, los demás agentes dedíquense a su trabajo habitual.

Elvira y el comisario salieron de la sala, los agentes también lo hacían por otra puerta, Álex se levantó y fue detrás del comisario y Elvira, adelantó al comisario y se metió en el despacho junto a Elvira, el comisario lo miraba sorprendido.

-Perdone comisario, necesito hablar en privado con la inspectora jefe Elvira.- Se disculpó Álex.

Cerró la puerta del despacho, se giró y miró a Elvira cabreado.

-¿Para esto has venido? ¿Para insultarme, menospreciarme delante de mis compañeros? ¿Dejarme como una mierda?- Le preguntaba levantándole la voz a Elvira.
-Todo eso que dices lo has conseguido tú solito, sin ayuda de nadie, comportándote como lo has hecho ¿Es que ya no te acuerdas de nada de lo que aprendimos en la academia?
-¿Por qué lo hiciste Elvira?- Le preguntó Álex suavizando la voz.
-¿Por qué hice qué, Álex?
-Ya sabes de qué te hablo ¡Coño!
-Mira, ya te he avisado antes, trátame como a tu superior, no te permitiré ninguna falta de disciplina como le has hecho al comisario. Ahora vete y haz tú trabajo.
-Elvira.- Susurró Álex.
-Que salgas de este despacho.- Levantó la voz Elvira.

Álex abandonó el despacho cabizbajo.


Fuera, en el patio, cuando salieron los agentes, García se acercó a Mónica.

-¿Qué ha pasado allí delante?- Le preguntó a Mónica.
-Pues ha pasado… que ya sé a quién le cantaba Álex.
-¿A quién le cantaba qué?- Se extrañaba García.
-Esa maldita canción, ‘La quiero a morir’ ¿No te acuerdas de cuando la cantó en el bar? Pues ya sé a quién se la cantaba, a Elvira, Elvira ¿Tú te crees que eso es un nombre? Elvira ¿Cómo puede alguien llamarse así?- Le contestaba muy nerviosa Mónica.
-Bueno, yo creo que Elvira no es un nombre tan raro, es un nombre normal, como Mónica…
-¡Ah no! Como Mónica, no. Elvira es un nombre mucho más feo, ya lo creo que es más feo, pero mucho más ¡Eh!

García, viendo que Mónica no estaba bien, le apoyó una mano en un hombro.

-¿Qué te pasa Mónica?- Le preguntó.

Mónica intentaba contestarle pero no podía, García se dio cuenta que estaba a punto de llorar. La abrazó y Mónica aceptó el abrazo. Soria se acercó a ellas.

-¿Qué ha pasado ahí dentro?- Le preguntaba a Mónica.
-Pregúntaselo a él, que ya sale.- Respondió Mónica mirando para la puerta por donde aparecía Álex.

Esperaron que Álex llegara donde estaban ellos.

-Escucha Álex…- Empezó a decir Soria.
-¿Tenéis hambre? Podríamos ir a comer juntos.- Le cortó Álex antes de que preguntara nada.

Fueron a almorzar los cuatro, viéndole la cara a Álex nadie se atrevió a hablarle de Elvira.


Esperaron a que anocheciera, iban en el coche camino de la calle de las putas, Álex, después de unas horas de lo ocurrido en la comisaría se le veía más tranquilo.

-Supongo que Elvira ha tenido algo que ver en tu pasado.- Le decía Mónica tranquilamente.

Álex pensó antes de contestar.

-Sí que tuvo que ver con mi pasado, mucho, pero no tengo ganas de hablar de eso, como estamos diciendo, pertenece al pasado.

Mónica no dijo nada más, sonó un aviso del móvil, habían recibido un mensaje los dos a la vez. Mónica lo leyó.

-Es Soria, nos cita esta noche en su casa para cenar unas pizzas.
-Vale.- Contestó Álex sin demasiado entusiasmo.

Llegaron a la calle, cada uno la recorría por una acera diferente, les enseñaban la foto de Magui a quien pensaban que les podría ayudar. Mónica le hizo un gesto con la mano a Álex, este atravesó la calle y se juntó con ella y una chica.

-Esta chica dice que la había visto por aquí hace tiempo, pero que últimamente no la veía.- Le decía Mónica a Álex.
-Últimamente ¿Cuántos días son?- Le preguntó Álex a la chica.
-No sé, desde antes de Navidad.- Respondía ella.
-Antes de Navidad ¿Te refieres a antes de que empezaran las fiestas de Navidad?- Preguntó Mónica.
-Sí, hará unas dos o tres semanas.
-Dime una cosa ¿Sabes si alguna de vosotras entra en el edifico abandonado? Para hacer vuestras cosas, quiero decir.- Preguntaba Álex.
-No, que yo sepa no, al menos en esta zona.

Le agradecieron a la chica su cooperación y siguieron caminando.

-Puede que al dejar el apartamento de Reme volviera por aquí.- Comentaba Mónica.
-No sé, yo lo que creo es que venía por aquí antes, antes de conocer a Reme, creo que con Reme aprendió a ejercer de otra manera.
-Puede ser, pero según esta chica no hace tanto que la vio, con Reme hace más tiempo que vivía.
-Puede ser, tengo una idea.

Le dijo Álex, caminaron calle abajo, hasta una zona donde las prostitutas eran bastante más mayores de edad que las del principio de la calle, hablaron con varias que no quisieron saber nada, hasta que se acercaron a una bastante mayor, le enseñaron la foto, no la reconoció, le preguntaron sobre el edifico abandonado.

-Yo no lo utilizo, alguna de estas que están por aquí sí lo hacen, pero sobre todo el que está muchas horas dentro es…
-¿Hay alguien que esté dentro mucho tiempo?- Preguntó sorprendida Mónica.

La señora, miró fijamente moviendo la cabeza, señalando a un hombre que caminaba por la otra acera, un indigente que caminaba con una botella de vino barato en la mano. Álex y Mónica le agradecieron a la señora su atención y siguieron al hombre, a cierta distancia para no levantar sospechas. Vieron como pasaba por debajo de la cinta que había puesto la policía y se adentraba en el edificio, ellos le dieron un poco de tiempo y también entraron, se acercaron con cuidado donde vieron el segundo hueco. Y allí lo encontraron, estirado en el colchón bebiendo de la botella, al verlos se pegó un susto de la hostia, recogió las piernas abrazándose a la botella, como si fuera lo único que tenía en la vida aquel hombre.

-Perdone, no queríamos asustarlo- Intentaba tranquilizarlo Álex.- ya sabe que pasó aquí el otro día.
-Yo no sé nada.

Mónica le enseñó la placa.

-Somos policías, no queremos molestarle ni hacerle nada, pero tenemos que saber que pasó, seguro que usted nos podría ayudar, así no tendríamos que llevarlo a la comisaría ni nada de eso.
-No, yo no quiero irme de aquí.- Contestaba el pobre hombre.
-Mire, explíquenos que sabe, nos iremos y no le molestaremos más, se lo prometo.- Le dijo Álex.

El hombre le dio un trago a la botella de vino, después los miró.

-Esa noche, estaba a punto de dormirme cuando escuché un ruido, saqué la cabeza por ahí arriba, por si era alguien que venía a hacerme daño o algo…
-¿Y que vio?- Le preguntó Mónica.
-A dos hombres, llevaban sujetándolo por los pies y las manos a alguien, no sé si era un hombre o una mujer, dejaron caer el cuerpo en el agujero, en aquel que hay allí, en la otra punta, igual que este.
-Sí, sabemos que agujero es ¿Cómo iban vestidos esos hombres?- Le preguntaba Álex.
-De negro, todo negro, incluso algo que les tapaba la cara también era negro.
-¿Sabe si llevaban un coche? ¿Cómo se fueron de aquí?- Preguntaba Mónica.
-Se fueron en una furgoneta, la calle está un poco lejos, pero creo que era naranja, o al menos ese era el color que me pareció a mí.
-¿Naranja?- Preguntó Álex mientras apuntaba en su libreta.
-Sí, seguro, era naranja.
-¿No vería la matricula?- Insistía Mónica, sabiendo que desde aquella posición era imposible verla, pensó que tal vez estuviera más cerca y les mintió diciéndoles que estaba allí.
-Desde aquí es imposible, lo de la furgoneta lo sé porque la aparcaron en la misma entrada, debajo de aquella luz, pero claro aparcaron de costado, las matriculas están delante y detrás…
-Claro, claro, muchas gracias señor.

Le agradeció Álex la información, se metió la mano en un bolsillo y sacó un par de billetes de veinte euros, lo que llevaba en ese momento, se los entregó al hombre que los recogió con alegría. Mónica y Álex volvieron a la comisaría, entraron en el despacho del comisario, se dieron cuenta que habían puesto otra mesa, en la que se sentaba Elvira.

-¡Hombre! Mira a quien tenemos aquí, el Llanero Solitario y su compañera.- Se cachondeaba saludándolos Elvira.
-Señora inspectora jefe, le pediría, que si quiere que la respeten, respete usted a los demás.- Le dijo Álex serio.

Elvira reía, el comisario miraba la pantalla del ordenador sin hacerles ni caso.

-Inspector, el respeto se gana, usted perdió el respeto en el momento que se comportó como lo hizo ¿Se siente bien teniendo como compañera a…?
-La novata ¿Es eso lo que quiere decir?- Le recriminaba Mónica.
-Bueno, es usted novata ¿No? Apenas hace unos meses que salió de la academia, este es su primer destino, no creo que tenga muchas referencias del trabajo policial bien hecho, claro que yo la entiendo, Álex tiene algunas buenas cualidades, la de ser buen policía no precisamente, pero seguro que a usted la compensa con otras.
-¿Qué está insinuando inspectora jefe?- Levantó la voz Mónica enfrentándose a Elvira.
-Nada, nada, mujer, yo no insinúo nada, solo digo que a usted se le ve muy a gusto siendo la compañera del Llanero Solitario.

Álex vio a Mónica muy cabreada, como miraba a Elvira con los ojos muy abiertos y con rabia, con ganas de contestarle y podría ser que con algo más que palabras.

-¡Ya está bien!- Dijo Álex.- Si estamos aquí no es precisamente para hacer una visita de cortesía, sabemos algo sobre la muerte de Magui.
-¿Magui? ¿Magui es la negra?- Dijo Elvira dudando.

El comisario apartó la vista del ordenador, miró a Elvira, que no lo vio porque ella miraba fijamente a Álex, después miró a Álex y Mónica, ellos sí que lo miraron, los tres desaprobaban la manera de hablar de Elvira.

-Lo digo porque la chica era negra ¿No?- Intentaba defenderse Elvira al ver las miradas entre el comisario y los agentes.
-Sí, Magui- Insistía Álex.- un indigente vio como tiraban el cuerpo al agujero, es decir no murió allí, y no fue una sobredosis, la mataron, supongo que eso ya lo sabrá por el informe de la forense…
-Un indigente, un borracho ¿Se fían de su testimonio?- Dudaba Elvira.
-Sí, ha sido muy claro y conciso.- Contestaba Mónica.
-¡Ah bueno! Si lo dice la policía experta, será verdad.- Se cachondeaba Elvira.

Mónica torció los ojos y miró para otro lado, para evitar saltarle al cuello y estrangularla más que nada.

-Nos ha dicho muy claramente, sin dudar, lo que vio, a dos hombres vestidos de negro tirándola al agujero, y que iban en una furgoneta naranja. Creo que la información es importante.
-Así, que una furgoneta naranja.- Repetía Elvira.
-Sí, de color naranja, la matricula no la vio.- Insistía Álex.

Elvira miró al comisario.

-Tenemos que enviar un aviso a todos los agentes, que estén atentos a una furgoneta de color naranja, no creo que en esta ciudad existan muchas furgonetas así, no es un color muy habitual.
-Mejor hacerlo mañana por la mañana, a estas horas solo quedan los servicios mínimos.- Le contestaba el comisario.
-¿Servicios mínimos? Desde luego comisario hay que reconocer que su comisaria es especial, a estas horas solo tenemos servicios mínimos y a… estos dos.- Le decía moviendo la cabeza señalando a Mónica y Álex.- Está bien, lo haremos mañana a primera hora, a las siete.
-Mejor a las nueve, que es cuando tenemos a todos los agentes activos.- Le volvía a contradecir el comisario.
-¿A las nueve?- Levantaba la voz Elvira.- ¿También se les paga el desayuno con champán a los agentes? ¿O les tendremos que preguntar si les va bien a esa hora o mejor más tarde? ¡Joder comisario! Perdóneme, pero usted dirige una mierda de comisaría ¿Esto qué coño es?
-Es como funcionamos, supongo que sabe que aquí nunca…
-Nunca pasa nada, ya lo sé, hasta que pasa ¿Y entonces qué? Lárguense de aquí ustedes dos.- Les acabó diciendo Elvira a Mónica y Álex, que habían estado escuchando la conversación entre ella y el comisario.


Salieron de la comisaría y se subieron en el coche.

-Acuérdate que tenemos que ir a la casa de Soria, nos ha invitado a cenar pizza.- Le recordaba Mónica.
-¡Coño! No me acordaba.- Respondía Álex, notándosele pocas ganas de ir a esa cena.

Pararon por el camino a comprar dos packs de seis cervezas frescas. Cuando llegaron a la casa de Soria, les esperaban Soria, su mujer Susan y la agente García con su marido. Después de los saludos y repartir una cerveza para cada uno.

-Las pizzas no tardarán en llegar.- Les decía Susan.
-¿Se puede saber que ha pasado esta mañana con esa tal Elvira?- Le preguntaba Soria a Álex.
-Ya lo has visto ¿No? Esa tía tiene muy mala folla.-Contestaba Álex.
-No me refiero a eso compañero ¿Qué ha pasado cuando te has encerrado con ella en el despacho del comisario? ¿Quién coño es esa tía?- Le preguntaba Soria.

Álex callaba, pensaba. Mónica al lado de Susan le hablaba al oído susurrando.

-A ella le cantaba ‘La quiero a morir’, por ella se emocionó.

Susan la miró sorprendida, García miró a Susan confirmando lo que le decía Mónica.

-Es…- Empezó diciendo Álex con dudas.- es, una persona de mi pasado, se crio en esta ciudad, sus padres son, bueno, no son vecinos, pero casi, viven muy cerca, mis padres tienen una panadería y los suyos tenían una carpintería, su padre es carpintero, pero hace tiempo que se jubiló.
-¿Y tuviste algo con ella?- Le preguntó directamente Susan.
-Perdonarme, pero no estoy preparado ni quiero hablar de eso.- Respondió triste Álex.

Soria, viendo que Álex no lo estaba pasando bien, se acercó a él y le dio un golpe en el hombro.

-Venga va, tomemos la cerveza con tranquilidad ¿Cómo está el tema de ‘La Destartalá’?- Le preguntó para distraerlo, sabía que hablar de eso le gustaría a Álex, el marido de García también se unió a ellos.

Las chicas se sentaron en la mesa de la cocina a tomarse las cervezas.

-¡Jodido Álex! No nos había dicho nada nunca, y mira que le he insistido veces, estirándole de la lengua a ver si nos explicaba algo, pero no, no había manera, por lo menos hoy hemos sabido algo.- Les decía Susan.
-Supongo que tú no lo estarás pasando muy bien.- Le preguntaba García a Mónica.

Mónica bebía de la cerveza mirándolas a las dos, pensando.

-Mirar, no os voy a engañar, él nunca me ha dado ninguna esperanza de que seamos pareja, al revés, cuando ha visto que nos uníamos un poco ha querido mantener la distancia, si no estoy viviendo en mi apartamento es porque me lo ha pedido él…
-¡Coño! Si te pide que no te vayas de su casa, será por algo.- Opinaba Susan.
-No, no, no es por eso, quiere que esté cerca de él para que no me pase nada. Con Reme desaparecida, bueno…
-Ya puedes decirlo, muerta.- Confirmaba García.
-Sí, con Reme muerta, su mejor amiga, muerta, como yo también la conocía y la consideraba una amiga, Álex tiene miedo que me pase algo.
-Pensándolo bien es normal ¿Y si el asesino es un chalado que mató a Reme y también quiere hacerlo con sus amigas? Más vale prevenir.- Decía Susan.
-Me parece que va a ser más de un asesino, hoy hemos hablado con un hombre que vio como dos personas vestidas de negro, tiraban el cadáver de Magui al agujero.
-¡Joder! Ya se me está poniendo mal cuerpo chicas.- Les decía García.

En ese momento llamaron a la puerta.

-Ya están aquí las pizzas chicas, vamos a cenar y reír un rato.- Les dijo Mónica, intentando levantarle el ánimo a García.

Cenaron los seis hablando de temas más alegres, después se tomaron una copa y antes que se hiciera demasiado tarde dieron por finalizada la velada.
 
Bueno, ya sabemos porqué Alex se hizo policía ... por pura vocación.

Por cierto ¿Qué le habrá hecho Alex a Elvira para agriarle así el carácter?

Elvira ¡Qué bonito nombre! Creo que menamorao.
 
Bueno ya sabemos porque Álex no se atreve a volver a tener una relación. Menuda insoportable es la tal Elvira. En este capítulo se ha demostrado, aunque ya lo sabíamos, que Mónica está enamorado de Álex y a él le pasa lo mismo, pero no se atreve a dar el paso porqué se ve que esa relación fue muy tortuosa. Mónica debe luchar por él y sacarle de esa tristeza.
 

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