Yo siento una enorme envidia por las pollas grandes y duras. Siempre he tenido problemas de ereccion y de tamaño.
Mi mujer antes de casarnos solo estuvo conmigo, la satisfacia con la mano pero con la polla no sentía nada y como tampoco se me ponía muy dura, peor aún. La incité a que probará con otros pero no quiso, teníamos poco más de veinte años, vivíamos cerca de la playa y mi mujer trabaja en un chalet donde tenía que coger el bus para volver a casa
Yo siento una enorme envidia por las pollas grandes y duras. Siempre he tenido problemas de ereccion y de tamaño.
Mi mujer antes de casarnos solo estuvo conmigo, la satisfacia con la mano pero con la polla no sentía nada y como tampoco se me ponía muy dura, peor aún. La incité a que probará con otros pero no quiso, teníamos poco más de veinte años, vivíamos cerca de la playa y mi mujer trabaja en un chalet donde tenía que coger el bus para volver a casa, el cual en aquellos años no pasaba frecuentemente.
El caso es que un día llegó a casa medio llorando y me contó que un tipo le había dicho que la traía a casa y la llevó por una zona que no conocía, con una mano se sacó la polla y comenzó a masturbarse, paró y comenzó a meterle mano. Ella reconoció que al principio y cuando le vio la polla le gustó pero no quiso seguir adelante, porque en otra ocasión le pasó lo mismo y el tipo le hizo daño. Mientras me lo contaba el pito se me puso duro como una piedra, ella nunca me había visto así, le quité las bragas y las tenía totalmente mojadas, reconoció que se había corrido, la follé como un loco.
Al terminar le propuse que si le volvía a suceder se tenía que dejar follar, para convencerse si era lo que queria.
Una semana después me contó que había vuelto a ver al tipo y le había pedido perdón y quería quedar con ella pero bien. Le dije que accediera, concertase un día y yo estaría vigilando para que no se preocupase...
Quedó con el y los seguí en el coche, llegaron a un descampado y estuvieron como diez minutos magreandose en el coche, salieron fuera y la folló en el capo del coche, ella se estaba volviendo loca ante aquel pollón y yo me hice una paja como nunca.
Cuando volvió a casa me tiro las bragas en la cara, diciendo, ¿te ha gustado? A mi si y mucho.
Después han sucedido muchas cosas que ya contaré.
