Sueño de un día de verano

Capítulo 1 -- Introducción

Mi familia había insistido mucho en que teníamos que ir a pasar un día con la familia de una amiga de mi madre, ya que llevaba semanas invitándonos a su apartamento y se nos habían terminado las excusas para no ir.
El motivo por el que habíamos intentado escaquearnos tantas veces era que Celia, la amiga de mi madre, era muy pesada. Era de ese tipo de mujeres sin filtro que hace preguntas incómodas y que tiene literalmente desactivado el sentido de la vergüenza.
Por mi parte, aunque no tenía ningunas ganas de ir, sí que había una motivación para mí. Su nombre era Sofía, la hija menor de Celia, que tenía mi edad. Desde que éramos pequeños cada vez que nos juntábamos las dos familias, Celia hacía bromas constantes sobre que Sofía y yo teníamos que ser novios, pero a mi nunca me llamó la atención. Sin embargo, tras varios años sin vernos, recibí una solicitud en In***gram de Sofía y... digamos que mi opinión acerca de ella cambió bastante por 2 motivos de gran tamaño y hermosa forma. Sofía era de esas chicas a las que les gustaba de vez en cuando deleitar a sus seguidores con fotos subidas de tono, por lo que en los meses previos a los eventos de esta historia, sus fotos ya eran un recurso habitual en muchas de mis pajas.
Así que en estas condiciones, me dirigía a aquel apartamento, donde preveía que pasaría un día bastante aburrido, aunque con la expectación de ver por fin las enormes tetas de Sofía en la piscina, además de la curiosidad de ver a su hermana Leticia en bikini. El caso de Leticia era sorprendentemente el contrario al de su hermana pequeña, ya que ella sí era algo más mona de cara y en sus redes sociales no llegué a encontrar ni una sola foto donde mostrara nada de su cuerpo.
 
Capítulo 2 -- Toma de contacto

Tras un trayecto de media hora, llegamos al complejo de apartamentos, cogimos algunas cosas del maletero y nos dirigimos a la puerta número 12.
Desde la distancia nos identificó Celia, que se apresuró a abrir la puerta y abrazar a mi madre llenándole la cara de pintalabios con los mil besos que le dio.
-Ay que ganas tenía de veros por fin! ¿Cómo estás, pibón?- le preguntó a mi madre justo antes de azotarle una nalga sin previo aviso.
-Joder Celia -respondió mi madre entre risas-. Pues muy bien con ganas de ver tu famoso apartamento.
-Bueno, bueno, bueno..., qué pedazo de hombretón tenemos por aquí -dijo en tono seductor dirigiéndose a mí, procediendo a apretarme el bíceps-, ¿no te importará cambiarte por Felipe (su marido) esta noche? -bromeó entre carcajadas.
La verdad es que llevaba un año yendo regularmente al gimnasio y a mis 19 años, estaba muy en forma, así que me gustó que Celia se diera cuenta tan rápido. Me daba esperanzas de que Sofía pensara igual que su madre cuando me viera sin camiseta en la piscina.
-Venga, pasad que estamos ya preparando las cosas para ir a la piscina.
Entramos y saludé cordialmente a Leticia y después a Sofía, la cual se mostró muy indiferente a mi presencia.
¿Y si tiene novio? -pensé.
Cuando las dos chicas terminaron de preparar sus bolsos, salimos y pusimos rumbo a la piscina. Estaba vacía, así que pudimos coger las mejores hamacas en primera línea.
Se colocaron primero Sofía y Leticia en las hamacas del borde, seguidas de Felipe y Celia. Nosotros continuaríamos la fila, siguiendo el orden lógico, dejando a mi madre colocarse al lado de Celia y a su otro lado mi padre, para acabar yo en el borde contrario y poder interactuar lo menos posible con la otra familia. Sin embargo, en un arrebato, decidí que prefería estar algo más cerca de las chicas antes que quedarme en la hamaca más alejada escuchando música, que era lo que hubiera querido en condiciones normales.
Así que cuando mi madre fue a colocar su toalla en la hamaca de al lado de la de Celia, tiré mi toalla ahí.
-Te he quitado el sitio jajaja -dije como si estuviera bromeando y fuera a quitar mi toalla después.
-Pues mira, quédate ahí y así puedes ponerte al día con Celia que llevas años sin verla -me dijo mi madre creyendo que me estaba castigando.
En parte sí que era una putada, ya que aunque estaba más cerca de las chicas, tenía primero a la inagotable Celia y después a su marido Felipe como obstáculo previo a la hermosa vista de las hamacas de Leticia y Sofía. Aun así me valían la pena esos metros más cerca que iba a estar de sus dos hijas, ya que si me iba a acercar a hablar con ellas sería menos incómodo desde ahí a si me tuviera que levantar desde la otra punta.
 
Capítulo 3 -- Cambio de planes

Una vez autoasignadas las hamacas de cada uno, era el momento de quitarse la ropa y quedarse cada uno en bañador o bikini.
Recuerdo que me excitaba bastante la situación, ya que me moría de ganas de ver los cuerpos de Sofía y Leticia, al igual que quería asegurarme de alegrarles la vista a ellas también con el cuerpo que me había llevado tanto trabajo conseguir en el gimnasio.
Sin pensármelo mucho me quité la camiseta y me puse las gafas de sol, técnica ancestral para poder mirar lo que quiera sin que nadie sepa lo que miro.
Me dirigí a la ducha que estaba al otro lado de la piscina, frente a nuestras hamacas. Quería que me vieran Leticia y Sofía mientras me caía el agua por el cuerpo, supuse que si a mí me pondría verlo en ellas, a ellas les pondría verlo en mí.
El agua caía helada, pero me metí decidido ya que tenía que causar buena impresión delante de ellas.
Luego, volviendo a mi hamaca, decidí pasar por el lado de Leticia y Sofía a ver si me hacían algún comentario que pudiera dar pie a una conversación picante y ya a partir de ahí sería coser y cantar.
Para mi sorpresa, al pasar a su lado, se quedaron cada una mirando su móvil y no dijeron nada.
Llegué decepcionado hasta mi hamaca, pensando en cuál sería mi siguiente movimiento para intentar ligar con alguna de las hermanas.
-Madre mía, chaval -dijo Celia asintiendo con la cabeza mientras yo me tumbaba en mi hamaca.
Por lo menos alguien se había parado a apreciar mi cuerpo, aunque no fuera quien yo quería, pero me subió un poco la moral.
Me di cuenta de que Sofía y Leticia habían comenzado a quitarse la ropa, por lo que era momento de observar el espectáculo.
Evidentemente mi prioridad número uno era intentar ligar con alguna de las dos, pero si eso no era posible, quería poder al menos verlas en bikini y ver si ocurría algo subido de tono para hacerme una buena paja al volver a casa imaginando cómo me las follo a las dos.
Primero se quitó la ropa Leticia, la hermana mayor, que para mi decepción, había traído un bañador que le cubría completamente sus pequeñas tetas y no enseñaba casi nada de su decente culo.
Dentro de lo malo, sabía que Sofía traería algo interesante, ya que me conocía el tipo de bikinis que le gusta llevar por lo que publicaba en redes. Efectivamente, se quitó la camiseta y en seguida identifiqué aquel bikini que había usado más de una vez para calentar a sus seguidores. Era de color verde y dejaba a la vista la mitad superior de sus perfectas tetas. Me quedé mirándola descaradamente, ya que me sentía indetectable usando las gafas de sol.
-Yo también le miraría las tetas -me susurró Celia matándome del susto mientras ella reía.
No respondí, evidentemente me había dejado helado con su comentario.
-No te preocupes, es normal. Las dos están como locas con sus novios, llevan todo el verano sin soltar el móvil hablando con ellos.
Mierda, mi plan A se me acababa de arruinar, así que tocaba asumir la derrota y tomar fotos mentales para hacerme una buena paja al volver a casa.
La verdad es que el momento del susurro de Celia hablándome de las tetas de su hija junto con la imagen del tremendo cuerpo de Sofía ya habría sido suficientemente caliente como para tocarme después, pero ya os adelanto que eso no fue lo más caliente que ocurrió ese día.
Mientras me dedicaba a escuchar educadamente las historietas del verano que me iba contando Celia, trataba de observar disimuladamente a Sofía, a ver si alcanzaba a verle el culo ahora que se había tumbado boca abajo. Mientras seguía hablándome, Celia procedió a quitarse el vestido que llevaba puesto.
Normalmente una mujer de 50 años como tenía Celia ya se viste con un bikini más ancho, que tape las imperfecciones de la edad lo mejor posible, pero claro, estamos hablando de Celia, una persona con una seguridad y desparpajo sin precedentes. Se quedó desnuda de caderas para arriba, dejando a mi vista su cuerpo cubierto por algunas manchas de la edad sorprendentemente sexys y sus dos grandes tetas naturales colgando, presumiendo de amplios y rosados pezones. La parte de abajo... le cubría lo que podía, ya que por ambos lados sobresalía parte de su coño, algo peludo, pero muy atractivo.
Mi erección ocurrió casi de forma instantánea por lo inesperado que fue para mí descubrir que Celia estaba tan buena con esa edad, además de que se quedara con las tetas al aire y que llevara la parte de abajo del bikini de una talla demasiado pequeña para el tremendo coño que tenía que cubrir. También me impresionaron sus piernas, mucho más firmes de lo que me esperaba. Sus pies eran bastante grandes y llevaba las uñas pintadas de rojo pasión, a juego con las de las manos.
Con lo cachondo que me había puesto en un momento comprendí que era lógico que Celia quisiera enseñar su cuerpo de esa forma, como le gustaba hacerlo a Sofía en redes sociales.
Supongo que al final todos somos un poco así, buscamos reconocimiento de nuestras virtudes. De la misma forma que yo quería que se fijaran en mi cuerpo de gimnasio, Celia no iba a dejar su espectacular cuerpo, que a sus 50 años seguía firme e imponente, tapado por unas telas, oculto para los demás.
A unos metros, al otro lado de Celia se encontraba su marido Felipe, que ni la miraba. En ese momento me quedé pensando en si llega un momento en la vida en el que puedas tener una barbaridad de mujer prácticamente desnuda al lado tuyo y te dé exactamente igual porque ya estés acostumbrado.
 
Capítulo 4 -- Seducido

Me estaba resultando prácticamente imposible prestar atención a lo que me decía Celia.
Gracias a mis gafas de sol no estaba haciendo ni el esfuerzo de disimular. Clavé mi mirada en sus tetas y fui alternando el foco de mi mirada entre las tetas y lo que podía vislumbrar del coño.
Me estaba imaginando lamiendo lo que sobresalía del coño de Celia cuando pensé <<¿qué estoy haciendo fantaseando con el coño de la amiga de mi madre? ¿es normal que me pase esto o soy un puto salido?>>
No paraba de gesticular mientras hablaba, de forma que sus tetas iban bailando de un lado a otro de forma sincronizada, parecía que lo estuviera haciendo a propósito.
Se me estaba poniendo brutalmente dura, así que fui a colocarme boca abajo para que nadie se percatara de mi erección.
-Pero vamos a ver, ¿te vas a tumbar ahí con este sol sin ponerte crema ni nada? -me interrumpió.
-Ya, cierto. Tienes razón -no conviene discutir con ella con lo pesada que es y además, tenía razón.
-Trae que te la extiendo por la espalda -sugirió.
Me disparó varias veces en la espalda con la crema de máxima protección y comenzó a extenderla sobre mis hombros. Estaba muy arrimada a mí, tanto que llegué a notar sus tetas rozando mi espalda en más de una ocasión.
No se como explicarlo, pero notar sus manos expertas moviéndose con decisión por mi espalda y el calor de su cuerpo con el sutil roce de sus tetas mientras me hablaba ahora en susurros... me estaba poniendo muy cachondo.
-Listo, ya la espalda no te la quemas seguro -se río.
Procedí a tumbarme urgentemente boca abajo, pero nuevamente me interrumpió:
-Ah, o sea que yo te pongo la crema y tu ni me lo ofreces. Muy mal, muy mal.
Me reí, asentí y esperé a que se girara para levantarme hacia su hamaca ya que no quería que me viera de frente por motivos evidentes.
-Espera, que mejor me tumbo -me frenó cuando ya iba a empezar a echarle la crema.
Se estiró lentamente quedando completamente boca abajo. Llevaba un puto tanga de hilo tan fino que a penas se veía. Era casi como si estuviera desnuda, ya que podía verle hasta los pequeños pelos del ano que el tanga no era capaz de cubrir.
Sabía que ese era el momento para observar bien ese tremendo culo y quedarme con la imagen para esa noche tener la mejor paja de mi vida.
El culo era gordo, imponente, con algo de celulitis, pero con forma muy sexy.
Cuando las ganas de tocarlo eran tan grandes que estaba a punto de traicionarme a mí mismo, decidí que era el momento de dejar de mirarlo y ponerle crema en la espalda, que era lo que me había pedido.
-Vale, voy. -dije mientras me colocaba.
Tuve que ponerme de rodillas en su hamaca, con una pierna a cada lado de su cuerpo para poder acceder a su espalda. Esto significaba que su culo quedaba justo entre mis piernas.
Apliqué bastante crema sobre su espalda y comencé a extenderla con firmes movimientos. Decidí tomarme mi tiempo y permitirme desearla para poder disfrutar ese momento. Al fin y al cabo, solo estaba extendiendo crema, así que no tenía que preocuparme de lo que pudieran pensar los demás. Me tomé mi tiempo y disfruté de cada roce con su piel
-Joder, chaval, que buen masaje me estás dando. Felipe, aprende cómo se toca a una mujer en condiciones -se burló de su marido.
-No empieces anda -respondió Felipe cansado, como si la discusión viniera ya de años atrás.
Yo, callado, me limité a seguir extendiendo la crema, que ya estaba más que extendida, pero eso solo lo sabía yo. Estaba disfrutando de notar el cálido cuerpo de Celia con mis dos manos. A veces no lo pensamos, pero una espalda desnuda puede llegar a ser muy sexy, o al menos en ese momento estaba tan caliente que me lo parecía. Su culo quedaba tan cerca de mis huevos que decidí inclinarme muy ligeramente hacia delante, lo justo para que llegaran a rozar muy ligeramente su culo y mi polla. Tenía muchas ganas de restregarla, de moverme hacia arriba y abajo para darme placer con el roce de su culo en mi polla, pero entendí que era inviable y que tenía que conformarme con imaginarlo.
Inevitablemente, tuve que decirle que la crema ya estaba bien extendida e irme de vuelta a mi hamaca. Así que contemplé una vez más de cerca cómo ese tremendo culo engullía el casi invisible hilo negro antes de marcharme.
 
Ufffffff.....!!!!! Interesante comienzo. (y)(y)(y)(y)(y) Esto promete y tiene muy buena pinta... :dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1:🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻
 
Capítulo 5 -- Zorra

Tumbado boca abajo en mi hamaca empecé a hacer una recapitulación de las imágenes que había visto, desde las perfectas tetas de Sofía en el bikini verde, hasta las desnudas tetas de Celia y la imagen su tremendo culo tan cerca de mi polla.
La verdad es que no había punto de comparación. Quien me había puesto cachondo de verdad había sido Celia y era ella a quien quería tener en mi mente cuando explotara.
Estaba tan cachondo que empecé a valorar la opción de ir en ese mismo momento al baño y correrme ahí mismo.
Mientras valoraba las opciones, Celia se giró hacia mi:
-Con ese cuerpo y ese tacto con las manos debes tenerlas a todas locas eh.
<<Joder, no sé qué es lo que pretende exactamente, pero yo creo que ya me está tirando la caña>>, pensé.
-Podría decir lo mismo de tí. -susurré asegurándome de que ni mi madre ni Felipe pudieran oírnos.
Se descojonó.
La conversación continuó de forma más normal, mientras los demás se iban marchando de vuelta al apartamento para comer.
-Nosotros iremos en un rato, que le estoy haciendo un interrogatorio al chaval. -le dijo Celia a Felipe, que era el último en marcharse.
-¿Un bañito ahora que tenemos la piscina entera para nosotros? -dijo sonriendo.
Asentí y sin pensárselo se levantó y se metió en la piscina.
Yo tarde algo más, como si por esperar 15 segundos mi erección fuera a desaparecer.
Finalmente me decidí a tirarme rápido en la piscina a ver si milagrosamente conseguía que no se viera un bulto enorme en mi bañador.
Creo que se acabó notando mi tremenda erección descaradamente antes de tirarme al agua.
Celia nadó hasta donde estaba yo.
La piscina no era muy profunda y ambos hacíamos pie con facilidad.
-Un poco más y te explota el bañador ahí arriba -me susurró entre risas-.
-Mierda... perdona... es que verte así, no sé. -respondí entre titubeos.
Se río.
-No te preocupes hombre, me has hecho sentir sexy, que un tiarrón como tú, con 19 años, te pongas así de cachondo viendo mi cuerpo de 50... me halaga.
-Estás muy buena. Felipe tiene mucha suerte.
-Joder, da gusto hablar contigo. -dijo entre risas
Nosotras somos más disimuladas, pero nos pasa lo mismo. -añadió -Cuando estabas ahí en la ducha te puedo asegurar que tanto mis niñas como yo no te quitábamos el ojo de encima. Yo quiero mucho a Felipe, pero claro, si nos ponemos a comparar... -dijo antes de descojonarse
A las mujeres no nos vale con saber que podemos seducir a un hombre calvo con barriga cervecera, aunque sea tu marido y le quieras mucho. Queremos sentirnos capaces de seducir a un hombre fuerte y atractivo, aunque normalmente no queramos hacer nada al respecto, pero simplemente el saber que podemos seducirlo nos da ese empoderamiento, ¿entiendes?
-Sí, sí, claro, tiene sentido. -respondí -entonces, ¿tu estabas intentando ponerme cachondo o qué?
Sonrío y de repente me agarro con fuerza los huevos a través del bañador.
-¿Y lo conseguí o no?
Se arrimó a mí, clavándo sus tetas en mi cuerpo.
-Dios, para que me estás poniendo demasiado ya.
-Jajaja, sí, perdona... -suspiró y se apartó lo suficiente para que no estuviéramos en contacto-, Felipe ya nunca me toca, ¿sabes? Hay días que llego a casa cachonda perdida y no hay manera. Es como si él hubiera perdido las ganas de follar con el tiempo, pero yo te juro que soy igual de perra que cuando tenía 20 años.
Me encanta seducir a los tíos hasta que les he puesto tan cachondos que necesitan empotrarme con todas sus ganas. Y eso antes funcionaba con Felipe, pero con el tiempo cada vez me lo tenía que currar más hasta que hoy en día ya no hay manera. Habíamos llegado a un punto en el que tenía que hacerle unos stripteases espectaculares para ponerlo cachondo, con música y todo. -se río-. Básicamente me fui volviendo más y más zorra para poder seducirle, me compraba ropa más provocante, le decía cosas más guarras, pero al final ya nada servía. Últimamente ya no sabía si había perdido la capacidad de poner cachondo a un hombre o es que mi marido ya no es capaz de ponerse cachondo.
Hoy aquí contigo he recuperado esa sensación de empoderamiento. Me pone tanto ver que si actúo como una zorra se te pone la polla así de dura... es lo que más me pone... saber que puedo hacer contigo lo que quiera -,se pegó completamente a mí, acarició mi cara y me lamió el cuello-, saber que si me acerco y pongo mi coñito aquí no puedes resistir la tentación -continuó, juntando nuestras entrepiernas.
Bajó mi bañador, y sin encontrar resistencia por mi parte, agarró mi polla, se apartó el tanga ligeramente hacia un lado, y fue lentamente introduciéndola en su coño maduro.
-¿Ves lo que digo? Tengo 50 años y te he puesto super cachondo a tí, que podrías follarte a alguien mucho más joven. He conseguido que estés aquí arriesgándote a que nos pillen porque no puedes aguantar las ganas conmigo. Eso es lo que quiero, lo que necesito y no encuentro ya en mi marido. -dijo entre gemidos mientras mi polla entraba y salía de su cuerpo.
La tía no se callaba nunca, pero llegados a este punto me daba un poco igual.
-Mmm -gemía en tono de susurro.
Me estaba gozando tanto el tacto de su coño alrededor de mi polla con la calentura que llevaba encima... mucho más que en ningún otro polvo de mi vida.
-Quiero volver a sentirme una zorra.-dijo mientras gemía.
-Eres una puta zorra -le dije mientras la agarraba del cuello.
-Para para para! Que viene alguien -dijo mientras retiraba mi polla de su coño.
-Mierda, mierda, mierda.
Nos alejamos un poco y vimos llegar a Leticia.
 
Ufffffff....!!!!! Que pasada; pensabas en taladrar a la hija y al final taladras a la madre... (y)(y)(y) Bien por ti chaval. :banana1::banana1::banana1::banana1: Aprovecha este privilegio que te da la vida... 👌👌👌👌👌:dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::lamidaculo1::lamidaculo1::lamidaculo1::lamidaculo1:🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻
 
Capítulo 6 -- Éxtasis

-Ya hemos comido todos y estamos ahí dentro jugando a las cartas, ¿no vais a venir? -preguntó Leticia extrañada.
-Es que a tu madre le han encantado mis masajes y me tiene aquí esclavizado.-se me ocurrió para salir del paso.
Nos reímos los tres.
Celia me lanzó una mirada de aprobación, como felicitándome por haber salido del paso ante la pregunta incriminadora de su hija.
Comenzó una conversación sin importancia entre Celia y Sofía, pero yo seguía a punto de explotar y con ganas de demostrarle a Celia que su seducción había funcionado y que seguía pudiendo poner cachondo a cualquiera, que el problema era de su marido y no de ella.
Queda mejor decir que lo que ocurrió a continuación lo hice para que Celia recuperara la confianza en su capacidad de seducción y no porque estaba tan caliente que no me funcionaba ni el sentido común.
-Tu madre flipa con los masajes que doy, debo tener un don para esto -dije comenzando un masaje en la espalda de Celia con mi mano izquierda.
Mientras ellas dos seguían hablando, con mi otra mano bajo el agua, empecé a acariciar el culo de Celia, el cual noté que se tensaba con el resto de su cuerpo por el imprevisto, ya que su hija seguía ahí al lado, de pie fuera de la piscina. Agarré sutilmente el tanga y lo aparté a un lado. Fruto de mi excitación, volví a sacarme la polla discretamente y la apoyé sobre el culo de Celia, buscando el ano, mientras con la otra mano fingía darle un masaje en la espalda. Muy lentamente fui introduciendo la polla dentro de su ano. Celia se reía nerviosa mientras hablaba con Sofía, sin saber muy bien qué decir ante la situación.
-En seguida iremos para allá, Leti. -dijo Celia despidiéndose de su hija.
-Nos vemos ahora! -añadí yo sonriente, con mi polla dentro en el ano de su madre.
-¿¡Tu eres gilipollas o que!? -me recriminó Celia girándose una vez volvimos a quedarnos solos. Me soltó una bofetada.
-Así de cachondo me pusiste, ¿no es lo que querías?
Volví a darle la vuelta y comencé a follarle el culo más rápido y sobre todo, más fuerte. Estábamos completamente arrimados al borde. Ella empotrada contra el muro de la piscina.
Colocó mis manos en sus tetas. Yo las agarré con fuerza.
-Pues ahora reviéntame entonces, ¿no? -me ordenó
Yo flipaba, estaba dándole con todas mis fuerzas, pero me seguía pidiendo más y más. Esta mujer era otro nivel, no era como las chicas de mi edad.
-Dime cosas guarras, dime cómo te he puesto de cachondo ahí arriba.
Como he ido diciendo, esta mujer no se callaba nunca. Creo que no pasamos ni 5 segundos seguidos follando callados, así que decidí entrar en su juego.
-Me has puesto tanto que antes pensé en irme al baño a pajearme pensando en tus tetas y cómo te sobresalía el coño por ese bañador enano.
-Jajaja, ¿y mi culo? ¿te gusta el hilito de zorra que me he puesto?
-Estaba deseando lamértelo todo.
-¿Te pongo más que mis hijas?
A esta mujer no le bastaba con que le follara el culo, tenía que hacerme un jodido cuestionario. Me estaban dando tremendas ganas de meterle la polla en la boca y que intentara seguir hablando y no pudiera hacerlo porque mi polla se lo impidiese.
-Si... -dije poco convencido recordando la de veces que me había tocado pensando en Sofía.
Empecé a follar aún más fuerte para intentar que no me preguntara nada más.
-Quiero saborear tu corrida -continuó-.Quiero notarla en mi boca.
-Dios mío. -gemí
-¡Dame más duro, joder! -insistió.
Yo ya no sabía qué más hacer, así que le di una bofetada. Esta mujer era insaciable.
-Ufff que rico joder. -respondió a mi bofetada-, ahora tírame del pelo.
Obecedí.
-Ahhh!, ahh!, ahhh!, ahhh! -gozaba la cincuentona al ritmo que yo le tiraba del pelo, le metía la polla por el culo y la empotraba contra el muro de la piscina. Por fin había conseguido estar al nivel de la intensidad que esta perra necesitaba.
-Me falta poco... -le avisé.
-¡Me voy a correr, no pares ahora ni de coña!.-me contestó ella dejando claro quien mandaba ahí.
Si toda la situación me tenía más caliente que nunca en mi vida, el comentario final de Celia supuso un terremoto interior con un inevitable desenlace, semen saliendo a toda presión de mi polla hacia el interior de su culo.
Mi orgasmo duró como 20 segundos, pero tenía que aguantar algo más para que ella también llegara a correrse. Me daba hasta miedo dejarla a medias con lo agresiva e impulsiva que era esa mujer.
Tras un minuto envuelto en una mezcla de dolor y placer, follándome a Celia mientras mi polla me suplicaba un descanso, noté como las piernas de Celia comenzaron a temblar.
Soltó un grito de placer que creo que nos pudieron oír desde todos los apartamentos del complejo.
Tras unos segundos, se giró, me dio un beso con exceso de lengua que cubrió más que mi boca, y me dijo dándome una palmadita:
-No has estado mal, ve a cambiarte anda.

Durante el resto del día aparentamos total normalidad, lo cual resultaba tremendamente extraño. Yo pasé la mayor parte del día con el móvil, a mi rollo y lo poco que interactué con Celia fue como si todo lo que pasó en la piscina hubiera sido fruto de mi imaginación.
Pasé algo más de tiempo con Sofía y Leticia, con las que me llevé bastante bien. Me llegué a replantear si podía haber llegado a tener algo con Sofía en un futuro, en caso de que no me hubiera follado a su madre. Me dio lástima, ya que era una chica que me gustaba mucho.
Al caer la noche, ya nos íbamos y nos despedimos de todos, uno por uno.
Cuando me fui a despedir de Celia me dio dos besos, se acercó a mi oído y me susurró:
-Me debes una corrida en la boca.
Me dio una bofetada amistosa y junto a Felipe y sus hijas se quedó observando cómo mis padres y yo nos marchábamos de vuelta a casa.
 
Capítulo 6 -- Éxtasis

-Ya hemos comido todos y estamos ahí dentro jugando a las cartas, ¿no vais a venir? -preguntó Leticia extrañada.
-Es que a tu madre le han encantado mis masajes y me tiene aquí esclavizado.-se me ocurrió para salir del paso.
Nos reímos los tres.
Celia me lanzó una mirada de aprobación, como felicitándome por haber salido del paso ante la pregunta incriminadora de su hija.
Comenzó una conversación sin importancia entre Celia y Sofía, pero yo seguía a punto de explotar y con ganas de demostrarle a Celia que su seducción había funcionado y que seguía pudiendo poner cachondo a cualquiera, que el problema era de su marido y no de ella.
Queda mejor decir que lo que ocurrió a continuación lo hice para que Celia recuperara la confianza en su capacidad de seducción y no porque estaba tan caliente que no me funcionaba ni el sentido común.
-Tu madre flipa con los masajes que doy, debo tener un don para esto -dije comenzando un masaje en la espalda de Celia con mi mano izquierda.
Mientras ellas dos seguían hablando, con mi otra mano bajo el agua, empecé a acariciar el culo de Celia, el cual noté que se tensaba con el resto de su cuerpo por el imprevisto, ya que su hija seguía ahí al lado, de pie fuera de la piscina. Agarré sutilmente el tanga y lo aparté a un lado. Fruto de mi excitación, volví a sacarme la polla discretamente y la apoyé sobre el culo de Celia, buscando el ano, mientras con la otra mano fingía darle un masaje en la espalda. Muy lentamente fui introduciendo la polla dentro de su ano. Celia se reía nerviosa mientras hablaba con Sofía, sin saber muy bien qué decir ante la situación.
-En seguida iremos para allá, Leti. -dijo Celia despidiéndose de su hija.
-Nos vemos ahora! -añadí yo sonriente, con mi polla dentro en el ano de su madre.
-¿¡Tu eres gilipollas o que!? -me recriminó Celia girándose una vez volvimos a quedarnos solos. Me soltó una bofetada.
-Así de cachondo me pusiste, ¿no es lo que querías?
Volví a darle la vuelta y comencé a follarle el culo más rápido y sobre todo, más fuerte. Estábamos completamente arrimados al borde. Ella empotrada contra el muro de la piscina.
Colocó mis manos en sus tetas. Yo las agarré con fuerza.
-Pues ahora reviéntame entonces, ¿no? -me ordenó
Yo flipaba, estaba dándole con todas mis fuerzas, pero me seguía pidiendo más y más. Esta mujer era otro nivel, no era como las chicas de mi edad.
-Dime cosas guarras, dime cómo te he puesto de cachondo ahí arriba.
Como he ido diciendo, esta mujer no se callaba nunca. Creo que no pasamos ni 5 segundos seguidos follando callados, así que decidí entrar en su juego.
-Me has puesto tanto que antes pensé en irme al baño a pajearme pensando en tus tetas y cómo te sobresalía el coño por ese bañador enano.
-Jajaja, ¿y mi culo? ¿te gusta el hilito de zorra que me he puesto?
-Estaba deseando lamértelo todo.
-¿Te pongo más que mis hijas?
A esta mujer no le bastaba con que le follara el culo, tenía que hacerme un jodido cuestionario. Me estaban dando tremendas ganas de meterle la polla en la boca y que intentara seguir hablando y no pudiera hacerlo porque mi polla se lo impidiese.
-Si... -dije poco convencido recordando la de veces que me había tocado pensando en Sofía.
Empecé a follar aún más fuerte para intentar que no me preguntara nada más.
-Quiero saborear tu corrida -continuó-.Quiero notarla en mi boca.
-Dios mío. -gemí
-¡Dame más duro, joder! -insistió.
Yo ya no sabía qué más hacer, así que le di una bofetada. Esta mujer era insaciable.
-Ufff que rico joder. -respondió a mi bofetada-, ahora tírame del pelo.
Obecedí.
-Ahhh!, ahh!, ahhh!, ahhh! -gozaba la cincuentona al ritmo que yo le tiraba del pelo, le metía la polla por el culo y la empotraba contra el muro de la piscina. Por fin había conseguido estar al nivel de la intensidad que esta perra necesitaba.
-Me falta poco... -le avisé.
-¡Me voy a correr, no pares ahora ni de coña!.-me contestó ella dejando claro quien mandaba ahí.
Si toda la situación me tenía más caliente que nunca en mi vida, el comentario final de Celia supuso un terremoto interior con un inevitable desenlace, semen saliendo a toda presión de mi polla hacia el interior de su culo.
Mi orgasmo duró como 20 segundos, pero tenía que aguantar algo más para que ella también llegara a correrse. Me daba hasta miedo dejarla a medias con lo agresiva e impulsiva que era esa mujer.
Tras un minuto envuelto en una mezcla de dolor y placer, follándome a Celia mientras mi polla me suplicaba un descanso, noté como las piernas de Celia comenzaron a temblar.
Soltó un grito de placer que creo que nos pudieron oír desde todos los apartamentos del complejo.
Tras unos segundos, se giró, me dio un beso con exceso de lengua que cubrió más que mi boca, y me dijo dándome una palmadita:
-No has estado mal, ve a cambiarte anda.

Durante el resto del día aparentamos total normalidad, lo cual resultaba tremendamente extraño. Yo pasé la mayor parte del día con el móvil, a mi rollo y lo poco que interactué con Celia fue como si todo lo que pasó en la piscina hubiera sido fruto de mi imaginación.
Pasé algo más de tiempo con Sofía y Leticia, con las que me llevé bastante bien. Me llegué a replantear si podía haber llegado a tener algo con Sofía en un futuro, en caso de que no me hubiera follado a su madre. Me dio lástima, ya que era una chica que me gustaba mucho.
Al caer la noche, ya nos íbamos y nos despedimos de todos, uno por uno.
Cuando me fui a despedir de Celia me dio dos besos, se acercó a mi oído y me susurró:
-Me debes una corrida en la boca.
Me dio una bofetada amistosa y junto a Felipe y sus hijas se quedó observando cómo mis padres y yo nos marchábamos de vuelta a casa.

Esta cincuentona ya ha probado un rabo joven y vigoroso... :polla2: y seguro que quiere repetir... :follar1::follar1::follar1::follar1:;);););):banana1::banana1::banana1::banana1::banana1::banana1:🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻
 
Capítulo 7 -- Un año después

Un año después de aquello, podría decir que yo no era el mismo. Seguramente 9 de cada 10 veces que me masturbaba, Celia estaba en mi cabeza. Las pocas veces que follé ese año también necesité tenerla en mi cabeza para poder disfrutar en condiciones. Al final, cuando has comido en el mejor restaurante del mundo, es mucho más difícil volver a comer las comidas precocinadas del supermercado.
Cuando mi madre anunció que Celia nos había invitado a pasar dos días en su apartamento no pude contener mi felicidad.
-¿Cómo es que tienes tantas ganas de ir? ¿es por que sabes que Sofía ahora está soltera?
Me reí, pero no respondí.
Era el momento, no tenía ni idea de qué iba a pasar, pero para lo bueno o para lo malo, estar cerca de Celia era algo que me apetecía más que nada en el mundo. Me preguntaba si alguien sabría lo que ocurrió. Si Celia se arrepentía o si al igual que yo deseaba repetir. ¿Cómo le habrían ido las cosas con Felipe después de aquello? ¿Tendría posibilidades de follarme a Sofía ahora que estaba soltera? ¿Cómo puedo pensar en tirarme a Sofía habiendo estado con su madre, qué me pasa?¿Y por qué me pone tanto la idea?
Nos habían invitado a pasar la noche. Por lo visto ese año habían abierto una nueva discoteca muy cerca del complejo de apartamentos y el plan era salir ahí por la noche.
La verdad es que el plan de ligar con Sofía se había vuelto mucho más factible ahora que estaba soltera y saldríamos de fiesta. Al fin y al cabo, tenía una cuenta pendiente con Sofía y a pesar de las circunstancias, eso no se me iba a quitar de la cabeza.
Cuando llegamos al apartamento me iba el corazón a mil. No tenía ni idea de cómo me iban a recibir. No sabía si sería incómodo para Celia ni si Felipe sabía que me había follado por el culo a su mujer. Por no hablar de si Sofía o Leticia sabían algo. ¿Y si todo el plan era una trampa para asesinarme por parte de la familia de Celia? Ya estaba delirando.
Finalmente, cuando nos abrieron la puerta, saludé a todos con absoluta normalidad y entablamos las primeras conversaciones cotidianas preguntando cómo había ido el año y qué tal nos iba a todos. Celia aparentó absoluta normalidad, fue cordial y no quiso hablar conmigo más de la cuenta. Me pareció la opción correcta para no llamar la atención.
Mis padres se quedaron en el salón charlando con Celia y Felipe. Las chicas me enseñaron la cama donde iba a dormir esa noche, una cama hinchable al lado de las camas de ellas, todas en la misma habitación. Parecía cómoda, les agradecí que la hubieran preparado ya.
Después nos despedimos de los padres y salimos los tres a tomar algo a un bar de la zona.
-Me hubiera gustado pasar más tiempo contigo la otra vez. -Rompió el silencio Sofía una vez estábamos los tres sentados con una cerveza en la mano.
-Os recuerdo que estuvisteis todo el rato con el móvil hablando con vuestros novios.-dije riendo
-Bueno... es verdad. -intervino Leticia -.Vaya dos estúpidas creyendo en el amor.
-¿Salió mal la cosa? -me interesé.
-A mí me puso los cuernos en la puta discoteca de aquí al lado -respondió Leticia- y Sofi tuvo problemas porque a su novio no le gustaba que subiera fotos a las redes enseñando su cuerpo. ¡Que se vayan a la mierda!
Leticia estaba muy habladora y parecía una persona completamente distinta a la que conocí un año antes.
-Totalmente -respondí intentando ganarme su complicidad.
-¿Tú tampoco eres muy de novias por lo que veo en redes, no? -preguntó Sofía
-Estamos en edad de experimentar -respondí.
-Genial, porque esta noche salimos y tenemos que ligar los tres.
Tras varias cervezas y un paseo por la zona, volvimos al apartamento para comer.
Pasamos ahí la tarde, entre juegos de cartas y anécdotas, con tanta normalidad que la mayor parte del tiempo se me olvidaba que el año anterior había puesto a Celia contra la pared de la piscina hasta correrme dentro de su culo.
 
La tensa espera... :oops::oops::oops::oops::oops::rolleyes::rolleyes::rolleyes::rolleyes::unsure::unsure::unsure::unsure::unsure::):):):););););):dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::dancer1:🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻
Capítulo 7 -- Un año después

Un año después de aquello, podría decir que yo no era el mismo. Seguramente 9 de cada 10 veces que me masturbaba, Celia estaba en mi cabeza. Las pocas veces que follé ese año también necesité tenerla en mi cabeza para poder disfrutar en condiciones. Al final, cuando has comido en el mejor restaurante del mundo, es mucho más difícil volver a comer las comidas precocinadas del supermercado.
Cuando mi madre anunció que Celia nos había invitado a pasar dos días en su apartamento no pude contener mi felicidad.
-¿Cómo es que tienes tantas ganas de ir? ¿es por que sabes que Sofía ahora está soltera?
Me reí, pero no respondí.
Era el momento, no tenía ni idea de qué iba a pasar, pero para lo bueno o para lo malo, estar cerca de Celia era algo que me apetecía más que nada en el mundo. Me preguntaba si alguien sabría lo que ocurrió. Si Celia se arrepentía o si al igual que yo deseaba repetir. ¿Cómo le habrían ido las cosas con Felipe después de aquello? ¿Tendría posibilidades de follarme a Sofía ahora que estaba soltera? ¿Cómo puedo pensar en tirarme a Sofía habiendo estado con su madre, qué me pasa?¿Y por qué me pone tanto la idea?
Nos habían invitado a pasar la noche. Por lo visto ese año habían abierto una nueva discoteca muy cerca del complejo de apartamentos y el plan era salir ahí por la noche.
La verdad es que el plan de ligar con Sofía se había vuelto mucho más factible ahora que estaba soltera y saldríamos de fiesta. Al fin y al cabo, tenía una cuenta pendiente con Sofía y a pesar de las circunstancias, eso no se me iba a quitar de la cabeza.
Cuando llegamos al apartamento me iba el corazón a mil. No tenía ni idea de cómo me iban a recibir. No sabía si sería incómodo para Celia ni si Felipe sabía que me había follado por el culo a su mujer. Por no hablar de si Sofía o Leticia sabían algo. ¿Y si todo el plan era una trampa para asesinarme por parte de la familia de Celia? Ya estaba delirando.
Finalmente, cuando nos abrieron la puerta, saludé a todos con absoluta normalidad y entablamos las primeras conversaciones cotidianas preguntando cómo había ido el año y qué tal nos iba a todos. Celia aparentó absoluta normalidad, fue cordial y no quiso hablar conmigo más de la cuenta. Me pareció la opción correcta para no llamar la atención.
Mis padres se quedaron en el salón charlando con Celia y Felipe. Las chicas me enseñaron la cama donde iba a dormir esa noche, una cama hinchable al lado de las camas de ellas, todas en la misma habitación. Parecía cómoda, les agradecí que la hubieran preparado ya.
Después nos despedimos de los padres y salimos los tres a tomar algo a un bar de la zona.
-Me hubiera gustado pasar más tiempo contigo la otra vez. -Rompió el silencio Sofía una vez estábamos los tres sentados con una cerveza en la mano.
-Os recuerdo que estuvisteis todo el rato con el móvil hablando con vuestros novios.-dije riendo
-Bueno... es verdad. -intervino Leticia -.Vaya dos estúpidas creyendo en el amor.
-¿Salió mal la cosa? -me interesé.
-A mí me puso los cuernos en la puta discoteca de aquí al lado -respondió Leticia- y Sofi tuvo problemas porque a su novio no le gustaba que subiera fotos a las redes enseñando su cuerpo. ¡Que se vayan a la mierda!
Leticia estaba muy habladora y parecía una persona completamente distinta a la que conocí un año antes.
-Totalmente -respondí intentando ganarme su complicidad.
-¿Tú tampoco eres muy de novias por lo que veo en redes, no? -preguntó Sofía
-Estamos en edad de experimentar -respondí.
-Genial, porque esta noche salimos y tenemos que ligar los tres.
Tras varias cervezas y un paseo por la zona, volvimos al apartamento para comer.
Pasamos ahí la tarde, entre juegos de cartas y anécdotas, con tanta normalidad que la mayor parte del tiempo se me olvidaba que el año anterior había puesto a Celia contra la pared de la piscina hasta correrme dentro de su culo.

La tensa espera... :oops: :oops: :oops: :oops: :oops: :oops: :banana1::banana1::banana1::banana1::banana1::banana1::dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::dancer1::cool::cool::cool::cool::cool::cool::oops::oops::oops::oops::oops::oops::oops::rolleyes::rolleyes::rolleyes::rolleyes::rolleyes::rolleyes:
 
Capítulo 8 -- Discoteca

Al caer la noche, Leti, Sofi y yo nos preparamos para salir. Yo había traído mi mejor camisa y unos vaqueros. Me desabroché un par de botones de la camisa, me puse colonia y básicamente, ya estaba listo. Ellas tardaron bastante más en maquillarse. Las dos llevaban un outfit escotado y la parte de abajo excesivamente corta. Se notaba que se habían hartado de sus novios y que ahora salían de caza.
Cuando llegamos a la discoteca, con el reggaeton sonando a todo volumen, decidí invitarlas a copas. Al fin y al cabo ellas me habían dado un techo para esa noche. Me lo agradecieron entre halagos y pasamos un largo rato en la barra entre copas y chupitos.
-¿Ya te has fijado en alguien? -me preguntaron
-Aún no, pero cuanto más beba más guapas parecerán todas.
Se rieron.
-A mí el alcohol me pone super cachonda -comentó Leti antes de descojonarse.
<<Quién diría que esta era la misa persona tan reservada y tímida que conocí hace un año>>
-Venga, vamos a bailar. -propuso Sofi mientras yo contemplaba su escote, que dejaba lo justo para la imaginación.
Con alguna dificultad, conseguimos abrirnos un hueco entre la multitud.
Las dos hermanas, ya muy borrachas, comenzaron a dar un espectáculo al ritmo de la música. Iban moviéndose hacia abajo mientras movían las caderas en círculos y reían, sabiendo que estaban poniendo cachondos a todos los que las veíamos.
De vez en cuando se les acercaba algún chico, buscando pegarse al culo de alguna mientras bailaba, pero ellas rápidamente se los iban quitando de encima. Con esos bailes tan calientes se habían convertido en el centro de atención de la discoteca.
Yo estaba más bien balanceándome mientras sujetaba mi copa, ya que bailar pues no era mi punto fuerte.
Cuando el alcohol ya me estaba afectando lo suficiente, decidí acercarme más a Leti. Supuse que Sofi confiaba en sus posibilidades conmigo, y sabía que al acercarme a su hermana mayor, ella se picaría e intentaría seducirme.
Leti se sorprendió y continuó su movimiento de caderas, restregando su culo contra mi paquete. El roce era ligero, pero suficiente para ponérmela a tope. Estuvimos un rato bailando pegados, sin dejar de interactuar con Sofi, ya que al fin y al cabo éramos tres y no queríamos dejar a nadie solo.
Sofi, sin esperar mucho, con sutiles movimientos de baile, fue capaz de apartar a su hermana y pasar a ser ella quién movía el culo sobre mi pantalón. Esta lo hacía más pegada a mí, provocando que el contacto fuera más intenso y hubiera momentos donde su culo presionaba realmente fuerte contra mi polla. Se notaba que Sofi era la que más experiencia tenía en poner cachondos a los tíos, a pesar de ser la menor de las hermanas.
-Qué bien te mueves -le susurré al oído.
-¿Mejor que mi hermana? -respondió ella en voz alta.
-¡Oye! -protestó la hermana mayor entre risas.
Yo aproveché los movimientos de Sofi restregándome el culo para pegarme aún más y que notara bien duro mi paquete.
-Me estoy poniendo a tope con tanto roce. -me dijo esta vez al oído.
-Yo también. -respondí sin dudarlo.
<<Menuda familia de golfas>> pensé con la polla ardiendo.
Estaba deseando follarme a Sofi, pero Leti no se iba a separar de nosotros, así que la situación era complicada.
Le lancé una mirada a Sofi para ver si entendía la situación de la misma forma que yo, y así lo hizo.
-Tengo que ir al baño y él me va a acompañar -le dijo a su hermana.
-Si hombre, ¿y yo me quedo aquí bailando sola?
Sofía le lanzó una mirada asesina para que su hermana entendiera las intenciones, así que finalmente, Sofi se dirigió al baño y yo, agarrado a su mano, fui tras ella, dejando atrás a Leti.
Teníamos la suerte de que al ser tan nueva la discoteca, los baños estaban en unas condiciones bastante decentes.
Entramos con rapidez al baño de las chicas y nos metimos corriendo en el primer puesto abierto que vimos. Sofi cerró de un portazo, y tras casi tropezar con el váter, comenzó a besarme intensamente.
Irónicamente, en ese momento me recordó bastante a su madre, ya que ambas compartían esa forma de besar en la que te pasaban la lengua por toda la boca.
Sin dudarlo, se bajó el tanga por debajo del vestido, apoyó una pierna en la tapa del váter, me agarró de la camisa y me acercó de un tirón.
Rápidamente me desabroché el cinturón, bajé mis pantalones y calzoncillos en un mismo movimiento y dejé que Sofi pusiera un condón en mi polla.
-Fóllame. -dijo
En ese momento se abrió bruscamente la puerta. Sofi tenía una mano apoyada en ella, por lo que perdió el equilibrio y tuve que cogerla.
-¡Seréis guarros! -dijo Leti muy enfadada.
-¡Cierra joder! -respondió Sofi alterada -¿en serio no lo habías pillado?
-Yo que sé, sabía que había algo raro, pero... ¡La ostia! -dijo mirándome el paquete -.Yo estaba bailando con él primero.
Casi como acto reflejo de su enfado, me encontré con la polla agarrada por la mano de Leti.
-¿Pero qué coño haces? -dijo Sofi pronunciando regular a causa del alcohol.
Leti no le hizo ni caso y comenzó a besarme. No hace falta que diga que su técnica era literalmente igual que la de su hermana y su madre.
Se apartó de mi boca para dirigirse de nuevo a su hermana pequeña:
-Eres la hermana pequeña y te vas a tener que joder.
Yo, atónito, me quedé callado observando como se bajaba también el tanga.
Dada la situación tan absurda y morbosa, decidí que sería divertido metérsela a Sofi, en lugar de a su hermana que parecía que se había hecho con el control. Así que, mientras Leti estaba esperando que se la metiera, abierta de piernas, me acerqué a su hermana pequeña y comencé a follármela a ella.
Sofi gemía con fuerza y Leti, molesta, hacía esfuerzos por separarnos, como si su hermana pequeña le hubiera quitado el juguete con el que ella quería jugar.
Finalmente, Leti logró separarnos. La miré, la puse de espaldas contra la pared y empecé a follármela ahora a ella.
Sofi empezó a descojonarse en voz alta. Ya no sabía si estaba enfadada o no, pero yo seguía follándome a su hermana.
Sofi estaba pegada a nosotros, ya que ese baño no daba para mucho más. Así que aproveché para darle un beso en el cuello y que no sintiera que la estaba apartando, sino que quería pasármelo bien con las dos. Ante esta reacción, Sofi comenzó a reírse con algo de rabia y acto seguido se puso a azotar el culo de su hermana, siguiendo el ritmo en el que yo le metía la polla.
Dejando los enfados a un lado, todos entendimos la situación y fui alternando el coño que penetraba cada medio minuto.
Aprovechaba para besar a la hermana que no estaba follándome en ese momento y así poder implicarlas a ambas.
Era perfecto, porque en esos segundos que tardaba en sacarla del coño de una hermana, dejar que la otra hermana cambiara de postura y metérsela a esta, podía descansar un poco y durar un poco más, ya que hubiera sido una pena arruinar esa situación tan caliente corriéndome en dos minutos.
Me gustó cómo ambas al final generaron cierto compañerismo y, aunque evitando un excesivo contacto entre ellas, sí que se daban alguna caricia y azote como aprobación de la situación.
Me hubiera encantado ponerlas a ambas de rodillas y correrme en las caras de las dos, pero como digo, la situación era bastante incontrolable y fue en uno de los cambios, después de haber estado follándome a Leti, cuando me disponía a meterla en el coñito de Sofi, que empecé a correrme encima de las nalgas de Sofi.
Cuando me empecé a correr, Leti se apresuró a agarrármela y ser ella la que me sacaba el semen para empapar el culo de su hermana.
Después de unos segundos de asimilar todo lo que había ocurrido, ayudamos a Sofi a limpiarse.
Entre risas y con muy buen rollo, recogimos todo y pusimos rumbo al apartamento para dar fin a aquella gran noche.
 
Buuuuffff.....!!!!! Brutallll... 👌👌👌👌👌 Intuyo que la noche acaba en trio... :banana1::banana1::banana1::banana1::banana1: Primero la madre y luego las hijas; me da que al final vas a montartelo con las tres a la vez... :ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:

Un aplauso campeón... :aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1:🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻
 
No quiero presionarte, pero de echa de menos una continuación... :cool::cool::cool::cool:;););););):D:D:D:D:D🍻🍻🍻🍻🍻🍻
 
¡
Buuuuffff.....!!!!! Brutallll... 👌👌👌👌👌 Intuyo que la noche acaba en trio... :banana1::banana1::banana1::banana1::banana1: Primero la madre y luego las hijas; me da que al final vas a montartelo con las tres a la vez... :ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:

Un aplauso campeón... :aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1:🍻🍻🍻🍻🍻🍻🍻
brutaaaaal. Todo un campeon....
 
Capítulo FINAL -- ¿Cornudo?

Sobre las dos y media de la mañana llegamos los tres al apartamento y, tratando de hacer el mínimo ruido posible, nos dirigimos a la habitación. Ellas no paraban de reír, ya que seguían totalmente borrachas. Yo estaba más bien en shock, intentando asumir lo que acababa de pasar. Haría poco menos de una hora que me había corrido sobre las nalgas de Sofía, pero no pude evitar desear continuar ahora en la habitación. No todos los días se presenta una oportunidad así.
Este deseo murió rápidamente, ya que nada más tumbarse en sus camas, ambas quedaron roncando como si llevaran meses sin dormir. Me tocaba conformarme con lo que había ocurrido en la discoteca, que no era poco. Decidí ir al baño a lavarme los dientes y quitarme el sabor a alcohol.
Salí de la habitación y me dirigí hacia el baño haciendo el mínimo ruido posible, pero al final del pasillo me encontré una figura que me estaba esperando, era Felipe.
-¿Felipe? -susurré para no despertar a nadie.
Sin decir nada me llevó hasta su habitación, donde estaba Celia tumbada en la cama, tapada hasta el cuello con las sábanas, pero despierta.
Mierda, mierda, mierda. No estaba seguro de si estaría enfadado debido a que un año antes me follé por el culo a su mujer o a que esa misma noche acababa de follarme a sus dos hijas en el baño de la discoteca. Fuera lo que fuera, era comprensible que quisiera matarme.
-Sé lo que pasó el año pasado en la piscina -dijo en un tono muy calmado. No parecía enfadado.
Yo le miré perplejo.
-Salvaste nuestra relación -continuó - .Esa misma noche, Celia no pudo aguantarlo y me confesó lo que había ocurrido. En un principio me sentí fatal, sentí que Celia me había faltado el respeto y que la situación era muy grave. Ella me fue explicando que yo hacía tiempo que no era capaz de complacerla, lo cual era cierto. Me explicó que necesitaba sentir a un hombre de verdad y que no era su intención hacerme daño. Le pedí que me contara los detalles para ver si lograba entender por qué yo no era capaz de complacerla y tú si. Entonces me explicó cómo te sedujo haciendo topless y enseñándote su coñito en aquel bikini tan pequeño. Me contó cómo te pidió que le pusieras crema para que te acercaras a su culo y cómo tú no pudiste resistir su tentación. Mientras me iba contando todos los detalles me di cuenta de que se me estaba poniendo muy dura. Yo estaba teniendo un problema de excitación, ¿sabes? Nuestra relación se estaba yendo a pique porque yo ya no era capaz de excitarme como antes y follármela como se merecía. Entonces ninguno de los dos podía quedar satisfecho sexualmente. Por eso digo que salvaste la relación. Ese día cambió todo para nosotros. Celia descubrió que otros hombres sí eran capaces de darle el placer que ella necesitaba. Por mi parte, yo descubrí que nada me ponía más cachondo que saber que otros hombres se follaban a mi mujer. Al final cada uno es como es. Tú eres un capullo que se folló a mi mujer en mi puta piscina, Celia es tan zorra que me puso los cuernos con un niño de 19 años y yo... yo me pongo cachondo cuando mi mujer se folla a otro. Por eso creemos que hoy podríamos ganar los tres.
-Quiere que me folles, cariño -intervino por fin Celia dirigiéndose a mí -. Quiere que follemos y que mañana le cuente todos los detalles de lo que hagamos. Sé que la situación puede ser intimidante para tí, pero se lo debes, te follaste a su mujer. -se río.
Felipe salió de la habitación y se fue a acostarse al sofá.
Celia se quitó las sábanas y se puso en pie frente a mí. Llevaba puesto un conjunto de lencería negra muy sexy. Se notaba que esto era algo que habían planeado con tiempo porque se habían esforzado en hacer que fuera lo más excitante posible para mí. Pensándolo mejor, probablemente la idea era que todo fuera lo más excitante posible para Felipe a la hora de escuchar la historia al día siguiente.
Celia estaba espectacular, aquel conjunto realzaba su pecho y cubría sensualmente sus piernas con medias de rejilla.
Me desnudé, me acerqué a ella y empezamos a besarnos. Yo coloqué ambas manos en su culo, mientras que ella acariciaba suavemente mi polla ya completamente dura.
La tumbé boca arriba sobre la cama y acerqué mi boca a su coño.
Decidí que esta vez lo disfrutaría más. La última vez ocurrió todo con impulsividad, pero esta vez no había prisa y podía tomarme mi tiempo en tocar y lamer todo su cuerpo. Además, cuanto más me lo currara, más lo agradecería después su marido.
Lentamente fui pasando mi lengua por los alrededores de su coñito maduro, realmente disfrutando de cada centímetro de contacto con su piel, como no lo había hecho nunca antes.
-Vienes caliente de la fiesta, ¿eh?
-Si...
Era imposible que supiera lo de la discoteca, por lo que no me alarmé.
Seguí comiéndole el coño durante unos minutos, mientras ella gemía en voz baja. Mientras, me iba diciendo cosas:
-No voy a negar que tenía muchas ganas de repetir contigo. Me he hinchado a follar este año, no te creas, pero el morbo de aquel día fue insuperable.
Sin tiempo para darme cuenta, me tumbó y pasó a ser ella la que paseaba su lengua por mi polla con movimientos que ninguna otra chica me había hecho antes.
-No sé si es que tienes más experiencia o es que eres una puta diosa o algo -le confesé.
Ella se río y se metió mi polla enterita en la boca.
Yo le acariciaba el pelo como señal de que me estaba gustando mucho. La verdad es que me activaba todas las zonas de mayor placer, se conocía todos los trucos y eso era de agradecer.
-Bueno, cariño, a ver si me das tan duro como la última vez.
La verdad es que era mucha presión porque aquella vez fui con todo y ahora mis huevos no estaban del todo recuperados de haberse corrido hacía cerca de una hora, pero realmente quería dar lo mejor de mí, ya que llevaba un año entero deseando estar en esa situación. Me vine un poco arriba y le dije:
-Vas a flipar.
Ella, como de costumbre, se descojonó. Impaciente, agarró mi polla y se la metió dentro con una facilidad brutal.
Mientras me la follaba empecé a pensar en cómo los coñitos de Sofi y Leti estaban mucho menos dilatados y me daban más placer.
<<¿Cómo puedo ser tan capullo de exigir más en esta situación?>> pensé.
Tras un buen rato follando, Celia se la sacó y dijo:
-Cariño, tenemos que hacer una cosa que le encanta a Felipe.
Sonriendo, me acercó un pie a la cara, cubierto parcialmente por las rejillas de sus medias.
-Venga, lámelo.
<<No es lo que buscaba, pero todo lo malo sea eso>> me dije a mí mismo.
Empecé a lamer con algo de inseguridad, pero poco a poco lo fui disfrutando más, hasta el punto de que no me parecía peor que lamerle las tetas. Celia hacía que cualquier cosa fuera sensual.
-¿Te gusta? -preguntó gimiendo.
-Me encanta.
-Pues ahora te toca flipar a ti.
Colocó ambos pies alrededor de mi polla y empezó a hacer unos movimientos perfectos, colocando los dedos de sus pies con precisión milimétrica en las zonas más sensibles del glande.
Me pilló tan de sorpresa que no pude evitar correrme pasados unos pocos segundos.
-¡No! Mierda, no sabía que te estaba gustando tanto. Podrías haberme avisado.
-Buf, perdona, ni yo mismo lo vi venir.
-Bueno -me dio un beso en la mejilla- espero que lo hayas disfrutado.
-Mucho, para tu edad lo tienes todo muy rico -dije con sinceridad.
Celia se molestó:
-¿Qué quieres decir? ¿Acaso prefieres a una niñita?
-No, joder, era un halago.
-Es que ahora parece que me follas porque con las de tu edad no puedes.
-Créeme que sí puedo.
-Pues a mí me da que no, chaval.
Su comentario me cabreó bastante, y esas estúpidas ganas de ganar la discusión me traicionaron:
-¿Que no? Pregúntale a Sofi a ver si puedo. O no, mejor pregúntale a Leti a ver que te dice.
Me llevé un buen y merecido bofetón.
-¿Que cojones estás diciendo?
Se levantó y fue corriendo a la habitación de las chicas. Yo la seguí, acojonado. Lo único que pasaba por mi mente en ese momento era que por favor ni mis padres ni Felipe se enterasen de nada. Por suerte, la casa era bastante grande y si conseguía calmarlas, podía evitar el desastre mayor.
-¡Niñas! -las despertó -. ¿Las dos? ¿Con este capullo?
Ellas aún borrachas se descojonaron. Yo, contagiado, me reí también y añadí:
-Esto mejor no se lo cuentes a Felipe.
Celia me miró enfadada, pero se notaba que le había hecho cierta gracia mi comentario.
-Eres un puto depravado. -dijo Celia
Mientras discutíamos, Sofi me bajó los pantalones y empezó a hacerme una paja muerta de risa. Yo no tenía intención de pararla, aunque ya me dolía un poco de tanta actividad.
-¡Sofi, joder! -le recriminó Celia.
-¡Me pido segun! -dijo Leti riendo cómplice con su hermana.
-Niñas, ¿qué cojones?
-Mamá, es una paja, no se va a morir nadie.
<<Si que es verdad que el alcohol las ponía cachondas, vaya locura>> pensé.
-Me toca -dijo Leti, llevándose mi polla a la boca.
-¡Ya está bien! ¿qué coño hacéis? y Leti, cariño -se río- así no se come una polla.
-A ver, enséñale -me vine arriba.
-No, chaval, no te flipes que esto no es un vídeo porno.
-Fuera de coñas, mami. ¿Cómo se hace bien?
-¿Me lo estás diciendo en serio?¿Tu te crees que esto es normal?
Leti continuó la mamada y yo empecé a gemir para demostrarle a Celia que esto no iba a parar.
-Venga, mamá, enséñanos -se animó Sofía.
Solo imaginaros mi situación mientras ocurría esta conversación entre madre e hija. Si no fuera porque me había corrido dos veces esa misma noche, me habría corrido ahí mismo solo de la excitación de ese momento.
-La hostia, Leti -suspiró Celia -trae anda.
Entonces comenzó a comérmela, mucho mejor que un rato antes en su habitación. Como si antes se hubiera estado guardando cosas y ahora realmente había decidido sacar todo su potencial.
-¿Ves?¿ves los movimientos con la lengua, cariño?
Yo solo podía pensar: <<Aguanta, por dios, aguanta, que esto dure lo máximo posible>>.
Leti le quitó mi polla a su madre y comenzó a poner en práctica lo aprendido. Debo decir que, aunque su madre era inimitable, se notaba la mejoría.
-Mejor, cariño.
Los siguientes minutos transcurrieron en un pique de Sofi y Leti tratando de ganarse la aprobación de su madre sobre su habilidad chupando penes.
Celia ya no mostraba desaprobación por la situación. No porque estuviera cachonda, sino que estaba concentradísima en ayudar a sus hijas con sus habilidades eróticas, sin pararse a pensar en lo rocambolesco de la situación, dadas las horas de la madrugada y la ilusión e interés mostrados por sus hijas.
Cuando terminó la lección sobre felación, la profesora Celia comenzó nuevas lecciones sobre cómo satisfacer a un hombre.
La situación era muy graciosa porque por un lado estaba Celia, totalmente concentrada y tomándose en serio las enseñanzas, y por otro lado, sus hijas se lo pasaban en grande sin parar de reír. Bueno y por el tercer lado estaba yo, gozándomelo.
Celia les enseñó cómo hacer mejor las pajas y cómo incorporar las tetas a la hora de hacerlas.
Cuando fue el turno de Sofi para masturbarme con sus tetas estuve a punto de correrme, ya que esas tetas eran mi debilidad, pero conseguí mantener el tipo porque necesitaba descubrir cuál iba a ser la siguiente lección impartida por Celia.
-Vale, niñas, este es mi secreto mejor guardado. Con esto vais a volver loco a cualquier tío -anunció Celia.
Mi corazón se aceleró.
-Primero, creas en su mente el deseo -dijo Celia acercando de nuevo a mi cara los pies que me habían hecho correrme unos minutos antes.
Me fue pasando los pies sensualmente por la cara, deteniéndose en mis labios. Mi cuerpo, sin consultarme, comenzó a lamerlos sutilmente, como víctimas de un conjuro invocado por Celia.
-Entonces cuando ves que ya has generado ese deseo, los colocas así sobre su polla y haces estos movimientos.
-Dios... -gemí.
-¡Hala que guay, déjame probar! -dijo Sofi.
Ambas hermanas repitieron el proceso de su madre, hasta que tuve que pararlas:
-No puedo más, me voy a correr.
-Quieto ahí -dijo Celia- tú me debes una corrida en la boca desde hace mucho tiempo.
-Es una larga historia -continuó Celia ante las miradas extrañadas de sus hijas.
Celia se puso de rodillas y me animó a terminar.
Sus dos hijas la imitaron.
Comencé a masturbarme mirando las tres caritas deseosas de mi semen.
Celia apartó mi mano y tomó el control sobre mi polla.
Las tres sacaron la lengua esperando recibir mi corrida.
En ese momento empecé a recordar todos los momentos en los que había deseado llenarles la cara de semen. Recordé todas las fotos subidas de tono que había visto de Sofía, recordé la primera vez que vi el coño de Celia sobresaliendo de su bikini. Los bailes en la discoteca, el sexo en el baño y aquella follada a Celia por el culo en la piscina.
Todos los pensamientos comenzaron a acelerar y a mezclarse con la imagen de sus caritas pidiendo que me corriera y exploté.
Dejé que saliera todo, no podía casi sostenerme en pie durante el orgasmo. Celia se llevó la mayor parte, pero en un hermoso acto de maternidad, apuntó mi polla a las bocas de sus hijas para dejarles probar.

Minutos después caí rendido en la cama, exhausto, pero orgulloso de haber cumplido todas mis fantasías.
Nunca se me iban a olvidar aquellos días de verano.
 
¿Ideas para un nuevo relato? En este, como es casi mi primero, he tratado de incluir un poco de diferentes fantasías y pasar más tiempo narrando la acción que los previos. Ha servido un poco de calentamiento para tocar todos los palos. Para el siguiente me gustaría enfocarme más en un tema concreto y tratar mucho más a fondo los previos. Que haya que esperar más para la acción y haya muchas más ganas. Tengo varias ideas, puedo tirar por cuernos, incesto, dominación femenina, fetiche de pies (no sé si es tan popular) o una historia más normalita, pero bien detallada. ¿cuál creéis que gustaría mas?
 
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Capítulo FINAL -- ¿Cornudo?

Sobre las dos y media de la mañana llegamos los tres al apartamento y, tratando de hacer el mínimo ruido posible, nos dirigimos a la habitación. Ellas no paraban de reír, ya que seguían totalmente borrachas. Yo estaba más bien en shock, intentando asumir lo que acababa de pasar. Haría poco menos de una hora que me había corrido sobre las nalgas de Sofía, pero no pude evitar desear continuar ahora en la habitación. No todos los días se presenta una oportunidad así.
Este deseo murió rápidamente, ya que nada más tumbarse en sus camas, ambas quedaron roncando como si llevaran meses sin dormir. Me tocaba conformarme con lo que había ocurrido en la discoteca, que no era poco. Decidí ir al baño a lavarme los dientes y quitarme el sabor a alcohol.
Salí de la habitación y me dirigí hacia el baño haciendo el mínimo ruido posible, pero al final del pasillo me encontré una figura que me estaba esperando, era Felipe.
-¿Felipe? -susurré para no despertar a nadie.
Sin decir nada me llevó hasta su habitación, donde estaba Celia tumbada en la cama, tapada hasta el cuello con las sábanas, pero despierta.
Mierda, mierda, mierda. No estaba seguro de si estaría enfadado debido a que un año antes me follé por el culo a su mujer o a que esa misma noche acababa de follarme a sus dos hijas en el baño de la discoteca. Fuera lo que fuera, era comprensible que quisiera matarme.
-Sé lo que pasó el año pasado en la piscina -dijo en un tono muy calmado. No parecía enfadado.
Yo le miré perplejo.
-Salvaste nuestra relación -continuó - .Esa misma noche, Celia no pudo aguantarlo y me confesó lo que había ocurrido. En un principio me sentí fatal, sentí que Celia me había faltado el respeto y que la situación era muy grave. Ella me fue explicando que yo hacía tiempo que no era capaz de complacerla, lo cual era cierto. Me explicó que necesitaba sentir a un hombre de verdad y que no era su intención hacerme daño. Le pedí que me contara los detalles para ver si lograba entender por qué yo no era capaz de complacerla y tú si. Entonces me explicó cómo te sedujo haciendo topless y enseñándote su coñito en aquel bikini tan pequeño. Me contó cómo te pidió que le pusieras crema para que te acercaras a su culo y cómo tú no pudiste resistir su tentación. Mientras me iba contando todos los detalles me di cuenta de que se me estaba poniendo muy dura. Yo estaba teniendo un problema de excitación, ¿sabes? Nuestra relación se estaba yendo a pique porque yo ya no era capaz de excitarme como antes y follármela como se merecía. Entonces ninguno de los dos podía quedar satisfecho sexualmente. Por eso digo que salvaste la relación. Ese día cambió todo para nosotros. Celia descubrió que otros hombres sí eran capaces de darle el placer que ella necesitaba. Por mi parte, yo descubrí que nada me ponía más cachondo que saber que otros hombres se follaban a mi mujer. Al final cada uno es como es. Tú eres un capullo que se folló a mi mujer en mi puta piscina, Celia es tan zorra que me puso los cuernos con un niño de 19 años y yo... yo me pongo cachondo cuando mi mujer se folla a otro. Por eso creemos que hoy podríamos ganar los tres.
-Quiere que me folles, cariño -intervino por fin Celia dirigiéndose a mí -. Quiere que follemos y que mañana le cuente todos los detalles de lo que hagamos. Sé que la situación puede ser intimidante para tí, pero se lo debes, te follaste a su mujer. -se río.
Felipe salió de la habitación y se fue a acostarse al sofá.
Celia se quitó las sábanas y se puso en pie frente a mí. Llevaba puesto un conjunto de lencería negra muy sexy. Se notaba que esto era algo que habían planeado con tiempo porque se habían esforzado en hacer que fuera lo más excitante posible para mí. Pensándolo mejor, probablemente la idea era que todo fuera lo más excitante posible para Felipe a la hora de escuchar la historia al día siguiente.
Celia estaba espectacular, aquel conjunto realzaba su pecho y cubría sensualmente sus piernas con medias de rejilla.
Me desnudé, me acerqué a ella y empezamos a besarnos. Yo coloqué ambas manos en su culo, mientras que ella acariciaba suavemente mi polla ya completamente dura.
La tumbé boca arriba sobre la cama y acerqué mi boca a su coño.
Decidí que esta vez lo disfrutaría más. La última vez ocurrió todo con impulsividad, pero esta vez no había prisa y podía tomarme mi tiempo en tocar y lamer todo su cuerpo. Además, cuanto más me lo currara, más lo agradecería después su marido.
Lentamente fui pasando mi lengua por los alrededores de su coñito maduro, realmente disfrutando de cada centímetro de contacto con su piel, como no lo había hecho nunca antes.
-Vienes caliente de la fiesta, ¿eh?
-Si...
Era imposible que supiera lo de la discoteca, por lo que no me alarmé.
Seguí comiéndole el coño durante unos minutos, mientras ella gemía en voz baja. Mientras, me iba diciendo cosas:
-No voy a negar que tenía muchas ganas de repetir contigo. Me he hinchado a follar este año, no te creas, pero el morbo de aquel día fue insuperable.
Sin tiempo para darme cuenta, me tumbó y pasó a ser ella la que paseaba su lengua por mi polla con movimientos que ninguna otra chica me había hecho antes.
-No sé si es que tienes más experiencia o es que eres una puta diosa o algo -le confesé.
Ella se río y se metió mi polla enterita en la boca.
Yo le acariciaba el pelo como señal de que me estaba gustando mucho. La verdad es que me activaba todas las zonas de mayor placer, se conocía todos los trucos y eso era de agradecer.
-Bueno, cariño, a ver si me das tan duro como la última vez.
La verdad es que era mucha presión porque aquella vez fui con todo y ahora mis huevos no estaban del todo recuperados de haberse corrido hacía cerca de una hora, pero realmente quería dar lo mejor de mí, ya que llevaba un año entero deseando estar en esa situación. Me vine un poco arriba y le dije:
-Vas a flipar.
Ella, como de costumbre, se descojonó. Impaciente, agarró mi polla y se la metió dentro con una facilidad brutal.
Mientras me la follaba empecé a pensar en cómo los coñitos de Sofi y Leti estaban mucho menos dilatados y me daban más placer.
<<¿Cómo puedo ser tan capullo de exigir más en esta situación?>> pensé.
Tras un buen rato follando, Celia se la sacó y dijo:
-Cariño, tenemos que hacer una cosa que le encanta a Felipe.
Sonriendo, me acercó un pie a la cara, cubierto parcialmente por las rejillas de sus medias.
-Venga, lámelo.
<<No es lo que buscaba, pero todo lo malo sea eso>> me dije a mí mismo.
Empecé a lamer con algo de inseguridad, pero poco a poco lo fui disfrutando más, hasta el punto de que no me parecía peor que lamerle las tetas. Celia hacía que cualquier cosa fuera sensual.
-¿Te gusta? -preguntó gimiendo.
-Me encanta.
-Pues ahora te toca flipar a ti.
Colocó ambos pies alrededor de mi polla y empezó a hacer unos movimientos perfectos, colocando los dedos de sus pies con precisión milimétrica en las zonas más sensibles del glande.
Me pilló tan de sorpresa que no pude evitar correrme pasados unos pocos segundos.
-¡No! Mierda, no sabía que te estaba gustando tanto. Podrías haberme avisado.
-Buf, perdona, ni yo mismo lo vi venir.
-Bueno -me dio un beso en la mejilla- espero que lo hayas disfrutado.
-Mucho, para tu edad lo tienes todo muy rico -dije con sinceridad.
Celia se molestó:
-¿Qué quieres decir? ¿Acaso prefieres a una niñita?
-No, joder, era un halago.
-Es que ahora parece que me follas porque con las de tu edad no puedes.
-Créeme que sí puedo.
-Pues a mí me da que no, chaval.
Su comentario me cabreó bastante, y esas estúpidas ganas de ganar la discusión me traicionaron:
-¿Que no? Pregúntale a Sofi a ver si puedo. O no, mejor pregúntale a Leti a ver que te dice.
Me llevé un buen y merecido bofetón.
-¿Que cojones estás diciendo?
Se levantó y fue corriendo a la habitación de las chicas. Yo la seguí, acojonado. Lo único que pasaba por mi mente en ese momento era que por favor ni mis padres ni Felipe se enterasen de nada. Por suerte, la casa era bastante grande y si conseguía calmarlas, podía evitar el desastre mayor.
-¡Niñas! -las despertó -. ¿Las dos? ¿Con este capullo?
Ellas aún borrachas se descojonaron. Yo, contagiado, me reí también y añadí:
-Esto mejor no se lo cuentes a Felipe.
Celia me miró enfadada, pero se notaba que le había hecho cierta gracia mi comentario.
-Eres un puto depravado. -dijo Celia
Mientras discutíamos, Sofi me bajó los pantalones y empezó a hacerme una paja muerta de risa. Yo no tenía intención de pararla, aunque ya me dolía un poco de tanta actividad.
-¡Sofi, joder! -le recriminó Celia.
-¡Me pido segun! -dijo Leti riendo cómplice con su hermana.
-Niñas, ¿qué cojones?
-Mamá, es una paja, no se va a morir nadie.
<<Si que es verdad que el alcohol las ponía cachondas, vaya locura>> pensé.
-Me toca -dijo Leti, llevándose mi polla a la boca.
-¡Ya está bien! ¿qué coño hacéis? y Leti, cariño -se río- así no se come una polla.
-A ver, enséñale -me vine arriba.
-No, chaval, no te flipes que esto no es un vídeo porno.
-Fuera de coñas, mami. ¿Cómo se hace bien?
-¿Me lo estás diciendo en serio?¿Tu te crees que esto es normal?
Leti continuó la mamada y yo empecé a gemir para demostrarle a Celia que esto no iba a parar.
-Venga, mamá, enséñanos -se animó Sofía.
Solo imaginaros mi situación mientras ocurría esta conversación entre madre e hija. Si no fuera porque me había corrido dos veces esa misma noche, me habría corrido ahí mismo solo de la excitación de ese momento.
-La hostia, Leti -suspiró Celia -trae anda.
Entonces comenzó a comérmela, mucho mejor que un rato antes en su habitación. Como si antes se hubiera estado guardando cosas y ahora realmente había decidido sacar todo su potencial.
-¿Ves?¿ves los movimientos con la lengua, cariño?
Yo solo podía pensar: <<Aguanta, por dios, aguanta, que esto dure lo máximo posible>>.
Leti le quitó mi polla a su madre y comenzó a poner en práctica lo aprendido. Debo decir que, aunque su madre era inimitable, se notaba la mejoría.
-Mejor, cariño.
Los siguientes minutos transcurrieron en un pique de Sofi y Leti tratando de ganarse la aprobación de su madre sobre su habilidad chupando penes.
Celia ya no mostraba desaprobación por la situación. No porque estuviera cachonda, sino que estaba concentradísima en ayudar a sus hijas con sus habilidades eróticas, sin pararse a pensar en lo rocambolesco de la situación, dadas las horas de la madrugada y la ilusión e interés mostrados por sus hijas.
Cuando terminó la lección sobre felación, la profesora Celia comenzó nuevas lecciones sobre cómo satisfacer a un hombre.
La situación era muy graciosa porque por un lado estaba Celia, totalmente concentrada y tomándose en serio las enseñanzas, y por otro lado, sus hijas se lo pasaban en grande sin parar de reír. Bueno y por el tercer lado estaba yo, gozándomelo.
Celia les enseñó cómo hacer mejor las pajas y cómo incorporar las tetas a la hora de hacerlas.
Cuando fue el turno de Sofi para masturbarme con sus tetas estuve a punto de correrme, ya que esas tetas eran mi debilidad, pero conseguí mantener el tipo porque necesitaba descubrir cuál iba a ser la siguiente lección impartida por Celia.
-Vale, niñas, este es mi secreto mejor guardado. Con esto vais a volver loco a cualquier tío -anunció Celia.
Mi corazón se aceleró.
-Primero, creas en su mente el deseo -dijo Celia acercando de nuevo a mi cara los pies que me habían hecho correrme unos minutos antes.
Me fue pasando los pies sensualmente por la cara, deteniéndose en mis labios. Mi cuerpo, sin consultarme, comenzó a lamerlos sutilmente, como víctimas de un conjuro invocado por Celia.
-Entonces cuando ves que ya has generado ese deseo, los colocas así sobre su polla y haces estos movimientos.
-Dios... -gemí.
-¡Hala que guay, déjame probar! -dijo Sofi.
Ambas hermanas repitieron el proceso de su madre, hasta que tuve que pararlas:
-No puedo más, me voy a correr.
-Quieto ahí -dijo Celia- tú me debes una corrida en la boca desde hace mucho tiempo.
-Es una larga historia -continuó Celia ante las miradas extrañadas de sus hijas.
Celia se puso de rodillas y me animó a terminar.
Sus dos hijas la imitaron.
Comencé a masturbarme mirando las tres caritas deseosas de mi semen.
Celia apartó mi mano y tomó el control sobre mi polla.
Las tres sacaron la lengua esperando recibir mi corrida.
En ese momento empecé a recordar todos los momentos en los que había deseado llenarles la cara de semen. Recordé todas las fotos subidas de tono que había visto de Sofía, recordé la primera vez que vi el coño de Celia sobresaliendo de su bikini. Los bailes en la discoteca, el sexo en el baño y aquella follada a Celia por el culo en la piscina.
Todos los pensamientos comenzaron a acelerar y a mezclarse con la imagen de sus caritas pidiendo que me corriera y exploté.
Dejé que saliera todo, no podía casi sostenerme en pie durante el orgasmo. Celia se llevó la mayor parte, pero en un hermoso acto de maternidad, apuntó mi polla a las bocas de sus hijas para dejarles probar.

Minutos después caí rendido en la cama, exhausto, pero orgulloso de haber cumplido todas mis fantasías.
Nunca se me iban a olvidar aquellos días de verano.
woooow... ¡fantastico!
 
¿Ideas para un nuevo relato? En este, como es casi mi primero, he tratado de incluir un poco de diferentes fantasías y pasar más tiempo narrando la acción que los previos. Ha servido un poco de calentamiento para tocar todos los palos. Para el siguiente me gustaría enfocarme más en un tema concreto y tratar mucho más a fondo los previos. Que haya que esperar más para la acción y haya muchas más ganas. Tengo varias ideas, puedo tirar por cuernos, incesto, dominación femenina, fetiche de pies (no sé si es tan popular) o una historia más normalita, pero bien detallada. ¿cuál creéis que gustaría mas?
Mientras tenga un final feliz, lo que estimes más oportuno.
 
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