Strip Trivial (y II)

mikel76

Miembro
Desde
10 Jul 2024
Mensajes
10
Reputación
75
Aquí la primera parte.

Nos pusimos a jugar al recién inventado Strip Trivial. No había pasado ni un cuarto de hora cuando ya teníamos a las chicas donde queríamos; en sujetador y con tres quesitos en su haber. Mientras que nosotros no teníamos ni un puto quesito y estábamos en calzoncillos.
Nos tocaba responder a nosotros y, por supuesto, fallamos. Las chicas empezaron a exigirnos entre gritos y risas que les debíamos los calzoncillos. Nosotros, por nuestra parte, protestábamos y nos quejábamos... Que si habían hecho trampas y había elegido la pregunta, que si no la habíamos entendido bien... Por supuesto nuestras protestas chocaban con los gritos de júbilo que exigían nuestra prenda. A esas alturas, yo estaba cachondísimo y me costaba esconder mi erección a la pareja de amigos. Así, que decidí soltar:

- Está bien, pero si queréis la prenda, la deberéis coger vosotras mismas.

En ese momento, el chaval y yo nos pusimos de pié frente a nuestras respectivas y volví a insistir:

- Lo dicho chicas, si queréis nuestros calzoncillos, cogedlos vosotras mismas.
- ¿Se los bajamos del tirón o poco a poco? Preguntó la amiga.
- ¿Qué más da eso? -Pregunté- Ni que fuera una tirita, jajajaaa
Mi chica, entre risas, contestó. - Mejor despacito, para que se pongan más cachondos si cabe. Mírales, está palotes, ¡jajajaa!

En ese momento, nos agarraron los gallumbos de las gomas y empezaron a bajarlos despacito entre risas nerviosas y algún comentario picante. Nosotros, efectivamente, teníamos una empalmada de campeonato y, cuando la goma de la prenda supero nuestros penes, estos saltaron como resortes frente a sus caras. Las explosión de risas que salió de las chicas fue instantánea.

- jajajaaa. Están empalmadísimos, jajajaaaa
- ¿no decíais que el Trivial era un coñazo?
- jajajaaa
- jejejeee...

A lo que el novio de la otra soltó. - Chicas, no me parece bien, se alegran mucho de veros y, en lugar de saludar y dar dos besos, os estáis descojonando de ellas. ¡Ya vendréis cuando tengáis hambre!

Las chicas enmudecieron y la mía dijo, - tienes razón, no tenemos modales- Estiró la cabeza y me plantó un beso en la punta del glande. Yo en aquel momento estaba alucinando. ¿Echar un polvo con otra pareja al lado? La verdad es que las ideas se me amontonaban en la cabeza y el alcohol no ayudaba así que no podía pensar con claridad. Cuando reaccioné después del beso, vi como la amiga se había metido todo el cipote de su novio en la boca. Tenía una bonita polla, parecida a la mía pero algo más larga y más fina.

- Eso sí que es un saludo, dijo mi chica.
- Se ve que la echaba de menos, -respondí- Tú, como hace poco que la has visto, ya no tienes esa emoción.
- uy, qué no, dice...

En ese momento, levantó mi pito con una mano y empezó a darme una jugosa lamida a mis pelotas, que continuó con su lengua recorriendo el tronco de mi pene hasta que llegó al capullo y, directamente, lo engulló. No podía más de la cachondez. Me estaban lamiendo mientras veía como se la comían a otro. En ese momento, le dije que parara, que a mi también me apetecía comerme ese coñito que tanto me gustaba. Mientras ella se quitaba el pantalón y las braguitas, vi como mi compañero de aventura se había tumbado en la alfombra y su chica estaba a cuatro patas haciéndole una tremenda mamada. Mi chica se volvió a sentar, esta vez con las piernas abiertas, esperando que mi lengua hiciera su trabajo. Y así lo hice, le abrí un poco el chochito con mis manos y mientras mis dedos acariciaban sus labios, mi lengua buscaba recoger hasta la última gota de sus flujillos, que no hacían más que fluir de su vagina hasta su ano.

En una de esas, me volví a acordar del culazo que tenía la amiga y levanté la cabeza. Allí estaba a pocos centímetros de mi. La falda se la había subido casi hasta la espalda, lo que deja ver a la perfección su culito y como el hilo del tanga se escondía entre sus nalgas para volver a aparecer tapando lo justito su sexo. No pude evitarlo, mientras volví a comerme el conejo de mi piba, estiré un brazo y empecé a pasar suavemente un par de dedos sobre aquel tanguita. En ese momento, vi como ella separó la boca del nabo de su novio, me miró, sonrió y mientras volvía a sus quehaceres, se apartó la goma del tanga, dejando aquel chochete moreno a mi entera disposición.

Yo seguía flipando. Le estaba comiendo el coño a mi novia, mientras masturbaba a su amiga mientras ella le chupaba la polla al colega. Al rato, mi chica me cogió de la cabeza y me levanto del suelo. - lo de antes me ha sabido a poco, tienes que volverme a follar ya.- Ante su imperativo, no pude negarme. Me sentó en el sofá. Antes de subirse encima de mi, colocó sus dos grandes tetazas alrededor de mi polla y comenzó a hacerme una riquísima cubana ayudada por su boca. Era algo que me encantaba. Inmediatamente después, se subió encima de mi y se metió mi pene hasta el fondo del tirón. Se puso a saltar sobre mi polla como si se fuera a acabar el mundo. Entonces vi como la otra pareja había cambiando de posición. Él seguía en el suelo, pero ella se había subido a él en cuclillas, dándole la espalda. Yo podía verla de frente, arqueándose sobre su novio dejando perfectamente a la vista como se la metían y sacaban lento, pero profundo. Un "me coooooorrrrrroooooooo!!!!" me sacó del trance. Era mi piba, ¿ya se había corrido? Era multiorgásmica pero, nunca había tardado tan poco en correrse. Además, fue salvaje, casi me hacían daño las contracciones de su vagina atrapando mi pene.

- ¡Qué poco le duras a tu novio! -le dijo su amiga.
- uffff, es que menudas ganas, tía, estaba cachondísima. Pero aquí no acaba la cosa, jajajaa

Me dio un profundo beso y se fue al baño, dejándome ahí con la empalmada de la vida junto a la otra pareja que, sin perder ripio, seguían dándole que te pego. La amiga dijo:

- Pobre, te ha dejado con la tienda montada, qué desperdicio.
- Pues aprovecha tú mientras tu amiga vuelve -dijo su novio.
- Vale, pero tú no me dejes de follar como lo estás haciendo.
- Claro, bombón. -le contestó.

Y, pasando de cuclillas a cuatro patas, empezó a lamerme mientras yo estaba medio tirado en el sofá y su novio seguía bombeando por detrás. Era una fantástica mamadora; se metía mi polla hasta la campanilla mientras decía, "qué gorda. Como sabe a chocho..." apenas movía la cabeza, mi polla solo estaba dentro de su boca notando como su lengua se volvía loca. Llegó a lamerme las bolas sin sacarsela de la boca... En esto que apareció mi chica otra vez en el salón.

- Eh! -espetó- que eso es mío, zorra... ¿quién te a dado permiso?
- Uy, perdona, no te pongas así, solo quería mantenerte la comida calienta.
- Ah, muchas gracias. No te preocupes, puedo compartir un poco.

Mi novia se arrodilló al lado de su amiga, frente a mi verga y, mientras la otra no se la sacaba de la boca, ella empezó a pasarme la lengua desde las pelotas hasta casi el ano una y otra vez. Por detrás, el colega, seguía dándola. Esta vez, le sujetaba una pierna en volandas mientras se la clava cada vez más dentro, más fuerte y más rápido. Los empujones que le daba hacían que su cabeza se moviera arriba y abajo cada vez más rápido. Si seguía así, me iba a correr irremediablemente. En ese momento, volvieron a cambiar, noté la boca familiar de mi novia mientras su amiga la empezó a dar mordisquitos en el cuello mientras le amasaba las tetas. Yo no pude aguantar más y me corrí como un caballo dentro de la boca de mi pareja... Nunca me había hecho eso, decía que no le molaba demasiado, pero esta vez, se tragó hasta la última gota de mi leche sin sacarse mi tronco de su boca. Apenas se le escapó una gotilla de lefa por la comisura de los labios... la cual recogió su amiga con la lengua para darle un goloso beso después.

Después de recuperarme del orgasmo, fui al baño a echar un pis y a mojarme un poco la nuca. Cuando volví, el espectáculo era grandioso. La amiga se había recostado en el sofá, y se sujetaba las piernas hacia arriba. Su novio, de rodillas, se la clavaba hasta el fondo y mi piba metía la cabeza entre medias a ver lo que podía pillar. - hummmm, me encanta, polla con sabor a chocho. -decía. De vez en cuando el amigo la sacaba de su novia y se la metía en la boca a la mía. Cuando la volvía a meter, esta le pasaba la lengua a su amiga por encima del chocho.

Solo ver la escena, hizo que mi pequeña volviera a estar en perfecto estado de revista. Como mi chica estaba a cuatro patas en el sofá, disfrutando de su tarea, su culito respingón dejaba totalmente expuesto su anete. Me encantaba. No pude hacer otra cosa que, mientras ellos seguían a lo suyo, yo me pondría a comerle el ojete a mi piba... Pufff... qué rico estaba. Cómo me gustaba apretar mi lengua fuerte para ver hasta donde se la metía. Así seguí un rato, chupando y lamiendo. Entre mis babas y sus flujillos, no me costó nada meter primer un dedo, luego otro y a continuación, el tercero... Ella seguía chupando a sus amigos pero cada vez gemía más en respuesta al tratamiento anal que la estaba aplicando. En una de esas, giró la cabeza hacia mi, y con un tono un poco de mala hostia, me soltó:

- ¡méteme otro dedo, joder!
- Pero si ya tienes tres dedos metidos, jajjaaaaa!!! ¿quieres que te meta el puño?
- ...

No hubo respuesta. Pero sacándose el pollón del amigo de la boca me dijo... - pues invéntate otra cosa, yo qué sé, pero sigue dándome así, por favor...

Así que, ni corto ni perezoso, embadurné mi polla con saliva y se la empecé a frotar por su culo ya bastante dilatado. Casi sin darme cuenta y sin esfuerzo, mí polla se deslizó dentro de su culo. Prácticamente se escurrió ella sola dentro. También era la primera vez que me dejaba darle por detrás y era la primera vez que tenía sexo anal. Ella me dijo que también era su primera vez por el culo pero viendo lo fácil y rápido que había resultado dilatarlo, lo ponía en duda. ¿He dicho que, a esas alturas el Trivial se había convertido en mi juego favorito?

Pues bien, seguía bombeando el culo de mi chica. Despacio pero contundentemente sacaba mi polla de su culo para volver a clavarla hasta el fondo. Madre mía, como me gustaba sentir cada centímetro de mi polla apretado por su esfínter. Y así estábamos cuando la amiga empezó a balbucear que se estaba yendo. El colega no se movía, solo la sujetaba fuerte contra él para que no se quedara ni un milímetro de su polla fuera mientras la otra tenía pequeñas convulsiones y los ojos completamente en blanco.

Entre gemidos, mi churri llegó a decir:

- ¿Ahora quien deja a quien a medias, guarra?
- No.... Es que... No podía... Más... Espera, espera...
- Vale, mientras tu chorbo espera, ¿me lo prestas un momento? Es que se me ha ocurrido una idea...- la pregunté yo.
- Sí, pero solo hasta que recupere el aliento.- respondió.

En ese momento, saqué mi nabo del culo de mi chica, me senté en el sofá y la dirigí para que se sentara en mi polla, mirando para delante con su conejito abierto en todo su esplendor. Se coloco en cuclillas y clavó mi polla hasta que posó su culo en mi cadera. Todos sabíamos lo que venía a continuación. El amigo se puso de pie y se acerco a nosotros. En cuanto estuvo a mi alcance, casi instintivamente, se la agarré y me puse a pajearla despacio. Pensé en metermela en la boca, no sería la primera. Pero mi chica se me adelantó y se la tragó de un bocado hasta alcanzar mi mano que aún tenía agarrado ese tremendo cipote.

Tuve que hacer un esfuerzo para poder sacar el pito del chaval de la boca de mi novia. Y, estirándome como pude mientras ella seguía inmóvil con mi estaca en su culo, dirigí su tremendo cipote a mí coñito favorito. Por el camino y sin soltarla iba pajeando suavemente aquella polla con unas ganas cada vez mayores de metermela en la boca. El colega se puso de rodillas frente a nosotros y empecé a frotarla por los labios, a estas alturas rojos como un tomate, de mi chica. Ella jadeaba y yo notaba cómo le daban espasmitos en el ano que apretaban y endurecían aun más la mía cada vez que el glande de mi compañero frotaba su clítoris.

En un momento, había dirigido el capullo del colega hasta la entrada de la vagina de mi chica. Él la metió de golpe, sin apenas tiempo para que quitase mi mano, la cual quedó atrapada entre las dos. Dios, mi polla notaba perfectamente como entraba y salía y lo dura que estaba la otra. Empezamos con un movimiento rítmico los tres que, poco a poco, empezó a aumentar de velocidad y la intensidad. Su amiga, sentada a nuestro lado comenzó a sobarle las tetas mientras decía guarradas sobre ellas. Después empezó a pellizcarle, chuparle y morderle los pezones mientras se masturbaba ella misma metiendo y sacando dos dedos de su almeja con un ritmo frenético.

Al rato, el colega avisó que no duraría mucho más. La chica le dijo que se corriera encima de la tripa de su amiga. Inmediatamente, saco su polla mojada y llena de venas y yo aproveché a agarrarla y masturbarle encima de mi pareja. Noté como aquel cipote empezaba a palpitar en mi mano y a soltar chorrazos encima de mi chica. El ombligo, las tetas, el cuello e, incluso, algún grumo cayó en su cara. Parecía que aquella polla no iba a parar nunca de soltar esperma. Cuando parecía que había acabado, la amiga se lanzó a metérsela en la boca para exprimir hasta la última gota.

Una vez hizo esto, empezó a recorrer el cuerpo de mi niña con la lengua, recogiendo en su boca todo el semen de su novio que podía mientras reiniciaba la paja que ella misma se hacía. Yo, que no había sacado la polla de los intestinos de mi novia, empecé otra vez a moverme poco a poco. Pero, enseguida la amiga empezó a comerle la boca con la suya llena de leche. Sin separar sus labios, empezaron a gritar al unísono. Y se corrieron a la vez. Yo ya no pude más y empecé a soltar semen dentro de su culo como si no hubiera eyaculado nunca hasta que noté como salía de su culo, aún tapado por mi polla, resbalaba por mis pelotas y goteaba en la vieja alfombra.

Después de eso, nos quedamos medio tirados en el sofá, resoplando y terminando la última copa. Nos vestimos, recogimos, y nos marchamos cada pareja por su lado después de despedirnos con unos besos.
 
Aquí la primera parte.

Nos pusimos a jugar al recién inventado Strip Trivial. No había pasado ni un cuarto de hora cuando ya teníamos a las chicas donde queríamos; en sujetador y con tres quesitos en su haber. Mientras que nosotros no teníamos ni un puto quesito y estábamos en calzoncillos.
Nos tocaba responder a nosotros y, por supuesto, fallamos. Las chicas empezaron a exigirnos entre gritos y risas que les debíamos los calzoncillos. Nosotros, por nuestra parte, protestábamos y nos quejábamos... Que si habían hecho trampas y había elegido la pregunta, que si no la habíamos entendido bien... Por supuesto nuestras protestas chocaban con los gritos de júbilo que exigían nuestra prenda. A esas alturas, yo estaba cachondísimo y me costaba esconder mi erección a la pareja de amigos. Así, que decidí soltar:

- Está bien, pero si queréis la prenda, la deberéis coger vosotras mismas.

En ese momento, el chaval y yo nos pusimos de pié frente a nuestras respectivas y volví a insistir:

- Lo dicho chicas, si queréis nuestros calzoncillos, cogedlos vosotras mismas.
- ¿Se los bajamos del tirón o poco a poco? Preguntó la amiga.
- ¿Qué más da eso? -Pregunté- Ni que fuera una tirita, jajajaaa
Mi chica, entre risas, contestó. - Mejor despacito, para que se pongan más cachondos si cabe. Mírales, está palotes, ¡jajajaa!

En ese momento, nos agarraron los gallumbos de las gomas y empezaron a bajarlos despacito entre risas nerviosas y algún comentario picante. Nosotros, efectivamente, teníamos una empalmada de campeonato y, cuando la goma de la prenda supero nuestros penes, estos saltaron como resortes frente a sus caras. Las explosión de risas que salió de las chicas fue instantánea.

- jajajaaa. Están empalmadísimos, jajajaaaa
- ¿no decíais que el Trivial era un coñazo?
- jajajaaa
- jejejeee...

A lo que el novio de la otra soltó. - Chicas, no me parece bien, se alegran mucho de veros y, en lugar de saludar y dar dos besos, os estáis descojonando de ellas. ¡Ya vendréis cuando tengáis hambre!

Las chicas enmudecieron y la mía dijo, - tienes razón, no tenemos modales- Estiró la cabeza y me plantó un beso en la punta del glande. Yo en aquel momento estaba alucinando. ¿Echar un polvo con otra pareja al lado? La verdad es que las ideas se me amontonaban en la cabeza y el alcohol no ayudaba así que no podía pensar con claridad. Cuando reaccioné después del beso, vi como la amiga se había metido todo el cipote de su novio en la boca. Tenía una bonita polla, parecida a la mía pero algo más larga y más fina.

- Eso sí que es un saludo, dijo mi chica.
- Se ve que la echaba de menos, -respondí- Tú, como hace poco que la has visto, ya no tienes esa emoción.
- uy, qué no, dice...

En ese momento, levantó mi pito con una mano y empezó a darme una jugosa lamida a mis pelotas, que continuó con su lengua recorriendo el tronco de mi pene hasta que llegó al capullo y, directamente, lo engulló. No podía más de la cachondez. Me estaban lamiendo mientras veía como se la comían a otro. En ese momento, le dije que parara, que a mi también me apetecía comerme ese coñito que tanto me gustaba. Mientras ella se quitaba el pantalón y las braguitas, vi como mi compañero de aventura se había tumbado en la alfombra y su chica estaba a cuatro patas haciéndole una tremenda mamada. Mi chica se volvió a sentar, esta vez con las piernas abiertas, esperando que mi lengua hiciera su trabajo. Y así lo hice, le abrí un poco el chochito con mis manos y mientras mis dedos acariciaban sus labios, mi lengua buscaba recoger hasta la última gota de sus flujillos, que no hacían más que fluir de su vagina hasta su ano.

En una de esas, me volví a acordar del culazo que tenía la amiga y levanté la cabeza. Allí estaba a pocos centímetros de mi. La falda se la había subido casi hasta la espalda, lo que deja ver a la perfección su culito y como el hilo del tanga se escondía entre sus nalgas para volver a aparecer tapando lo justito su sexo. No pude evitarlo, mientras volví a comerme el conejo de mi piba, estiré un brazo y empecé a pasar suavemente un par de dedos sobre aquel tanguita. En ese momento, vi como ella separó la boca del nabo de su novio, me miró, sonrió y mientras volvía a sus quehaceres, se apartó la goma del tanga, dejando aquel chochete moreno a mi entera disposición.

Yo seguía flipando. Le estaba comiendo el coño a mi novia, mientras masturbaba a su amiga mientras ella le chupaba la polla al colega. Al rato, mi chica me cogió de la cabeza y me levanto del suelo. - lo de antes me ha sabido a poco, tienes que volverme a follar ya.- Ante su imperativo, no pude negarme. Me sentó en el sofá. Antes de subirse encima de mi, colocó sus dos grandes tetazas alrededor de mi polla y comenzó a hacerme una riquísima cubana ayudada por su boca. Era algo que me encantaba. Inmediatamente después, se subió encima de mi y se metió mi pene hasta el fondo del tirón. Se puso a saltar sobre mi polla como si se fuera a acabar el mundo. Entonces vi como la otra pareja había cambiando de posición. Él seguía en el suelo, pero ella se había subido a él en cuclillas, dándole la espalda. Yo podía verla de frente, arqueándose sobre su novio dejando perfectamente a la vista como se la metían y sacaban lento, pero profundo. Un "me coooooorrrrrroooooooo!!!!" me sacó del trance. Era mi piba, ¿ya se había corrido? Era multiorgásmica pero, nunca había tardado tan poco en correrse. Además, fue salvaje, casi me hacían daño las contracciones de su vagina atrapando mi pene.

- ¡Qué poco le duras a tu novio! -le dijo su amiga.
- uffff, es que menudas ganas, tía, estaba cachondísima. Pero aquí no acaba la cosa, jajajaa

Me dio un profundo beso y se fue al baño, dejándome ahí con la empalmada de la vida junto a la otra pareja que, sin perder ripio, seguían dándole que te pego. La amiga dijo:

- Pobre, te ha dejado con la tienda montada, qué desperdicio.
- Pues aprovecha tú mientras tu amiga vuelve -dijo su novio.
- Vale, pero tú no me dejes de follar como lo estás haciendo.
- Claro, bombón. -le contestó.

Y, pasando de cuclillas a cuatro patas, empezó a lamerme mientras yo estaba medio tirado en el sofá y su novio seguía bombeando por detrás. Era una fantástica mamadora; se metía mi polla hasta la campanilla mientras decía, "qué gorda. Como sabe a chocho..." apenas movía la cabeza, mi polla solo estaba dentro de su boca notando como su lengua se volvía loca. Llegó a lamerme las bolas sin sacarsela de la boca... En esto que apareció mi chica otra vez en el salón.

- Eh! -espetó- que eso es mío, zorra... ¿quién te a dado permiso?
- Uy, perdona, no te pongas así, solo quería mantenerte la comida calienta.
- Ah, muchas gracias. No te preocupes, puedo compartir un poco.

Mi novia se arrodilló al lado de su amiga, frente a mi verga y, mientras la otra no se la sacaba de la boca, ella empezó a pasarme la lengua desde las pelotas hasta casi el ano una y otra vez. Por detrás, el colega, seguía dándola. Esta vez, le sujetaba una pierna en volandas mientras se la clava cada vez más dentro, más fuerte y más rápido. Los empujones que le daba hacían que su cabeza se moviera arriba y abajo cada vez más rápido. Si seguía así, me iba a correr irremediablemente. En ese momento, volvieron a cambiar, noté la boca familiar de mi novia mientras su amiga la empezó a dar mordisquitos en el cuello mientras le amasaba las tetas. Yo no pude aguantar más y me corrí como un caballo dentro de la boca de mi pareja... Nunca me había hecho eso, decía que no le molaba demasiado, pero esta vez, se tragó hasta la última gota de mi leche sin sacarse mi tronco de su boca. Apenas se le escapó una gotilla de lefa por la comisura de los labios... la cual recogió su amiga con la lengua para darle un goloso beso después.

Después de recuperarme del orgasmo, fui al baño a echar un pis y a mojarme un poco la nuca. Cuando volví, el espectáculo era grandioso. La amiga se había recostado en el sofá, y se sujetaba las piernas hacia arriba. Su novio, de rodillas, se la clavaba hasta el fondo y mi piba metía la cabeza entre medias a ver lo que podía pillar. - hummmm, me encanta, polla con sabor a chocho. -decía. De vez en cuando el amigo la sacaba de su novia y se la metía en la boca a la mía. Cuando la volvía a meter, esta le pasaba la lengua a su amiga por encima del chocho.

Solo ver la escena, hizo que mi pequeña volviera a estar en perfecto estado de revista. Como mi chica estaba a cuatro patas en el sofá, disfrutando de su tarea, su culito respingón dejaba totalmente expuesto su anete. Me encantaba. No pude hacer otra cosa que, mientras ellos seguían a lo suyo, yo me pondría a comerle el ojete a mi piba... Pufff... qué rico estaba. Cómo me gustaba apretar mi lengua fuerte para ver hasta donde se la metía. Así seguí un rato, chupando y lamiendo. Entre mis babas y sus flujillos, no me costó nada meter primer un dedo, luego otro y a continuación, el tercero... Ella seguía chupando a sus amigos pero cada vez gemía más en respuesta al tratamiento anal que la estaba aplicando. En una de esas, giró la cabeza hacia mi, y con un tono un poco de mala hostia, me soltó:

- ¡méteme otro dedo, joder!
- Pero si ya tienes tres dedos metidos, jajjaaaaa!!! ¿quieres que te meta el puño?
- ...

No hubo respuesta. Pero sacándose el pollón del amigo de la boca me dijo... - pues invéntate otra cosa, yo qué sé, pero sigue dándome así, por favor...

Así que, ni corto ni perezoso, embadurné mi polla con saliva y se la empecé a frotar por su culo ya bastante dilatado. Casi sin darme cuenta y sin esfuerzo, mí polla se deslizó dentro de su culo. Prácticamente se escurrió ella sola dentro. También era la primera vez que me dejaba darle por detrás y era la primera vez que tenía sexo anal. Ella me dijo que también era su primera vez por el culo pero viendo lo fácil y rápido que había resultado dilatarlo, lo ponía en duda. ¿He dicho que, a esas alturas el Trivial se había convertido en mi juego favorito?

Pues bien, seguía bombeando el culo de mi chica. Despacio pero contundentemente sacaba mi polla de su culo para volver a clavarla hasta el fondo. Madre mía, como me gustaba sentir cada centímetro de mi polla apretado por su esfínter. Y así estábamos cuando la amiga empezó a balbucear que se estaba yendo. El colega no se movía, solo la sujetaba fuerte contra él para que no se quedara ni un milímetro de su polla fuera mientras la otra tenía pequeñas convulsiones y los ojos completamente en blanco.

Entre gemidos, mi churri llegó a decir:

- ¿Ahora quien deja a quien a medias, guarra?
- No.... Es que... No podía... Más... Espera, espera...
- Vale, mientras tu chorbo espera, ¿me lo prestas un momento? Es que se me ha ocurrido una idea...- la pregunté yo.
- Sí, pero solo hasta que recupere el aliento.- respondió.

En ese momento, saqué mi nabo del culo de mi chica, me senté en el sofá y la dirigí para que se sentara en mi polla, mirando para delante con su conejito abierto en todo su esplendor. Se coloco en cuclillas y clavó mi polla hasta que posó su culo en mi cadera. Todos sabíamos lo que venía a continuación. El amigo se puso de pie y se acerco a nosotros. En cuanto estuvo a mi alcance, casi instintivamente, se la agarré y me puse a pajearla despacio. Pensé en metermela en la boca, no sería la primera. Pero mi chica se me adelantó y se la tragó de un bocado hasta alcanzar mi mano que aún tenía agarrado ese tremendo cipote.

Tuve que hacer un esfuerzo para poder sacar el pito del chaval de la boca de mi novia. Y, estirándome como pude mientras ella seguía inmóvil con mi estaca en su culo, dirigí su tremendo cipote a mí coñito favorito. Por el camino y sin soltarla iba pajeando suavemente aquella polla con unas ganas cada vez mayores de metermela en la boca. El colega se puso de rodillas frente a nosotros y empecé a frotarla por los labios, a estas alturas rojos como un tomate, de mi chica. Ella jadeaba y yo notaba cómo le daban espasmitos en el ano que apretaban y endurecían aun más la mía cada vez que el glande de mi compañero frotaba su clítoris.

En un momento, había dirigido el capullo del colega hasta la entrada de la vagina de mi chica. Él la metió de golpe, sin apenas tiempo para que quitase mi mano, la cual quedó atrapada entre las dos. Dios, mi polla notaba perfectamente como entraba y salía y lo dura que estaba la otra. Empezamos con un movimiento rítmico los tres que, poco a poco, empezó a aumentar de velocidad y la intensidad. Su amiga, sentada a nuestro lado comenzó a sobarle las tetas mientras decía guarradas sobre ellas. Después empezó a pellizcarle, chuparle y morderle los pezones mientras se masturbaba ella misma metiendo y sacando dos dedos de su almeja con un ritmo frenético.

Al rato, el colega avisó que no duraría mucho más. La chica le dijo que se corriera encima de la tripa de su amiga. Inmediatamente, saco su polla mojada y llena de venas y yo aproveché a agarrarla y masturbarle encima de mi pareja. Noté como aquel cipote empezaba a palpitar en mi mano y a soltar chorrazos encima de mi chica. El ombligo, las tetas, el cuello e, incluso, algún grumo cayó en su cara. Parecía que aquella polla no iba a parar nunca de soltar esperma. Cuando parecía que había acabado, la amiga se lanzó a metérsela en la boca para exprimir hasta la última gota.

Una vez hizo esto, empezó a recorrer el cuerpo de mi niña con la lengua, recogiendo en su boca todo el semen de su novio que podía mientras reiniciaba la paja que ella misma se hacía. Yo, que no había sacado la polla de los intestinos de mi novia, empecé otra vez a moverme poco a poco. Pero, enseguida la amiga empezó a comerle la boca con la suya llena de leche. Sin separar sus labios, empezaron a gritar al unísono. Y se corrieron a la vez. Yo ya no pude más y empecé a soltar semen dentro de su culo como si no hubiera eyaculado nunca hasta que noté como salía de su culo, aún tapado por mi polla, resbalaba por mis pelotas y goteaba en la vieja alfombra.

Después de eso, nos quedamos medio tirados en el sofá, resoplando y terminando la última copa. Nos vestimos, recogimos, y nos marchamos cada pareja por su lado después de despedirnos con unos besos.
Uffff
 
Aquí la primera parte.

Nos pusimos a jugar al recién inventado Strip Trivial. No había pasado ni un cuarto de hora cuando ya teníamos a las chicas donde queríamos; en sujetador y con tres quesitos en su haber. Mientras que nosotros no teníamos ni un puto quesito y estábamos en calzoncillos.
Nos tocaba responder a nosotros y, por supuesto, fallamos. Las chicas empezaron a exigirnos entre gritos y risas que les debíamos los calzoncillos. Nosotros, por nuestra parte, protestábamos y nos quejábamos... Que si habían hecho trampas y había elegido la pregunta, que si no la habíamos entendido bien... Por supuesto nuestras protestas chocaban con los gritos de júbilo que exigían nuestra prenda. A esas alturas, yo estaba cachondísimo y me costaba esconder mi erección a la pareja de amigos. Así, que decidí soltar:

- Está bien, pero si queréis la prenda, la deberéis coger vosotras mismas.

En ese momento, el chaval y yo nos pusimos de pié frente a nuestras respectivas y volví a insistir:

- Lo dicho chicas, si queréis nuestros calzoncillos, cogedlos vosotras mismas.
- ¿Se los bajamos del tirón o poco a poco? Preguntó la amiga.
- ¿Qué más da eso? -Pregunté- Ni que fuera una tirita, jajajaaa
Mi chica, entre risas, contestó. - Mejor despacito, para que se pongan más cachondos si cabe. Mírales, está palotes, ¡jajajaa!

En ese momento, nos agarraron los gallumbos de las gomas y empezaron a bajarlos despacito entre risas nerviosas y algún comentario picante. Nosotros, efectivamente, teníamos una empalmada de campeonato y, cuando la goma de la prenda supero nuestros penes, estos saltaron como resortes frente a sus caras. Las explosión de risas que salió de las chicas fue instantánea.

- jajajaaa. Están empalmadísimos, jajajaaaa
- ¿no decíais que el Trivial era un coñazo?
- jajajaaa
- jejejeee...

A lo que el novio de la otra soltó. - Chicas, no me parece bien, se alegran mucho de veros y, en lugar de saludar y dar dos besos, os estáis descojonando de ellas. ¡Ya vendréis cuando tengáis hambre!

Las chicas enmudecieron y la mía dijo, - tienes razón, no tenemos modales- Estiró la cabeza y me plantó un beso en la punta del glande. Yo en aquel momento estaba alucinando. ¿Echar un polvo con otra pareja al lado? La verdad es que las ideas se me amontonaban en la cabeza y el alcohol no ayudaba así que no podía pensar con claridad. Cuando reaccioné después del beso, vi como la amiga se había metido todo el cipote de su novio en la boca. Tenía una bonita polla, parecida a la mía pero algo más larga y más fina.

- Eso sí que es un saludo, dijo mi chica.
- Se ve que la echaba de menos, -respondí- Tú, como hace poco que la has visto, ya no tienes esa emoción.
- uy, qué no, dice...

En ese momento, levantó mi pito con una mano y empezó a darme una jugosa lamida a mis pelotas, que continuó con su lengua recorriendo el tronco de mi pene hasta que llegó al capullo y, directamente, lo engulló. No podía más de la cachondez. Me estaban lamiendo mientras veía como se la comían a otro. En ese momento, le dije que parara, que a mi también me apetecía comerme ese coñito que tanto me gustaba. Mientras ella se quitaba el pantalón y las braguitas, vi como mi compañero de aventura se había tumbado en la alfombra y su chica estaba a cuatro patas haciéndole una tremenda mamada. Mi chica se volvió a sentar, esta vez con las piernas abiertas, esperando que mi lengua hiciera su trabajo. Y así lo hice, le abrí un poco el chochito con mis manos y mientras mis dedos acariciaban sus labios, mi lengua buscaba recoger hasta la última gota de sus flujillos, que no hacían más que fluir de su vagina hasta su ano.

En una de esas, me volví a acordar del culazo que tenía la amiga y levanté la cabeza. Allí estaba a pocos centímetros de mi. La falda se la había subido casi hasta la espalda, lo que deja ver a la perfección su culito y como el hilo del tanga se escondía entre sus nalgas para volver a aparecer tapando lo justito su sexo. No pude evitarlo, mientras volví a comerme el conejo de mi piba, estiré un brazo y empecé a pasar suavemente un par de dedos sobre aquel tanguita. En ese momento, vi como ella separó la boca del nabo de su novio, me miró, sonrió y mientras volvía a sus quehaceres, se apartó la goma del tanga, dejando aquel chochete moreno a mi entera disposición.

Yo seguía flipando. Le estaba comiendo el coño a mi novia, mientras masturbaba a su amiga mientras ella le chupaba la polla al colega. Al rato, mi chica me cogió de la cabeza y me levanto del suelo. - lo de antes me ha sabido a poco, tienes que volverme a follar ya.- Ante su imperativo, no pude negarme. Me sentó en el sofá. Antes de subirse encima de mi, colocó sus dos grandes tetazas alrededor de mi polla y comenzó a hacerme una riquísima cubana ayudada por su boca. Era algo que me encantaba. Inmediatamente después, se subió encima de mi y se metió mi pene hasta el fondo del tirón. Se puso a saltar sobre mi polla como si se fuera a acabar el mundo. Entonces vi como la otra pareja había cambiando de posición. Él seguía en el suelo, pero ella se había subido a él en cuclillas, dándole la espalda. Yo podía verla de frente, arqueándose sobre su novio dejando perfectamente a la vista como se la metían y sacaban lento, pero profundo. Un "me coooooorrrrrroooooooo!!!!" me sacó del trance. Era mi piba, ¿ya se había corrido? Era multiorgásmica pero, nunca había tardado tan poco en correrse. Además, fue salvaje, casi me hacían daño las contracciones de su vagina atrapando mi pene.

- ¡Qué poco le duras a tu novio! -le dijo su amiga.
- uffff, es que menudas ganas, tía, estaba cachondísima. Pero aquí no acaba la cosa, jajajaa

Me dio un profundo beso y se fue al baño, dejándome ahí con la empalmada de la vida junto a la otra pareja que, sin perder ripio, seguían dándole que te pego. La amiga dijo:

- Pobre, te ha dejado con la tienda montada, qué desperdicio.
- Pues aprovecha tú mientras tu amiga vuelve -dijo su novio.
- Vale, pero tú no me dejes de follar como lo estás haciendo.
- Claro, bombón. -le contestó.

Y, pasando de cuclillas a cuatro patas, empezó a lamerme mientras yo estaba medio tirado en el sofá y su novio seguía bombeando por detrás. Era una fantástica mamadora; se metía mi polla hasta la campanilla mientras decía, "qué gorda. Como sabe a chocho..." apenas movía la cabeza, mi polla solo estaba dentro de su boca notando como su lengua se volvía loca. Llegó a lamerme las bolas sin sacarsela de la boca... En esto que apareció mi chica otra vez en el salón.

- Eh! -espetó- que eso es mío, zorra... ¿quién te a dado permiso?
- Uy, perdona, no te pongas así, solo quería mantenerte la comida calienta.
- Ah, muchas gracias. No te preocupes, puedo compartir un poco.

Mi novia se arrodilló al lado de su amiga, frente a mi verga y, mientras la otra no se la sacaba de la boca, ella empezó a pasarme la lengua desde las pelotas hasta casi el ano una y otra vez. Por detrás, el colega, seguía dándola. Esta vez, le sujetaba una pierna en volandas mientras se la clava cada vez más dentro, más fuerte y más rápido. Los empujones que le daba hacían que su cabeza se moviera arriba y abajo cada vez más rápido. Si seguía así, me iba a correr irremediablemente. En ese momento, volvieron a cambiar, noté la boca familiar de mi novia mientras su amiga la empezó a dar mordisquitos en el cuello mientras le amasaba las tetas. Yo no pude aguantar más y me corrí como un caballo dentro de la boca de mi pareja... Nunca me había hecho eso, decía que no le molaba demasiado, pero esta vez, se tragó hasta la última gota de mi leche sin sacarse mi tronco de su boca. Apenas se le escapó una gotilla de lefa por la comisura de los labios... la cual recogió su amiga con la lengua para darle un goloso beso después.

Después de recuperarme del orgasmo, fui al baño a echar un pis y a mojarme un poco la nuca. Cuando volví, el espectáculo era grandioso. La amiga se había recostado en el sofá, y se sujetaba las piernas hacia arriba. Su novio, de rodillas, se la clavaba hasta el fondo y mi piba metía la cabeza entre medias a ver lo que podía pillar. - hummmm, me encanta, polla con sabor a chocho. -decía. De vez en cuando el amigo la sacaba de su novia y se la metía en la boca a la mía. Cuando la volvía a meter, esta le pasaba la lengua a su amiga por encima del chocho.

Solo ver la escena, hizo que mi pequeña volviera a estar en perfecto estado de revista. Como mi chica estaba a cuatro patas en el sofá, disfrutando de su tarea, su culito respingón dejaba totalmente expuesto su anete. Me encantaba. No pude hacer otra cosa que, mientras ellos seguían a lo suyo, yo me pondría a comerle el ojete a mi piba... Pufff... qué rico estaba. Cómo me gustaba apretar mi lengua fuerte para ver hasta donde se la metía. Así seguí un rato, chupando y lamiendo. Entre mis babas y sus flujillos, no me costó nada meter primer un dedo, luego otro y a continuación, el tercero... Ella seguía chupando a sus amigos pero cada vez gemía más en respuesta al tratamiento anal que la estaba aplicando. En una de esas, giró la cabeza hacia mi, y con un tono un poco de mala hostia, me soltó:

- ¡méteme otro dedo, joder!
- Pero si ya tienes tres dedos metidos, jajjaaaaa!!! ¿quieres que te meta el puño?
- ...

No hubo respuesta. Pero sacándose el pollón del amigo de la boca me dijo... - pues invéntate otra cosa, yo qué sé, pero sigue dándome así, por favor...

Así que, ni corto ni perezoso, embadurné mi polla con saliva y se la empecé a frotar por su culo ya bastante dilatado. Casi sin darme cuenta y sin esfuerzo, mí polla se deslizó dentro de su culo. Prácticamente se escurrió ella sola dentro. También era la primera vez que me dejaba darle por detrás y era la primera vez que tenía sexo anal. Ella me dijo que también era su primera vez por el culo pero viendo lo fácil y rápido que había resultado dilatarlo, lo ponía en duda. ¿He dicho que, a esas alturas el Trivial se había convertido en mi juego favorito?

Pues bien, seguía bombeando el culo de mi chica. Despacio pero contundentemente sacaba mi polla de su culo para volver a clavarla hasta el fondo. Madre mía, como me gustaba sentir cada centímetro de mi polla apretado por su esfínter. Y así estábamos cuando la amiga empezó a balbucear que se estaba yendo. El colega no se movía, solo la sujetaba fuerte contra él para que no se quedara ni un milímetro de su polla fuera mientras la otra tenía pequeñas convulsiones y los ojos completamente en blanco.

Entre gemidos, mi churri llegó a decir:

- ¿Ahora quien deja a quien a medias, guarra?
- No.... Es que... No podía... Más... Espera, espera...
- Vale, mientras tu chorbo espera, ¿me lo prestas un momento? Es que se me ha ocurrido una idea...- la pregunté yo.
- Sí, pero solo hasta que recupere el aliento.- respondió.

En ese momento, saqué mi nabo del culo de mi chica, me senté en el sofá y la dirigí para que se sentara en mi polla, mirando para delante con su conejito abierto en todo su esplendor. Se coloco en cuclillas y clavó mi polla hasta que posó su culo en mi cadera. Todos sabíamos lo que venía a continuación. El amigo se puso de pie y se acerco a nosotros. En cuanto estuvo a mi alcance, casi instintivamente, se la agarré y me puse a pajearla despacio. Pensé en metermela en la boca, no sería la primera. Pero mi chica se me adelantó y se la tragó de un bocado hasta alcanzar mi mano que aún tenía agarrado ese tremendo cipote.

Tuve que hacer un esfuerzo para poder sacar el pito del chaval de la boca de mi novia. Y, estirándome como pude mientras ella seguía inmóvil con mi estaca en su culo, dirigí su tremendo cipote a mí coñito favorito. Por el camino y sin soltarla iba pajeando suavemente aquella polla con unas ganas cada vez mayores de metermela en la boca. El colega se puso de rodillas frente a nosotros y empecé a frotarla por los labios, a estas alturas rojos como un tomate, de mi chica. Ella jadeaba y yo notaba cómo le daban espasmitos en el ano que apretaban y endurecían aun más la mía cada vez que el glande de mi compañero frotaba su clítoris.

En un momento, había dirigido el capullo del colega hasta la entrada de la vagina de mi chica. Él la metió de golpe, sin apenas tiempo para que quitase mi mano, la cual quedó atrapada entre las dos. Dios, mi polla notaba perfectamente como entraba y salía y lo dura que estaba la otra. Empezamos con un movimiento rítmico los tres que, poco a poco, empezó a aumentar de velocidad y la intensidad. Su amiga, sentada a nuestro lado comenzó a sobarle las tetas mientras decía guarradas sobre ellas. Después empezó a pellizcarle, chuparle y morderle los pezones mientras se masturbaba ella misma metiendo y sacando dos dedos de su almeja con un ritmo frenético.

Al rato, el colega avisó que no duraría mucho más. La chica le dijo que se corriera encima de la tripa de su amiga. Inmediatamente, saco su polla mojada y llena de venas y yo aproveché a agarrarla y masturbarle encima de mi pareja. Noté como aquel cipote empezaba a palpitar en mi mano y a soltar chorrazos encima de mi chica. El ombligo, las tetas, el cuello e, incluso, algún grumo cayó en su cara. Parecía que aquella polla no iba a parar nunca de soltar esperma. Cuando parecía que había acabado, la amiga se lanzó a metérsela en la boca para exprimir hasta la última gota.

Una vez hizo esto, empezó a recorrer el cuerpo de mi niña con la lengua, recogiendo en su boca todo el semen de su novio que podía mientras reiniciaba la paja que ella misma se hacía. Yo, que no había sacado la polla de los intestinos de mi novia, empecé otra vez a moverme poco a poco. Pero, enseguida la amiga empezó a comerle la boca con la suya llena de leche. Sin separar sus labios, empezaron a gritar al unísono. Y se corrieron a la vez. Yo ya no pude más y empecé a soltar semen dentro de su culo como si no hubiera eyaculado nunca hasta que noté como salía de su culo, aún tapado por mi polla, resbalaba por mis pelotas y goteaba en la vieja alfombra.

Después de eso, nos quedamos medio tirados en el sofá, resoplando y terminando la última copa. Nos vestimos, recogimos, y nos marchamos cada pareja por su lado después de despedirnos con unos besos.
Genial!! Parecía que estaba allí y era el amigo!
A ver si volvéis a quedar y nos lo cuebtas!😉
 
Que noche mágica pasaron, compartir con otra pareja y que se tenga tan buen rollo es un placer alucinante.
Buenísimo relato te felicito
 
Aquí la primera parte.

Nos pusimos a jugar al recién inventado Strip Trivial. No había pasado ni un cuarto de hora cuando ya teníamos a las chicas donde queríamos; en sujetador y con tres quesitos en su haber. Mientras que nosotros no teníamos ni un puto quesito y estábamos en calzoncillos.
Nos tocaba responder a nosotros y, por supuesto, fallamos. Las chicas empezaron a exigirnos entre gritos y risas que les debíamos los calzoncillos. Nosotros, por nuestra parte, protestábamos y nos quejábamos... Que si habían hecho trampas y había elegido la pregunta, que si no la habíamos entendido bien... Por supuesto nuestras protestas chocaban con los gritos de júbilo que exigían nuestra prenda. A esas alturas, yo estaba cachondísimo y me costaba esconder mi erección a la pareja de amigos. Así, que decidí soltar:

- Está bien, pero si queréis la prenda, la deberéis coger vosotras mismas.

En ese momento, el chaval y yo nos pusimos de pié frente a nuestras respectivas y volví a insistir:

- Lo dicho chicas, si queréis nuestros calzoncillos, cogedlos vosotras mismas.
- ¿Se los bajamos del tirón o poco a poco? Preguntó la amiga.
- ¿Qué más da eso? -Pregunté- Ni que fuera una tirita, jajajaaa
Mi chica, entre risas, contestó. - Mejor despacito, para que se pongan más cachondos si cabe. Mírales, está palotes, ¡jajajaa!

En ese momento, nos agarraron los gallumbos de las gomas y empezaron a bajarlos despacito entre risas nerviosas y algún comentario picante. Nosotros, efectivamente, teníamos una empalmada de campeonato y, cuando la goma de la prenda supero nuestros penes, estos saltaron como resortes frente a sus caras. Las explosión de risas que salió de las chicas fue instantánea.

- jajajaaa. Están empalmadísimos, jajajaaaa
- ¿no decíais que el Trivial era un coñazo?
- jajajaaa
- jejejeee...

A lo que el novio de la otra soltó. - Chicas, no me parece bien, se alegran mucho de veros y, en lugar de saludar y dar dos besos, os estáis descojonando de ellas. ¡Ya vendréis cuando tengáis hambre!

Las chicas enmudecieron y la mía dijo, - tienes razón, no tenemos modales- Estiró la cabeza y me plantó un beso en la punta del glande. Yo en aquel momento estaba alucinando. ¿Echar un polvo con otra pareja al lado? La verdad es que las ideas se me amontonaban en la cabeza y el alcohol no ayudaba así que no podía pensar con claridad. Cuando reaccioné después del beso, vi como la amiga se había metido todo el cipote de su novio en la boca. Tenía una bonita polla, parecida a la mía pero algo más larga y más fina.

- Eso sí que es un saludo, dijo mi chica.
- Se ve que la echaba de menos, -respondí- Tú, como hace poco que la has visto, ya no tienes esa emoción.
- uy, qué no, dice...

En ese momento, levantó mi pito con una mano y empezó a darme una jugosa lamida a mis pelotas, que continuó con su lengua recorriendo el tronco de mi pene hasta que llegó al capullo y, directamente, lo engulló. No podía más de la cachondez. Me estaban lamiendo mientras veía como se la comían a otro. En ese momento, le dije que parara, que a mi también me apetecía comerme ese coñito que tanto me gustaba. Mientras ella se quitaba el pantalón y las braguitas, vi como mi compañero de aventura se había tumbado en la alfombra y su chica estaba a cuatro patas haciéndole una tremenda mamada. Mi chica se volvió a sentar, esta vez con las piernas abiertas, esperando que mi lengua hiciera su trabajo. Y así lo hice, le abrí un poco el chochito con mis manos y mientras mis dedos acariciaban sus labios, mi lengua buscaba recoger hasta la última gota de sus flujillos, que no hacían más que fluir de su vagina hasta su ano.

En una de esas, me volví a acordar del culazo que tenía la amiga y levanté la cabeza. Allí estaba a pocos centímetros de mi. La falda se la había subido casi hasta la espalda, lo que deja ver a la perfección su culito y como el hilo del tanga se escondía entre sus nalgas para volver a aparecer tapando lo justito su sexo. No pude evitarlo, mientras volví a comerme el conejo de mi piba, estiré un brazo y empecé a pasar suavemente un par de dedos sobre aquel tanguita. En ese momento, vi como ella separó la boca del nabo de su novio, me miró, sonrió y mientras volvía a sus quehaceres, se apartó la goma del tanga, dejando aquel chochete moreno a mi entera disposición.

Yo seguía flipando. Le estaba comiendo el coño a mi novia, mientras masturbaba a su amiga mientras ella le chupaba la polla al colega. Al rato, mi chica me cogió de la cabeza y me levanto del suelo. - lo de antes me ha sabido a poco, tienes que volverme a follar ya.- Ante su imperativo, no pude negarme. Me sentó en el sofá. Antes de subirse encima de mi, colocó sus dos grandes tetazas alrededor de mi polla y comenzó a hacerme una riquísima cubana ayudada por su boca. Era algo que me encantaba. Inmediatamente después, se subió encima de mi y se metió mi pene hasta el fondo del tirón. Se puso a saltar sobre mi polla como si se fuera a acabar el mundo. Entonces vi como la otra pareja había cambiando de posición. Él seguía en el suelo, pero ella se había subido a él en cuclillas, dándole la espalda. Yo podía verla de frente, arqueándose sobre su novio dejando perfectamente a la vista como se la metían y sacaban lento, pero profundo. Un "me coooooorrrrrroooooooo!!!!" me sacó del trance. Era mi piba, ¿ya se había corrido? Era multiorgásmica pero, nunca había tardado tan poco en correrse. Además, fue salvaje, casi me hacían daño las contracciones de su vagina atrapando mi pene.

- ¡Qué poco le duras a tu novio! -le dijo su amiga.
- uffff, es que menudas ganas, tía, estaba cachondísima. Pero aquí no acaba la cosa, jajajaa

Me dio un profundo beso y se fue al baño, dejándome ahí con la empalmada de la vida junto a la otra pareja que, sin perder ripio, seguían dándole que te pego. La amiga dijo:

- Pobre, te ha dejado con la tienda montada, qué desperdicio.
- Pues aprovecha tú mientras tu amiga vuelve -dijo su novio.
- Vale, pero tú no me dejes de follar como lo estás haciendo.
- Claro, bombón. -le contestó.

Y, pasando de cuclillas a cuatro patas, empezó a lamerme mientras yo estaba medio tirado en el sofá y su novio seguía bombeando por detrás. Era una fantástica mamadora; se metía mi polla hasta la campanilla mientras decía, "qué gorda. Como sabe a chocho..." apenas movía la cabeza, mi polla solo estaba dentro de su boca notando como su lengua se volvía loca. Llegó a lamerme las bolas sin sacarsela de la boca... En esto que apareció mi chica otra vez en el salón.

- Eh! -espetó- que eso es mío, zorra... ¿quién te a dado permiso?
- Uy, perdona, no te pongas así, solo quería mantenerte la comida calienta.
- Ah, muchas gracias. No te preocupes, puedo compartir un poco.

Mi novia se arrodilló al lado de su amiga, frente a mi verga y, mientras la otra no se la sacaba de la boca, ella empezó a pasarme la lengua desde las pelotas hasta casi el ano una y otra vez. Por detrás, el colega, seguía dándola. Esta vez, le sujetaba una pierna en volandas mientras se la clava cada vez más dentro, más fuerte y más rápido. Los empujones que le daba hacían que su cabeza se moviera arriba y abajo cada vez más rápido. Si seguía así, me iba a correr irremediablemente. En ese momento, volvieron a cambiar, noté la boca familiar de mi novia mientras su amiga la empezó a dar mordisquitos en el cuello mientras le amasaba las tetas. Yo no pude aguantar más y me corrí como un caballo dentro de la boca de mi pareja... Nunca me había hecho eso, decía que no le molaba demasiado, pero esta vez, se tragó hasta la última gota de mi leche sin sacarse mi tronco de su boca. Apenas se le escapó una gotilla de lefa por la comisura de los labios... la cual recogió su amiga con la lengua para darle un goloso beso después.

Después de recuperarme del orgasmo, fui al baño a echar un pis y a mojarme un poco la nuca. Cuando volví, el espectáculo era grandioso. La amiga se había recostado en el sofá, y se sujetaba las piernas hacia arriba. Su novio, de rodillas, se la clavaba hasta el fondo y mi piba metía la cabeza entre medias a ver lo que podía pillar. - hummmm, me encanta, polla con sabor a chocho. -decía. De vez en cuando el amigo la sacaba de su novia y se la metía en la boca a la mía. Cuando la volvía a meter, esta le pasaba la lengua a su amiga por encima del chocho.

Solo ver la escena, hizo que mi pequeña volviera a estar en perfecto estado de revista. Como mi chica estaba a cuatro patas en el sofá, disfrutando de su tarea, su culito respingón dejaba totalmente expuesto su anete. Me encantaba. No pude hacer otra cosa que, mientras ellos seguían a lo suyo, yo me pondría a comerle el ojete a mi piba... Pufff... qué rico estaba. Cómo me gustaba apretar mi lengua fuerte para ver hasta donde se la metía. Así seguí un rato, chupando y lamiendo. Entre mis babas y sus flujillos, no me costó nada meter primer un dedo, luego otro y a continuación, el tercero... Ella seguía chupando a sus amigos pero cada vez gemía más en respuesta al tratamiento anal que la estaba aplicando. En una de esas, giró la cabeza hacia mi, y con un tono un poco de mala hostia, me soltó:

- ¡méteme otro dedo, joder!
- Pero si ya tienes tres dedos metidos, jajjaaaaa!!! ¿quieres que te meta el puño?
- ...

No hubo respuesta. Pero sacándose el pollón del amigo de la boca me dijo... - pues invéntate otra cosa, yo qué sé, pero sigue dándome así, por favor...

Así que, ni corto ni perezoso, embadurné mi polla con saliva y se la empecé a frotar por su culo ya bastante dilatado. Casi sin darme cuenta y sin esfuerzo, mí polla se deslizó dentro de su culo. Prácticamente se escurrió ella sola dentro. También era la primera vez que me dejaba darle por detrás y era la primera vez que tenía sexo anal. Ella me dijo que también era su primera vez por el culo pero viendo lo fácil y rápido que había resultado dilatarlo, lo ponía en duda. ¿He dicho que, a esas alturas el Trivial se había convertido en mi juego favorito?

Pues bien, seguía bombeando el culo de mi chica. Despacio pero contundentemente sacaba mi polla de su culo para volver a clavarla hasta el fondo. Madre mía, como me gustaba sentir cada centímetro de mi polla apretado por su esfínter. Y así estábamos cuando la amiga empezó a balbucear que se estaba yendo. El colega no se movía, solo la sujetaba fuerte contra él para que no se quedara ni un milímetro de su polla fuera mientras la otra tenía pequeñas convulsiones y los ojos completamente en blanco.

Entre gemidos, mi churri llegó a decir:

- ¿Ahora quien deja a quien a medias, guarra?
- No.... Es que... No podía... Más... Espera, espera...
- Vale, mientras tu chorbo espera, ¿me lo prestas un momento? Es que se me ha ocurrido una idea...- la pregunté yo.
- Sí, pero solo hasta que recupere el aliento.- respondió.

En ese momento, saqué mi nabo del culo de mi chica, me senté en el sofá y la dirigí para que se sentara en mi polla, mirando para delante con su conejito abierto en todo su esplendor. Se coloco en cuclillas y clavó mi polla hasta que posó su culo en mi cadera. Todos sabíamos lo que venía a continuación. El amigo se puso de pie y se acerco a nosotros. En cuanto estuvo a mi alcance, casi instintivamente, se la agarré y me puse a pajearla despacio. Pensé en metermela en la boca, no sería la primera. Pero mi chica se me adelantó y se la tragó de un bocado hasta alcanzar mi mano que aún tenía agarrado ese tremendo cipote.

Tuve que hacer un esfuerzo para poder sacar el pito del chaval de la boca de mi novia. Y, estirándome como pude mientras ella seguía inmóvil con mi estaca en su culo, dirigí su tremendo cipote a mí coñito favorito. Por el camino y sin soltarla iba pajeando suavemente aquella polla con unas ganas cada vez mayores de metermela en la boca. El colega se puso de rodillas frente a nosotros y empecé a frotarla por los labios, a estas alturas rojos como un tomate, de mi chica. Ella jadeaba y yo notaba cómo le daban espasmitos en el ano que apretaban y endurecían aun más la mía cada vez que el glande de mi compañero frotaba su clítoris.

En un momento, había dirigido el capullo del colega hasta la entrada de la vagina de mi chica. Él la metió de golpe, sin apenas tiempo para que quitase mi mano, la cual quedó atrapada entre las dos. Dios, mi polla notaba perfectamente como entraba y salía y lo dura que estaba la otra. Empezamos con un movimiento rítmico los tres que, poco a poco, empezó a aumentar de velocidad y la intensidad. Su amiga, sentada a nuestro lado comenzó a sobarle las tetas mientras decía guarradas sobre ellas. Después empezó a pellizcarle, chuparle y morderle los pezones mientras se masturbaba ella misma metiendo y sacando dos dedos de su almeja con un ritmo frenético.

Al rato, el colega avisó que no duraría mucho más. La chica le dijo que se corriera encima de la tripa de su amiga. Inmediatamente, saco su polla mojada y llena de venas y yo aproveché a agarrarla y masturbarle encima de mi pareja. Noté como aquel cipote empezaba a palpitar en mi mano y a soltar chorrazos encima de mi chica. El ombligo, las tetas, el cuello e, incluso, algún grumo cayó en su cara. Parecía que aquella polla no iba a parar nunca de soltar esperma. Cuando parecía que había acabado, la amiga se lanzó a metérsela en la boca para exprimir hasta la última gota.

Una vez hizo esto, empezó a recorrer el cuerpo de mi niña con la lengua, recogiendo en su boca todo el semen de su novio que podía mientras reiniciaba la paja que ella misma se hacía. Yo, que no había sacado la polla de los intestinos de mi novia, empecé otra vez a moverme poco a poco. Pero, enseguida la amiga empezó a comerle la boca con la suya llena de leche. Sin separar sus labios, empezaron a gritar al unísono. Y se corrieron a la vez. Yo ya no pude más y empecé a soltar semen dentro de su culo como si no hubiera eyaculado nunca hasta que noté como salía de su culo, aún tapado por mi polla, resbalaba por mis pelotas y goteaba en la vieja alfombra.

Después de eso, nos quedamos medio tirados en el sofá, resoplando y terminando la última copa. Nos vestimos, recogimos, y nos marchamos cada pareja por su lado después de despedirnos con unos besos.
Me parece interesante y voy a ver la continuacuón

Aupa. pues!!
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo