Popurrí de mis experiencias!

Primero decir que 0 presión. Piensa cuando escribiste por primera vez 0 expectativas supongo más allá de querer compartir una historia y que la disfruten sobretodo desde tu parte exhibicionista. Y gustó, seguiste escribiendo y sigue gustando, porque va a ser diferente si escribes desde la misma intención? Tú sigue escribiendo igual el resto no importa.

Me ha encantado la historia, pero creí que iría más encaminada hacia Nadia jejeje será mi parte vuoyer o como se diga me encantan Las escenas lesbicas no se porque y me encantaria estar presente en alguna alguna vez mero espectador. Me encanta ver disfrutar a una mujer, sus reacciones, sus contenciones, sus gemidos, sus suspiros, sus atrevimientos, sus vergüenzas superadas por excitacion, etc....

Ahh y un detalle tonto me encanta cuando todo el mundo dice millón de veces o algo parecido, pero tú le pones siempre un número concreto muy exagerado, es curioso, muy tuyo jeje

Lo dicho sigue, sin presión y haz lo que parece que mejor se te da en tu viva en general... Compartir 😍😘😘😘😘😘
Ahora que lo veo menuda turra te he metido jeje
 
Por cierto Sofi pensé en decirlo cuando lo leí pero cuando terminé de leer el relato y con lo cachondo que iba se me fue jajaja la ratafia es molt top, hay que probarla 😉
 
Muy buenas! Perdón por la espera, pero no ando muy inspirada últimamente y todo lo que escribo lo acabo borrando 3847583475683745345 veces. Tengo mucha presión (mía, por supuesto) en no bajar el listón y eso me pasa factura.


Pero fuera dramas, que aquí venimos a divertirnos! Os dejo con la continuación!

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Ya habían pasado un par de meses desde aquella prueba, y la verdad que estaba súper contenta y motivada con los ensayos. Pasamos de quedar un día a la semana a quedar dos y hasta 3 veces. Fuera de los ensayos, mi vida seguía igual. Iba a clase, luego al súper a trabajar, cuando podía me juntaba con Ginesta y con Marcos y de vez en cuando jugaba con algunos de mis conocidos “contactos”. Sí que había cogido el mal hábito de beber y fumar entre semana, pero bueno, las estrellas de rock somos así (equisdé, es una bromi).


Yo cada vez estaba más suelta y con más confianza con el resto de integrantes de la banda (no en el sentido que estáis pensando, guarros) y salvo alguna broma jocosa y alguna mirada a mis tetas (cosas de ir sin sujetador por la vida) no había pasado nada con ninguno/a de los compis. Me estaba comportando.


Esa semana, uno de los días que escogimos para el ensayo, fue el domingo por la mañana, así aprovechábamos el terreno que tenían allí, y ya que no hacía demasiado frío pese a ser Noviembre, podíamos hacer una mini-barbacoa o, como yo la llamo, barbacoa.


El plan era simple y atractivo, quedar sobre las 10, ensayar hasta las 12:30/13:00 y luego ya comer y lo que surgiera. Lo bueno de tener alquilado un local entero en un recinto así, es que no es algo que vaya por horas, y te puedes estar el tiempo que quieras cuando quieras, una maravilla, la verdad.


La noche del sábado al domingo fue movidita, pero no por mi parte. Ginesta vino a casa, como muchos sábados y, como muchos otros sábados desde su “encuentro” con Gabri, se acostaron juntos. Puede que haya sonado a celosa, pero ni mucho menos, casi siempre era espectadora en primera fila de sus cópulas, solo que soy humana y hay veces que me apetece descansar, y más cuando tengo un ensayo al día siguiente por la mañana.


A parte de levantarme cansada, porque Ginesta es mala de nacimiento, sabe que me flipa escucharla, y se dedicó a no cortarse un pelo y no dejarme dormir, estaba más salida que la proa del Titanic, precisamente por el mismo motivo que me causó el insomnio.


Me pegué una ducha de esas que desearías quedarte a vivir allí dentro para siempre, y me fui a vestir. Lo recuerdo como si fuera ayer, era pleno noviembre, era por la mañana, y estábamos a 15 grados, así que no me preocupé del frío y para la ocasión escogí unos pantalones de los Celtics (los he tenido que jubilar este año, un minuto de silencio por ellos, que me costaron 40 pavos), y por culpa de la calentura que llevaba encima, una camiseta de tirantes con la que no tuviera ningún tipo de problema si quería “jugar” a los descuidos. Me até las converse y bajé a esperar a Marcos, que el pobre parecía mi taxista personal.



Puntual como un reloj, ya me hacía aspavientos desde su asiento por mis 10 minutos de retraso.


Marcos: Tú siempre igual, eh?


Sofía: Mira, calla, que no he pegado ojo y voy con una marcha menos.


Marcos: Hahahahahahaha a saber qué habrás hecho, viciosa.


Marcos arrancó el coche y nos pusimos en marcha.


Sofía: Pues para tu sorpresa, yo nada, pero estos dos estuvieron dale que te pego hasta las tantas y no me pude dormir hasta que terminaron.


Marcos: Joder con el bueno de Gabri, ya me dirá cómo lo hace, que yo hasta la fecha aún no he conseguido quedar a solas con Ginesta.


Sofía: Oye que si os molesto no voy, eh? hahahahaha


Marcos: Hostia cómo vienes tú hoy hahahahah Ya sabes a lo que me refiero, mujer.


Sofía: Encima de estar ahí escuchándoles con el tracatraca, y la otra que ya sabes que es una escandalosa…


Marcos: Vamos, que vas cachonda perdida.


Sofía: Me voy a follar el freno de mano, Marcos.


Los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me gustaba la confianza que tenía con gente como Marcos, esas bromas siempre escandalizan a más de uno y de una.


Marcos: Imagino que la camiseta esa que llevas tiene algo que ver con que vayas así de salida, no?


Con las luces de mi casa ni me di cuenta, cogí una de tirantes roja de esas básicas (entre la camiseta roja y los pantalones verdes parecía sacada de una peli de Navidad), que son cómodas, pero a la vez me es muy fácil hacer que se me salga todo. Pero de lo que no me di cuenta es de que iba marcando los pezones de una forma exagerada.


Sofía: Me cago en la puta hahahaha Por dios, dime que tienes una sudadera que dejarme!


Marcos: En el maletero tengo una y me va un poco pequeña, pero no sé si dejártela…


Sofía: Solo me rodeo de gente mala, a cada cuál peor.


Marcos: Va, enséñales las tetas a ese pelotón de ahí, y no solo te la dejo, te la regalo.


Vivíamos en una zona de montaña cerca de la típica carretera que sube hasta arriba del todo, por lo que los pelotones de ciclistas eran considerados fauna autóctona de allí, y justo estábamos por adelantar a un grupito.


Sofía: En serio me propones eso pensando que en algún momento voy siquiera a dudarlo?


Marcos: No serás capaz.


Antes de que acabara de decir “capaz”, justo a la altura de la mitad del pelotón, me bajé la camiseta y pegué las tetas contra la ventana del coche. No hacía frío, pero la ventana parecía sacada directamente del corazón de vuestros/as ex.


Marcos redujo drásticamente la velocidad, dando tiempo al pelotón a que se avisaran unos a otros. Todo era un ambiente bastante festivo, la verdad, ya que estábamos todos, tanto dentro como fuera del coche, muriéndonos de risa.


Recordáis lo que he dicho de que solo me rodeo de gente mala? Pues Marcos, en un total alarde de ser el mismísimo sucesor de Morgoth, pero en cabrón, no aceleró el coche en ningún momento para que pudiéramos pillar en rojo el semáforo que había unos metros más adelante.


Sofía: Eres lo peor, me vas a regalar la sudadera y el puto coche también.


Marcos: Hahahahah disfruta, que ahí viene tu público!


Sofía: Son ciclistas, es un semáforo, obviamente, no van a parar.


Es lógico pensar eso, no? Los ciclistas y los semáforos son enemigos por naturaleza. Como los taxistas y los ciclistas. O los autobuseros y los ciclistas. O los demás conductores y los ciclistas. O los ciclistas y otros ciclistas. Malditos ciclistas, han destrozado el ciclismo.


Pues, para sorpresa de todos, en ese semáforo sí pararon. Me saludaban, sonreían, uno me hacía el gesto de bajarme la camiseta… Tampoco fueron groseros, cosa que hizo que la anécdota me siga pareciendo muy divertida a día de hoy. Antes de arrancar, les hice un amago de que me iba a bajar la camiseta, pero les dejé con las ganas.


Marcos: Estás de la olla hahahahaha


Sofía: Pero si luego voy a la playa y me paso el día en tetas, ya ves tú.


Marcos: Te has ganado esa sudadera.


Llegamos al recinto y, pese a los nervios y ansiedad de Marcos porque “es que vamos a llegar tarde porque eres una tardona bla bla bla”, fuimos los primeros en llegar. Marcos abrió la verja con el mandito, dejamos el coche aparcado y nos bajamos.


Hacía un día de puta madre. Eran las 10 de la mañana y hacía sol, se podía estar en tirantes, no había ni una puta nube en el cielo… Parecía finales de Mayo, un lujo. Cogimos la bebida y la carne que habíamos traído, Marcos me dio MI sudadera, y pasamos para dentro del local.


Guardamos todo en la nevera, Marcos empezó a afinar su guitarra y a hacer unas primeras pruebas de sonido para que todo estuviera listo cuando los demás llegaran, mientras yo le ayudaba con los “ssssssi” “ssssssssi” del micro. Trabajo en equipo, chavales.


No tardaron mucho en llegar los demás, a los 10 minutos ya estaban allí Nadia y Aarón, y cuando no habíamos ni terminado de saludarles, entraron Fran y Carles.


Nadia: Joder, al final soy la única mongola que ha venido en pantalón largo. Bueno, y Fran, pero lo suyo ya es de estudio.


Fran: Sí, en Massachusetts ya están contactando conmigo para empezar las pruebas.


Sofía: Tu madre no te iba a dejar ir tan lejos tú solo.


Carles: Bueno, Sofía se ha ganado no hacer la carne! Punto para ella!


Fran: Tampoco iba a llegar a la parrilla.


Sofía: Qué cabrón hahahahhaha Yo esto lo veo un empate.


Me gustaba TANTO, ese ambiente que había de “te tiro puyita, me la devuelves” pero luego todo eran risas… Me sentía como en casa, eran todos una gente maravillosa, la verdad. Estuvimos 5 minutos de charla pre-ensayo, y tras hacerle 4 últimos apaños al sonido del micro, empezamos a ensayar.


A la hora y pico decidimos hacer un poco de pausa, y aprovechando el buen día salimos a fumar fuera. Había unas mesitas a la sombra de un árbol, y nos pusimos allí a hablar todos con todos. Yo estaba sentada en la mesa con los pies en la banqueta, y Nadia se me acercó.


Nadia: Tía, no te asas con la sudadera puesta?


Sofía: Como un puto pollo, pero es que mira.


Me abrí la sudadera y le enseñé el panorama. Se me marcaban hasta las areolas de los pezones. Nadia se puso roja como un tomate y pude notar un ligero suspiro que salía de su boca. Lo había hecho a propósito? Obvio.


Nadia: Hahahahahaha pero joder, es que no te miras antes de salir de casa?


Sofía: Tú te crees que si me hubiera visto hubiera venido así? Menos mal que Marcos me ha podido dejar la sudadera.


Nadia: Bueno, menos mal para ti, que el resto nos perdemos el espectáculo hahahahah


Sofía: Oye! hahahah descarada!


Volvimos ambas a la conversación con el grupo y al cuarto de hora más o menos ya estábamos listos para volver.


Aarón: Bueno, creo que ya es hora de seguir!


Carles: Padentro todo el mundo.


Yo estaba empanada, mirando vete a saber qué, lo mismo una hoja de árbol que se había caído o algún pájaro. La cosa es, que al pasar cerca de mí, Nadia me pellizcó a modo de broma en uno de mis pezones para despertarme de mi empanada monumental. Funcionó, vaya si funcionó, pero ese día no era el mejor para hacer ese tipo de cosas. Me subió un cosquilleo desde los pies hasta la base de la nuca, y no pude evitar que se me escapara un ligero gemido, imperceptible para el resto, pero que Nadia escuchó en primera persona.


Nadia: Joder, sí que los tienes sensibles hahahahah

Sofía: Mi… mira! Calla eh! El daño que me has hecho…


Intenté disimular, pero no me salió muy bien la cosa. Igual que con los chicos soy muy valiente y muy echada para adelante, con las chicas me pongo nerviosa. Cosa que desde fuera es bastante divertido de ver en mi opinión.


Nadia: Sí, ya, daño, sí hahahahah


Sofía: Ahora verás!


Salí corriendo tras ella y echó a correr para esconderse detrás de Carles entre risas.


Sofía: Ya saldrás de ahí! Cobarde!


Marcos: No, no, no, aquí si os vais a pelear, que sea en bikini y en el barro.


Aarón: Eso, eso!


Sofía: Ya verás cuando te coja!


Nos gritamos un par de tonterías más y seguimos con el resto del ensayo. Terminamos con la canción de Zombie, de The Cranberries y cuando estábamos recogiendo las cosas, Carles se acercó a mí.


Carles: Por cierto, me estoy aprendiendo esta misma canción pero en versión acústica. Cómo lo ves para hacerla?


Sofía: Hostia, pues tiene que sonar genial… Sí, sí, dale!


Una vez todo estaba recogido, Aarón y Fran salieron para empezar a hacer el fuego, Marcos y Carles fueron a por un bidón, y Nadia y yo sacamos el hielo, las cervezas y la carne para fuera.


La escena me da nostalgia a día de hoy cuando la pienso. Qué de domingos pasamos así. La barbacoa en un lateral, las mesas a la sombra, los bidones con hielo hasta arriba de birras… Como el trabajo ya estaba hecho, me abrí una cerveza, me bebí media de un trago y empecé a incitar a Marcos a la mala vida.


Sofía: Marcos… dime un número del 1 al 10.


Marcos: Qué dices tú ahora?


Sofía: Un número del 1 al 10, no es tan difícil.


Marcos: Yo qué sé… el 7.


Sofía: Te toca hacerte un porro.


Marcos: Hija de puta, en lo que te conozco no te he visto liar ni una sola vez.


Sofía: Es que a ti te quedan muy chulos.


Nadia: Eso mismo, eso es un arte y tú eres todo un artista!


Aarón: El DaVinci de los canutos!


Marcos: Sois una panda de pelotas…


A Marcos no hacía falta liarle mucho, pero le gustaba hacerse de rogar. En 5 minutos ya tenía hecho su característico Cuerno de Gondor y empezamos a fumar para acompañar las birras. Ni frutos secos ni hostias. Porrillos. Así he acabado.


Después de un buen rato entre risas, cervezas, más sustancias y el buen tiempo, empezó a llegar un olorcito a carne… Ya se acercaba la hora de comer. Nadia y yo repartimos los platos y los cubiertos de plástico y los cocineros trajeron las dos bandejas bien rebosantes de churrascos, chistorras, butifarras… Madre mía, son las 3 y media de la madrugada, pero lo pienso y me da un hambre…


Empezamos a arrasar con todo de una manera un tanto grotesca. Pronto, los cubiertos pasarían a un segundo plano y solo se oía el ruido de masticar, como si de una manada de lobos fumados se tratase. Como en toda barbacoa que se precie, sobró algo para aprovechar en la merienda, incluso para cenar o comer al día siguiente. Terminamos el manjar con un chupito de ratafía (por si alguien no lo sabe, es un licor muy típico en Cataluña) que Carles había traído, y seguimos con nuestras conversaciones sobre todo y nada.


Una vez bajó un poco la comida, Aarón se acercó al maletero de su coche para poner la guinda al domingo… Volvió levantando en sus brazos, al más puro estilo Rafiki y Simba, una pelota de baloncesto. Marcos y Carles empezaron a hacer ruidos como de neandertal, a darse golpes en el pecho y espalda el uno al otro y a correr para la zona de las canastas, que estaba al lado. Hombre tener pelota. Hombre estar contento.


Nadia, Fran y yo nos quedamos atónitos ante tal muestra de testosterona. Aarón les tiró la pelota, Carles la botó muy fuerte contra el suelo con ambas manos y Marcos la recogió en el aire dando un salto totalmente innecesario. Aarón echó a correr hacia ellos gritando “PÁSALA PÁSALA”, para luego tirar un triple lamentable que ni tocó aro. En ese momento lo tuve claro, esos eran mis amigos.


Nadia: Madre mía, ya nos podemos despedir de ellos.


Sofía: Pero, por qué? Vamos para allí nosotros también.


Fran: Yo es que con el deporte…


Sofía: Eso ni es deporte ni es nada, es hacer el tonto con los colegas.


Fran: Yo me quedo aquí.


Nadia: Yo también, si eso ahora me acerco.


Marcos sabía que yo había jugado a básket desde pequeña (podéis hacer todos los chistes que queráis, pero no me vais a decir nada que no me hayan dicho ya), pero el resto no… Era la oportunidad de lucirme, algo que siempre me ha gustado, para qué mentir.


Estaban haciendo una especie de 1vs1 por turnos, tirando por tirar… Como un calentamiento, pero con alcohólicos y drogadictos en vez de con jugadores. Cuando Marcos vio que me acercaba, le hice un gesto con el dedo para que se callara, y le pedí el balón.


Lo cogí, me acerqué a ellos botándolo como si tuviera algún tipo de disfunción y tiré a canasta de forma ridícula, con una mecánica que haría llorar a Steph Curry.


Sofía: Venga, va, Aarón y yo contra vosotros dos.


Aarón: Sí hombre, yo para que me humillen ya tengo el Counter.


Marcos: Va, que será divertido.


Me guiñó un ojo, me conocía y me estaba viendo venir de lejos.


Sofía: Va, sacamos nosotros. Toma!


Estuvimos un rato haciendo un poco el tonto, me dejaban espacio para tirar, me la devolvían cuando fallaba… En una de estas, Carles se puso a marcarme de frente.


Carles: Va, ahora ya voy en serio!


Una vez se acercó a mí, la boté por debajo de sus piernas, la cogí, hice un reverso justo en la cara de Marcos y metí canasta con una bandeja a mano cambiada que creo que en mi vida me había salido tan perfecta.


Carles: Filla de puta… Cómo nos has vacilado.


Sofía: Juego a esto desde los 7 años, os voy a hundir en la mierda.


Aarón: Hostias hahahaha Ahora no me la pases, que no voy a estar a la altura.


Nos pusimos a jugar en serio y joder, que tarde tan divertida. Aprovechaba cuando Marcos me marcaba para darle la espalda, pegarle el culo en el paquete y ponerle nervioso.


Marcos: Joder, es que así no hay quién se concentre!


Le pasé la pelota a Aarón, que tiró, y poniendo cuerpo para coger el rebote, le pasé la mano por el paquete a Marcos, que ya estaba medio morcillón.


Sofía: Estamos a lo que estamos o qué?


Marcos: Así no se puede…


Aarón falló el tiro y el rebote lo cogió Carles (sí, he jugado a basket, pero me sacaban dos cabezas) y cuando estaba saliendo para fuera de la línea de 3, vi cómo se acercaba Nadia.


Nadia: Chicos, puedo yo?


Marcos: Sí, cámbiate por mí, que yo me tengo que ir ya. Te vas con alguno de ellos, Sofi?


Sofía: Sí, claro, no te preocupes!


Carles: Yo me voy a sentar un rato, que no suelo hacer deporte.


Aarón: Yo voy a por una birra, que estoy seco.


Nadia: Jooo, ahora que llego yo vais a parar?


Sofía: Tranqui mujer, va, que te enseño a tirar.


Nadia: Quién te ha dicho a ti que no sé tirar?


Sofía: Ah, perdona.


Nadia: Hahahahah te estaba vacilando, no tengo ni puta idea.


Le enseñé un poco lo básico. Cómo poner los pies, el movimiento de rodillas, la posición de las manos…


Sofía: Mira, esta mano solo la aguanta, tienes que hacer el arco con este brazo…


Nadia: Uy, qué cerquita, no me acose, entrenadora hahahaha


Sofía: E… es que… Joder, yo aquí enseñándote y tú tomándotelo a cachondeo.


Nadia: Hahahah que estoy de broma, a ver, entonces la fuerza viene desde abajo… me incorporo y tiro!


No fue una mierda de tiro, pero tampoco estuvo genial. Oye, para ser el primero que probamos, ni tan mal.


Nadia: Casi! Lo has visto! Joder, parezco una profesional.


Sofía: Hahahahah no te vengas arriba, va, otra vez.


Me acerqué a ella botando la pelota e hizo un intento de quitármela.


Sofía: Huy, pues no te queda nada para quitarme a mí la pelota.


Nadia: Sí, eh?


Empezó a intentar quitarme la pelota, pero mal. Corriendo hacia la pelota, rodeándome, metiendo la mano para robarla… Como vio que eso no funcionaba, probó directamente con el contacto físico. Me agarraba del brazo, de la sudadera, pero ni por esas.


Nadia: Joder, así no es divertido!


Sofía: Para mí sí!


Le hice una pequeña finta, y cuando pasé por su lado le di un azote, bastante sonoro, en el culo. Ahora fue ella la que soltó un ligero ruido más parecido a un gemido que a una queja.


Nadia: Ufff… Maldita!


Sofía: Aquí te espero!


Se acercó a mí, pero en vez de ir a por la pelota, fue directa a mis tetas, concretamente a uno de mis pezones, como ya hizo antes, y como antes pasó, el mismo escalofrío me subió hasta la nuca. Esta vez el disimulo me salió de 10 e hice ver como que me había hecho daño. Se acercó mucho a mí, preocupada por si se había pasado.


Nadia: Perdona, perdona! No te quería hacer daño.


Me puse muy cerca de su cara y le susurré.


Sofía: No calientes lo que no te vayas a comer…


Se quedó muy roja y abrió mucho los ojos de primeras, pero sonrió.


Nadia: Y quién te dice que no me lo voy a comer?


Me dio un pequeño mordisco en el labio, y ahora sí, consiguió cogerme la pelota.


Nadia: Wuuuh! Sí! He ganado yo! Jódete!


Alzaba la pelota como si fuera un trofeo y yo seguía atónita, entre el calentón que ya llevaba de serie, y que me estaban ganando en mi propio terreno… Iba a explotar.


Nadia: Va, vamos a por una birra, hay que celebrarlo!


Sofía: S… sí, mejor…


Nos acercamos a la mesa con el resto de la banda, ya un poco cansados todos. Nos abrimos una cerveza cada una y nos sentamos con ellos.


Nadia: Fran, Aarón, si queréis que os lleve tiene que ser después de la birra, que tengo que ir a casa de Miquel a llevarle unas cosas.


Aarón: Ah, pero habéis vuelto?


Nadia: Nah, ni ganas, voy a llevarle unas cosas que quedaban en mi piso y solo coincidíamos hoy.


Bingo. Si algo no soporto es meterme en medio de una relación, pero parece ser que tenía vía libre en el caso de que sus “travesuras” fueran en serio.


Sofía: Carles, me acercas tú entonces? Me han dejado aquí sola y desamparada.


Carles: Sí, claro, pero tienes prisa? Así me baja un poco el alcohol y eso.


Sofía: No, no, sin problema, así miramos lo de la versión acústica.


Nadia se terminó la cerveza, se despidió y se marchó junto a Aarón y Fran.


Carles: Vamos dentro si quieres, que ya se está yendo el sol.


Sofía: Sí, mejor.


Entramos al local y nos sentamos en el sofá para ver los vídeos de la versión de Zombie, y ahí fue dónde vino el primer problema de ir todo el día en sudadera y haber estado jugando a basket. Una de las cosas que más vergüenza me da en la vida, es que alguien pueda notar mi olor corporal por haber sudado, aunque no huela a absolutamente nada, pero me hace estar muy inquieta e incómoda. Recordé que en el local había ducha y toallas, y aunque no llevaba ropa para cambiarme, ni que fuera me podía dar un agua.


Sofía: Carles, me sabe muy mal cortarte, pero te importa si me doy una ducha rápida? Es que de estar correteando de arriba a abajo me da miedo apestarte en la cara, y si vamos a estar aquí un rato…


Carles: Ah, no, no, sin problema, te enseño dónde están las toallas y demás.


Pasamos para el baño y ahí mi cabeza, mis hormonas y mi calentón de todo el día empezaron a hacer que por mi mente pasaran muchos pensamientos intrusivos. En ningún momento me había pasado nada sexual por la cabeza con Carles, pero al estar los dos solos y, perdón por ser pesada con lo mismo, que llevaba desde la mañana salida perdida, no lo podía evitar.


Carles se agachó y del armario cogió un par de toallas blancas, en ese momento aproveché para quitarme la sudadera, solo la sudadera, pero todos sabemos qué es lo que había debajo. El haber estado haciendo deporte y el cambio de temperatura no ayudaba, tenía los pezones y las areolas completamente marcados. En una camiseta de un color más claro hubiera ido transparentando sin ninguna duda.


Carles se incorporó con las toallas.


Carles: Las toallas las limpiamos uno cada semana, no te preocupes que están todas lim…pias…


Sofía: Vale! Gracias!


Miró para todos los sitios posibles para que no notara que había estado mirando dónde yo pretendía que mirara. Le cogí las toallas de las manos, rozando una de mis manos con la suya.


Carles: N… necesitas algo más?


Sofía: No, gracias! Si va a ser un momento!


Carles salió, cerró la puerta, y yo aproveché para desvestirme toda. Lo primero que hice fue llevarme la mano a la entrepierna. Efectivamente, estaba mojada. No aquello que digas “TSUNAMIII”, pero estaba bien mojada.


Los pensamientos intrusivos seguían rondándome y ya llegó un punto en el que cedí a ellos. Me puse a mirar por el baño si había algo que pudiera hacer o usar en mi ayuda y vi que dentro de la ducha había una cajonera lo suficientemente alta como para que yo no llegara.


Abrí el grifo, me metí debajo, cogí el gel y con una precisión digna de Ray Allen lo coloqué en el estante de arriba. No pretendía lavarme el pelo, pero sabía que el “efecto mojado” ayuda en todo.


Cogí una de las toallas, que por suerte no eran muy grandes, y me la até de tal forma que no enseñaba nada, ni por arriba ni por debajo, pero que poco faltaba. Me fui para la puerta, la entreabrí, y me medio asomé.


Sofía: Carles, por favor, cógeme el gel que no llego! hahahahah Cómo se os ocurre poner eso tan arriba, panda de ogros!


Carles: Eh? Ah, s… sí, voy.


Carles entró y yo estaba dentro de la ducha, con el grifo apagado, haciendo un poco el tonto.


Sofía: Es… que… no… llego!


Iba estirando el brazo sabiendo que la toalla se iba a subir lo justo para que desde dónde estaba él, se intuyera mi culo.


Carles levantó el brazo, lo cogió y me lo acercó. Estaba muy rojo, y cada vez podía disimular menos a dónde miraban sus ojos.


Sofía: Gracias! Te juro que no te molesto más hahahahaha


Estiré el brazo para coger el gel de su mano y, con una actuación digna de un Óscar, hice un leve movimiento con la otra mano que hizo que la toalla se abriera. Para mí, la gracia en un descuido, es que parezca que de verdad es un descuido, por muy preparado que esté, como era el caso. Hice ver que me daba un micro infarto y me agarré la toalla como buenamente pude, dejando uno de mis pechos sin tapar y toda la parte trasera, que aunque no la podía ver, estaba al aire.


Carles se quedó ojiplático, seguía rojo y tenía hasta la boca un poco abierta. Esa. Esa era la cara que yo quería ver.


Carles: Perdón! Perdón!


Se dio la vuelta y se iba dirección a la puerta. Yo ya había tenido lo que quería, pero tenía dos opciones en ese momento. O dejaba que se fuera y todo quedaba en una anécdota graciosa pero morbosa… O culminaba lo que había empezado… Y creedme que me costó decidirme, pero acabé optando por lo obvio, que era la segunda opción.


Sofía: Carles.


Se quedó quieto y ni se giró.


Carles: Qué?


Sofía: Te quieres quedar?


Carles: Qué?


Sofía: Que si te quieres quedar, no me importa.


Carles: Pero… estás segura?


Sofía: Hahahahah te lo estoy pidiendo yo, no?


Carles: No te importa?


Sofía: Ay, si lo sé no te pregunto, hijo.


Carles: No, no, no, me quedo.


Dejé la cortina abierta y abrí el grifo. De primeras Carles solo estaba ahí, no se asomaba a la ducha, ni me estaba viendo, ni nada, solo resoplaba. Yo empecé a ducharme, porque era verdad, me sentía sudorosa y necesitaba quitarme esa sensación.


Empecé a escuchar pasos lentos. Carles se acercó, y se apoyó en la pared contraria a la que estaba, teniendo una visión perfecta de mi cuerpo. Ahí ya pasé a ducharme de forma más… sensual digamos. Empecé a enjabonarme los pechos de forma pausada, apretándolos y recreándome un poco, pero haciendo ver como que él no estaba ahí.


Carles: Dios mío… No me creo que esté pasando esto…


Sofía: Hahahahah qué exagerado… Pero te vas a quedar ahí, no quieres pasar ni nada?


Carles: Ufff… No te enfades, es que me apetece mirar.


Joder, si os hiciérais una idea de lo que me puso esa frase… Me di la vuelta y pasé a enjabonarme la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y rodeando el culo, llevando una de mis manos a mi entrepierna, usando la otra para apoyarme un poco en la pared y así poder inclinarme un poco.


Empecé a masturbarme despacio, pero llevaba un día de tantos calentones que no pude evitar gemir nada más comenzar.


Carles: Joder… Mira cómo me tienes…


Me giré y Carles agarraba su paquete por encima del pantalón. Se le notaba un bulto grande y que el pantalón iba a reventar.


Sofía: Hahahahahaha va, no te cortes.


Carles: No, no, me espero a que termines.


Seguí masturbándome hasta que, al poco tiempo, noté cómo mis dos piernas comenzaban a temblar y mis gemidos se agudizaban un poco más.


Carles: Te vas a correr?


Sofía: Sí…


Carles: Dios…


Sofía: Me… voy… a… uffff…. me… Ah!...


Un gemido diferente al resto pero también suave, dio a entender que ya había culminado. Me encantó, el poder masturbarse para alguien siempre es… genial.


Salí de la ducha, Carles cogió una de las toallas y estiré el brazo para cogerla. Su intención no era la de darme la toalla. Cogió mi brazo y me pasó la toalla por él, de forma suave pero a la vez fuerte. Carles, pese a ser muy bonachón, era un tipo muy grande y gordete, y entre la barba y la cabeza rapada intimidaba un poco, pero hacía las cosas de forma muy segura, y eso siempre me ha gustado.


Me secó los brazos poco a poco, pasó por mi pecho, por mi espalda y llegó hasta mis piernas. Una vez llegó hasta ahí, me pasó la toalla de forma delicada por la entrepierna. Yo me acababa de correr y estaba muy sensible ahí abajo, por lo que otro gemido se escapó de mi boca.


Sofía: Joder…


Carles: Te molesta?


Sofía: No, no, para nada…


Carles se agachó para tener mejor movilidad y siguió pasando con su mano la toalla por mi coño, cada vez haciendo más presión y acelerando un poco el ritmo. Yo separé un poco las piernas para facilitarle el trabajo, y apoyé las manos en sus hombros. Llegados a un punto, Carles ya tiró a tomar por culo la toalla y pasó a masturbarme con las manos.


El tío manejaba, la verdad. Con una mano me metió dos dedos y empezó a jugar con ellos dentro, mientras que con la otra jugaba con mi clítoris. Yo intentaba sentirme mal por tener al chaval ahí haciéndolo todo, pero de vez en cuando también me gusta que tengan iniciativa propia.


Le agarré de la cabeza, ya que el cambio de ritmo me pilló desprevenida, y ahí aprovechó para llevarse una teta a la boca. No era delicado, pero tampoco brusco, lo hacía con la intensidad que requería el momento. Su barba me iba marcando la piel, me arañaba y era áspera, pero sentirla era muy excitante.


Sofía: Carles… Carles… ya… ya…


Estaba a puntito de correrme otra vez. Entonces hizo algo que realmente no sé si es bueno, pero que en ese momento me encendió más si cabe.


Paró. Paró de golpe. Yo tenía las piernas empezando a temblar, y notaba cómo me palpitaba el coño. Estaba tan, pero tan cerca de correrme, que solo podía pensar en terminar.


Sofía: Q.. qué… por qué paras?


No dijo nada. Se levantó, puso las manos en mis hombros, y me puso de rodillas. Seguía sin decir nada, pero creo que no hacía falta. Estaba tan salida en ese momento, que me daba igual todo.


Llevé las manos a sus pantalones y se los bajé, dejándole en un boxer negro muy apretado con una gran mancha húmeda. Le pasé la mano por el bulto. Era grande y estaba duro como una piedra. Bajé el boxer de forma muy lenta. Siempre hay mucha expectación la primera vez que vas a ver a alguien desnudo. Normalmente, asociamos a la gente más subida de peso con atributos más pequeños, pero os aseguro que no era el caso.


Cuando terminé de bajar el bóxer por su último centímetro de carne, una polla gorda y grande dio a parar en mi mejilla, dejando un hilo de líquido preseminal desde mi cara hasta su punta.


Era una polla a proporción. Es decir, lo mismo una polla de ese tamaño en un cuerpo como el de Carles no parecía algo descomunal, pero os recuerdo que es un tipo que pasaba del 1,90 y de los 110kg y que yo no llego al 1,55.


La cogió por la base y siguió pasando el glande por mi mejilla, por mis labios… Yo como ya había asumido lo de dejarme hacer, cuando la noté en los labios abrí la boca y saqué un poco la lengua para facilitar el acceso, cosa que hizo poco a poco.


Primero metía solo la punta en la boca, mientras con la otra mano me cogía con delicadeza de la cara. Poco a poco la fue metiendo más, y la sacaba despacio. Cuando ya notó que entre mi saliva y su propio fluido ya estaba todo bien lubricado, empezó a acelerar el ritmo.


Estuve un rato dejándome follar la boca, ya que no era de esos burros que la meten hasta los topes y siempre es agradable disfrutar de una sesión de sexo sin arcadas ni falta de oxígeno.


Debido a una diferencia notable de altura entre ambos, la posición estaba empezando a ser cada vez más antinatural para él. Apartó mi ropa de la banqueta y, sin dejar de subir y bajar la mano por su miembro, se sentó a observarme.


Yo seguía de rodillas con las piernas medio temblorosas, y como no estaba acostumbrada al papel que me había tocado hacer ese día, no sabía bien bien qué hacer, así que esperé a ver cómo avanzaba todo.


No pasaron muchos segundos hasta que sugirió que diéramos un paso más.


Carles: En mi cartera tengo condones.


Estaba intentando ser un poco más consciente de las cosas que podían pasarme si seguía yendo de cabra loca por la vida, así que cogí la cartera de su pantalón, cogí un condón, me levanté y caminé hacia él. Me senté sobre sus piernas, tocando la base de su polla con mi coño y le di el condón.


Mientras él lo abría despacio, yo me dediqué a masturbarle con las dos manos. Soy la primera que defiende la expresión “el tamaño no importa”, y la defenderé hasta que me muera, porque me lo he pasado de lujo con chorras de todos los tamaños, pero me encanta eso de poder pajear una polla con ambas manos, llamadme hipócrita si queréis 🤣


Disfrutamos ambos de esa situación durante un rato, y una vez se puso el condón me levantó, me dio la vuelta y empezó a pasarme la punta por mi vagina de adelante hacia atrás. Estaba empapada, me había quedado tan al borde del orgasmo que creía que no iba a tardar ni 5 segundos en correrme. Por mi cabeza solo pasaba el “métemela de una vez”, y en otra situación hubiera sido yo misma la que hubiera cogido y “raca, padentro”. Pero eso estaba siendo divertido también.


Me cogió por la cintura con su enorme mano y empezó a introducirla poco a poco.


Sofía: Uuuh… Joder… sí que estoy sensible…


Una vez ya toda dentro, y con sus dos manos sobre mi cintura, ahora sí que había llegado el momento en el que tenía que actuar yo. Lo que me gusta de una postura así, es que yo misma controlo el ritmo. Y estando como estaba, el ritmo iba a ser bastante movido.


Coloqué mis manos sobre las suyas, las apreté, enviándole el mensaje de que quería que él me apretara, cosa que captó de primeras, y empecé a mover mis caderas muy rápido sin separar mi culo de su regazo.


Ya he comentado varias veces que no soy muy fan del sexo con penetración, que raras veces me apetece o me gusta, pero llegar a esa conclusión me llevó bastantes años de práctica… Por lo que, sin querer echarme muchas flores, no es algo que se me dé precisamente mal.


Carles jadeaba y gruñía (chicos, sed ruidosos, de verdad que nos encanta) mientras sus manos recorrieron mi cintura y mis costillas hasta llegar a las tetas. Me las apretaba con firmeza, dejando mis pezones entre sus dedos, con los que iba jugando de tanto en tanto.


Yo estaba intentando no correrme muy deprisa, porque aunque podía seguir, estaba disfrutando mucho de la sesión. Pero la idea de Carles era otra.


Una de sus manos subió por mi busto hasta alcanzar el cuello, que apretó con la fuerza justa para que fuera muy morboso, sin rozar el ahogamiento. Se acercó a mi oído y me susurró algo.


Carles: Córrete… sé que estás a punto.


Todavía me pone la piel de gallina recordar ese momento. Seguí moviéndome, acelerando el ritmo poco a poco mientras Carles me apretaba el cuello cada vez con un poco más de fuerza. Llegué a mi límite, ya no pude aguantar más y por mi boca empezaron a salir gemidos ahogados.


Sofía: Ah… Ya… jod… ya… AH!


Notaba cómo las paredes de mi vagina se contraían y podía hasta sentir las palpitaciones en la polla de Carles. La parte interior de mis muslos temblaba y en ese momento no sabía ni cómo cojones me iba a levantar. Cosa por la que tampoco tuve que preocuparme mucho.


Al notar que yo ya había terminado, Carles me tumbó en la banqueta, se sacó el condón y se puso a masturbarse a la altura de mi cara, quedando yo en medio de sus piernas.


No decía nada, pero sí era muy expresivo en cuánto a expresiones, movimientos, ruidos… Pude notar que se iba a correr cuando su respiración se aceleraba y se entrecortaba.


Carles: Uff… no p… no puedo más… me corro…


Acercó más la polla a mi cara, y por como estaba puesta, lo único que pude hacer era sacar la lengua. Pero la boca no era su objetivo.


Agitaba su polla de una forma muy agresiva y pude ver como de golpe paró a la altura del glande, para volver a reanudar la marcha con unos movimientos mucho más lentos, pero apretándosela bastante más fuerte.


Imagino que es una forma de controlar mejor la corrida, ya que empezó a correrse de forma abundante pero controlada. Un primer lefazo cayó por toda mi cara, llegando desde la barbilla hasta la frente, seguido de otros tantos que no pude ver, ya que por acto reflejo cerré los ojos.


Notaba cómo iban cayendo, unos más largos, otros más densos, otros simplemente gotas, pero todos dentro de su objetivo, sin salir ninguno disparado hacia la nada. Abrí la boca para coger una bocanada de aire, que entró acompañada por su polla, todavía dura y empapada.


Estuve chupando hasta que, poco a poco, se empezó a desinflar. Carles se separó de mí y me acercó una toalla.


Sofía: Te has quedado a gusto, eh? Hahaha


Carles: Ya, perdona, es que cuando me vengo arriba…


Sofía: Pero me he quejado yo en algún momento?


Carles: Te puedo pedir algo?


Sofía: Me pides permiso para pedirme algo pero no para correrte en mi cara? Caballeros así ya no quedan hahahaha Dime.


Carles: Esto que ha pasado… Podría quedar entre tú y yo?


Sofía: A ver… No me digas que tienes novia…


Carles: No, no, para nada, pero es que soy muy reservado con mi vida personal, y si vamos a venir a ensayar y eso… No me gustaría que hubiera malos rollos o miradas raras.


Sofía: Pues mira, me parece perfecto. Chocamos la mano? Como que ya no hace falta, no?


Carles: Hahahahaha siempre con el cachondeo… te lo agradezco, en serio.


Me pegué una ducha, por lo obvio, y Carles se quedó en el baño conmigo. Hubo un intento de masturbación por su parte, pero resultó ser de los que una vez terminan, necesitan su tiempo. 100% respetable.


Una vez limpia, hicimos lo planeado en un principio, que era ver los vídeos de la versión acústica para el ensayo y Carles me acercó a mi casa.


Me fui a dormir con una sensación rara. Me había encantado ese encuentro, lo había disfrutado un montón. Quería seguir jugando a mis chorradas sin necesidad de crear algún tipo de enemistad... Cosa que, en ese momento, veía muy complicado.

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Perdonad que haya tardado tanto! Pero entre que no ando muy motivada y casi no saco tiempo para escribir… Espero que hayáis disfrutado de la lectura, espero con muchas ganas vuestras reacciones y comentarios!


Un saludo a todos!
Me ha gustado mucho. Tiene hasta sentido del humor, ¡genial!
 
Muy buenas! Perdón por la espera, pero no ando muy inspirada últimamente y todo lo que escribo lo acabo borrando 3847583475683745345 veces. Tengo mucha presión (mía, por supuesto) en no bajar el listón y eso me pasa factura.


Pero fuera dramas, que aquí venimos a divertirnos! Os dejo con la continuación!

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Ya habían pasado un par de meses desde aquella prueba, y la verdad que estaba súper contenta y motivada con los ensayos. Pasamos de quedar un día a la semana a quedar dos y hasta 3 veces. Fuera de los ensayos, mi vida seguía igual. Iba a clase, luego al súper a trabajar, cuando podía me juntaba con Ginesta y con Marcos y de vez en cuando jugaba con algunos de mis conocidos “contactos”. Sí que había cogido el mal hábito de beber y fumar entre semana, pero bueno, las estrellas de rock somos así (equisdé, es una bromi).


Yo cada vez estaba más suelta y con más confianza con el resto de integrantes de la banda (no en el sentido que estáis pensando, guarros) y salvo alguna broma jocosa y alguna mirada a mis tetas (cosas de ir sin sujetador por la vida) no había pasado nada con ninguno/a de los compis. Me estaba comportando.


Esa semana, uno de los días que escogimos para el ensayo, fue el domingo por la mañana, así aprovechábamos el terreno que tenían allí, y ya que no hacía demasiado frío pese a ser Noviembre, podíamos hacer una mini-barbacoa o, como yo la llamo, barbacoa.


El plan era simple y atractivo, quedar sobre las 10, ensayar hasta las 12:30/13:00 y luego ya comer y lo que surgiera. Lo bueno de tener alquilado un local entero en un recinto así, es que no es algo que vaya por horas, y te puedes estar el tiempo que quieras cuando quieras, una maravilla, la verdad.


La noche del sábado al domingo fue movidita, pero no por mi parte. Ginesta vino a casa, como muchos sábados y, como muchos otros sábados desde su “encuentro” con Gabri, se acostaron juntos. Puede que haya sonado a celosa, pero ni mucho menos, casi siempre era espectadora en primera fila de sus cópulas, solo que soy humana y hay veces que me apetece descansar, y más cuando tengo un ensayo al día siguiente por la mañana.


A parte de levantarme cansada, porque Ginesta es mala de nacimiento, sabe que me flipa escucharla, y se dedicó a no cortarse un pelo y no dejarme dormir, estaba más salida que la proa del Titanic, precisamente por el mismo motivo que me causó el insomnio.


Me pegué una ducha de esas que desearías quedarte a vivir allí dentro para siempre, y me fui a vestir. Lo recuerdo como si fuera ayer, era pleno noviembre, era por la mañana, y estábamos a 15 grados, así que no me preocupé del frío y para la ocasión escogí unos pantalones de los Celtics (los he tenido que jubilar este año, un minuto de silencio por ellos, que me costaron 40 pavos), y por culpa de la calentura que llevaba encima, una camiseta de tirantes con la que no tuviera ningún tipo de problema si quería “jugar” a los descuidos. Me até las converse y bajé a esperar a Marcos, que el pobre parecía mi taxista personal.



Puntual como un reloj, ya me hacía aspavientos desde su asiento por mis 10 minutos de retraso.


Marcos: Tú siempre igual, eh?


Sofía: Mira, calla, que no he pegado ojo y voy con una marcha menos.


Marcos: Hahahahahahaha a saber qué habrás hecho, viciosa.


Marcos arrancó el coche y nos pusimos en marcha.


Sofía: Pues para tu sorpresa, yo nada, pero estos dos estuvieron dale que te pego hasta las tantas y no me pude dormir hasta que terminaron.


Marcos: Joder con el bueno de Gabri, ya me dirá cómo lo hace, que yo hasta la fecha aún no he conseguido quedar a solas con Ginesta.


Sofía: Oye que si os molesto no voy, eh? hahahahaha


Marcos: Hostia cómo vienes tú hoy hahahahah Ya sabes a lo que me refiero, mujer.


Sofía: Encima de estar ahí escuchándoles con el tracatraca, y la otra que ya sabes que es una escandalosa…


Marcos: Vamos, que vas cachonda perdida.


Sofía: Me voy a follar el freno de mano, Marcos.


Los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me gustaba la confianza que tenía con gente como Marcos, esas bromas siempre escandalizan a más de uno y de una.


Marcos: Imagino que la camiseta esa que llevas tiene algo que ver con que vayas así de salida, no?


Con las luces de mi casa ni me di cuenta, cogí una de tirantes roja de esas básicas (entre la camiseta roja y los pantalones verdes parecía sacada de una peli de Navidad), que son cómodas, pero a la vez me es muy fácil hacer que se me salga todo. Pero de lo que no me di cuenta es de que iba marcando los pezones de una forma exagerada.


Sofía: Me cago en la puta hahahaha Por dios, dime que tienes una sudadera que dejarme!


Marcos: En el maletero tengo una y me va un poco pequeña, pero no sé si dejártela…


Sofía: Solo me rodeo de gente mala, a cada cuál peor.


Marcos: Va, enséñales las tetas a ese pelotón de ahí, y no solo te la dejo, te la regalo.


Vivíamos en una zona de montaña cerca de la típica carretera que sube hasta arriba del todo, por lo que los pelotones de ciclistas eran considerados fauna autóctona de allí, y justo estábamos por adelantar a un grupito.


Sofía: En serio me propones eso pensando que en algún momento voy siquiera a dudarlo?


Marcos: No serás capaz.


Antes de que acabara de decir “capaz”, justo a la altura de la mitad del pelotón, me bajé la camiseta y pegué las tetas contra la ventana del coche. No hacía frío, pero la ventana parecía sacada directamente del corazón de vuestros/as ex.


Marcos redujo drásticamente la velocidad, dando tiempo al pelotón a que se avisaran unos a otros. Todo era un ambiente bastante festivo, la verdad, ya que estábamos todos, tanto dentro como fuera del coche, muriéndonos de risa.


Recordáis lo que he dicho de que solo me rodeo de gente mala? Pues Marcos, en un total alarde de ser el mismísimo sucesor de Morgoth, pero en cabrón, no aceleró el coche en ningún momento para que pudiéramos pillar en rojo el semáforo que había unos metros más adelante.


Sofía: Eres lo peor, me vas a regalar la sudadera y el puto coche también.


Marcos: Hahahahah disfruta, que ahí viene tu público!


Sofía: Son ciclistas, es un semáforo, obviamente, no van a parar.


Es lógico pensar eso, no? Los ciclistas y los semáforos son enemigos por naturaleza. Como los taxistas y los ciclistas. O los autobuseros y los ciclistas. O los demás conductores y los ciclistas. O los ciclistas y otros ciclistas. Malditos ciclistas, han destrozado el ciclismo.


Pues, para sorpresa de todos, en ese semáforo sí pararon. Me saludaban, sonreían, uno me hacía el gesto de bajarme la camiseta… Tampoco fueron groseros, cosa que hizo que la anécdota me siga pareciendo muy divertida a día de hoy. Antes de arrancar, les hice un amago de que me iba a bajar la camiseta, pero les dejé con las ganas.


Marcos: Estás de la olla hahahahaha


Sofía: Pero si luego voy a la playa y me paso el día en tetas, ya ves tú.


Marcos: Te has ganado esa sudadera.


Llegamos al recinto y, pese a los nervios y ansiedad de Marcos porque “es que vamos a llegar tarde porque eres una tardona bla bla bla”, fuimos los primeros en llegar. Marcos abrió la verja con el mandito, dejamos el coche aparcado y nos bajamos.


Hacía un día de puta madre. Eran las 10 de la mañana y hacía sol, se podía estar en tirantes, no había ni una puta nube en el cielo… Parecía finales de Mayo, un lujo. Cogimos la bebida y la carne que habíamos traído, Marcos me dio MI sudadera, y pasamos para dentro del local.


Guardamos todo en la nevera, Marcos empezó a afinar su guitarra y a hacer unas primeras pruebas de sonido para que todo estuviera listo cuando los demás llegaran, mientras yo le ayudaba con los “ssssssi” “ssssssssi” del micro. Trabajo en equipo, chavales.


No tardaron mucho en llegar los demás, a los 10 minutos ya estaban allí Nadia y Aarón, y cuando no habíamos ni terminado de saludarles, entraron Fran y Carles.


Nadia: Joder, al final soy la única mongola que ha venido en pantalón largo. Bueno, y Fran, pero lo suyo ya es de estudio.


Fran: Sí, en Massachusetts ya están contactando conmigo para empezar las pruebas.


Sofía: Tu madre no te iba a dejar ir tan lejos tú solo.


Carles: Bueno, Sofía se ha ganado no hacer la carne! Punto para ella!


Fran: Tampoco iba a llegar a la parrilla.


Sofía: Qué cabrón hahahahhaha Yo esto lo veo un empate.


Me gustaba TANTO, ese ambiente que había de “te tiro puyita, me la devuelves” pero luego todo eran risas… Me sentía como en casa, eran todos una gente maravillosa, la verdad. Estuvimos 5 minutos de charla pre-ensayo, y tras hacerle 4 últimos apaños al sonido del micro, empezamos a ensayar.


A la hora y pico decidimos hacer un poco de pausa, y aprovechando el buen día salimos a fumar fuera. Había unas mesitas a la sombra de un árbol, y nos pusimos allí a hablar todos con todos. Yo estaba sentada en la mesa con los pies en la banqueta, y Nadia se me acercó.


Nadia: Tía, no te asas con la sudadera puesta?


Sofía: Como un puto pollo, pero es que mira.


Me abrí la sudadera y le enseñé el panorama. Se me marcaban hasta las areolas de los pezones. Nadia se puso roja como un tomate y pude notar un ligero suspiro que salía de su boca. Lo había hecho a propósito? Obvio.


Nadia: Hahahahahaha pero joder, es que no te miras antes de salir de casa?


Sofía: Tú te crees que si me hubiera visto hubiera venido así? Menos mal que Marcos me ha podido dejar la sudadera.


Nadia: Bueno, menos mal para ti, que el resto nos perdemos el espectáculo hahahahah


Sofía: Oye! hahahah descarada!


Volvimos ambas a la conversación con el grupo y al cuarto de hora más o menos ya estábamos listos para volver.


Aarón: Bueno, creo que ya es hora de seguir!


Carles: Padentro todo el mundo.


Yo estaba empanada, mirando vete a saber qué, lo mismo una hoja de árbol que se había caído o algún pájaro. La cosa es, que al pasar cerca de mí, Nadia me pellizcó a modo de broma en uno de mis pezones para despertarme de mi empanada monumental. Funcionó, vaya si funcionó, pero ese día no era el mejor para hacer ese tipo de cosas. Me subió un cosquilleo desde los pies hasta la base de la nuca, y no pude evitar que se me escapara un ligero gemido, imperceptible para el resto, pero que Nadia escuchó en primera persona.


Nadia: Joder, sí que los tienes sensibles hahahahah

Sofía: Mi… mira! Calla eh! El daño que me has hecho…


Intenté disimular, pero no me salió muy bien la cosa. Igual que con los chicos soy muy valiente y muy echada para adelante, con las chicas me pongo nerviosa. Cosa que desde fuera es bastante divertido de ver en mi opinión.


Nadia: Sí, ya, daño, sí hahahahah


Sofía: Ahora verás!


Salí corriendo tras ella y echó a correr para esconderse detrás de Carles entre risas.


Sofía: Ya saldrás de ahí! Cobarde!


Marcos: No, no, no, aquí si os vais a pelear, que sea en bikini y en el barro.


Aarón: Eso, eso!


Sofía: Ya verás cuando te coja!


Nos gritamos un par de tonterías más y seguimos con el resto del ensayo. Terminamos con la canción de Zombie, de The Cranberries y cuando estábamos recogiendo las cosas, Carles se acercó a mí.


Carles: Por cierto, me estoy aprendiendo esta misma canción pero en versión acústica. Cómo lo ves para hacerla?


Sofía: Hostia, pues tiene que sonar genial… Sí, sí, dale!


Una vez todo estaba recogido, Aarón y Fran salieron para empezar a hacer el fuego, Marcos y Carles fueron a por un bidón, y Nadia y yo sacamos el hielo, las cervezas y la carne para fuera.


La escena me da nostalgia a día de hoy cuando la pienso. Qué de domingos pasamos así. La barbacoa en un lateral, las mesas a la sombra, los bidones con hielo hasta arriba de birras… Como el trabajo ya estaba hecho, me abrí una cerveza, me bebí media de un trago y empecé a incitar a Marcos a la mala vida.


Sofía: Marcos… dime un número del 1 al 10.


Marcos: Qué dices tú ahora?


Sofía: Un número del 1 al 10, no es tan difícil.


Marcos: Yo qué sé… el 7.


Sofía: Te toca hacerte un porro.


Marcos: Hija de puta, en lo que te conozco no te he visto liar ni una sola vez.


Sofía: Es que a ti te quedan muy chulos.


Nadia: Eso mismo, eso es un arte y tú eres todo un artista!


Aarón: El DaVinci de los canutos!


Marcos: Sois una panda de pelotas…


A Marcos no hacía falta liarle mucho, pero le gustaba hacerse de rogar. En 5 minutos ya tenía hecho su característico Cuerno de Gondor y empezamos a fumar para acompañar las birras. Ni frutos secos ni hostias. Porrillos. Así he acabado.


Después de un buen rato entre risas, cervezas, más sustancias y el buen tiempo, empezó a llegar un olorcito a carne… Ya se acercaba la hora de comer. Nadia y yo repartimos los platos y los cubiertos de plástico y los cocineros trajeron las dos bandejas bien rebosantes de churrascos, chistorras, butifarras… Madre mía, son las 3 y media de la madrugada, pero lo pienso y me da un hambre…


Empezamos a arrasar con todo de una manera un tanto grotesca. Pronto, los cubiertos pasarían a un segundo plano y solo se oía el ruido de masticar, como si de una manada de lobos fumados se tratase. Como en toda barbacoa que se precie, sobró algo para aprovechar en la merienda, incluso para cenar o comer al día siguiente. Terminamos el manjar con un chupito de ratafía (por si alguien no lo sabe, es un licor muy típico en Cataluña) que Carles había traído, y seguimos con nuestras conversaciones sobre todo y nada.


Una vez bajó un poco la comida, Aarón se acercó al maletero de su coche para poner la guinda al domingo… Volvió levantando en sus brazos, al más puro estilo Rafiki y Simba, una pelota de baloncesto. Marcos y Carles empezaron a hacer ruidos como de neandertal, a darse golpes en el pecho y espalda el uno al otro y a correr para la zona de las canastas, que estaba al lado. Hombre tener pelota. Hombre estar contento.


Nadia, Fran y yo nos quedamos atónitos ante tal muestra de testosterona. Aarón les tiró la pelota, Carles la botó muy fuerte contra el suelo con ambas manos y Marcos la recogió en el aire dando un salto totalmente innecesario. Aarón echó a correr hacia ellos gritando “PÁSALA PÁSALA”, para luego tirar un triple lamentable que ni tocó aro. En ese momento lo tuve claro, esos eran mis amigos.


Nadia: Madre mía, ya nos podemos despedir de ellos.


Sofía: Pero, por qué? Vamos para allí nosotros también.


Fran: Yo es que con el deporte…


Sofía: Eso ni es deporte ni es nada, es hacer el tonto con los colegas.


Fran: Yo me quedo aquí.


Nadia: Yo también, si eso ahora me acerco.


Marcos sabía que yo había jugado a básket desde pequeña (podéis hacer todos los chistes que queráis, pero no me vais a decir nada que no me hayan dicho ya), pero el resto no… Era la oportunidad de lucirme, algo que siempre me ha gustado, para qué mentir.


Estaban haciendo una especie de 1vs1 por turnos, tirando por tirar… Como un calentamiento, pero con alcohólicos y drogadictos en vez de con jugadores. Cuando Marcos vio que me acercaba, le hice un gesto con el dedo para que se callara, y le pedí el balón.


Lo cogí, me acerqué a ellos botándolo como si tuviera algún tipo de disfunción y tiré a canasta de forma ridícula, con una mecánica que haría llorar a Steph Curry.


Sofía: Venga, va, Aarón y yo contra vosotros dos.


Aarón: Sí hombre, yo para que me humillen ya tengo el Counter.


Marcos: Va, que será divertido.


Me guiñó un ojo, me conocía y me estaba viendo venir de lejos.


Sofía: Va, sacamos nosotros. Toma!


Estuvimos un rato haciendo un poco el tonto, me dejaban espacio para tirar, me la devolvían cuando fallaba… En una de estas, Carles se puso a marcarme de frente.


Carles: Va, ahora ya voy en serio!


Una vez se acercó a mí, la boté por debajo de sus piernas, la cogí, hice un reverso justo en la cara de Marcos y metí canasta con una bandeja a mano cambiada que creo que en mi vida me había salido tan perfecta.


Carles: Filla de puta… Cómo nos has vacilado.


Sofía: Juego a esto desde los 7 años, os voy a hundir en la mierda.


Aarón: Hostias hahahaha Ahora no me la pases, que no voy a estar a la altura.


Nos pusimos a jugar en serio y joder, que tarde tan divertida. Aprovechaba cuando Marcos me marcaba para darle la espalda, pegarle el culo en el paquete y ponerle nervioso.


Marcos: Joder, es que así no hay quién se concentre!


Le pasé la pelota a Aarón, que tiró, y poniendo cuerpo para coger el rebote, le pasé la mano por el paquete a Marcos, que ya estaba medio morcillón.


Sofía: Estamos a lo que estamos o qué?


Marcos: Así no se puede…


Aarón falló el tiro y el rebote lo cogió Carles (sí, he jugado a basket, pero me sacaban dos cabezas) y cuando estaba saliendo para fuera de la línea de 3, vi cómo se acercaba Nadia.


Nadia: Chicos, puedo yo?


Marcos: Sí, cámbiate por mí, que yo me tengo que ir ya. Te vas con alguno de ellos, Sofi?


Sofía: Sí, claro, no te preocupes!


Carles: Yo me voy a sentar un rato, que no suelo hacer deporte.


Aarón: Yo voy a por una birra, que estoy seco.


Nadia: Jooo, ahora que llego yo vais a parar?


Sofía: Tranqui mujer, va, que te enseño a tirar.


Nadia: Quién te ha dicho a ti que no sé tirar?


Sofía: Ah, perdona.


Nadia: Hahahahah te estaba vacilando, no tengo ni puta idea.


Le enseñé un poco lo básico. Cómo poner los pies, el movimiento de rodillas, la posición de las manos…


Sofía: Mira, esta mano solo la aguanta, tienes que hacer el arco con este brazo…


Nadia: Uy, qué cerquita, no me acose, entrenadora hahahaha


Sofía: E… es que… Joder, yo aquí enseñándote y tú tomándotelo a cachondeo.


Nadia: Hahahah que estoy de broma, a ver, entonces la fuerza viene desde abajo… me incorporo y tiro!


No fue una mierda de tiro, pero tampoco estuvo genial. Oye, para ser el primero que probamos, ni tan mal.


Nadia: Casi! Lo has visto! Joder, parezco una profesional.


Sofía: Hahahahah no te vengas arriba, va, otra vez.


Me acerqué a ella botando la pelota e hizo un intento de quitármela.


Sofía: Huy, pues no te queda nada para quitarme a mí la pelota.


Nadia: Sí, eh?


Empezó a intentar quitarme la pelota, pero mal. Corriendo hacia la pelota, rodeándome, metiendo la mano para robarla… Como vio que eso no funcionaba, probó directamente con el contacto físico. Me agarraba del brazo, de la sudadera, pero ni por esas.


Nadia: Joder, así no es divertido!


Sofía: Para mí sí!


Le hice una pequeña finta, y cuando pasé por su lado le di un azote, bastante sonoro, en el culo. Ahora fue ella la que soltó un ligero ruido más parecido a un gemido que a una queja.


Nadia: Ufff… Maldita!


Sofía: Aquí te espero!


Se acercó a mí, pero en vez de ir a por la pelota, fue directa a mis tetas, concretamente a uno de mis pezones, como ya hizo antes, y como antes pasó, el mismo escalofrío me subió hasta la nuca. Esta vez el disimulo me salió de 10 e hice ver como que me había hecho daño. Se acercó mucho a mí, preocupada por si se había pasado.


Nadia: Perdona, perdona! No te quería hacer daño.


Me puse muy cerca de su cara y le susurré.


Sofía: No calientes lo que no te vayas a comer…


Se quedó muy roja y abrió mucho los ojos de primeras, pero sonrió.


Nadia: Y quién te dice que no me lo voy a comer?


Me dio un pequeño mordisco en el labio, y ahora sí, consiguió cogerme la pelota.


Nadia: Wuuuh! Sí! He ganado yo! Jódete!


Alzaba la pelota como si fuera un trofeo y yo seguía atónita, entre el calentón que ya llevaba de serie, y que me estaban ganando en mi propio terreno… Iba a explotar.


Nadia: Va, vamos a por una birra, hay que celebrarlo!


Sofía: S… sí, mejor…


Nos acercamos a la mesa con el resto de la banda, ya un poco cansados todos. Nos abrimos una cerveza cada una y nos sentamos con ellos.


Nadia: Fran, Aarón, si queréis que os lleve tiene que ser después de la birra, que tengo que ir a casa de Miquel a llevarle unas cosas.


Aarón: Ah, pero habéis vuelto?


Nadia: Nah, ni ganas, voy a llevarle unas cosas que quedaban en mi piso y solo coincidíamos hoy.


Bingo. Si algo no soporto es meterme en medio de una relación, pero parece ser que tenía vía libre en el caso de que sus “travesuras” fueran en serio.


Sofía: Carles, me acercas tú entonces? Me han dejado aquí sola y desamparada.


Carles: Sí, claro, pero tienes prisa? Así me baja un poco el alcohol y eso.


Sofía: No, no, sin problema, así miramos lo de la versión acústica.


Nadia se terminó la cerveza, se despidió y se marchó junto a Aarón y Fran.


Carles: Vamos dentro si quieres, que ya se está yendo el sol.


Sofía: Sí, mejor.


Entramos al local y nos sentamos en el sofá para ver los vídeos de la versión de Zombie, y ahí fue dónde vino el primer problema de ir todo el día en sudadera y haber estado jugando a basket. Una de las cosas que más vergüenza me da en la vida, es que alguien pueda notar mi olor corporal por haber sudado, aunque no huela a absolutamente nada, pero me hace estar muy inquieta e incómoda. Recordé que en el local había ducha y toallas, y aunque no llevaba ropa para cambiarme, ni que fuera me podía dar un agua.


Sofía: Carles, me sabe muy mal cortarte, pero te importa si me doy una ducha rápida? Es que de estar correteando de arriba a abajo me da miedo apestarte en la cara, y si vamos a estar aquí un rato…


Carles: Ah, no, no, sin problema, te enseño dónde están las toallas y demás.


Pasamos para el baño y ahí mi cabeza, mis hormonas y mi calentón de todo el día empezaron a hacer que por mi mente pasaran muchos pensamientos intrusivos. En ningún momento me había pasado nada sexual por la cabeza con Carles, pero al estar los dos solos y, perdón por ser pesada con lo mismo, que llevaba desde la mañana salida perdida, no lo podía evitar.


Carles se agachó y del armario cogió un par de toallas blancas, en ese momento aproveché para quitarme la sudadera, solo la sudadera, pero todos sabemos qué es lo que había debajo. El haber estado haciendo deporte y el cambio de temperatura no ayudaba, tenía los pezones y las areolas completamente marcados. En una camiseta de un color más claro hubiera ido transparentando sin ninguna duda.


Carles se incorporó con las toallas.


Carles: Las toallas las limpiamos uno cada semana, no te preocupes que están todas lim…pias…


Sofía: Vale! Gracias!


Miró para todos los sitios posibles para que no notara que había estado mirando dónde yo pretendía que mirara. Le cogí las toallas de las manos, rozando una de mis manos con la suya.


Carles: N… necesitas algo más?


Sofía: No, gracias! Si va a ser un momento!


Carles salió, cerró la puerta, y yo aproveché para desvestirme toda. Lo primero que hice fue llevarme la mano a la entrepierna. Efectivamente, estaba mojada. No aquello que digas “TSUNAMIII”, pero estaba bien mojada.


Los pensamientos intrusivos seguían rondándome y ya llegó un punto en el que cedí a ellos. Me puse a mirar por el baño si había algo que pudiera hacer o usar en mi ayuda y vi que dentro de la ducha había una cajonera lo suficientemente alta como para que yo no llegara.


Abrí el grifo, me metí debajo, cogí el gel y con una precisión digna de Ray Allen lo coloqué en el estante de arriba. No pretendía lavarme el pelo, pero sabía que el “efecto mojado” ayuda en todo.


Cogí una de las toallas, que por suerte no eran muy grandes, y me la até de tal forma que no enseñaba nada, ni por arriba ni por debajo, pero que poco faltaba. Me fui para la puerta, la entreabrí, y me medio asomé.


Sofía: Carles, por favor, cógeme el gel que no llego! hahahahah Cómo se os ocurre poner eso tan arriba, panda de ogros!


Carles: Eh? Ah, s… sí, voy.


Carles entró y yo estaba dentro de la ducha, con el grifo apagado, haciendo un poco el tonto.


Sofía: Es… que… no… llego!


Iba estirando el brazo sabiendo que la toalla se iba a subir lo justo para que desde dónde estaba él, se intuyera mi culo.


Carles levantó el brazo, lo cogió y me lo acercó. Estaba muy rojo, y cada vez podía disimular menos a dónde miraban sus ojos.


Sofía: Gracias! Te juro que no te molesto más hahahahaha


Estiré el brazo para coger el gel de su mano y, con una actuación digna de un Óscar, hice un leve movimiento con la otra mano que hizo que la toalla se abriera. Para mí, la gracia en un descuido, es que parezca que de verdad es un descuido, por muy preparado que esté, como era el caso. Hice ver que me daba un micro infarto y me agarré la toalla como buenamente pude, dejando uno de mis pechos sin tapar y toda la parte trasera, que aunque no la podía ver, estaba al aire.


Carles se quedó ojiplático, seguía rojo y tenía hasta la boca un poco abierta. Esa. Esa era la cara que yo quería ver.


Carles: Perdón! Perdón!


Se dio la vuelta y se iba dirección a la puerta. Yo ya había tenido lo que quería, pero tenía dos opciones en ese momento. O dejaba que se fuera y todo quedaba en una anécdota graciosa pero morbosa… O culminaba lo que había empezado… Y creedme que me costó decidirme, pero acabé optando por lo obvio, que era la segunda opción.


Sofía: Carles.


Se quedó quieto y ni se giró.


Carles: Qué?


Sofía: Te quieres quedar?


Carles: Qué?


Sofía: Que si te quieres quedar, no me importa.


Carles: Pero… estás segura?


Sofía: Hahahahah te lo estoy pidiendo yo, no?


Carles: No te importa?


Sofía: Ay, si lo sé no te pregunto, hijo.


Carles: No, no, no, me quedo.


Dejé la cortina abierta y abrí el grifo. De primeras Carles solo estaba ahí, no se asomaba a la ducha, ni me estaba viendo, ni nada, solo resoplaba. Yo empecé a ducharme, porque era verdad, me sentía sudorosa y necesitaba quitarme esa sensación.


Empecé a escuchar pasos lentos. Carles se acercó, y se apoyó en la pared contraria a la que estaba, teniendo una visión perfecta de mi cuerpo. Ahí ya pasé a ducharme de forma más… sensual digamos. Empecé a enjabonarme los pechos de forma pausada, apretándolos y recreándome un poco, pero haciendo ver como que él no estaba ahí.


Carles: Dios mío… No me creo que esté pasando esto…


Sofía: Hahahahah qué exagerado… Pero te vas a quedar ahí, no quieres pasar ni nada?


Carles: Ufff… No te enfades, es que me apetece mirar.


Joder, si os hiciérais una idea de lo que me puso esa frase… Me di la vuelta y pasé a enjabonarme la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y rodeando el culo, llevando una de mis manos a mi entrepierna, usando la otra para apoyarme un poco en la pared y así poder inclinarme un poco.


Empecé a masturbarme despacio, pero llevaba un día de tantos calentones que no pude evitar gemir nada más comenzar.


Carles: Joder… Mira cómo me tienes…


Me giré y Carles agarraba su paquete por encima del pantalón. Se le notaba un bulto grande y que el pantalón iba a reventar.


Sofía: Hahahahahaha va, no te cortes.


Carles: No, no, me espero a que termines.


Seguí masturbándome hasta que, al poco tiempo, noté cómo mis dos piernas comenzaban a temblar y mis gemidos se agudizaban un poco más.


Carles: Te vas a correr?


Sofía: Sí…


Carles: Dios…


Sofía: Me… voy… a… uffff…. me… Ah!...


Un gemido diferente al resto pero también suave, dio a entender que ya había culminado. Me encantó, el poder masturbarse para alguien siempre es… genial.


Salí de la ducha, Carles cogió una de las toallas y estiré el brazo para cogerla. Su intención no era la de darme la toalla. Cogió mi brazo y me pasó la toalla por él, de forma suave pero a la vez fuerte. Carles, pese a ser muy bonachón, era un tipo muy grande y gordete, y entre la barba y la cabeza rapada intimidaba un poco, pero hacía las cosas de forma muy segura, y eso siempre me ha gustado.


Me secó los brazos poco a poco, pasó por mi pecho, por mi espalda y llegó hasta mis piernas. Una vez llegó hasta ahí, me pasó la toalla de forma delicada por la entrepierna. Yo me acababa de correr y estaba muy sensible ahí abajo, por lo que otro gemido se escapó de mi boca.


Sofía: Joder…


Carles: Te molesta?


Sofía: No, no, para nada…


Carles se agachó para tener mejor movilidad y siguió pasando con su mano la toalla por mi coño, cada vez haciendo más presión y acelerando un poco el ritmo. Yo separé un poco las piernas para facilitarle el trabajo, y apoyé las manos en sus hombros. Llegados a un punto, Carles ya tiró a tomar por culo la toalla y pasó a masturbarme con las manos.


El tío manejaba, la verdad. Con una mano me metió dos dedos y empezó a jugar con ellos dentro, mientras que con la otra jugaba con mi clítoris. Yo intentaba sentirme mal por tener al chaval ahí haciéndolo todo, pero de vez en cuando también me gusta que tengan iniciativa propia.


Le agarré de la cabeza, ya que el cambio de ritmo me pilló desprevenida, y ahí aprovechó para llevarse una teta a la boca. No era delicado, pero tampoco brusco, lo hacía con la intensidad que requería el momento. Su barba me iba marcando la piel, me arañaba y era áspera, pero sentirla era muy excitante.


Sofía: Carles… Carles… ya… ya…


Estaba a puntito de correrme otra vez. Entonces hizo algo que realmente no sé si es bueno, pero que en ese momento me encendió más si cabe.


Paró. Paró de golpe. Yo tenía las piernas empezando a temblar, y notaba cómo me palpitaba el coño. Estaba tan, pero tan cerca de correrme, que solo podía pensar en terminar.


Sofía: Q.. qué… por qué paras?


No dijo nada. Se levantó, puso las manos en mis hombros, y me puso de rodillas. Seguía sin decir nada, pero creo que no hacía falta. Estaba tan salida en ese momento, que me daba igual todo.


Llevé las manos a sus pantalones y se los bajé, dejándole en un boxer negro muy apretado con una gran mancha húmeda. Le pasé la mano por el bulto. Era grande y estaba duro como una piedra. Bajé el boxer de forma muy lenta. Siempre hay mucha expectación la primera vez que vas a ver a alguien desnudo. Normalmente, asociamos a la gente más subida de peso con atributos más pequeños, pero os aseguro que no era el caso.


Cuando terminé de bajar el bóxer por su último centímetro de carne, una polla gorda y grande dio a parar en mi mejilla, dejando un hilo de líquido preseminal desde mi cara hasta su punta.


Era una polla a proporción. Es decir, lo mismo una polla de ese tamaño en un cuerpo como el de Carles no parecía algo descomunal, pero os recuerdo que es un tipo que pasaba del 1,90 y de los 110kg y que yo no llego al 1,55.


La cogió por la base y siguió pasando el glande por mi mejilla, por mis labios… Yo como ya había asumido lo de dejarme hacer, cuando la noté en los labios abrí la boca y saqué un poco la lengua para facilitar el acceso, cosa que hizo poco a poco.


Primero metía solo la punta en la boca, mientras con la otra mano me cogía con delicadeza de la cara. Poco a poco la fue metiendo más, y la sacaba despacio. Cuando ya notó que entre mi saliva y su propio fluido ya estaba todo bien lubricado, empezó a acelerar el ritmo.


Estuve un rato dejándome follar la boca, ya que no era de esos burros que la meten hasta los topes y siempre es agradable disfrutar de una sesión de sexo sin arcadas ni falta de oxígeno.


Debido a una diferencia notable de altura entre ambos, la posición estaba empezando a ser cada vez más antinatural para él. Apartó mi ropa de la banqueta y, sin dejar de subir y bajar la mano por su miembro, se sentó a observarme.


Yo seguía de rodillas con las piernas medio temblorosas, y como no estaba acostumbrada al papel que me había tocado hacer ese día, no sabía bien bien qué hacer, así que esperé a ver cómo avanzaba todo.


No pasaron muchos segundos hasta que sugirió que diéramos un paso más.


Carles: En mi cartera tengo condones.


Estaba intentando ser un poco más consciente de las cosas que podían pasarme si seguía yendo de cabra loca por la vida, así que cogí la cartera de su pantalón, cogí un condón, me levanté y caminé hacia él. Me senté sobre sus piernas, tocando la base de su polla con mi coño y le di el condón.


Mientras él lo abría despacio, yo me dediqué a masturbarle con las dos manos. Soy la primera que defiende la expresión “el tamaño no importa”, y la defenderé hasta que me muera, porque me lo he pasado de lujo con chorras de todos los tamaños, pero me encanta eso de poder pajear una polla con ambas manos, llamadme hipócrita si queréis 🤣


Disfrutamos ambos de esa situación durante un rato, y una vez se puso el condón me levantó, me dio la vuelta y empezó a pasarme la punta por mi vagina de adelante hacia atrás. Estaba empapada, me había quedado tan al borde del orgasmo que creía que no iba a tardar ni 5 segundos en correrme. Por mi cabeza solo pasaba el “métemela de una vez”, y en otra situación hubiera sido yo misma la que hubiera cogido y “raca, padentro”. Pero eso estaba siendo divertido también.


Me cogió por la cintura con su enorme mano y empezó a introducirla poco a poco.


Sofía: Uuuh… Joder… sí que estoy sensible…


Una vez ya toda dentro, y con sus dos manos sobre mi cintura, ahora sí que había llegado el momento en el que tenía que actuar yo. Lo que me gusta de una postura así, es que yo misma controlo el ritmo. Y estando como estaba, el ritmo iba a ser bastante movido.


Coloqué mis manos sobre las suyas, las apreté, enviándole el mensaje de que quería que él me apretara, cosa que captó de primeras, y empecé a mover mis caderas muy rápido sin separar mi culo de su regazo.


Ya he comentado varias veces que no soy muy fan del sexo con penetración, que raras veces me apetece o me gusta, pero llegar a esa conclusión me llevó bastantes años de práctica… Por lo que, sin querer echarme muchas flores, no es algo que se me dé precisamente mal.


Carles jadeaba y gruñía (chicos, sed ruidosos, de verdad que nos encanta) mientras sus manos recorrieron mi cintura y mis costillas hasta llegar a las tetas. Me las apretaba con firmeza, dejando mis pezones entre sus dedos, con los que iba jugando de tanto en tanto.


Yo estaba intentando no correrme muy deprisa, porque aunque podía seguir, estaba disfrutando mucho de la sesión. Pero la idea de Carles era otra.


Una de sus manos subió por mi busto hasta alcanzar el cuello, que apretó con la fuerza justa para que fuera muy morboso, sin rozar el ahogamiento. Se acercó a mi oído y me susurró algo.


Carles: Córrete… sé que estás a punto.


Todavía me pone la piel de gallina recordar ese momento. Seguí moviéndome, acelerando el ritmo poco a poco mientras Carles me apretaba el cuello cada vez con un poco más de fuerza. Llegué a mi límite, ya no pude aguantar más y por mi boca empezaron a salir gemidos ahogados.


Sofía: Ah… Ya… jod… ya… AH!


Notaba cómo las paredes de mi vagina se contraían y podía hasta sentir las palpitaciones en la polla de Carles. La parte interior de mis muslos temblaba y en ese momento no sabía ni cómo cojones me iba a levantar. Cosa por la que tampoco tuve que preocuparme mucho.


Al notar que yo ya había terminado, Carles me tumbó en la banqueta, se sacó el condón y se puso a masturbarse a la altura de mi cara, quedando yo en medio de sus piernas.


No decía nada, pero sí era muy expresivo en cuánto a expresiones, movimientos, ruidos… Pude notar que se iba a correr cuando su respiración se aceleraba y se entrecortaba.


Carles: Uff… no p… no puedo más… me corro…


Acercó más la polla a mi cara, y por como estaba puesta, lo único que pude hacer era sacar la lengua. Pero la boca no era su objetivo.


Agitaba su polla de una forma muy agresiva y pude ver como de golpe paró a la altura del glande, para volver a reanudar la marcha con unos movimientos mucho más lentos, pero apretándosela bastante más fuerte.


Imagino que es una forma de controlar mejor la corrida, ya que empezó a correrse de forma abundante pero controlada. Un primer lefazo cayó por toda mi cara, llegando desde la barbilla hasta la frente, seguido de otros tantos que no pude ver, ya que por acto reflejo cerré los ojos.


Notaba cómo iban cayendo, unos más largos, otros más densos, otros simplemente gotas, pero todos dentro de su objetivo, sin salir ninguno disparado hacia la nada. Abrí la boca para coger una bocanada de aire, que entró acompañada por su polla, todavía dura y empapada.


Estuve chupando hasta que, poco a poco, se empezó a desinflar. Carles se separó de mí y me acercó una toalla.


Sofía: Te has quedado a gusto, eh? Hahaha


Carles: Ya, perdona, es que cuando me vengo arriba…


Sofía: Pero me he quejado yo en algún momento?


Carles: Te puedo pedir algo?


Sofía: Me pides permiso para pedirme algo pero no para correrte en mi cara? Caballeros así ya no quedan hahahaha Dime.


Carles: Esto que ha pasado… Podría quedar entre tú y yo?


Sofía: A ver… No me digas que tienes novia…


Carles: No, no, para nada, pero es que soy muy reservado con mi vida personal, y si vamos a venir a ensayar y eso… No me gustaría que hubiera malos rollos o miradas raras.


Sofía: Pues mira, me parece perfecto. Chocamos la mano? Como que ya no hace falta, no?


Carles: Hahahahaha siempre con el cachondeo… te lo agradezco, en serio.


Me pegué una ducha, por lo obvio, y Carles se quedó en el baño conmigo. Hubo un intento de masturbación por su parte, pero resultó ser de los que una vez terminan, necesitan su tiempo. 100% respetable.


Una vez limpia, hicimos lo planeado en un principio, que era ver los vídeos de la versión acústica para el ensayo y Carles me acercó a mi casa.


Me fui a dormir con una sensación rara. Me había encantado ese encuentro, lo había disfrutado un montón. Quería seguir jugando a mis chorradas sin necesidad de crear algún tipo de enemistad... Cosa que, en ese momento, veía muy complicado.

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Perdonad que haya tardado tanto! Pero entre que no ando muy motivada y casi no saco tiempo para escribir… Espero que hayáis disfrutado de la lectura, espero con muchas ganas vuestras reacciones y comentarios!


Un saludo a todos!
Para no estar inspirada... uff!
Tienes una forma de escribir que, asajadjafaasgahaj
Se lee morbo en cada frase !
Eres una crack escribiendo diálogos, enseñame! :ROFLMAO:
Y en la ducha encima!!!! Mi debilidad!
🖤

Pd: Me apunto lo de ser ciclista... lo de aprender a jugar al baloncesto... Hay que ir aumentando las probabilidades!
 
Que bueno que estes por aca.
Tus historias son muy buenas.
Te seguí en la otra pagina y he leído todo lo que posteaste, sobre todo las vacaciones que te fuiste con el grupo de amigos a las cabañas de la playa, fue una semana increíble lo que viviste.
Date tu tiempo y cuando este de nuevo inspirada continua con tus relatos, mientras tanto sigue publicando los antiguos.
Esas historias de vacaciones en la playa imagino podremos leerlas por acá. :D:cool::rolleyes:
 
Muy buenas! Perdón por la espera, pero no ando muy inspirada últimamente y todo lo que escribo lo acabo borrando 3847583475683745345 veces. Tengo mucha presión (mía, por supuesto) en no bajar el listón y eso me pasa factura.


Pero fuera dramas, que aquí venimos a divertirnos! Os dejo con la continuación!

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Ya habían pasado un par de meses desde aquella prueba, y la verdad que estaba súper contenta y motivada con los ensayos. Pasamos de quedar un día a la semana a quedar dos y hasta 3 veces. Fuera de los ensayos, mi vida seguía igual. Iba a clase, luego al súper a trabajar, cuando podía me juntaba con Ginesta y con Marcos y de vez en cuando jugaba con algunos de mis conocidos “contactos”. Sí que había cogido el mal hábito de beber y fumar entre semana, pero bueno, las estrellas de rock somos así (equisdé, es una bromi).


Yo cada vez estaba más suelta y con más confianza con el resto de integrantes de la banda (no en el sentido que estáis pensando, guarros) y salvo alguna broma jocosa y alguna mirada a mis tetas (cosas de ir sin sujetador por la vida) no había pasado nada con ninguno/a de los compis. Me estaba comportando.


Esa semana, uno de los días que escogimos para el ensayo, fue el domingo por la mañana, así aprovechábamos el terreno que tenían allí, y ya que no hacía demasiado frío pese a ser Noviembre, podíamos hacer una mini-barbacoa o, como yo la llamo, barbacoa.


El plan era simple y atractivo, quedar sobre las 10, ensayar hasta las 12:30/13:00 y luego ya comer y lo que surgiera. Lo bueno de tener alquilado un local entero en un recinto así, es que no es algo que vaya por horas, y te puedes estar el tiempo que quieras cuando quieras, una maravilla, la verdad.


La noche del sábado al domingo fue movidita, pero no por mi parte. Ginesta vino a casa, como muchos sábados y, como muchos otros sábados desde su “encuentro” con Gabri, se acostaron juntos. Puede que haya sonado a celosa, pero ni mucho menos, casi siempre era espectadora en primera fila de sus cópulas, solo que soy humana y hay veces que me apetece descansar, y más cuando tengo un ensayo al día siguiente por la mañana.


A parte de levantarme cansada, porque Ginesta es mala de nacimiento, sabe que me flipa escucharla, y se dedicó a no cortarse un pelo y no dejarme dormir, estaba más salida que la proa del Titanic, precisamente por el mismo motivo que me causó el insomnio.


Me pegué una ducha de esas que desearías quedarte a vivir allí dentro para siempre, y me fui a vestir. Lo recuerdo como si fuera ayer, era pleno noviembre, era por la mañana, y estábamos a 15 grados, así que no me preocupé del frío y para la ocasión escogí unos pantalones de los Celtics (los he tenido que jubilar este año, un minuto de silencio por ellos, que me costaron 40 pavos), y por culpa de la calentura que llevaba encima, una camiseta de tirantes con la que no tuviera ningún tipo de problema si quería “jugar” a los descuidos. Me até las converse y bajé a esperar a Marcos, que el pobre parecía mi taxista personal.



Puntual como un reloj, ya me hacía aspavientos desde su asiento por mis 10 minutos de retraso.


Marcos: Tú siempre igual, eh?


Sofía: Mira, calla, que no he pegado ojo y voy con una marcha menos.


Marcos: Hahahahahahaha a saber qué habrás hecho, viciosa.


Marcos arrancó el coche y nos pusimos en marcha.


Sofía: Pues para tu sorpresa, yo nada, pero estos dos estuvieron dale que te pego hasta las tantas y no me pude dormir hasta que terminaron.


Marcos: Joder con el bueno de Gabri, ya me dirá cómo lo hace, que yo hasta la fecha aún no he conseguido quedar a solas con Ginesta.


Sofía: Oye que si os molesto no voy, eh? hahahahaha


Marcos: Hostia cómo vienes tú hoy hahahahah Ya sabes a lo que me refiero, mujer.


Sofía: Encima de estar ahí escuchándoles con el tracatraca, y la otra que ya sabes que es una escandalosa…


Marcos: Vamos, que vas cachonda perdida.


Sofía: Me voy a follar el freno de mano, Marcos.


Los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me gustaba la confianza que tenía con gente como Marcos, esas bromas siempre escandalizan a más de uno y de una.


Marcos: Imagino que la camiseta esa que llevas tiene algo que ver con que vayas así de salida, no?


Con las luces de mi casa ni me di cuenta, cogí una de tirantes roja de esas básicas (entre la camiseta roja y los pantalones verdes parecía sacada de una peli de Navidad), que son cómodas, pero a la vez me es muy fácil hacer que se me salga todo. Pero de lo que no me di cuenta es de que iba marcando los pezones de una forma exagerada.


Sofía: Me cago en la puta hahahaha Por dios, dime que tienes una sudadera que dejarme!


Marcos: En el maletero tengo una y me va un poco pequeña, pero no sé si dejártela…


Sofía: Solo me rodeo de gente mala, a cada cuál peor.


Marcos: Va, enséñales las tetas a ese pelotón de ahí, y no solo te la dejo, te la regalo.


Vivíamos en una zona de montaña cerca de la típica carretera que sube hasta arriba del todo, por lo que los pelotones de ciclistas eran considerados fauna autóctona de allí, y justo estábamos por adelantar a un grupito.


Sofía: En serio me propones eso pensando que en algún momento voy siquiera a dudarlo?


Marcos: No serás capaz.


Antes de que acabara de decir “capaz”, justo a la altura de la mitad del pelotón, me bajé la camiseta y pegué las tetas contra la ventana del coche. No hacía frío, pero la ventana parecía sacada directamente del corazón de vuestros/as ex.


Marcos redujo drásticamente la velocidad, dando tiempo al pelotón a que se avisaran unos a otros. Todo era un ambiente bastante festivo, la verdad, ya que estábamos todos, tanto dentro como fuera del coche, muriéndonos de risa.


Recordáis lo que he dicho de que solo me rodeo de gente mala? Pues Marcos, en un total alarde de ser el mismísimo sucesor de Morgoth, pero en cabrón, no aceleró el coche en ningún momento para que pudiéramos pillar en rojo el semáforo que había unos metros más adelante.


Sofía: Eres lo peor, me vas a regalar la sudadera y el puto coche también.


Marcos: Hahahahah disfruta, que ahí viene tu público!


Sofía: Son ciclistas, es un semáforo, obviamente, no van a parar.


Es lógico pensar eso, no? Los ciclistas y los semáforos son enemigos por naturaleza. Como los taxistas y los ciclistas. O los autobuseros y los ciclistas. O los demás conductores y los ciclistas. O los ciclistas y otros ciclistas. Malditos ciclistas, han destrozado el ciclismo.


Pues, para sorpresa de todos, en ese semáforo sí pararon. Me saludaban, sonreían, uno me hacía el gesto de bajarme la camiseta… Tampoco fueron groseros, cosa que hizo que la anécdota me siga pareciendo muy divertida a día de hoy. Antes de arrancar, les hice un amago de que me iba a bajar la camiseta, pero les dejé con las ganas.


Marcos: Estás de la olla hahahahaha


Sofía: Pero si luego voy a la playa y me paso el día en tetas, ya ves tú.


Marcos: Te has ganado esa sudadera.


Llegamos al recinto y, pese a los nervios y ansiedad de Marcos porque “es que vamos a llegar tarde porque eres una tardona bla bla bla”, fuimos los primeros en llegar. Marcos abrió la verja con el mandito, dejamos el coche aparcado y nos bajamos.


Hacía un día de puta madre. Eran las 10 de la mañana y hacía sol, se podía estar en tirantes, no había ni una puta nube en el cielo… Parecía finales de Mayo, un lujo. Cogimos la bebida y la carne que habíamos traído, Marcos me dio MI sudadera, y pasamos para dentro del local.


Guardamos todo en la nevera, Marcos empezó a afinar su guitarra y a hacer unas primeras pruebas de sonido para que todo estuviera listo cuando los demás llegaran, mientras yo le ayudaba con los “ssssssi” “ssssssssi” del micro. Trabajo en equipo, chavales.


No tardaron mucho en llegar los demás, a los 10 minutos ya estaban allí Nadia y Aarón, y cuando no habíamos ni terminado de saludarles, entraron Fran y Carles.


Nadia: Joder, al final soy la única mongola que ha venido en pantalón largo. Bueno, y Fran, pero lo suyo ya es de estudio.


Fran: Sí, en Massachusetts ya están contactando conmigo para empezar las pruebas.


Sofía: Tu madre no te iba a dejar ir tan lejos tú solo.


Carles: Bueno, Sofía se ha ganado no hacer la carne! Punto para ella!


Fran: Tampoco iba a llegar a la parrilla.


Sofía: Qué cabrón hahahahhaha Yo esto lo veo un empate.


Me gustaba TANTO, ese ambiente que había de “te tiro puyita, me la devuelves” pero luego todo eran risas… Me sentía como en casa, eran todos una gente maravillosa, la verdad. Estuvimos 5 minutos de charla pre-ensayo, y tras hacerle 4 últimos apaños al sonido del micro, empezamos a ensayar.


A la hora y pico decidimos hacer un poco de pausa, y aprovechando el buen día salimos a fumar fuera. Había unas mesitas a la sombra de un árbol, y nos pusimos allí a hablar todos con todos. Yo estaba sentada en la mesa con los pies en la banqueta, y Nadia se me acercó.


Nadia: Tía, no te asas con la sudadera puesta?


Sofía: Como un puto pollo, pero es que mira.


Me abrí la sudadera y le enseñé el panorama. Se me marcaban hasta las areolas de los pezones. Nadia se puso roja como un tomate y pude notar un ligero suspiro que salía de su boca. Lo había hecho a propósito? Obvio.


Nadia: Hahahahahaha pero joder, es que no te miras antes de salir de casa?


Sofía: Tú te crees que si me hubiera visto hubiera venido así? Menos mal que Marcos me ha podido dejar la sudadera.


Nadia: Bueno, menos mal para ti, que el resto nos perdemos el espectáculo hahahahah


Sofía: Oye! hahahah descarada!


Volvimos ambas a la conversación con el grupo y al cuarto de hora más o menos ya estábamos listos para volver.


Aarón: Bueno, creo que ya es hora de seguir!


Carles: Padentro todo el mundo.


Yo estaba empanada, mirando vete a saber qué, lo mismo una hoja de árbol que se había caído o algún pájaro. La cosa es, que al pasar cerca de mí, Nadia me pellizcó a modo de broma en uno de mis pezones para despertarme de mi empanada monumental. Funcionó, vaya si funcionó, pero ese día no era el mejor para hacer ese tipo de cosas. Me subió un cosquilleo desde los pies hasta la base de la nuca, y no pude evitar que se me escapara un ligero gemido, imperceptible para el resto, pero que Nadia escuchó en primera persona.


Nadia: Joder, sí que los tienes sensibles hahahahah

Sofía: Mi… mira! Calla eh! El daño que me has hecho…


Intenté disimular, pero no me salió muy bien la cosa. Igual que con los chicos soy muy valiente y muy echada para adelante, con las chicas me pongo nerviosa. Cosa que desde fuera es bastante divertido de ver en mi opinión.


Nadia: Sí, ya, daño, sí hahahahah


Sofía: Ahora verás!


Salí corriendo tras ella y echó a correr para esconderse detrás de Carles entre risas.


Sofía: Ya saldrás de ahí! Cobarde!


Marcos: No, no, no, aquí si os vais a pelear, que sea en bikini y en el barro.


Aarón: Eso, eso!


Sofía: Ya verás cuando te coja!


Nos gritamos un par de tonterías más y seguimos con el resto del ensayo. Terminamos con la canción de Zombie, de The Cranberries y cuando estábamos recogiendo las cosas, Carles se acercó a mí.


Carles: Por cierto, me estoy aprendiendo esta misma canción pero en versión acústica. Cómo lo ves para hacerla?


Sofía: Hostia, pues tiene que sonar genial… Sí, sí, dale!


Una vez todo estaba recogido, Aarón y Fran salieron para empezar a hacer el fuego, Marcos y Carles fueron a por un bidón, y Nadia y yo sacamos el hielo, las cervezas y la carne para fuera.


La escena me da nostalgia a día de hoy cuando la pienso. Qué de domingos pasamos así. La barbacoa en un lateral, las mesas a la sombra, los bidones con hielo hasta arriba de birras… Como el trabajo ya estaba hecho, me abrí una cerveza, me bebí media de un trago y empecé a incitar a Marcos a la mala vida.


Sofía: Marcos… dime un número del 1 al 10.


Marcos: Qué dices tú ahora?


Sofía: Un número del 1 al 10, no es tan difícil.


Marcos: Yo qué sé… el 7.


Sofía: Te toca hacerte un porro.


Marcos: Hija de puta, en lo que te conozco no te he visto liar ni una sola vez.


Sofía: Es que a ti te quedan muy chulos.


Nadia: Eso mismo, eso es un arte y tú eres todo un artista!


Aarón: El DaVinci de los canutos!


Marcos: Sois una panda de pelotas…


A Marcos no hacía falta liarle mucho, pero le gustaba hacerse de rogar. En 5 minutos ya tenía hecho su característico Cuerno de Gondor y empezamos a fumar para acompañar las birras. Ni frutos secos ni hostias. Porrillos. Así he acabado.


Después de un buen rato entre risas, cervezas, más sustancias y el buen tiempo, empezó a llegar un olorcito a carne… Ya se acercaba la hora de comer. Nadia y yo repartimos los platos y los cubiertos de plástico y los cocineros trajeron las dos bandejas bien rebosantes de churrascos, chistorras, butifarras… Madre mía, son las 3 y media de la madrugada, pero lo pienso y me da un hambre…


Empezamos a arrasar con todo de una manera un tanto grotesca. Pronto, los cubiertos pasarían a un segundo plano y solo se oía el ruido de masticar, como si de una manada de lobos fumados se tratase. Como en toda barbacoa que se precie, sobró algo para aprovechar en la merienda, incluso para cenar o comer al día siguiente. Terminamos el manjar con un chupito de ratafía (por si alguien no lo sabe, es un licor muy típico en Cataluña) que Carles había traído, y seguimos con nuestras conversaciones sobre todo y nada.


Una vez bajó un poco la comida, Aarón se acercó al maletero de su coche para poner la guinda al domingo… Volvió levantando en sus brazos, al más puro estilo Rafiki y Simba, una pelota de baloncesto. Marcos y Carles empezaron a hacer ruidos como de neandertal, a darse golpes en el pecho y espalda el uno al otro y a correr para la zona de las canastas, que estaba al lado. Hombre tener pelota. Hombre estar contento.


Nadia, Fran y yo nos quedamos atónitos ante tal muestra de testosterona. Aarón les tiró la pelota, Carles la botó muy fuerte contra el suelo con ambas manos y Marcos la recogió en el aire dando un salto totalmente innecesario. Aarón echó a correr hacia ellos gritando “PÁSALA PÁSALA”, para luego tirar un triple lamentable que ni tocó aro. En ese momento lo tuve claro, esos eran mis amigos.


Nadia: Madre mía, ya nos podemos despedir de ellos.


Sofía: Pero, por qué? Vamos para allí nosotros también.


Fran: Yo es que con el deporte…


Sofía: Eso ni es deporte ni es nada, es hacer el tonto con los colegas.


Fran: Yo me quedo aquí.


Nadia: Yo también, si eso ahora me acerco.


Marcos sabía que yo había jugado a básket desde pequeña (podéis hacer todos los chistes que queráis, pero no me vais a decir nada que no me hayan dicho ya), pero el resto no… Era la oportunidad de lucirme, algo que siempre me ha gustado, para qué mentir.


Estaban haciendo una especie de 1vs1 por turnos, tirando por tirar… Como un calentamiento, pero con alcohólicos y drogadictos en vez de con jugadores. Cuando Marcos vio que me acercaba, le hice un gesto con el dedo para que se callara, y le pedí el balón.


Lo cogí, me acerqué a ellos botándolo como si tuviera algún tipo de disfunción y tiré a canasta de forma ridícula, con una mecánica que haría llorar a Steph Curry.


Sofía: Venga, va, Aarón y yo contra vosotros dos.


Aarón: Sí hombre, yo para que me humillen ya tengo el Counter.


Marcos: Va, que será divertido.


Me guiñó un ojo, me conocía y me estaba viendo venir de lejos.


Sofía: Va, sacamos nosotros. Toma!


Estuvimos un rato haciendo un poco el tonto, me dejaban espacio para tirar, me la devolvían cuando fallaba… En una de estas, Carles se puso a marcarme de frente.


Carles: Va, ahora ya voy en serio!


Una vez se acercó a mí, la boté por debajo de sus piernas, la cogí, hice un reverso justo en la cara de Marcos y metí canasta con una bandeja a mano cambiada que creo que en mi vida me había salido tan perfecta.


Carles: Filla de puta… Cómo nos has vacilado.


Sofía: Juego a esto desde los 7 años, os voy a hundir en la mierda.


Aarón: Hostias hahahaha Ahora no me la pases, que no voy a estar a la altura.


Nos pusimos a jugar en serio y joder, que tarde tan divertida. Aprovechaba cuando Marcos me marcaba para darle la espalda, pegarle el culo en el paquete y ponerle nervioso.


Marcos: Joder, es que así no hay quién se concentre!


Le pasé la pelota a Aarón, que tiró, y poniendo cuerpo para coger el rebote, le pasé la mano por el paquete a Marcos, que ya estaba medio morcillón.


Sofía: Estamos a lo que estamos o qué?


Marcos: Así no se puede…


Aarón falló el tiro y el rebote lo cogió Carles (sí, he jugado a basket, pero me sacaban dos cabezas) y cuando estaba saliendo para fuera de la línea de 3, vi cómo se acercaba Nadia.


Nadia: Chicos, puedo yo?


Marcos: Sí, cámbiate por mí, que yo me tengo que ir ya. Te vas con alguno de ellos, Sofi?


Sofía: Sí, claro, no te preocupes!


Carles: Yo me voy a sentar un rato, que no suelo hacer deporte.


Aarón: Yo voy a por una birra, que estoy seco.


Nadia: Jooo, ahora que llego yo vais a parar?


Sofía: Tranqui mujer, va, que te enseño a tirar.


Nadia: Quién te ha dicho a ti que no sé tirar?


Sofía: Ah, perdona.


Nadia: Hahahahah te estaba vacilando, no tengo ni puta idea.


Le enseñé un poco lo básico. Cómo poner los pies, el movimiento de rodillas, la posición de las manos…


Sofía: Mira, esta mano solo la aguanta, tienes que hacer el arco con este brazo…


Nadia: Uy, qué cerquita, no me acose, entrenadora hahahaha


Sofía: E… es que… Joder, yo aquí enseñándote y tú tomándotelo a cachondeo.


Nadia: Hahahah que estoy de broma, a ver, entonces la fuerza viene desde abajo… me incorporo y tiro!


No fue una mierda de tiro, pero tampoco estuvo genial. Oye, para ser el primero que probamos, ni tan mal.


Nadia: Casi! Lo has visto! Joder, parezco una profesional.


Sofía: Hahahahah no te vengas arriba, va, otra vez.


Me acerqué a ella botando la pelota e hizo un intento de quitármela.


Sofía: Huy, pues no te queda nada para quitarme a mí la pelota.


Nadia: Sí, eh?


Empezó a intentar quitarme la pelota, pero mal. Corriendo hacia la pelota, rodeándome, metiendo la mano para robarla… Como vio que eso no funcionaba, probó directamente con el contacto físico. Me agarraba del brazo, de la sudadera, pero ni por esas.


Nadia: Joder, así no es divertido!


Sofía: Para mí sí!


Le hice una pequeña finta, y cuando pasé por su lado le di un azote, bastante sonoro, en el culo. Ahora fue ella la que soltó un ligero ruido más parecido a un gemido que a una queja.


Nadia: Ufff… Maldita!


Sofía: Aquí te espero!


Se acercó a mí, pero en vez de ir a por la pelota, fue directa a mis tetas, concretamente a uno de mis pezones, como ya hizo antes, y como antes pasó, el mismo escalofrío me subió hasta la nuca. Esta vez el disimulo me salió de 10 e hice ver como que me había hecho daño. Se acercó mucho a mí, preocupada por si se había pasado.


Nadia: Perdona, perdona! No te quería hacer daño.


Me puse muy cerca de su cara y le susurré.


Sofía: No calientes lo que no te vayas a comer…


Se quedó muy roja y abrió mucho los ojos de primeras, pero sonrió.


Nadia: Y quién te dice que no me lo voy a comer?


Me dio un pequeño mordisco en el labio, y ahora sí, consiguió cogerme la pelota.


Nadia: Wuuuh! Sí! He ganado yo! Jódete!


Alzaba la pelota como si fuera un trofeo y yo seguía atónita, entre el calentón que ya llevaba de serie, y que me estaban ganando en mi propio terreno… Iba a explotar.


Nadia: Va, vamos a por una birra, hay que celebrarlo!


Sofía: S… sí, mejor…


Nos acercamos a la mesa con el resto de la banda, ya un poco cansados todos. Nos abrimos una cerveza cada una y nos sentamos con ellos.


Nadia: Fran, Aarón, si queréis que os lleve tiene que ser después de la birra, que tengo que ir a casa de Miquel a llevarle unas cosas.


Aarón: Ah, pero habéis vuelto?


Nadia: Nah, ni ganas, voy a llevarle unas cosas que quedaban en mi piso y solo coincidíamos hoy.


Bingo. Si algo no soporto es meterme en medio de una relación, pero parece ser que tenía vía libre en el caso de que sus “travesuras” fueran en serio.


Sofía: Carles, me acercas tú entonces? Me han dejado aquí sola y desamparada.


Carles: Sí, claro, pero tienes prisa? Así me baja un poco el alcohol y eso.


Sofía: No, no, sin problema, así miramos lo de la versión acústica.


Nadia se terminó la cerveza, se despidió y se marchó junto a Aarón y Fran.


Carles: Vamos dentro si quieres, que ya se está yendo el sol.


Sofía: Sí, mejor.


Entramos al local y nos sentamos en el sofá para ver los vídeos de la versión de Zombie, y ahí fue dónde vino el primer problema de ir todo el día en sudadera y haber estado jugando a basket. Una de las cosas que más vergüenza me da en la vida, es que alguien pueda notar mi olor corporal por haber sudado, aunque no huela a absolutamente nada, pero me hace estar muy inquieta e incómoda. Recordé que en el local había ducha y toallas, y aunque no llevaba ropa para cambiarme, ni que fuera me podía dar un agua.


Sofía: Carles, me sabe muy mal cortarte, pero te importa si me doy una ducha rápida? Es que de estar correteando de arriba a abajo me da miedo apestarte en la cara, y si vamos a estar aquí un rato…


Carles: Ah, no, no, sin problema, te enseño dónde están las toallas y demás.


Pasamos para el baño y ahí mi cabeza, mis hormonas y mi calentón de todo el día empezaron a hacer que por mi mente pasaran muchos pensamientos intrusivos. En ningún momento me había pasado nada sexual por la cabeza con Carles, pero al estar los dos solos y, perdón por ser pesada con lo mismo, que llevaba desde la mañana salida perdida, no lo podía evitar.


Carles se agachó y del armario cogió un par de toallas blancas, en ese momento aproveché para quitarme la sudadera, solo la sudadera, pero todos sabemos qué es lo que había debajo. El haber estado haciendo deporte y el cambio de temperatura no ayudaba, tenía los pezones y las areolas completamente marcados. En una camiseta de un color más claro hubiera ido transparentando sin ninguna duda.


Carles se incorporó con las toallas.


Carles: Las toallas las limpiamos uno cada semana, no te preocupes que están todas lim…pias…


Sofía: Vale! Gracias!


Miró para todos los sitios posibles para que no notara que había estado mirando dónde yo pretendía que mirara. Le cogí las toallas de las manos, rozando una de mis manos con la suya.


Carles: N… necesitas algo más?


Sofía: No, gracias! Si va a ser un momento!


Carles salió, cerró la puerta, y yo aproveché para desvestirme toda. Lo primero que hice fue llevarme la mano a la entrepierna. Efectivamente, estaba mojada. No aquello que digas “TSUNAMIII”, pero estaba bien mojada.


Los pensamientos intrusivos seguían rondándome y ya llegó un punto en el que cedí a ellos. Me puse a mirar por el baño si había algo que pudiera hacer o usar en mi ayuda y vi que dentro de la ducha había una cajonera lo suficientemente alta como para que yo no llegara.


Abrí el grifo, me metí debajo, cogí el gel y con una precisión digna de Ray Allen lo coloqué en el estante de arriba. No pretendía lavarme el pelo, pero sabía que el “efecto mojado” ayuda en todo.


Cogí una de las toallas, que por suerte no eran muy grandes, y me la até de tal forma que no enseñaba nada, ni por arriba ni por debajo, pero que poco faltaba. Me fui para la puerta, la entreabrí, y me medio asomé.


Sofía: Carles, por favor, cógeme el gel que no llego! hahahahah Cómo se os ocurre poner eso tan arriba, panda de ogros!


Carles: Eh? Ah, s… sí, voy.


Carles entró y yo estaba dentro de la ducha, con el grifo apagado, haciendo un poco el tonto.


Sofía: Es… que… no… llego!


Iba estirando el brazo sabiendo que la toalla se iba a subir lo justo para que desde dónde estaba él, se intuyera mi culo.


Carles levantó el brazo, lo cogió y me lo acercó. Estaba muy rojo, y cada vez podía disimular menos a dónde miraban sus ojos.


Sofía: Gracias! Te juro que no te molesto más hahahahaha


Estiré el brazo para coger el gel de su mano y, con una actuación digna de un Óscar, hice un leve movimiento con la otra mano que hizo que la toalla se abriera. Para mí, la gracia en un descuido, es que parezca que de verdad es un descuido, por muy preparado que esté, como era el caso. Hice ver que me daba un micro infarto y me agarré la toalla como buenamente pude, dejando uno de mis pechos sin tapar y toda la parte trasera, que aunque no la podía ver, estaba al aire.


Carles se quedó ojiplático, seguía rojo y tenía hasta la boca un poco abierta. Esa. Esa era la cara que yo quería ver.


Carles: Perdón! Perdón!


Se dio la vuelta y se iba dirección a la puerta. Yo ya había tenido lo que quería, pero tenía dos opciones en ese momento. O dejaba que se fuera y todo quedaba en una anécdota graciosa pero morbosa… O culminaba lo que había empezado… Y creedme que me costó decidirme, pero acabé optando por lo obvio, que era la segunda opción.


Sofía: Carles.


Se quedó quieto y ni se giró.


Carles: Qué?


Sofía: Te quieres quedar?


Carles: Qué?


Sofía: Que si te quieres quedar, no me importa.


Carles: Pero… estás segura?


Sofía: Hahahahah te lo estoy pidiendo yo, no?


Carles: No te importa?


Sofía: Ay, si lo sé no te pregunto, hijo.


Carles: No, no, no, me quedo.


Dejé la cortina abierta y abrí el grifo. De primeras Carles solo estaba ahí, no se asomaba a la ducha, ni me estaba viendo, ni nada, solo resoplaba. Yo empecé a ducharme, porque era verdad, me sentía sudorosa y necesitaba quitarme esa sensación.


Empecé a escuchar pasos lentos. Carles se acercó, y se apoyó en la pared contraria a la que estaba, teniendo una visión perfecta de mi cuerpo. Ahí ya pasé a ducharme de forma más… sensual digamos. Empecé a enjabonarme los pechos de forma pausada, apretándolos y recreándome un poco, pero haciendo ver como que él no estaba ahí.


Carles: Dios mío… No me creo que esté pasando esto…


Sofía: Hahahahah qué exagerado… Pero te vas a quedar ahí, no quieres pasar ni nada?


Carles: Ufff… No te enfades, es que me apetece mirar.


Joder, si os hiciérais una idea de lo que me puso esa frase… Me di la vuelta y pasé a enjabonarme la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y rodeando el culo, llevando una de mis manos a mi entrepierna, usando la otra para apoyarme un poco en la pared y así poder inclinarme un poco.


Empecé a masturbarme despacio, pero llevaba un día de tantos calentones que no pude evitar gemir nada más comenzar.


Carles: Joder… Mira cómo me tienes…


Me giré y Carles agarraba su paquete por encima del pantalón. Se le notaba un bulto grande y que el pantalón iba a reventar.


Sofía: Hahahahahaha va, no te cortes.


Carles: No, no, me espero a que termines.


Seguí masturbándome hasta que, al poco tiempo, noté cómo mis dos piernas comenzaban a temblar y mis gemidos se agudizaban un poco más.


Carles: Te vas a correr?


Sofía: Sí…


Carles: Dios…


Sofía: Me… voy… a… uffff…. me… Ah!...


Un gemido diferente al resto pero también suave, dio a entender que ya había culminado. Me encantó, el poder masturbarse para alguien siempre es… genial.


Salí de la ducha, Carles cogió una de las toallas y estiré el brazo para cogerla. Su intención no era la de darme la toalla. Cogió mi brazo y me pasó la toalla por él, de forma suave pero a la vez fuerte. Carles, pese a ser muy bonachón, era un tipo muy grande y gordete, y entre la barba y la cabeza rapada intimidaba un poco, pero hacía las cosas de forma muy segura, y eso siempre me ha gustado.


Me secó los brazos poco a poco, pasó por mi pecho, por mi espalda y llegó hasta mis piernas. Una vez llegó hasta ahí, me pasó la toalla de forma delicada por la entrepierna. Yo me acababa de correr y estaba muy sensible ahí abajo, por lo que otro gemido se escapó de mi boca.


Sofía: Joder…


Carles: Te molesta?


Sofía: No, no, para nada…


Carles se agachó para tener mejor movilidad y siguió pasando con su mano la toalla por mi coño, cada vez haciendo más presión y acelerando un poco el ritmo. Yo separé un poco las piernas para facilitarle el trabajo, y apoyé las manos en sus hombros. Llegados a un punto, Carles ya tiró a tomar por culo la toalla y pasó a masturbarme con las manos.


El tío manejaba, la verdad. Con una mano me metió dos dedos y empezó a jugar con ellos dentro, mientras que con la otra jugaba con mi clítoris. Yo intentaba sentirme mal por tener al chaval ahí haciéndolo todo, pero de vez en cuando también me gusta que tengan iniciativa propia.


Le agarré de la cabeza, ya que el cambio de ritmo me pilló desprevenida, y ahí aprovechó para llevarse una teta a la boca. No era delicado, pero tampoco brusco, lo hacía con la intensidad que requería el momento. Su barba me iba marcando la piel, me arañaba y era áspera, pero sentirla era muy excitante.


Sofía: Carles… Carles… ya… ya…


Estaba a puntito de correrme otra vez. Entonces hizo algo que realmente no sé si es bueno, pero que en ese momento me encendió más si cabe.


Paró. Paró de golpe. Yo tenía las piernas empezando a temblar, y notaba cómo me palpitaba el coño. Estaba tan, pero tan cerca de correrme, que solo podía pensar en terminar.


Sofía: Q.. qué… por qué paras?


No dijo nada. Se levantó, puso las manos en mis hombros, y me puso de rodillas. Seguía sin decir nada, pero creo que no hacía falta. Estaba tan salida en ese momento, que me daba igual todo.


Llevé las manos a sus pantalones y se los bajé, dejándole en un boxer negro muy apretado con una gran mancha húmeda. Le pasé la mano por el bulto. Era grande y estaba duro como una piedra. Bajé el boxer de forma muy lenta. Siempre hay mucha expectación la primera vez que vas a ver a alguien desnudo. Normalmente, asociamos a la gente más subida de peso con atributos más pequeños, pero os aseguro que no era el caso.


Cuando terminé de bajar el bóxer por su último centímetro de carne, una polla gorda y grande dio a parar en mi mejilla, dejando un hilo de líquido preseminal desde mi cara hasta su punta.


Era una polla a proporción. Es decir, lo mismo una polla de ese tamaño en un cuerpo como el de Carles no parecía algo descomunal, pero os recuerdo que es un tipo que pasaba del 1,90 y de los 110kg y que yo no llego al 1,55.


La cogió por la base y siguió pasando el glande por mi mejilla, por mis labios… Yo como ya había asumido lo de dejarme hacer, cuando la noté en los labios abrí la boca y saqué un poco la lengua para facilitar el acceso, cosa que hizo poco a poco.


Primero metía solo la punta en la boca, mientras con la otra mano me cogía con delicadeza de la cara. Poco a poco la fue metiendo más, y la sacaba despacio. Cuando ya notó que entre mi saliva y su propio fluido ya estaba todo bien lubricado, empezó a acelerar el ritmo.


Estuve un rato dejándome follar la boca, ya que no era de esos burros que la meten hasta los topes y siempre es agradable disfrutar de una sesión de sexo sin arcadas ni falta de oxígeno.


Debido a una diferencia notable de altura entre ambos, la posición estaba empezando a ser cada vez más antinatural para él. Apartó mi ropa de la banqueta y, sin dejar de subir y bajar la mano por su miembro, se sentó a observarme.


Yo seguía de rodillas con las piernas medio temblorosas, y como no estaba acostumbrada al papel que me había tocado hacer ese día, no sabía bien bien qué hacer, así que esperé a ver cómo avanzaba todo.


No pasaron muchos segundos hasta que sugirió que diéramos un paso más.


Carles: En mi cartera tengo condones.


Estaba intentando ser un poco más consciente de las cosas que podían pasarme si seguía yendo de cabra loca por la vida, así que cogí la cartera de su pantalón, cogí un condón, me levanté y caminé hacia él. Me senté sobre sus piernas, tocando la base de su polla con mi coño y le di el condón.


Mientras él lo abría despacio, yo me dediqué a masturbarle con las dos manos. Soy la primera que defiende la expresión “el tamaño no importa”, y la defenderé hasta que me muera, porque me lo he pasado de lujo con chorras de todos los tamaños, pero me encanta eso de poder pajear una polla con ambas manos, llamadme hipócrita si queréis 🤣


Disfrutamos ambos de esa situación durante un rato, y una vez se puso el condón me levantó, me dio la vuelta y empezó a pasarme la punta por mi vagina de adelante hacia atrás. Estaba empapada, me había quedado tan al borde del orgasmo que creía que no iba a tardar ni 5 segundos en correrme. Por mi cabeza solo pasaba el “métemela de una vez”, y en otra situación hubiera sido yo misma la que hubiera cogido y “raca, padentro”. Pero eso estaba siendo divertido también.


Me cogió por la cintura con su enorme mano y empezó a introducirla poco a poco.


Sofía: Uuuh… Joder… sí que estoy sensible…


Una vez ya toda dentro, y con sus dos manos sobre mi cintura, ahora sí que había llegado el momento en el que tenía que actuar yo. Lo que me gusta de una postura así, es que yo misma controlo el ritmo. Y estando como estaba, el ritmo iba a ser bastante movido.


Coloqué mis manos sobre las suyas, las apreté, enviándole el mensaje de que quería que él me apretara, cosa que captó de primeras, y empecé a mover mis caderas muy rápido sin separar mi culo de su regazo.


Ya he comentado varias veces que no soy muy fan del sexo con penetración, que raras veces me apetece o me gusta, pero llegar a esa conclusión me llevó bastantes años de práctica… Por lo que, sin querer echarme muchas flores, no es algo que se me dé precisamente mal.


Carles jadeaba y gruñía (chicos, sed ruidosos, de verdad que nos encanta) mientras sus manos recorrieron mi cintura y mis costillas hasta llegar a las tetas. Me las apretaba con firmeza, dejando mis pezones entre sus dedos, con los que iba jugando de tanto en tanto.


Yo estaba intentando no correrme muy deprisa, porque aunque podía seguir, estaba disfrutando mucho de la sesión. Pero la idea de Carles era otra.


Una de sus manos subió por mi busto hasta alcanzar el cuello, que apretó con la fuerza justa para que fuera muy morboso, sin rozar el ahogamiento. Se acercó a mi oído y me susurró algo.


Carles: Córrete… sé que estás a punto.


Todavía me pone la piel de gallina recordar ese momento. Seguí moviéndome, acelerando el ritmo poco a poco mientras Carles me apretaba el cuello cada vez con un poco más de fuerza. Llegué a mi límite, ya no pude aguantar más y por mi boca empezaron a salir gemidos ahogados.


Sofía: Ah… Ya… jod… ya… AH!


Notaba cómo las paredes de mi vagina se contraían y podía hasta sentir las palpitaciones en la polla de Carles. La parte interior de mis muslos temblaba y en ese momento no sabía ni cómo cojones me iba a levantar. Cosa por la que tampoco tuve que preocuparme mucho.


Al notar que yo ya había terminado, Carles me tumbó en la banqueta, se sacó el condón y se puso a masturbarse a la altura de mi cara, quedando yo en medio de sus piernas.


No decía nada, pero sí era muy expresivo en cuánto a expresiones, movimientos, ruidos… Pude notar que se iba a correr cuando su respiración se aceleraba y se entrecortaba.


Carles: Uff… no p… no puedo más… me corro…


Acercó más la polla a mi cara, y por como estaba puesta, lo único que pude hacer era sacar la lengua. Pero la boca no era su objetivo.


Agitaba su polla de una forma muy agresiva y pude ver como de golpe paró a la altura del glande, para volver a reanudar la marcha con unos movimientos mucho más lentos, pero apretándosela bastante más fuerte.


Imagino que es una forma de controlar mejor la corrida, ya que empezó a correrse de forma abundante pero controlada. Un primer lefazo cayó por toda mi cara, llegando desde la barbilla hasta la frente, seguido de otros tantos que no pude ver, ya que por acto reflejo cerré los ojos.


Notaba cómo iban cayendo, unos más largos, otros más densos, otros simplemente gotas, pero todos dentro de su objetivo, sin salir ninguno disparado hacia la nada. Abrí la boca para coger una bocanada de aire, que entró acompañada por su polla, todavía dura y empapada.


Estuve chupando hasta que, poco a poco, se empezó a desinflar. Carles se separó de mí y me acercó una toalla.


Sofía: Te has quedado a gusto, eh? Hahaha


Carles: Ya, perdona, es que cuando me vengo arriba…


Sofía: Pero me he quejado yo en algún momento?


Carles: Te puedo pedir algo?


Sofía: Me pides permiso para pedirme algo pero no para correrte en mi cara? Caballeros así ya no quedan hahahaha Dime.


Carles: Esto que ha pasado… Podría quedar entre tú y yo?


Sofía: A ver… No me digas que tienes novia…


Carles: No, no, para nada, pero es que soy muy reservado con mi vida personal, y si vamos a venir a ensayar y eso… No me gustaría que hubiera malos rollos o miradas raras.


Sofía: Pues mira, me parece perfecto. Chocamos la mano? Como que ya no hace falta, no?


Carles: Hahahahaha siempre con el cachondeo… te lo agradezco, en serio.


Me pegué una ducha, por lo obvio, y Carles se quedó en el baño conmigo. Hubo un intento de masturbación por su parte, pero resultó ser de los que una vez terminan, necesitan su tiempo. 100% respetable.


Una vez limpia, hicimos lo planeado en un principio, que era ver los vídeos de la versión acústica para el ensayo y Carles me acercó a mi casa.


Me fui a dormir con una sensación rara. Me había encantado ese encuentro, lo había disfrutado un montón. Quería seguir jugando a mis chorradas sin necesidad de crear algún tipo de enemistad... Cosa que, en ese momento, veía muy complicado.

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Perdonad que haya tardado tanto! Pero entre que no ando muy motivada y casi no saco tiempo para escribir… Espero que hayáis disfrutado de la lectura, espero con muchas ganas vuestras reacciones y comentarios!


Un saludo a todos!
Sublime como siempre. Mil gracias sofi!
 
Muy buenas! Perdón por la espera, pero no ando muy inspirada últimamente y todo lo que escribo lo acabo borrando 3847583475683745345 veces. Tengo mucha presión (mía, por supuesto) en no bajar el listón y eso me pasa factura.


Pero fuera dramas, que aquí venimos a divertirnos! Os dejo con la continuación!

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Ya habían pasado un par de meses desde aquella prueba, y la verdad que estaba súper contenta y motivada con los ensayos. Pasamos de quedar un día a la semana a quedar dos y hasta 3 veces. Fuera de los ensayos, mi vida seguía igual. Iba a clase, luego al súper a trabajar, cuando podía me juntaba con Ginesta y con Marcos y de vez en cuando jugaba con algunos de mis conocidos “contactos”. Sí que había cogido el mal hábito de beber y fumar entre semana, pero bueno, las estrellas de rock somos así (equisdé, es una bromi).


Yo cada vez estaba más suelta y con más confianza con el resto de integrantes de la banda (no en el sentido que estáis pensando, guarros) y salvo alguna broma jocosa y alguna mirada a mis tetas (cosas de ir sin sujetador por la vida) no había pasado nada con ninguno/a de los compis. Me estaba comportando.


Esa semana, uno de los días que escogimos para el ensayo, fue el domingo por la mañana, así aprovechábamos el terreno que tenían allí, y ya que no hacía demasiado frío pese a ser Noviembre, podíamos hacer una mini-barbacoa o, como yo la llamo, barbacoa.


El plan era simple y atractivo, quedar sobre las 10, ensayar hasta las 12:30/13:00 y luego ya comer y lo que surgiera. Lo bueno de tener alquilado un local entero en un recinto así, es que no es algo que vaya por horas, y te puedes estar el tiempo que quieras cuando quieras, una maravilla, la verdad.


La noche del sábado al domingo fue movidita, pero no por mi parte. Ginesta vino a casa, como muchos sábados y, como muchos otros sábados desde su “encuentro” con Gabri, se acostaron juntos. Puede que haya sonado a celosa, pero ni mucho menos, casi siempre era espectadora en primera fila de sus cópulas, solo que soy humana y hay veces que me apetece descansar, y más cuando tengo un ensayo al día siguiente por la mañana.


A parte de levantarme cansada, porque Ginesta es mala de nacimiento, sabe que me flipa escucharla, y se dedicó a no cortarse un pelo y no dejarme dormir, estaba más salida que la proa del Titanic, precisamente por el mismo motivo que me causó el insomnio.


Me pegué una ducha de esas que desearías quedarte a vivir allí dentro para siempre, y me fui a vestir. Lo recuerdo como si fuera ayer, era pleno noviembre, era por la mañana, y estábamos a 15 grados, así que no me preocupé del frío y para la ocasión escogí unos pantalones de los Celtics (los he tenido que jubilar este año, un minuto de silencio por ellos, que me costaron 40 pavos), y por culpa de la calentura que llevaba encima, una camiseta de tirantes con la que no tuviera ningún tipo de problema si quería “jugar” a los descuidos. Me até las converse y bajé a esperar a Marcos, que el pobre parecía mi taxista personal.



Puntual como un reloj, ya me hacía aspavientos desde su asiento por mis 10 minutos de retraso.


Marcos: Tú siempre igual, eh?


Sofía: Mira, calla, que no he pegado ojo y voy con una marcha menos.


Marcos: Hahahahahahaha a saber qué habrás hecho, viciosa.


Marcos arrancó el coche y nos pusimos en marcha.


Sofía: Pues para tu sorpresa, yo nada, pero estos dos estuvieron dale que te pego hasta las tantas y no me pude dormir hasta que terminaron.


Marcos: Joder con el bueno de Gabri, ya me dirá cómo lo hace, que yo hasta la fecha aún no he conseguido quedar a solas con Ginesta.


Sofía: Oye que si os molesto no voy, eh? hahahahaha


Marcos: Hostia cómo vienes tú hoy hahahahah Ya sabes a lo que me refiero, mujer.


Sofía: Encima de estar ahí escuchándoles con el tracatraca, y la otra que ya sabes que es una escandalosa…


Marcos: Vamos, que vas cachonda perdida.


Sofía: Me voy a follar el freno de mano, Marcos.


Los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me gustaba la confianza que tenía con gente como Marcos, esas bromas siempre escandalizan a más de uno y de una.


Marcos: Imagino que la camiseta esa que llevas tiene algo que ver con que vayas así de salida, no?


Con las luces de mi casa ni me di cuenta, cogí una de tirantes roja de esas básicas (entre la camiseta roja y los pantalones verdes parecía sacada de una peli de Navidad), que son cómodas, pero a la vez me es muy fácil hacer que se me salga todo. Pero de lo que no me di cuenta es de que iba marcando los pezones de una forma exagerada.


Sofía: Me cago en la puta hahahaha Por dios, dime que tienes una sudadera que dejarme!


Marcos: En el maletero tengo una y me va un poco pequeña, pero no sé si dejártela…


Sofía: Solo me rodeo de gente mala, a cada cuál peor.


Marcos: Va, enséñales las tetas a ese pelotón de ahí, y no solo te la dejo, te la regalo.


Vivíamos en una zona de montaña cerca de la típica carretera que sube hasta arriba del todo, por lo que los pelotones de ciclistas eran considerados fauna autóctona de allí, y justo estábamos por adelantar a un grupito.


Sofía: En serio me propones eso pensando que en algún momento voy siquiera a dudarlo?


Marcos: No serás capaz.


Antes de que acabara de decir “capaz”, justo a la altura de la mitad del pelotón, me bajé la camiseta y pegué las tetas contra la ventana del coche. No hacía frío, pero la ventana parecía sacada directamente del corazón de vuestros/as ex.


Marcos redujo drásticamente la velocidad, dando tiempo al pelotón a que se avisaran unos a otros. Todo era un ambiente bastante festivo, la verdad, ya que estábamos todos, tanto dentro como fuera del coche, muriéndonos de risa.


Recordáis lo que he dicho de que solo me rodeo de gente mala? Pues Marcos, en un total alarde de ser el mismísimo sucesor de Morgoth, pero en cabrón, no aceleró el coche en ningún momento para que pudiéramos pillar en rojo el semáforo que había unos metros más adelante.


Sofía: Eres lo peor, me vas a regalar la sudadera y el puto coche también.


Marcos: Hahahahah disfruta, que ahí viene tu público!


Sofía: Son ciclistas, es un semáforo, obviamente, no van a parar.


Es lógico pensar eso, no? Los ciclistas y los semáforos son enemigos por naturaleza. Como los taxistas y los ciclistas. O los autobuseros y los ciclistas. O los demás conductores y los ciclistas. O los ciclistas y otros ciclistas. Malditos ciclistas, han destrozado el ciclismo.


Pues, para sorpresa de todos, en ese semáforo sí pararon. Me saludaban, sonreían, uno me hacía el gesto de bajarme la camiseta… Tampoco fueron groseros, cosa que hizo que la anécdota me siga pareciendo muy divertida a día de hoy. Antes de arrancar, les hice un amago de que me iba a bajar la camiseta, pero les dejé con las ganas.


Marcos: Estás de la olla hahahahaha


Sofía: Pero si luego voy a la playa y me paso el día en tetas, ya ves tú.


Marcos: Te has ganado esa sudadera.


Llegamos al recinto y, pese a los nervios y ansiedad de Marcos porque “es que vamos a llegar tarde porque eres una tardona bla bla bla”, fuimos los primeros en llegar. Marcos abrió la verja con el mandito, dejamos el coche aparcado y nos bajamos.


Hacía un día de puta madre. Eran las 10 de la mañana y hacía sol, se podía estar en tirantes, no había ni una puta nube en el cielo… Parecía finales de Mayo, un lujo. Cogimos la bebida y la carne que habíamos traído, Marcos me dio MI sudadera, y pasamos para dentro del local.


Guardamos todo en la nevera, Marcos empezó a afinar su guitarra y a hacer unas primeras pruebas de sonido para que todo estuviera listo cuando los demás llegaran, mientras yo le ayudaba con los “ssssssi” “ssssssssi” del micro. Trabajo en equipo, chavales.


No tardaron mucho en llegar los demás, a los 10 minutos ya estaban allí Nadia y Aarón, y cuando no habíamos ni terminado de saludarles, entraron Fran y Carles.


Nadia: Joder, al final soy la única mongola que ha venido en pantalón largo. Bueno, y Fran, pero lo suyo ya es de estudio.


Fran: Sí, en Massachusetts ya están contactando conmigo para empezar las pruebas.


Sofía: Tu madre no te iba a dejar ir tan lejos tú solo.


Carles: Bueno, Sofía se ha ganado no hacer la carne! Punto para ella!


Fran: Tampoco iba a llegar a la parrilla.


Sofía: Qué cabrón hahahahhaha Yo esto lo veo un empate.


Me gustaba TANTO, ese ambiente que había de “te tiro puyita, me la devuelves” pero luego todo eran risas… Me sentía como en casa, eran todos una gente maravillosa, la verdad. Estuvimos 5 minutos de charla pre-ensayo, y tras hacerle 4 últimos apaños al sonido del micro, empezamos a ensayar.


A la hora y pico decidimos hacer un poco de pausa, y aprovechando el buen día salimos a fumar fuera. Había unas mesitas a la sombra de un árbol, y nos pusimos allí a hablar todos con todos. Yo estaba sentada en la mesa con los pies en la banqueta, y Nadia se me acercó.


Nadia: Tía, no te asas con la sudadera puesta?


Sofía: Como un puto pollo, pero es que mira.


Me abrí la sudadera y le enseñé el panorama. Se me marcaban hasta las areolas de los pezones. Nadia se puso roja como un tomate y pude notar un ligero suspiro que salía de su boca. Lo había hecho a propósito? Obvio.


Nadia: Hahahahahaha pero joder, es que no te miras antes de salir de casa?


Sofía: Tú te crees que si me hubiera visto hubiera venido así? Menos mal que Marcos me ha podido dejar la sudadera.


Nadia: Bueno, menos mal para ti, que el resto nos perdemos el espectáculo hahahahah


Sofía: Oye! hahahah descarada!


Volvimos ambas a la conversación con el grupo y al cuarto de hora más o menos ya estábamos listos para volver.


Aarón: Bueno, creo que ya es hora de seguir!


Carles: Padentro todo el mundo.


Yo estaba empanada, mirando vete a saber qué, lo mismo una hoja de árbol que se había caído o algún pájaro. La cosa es, que al pasar cerca de mí, Nadia me pellizcó a modo de broma en uno de mis pezones para despertarme de mi empanada monumental. Funcionó, vaya si funcionó, pero ese día no era el mejor para hacer ese tipo de cosas. Me subió un cosquilleo desde los pies hasta la base de la nuca, y no pude evitar que se me escapara un ligero gemido, imperceptible para el resto, pero que Nadia escuchó en primera persona.


Nadia: Joder, sí que los tienes sensibles hahahahah

Sofía: Mi… mira! Calla eh! El daño que me has hecho…


Intenté disimular, pero no me salió muy bien la cosa. Igual que con los chicos soy muy valiente y muy echada para adelante, con las chicas me pongo nerviosa. Cosa que desde fuera es bastante divertido de ver en mi opinión.


Nadia: Sí, ya, daño, sí hahahahah


Sofía: Ahora verás!


Salí corriendo tras ella y echó a correr para esconderse detrás de Carles entre risas.


Sofía: Ya saldrás de ahí! Cobarde!


Marcos: No, no, no, aquí si os vais a pelear, que sea en bikini y en el barro.


Aarón: Eso, eso!


Sofía: Ya verás cuando te coja!


Nos gritamos un par de tonterías más y seguimos con el resto del ensayo. Terminamos con la canción de Zombie, de The Cranberries y cuando estábamos recogiendo las cosas, Carles se acercó a mí.


Carles: Por cierto, me estoy aprendiendo esta misma canción pero en versión acústica. Cómo lo ves para hacerla?


Sofía: Hostia, pues tiene que sonar genial… Sí, sí, dale!


Una vez todo estaba recogido, Aarón y Fran salieron para empezar a hacer el fuego, Marcos y Carles fueron a por un bidón, y Nadia y yo sacamos el hielo, las cervezas y la carne para fuera.


La escena me da nostalgia a día de hoy cuando la pienso. Qué de domingos pasamos así. La barbacoa en un lateral, las mesas a la sombra, los bidones con hielo hasta arriba de birras… Como el trabajo ya estaba hecho, me abrí una cerveza, me bebí media de un trago y empecé a incitar a Marcos a la mala vida.


Sofía: Marcos… dime un número del 1 al 10.


Marcos: Qué dices tú ahora?


Sofía: Un número del 1 al 10, no es tan difícil.


Marcos: Yo qué sé… el 7.


Sofía: Te toca hacerte un porro.


Marcos: Hija de puta, en lo que te conozco no te he visto liar ni una sola vez.


Sofía: Es que a ti te quedan muy chulos.


Nadia: Eso mismo, eso es un arte y tú eres todo un artista!


Aarón: El DaVinci de los canutos!


Marcos: Sois una panda de pelotas…


A Marcos no hacía falta liarle mucho, pero le gustaba hacerse de rogar. En 5 minutos ya tenía hecho su característico Cuerno de Gondor y empezamos a fumar para acompañar las birras. Ni frutos secos ni hostias. Porrillos. Así he acabado.


Después de un buen rato entre risas, cervezas, más sustancias y el buen tiempo, empezó a llegar un olorcito a carne… Ya se acercaba la hora de comer. Nadia y yo repartimos los platos y los cubiertos de plástico y los cocineros trajeron las dos bandejas bien rebosantes de churrascos, chistorras, butifarras… Madre mía, son las 3 y media de la madrugada, pero lo pienso y me da un hambre…


Empezamos a arrasar con todo de una manera un tanto grotesca. Pronto, los cubiertos pasarían a un segundo plano y solo se oía el ruido de masticar, como si de una manada de lobos fumados se tratase. Como en toda barbacoa que se precie, sobró algo para aprovechar en la merienda, incluso para cenar o comer al día siguiente. Terminamos el manjar con un chupito de ratafía (por si alguien no lo sabe, es un licor muy típico en Cataluña) que Carles había traído, y seguimos con nuestras conversaciones sobre todo y nada.


Una vez bajó un poco la comida, Aarón se acercó al maletero de su coche para poner la guinda al domingo… Volvió levantando en sus brazos, al más puro estilo Rafiki y Simba, una pelota de baloncesto. Marcos y Carles empezaron a hacer ruidos como de neandertal, a darse golpes en el pecho y espalda el uno al otro y a correr para la zona de las canastas, que estaba al lado. Hombre tener pelota. Hombre estar contento.


Nadia, Fran y yo nos quedamos atónitos ante tal muestra de testosterona. Aarón les tiró la pelota, Carles la botó muy fuerte contra el suelo con ambas manos y Marcos la recogió en el aire dando un salto totalmente innecesario. Aarón echó a correr hacia ellos gritando “PÁSALA PÁSALA”, para luego tirar un triple lamentable que ni tocó aro. En ese momento lo tuve claro, esos eran mis amigos.


Nadia: Madre mía, ya nos podemos despedir de ellos.


Sofía: Pero, por qué? Vamos para allí nosotros también.


Fran: Yo es que con el deporte…


Sofía: Eso ni es deporte ni es nada, es hacer el tonto con los colegas.


Fran: Yo me quedo aquí.


Nadia: Yo también, si eso ahora me acerco.


Marcos sabía que yo había jugado a básket desde pequeña (podéis hacer todos los chistes que queráis, pero no me vais a decir nada que no me hayan dicho ya), pero el resto no… Era la oportunidad de lucirme, algo que siempre me ha gustado, para qué mentir.


Estaban haciendo una especie de 1vs1 por turnos, tirando por tirar… Como un calentamiento, pero con alcohólicos y drogadictos en vez de con jugadores. Cuando Marcos vio que me acercaba, le hice un gesto con el dedo para que se callara, y le pedí el balón.


Lo cogí, me acerqué a ellos botándolo como si tuviera algún tipo de disfunción y tiré a canasta de forma ridícula, con una mecánica que haría llorar a Steph Curry.


Sofía: Venga, va, Aarón y yo contra vosotros dos.


Aarón: Sí hombre, yo para que me humillen ya tengo el Counter.


Marcos: Va, que será divertido.


Me guiñó un ojo, me conocía y me estaba viendo venir de lejos.


Sofía: Va, sacamos nosotros. Toma!


Estuvimos un rato haciendo un poco el tonto, me dejaban espacio para tirar, me la devolvían cuando fallaba… En una de estas, Carles se puso a marcarme de frente.


Carles: Va, ahora ya voy en serio!


Una vez se acercó a mí, la boté por debajo de sus piernas, la cogí, hice un reverso justo en la cara de Marcos y metí canasta con una bandeja a mano cambiada que creo que en mi vida me había salido tan perfecta.


Carles: Filla de puta… Cómo nos has vacilado.


Sofía: Juego a esto desde los 7 años, os voy a hundir en la mierda.


Aarón: Hostias hahahaha Ahora no me la pases, que no voy a estar a la altura.


Nos pusimos a jugar en serio y joder, que tarde tan divertida. Aprovechaba cuando Marcos me marcaba para darle la espalda, pegarle el culo en el paquete y ponerle nervioso.


Marcos: Joder, es que así no hay quién se concentre!


Le pasé la pelota a Aarón, que tiró, y poniendo cuerpo para coger el rebote, le pasé la mano por el paquete a Marcos, que ya estaba medio morcillón.


Sofía: Estamos a lo que estamos o qué?


Marcos: Así no se puede…


Aarón falló el tiro y el rebote lo cogió Carles (sí, he jugado a basket, pero me sacaban dos cabezas) y cuando estaba saliendo para fuera de la línea de 3, vi cómo se acercaba Nadia.


Nadia: Chicos, puedo yo?


Marcos: Sí, cámbiate por mí, que yo me tengo que ir ya. Te vas con alguno de ellos, Sofi?


Sofía: Sí, claro, no te preocupes!


Carles: Yo me voy a sentar un rato, que no suelo hacer deporte.


Aarón: Yo voy a por una birra, que estoy seco.


Nadia: Jooo, ahora que llego yo vais a parar?


Sofía: Tranqui mujer, va, que te enseño a tirar.


Nadia: Quién te ha dicho a ti que no sé tirar?


Sofía: Ah, perdona.


Nadia: Hahahahah te estaba vacilando, no tengo ni puta idea.


Le enseñé un poco lo básico. Cómo poner los pies, el movimiento de rodillas, la posición de las manos…


Sofía: Mira, esta mano solo la aguanta, tienes que hacer el arco con este brazo…


Nadia: Uy, qué cerquita, no me acose, entrenadora hahahaha


Sofía: E… es que… Joder, yo aquí enseñándote y tú tomándotelo a cachondeo.


Nadia: Hahahah que estoy de broma, a ver, entonces la fuerza viene desde abajo… me incorporo y tiro!


No fue una mierda de tiro, pero tampoco estuvo genial. Oye, para ser el primero que probamos, ni tan mal.


Nadia: Casi! Lo has visto! Joder, parezco una profesional.


Sofía: Hahahahah no te vengas arriba, va, otra vez.


Me acerqué a ella botando la pelota e hizo un intento de quitármela.


Sofía: Huy, pues no te queda nada para quitarme a mí la pelota.


Nadia: Sí, eh?


Empezó a intentar quitarme la pelota, pero mal. Corriendo hacia la pelota, rodeándome, metiendo la mano para robarla… Como vio que eso no funcionaba, probó directamente con el contacto físico. Me agarraba del brazo, de la sudadera, pero ni por esas.


Nadia: Joder, así no es divertido!


Sofía: Para mí sí!


Le hice una pequeña finta, y cuando pasé por su lado le di un azote, bastante sonoro, en el culo. Ahora fue ella la que soltó un ligero ruido más parecido a un gemido que a una queja.


Nadia: Ufff… Maldita!


Sofía: Aquí te espero!


Se acercó a mí, pero en vez de ir a por la pelota, fue directa a mis tetas, concretamente a uno de mis pezones, como ya hizo antes, y como antes pasó, el mismo escalofrío me subió hasta la nuca. Esta vez el disimulo me salió de 10 e hice ver como que me había hecho daño. Se acercó mucho a mí, preocupada por si se había pasado.


Nadia: Perdona, perdona! No te quería hacer daño.


Me puse muy cerca de su cara y le susurré.


Sofía: No calientes lo que no te vayas a comer…


Se quedó muy roja y abrió mucho los ojos de primeras, pero sonrió.


Nadia: Y quién te dice que no me lo voy a comer?


Me dio un pequeño mordisco en el labio, y ahora sí, consiguió cogerme la pelota.


Nadia: Wuuuh! Sí! He ganado yo! Jódete!


Alzaba la pelota como si fuera un trofeo y yo seguía atónita, entre el calentón que ya llevaba de serie, y que me estaban ganando en mi propio terreno… Iba a explotar.


Nadia: Va, vamos a por una birra, hay que celebrarlo!


Sofía: S… sí, mejor…


Nos acercamos a la mesa con el resto de la banda, ya un poco cansados todos. Nos abrimos una cerveza cada una y nos sentamos con ellos.


Nadia: Fran, Aarón, si queréis que os lleve tiene que ser después de la birra, que tengo que ir a casa de Miquel a llevarle unas cosas.


Aarón: Ah, pero habéis vuelto?


Nadia: Nah, ni ganas, voy a llevarle unas cosas que quedaban en mi piso y solo coincidíamos hoy.


Bingo. Si algo no soporto es meterme en medio de una relación, pero parece ser que tenía vía libre en el caso de que sus “travesuras” fueran en serio.


Sofía: Carles, me acercas tú entonces? Me han dejado aquí sola y desamparada.


Carles: Sí, claro, pero tienes prisa? Así me baja un poco el alcohol y eso.


Sofía: No, no, sin problema, así miramos lo de la versión acústica.


Nadia se terminó la cerveza, se despidió y se marchó junto a Aarón y Fran.


Carles: Vamos dentro si quieres, que ya se está yendo el sol.


Sofía: Sí, mejor.


Entramos al local y nos sentamos en el sofá para ver los vídeos de la versión de Zombie, y ahí fue dónde vino el primer problema de ir todo el día en sudadera y haber estado jugando a basket. Una de las cosas que más vergüenza me da en la vida, es que alguien pueda notar mi olor corporal por haber sudado, aunque no huela a absolutamente nada, pero me hace estar muy inquieta e incómoda. Recordé que en el local había ducha y toallas, y aunque no llevaba ropa para cambiarme, ni que fuera me podía dar un agua.


Sofía: Carles, me sabe muy mal cortarte, pero te importa si me doy una ducha rápida? Es que de estar correteando de arriba a abajo me da miedo apestarte en la cara, y si vamos a estar aquí un rato…


Carles: Ah, no, no, sin problema, te enseño dónde están las toallas y demás.


Pasamos para el baño y ahí mi cabeza, mis hormonas y mi calentón de todo el día empezaron a hacer que por mi mente pasaran muchos pensamientos intrusivos. En ningún momento me había pasado nada sexual por la cabeza con Carles, pero al estar los dos solos y, perdón por ser pesada con lo mismo, que llevaba desde la mañana salida perdida, no lo podía evitar.


Carles se agachó y del armario cogió un par de toallas blancas, en ese momento aproveché para quitarme la sudadera, solo la sudadera, pero todos sabemos qué es lo que había debajo. El haber estado haciendo deporte y el cambio de temperatura no ayudaba, tenía los pezones y las areolas completamente marcados. En una camiseta de un color más claro hubiera ido transparentando sin ninguna duda.


Carles se incorporó con las toallas.


Carles: Las toallas las limpiamos uno cada semana, no te preocupes que están todas lim…pias…


Sofía: Vale! Gracias!


Miró para todos los sitios posibles para que no notara que había estado mirando dónde yo pretendía que mirara. Le cogí las toallas de las manos, rozando una de mis manos con la suya.


Carles: N… necesitas algo más?


Sofía: No, gracias! Si va a ser un momento!


Carles salió, cerró la puerta, y yo aproveché para desvestirme toda. Lo primero que hice fue llevarme la mano a la entrepierna. Efectivamente, estaba mojada. No aquello que digas “TSUNAMIII”, pero estaba bien mojada.


Los pensamientos intrusivos seguían rondándome y ya llegó un punto en el que cedí a ellos. Me puse a mirar por el baño si había algo que pudiera hacer o usar en mi ayuda y vi que dentro de la ducha había una cajonera lo suficientemente alta como para que yo no llegara.


Abrí el grifo, me metí debajo, cogí el gel y con una precisión digna de Ray Allen lo coloqué en el estante de arriba. No pretendía lavarme el pelo, pero sabía que el “efecto mojado” ayuda en todo.


Cogí una de las toallas, que por suerte no eran muy grandes, y me la até de tal forma que no enseñaba nada, ni por arriba ni por debajo, pero que poco faltaba. Me fui para la puerta, la entreabrí, y me medio asomé.


Sofía: Carles, por favor, cógeme el gel que no llego! hahahahah Cómo se os ocurre poner eso tan arriba, panda de ogros!


Carles: Eh? Ah, s… sí, voy.


Carles entró y yo estaba dentro de la ducha, con el grifo apagado, haciendo un poco el tonto.


Sofía: Es… que… no… llego!


Iba estirando el brazo sabiendo que la toalla se iba a subir lo justo para que desde dónde estaba él, se intuyera mi culo.


Carles levantó el brazo, lo cogió y me lo acercó. Estaba muy rojo, y cada vez podía disimular menos a dónde miraban sus ojos.


Sofía: Gracias! Te juro que no te molesto más hahahahaha


Estiré el brazo para coger el gel de su mano y, con una actuación digna de un Óscar, hice un leve movimiento con la otra mano que hizo que la toalla se abriera. Para mí, la gracia en un descuido, es que parezca que de verdad es un descuido, por muy preparado que esté, como era el caso. Hice ver que me daba un micro infarto y me agarré la toalla como buenamente pude, dejando uno de mis pechos sin tapar y toda la parte trasera, que aunque no la podía ver, estaba al aire.


Carles se quedó ojiplático, seguía rojo y tenía hasta la boca un poco abierta. Esa. Esa era la cara que yo quería ver.


Carles: Perdón! Perdón!


Se dio la vuelta y se iba dirección a la puerta. Yo ya había tenido lo que quería, pero tenía dos opciones en ese momento. O dejaba que se fuera y todo quedaba en una anécdota graciosa pero morbosa… O culminaba lo que había empezado… Y creedme que me costó decidirme, pero acabé optando por lo obvio, que era la segunda opción.


Sofía: Carles.


Se quedó quieto y ni se giró.


Carles: Qué?


Sofía: Te quieres quedar?


Carles: Qué?


Sofía: Que si te quieres quedar, no me importa.


Carles: Pero… estás segura?


Sofía: Hahahahah te lo estoy pidiendo yo, no?


Carles: No te importa?


Sofía: Ay, si lo sé no te pregunto, hijo.


Carles: No, no, no, me quedo.


Dejé la cortina abierta y abrí el grifo. De primeras Carles solo estaba ahí, no se asomaba a la ducha, ni me estaba viendo, ni nada, solo resoplaba. Yo empecé a ducharme, porque era verdad, me sentía sudorosa y necesitaba quitarme esa sensación.


Empecé a escuchar pasos lentos. Carles se acercó, y se apoyó en la pared contraria a la que estaba, teniendo una visión perfecta de mi cuerpo. Ahí ya pasé a ducharme de forma más… sensual digamos. Empecé a enjabonarme los pechos de forma pausada, apretándolos y recreándome un poco, pero haciendo ver como que él no estaba ahí.


Carles: Dios mío… No me creo que esté pasando esto…


Sofía: Hahahahah qué exagerado… Pero te vas a quedar ahí, no quieres pasar ni nada?


Carles: Ufff… No te enfades, es que me apetece mirar.


Joder, si os hiciérais una idea de lo que me puso esa frase… Me di la vuelta y pasé a enjabonarme la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y rodeando el culo, llevando una de mis manos a mi entrepierna, usando la otra para apoyarme un poco en la pared y así poder inclinarme un poco.


Empecé a masturbarme despacio, pero llevaba un día de tantos calentones que no pude evitar gemir nada más comenzar.


Carles: Joder… Mira cómo me tienes…


Me giré y Carles agarraba su paquete por encima del pantalón. Se le notaba un bulto grande y que el pantalón iba a reventar.


Sofía: Hahahahahaha va, no te cortes.


Carles: No, no, me espero a que termines.


Seguí masturbándome hasta que, al poco tiempo, noté cómo mis dos piernas comenzaban a temblar y mis gemidos se agudizaban un poco más.


Carles: Te vas a correr?


Sofía: Sí…


Carles: Dios…


Sofía: Me… voy… a… uffff…. me… Ah!...


Un gemido diferente al resto pero también suave, dio a entender que ya había culminado. Me encantó, el poder masturbarse para alguien siempre es… genial.


Salí de la ducha, Carles cogió una de las toallas y estiré el brazo para cogerla. Su intención no era la de darme la toalla. Cogió mi brazo y me pasó la toalla por él, de forma suave pero a la vez fuerte. Carles, pese a ser muy bonachón, era un tipo muy grande y gordete, y entre la barba y la cabeza rapada intimidaba un poco, pero hacía las cosas de forma muy segura, y eso siempre me ha gustado.


Me secó los brazos poco a poco, pasó por mi pecho, por mi espalda y llegó hasta mis piernas. Una vez llegó hasta ahí, me pasó la toalla de forma delicada por la entrepierna. Yo me acababa de correr y estaba muy sensible ahí abajo, por lo que otro gemido se escapó de mi boca.


Sofía: Joder…


Carles: Te molesta?


Sofía: No, no, para nada…


Carles se agachó para tener mejor movilidad y siguió pasando con su mano la toalla por mi coño, cada vez haciendo más presión y acelerando un poco el ritmo. Yo separé un poco las piernas para facilitarle el trabajo, y apoyé las manos en sus hombros. Llegados a un punto, Carles ya tiró a tomar por culo la toalla y pasó a masturbarme con las manos.


El tío manejaba, la verdad. Con una mano me metió dos dedos y empezó a jugar con ellos dentro, mientras que con la otra jugaba con mi clítoris. Yo intentaba sentirme mal por tener al chaval ahí haciéndolo todo, pero de vez en cuando también me gusta que tengan iniciativa propia.


Le agarré de la cabeza, ya que el cambio de ritmo me pilló desprevenida, y ahí aprovechó para llevarse una teta a la boca. No era delicado, pero tampoco brusco, lo hacía con la intensidad que requería el momento. Su barba me iba marcando la piel, me arañaba y era áspera, pero sentirla era muy excitante.


Sofía: Carles… Carles… ya… ya…


Estaba a puntito de correrme otra vez. Entonces hizo algo que realmente no sé si es bueno, pero que en ese momento me encendió más si cabe.


Paró. Paró de golpe. Yo tenía las piernas empezando a temblar, y notaba cómo me palpitaba el coño. Estaba tan, pero tan cerca de correrme, que solo podía pensar en terminar.


Sofía: Q.. qué… por qué paras?


No dijo nada. Se levantó, puso las manos en mis hombros, y me puso de rodillas. Seguía sin decir nada, pero creo que no hacía falta. Estaba tan salida en ese momento, que me daba igual todo.


Llevé las manos a sus pantalones y se los bajé, dejándole en un boxer negro muy apretado con una gran mancha húmeda. Le pasé la mano por el bulto. Era grande y estaba duro como una piedra. Bajé el boxer de forma muy lenta. Siempre hay mucha expectación la primera vez que vas a ver a alguien desnudo. Normalmente, asociamos a la gente más subida de peso con atributos más pequeños, pero os aseguro que no era el caso.


Cuando terminé de bajar el bóxer por su último centímetro de carne, una polla gorda y grande dio a parar en mi mejilla, dejando un hilo de líquido preseminal desde mi cara hasta su punta.


Era una polla a proporción. Es decir, lo mismo una polla de ese tamaño en un cuerpo como el de Carles no parecía algo descomunal, pero os recuerdo que es un tipo que pasaba del 1,90 y de los 110kg y que yo no llego al 1,55.


La cogió por la base y siguió pasando el glande por mi mejilla, por mis labios… Yo como ya había asumido lo de dejarme hacer, cuando la noté en los labios abrí la boca y saqué un poco la lengua para facilitar el acceso, cosa que hizo poco a poco.


Primero metía solo la punta en la boca, mientras con la otra mano me cogía con delicadeza de la cara. Poco a poco la fue metiendo más, y la sacaba despacio. Cuando ya notó que entre mi saliva y su propio fluido ya estaba todo bien lubricado, empezó a acelerar el ritmo.


Estuve un rato dejándome follar la boca, ya que no era de esos burros que la meten hasta los topes y siempre es agradable disfrutar de una sesión de sexo sin arcadas ni falta de oxígeno.


Debido a una diferencia notable de altura entre ambos, la posición estaba empezando a ser cada vez más antinatural para él. Apartó mi ropa de la banqueta y, sin dejar de subir y bajar la mano por su miembro, se sentó a observarme.


Yo seguía de rodillas con las piernas medio temblorosas, y como no estaba acostumbrada al papel que me había tocado hacer ese día, no sabía bien bien qué hacer, así que esperé a ver cómo avanzaba todo.


No pasaron muchos segundos hasta que sugirió que diéramos un paso más.


Carles: En mi cartera tengo condones.


Estaba intentando ser un poco más consciente de las cosas que podían pasarme si seguía yendo de cabra loca por la vida, así que cogí la cartera de su pantalón, cogí un condón, me levanté y caminé hacia él. Me senté sobre sus piernas, tocando la base de su polla con mi coño y le di el condón.


Mientras él lo abría despacio, yo me dediqué a masturbarle con las dos manos. Soy la primera que defiende la expresión “el tamaño no importa”, y la defenderé hasta que me muera, porque me lo he pasado de lujo con chorras de todos los tamaños, pero me encanta eso de poder pajear una polla con ambas manos, llamadme hipócrita si queréis 🤣


Disfrutamos ambos de esa situación durante un rato, y una vez se puso el condón me levantó, me dio la vuelta y empezó a pasarme la punta por mi vagina de adelante hacia atrás. Estaba empapada, me había quedado tan al borde del orgasmo que creía que no iba a tardar ni 5 segundos en correrme. Por mi cabeza solo pasaba el “métemela de una vez”, y en otra situación hubiera sido yo misma la que hubiera cogido y “raca, padentro”. Pero eso estaba siendo divertido también.


Me cogió por la cintura con su enorme mano y empezó a introducirla poco a poco.


Sofía: Uuuh… Joder… sí que estoy sensible…


Una vez ya toda dentro, y con sus dos manos sobre mi cintura, ahora sí que había llegado el momento en el que tenía que actuar yo. Lo que me gusta de una postura así, es que yo misma controlo el ritmo. Y estando como estaba, el ritmo iba a ser bastante movido.


Coloqué mis manos sobre las suyas, las apreté, enviándole el mensaje de que quería que él me apretara, cosa que captó de primeras, y empecé a mover mis caderas muy rápido sin separar mi culo de su regazo.


Ya he comentado varias veces que no soy muy fan del sexo con penetración, que raras veces me apetece o me gusta, pero llegar a esa conclusión me llevó bastantes años de práctica… Por lo que, sin querer echarme muchas flores, no es algo que se me dé precisamente mal.


Carles jadeaba y gruñía (chicos, sed ruidosos, de verdad que nos encanta) mientras sus manos recorrieron mi cintura y mis costillas hasta llegar a las tetas. Me las apretaba con firmeza, dejando mis pezones entre sus dedos, con los que iba jugando de tanto en tanto.


Yo estaba intentando no correrme muy deprisa, porque aunque podía seguir, estaba disfrutando mucho de la sesión. Pero la idea de Carles era otra.


Una de sus manos subió por mi busto hasta alcanzar el cuello, que apretó con la fuerza justa para que fuera muy morboso, sin rozar el ahogamiento. Se acercó a mi oído y me susurró algo.


Carles: Córrete… sé que estás a punto.


Todavía me pone la piel de gallina recordar ese momento. Seguí moviéndome, acelerando el ritmo poco a poco mientras Carles me apretaba el cuello cada vez con un poco más de fuerza. Llegué a mi límite, ya no pude aguantar más y por mi boca empezaron a salir gemidos ahogados.


Sofía: Ah… Ya… jod… ya… AH!


Notaba cómo las paredes de mi vagina se contraían y podía hasta sentir las palpitaciones en la polla de Carles. La parte interior de mis muslos temblaba y en ese momento no sabía ni cómo cojones me iba a levantar. Cosa por la que tampoco tuve que preocuparme mucho.


Al notar que yo ya había terminado, Carles me tumbó en la banqueta, se sacó el condón y se puso a masturbarse a la altura de mi cara, quedando yo en medio de sus piernas.


No decía nada, pero sí era muy expresivo en cuánto a expresiones, movimientos, ruidos… Pude notar que se iba a correr cuando su respiración se aceleraba y se entrecortaba.


Carles: Uff… no p… no puedo más… me corro…


Acercó más la polla a mi cara, y por como estaba puesta, lo único que pude hacer era sacar la lengua. Pero la boca no era su objetivo.


Agitaba su polla de una forma muy agresiva y pude ver como de golpe paró a la altura del glande, para volver a reanudar la marcha con unos movimientos mucho más lentos, pero apretándosela bastante más fuerte.


Imagino que es una forma de controlar mejor la corrida, ya que empezó a correrse de forma abundante pero controlada. Un primer lefazo cayó por toda mi cara, llegando desde la barbilla hasta la frente, seguido de otros tantos que no pude ver, ya que por acto reflejo cerré los ojos.


Notaba cómo iban cayendo, unos más largos, otros más densos, otros simplemente gotas, pero todos dentro de su objetivo, sin salir ninguno disparado hacia la nada. Abrí la boca para coger una bocanada de aire, que entró acompañada por su polla, todavía dura y empapada.


Estuve chupando hasta que, poco a poco, se empezó a desinflar. Carles se separó de mí y me acercó una toalla.


Sofía: Te has quedado a gusto, eh? Hahaha


Carles: Ya, perdona, es que cuando me vengo arriba…


Sofía: Pero me he quejado yo en algún momento?


Carles: Te puedo pedir algo?


Sofía: Me pides permiso para pedirme algo pero no para correrte en mi cara? Caballeros así ya no quedan hahahaha Dime.


Carles: Esto que ha pasado… Podría quedar entre tú y yo?


Sofía: A ver… No me digas que tienes novia…


Carles: No, no, para nada, pero es que soy muy reservado con mi vida personal, y si vamos a venir a ensayar y eso… No me gustaría que hubiera malos rollos o miradas raras.


Sofía: Pues mira, me parece perfecto. Chocamos la mano? Como que ya no hace falta, no?


Carles: Hahahahaha siempre con el cachondeo… te lo agradezco, en serio.


Me pegué una ducha, por lo obvio, y Carles se quedó en el baño conmigo. Hubo un intento de masturbación por su parte, pero resultó ser de los que una vez terminan, necesitan su tiempo. 100% respetable.


Una vez limpia, hicimos lo planeado en un principio, que era ver los vídeos de la versión acústica para el ensayo y Carles me acercó a mi casa.


Me fui a dormir con una sensación rara. Me había encantado ese encuentro, lo había disfrutado un montón. Quería seguir jugando a mis chorradas sin necesidad de crear algún tipo de enemistad... Cosa que, en ese momento, veía muy complicado.

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Perdonad que haya tardado tanto! Pero entre que no ando muy motivada y casi no saco tiempo para escribir… Espero que hayáis disfrutado de la lectura, espero con muchas ganas vuestras reacciones y comentarios!


Un saludo a todos!
Muy muy buenos y muy morbosos como todos tus relatos

Ya sabes motivate y sigue que aquí lo queremos todo de ti



Una cosa

Piensa que una fotito con esa camiseta de tirantes tan famosa en este relato no estaría mal por aquí jajajaja

Un beso guapa y ala espera de más cositas tuyas
 
Muy buenas! Perdón por la espera, pero no ando muy inspirada últimamente y todo lo que escribo lo acabo borrando 3847583475683745345 veces. Tengo mucha presión (mía, por supuesto) en no bajar el listón y eso me pasa factura.


Pero fuera dramas, que aquí venimos a divertirnos! Os dejo con la continuación!

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Ya habían pasado un par de meses desde aquella prueba, y la verdad que estaba súper contenta y motivada con los ensayos. Pasamos de quedar un día a la semana a quedar dos y hasta 3 veces. Fuera de los ensayos, mi vida seguía igual. Iba a clase, luego al súper a trabajar, cuando podía me juntaba con Ginesta y con Marcos y de vez en cuando jugaba con algunos de mis conocidos “contactos”. Sí que había cogido el mal hábito de beber y fumar entre semana, pero bueno, las estrellas de rock somos así (equisdé, es una bromi).


Yo cada vez estaba más suelta y con más confianza con el resto de integrantes de la banda (no en el sentido que estáis pensando, guarros) y salvo alguna broma jocosa y alguna mirada a mis tetas (cosas de ir sin sujetador por la vida) no había pasado nada con ninguno/a de los compis. Me estaba comportando.


Esa semana, uno de los días que escogimos para el ensayo, fue el domingo por la mañana, así aprovechábamos el terreno que tenían allí, y ya que no hacía demasiado frío pese a ser Noviembre, podíamos hacer una mini-barbacoa o, como yo la llamo, barbacoa.


El plan era simple y atractivo, quedar sobre las 10, ensayar hasta las 12:30/13:00 y luego ya comer y lo que surgiera. Lo bueno de tener alquilado un local entero en un recinto así, es que no es algo que vaya por horas, y te puedes estar el tiempo que quieras cuando quieras, una maravilla, la verdad.


La noche del sábado al domingo fue movidita, pero no por mi parte. Ginesta vino a casa, como muchos sábados y, como muchos otros sábados desde su “encuentro” con Gabri, se acostaron juntos. Puede que haya sonado a celosa, pero ni mucho menos, casi siempre era espectadora en primera fila de sus cópulas, solo que soy humana y hay veces que me apetece descansar, y más cuando tengo un ensayo al día siguiente por la mañana.


A parte de levantarme cansada, porque Ginesta es mala de nacimiento, sabe que me flipa escucharla, y se dedicó a no cortarse un pelo y no dejarme dormir, estaba más salida que la proa del Titanic, precisamente por el mismo motivo que me causó el insomnio.


Me pegué una ducha de esas que desearías quedarte a vivir allí dentro para siempre, y me fui a vestir. Lo recuerdo como si fuera ayer, era pleno noviembre, era por la mañana, y estábamos a 15 grados, así que no me preocupé del frío y para la ocasión escogí unos pantalones de los Celtics (los he tenido que jubilar este año, un minuto de silencio por ellos, que me costaron 40 pavos), y por culpa de la calentura que llevaba encima, una camiseta de tirantes con la que no tuviera ningún tipo de problema si quería “jugar” a los descuidos. Me até las converse y bajé a esperar a Marcos, que el pobre parecía mi taxista personal.



Puntual como un reloj, ya me hacía aspavientos desde su asiento por mis 10 minutos de retraso.


Marcos: Tú siempre igual, eh?


Sofía: Mira, calla, que no he pegado ojo y voy con una marcha menos.


Marcos: Hahahahahahaha a saber qué habrás hecho, viciosa.


Marcos arrancó el coche y nos pusimos en marcha.


Sofía: Pues para tu sorpresa, yo nada, pero estos dos estuvieron dale que te pego hasta las tantas y no me pude dormir hasta que terminaron.


Marcos: Joder con el bueno de Gabri, ya me dirá cómo lo hace, que yo hasta la fecha aún no he conseguido quedar a solas con Ginesta.


Sofía: Oye que si os molesto no voy, eh? hahahahaha


Marcos: Hostia cómo vienes tú hoy hahahahah Ya sabes a lo que me refiero, mujer.


Sofía: Encima de estar ahí escuchándoles con el tracatraca, y la otra que ya sabes que es una escandalosa…


Marcos: Vamos, que vas cachonda perdida.


Sofía: Me voy a follar el freno de mano, Marcos.


Los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me gustaba la confianza que tenía con gente como Marcos, esas bromas siempre escandalizan a más de uno y de una.


Marcos: Imagino que la camiseta esa que llevas tiene algo que ver con que vayas así de salida, no?


Con las luces de mi casa ni me di cuenta, cogí una de tirantes roja de esas básicas (entre la camiseta roja y los pantalones verdes parecía sacada de una peli de Navidad), que son cómodas, pero a la vez me es muy fácil hacer que se me salga todo. Pero de lo que no me di cuenta es de que iba marcando los pezones de una forma exagerada.


Sofía: Me cago en la puta hahahaha Por dios, dime que tienes una sudadera que dejarme!


Marcos: En el maletero tengo una y me va un poco pequeña, pero no sé si dejártela…


Sofía: Solo me rodeo de gente mala, a cada cuál peor.


Marcos: Va, enséñales las tetas a ese pelotón de ahí, y no solo te la dejo, te la regalo.


Vivíamos en una zona de montaña cerca de la típica carretera que sube hasta arriba del todo, por lo que los pelotones de ciclistas eran considerados fauna autóctona de allí, y justo estábamos por adelantar a un grupito.


Sofía: En serio me propones eso pensando que en algún momento voy siquiera a dudarlo?


Marcos: No serás capaz.


Antes de que acabara de decir “capaz”, justo a la altura de la mitad del pelotón, me bajé la camiseta y pegué las tetas contra la ventana del coche. No hacía frío, pero la ventana parecía sacada directamente del corazón de vuestros/as ex.


Marcos redujo drásticamente la velocidad, dando tiempo al pelotón a que se avisaran unos a otros. Todo era un ambiente bastante festivo, la verdad, ya que estábamos todos, tanto dentro como fuera del coche, muriéndonos de risa.


Recordáis lo que he dicho de que solo me rodeo de gente mala? Pues Marcos, en un total alarde de ser el mismísimo sucesor de Morgoth, pero en cabrón, no aceleró el coche en ningún momento para que pudiéramos pillar en rojo el semáforo que había unos metros más adelante.


Sofía: Eres lo peor, me vas a regalar la sudadera y el puto coche también.


Marcos: Hahahahah disfruta, que ahí viene tu público!


Sofía: Son ciclistas, es un semáforo, obviamente, no van a parar.


Es lógico pensar eso, no? Los ciclistas y los semáforos son enemigos por naturaleza. Como los taxistas y los ciclistas. O los autobuseros y los ciclistas. O los demás conductores y los ciclistas. O los ciclistas y otros ciclistas. Malditos ciclistas, han destrozado el ciclismo.


Pues, para sorpresa de todos, en ese semáforo sí pararon. Me saludaban, sonreían, uno me hacía el gesto de bajarme la camiseta… Tampoco fueron groseros, cosa que hizo que la anécdota me siga pareciendo muy divertida a día de hoy. Antes de arrancar, les hice un amago de que me iba a bajar la camiseta, pero les dejé con las ganas.


Marcos: Estás de la olla hahahahaha


Sofía: Pero si luego voy a la playa y me paso el día en tetas, ya ves tú.


Marcos: Te has ganado esa sudadera.


Llegamos al recinto y, pese a los nervios y ansiedad de Marcos porque “es que vamos a llegar tarde porque eres una tardona bla bla bla”, fuimos los primeros en llegar. Marcos abrió la verja con el mandito, dejamos el coche aparcado y nos bajamos.


Hacía un día de puta madre. Eran las 10 de la mañana y hacía sol, se podía estar en tirantes, no había ni una puta nube en el cielo… Parecía finales de Mayo, un lujo. Cogimos la bebida y la carne que habíamos traído, Marcos me dio MI sudadera, y pasamos para dentro del local.


Guardamos todo en la nevera, Marcos empezó a afinar su guitarra y a hacer unas primeras pruebas de sonido para que todo estuviera listo cuando los demás llegaran, mientras yo le ayudaba con los “ssssssi” “ssssssssi” del micro. Trabajo en equipo, chavales.


No tardaron mucho en llegar los demás, a los 10 minutos ya estaban allí Nadia y Aarón, y cuando no habíamos ni terminado de saludarles, entraron Fran y Carles.


Nadia: Joder, al final soy la única mongola que ha venido en pantalón largo. Bueno, y Fran, pero lo suyo ya es de estudio.


Fran: Sí, en Massachusetts ya están contactando conmigo para empezar las pruebas.


Sofía: Tu madre no te iba a dejar ir tan lejos tú solo.


Carles: Bueno, Sofía se ha ganado no hacer la carne! Punto para ella!


Fran: Tampoco iba a llegar a la parrilla.


Sofía: Qué cabrón hahahahhaha Yo esto lo veo un empate.


Me gustaba TANTO, ese ambiente que había de “te tiro puyita, me la devuelves” pero luego todo eran risas… Me sentía como en casa, eran todos una gente maravillosa, la verdad. Estuvimos 5 minutos de charla pre-ensayo, y tras hacerle 4 últimos apaños al sonido del micro, empezamos a ensayar.


A la hora y pico decidimos hacer un poco de pausa, y aprovechando el buen día salimos a fumar fuera. Había unas mesitas a la sombra de un árbol, y nos pusimos allí a hablar todos con todos. Yo estaba sentada en la mesa con los pies en la banqueta, y Nadia se me acercó.


Nadia: Tía, no te asas con la sudadera puesta?


Sofía: Como un puto pollo, pero es que mira.


Me abrí la sudadera y le enseñé el panorama. Se me marcaban hasta las areolas de los pezones. Nadia se puso roja como un tomate y pude notar un ligero suspiro que salía de su boca. Lo había hecho a propósito? Obvio.


Nadia: Hahahahahaha pero joder, es que no te miras antes de salir de casa?


Sofía: Tú te crees que si me hubiera visto hubiera venido así? Menos mal que Marcos me ha podido dejar la sudadera.


Nadia: Bueno, menos mal para ti, que el resto nos perdemos el espectáculo hahahahah


Sofía: Oye! hahahah descarada!


Volvimos ambas a la conversación con el grupo y al cuarto de hora más o menos ya estábamos listos para volver.


Aarón: Bueno, creo que ya es hora de seguir!


Carles: Padentro todo el mundo.


Yo estaba empanada, mirando vete a saber qué, lo mismo una hoja de árbol que se había caído o algún pájaro. La cosa es, que al pasar cerca de mí, Nadia me pellizcó a modo de broma en uno de mis pezones para despertarme de mi empanada monumental. Funcionó, vaya si funcionó, pero ese día no era el mejor para hacer ese tipo de cosas. Me subió un cosquilleo desde los pies hasta la base de la nuca, y no pude evitar que se me escapara un ligero gemido, imperceptible para el resto, pero que Nadia escuchó en primera persona.


Nadia: Joder, sí que los tienes sensibles hahahahah

Sofía: Mi… mira! Calla eh! El daño que me has hecho…


Intenté disimular, pero no me salió muy bien la cosa. Igual que con los chicos soy muy valiente y muy echada para adelante, con las chicas me pongo nerviosa. Cosa que desde fuera es bastante divertido de ver en mi opinión.


Nadia: Sí, ya, daño, sí hahahahah


Sofía: Ahora verás!


Salí corriendo tras ella y echó a correr para esconderse detrás de Carles entre risas.


Sofía: Ya saldrás de ahí! Cobarde!


Marcos: No, no, no, aquí si os vais a pelear, que sea en bikini y en el barro.


Aarón: Eso, eso!


Sofía: Ya verás cuando te coja!


Nos gritamos un par de tonterías más y seguimos con el resto del ensayo. Terminamos con la canción de Zombie, de The Cranberries y cuando estábamos recogiendo las cosas, Carles se acercó a mí.


Carles: Por cierto, me estoy aprendiendo esta misma canción pero en versión acústica. Cómo lo ves para hacerla?


Sofía: Hostia, pues tiene que sonar genial… Sí, sí, dale!


Una vez todo estaba recogido, Aarón y Fran salieron para empezar a hacer el fuego, Marcos y Carles fueron a por un bidón, y Nadia y yo sacamos el hielo, las cervezas y la carne para fuera.


La escena me da nostalgia a día de hoy cuando la pienso. Qué de domingos pasamos así. La barbacoa en un lateral, las mesas a la sombra, los bidones con hielo hasta arriba de birras… Como el trabajo ya estaba hecho, me abrí una cerveza, me bebí media de un trago y empecé a incitar a Marcos a la mala vida.


Sofía: Marcos… dime un número del 1 al 10.


Marcos: Qué dices tú ahora?


Sofía: Un número del 1 al 10, no es tan difícil.


Marcos: Yo qué sé… el 7.


Sofía: Te toca hacerte un porro.


Marcos: Hija de puta, en lo que te conozco no te he visto liar ni una sola vez.


Sofía: Es que a ti te quedan muy chulos.


Nadia: Eso mismo, eso es un arte y tú eres todo un artista!


Aarón: El DaVinci de los canutos!


Marcos: Sois una panda de pelotas…


A Marcos no hacía falta liarle mucho, pero le gustaba hacerse de rogar. En 5 minutos ya tenía hecho su característico Cuerno de Gondor y empezamos a fumar para acompañar las birras. Ni frutos secos ni hostias. Porrillos. Así he acabado.


Después de un buen rato entre risas, cervezas, más sustancias y el buen tiempo, empezó a llegar un olorcito a carne… Ya se acercaba la hora de comer. Nadia y yo repartimos los platos y los cubiertos de plástico y los cocineros trajeron las dos bandejas bien rebosantes de churrascos, chistorras, butifarras… Madre mía, son las 3 y media de la madrugada, pero lo pienso y me da un hambre…


Empezamos a arrasar con todo de una manera un tanto grotesca. Pronto, los cubiertos pasarían a un segundo plano y solo se oía el ruido de masticar, como si de una manada de lobos fumados se tratase. Como en toda barbacoa que se precie, sobró algo para aprovechar en la merienda, incluso para cenar o comer al día siguiente. Terminamos el manjar con un chupito de ratafía (por si alguien no lo sabe, es un licor muy típico en Cataluña) que Carles había traído, y seguimos con nuestras conversaciones sobre todo y nada.


Una vez bajó un poco la comida, Aarón se acercó al maletero de su coche para poner la guinda al domingo… Volvió levantando en sus brazos, al más puro estilo Rafiki y Simba, una pelota de baloncesto. Marcos y Carles empezaron a hacer ruidos como de neandertal, a darse golpes en el pecho y espalda el uno al otro y a correr para la zona de las canastas, que estaba al lado. Hombre tener pelota. Hombre estar contento.


Nadia, Fran y yo nos quedamos atónitos ante tal muestra de testosterona. Aarón les tiró la pelota, Carles la botó muy fuerte contra el suelo con ambas manos y Marcos la recogió en el aire dando un salto totalmente innecesario. Aarón echó a correr hacia ellos gritando “PÁSALA PÁSALA”, para luego tirar un triple lamentable que ni tocó aro. En ese momento lo tuve claro, esos eran mis amigos.


Nadia: Madre mía, ya nos podemos despedir de ellos.


Sofía: Pero, por qué? Vamos para allí nosotros también.


Fran: Yo es que con el deporte…


Sofía: Eso ni es deporte ni es nada, es hacer el tonto con los colegas.


Fran: Yo me quedo aquí.


Nadia: Yo también, si eso ahora me acerco.


Marcos sabía que yo había jugado a básket desde pequeña (podéis hacer todos los chistes que queráis, pero no me vais a decir nada que no me hayan dicho ya), pero el resto no… Era la oportunidad de lucirme, algo que siempre me ha gustado, para qué mentir.


Estaban haciendo una especie de 1vs1 por turnos, tirando por tirar… Como un calentamiento, pero con alcohólicos y drogadictos en vez de con jugadores. Cuando Marcos vio que me acercaba, le hice un gesto con el dedo para que se callara, y le pedí el balón.


Lo cogí, me acerqué a ellos botándolo como si tuviera algún tipo de disfunción y tiré a canasta de forma ridícula, con una mecánica que haría llorar a Steph Curry.


Sofía: Venga, va, Aarón y yo contra vosotros dos.


Aarón: Sí hombre, yo para que me humillen ya tengo el Counter.


Marcos: Va, que será divertido.


Me guiñó un ojo, me conocía y me estaba viendo venir de lejos.


Sofía: Va, sacamos nosotros. Toma!


Estuvimos un rato haciendo un poco el tonto, me dejaban espacio para tirar, me la devolvían cuando fallaba… En una de estas, Carles se puso a marcarme de frente.


Carles: Va, ahora ya voy en serio!


Una vez se acercó a mí, la boté por debajo de sus piernas, la cogí, hice un reverso justo en la cara de Marcos y metí canasta con una bandeja a mano cambiada que creo que en mi vida me había salido tan perfecta.


Carles: Filla de puta… Cómo nos has vacilado.


Sofía: Juego a esto desde los 7 años, os voy a hundir en la mierda.


Aarón: Hostias hahahaha Ahora no me la pases, que no voy a estar a la altura.


Nos pusimos a jugar en serio y joder, que tarde tan divertida. Aprovechaba cuando Marcos me marcaba para darle la espalda, pegarle el culo en el paquete y ponerle nervioso.


Marcos: Joder, es que así no hay quién se concentre!


Le pasé la pelota a Aarón, que tiró, y poniendo cuerpo para coger el rebote, le pasé la mano por el paquete a Marcos, que ya estaba medio morcillón.


Sofía: Estamos a lo que estamos o qué?


Marcos: Así no se puede…


Aarón falló el tiro y el rebote lo cogió Carles (sí, he jugado a basket, pero me sacaban dos cabezas) y cuando estaba saliendo para fuera de la línea de 3, vi cómo se acercaba Nadia.


Nadia: Chicos, puedo yo?


Marcos: Sí, cámbiate por mí, que yo me tengo que ir ya. Te vas con alguno de ellos, Sofi?


Sofía: Sí, claro, no te preocupes!


Carles: Yo me voy a sentar un rato, que no suelo hacer deporte.


Aarón: Yo voy a por una birra, que estoy seco.


Nadia: Jooo, ahora que llego yo vais a parar?


Sofía: Tranqui mujer, va, que te enseño a tirar.


Nadia: Quién te ha dicho a ti que no sé tirar?


Sofía: Ah, perdona.


Nadia: Hahahahah te estaba vacilando, no tengo ni puta idea.


Le enseñé un poco lo básico. Cómo poner los pies, el movimiento de rodillas, la posición de las manos…


Sofía: Mira, esta mano solo la aguanta, tienes que hacer el arco con este brazo…


Nadia: Uy, qué cerquita, no me acose, entrenadora hahahaha


Sofía: E… es que… Joder, yo aquí enseñándote y tú tomándotelo a cachondeo.


Nadia: Hahahah que estoy de broma, a ver, entonces la fuerza viene desde abajo… me incorporo y tiro!


No fue una mierda de tiro, pero tampoco estuvo genial. Oye, para ser el primero que probamos, ni tan mal.


Nadia: Casi! Lo has visto! Joder, parezco una profesional.


Sofía: Hahahahah no te vengas arriba, va, otra vez.


Me acerqué a ella botando la pelota e hizo un intento de quitármela.


Sofía: Huy, pues no te queda nada para quitarme a mí la pelota.


Nadia: Sí, eh?


Empezó a intentar quitarme la pelota, pero mal. Corriendo hacia la pelota, rodeándome, metiendo la mano para robarla… Como vio que eso no funcionaba, probó directamente con el contacto físico. Me agarraba del brazo, de la sudadera, pero ni por esas.


Nadia: Joder, así no es divertido!


Sofía: Para mí sí!


Le hice una pequeña finta, y cuando pasé por su lado le di un azote, bastante sonoro, en el culo. Ahora fue ella la que soltó un ligero ruido más parecido a un gemido que a una queja.


Nadia: Ufff… Maldita!


Sofía: Aquí te espero!


Se acercó a mí, pero en vez de ir a por la pelota, fue directa a mis tetas, concretamente a uno de mis pezones, como ya hizo antes, y como antes pasó, el mismo escalofrío me subió hasta la nuca. Esta vez el disimulo me salió de 10 e hice ver como que me había hecho daño. Se acercó mucho a mí, preocupada por si se había pasado.


Nadia: Perdona, perdona! No te quería hacer daño.


Me puse muy cerca de su cara y le susurré.


Sofía: No calientes lo que no te vayas a comer…


Se quedó muy roja y abrió mucho los ojos de primeras, pero sonrió.


Nadia: Y quién te dice que no me lo voy a comer?


Me dio un pequeño mordisco en el labio, y ahora sí, consiguió cogerme la pelota.


Nadia: Wuuuh! Sí! He ganado yo! Jódete!


Alzaba la pelota como si fuera un trofeo y yo seguía atónita, entre el calentón que ya llevaba de serie, y que me estaban ganando en mi propio terreno… Iba a explotar.


Nadia: Va, vamos a por una birra, hay que celebrarlo!


Sofía: S… sí, mejor…


Nos acercamos a la mesa con el resto de la banda, ya un poco cansados todos. Nos abrimos una cerveza cada una y nos sentamos con ellos.


Nadia: Fran, Aarón, si queréis que os lleve tiene que ser después de la birra, que tengo que ir a casa de Miquel a llevarle unas cosas.


Aarón: Ah, pero habéis vuelto?


Nadia: Nah, ni ganas, voy a llevarle unas cosas que quedaban en mi piso y solo coincidíamos hoy.


Bingo. Si algo no soporto es meterme en medio de una relación, pero parece ser que tenía vía libre en el caso de que sus “travesuras” fueran en serio.


Sofía: Carles, me acercas tú entonces? Me han dejado aquí sola y desamparada.


Carles: Sí, claro, pero tienes prisa? Así me baja un poco el alcohol y eso.


Sofía: No, no, sin problema, así miramos lo de la versión acústica.


Nadia se terminó la cerveza, se despidió y se marchó junto a Aarón y Fran.


Carles: Vamos dentro si quieres, que ya se está yendo el sol.


Sofía: Sí, mejor.


Entramos al local y nos sentamos en el sofá para ver los vídeos de la versión de Zombie, y ahí fue dónde vino el primer problema de ir todo el día en sudadera y haber estado jugando a basket. Una de las cosas que más vergüenza me da en la vida, es que alguien pueda notar mi olor corporal por haber sudado, aunque no huela a absolutamente nada, pero me hace estar muy inquieta e incómoda. Recordé que en el local había ducha y toallas, y aunque no llevaba ropa para cambiarme, ni que fuera me podía dar un agua.


Sofía: Carles, me sabe muy mal cortarte, pero te importa si me doy una ducha rápida? Es que de estar correteando de arriba a abajo me da miedo apestarte en la cara, y si vamos a estar aquí un rato…


Carles: Ah, no, no, sin problema, te enseño dónde están las toallas y demás.


Pasamos para el baño y ahí mi cabeza, mis hormonas y mi calentón de todo el día empezaron a hacer que por mi mente pasaran muchos pensamientos intrusivos. En ningún momento me había pasado nada sexual por la cabeza con Carles, pero al estar los dos solos y, perdón por ser pesada con lo mismo, que llevaba desde la mañana salida perdida, no lo podía evitar.


Carles se agachó y del armario cogió un par de toallas blancas, en ese momento aproveché para quitarme la sudadera, solo la sudadera, pero todos sabemos qué es lo que había debajo. El haber estado haciendo deporte y el cambio de temperatura no ayudaba, tenía los pezones y las areolas completamente marcados. En una camiseta de un color más claro hubiera ido transparentando sin ninguna duda.


Carles se incorporó con las toallas.


Carles: Las toallas las limpiamos uno cada semana, no te preocupes que están todas lim…pias…


Sofía: Vale! Gracias!


Miró para todos los sitios posibles para que no notara que había estado mirando dónde yo pretendía que mirara. Le cogí las toallas de las manos, rozando una de mis manos con la suya.


Carles: N… necesitas algo más?


Sofía: No, gracias! Si va a ser un momento!


Carles salió, cerró la puerta, y yo aproveché para desvestirme toda. Lo primero que hice fue llevarme la mano a la entrepierna. Efectivamente, estaba mojada. No aquello que digas “TSUNAMIII”, pero estaba bien mojada.


Los pensamientos intrusivos seguían rondándome y ya llegó un punto en el que cedí a ellos. Me puse a mirar por el baño si había algo que pudiera hacer o usar en mi ayuda y vi que dentro de la ducha había una cajonera lo suficientemente alta como para que yo no llegara.


Abrí el grifo, me metí debajo, cogí el gel y con una precisión digna de Ray Allen lo coloqué en el estante de arriba. No pretendía lavarme el pelo, pero sabía que el “efecto mojado” ayuda en todo.


Cogí una de las toallas, que por suerte no eran muy grandes, y me la até de tal forma que no enseñaba nada, ni por arriba ni por debajo, pero que poco faltaba. Me fui para la puerta, la entreabrí, y me medio asomé.


Sofía: Carles, por favor, cógeme el gel que no llego! hahahahah Cómo se os ocurre poner eso tan arriba, panda de ogros!


Carles: Eh? Ah, s… sí, voy.


Carles entró y yo estaba dentro de la ducha, con el grifo apagado, haciendo un poco el tonto.


Sofía: Es… que… no… llego!


Iba estirando el brazo sabiendo que la toalla se iba a subir lo justo para que desde dónde estaba él, se intuyera mi culo.


Carles levantó el brazo, lo cogió y me lo acercó. Estaba muy rojo, y cada vez podía disimular menos a dónde miraban sus ojos.


Sofía: Gracias! Te juro que no te molesto más hahahahaha


Estiré el brazo para coger el gel de su mano y, con una actuación digna de un Óscar, hice un leve movimiento con la otra mano que hizo que la toalla se abriera. Para mí, la gracia en un descuido, es que parezca que de verdad es un descuido, por muy preparado que esté, como era el caso. Hice ver que me daba un micro infarto y me agarré la toalla como buenamente pude, dejando uno de mis pechos sin tapar y toda la parte trasera, que aunque no la podía ver, estaba al aire.


Carles se quedó ojiplático, seguía rojo y tenía hasta la boca un poco abierta. Esa. Esa era la cara que yo quería ver.


Carles: Perdón! Perdón!


Se dio la vuelta y se iba dirección a la puerta. Yo ya había tenido lo que quería, pero tenía dos opciones en ese momento. O dejaba que se fuera y todo quedaba en una anécdota graciosa pero morbosa… O culminaba lo que había empezado… Y creedme que me costó decidirme, pero acabé optando por lo obvio, que era la segunda opción.


Sofía: Carles.


Se quedó quieto y ni se giró.


Carles: Qué?


Sofía: Te quieres quedar?


Carles: Qué?


Sofía: Que si te quieres quedar, no me importa.


Carles: Pero… estás segura?


Sofía: Hahahahah te lo estoy pidiendo yo, no?


Carles: No te importa?


Sofía: Ay, si lo sé no te pregunto, hijo.


Carles: No, no, no, me quedo.


Dejé la cortina abierta y abrí el grifo. De primeras Carles solo estaba ahí, no se asomaba a la ducha, ni me estaba viendo, ni nada, solo resoplaba. Yo empecé a ducharme, porque era verdad, me sentía sudorosa y necesitaba quitarme esa sensación.


Empecé a escuchar pasos lentos. Carles se acercó, y se apoyó en la pared contraria a la que estaba, teniendo una visión perfecta de mi cuerpo. Ahí ya pasé a ducharme de forma más… sensual digamos. Empecé a enjabonarme los pechos de forma pausada, apretándolos y recreándome un poco, pero haciendo ver como que él no estaba ahí.


Carles: Dios mío… No me creo que esté pasando esto…


Sofía: Hahahahah qué exagerado… Pero te vas a quedar ahí, no quieres pasar ni nada?


Carles: Ufff… No te enfades, es que me apetece mirar.


Joder, si os hiciérais una idea de lo que me puso esa frase… Me di la vuelta y pasé a enjabonarme la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y rodeando el culo, llevando una de mis manos a mi entrepierna, usando la otra para apoyarme un poco en la pared y así poder inclinarme un poco.


Empecé a masturbarme despacio, pero llevaba un día de tantos calentones que no pude evitar gemir nada más comenzar.


Carles: Joder… Mira cómo me tienes…


Me giré y Carles agarraba su paquete por encima del pantalón. Se le notaba un bulto grande y que el pantalón iba a reventar.


Sofía: Hahahahahaha va, no te cortes.


Carles: No, no, me espero a que termines.


Seguí masturbándome hasta que, al poco tiempo, noté cómo mis dos piernas comenzaban a temblar y mis gemidos se agudizaban un poco más.


Carles: Te vas a correr?


Sofía: Sí…


Carles: Dios…


Sofía: Me… voy… a… uffff…. me… Ah!...


Un gemido diferente al resto pero también suave, dio a entender que ya había culminado. Me encantó, el poder masturbarse para alguien siempre es… genial.


Salí de la ducha, Carles cogió una de las toallas y estiré el brazo para cogerla. Su intención no era la de darme la toalla. Cogió mi brazo y me pasó la toalla por él, de forma suave pero a la vez fuerte. Carles, pese a ser muy bonachón, era un tipo muy grande y gordete, y entre la barba y la cabeza rapada intimidaba un poco, pero hacía las cosas de forma muy segura, y eso siempre me ha gustado.


Me secó los brazos poco a poco, pasó por mi pecho, por mi espalda y llegó hasta mis piernas. Una vez llegó hasta ahí, me pasó la toalla de forma delicada por la entrepierna. Yo me acababa de correr y estaba muy sensible ahí abajo, por lo que otro gemido se escapó de mi boca.


Sofía: Joder…


Carles: Te molesta?


Sofía: No, no, para nada…


Carles se agachó para tener mejor movilidad y siguió pasando con su mano la toalla por mi coño, cada vez haciendo más presión y acelerando un poco el ritmo. Yo separé un poco las piernas para facilitarle el trabajo, y apoyé las manos en sus hombros. Llegados a un punto, Carles ya tiró a tomar por culo la toalla y pasó a masturbarme con las manos.


El tío manejaba, la verdad. Con una mano me metió dos dedos y empezó a jugar con ellos dentro, mientras que con la otra jugaba con mi clítoris. Yo intentaba sentirme mal por tener al chaval ahí haciéndolo todo, pero de vez en cuando también me gusta que tengan iniciativa propia.


Le agarré de la cabeza, ya que el cambio de ritmo me pilló desprevenida, y ahí aprovechó para llevarse una teta a la boca. No era delicado, pero tampoco brusco, lo hacía con la intensidad que requería el momento. Su barba me iba marcando la piel, me arañaba y era áspera, pero sentirla era muy excitante.


Sofía: Carles… Carles… ya… ya…


Estaba a puntito de correrme otra vez. Entonces hizo algo que realmente no sé si es bueno, pero que en ese momento me encendió más si cabe.


Paró. Paró de golpe. Yo tenía las piernas empezando a temblar, y notaba cómo me palpitaba el coño. Estaba tan, pero tan cerca de correrme, que solo podía pensar en terminar.


Sofía: Q.. qué… por qué paras?


No dijo nada. Se levantó, puso las manos en mis hombros, y me puso de rodillas. Seguía sin decir nada, pero creo que no hacía falta. Estaba tan salida en ese momento, que me daba igual todo.


Llevé las manos a sus pantalones y se los bajé, dejándole en un boxer negro muy apretado con una gran mancha húmeda. Le pasé la mano por el bulto. Era grande y estaba duro como una piedra. Bajé el boxer de forma muy lenta. Siempre hay mucha expectación la primera vez que vas a ver a alguien desnudo. Normalmente, asociamos a la gente más subida de peso con atributos más pequeños, pero os aseguro que no era el caso.


Cuando terminé de bajar el bóxer por su último centímetro de carne, una polla gorda y grande dio a parar en mi mejilla, dejando un hilo de líquido preseminal desde mi cara hasta su punta.


Era una polla a proporción. Es decir, lo mismo una polla de ese tamaño en un cuerpo como el de Carles no parecía algo descomunal, pero os recuerdo que es un tipo que pasaba del 1,90 y de los 110kg y que yo no llego al 1,55.


La cogió por la base y siguió pasando el glande por mi mejilla, por mis labios… Yo como ya había asumido lo de dejarme hacer, cuando la noté en los labios abrí la boca y saqué un poco la lengua para facilitar el acceso, cosa que hizo poco a poco.


Primero metía solo la punta en la boca, mientras con la otra mano me cogía con delicadeza de la cara. Poco a poco la fue metiendo más, y la sacaba despacio. Cuando ya notó que entre mi saliva y su propio fluido ya estaba todo bien lubricado, empezó a acelerar el ritmo.


Estuve un rato dejándome follar la boca, ya que no era de esos burros que la meten hasta los topes y siempre es agradable disfrutar de una sesión de sexo sin arcadas ni falta de oxígeno.


Debido a una diferencia notable de altura entre ambos, la posición estaba empezando a ser cada vez más antinatural para él. Apartó mi ropa de la banqueta y, sin dejar de subir y bajar la mano por su miembro, se sentó a observarme.


Yo seguía de rodillas con las piernas medio temblorosas, y como no estaba acostumbrada al papel que me había tocado hacer ese día, no sabía bien bien qué hacer, así que esperé a ver cómo avanzaba todo.


No pasaron muchos segundos hasta que sugirió que diéramos un paso más.


Carles: En mi cartera tengo condones.


Estaba intentando ser un poco más consciente de las cosas que podían pasarme si seguía yendo de cabra loca por la vida, así que cogí la cartera de su pantalón, cogí un condón, me levanté y caminé hacia él. Me senté sobre sus piernas, tocando la base de su polla con mi coño y le di el condón.


Mientras él lo abría despacio, yo me dediqué a masturbarle con las dos manos. Soy la primera que defiende la expresión “el tamaño no importa”, y la defenderé hasta que me muera, porque me lo he pasado de lujo con chorras de todos los tamaños, pero me encanta eso de poder pajear una polla con ambas manos, llamadme hipócrita si queréis 🤣


Disfrutamos ambos de esa situación durante un rato, y una vez se puso el condón me levantó, me dio la vuelta y empezó a pasarme la punta por mi vagina de adelante hacia atrás. Estaba empapada, me había quedado tan al borde del orgasmo que creía que no iba a tardar ni 5 segundos en correrme. Por mi cabeza solo pasaba el “métemela de una vez”, y en otra situación hubiera sido yo misma la que hubiera cogido y “raca, padentro”. Pero eso estaba siendo divertido también.


Me cogió por la cintura con su enorme mano y empezó a introducirla poco a poco.


Sofía: Uuuh… Joder… sí que estoy sensible…


Una vez ya toda dentro, y con sus dos manos sobre mi cintura, ahora sí que había llegado el momento en el que tenía que actuar yo. Lo que me gusta de una postura así, es que yo misma controlo el ritmo. Y estando como estaba, el ritmo iba a ser bastante movido.


Coloqué mis manos sobre las suyas, las apreté, enviándole el mensaje de que quería que él me apretara, cosa que captó de primeras, y empecé a mover mis caderas muy rápido sin separar mi culo de su regazo.


Ya he comentado varias veces que no soy muy fan del sexo con penetración, que raras veces me apetece o me gusta, pero llegar a esa conclusión me llevó bastantes años de práctica… Por lo que, sin querer echarme muchas flores, no es algo que se me dé precisamente mal.


Carles jadeaba y gruñía (chicos, sed ruidosos, de verdad que nos encanta) mientras sus manos recorrieron mi cintura y mis costillas hasta llegar a las tetas. Me las apretaba con firmeza, dejando mis pezones entre sus dedos, con los que iba jugando de tanto en tanto.


Yo estaba intentando no correrme muy deprisa, porque aunque podía seguir, estaba disfrutando mucho de la sesión. Pero la idea de Carles era otra.


Una de sus manos subió por mi busto hasta alcanzar el cuello, que apretó con la fuerza justa para que fuera muy morboso, sin rozar el ahogamiento. Se acercó a mi oído y me susurró algo.


Carles: Córrete… sé que estás a punto.


Todavía me pone la piel de gallina recordar ese momento. Seguí moviéndome, acelerando el ritmo poco a poco mientras Carles me apretaba el cuello cada vez con un poco más de fuerza. Llegué a mi límite, ya no pude aguantar más y por mi boca empezaron a salir gemidos ahogados.


Sofía: Ah… Ya… jod… ya… AH!


Notaba cómo las paredes de mi vagina se contraían y podía hasta sentir las palpitaciones en la polla de Carles. La parte interior de mis muslos temblaba y en ese momento no sabía ni cómo cojones me iba a levantar. Cosa por la que tampoco tuve que preocuparme mucho.


Al notar que yo ya había terminado, Carles me tumbó en la banqueta, se sacó el condón y se puso a masturbarse a la altura de mi cara, quedando yo en medio de sus piernas.


No decía nada, pero sí era muy expresivo en cuánto a expresiones, movimientos, ruidos… Pude notar que se iba a correr cuando su respiración se aceleraba y se entrecortaba.


Carles: Uff… no p… no puedo más… me corro…


Acercó más la polla a mi cara, y por como estaba puesta, lo único que pude hacer era sacar la lengua. Pero la boca no era su objetivo.


Agitaba su polla de una forma muy agresiva y pude ver como de golpe paró a la altura del glande, para volver a reanudar la marcha con unos movimientos mucho más lentos, pero apretándosela bastante más fuerte.


Imagino que es una forma de controlar mejor la corrida, ya que empezó a correrse de forma abundante pero controlada. Un primer lefazo cayó por toda mi cara, llegando desde la barbilla hasta la frente, seguido de otros tantos que no pude ver, ya que por acto reflejo cerré los ojos.


Notaba cómo iban cayendo, unos más largos, otros más densos, otros simplemente gotas, pero todos dentro de su objetivo, sin salir ninguno disparado hacia la nada. Abrí la boca para coger una bocanada de aire, que entró acompañada por su polla, todavía dura y empapada.


Estuve chupando hasta que, poco a poco, se empezó a desinflar. Carles se separó de mí y me acercó una toalla.


Sofía: Te has quedado a gusto, eh? Hahaha


Carles: Ya, perdona, es que cuando me vengo arriba…


Sofía: Pero me he quejado yo en algún momento?


Carles: Te puedo pedir algo?


Sofía: Me pides permiso para pedirme algo pero no para correrte en mi cara? Caballeros así ya no quedan hahahaha Dime.


Carles: Esto que ha pasado… Podría quedar entre tú y yo?


Sofía: A ver… No me digas que tienes novia…


Carles: No, no, para nada, pero es que soy muy reservado con mi vida personal, y si vamos a venir a ensayar y eso… No me gustaría que hubiera malos rollos o miradas raras.


Sofía: Pues mira, me parece perfecto. Chocamos la mano? Como que ya no hace falta, no?


Carles: Hahahahaha siempre con el cachondeo… te lo agradezco, en serio.


Me pegué una ducha, por lo obvio, y Carles se quedó en el baño conmigo. Hubo un intento de masturbación por su parte, pero resultó ser de los que una vez terminan, necesitan su tiempo. 100% respetable.


Una vez limpia, hicimos lo planeado en un principio, que era ver los vídeos de la versión acústica para el ensayo y Carles me acercó a mi casa.


Me fui a dormir con una sensación rara. Me había encantado ese encuentro, lo había disfrutado un montón. Quería seguir jugando a mis chorradas sin necesidad de crear algún tipo de enemistad... Cosa que, en ese momento, veía muy complicado.

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Perdonad que haya tardado tanto! Pero entre que no ando muy motivada y casi no saco tiempo para escribir… Espero que hayáis disfrutado de la lectura, espero con muchas ganas vuestras reacciones y comentarios!


Un saludo a todos!

BRU - TAL. Poco más que añadir 🤘
 
Muy buenas! Perdón por la espera, pero no ando muy inspirada últimamente y todo lo que escribo lo acabo borrando 3847583475683745345 veces. Tengo mucha presión (mía, por supuesto) en no bajar el listón y eso me pasa factura.


Pero fuera dramas, que aquí venimos a divertirnos! Os dejo con la continuación!

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Ya habían pasado un par de meses desde aquella prueba, y la verdad que estaba súper contenta y motivada con los ensayos. Pasamos de quedar un día a la semana a quedar dos y hasta 3 veces. Fuera de los ensayos, mi vida seguía igual. Iba a clase, luego al súper a trabajar, cuando podía me juntaba con Ginesta y con Marcos y de vez en cuando jugaba con algunos de mis conocidos “contactos”. Sí que había cogido el mal hábito de beber y fumar entre semana, pero bueno, las estrellas de rock somos así (equisdé, es una bromi).


Yo cada vez estaba más suelta y con más confianza con el resto de integrantes de la banda (no en el sentido que estáis pensando, guarros) y salvo alguna broma jocosa y alguna mirada a mis tetas (cosas de ir sin sujetador por la vida) no había pasado nada con ninguno/a de los compis. Me estaba comportando.


Esa semana, uno de los días que escogimos para el ensayo, fue el domingo por la mañana, así aprovechábamos el terreno que tenían allí, y ya que no hacía demasiado frío pese a ser Noviembre, podíamos hacer una mini-barbacoa o, como yo la llamo, barbacoa.


El plan era simple y atractivo, quedar sobre las 10, ensayar hasta las 12:30/13:00 y luego ya comer y lo que surgiera. Lo bueno de tener alquilado un local entero en un recinto así, es que no es algo que vaya por horas, y te puedes estar el tiempo que quieras cuando quieras, una maravilla, la verdad.


La noche del sábado al domingo fue movidita, pero no por mi parte. Ginesta vino a casa, como muchos sábados y, como muchos otros sábados desde su “encuentro” con Gabri, se acostaron juntos. Puede que haya sonado a celosa, pero ni mucho menos, casi siempre era espectadora en primera fila de sus cópulas, solo que soy humana y hay veces que me apetece descansar, y más cuando tengo un ensayo al día siguiente por la mañana.


A parte de levantarme cansada, porque Ginesta es mala de nacimiento, sabe que me flipa escucharla, y se dedicó a no cortarse un pelo y no dejarme dormir, estaba más salida que la proa del Titanic, precisamente por el mismo motivo que me causó el insomnio.


Me pegué una ducha de esas que desearías quedarte a vivir allí dentro para siempre, y me fui a vestir. Lo recuerdo como si fuera ayer, era pleno noviembre, era por la mañana, y estábamos a 15 grados, así que no me preocupé del frío y para la ocasión escogí unos pantalones de los Celtics (los he tenido que jubilar este año, un minuto de silencio por ellos, que me costaron 40 pavos), y por culpa de la calentura que llevaba encima, una camiseta de tirantes con la que no tuviera ningún tipo de problema si quería “jugar” a los descuidos. Me até las converse y bajé a esperar a Marcos, que el pobre parecía mi taxista personal.



Puntual como un reloj, ya me hacía aspavientos desde su asiento por mis 10 minutos de retraso.


Marcos: Tú siempre igual, eh?


Sofía: Mira, calla, que no he pegado ojo y voy con una marcha menos.


Marcos: Hahahahahahaha a saber qué habrás hecho, viciosa.


Marcos arrancó el coche y nos pusimos en marcha.


Sofía: Pues para tu sorpresa, yo nada, pero estos dos estuvieron dale que te pego hasta las tantas y no me pude dormir hasta que terminaron.


Marcos: Joder con el bueno de Gabri, ya me dirá cómo lo hace, que yo hasta la fecha aún no he conseguido quedar a solas con Ginesta.


Sofía: Oye que si os molesto no voy, eh? hahahahaha


Marcos: Hostia cómo vienes tú hoy hahahahah Ya sabes a lo que me refiero, mujer.


Sofía: Encima de estar ahí escuchándoles con el tracatraca, y la otra que ya sabes que es una escandalosa…


Marcos: Vamos, que vas cachonda perdida.


Sofía: Me voy a follar el freno de mano, Marcos.


Los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me gustaba la confianza que tenía con gente como Marcos, esas bromas siempre escandalizan a más de uno y de una.


Marcos: Imagino que la camiseta esa que llevas tiene algo que ver con que vayas así de salida, no?


Con las luces de mi casa ni me di cuenta, cogí una de tirantes roja de esas básicas (entre la camiseta roja y los pantalones verdes parecía sacada de una peli de Navidad), que son cómodas, pero a la vez me es muy fácil hacer que se me salga todo. Pero de lo que no me di cuenta es de que iba marcando los pezones de una forma exagerada.


Sofía: Me cago en la puta hahahaha Por dios, dime que tienes una sudadera que dejarme!


Marcos: En el maletero tengo una y me va un poco pequeña, pero no sé si dejártela…


Sofía: Solo me rodeo de gente mala, a cada cuál peor.


Marcos: Va, enséñales las tetas a ese pelotón de ahí, y no solo te la dejo, te la regalo.


Vivíamos en una zona de montaña cerca de la típica carretera que sube hasta arriba del todo, por lo que los pelotones de ciclistas eran considerados fauna autóctona de allí, y justo estábamos por adelantar a un grupito.


Sofía: En serio me propones eso pensando que en algún momento voy siquiera a dudarlo?


Marcos: No serás capaz.


Antes de que acabara de decir “capaz”, justo a la altura de la mitad del pelotón, me bajé la camiseta y pegué las tetas contra la ventana del coche. No hacía frío, pero la ventana parecía sacada directamente del corazón de vuestros/as ex.


Marcos redujo drásticamente la velocidad, dando tiempo al pelotón a que se avisaran unos a otros. Todo era un ambiente bastante festivo, la verdad, ya que estábamos todos, tanto dentro como fuera del coche, muriéndonos de risa.


Recordáis lo que he dicho de que solo me rodeo de gente mala? Pues Marcos, en un total alarde de ser el mismísimo sucesor de Morgoth, pero en cabrón, no aceleró el coche en ningún momento para que pudiéramos pillar en rojo el semáforo que había unos metros más adelante.


Sofía: Eres lo peor, me vas a regalar la sudadera y el puto coche también.


Marcos: Hahahahah disfruta, que ahí viene tu público!


Sofía: Son ciclistas, es un semáforo, obviamente, no van a parar.


Es lógico pensar eso, no? Los ciclistas y los semáforos son enemigos por naturaleza. Como los taxistas y los ciclistas. O los autobuseros y los ciclistas. O los demás conductores y los ciclistas. O los ciclistas y otros ciclistas. Malditos ciclistas, han destrozado el ciclismo.


Pues, para sorpresa de todos, en ese semáforo sí pararon. Me saludaban, sonreían, uno me hacía el gesto de bajarme la camiseta… Tampoco fueron groseros, cosa que hizo que la anécdota me siga pareciendo muy divertida a día de hoy. Antes de arrancar, les hice un amago de que me iba a bajar la camiseta, pero les dejé con las ganas.


Marcos: Estás de la olla hahahahaha


Sofía: Pero si luego voy a la playa y me paso el día en tetas, ya ves tú.


Marcos: Te has ganado esa sudadera.


Llegamos al recinto y, pese a los nervios y ansiedad de Marcos porque “es que vamos a llegar tarde porque eres una tardona bla bla bla”, fuimos los primeros en llegar. Marcos abrió la verja con el mandito, dejamos el coche aparcado y nos bajamos.


Hacía un día de puta madre. Eran las 10 de la mañana y hacía sol, se podía estar en tirantes, no había ni una puta nube en el cielo… Parecía finales de Mayo, un lujo. Cogimos la bebida y la carne que habíamos traído, Marcos me dio MI sudadera, y pasamos para dentro del local.


Guardamos todo en la nevera, Marcos empezó a afinar su guitarra y a hacer unas primeras pruebas de sonido para que todo estuviera listo cuando los demás llegaran, mientras yo le ayudaba con los “ssssssi” “ssssssssi” del micro. Trabajo en equipo, chavales.


No tardaron mucho en llegar los demás, a los 10 minutos ya estaban allí Nadia y Aarón, y cuando no habíamos ni terminado de saludarles, entraron Fran y Carles.


Nadia: Joder, al final soy la única mongola que ha venido en pantalón largo. Bueno, y Fran, pero lo suyo ya es de estudio.


Fran: Sí, en Massachusetts ya están contactando conmigo para empezar las pruebas.


Sofía: Tu madre no te iba a dejar ir tan lejos tú solo.


Carles: Bueno, Sofía se ha ganado no hacer la carne! Punto para ella!


Fran: Tampoco iba a llegar a la parrilla.


Sofía: Qué cabrón hahahahhaha Yo esto lo veo un empate.


Me gustaba TANTO, ese ambiente que había de “te tiro puyita, me la devuelves” pero luego todo eran risas… Me sentía como en casa, eran todos una gente maravillosa, la verdad. Estuvimos 5 minutos de charla pre-ensayo, y tras hacerle 4 últimos apaños al sonido del micro, empezamos a ensayar.


A la hora y pico decidimos hacer un poco de pausa, y aprovechando el buen día salimos a fumar fuera. Había unas mesitas a la sombra de un árbol, y nos pusimos allí a hablar todos con todos. Yo estaba sentada en la mesa con los pies en la banqueta, y Nadia se me acercó.


Nadia: Tía, no te asas con la sudadera puesta?


Sofía: Como un puto pollo, pero es que mira.


Me abrí la sudadera y le enseñé el panorama. Se me marcaban hasta las areolas de los pezones. Nadia se puso roja como un tomate y pude notar un ligero suspiro que salía de su boca. Lo había hecho a propósito? Obvio.


Nadia: Hahahahahaha pero joder, es que no te miras antes de salir de casa?


Sofía: Tú te crees que si me hubiera visto hubiera venido así? Menos mal que Marcos me ha podido dejar la sudadera.


Nadia: Bueno, menos mal para ti, que el resto nos perdemos el espectáculo hahahahah


Sofía: Oye! hahahah descarada!


Volvimos ambas a la conversación con el grupo y al cuarto de hora más o menos ya estábamos listos para volver.


Aarón: Bueno, creo que ya es hora de seguir!


Carles: Padentro todo el mundo.


Yo estaba empanada, mirando vete a saber qué, lo mismo una hoja de árbol que se había caído o algún pájaro. La cosa es, que al pasar cerca de mí, Nadia me pellizcó a modo de broma en uno de mis pezones para despertarme de mi empanada monumental. Funcionó, vaya si funcionó, pero ese día no era el mejor para hacer ese tipo de cosas. Me subió un cosquilleo desde los pies hasta la base de la nuca, y no pude evitar que se me escapara un ligero gemido, imperceptible para el resto, pero que Nadia escuchó en primera persona.


Nadia: Joder, sí que los tienes sensibles hahahahah

Sofía: Mi… mira! Calla eh! El daño que me has hecho…


Intenté disimular, pero no me salió muy bien la cosa. Igual que con los chicos soy muy valiente y muy echada para adelante, con las chicas me pongo nerviosa. Cosa que desde fuera es bastante divertido de ver en mi opinión.


Nadia: Sí, ya, daño, sí hahahahah


Sofía: Ahora verás!


Salí corriendo tras ella y echó a correr para esconderse detrás de Carles entre risas.


Sofía: Ya saldrás de ahí! Cobarde!


Marcos: No, no, no, aquí si os vais a pelear, que sea en bikini y en el barro.


Aarón: Eso, eso!


Sofía: Ya verás cuando te coja!


Nos gritamos un par de tonterías más y seguimos con el resto del ensayo. Terminamos con la canción de Zombie, de The Cranberries y cuando estábamos recogiendo las cosas, Carles se acercó a mí.


Carles: Por cierto, me estoy aprendiendo esta misma canción pero en versión acústica. Cómo lo ves para hacerla?


Sofía: Hostia, pues tiene que sonar genial… Sí, sí, dale!


Una vez todo estaba recogido, Aarón y Fran salieron para empezar a hacer el fuego, Marcos y Carles fueron a por un bidón, y Nadia y yo sacamos el hielo, las cervezas y la carne para fuera.


La escena me da nostalgia a día de hoy cuando la pienso. Qué de domingos pasamos así. La barbacoa en un lateral, las mesas a la sombra, los bidones con hielo hasta arriba de birras… Como el trabajo ya estaba hecho, me abrí una cerveza, me bebí media de un trago y empecé a incitar a Marcos a la mala vida.


Sofía: Marcos… dime un número del 1 al 10.


Marcos: Qué dices tú ahora?


Sofía: Un número del 1 al 10, no es tan difícil.


Marcos: Yo qué sé… el 7.


Sofía: Te toca hacerte un porro.


Marcos: Hija de puta, en lo que te conozco no te he visto liar ni una sola vez.


Sofía: Es que a ti te quedan muy chulos.


Nadia: Eso mismo, eso es un arte y tú eres todo un artista!


Aarón: El DaVinci de los canutos!


Marcos: Sois una panda de pelotas…


A Marcos no hacía falta liarle mucho, pero le gustaba hacerse de rogar. En 5 minutos ya tenía hecho su característico Cuerno de Gondor y empezamos a fumar para acompañar las birras. Ni frutos secos ni hostias. Porrillos. Así he acabado.


Después de un buen rato entre risas, cervezas, más sustancias y el buen tiempo, empezó a llegar un olorcito a carne… Ya se acercaba la hora de comer. Nadia y yo repartimos los platos y los cubiertos de plástico y los cocineros trajeron las dos bandejas bien rebosantes de churrascos, chistorras, butifarras… Madre mía, son las 3 y media de la madrugada, pero lo pienso y me da un hambre…


Empezamos a arrasar con todo de una manera un tanto grotesca. Pronto, los cubiertos pasarían a un segundo plano y solo se oía el ruido de masticar, como si de una manada de lobos fumados se tratase. Como en toda barbacoa que se precie, sobró algo para aprovechar en la merienda, incluso para cenar o comer al día siguiente. Terminamos el manjar con un chupito de ratafía (por si alguien no lo sabe, es un licor muy típico en Cataluña) que Carles había traído, y seguimos con nuestras conversaciones sobre todo y nada.


Una vez bajó un poco la comida, Aarón se acercó al maletero de su coche para poner la guinda al domingo… Volvió levantando en sus brazos, al más puro estilo Rafiki y Simba, una pelota de baloncesto. Marcos y Carles empezaron a hacer ruidos como de neandertal, a darse golpes en el pecho y espalda el uno al otro y a correr para la zona de las canastas, que estaba al lado. Hombre tener pelota. Hombre estar contento.


Nadia, Fran y yo nos quedamos atónitos ante tal muestra de testosterona. Aarón les tiró la pelota, Carles la botó muy fuerte contra el suelo con ambas manos y Marcos la recogió en el aire dando un salto totalmente innecesario. Aarón echó a correr hacia ellos gritando “PÁSALA PÁSALA”, para luego tirar un triple lamentable que ni tocó aro. En ese momento lo tuve claro, esos eran mis amigos.


Nadia: Madre mía, ya nos podemos despedir de ellos.


Sofía: Pero, por qué? Vamos para allí nosotros también.


Fran: Yo es que con el deporte…


Sofía: Eso ni es deporte ni es nada, es hacer el tonto con los colegas.


Fran: Yo me quedo aquí.


Nadia: Yo también, si eso ahora me acerco.


Marcos sabía que yo había jugado a básket desde pequeña (podéis hacer todos los chistes que queráis, pero no me vais a decir nada que no me hayan dicho ya), pero el resto no… Era la oportunidad de lucirme, algo que siempre me ha gustado, para qué mentir.


Estaban haciendo una especie de 1vs1 por turnos, tirando por tirar… Como un calentamiento, pero con alcohólicos y drogadictos en vez de con jugadores. Cuando Marcos vio que me acercaba, le hice un gesto con el dedo para que se callara, y le pedí el balón.


Lo cogí, me acerqué a ellos botándolo como si tuviera algún tipo de disfunción y tiré a canasta de forma ridícula, con una mecánica que haría llorar a Steph Curry.


Sofía: Venga, va, Aarón y yo contra vosotros dos.


Aarón: Sí hombre, yo para que me humillen ya tengo el Counter.


Marcos: Va, que será divertido.


Me guiñó un ojo, me conocía y me estaba viendo venir de lejos.


Sofía: Va, sacamos nosotros. Toma!


Estuvimos un rato haciendo un poco el tonto, me dejaban espacio para tirar, me la devolvían cuando fallaba… En una de estas, Carles se puso a marcarme de frente.


Carles: Va, ahora ya voy en serio!


Una vez se acercó a mí, la boté por debajo de sus piernas, la cogí, hice un reverso justo en la cara de Marcos y metí canasta con una bandeja a mano cambiada que creo que en mi vida me había salido tan perfecta.


Carles: Filla de puta… Cómo nos has vacilado.


Sofía: Juego a esto desde los 7 años, os voy a hundir en la mierda.


Aarón: Hostias hahahaha Ahora no me la pases, que no voy a estar a la altura.


Nos pusimos a jugar en serio y joder, que tarde tan divertida. Aprovechaba cuando Marcos me marcaba para darle la espalda, pegarle el culo en el paquete y ponerle nervioso.


Marcos: Joder, es que así no hay quién se concentre!


Le pasé la pelota a Aarón, que tiró, y poniendo cuerpo para coger el rebote, le pasé la mano por el paquete a Marcos, que ya estaba medio morcillón.


Sofía: Estamos a lo que estamos o qué?


Marcos: Así no se puede…


Aarón falló el tiro y el rebote lo cogió Carles (sí, he jugado a basket, pero me sacaban dos cabezas) y cuando estaba saliendo para fuera de la línea de 3, vi cómo se acercaba Nadia.


Nadia: Chicos, puedo yo?


Marcos: Sí, cámbiate por mí, que yo me tengo que ir ya. Te vas con alguno de ellos, Sofi?


Sofía: Sí, claro, no te preocupes!


Carles: Yo me voy a sentar un rato, que no suelo hacer deporte.


Aarón: Yo voy a por una birra, que estoy seco.


Nadia: Jooo, ahora que llego yo vais a parar?


Sofía: Tranqui mujer, va, que te enseño a tirar.


Nadia: Quién te ha dicho a ti que no sé tirar?


Sofía: Ah, perdona.


Nadia: Hahahahah te estaba vacilando, no tengo ni puta idea.


Le enseñé un poco lo básico. Cómo poner los pies, el movimiento de rodillas, la posición de las manos…


Sofía: Mira, esta mano solo la aguanta, tienes que hacer el arco con este brazo…


Nadia: Uy, qué cerquita, no me acose, entrenadora hahahaha


Sofía: E… es que… Joder, yo aquí enseñándote y tú tomándotelo a cachondeo.


Nadia: Hahahah que estoy de broma, a ver, entonces la fuerza viene desde abajo… me incorporo y tiro!


No fue una mierda de tiro, pero tampoco estuvo genial. Oye, para ser el primero que probamos, ni tan mal.


Nadia: Casi! Lo has visto! Joder, parezco una profesional.


Sofía: Hahahahah no te vengas arriba, va, otra vez.


Me acerqué a ella botando la pelota e hizo un intento de quitármela.


Sofía: Huy, pues no te queda nada para quitarme a mí la pelota.


Nadia: Sí, eh?


Empezó a intentar quitarme la pelota, pero mal. Corriendo hacia la pelota, rodeándome, metiendo la mano para robarla… Como vio que eso no funcionaba, probó directamente con el contacto físico. Me agarraba del brazo, de la sudadera, pero ni por esas.


Nadia: Joder, así no es divertido!


Sofía: Para mí sí!


Le hice una pequeña finta, y cuando pasé por su lado le di un azote, bastante sonoro, en el culo. Ahora fue ella la que soltó un ligero ruido más parecido a un gemido que a una queja.


Nadia: Ufff… Maldita!


Sofía: Aquí te espero!


Se acercó a mí, pero en vez de ir a por la pelota, fue directa a mis tetas, concretamente a uno de mis pezones, como ya hizo antes, y como antes pasó, el mismo escalofrío me subió hasta la nuca. Esta vez el disimulo me salió de 10 e hice ver como que me había hecho daño. Se acercó mucho a mí, preocupada por si se había pasado.


Nadia: Perdona, perdona! No te quería hacer daño.


Me puse muy cerca de su cara y le susurré.


Sofía: No calientes lo que no te vayas a comer…


Se quedó muy roja y abrió mucho los ojos de primeras, pero sonrió.


Nadia: Y quién te dice que no me lo voy a comer?


Me dio un pequeño mordisco en el labio, y ahora sí, consiguió cogerme la pelota.


Nadia: Wuuuh! Sí! He ganado yo! Jódete!


Alzaba la pelota como si fuera un trofeo y yo seguía atónita, entre el calentón que ya llevaba de serie, y que me estaban ganando en mi propio terreno… Iba a explotar.


Nadia: Va, vamos a por una birra, hay que celebrarlo!


Sofía: S… sí, mejor…


Nos acercamos a la mesa con el resto de la banda, ya un poco cansados todos. Nos abrimos una cerveza cada una y nos sentamos con ellos.


Nadia: Fran, Aarón, si queréis que os lleve tiene que ser después de la birra, que tengo que ir a casa de Miquel a llevarle unas cosas.


Aarón: Ah, pero habéis vuelto?


Nadia: Nah, ni ganas, voy a llevarle unas cosas que quedaban en mi piso y solo coincidíamos hoy.


Bingo. Si algo no soporto es meterme en medio de una relación, pero parece ser que tenía vía libre en el caso de que sus “travesuras” fueran en serio.


Sofía: Carles, me acercas tú entonces? Me han dejado aquí sola y desamparada.


Carles: Sí, claro, pero tienes prisa? Así me baja un poco el alcohol y eso.


Sofía: No, no, sin problema, así miramos lo de la versión acústica.


Nadia se terminó la cerveza, se despidió y se marchó junto a Aarón y Fran.


Carles: Vamos dentro si quieres, que ya se está yendo el sol.


Sofía: Sí, mejor.


Entramos al local y nos sentamos en el sofá para ver los vídeos de la versión de Zombie, y ahí fue dónde vino el primer problema de ir todo el día en sudadera y haber estado jugando a basket. Una de las cosas que más vergüenza me da en la vida, es que alguien pueda notar mi olor corporal por haber sudado, aunque no huela a absolutamente nada, pero me hace estar muy inquieta e incómoda. Recordé que en el local había ducha y toallas, y aunque no llevaba ropa para cambiarme, ni que fuera me podía dar un agua.


Sofía: Carles, me sabe muy mal cortarte, pero te importa si me doy una ducha rápida? Es que de estar correteando de arriba a abajo me da miedo apestarte en la cara, y si vamos a estar aquí un rato…


Carles: Ah, no, no, sin problema, te enseño dónde están las toallas y demás.


Pasamos para el baño y ahí mi cabeza, mis hormonas y mi calentón de todo el día empezaron a hacer que por mi mente pasaran muchos pensamientos intrusivos. En ningún momento me había pasado nada sexual por la cabeza con Carles, pero al estar los dos solos y, perdón por ser pesada con lo mismo, que llevaba desde la mañana salida perdida, no lo podía evitar.


Carles se agachó y del armario cogió un par de toallas blancas, en ese momento aproveché para quitarme la sudadera, solo la sudadera, pero todos sabemos qué es lo que había debajo. El haber estado haciendo deporte y el cambio de temperatura no ayudaba, tenía los pezones y las areolas completamente marcados. En una camiseta de un color más claro hubiera ido transparentando sin ninguna duda.


Carles se incorporó con las toallas.


Carles: Las toallas las limpiamos uno cada semana, no te preocupes que están todas lim…pias…


Sofía: Vale! Gracias!


Miró para todos los sitios posibles para que no notara que había estado mirando dónde yo pretendía que mirara. Le cogí las toallas de las manos, rozando una de mis manos con la suya.


Carles: N… necesitas algo más?


Sofía: No, gracias! Si va a ser un momento!


Carles salió, cerró la puerta, y yo aproveché para desvestirme toda. Lo primero que hice fue llevarme la mano a la entrepierna. Efectivamente, estaba mojada. No aquello que digas “TSUNAMIII”, pero estaba bien mojada.


Los pensamientos intrusivos seguían rondándome y ya llegó un punto en el que cedí a ellos. Me puse a mirar por el baño si había algo que pudiera hacer o usar en mi ayuda y vi que dentro de la ducha había una cajonera lo suficientemente alta como para que yo no llegara.


Abrí el grifo, me metí debajo, cogí el gel y con una precisión digna de Ray Allen lo coloqué en el estante de arriba. No pretendía lavarme el pelo, pero sabía que el “efecto mojado” ayuda en todo.


Cogí una de las toallas, que por suerte no eran muy grandes, y me la até de tal forma que no enseñaba nada, ni por arriba ni por debajo, pero que poco faltaba. Me fui para la puerta, la entreabrí, y me medio asomé.


Sofía: Carles, por favor, cógeme el gel que no llego! hahahahah Cómo se os ocurre poner eso tan arriba, panda de ogros!


Carles: Eh? Ah, s… sí, voy.


Carles entró y yo estaba dentro de la ducha, con el grifo apagado, haciendo un poco el tonto.


Sofía: Es… que… no… llego!


Iba estirando el brazo sabiendo que la toalla se iba a subir lo justo para que desde dónde estaba él, se intuyera mi culo.


Carles levantó el brazo, lo cogió y me lo acercó. Estaba muy rojo, y cada vez podía disimular menos a dónde miraban sus ojos.


Sofía: Gracias! Te juro que no te molesto más hahahahaha


Estiré el brazo para coger el gel de su mano y, con una actuación digna de un Óscar, hice un leve movimiento con la otra mano que hizo que la toalla se abriera. Para mí, la gracia en un descuido, es que parezca que de verdad es un descuido, por muy preparado que esté, como era el caso. Hice ver que me daba un micro infarto y me agarré la toalla como buenamente pude, dejando uno de mis pechos sin tapar y toda la parte trasera, que aunque no la podía ver, estaba al aire.


Carles se quedó ojiplático, seguía rojo y tenía hasta la boca un poco abierta. Esa. Esa era la cara que yo quería ver.


Carles: Perdón! Perdón!


Se dio la vuelta y se iba dirección a la puerta. Yo ya había tenido lo que quería, pero tenía dos opciones en ese momento. O dejaba que se fuera y todo quedaba en una anécdota graciosa pero morbosa… O culminaba lo que había empezado… Y creedme que me costó decidirme, pero acabé optando por lo obvio, que era la segunda opción.


Sofía: Carles.


Se quedó quieto y ni se giró.


Carles: Qué?


Sofía: Te quieres quedar?


Carles: Qué?


Sofía: Que si te quieres quedar, no me importa.


Carles: Pero… estás segura?


Sofía: Hahahahah te lo estoy pidiendo yo, no?


Carles: No te importa?


Sofía: Ay, si lo sé no te pregunto, hijo.


Carles: No, no, no, me quedo.


Dejé la cortina abierta y abrí el grifo. De primeras Carles solo estaba ahí, no se asomaba a la ducha, ni me estaba viendo, ni nada, solo resoplaba. Yo empecé a ducharme, porque era verdad, me sentía sudorosa y necesitaba quitarme esa sensación.


Empecé a escuchar pasos lentos. Carles se acercó, y se apoyó en la pared contraria a la que estaba, teniendo una visión perfecta de mi cuerpo. Ahí ya pasé a ducharme de forma más… sensual digamos. Empecé a enjabonarme los pechos de forma pausada, apretándolos y recreándome un poco, pero haciendo ver como que él no estaba ahí.


Carles: Dios mío… No me creo que esté pasando esto…


Sofía: Hahahahah qué exagerado… Pero te vas a quedar ahí, no quieres pasar ni nada?


Carles: Ufff… No te enfades, es que me apetece mirar.


Joder, si os hiciérais una idea de lo que me puso esa frase… Me di la vuelta y pasé a enjabonarme la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y rodeando el culo, llevando una de mis manos a mi entrepierna, usando la otra para apoyarme un poco en la pared y así poder inclinarme un poco.


Empecé a masturbarme despacio, pero llevaba un día de tantos calentones que no pude evitar gemir nada más comenzar.


Carles: Joder… Mira cómo me tienes…


Me giré y Carles agarraba su paquete por encima del pantalón. Se le notaba un bulto grande y que el pantalón iba a reventar.


Sofía: Hahahahahaha va, no te cortes.


Carles: No, no, me espero a que termines.


Seguí masturbándome hasta que, al poco tiempo, noté cómo mis dos piernas comenzaban a temblar y mis gemidos se agudizaban un poco más.


Carles: Te vas a correr?


Sofía: Sí…


Carles: Dios…


Sofía: Me… voy… a… uffff…. me… Ah!...


Un gemido diferente al resto pero también suave, dio a entender que ya había culminado. Me encantó, el poder masturbarse para alguien siempre es… genial.


Salí de la ducha, Carles cogió una de las toallas y estiré el brazo para cogerla. Su intención no era la de darme la toalla. Cogió mi brazo y me pasó la toalla por él, de forma suave pero a la vez fuerte. Carles, pese a ser muy bonachón, era un tipo muy grande y gordete, y entre la barba y la cabeza rapada intimidaba un poco, pero hacía las cosas de forma muy segura, y eso siempre me ha gustado.


Me secó los brazos poco a poco, pasó por mi pecho, por mi espalda y llegó hasta mis piernas. Una vez llegó hasta ahí, me pasó la toalla de forma delicada por la entrepierna. Yo me acababa de correr y estaba muy sensible ahí abajo, por lo que otro gemido se escapó de mi boca.


Sofía: Joder…


Carles: Te molesta?


Sofía: No, no, para nada…


Carles se agachó para tener mejor movilidad y siguió pasando con su mano la toalla por mi coño, cada vez haciendo más presión y acelerando un poco el ritmo. Yo separé un poco las piernas para facilitarle el trabajo, y apoyé las manos en sus hombros. Llegados a un punto, Carles ya tiró a tomar por culo la toalla y pasó a masturbarme con las manos.


El tío manejaba, la verdad. Con una mano me metió dos dedos y empezó a jugar con ellos dentro, mientras que con la otra jugaba con mi clítoris. Yo intentaba sentirme mal por tener al chaval ahí haciéndolo todo, pero de vez en cuando también me gusta que tengan iniciativa propia.


Le agarré de la cabeza, ya que el cambio de ritmo me pilló desprevenida, y ahí aprovechó para llevarse una teta a la boca. No era delicado, pero tampoco brusco, lo hacía con la intensidad que requería el momento. Su barba me iba marcando la piel, me arañaba y era áspera, pero sentirla era muy excitante.


Sofía: Carles… Carles… ya… ya…


Estaba a puntito de correrme otra vez. Entonces hizo algo que realmente no sé si es bueno, pero que en ese momento me encendió más si cabe.


Paró. Paró de golpe. Yo tenía las piernas empezando a temblar, y notaba cómo me palpitaba el coño. Estaba tan, pero tan cerca de correrme, que solo podía pensar en terminar.


Sofía: Q.. qué… por qué paras?


No dijo nada. Se levantó, puso las manos en mis hombros, y me puso de rodillas. Seguía sin decir nada, pero creo que no hacía falta. Estaba tan salida en ese momento, que me daba igual todo.


Llevé las manos a sus pantalones y se los bajé, dejándole en un boxer negro muy apretado con una gran mancha húmeda. Le pasé la mano por el bulto. Era grande y estaba duro como una piedra. Bajé el boxer de forma muy lenta. Siempre hay mucha expectación la primera vez que vas a ver a alguien desnudo. Normalmente, asociamos a la gente más subida de peso con atributos más pequeños, pero os aseguro que no era el caso.


Cuando terminé de bajar el bóxer por su último centímetro de carne, una polla gorda y grande dio a parar en mi mejilla, dejando un hilo de líquido preseminal desde mi cara hasta su punta.


Era una polla a proporción. Es decir, lo mismo una polla de ese tamaño en un cuerpo como el de Carles no parecía algo descomunal, pero os recuerdo que es un tipo que pasaba del 1,90 y de los 110kg y que yo no llego al 1,55.


La cogió por la base y siguió pasando el glande por mi mejilla, por mis labios… Yo como ya había asumido lo de dejarme hacer, cuando la noté en los labios abrí la boca y saqué un poco la lengua para facilitar el acceso, cosa que hizo poco a poco.


Primero metía solo la punta en la boca, mientras con la otra mano me cogía con delicadeza de la cara. Poco a poco la fue metiendo más, y la sacaba despacio. Cuando ya notó que entre mi saliva y su propio fluido ya estaba todo bien lubricado, empezó a acelerar el ritmo.


Estuve un rato dejándome follar la boca, ya que no era de esos burros que la meten hasta los topes y siempre es agradable disfrutar de una sesión de sexo sin arcadas ni falta de oxígeno.


Debido a una diferencia notable de altura entre ambos, la posición estaba empezando a ser cada vez más antinatural para él. Apartó mi ropa de la banqueta y, sin dejar de subir y bajar la mano por su miembro, se sentó a observarme.


Yo seguía de rodillas con las piernas medio temblorosas, y como no estaba acostumbrada al papel que me había tocado hacer ese día, no sabía bien bien qué hacer, así que esperé a ver cómo avanzaba todo.


No pasaron muchos segundos hasta que sugirió que diéramos un paso más.


Carles: En mi cartera tengo condones.


Estaba intentando ser un poco más consciente de las cosas que podían pasarme si seguía yendo de cabra loca por la vida, así que cogí la cartera de su pantalón, cogí un condón, me levanté y caminé hacia él. Me senté sobre sus piernas, tocando la base de su polla con mi coño y le di el condón.


Mientras él lo abría despacio, yo me dediqué a masturbarle con las dos manos. Soy la primera que defiende la expresión “el tamaño no importa”, y la defenderé hasta que me muera, porque me lo he pasado de lujo con chorras de todos los tamaños, pero me encanta eso de poder pajear una polla con ambas manos, llamadme hipócrita si queréis 🤣


Disfrutamos ambos de esa situación durante un rato, y una vez se puso el condón me levantó, me dio la vuelta y empezó a pasarme la punta por mi vagina de adelante hacia atrás. Estaba empapada, me había quedado tan al borde del orgasmo que creía que no iba a tardar ni 5 segundos en correrme. Por mi cabeza solo pasaba el “métemela de una vez”, y en otra situación hubiera sido yo misma la que hubiera cogido y “raca, padentro”. Pero eso estaba siendo divertido también.


Me cogió por la cintura con su enorme mano y empezó a introducirla poco a poco.


Sofía: Uuuh… Joder… sí que estoy sensible…


Una vez ya toda dentro, y con sus dos manos sobre mi cintura, ahora sí que había llegado el momento en el que tenía que actuar yo. Lo que me gusta de una postura así, es que yo misma controlo el ritmo. Y estando como estaba, el ritmo iba a ser bastante movido.


Coloqué mis manos sobre las suyas, las apreté, enviándole el mensaje de que quería que él me apretara, cosa que captó de primeras, y empecé a mover mis caderas muy rápido sin separar mi culo de su regazo.


Ya he comentado varias veces que no soy muy fan del sexo con penetración, que raras veces me apetece o me gusta, pero llegar a esa conclusión me llevó bastantes años de práctica… Por lo que, sin querer echarme muchas flores, no es algo que se me dé precisamente mal.


Carles jadeaba y gruñía (chicos, sed ruidosos, de verdad que nos encanta) mientras sus manos recorrieron mi cintura y mis costillas hasta llegar a las tetas. Me las apretaba con firmeza, dejando mis pezones entre sus dedos, con los que iba jugando de tanto en tanto.


Yo estaba intentando no correrme muy deprisa, porque aunque podía seguir, estaba disfrutando mucho de la sesión. Pero la idea de Carles era otra.


Una de sus manos subió por mi busto hasta alcanzar el cuello, que apretó con la fuerza justa para que fuera muy morboso, sin rozar el ahogamiento. Se acercó a mi oído y me susurró algo.


Carles: Córrete… sé que estás a punto.


Todavía me pone la piel de gallina recordar ese momento. Seguí moviéndome, acelerando el ritmo poco a poco mientras Carles me apretaba el cuello cada vez con un poco más de fuerza. Llegué a mi límite, ya no pude aguantar más y por mi boca empezaron a salir gemidos ahogados.


Sofía: Ah… Ya… jod… ya… AH!


Notaba cómo las paredes de mi vagina se contraían y podía hasta sentir las palpitaciones en la polla de Carles. La parte interior de mis muslos temblaba y en ese momento no sabía ni cómo cojones me iba a levantar. Cosa por la que tampoco tuve que preocuparme mucho.


Al notar que yo ya había terminado, Carles me tumbó en la banqueta, se sacó el condón y se puso a masturbarse a la altura de mi cara, quedando yo en medio de sus piernas.


No decía nada, pero sí era muy expresivo en cuánto a expresiones, movimientos, ruidos… Pude notar que se iba a correr cuando su respiración se aceleraba y se entrecortaba.


Carles: Uff… no p… no puedo más… me corro…


Acercó más la polla a mi cara, y por como estaba puesta, lo único que pude hacer era sacar la lengua. Pero la boca no era su objetivo.


Agitaba su polla de una forma muy agresiva y pude ver como de golpe paró a la altura del glande, para volver a reanudar la marcha con unos movimientos mucho más lentos, pero apretándosela bastante más fuerte.


Imagino que es una forma de controlar mejor la corrida, ya que empezó a correrse de forma abundante pero controlada. Un primer lefazo cayó por toda mi cara, llegando desde la barbilla hasta la frente, seguido de otros tantos que no pude ver, ya que por acto reflejo cerré los ojos.


Notaba cómo iban cayendo, unos más largos, otros más densos, otros simplemente gotas, pero todos dentro de su objetivo, sin salir ninguno disparado hacia la nada. Abrí la boca para coger una bocanada de aire, que entró acompañada por su polla, todavía dura y empapada.


Estuve chupando hasta que, poco a poco, se empezó a desinflar. Carles se separó de mí y me acercó una toalla.


Sofía: Te has quedado a gusto, eh? Hahaha


Carles: Ya, perdona, es que cuando me vengo arriba…


Sofía: Pero me he quejado yo en algún momento?


Carles: Te puedo pedir algo?


Sofía: Me pides permiso para pedirme algo pero no para correrte en mi cara? Caballeros así ya no quedan hahahaha Dime.


Carles: Esto que ha pasado… Podría quedar entre tú y yo?


Sofía: A ver… No me digas que tienes novia…


Carles: No, no, para nada, pero es que soy muy reservado con mi vida personal, y si vamos a venir a ensayar y eso… No me gustaría que hubiera malos rollos o miradas raras.


Sofía: Pues mira, me parece perfecto. Chocamos la mano? Como que ya no hace falta, no?


Carles: Hahahahaha siempre con el cachondeo… te lo agradezco, en serio.


Me pegué una ducha, por lo obvio, y Carles se quedó en el baño conmigo. Hubo un intento de masturbación por su parte, pero resultó ser de los que una vez terminan, necesitan su tiempo. 100% respetable.


Una vez limpia, hicimos lo planeado en un principio, que era ver los vídeos de la versión acústica para el ensayo y Carles me acercó a mi casa.


Me fui a dormir con una sensación rara. Me había encantado ese encuentro, lo había disfrutado un montón. Quería seguir jugando a mis chorradas sin necesidad de crear algún tipo de enemistad... Cosa que, en ese momento, veía muy complicado.

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Perdonad que haya tardado tanto! Pero entre que no ando muy motivada y casi no saco tiempo para escribir… Espero que hayáis disfrutado de la lectura, espero con muchas ganas vuestras reacciones y comentarios!


Un saludo a todos!
Hola, buenas noches.

Sólo una mente maravillosa puede encontrar la diversión en cualquier cosa. Dejo a la imaginación de cada cual el tipo de diversión.

Saludos y gracias por las sonrisas provocadas.

Hotam
 
Me ha parecido un relato genial. Es una estupenda continuación. A mí también has conseguido despistarme y creer que el tema sería con Nadia. 0 presiones porque lo que escribes se te da muy bien.
 
Muy buenas! Perdón por la espera, pero no ando muy inspirada últimamente y todo lo que escribo lo acabo borrando 3847583475683745345 veces. Tengo mucha presión (mía, por supuesto) en no bajar el listón y eso me pasa factura.


Pero fuera dramas, que aquí venimos a divertirnos! Os dejo con la continuación!

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Ya habían pasado un par de meses desde aquella prueba, y la verdad que estaba súper contenta y motivada con los ensayos. Pasamos de quedar un día a la semana a quedar dos y hasta 3 veces. Fuera de los ensayos, mi vida seguía igual. Iba a clase, luego al súper a trabajar, cuando podía me juntaba con Ginesta y con Marcos y de vez en cuando jugaba con algunos de mis conocidos “contactos”. Sí que había cogido el mal hábito de beber y fumar entre semana, pero bueno, las estrellas de rock somos así (equisdé, es una bromi).


Yo cada vez estaba más suelta y con más confianza con el resto de integrantes de la banda (no en el sentido que estáis pensando, guarros) y salvo alguna broma jocosa y alguna mirada a mis tetas (cosas de ir sin sujetador por la vida) no había pasado nada con ninguno/a de los compis. Me estaba comportando.


Esa semana, uno de los días que escogimos para el ensayo, fue el domingo por la mañana, así aprovechábamos el terreno que tenían allí, y ya que no hacía demasiado frío pese a ser Noviembre, podíamos hacer una mini-barbacoa o, como yo la llamo, barbacoa.


El plan era simple y atractivo, quedar sobre las 10, ensayar hasta las 12:30/13:00 y luego ya comer y lo que surgiera. Lo bueno de tener alquilado un local entero en un recinto así, es que no es algo que vaya por horas, y te puedes estar el tiempo que quieras cuando quieras, una maravilla, la verdad.


La noche del sábado al domingo fue movidita, pero no por mi parte. Ginesta vino a casa, como muchos sábados y, como muchos otros sábados desde su “encuentro” con Gabri, se acostaron juntos. Puede que haya sonado a celosa, pero ni mucho menos, casi siempre era espectadora en primera fila de sus cópulas, solo que soy humana y hay veces que me apetece descansar, y más cuando tengo un ensayo al día siguiente por la mañana.


A parte de levantarme cansada, porque Ginesta es mala de nacimiento, sabe que me flipa escucharla, y se dedicó a no cortarse un pelo y no dejarme dormir, estaba más salida que la proa del Titanic, precisamente por el mismo motivo que me causó el insomnio.


Me pegué una ducha de esas que desearías quedarte a vivir allí dentro para siempre, y me fui a vestir. Lo recuerdo como si fuera ayer, era pleno noviembre, era por la mañana, y estábamos a 15 grados, así que no me preocupé del frío y para la ocasión escogí unos pantalones de los Celtics (los he tenido que jubilar este año, un minuto de silencio por ellos, que me costaron 40 pavos), y por culpa de la calentura que llevaba encima, una camiseta de tirantes con la que no tuviera ningún tipo de problema si quería “jugar” a los descuidos. Me até las converse y bajé a esperar a Marcos, que el pobre parecía mi taxista personal.



Puntual como un reloj, ya me hacía aspavientos desde su asiento por mis 10 minutos de retraso.


Marcos: Tú siempre igual, eh?


Sofía: Mira, calla, que no he pegado ojo y voy con una marcha menos.


Marcos: Hahahahahahaha a saber qué habrás hecho, viciosa.


Marcos arrancó el coche y nos pusimos en marcha.


Sofía: Pues para tu sorpresa, yo nada, pero estos dos estuvieron dale que te pego hasta las tantas y no me pude dormir hasta que terminaron.


Marcos: Joder con el bueno de Gabri, ya me dirá cómo lo hace, que yo hasta la fecha aún no he conseguido quedar a solas con Ginesta.


Sofía: Oye que si os molesto no voy, eh? hahahahaha


Marcos: Hostia cómo vienes tú hoy hahahahah Ya sabes a lo que me refiero, mujer.


Sofía: Encima de estar ahí escuchándoles con el tracatraca, y la otra que ya sabes que es una escandalosa…


Marcos: Vamos, que vas cachonda perdida.


Sofía: Me voy a follar el freno de mano, Marcos.


Los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me gustaba la confianza que tenía con gente como Marcos, esas bromas siempre escandalizan a más de uno y de una.


Marcos: Imagino que la camiseta esa que llevas tiene algo que ver con que vayas así de salida, no?


Con las luces de mi casa ni me di cuenta, cogí una de tirantes roja de esas básicas (entre la camiseta roja y los pantalones verdes parecía sacada de una peli de Navidad), que son cómodas, pero a la vez me es muy fácil hacer que se me salga todo. Pero de lo que no me di cuenta es de que iba marcando los pezones de una forma exagerada.


Sofía: Me cago en la puta hahahaha Por dios, dime que tienes una sudadera que dejarme!


Marcos: En el maletero tengo una y me va un poco pequeña, pero no sé si dejártela…


Sofía: Solo me rodeo de gente mala, a cada cuál peor.


Marcos: Va, enséñales las tetas a ese pelotón de ahí, y no solo te la dejo, te la regalo.


Vivíamos en una zona de montaña cerca de la típica carretera que sube hasta arriba del todo, por lo que los pelotones de ciclistas eran considerados fauna autóctona de allí, y justo estábamos por adelantar a un grupito.


Sofía: En serio me propones eso pensando que en algún momento voy siquiera a dudarlo?


Marcos: No serás capaz.


Antes de que acabara de decir “capaz”, justo a la altura de la mitad del pelotón, me bajé la camiseta y pegué las tetas contra la ventana del coche. No hacía frío, pero la ventana parecía sacada directamente del corazón de vuestros/as ex.


Marcos redujo drásticamente la velocidad, dando tiempo al pelotón a que se avisaran unos a otros. Todo era un ambiente bastante festivo, la verdad, ya que estábamos todos, tanto dentro como fuera del coche, muriéndonos de risa.


Recordáis lo que he dicho de que solo me rodeo de gente mala? Pues Marcos, en un total alarde de ser el mismísimo sucesor de Morgoth, pero en cabrón, no aceleró el coche en ningún momento para que pudiéramos pillar en rojo el semáforo que había unos metros más adelante.


Sofía: Eres lo peor, me vas a regalar la sudadera y el puto coche también.


Marcos: Hahahahah disfruta, que ahí viene tu público!


Sofía: Son ciclistas, es un semáforo, obviamente, no van a parar.


Es lógico pensar eso, no? Los ciclistas y los semáforos son enemigos por naturaleza. Como los taxistas y los ciclistas. O los autobuseros y los ciclistas. O los demás conductores y los ciclistas. O los ciclistas y otros ciclistas. Malditos ciclistas, han destrozado el ciclismo.


Pues, para sorpresa de todos, en ese semáforo sí pararon. Me saludaban, sonreían, uno me hacía el gesto de bajarme la camiseta… Tampoco fueron groseros, cosa que hizo que la anécdota me siga pareciendo muy divertida a día de hoy. Antes de arrancar, les hice un amago de que me iba a bajar la camiseta, pero les dejé con las ganas.


Marcos: Estás de la olla hahahahaha


Sofía: Pero si luego voy a la playa y me paso el día en tetas, ya ves tú.


Marcos: Te has ganado esa sudadera.


Llegamos al recinto y, pese a los nervios y ansiedad de Marcos porque “es que vamos a llegar tarde porque eres una tardona bla bla bla”, fuimos los primeros en llegar. Marcos abrió la verja con el mandito, dejamos el coche aparcado y nos bajamos.


Hacía un día de puta madre. Eran las 10 de la mañana y hacía sol, se podía estar en tirantes, no había ni una puta nube en el cielo… Parecía finales de Mayo, un lujo. Cogimos la bebida y la carne que habíamos traído, Marcos me dio MI sudadera, y pasamos para dentro del local.


Guardamos todo en la nevera, Marcos empezó a afinar su guitarra y a hacer unas primeras pruebas de sonido para que todo estuviera listo cuando los demás llegaran, mientras yo le ayudaba con los “ssssssi” “ssssssssi” del micro. Trabajo en equipo, chavales.


No tardaron mucho en llegar los demás, a los 10 minutos ya estaban allí Nadia y Aarón, y cuando no habíamos ni terminado de saludarles, entraron Fran y Carles.


Nadia: Joder, al final soy la única mongola que ha venido en pantalón largo. Bueno, y Fran, pero lo suyo ya es de estudio.


Fran: Sí, en Massachusetts ya están contactando conmigo para empezar las pruebas.


Sofía: Tu madre no te iba a dejar ir tan lejos tú solo.


Carles: Bueno, Sofía se ha ganado no hacer la carne! Punto para ella!


Fran: Tampoco iba a llegar a la parrilla.


Sofía: Qué cabrón hahahahhaha Yo esto lo veo un empate.


Me gustaba TANTO, ese ambiente que había de “te tiro puyita, me la devuelves” pero luego todo eran risas… Me sentía como en casa, eran todos una gente maravillosa, la verdad. Estuvimos 5 minutos de charla pre-ensayo, y tras hacerle 4 últimos apaños al sonido del micro, empezamos a ensayar.


A la hora y pico decidimos hacer un poco de pausa, y aprovechando el buen día salimos a fumar fuera. Había unas mesitas a la sombra de un árbol, y nos pusimos allí a hablar todos con todos. Yo estaba sentada en la mesa con los pies en la banqueta, y Nadia se me acercó.


Nadia: Tía, no te asas con la sudadera puesta?


Sofía: Como un puto pollo, pero es que mira.


Me abrí la sudadera y le enseñé el panorama. Se me marcaban hasta las areolas de los pezones. Nadia se puso roja como un tomate y pude notar un ligero suspiro que salía de su boca. Lo había hecho a propósito? Obvio.


Nadia: Hahahahahaha pero joder, es que no te miras antes de salir de casa?


Sofía: Tú te crees que si me hubiera visto hubiera venido así? Menos mal que Marcos me ha podido dejar la sudadera.


Nadia: Bueno, menos mal para ti, que el resto nos perdemos el espectáculo hahahahah


Sofía: Oye! hahahah descarada!


Volvimos ambas a la conversación con el grupo y al cuarto de hora más o menos ya estábamos listos para volver.


Aarón: Bueno, creo que ya es hora de seguir!


Carles: Padentro todo el mundo.


Yo estaba empanada, mirando vete a saber qué, lo mismo una hoja de árbol que se había caído o algún pájaro. La cosa es, que al pasar cerca de mí, Nadia me pellizcó a modo de broma en uno de mis pezones para despertarme de mi empanada monumental. Funcionó, vaya si funcionó, pero ese día no era el mejor para hacer ese tipo de cosas. Me subió un cosquilleo desde los pies hasta la base de la nuca, y no pude evitar que se me escapara un ligero gemido, imperceptible para el resto, pero que Nadia escuchó en primera persona.


Nadia: Joder, sí que los tienes sensibles hahahahah

Sofía: Mi… mira! Calla eh! El daño que me has hecho…


Intenté disimular, pero no me salió muy bien la cosa. Igual que con los chicos soy muy valiente y muy echada para adelante, con las chicas me pongo nerviosa. Cosa que desde fuera es bastante divertido de ver en mi opinión.


Nadia: Sí, ya, daño, sí hahahahah


Sofía: Ahora verás!


Salí corriendo tras ella y echó a correr para esconderse detrás de Carles entre risas.


Sofía: Ya saldrás de ahí! Cobarde!


Marcos: No, no, no, aquí si os vais a pelear, que sea en bikini y en el barro.


Aarón: Eso, eso!


Sofía: Ya verás cuando te coja!


Nos gritamos un par de tonterías más y seguimos con el resto del ensayo. Terminamos con la canción de Zombie, de The Cranberries y cuando estábamos recogiendo las cosas, Carles se acercó a mí.


Carles: Por cierto, me estoy aprendiendo esta misma canción pero en versión acústica. Cómo lo ves para hacerla?


Sofía: Hostia, pues tiene que sonar genial… Sí, sí, dale!


Una vez todo estaba recogido, Aarón y Fran salieron para empezar a hacer el fuego, Marcos y Carles fueron a por un bidón, y Nadia y yo sacamos el hielo, las cervezas y la carne para fuera.


La escena me da nostalgia a día de hoy cuando la pienso. Qué de domingos pasamos así. La barbacoa en un lateral, las mesas a la sombra, los bidones con hielo hasta arriba de birras… Como el trabajo ya estaba hecho, me abrí una cerveza, me bebí media de un trago y empecé a incitar a Marcos a la mala vida.


Sofía: Marcos… dime un número del 1 al 10.


Marcos: Qué dices tú ahora?


Sofía: Un número del 1 al 10, no es tan difícil.


Marcos: Yo qué sé… el 7.


Sofía: Te toca hacerte un porro.


Marcos: Hija de puta, en lo que te conozco no te he visto liar ni una sola vez.


Sofía: Es que a ti te quedan muy chulos.


Nadia: Eso mismo, eso es un arte y tú eres todo un artista!


Aarón: El DaVinci de los canutos!


Marcos: Sois una panda de pelotas…


A Marcos no hacía falta liarle mucho, pero le gustaba hacerse de rogar. En 5 minutos ya tenía hecho su característico Cuerno de Gondor y empezamos a fumar para acompañar las birras. Ni frutos secos ni hostias. Porrillos. Así he acabado.


Después de un buen rato entre risas, cervezas, más sustancias y el buen tiempo, empezó a llegar un olorcito a carne… Ya se acercaba la hora de comer. Nadia y yo repartimos los platos y los cubiertos de plástico y los cocineros trajeron las dos bandejas bien rebosantes de churrascos, chistorras, butifarras… Madre mía, son las 3 y media de la madrugada, pero lo pienso y me da un hambre…


Empezamos a arrasar con todo de una manera un tanto grotesca. Pronto, los cubiertos pasarían a un segundo plano y solo se oía el ruido de masticar, como si de una manada de lobos fumados se tratase. Como en toda barbacoa que se precie, sobró algo para aprovechar en la merienda, incluso para cenar o comer al día siguiente. Terminamos el manjar con un chupito de ratafía (por si alguien no lo sabe, es un licor muy típico en Cataluña) que Carles había traído, y seguimos con nuestras conversaciones sobre todo y nada.


Una vez bajó un poco la comida, Aarón se acercó al maletero de su coche para poner la guinda al domingo… Volvió levantando en sus brazos, al más puro estilo Rafiki y Simba, una pelota de baloncesto. Marcos y Carles empezaron a hacer ruidos como de neandertal, a darse golpes en el pecho y espalda el uno al otro y a correr para la zona de las canastas, que estaba al lado. Hombre tener pelota. Hombre estar contento.


Nadia, Fran y yo nos quedamos atónitos ante tal muestra de testosterona. Aarón les tiró la pelota, Carles la botó muy fuerte contra el suelo con ambas manos y Marcos la recogió en el aire dando un salto totalmente innecesario. Aarón echó a correr hacia ellos gritando “PÁSALA PÁSALA”, para luego tirar un triple lamentable que ni tocó aro. En ese momento lo tuve claro, esos eran mis amigos.


Nadia: Madre mía, ya nos podemos despedir de ellos.


Sofía: Pero, por qué? Vamos para allí nosotros también.


Fran: Yo es que con el deporte…


Sofía: Eso ni es deporte ni es nada, es hacer el tonto con los colegas.


Fran: Yo me quedo aquí.


Nadia: Yo también, si eso ahora me acerco.


Marcos sabía que yo había jugado a básket desde pequeña (podéis hacer todos los chistes que queráis, pero no me vais a decir nada que no me hayan dicho ya), pero el resto no… Era la oportunidad de lucirme, algo que siempre me ha gustado, para qué mentir.


Estaban haciendo una especie de 1vs1 por turnos, tirando por tirar… Como un calentamiento, pero con alcohólicos y drogadictos en vez de con jugadores. Cuando Marcos vio que me acercaba, le hice un gesto con el dedo para que se callara, y le pedí el balón.


Lo cogí, me acerqué a ellos botándolo como si tuviera algún tipo de disfunción y tiré a canasta de forma ridícula, con una mecánica que haría llorar a Steph Curry.


Sofía: Venga, va, Aarón y yo contra vosotros dos.


Aarón: Sí hombre, yo para que me humillen ya tengo el Counter.


Marcos: Va, que será divertido.


Me guiñó un ojo, me conocía y me estaba viendo venir de lejos.


Sofía: Va, sacamos nosotros. Toma!


Estuvimos un rato haciendo un poco el tonto, me dejaban espacio para tirar, me la devolvían cuando fallaba… En una de estas, Carles se puso a marcarme de frente.


Carles: Va, ahora ya voy en serio!


Una vez se acercó a mí, la boté por debajo de sus piernas, la cogí, hice un reverso justo en la cara de Marcos y metí canasta con una bandeja a mano cambiada que creo que en mi vida me había salido tan perfecta.


Carles: Filla de puta… Cómo nos has vacilado.


Sofía: Juego a esto desde los 7 años, os voy a hundir en la mierda.


Aarón: Hostias hahahaha Ahora no me la pases, que no voy a estar a la altura.


Nos pusimos a jugar en serio y joder, que tarde tan divertida. Aprovechaba cuando Marcos me marcaba para darle la espalda, pegarle el culo en el paquete y ponerle nervioso.


Marcos: Joder, es que así no hay quién se concentre!


Le pasé la pelota a Aarón, que tiró, y poniendo cuerpo para coger el rebote, le pasé la mano por el paquete a Marcos, que ya estaba medio morcillón.


Sofía: Estamos a lo que estamos o qué?


Marcos: Así no se puede…


Aarón falló el tiro y el rebote lo cogió Carles (sí, he jugado a basket, pero me sacaban dos cabezas) y cuando estaba saliendo para fuera de la línea de 3, vi cómo se acercaba Nadia.


Nadia: Chicos, puedo yo?


Marcos: Sí, cámbiate por mí, que yo me tengo que ir ya. Te vas con alguno de ellos, Sofi?


Sofía: Sí, claro, no te preocupes!


Carles: Yo me voy a sentar un rato, que no suelo hacer deporte.


Aarón: Yo voy a por una birra, que estoy seco.


Nadia: Jooo, ahora que llego yo vais a parar?


Sofía: Tranqui mujer, va, que te enseño a tirar.


Nadia: Quién te ha dicho a ti que no sé tirar?


Sofía: Ah, perdona.


Nadia: Hahahahah te estaba vacilando, no tengo ni puta idea.


Le enseñé un poco lo básico. Cómo poner los pies, el movimiento de rodillas, la posición de las manos…


Sofía: Mira, esta mano solo la aguanta, tienes que hacer el arco con este brazo…


Nadia: Uy, qué cerquita, no me acose, entrenadora hahahaha


Sofía: E… es que… Joder, yo aquí enseñándote y tú tomándotelo a cachondeo.


Nadia: Hahahah que estoy de broma, a ver, entonces la fuerza viene desde abajo… me incorporo y tiro!


No fue una mierda de tiro, pero tampoco estuvo genial. Oye, para ser el primero que probamos, ni tan mal.


Nadia: Casi! Lo has visto! Joder, parezco una profesional.


Sofía: Hahahahah no te vengas arriba, va, otra vez.


Me acerqué a ella botando la pelota e hizo un intento de quitármela.


Sofía: Huy, pues no te queda nada para quitarme a mí la pelota.


Nadia: Sí, eh?


Empezó a intentar quitarme la pelota, pero mal. Corriendo hacia la pelota, rodeándome, metiendo la mano para robarla… Como vio que eso no funcionaba, probó directamente con el contacto físico. Me agarraba del brazo, de la sudadera, pero ni por esas.


Nadia: Joder, así no es divertido!


Sofía: Para mí sí!


Le hice una pequeña finta, y cuando pasé por su lado le di un azote, bastante sonoro, en el culo. Ahora fue ella la que soltó un ligero ruido más parecido a un gemido que a una queja.


Nadia: Ufff… Maldita!


Sofía: Aquí te espero!


Se acercó a mí, pero en vez de ir a por la pelota, fue directa a mis tetas, concretamente a uno de mis pezones, como ya hizo antes, y como antes pasó, el mismo escalofrío me subió hasta la nuca. Esta vez el disimulo me salió de 10 e hice ver como que me había hecho daño. Se acercó mucho a mí, preocupada por si se había pasado.


Nadia: Perdona, perdona! No te quería hacer daño.


Me puse muy cerca de su cara y le susurré.


Sofía: No calientes lo que no te vayas a comer…


Se quedó muy roja y abrió mucho los ojos de primeras, pero sonrió.


Nadia: Y quién te dice que no me lo voy a comer?


Me dio un pequeño mordisco en el labio, y ahora sí, consiguió cogerme la pelota.


Nadia: Wuuuh! Sí! He ganado yo! Jódete!


Alzaba la pelota como si fuera un trofeo y yo seguía atónita, entre el calentón que ya llevaba de serie, y que me estaban ganando en mi propio terreno… Iba a explotar.


Nadia: Va, vamos a por una birra, hay que celebrarlo!


Sofía: S… sí, mejor…


Nos acercamos a la mesa con el resto de la banda, ya un poco cansados todos. Nos abrimos una cerveza cada una y nos sentamos con ellos.


Nadia: Fran, Aarón, si queréis que os lleve tiene que ser después de la birra, que tengo que ir a casa de Miquel a llevarle unas cosas.


Aarón: Ah, pero habéis vuelto?


Nadia: Nah, ni ganas, voy a llevarle unas cosas que quedaban en mi piso y solo coincidíamos hoy.


Bingo. Si algo no soporto es meterme en medio de una relación, pero parece ser que tenía vía libre en el caso de que sus “travesuras” fueran en serio.


Sofía: Carles, me acercas tú entonces? Me han dejado aquí sola y desamparada.


Carles: Sí, claro, pero tienes prisa? Así me baja un poco el alcohol y eso.


Sofía: No, no, sin problema, así miramos lo de la versión acústica.


Nadia se terminó la cerveza, se despidió y se marchó junto a Aarón y Fran.


Carles: Vamos dentro si quieres, que ya se está yendo el sol.


Sofía: Sí, mejor.


Entramos al local y nos sentamos en el sofá para ver los vídeos de la versión de Zombie, y ahí fue dónde vino el primer problema de ir todo el día en sudadera y haber estado jugando a basket. Una de las cosas que más vergüenza me da en la vida, es que alguien pueda notar mi olor corporal por haber sudado, aunque no huela a absolutamente nada, pero me hace estar muy inquieta e incómoda. Recordé que en el local había ducha y toallas, y aunque no llevaba ropa para cambiarme, ni que fuera me podía dar un agua.


Sofía: Carles, me sabe muy mal cortarte, pero te importa si me doy una ducha rápida? Es que de estar correteando de arriba a abajo me da miedo apestarte en la cara, y si vamos a estar aquí un rato…


Carles: Ah, no, no, sin problema, te enseño dónde están las toallas y demás.


Pasamos para el baño y ahí mi cabeza, mis hormonas y mi calentón de todo el día empezaron a hacer que por mi mente pasaran muchos pensamientos intrusivos. En ningún momento me había pasado nada sexual por la cabeza con Carles, pero al estar los dos solos y, perdón por ser pesada con lo mismo, que llevaba desde la mañana salida perdida, no lo podía evitar.


Carles se agachó y del armario cogió un par de toallas blancas, en ese momento aproveché para quitarme la sudadera, solo la sudadera, pero todos sabemos qué es lo que había debajo. El haber estado haciendo deporte y el cambio de temperatura no ayudaba, tenía los pezones y las areolas completamente marcados. En una camiseta de un color más claro hubiera ido transparentando sin ninguna duda.


Carles se incorporó con las toallas.


Carles: Las toallas las limpiamos uno cada semana, no te preocupes que están todas lim…pias…


Sofía: Vale! Gracias!


Miró para todos los sitios posibles para que no notara que había estado mirando dónde yo pretendía que mirara. Le cogí las toallas de las manos, rozando una de mis manos con la suya.


Carles: N… necesitas algo más?


Sofía: No, gracias! Si va a ser un momento!


Carles salió, cerró la puerta, y yo aproveché para desvestirme toda. Lo primero que hice fue llevarme la mano a la entrepierna. Efectivamente, estaba mojada. No aquello que digas “TSUNAMIII”, pero estaba bien mojada.


Los pensamientos intrusivos seguían rondándome y ya llegó un punto en el que cedí a ellos. Me puse a mirar por el baño si había algo que pudiera hacer o usar en mi ayuda y vi que dentro de la ducha había una cajonera lo suficientemente alta como para que yo no llegara.


Abrí el grifo, me metí debajo, cogí el gel y con una precisión digna de Ray Allen lo coloqué en el estante de arriba. No pretendía lavarme el pelo, pero sabía que el “efecto mojado” ayuda en todo.


Cogí una de las toallas, que por suerte no eran muy grandes, y me la até de tal forma que no enseñaba nada, ni por arriba ni por debajo, pero que poco faltaba. Me fui para la puerta, la entreabrí, y me medio asomé.


Sofía: Carles, por favor, cógeme el gel que no llego! hahahahah Cómo se os ocurre poner eso tan arriba, panda de ogros!


Carles: Eh? Ah, s… sí, voy.


Carles entró y yo estaba dentro de la ducha, con el grifo apagado, haciendo un poco el tonto.


Sofía: Es… que… no… llego!


Iba estirando el brazo sabiendo que la toalla se iba a subir lo justo para que desde dónde estaba él, se intuyera mi culo.


Carles levantó el brazo, lo cogió y me lo acercó. Estaba muy rojo, y cada vez podía disimular menos a dónde miraban sus ojos.


Sofía: Gracias! Te juro que no te molesto más hahahahaha


Estiré el brazo para coger el gel de su mano y, con una actuación digna de un Óscar, hice un leve movimiento con la otra mano que hizo que la toalla se abriera. Para mí, la gracia en un descuido, es que parezca que de verdad es un descuido, por muy preparado que esté, como era el caso. Hice ver que me daba un micro infarto y me agarré la toalla como buenamente pude, dejando uno de mis pechos sin tapar y toda la parte trasera, que aunque no la podía ver, estaba al aire.


Carles se quedó ojiplático, seguía rojo y tenía hasta la boca un poco abierta. Esa. Esa era la cara que yo quería ver.


Carles: Perdón! Perdón!


Se dio la vuelta y se iba dirección a la puerta. Yo ya había tenido lo que quería, pero tenía dos opciones en ese momento. O dejaba que se fuera y todo quedaba en una anécdota graciosa pero morbosa… O culminaba lo que había empezado… Y creedme que me costó decidirme, pero acabé optando por lo obvio, que era la segunda opción.


Sofía: Carles.


Se quedó quieto y ni se giró.


Carles: Qué?


Sofía: Te quieres quedar?


Carles: Qué?


Sofía: Que si te quieres quedar, no me importa.


Carles: Pero… estás segura?


Sofía: Hahahahah te lo estoy pidiendo yo, no?


Carles: No te importa?


Sofía: Ay, si lo sé no te pregunto, hijo.


Carles: No, no, no, me quedo.


Dejé la cortina abierta y abrí el grifo. De primeras Carles solo estaba ahí, no se asomaba a la ducha, ni me estaba viendo, ni nada, solo resoplaba. Yo empecé a ducharme, porque era verdad, me sentía sudorosa y necesitaba quitarme esa sensación.


Empecé a escuchar pasos lentos. Carles se acercó, y se apoyó en la pared contraria a la que estaba, teniendo una visión perfecta de mi cuerpo. Ahí ya pasé a ducharme de forma más… sensual digamos. Empecé a enjabonarme los pechos de forma pausada, apretándolos y recreándome un poco, pero haciendo ver como que él no estaba ahí.


Carles: Dios mío… No me creo que esté pasando esto…


Sofía: Hahahahah qué exagerado… Pero te vas a quedar ahí, no quieres pasar ni nada?


Carles: Ufff… No te enfades, es que me apetece mirar.


Joder, si os hiciérais una idea de lo que me puso esa frase… Me di la vuelta y pasé a enjabonarme la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y rodeando el culo, llevando una de mis manos a mi entrepierna, usando la otra para apoyarme un poco en la pared y así poder inclinarme un poco.


Empecé a masturbarme despacio, pero llevaba un día de tantos calentones que no pude evitar gemir nada más comenzar.


Carles: Joder… Mira cómo me tienes…


Me giré y Carles agarraba su paquete por encima del pantalón. Se le notaba un bulto grande y que el pantalón iba a reventar.


Sofía: Hahahahahaha va, no te cortes.


Carles: No, no, me espero a que termines.


Seguí masturbándome hasta que, al poco tiempo, noté cómo mis dos piernas comenzaban a temblar y mis gemidos se agudizaban un poco más.


Carles: Te vas a correr?


Sofía: Sí…


Carles: Dios…


Sofía: Me… voy… a… uffff…. me… Ah!...


Un gemido diferente al resto pero también suave, dio a entender que ya había culminado. Me encantó, el poder masturbarse para alguien siempre es… genial.


Salí de la ducha, Carles cogió una de las toallas y estiré el brazo para cogerla. Su intención no era la de darme la toalla. Cogió mi brazo y me pasó la toalla por él, de forma suave pero a la vez fuerte. Carles, pese a ser muy bonachón, era un tipo muy grande y gordete, y entre la barba y la cabeza rapada intimidaba un poco, pero hacía las cosas de forma muy segura, y eso siempre me ha gustado.


Me secó los brazos poco a poco, pasó por mi pecho, por mi espalda y llegó hasta mis piernas. Una vez llegó hasta ahí, me pasó la toalla de forma delicada por la entrepierna. Yo me acababa de correr y estaba muy sensible ahí abajo, por lo que otro gemido se escapó de mi boca.


Sofía: Joder…


Carles: Te molesta?


Sofía: No, no, para nada…


Carles se agachó para tener mejor movilidad y siguió pasando con su mano la toalla por mi coño, cada vez haciendo más presión y acelerando un poco el ritmo. Yo separé un poco las piernas para facilitarle el trabajo, y apoyé las manos en sus hombros. Llegados a un punto, Carles ya tiró a tomar por culo la toalla y pasó a masturbarme con las manos.


El tío manejaba, la verdad. Con una mano me metió dos dedos y empezó a jugar con ellos dentro, mientras que con la otra jugaba con mi clítoris. Yo intentaba sentirme mal por tener al chaval ahí haciéndolo todo, pero de vez en cuando también me gusta que tengan iniciativa propia.


Le agarré de la cabeza, ya que el cambio de ritmo me pilló desprevenida, y ahí aprovechó para llevarse una teta a la boca. No era delicado, pero tampoco brusco, lo hacía con la intensidad que requería el momento. Su barba me iba marcando la piel, me arañaba y era áspera, pero sentirla era muy excitante.


Sofía: Carles… Carles… ya… ya…


Estaba a puntito de correrme otra vez. Entonces hizo algo que realmente no sé si es bueno, pero que en ese momento me encendió más si cabe.


Paró. Paró de golpe. Yo tenía las piernas empezando a temblar, y notaba cómo me palpitaba el coño. Estaba tan, pero tan cerca de correrme, que solo podía pensar en terminar.


Sofía: Q.. qué… por qué paras?


No dijo nada. Se levantó, puso las manos en mis hombros, y me puso de rodillas. Seguía sin decir nada, pero creo que no hacía falta. Estaba tan salida en ese momento, que me daba igual todo.


Llevé las manos a sus pantalones y se los bajé, dejándole en un boxer negro muy apretado con una gran mancha húmeda. Le pasé la mano por el bulto. Era grande y estaba duro como una piedra. Bajé el boxer de forma muy lenta. Siempre hay mucha expectación la primera vez que vas a ver a alguien desnudo. Normalmente, asociamos a la gente más subida de peso con atributos más pequeños, pero os aseguro que no era el caso.


Cuando terminé de bajar el bóxer por su último centímetro de carne, una polla gorda y grande dio a parar en mi mejilla, dejando un hilo de líquido preseminal desde mi cara hasta su punta.


Era una polla a proporción. Es decir, lo mismo una polla de ese tamaño en un cuerpo como el de Carles no parecía algo descomunal, pero os recuerdo que es un tipo que pasaba del 1,90 y de los 110kg y que yo no llego al 1,55.


La cogió por la base y siguió pasando el glande por mi mejilla, por mis labios… Yo como ya había asumido lo de dejarme hacer, cuando la noté en los labios abrí la boca y saqué un poco la lengua para facilitar el acceso, cosa que hizo poco a poco.


Primero metía solo la punta en la boca, mientras con la otra mano me cogía con delicadeza de la cara. Poco a poco la fue metiendo más, y la sacaba despacio. Cuando ya notó que entre mi saliva y su propio fluido ya estaba todo bien lubricado, empezó a acelerar el ritmo.


Estuve un rato dejándome follar la boca, ya que no era de esos burros que la meten hasta los topes y siempre es agradable disfrutar de una sesión de sexo sin arcadas ni falta de oxígeno.


Debido a una diferencia notable de altura entre ambos, la posición estaba empezando a ser cada vez más antinatural para él. Apartó mi ropa de la banqueta y, sin dejar de subir y bajar la mano por su miembro, se sentó a observarme.


Yo seguía de rodillas con las piernas medio temblorosas, y como no estaba acostumbrada al papel que me había tocado hacer ese día, no sabía bien bien qué hacer, así que esperé a ver cómo avanzaba todo.


No pasaron muchos segundos hasta que sugirió que diéramos un paso más.


Carles: En mi cartera tengo condones.


Estaba intentando ser un poco más consciente de las cosas que podían pasarme si seguía yendo de cabra loca por la vida, así que cogí la cartera de su pantalón, cogí un condón, me levanté y caminé hacia él. Me senté sobre sus piernas, tocando la base de su polla con mi coño y le di el condón.


Mientras él lo abría despacio, yo me dediqué a masturbarle con las dos manos. Soy la primera que defiende la expresión “el tamaño no importa”, y la defenderé hasta que me muera, porque me lo he pasado de lujo con chorras de todos los tamaños, pero me encanta eso de poder pajear una polla con ambas manos, llamadme hipócrita si queréis 🤣


Disfrutamos ambos de esa situación durante un rato, y una vez se puso el condón me levantó, me dio la vuelta y empezó a pasarme la punta por mi vagina de adelante hacia atrás. Estaba empapada, me había quedado tan al borde del orgasmo que creía que no iba a tardar ni 5 segundos en correrme. Por mi cabeza solo pasaba el “métemela de una vez”, y en otra situación hubiera sido yo misma la que hubiera cogido y “raca, padentro”. Pero eso estaba siendo divertido también.


Me cogió por la cintura con su enorme mano y empezó a introducirla poco a poco.


Sofía: Uuuh… Joder… sí que estoy sensible…


Una vez ya toda dentro, y con sus dos manos sobre mi cintura, ahora sí que había llegado el momento en el que tenía que actuar yo. Lo que me gusta de una postura así, es que yo misma controlo el ritmo. Y estando como estaba, el ritmo iba a ser bastante movido.


Coloqué mis manos sobre las suyas, las apreté, enviándole el mensaje de que quería que él me apretara, cosa que captó de primeras, y empecé a mover mis caderas muy rápido sin separar mi culo de su regazo.


Ya he comentado varias veces que no soy muy fan del sexo con penetración, que raras veces me apetece o me gusta, pero llegar a esa conclusión me llevó bastantes años de práctica… Por lo que, sin querer echarme muchas flores, no es algo que se me dé precisamente mal.


Carles jadeaba y gruñía (chicos, sed ruidosos, de verdad que nos encanta) mientras sus manos recorrieron mi cintura y mis costillas hasta llegar a las tetas. Me las apretaba con firmeza, dejando mis pezones entre sus dedos, con los que iba jugando de tanto en tanto.


Yo estaba intentando no correrme muy deprisa, porque aunque podía seguir, estaba disfrutando mucho de la sesión. Pero la idea de Carles era otra.


Una de sus manos subió por mi busto hasta alcanzar el cuello, que apretó con la fuerza justa para que fuera muy morboso, sin rozar el ahogamiento. Se acercó a mi oído y me susurró algo.


Carles: Córrete… sé que estás a punto.


Todavía me pone la piel de gallina recordar ese momento. Seguí moviéndome, acelerando el ritmo poco a poco mientras Carles me apretaba el cuello cada vez con un poco más de fuerza. Llegué a mi límite, ya no pude aguantar más y por mi boca empezaron a salir gemidos ahogados.


Sofía: Ah… Ya… jod… ya… AH!


Notaba cómo las paredes de mi vagina se contraían y podía hasta sentir las palpitaciones en la polla de Carles. La parte interior de mis muslos temblaba y en ese momento no sabía ni cómo cojones me iba a levantar. Cosa por la que tampoco tuve que preocuparme mucho.


Al notar que yo ya había terminado, Carles me tumbó en la banqueta, se sacó el condón y se puso a masturbarse a la altura de mi cara, quedando yo en medio de sus piernas.


No decía nada, pero sí era muy expresivo en cuánto a expresiones, movimientos, ruidos… Pude notar que se iba a correr cuando su respiración se aceleraba y se entrecortaba.


Carles: Uff… no p… no puedo más… me corro…


Acercó más la polla a mi cara, y por como estaba puesta, lo único que pude hacer era sacar la lengua. Pero la boca no era su objetivo.


Agitaba su polla de una forma muy agresiva y pude ver como de golpe paró a la altura del glande, para volver a reanudar la marcha con unos movimientos mucho más lentos, pero apretándosela bastante más fuerte.


Imagino que es una forma de controlar mejor la corrida, ya que empezó a correrse de forma abundante pero controlada. Un primer lefazo cayó por toda mi cara, llegando desde la barbilla hasta la frente, seguido de otros tantos que no pude ver, ya que por acto reflejo cerré los ojos.


Notaba cómo iban cayendo, unos más largos, otros más densos, otros simplemente gotas, pero todos dentro de su objetivo, sin salir ninguno disparado hacia la nada. Abrí la boca para coger una bocanada de aire, que entró acompañada por su polla, todavía dura y empapada.


Estuve chupando hasta que, poco a poco, se empezó a desinflar. Carles se separó de mí y me acercó una toalla.


Sofía: Te has quedado a gusto, eh? Hahaha


Carles: Ya, perdona, es que cuando me vengo arriba…


Sofía: Pero me he quejado yo en algún momento?


Carles: Te puedo pedir algo?


Sofía: Me pides permiso para pedirme algo pero no para correrte en mi cara? Caballeros así ya no quedan hahahaha Dime.


Carles: Esto que ha pasado… Podría quedar entre tú y yo?


Sofía: A ver… No me digas que tienes novia…


Carles: No, no, para nada, pero es que soy muy reservado con mi vida personal, y si vamos a venir a ensayar y eso… No me gustaría que hubiera malos rollos o miradas raras.


Sofía: Pues mira, me parece perfecto. Chocamos la mano? Como que ya no hace falta, no?


Carles: Hahahahaha siempre con el cachondeo… te lo agradezco, en serio.


Me pegué una ducha, por lo obvio, y Carles se quedó en el baño conmigo. Hubo un intento de masturbación por su parte, pero resultó ser de los que una vez terminan, necesitan su tiempo. 100% respetable.


Una vez limpia, hicimos lo planeado en un principio, que era ver los vídeos de la versión acústica para el ensayo y Carles me acercó a mi casa.


Me fui a dormir con una sensación rara. Me había encantado ese encuentro, lo había disfrutado un montón. Quería seguir jugando a mis chorradas sin necesidad de crear algún tipo de enemistad... Cosa que, en ese momento, veía muy complicado.

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Perdonad que haya tardado tanto! Pero entre que no ando muy motivada y casi no saco tiempo para escribir… Espero que hayáis disfrutado de la lectura, espero con muchas ganas vuestras reacciones y comentarios!


Un saludo a todos!


Genial como siempre Sofi! Mis dieses!! Tú tómate el tiempo que necesites si luego es para regalarnos relatos así!👏👏
 
Muy buenas! Perdón por la espera, pero no ando muy inspirada últimamente y todo lo que escribo lo acabo borrando 3847583475683745345 veces. Tengo mucha presión (mía, por supuesto) en no bajar el listón y eso me pasa factura.


Pero fuera dramas, que aquí venimos a divertirnos! Os dejo con la continuación!

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Ya habían pasado un par de meses desde aquella prueba, y la verdad que estaba súper contenta y motivada con los ensayos. Pasamos de quedar un día a la semana a quedar dos y hasta 3 veces. Fuera de los ensayos, mi vida seguía igual. Iba a clase, luego al súper a trabajar, cuando podía me juntaba con Ginesta y con Marcos y de vez en cuando jugaba con algunos de mis conocidos “contactos”. Sí que había cogido el mal hábito de beber y fumar entre semana, pero bueno, las estrellas de rock somos así (equisdé, es una bromi).


Yo cada vez estaba más suelta y con más confianza con el resto de integrantes de la banda (no en el sentido que estáis pensando, guarros) y salvo alguna broma jocosa y alguna mirada a mis tetas (cosas de ir sin sujetador por la vida) no había pasado nada con ninguno/a de los compis. Me estaba comportando.


Esa semana, uno de los días que escogimos para el ensayo, fue el domingo por la mañana, así aprovechábamos el terreno que tenían allí, y ya que no hacía demasiado frío pese a ser Noviembre, podíamos hacer una mini-barbacoa o, como yo la llamo, barbacoa.


El plan era simple y atractivo, quedar sobre las 10, ensayar hasta las 12:30/13:00 y luego ya comer y lo que surgiera. Lo bueno de tener alquilado un local entero en un recinto así, es que no es algo que vaya por horas, y te puedes estar el tiempo que quieras cuando quieras, una maravilla, la verdad.


La noche del sábado al domingo fue movidita, pero no por mi parte. Ginesta vino a casa, como muchos sábados y, como muchos otros sábados desde su “encuentro” con Gabri, se acostaron juntos. Puede que haya sonado a celosa, pero ni mucho menos, casi siempre era espectadora en primera fila de sus cópulas, solo que soy humana y hay veces que me apetece descansar, y más cuando tengo un ensayo al día siguiente por la mañana.


A parte de levantarme cansada, porque Ginesta es mala de nacimiento, sabe que me flipa escucharla, y se dedicó a no cortarse un pelo y no dejarme dormir, estaba más salida que la proa del Titanic, precisamente por el mismo motivo que me causó el insomnio.


Me pegué una ducha de esas que desearías quedarte a vivir allí dentro para siempre, y me fui a vestir. Lo recuerdo como si fuera ayer, era pleno noviembre, era por la mañana, y estábamos a 15 grados, así que no me preocupé del frío y para la ocasión escogí unos pantalones de los Celtics (los he tenido que jubilar este año, un minuto de silencio por ellos, que me costaron 40 pavos), y por culpa de la calentura que llevaba encima, una camiseta de tirantes con la que no tuviera ningún tipo de problema si quería “jugar” a los descuidos. Me até las converse y bajé a esperar a Marcos, que el pobre parecía mi taxista personal.



Puntual como un reloj, ya me hacía aspavientos desde su asiento por mis 10 minutos de retraso.


Marcos: Tú siempre igual, eh?


Sofía: Mira, calla, que no he pegado ojo y voy con una marcha menos.


Marcos: Hahahahahahaha a saber qué habrás hecho, viciosa.


Marcos arrancó el coche y nos pusimos en marcha.


Sofía: Pues para tu sorpresa, yo nada, pero estos dos estuvieron dale que te pego hasta las tantas y no me pude dormir hasta que terminaron.


Marcos: Joder con el bueno de Gabri, ya me dirá cómo lo hace, que yo hasta la fecha aún no he conseguido quedar a solas con Ginesta.


Sofía: Oye que si os molesto no voy, eh? hahahahaha


Marcos: Hostia cómo vienes tú hoy hahahahah Ya sabes a lo que me refiero, mujer.


Sofía: Encima de estar ahí escuchándoles con el tracatraca, y la otra que ya sabes que es una escandalosa…


Marcos: Vamos, que vas cachonda perdida.


Sofía: Me voy a follar el freno de mano, Marcos.


Los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me gustaba la confianza que tenía con gente como Marcos, esas bromas siempre escandalizan a más de uno y de una.


Marcos: Imagino que la camiseta esa que llevas tiene algo que ver con que vayas así de salida, no?


Con las luces de mi casa ni me di cuenta, cogí una de tirantes roja de esas básicas (entre la camiseta roja y los pantalones verdes parecía sacada de una peli de Navidad), que son cómodas, pero a la vez me es muy fácil hacer que se me salga todo. Pero de lo que no me di cuenta es de que iba marcando los pezones de una forma exagerada.


Sofía: Me cago en la puta hahahaha Por dios, dime que tienes una sudadera que dejarme!


Marcos: En el maletero tengo una y me va un poco pequeña, pero no sé si dejártela…


Sofía: Solo me rodeo de gente mala, a cada cuál peor.


Marcos: Va, enséñales las tetas a ese pelotón de ahí, y no solo te la dejo, te la regalo.


Vivíamos en una zona de montaña cerca de la típica carretera que sube hasta arriba del todo, por lo que los pelotones de ciclistas eran considerados fauna autóctona de allí, y justo estábamos por adelantar a un grupito.


Sofía: En serio me propones eso pensando que en algún momento voy siquiera a dudarlo?


Marcos: No serás capaz.


Antes de que acabara de decir “capaz”, justo a la altura de la mitad del pelotón, me bajé la camiseta y pegué las tetas contra la ventana del coche. No hacía frío, pero la ventana parecía sacada directamente del corazón de vuestros/as ex.


Marcos redujo drásticamente la velocidad, dando tiempo al pelotón a que se avisaran unos a otros. Todo era un ambiente bastante festivo, la verdad, ya que estábamos todos, tanto dentro como fuera del coche, muriéndonos de risa.


Recordáis lo que he dicho de que solo me rodeo de gente mala? Pues Marcos, en un total alarde de ser el mismísimo sucesor de Morgoth, pero en cabrón, no aceleró el coche en ningún momento para que pudiéramos pillar en rojo el semáforo que había unos metros más adelante.


Sofía: Eres lo peor, me vas a regalar la sudadera y el puto coche también.


Marcos: Hahahahah disfruta, que ahí viene tu público!


Sofía: Son ciclistas, es un semáforo, obviamente, no van a parar.


Es lógico pensar eso, no? Los ciclistas y los semáforos son enemigos por naturaleza. Como los taxistas y los ciclistas. O los autobuseros y los ciclistas. O los demás conductores y los ciclistas. O los ciclistas y otros ciclistas. Malditos ciclistas, han destrozado el ciclismo.


Pues, para sorpresa de todos, en ese semáforo sí pararon. Me saludaban, sonreían, uno me hacía el gesto de bajarme la camiseta… Tampoco fueron groseros, cosa que hizo que la anécdota me siga pareciendo muy divertida a día de hoy. Antes de arrancar, les hice un amago de que me iba a bajar la camiseta, pero les dejé con las ganas.


Marcos: Estás de la olla hahahahaha


Sofía: Pero si luego voy a la playa y me paso el día en tetas, ya ves tú.


Marcos: Te has ganado esa sudadera.


Llegamos al recinto y, pese a los nervios y ansiedad de Marcos porque “es que vamos a llegar tarde porque eres una tardona bla bla bla”, fuimos los primeros en llegar. Marcos abrió la verja con el mandito, dejamos el coche aparcado y nos bajamos.


Hacía un día de puta madre. Eran las 10 de la mañana y hacía sol, se podía estar en tirantes, no había ni una puta nube en el cielo… Parecía finales de Mayo, un lujo. Cogimos la bebida y la carne que habíamos traído, Marcos me dio MI sudadera, y pasamos para dentro del local.


Guardamos todo en la nevera, Marcos empezó a afinar su guitarra y a hacer unas primeras pruebas de sonido para que todo estuviera listo cuando los demás llegaran, mientras yo le ayudaba con los “ssssssi” “ssssssssi” del micro. Trabajo en equipo, chavales.


No tardaron mucho en llegar los demás, a los 10 minutos ya estaban allí Nadia y Aarón, y cuando no habíamos ni terminado de saludarles, entraron Fran y Carles.


Nadia: Joder, al final soy la única mongola que ha venido en pantalón largo. Bueno, y Fran, pero lo suyo ya es de estudio.


Fran: Sí, en Massachusetts ya están contactando conmigo para empezar las pruebas.


Sofía: Tu madre no te iba a dejar ir tan lejos tú solo.


Carles: Bueno, Sofía se ha ganado no hacer la carne! Punto para ella!


Fran: Tampoco iba a llegar a la parrilla.


Sofía: Qué cabrón hahahahhaha Yo esto lo veo un empate.


Me gustaba TANTO, ese ambiente que había de “te tiro puyita, me la devuelves” pero luego todo eran risas… Me sentía como en casa, eran todos una gente maravillosa, la verdad. Estuvimos 5 minutos de charla pre-ensayo, y tras hacerle 4 últimos apaños al sonido del micro, empezamos a ensayar.


A la hora y pico decidimos hacer un poco de pausa, y aprovechando el buen día salimos a fumar fuera. Había unas mesitas a la sombra de un árbol, y nos pusimos allí a hablar todos con todos. Yo estaba sentada en la mesa con los pies en la banqueta, y Nadia se me acercó.


Nadia: Tía, no te asas con la sudadera puesta?


Sofía: Como un puto pollo, pero es que mira.


Me abrí la sudadera y le enseñé el panorama. Se me marcaban hasta las areolas de los pezones. Nadia se puso roja como un tomate y pude notar un ligero suspiro que salía de su boca. Lo había hecho a propósito? Obvio.


Nadia: Hahahahahaha pero joder, es que no te miras antes de salir de casa?


Sofía: Tú te crees que si me hubiera visto hubiera venido así? Menos mal que Marcos me ha podido dejar la sudadera.


Nadia: Bueno, menos mal para ti, que el resto nos perdemos el espectáculo hahahahah


Sofía: Oye! hahahah descarada!


Volvimos ambas a la conversación con el grupo y al cuarto de hora más o menos ya estábamos listos para volver.


Aarón: Bueno, creo que ya es hora de seguir!


Carles: Padentro todo el mundo.


Yo estaba empanada, mirando vete a saber qué, lo mismo una hoja de árbol que se había caído o algún pájaro. La cosa es, que al pasar cerca de mí, Nadia me pellizcó a modo de broma en uno de mis pezones para despertarme de mi empanada monumental. Funcionó, vaya si funcionó, pero ese día no era el mejor para hacer ese tipo de cosas. Me subió un cosquilleo desde los pies hasta la base de la nuca, y no pude evitar que se me escapara un ligero gemido, imperceptible para el resto, pero que Nadia escuchó en primera persona.


Nadia: Joder, sí que los tienes sensibles hahahahah

Sofía: Mi… mira! Calla eh! El daño que me has hecho…


Intenté disimular, pero no me salió muy bien la cosa. Igual que con los chicos soy muy valiente y muy echada para adelante, con las chicas me pongo nerviosa. Cosa que desde fuera es bastante divertido de ver en mi opinión.


Nadia: Sí, ya, daño, sí hahahahah


Sofía: Ahora verás!


Salí corriendo tras ella y echó a correr para esconderse detrás de Carles entre risas.


Sofía: Ya saldrás de ahí! Cobarde!


Marcos: No, no, no, aquí si os vais a pelear, que sea en bikini y en el barro.


Aarón: Eso, eso!


Sofía: Ya verás cuando te coja!


Nos gritamos un par de tonterías más y seguimos con el resto del ensayo. Terminamos con la canción de Zombie, de The Cranberries y cuando estábamos recogiendo las cosas, Carles se acercó a mí.


Carles: Por cierto, me estoy aprendiendo esta misma canción pero en versión acústica. Cómo lo ves para hacerla?


Sofía: Hostia, pues tiene que sonar genial… Sí, sí, dale!


Una vez todo estaba recogido, Aarón y Fran salieron para empezar a hacer el fuego, Marcos y Carles fueron a por un bidón, y Nadia y yo sacamos el hielo, las cervezas y la carne para fuera.


La escena me da nostalgia a día de hoy cuando la pienso. Qué de domingos pasamos así. La barbacoa en un lateral, las mesas a la sombra, los bidones con hielo hasta arriba de birras… Como el trabajo ya estaba hecho, me abrí una cerveza, me bebí media de un trago y empecé a incitar a Marcos a la mala vida.


Sofía: Marcos… dime un número del 1 al 10.


Marcos: Qué dices tú ahora?


Sofía: Un número del 1 al 10, no es tan difícil.


Marcos: Yo qué sé… el 7.


Sofía: Te toca hacerte un porro.


Marcos: Hija de puta, en lo que te conozco no te he visto liar ni una sola vez.


Sofía: Es que a ti te quedan muy chulos.


Nadia: Eso mismo, eso es un arte y tú eres todo un artista!


Aarón: El DaVinci de los canutos!


Marcos: Sois una panda de pelotas…


A Marcos no hacía falta liarle mucho, pero le gustaba hacerse de rogar. En 5 minutos ya tenía hecho su característico Cuerno de Gondor y empezamos a fumar para acompañar las birras. Ni frutos secos ni hostias. Porrillos. Así he acabado.


Después de un buen rato entre risas, cervezas, más sustancias y el buen tiempo, empezó a llegar un olorcito a carne… Ya se acercaba la hora de comer. Nadia y yo repartimos los platos y los cubiertos de plástico y los cocineros trajeron las dos bandejas bien rebosantes de churrascos, chistorras, butifarras… Madre mía, son las 3 y media de la madrugada, pero lo pienso y me da un hambre…


Empezamos a arrasar con todo de una manera un tanto grotesca. Pronto, los cubiertos pasarían a un segundo plano y solo se oía el ruido de masticar, como si de una manada de lobos fumados se tratase. Como en toda barbacoa que se precie, sobró algo para aprovechar en la merienda, incluso para cenar o comer al día siguiente. Terminamos el manjar con un chupito de ratafía (por si alguien no lo sabe, es un licor muy típico en Cataluña) que Carles había traído, y seguimos con nuestras conversaciones sobre todo y nada.


Una vez bajó un poco la comida, Aarón se acercó al maletero de su coche para poner la guinda al domingo… Volvió levantando en sus brazos, al más puro estilo Rafiki y Simba, una pelota de baloncesto. Marcos y Carles empezaron a hacer ruidos como de neandertal, a darse golpes en el pecho y espalda el uno al otro y a correr para la zona de las canastas, que estaba al lado. Hombre tener pelota. Hombre estar contento.


Nadia, Fran y yo nos quedamos atónitos ante tal muestra de testosterona. Aarón les tiró la pelota, Carles la botó muy fuerte contra el suelo con ambas manos y Marcos la recogió en el aire dando un salto totalmente innecesario. Aarón echó a correr hacia ellos gritando “PÁSALA PÁSALA”, para luego tirar un triple lamentable que ni tocó aro. En ese momento lo tuve claro, esos eran mis amigos.


Nadia: Madre mía, ya nos podemos despedir de ellos.


Sofía: Pero, por qué? Vamos para allí nosotros también.


Fran: Yo es que con el deporte…


Sofía: Eso ni es deporte ni es nada, es hacer el tonto con los colegas.


Fran: Yo me quedo aquí.


Nadia: Yo también, si eso ahora me acerco.


Marcos sabía que yo había jugado a básket desde pequeña (podéis hacer todos los chistes que queráis, pero no me vais a decir nada que no me hayan dicho ya), pero el resto no… Era la oportunidad de lucirme, algo que siempre me ha gustado, para qué mentir.


Estaban haciendo una especie de 1vs1 por turnos, tirando por tirar… Como un calentamiento, pero con alcohólicos y drogadictos en vez de con jugadores. Cuando Marcos vio que me acercaba, le hice un gesto con el dedo para que se callara, y le pedí el balón.


Lo cogí, me acerqué a ellos botándolo como si tuviera algún tipo de disfunción y tiré a canasta de forma ridícula, con una mecánica que haría llorar a Steph Curry.


Sofía: Venga, va, Aarón y yo contra vosotros dos.


Aarón: Sí hombre, yo para que me humillen ya tengo el Counter.


Marcos: Va, que será divertido.


Me guiñó un ojo, me conocía y me estaba viendo venir de lejos.


Sofía: Va, sacamos nosotros. Toma!


Estuvimos un rato haciendo un poco el tonto, me dejaban espacio para tirar, me la devolvían cuando fallaba… En una de estas, Carles se puso a marcarme de frente.


Carles: Va, ahora ya voy en serio!


Una vez se acercó a mí, la boté por debajo de sus piernas, la cogí, hice un reverso justo en la cara de Marcos y metí canasta con una bandeja a mano cambiada que creo que en mi vida me había salido tan perfecta.


Carles: Filla de puta… Cómo nos has vacilado.


Sofía: Juego a esto desde los 7 años, os voy a hundir en la mierda.


Aarón: Hostias hahahaha Ahora no me la pases, que no voy a estar a la altura.


Nos pusimos a jugar en serio y joder, que tarde tan divertida. Aprovechaba cuando Marcos me marcaba para darle la espalda, pegarle el culo en el paquete y ponerle nervioso.


Marcos: Joder, es que así no hay quién se concentre!


Le pasé la pelota a Aarón, que tiró, y poniendo cuerpo para coger el rebote, le pasé la mano por el paquete a Marcos, que ya estaba medio morcillón.


Sofía: Estamos a lo que estamos o qué?


Marcos: Así no se puede…


Aarón falló el tiro y el rebote lo cogió Carles (sí, he jugado a basket, pero me sacaban dos cabezas) y cuando estaba saliendo para fuera de la línea de 3, vi cómo se acercaba Nadia.


Nadia: Chicos, puedo yo?


Marcos: Sí, cámbiate por mí, que yo me tengo que ir ya. Te vas con alguno de ellos, Sofi?


Sofía: Sí, claro, no te preocupes!


Carles: Yo me voy a sentar un rato, que no suelo hacer deporte.


Aarón: Yo voy a por una birra, que estoy seco.


Nadia: Jooo, ahora que llego yo vais a parar?


Sofía: Tranqui mujer, va, que te enseño a tirar.


Nadia: Quién te ha dicho a ti que no sé tirar?


Sofía: Ah, perdona.


Nadia: Hahahahah te estaba vacilando, no tengo ni puta idea.


Le enseñé un poco lo básico. Cómo poner los pies, el movimiento de rodillas, la posición de las manos…


Sofía: Mira, esta mano solo la aguanta, tienes que hacer el arco con este brazo…


Nadia: Uy, qué cerquita, no me acose, entrenadora hahahaha


Sofía: E… es que… Joder, yo aquí enseñándote y tú tomándotelo a cachondeo.


Nadia: Hahahah que estoy de broma, a ver, entonces la fuerza viene desde abajo… me incorporo y tiro!


No fue una mierda de tiro, pero tampoco estuvo genial. Oye, para ser el primero que probamos, ni tan mal.


Nadia: Casi! Lo has visto! Joder, parezco una profesional.


Sofía: Hahahahah no te vengas arriba, va, otra vez.


Me acerqué a ella botando la pelota e hizo un intento de quitármela.


Sofía: Huy, pues no te queda nada para quitarme a mí la pelota.


Nadia: Sí, eh?


Empezó a intentar quitarme la pelota, pero mal. Corriendo hacia la pelota, rodeándome, metiendo la mano para robarla… Como vio que eso no funcionaba, probó directamente con el contacto físico. Me agarraba del brazo, de la sudadera, pero ni por esas.


Nadia: Joder, así no es divertido!


Sofía: Para mí sí!


Le hice una pequeña finta, y cuando pasé por su lado le di un azote, bastante sonoro, en el culo. Ahora fue ella la que soltó un ligero ruido más parecido a un gemido que a una queja.


Nadia: Ufff… Maldita!


Sofía: Aquí te espero!


Se acercó a mí, pero en vez de ir a por la pelota, fue directa a mis tetas, concretamente a uno de mis pezones, como ya hizo antes, y como antes pasó, el mismo escalofrío me subió hasta la nuca. Esta vez el disimulo me salió de 10 e hice ver como que me había hecho daño. Se acercó mucho a mí, preocupada por si se había pasado.


Nadia: Perdona, perdona! No te quería hacer daño.


Me puse muy cerca de su cara y le susurré.


Sofía: No calientes lo que no te vayas a comer…


Se quedó muy roja y abrió mucho los ojos de primeras, pero sonrió.


Nadia: Y quién te dice que no me lo voy a comer?


Me dio un pequeño mordisco en el labio, y ahora sí, consiguió cogerme la pelota.


Nadia: Wuuuh! Sí! He ganado yo! Jódete!


Alzaba la pelota como si fuera un trofeo y yo seguía atónita, entre el calentón que ya llevaba de serie, y que me estaban ganando en mi propio terreno… Iba a explotar.


Nadia: Va, vamos a por una birra, hay que celebrarlo!


Sofía: S… sí, mejor…


Nos acercamos a la mesa con el resto de la banda, ya un poco cansados todos. Nos abrimos una cerveza cada una y nos sentamos con ellos.


Nadia: Fran, Aarón, si queréis que os lleve tiene que ser después de la birra, que tengo que ir a casa de Miquel a llevarle unas cosas.


Aarón: Ah, pero habéis vuelto?


Nadia: Nah, ni ganas, voy a llevarle unas cosas que quedaban en mi piso y solo coincidíamos hoy.


Bingo. Si algo no soporto es meterme en medio de una relación, pero parece ser que tenía vía libre en el caso de que sus “travesuras” fueran en serio.


Sofía: Carles, me acercas tú entonces? Me han dejado aquí sola y desamparada.


Carles: Sí, claro, pero tienes prisa? Así me baja un poco el alcohol y eso.


Sofía: No, no, sin problema, así miramos lo de la versión acústica.


Nadia se terminó la cerveza, se despidió y se marchó junto a Aarón y Fran.


Carles: Vamos dentro si quieres, que ya se está yendo el sol.


Sofía: Sí, mejor.


Entramos al local y nos sentamos en el sofá para ver los vídeos de la versión de Zombie, y ahí fue dónde vino el primer problema de ir todo el día en sudadera y haber estado jugando a basket. Una de las cosas que más vergüenza me da en la vida, es que alguien pueda notar mi olor corporal por haber sudado, aunque no huela a absolutamente nada, pero me hace estar muy inquieta e incómoda. Recordé que en el local había ducha y toallas, y aunque no llevaba ropa para cambiarme, ni que fuera me podía dar un agua.


Sofía: Carles, me sabe muy mal cortarte, pero te importa si me doy una ducha rápida? Es que de estar correteando de arriba a abajo me da miedo apestarte en la cara, y si vamos a estar aquí un rato…


Carles: Ah, no, no, sin problema, te enseño dónde están las toallas y demás.


Pasamos para el baño y ahí mi cabeza, mis hormonas y mi calentón de todo el día empezaron a hacer que por mi mente pasaran muchos pensamientos intrusivos. En ningún momento me había pasado nada sexual por la cabeza con Carles, pero al estar los dos solos y, perdón por ser pesada con lo mismo, que llevaba desde la mañana salida perdida, no lo podía evitar.


Carles se agachó y del armario cogió un par de toallas blancas, en ese momento aproveché para quitarme la sudadera, solo la sudadera, pero todos sabemos qué es lo que había debajo. El haber estado haciendo deporte y el cambio de temperatura no ayudaba, tenía los pezones y las areolas completamente marcados. En una camiseta de un color más claro hubiera ido transparentando sin ninguna duda.


Carles se incorporó con las toallas.


Carles: Las toallas las limpiamos uno cada semana, no te preocupes que están todas lim…pias…


Sofía: Vale! Gracias!


Miró para todos los sitios posibles para que no notara que había estado mirando dónde yo pretendía que mirara. Le cogí las toallas de las manos, rozando una de mis manos con la suya.


Carles: N… necesitas algo más?


Sofía: No, gracias! Si va a ser un momento!


Carles salió, cerró la puerta, y yo aproveché para desvestirme toda. Lo primero que hice fue llevarme la mano a la entrepierna. Efectivamente, estaba mojada. No aquello que digas “TSUNAMIII”, pero estaba bien mojada.


Los pensamientos intrusivos seguían rondándome y ya llegó un punto en el que cedí a ellos. Me puse a mirar por el baño si había algo que pudiera hacer o usar en mi ayuda y vi que dentro de la ducha había una cajonera lo suficientemente alta como para que yo no llegara.


Abrí el grifo, me metí debajo, cogí el gel y con una precisión digna de Ray Allen lo coloqué en el estante de arriba. No pretendía lavarme el pelo, pero sabía que el “efecto mojado” ayuda en todo.


Cogí una de las toallas, que por suerte no eran muy grandes, y me la até de tal forma que no enseñaba nada, ni por arriba ni por debajo, pero que poco faltaba. Me fui para la puerta, la entreabrí, y me medio asomé.


Sofía: Carles, por favor, cógeme el gel que no llego! hahahahah Cómo se os ocurre poner eso tan arriba, panda de ogros!


Carles: Eh? Ah, s… sí, voy.


Carles entró y yo estaba dentro de la ducha, con el grifo apagado, haciendo un poco el tonto.


Sofía: Es… que… no… llego!


Iba estirando el brazo sabiendo que la toalla se iba a subir lo justo para que desde dónde estaba él, se intuyera mi culo.


Carles levantó el brazo, lo cogió y me lo acercó. Estaba muy rojo, y cada vez podía disimular menos a dónde miraban sus ojos.


Sofía: Gracias! Te juro que no te molesto más hahahahaha


Estiré el brazo para coger el gel de su mano y, con una actuación digna de un Óscar, hice un leve movimiento con la otra mano que hizo que la toalla se abriera. Para mí, la gracia en un descuido, es que parezca que de verdad es un descuido, por muy preparado que esté, como era el caso. Hice ver que me daba un micro infarto y me agarré la toalla como buenamente pude, dejando uno de mis pechos sin tapar y toda la parte trasera, que aunque no la podía ver, estaba al aire.


Carles se quedó ojiplático, seguía rojo y tenía hasta la boca un poco abierta. Esa. Esa era la cara que yo quería ver.


Carles: Perdón! Perdón!


Se dio la vuelta y se iba dirección a la puerta. Yo ya había tenido lo que quería, pero tenía dos opciones en ese momento. O dejaba que se fuera y todo quedaba en una anécdota graciosa pero morbosa… O culminaba lo que había empezado… Y creedme que me costó decidirme, pero acabé optando por lo obvio, que era la segunda opción.


Sofía: Carles.


Se quedó quieto y ni se giró.


Carles: Qué?


Sofía: Te quieres quedar?


Carles: Qué?


Sofía: Que si te quieres quedar, no me importa.


Carles: Pero… estás segura?


Sofía: Hahahahah te lo estoy pidiendo yo, no?


Carles: No te importa?


Sofía: Ay, si lo sé no te pregunto, hijo.


Carles: No, no, no, me quedo.


Dejé la cortina abierta y abrí el grifo. De primeras Carles solo estaba ahí, no se asomaba a la ducha, ni me estaba viendo, ni nada, solo resoplaba. Yo empecé a ducharme, porque era verdad, me sentía sudorosa y necesitaba quitarme esa sensación.


Empecé a escuchar pasos lentos. Carles se acercó, y se apoyó en la pared contraria a la que estaba, teniendo una visión perfecta de mi cuerpo. Ahí ya pasé a ducharme de forma más… sensual digamos. Empecé a enjabonarme los pechos de forma pausada, apretándolos y recreándome un poco, pero haciendo ver como que él no estaba ahí.


Carles: Dios mío… No me creo que esté pasando esto…


Sofía: Hahahahah qué exagerado… Pero te vas a quedar ahí, no quieres pasar ni nada?


Carles: Ufff… No te enfades, es que me apetece mirar.


Joder, si os hiciérais una idea de lo que me puso esa frase… Me di la vuelta y pasé a enjabonarme la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y rodeando el culo, llevando una de mis manos a mi entrepierna, usando la otra para apoyarme un poco en la pared y así poder inclinarme un poco.


Empecé a masturbarme despacio, pero llevaba un día de tantos calentones que no pude evitar gemir nada más comenzar.


Carles: Joder… Mira cómo me tienes…


Me giré y Carles agarraba su paquete por encima del pantalón. Se le notaba un bulto grande y que el pantalón iba a reventar.


Sofía: Hahahahahaha va, no te cortes.


Carles: No, no, me espero a que termines.


Seguí masturbándome hasta que, al poco tiempo, noté cómo mis dos piernas comenzaban a temblar y mis gemidos se agudizaban un poco más.


Carles: Te vas a correr?


Sofía: Sí…


Carles: Dios…


Sofía: Me… voy… a… uffff…. me… Ah!...


Un gemido diferente al resto pero también suave, dio a entender que ya había culminado. Me encantó, el poder masturbarse para alguien siempre es… genial.


Salí de la ducha, Carles cogió una de las toallas y estiré el brazo para cogerla. Su intención no era la de darme la toalla. Cogió mi brazo y me pasó la toalla por él, de forma suave pero a la vez fuerte. Carles, pese a ser muy bonachón, era un tipo muy grande y gordete, y entre la barba y la cabeza rapada intimidaba un poco, pero hacía las cosas de forma muy segura, y eso siempre me ha gustado.


Me secó los brazos poco a poco, pasó por mi pecho, por mi espalda y llegó hasta mis piernas. Una vez llegó hasta ahí, me pasó la toalla de forma delicada por la entrepierna. Yo me acababa de correr y estaba muy sensible ahí abajo, por lo que otro gemido se escapó de mi boca.


Sofía: Joder…


Carles: Te molesta?


Sofía: No, no, para nada…


Carles se agachó para tener mejor movilidad y siguió pasando con su mano la toalla por mi coño, cada vez haciendo más presión y acelerando un poco el ritmo. Yo separé un poco las piernas para facilitarle el trabajo, y apoyé las manos en sus hombros. Llegados a un punto, Carles ya tiró a tomar por culo la toalla y pasó a masturbarme con las manos.


El tío manejaba, la verdad. Con una mano me metió dos dedos y empezó a jugar con ellos dentro, mientras que con la otra jugaba con mi clítoris. Yo intentaba sentirme mal por tener al chaval ahí haciéndolo todo, pero de vez en cuando también me gusta que tengan iniciativa propia.


Le agarré de la cabeza, ya que el cambio de ritmo me pilló desprevenida, y ahí aprovechó para llevarse una teta a la boca. No era delicado, pero tampoco brusco, lo hacía con la intensidad que requería el momento. Su barba me iba marcando la piel, me arañaba y era áspera, pero sentirla era muy excitante.


Sofía: Carles… Carles… ya… ya…


Estaba a puntito de correrme otra vez. Entonces hizo algo que realmente no sé si es bueno, pero que en ese momento me encendió más si cabe.


Paró. Paró de golpe. Yo tenía las piernas empezando a temblar, y notaba cómo me palpitaba el coño. Estaba tan, pero tan cerca de correrme, que solo podía pensar en terminar.


Sofía: Q.. qué… por qué paras?


No dijo nada. Se levantó, puso las manos en mis hombros, y me puso de rodillas. Seguía sin decir nada, pero creo que no hacía falta. Estaba tan salida en ese momento, que me daba igual todo.


Llevé las manos a sus pantalones y se los bajé, dejándole en un boxer negro muy apretado con una gran mancha húmeda. Le pasé la mano por el bulto. Era grande y estaba duro como una piedra. Bajé el boxer de forma muy lenta. Siempre hay mucha expectación la primera vez que vas a ver a alguien desnudo. Normalmente, asociamos a la gente más subida de peso con atributos más pequeños, pero os aseguro que no era el caso.


Cuando terminé de bajar el bóxer por su último centímetro de carne, una polla gorda y grande dio a parar en mi mejilla, dejando un hilo de líquido preseminal desde mi cara hasta su punta.


Era una polla a proporción. Es decir, lo mismo una polla de ese tamaño en un cuerpo como el de Carles no parecía algo descomunal, pero os recuerdo que es un tipo que pasaba del 1,90 y de los 110kg y que yo no llego al 1,55.


La cogió por la base y siguió pasando el glande por mi mejilla, por mis labios… Yo como ya había asumido lo de dejarme hacer, cuando la noté en los labios abrí la boca y saqué un poco la lengua para facilitar el acceso, cosa que hizo poco a poco.


Primero metía solo la punta en la boca, mientras con la otra mano me cogía con delicadeza de la cara. Poco a poco la fue metiendo más, y la sacaba despacio. Cuando ya notó que entre mi saliva y su propio fluido ya estaba todo bien lubricado, empezó a acelerar el ritmo.


Estuve un rato dejándome follar la boca, ya que no era de esos burros que la meten hasta los topes y siempre es agradable disfrutar de una sesión de sexo sin arcadas ni falta de oxígeno.


Debido a una diferencia notable de altura entre ambos, la posición estaba empezando a ser cada vez más antinatural para él. Apartó mi ropa de la banqueta y, sin dejar de subir y bajar la mano por su miembro, se sentó a observarme.


Yo seguía de rodillas con las piernas medio temblorosas, y como no estaba acostumbrada al papel que me había tocado hacer ese día, no sabía bien bien qué hacer, así que esperé a ver cómo avanzaba todo.


No pasaron muchos segundos hasta que sugirió que diéramos un paso más.


Carles: En mi cartera tengo condones.


Estaba intentando ser un poco más consciente de las cosas que podían pasarme si seguía yendo de cabra loca por la vida, así que cogí la cartera de su pantalón, cogí un condón, me levanté y caminé hacia él. Me senté sobre sus piernas, tocando la base de su polla con mi coño y le di el condón.


Mientras él lo abría despacio, yo me dediqué a masturbarle con las dos manos. Soy la primera que defiende la expresión “el tamaño no importa”, y la defenderé hasta que me muera, porque me lo he pasado de lujo con chorras de todos los tamaños, pero me encanta eso de poder pajear una polla con ambas manos, llamadme hipócrita si queréis 🤣


Disfrutamos ambos de esa situación durante un rato, y una vez se puso el condón me levantó, me dio la vuelta y empezó a pasarme la punta por mi vagina de adelante hacia atrás. Estaba empapada, me había quedado tan al borde del orgasmo que creía que no iba a tardar ni 5 segundos en correrme. Por mi cabeza solo pasaba el “métemela de una vez”, y en otra situación hubiera sido yo misma la que hubiera cogido y “raca, padentro”. Pero eso estaba siendo divertido también.


Me cogió por la cintura con su enorme mano y empezó a introducirla poco a poco.


Sofía: Uuuh… Joder… sí que estoy sensible…


Una vez ya toda dentro, y con sus dos manos sobre mi cintura, ahora sí que había llegado el momento en el que tenía que actuar yo. Lo que me gusta de una postura así, es que yo misma controlo el ritmo. Y estando como estaba, el ritmo iba a ser bastante movido.


Coloqué mis manos sobre las suyas, las apreté, enviándole el mensaje de que quería que él me apretara, cosa que captó de primeras, y empecé a mover mis caderas muy rápido sin separar mi culo de su regazo.


Ya he comentado varias veces que no soy muy fan del sexo con penetración, que raras veces me apetece o me gusta, pero llegar a esa conclusión me llevó bastantes años de práctica… Por lo que, sin querer echarme muchas flores, no es algo que se me dé precisamente mal.


Carles jadeaba y gruñía (chicos, sed ruidosos, de verdad que nos encanta) mientras sus manos recorrieron mi cintura y mis costillas hasta llegar a las tetas. Me las apretaba con firmeza, dejando mis pezones entre sus dedos, con los que iba jugando de tanto en tanto.


Yo estaba intentando no correrme muy deprisa, porque aunque podía seguir, estaba disfrutando mucho de la sesión. Pero la idea de Carles era otra.


Una de sus manos subió por mi busto hasta alcanzar el cuello, que apretó con la fuerza justa para que fuera muy morboso, sin rozar el ahogamiento. Se acercó a mi oído y me susurró algo.


Carles: Córrete… sé que estás a punto.


Todavía me pone la piel de gallina recordar ese momento. Seguí moviéndome, acelerando el ritmo poco a poco mientras Carles me apretaba el cuello cada vez con un poco más de fuerza. Llegué a mi límite, ya no pude aguantar más y por mi boca empezaron a salir gemidos ahogados.


Sofía: Ah… Ya… jod… ya… AH!


Notaba cómo las paredes de mi vagina se contraían y podía hasta sentir las palpitaciones en la polla de Carles. La parte interior de mis muslos temblaba y en ese momento no sabía ni cómo cojones me iba a levantar. Cosa por la que tampoco tuve que preocuparme mucho.


Al notar que yo ya había terminado, Carles me tumbó en la banqueta, se sacó el condón y se puso a masturbarse a la altura de mi cara, quedando yo en medio de sus piernas.


No decía nada, pero sí era muy expresivo en cuánto a expresiones, movimientos, ruidos… Pude notar que se iba a correr cuando su respiración se aceleraba y se entrecortaba.


Carles: Uff… no p… no puedo más… me corro…


Acercó más la polla a mi cara, y por como estaba puesta, lo único que pude hacer era sacar la lengua. Pero la boca no era su objetivo.


Agitaba su polla de una forma muy agresiva y pude ver como de golpe paró a la altura del glande, para volver a reanudar la marcha con unos movimientos mucho más lentos, pero apretándosela bastante más fuerte.


Imagino que es una forma de controlar mejor la corrida, ya que empezó a correrse de forma abundante pero controlada. Un primer lefazo cayó por toda mi cara, llegando desde la barbilla hasta la frente, seguido de otros tantos que no pude ver, ya que por acto reflejo cerré los ojos.


Notaba cómo iban cayendo, unos más largos, otros más densos, otros simplemente gotas, pero todos dentro de su objetivo, sin salir ninguno disparado hacia la nada. Abrí la boca para coger una bocanada de aire, que entró acompañada por su polla, todavía dura y empapada.


Estuve chupando hasta que, poco a poco, se empezó a desinflar. Carles se separó de mí y me acercó una toalla.


Sofía: Te has quedado a gusto, eh? Hahaha


Carles: Ya, perdona, es que cuando me vengo arriba…


Sofía: Pero me he quejado yo en algún momento?


Carles: Te puedo pedir algo?


Sofía: Me pides permiso para pedirme algo pero no para correrte en mi cara? Caballeros así ya no quedan hahahaha Dime.


Carles: Esto que ha pasado… Podría quedar entre tú y yo?


Sofía: A ver… No me digas que tienes novia…


Carles: No, no, para nada, pero es que soy muy reservado con mi vida personal, y si vamos a venir a ensayar y eso… No me gustaría que hubiera malos rollos o miradas raras.


Sofía: Pues mira, me parece perfecto. Chocamos la mano? Como que ya no hace falta, no?


Carles: Hahahahaha siempre con el cachondeo… te lo agradezco, en serio.


Me pegué una ducha, por lo obvio, y Carles se quedó en el baño conmigo. Hubo un intento de masturbación por su parte, pero resultó ser de los que una vez terminan, necesitan su tiempo. 100% respetable.


Una vez limpia, hicimos lo planeado en un principio, que era ver los vídeos de la versión acústica para el ensayo y Carles me acercó a mi casa.


Me fui a dormir con una sensación rara. Me había encantado ese encuentro, lo había disfrutado un montón. Quería seguir jugando a mis chorradas sin necesidad de crear algún tipo de enemistad... Cosa que, en ese momento, veía muy complicado.

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Perdonad que haya tardado tanto! Pero entre que no ando muy motivada y casi no saco tiempo para escribir… Espero que hayáis disfrutado de la lectura, espero con muchas ganas vuestras reacciones y comentarios!


Un saludo a todos!
Me uno al voto de mensaje anterior..también for you mis dieses😘💕experiencia POV transmitida a tu público❤️
 
Muy buenas! Perdón por la espera, pero no ando muy inspirada últimamente y todo lo que escribo lo acabo borrando 3847583475683745345 veces. Tengo mucha presión (mía, por supuesto) en no bajar el listón y eso me pasa factura.


Pero fuera dramas, que aquí venimos a divertirnos! Os dejo con la continuación!

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Ya habían pasado un par de meses desde aquella prueba, y la verdad que estaba súper contenta y motivada con los ensayos. Pasamos de quedar un día a la semana a quedar dos y hasta 3 veces. Fuera de los ensayos, mi vida seguía igual. Iba a clase, luego al súper a trabajar, cuando podía me juntaba con Ginesta y con Marcos y de vez en cuando jugaba con algunos de mis conocidos “contactos”. Sí que había cogido el mal hábito de beber y fumar entre semana, pero bueno, las estrellas de rock somos así (equisdé, es una bromi).


Yo cada vez estaba más suelta y con más confianza con el resto de integrantes de la banda (no en el sentido que estáis pensando, guarros) y salvo alguna broma jocosa y alguna mirada a mis tetas (cosas de ir sin sujetador por la vida) no había pasado nada con ninguno/a de los compis. Me estaba comportando.


Esa semana, uno de los días que escogimos para el ensayo, fue el domingo por la mañana, así aprovechábamos el terreno que tenían allí, y ya que no hacía demasiado frío pese a ser Noviembre, podíamos hacer una mini-barbacoa o, como yo la llamo, barbacoa.


El plan era simple y atractivo, quedar sobre las 10, ensayar hasta las 12:30/13:00 y luego ya comer y lo que surgiera. Lo bueno de tener alquilado un local entero en un recinto así, es que no es algo que vaya por horas, y te puedes estar el tiempo que quieras cuando quieras, una maravilla, la verdad.


La noche del sábado al domingo fue movidita, pero no por mi parte. Ginesta vino a casa, como muchos sábados y, como muchos otros sábados desde su “encuentro” con Gabri, se acostaron juntos. Puede que haya sonado a celosa, pero ni mucho menos, casi siempre era espectadora en primera fila de sus cópulas, solo que soy humana y hay veces que me apetece descansar, y más cuando tengo un ensayo al día siguiente por la mañana.


A parte de levantarme cansada, porque Ginesta es mala de nacimiento, sabe que me flipa escucharla, y se dedicó a no cortarse un pelo y no dejarme dormir, estaba más salida que la proa del Titanic, precisamente por el mismo motivo que me causó el insomnio.


Me pegué una ducha de esas que desearías quedarte a vivir allí dentro para siempre, y me fui a vestir. Lo recuerdo como si fuera ayer, era pleno noviembre, era por la mañana, y estábamos a 15 grados, así que no me preocupé del frío y para la ocasión escogí unos pantalones de los Celtics (los he tenido que jubilar este año, un minuto de silencio por ellos, que me costaron 40 pavos), y por culpa de la calentura que llevaba encima, una camiseta de tirantes con la que no tuviera ningún tipo de problema si quería “jugar” a los descuidos. Me até las converse y bajé a esperar a Marcos, que el pobre parecía mi taxista personal.



Puntual como un reloj, ya me hacía aspavientos desde su asiento por mis 10 minutos de retraso.


Marcos: Tú siempre igual, eh?


Sofía: Mira, calla, que no he pegado ojo y voy con una marcha menos.


Marcos: Hahahahahahaha a saber qué habrás hecho, viciosa.


Marcos arrancó el coche y nos pusimos en marcha.


Sofía: Pues para tu sorpresa, yo nada, pero estos dos estuvieron dale que te pego hasta las tantas y no me pude dormir hasta que terminaron.


Marcos: Joder con el bueno de Gabri, ya me dirá cómo lo hace, que yo hasta la fecha aún no he conseguido quedar a solas con Ginesta.


Sofía: Oye que si os molesto no voy, eh? hahahahaha


Marcos: Hostia cómo vienes tú hoy hahahahah Ya sabes a lo que me refiero, mujer.


Sofía: Encima de estar ahí escuchándoles con el tracatraca, y la otra que ya sabes que es una escandalosa…


Marcos: Vamos, que vas cachonda perdida.


Sofía: Me voy a follar el freno de mano, Marcos.


Los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me gustaba la confianza que tenía con gente como Marcos, esas bromas siempre escandalizan a más de uno y de una.


Marcos: Imagino que la camiseta esa que llevas tiene algo que ver con que vayas así de salida, no?


Con las luces de mi casa ni me di cuenta, cogí una de tirantes roja de esas básicas (entre la camiseta roja y los pantalones verdes parecía sacada de una peli de Navidad), que son cómodas, pero a la vez me es muy fácil hacer que se me salga todo. Pero de lo que no me di cuenta es de que iba marcando los pezones de una forma exagerada.


Sofía: Me cago en la puta hahahaha Por dios, dime que tienes una sudadera que dejarme!


Marcos: En el maletero tengo una y me va un poco pequeña, pero no sé si dejártela…


Sofía: Solo me rodeo de gente mala, a cada cuál peor.


Marcos: Va, enséñales las tetas a ese pelotón de ahí, y no solo te la dejo, te la regalo.


Vivíamos en una zona de montaña cerca de la típica carretera que sube hasta arriba del todo, por lo que los pelotones de ciclistas eran considerados fauna autóctona de allí, y justo estábamos por adelantar a un grupito.


Sofía: En serio me propones eso pensando que en algún momento voy siquiera a dudarlo?


Marcos: No serás capaz.


Antes de que acabara de decir “capaz”, justo a la altura de la mitad del pelotón, me bajé la camiseta y pegué las tetas contra la ventana del coche. No hacía frío, pero la ventana parecía sacada directamente del corazón de vuestros/as ex.


Marcos redujo drásticamente la velocidad, dando tiempo al pelotón a que se avisaran unos a otros. Todo era un ambiente bastante festivo, la verdad, ya que estábamos todos, tanto dentro como fuera del coche, muriéndonos de risa.


Recordáis lo que he dicho de que solo me rodeo de gente mala? Pues Marcos, en un total alarde de ser el mismísimo sucesor de Morgoth, pero en cabrón, no aceleró el coche en ningún momento para que pudiéramos pillar en rojo el semáforo que había unos metros más adelante.


Sofía: Eres lo peor, me vas a regalar la sudadera y el puto coche también.


Marcos: Hahahahah disfruta, que ahí viene tu público!


Sofía: Son ciclistas, es un semáforo, obviamente, no van a parar.


Es lógico pensar eso, no? Los ciclistas y los semáforos son enemigos por naturaleza. Como los taxistas y los ciclistas. O los autobuseros y los ciclistas. O los demás conductores y los ciclistas. O los ciclistas y otros ciclistas. Malditos ciclistas, han destrozado el ciclismo.


Pues, para sorpresa de todos, en ese semáforo sí pararon. Me saludaban, sonreían, uno me hacía el gesto de bajarme la camiseta… Tampoco fueron groseros, cosa que hizo que la anécdota me siga pareciendo muy divertida a día de hoy. Antes de arrancar, les hice un amago de que me iba a bajar la camiseta, pero les dejé con las ganas.


Marcos: Estás de la olla hahahahaha


Sofía: Pero si luego voy a la playa y me paso el día en tetas, ya ves tú.


Marcos: Te has ganado esa sudadera.


Llegamos al recinto y, pese a los nervios y ansiedad de Marcos porque “es que vamos a llegar tarde porque eres una tardona bla bla bla”, fuimos los primeros en llegar. Marcos abrió la verja con el mandito, dejamos el coche aparcado y nos bajamos.


Hacía un día de puta madre. Eran las 10 de la mañana y hacía sol, se podía estar en tirantes, no había ni una puta nube en el cielo… Parecía finales de Mayo, un lujo. Cogimos la bebida y la carne que habíamos traído, Marcos me dio MI sudadera, y pasamos para dentro del local.


Guardamos todo en la nevera, Marcos empezó a afinar su guitarra y a hacer unas primeras pruebas de sonido para que todo estuviera listo cuando los demás llegaran, mientras yo le ayudaba con los “ssssssi” “ssssssssi” del micro. Trabajo en equipo, chavales.


No tardaron mucho en llegar los demás, a los 10 minutos ya estaban allí Nadia y Aarón, y cuando no habíamos ni terminado de saludarles, entraron Fran y Carles.


Nadia: Joder, al final soy la única mongola que ha venido en pantalón largo. Bueno, y Fran, pero lo suyo ya es de estudio.


Fran: Sí, en Massachusetts ya están contactando conmigo para empezar las pruebas.


Sofía: Tu madre no te iba a dejar ir tan lejos tú solo.


Carles: Bueno, Sofía se ha ganado no hacer la carne! Punto para ella!


Fran: Tampoco iba a llegar a la parrilla.


Sofía: Qué cabrón hahahahhaha Yo esto lo veo un empate.


Me gustaba TANTO, ese ambiente que había de “te tiro puyita, me la devuelves” pero luego todo eran risas… Me sentía como en casa, eran todos una gente maravillosa, la verdad. Estuvimos 5 minutos de charla pre-ensayo, y tras hacerle 4 últimos apaños al sonido del micro, empezamos a ensayar.


A la hora y pico decidimos hacer un poco de pausa, y aprovechando el buen día salimos a fumar fuera. Había unas mesitas a la sombra de un árbol, y nos pusimos allí a hablar todos con todos. Yo estaba sentada en la mesa con los pies en la banqueta, y Nadia se me acercó.


Nadia: Tía, no te asas con la sudadera puesta?


Sofía: Como un puto pollo, pero es que mira.


Me abrí la sudadera y le enseñé el panorama. Se me marcaban hasta las areolas de los pezones. Nadia se puso roja como un tomate y pude notar un ligero suspiro que salía de su boca. Lo había hecho a propósito? Obvio.


Nadia: Hahahahahaha pero joder, es que no te miras antes de salir de casa?


Sofía: Tú te crees que si me hubiera visto hubiera venido así? Menos mal que Marcos me ha podido dejar la sudadera.


Nadia: Bueno, menos mal para ti, que el resto nos perdemos el espectáculo hahahahah


Sofía: Oye! hahahah descarada!


Volvimos ambas a la conversación con el grupo y al cuarto de hora más o menos ya estábamos listos para volver.


Aarón: Bueno, creo que ya es hora de seguir!


Carles: Padentro todo el mundo.


Yo estaba empanada, mirando vete a saber qué, lo mismo una hoja de árbol que se había caído o algún pájaro. La cosa es, que al pasar cerca de mí, Nadia me pellizcó a modo de broma en uno de mis pezones para despertarme de mi empanada monumental. Funcionó, vaya si funcionó, pero ese día no era el mejor para hacer ese tipo de cosas. Me subió un cosquilleo desde los pies hasta la base de la nuca, y no pude evitar que se me escapara un ligero gemido, imperceptible para el resto, pero que Nadia escuchó en primera persona.


Nadia: Joder, sí que los tienes sensibles hahahahah

Sofía: Mi… mira! Calla eh! El daño que me has hecho…


Intenté disimular, pero no me salió muy bien la cosa. Igual que con los chicos soy muy valiente y muy echada para adelante, con las chicas me pongo nerviosa. Cosa que desde fuera es bastante divertido de ver en mi opinión.


Nadia: Sí, ya, daño, sí hahahahah


Sofía: Ahora verás!


Salí corriendo tras ella y echó a correr para esconderse detrás de Carles entre risas.


Sofía: Ya saldrás de ahí! Cobarde!


Marcos: No, no, no, aquí si os vais a pelear, que sea en bikini y en el barro.


Aarón: Eso, eso!


Sofía: Ya verás cuando te coja!


Nos gritamos un par de tonterías más y seguimos con el resto del ensayo. Terminamos con la canción de Zombie, de The Cranberries y cuando estábamos recogiendo las cosas, Carles se acercó a mí.


Carles: Por cierto, me estoy aprendiendo esta misma canción pero en versión acústica. Cómo lo ves para hacerla?


Sofía: Hostia, pues tiene que sonar genial… Sí, sí, dale!


Una vez todo estaba recogido, Aarón y Fran salieron para empezar a hacer el fuego, Marcos y Carles fueron a por un bidón, y Nadia y yo sacamos el hielo, las cervezas y la carne para fuera.


La escena me da nostalgia a día de hoy cuando la pienso. Qué de domingos pasamos así. La barbacoa en un lateral, las mesas a la sombra, los bidones con hielo hasta arriba de birras… Como el trabajo ya estaba hecho, me abrí una cerveza, me bebí media de un trago y empecé a incitar a Marcos a la mala vida.


Sofía: Marcos… dime un número del 1 al 10.


Marcos: Qué dices tú ahora?


Sofía: Un número del 1 al 10, no es tan difícil.


Marcos: Yo qué sé… el 7.


Sofía: Te toca hacerte un porro.


Marcos: Hija de puta, en lo que te conozco no te he visto liar ni una sola vez.


Sofía: Es que a ti te quedan muy chulos.


Nadia: Eso mismo, eso es un arte y tú eres todo un artista!


Aarón: El DaVinci de los canutos!


Marcos: Sois una panda de pelotas…


A Marcos no hacía falta liarle mucho, pero le gustaba hacerse de rogar. En 5 minutos ya tenía hecho su característico Cuerno de Gondor y empezamos a fumar para acompañar las birras. Ni frutos secos ni hostias. Porrillos. Así he acabado.


Después de un buen rato entre risas, cervezas, más sustancias y el buen tiempo, empezó a llegar un olorcito a carne… Ya se acercaba la hora de comer. Nadia y yo repartimos los platos y los cubiertos de plástico y los cocineros trajeron las dos bandejas bien rebosantes de churrascos, chistorras, butifarras… Madre mía, son las 3 y media de la madrugada, pero lo pienso y me da un hambre…


Empezamos a arrasar con todo de una manera un tanto grotesca. Pronto, los cubiertos pasarían a un segundo plano y solo se oía el ruido de masticar, como si de una manada de lobos fumados se tratase. Como en toda barbacoa que se precie, sobró algo para aprovechar en la merienda, incluso para cenar o comer al día siguiente. Terminamos el manjar con un chupito de ratafía (por si alguien no lo sabe, es un licor muy típico en Cataluña) que Carles había traído, y seguimos con nuestras conversaciones sobre todo y nada.


Una vez bajó un poco la comida, Aarón se acercó al maletero de su coche para poner la guinda al domingo… Volvió levantando en sus brazos, al más puro estilo Rafiki y Simba, una pelota de baloncesto. Marcos y Carles empezaron a hacer ruidos como de neandertal, a darse golpes en el pecho y espalda el uno al otro y a correr para la zona de las canastas, que estaba al lado. Hombre tener pelota. Hombre estar contento.


Nadia, Fran y yo nos quedamos atónitos ante tal muestra de testosterona. Aarón les tiró la pelota, Carles la botó muy fuerte contra el suelo con ambas manos y Marcos la recogió en el aire dando un salto totalmente innecesario. Aarón echó a correr hacia ellos gritando “PÁSALA PÁSALA”, para luego tirar un triple lamentable que ni tocó aro. En ese momento lo tuve claro, esos eran mis amigos.


Nadia: Madre mía, ya nos podemos despedir de ellos.


Sofía: Pero, por qué? Vamos para allí nosotros también.


Fran: Yo es que con el deporte…


Sofía: Eso ni es deporte ni es nada, es hacer el tonto con los colegas.


Fran: Yo me quedo aquí.


Nadia: Yo también, si eso ahora me acerco.


Marcos sabía que yo había jugado a básket desde pequeña (podéis hacer todos los chistes que queráis, pero no me vais a decir nada que no me hayan dicho ya), pero el resto no… Era la oportunidad de lucirme, algo que siempre me ha gustado, para qué mentir.


Estaban haciendo una especie de 1vs1 por turnos, tirando por tirar… Como un calentamiento, pero con alcohólicos y drogadictos en vez de con jugadores. Cuando Marcos vio que me acercaba, le hice un gesto con el dedo para que se callara, y le pedí el balón.


Lo cogí, me acerqué a ellos botándolo como si tuviera algún tipo de disfunción y tiré a canasta de forma ridícula, con una mecánica que haría llorar a Steph Curry.


Sofía: Venga, va, Aarón y yo contra vosotros dos.


Aarón: Sí hombre, yo para que me humillen ya tengo el Counter.


Marcos: Va, que será divertido.


Me guiñó un ojo, me conocía y me estaba viendo venir de lejos.


Sofía: Va, sacamos nosotros. Toma!


Estuvimos un rato haciendo un poco el tonto, me dejaban espacio para tirar, me la devolvían cuando fallaba… En una de estas, Carles se puso a marcarme de frente.


Carles: Va, ahora ya voy en serio!


Una vez se acercó a mí, la boté por debajo de sus piernas, la cogí, hice un reverso justo en la cara de Marcos y metí canasta con una bandeja a mano cambiada que creo que en mi vida me había salido tan perfecta.


Carles: Filla de puta… Cómo nos has vacilado.


Sofía: Juego a esto desde los 7 años, os voy a hundir en la mierda.


Aarón: Hostias hahahaha Ahora no me la pases, que no voy a estar a la altura.


Nos pusimos a jugar en serio y joder, que tarde tan divertida. Aprovechaba cuando Marcos me marcaba para darle la espalda, pegarle el culo en el paquete y ponerle nervioso.


Marcos: Joder, es que así no hay quién se concentre!


Le pasé la pelota a Aarón, que tiró, y poniendo cuerpo para coger el rebote, le pasé la mano por el paquete a Marcos, que ya estaba medio morcillón.


Sofía: Estamos a lo que estamos o qué?


Marcos: Así no se puede…


Aarón falló el tiro y el rebote lo cogió Carles (sí, he jugado a basket, pero me sacaban dos cabezas) y cuando estaba saliendo para fuera de la línea de 3, vi cómo se acercaba Nadia.


Nadia: Chicos, puedo yo?


Marcos: Sí, cámbiate por mí, que yo me tengo que ir ya. Te vas con alguno de ellos, Sofi?


Sofía: Sí, claro, no te preocupes!


Carles: Yo me voy a sentar un rato, que no suelo hacer deporte.


Aarón: Yo voy a por una birra, que estoy seco.


Nadia: Jooo, ahora que llego yo vais a parar?


Sofía: Tranqui mujer, va, que te enseño a tirar.


Nadia: Quién te ha dicho a ti que no sé tirar?


Sofía: Ah, perdona.


Nadia: Hahahahah te estaba vacilando, no tengo ni puta idea.


Le enseñé un poco lo básico. Cómo poner los pies, el movimiento de rodillas, la posición de las manos…


Sofía: Mira, esta mano solo la aguanta, tienes que hacer el arco con este brazo…


Nadia: Uy, qué cerquita, no me acose, entrenadora hahahaha


Sofía: E… es que… Joder, yo aquí enseñándote y tú tomándotelo a cachondeo.


Nadia: Hahahah que estoy de broma, a ver, entonces la fuerza viene desde abajo… me incorporo y tiro!


No fue una mierda de tiro, pero tampoco estuvo genial. Oye, para ser el primero que probamos, ni tan mal.


Nadia: Casi! Lo has visto! Joder, parezco una profesional.


Sofía: Hahahahah no te vengas arriba, va, otra vez.


Me acerqué a ella botando la pelota e hizo un intento de quitármela.


Sofía: Huy, pues no te queda nada para quitarme a mí la pelota.


Nadia: Sí, eh?


Empezó a intentar quitarme la pelota, pero mal. Corriendo hacia la pelota, rodeándome, metiendo la mano para robarla… Como vio que eso no funcionaba, probó directamente con el contacto físico. Me agarraba del brazo, de la sudadera, pero ni por esas.


Nadia: Joder, así no es divertido!


Sofía: Para mí sí!


Le hice una pequeña finta, y cuando pasé por su lado le di un azote, bastante sonoro, en el culo. Ahora fue ella la que soltó un ligero ruido más parecido a un gemido que a una queja.


Nadia: Ufff… Maldita!


Sofía: Aquí te espero!


Se acercó a mí, pero en vez de ir a por la pelota, fue directa a mis tetas, concretamente a uno de mis pezones, como ya hizo antes, y como antes pasó, el mismo escalofrío me subió hasta la nuca. Esta vez el disimulo me salió de 10 e hice ver como que me había hecho daño. Se acercó mucho a mí, preocupada por si se había pasado.


Nadia: Perdona, perdona! No te quería hacer daño.


Me puse muy cerca de su cara y le susurré.


Sofía: No calientes lo que no te vayas a comer…


Se quedó muy roja y abrió mucho los ojos de primeras, pero sonrió.


Nadia: Y quién te dice que no me lo voy a comer?


Me dio un pequeño mordisco en el labio, y ahora sí, consiguió cogerme la pelota.


Nadia: Wuuuh! Sí! He ganado yo! Jódete!


Alzaba la pelota como si fuera un trofeo y yo seguía atónita, entre el calentón que ya llevaba de serie, y que me estaban ganando en mi propio terreno… Iba a explotar.


Nadia: Va, vamos a por una birra, hay que celebrarlo!


Sofía: S… sí, mejor…


Nos acercamos a la mesa con el resto de la banda, ya un poco cansados todos. Nos abrimos una cerveza cada una y nos sentamos con ellos.


Nadia: Fran, Aarón, si queréis que os lleve tiene que ser después de la birra, que tengo que ir a casa de Miquel a llevarle unas cosas.


Aarón: Ah, pero habéis vuelto?


Nadia: Nah, ni ganas, voy a llevarle unas cosas que quedaban en mi piso y solo coincidíamos hoy.


Bingo. Si algo no soporto es meterme en medio de una relación, pero parece ser que tenía vía libre en el caso de que sus “travesuras” fueran en serio.


Sofía: Carles, me acercas tú entonces? Me han dejado aquí sola y desamparada.


Carles: Sí, claro, pero tienes prisa? Así me baja un poco el alcohol y eso.


Sofía: No, no, sin problema, así miramos lo de la versión acústica.


Nadia se terminó la cerveza, se despidió y se marchó junto a Aarón y Fran.


Carles: Vamos dentro si quieres, que ya se está yendo el sol.


Sofía: Sí, mejor.


Entramos al local y nos sentamos en el sofá para ver los vídeos de la versión de Zombie, y ahí fue dónde vino el primer problema de ir todo el día en sudadera y haber estado jugando a basket. Una de las cosas que más vergüenza me da en la vida, es que alguien pueda notar mi olor corporal por haber sudado, aunque no huela a absolutamente nada, pero me hace estar muy inquieta e incómoda. Recordé que en el local había ducha y toallas, y aunque no llevaba ropa para cambiarme, ni que fuera me podía dar un agua.


Sofía: Carles, me sabe muy mal cortarte, pero te importa si me doy una ducha rápida? Es que de estar correteando de arriba a abajo me da miedo apestarte en la cara, y si vamos a estar aquí un rato…


Carles: Ah, no, no, sin problema, te enseño dónde están las toallas y demás.


Pasamos para el baño y ahí mi cabeza, mis hormonas y mi calentón de todo el día empezaron a hacer que por mi mente pasaran muchos pensamientos intrusivos. En ningún momento me había pasado nada sexual por la cabeza con Carles, pero al estar los dos solos y, perdón por ser pesada con lo mismo, que llevaba desde la mañana salida perdida, no lo podía evitar.


Carles se agachó y del armario cogió un par de toallas blancas, en ese momento aproveché para quitarme la sudadera, solo la sudadera, pero todos sabemos qué es lo que había debajo. El haber estado haciendo deporte y el cambio de temperatura no ayudaba, tenía los pezones y las areolas completamente marcados. En una camiseta de un color más claro hubiera ido transparentando sin ninguna duda.


Carles se incorporó con las toallas.


Carles: Las toallas las limpiamos uno cada semana, no te preocupes que están todas lim…pias…


Sofía: Vale! Gracias!


Miró para todos los sitios posibles para que no notara que había estado mirando dónde yo pretendía que mirara. Le cogí las toallas de las manos, rozando una de mis manos con la suya.


Carles: N… necesitas algo más?


Sofía: No, gracias! Si va a ser un momento!


Carles salió, cerró la puerta, y yo aproveché para desvestirme toda. Lo primero que hice fue llevarme la mano a la entrepierna. Efectivamente, estaba mojada. No aquello que digas “TSUNAMIII”, pero estaba bien mojada.


Los pensamientos intrusivos seguían rondándome y ya llegó un punto en el que cedí a ellos. Me puse a mirar por el baño si había algo que pudiera hacer o usar en mi ayuda y vi que dentro de la ducha había una cajonera lo suficientemente alta como para que yo no llegara.


Abrí el grifo, me metí debajo, cogí el gel y con una precisión digna de Ray Allen lo coloqué en el estante de arriba. No pretendía lavarme el pelo, pero sabía que el “efecto mojado” ayuda en todo.


Cogí una de las toallas, que por suerte no eran muy grandes, y me la até de tal forma que no enseñaba nada, ni por arriba ni por debajo, pero que poco faltaba. Me fui para la puerta, la entreabrí, y me medio asomé.


Sofía: Carles, por favor, cógeme el gel que no llego! hahahahah Cómo se os ocurre poner eso tan arriba, panda de ogros!


Carles: Eh? Ah, s… sí, voy.


Carles entró y yo estaba dentro de la ducha, con el grifo apagado, haciendo un poco el tonto.


Sofía: Es… que… no… llego!


Iba estirando el brazo sabiendo que la toalla se iba a subir lo justo para que desde dónde estaba él, se intuyera mi culo.


Carles levantó el brazo, lo cogió y me lo acercó. Estaba muy rojo, y cada vez podía disimular menos a dónde miraban sus ojos.


Sofía: Gracias! Te juro que no te molesto más hahahahaha


Estiré el brazo para coger el gel de su mano y, con una actuación digna de un Óscar, hice un leve movimiento con la otra mano que hizo que la toalla se abriera. Para mí, la gracia en un descuido, es que parezca que de verdad es un descuido, por muy preparado que esté, como era el caso. Hice ver que me daba un micro infarto y me agarré la toalla como buenamente pude, dejando uno de mis pechos sin tapar y toda la parte trasera, que aunque no la podía ver, estaba al aire.


Carles se quedó ojiplático, seguía rojo y tenía hasta la boca un poco abierta. Esa. Esa era la cara que yo quería ver.


Carles: Perdón! Perdón!


Se dio la vuelta y se iba dirección a la puerta. Yo ya había tenido lo que quería, pero tenía dos opciones en ese momento. O dejaba que se fuera y todo quedaba en una anécdota graciosa pero morbosa… O culminaba lo que había empezado… Y creedme que me costó decidirme, pero acabé optando por lo obvio, que era la segunda opción.


Sofía: Carles.


Se quedó quieto y ni se giró.


Carles: Qué?


Sofía: Te quieres quedar?


Carles: Qué?


Sofía: Que si te quieres quedar, no me importa.


Carles: Pero… estás segura?


Sofía: Hahahahah te lo estoy pidiendo yo, no?


Carles: No te importa?


Sofía: Ay, si lo sé no te pregunto, hijo.


Carles: No, no, no, me quedo.


Dejé la cortina abierta y abrí el grifo. De primeras Carles solo estaba ahí, no se asomaba a la ducha, ni me estaba viendo, ni nada, solo resoplaba. Yo empecé a ducharme, porque era verdad, me sentía sudorosa y necesitaba quitarme esa sensación.


Empecé a escuchar pasos lentos. Carles se acercó, y se apoyó en la pared contraria a la que estaba, teniendo una visión perfecta de mi cuerpo. Ahí ya pasé a ducharme de forma más… sensual digamos. Empecé a enjabonarme los pechos de forma pausada, apretándolos y recreándome un poco, pero haciendo ver como que él no estaba ahí.


Carles: Dios mío… No me creo que esté pasando esto…


Sofía: Hahahahah qué exagerado… Pero te vas a quedar ahí, no quieres pasar ni nada?


Carles: Ufff… No te enfades, es que me apetece mirar.


Joder, si os hiciérais una idea de lo que me puso esa frase… Me di la vuelta y pasé a enjabonarme la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y rodeando el culo, llevando una de mis manos a mi entrepierna, usando la otra para apoyarme un poco en la pared y así poder inclinarme un poco.


Empecé a masturbarme despacio, pero llevaba un día de tantos calentones que no pude evitar gemir nada más comenzar.


Carles: Joder… Mira cómo me tienes…


Me giré y Carles agarraba su paquete por encima del pantalón. Se le notaba un bulto grande y que el pantalón iba a reventar.


Sofía: Hahahahahaha va, no te cortes.


Carles: No, no, me espero a que termines.


Seguí masturbándome hasta que, al poco tiempo, noté cómo mis dos piernas comenzaban a temblar y mis gemidos se agudizaban un poco más.


Carles: Te vas a correr?


Sofía: Sí…


Carles: Dios…


Sofía: Me… voy… a… uffff…. me… Ah!...


Un gemido diferente al resto pero también suave, dio a entender que ya había culminado. Me encantó, el poder masturbarse para alguien siempre es… genial.


Salí de la ducha, Carles cogió una de las toallas y estiré el brazo para cogerla. Su intención no era la de darme la toalla. Cogió mi brazo y me pasó la toalla por él, de forma suave pero a la vez fuerte. Carles, pese a ser muy bonachón, era un tipo muy grande y gordete, y entre la barba y la cabeza rapada intimidaba un poco, pero hacía las cosas de forma muy segura, y eso siempre me ha gustado.


Me secó los brazos poco a poco, pasó por mi pecho, por mi espalda y llegó hasta mis piernas. Una vez llegó hasta ahí, me pasó la toalla de forma delicada por la entrepierna. Yo me acababa de correr y estaba muy sensible ahí abajo, por lo que otro gemido se escapó de mi boca.


Sofía: Joder…


Carles: Te molesta?


Sofía: No, no, para nada…


Carles se agachó para tener mejor movilidad y siguió pasando con su mano la toalla por mi coño, cada vez haciendo más presión y acelerando un poco el ritmo. Yo separé un poco las piernas para facilitarle el trabajo, y apoyé las manos en sus hombros. Llegados a un punto, Carles ya tiró a tomar por culo la toalla y pasó a masturbarme con las manos.


El tío manejaba, la verdad. Con una mano me metió dos dedos y empezó a jugar con ellos dentro, mientras que con la otra jugaba con mi clítoris. Yo intentaba sentirme mal por tener al chaval ahí haciéndolo todo, pero de vez en cuando también me gusta que tengan iniciativa propia.


Le agarré de la cabeza, ya que el cambio de ritmo me pilló desprevenida, y ahí aprovechó para llevarse una teta a la boca. No era delicado, pero tampoco brusco, lo hacía con la intensidad que requería el momento. Su barba me iba marcando la piel, me arañaba y era áspera, pero sentirla era muy excitante.


Sofía: Carles… Carles… ya… ya…


Estaba a puntito de correrme otra vez. Entonces hizo algo que realmente no sé si es bueno, pero que en ese momento me encendió más si cabe.


Paró. Paró de golpe. Yo tenía las piernas empezando a temblar, y notaba cómo me palpitaba el coño. Estaba tan, pero tan cerca de correrme, que solo podía pensar en terminar.


Sofía: Q.. qué… por qué paras?


No dijo nada. Se levantó, puso las manos en mis hombros, y me puso de rodillas. Seguía sin decir nada, pero creo que no hacía falta. Estaba tan salida en ese momento, que me daba igual todo.


Llevé las manos a sus pantalones y se los bajé, dejándole en un boxer negro muy apretado con una gran mancha húmeda. Le pasé la mano por el bulto. Era grande y estaba duro como una piedra. Bajé el boxer de forma muy lenta. Siempre hay mucha expectación la primera vez que vas a ver a alguien desnudo. Normalmente, asociamos a la gente más subida de peso con atributos más pequeños, pero os aseguro que no era el caso.


Cuando terminé de bajar el bóxer por su último centímetro de carne, una polla gorda y grande dio a parar en mi mejilla, dejando un hilo de líquido preseminal desde mi cara hasta su punta.


Era una polla a proporción. Es decir, lo mismo una polla de ese tamaño en un cuerpo como el de Carles no parecía algo descomunal, pero os recuerdo que es un tipo que pasaba del 1,90 y de los 110kg y que yo no llego al 1,55.


La cogió por la base y siguió pasando el glande por mi mejilla, por mis labios… Yo como ya había asumido lo de dejarme hacer, cuando la noté en los labios abrí la boca y saqué un poco la lengua para facilitar el acceso, cosa que hizo poco a poco.


Primero metía solo la punta en la boca, mientras con la otra mano me cogía con delicadeza de la cara. Poco a poco la fue metiendo más, y la sacaba despacio. Cuando ya notó que entre mi saliva y su propio fluido ya estaba todo bien lubricado, empezó a acelerar el ritmo.


Estuve un rato dejándome follar la boca, ya que no era de esos burros que la meten hasta los topes y siempre es agradable disfrutar de una sesión de sexo sin arcadas ni falta de oxígeno.


Debido a una diferencia notable de altura entre ambos, la posición estaba empezando a ser cada vez más antinatural para él. Apartó mi ropa de la banqueta y, sin dejar de subir y bajar la mano por su miembro, se sentó a observarme.


Yo seguía de rodillas con las piernas medio temblorosas, y como no estaba acostumbrada al papel que me había tocado hacer ese día, no sabía bien bien qué hacer, así que esperé a ver cómo avanzaba todo.


No pasaron muchos segundos hasta que sugirió que diéramos un paso más.


Carles: En mi cartera tengo condones.


Estaba intentando ser un poco más consciente de las cosas que podían pasarme si seguía yendo de cabra loca por la vida, así que cogí la cartera de su pantalón, cogí un condón, me levanté y caminé hacia él. Me senté sobre sus piernas, tocando la base de su polla con mi coño y le di el condón.


Mientras él lo abría despacio, yo me dediqué a masturbarle con las dos manos. Soy la primera que defiende la expresión “el tamaño no importa”, y la defenderé hasta que me muera, porque me lo he pasado de lujo con chorras de todos los tamaños, pero me encanta eso de poder pajear una polla con ambas manos, llamadme hipócrita si queréis 🤣


Disfrutamos ambos de esa situación durante un rato, y una vez se puso el condón me levantó, me dio la vuelta y empezó a pasarme la punta por mi vagina de adelante hacia atrás. Estaba empapada, me había quedado tan al borde del orgasmo que creía que no iba a tardar ni 5 segundos en correrme. Por mi cabeza solo pasaba el “métemela de una vez”, y en otra situación hubiera sido yo misma la que hubiera cogido y “raca, padentro”. Pero eso estaba siendo divertido también.


Me cogió por la cintura con su enorme mano y empezó a introducirla poco a poco.


Sofía: Uuuh… Joder… sí que estoy sensible…


Una vez ya toda dentro, y con sus dos manos sobre mi cintura, ahora sí que había llegado el momento en el que tenía que actuar yo. Lo que me gusta de una postura así, es que yo misma controlo el ritmo. Y estando como estaba, el ritmo iba a ser bastante movido.


Coloqué mis manos sobre las suyas, las apreté, enviándole el mensaje de que quería que él me apretara, cosa que captó de primeras, y empecé a mover mis caderas muy rápido sin separar mi culo de su regazo.


Ya he comentado varias veces que no soy muy fan del sexo con penetración, que raras veces me apetece o me gusta, pero llegar a esa conclusión me llevó bastantes años de práctica… Por lo que, sin querer echarme muchas flores, no es algo que se me dé precisamente mal.


Carles jadeaba y gruñía (chicos, sed ruidosos, de verdad que nos encanta) mientras sus manos recorrieron mi cintura y mis costillas hasta llegar a las tetas. Me las apretaba con firmeza, dejando mis pezones entre sus dedos, con los que iba jugando de tanto en tanto.


Yo estaba intentando no correrme muy deprisa, porque aunque podía seguir, estaba disfrutando mucho de la sesión. Pero la idea de Carles era otra.


Una de sus manos subió por mi busto hasta alcanzar el cuello, que apretó con la fuerza justa para que fuera muy morboso, sin rozar el ahogamiento. Se acercó a mi oído y me susurró algo.


Carles: Córrete… sé que estás a punto.


Todavía me pone la piel de gallina recordar ese momento. Seguí moviéndome, acelerando el ritmo poco a poco mientras Carles me apretaba el cuello cada vez con un poco más de fuerza. Llegué a mi límite, ya no pude aguantar más y por mi boca empezaron a salir gemidos ahogados.


Sofía: Ah… Ya… jod… ya… AH!


Notaba cómo las paredes de mi vagina se contraían y podía hasta sentir las palpitaciones en la polla de Carles. La parte interior de mis muslos temblaba y en ese momento no sabía ni cómo cojones me iba a levantar. Cosa por la que tampoco tuve que preocuparme mucho.


Al notar que yo ya había terminado, Carles me tumbó en la banqueta, se sacó el condón y se puso a masturbarse a la altura de mi cara, quedando yo en medio de sus piernas.


No decía nada, pero sí era muy expresivo en cuánto a expresiones, movimientos, ruidos… Pude notar que se iba a correr cuando su respiración se aceleraba y se entrecortaba.


Carles: Uff… no p… no puedo más… me corro…


Acercó más la polla a mi cara, y por como estaba puesta, lo único que pude hacer era sacar la lengua. Pero la boca no era su objetivo.


Agitaba su polla de una forma muy agresiva y pude ver como de golpe paró a la altura del glande, para volver a reanudar la marcha con unos movimientos mucho más lentos, pero apretándosela bastante más fuerte.


Imagino que es una forma de controlar mejor la corrida, ya que empezó a correrse de forma abundante pero controlada. Un primer lefazo cayó por toda mi cara, llegando desde la barbilla hasta la frente, seguido de otros tantos que no pude ver, ya que por acto reflejo cerré los ojos.


Notaba cómo iban cayendo, unos más largos, otros más densos, otros simplemente gotas, pero todos dentro de su objetivo, sin salir ninguno disparado hacia la nada. Abrí la boca para coger una bocanada de aire, que entró acompañada por su polla, todavía dura y empapada.


Estuve chupando hasta que, poco a poco, se empezó a desinflar. Carles se separó de mí y me acercó una toalla.


Sofía: Te has quedado a gusto, eh? Hahaha


Carles: Ya, perdona, es que cuando me vengo arriba…


Sofía: Pero me he quejado yo en algún momento?


Carles: Te puedo pedir algo?


Sofía: Me pides permiso para pedirme algo pero no para correrte en mi cara? Caballeros así ya no quedan hahahaha Dime.


Carles: Esto que ha pasado… Podría quedar entre tú y yo?


Sofía: A ver… No me digas que tienes novia…


Carles: No, no, para nada, pero es que soy muy reservado con mi vida personal, y si vamos a venir a ensayar y eso… No me gustaría que hubiera malos rollos o miradas raras.


Sofía: Pues mira, me parece perfecto. Chocamos la mano? Como que ya no hace falta, no?


Carles: Hahahahaha siempre con el cachondeo… te lo agradezco, en serio.


Me pegué una ducha, por lo obvio, y Carles se quedó en el baño conmigo. Hubo un intento de masturbación por su parte, pero resultó ser de los que una vez terminan, necesitan su tiempo. 100% respetable.


Una vez limpia, hicimos lo planeado en un principio, que era ver los vídeos de la versión acústica para el ensayo y Carles me acercó a mi casa.


Me fui a dormir con una sensación rara. Me había encantado ese encuentro, lo había disfrutado un montón. Quería seguir jugando a mis chorradas sin necesidad de crear algún tipo de enemistad... Cosa que, en ese momento, veía muy complicado.

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Perdonad que haya tardado tanto! Pero entre que no ando muy motivada y casi no saco tiempo para escribir… Espero que hayáis disfrutado de la lectura, espero con muchas ganas vuestras reacciones y comentarios!


Un saludo a todos!
Impresionante, cambio de ritmo. Y toques de humor una crack 😍😍
 
Buenas! Pues aquí os dejo con la continuación!
Recuerdo con mucho cariño estos días concretos, fueron unas navidades muy divertidas, para qué mentir hahahahahah

Espero que os guste!


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A la mañana siguiente me desperté "temprano" teniendo en cuenta que nos dormimos sobre las 5 o 6 de la mañana. Cuando bebo no duermo muy bien y duermo muy poco. Eran como las 9 de la mañana, tenía un poco de dolor de cabeza y me puse a pensar en el panorama. Había tenido una sesión de sexo bastante satisfactoria y había pasado un muy buen rato, hasta ahí los puntos positivos. Como puntos negativos, se habían corrido dentro de mí (en aquella época no tomaba la píldora) y me había acostado con un chaval que en privado parecía ser buen tío, pero a la que estaba con gente se convertía en el típico macho alfa gallito y no me hacía gracia que fuera cantando a los 4 vientos a los compañeros de clase todo lo que había pasado.

El primer punto tenía solución, ir a la farmacia a por la pastilla del día después y a las malas al centro de salud. Para el segundo punto necesitaba una conversación un poco seria con Joel, así que me dispuse a despertarle. Estaba dormido como un tronco y como dormía boca arriba y yo solo tengo una sábana (hacía mucho calor en ese piso), mis ojos fueron a parar a su paquete. No estaba empalmado, ni falta que hacía para que se le marcara eso y pensé en varias maneras de despertarle sin ser agresiva, pero tampoco quería que se flipara si le despertaba con una mamada o algo parecido, así que opté por la opción de hacerle una paja. Sin decir nada, quité la sábana de encima y ahí estaba, esa monstruosidad que en el momento que la volví a ver solo podía pensar en cómo narices pude meterme eso dentro. Primero le acaricié un poco el glande, y poco a poco pude ver como se iba poniendo dura. Pasé de las caricias a cogerla con una mano y moverla suavemente de arriba a abajo para notar cómo se iba despertando.


-Joder así da gusto despertar… buenos días.


-Ya estás despierto? Pues va, levántate y vístete que nos tenemos que ir.


Solté su polla completamente empalmada y me levanté de la cama.


-Es en serio??- me dijo todavía dormido y algo confuso.


Mi intención era, como la noche anterior, ver sus reacciones. Es mi manera de jugar y a la vez tener activado el detector de capullos, funciona el 99% de las veces.


-hahahaha totalmente en serio, a ver si te piensas que voy a hacer yo todo el trabajo. Eres libre de acabar tú solito si quieres.


-Ya, pero no es lo mismo.


-O lo tomas o lo dejas.


Joel refunfuñó por lo bajini, pero no dudó y siguió con lo que yo había empezado. Le miré de reojo y la verdad es que era bastante espectacular verle. Con la mano izquierda se apretaba la base de la polla mientras con la derecha masturbaba todo lo que le quedaba al descubierto. Para que os hagáis una idea, la tenía como un bote de esos de spray para limpiar muebles, que en cm no sé cuánto es pero es un poco más que mi antebrazo.


Me senté en la cama para coger la ropa que me faltaba de la e irme a la ducha y él aprovechó para liberar su mano izquierda y empezar a sobarme las tetas desde atrás.


-Te molesta?- me preguntó. Resultó ser muy considerado.


-No, no, para nada, tú ponte las botas, pero me voy a ir ya a la ducha, así que si quieres seguir aprovechando, termina rápido.


-Lo mismo una ayudita…-aceleró el ritmo y soltó un ligero gemido- me viene bien…


Solté una pequeña risita y me acerqué a él. Como vi que lo primero que hizo fue sobarme las tetas, pensé que sería buena idea acercárselas a la cara. Y vaya si fue buena idea. Noté como se encendía aún más mientras jugaba con ellas. Las apretaba, se las metía en la boca, ponía la cabeza entre medio… todo esto sin dejar de masturbarse. Estuvo así unos pocos minutos hasta que…


-Ya… ya!


Yo me giré y puse mis tetas para recibir la descarga. Entre la postura y los vaivén de su brazo, los chorros se repartieron entre mis tetas, mi cuello y una de mis mejillas.


-Joder… vaya navidades…


-hahahahahah te quejarás! Ve vistiéndote que me voy a dar una ducha rápida, que me tienes que acompañar a comprar una cosa a la farmacia.


-Ah… ya imagino qué será… perdona, de verdad que…


-No te preocupes- le interrumpí- fue culpa mía, tú ya me dijiste lo que había. Pues eso, me voy a la ducha.


Desde que yo me desperté hasta ese momento no habían pasado ni 20 minutos, y en todo ese rato no había escuchado ni un ruido en toda la casa. Imaginaba que Gabri y Dani seguirían durmiendo, ya que se acostaron con una papa bastante importante, así que cogí mi ropa con una mano y me dispuse a salir al baño. Asomé la cabeza y ni un ruido ni las puertas de las habitaciones abiertas. Bingo. Fui como una ninja al baño y abrí la puerta para encontrarme de cara con Dani, que solo pudo mirarme de arriba abajo, llena de corrida desde el cuello hasta el ombligo.


-Jo… der!!- exclamó


-Hostiaputa!- me asusté bastante, no esperaba a nadie.


Me tapé como pude y no tuve ni que decirle nada, Dani se fue medio corriendo del baño y volvió a la habitación de Joan. Vaya faena, ¿qué cojones hacía ahí si no había escuchado nada en todo el rato? Me metí en la ducha y seguí dándole vueltas… me había visto completamente desnuda y llena de lefa… A mi parte exhibicionista eso le encantó, así que ya que estaba en la ducha, aproveché para masturbarme. La ducha que teníamos no era muy moderna, pero la alcachofa sí que podía moverse para cambiar el tipo de chorro que salía, así que puse el chorro del centro, que salía más concentrado y a presión, y lo apunté hacia mi clítoris… Si no fue mi paja más rápida, estuvo muy cerca. Me introduje dos dedos mientras el chorro hacía su faena y en mi cabeza solo podía ver la imagen de Dani mirándome de arriba abajo hacía solo unos pocos minutos… Tuve un orgasmo más intenso que cualquiera de los que tuve la noche anterior y tuve que apoyarme con la mano del grifo en la pared porque casi me fui al suelo de lo que me temblaron las piernas. Me vestí y volví a mi habitación.


Joel ya estaba vestido, cogí mi bolso y mi teléfono y nos fuimos. Me pareció buen momento para tener una conversación con él sobre lo que pasó.


-Bueno, sobre anoche, me gustaría comentarte algo.


-Estuvo bien, no? Hice algo que te molestara?


-No, no, para nada, te has portado súper bien y sobre el pequeño accidente ya te he dicho que asumo mi culpa.


-Entonces?


-Pues voy a ser directa. Vamos a la misma clase y te veo cómo eres cuando estás con otros chicos, no me interesa en absoluto que vayas dando detalles sobre mí o sobre lo que hicimos, lo que se hace en privado se queda en privado.


-Entiendo…-Joel se quedó unos segundos- Esa imagen doy?


-A ver, sinceramente, no me hizo gracia saber que venías, pero a la que empezamos a beber cambiaste completamente.


-Vaya, eres directa… No voy a negar que me vengo arriba cuando estoy con otros chicos, pero nunca cuento intimidades y menos si conocen a la chica en cuestión…


-Solo quiero asegurarme. Me queda un año y medio en este curso y no quiero quedar como la guarra del centro en el primer trimestre.


-Hahahahah te entiendo Sofía, de verdad, no te preocupes. En cuanto a nosotros…?- bleh, en esa parte de la conversación no había pensado.


-Uh, a qué te refieres con nosotros? Hemos pasado una buena noche, no te vale con eso?


-Ah… ya… - quizás había sido un poco brusca.


-Me refiero a que no vamos a estar viéndonos cada semana o que vayamos a estar cada día hablando. Si algún día surge, pues genial, pero yo estoy centrada en mis cosas ahora.


-Pero podré hablarte o vas a hacer como si te siguiera cayendo mal?


-hahahahaha de verdad cuánto drama, si vas a hablarme como me has estado hablando esta noche o esta mañana, sin problema!


-Vale! Por cierto, antes cuando has ido al baño te he escuchado gritar algo, qué ha pasado?- me dió un ataque de risa- qué te hace tanta gracia? Qué ha pasado?


-Pues que me he encontrado de cara con Dani tal y como he abierto la puerta del baño.


-Hahahahaha qué dices! Vaya buenas vistas habrá tenido el chaval, para una chica en pelotas que ve.


-Cómo?


-Vaya, me he colado… nada, déjalo.


-No, no, dime, queda entre nosotros.


-Pues que Dani no ha estado con ninguna chica.


-Entiendo… bueno, cambiemos de tema.


Seguimos hablando de las conversaciones que teníamos la noche anterior sobre películas y series hasta que llegamos a la farmacia de guardia (era festivo, recordemos que era Navidad). No me pusieron ningún tipo de pega y me vendieron la pastilla. Joel y yo nos despedimos con dos besos y cada uno se fue para su casa.


Durante el camino de vuelta pensaba en lo que me había dicho Joel sobre Dani. Vaya puntería tenía, Gabri, al primero que le eché el ojo, virgen y Dani, también. No voy a negar que en aquella época me atraían un poco los chicos poco experimentados, me sentía bastante poderosa, pero no me gustaba desvirgar a chavales. Se supone que la primera vez tiene que ser algo "especial" y no quería que la gente tuviera una primera experiencia como la mía, que fue más por compromiso o porque "tocaba" que porque me apeteciera hacerlo con esa persona.


El otro punto en el que pensaba era en cómo iba a reaccionar Dani al verme, ya que una cosa era verme las tetas "sin querer" y otra muy distinta era verme totalmente en pelotas y de lefa hasta las cejas. A mí no me incomodaba para nada, pero viendo que él cada vez se ponía más nervioso cuando hablábamos, después de eso probablemente iría a peor.


Llegué a casa y la puerta de la habitación de Joan estaba cerrada, no sabía si con o sin Dani dentro y podía escuchar a Gabri hablar por teléfono en su habitación. Yo me fui a mi habitación, y como pretendía pasarme el día en casa sin hacer nada, me puse un culotte, mi camiseta de Iverson, cogí el portátil y me fui al comedor.


Al rato salió Gabri con cara de que le hubieran estado dando martillazos en la cabeza toda la noche.


-Hombreeee! Mira quién sale de su zulo por fin. Bon Nadal! Qué? Hay resaca?


-Joder… no vuelvo a beber… Bon Nadal a ti también…


-hahahahahaha pero si bebiste la mitad que yo!!


-Ya pero no es normal lo que una persona de tu tamaño puede aguantar…


Se fue a preparar un café y se sentó conmigo en el sofá.


-Y tú anoche qué?- me dijo con una sonrisilla delatora.


-Yo qué de qué?


-hahahaha no disimules! Que se te escuchó perfectamente.


-hahahahahaha ay, no me lo tengas en cuenta, iba algo borracha y me vine un poco arriba.


-Un poco dice, verás cómo los vecinos le dicen algo a mis abuelos.


-hahahaha qué va hombre!!


-Así que con Joel, eh?... Y no querías que viniera…


-Ya, pero la cosa surgió y mira…


-Entonces habrás podido ver…


-Que si he visto el qué? Déjate de enigmas Gabri que yo también tengo un poco de resaca.


-Piensa que nos duchamos juntos después de algunas clases…


-Hostia es verdad! Hahahahahah pues si es a lo que te refieres sí, algo descomunal.- No pensé en que Gabri podría estar un poco acomplejado y me supo un poco mal.


-Y… qué tal fue? Se te oía disfrutar, la verdad.


-Pero estuviste escuchando todo el rato o qué? Hahahaha pues sí, bastante satisfactoria la noche. Pero piensa que el tamaño no lo es todo, hay que saber usar las cosas.


-Ya, pero calzando así me imagino que ayuda…


Gabri se acabó el café y se levantó.


-Yo ahora me voy a duchar y me voy a ir a comer con mi padre, cuando se levante Dani dile que me escriba que anoche estaba fatal y estoy un poco preocupado.


-Ah, sigue aquí?


-Si, ahí está su sudadera y su abrigo.


-Pues yo se lo digo, no te preocupes.


Gabri se duchó y se fue. Yo me quedé en el sofá, con una serie de fondo y jugando en el portátil. Dani no daba señales de vida, y yo tampoco quería molestarle, sé lo duras que son las primeras resacas y total, Joan no iba a volver hasta pasadas las fiestas. Al cabo de un rato fui a la cocina a hacerme mi súper plato especial para las resacas… Macarrones con atún y 7447477474 litros de tomate frito, no me llamarán para Mastercheff pero tengo mi público. Pude escuchar como la puerta de la habitación de Joan se abría y Dani se dirigía a la cocina. Parecía un zombie, estaba blanco como la nieve y con unas ojeras que le hacían parecer un oso panda.


-Hombre, buenos días princeso, te preguntaría qué tal, pero tengo una planta medio seca con mejor pinta que tú.


-Ufff… estoy fatal…- se sentó en una de las sillas que tenemos alrededor de la mesa de la cocina, apoyando los codos en la mesa y su cabeza en sus manos.


-Ya te veo, ya. Como de costumbre he hecho macarrones para 15. Te quedas a comer? Te sentará bien nutrirte un poco.


-Pues no te voy a decir que no…


No sabía si sacar el tema de nuestro encuentro en el baño, esperar a que lo sacara él o hacerme la sueca… Yo seguí a lo mío y esperé a ver si él se animaba.


Acabé de hacer la comida, serví dos platos y nos fuimos al comedor a la mesa pequeña que tenemos para el sofá. Dani seguía en modo zombie, comiendo muy despacito, como rezando para que todo se quedara dentro y bebiendo mucha agua.


-Come lo que puedas, eh?- le dije- tampoco te fuerces mucho.


Yo en ese estado, engullo como una oca y terminé de comer antes de que Dani llevara ni medio plato.


-Uff… sí que me va sentando bien… me noto un poco mejor.


-Bien, bien, eso es bueno! Si quieres puedes echarte otro rato ahora cuando termines, yo voy a estar todo el día en casa y la habitación sigue estando vacía.


-Pues más tarde no te diré que no…


Yo seguí a lo mío en mi portátil y Dani cuando terminó se echó para atrás. Lo notaba más animado y veía como de vez en cuando sus ojos se iban a mis piernas o al lateral de la teta que tenía en su ángulo de visión. Lo notaba un poco inquieto y de repente se animó a hablar.


-Y… qué haces?- Cada vez me recordaba más a Gabri.


-Pues llevo unos días enganchada al Age of Empires II (tremendo juegardo) y estoy volviendo a mi adolescencia.


-Ya ves, pues no le habré echado horas… Oye…- Se puso rojo como un tomate.


-Dime


-Lo he soñado yo… o esta mañana…


-Esta mañana…?


-S… si esta mañana te he visto… entrar al baño?


-Hahahahaha no lo has soñado, no… qué coño hacías ahí?


-Me empecé a encontrar mal de madrugada y me fui a vomitar al baño… estaba tan hecho polvo que me quedé dormido y me desperté cuando abriste la puerta de tu habitación…


-Joder pues menudo susto me has dado, yo que pensé que no había nadie


Seguimos cada uno a lo nuestro. Dani estaba con ganas de seguir con esa conversación, y yo también, pero no sabía cómo llevarla a mi terreno, la verdad. Me daba igual haber tenido ya una sesión de sexo por la mañana, intenté calentar un poco el ambiente y estiré los brazos hacia arriba desperezándome, dejando mis pechos al borde de salirse por completo de la camiseta. Notaba como quitaba la vista de su móvil y me miraba, para volver a mirar el móvil cuando cruzábamos la vista. Ya me estaba empezando a gustar más eso. Me levanté y me incliné para dejar el portátil en la mesa, dejando ver un poco mi culotte a pocos centímetros de su cara.


-Voy a hacerme un café, quieres tú uno?


-Eh? Ah, no no, no creo que me siente muy bien, me ha dado un poco de bajón otra vez.


-Ah, no te preocupes, te hago una manzanilla o algo.


-Ah pues te lo agradezco…


Me fui a la cocina a hacer el café y la infusión y así de paso poder pensar en cómo poder aprovechar la situación para quitarme el mono de "hacer cosas" con Dani. Como ya he dicho hace un momento, no me gustaba la idea de desvirgar a nadie así porque sí, así que la opción de follármelo quedaba totalmente descartada, de momento. Podía aprovechar el encuentro que tuvimos en el baño para ver si él también se animaba.


Volví al comedor y él tenía cara de encontrarse un poco peor, ya sabemos cómo funcionan los altibajos de la resaca. Volví a hacer la jugada de inclinarme al poner las tazas en la mesa y pude ver en el reflejo de la tele como se quedaba embobado mirándome el culo con solo un culotte. Bien, yo con que mirara ya estaba contenta.


-Gracias Sofía, no llevo bien esto de las resacas…


-Si no estás acostumbrado pasan esas cosas hahahahaha pobrete.


Cogí mi taza y subí las piernas al sofá, poniéndome de lado y dejando un poco al descubierto mi culotte. Las miradas de Dani eran cada vez menos disimuladas. Para ver si se animaba a entablar algún tipo de conversación, hice como que me daba cuenta de que tenía medio culo fuera y me lo tapé con la camiseta.


-Ay, perdona, a veces se me olvida que no todo el mundo está acostumbrado a mis pintas de estar por casa.


-Ah… n…no te preocupes, total, estás en tu casa…


-Hahahaha ya, eso es verdad, además, tú ya me has visto, no?


Se quedó muy callado y solo soltó una pequeña risa nerviosa. Me lo ponía un poco complicado, y yo tampoco quería que se notara lo que estaba buscando.


-Te incomoda que hablemos de esto? Yo es que lo llevo de forma bastante natural.


-Bueno…no es que me incomode… pero otras chicas no hubieran reaccionado igual.


-A ver, realmente ha sido un accidente, qué voy a hacer? Pues llevarlo de la forma más natural posible.


-Ya… pero…


-Pero qué? Tampoco hagas tanto drama hombre, si está todo bien hahahaha


-No, si no es eso… era cosa mía… o tenías…?- Dani estaba empezando a pasar de blanco a rojo y notaba que hasta le temblaban un poco las manos.


-Si tenía qué?


-Si lo que tenías por encima… era…?


-Corrida?- si no llego a decirlo yo, nunca lo hubiera dicho.


-Sí… era corrida?


-Pues sí, para que te voy a mentir.


-Uff…- Cruzó las piernas, imagino que intentando disimular una erección, o por lo menos adelantarse a ella.


-Era de tu amigo Joel si te lo preguntas.


-Ya me lo imagino, ya… si os escuché anoche.


Me dio un ataque de risa, yo pensaba que con la papa que llevaban nadie se iba a enterar de nada, pues estaba bien equivocada.


-Por qué te ríes?


-Hombre, es una situación graciosa hahahahah tanto se me escuchó?


-Ufff… y tanto.


-Por qué resoplas? Te puso escucharme o qué?


-Pues… no te enfadas?


-Pero por qué me iba a enfadar?


-Pues… sí, me puso…


-Hahahahha pero no te agobies hombre! Si es normal! Me sabe mal haberos molestado.


-No, no, si no me molestó para nada… de hecho…-parece que se iba soltando


-Sí? De hecho?


-Me da un poco de vergüenza…


-Va, me has visto en bolas, me lo debes.


-Pues que me intenté hacer una paja… pero me encontraba tan mal que tuve que parar y me quedé dormido…


-Ay hahahahahaha pobre! Te dejé a medias sin estar ahí hahahaha


No podía evitar reírme, la situación era bastante cómica, pero también era una forma de quitarle hierro y de disimular un poco que la conversación me estaba poniendo bastante a tono.


-Jo, yo no le veo la gracia…


-Va hombre, si es muy divertido! Y esta mañana has podido culminar o tampoco?


-Pues me encontraba mal y me volví a quedar dormido…


-Ah que lo has vuelto a intentar? Hahahaha ay pobre!


-No te molesta?


-Por qué me iba a molestar? Deja de decir esas cosas que no soy un ogro!


-Hombre… te acabo de decir que me he intentado masturbar dos veces en tu casa…


-Qué va hombre, me lo tomo como un halago.


-Sí?


-Claro!


-Te puedo contar algo?- Dani llevaba un rato bastante espabilado, y ni siquiera de trababa a la hora de hablar.


-Sí, adelante.


-Pues desde que estoy viniendo aquí… me hago las pajas pensando en ti.


Ya estaba todo dónde yo quería que estuviera. En el momento que dijo eso noté cómo mi culotte empezaba a mojarse.


-Vaya, vaya… y eso?


-Pues el primer día que vine te vi las tetas… y encima como por casa vas siempre así aunque esté yo… pues te iba mirando…


-Entiendo… y ahora supongo que pensarás en cuando me viste esta mañana, no?


-Pues… sí, no te voy a mentir…


-Entiendo… Pues va, ve a echarte un rato y de paso terminas que ahora parece que estás mejor.


-De verdad no te importa?


-Mientras no manches nada, no te preocupes. Y si lo manchas, lo limpias tú.


Dani se fue para la habitación de Joan. Yo aproveché y en el momento que se cerró la puerta empecé a masturbarme por dentro del culotte, de forma muy frenética. Con la mano izquierda me metía dos dedos mientras que con la derecha frotaba mi clítoris, estuve así unos 5 minutos hasta que estuve a punto de correrme y paré. Me levanté y me acerqué a la habitación de Joan. Puse la oreja en la puerta y gracias a que la cama de Joan hace mucho ruido, podía escuchar levemente el ruido que hacía Dani mientras supuestamente se masturbaba. Sin pensármelo abrí poco a poco la puerta, y efectivamente Dani se estaba masturbando. Estaba tumbado y tenía el móvil en la mano mientras con la otra se hacía la paja. Tenía una buena polla, la verdad. No era como la de Joel, pero estaba bastante bien dotado, encima la tenía un poco curvada hacía arriba y eso me encanta.


Al darse cuenta de mi presencia, paró en seco la paja y se tapó con la sábana.


-Q… qué haces??


-Ah, pensaba que como ibas a pensar en mí estaría invitada a entrar.


-Pe.. pero quieres estar aquí?


-A ti te molesta que mire?


-No… bueno, no sé…


-A ver, si no quieres que esté, me voy, pero había pensado que como es Navidad podía dejar que me vieras un poco, si quieres.


-E… es en serio??


-Sí, pero esto tiene que quedar entre tú y yo, si me entero de que lo vas diciendo por ahí, aquí no vuelves a entrar.


-Sí, sí, no diré nada!


Me senté en la cama, de cara a él, metí la mano por debajo de la sábana y se la puse en la pierna, muy cerca de la ingle y de sus huevos, de hecho podía rozarlos.


-Pues va, sigue.


Dani dejó el móvil y volvió a lo suyo. El pobre estaba tan nervioso que no se le ponía dura.


-Joder…- Maldecía.


-Prefieres que me vaya? Te iba mejor sin mí aquí.


-No, no! Pero si pudieras ayudarme un poco… a lo mejor…


Estaba esperando a que me lo pidiera. Yo no iba a forzar al chaval a hacer nada, ya sabéis que lo que me gusta es que me pidan cosas. Llevé mi mano a su polla sin decir nada y suavemente empecé a subir y bajar… Pero ni por esas, se ponía morcillona pero no acababa de empalmarse del todo. Se notaba que el pobre lo estaba pasando mal. Sin decir nada, me levanté, me quité la camiseta y el culotte y me tumbé a su lado.


-Tú tranquilo, nos quedamos aquí tumbados hasta que se te pasen los nervios.


-Joder no sé qué me pasa… si estaba a punto!


-No te agobies, en serio, si puedo hacer algo me lo dices.


-Podrías.. girarte y darme la espalda?


-Claro!


Me giré, me tumbé en posición casi fetal y Dani pegó su cuerpo al mío. Notaba su polla, que seguía solo morcillona, en mi culo, y con sus brazos me rodeó y empezó a jugar con mis tetas. Poco a poco notaba como aquello estaba cada vez un poco más duro, pero sin llegar a estar completamente empalmado. Yo estaba aprovechando todo eso para jugar con mi clítoris, dejándome al borde del orgasmo, parando, y volviendo a seguir.


-Tócate tú… que parece que estás más animado…


Dani cogió su polla y empezó a masturbarla contra mi culo. Ahora sí, aquello estaba bien duro y podía notar como mojaba mis nalgas. Debido al calentón del momento y a su inexperiencia, dirigió su polla hacia mi coño, consiguiendo meter la punta dentro de él. Me moví hacia delante de golpe.


-Eh! No te pases.


-Uffff deja que te la meta, estoy que no puedo más.


-No, no, hoy solo como íbamos hasta ahora.


-Vale, perdona…


Aquello volvió a bajarse, imagino que se sintió mal. Yo estaba un poco despesperada, porque estaba apurando mucho el orgasmo, y viendo el panorama, se me iba a pasar el calentón. Me giré e intenté sonsacarle algo que nos ayudara a los dos.


-De verdad, no te preocupes. Piensa en algo, que no sea metérmela, que te gustaría hacerme o que te hiciera y dímelo.


-Chupármela tampoco?


Sinceramente tenía 0 ganas, pero me daba un poco de lástima y quería que tuviera buen recuerdo de ese día.


-Bueno, podemos probar…


Lo puse boca arriba y me puse encima de él. Empecé a bajar poco a poco, con mi cuerpo pegado al suyo, parando y subiendo cuando llegaba a la altura de mis tetas y notando como esta vez parecía animarse la cosa. Antes de llegar a metérmela en la boca me dijo:


-Espera, así no, sentado.


Se sentó al borde de la cama y yo me puse de rodillas en el suelo. Sin que estuviera dura del todo, la metí en mi boca y me dispuse a hacer que se empalmara solo con mi boca. Con unos 4 o 5 vaivenes de mi cabeza, aquello empezó a ganar tamaño y dureza, y yo aproveché que por fin parecía ir todo como debía y seguí masturbándome.


Iba jugando con su polla, sacándola de mi boca, usando la mano, pajeándola contra mi lengua… Yo cada vez estaba más cerca de correrme y escuché lo que siempre espero escuchar cuando estoy a punto.


-Sofía… me corro…


La saqué de mi boca y me dispuse a acabarle con mi mano libre.


-No… no… yo…


Me sorprendió mucho Dani en ese momento. Me cogió del pelo, sin hacerme daño, y tiró mi cabeza para atrás. Yo en ese momento dejé de frenar mi mano y aceleré hasta que empecé a notar que llegaba al orgasmo. Justo en ese momento, Dani se levantó y empezó a descargar contra mi cara.


Se notaba que llevaba desde anoche aguantando. Salió un primer chorro que rozó mi frente pero fue a parar al suelo, seguido de otro que fue directamente a mi mejilla. En ese momento me corrí, solté un gemido bastante alto, cosa que hizo que se encendiera más y sin una pizca de la vergüenza que había arrastrado todo el día, la metió en mi boca para acabar de correrse dentro de ella. Tragué los dos primeros chorros, porque me pillaron desprevenida, y el resto lo mantuve en mi boca para dejarlo caer después sobre mis tetas.


-Qué… ya te has quedado bien?


-Dios no me creo que haya pasado esto.


-Hahahahahahahah pues ha pasado! Va que te dejo dormir ahora.


-Ufff no sé si podré.


Recogí mi ropa y me fui de la habitación directa a la ducha, para después pegarme yo otra buena siesta.


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Espero que os haya gustado! Ya hemos llegado al Ecuador de todo lo que tengo escrito... Me va a tocar ponerme las pilas para no haceros esperar de más con nuevas entregas hahahahahhaha

Espero con ansia vuestras reacciones y comentarios! Un saludo!
Buenos días preciosa y feliz día de la mujer 😘😘
Mmmmmmmmm que bien lo relatas y que fácil me lo pones para trasladarme allí y sentirme como ellos e imaginar como jugarías conmigo :love: 🔥 :love: 🔥 :love: 🔥 :love: 🔥
Que lástima que yo no tuviera una compañera diosa de ensueño como tú ☺️☺️☺️
Que tengas un gran viernes y finde 😘😘
 
Bueno! Viendo que las cosas por aquí ya están un poco más moviditas, os traigo la siguiente parte, si veo que tiene buena recepción, la semana que viene subiré la otra y seguiré así hasta que ya haya trasladado todo a este foro (y obviamente, continuar escribiendo).

Qué tal habéis pasado el verano? Yo lo empecé de forma bastante asexual (odio el calor y la gente da calor, eso en verano es mala combinación) pero ha acabado bastante decente xD. La libido, como todo en esta vida, va por épocas, y he pasado una época bastante relajada en ese aspecto, pero parece ser que ya voy volviendo a las andadas... hasta el siguiente bajón hahahahahaha

Lo dicho, espero que os guste, y si queréis continuación, aporread el botón de "me gusta", que vea yo que cala hondo!

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Ya habían pasado casi dos semanas después de todo lo que pasó en Navidad, quedaba pasar el fin de semana y el lunes volver a la rutina de curro + clases. Todo fue muy tranquilo esas dos semanas, estuve sola en el piso hasta pasado fin de año, rodeada de comida basura y películas navideñas y luego acompañada de Joan y Gabri, ya que ambos habían vuelto de pasar las fiestas con sus respectivas familias.

Llegó el último viernes pre rutina y como de costumbre Joan se marchaba hasta el domingo y yo me quedaba con Gabri.

-Algún día vendrás de fiesta conmigo?- Joan era muy insistente cada viernes y pese a no ser mal tío, era muy mal compañero de piso, por lo que tenía 0 interés en entablar amistad de cualquier tipo más allá de la convivencia.

-Quita, la civilización queda muy lejos, ya me pego mis buenas fiestas yo sola aquí.

Gabri y yo nos echamos a reír y Joan se quedó con cara de no saber qué estaba pasando.

-Pues nos vemos el domingo, frikis, buen finde.

Joan se marchó y Gabri y yo nos pusimos cada uno a nuestras cosas en el comedor. Sorpresa: no siempre acabábamos haciendo marranadas🤣.

-Mañana vendrá Dani a comer y acabaremos el trabajo para clase.- me dijo Gabri.

-Ah, guay, Marina y yo lo acabamos después de las fiestas, cada una en su casita. Bendito Internet.

-Mañana nos sorprenderás con alguno de tus números de exhibición por la casa? Hahahahha

-Qué cabrón hahahahah será que no disfrutas tú también. Pues probablemente, de alguna manera me tendré que entretener.

-Hahahaha cómo eres… Pero vas a hacer algo algún día con el chaval o solo vas a tenerlo cachondo perdido?

Esa respuesta me gustó. Sabía que ellos dos se hicieron muy amigos y hablaban cada día. Que Dani no le contara lo que pasó en Navidad era señal de que era un chico de palabra.

-Bueeeno… En Navidad se fue bastante contento…

-Qué me dices? Pero si la noche de antes te habías tirado a Joel hahahahaha

-Oye ni que yo estuviera atada a alguien hahahaha

-Es que ya vamos 3 de la misma clase, no te da reparo que vayan diciendo cosas sobre ti?

-Ya tengo las cosas habladas con cada uno de vosotros y bueno, si acabo con la etiqueta de "guarra del centro" no me voy a amargar. Yo seguiré viviendo mi vida y el que se haya ido de la lengua se quedará sin diversión hahahaha

-Ya… no sé, me sabría mal que te dijeran nada…- se le veía un poco desconcertado.

-A ver… Somos 3 chicas en clase, si Joel, por ponerte un ejemplo, se acostara con las 3, lo sacaríais a hombros de cada clase, no? Por qué si yo hago lo mismo soy una guarra? Yo disfruto, vosotros disfrutáis, no hay nada de malo.

-Ya… si visto así… Y oye…

-Sí?

-A Dani también… te lo follaste?

-Pero bueno hahahaha qué marujo nos ha salido. No, tranqui, ya sabes que a mí eso de desvirgar a chicos… no me va.

-En verano estuvo con una chica pero se ve que tampoco llegaron a follar.

-Ah… ya decía yo que se le veía un poco espabilado. Joel me dijo que nunca había estado con ninguna y me sorprendió un poco.

La noche siguió sin más, Gabri se fue a su cuarto a jugar y yo me fui al mío a hacer lo mismo.

Llegó el sábado. Yo cuando tengo libre suelo despertarme bastante tarde, y ese sábado no iba a ser diferente. Amanecí con el ruido del timbre, imaginé que sería Dani así que me quedé en el cuarto para dejarles trabajar un poco. Llegó la hora de comer y decidí hacer acto de presencia. Obviamente no iba a perder la oportunidad de pasar un buen rato, así que me puse una camiseta de tirantes un poco ancha, un short un poco suelto y no me puse nada de ropa interior. Salí de mi cuarto y allí estaban, recogiendo sus ordenadores y demás utensilios.

-Buenos días empollones- les dije tan simpática como siempre

-Buenos días dice, si es mediodía ya.- me dijo Gabri con los ojos como platos al ver mis pintas.

Si algo me gustaba de Gabri era que pese a tenerme bastante vista, siempre se le notaba nervioso y excitado cuando hacía de las mías, era algo que siempre me animaba a seguir con mis juegos.

-Tú qué? Ni hola ni nada?- Le di una pequeña colleja a Dani.

Me dio los buenos días entre risas y tampoco pudo evitar quedarse un poco ojiplático mirando cómo se me marcaban los pezones. Gabri estaba bastante animado y siguió con la conversación.

-Pues es de mi gusto informarte… que ya hemos acabado el trabajo!!!

-Oleeeeee pues habrá que celebrarlo, no?- le dije uniéndome al jolgorio.

-eh?

-Pues a ver… es el último finde de vacaciones… habéis acabado el trabajo… Yo ahora me voy a por un pollo al as y de camino me traigo una caja de birras. Invito yo!

-Oye, pues yo me apunto- Dijo Dani bastante animado.

-Qué coño, yo también!- ya estábamos todos.

Pues dicho eso, me vestí de calle por encima del "pijama" y bajé a la pollería (sí, haced las bromas que queráis🤣). Volví a casa con una caja de 24 latas, un pollazo (ya paro🤣) y nos preparamos para comer. Yo volví a ponerme cómoda y me senté a la mesa con ellos. Me abrí la primera cerveza y me incliné para brindar, dejando que mi escote se abriera un poco para dejar buenas vistas sin llegar a mostrarlo todo.

-Por un trabajo bien hecho!

Ellos estaban intentando no ser descarados, pero tampoco querían perderse el espectáculo.

-Eh… chicos? Tenéis que brindar conmigo. - Les dije medio riéndome.

-Uh? Ah, claro!- Gabri se levantó y chocó su cerveza con la mía. Dani hizo lo propio.

Yo había comido poco. Conocía el aguante de esos dos bebiendo y no quería quedarme yo sola bebiendo estando ellos dos semiinconscientes por tomarse 4 birras de nada.

-Hoy id con calma que ya sabemos cómo acabáis! Hahahahah- les dije con recochineo.

-El problema es que el otro día mezclamos!! Hoy aguantaremos más!- A Dani se le veía muy animado.

Recogimos la mesa y nos pusimos a jugar al Pictionary. No sé si conocéis el juego, no tiene nada de complicado. Se coge una tarjeta, ésta tiene escrito algo (animal, persona, ciudad, objeto etc) y el que ha cogido la tarjeta tiene que hacer un dibujo y los otros adivinar qué es. Simple pero divertido. Con la excusa de inclinarme para ver los dibujos de ellos, dejaba que cada vez se me viera un poquito más de escote, y ya se empezaban a escuchar algunos "ufff" que delataban que el ambiente se estaba caldeando un poco.

Como estábamos en la mesa y por debajo no se veía nada, aprovechaba para ir frotando poco a poco mi clítoris por el lateral del pantalón y entre las cervezas y la situación estaba cada vez más cachonda. Quería aprovechar la situación. Como tengo un total y absoluto control de mi ropa, coloqué con disimulo una de las tiras de mi camiseta para que en cualquier momento se bajara y dejara una de mis tetas al descubierto. Y así pasó. Aproveché cuando me tocaba a mí para tener la atención de los dos, y cuando terminé el dibujo me eché para atrás apoyándome en la silla pero encogiendo un poco los hombros. El tirante se deslizó del todo, al tener la camiseta ancha nada lo detuvo y me quedé, como pretendía, con uno de mis pechos totalmente al aire.

Solté una carcajada y sin perder los nervios me subí poco a poco el tirante. Pude escuchar un "joder…" de la boca de Dani y Gabri me miró y sonrió.

-Bueno, estas cosas pasan hahahahaha

-Tampoco nos vamos a quejar!- Dani me siguió el juego con calma.

Seguimos con el pictionary y las cervezas un rato más, pero el ambiente se notaba un poco más caldeado, por suerte para mí (y para ellos 2 imagino), así que decidí coger como inspiración a Joel y proponer un juego al que con 16 años jugaba siempre que quería tema. El jueguito de las preguntitas. Aprovechando que ya íbamos bastante bebidos me parecía una buena opción para llevar las cosas a mi terreno, y seguro que ellos estarían encantados con eso.

-Vamos a cambiar de juego, va.- Les dije.

-Vale pero cosas de leer mucho no que ya voy un poco de lado- Dijo Dani.

-Hahahahah no borrachuzo, es un juego que tiene como único propósito que seas un marujo y preguntar por cosas privadas a la gente.

-Y quién gana?- Dani el pobre no pillaba una.

-Señor dame paciencia… No se trata de ganar o perder. Mira, te explico. Yo haré una pregunta y los dos me tenéis que contestar con total sinceridad. El que no quiera responder, o sepamos que miente, bebe. Sí?

-Ah, como un "yo nunca"- Dijo Gabri.

-Exacto! Pero va, vamos al sofá que no necesitamos punto de apoyo y tengo la espalda hecha mierda.

Nos fuimos al sofá, era mi excusa para que los 3 estuviéramos un poco más cerca, a ver si entre roces se animaba la cosa.

-Va, empiezo! Hmm la de las navidades… fue vuestra mayor borrachera?

-Sí, sin duda- Dijo Gabri.

-No, el fin de año pasado acabé peor…

-Hahahahaha Pues vaya show sería! Va Dani, te toca!

Estuvimos un ratito así, con preguntas más bien inocentonas. Yo aprovechaba la posición que teníamos para dejarme ver un poco más. Gabri y yo estábamos en el sofá y Dani en una silla frente a nosotros, por lo que tenía una visión privilegiada de mi escote y cada vez era menos su disimulo al mirar. Era el turno de Gabri.

-Va Dani esta es solo para ti… Cuántas veces le has visto ya hoy las tetas a Sofía?

-Qué cabrón!! Hahahahahah- me hizo mucha gracia ver a Gabri tan desinhibido.

-Vaya preguntita… Paso, mejor bebo.

-Vaaaaa no seas aguafiestas!- le dije, realmente quería saber en cuántos de esos "descuidos" había dejado ver de más.- que se empieza a poner divertido esto!

-Vale… pues unas 3 o 4. Y la gran mayoría ahora estando tú en el sofá.

-Hahahahaha si por eso te lo he preguntado, que no le quitabas el ojo!

Los 3 nos reímos bastante. El juego había empezado a subir de tono y quería ver hasta dónde eran capaz de llegar los dos. Ahora era el turno de Dani.

-Va me toca… mmm solo se pueden hacer preguntas?

-A qué te refieres?- Le dije, aunque ya me imaginaba por dónde iban los tiros y eso me gustaba.

-Si no se pueden proponer retos o algo…

-Ah, claro, buena idea!- Gabri estaba animadísimo y me daba que la cosa iba a seguir bien.

-Por mí ningún problema, así se hace más divertido!- le dije.

-Pues… te sacarías las tetas aquí delante de nosotros? Si total…

-Hahahahahah pero qué lanzados vais! Dejad mis tetas tranquilas!

-Bueno, pues entonces bebe!

-Oye que yo tampoco he dicho que no!

Sin pensármelo me bajé los dos tirantes y me quedé con las tetas fuera. Las caras de los dos eran para hacerles una foto, parecía que era la primera vez que veían unas. Para darle más juego me las junté con los brazos con un poco de disimulo y a los 5 o 6 segundos me subí la camiseta.

-Wow…- Dijo Dani- te… te toca…

Yo en ese momento tenía la mente puesta en que hacía escasos segundos las miradas de ellos dos estaban clavadas en mis tetas desnudas. Notaba como se me empezaba a humedecer la entrepierna pero tampoco quería tirarme de una a la bragueta de nadie, el juego estaba interesante, pero iba a dejar que ellos se encargaran de calentar el ambiente por una vez.

-Pues… Es la primera vez que véis unas tetas acompañados?

-Obvio- Dijo Gabri

-No, una amiga mía hace topless cuando vamos con más gente a la playa.

-Mira qué bien! Como tiene que ser! Gabri, te toca a ti!

Conocía bien los gestos y la cara de Gabri, ya tendría que estar bastante cachondo y eso me gustaba.

-Mmmm Dani, esta para ti. Estás empalmado?

-Eh? No! Qué dices ahora!

-Hahahahahaha bebe! Bebe!-Dije yo riéndome- estás mintiendo.

-Que no estoy empalmado!

Llevé mi mano a su paquete sin que se lo esperara y como yo pensaba, estaba empalmado.

-hahahahah que no dice!! Bebe!

Se puso muy rojo y sin rechistar bebió. Volvía a ser el turno de Dani. Me miró, después miró a Gabri y soltó una risilla de cabrón.

-Pues… Deja que Gabri te sobe las tetas unos segundos! Por debajo de la camiseta, claro!

-Pero qué os pasa con mis tetas?! Hahahahaha

Miré a Gabri y éste se rió. Me imagino que Dani no sabía de nuestras aventuras masturbatorias y quería que su amigo se divirtiera un poco.

-Va, qué remedio.

-En serio?!- Dani no se lo creía, se pensaba que iba a decir que no o algo- Gabri ahora cuando te toque piensa en mí o algo hahahaha.

-Ya veremos, ya!

Dicho eso Gabri se acercó a mí y empezó a sobarme las tetas con las dos manos. Dani no perdía detalle, ya que entre el manoseo y lo ancho de la camiseta, las tenía prácticamente al aire libre. A mí entre la situación y que tengo las tetas sensibles se me escapó un gemido, y pude ver de reojo cómo Dani se tocaba por encima del pantalón. Llevé la mano al paquete de Gabri sin que su amigo se diera cuenta y también estaba completamente empalmado. La situación estaba cada vez más y más caliente, pero yo quería seguir con el juego porque estaba muy interesante. Después de unos segundos Gabri paró, me tocaba a mí de nuevo. Como quería pasar mi turno rápido, me dediqué a molestar a Dani.

-Va ahora yo… Como Gabri me ha tocado las tetas…- me incliné hacia Dani y me cogí las tetas por encima de la camiseta apuntando hacia él.

-Sí…?- Dani estaba ya acercando las manos a mis tetas.

-Pues ahora tócale tú la polla a Gabri.

Gabri se echó a reír y Dani sin decir siquiera que no, se bebió media cerveza de un trago.

-Hahahahah Vale, ya ha quedado claro que no quieres hacerlo!- le dije- Va Gabri, te vuelve a tocar.

-Pues… va, sóbale la polla a Dani por encima del calzoncillo.

A Dani no hubo que decirle nada, se bajó los pantalones y se quedó en boxers. Ya os comenté que Dani tenía una buena polla, y se le marcaba mucho con esos calzoncillos.

-Joder hahahahah si no he dicho ni que sí.

-Ah…- Hizo el gesto de subirse el pantalón.

Me reí y le paré en seco. Llevé mi mano a su calzoncillo y empecé a tocarle la polla. Tenía una mancha bastante abundante, debía de ir bastante cachondo. Por la posición en la que estábamos, podía masturbarme levemente sin que Dani se diera cuenta, pero dando un muy buen primer plano a Gabri. La respiración de Dani se aceleraba por momentos, la punta de su polla asomaba por arriba del calzoncillo y yo cada vez la frotaba más rápido y con más fuerza. Dani estaba claro que no podía más y se la sacó del todo. Estaba completamente empalmado y la tenía empapada de líquido preseminal. Se notaba como palpitaba y todo.

-Dios hahaha va, guárdate eso, que la prueba era por encima del pantalón.

Yo me había quedado, como casi siempre que se daban estas situaciones, al borde del orgasmo, pero el único que se percataba de eso era Gabri, ya que Dani no tenía ni idea de lo que había estado haciendo durante mi "reto".

-Bueno… igualmente me toca a mí, no?- Dani estaba fuera de sí, no solo no se la guardó, si no que se estaba masturbando poco a poco y apuntando hacia mí.- Pues quítate toda la ropa.

Como ya estaba bastante caliente, ni rechisté. Me levanté, me quité los shorts inclinándome hacia Gabri, dándole un plano de mi culo a Dani, que no dudó en sobar con la mano con la que no se cogía la polla. Me quité la camiseta y me tumbé en el sofá con la cabeza apoyada en las piernas de Gabri.

-No vamos a follar- les dije, me mantenía firme con mis principios- pero eso no quiere decir que no nos lo podamos pasar bien.

Dani se puso encima de mis piernas sin apoyar su peso en mi, y empezó a meterme los dedos mientras se masturbaba. Yo frotaba mi clítoris rápidamente y Gabri no dudó en sacarse la polla y masturbarse a escasos centímetros de mi cara mientras me tocaba las tetas con la otra mano. Yo estaba en el cielo, no necesitaba nada más. Por la situación en la que estaba, no tardé en soltar un tremendo gemido a la vez que llegué al orgasmo. Los dos pararon en seco de hacer lo que estaban haciendo y se me quedaron mirando. Estábamos los 3 acalorados, pero yo era la única que estaba sin ropa.

-A ver, pero por qué paráis? Y sobre todo, por qué soy la única que está desnuda?

Ambos se quitaron la ropa y yo seguí tumbada en el sofá sin quitar la mano de mi clítoris. Una vez consigo el primer orgasmo, el resto son mucho más sencillos y rápidos de conseguir, así que no iba a parar. Apoyé mi cabeza en el reposabrazos y le hice un gesto a Gabri para que se acercara. No se necesitaba una gran capacidad deductiva para saber lo que quería, y efectivamente así fue. Gabri se dirigió hacia mí y me cogió de la cabeza mientras poco a poco me metía su polla en la boca. Le conocía de sobras y sé que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no correrse de una, y aguantó como un campeón. A Dani no tuve que decirle nada, metió la cabeza entre mis piernas y empezó a comerme el coño de una manera un poco torpona, pero como yo estaba que me subía por las paredes ya me era suficiente para disfrutarlo.

Estuvimos así un poco menos de 5 minutos y yo ya empecé a notar un cosquilleo por las piernas. Saqué la polla de Gabri de mi boca, cogí la Cabeza de Dani con las dos manos y la apreté contra mi entrepierna. Tuve un segundo orgasmo más intenso que el anterior, ese sí me dejó un poco molida, pero Dani se había ganado que le dedicara un poco de atención. Lo senté en el sofá y cambié de postura. Me puse en cuatro, de una forma en la que me permitía hacerle una mamada a Dani y que Gabri pudiera masturbarme sin necesidad de moverse de su postura. Y así fue, cogí la polla de Dani y empecé a masturbarla mientras introducía su punta en mi boca. Gabri entendió la faena y no tardó en meterme dos dedos, no tan rápido como para hacerme daño, ni tan lento como para no poder evitar gemir de placer.

Ya podía notar como los dos estaban a punto de explotar. Dani cogía mi cabeza y me follaba la boca a un ritmo bastante frenético, y Gabri a la vez que aceleraba el ritmo masturbándome, deceleraba el suyo para no correrse todavía.

-Ufff… Va, ponéos de pie los dos.

Ninguno de los dos rechistó. Ambos se pusieron de pie y yo me tumbé boca arriba en el sofá. Con una mano me masturbaba y con la otra jugaba con mis tetas. Las apretaba, usaba el brazo para juntarlas… Me gustó mucho que en ningún momento de la "sesión" fue necesario hablar, y ese momento no iba a ser menos. Dani se masturbó en mis tetas, jugando con ellas con su polla, y Gabri hizo lo mismo con mi boca.

Como era de esperar, el primero en terminar fue Gabri. Él sabía todo lo que salía de ahí, así que se puso de una manera en la que procuró que la gran mayoría de esperma cayera encima de mí. Y así fue. Un primer chorro llegó desde la comisura de mis labios hasta mis tetas, seguido por varios que salieron con una presión exagerada, llegando desde mi cara hasta mis piernas, dejando todo manchado en el trayecto.

-Dios!- Exclamó Dani, no conocía los superpoderes de su amigo.

Al verme así lo que hizo fue alejarse un poco para tener una visión más amplia de mi cuerpo lefado. Le dio totalmente igual que yo estuviera cubierta de corrida de otro hombre, llevo su mano a una de mis tetas y la apretó con fuerza mientras aceleraba el ritmo apuntando a mi cara. Yo abrí la boca, pensando que querría correrse dentro de ella, pero no. Un primer chorro sí fue a parar dentro, pero el resto fueron a parar casi todos a mi cara y por el sofá, reservando unos últimos chorros para tirarlos entre mis tetas. No soltaba tanta cantidad como Gabri, pero sí muy disperso, cosa que también me encantaba. No dejé pasar la ocasión y llegué a un tercer orgasmo, algo más tímido que el anterior, pero igual de satisfactorio.

-Fua… Qué acaba de pasar?- Dijo Dani bastante sorprendido por toda la situación.

-Hahahahaha pues que hemos despedido las vacaciones!

-Esto cuenta como trío?-Dijo Gabri entre risas

-Hombre, creo que sí, no?- contesté- El sexo sin penetración sigue siendo sexo. Y lo mismo no me la habéis metido por abajo, pero por la boca os habéis puesto morados ambos hahahahaha me voy a la ducha! Vosotros limpiad esto.

Me levanté y el sofá era un cuadro de Jackson Pollock. No había forma humana de limpiar eso, pero eso era problema de la Sofía y del Gabriel del futuro.

En el cuarto de baño me miré al espejo. Estaba llena, llenísima de corrida, no era la vez que más, pero igualmente era un espectáculo que a mí personalmente me encantaba. Al estar levantada la gravedad hacía su trabajo y me quedé un buen rato mirándome. Tenía corrida que me goteaba de la barbilla a las tetas. Gotas que iban cayendo por mi costado y un tremendo chorretón que me colgaba directamente de las tetas. Me metí en la ducha y me masturbé otra vez, ya que no siempre tenía la oportunidad de aprovechar una situación como esa.

Cuando salí de la ducha los dos estaban ya vestidos intentando limpiar el sofá, borrachos como iban. Era una situación bastante cómica.

-Bueno, esto lo quiero limpio para mañana, eh?.

Dicho eso, me metí en mi cuarto y me puse a mis cosas mientras ellos acababan la faena y comentaban todo lo pasado en ese piso aquel día.

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Espero que os haya gustado! Y, como siempre, espero vuestras respuestas y cualquier crítica constructiva que me ayude a mejorar! Saludos!!!
Uuuuuuuuffff madre mía Sofia!! Tiene que ser un espectáculo lo que estos chicos en visto y verte toda corrida.... uuuuuuuuffff que morbazo:love: 🔥 :love: 🔥 :love: 🔥
Sí algún día me dejan diseñar el paraíso voy a diseñar ese piso contigo dentro ☺️☺️😘😘
 
Bueno, como veo que ha tenido buena recepción... Os traigo la siguiente parte!! Ya nos vamos acercando a todo lo que tenía publicado en el otro foro y pronto tocarán cositas nuevas, jujujuju

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Respecto a la continuación de este post, va a tocar adelantar un poco el tiempo. No es que no pasaran cosas en ese intervalo, pero no creo que sean cosas que causen el mismo morbo que el resto de historias. Yo seguía con mis sesiones con Gabri, y un par de veces más se dieron encuentros con Dani, pero con éste último tuve que cortar lazos, ya que se obsesionó un poco con el tema de la exclusividad y pretendía que fuéramos algo más que amigos, cosa que no iba a plantearme siquiera. Joel dejó el curso poco después de las fiestas de Navidad, por lo que el número de opciones se redujo drásticamente.

Nos plantamos entonces a principios de Junio. El curso ya había terminado para los que aprobamos todo a la primera y quedaban 3 meses por delante hasta volver a las clases. Yo hablé con el encargado de mi trabajo para dejar el puesto, ya que pretendía volver a casa de mi padre durante el verano, y como había conseguido ahorrar, ni me planteé mover un solo dedo en todas las vacaciones. Me había ganado mis 3 meses de tener tiempo hasta para aburrirme de estar aburrida.

Para celebrar el final de las clases, a unos compañeros de mi ciclo se les ocurrió que podríamos buscar un camping por la costa para ir varios, ya que era una opción barata y podríamos estar hasta una semana entera. Obviamente me apunté la primera, en esa época me bebía hasta la cerveza caliente. Nos apuntamos varios: Gabri, Dani, las otras dos compañeras de clase (Marina y Ginesta), dos chicos más de nuestra clase (Arnau y Fran), un chico del ciclo de Jardinería (Marcos) y yo.

Yo todavía seguía en el piso que compartía con Gabri y Joan, ya me preocuparía de irme cuando volviera de vacaciones. Era el viernes antes de irnos (nos íbamos el lunes), Joan ya se había marchado hasta septiembre y yo estaba en el comedor a mis cosas. Gabri salió de la habitación bastante cabreado después de haber hablado por teléfono.

-Hey, recuerda, la ira lleva al odio y éste al lado oscuro.- le dije con un poco de guasa, a ver si se reía o algo.

Gabri me miró bastante mosqueado, no estaba para hostias el chaval.

-No estoy para bromas… mi padre me ha llamado, necesita que vaya esta semana a trabajar con él… no voy a poder ir al camping.

-Quéeeeee? Pero si nos íbamos el lunes! Jo, qué mal me sabe! Si ya está todo pagado…

-Ya, bueno… vosotros pasadlo bien, a la vuelta ya haremos cuentas.

No fue la única baja de última hora, la ausencia de Gabri desató un efecto dominó: Dani, al no venir Gabri, tampoco venía lo que nos dejaba solo un coche para irnos. Marina al ver que cada vez éramos menos también se borró y Fran como quería zumbarse a Marina tampoco vino. Quedábamos 4 para las vacaciones: Ginesta, Arnau, Marcos y yo.

Ginesta era la típica chica con estética un poco hippie. Tenía el pelo moreno y corto con dos rastas en la parte de atrás. Era más alta que yo (obvio) pero tampoco mucho más, tenía bastante pecho pero siempre vestía muy ancha, por lo que no se dejaba ver mucho su figura.

Arnau era un vikingazo. Media cabeza afeitada y el resto bastante largo, casi siempre recogido en una trenza. Era muy alto, creo que llegaba al 1,90 y estaba bastante fuerte. Siempre iba con camisetas de grupos o con algún dibujo friki.

Y Marcos era el fumeta del centro. Rubio con coleta, gafas, camisetas a rayas y siempre iba en pantalón pirata. Raro era el día que no se le veía con un porro en la boca.

Llegó el lunes temprano por la mañana, bajé mi mochila al coche y me dispuse a recoger a mis compañeros en el punto de encuentro. Allí estaban los 3, con la almohada tatuada en la cara todavía. Guardaron todo en el maletero y se subieron al coche. Arnau se subió delante conmigo y Marcos y Ginesta se sentaron atrás.

Íbamos todos bastante veraniegos, yo iba con una camiseta de tirantes y un short, pero esta vez sí llevaba ropa debajo, mi bikini, ya que mi idea era aparcar en el camping e irme directa a la playa, que estaba a pie de nuestros Bungalows.

-Por cierto- dije yo- al final qué hacemos con los bungalows? Teníamos 2 reservados con 4 camas cada uno. Nos dejarán usar solo 1?

-Espera, mejor llamo.- Ginesta era la que lo organizó.

Por suerte para nosotros nos dejaron anular la reserva de 1 de los bungalows y nos reembolsarían el dinero.

Después de 2h conduciendo llegamos al camping y joder, vaya lujo. El bungalow estaba prácticamente a pie de playa y era bastante grande. Tenía 2 habitaciones con dos camas cada uno, un baño, una especie de sala de estar y una cocina pequeña. Dejé mis cosas en una de las camas, me quedé en bikini y me disponía a ir a la playa toalla al hombro.

-Espera, te acompaño!- me dijo Ginesta.

Ella también venía con el bikini debajo de la ropa. Vaya cuerpazo se gastaba la chavala. Tenía un poco de carne, pero sin llegar a estar gordita. La parte de arriba se notaba que le apretaba un poco y tenía pinta de que a la mínima se le iba a escapar algo de ahí.

-Vosotros no venís?- preguntó Ginesta a los chicos.

-De momento nos vamos a acercar al súper a por cervezas y algo de picar. Si eso nos acercamos luego- dijo Arnau.

Ginesta y yo nos fuimos a la playa, pusimos las toallas en la arena, y nos tumbamos.

-Bueno, como estos no van a venir hasta pasado un rato…

Ginesta se quitó la parte de arriba del bikini y dejó ver que no solo tenía el pecho grande, sino que además lo tenía muy bonito, con un piercing en el pezón izquierdo.

Yo no fui menos y también me quité la parte de arriba.

-Ay! Qué bonitas las tienes!- me dijo Ginesta.

-Hahahahahaha habló! Anda que las tuyas!

-Bueno, llegará un momento en que la gravedad hará su trabajo, así que toca aprovecharlas ahora hahahaha tú las tienes bien firmes por eso!

Ginesta alargó el brazo y me tocó una teta, la palpó bien la tía. Dudo que supiera que eso me puso un poquito cachonda, tengo los pechos sensibles.

-hahahahaha oye qué descarada!

Dicho eso yo hice lo mismo y le toqué una teta a ella. Era suave y blandita. Nos reímos ambas y estuvimos un rato hablando un poco de todo. Al rato nos llamó Marcos diciendo que ya habían comprado y que venían a dónde estábamos. Ella se puso la parte de arriba del bikini y yo hice lo mismo. No quería que me vieran así… aún.

A los pocos minutos llegaron Arnau y Marcos con una neverita con cervezas y algo de picar. Arnau era un espectáculo visual. Entre lo alto, las pintas de vikingo y los tatuajes llamaba mucho la atención. Marcos no era feo, ni mucho menos, pero pasaba muy desapercibido al lado del otro.

Estuvimos toda la tarde bebiendo, bañándonos, jugando a las cartas… Y noté bastantes intercambios de miradas entre Arnau y Ginesta. La verdad es que pegaban bastante juntos.

Cuando empezó a irse el sol salimos para el bungalow. Íbamos bastante bebidos y estábamos haciendo el tonto, nos lo pasamos bastante bien. Arnau cogió a Ginesta a caballito y se volvió a Marcos y a mí.

-Va! Una carrera de caballos hasta el bungalow!

-Os vamos a fundir!!

Dicho eso salté directa a la espalda de Marcos. Quizás no estaba tan definido como Arnau, pero estaba duro como una roca. Me ocupé de apretar bien mis tetas contra su espalda, pero la verdad es que esos dos estaban más pendientes de la carrerita que de nosotras 🤣.

Entre que Marcos estaba fuerte y yo en esa época era peso pluma, corría como si no llevara a nadie en la espalda. Llegamos los primeros con bastante ventaja y me vine arriba.

-Wuuuuuuh! Vaya par de mantas!! Como habéis perdido os toca hacer la cena!

-Eh! esa norma te la has sacado del culo! Hahahaha- Replicó Ginesta- pero sí, me parece justo.

El bungalow tenía una pequeña cocina en el mismo sitio que la salita de estar, con un par de fogones, un microondas y un horno portátil. Decidimos cenar unas pizzas. Marcos y yo estábamos en la zona de los sofás con unas cervezas charlando y Arnau y Ginesta en la zona de la cocina preparando las pizzas. Se les veía tontear mucho. Arnau la chinchaba, Ginesta le pellizcaba, se daban empujoncitos… mucho roce.

En media hora ya estaba lista la cena y los dos se sentaron con nosotros. Como hacía calor seguíamos todos en bañador (sí, somos unos guarros, no nos duchamos ninguno) y yo no podía quitar los ojos de las tetas de Ginesta, menos mal que soy disimulada, pero es que eran dignas de ver. Eso me llevó a pensar dos cosas:

La primera era que íbamos a compartir habitación. Yo no sabía si ella había estado alguna vez con una chica o si tenía curiosidad en probar con alguna, pero la verdad es que me apetecía mucho que pasara algo con ella.

Y luego la segunda… que la pensé en relación a la primera. Arnau. Estaban tonteando desde hacía horas y se me había ocurrido que podría dejarles la habitación a los dos. A mí me daba igual compartir habitación con un chico y así ellos podrían romper la tensión sexual que ellos mismos habían creado.

Después cenar nos pusimos a jugar al UNO y a seguir bebiendo y fumando. La noche fue avanzando sin más hasta que Marcos se retiró.

-Bueno gente, yo me voy ya a dormir que estoy roto. Buenas noches!!

Le dimos las buenas noches y seguimos a lo nuestro. Esos dos seguían chinchándose el uno al otro, que si un roce por aquí, que si un abrazo… y yo me estaba empezando a sentir un poco aguantavelas. Me levanté y fui al baño para prepararme para ir a dormir. Cuando salí…

-Bueno par de dos, yo también voy a dormir que estoy mue…

Los dos hicieron un gesto como de haberse separado de golpe. Ginesta tenía los labios brillantes y un poco rojo alrededor, lo que implicaba que se estaban comiendo la boca lo más grande. No solo eso, Ginesta tenía el bikini un poco movido y se le asomaba un poco la aréola, también había habido sobeteo. Soy Sofía, la detective del sexo.

-Uuuh pues eso muchachos que os dejo y me voy a dormir.

Arnau me paró.

-Pero Sofía, ahí duermo yo con Marcos.

-Eh? Nono, así podéis pasar la noche juntos. Ya me entendéis hahahahahaha

-Eh… bueno… gracias.

Ginesta estaba colorada pero con una sonrisa de oreja a oreja. Sabía la que se le avecinaba.

Cuando entré en la habitación, Marcos aún no dormía, estaba mirando el móvil y ni se enteró de que era yo.

-Tú qué? No te ibas a dormir?

-Coño Arnau que femenina te has vuelto!

-Es la primera vez que me llaman femenina hahahaha

-Exagerada… qué haces aquí?

-Pues este par estaban a un paso de ponerse a follar encima de la mesa, así que he venido aquí para dejarles intimidad. Así que pinta que voy a ser tu compañera de cuarto estos días.

-Bueno, mejor que lo que tenía antes…

-Hahahahahaha yo no puedo decir lo mismo!

-Oye qué cabrona! Hahahaha

-Es que tú has visto a Ginesta?- Me tumbé en la cama.

-Sí la he visto, sí… está tremenda… pero oye… tú…-ya se venía la pregunta de siempre.

-Yo…?

-Eres bollera?

-Dios mío dame paciencia… no soy bollera, no, pero tampoco hetero. Y no preguntes a la gente por su orientación sexual, está muy feo, ni uses el término bollera.

-Vale perdona… vivo en un pueblo pequeño, no estoy acostumbrado a estas cosas.

-hahahaha tranqui. Pues eso, que estos dos nos van a dar guerra…

-Pues yo voy a intentar dormir antes de que empiece la fiesta.

-Buena idea, buenas noches!

Yo no podía dormir. Entre que tenía ganas de seguir con la fiesta y no podía parar de imaginarme a ese par follando… Tenía que ser un espectáculo ver eso. También estaba incómoda. No había pasado a coger mis cosas y tenía que dormir con el bikini. Esperé a que Marcos se quedara dormido y me quité la parte de arriba. Se escuchaban risitas en la sala de estar, las paredes eran muy finas y se oía prácticamente todo, menuda me esperaba.

A la media hora o así escuché que entraban en la habitación, que estaba pared con pared, y efectivamente se oía todo. Y como iban borrachos ni se molestaban en susurrar.

-Dios… vaya tetas- se le escuchaba a Arnau.

-hahahahha pues eres la segunda persona conocida que las ve hoy… antes de que llegarais estábamos haciendo topless.

-las dos? Ufff…

-Qué, te pone?

-Hombre, imaginaros a las dos ahí en tetas…

-hahahahha a ver si mañana convenzo a Sofía y lo hacemos con vosotros delante.

Lo último que me esperaba era escuchar hablar de mí en una situación como esa… Me estaba empezando a poner bastante cachonda, y era una putada porque tenía al otro durmiendo a un metro de mí. Seguí atenta a la conversación de estos, que estaban más pendientes de hablar que de ir por faena.

-Va, quítatelo todo ya, que te quiero ver…

-Oye tendríamos que hablar más bajo… que se oye todo aquí…

Mierda. Me habían quitado el espectáculo. Desde esa frase se empezaron a oír susurros y no me enteraba de nada de lo que hablaban, solo alguna palabra suelta.

De los susurros pasaron a escucharse algunos ruidos reveladores, de los que se oyen cuando dos personas se van moviendo por una cama. De golpe otra vez palabras.

-Hey, tienes condones?

-Da igual, tomo la píldora (MAL gente, MAL, usad protección siempre que no conozcáis a la otra persona).

Ahora sí empezaron a escucharse ruidos de crujir de muelles… de chocar piel con piel… jadeos… Yo no pude resistirme más y con cuidado y delicadeza metí mi mano bajo el bañador y empecé a frotarme… No me imaginaba follando con Arnau o con Ginesta… me imaginaba observándolos desde una silla en la misma habitación mientras ellos me miraban a mí. Iba controlando también que Marcos no se despertara, entraba un poco de luz por una farola que había cerca y se podía ver todo lo de la habitación a simple vista. Pero eso, lejos de complicarme la masturbación, lo que hacía era darme mucho más morbo.

Los jadeos empezaron a convertirse en pequeños gemidos de Ginesta, intentando que no se le escuchara demasiado, y los ruidos eran cada vez más y más altos. Esta vez sí que me frené un poco y miré a Marcos, que por suerte seguía dormido, pero dudo que aguantara mucho más con el ruido que estaban haciendo. Otra vez más palabras entendibles.

-Espera… déjame ponerme a 4.

-Uffff vaya culo tienes…

-Oye… si me pongo así es para que me des fuerte…

Eso ya acabó conmigo. Empecé a apretarme una de mis tetas con la mano que me quedaba libre y con la otra seguía intercalando entre masturbarme el clítoris y jugar con mis labios… Iba a explotar, y para que Marcos no me escuchara me puse boca abajo, con la cara en la almohada, levanté el culo y usé las dos manos para terminar bien. En la otra habitación estaban por terminar también.

-Me voy a correr… ah…. No puedo más

-Aguanta un poco que ya casi estoy…

-No puedo… no… me corro, date la vuelta…

-En la cara no termiAh! Joder!

-Dios! Ahh! Qu… quita la mano por favor…

-Qué asco!!

Y otro gemido… No de la habitación de al lado… ni mío. Moví un poco la cabeza al lado y vi a Marcos sentado en la cama, mirándome y pajeándose. No puede ver bien con detalle porque estaba a contraluz, pero él vió que vi lo que estaba haciendo.

-No pares… estoy a punto…

El cabrón había estado haciéndose el dormido. No tenía ningún tipo de autoridad moral para enfadarme, yo estaba masturbándome a su lado pensando que él dormía, tampoco es algo muy "puro" que digamos. Pero sí me quedé helada.

-Desde… cuánto llevas… despierto?

-Pues no he llegado a dormirme…

-Joder, y no se te ha ocurrido decirme nada?- Yo seguía en la misma postura y con las manos en el mismo sitio, pero quieta.

-Es que… no quería que pararas…

-Y bien? Ahora qué?

Marcos se levantó sin dejar de masturbarse y encendió la luz. A mí, como estaba boca abajo y llevaba la parte de abajo del bikini, no se me veía nada pero yo sí le vi a él. Estaba totalmente desnudo (no sé en qué momento se quitó el bañador), iba depilado y debería tener unos 18/20cm de polla. Era grande, sí, pero sobre todo era muy gorda. Yo seguía igual, con el culo sacado y las dos manos en mi coño, metiéndome un dedo y frotándome el clítoris con disimulo. Marcos estaba a los pies de mi cama y seguía a lo suyo.

-Por mí no disimules… se nota que… estás a punto…

-Vale… pero no vas a ver más de lo que ya estás viendo…

-Qué cabrona… mira cómo me tienes…

Yo paré de disimular y empecé a mover mis caderas a la vez que me masturbaba más deprisa. En la habitación de al lado se volvían a escuchar risitas, por lo que parecía que el asunto de Arnau corriéndose supuestamente en la cara de Ginesta se había arreglado. Yo solo tenía eso en mente, Arnau echando toda su lefa sobre la cara angelical de Ginesta, mientras le iba goteando directamente a sus tetas… Justo cuando estaba a punto de correrme, noté peso apoyarse en los pies de mi cama.

Giré la cabeza y vi a Marcos apoyando una rodilla en mi cama, acercando su polla a mis piernas y acelerando el ritmo se su paja.

-Dios… como me… pones

No acabó de decir "pones" cuando un chorro de esperma salió de su polla directo a mi culo. Varios siguieron el camino del primero, dejando mi bañador listo para la lavadora. Hasta noté que me cayó en algunos dedos que me sobresalían del bañador. Los siguientes y últimos chorros fueron a parar a mis piernas. Me puso muy cachonda el descaro que mostró Marcos y solo tardé unos segundos en correrme también.

Marcos, aprovechando que estaba floja, se acercó a mi cara, todavía empalmado, e hizo un gesto de acercarla a mi boca. Como estaba exhausta, lo único que hice fue poner mi cara en la almohada y notar como ponía su prepucio contra mi mejilla. Todavía estaba dura.

-Oye si ya estás, no te pases…

-Si sigo soy capaz de correrme otra vez…

-Con todo lo que has soltado? No te lo crees ni tú.

-Va… prueba…

Me giré dándole la espalda y me puse la parte de arriba del bikini. Cogí su toalla y me limpié la corrida. La puse en mi cama y me senté.

-Va, a ver que lo vea

No se lo pensó y volvió al ataque. No se le llegó a bajar la polla en ningún momento. Allí estaba, de pie, delante de mí, y pajeándose como alma que lleva el diablo.

-Quítate el bikini… va…

-No, no, te he dicho antes que esto es todo lo que ibas a ver, haz lo que quieras, pero hoy no me vas a ver desnuda.

-Ufffff… pues tócame tú por lo menos.

-No, esto es todo lo que vas a tener.

Me eché un poco para atrás, apoyé mis manos en la cama y abrí un poco las piernas, para que me pudiera ver toda, pero "vestida". Era digno de ver, no hacía ni 3 minutos que se había corrido y seguía empalmado como en el minuto 1. Se iba acercando cada vez más, hasta que tenía la escena a la altura de mi cara.

-De verdad no quieres… tocarme?

Me moría de ganas, pero no le iba a dar esa satisfacción. También tenía ganas de masturbarme, pero eso iba a llegar a un círculo vicioso en el que probablemente acabaría haciéndole una mamada o algo, así que fui fuerte y no lo hice.

-Pues… ahí va otra vez… aah…

Apuntó a mi cara, pero me dio tiempo a girarla. Igualmente no salió tan disparado como la primera vez, así que me fue todo al cuello, a mis tetas y a mi barriga. No fue tan espeso, y fue algo más transparente que la primera, pero aún y así me quedé sorprendida con esa capacidad para correrse justo después de ya haberse corrido.

-Ves?... te lo había dicho…

-No, no, wow, te creo, vaya si te creo. Por cierto.

-Sí?

-No digas ni mu de lo que ha pasado aquí y lo mismo nos lo pasamos bien el resto de la semana…

-En serio!? Seré una tumba!

Me volví a limpiar con su toalla y me tocó dormir en bañador corrido porque mis cosas estaban en la habitación de al lado. Me quedé dormida escuchando las risitas y los susurros de la habitación de al lado, y no paraba de imaginarme allí con ellos.


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Espero que tenga, mínimo, la misma recepción que el anterior! hahahhaa Y como siempre digo, sin miedo a hacerme repetitiva, espero vuestras respuestas, consejos, críticas constructivas, reacciones etc!

Un abrazo a todos!
Madre mía Sofía!! Creo que no eres consciente de lo cachondo que me pones con tus relatos ....es que está tan bien descrito que es difícil no imaginarme en cada situación. 🔥 🔥 🔥 🔥
La verdad que menudo toro es Marcos jejejeje dos corridas tan seguidas ☺️☺️
La de veces que he soñado con situaciones como las que comentas pero nunca he tenido la suerte de coincidir con mujeres/diosas como tú ☺️☺️😘
 
Ala, leído y disfrutado, aunque con los pantalones puestos. Me gusta leer estos relatos bien leídos, sin distraerme con pajas. También es que hoy toca follar si no se tuerce nada y quiero ir a plena carga, que queda más cinematográfico todo.
Me he imaginado a Carles como a un Totoro hardcoreta: grandote, con pinta de bruto tatuado, pero delicado en sus modales y en el final de sus gestos. Sigo teniendo la sensación de haber conocido en persona a los personajes. :)
 
Bueno, pues nos vamos acercando a todo lo que ya tenía subido! Espero que los que vayan viniendo ahora os gusten tanto o más que el resto, ya que son un poco más largos... Y a veces el muchotextismo abruma!

Nota: Al ser 4 personas me va a ser más sencillo utilizar las iniciales de cada uno para los diálogos, no tiene mucho misterio:

S: yo
M: Marcos
A: Arnau
G: Ginesta

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Me desperté muy temprano, ya comenté que cuando bebo duermo fatal. Miré el móvil y debían ser como las 8. Marcos todavía dormía y roncaba como un señor de 175kg que estaba a una patata frita de sufrir un infarto y en la habitación de al lado ya se escuchaban risas, pero nada de ruidos sexuales.

Me levanté y me dispuse a recoger mis cosas de la otra habitación, para poder ducharme y cambiarme ese bikini lefado. Llamé a su puerta.

S: Sé que estáis despiertos pero, estáis visibles? Necesito mis cosas.

G: Sí! Pasa!

Habían juntado las dos camas. Arnau estaba tumbado boca arriba, con un pantalón corto y sin camiseta, luciendo músculos y sus tatuajes. El cabrón estaba como un queso y encima lo sabía, pero igualmente había algo que desentonaba...

Ginesta estaba sentada a lo indio, vistiendo solo la camiseta de Amon Amarth de Arnau y un culotte negro. Estaba guapísima, llevaba 0 maquillaje y ni falta que le hacía, solo con ese pelo tan oscuro acompañado de sus ojos verdes ya te atrapaba. Fue la primera en saludar.

G: Qué madrugadora Sofi, aunque viendo el concierto que tienes en la habitación no me extraña.

S: Si lo escucháis roncar imaginad lo que se os escuchó anoche a vosotros.

Ginesta se llevó las manos a la cara y se empezó a reír. Arnau estaba empezando a ponerse un poco rojo. Aproveché la situación y tiré de sorna.

S: "Ay pero en la cara no"

G: NO CALLAhahahahahaha

Arnau se llevó una almohada a la cara y Ginesta pataleaba a la vez que se reía

S: Hahahahah a ver, es lo que hay, por mí no os cortéis, no vais a estar una semana mordiendo almohada.

Arnau no decía nada, estaba muerto de vergüenza el pobre. Yo solo pensaba en darme una ducha y en irme a la playa a darme un baño. Como tenía la mochila sin deshacer, solo tuve que cogerla y me disponía a volver a la otra habitación.

S: Yo voy a darme una ducha y a la playa, vosotros imagino que dormiréis algo.

A: Yo voy a intentar dormir, no he pegado ojo.

G: Yo sí he podido dormir un poco, lo mismo te acompaño.

S: Vale! Pues ahora te aviso.

Fui a la habitación. Marcos todavía hibernaba. Dejé la mochila en la cama, cogí una toalla, otro bikini y me fui para el baño del bungalow.

No era un baño muy grande, pero tenía todo lo que se necesitaba, una taza de wc, una pica y una ducha de esas con mampara. Me quité el bikini corrido y me metí en la ducha. El agua estaba perfecta, yo en verano me ducho con agua tibia y cuando ya estoy aclarada me doy un último chorrazo con agua fría, para despejarme. No había empezado a enjabonarme cuando picaron a la puerta.

G: Sofi me meo!! Entro!

S: Ep pero estoy en bo…

No entiendo ni por qué me molesté. Entró, se bajó el culotte y se sentó en la taza. Nos llevábamos bien, pero no teníamos tanta confianza como para eso. Supongo que cada persona es un mundo. Cuando acabó no tenía pensado marcharse y empezó a darme conversación mientras yo seguía a lo mío bajo el chorro de la alcachofa.

G: Oye, haces deporte? Vaya tipazo tienes.

S: Hahahahaha joder, gracias! Pues ahora solo voy al gym, pero he jugado a basket toda la vida.

G: A basket…?

S: ja ja ja, qué graciosa. Como soy tamaño hobbit queda raro, verdad? Pues sí, mis hermanos juegan todos a basket y le cogí afición desde pequeña. No todo es altura!

G: hahahahah va no te enfades! Pues estás muy bien chica. Oye, por qué tu bikini está…?

Claro, mi bikini era negro (que viva el metal🤘) y recibí dos descargas de Marcos por la noche sin quitármelo. Parecía un cuadro Impresionista y a la amiga no se le escapaba una.

S: Shhhh acompáñame a la playa que aquí se oye todo.

G: uuuh vale vale.

S: Voy… voy a salir ya.

G: Tranqui, me siento aquí y te hago hueco.

La muchacha no entendía el concepto de privacidad. Yo no tengo problema en estar desnuda delante de otras chicas, pero me ponía un poco tensa si esas chicas no sabían de mi naturaleza bisexual, había tenido problemas en el instituto por esas cosas y me costaba pensar que su reacción sería la misma de conocer mis gustos.

Cogí la toalla y empecé a secarme. Nada sexual ni provocativo, solo secarme con la toalla, pero claro, el espacio era reducido.

G: Es que vaya culo tienes!

Me dio una cachetada y se echó a reír.

S: Oye! Hahahahaha con las cosas de comer no se juega!

G: Es que qué envidia de culo, ni pizca de celulitis. Mira el mío todo flácido.

Se puso de pie y levantó su camiseta por la parte de atrás. Era una exagerada (ya sabéis cómo somos a veces…), tenía un culazo. Yo no dejé pasar la ocasión y le toqué el culo también.

S: Pero qué dices! Si tienes un culazo! Si te preocupa que la gravedad haga su efecto vente conmigo al gimnasio. Mantener un buen culo requiere sacrificio! Hahahaha

Me puse el bikini y salimos del baño. Ella entró a cambiarse a la habitación y yo preparé la nevera con unas cervezas (sí, casi a las 9 de la mañana, eran vacaciones, no me juzguéis). Cogí mi toalla y la de Ginesta y salí del bungalow a esperarla. No tardó ni 5 minutos en salir, también en bikini.

La playa estaba desierta, era un martes de Junio y la gente trabajaba. Como solo llevábamos las toallas y las birras, las dejamos en la arena y nos fuimos directamente al agua. Allí empezó el interrogatorio.

G: Va, va, cuenta! Tengo la suficiente experiencia para saber qué era eso de tu bikini y que era reciente.

S: Joder vas directa, eh? hahahaha

G: Como para no! Vosotros no escuchasteis pero nosotros no oímos nada, qué pasó ahí?

S: Pues resumen rápido. De escucharos follar me puse cachonda, pensé que Marcos dormía y me empecé a masturbar. Resulta que se estaba haciendo el dormido y de verme a mí dándolo todo también se hizo una paja.

G: Pero eso no explica por qué tienes el bikini lleno…

S: Coño con el tercer grado hahahaha Pues como iba tan cachonda… le dejé acabar encima.

G: Hahahahahaha joder qué porno todo! A mí también me pone que se me corran encima, tranqui. Pero no llegasteis a follar ni nada?

S: Por no llegar no llegó ni a verme desnuda hahahahah

G: Qué dices! Hahahaha cómo le haces eso al chaval.

S: Vamos a la toalla y te lo cuento con una cerveza.

En la toalla le expliqué a Ginesta mis gustos por el voyeurismo, el exhibicionismo, el insinuarme y que prefiero masturbarme con alguien a follar.

G: Wow…

S: Qué? Soy un bicho raro, no?

G: Qué va! Todo lo contrario! Sabes lo que quieres y me parece muy interesante todo eso!

S: Bueno… ya hemos acabado conmigo… ahora cuenta tú! Qué tal anoche pillina? Se te escuchó disfrutar, eh?

G: Ya, bueno…

S: Cómo que "bueno"? Si el chaval es un adonis y sobre todo eso, se os escuchó bien.

G: El chaval es un cielo, y sí, Dios, está tremendo, pero…

S: Pero…?

Ginesta levantó su dedo meñique y puso cara de decepción.

S: Nooooo tan pequeña?

Ginesta seguía con el dedo meñique levantado. Eso era lo que no me cuadraba… no se le notaba paquete…

G: Este dedo es más largo y de grosor no está muy alejado tampoco… Fingí para que se sintiera bien, pero no sentí absolutamente nada, ni estuve cerca de llegar como le dije, ni nada…

S: Pero mujer, no todo es penetración, hay más cosas que se pueden hacer…

G: Ya, ya, si yo soy consciente de eso, pero el chaval fue a lo que fue y se olvidó de que tiene otras partes del cuerpo por usar…

S: Joder, pues a mí me hubiera encantado veros.

G: Qué bestia hahahaha pero qué dices? En serio?

S: Pues sí, ya te he explicado antes hahahahah

G: Bueno, y tú a Marcos pudiste verle?

S: Sep, calza como un caballo.

G: Hahahahahahah Dios, bueno, en la playa ayer ya me fijé.

En ese momento yo me acordé de Gabri y me sentí mal por Arnau. Gabri estaba bastante acomplejado y eso que a su lado parecía Nacho Vidal según Ginesta. A la hora de hacer ciertos tipos de prácticas sexuales es muy importante dejar los complejos a un lado, pero es difícil cuando siempre se da tanta importancia a cosas como el tamaño de los pechos o del pene y el contenido de una relación sexual se basa exclusivamente en la penetración. Gabri en ese sentido estaba aprendiendo mucho conmigo y se estaba quitando muchos complejos. Al final todo está en ganar confianza.

Ginesta y yo seguíamos estiradas en la arena. Eran pasadas las 10 y ya estábamos sin cerveza.

G: Bueno, como estos seguro que siguen sobando…

Se quitó la parte de arriba y se volvió a tumbar boca arriba. Yo también me la quité, pero me quedé boca abajo. Lo hice para poder disfrutar un poco de las vistas. Era espectacular, la verdad. Las tenía muy bien puestas pese a su tamaño. Era muy blanquita y tenía los pezones rosados y tenía un lunar marrón en la teta derecha. Estuvimos un rato así hasta que empezamos a notar el solazo.

G: Sofi… el sol empieza a picar, nos volvemos?

S: Sí, no quiero quemarme el segundo día.

Nos pusimos ambas la parte de arriba y nos volvimos al bungalow. Cuando llegamos Marcos y Arnau estaban haciendo la comida. A mí eso me venía de lujo porque mi intención era comer pronto y echarme la madre de todas las siestas.

S: Joder así da gusto llegar a casa! Con chefs y todo!

M: Sep, macarrones con atún! Comida de 5 tenedores.

G: Pues huele que alimenta!

A: Pues ya casi está, os venís después de comer a la playa?

S: Yo en cuánto termine de comer me pienso fundir con la cama, que no he dormido muy bien. Cuando me levante si seguís ahí me paso.

G: Yo seguramente me quede durmiendo también, esto de beber en ayunas…

Nos sentamos a la mesa a comer. Me calcé dos platos casi sin masticar.

A: Dios, cómo puedes ser tan pequeña con lo que zampas?

S: Lo convierto todo en combustible! Y ahora voy a gastar el combustible en irme a dormir… buenas noches!

Me fui a la habitación y me dejé caer en la cama boca abajo, creo que tardé menos de dos minutos en dormirme.

Abrí los ojos y no sabía ni cuánto había dormido. Miré el móvil y eran las 6 de la tarde. Había caído una siesta de 4h. No escuchaba ruidos así que imaginé que todos estarían en la playa. Cogí la toalla y me fui para allí.

Efectivamente allí estaban. Marcos y Arnau jugando a las palas en unas condiciones lamentables y Ginesta en la toalla… En topless! Yo no quería que me vieran así todavía, así que no iba a unirme a ella esa vez.

M: Hombreeee pero mira quién viene por ahí!

Se les notaba bastante borrachos. Normal, esos dos llevaban bebiendo desde la hora de comer y Ginesta no creo que durmiera más de un par de horas.

S: Vaya cogorza me lleváis, esto no puede ser.

Para ponerme a su nivel, abrí una lata de cerveza y me la bebí de un trago como buena princesa de la cerveza que soy.

M: Tú qué? No te vas a unir a tu amiga y nos vas a dejar ver algo?

G: Eso eso!! Que bien bonitas que las tienes!

S: Sí hombre! De eso nada!

Los 4 nos echamos a reír. Estuvimos bebiendo y jugando a las palas y a las cartas hasta que el sol empezó a aflojar. Marcos y Arnau no le quitaban el ojo a las tetas de Ginesta, el alcohol anulaba su capacidad de disimular, pero es que no eran para menos. Antes de irnos me fui a dar el último baño del día. Arnau vino conmigo.

A: Vaya siestaza te has echado, eh?

S: Hahahahah estaba muerta, no pegué ojo casi anoche.

A: Ya… lo siento.

S: Nah, no te preocupes, ya te lo he dicho esta mañana, por mí no os cortéis. Y bueno, si encima habláis de mí… hahahaha

A: Co… cómo?

S: Hahahahahaha que se escuchaba todo… Al final Ginesta no ha podido convencerme de hacer topless también, eh?

A: Eh? Ah.. sí… bueno, estábamos de coña hahahahaha

S: Ah, entonces no te hubiera gustado?

No puedo evitarlo. Me encanta y me pone cuando se ponen nerviosos. Es curioso porque luego cuando Marcos le echó morro la noche anterior también me puso… Qué bueno esto de tener gustos tan variados hahahah.

A: Yo no he dicho eso!

Me giré y vi que Ginesta y Marcos estaban hablando sin prestarnos nada de atención.

S: Bueno, para que tampoco te vayas con mal sabor de boca…

Me cogí el bikini y poco a poco empecé a bajármelo hasta que la aréola del pezón empezó a asomar. Arnau estaba mirando sin pestañear y se arrimó a mí. Cuando estaba a punto de dejar ver mis dos pezones me volví a tapar.

S: Nah, mejor no, así está bien.

A: Ah… Pe… pero… ufff

Le hice un gesto con la cabeza para que saliéramos los dos del agua. Al llegar a la orilla Marcos y Ginesta ya estaban recogiendo todo. Ginesta ya se había puesto el bikini y se notaba la decepción en la cara de Marcos.

Cuando llegamos al bungalow seguimos con la fiesta, no nos molestamos ni en preparar algo de cenar y nos apañamos con las patatas y frutos secos que habíamos llevado para picar. Estábamos de charla y de risas y yo me fijaba en que Arnau no me quitaba ojo, al pobre le había dejado con las ganas de ver más. De repente la conversación se centró en el grosor de las paredes…

M: A ver si esta noche hacéis menos ruido! Hahahahah que nos enteramos de casi todo lo que pasó!

G: No no! Sofía nos ha dado permiso para hacer todo el ruido que queramos hahahaha

M: Ah sí? Hahahahaha le ayudará a coger el sueño supongo.

S: Hahahahaha sí, pero se le escuchaba más a Ginesta! Vas a tener que hacerle cosas a Arnau a ver si le escuchamos a él!

A: Hey a mí no me metáis yo soy muy silencioso!

S: Ya, ya, tú solo hablas… "vaya tetas" "quita la mano" hahahahaha

G: Oye qué vergüenza! Hahahaha para!

M: Hahahahaha seguro que te puso fina con ese rabazo de vikingo.

Arnau no se rió, imagino que solo Ginesta y yo nos dimos cuenta. Marcos solo quería ser amable.

A: Va, cambiemos de tema.

G: Pero si la cosa está divertida!

A: Ya, pero me da corte.

M: Arnau si yo me hubiera acostado con una tía así no podría hablar de otra cosa!

Conseguimos que se riera un poco. Menos Arnau el resto estábamos bastante animados y no teníamos intención de desviar el tema de conversación. Arnau fue el primero en caer esa noche.
A: Bueno, yo hoy no puedo más, me voy a dormir.

Le dimos las buenas noches y seguimos a lo nuestro, cervezas, algún porrete y con conversaciones un poco subidas de tono. A los pocos minutos empezamos a escuchar ronquidos, Arnau ya estaba KO.

G: Va, va, cuál ha sido vuestra mayor frustración sexual? La mía sin duda cuando estuve a punto de follarme a un negro pero no hubo manera de que eso se le levantara, fue mi única oportunidad!

S: Hahahahahahaha siempre igual con el mito! La mía la de no haberme podido follar a algún profesor… pero es que ninguno me ponía hahahaha

M: Pues la mía es que ninguna chica me ha dejado darle por el culo!

G: Ala hahahahaha y eso?

S: Yo me la sé! Porque la tienes muy gorda?

M: Sep, exactamente por eso hahahaha

G: Ala qué dices hahaha bendito problema, no?

M: No te creas, a algunas chicas les duele y más de una vez he tenido que parar.

G: Pero tan gorda la tienes?

Marcos, imagino que debido al alcohol, se levantó y sin pensárselo dos veces se bajó el bañador. Yo no se la había visto en reposo hasta ese momento, y era igual de espectacular que erecta. Ginesta cuando vio el gesto de Marcos de bajarse el pantalón giró la cara y se puso roja. Marcos y yo nos reímos.

S: Hahahahahaha pero mujer no seas remilgada que todos te escuchamos anoche!

Ginesta giró la cabeza y plantó los ojos en la polla de Marcos, que por la situación ya se le estaba empezando a poner un poco morcillona.

G: Dios! Dónde vas con eso? Hahahahaha

Marcos se sentó sin subirse el bañador y Ginesta (y yo) le iba mirando de reojo.

M: Oye oye… Aquí las dos me habéis visto la polla… Tú y yo le hemos visto las tetas a Ginesta, pero solo Ginesta te las ha visto a ti… eso es injusto!

G: Eso eso!!

Ginesta se abalanzó sobre mí y trató de levantarme el bikini. Las dos forcejeamos y nos reíamos. Aunque ella era más alta que yo, yo tenía más fuerza, así que la que acabó con las tetas fuera fue ella.

M: Yo esto lo he soñado hahahahaha

Yo me sentía poderosa después de haber ganado la confrontación y con Ginesta muerta de risa y con las tetas fuera aproveché.

S: Sí? Y en tu sueño pasaba esto también?

Pasé mis brazos por debajo de los de Ginesta y la cogí por las tetas. Me recreé un poco y se las apreté y moví. Entre sus risas pude distinguir un leve gemido, cosa que entre el morbo que me daba ella y el morbo que me daba la situación, me puso muy cachonda. Podía ver como la polla de Marcos iba creciendo poco a poco. Él no se escondía, abría un poco las piernas y echaba un poco el cuerpo para atrás, para favorecer el ángulo para nosotras.

M: Hey… por qué no vamos para la habitación los 3?

Ginesta paró de reírse de golpe y yo dejé de sobarla. Se tapó y se sentó. Miró otra vez la polla de Marcos, esta vez completamente empalmada, se mordió el labio y acercó su mano derecha a su polla.

La cogió de forma muy delicada. Su mano no llegaba a cerrar debido al grosor. Marcos me miraba a mí, Ginesta miraba a la polla de Marcos y yo los miraba a ambos.

G: Woah… Es… está durísima…

Yo realmente no daba crédito a lo que estaba pasando. Llevábamos solo dos días allí y las cosas se estaban descontrolando mucho. Yo encantada, eh, no me malentendáis, pero no podía evitar sentirme un poco mal por Arnau.

M: Va…

Marcos cogió la mano de Ginesta y empezó a subir y a bajar. Ella estaba medio paralizada y yo estaba empezando a preocuparme.

S: Marcos para… Ginesta, estás bien? De verdad quieres hacer esto?

Marcos paró y Ginesta le soltó la polla.

G: S.. sí, estoy bien… solo estoy nerviosa…

M: Si quieres que paremos dilo.

G: No… si me muero de ganas… es solo que…

S: Dilo mujer, si estás entre ami…

Ginesta me puso la mano en la cara y me plantó un beso. Tenía los labios muy carnosos y el beso fue cálido y muy sensual. Yo por un momento me quedé paralizada, pero no tardé en seguirle el beso.

G: Sí, mejor vamos a la habitación…

Marcos estaba que no se lo creía. Fuimos los 3 a la habitación, primero entró Marcos, luego Ginesta y por último yo. Tal y como cerré la puerta, Ginesta me cogió de la mano, me acercó a ella, y volvió a besarme. Con una mano me cogía delicadamente de la nuca, con la otra me cogía de la cintura y me apretaba contra ella. Notaba su piel contra la mía, era suave y cálida. Separamos nuestras bocas, nos miramos a los ojos, y nos reímos. Yo pensaba que era la única que se moría de ganas, y parece ser que no.

A todo esto Marcos nos miraba sentado en la cama mientras lentamente se iba masturbando.

M: Pero no paréis… Y oye… tú no estabas haciéndome algo antes?

G: Hahahahah pero qué impaciente que eres…

A Ginesta parecía que se le estaban pasando los nervios. Se acercó a la cama de Marcos y se sentó a su lado. Con la mano derecha ayudó a Marcos con su paja mientras no me quitaba ojo de encima. Marcos le deshizo el nudo de arriba de su bikini y éste cedió poco a poco, dejando sus tetas al descubierto.

G: Va… ven…

Yo me acerqué directamente a ella, me puse de rodillas y fui directa a sus pechos. Enfoqué al piercing de su pezón izquierdo y empecé a jugar con él con mi lengua. Con una mano me masturbaba y usaba la otra para poder llevarme su teta a la boca. Noté una mano desabrochándome el bikini, miré de reojo a Marcos, levantó las manos…

M: No soy yo.

Era Ginesta. Era ella la que estaba desabrochando mi bikini. En ese punto ya me dejé llevar y dejé que me lo quitara. Yo no fui menos y fui directa a la parte de abajo de su bikini. Le deshice los nudos de los laterales y la dejé completamente desnuda. Iba depilada del todo. Llevé mi mano a su sexo para comprobar lo que ya se sabía, que estaba muy MUY mojada. Metí los dedos índice y corazón a mi boca para después llevarlos dentro de su coño.

Ginesta comenzó a gemir de placer y se echó para atrás en la cama. Yo puse sus piernas en mis hombros y sin sacarle los dedos acerqué mi boca a su clítoris. Empecé a apretarlo con mis labios, como la que se come un helado, seguía así mientras Marcos no perdía detalle de todo. Ginesta ya hacía rato que había soltado su polla y que tenía sus dos manos sobre mi cabeza.

G: Dios… Sofía… sigue así…

Paré de usar mis labios y comencé a usar mi lengua. Las manos de Ginesta cada vez me apretaban más fuerte contra su coño, y podía notar como sus muslos empezaban a temblar. Aceleré el ritmo, tanto con mi mano como con la lengua.

G: Sof… Sofi… me co… aah… aaaaah….

Y de repente tranquilidad. Ginesta había tenido el orgasmo que no pudo tener la noche anterior. Yo levanté la cabeza de entre sus piernas y la busqué con la mirada. Tenía una sonrisa de oreja a oreja. Yo estaba sorprendida por haber encontrado a alguien que tardara menos que yo en llegar al orgasmo, pero en mi defensa diré que estaba más pendiente de darle placer a ella que de dármelo a mí.

M: Hey… que os habéis olvidado de mí o qué?

Marcos seguía empalmado y ya se había encargado de no masturbarse demasiado para no acabar rápido, quería disfrutar el momento. Por el ángulo en el que estaba, todavía no había conseguido verme las tetas, así que me las tapé con un brazo y me volví a poner la parte de arriba del bikini.

M: Es en serio?? Es que nunca voy a poder verte o qué?

S: Hahahahah sí, pero cuando yo quiera.

Parecía que esas cosas ponían mas cachondo a Marcos, así que iba a seguir sacándole partido.

S: Ginesta, puedes seguir o qué?

G: Ah? Ufff… sí, sí, dame un segundo…

La puse de rodillas conmigo y ambas nos acercamos a Marcos, dejando que ella se pusiera entre sus piernas mientras yo me colocaba detrás. Marcos aprovechó el tamaño de las tetas de Ginesta y perdió su enorme polla entre ellas. Hice que apoyara sus brazos a los lados de Marcos, y fui yo la encargada de hacerle la cubana con sus tetas. Las cogí desde atrás y las apretaba, subiendo… bajando… subiendo… bajando…

El que empezó a gemir en ese momento era Marcos y yo aceleraba el ritmo. Me encantaba ver como asomaba su polla entre las tetas de Ginesta, que se estaba volviendo a reactivar.

G: ahora vas a ser tú la que se va a tumbar…

Ginesta me tumbó en la otra cama, se puso a la altura de mis piernas y me quitó la parte de abajo del bikini. Puso las rodillas a la altura de mis gemelos, levantó el culo y empezó a hacerme lo mismo que le había hecho yo a ella momentos antes… Primero usando los labios… luego la lengua… luego otra vez los labios… Mientras me metía y sacaba dos dedos…

S: D… Dios! Ah… así…

La postura de Ginesta era una invitación a Marcos para que la follara mientras a mí me hacía gozar. Desde mi posición podía ver como se aguantaba la base de su miembro mientras usaba las nalgas de Ginesta para masturbarse.

G: Va… no esperes más… tomo la píldora…

M: Uff… tú mandas…

Marcos puso una mano en la cadera de Ginesta, mientras con la otra introducía su polla dentro de su coño de una sola embestida.

G: DIOS!

Los 3 nos paramos en seco. Ese grito tuvo que despertar a Arnau por cojones. Después de unos pocos segundos escuchamos ronquidos que venían de la habitación y seguimos. Marcos embestía a Ginesta con un ritmo bastante rápido y con bastante fuerza. Yo estaba a punto de llegar al orgasmo, pero la pobre muchacha estaba más concentrada en no gritar que en darme placer, así que tuve que ayudarme con mi propia mano mientras ella metía y sacaba su dedo índice y corazón de mi coño.

G: Dios… es que… ah… fua… no puedo…

M: Quieres que pare?

G: Sí… n.. no… no sé… ah…. Ves más despacio…

Marcos bajó un poco el ritmo y la fuerza de sus embestidas y ahí sí que Ginesta tuvo el placer que ella quería y necesitaba.

G: Ah… así sí… así sí…

S: Pues va… si ya vas mejor… vuelve a lo que estabas haciendo… que estoy a punto…

Cogí su cabeza con ambas manos y la apreté contra mi coño. Volvió a usar la lengua en mi clítoris y yo estaba ya muy cerca de tener mi primer orgasmo. Podía sentir los gemidos de Ginesta directamente en mi sexo, cosa que aceleró el proceso.

S: Dios… Dios… así… así… ah… AAAH!

Había tenido mi mejor orgasmo en años, me dejó las piernas temblando como si fuera una primeriza. Marcos, al ver esa escena, volvió a acelerar el ritmo y yo podía ver en la cara de Ginesta que estaba muy cerca de llegar a su segundo orgasmo.

M: Sigo?

G: Ah… s… sí… sí

M: Así… o más fuerte…?

G: Más f… fuerte… ya casi… ya cas ahh…

Marcos estaba dando tan fuerte a Ginesta, que si el grito de antes no despertó a Arnau, probablemente lo haría el ruido que hacían sus cuerpos al chocar. Se le notaba experiencia en esto al chaval y sobre todo tenía el detalle de preguntar, ya que era consciente de que con lo que tenía entre las piernas podía llegar a hacer daño.

G: Ah… así… así… Aaah!

Ginesta ahogó su grito entre mis piernas y cayó rendida. Tenía la respiración súper acelerada y temblaba toda de cintura para abajo.

G: Dios… no quiero que se acabe esta noche…

M: Pues yo estoy a punto…

S: Va… si aguantas un poco más… me quito el bikini…

M: Uff… es que mira cómo me tenéis…

Marcos se acercó a mí, me cogió la mano y la llevó a su polla. Estaba palpitando y tenía las venas muy marcadas, eso iba a explotar en cualquier momento, pero ninguno queríamos eso… Ginesta seguía jadeando y llevaba su mano a su coño.

G: Dios… en mi vida había estado tan mojada…

S: Qué… cómo te ves para el último asalto?

G: Último? Jo…

S: Mira el chaval, que va a reventar.

G: A mí sí que me ha reventado hahahahaah No vas a probar tú?

S: Hoy no creo… Con ver cómo te lo hace a ti ya tengo suficiente…

M: Ufff… Todavía no me lo acabo de creer…

S: Yo creo que se ha ganado acabar en condiciones…

G: Sí… la verdad es que sí…

M: En serio? Pues va, seguid vosotras que yo me voy a acabar viéndoos…

Ginesta y yo nos miramos y nos reímos. Habíamos logrado tener mucha complicidad en poco tiempo. Subió a mi altura y volvió a besarme. Las dos nos tumbamos de lado, mirándonos la una a la otra, mientras nos acariciábamos de forma muy suave y sensual. Yo llevé mi mano a mi coño y comencé a masturbarme de nuevo.

Marcos no perdía detalle, ya que no tenía parte de abajo y se masturbaba mirándonos desde un ángulo en el que pudiera verme tanto a mí, como a Ginesta.

M: No… voy a aguantar… mucho más… uffff… os puedo pedir algo?

Ambas dijimos que sí.

M: Podéis poneros de rodillas las dos?

Las dos nos pusimos de rodillas y Marcos se volvió loco sin saber a dónde apuntar. A mis tetas tapadas con mi bikini… a mi cara… a la cara de Ginesta… a sus tetas… Decidí ponérselo fácil y empecé a comerle las tetas a Ginesta… parece que eso le gustó..

M: Oh Dios… sí… me voy a correr… aaaah…

Antes de que soltara el primer lefazo, me levanté el bikini y puse mis tetas contra las de Ginesta.

M: SÍ JODER AAH…

Marcos dejó caer toda su descarga sobre nuestras tetas y guardó unos últimos chorros para la cara de Ginesta, que esta vez no dijo nada de "en la cara no" lo que daba a entender el nivel de calentón que llevaba.

S: Marcos, puedes hacer como ayer?

M: Sí, siempre

G: Me he perdido.

M: Si sigo puedo correrme otra vez en unos minutos.

G: Joder vaya fuente!

En ese momento era yo la que se iba a aprovechar de las vistas. Ver a Ginesta llena de corrida me encendió de tal manera que noté que mi segundo orgasmo estaba bien cerquita de llegar. Marcos no paró de masturbarse y Ginesta estaba encantada con ser nuestra musa de las pajas. Empezó a recrearse, jugando con sus pechos llenos de esperma, frotando sus pezones contra los míos… Hasta que gané la carrera.

S: Ah… ya… ya… Aaah!

Me quedé exhausta. Me senté en el suelo y apoyé mi espalda en la cama, dejando mi cabeza hacia atrás. Cosa que aprovechó Marcos para usarme como blanco. Ginesta me cogió las tetas y me las subió, pero Marcos no quería más tetas. Me metió la punta en la boca y descargó su segundo cargamento dentro de ésta. Me fue inevitable tragar algo, ya que algunos chorros fueron a parar directos a la garganta.

Con la boca llena de su esperma, me dirigí a las tetas de Ginesta y lo solté todo ahí. Marcos estaba en el cielo.

M: Son las mejores vacaciones de mi vida…

S: Nos dejas a Ginesta y a mí esta habitación hoy?

M: Sin problema, claro.

Marcos se fue para la habitación de Arnau, Ginesta y yo nos lavamos y nos fuimos cada una a su cama. Al día siguiente tocaba responder a varias cosas…

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Espero que hayáis disfrutado y que os lo hayáis pasado bien leyéndolo! Espero vuestras reacciones, comentarios, críticas... Un abrazo a todos!!
Buenos días preciosa 😘😘😘
Uuuuuuuuffff me tienes casi sin palabras de lo cachondo que me tienes... 🔥 🔥🔥 madre mía...estoy casi como Marcos con palpitaciones 🔥🔥🔥🔥
Madre mía!! Entre tus gustos...que me encantan y son afines a los míos, tu habilidad y sensualidad de jugueteo y tu habilidad para hacer realidad todas tus fantasías...me tienes anonadado 😍😍😍😍😍
No me extraña que Marcos acabará en el cielo...porque solo leyéndolo he acabado en las puertas de este cielo ☺️☺️☺️☺️
Espectacular 😘😘😘
Que tengas un gran miércoles 😘😘
 
Bueno, pues aquí estamos de nuevo!

Parece que POR PUTO FIN empieza a refrescar un poco y yo me vuelvo mucho más activa y feliz, porque el calor es el mal y si te gusta el calor seremos enemigos de por vida en una batalla sinsentido en la que ganaré yo por goleada ya que del puto calor que vas a tener no te vas a poder ni mover.

Después de este párrafo tan bien escrito y narrado, os dejo con la siguiente parte, espero que la disfrutéis!!

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Me volví a despertar temprano porque odio el verano y el calor. Ginesta todavía dormía, llevaba una camiseta mía (tengo camisetas de tallas grandes para dormir, que ya veo venir los chistes con mi altura xD) y la parte de abajo de su bikini. A la muy desgraciada le dabas cualquier tipo de trapo y le quedaba sexy.

Me puse a pensar en la noche anterior, hacía solo unas horas que había tenido a Ginesta entre mis piernas y a Marcos dentro de mi boca. La verdad es que lo pasé genial, siempre es divertido cuando hay más de dos personas. La situación era la siguiente: Llevábamos dos noches allí, y en las dos noches pasaron cosas. Marcos estuvo presente en ambas, pero más allá de las corridas, la única interacción que tuve directamente con él fue agarrarle la polla durante un instante.

Ginesta en cambio me hizo tener uno de los orgasmos de los que mejor recuerdo guardo y no me anduve con ningún tipo de reparo en sobarla o en dejarme sobar. Seguía dándole vueltas, y al final la que mejor se lo estaba pasando era ella, había estado con las 3 personas que se había ido de vacaciones y solo llevábamos allí 2 noches. Pintaba bien el resto de la semana.

De golpe y porrazo un calcetín aterrizó sobre mi cara.

S: Joder qué asco!!

G: Hahahahahahaha buenos días! Es que te he visto tan ensimismada que no he podido evitar hacerlo.

S: Serás guarra, con el asco que me dan los pies hahahaha

G: Qué, cómo has dormido?

S: Pues cuando bebo duermo poco y cuando hace calor duermo mal, así que ya te haces una idea…

G: Yo tampoco he dormido muy bien que digamos…

S: Y eso?

G: Pues imagínate… llevo dos noches aquí y me he tirado a todos los inquilinos de este bungalow… Verás el curso que viene… Voy a ser la guarra del centro!

S: Que no mujer! Si hablas con ellos verás cómo saben callarse…

G: Ya sabes cómo son los tíos…

S: Tú crees? Te acuerdas de Joel? Me lo tiré en Navidad. Gabri? Tenemos sesiones constantes, y Dani? También he estado con él. Tú sabías algo?

G: Pues primera noticia…

S: Pues estate tranquila, mujer, que ya somos adultos todos aquí y hablando se entienden las cosas.

G: Y oye…

S: Sí?

G: Qué tal estuve? Ya sabes… anoche…

S: Hahahahahaha no, si ahora le dará vergüenza a la tía! Pues estuviste genial, tía, hacía años que no me corría así!

G: En serio? Porque era mi primera vez con una chica y estaba un poco nerviosa…

S: Qué? Me lo dices en serio?

G: Sí, siempre había tenido curiosidad, pero nunca había probado.

Me quedé de piedra, la verdad. No parecía que fuera su primera vez con una chica. Fue muy delicada y sabía muy bien dónde y cómo tocar. Mi primera vez con una chica fue un desastre, menos mal que nos lo tomamos con humor.

S: Joder, pues estuvo increíble, de verdad, hazme caso.

G: Y no se te hará incómodo ahora? Es que anoche se desmadró todo un poco…

S: Hahahahahah qué poco me conoces, yo estas cosas las llevo con mucha tranquilidad, el problema lo tienes tú con Arnau.

G: Sí hija, sí… Oye, vamos a la playa? Ya lo tengo como nuestro sitio oficial para charlas.

S: Pues me parece estupendo! Me cambio de bikini y nos vamos.

Ambas nos pusimos los bikinis, metimos unas cervezas en la neverita y nos fuimos para la playa.

El panorama era el de los otros días, al ser temprano y laborable, no se veía casi nadie. Nos tumbamos en las toallas y a la vista solo había una pareja de jubilados paseando a un perro, un señor con un libro y un par de parejas jóvenes. Se estaba de lujo.

G: A ver… Antes que nada… Cuéntame eso de que ya has estado con 3 chavales de clase!!!! Hahahahaha no tenía ni idea! De Gabri se puede llegar a sospechar porque vivís juntos y os lleváis bien, pero del resto…

S: Joder, vas al grano tú hahahaha

G: Va, va, déjate de hostias y cuéntame, cómo puede ser?

S: A ver… follar lo que es follar, solo me he follado a Joel. Con Gabri y Dani nos masturbamos juntos y alguna mamada, pero ya está.

G: Y por qué no te los has tirado? No ha surgido?

S: Sí, pero los dos son vírgenes y no quiero que su primera vez sea así.

G: Eres rara de cojones hahaha

S: Ya te lo dije hahahahah

G: Lo de Dani y Gabri no me sorprende… Son un poco frikis y tenéis bastante en común, pero Joel? Si era un capullo.

S: Era solo apariencia, es muy buen tío y cuando bebe es muy divertido.

G: Ya… divertido… Es verdad lo que se decía de él o no?

S: Hahahahahahahah ya veo por dónde vas… Pues era descomunal, la verdad.

G: Hahahaha dios! No, si tonta no eres. Más grande que la de Marcos?

S: Bastante más, y mira que Marcos calza muy bien.

G: Dios, no te creo! hahahahah Y no te dolió?

S: Al momento no, entre el calentón y que iba borracha no me dolió nada. El chaval también fue con mucho cuidado. Ahora, estuve un par de días que sí que me molestaba el coño hahahaha

G: Hahahahahah Pfffff a mí ayer había tramos que sí me dolía un poco, pero joder, el chaval también sabía lo que se hacía…

S: Es la más grande que has catado?

G: Sí, sí, con diferencia además. Y luego Arnau la otra cara de la moneda…

S: Pero tan pequeña es?

G: Sí hija, sí. Le costó mucho quitarse el bañador, pero no solo eso… Porque entre medio fuimos haciendo otras cosas y parando, pero aún con esas no duró ni 3 minutos…

S: Joder… pobre chaval realmente, si es un sol. Yo no tengo problemas con las pollas pequeñas, la verdad, al gustarme hacer otras cosas… Gabriel la tiene pequeña también, y al principio estaba bastante acomplejado, pero poco a poco ha ido ganando confianza.

G: A mí también me pone que se me corran encima, pero yo sí necesito que haya penetración.

S: Pero no tienes algún fetiche o gusto que esté fuera de lo convencional?

G: Bueeeeeno… no es que sea poco convencional o raro… pero sí que me gusta mucho ver pollas.

S: Eso no es nada raro tampoco.

G: Bueeeeeeno hahahahaha

S: A ver no te andes con misterios que yo te cuento todo hahahaha

G: Pues me gusta hasta el punto de que en verano voy a playas nudistas solo a ver pollas. Me da igual que sean de chavales de mi edad o de sesentones, me pone.

S: Bueno va, aceptamos pulpo. No es muy diferente de lo que me gusta a mí, a mí me gusta ver masturbarse a chicos.

G: Ya, si visto así… Bueno, a ti te gusta exhibirte, a mí si no es en la playa…

S: Pues vamos a aprovechar va! Que hay poca gente. Fuera bikinis!

Me quité el bikini y Ginesta hizo lo mismo. Tenía algunas marcas de anoche, algún moradito de algún mordisco y unos pequeños arañazos.

S: Va, ahora acércate a ese señor que está leyendo y pregúntale si tiene fuego.

G: Sí claro hahahahaha qué dices tú ahora?

S: Vamos a probar si a ti también te gusta exhibirte, porque por lo que me estás contando algo hay.

G: Estás chalada hahahaha Que no que me da corte!

S: Pero qué diferencia hay? Estás en tetas aquí con él a 20 metros y te da igual, pero acercarte te da palo?

G: Sí, no sé, es que no lo conozco de nada.

S: Esa es la gracia, por lo menos en mi opinión. Tampoco te voy a obligar, mujer, pero será divertido.

Ginesta se quedó un rato dudando y para mi sorpresa se animó. Cogió un cigarro y se acercó al hombre. Era un hombre moreno, de unos 50 años de complexión normal. Tenía un poco de barba y para la edad que tenía estaba muy bien. El hombre le dio fuego y Ginesta volvió. Estaba colorada como un tomate.

G: Dios qué corte hahahahaha

S: Pero a que no ha sido para tanto?

G: El tío se pensaba que porque llevaba gafas de sol no se notaba, pero no me ha quitado ojo de las tetas!

S: Y qué tal la experiencia?

G: Pues estoy nerviosa hahahaha pero ha sido divertido.

S: Vamos al agua, que me aso.

Las dos nos fuimos al agua y empezamos a hacer el tonto, como unas quinceañeras. Que si mira cómo hago el pino, que si buceando pasándonos por debajo de las piernas… Yo me fijé y el cincuentón no nos quitaba el ojo de encima.

S: Oye tu amigo no nos quita ojo.

G: Hahahaha no es mi amigo! Y entre vernos a nosotras o a las dos parejas que hay más allá, pues esto será más entretenido.

Me abalancé sobre ella a modo de coña, para entretener más a nuestro amigo. La abracé de la cabeza y empecé a darle besos de abuela bien sonoros en la sien mientras ella se partía de risa. La verdad es que las dos juntas lo pasábamos genial.

Pese a ser un momento que para nosotras tenía 0 connotación sexual, desde fuera no podíamos evitar ser dos veinteañeras en topless, mojadas y jugando en el agua 🤣🤣

Volvimos a las toallas a tomarnos las últimas cervezas de la mañana. Ahora era el señor el que vino a nuestra zona.

Desconocido: Me voy a ir ya, como no hay mucha gente por aquí he venido a daros el mechero.

G: Ay qué majo! Muchas gracias!

S: Pero no seas rancia, amor! Dale dos besos o algo!

G: No creo que haga falta, "amor"...

Desconocido: No, no, faltaría más!

El desconocido se fue y cuando ya estaba suficientemente lejos nos empezamos a reír a carcajadas.

G: Hahahahahahaha eres una hija de perra! Qué es eso de "amor"?

S: Mira el mechero, capulla, te ha escrito su número de teléfono, te estaba dando una excusa.

Ginesta miró el lateral del mechero, y en la pegatina había escrito un número de teléfono.

G: Hostia estás en todo! Ni me había fijado.

S: Tsssss qué te crees? Son años de experiencia hahahaha

G: Pues muchas gracias, amor, me has salvado!

Se giró hacia mí y me dio un beso en los labios a modo de coña, pero que me hizo subir un cosquilleo desde las piernas hasta el bajo vientre.

S: Uuuuh, alguien quiere fiesta…

G: Hahahahaha qué salida estás. Bueno… quizás esta noche, quién sabe.

S: Vaya calientacoños estás hecha! Hahahahaha va, acábate la birra y vamos para el bungalow, que hoy nos toca cocinar a nosotras.

Recogimos las cosas y volvimos al bungalow. Marcos y Arnau estaban sentados escuchando música (lo recuerdo como si fuera ayer, era The Bad Touch de Bloodhound Gang) y compartiendo un porro que parecía la varita de saúco de Harry Potter.

S: Madre mía, compartimos bungalow con Snoop Dogg y 2Pac.

G: Parece Londres esto, vaya niebla. Abrid un poco, coño!

Ginesta abrió las ventanas que había en la sala y la cocina y dejamos la puerta abierta.

M: Hahahahahahahaha el porrete de buenos días, que no falte.

A: A mí me ha tumbado y acabo de empezar el día hahahahaha.

Vaya panorama. Ni la 1 del mediodía y unos fumados y otras borrachas. Bueno, lo que son unas vacaciones.

S: Hoy nos toca hacer la comida, así que poneos cómodos!

M: Uuuuuuh y qué nos van a ofrecer las Chefs?

G: Pues macarrones, no hay otra puta cosa hahahahaha

Ginesta y yo empezamos a cocinar y continuamos bebiendo. Como en la playa, no parábamos de hacer el tonto, dándonos de vez en cuando alguna palmada en el culo o tirándonos los ingredientes. Marcos no nos quitaba ojo, imagino que tendría flashbacks de la noche anterior y ese ligero tonteo lo estaba activando un poco.

Arnau estaba un poco raro. Imaginaba que era porque la noche anterior acabó escuchando cosas, cosa que no sería de extrañar, ya que al principio nos cortamos un poco pero al final nos olvidamos por completo. Nos sentamos a comer los 4 y seguíamos con el cachondeo.

S: Pues Ginesta ha ligado en la playa.

G: Hahahahahah oye! Pero cállate!

M: Qué dices? Qué habéis hecho ya?

S: Pues un señor al que le ha ido a pedir fuego, que le ha hecho tilín y luego le ha venido a dar el número de teléfono.

M: Hahahahahaha No me extraña, ir a pedir fuego para ligar se inventó en la época de las cavernas.

G: Que no estaba ligando! Fue ésta que me dijo que no me atrevía! Hahahahaha

A: Hey, una cosa…

G: Sí?

A: Anoche… os acostasteis los 3, verdad?

Se hizo el silencio. Rompió totalmente el ambiente y ninguno queríamos responder. Nos miramos entre los 3 y antes de que alguien dijera algo, Arnau siguió hablando.

A: A ver, os escuché y luego escuché a Marcos entrar a la habitación… Tonto no soy.

G: Verás Arnau… Llevábamos todo el día bebiendo y se nos fue un poco de las manos…

A: A mí el hecho de que os acostarais me da igual… Pero parece que esperasteis a que me fuera a dormir, como si os estorbara o algo…

S: No fue así… Simplemente surgió.

A: Bueno, pero no puedo evitar pensar eso… voy a dormir un rato, no me encuentro bien.

Arnau se marchó a la habitación y el ambiente se quedó un poco cargado. Era normal que el chaval pensara eso y seguramente su complejo no ayudaba a que se sintiera mejor.

M: Joder, pues vaya panorama…

G: Me sabe fatal que piense eso…

S: Creo que más tarde alguien tendría que hablar con él.

G: Sí… Creo que tendría que ser yo, lo mismo no le sentó bien que una noche después de acostarme con él me haya acostado con el otro chico del viaje…

M: Pues me parece bien… Sofía, nos vamos tú y yo a la playa por la tarde y les dejamos para que hablen?

S: Sí, perfecto.

Terminamos de comer, recogimos la sala y fregamos los platos que usamos. Ginesta se metió en la otra habitación para descansar un poco y Marcos y yo metimos unas cervezas en la neverita y fuimos para la playa.

Pese a que hacía buen tiempo, no estaba muy llena. No era una playa de fácil acceso para las personas que no estaban en el camping, cosa que jugaba a nuestro favor, siempre se está mejor cuando hay menos gente (luego dicen que soy una persona sociable).

Pusimos las toallas, sacamos unas cervezas y Marcos se liaba un porro. Yo empecé a ponerme crema, porque de tantos días seguidos estaba empezando a coger color y eso no me gustaba. A mí me gusta mi blanco nuclear natural, que mis meses de aislamiento me cuesta conseguirlo.

M: Tú vas a querer fumar? Lo digo para echarle más.

S: Claro, yo he venido aquí a estar sobria el menor tiempo posible.

M: Hahahaha así se habla!

Marcos se encendió el cacharro y empezamos a beber y a pasarnos el porro. Estuvimos un rato en silencio, disfrutando del ruido de las olas y mirando el paisaje. Pese a la pequeña pataleta de Arnau, estaban siendo unas vacaciones brutales.

M: Oye, vaya locura lo de anoche, no?

S: Hahahahaha ya tardabas. Estuvo genial, la verdad.

M: Sí, sí, fue una pasada… Y eso que tú hacías como si no estuviera! Hahahaha

S: No digas eso que bien que me pusiste perdida hahahahah Te vi bastante suelto, no era tu primer trío, no?

M: No, ni tampoco el segundo hahahaha pero sí que es el primero en el que la otra chica no deja que se la meta.

S: No es nada personal, simplemente estaba bien así y el cuerpo me pedía eso.

M: No, si no me voy a quejar encima, pero se me hace curioso.

S: Cada uno con sus cosas hahahahahah

Le di las últimas caladas al porro, me tumbé boca abajo, me quité el bikini y lo dejé al lado. Marcos seguía sentado y le pillé más de una vez mirando de reojo… Iba a aprovecharme un poco de la situación con la vieja confiable…

S: Oye, ponme crema en la espalda que yo no me llego.

M: Claro, faltaría más.

Marcos me puso un poco de crema debajo de los hombros y en la parte baja de la espalda y empezó a extenderla. Empezó de forma inocente, pero poco a poco notaba como sus manos se acercaban a mis tetas por el lateral. Yo no iba a quejarme y me dejaba hacer, tenía las manos fuertes y eso me gustaba.

S: Ponme en las piernas también, anda, que por detrás no me he puesto.

No dijo una palabra y empezó a ponerme por las piernas. El ambiente empezaba a notarse más revolucionado, su respiración se aceleraba y cada vez que subía las manos notaba como su intención era sobarme el culo, cosa que iba haciendo poco a poco. Me encanta cuando intentan disimular.

S: No te cortes, estoy muy a gusto…

M: E.. en serio?

Separé un poco las piernas y Marcos miró alrededor. No teníamos muy cerca a la poca gente que había, lo que nos daba un poco más de libertad.

Con una mano me acariciaba las piernas, como si todavía siguiera poniéndome crema, y con la otra empezó a rozarme la entrepierna por encima del bañador. Solté un pequeño suspiro y me relajé. Empezaba a estar mojada y metí una de mis manos por debajo del bañador.

La situación era bastante favorable para nosotros. No había mucha gente, marcos estaba puesto a mi derecha y a nuestra izquierda había unas rocas, por lo que yo estaba fuera de la vista de los pocos transeúntes que había por allí.

Marcos al ver que yo había empezado la fiesta por mi cuenta, me echó para un lado el bañador y me introdujo uno de sus dedos sin ninguna dificultad, ya que estaba bastante mojada.

M: Joder, cómo vas, no?

S: Shhhh calla y sigue, que no voy a tardar…

M: Y yo qué?

S: Eso ahora no es mi problema… uff… Pero mejor que no pares…

Marcos introdujo otro de sus dedos y sabiendo perfectamente cómo y dónde tenía que inclinarnos empezó a sacarlos y a meterlos… No aguanté así más de 3 minutos, puse la cara contra la toalla y gemí fuerte, para dar a entender que había podido llegar sin problema al orgasmo.

S: Dios… Oye, te manejas muy bien con las manos, eh? Cualquiera lo diría…

M: Hahahahaha oye, cómo que cualquiera lo diría?

S: No, no, si lo digo porque normalmente los que calzáis bien os olvidáis de aprender a usar las manos o la boca.

M: Estuve mucho tiempo con una chica a la que no había manera de que le entrara mi "amiguito" así que tuve que aprender a usar otras cosas.

S: Oye, pues un detalle por tu parte. Me voy a ir al agua, te vienes?

M: Sí, claro… pero dame un par de minutos que se me baje esto…

Marcos se levantó pasado un ratito y pude ver la decepción en su cara cuando sin darme la vuelta empecé a ponerme la parte de arriba del bikini.

M: Lo tuyo es de cárcel, eh? Hahahahaha

S: Hay mucho pervertido por aquí, uno hasta me ha metido mano hahahahaha

M: Eres lo puto peor hahahaha

Los dos fuimos para el agua entre empujones, tirones de pelo, pellizcos en el culo… Haciendo el gilipollas, vamos. No conocía mucho a los compañeros con los que fui, pero resultaron ser todos un amor y muy divertidos.

Marcos no era bajito, pero tampoco muy alto, mediría como máximo 1,75 pero claro, eso ya eran más de 20cm de lo que mido yo🥲. Nos metimos en el agua hasta que a mí me llegó por el pecho y a él un poco por encima del ombligo. Una vez dentro seguimos molestándonos tirándonos agua e intentando hacernos ahogadillas (intentándolo yo, él podía).

Como era de esperar, aprovechaba para sobarme cada vez que podía, y yo obviamente me dejaba hacer, pero igual que tengo el superpoder de enseñar de más cuando quiero, también se hacer que no se me vea nada. Y eso hice.

S: Qué te piensas? Que por 4 forcejeos que hagamos se me va a salir una teta o algo? Soy cinturón negro en esto, capullo hahahahs

M: No, no, si ya veo que tienes un control total y absoluto hahahahaha es de admirar.

S: Exacto, yo decido cuando se me ve algo.

Justo cuando dije eso, con la mano derecha moví mi bikini a un lado y dejé mi teta derecha al descubierto, para al segundo volver a taparla. Marcos se quedó con los ojos muy abiertos y con cara de querer llevarse mi teta a la boca.

M: Hostia, mira que llegas a ser cabrona…

S: Uuuuh y no has visto nada.

Miré alrededor, seguía habiendo la misma gente y en el agua éramos 4 gatos, cada uno a su bola. Unos simplemente nadando, otros jugando a las palas, otros a la pelota… Aproveché que la gente seguía sin prestarnos atención, me acerqué a Marcos y metí la mano en su bañador. No estaba empalmado pero la tenía un poco morcillona.

M: Oye q… qué haces?

S: Aprovechar, que no mira nadie.

M: Pero y si nos ven… qué vergüenza…

S: Pues a tu amiguito no parece que le dé mucha vergüenza…

Se estaba comenzando a empalmar y yo aproveché para ponerme las botas.

Con una mano le mantenía el bañador bajado y con la otra le empecé a hacer una paja. Ya estaba empalmado del todo y la punta de su polla sobresalía un poco por encima del agua.

M: Uff… por fin te animas a hacerme algo…

S: Oye, has estado dos días corriéndote encima de mí, no te parece suficiente?

M: Sí pero… ufff… me muero por metértela…

S: Bueno… tú sigue cómo hasta hoy y lo mismo me lo pienso…

M: Eres lo peor… Pero no pares…

S: Ayúdame entonces, aguántate tú el bañador.

Marcos se aguantó el bañador y yo seguí masturbándole, pero esta vez con las dos manos. También iba controlando que nadie se acercara ni nos prestara más atención de lo normal. Yo iba cada vez más y más deprisa y eso estaba cada vez más y más duro.

M: Sigue así Sofía… ya casi estoy…

S: Te iba decir si querías pedirme algo, pero en esta situación las opciones son pocas…

M: Uff… tranqui, si así ya estoy en el cielo…

Me acerqué a él lo máximo que pude y aprovechando que su punta sobresalía del agua, la puse contra mi piel. Podía notar por su cara que ya estaba a punto de correrse y pensé que eso le ayudaría a acabar antes. Y así fue.

M: Sofía… ya… ya estoy… ya…

Con la mano que tenía libre, sin cortarse un pelo, levantó mi bikini y me dejó con las tetas al aire, y parecía que era la imagen que necesitaba ya que empezó a correrse contra mi vientre. El vaivén del agua impidió que algunos de esos chorros salieran disparados hacia arriba, cosa que vino bien, así saldría del agua con el bikini impoluto.

S: Te quejarás…

M: Dios… no, no, para nada…

S: Nos volvemos a las toallas?

M: Espera, que ya sabes que voy a seguir empalmado…

Esperamos unos minutos y nos volvimos a las toallas. Marcos se lió el último porro de la tarde y nos abrimos las dos últimas cervezas.

M: No veas cómo bebes… Nos tumbas a Arnau y a mí.

S: Hahahahahah empecé más pronto de lo que me gustaría admitir… igual que con otras cosas.

M: Ya me imagino cuáles hahahaha y también se notan. Y oye…

S: A ver… dime.

M: No te asusta que puedan decir cosas de ti? Ya sabes, en el centro…

S: Mmmm También tengo experiencia con esas cosas, por suerte ahora somos todos mayorcitos y no se suele juzgar tanto a la gente.

M: Eso es una invitación a que no lo vaya contando por ahí, no?

S: A ver, tú eres libre de hacer lo que quieras, pero piensa en que cuando tú hables de esto, vas a implicar a otras personas que lo mismo no quieren dar impresiones equivocadas a otra gente.

M: Entiendo… hablas de Ginesta, no?

S: Hablo en general.

M: Vale, vale, pensaré antes de hablar.

Terminamos de beber y de fumar y nos esperamos hasta que se empezó a poner el sol para volvernos al bungalow.

Entre las cervezas, la maría y el sol íbamos bastante tocados. Por suerte el camino al bungalow era bastante corto. Cuando estábamos cerca, notamos que no se veían luces dentro. Pasamos a la sala de estar y no había nadie.

M: Hola? Hay alguien?

Se escuchó un ruido en la habitación en la que Arnau se fue a echar la siesta. Se abrió la puerta y se asomó Ginesta, con el pelo un poco alborotado y sin asomar más de los hombros. Nos hizo un gesto como queriendo decir que mejor fuéramos a nuestra bola esa noche. Parece que la conversación se les fue de las manos.

S: Hahahahaha parece que estos han hecho más que hablar.

M: Ya veo, ya hahahahah Bueno, qué, nos tomamos otra birra?

S: No son ni las 22:00, dale caña.

Seguimos con la fiesta y pusimos música para darles un poco de "intimidad" a los fornicadores de la habitación. Jugamos un rato al UNO y como no me había echado siesta y llevaba todo el día durmiendo empezó a entrarme sueño.

S: Yo estoy empezando a caer, creo que me voy a ir a la cama.

M: Joder, pensaba que no ibas a decirlo nunca hahahahah hace dos birras que tenía que haber parado…

S: Hahahahahaha aquí al final solo pierde tu testosterona.

M: Oye… quieres que pregunte a Ginesta si ya están? O no te importa que duerma en la habitación contigo?

S: Hahahahahah qué educado te has vuelto de golpe, si la primera noche lo pasamos muy bien!

M: Ya, toda la razón! Pues vamos, va.

Me fui a lavar los dientes y luego a la habitación. Fue la primera noche que dormí en "pijama", me puse una camiseta de manga corta de Dragon Ball y un pantaloncito corto de pijama, obviamente sin ropa interior. Me tumbé en la cama y me puse a mirar chorradas con el móvil. Al poco rato entró Marcos, en calzoncillos y se tumbó en la otra cama.

Al contrario que la otra noche, en la habitación de al lado no se oía ni una mosca. Me decepcionó un poco la noche, yo llegué como llegué de la playa y esperaba que Ginesta estuviera un poco animada. Tanto para repetir con Marcos como para probar ella y yo solas.

Tener esos pensamientos me hacía tener flashbacks de la noche anterior, cosa que no hacía más que ponerme cachonda, pero se me presentaba un pequeño "problema" por llamarlo de alguna manera. Si proponía a Marcos tener un poco de fiesta, él probablemente querría penetración y a mí en ese momento me apetecía 0. Sí que es verdad que luego acabo disfrutando y pasándomelo muy bien, pero en ese momento me echaba para atrás la idea.

Por otra parte, también pensaba en cómo habían ido las cosas con el chaval. Habíamos hecho en todo momento lo que yo quería y no puso ni una pega, así que creía que ya era hora de se saliera con la suya ni que fuera esa vez. Igualmente quería que tomara él la iniciativa, y así lo hizo. No tardó en llegar su primer comentario referente a esa misma tarde.

M: Oye, ha estado genial lo de la playa.

S: Yo tampoco me voy a quejar, encima si hay gente cerca me da más morbo hahahah

M: Hahahahah somos un poco diferentes para eso… Pero en serio, estoy seguro de que ha sido la mejor paja que me han hecho, esto va a sonar raro, pero es que las haces de una manera que parece que tú tengas polla y sepas cómo y dónde tocar.

S: Hahahahahahah es el cumplido más raro que me han hecho nunca, pero me ha encantado.

M: Y oye… te importa si me toco un poco? Es que en la playa me he quedado con ganas de más…

El chaval ya me había cogido confianza por lo que se ve, y me seguía sorprendiendo lo respetuoso que era.

S: Hahahahahah no te cortes, lo mismo me animo yo de escucharte.

M: Ufff por mí encantado…

Como estábamos con la luz apagada no se veía más que lo que luz de la farola de fuera nos permitía ver. Se podía ver, entre luces y sombras, como Marcos se sacó su polla del calzoncillo y se empezaba a masturbar de forma muy pausada.

Yo, que tengo la mecha corta como un pelo de Saitama, tardé poco en encenderme y llevar la mano bajo mi pantalón. Aproveché que la poca luz no llegaba hacia mí para no quitar ojo a la paja de Marcos. Me encanta ver esas cosas en directo.

No tardé en estar empapada, así que me levanté y encendí la luz.

M: Joder, avisa de estas cos… qué haces?

Me acerqué a su cama mientras dejaba caer mi pantalón y me quitaba la camiseta. Me puse encima de él y cogí su polla con una mano. Como era de esperar, no puso ningún tipo de pega.

Saqué partido a que por prescripción médica hacía dos meses que tomaba la píldora y empecé a introducir su polla poco a poco dentro de mí.

M: Joder, esto sí que no me lo esperaba.

S: Calla… ah… no te vengas arriba pero… te lo has ganado…

Una vez ya la tuve toda dentro, empecé a mover mis caderas de forma bastante violenta (No es por fardar, pero todos coinciden en que me muevo muy bien cuando me pongo arriba) y no pude evitar gemir de placer.

Marcos, como parecía un poco cortado con estas cosas, llevó una de sus manos a mi boca, cosa que lo único que hizo fue ponerme más cachonda. Le mordí un poco la mano, puse una mano en su pecho, y le llevé su otra mano a mis tetas.

Cuando notó que ya controlaba los gemidos, llevó su otra mano también a mis tetas. Me las apretaba fuerte sin llegar a hacerme daño y de vez en cuando se las llevaba a la boca mientras yo seguía cabalgando encima de él.

A los pocos minutos me incorporé y empecé a moverme de atrás hacia adelante mientras con la otra mano masturbaba mi clítoris para aumentar mi placer. Estaba muy cerca de correrme y él lo notó, puso sus manos en mi cintura y me levantó para dejar el suficiente espacio para empezar a embestirme muy deprisa desde abajo.

S: Dios… Marcos… me voy a… ah… ya… ya!!!

El primero de la noche. Tenía el coño y los alrededores empapados, hacía mucho tiempo que no estaba tan mojada como ese día. Las piernas me temblaban como si hubiese corrido un triatlón. Salí de encima suyo y me tumbé a su lado.

M: Uffffff me encanta que seas tan expresiva…

S: Afú… Realmente me estoy cortando un poco… dame un par de minutos y seguimos…

M: Sí, sí, no te preocupes… yo sigo a lo mío…

Marcos se masturbaba despacito y me miraba. Con la otra mano aprovechaba para acariciarme los pezones y de vez en cuando iba probando a ver si ya estaba lista para seguir.

S: Hahahaha qué impaciente, son solo dos minutos hombre.

M: Pffffff es que mira cómo me tienes…

S: Pero no te vayas a correr ya… que está siendo muy divertido…

M: No, tranquila, como ya me he corrido en la playa tengo para un rato…

S: Hahahahaha bien, bien… va, cómo quieres que me ponga?

M: No quiero tirar de tópico, pero… ponte a 4…

S: Hahahaha que vivan los tópicos! Y bien que me gustan.

No tardé en ponerme a 4 patas ni Marcos en ponerse detrás de mí. Agarró su polla dura como una piedra y con cuidado la metió en mi coño, que seguía empapado como una fuente.

La metía y sacaba despacito y poco a poco iba acelerando el ritmo. Como esta vez tenía la almohada cerca, no me lo pensé y tapé mis gemidos con ella. Notaba como se clavaban sus dedos en mi culo, y de vez en cuando me daba un azote bastante fuerte a la vez que me apretaba.

M: Sofía… te puedo… dar más fuerte?

S: Ah? Uff… sí, no te cortes….

Empezó a embestir como si quisiera partirme en dos. Estaba en la delicada línea que separa el dolor del placer, pero yo ese día no me estuve de nada y me dejé llevar. Ahora era él el que no podía controlar los gemidos (chicos, gemid, a la mayoría de chicas nos encanta oíros), pero para sorpresa de todos, la que estaba a punto de correrse fui yo y no él.

S: Uffff Marcos… ah… sigue así que ya… ya casi…

M: Uffffff… déjame pedirte otra cosa antes….

S: Ah… dime…

M: Déjame metértela por el culo…

Nunca he sido muy fan del sexo anal, siempre lo he hecho para complacer a la otra persona, pero nunca con una polla como esa. Me iba a doler. Pero decidí probar.

S: Con una condición… ponte un condón, no quiero llevármela luego a la boca…

M: En serio me dejas? Dios, sí, claro.

Marcos fue a su mochila, sacó un preservativo volvió a la cama y se lo puso.

Yo estaba empezando a ponerme tensa, nunca había metido por ahí nada tan gordo.

M: En el momento que te duela, me lo dices y paramos.

S: Sí, sí, no te preocupes… Aprovecha que voy muy lubricada…

Me hizo caso y empezó a jugar antes de metérmela. Con los dedos aprovechaba mi flujo para usarlo de lubricante y antes de metérmela probó con un dedo. Solté un ligero gemido.

M: Te duele?

S: No, no, sigue así…

Yo, aprovechando la postura, jugaba con mi clítoris para no perder la excitación. Marcos seguía jugando hasta que ya no pudo más.

M: Voy, eh? Tú di…

Primero metió la punta… Me dolía, pero era tolerable.

S: Ufff… espera… espera… primero así…

Iba metiendo y sacando la punta, hasta que hubo un punto en el que ya pasó de dolor a placer.

S: Sigue… un poco más…

Fue poco a poco metiéndomela más adentro, hasta un punto que otra vez empezó a doler.

S: Ah… ufff… para un poco…

M: Quieres que pare del todo?

S: No, no… como antes, mete solo hasta ahí…

Estuvimos un rato así hasta que por fin entró toda. Yo seguía masturbándome mientras él iba a lo suyo, pero estaba tan preocupada de que no me hiciera daño que me costaba concentrarme.

M: Así está bien?

S: Sí… sí… prueba así…

Con mucha delicadeza, Marcos empezó a follarme el culo. Era placentero, pero ni era ni será algo que me apasione.

M: Dios… esto es… increíble… por fin…

S: Ah… no está mal… no… pero no tardes…

Marcos aceleraba el ritmo y no paraba de gemir. Estaba en un punto en el que ya ni me dolía y podía centrarme en lo mío.

M: Sofía… quiero que te corras así… Sé que no te falta mucho…

S: No… la verdad es que me falta poco…

Apoyé mis hombros en el colchón y utilicé las dos manos para masturbarme y acabar más deprisa. Marcos ya lo notaba por el temblar de mis piernas y aceleró el ritmo para aprovechar.

S: Ya… ya est… ah… aah!

M: Dios… qué sensación… no te muevas…

Marcos la sacó de mi culo, se sacó el condón y volvió a meterla en mi coño.

S: Tomo la píldora… córrete dentro si quieres…

M: Dios… no me lo puedo creer…

A Marcos también se le notaba cerca del clímax y no se controló ni un poquito. Me empezó a embestir con la misma fuerza de antes y yo, al estar ya tan lubricada, no me hacía ni pizca de daño.

Seguía con medio cuerpo apoyado en la cama y con el culo levantado mientras Marcos me follaba con fuerza. Al poco rato ya empezó a avisar.

S: Ufff Sofía… me c… ah… me corro!

Con unos 3 últimos empujones empecé a notar como Marcos se vaciaba dentro de mí. Prefiero que se me corran encima, pero también es una sensación cálida y agradable. Estuvo unos pocos segundos corriéndose, hasta que la sacó teniéndola ya morcillona.

M: Dios… ha sido una pasada…

S: Sep… no ha estado nada mal… Pero mañana me voy a acordar de ti y de tu madre hahahahaha

M: Ay no me digas eso! Que me sabe mal…

S: Hahahah estoy de coña, no te preocupes.

Me fui al baño a vaciarme y a limpiarme y volví a la cama a intentar dormir.

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Pues hasta aquí el tercer día de camping! Lo mismo el haber pasado de un trío a esto para vosotros ha sido bajar el listón, pero me ciño a los acontecimientos hahahahaha

Quedan dos noches más por contar, y pasaremos a otro "arco", ya tengo hasta ganas de seguir hahahahahah

Espero que os haya gustado y espero vuestros mensajes y reacciones!!

Un saludo a todos!




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Uuuuuuuuffff no me extraña que Marcos le costará creerse lo que estaba pasando....eres una diosa y encontrar una mujer así es una leyenda que solo pocos han tenido acceso😘😘😘
Por cierto, en mi hilo tengo vídeos masturbándome por si tu morbo lo quiere 😜😜
 
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