No sé si fui cornudo

Tranquil@s que continuaré con la historia, lo que pasa que quiero ser lo más detallista posible, como ella lo ha sido conmigo, no quiero dejarme nada, porque han sido varios días (por la excitación) y he preguntado y repreguntado para conocer todo lo que sucedió al milímetro. Pero para eso, necesito tiempo para escribir. Cuando lo tenga seguiré. Prometido
 
Continuo con la historia, lo que me de tiempo.

La segunda semana, como dije, ya cogió más confianza. Ella es una mujer que, no es que tenga mal carácter, al contrario, tiene muy buen carácter, es jovial, extrovertida y muy habladora, pero le gustan las cosas bien hechas y cuando tiene que sacar el carácter, lo saca.

En su departamento, por la mañana, estaba ella como veterana y, luego, estaban los chicos y chicas que habían entrado nuevos. Había uno, en esa segunda semana que la exasperaba bastante, era muy descuidado con todo, ella utilizó la expresión pasota y se la pasaba echándole broncas, él lejos de discutir con ella, bromeaba y, eso, la exasperaba aún más.

Como habréis podido deducir, se trata del chico en cuestión con el que me puso los cuernos. Se llamaba Gonzalo , tenía 11 años menos que ella (mi mujer de aquella tenía 35, él 24). Físicamente, era alto (ella dice que a mi me sacaría una cabeza, yo mido 1,74), moreno, con el pelo corto, buen cuerpo. Era hijo de un empresario de Salamanca, no diré el nombre de la empresa, pero, bastante pudiente, le habían "obligado" a entrar a trabajar en el Corte Inglés, porque no hacían vida de él (en el sentido de que no le gustaba mucho trabajar y sí vivir la vida) para que viera lo que costaba ganarse el pan, a pesar de que su situación económica era muy cómoda.

Como dije en la anterior publicación, ella empezó, en esa segunda semana a relacionarse con los compañeros y compañeras que eran de Salamanca, empezaron a quedar por las tardes en grupo, a mi mujer la llevaban a los sitios por donde se solía alternar por Salamanca.

En el grupo también iba Gonzalo, como mi mujer se pasaba el día echándole broncas él la empezó a llamar a modo de chanza, jefa.

Esa segunda semana se desarrolló así, por la mañana curraba y por la tarde salía con el grupillo este y se le hizo más amena, ahí fue donde empezó a hablar más con el chico este y lo que era, a principio de semana, una persona a la que no soportaba a final de la semana le cayó simpático, le parecía gracioso, tenía el típico encanto del golfo que no cae mal, que te hace gracia.

Ese fin de semana también volvió a casa y nuestra relación seguía fenomenal.
 
Continuo con la historia, lo que me de tiempo.

La segunda semana, como dije, ya cogió más confianza. Ella es una mujer que, no es que tenga mal carácter, al contrario, tiene muy buen carácter, es jovial, extrovertida y muy habladora, pero le gustan las cosas bien hechas y cuando tiene que sacar el carácter, lo saca.

En su departamento, por la mañana, estaba ella como veterana y, luego, estaban los chicos y chicas que habían entrado nuevos. Había uno, en esa segunda semana que la exasperaba bastante, era muy descuidado con todo, ella utilizó la expresión pasota y se la pasaba echándole broncas, él lejos de discutir con ella, bromeaba y, eso, la exasperaba aún más.

Como habréis podido deducir, se trata del chico en cuestión con el que me puso los cuernos. Se llamaba Gonzalo , tenía 11 años menos que ella (mi mujer de aquella tenía 35, él 24). Físicamente, era alto (ella dice que a mi me sacaría una cabeza, yo mido 1,74), moreno, con el pelo corto, buen cuerpo. Era hijo de un empresario de Salamanca, no diré el nombre de la empresa, pero, bastante pudiente, le habían "obligado" a entrar a trabajar en el Corte Inglés, porque no hacían vida de él (en el sentido de que no le gustaba mucho trabajar y sí vivir la vida) para que viera lo que costaba ganarse el pan, a pesar de que su situación económica era muy cómoda.

Como dije en la anterior publicación, ella empezó, en esa segunda semana a relacionarse con los compañeros y compañeras que eran de Salamanca, empezaron a quedar por las tardes en grupo, a mi mujer la llevaban a los sitios por donde se solía alternar por Salamanca.

En el grupo también iba Gonzalo, como mi mujer se pasaba el día echándole broncas él la empezó a llamar a modo de chanza, jefa.

Esa segunda semana se desarrolló así, por la mañana curraba y por la tarde salía con el grupillo este y se le hizo más amena, ahí fue donde empezó a hablar más con el chico este y lo que era, a principio de semana, una persona a la que no soportaba a final de la semana le cayó simpático, le parecía gracioso, tenía el típico encanto del golfo que no cae mal, que te hace gracia.

Ese fin de semana también volvió a casa y nuestra relación seguía fenomenal.
Q morboooooo, sigueeee
 
Continuo con la historia, lo que me de tiempo.

La segunda semana, como dije, ya cogió más confianza. Ella es una mujer que, no es que tenga mal carácter, al contrario, tiene muy buen carácter, es jovial, extrovertida y muy habladora, pero le gustan las cosas bien hechas y cuando tiene que sacar el carácter, lo saca.

En su departamento, por la mañana, estaba ella como veterana y, luego, estaban los chicos y chicas que habían entrado nuevos. Había uno, en esa segunda semana que la exasperaba bastante, era muy descuidado con todo, ella utilizó la expresión pasota y se la pasaba echándole broncas, él lejos de discutir con ella, bromeaba y, eso, la exasperaba aún más.

Como habréis podido deducir, se trata del chico en cuestión con el que me puso los cuernos. Se llamaba Gonzalo , tenía 11 años menos que ella (mi mujer de aquella tenía 35, él 24). Físicamente, era alto (ella dice que a mi me sacaría una cabeza, yo mido 1,74), moreno, con el pelo corto, buen cuerpo. Era hijo de un empresario de Salamanca, no diré el nombre de la empresa, pero, bastante pudiente, le habían "obligado" a entrar a trabajar en el Corte Inglés, porque no hacían vida de él (en el sentido de que no le gustaba mucho trabajar y sí vivir la vida) para que viera lo que costaba ganarse el pan, a pesar de que su situación económica era muy cómoda.

Como dije en la anterior publicación, ella empezó, en esa segunda semana a relacionarse con los compañeros y compañeras que eran de Salamanca, empezaron a quedar por las tardes en grupo, a mi mujer la llevaban a los sitios por donde se solía alternar por Salamanca.

En el grupo también iba Gonzalo, como mi mujer se pasaba el día echándole broncas él la empezó a llamar a modo de chanza, jefa.

Esa segunda semana se desarrolló así, por la mañana curraba y por la tarde salía con el grupillo este y se le hizo más amena, ahí fue donde empezó a hablar más con el chico este y lo que era, a principio de semana, una persona a la que no soportaba a final de la semana le cayó simpático, le parecía gracioso, tenía el típico encanto del golfo que no cae mal, que te hace gracia.

Ese fin de semana también volvió a casa y nuestra relación seguía fenomenal.
Muy bien por la cuidada progresión del relato,cortos fragmentos que abren boca
 
Muy bien por la cuidada progresión del relato,cortos fragmentos que abren boca
Gracias, pero la verdad es que no lo hago deliberado, como cuando me lo contaba busqué hasta el mínimo detalle para conocer lo más aproximado posible lo que pasó, intento que el relato sea lo más explícito posible. Para ello hace falta tiempo y, como dije voy escribiendo cuando tengo algo de tiempo. Ella, como he dicho, no me lo contó en un solo día. Fueron varios, porque o me corria como un loco cuando me contaba o me ponía tan cachondo que paraba y la follaba a saco
 
Vamos con la tercera semana.

El lunes, todo se desarrolló conforme habían ido sucediendo los acontecimientos la semana anterior, por la mañana trabajo y por la tarde quedaba con el grupillo este a tomar algo, a dar un paseo por Salamanca, a pasar la tarde.

En el Corte Inglés, si tienes un turno normal, tienes media hora como descanso, a medio turno. Estamos a martes, ella se va su descanso, Gonzalo se va con ella, y mientras están tomando el café, él le dice algo así como, qué tal jefa, me vas viendo mejor, y ella, no, yo creo que contigo ya es imposible.

Así, entre bromas mientras tomaban el café, él le dice que a su padre le han regalado un bono para un spa, que es para dos personas y que como el padre no iba a ir que se lo ha dado a él y que, como no tiene con quién ir, y, a modo de compensación por aguantarle, que si le apetecía ir a ella.

Mi mujer, le dice que no, que seguro que encuentra a alguien, que a ella un spa tampoco le da más, él insiste, le dice que seguro que está bien, que es para relajarse y que, por no ir él solo, prefiere perderlo, ella le dice que, además, no ha llevado bañador, él le dice que, están en el corte inglés, que no tiene problema en comprar uno, que no le vale como disculpa, al final ella accede y le pregunta que cuando van y él la dice que el jueves.

Hago un inciso, ahí, cuando me contó eso, vi claramente, que él le había tendido esa trampa, formaba parte del plan que tendría el tipo este para follársela, ella me lo contó de manera un tanto inocente, pero, para mí, está claro que formaba parte de un pan de él preestablecido.

Ese día transcurrió normal, mañana trabajo, y por la tarde, antes de quedar con el grupillo se fue a comprar un bikini, que, a día de hoy conserva, es un bikini blanco, normal, nada especial de estos que la braga se ata a los lados (por supuesto, después de que me lo contó, uno de los días le pedí que se pusiera ese bikini para follármela con él puesto).

El miércoles, lo mismo, mañana trabajo, por la tarde con el grupillo. A todo esto, a raiz de la invitación al spa con Gonzalo hablaba más e iba estrechando la relación.

El jueves mientras trabajaban, ella le preguntó que a qué hora era lo del spa, él le dijo que a las 8, pero que podían tomar algo antes y que si le parecía bien que la recogía sobre las 7 en el hotel, ella aceptó.

Total, que la recogió y fueron a tomar algo, esta vez los dos solos, él tenía mucha labia, había viajado mucho y le hablaba de sus viajes de sus aventuras, había estado en Noruega, en Costa Rica, en Sudáfrica, le contaba todo tipo de aventuras, según ella tenía una conversación muy amena y a ella le parecía bastante fascinante.

Cuando fueron al spa comenzaron el circuito, tenía sauna, pediluvio, ducha de contrastes y luego una piscina de estas de chorro y por último el jacuzzi, todo esto acompañado de cava. Entre lo que habían tomado antes y el cava que bebieron durante el circuito, mi mujer iba algo achispada.

El circuito finalizaba en el jacuzzi, cuando están metidos ahí, con la última copa de cava, él le toca por detras de la cabeza y empieza como a acariciarle el pelo a la altura de la nuca, ella le dice: para, no me toques ahí, él le pregunta que si no la gusta y ella le contesta, no el problema es que me gusta demasiado, es uno de mis puntos débiles.

Entonces, él, pícaramente, le dice ah, ¿si? y sigue acariciandole mientras va acercándose a ella, ella me dice que estaba como en una nube por todo, y, en un momento dado, le da un piquito, ella no le dice nada ni le quita ni hace ningún comentario, entonces a ese pico le siguió otro y otro hasta que le metió la lengua.

Estuvieron un rato ahí en el jacuzzi morreándose, ella recuerda que él le acariciaba los brazos, los muslos, sin propasarse en ningún momento, más de ahí. Después de estar un buen rato enrollándose, ella no recuerda cuanto, les llega la hora de irse, ella le dice a él, oye, esto muy mal eh, yo casada y tú un crío, se nos ha ido de las manos, él sonríe y le dice bueno, jefa no me vas a decir que no te lo has pasado bien, además me encantan los chicles de sandía (se lo decía porque a mi mujer le gustan muchos los chicles de sandía y probablemente o le tenía o le había masticado antes de eso).

Cuando salen, él le dice que qué hacen si le apetece ir a cenar algo o a algún sitio, ella le dice que no, que mejor se va al hotel que no quería liarla más. Él la acompaña al hotel y ella se va a su habitación y no pasa más, si me dice que le dio muchas vueltas a lo que había pasado, que no entendía ni como había llegado a eso.

Al día siguiente, que era viernes, por la mañana nada más que le vio y se acercó a ella sonriendo, ella le dijo no se te ocurra decirme nada eh, y él le dijo sólo te iba a decir que si tenías un chicle de sandía. Así se pasó la mañana, él de vez en cuando vacilándola.

Por la noche, había quedado el grupillo de ir a cenar y a tomar algo, por lo que salieron a cenar y después salieron de fiesta. Ya de fiesta, él y mi mujer hablaban , claro, con alguna copa de más, ella le decía que nunca le había pasado algo así, que a ver si iba a pensar mal y él decía que, al contrario que pensaba muy bien.

Así pasaron la noche bebiendo, bailó con él algo, porque a ella le encanta bailar y él lo aprovechó. En un momento dado, ella subió al baño en un pub que estaban, según su descripción, había que subir unas escaleras, él parece que la vio subir y al poco subió él, entonces, se le acercó y le dijo quiero volver a probar otra vez esos labios de sandía, y le besó, se morrearon un poco, hasta que ella le mandó parar, le dijo que podían verlos.

Siguió la fiesta, hasta que ella dijo que se iba al hotel que estaba cansada, como no, Gonzalo dijo que la acompañaba, fueron al hotel andando y cuando estaban llegando, justo en frente del hotel había un banco y se sentaron a charlar. Como no, no tardaron en volver a enrollarse, según ella los besos, esta vez, eran más ardientes, más apasionados él ya tocó culo y algo los pechos, pero cuando llegó a ese momento ella le mandó parar y le dijo que se iba a dormir, que ya, él le dijo que si podía subir, pero ella le contestó que no, que tenía compañera de habitación (la que había ido de aquí con ella a Salamanca).

Ella me cuenta que fue a su habitación con el calentón, pero que no se masturbó porque, claro, estaba su compañera al lado y le daba verguenza que la oyera o se diera cuenta.

El sábado fue a trabajar por la mañana, él la hizo algún comentario tipo me siguen encantando los chicles de sandía, pero nada más sucedió. Por la tarde, del sábado, como había hecho las dos semanas anteriores se volvió a casa y, a pesar de lo sucedido, no recuerdo haber notado nada extraño, de hecho, todo genial. Ella se volvió a Salamanca, como había hecho anteriormente, el domingo por la tarde.

Seguiré con la cuarta semana en la siguiente publicación.
 
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Vamos con la tercera semana.

El lunes, todo se desarrolló conforme habían ido sucediendo los acontecimientos la semana anterior, por la mañana trabajo y por la tarde quedaba con el grupillo este a tomar algo, a dar un paseo por Salamanca, a pasar la tarde.

En el Corte Inglés, si tienes un turno normal, tienes media hora como descanso, a medio turno. Estamos a martes, ella se va su descanso, Gonzalo se va con ella, y mientras están tomando el café, él le dice algo así como, qué tal jefa, me vas viendo mejor, y ella, no, yo creo que contigo ya es imposible.

Así, entre bromas mientras tomaban el café, él le dice que a su padre le han regalado un bono para un spa, que es para dos personas y que como el padre no iba a ir que se lo ha dado a él y que, como no tiene con quién ir, y, a modo de compensación por aguantarle, que si le apetecía ir a ella.

Mi mujer, le dice que no, que seguro que encuentra a alguien, que a ella un spa tampoco le da más, él insiste, le dice que seguro que está bien, que es para relajarse y que, por no ir él solo, prefiere perderlo, ella le dice que, además, no ha llevado bañador, él le dice que, están en el corte inglés, que no tiene problema en comprar uno, que no le vale como disculpa, al final ella accede y le pregunta que cuando van y él la dice que el jueves.

Hago un inciso, ahí, cuando me contó eso, vi claramente, que él le había tendido esa trampa, formaba parte del plan que tendría el tipo este para follársela, ella me lo contó de manera un tanto inocente, pero, para mí, está claro que formaba parte de un pan de él preestablecido.

Ese día transcurrió normal, mañana trabajo, y por la tarde, antes de quedar con el grupillo se fue a comprar un bikini, que, a día de hoy conserva, es un bikini blanco, normal, nada especial de estos que la braga se ata a los lados (por supuesto, después de que me lo contó, uno de los días le pedí que se pusiera ese bikini para follármela con él puesto).

El miércoles, lo mismo, mañana trabajo, por la tarde con el grupillo. A todo esto, a raiz de la invitación al spa con Gonzalo hablaba más e iba estrechando la relación.

El jueves mientras trabajaban, ella le preguntó que a qué hora era lo del spa, él le dijo que a las 8, pero que podían tomar algo antes y que si le parecía bien que la recogía sobre las 7 en el hotel, ella aceptó.

Total, que la recogió y fueron a tomar algo, esta vez los dos solos, él tenía mucha labia, había viajado mucho y le hablaba de sus viajes de sus aventuras, había estado en Noruega, en Costa Rica, en Sudáfrica, le contaba todo tipo de aventuras, según ella tenía una conversación muy amena y a ella le parecía bastante fascinante.

Cuando fueron al spa comenzaron el circuito, tenía sauna, pediluvio, ducha de contrastes y luego una piscina de estas de chorro y por último el jacuzzi, todo esto acompañado de cava. Entre lo que habían tomado antes y el cava que bebieron durante el circuito, mi mujer iba algo achispada.

El circuito finalizaba en el jacuzzi, cuando están metidos ahí, con la última copa de cava, él le toca por detras de la cabeza y empieza como a acariciarle el pelo a la altura de la nuca, ella le dice: para, no me toques ahí, él le pregunta que si no la gusta y ella le contesta, no el problema es que me gusta demasiado, es uno de mis puntos débiles.

Entonces, él, pícaramente, le dice ah, ¿si? y sigue acariciandole mientras va acercándose a ella, ella me dice que estaba como en una nube por todo, y, en un momento dado, le da un piquito, ella no le dice nada ni le quita ni hace ningún comentario, entonces a ese pico le siguió otro y otro hasta que le metió la lengua.

Estuvieron un rato ahí en el jacuzzi morreándose, ella recuerda que él le acariciaba los brazos, los muslos, sin propasarse en ningún momento, más de ahí. Después de estar un buen rato enrollándose, ella no recuerda cuanto, les llega la hora de irse, ella le dice a él, oye, esto muy mal eh, yo casada y tú un crío, se nos ha ido de las manos, él sonríe y le dice bueno, jefa no me vas a decir que no te lo has pasado bien, además me encantan los chicles de sandía (se lo decía porque a mi mujer le gustan muchos los chicles de sandía y probablemente o le tenía o le había masticado antes de eso).

Cuando salen, él le dice que qué hacen si le apetece ir a cenar algo o a algún sitio, ella le dice que no, que mejor se va al hotel que no quería liarla más. Él la acompaña al hotel y ella se va a su habitación y no pasa más, si me dice que le dio muchas vueltas a lo que había pasado, que no entendía ni como había llegado a eso.

Al día siguiente, que era viernes, por la mañana nada más que le vio y se acercó a ella sonriendo, ella le dijo no se te ocurra decirme nada eh, y él le dijo sólo te iba a decir que si tenías un chicle de sandía. Así se pasó la mañana, él de vez en cuando vacilándola.

Por la noche, había quedado el grupillo de ir a cenar y a tomar algo, por lo que salieron a cenar y después salieron de fiesta. Ya de fiesta, él y mi mujer hablaban , claro, con alguna copa de más, ella le decía que nunca le había pasado algo así, que a ver si iba a pensar mal y él decía que, al contrario que pensaba muy bien.

Así pasaron la noche bebiendo, bailó con él algo, porque a ella le encanta bailar y él lo aprovechó. En un momento dado, ella subió al baño en un pub que estaban, según su descripción, había que subir unas escaleras, él parece que la vio subir y al poco subió él, entonces, se le acercó y le dijo quiero volver a probar otra vez esos labios de sandía, y le besó, se morrearon un poco, hasta que ella le mandó parar, le dijo que podían verlos.

Siguió la fiesta, hasta que ella dijo que se iba al hotel que estaba cansada, como no, Gonzalo dijo que la acompañaba, fueron al hotel andando y cuando estaban llegando, justo en frente del hotel había un banco y se sentaron a charlar. Como no, no tardaron en volver a enrollarse, según ella los besos, esta vez, eran más ardientes, más apasionados él ya tocó culo y algo los pechos, pero cuando llegó a ese momento ella le mandó parar y le dijo que se iba a dormir, que ya, él le dijo que si podía subir, pero ella le contestó que no, que tenía compañera de habitación (la que había ido de aquí con ella a Salamanca).

Ella me cuenta que fue a su habitación con el calentón, pero que no se masturbó porque, claro, estaba su compañera al lado y le daba verguenza que la oyera o se diera cuenta.

El sábado fue a trabajar por la mañana, él la hizo algún comentario tipo me siguen encantando los chicles de sandía, pero nada más sucedió. Por la tarde, del sábado, como había hecho las dos semanas anteriores se volvió a casa y, a pesar de lo sucedido, no recuerdo haber notado nada extraño, de hecho, todo genial. Ella se volvió a Salamanca, como había hecho anteriormente, el domingo por la tarde.

Seguiré con la cuarta semana en la siguiente publicación.
Yo creo que ya eres cornudo. Yo ya me sentiría así.
 
Vamos con la tercera semana.

El lunes, todo se desarrolló conforme habían ido sucediendo los acontecimientos la semana anterior, por la mañana trabajo y por la tarde quedaba con el grupillo este a tomar algo, a dar un paseo por Salamanca, a pasar la tarde.

En el Corte Inglés, si tienes un turno normal, tienes media hora como descanso, a medio turno. Estamos a martes, ella se va su descanso, Gonzalo se va con ella, y mientras están tomando el café, él le dice algo así como, qué tal jefa, me vas viendo mejor, y ella, no, yo creo que contigo ya es imposible.

Así, entre bromas mientras tomaban el café, él le dice que a su padre le han regalado un bono para un spa, que es para dos personas y que como el padre no iba a ir que se lo ha dado a él y que, como no tiene con quién ir, y, a modo de compensación por aguantarle, que si le apetecía ir a ella.

Mi mujer, le dice que no, que seguro que encuentra a alguien, que a ella un spa tampoco le da más, él insiste, le dice que seguro que está bien, que es para relajarse y que, por no ir él solo, prefiere perderlo, ella le dice que, además, no ha llevado bañador, él le dice que, están en el corte inglés, que no tiene problema en comprar uno, que no le vale como disculpa, al final ella accede y le pregunta que cuando van y él la dice que el jueves.

Hago un inciso, ahí, cuando me contó eso, vi claramente, que él le había tendido esa trampa, formaba parte del plan que tendría el tipo este para follársela, ella me lo contó de manera un tanto inocente, pero, para mí, está claro que formaba parte de un pan de él preestablecido.

Ese día transcurrió normal, mañana trabajo, y por la tarde, antes de quedar con el grupillo se fue a comprar un bikini, que, a día de hoy conserva, es un bikini blanco, normal, nada especial de estos que la braga se ata a los lados (por supuesto, después de que me lo contó, uno de los días le pedí que se pusiera ese bikini para follármela con él puesto).

El miércoles, lo mismo, mañana trabajo, por la tarde con el grupillo. A todo esto, a raiz de la invitación al spa con Gonzalo hablaba más e iba estrechando la relación.

El jueves mientras trabajaban, ella le preguntó que a qué hora era lo del spa, él le dijo que a las 8, pero que podían tomar algo antes y que si le parecía bien que la recogía sobre las 7 en el hotel, ella aceptó.

Total, que la recogió y fueron a tomar algo, esta vez los dos solos, él tenía mucha labia, había viajado mucho y le hablaba de sus viajes de sus aventuras, había estado en Noruega, en Costa Rica, en Sudáfrica, le contaba todo tipo de aventuras, según ella tenía una conversación muy amena y a ella le parecía bastante fascinante.

Cuando fueron al spa comenzaron el circuito, tenía sauna, pediluvio, ducha de contrastes y luego una piscina de estas de chorro y por último el jacuzzi, todo esto acompañado de cava. Entre lo que habían tomado antes y el cava que bebieron durante el circuito, mi mujer iba algo achispada.

El circuito finalizaba en el jacuzzi, cuando están metidos ahí, con la última copa de cava, él le toca por detras de la cabeza y empieza como a acariciarle el pelo a la altura de la nuca, ella le dice: para, no me toques ahí, él le pregunta que si no la gusta y ella le contesta, no el problema es que me gusta demasiado, es uno de mis puntos débiles.

Entonces, él, pícaramente, le dice ah, ¿si? y sigue acariciandole mientras va acercándose a ella, ella me dice que estaba como en una nube por todo, y, en un momento dado, le da un piquito, ella no le dice nada ni le quita ni hace ningún comentario, entonces a ese pico le siguió otro y otro hasta que le metió la lengua.

Estuvieron un rato ahí en el jacuzzi morreándose, ella recuerda que él le acariciaba los brazos, los muslos, sin propasarse en ningún momento, más de ahí. Después de estar un buen rato enrollándose, ella no recuerda cuanto, les llega la hora de irse, ella le dice a él, oye, esto muy mal eh, yo casada y tú un crío, se nos ha ido de las manos, él sonríe y le dice bueno, jefa no me vas a decir que no te lo has pasado bien, además me encantan los chicles de sandía (se lo decía porque a mi mujer le gustan muchos los chicles de sandía y probablemente o le tenía o le había masticado antes de eso).

Cuando salen, él le dice que qué hacen si le apetece ir a cenar algo o a algún sitio, ella le dice que no, que mejor se va al hotel que no quería liarla más. Él la acompaña al hotel y ella se va a su habitación y no pasa más, si me dice que le dio muchas vueltas a lo que había pasado, que no entendía ni como había llegado a eso.

Al día siguiente, que era viernes, por la mañana nada más que le vio y se acercó a ella sonriendo, ella le dijo no se te ocurra decirme nada eh, y él le dijo sólo te iba a decir que si tenías un chicle de sandía. Así se pasó la mañana, él de vez en cuando vacilándola.

Por la noche, había quedado el grupillo de ir a cenar y a tomar algo, por lo que salieron a cenar y después salieron de fiesta. Ya de fiesta, él y mi mujer hablaban , claro, con alguna copa de más, ella le decía que nunca le había pasado algo así, que a ver si iba a pensar mal y él decía que, al contrario que pensaba muy bien.

Así pasaron la noche bebiendo, bailó con él algo, porque a ella le encanta bailar y él lo aprovechó. En un momento dado, ella subió al baño en un pub que estaban, según su descripción, había que subir unas escaleras, él parece que la vio subir y al poco subió él, entonces, se le acercó y le dijo quiero volver a probar otra vez esos labios de sandía, y le besó, se morrearon un poco, hasta que ella le mandó parar, le dijo que podían verlos.

Siguió la fiesta, hasta que ella dijo que se iba al hotel que estaba cansada, como no, Gonzalo dijo que la acompañaba, fueron al hotel andando y cuando estaban llegando, justo en frente del hotel había un banco y se sentaron a charlar. Como no, no tardaron en volver a enrollarse, según ella los besos, esta vez, eran más ardientes, más apasionados él ya tocó culo y algo los pechos, pero cuando llegó a ese momento ella le mandó parar y le dijo que se iba a dormir, que ya, él le dijo que si podía subir, pero ella le contestó que no, que tenía compañera de habitación (la que había ido de aquí con ella a Salamanca).

Ella me cuenta que fue a su habitación con el calentón, pero que no se masturbó porque, claro, estaba su compañera al lado y le daba verguenza que la oyera o se diera cuenta.

El sábado fue a trabajar por la mañana, él la hizo algún comentario tipo me siguen encantando los chicles de sandía, pero nada más sucedió. Por la tarde, del sábado, como había hecho las dos semanas anteriores se volvió a casa y, a pesar de lo sucedido, no recuerdo haber notado nada extraño, de hecho, todo genial. Ella se volvió a Salamanca, como había hecho anteriormente, el domingo por la tarde.

Seguiré con la cuarta semana en la siguiente publicación.
Uffffffff q morbazo, lo del bikini blanco y con los hilitos de los lados ufffffffff normalito no es, es mas bien picanton o por lo menos a mi me dan mucho morbooooooooo, me encantan vamos
 
Uffffffff q morbazo, lo del bikini blanco y con los hilitos de los lados ufffffffff normalito no es, es mas bien picanton o por lo menos a mi me dan mucho morbooooooooo, me encantan vamos
A ver no es picantón, bonito sí que lo es. Ya de tener que comparse un bikini, compró uno que le pudiera dar uso. No es de hilos es más bien de tira ancha, pero sí que se ata a los lados, me refiero a que no es de tanga, no tiene excesivo escote, no tiene los hilos muy finos. Lo que sí que recuerdo en su momento que a mi me dijo que lo había comprado porque le vio bien de precio y se aprovechó, piensa que era en septiembre (ya muy cerca de octubre, además), no tenía mucho sentido comprar un bikini cuando ya había terminado el verano.
 
A ver no es picantón, bonito sí que lo es. Ya de tener que comparse un bikini, compró uno que le pudiera dar uso. No es de hilos es más bien de tira ancha, pero sí que se ata a los lados, me refiero a que no es de tanga, no tiene excesivo escote, no tiene los hilos muy finos. Lo que sí que recuerdo en su momento que a mi me dijo que lo había comprado porque le vio bien de precio y se aprovechó, piensa que era en septiembre (ya muy cerca de octubre, además), no tenía mucho sentido comprar un bikini cuando ya había terminado el verano.

Muy interesante y muy deseoso de seguir leyéndote. Es un placer leer tanto detalle. Gracias por tu tiempo.
 
Muy interesante y muy deseoso de seguir leyéndote. Es un placer leer tanto detalle. Gracias por tu tiempo.
Muchas gracias, intento ser lo más detallista posible, por eso me lleva tiempo e intento escribir cuando dispongo de tiempo sin interrupciones. Seguiré, que aún queda bastante. 😉
 
Muchas gracias, intento ser lo más detallista posible, por eso me lleva tiempo e intento escribir cuando dispongo de tiempo sin interrupciones. Seguiré, que aún queda bastante. 😉


Jajaja ahora vendrán los que te pedirán fotos y los prisas que quieren que cuentes ya como se la enchufó y cómo y por dónde le echo todo y todo lo que se dejó hacer que no hacía contigo.

En fin a tu aire y cuéntanoslo como más cómodo te sientas.

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Jajaja ahora vendrán los que te pedirán fotos y los prisas que quieren que cuentes ya como se la enchufó y cómo y por dónde le echo todo y todo lo que se dejó hacer que no hacía contigo.

En fin a tu aire y cuéntanoslo como más cómodo te sientas.

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A ver, yo contesto sin problemas las dudas que vayan surgiendo o comentarios que se quieran hacer. Pero voy a seguir escribiendo a este ritmo, porque a mí me parece más interesante conocer al detalle como fueron sucediendo las cosas, al menos, para mí fue más excitante ir conociendo el contexto de lo acontecido
 
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